Tampoco es casual que justamente cuando finalizo la reseña que hizo Roberto Lovera de 1969, año en e
La misión es una película británica de 1986 dirigida por Roland Joffé e interpretada por Robert De Niro, Jeremy Irons, Ray McAnally y Aidan Quinn en los papeles principales, ganadora de varios premios cinematográficos internacionales.Las misiones jesuíticas guaraníes o reducciones jesuíticas guaraníes fueron un conjunto de treinta pueblosmisioneros fundados a partir del siglo XVII por la orden religiosa católica de la Compañía de Jesús entre losaborígenes guaraníes y pueblos afines, que tenían como fin su evangelización y que se ubicaron geográficamente -quince- en las actuales provincias de Misiones y Corrientes, en Argentina, -ocho- en el Paraguay y -las siete restantes- en las denominadas Misiones Orientales, situadas al suroeste del Brasil.
El largometraje británico de Roland Joffé tiene como telón de fondo el Tratado de Madrid (1750), entre España yPortugal, por el que se dirimió momentáneamente la disputa por la Colonia del Sacramento —en la desembocadura de Río de la Plata— y la lucha entre las monarquías absolutas europeas y el poder detentado por la Iglesia hasta la época centrado en la Compañía de Jesús; ésta ejercía gran influencia en los ámbitos cultural, económico y en alguna medida político, agudizada esta última por la cuestión de su cuarto voto religioso a favor de la figura delPontífice. Por entonces observaban, los reyes católicos europeos, la figura papal más como un príncipe soberano que la de un pastor de almas, con lo que los jesuitas eran vistos como los representantes de un estado dentro de sus dominios...La película comienza junto a las Cataratas del Iguazú, donde los misioneros jesuitas intentan atraer a la fe y lacivilización a los indios guaraníes, que vivían en la selva. Tras el fallecimiento, como mártires, de algunos religiosos de la Compañía, el P. Gabriel (Jeremy Irons) encabezará la labor pastoral en solitario acompañado de una Biblia y un oboe. Poco a poco su labor va adquiriendo cuerpo hasta que pasado el tiempo —apoyado por otros sacerdotesy hermanos jesuitas— logra crear las reducciones o misiones en la zona. Estas fueron una especie de comunidades autosuficientes donde los indios eran evangelizados —apartándolos de sus temores paganos— e instruidos en las destrezas técnicas y culturales europeas en el uso de herramientas para la agricultura, la música, etc. además de protegerlos de los tratantes de esclavos. Esta última práctica estaba prohibida por las Leyes de Indias dictadas por los reyes de España, pero, en aquel lugar tan apartado del mundo y con la sustanciosa compra-venta que hacían los vecinos portugueses de los indios capturados (en territorio luso sí estaba permitido), las autoridades locales españolas no sólo hacían caso omiso de la ilegalidad de estas prácticas, sino que se lucraban con ello.En el medio de esta labor misional, surge el personaje de un cazador furtivo de indios, el capitán Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), a quien la traición nacida entre su amante y su hermano arrastrará a una confrontación fratricida (un duelo) con un resultado mortal. A raíz de esto, Mendoza sufre una transformación física y psicológica, ya que siente culpa por la muerte de su hermano y por los indios cazados. Es acogido por la orden jesuita en la ciudad, no obstante lo cual no logra perdonarse a sí mismo. El padre Gabriel le invita a la reconciliación con Dios, con los indios guaraníes y consigo al proponerle ir con él a la selva y ayudar a la labor que llevaban a cabo en una de sus reducciones. El capitán acepta, cargando voluntariamente con sus armas y bagajes, por un territorio accidentado, hasta donde viven libremente los guaraníes. Allí es perdonado por estos —que lo reconocen— y liberado espiritualmente de toda carga pasada. La labor misional va viento en popa, hasta que la situación geoestratégica internacional nubla aquel paraíso en la tierra. El nuncio de Su Santidad, cardenal Altamirano (Ray McAnally), es enviado a aquellas tierras para hacer desaparecer las reducciones jesuitas a través de la vía diplomática y no soliviantar a las potencias de España y Portugal. La supervivencia de la Compañía está en juego en todo el orbe católico. A pesar de todo ello, los misioneros le enseñan la obra realizada —que en la película es elevada al éxtasis con la música de Ennio Morricone— con el objetivo de hacerle desistir de sus propósitos.El corazón y la inteligencia, la labor pastoral y las exigencias políticas de la época harán dudar al nuncio, que, sin embargo, cederá ante las presiones recibidas creyendo, de este modo, salvar a la Orden y cumplir con su servicio a la Iglesia. Craso error. Años más tarde estalló la Guerra de los Siete Años (1756–1762), un conflicto armado a escala mundial que se desarrolló tanto en Europa como en América y Asia. Poco más tarde (1767), la Compañía de Jesús fue expulsada de todas las posesiones de la Monarquía Hispánica —hecho que ya se había dado con anterioridad en otros reinos cristianos como los de Portugal o Francia— y que, en conjunto, fue un desastre para los virreinatos americanos. Al final del largometraje se dará la lucha que afrontarán ahora los jesuitas de las misiones guaraníesy que será de dos tipos; tanto pacífica y espiritual (padre Gabriel), como violenta y mundana (hermano Mendoza), ante la política de hechos consumados que resultará de la incorporación de aquel territorio a la Corona de Portugal, por medio de las armas.
Arturo Sosa, electo superior jesuita
ENTRE JESUITAS NOS VEMOS...GRAN ESTRATEGIA PROPIA DE LA COMPAÑIA DE JESUS...
El nuevo Superior de los Jesuitas, Arturo Sosa Abascal sucede al P. Adolfo Nicolás
Es el primer latinoamericano escogido por la Congregación General como superior de la orden fundada por San Ignacio de Loyola en 1540.Entre 1996 y 2004 fue Superior Provincial de los Jesuitas en Venezuela
EL NACIONAL IGLESIA14 DE OCTUBRE 2016 - 10:07 AM
Álvaro de Juana (ACI).- Después de más de una semana de reuniones, los miembros de la Compañía de Jesús reunidos en la 36º Congregación General, han elegido como nuevo Superior General al venezolano Arturo Sosa Abascal.
Se trata del primer latinoamericano que es superior de la orden fundada por San Ignacio de Loyola en 1540.
El P. Sosa nació en Caracas (Venezuela) el 12 de noviembre de 1948, es consejero del padre General y delegado General para las casas y obras interprovinciales de la Compañía de Jesús en Roma.
Es licenciado en Filosofía por la Universidad Católica Andrés Bello (1972) y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela.
En la Congregación General 35 celebrada en 2008 fue elegido por el Padre General Adolfo Nicolás como Consejero General. Y en 2014 se incorporó a la Curia de la Compañía de Jesús en Roma como delegado para la Curia y las casas y obras interprovinciales de la Compañía de Jesús en Roma.
Se trata de instituciones que dependen directamente del Padre General de los Jesuitas y para las que nombra a un delegado.
Entre ellas se encuentran, además de la Curia General, la Pontificia Universidad Gregoriana, el Pontificio Instituto Bíblico, el Pontificio Instituto Oriental, el Observatorio Vaticano, así como diversos Colegios Internacionales y Residencias.
Entre 1996 y 2004 fue Superior Provincial de los Jesuitas en Venezuela. Anteriormente había sido coordinador del apostolado social en este país y director del Centro Gumilla, un centro de investigación y acción social de los jesuitas en Venezuela.
El p. Arturo Sosa cuenta con una larga trayectoria de dedicación a la docencia y la investigación. Ha desempeñados diversos cargos y funciones en el ámbito universitario.
Ha sido profesor y miembro del Consejo Fundacional de la Universidad Católica Andrés Bello y Rector de la Universidad Católica del Táchira. Especialmente ha ejercido la investigación y la docencia en el campo de las ciencias políticas, en diferentes centros e instituciones, como la Cátedra de Teoría Política Contemporánea y la Cátedra de Cambio Social en Venezuela en la Escuela de Ciencias Sociales.
Ha sido investigador en el Instituto de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela y, en la misma universidad, profesor de la Escuela de Estudios Políticos en la Cátedra de Historia de la ideas Políticas de Venezuela.
En 2004 fue profesor invitado por el Centro para Estudios de América Latina de Georgetown University, en Estados Unidos y fue profesor de la Cátedra de Pensamiento Político Venezolano de la Universidad Católica del Táchira.
Además, ha publicado diferentes obras, especialmente sobre historia y política venezolana.
El nuevo Superior General fue elegido tras una votación secreta de los 217 electores que participan en la Congregación General en su sede en Roma, a pocos pasos del Vaticano.
Sosa Abascal sucede al P. Adolfo Nicolás, quien presentó su renuncia hace meses por motivos de edad.
Quién es el venezolano Arturo Sosa, el primer no europeo en ser elegido superior de los jesuitas
El padre general de los jesuitas es conocido como el "papa negro" / Congregación General de los Jesuitas
La elección en Roma del politólogo fue celebrada en Venezuela, donde se destaca su papel de mediador y de "líder sin perfil mediático"
15 DE OCTUBRE 2016 - 09:59 AM
Por: Daniel García Marco
El venezolano Arturo Sosa rompió este viernes con una larga tradición al convertirse en el primer no europeo en ser elegido "papa negro".
Así se conoce al superior de la Compañía de Jesús por la influencia de la congregación en el Vaticano y por el color del traje.
Sosa, de 68 años, es el primero de los 31 superiores de la historia de los jesuitas nacido fuera de Europa.
La elección en Roma del politólogo fue celebrada en su país, Venezuela, donde se destaca su papel de mediador y de "líder sin perfil mediático".
Los jesuitas son en Venezuela una fuerza que va más allá de la religión, y Sosa, desde su papel discreto, es fiel exponente de ello.
Dirigió el Centro Gumilla, un laboratorio de ideas (think tank) dedicado a la investigación y la acción social en el que la economía y la política van de la mano a la teología.
En los años 80, Sosa convocó ahí grupos de discusión sobre asuntos como la renta petrolera, gran tema debate aún hoy en día en el país. También se interesó por los derechos humanos -otro tema caliente en la actualidad- y fue capaz de reunir a sectores rivales para pensar y debatir.
"La reuniones querían incidir en el país", recuerda en conversación con BBC Mundo el padre jesuita Jesús María Aguirre, que fue profesor de Sosa.
Mediador
Pese a su discreción, su figura salió a la luz cuando los cabecillas militares del intento de golpe de Estado en 1992 pidieron que fuera uno de los mediadores.
Entre ellos estaba un joven Hugo Chávez. Los militares iban a ser trasladados de cárcel y temían un atentado. Sosa fue uno de los garantes de su seguridad.
"Aquella mediación hizo que algunos lo tildaran de protector, de filochavista, pero él actuó como sacerdote", recuerda el padre Aguirre.
Eso generó dudas en algunos cuando en 2004 fue nombrado rector de la Universidad Católica de Táchira.
El estado fronterizo con Colombia, en el oeste del país, pasa por ser uno de losbastiones opositores al chavismo.
Las protestas de estudiantes de este centro fueron el germen de las que en 2014 tuvieron lugar con un saldo de 43 muertes y la detención, entre otros, del líder opositor Leopoldo López.
"No lo percibían bien", rememora Aguirre los inicios de Sosa como rector.
Pero en la compleja y violenta zona fronteriza de Táchira actuó de mediador silencioso en conflictos, destacan sus allegados.
Distancia crítica
Ahora, la percepción de él es distinta.
"Lo llaman chavista y lo llaman opositor: tiene un liderazgo equilibrado", afirma a BBC Mundo Luisa Pernalete, amiga de Sosa y dirigente de Fe y Alegría, una influyente organización creada por los jesuitas y dedicada a la educación y la promoción social de los más desfavorecidos.
"No era chavista en el sentido de ser su legítima voz, de hecho ahora en sus escritos se ve una distancia crítica fuerte", asegura el padre Aguirre.
La oposición recibió este viernes con alegría la elección de Sosa.
"Felicitaciones al Padre Arturo Sosa! Nuevo superior general de los jesuitas! Primera vez que un no-europeo ocupa esa posición! Adelante Padre", escribió en la red social Instagram Henrique Capriles, uno de los líderes opositores.
Ataque jesuita
Más silencio hubo desde el oficialismo, que ha recibido duras críticas de los jesuitas venezolanos en los últimos tiempos.
El 3 de octubre, el segundo máximo responsable de la Compañía en el país, el padre Francisco José Virtuoso, firmó una carta pública en la que se criticaba la actual situación de crisis que atraviesa el país y señalaba claramente a los responsables.
"El presente es tiempo de tragedia para Venezuela", decía la carta, celebrada por la oposición como un ataque al gobierno.
"La crisis venezolana es de carácter fundamentalmente político. Se ha roto la legitimidad del gobierno", afirmaba con contundencia.
"El autoritarismo político y la hegemonía comunicacional pretenden imponer un mundo demagógico y falso", agregaba la carta.
El líder jesuita daba el dato de que "más del 70% está a favor del Revocatorio al Presidente de la República" en referencia al referendo contra Nicolás Maduro que impulsa la oposición.
En la carta, el padre Virtuoso hablaba también del "discurso vacío de los voceros oficiales, la represión y las políticas erradas".
El ascenso de un jesuita venezolano en Roma coincide en un momento en el que tanto gobierno como oposición han acordado que el papa Francisco, que también es jesuita, actúe como mediador.
El nuevo Papa Negro. Compañía de Jesús
Francisco, que ya le conoce, encontrará en él a un aliado perfecto
Es un intelectual bragado pero además ha formado parte de la sensibilidad más social
Arturo Sosa, el nuevo 'Papa negro': el general que sabe leer el mundo -http://www.elmundo.es
JOSE MANUEL VIDAL
Los compañeros de Jesús sus compañeros dicen de él que "sabe leer el mundo". O dicho en lenguaje teológico Arturo Sosa Abascal es un experto en los "signos de los tiempos" las señales a las que el Vaticano II pidió que siempre estuviese atenta la Iglesia. Los jesuitas han elegido a un General que mira hacia el horizonte y que abre caminos. Arriesgado y sereno a la vez que lee mapas y marca rutas de futuro.
Bajo el paraguas de Francisco el primer Papa jesuita de la historia la Compañía eligió a un 'Papa negro' latinoamericano como el 30 sucesor de Ignacio de Loyola que la fundó en 1540. Vientos latinoamericanos siguen soplando con fuerza sobre la Iglesia católica. Primero el Papa argentino. Y ahora el líder de la congregación religiosa más poderosa y numerosa, venezolano "¡El primer General no europeo en cuatro siglos!" exclamó el Padre Lombardi al dar cuenta de su elección.
Con él la Compañía que seguirá siendo cada vez más el 'brazo armado' de la primavera de Francisco continúa hablando español. En estos momentos parece que para triunfar en la Iglesia hay que hablar la lengua de Cervantes.
El padre Sosa no estaba en las quinielas de los 'papables negros' que apuntaban especialmente a la frontera de Asia sobre todo a la India (jardín feraz de vocaciones jesuitas) como el nuevo salto en el liderazgo de la Compañía. Pero la elección recayó en un venezolano curtido en mil batallas de 67 años de edad y por lo tanto con un amplio recorrido de al menos 13 años de gobierno hasta que cumpla los 80 la edad en la que renunció su predecesor porque quiso. Un generalato llamado a asegurar el paso y en cierto sentido marcarlo del pontificado de Francisco al de su sucesor.
Unión entre los dos modos de ser jesuíta
No hay nada más parecido a un jesuita que otro jesuita aunque los hijos de Jesús se encuadren en dos grandes categorías los sociales y los intelectuales. El Padre Sosa representa sin embargo la casi perfecta síntesis entre ambos modos de ser jesuita. Por un lado es un intelectual bragado y por el otro siempre ha formado parte de la sensibilidad más social comprometida y liberadora de la Compañía. Un jesuita de acción desde la teoría o que casa en su vida la teoría y la práctica del seguimiento de Jesús. O como dice el padre Lombardi "experto en fe y en justicia" ambas indisociables en la cultura común del discernimiento.
Nacido en Caracas el padre Sosa es un jesuita de una formación intelectual y política sólida profunda y articulada. Fue profesor de Ciencias Políticas en diversas Universidades de Venezuela y de EEUU. Tiene numerosos artículos y libros dedicados a la política. De hecho ha estudiado los mecanismos del poder político porque está convencido de que bien entendidos y vividos pueden ser la forma más alta y noble de servicio al bien común.
Como recuerda a menudo el Papa Francisco con el que también coincide en esto la política es un arma de doble filo. Puede servir como nadie al bien común o puede obstaculizar el que las personas y los pueblos alcancen la dignidad y los derechos que les corresponden.
El nuevo General es licenciado en Filosofía por la Universidad Católica Andrés Bello (1972) y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela. Amén de profesor e intelectual director de una revista y de un centro de estudios sociales el padre Sosa tiene experiencia y dotes de gobierno. Fue provincial de Venezuela de 1996 a 2004 y en 2014 entró a formar parte de la Curia de la Compañía en Roma como delegado del General para las casas y las obras interprovinciales de la congregación.
Habla español italiano e inglés y se defienden en francés y según Lombardi su elección expresa perfectamente la "actual situación de la Compañía" como gran representante del apostolado realizado por los jesuitas en Roma y en el mundo.
El Papa Francisco al que ya conoce podrá encontrar en él un aliado incondicional y hasta un buen consejero. Francisco ya ha dado la 'bendición' a su nombre que le comunicaron antes de hacerlo público no para su aprobación pero sí como una deferencia.
Los soldados de élite de la Iglesia ya tienen General y se cuadran a las órdenes de su Comandante en jefe el Papa Francisco. La Iglesia en manos de los compañeros de Jesús. El éxito y la continuidad de la revolución tranquila de Bergoglio están asegurados. Un guiño del Espíritu Ad maoirem Dei gloriam.
EL PAPA NEGRO
CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ | octubre 26, 2016 |Web del Frente Patriotico
El Papa Francisco acaba de realizar una sofisticada operación de equilibrio de poder, por medio de dos grandes honores a Venezuela. Designar el ahora Baltazar Cardenal Porras, un adalid a ultranza del retorno a la democracia, que ha corrido riesgos y recibió abyectos insultos por su defensa de la libertad. Y Papa Negro al padre Arturo Sosa, uno de los ideólogos prácticos más importantes de la Teología de la Liberación en Venezuela, la forma que cobró dentro la iglesia Católica la marejada universal y arrolladora de Fidel Castro. La crearon un grupo de brillantes curas revolucionarios, estimulados por el ejemplo de Camilo Torres, sacerdote y oligarca colombiano que fue a morir en las filas del ELN en defensa de su convicción (“por qué no unirse… di por qué, si nos unieron, el fusil y el Evangelio es las manos de Camilo”).
Época del padre Ernesto Cardenal, figura estelar de la revolución en Nicaragua, de Monseñor Arnulfo Romero, asesinado en Salvador, de la inmolación de Allende, de la “Iglesia pobre contra la Iglesia rica”. Inspirados en las tesis del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, afirmaban que la Iglesia tenía que estar contra “el capitalismo”:.. “…la globalización de la economía lleva claramente a la falta de solidaridad de nuestras sociedades. La Teología de la Liberación en Latinoamérica es la primera alternativa contra el capitalismo. La mercantilización global de todas las cosas…”. Después de mucho tiempo exilada por Juan Pablo, la Teología de la Liberación está de regreso en el Vaticano con Francisco, que hace reeditar en 2014 el libro Pobre y para los pobres de Gerhard Ludwig Müller y Gustavo Gutiérrez. Sosa fue un factor importante en ese tormentoso período para Venezuela de finales de los 80 y 90. Transubstanciación Junto con Monseñor Mario Moronta, y un grupo de intelectuales, empresarios y políticos, fueron artífices de la demolición de los contrafuertes morales de la democracia, y difusores de los argumentos del chavismo. Hay que confiar que haya transubstanciado su pensamiento desde las raíces, como el vino en sangre de Cristo y que hoy ayude a reconstruir la vida civilizada desde una posición de tanto poder. Conocemos la reflexión del padre Sosa, sus trabajos entre los que destaca uno sobre Rómulo Betancourt (Del garibaldismo intelectual a la izquierda criolla) pero hasta ahora no un ensayo suyo –tal vez existe– en el que explique lo que debería un hombre de ideas de su talla, que dedicó parte tan importante de la vida a la revolución, una vez conocidos los resultados. Por lo menos un libro o un folleto habrían servido para saber que saldaba cuentas, como dijo Marx “con mi conciencia filosófica anterior”.
En un pensador, cuya función social es esclarecer los caminos colectivos, semejante viraje no requiere silencio sino una explicación consistente porque equivale a un guardián que se queda dormido en su turno. Se exige mucho más que a cualquier simple, como los llamaría San Agustín, para el que bastaría con la frase “me engañaron” o “me equivoqué”. Un error es una eventualidad, un producto del azar, un resbalón, una confusión en la que cualquiera puede incurrir, pero en el caso de espíritus superiores es otra cosa. No es un fallo, sino el fracaso integral de una filosofía del hombre y de la sociedad. La historia de las ideas está llena de grandiosos libros en los que un autor ajusta cuentas consigo mismo, como hace San Pablo en su obra y el mencionado San Agustín en las Confesiones, y solo disfraces de intelectuales argumentan que tenían razón cuando eran chavistas y también ahora que no lo son. Proyecto para renacer En décadas Sosa dejó escrita una concepción revolucionaria, enjundiosa, sistemática y sus decisiones políticas no fueron ni remotamente improvisadas. Una autorrevisión de ese período, un viaje al fondo de sí mismo sería una lectura esencial para entender lo ocurrido en el país en estos terribles años y por qué triunfó el socialismo del siglo XXI. Allegados a él cuentan que bastaba que dijese “tengo ganas de hablar” para que pasado mañana saliera una página completa suya en alguno de los principales periódicos. Por eso su silencio en tiempos de cólera se hizo una incógnita y esa reciente declaración que dio, ya investido en el Vaticano: “ni el gobierno ni la oposición tienen proyecto de país” resulta desconcertante. El gobierno revolucionario llegó con un proyecto que condujo en todas partes del mundo al mismo corolario y sorprende que intelectuales no lo supieran, si el Muro de Berlín cayó diez años antes del triunfo de Chávez.
Quien haya vivido en Venezuela en estos 17 años sabe que la oposición fraguó, bruñó y pulió un concreto programa de recuperación que contiene los fundamentos elementales de la vida civilizada: vigencia de la democracia, el Estado de Derecho, la apertura económica, la descentralización del poder hacia la sociedad y la atención a los sectores populares, víctimas de la utopía oscura de la revolución. No suena lógico igualar moralmente los dos factores, ponerlos en el mismo plano, porque uno ha destruido casi todo y el otro se empeña en evitar el abismo, aun acosta de su seguridad y tranquilidad personales. Pero tal vez Sosa se coloque en el centro para poder ejercer una influencia mayor. Padre: puede ayudar mucho a que su país no se desplome y la oportunidad de hacerlo es excepcional
Compañía de Jesús
Jesuitas en San Javier del Valle, 2011
Es una orden religiosa de la Iglesia Católica fundada por San Ignacio de Loyola, de origen vasco, junto con San Francisco Javier, Beato Pedro Fabro, Diego Laynez, Alfonso Salmerón, Nicolás de Bobadilla y Simón Rodrigues, en la ciudad de París. Fue aprobada por el Papa Pablo III en 1540. Con cerca de 18.000 miembros, sacerdotes, estudiantes y hermanos, es la mayor orden religiosa masculina católica hoy en día. Su actividad se extiende a los campos religioso, educativo, social, intelectual, misionero y de comunicación.
La Compañía de Jesús tiene por misión el servicio de la fe y la promoción de la justicia que esa fe exige. Esta invita a descubrir nuevos horizontes y llegar a las nuevas fronteras sociales, culturales y religiosas con el fin de inflamar todas las cosas del amor a Dios, a nuestros hermanos y a la naturaleza estableciendo con cada una relaciones justas que permitan la verdadera reconciliación y la paz.
En Venezuela La Compañía de Jesús partiendo de esta misión global, se propone que todas sus obras, instituciones, proyectos, programas y redes trabajen en la dirección de formar verdaderos sujetos sociales y eclesiales que asuman la responsabilidad de ser protagonistas en la sociedad y en la iglesia, fortaleciendo la organización popular y de la sociedad civil, promoviendo la experiencia del Dios de Jesús desde la espiritualidad ignaciana y la formación y participación de los lacios, preferencialmente de los jóvenes, en la misión de hacer presente el Reino de Dios.
Para lograr esta finalidad la Compañía pone al servicio de esta misión, expresada en las cuatro opciones de su Plan Apostólico, las diversas plataformas y redes en las cuales va llevando adelante esta misión. Esto supone al menos cuatro áreas complementarias: educación, social, espiritualidad y pastoral.
En la actualidad, la Compañía de Jesús en Venezuela se destaca por su influencia en los ámbitos académicos con las Universidades Católica Andrés Bello y del Táchira, así como con una red de institutos técnicos, universitarios y colegios reunidos en Fe y Alegría. Dirige cuatro colegios (2 en Caracas, 1 en Maracaibo y otro en Ciudad Guayana). También, hace su aporte al debate político y democrático en Venezuela con sus análisis y reportajes desde la revista SIC. En el campo social, trabaja con las comunidades populares a través del Centro Gumilla; y acompaña a los refugiados y refugiadas colombianas que viven en la zona fronteriza con el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR).
En el terreno de la espiritualidad, forma y acompaña a los laicos que trabajan en sus obras a través de la reflexión permanente sobre la realidad y con la práctica de los Ejercicios Espirituales. Desde las parroquias, acompaña los procesos sociales, humanos y eclesiásticos.
Hoy los jesuitas venezolanos están presentes en diversas áreas de vida política y social del país. Arturo Peraza, quien es el actual Provincial, se ha destacado por su activa participación en la defensa de los derechos humanos en Venezuela, junto a las ONG que se dedican a estos temas.
P. Arturo Sosa SJ, electo primer Superior General de los jesuitas. el primer Papa Negro latinoamericano siendo
el Papa Francisco un jesuita argentino cuando era solamente el padre Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, Argentina;17 de diciembre de 1936)...
En el campo social son referencia el P. Jesús María Aguirre, quien dirige actualmente el Centro Gumilla; y el P. Wilfredo González al frente de la revista SIC. Por su parte, el H. José María Korta acompaña a las comunidades indígenas en sus luchas por la reivindicación de sus derechos desde la asociación Causa Amerindia.
En el ámbito universitario destacan el P. Arturo Sosa, quien actualmente es el rector de la Universidad Católica del Táchira (UCAT); y el P. José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). En esta casa de estudios son figuras permanentes el P. Gustavo Sucre, economista y con largos años como secretario de la universidad; el P. José Manuel Ríos, experto en formación y acompañamiento espiritual; el P. José del Rey, autor de una prolífica obra de investigación sobre la Compañía en la Colonia; y el experto en comunicación P. Jesús María Aguirre. También es referencia en el ámbito universitario el P. Javier Duplá (actual Socio), quien además es autor de diversos cuentos y biografías, como la de José Gregorio Hernández. En educación secundaria, son conocidos el profesor de Biología, P. Lorenzo Mendoza; el pastoralista y excursionista, el P. Pedro Galdos; y el amigo de todos, el P. Benito Azcune.
En pastoral popular sobresalen los padres Acacio Belandria, Armindo González, Jean Pierre Wyssenbach, Raúl Herrera, Henry Mendoza, Johnny Veramendi y Numa Molina, quienes actualmente se desempeñan como párrocos en las zonas populares donde la Compañía hace vida en todo el país. Los padre Epifanio Labrador, Clive Mendoza y Jesús Pino también poseen una amplia y fecunda trayectoria en parroquias.
En el ámbito de la espiritualidad son figuras relevantes el P. Gustavo Albarrán, educador y experto en pastoral con jóvenes, quien actualmente está al frente del Centro de Espiritualidad y Pastoral (CEP); y P. Miguel Matos, fundador de movimientos juveniles como Huellas y Fragua; así como Goyo Terán, animador de la espiritualidad en Fe y Alegría. Especial mención merece la tradicional colaboración de la Compañía de Jesús en la formación del clero nacional que ha realizado por tantos años Mario Moreno.
Luis Ugalde y José Virtuoso
San Ignacio fundó a los jesuitas para que estuvieran en el mundo, presentes en las encrucijadas, en el debate por la libertad y la dignidad del hombre. Esa presencia es religiosa porque, estén donde estén, han de presentar y hacer vivir el amor a Dios y al verdadero espíritu del Evangelio.