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America, el femenino de la Tierra


Desde los años 60 vengo estudiando el designio que me fueron enseñando mis maestros, que America, el Continente desde Alaska hasta la Antartida era la sede del femenino del planeta Tierra. Desde mis años de bachillerato y luego en la UCAB, como estudiante de Literatura Hispanoamericana y Venezolana en la Escuela de Letras, con los profesores

Domingo Miliani nació en Boconó, estado Mérida, Venezuela, en 1934 y falleció en Caracas en el 2002.

Efraín Subero (n. en Pampatar, Nueva Esparta, el 16 de octubre de 1931 y f. en Caracas el 18 de enero del 2007)

Dres. Domingo MIliani y Efrain Subero, respectivamente, esos estudios se fueron ahondando a través del conocimiento de las literaturas de los pueblos indígenas de Sudamerica y

de Venezuela, hasta llegar en los años 80 al libro "REGINA" de Antonio Velasco Piña, gracias al cual comprendi el paso de la energía del Tibet a América, comenzando por México

Regina era una joven mexicana más en 1968, que había logrado ser elegida como edecán de los Juegos Olímpicos que la Ciudad de México albergaría desde el 12 de octubre de ese año. Como tantos jóvenes, animada por el movimiento estudiantil-popular que se desarrollaba en México de frente al autoritarismo

Gustavo Díaz Ordaz Bolaños (San Andrés Chalchicomula —hoy Ciudad Serdán—, Puebla; 12 de marzo de 1911 - México, D. F.; 15 de julio de 1979)

salvaje del PRI y de su entonces presidente, Gustavo Díaz Ordaz, fue al mitín que se celebró en la Plaza de las Tres Culturas, en la unidad habitacional de Tlatelolco, para apoyar los puntos del pliego petitorio de los estudiantes. La respuesta del poder ante una movilización que lo desbordaba había sido única y exclusivamente la violencia: desde derribar la puerta de la Preparatoria Nacional de San Ildefonso con un bazucazo hasta tomar militarmente el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México, las detenciones ilegales, las palizas, la tortura, el uso del ejército contraviniendo las disposiciones constitucionales. La culminación de la bestialidad del autoritarismo se alcanzó ese 2 de octubre por la tarde, cuando el ejército cercó a quienes se manifestaban pacíficamente y procedió a una masacre aterradora. Entre 300 y 800 muertos, se ha dicho, se dice, nadie supo cuántos. Entre ellos, Regina, con seis disparos por la espalda. Movimiento por la democracia, por la libertad de expresión, por la legitimidad de la oposición partidista, organización sindical, organización campesina, organización popular e incluso quienes consideraron que el camino era el alzamiento armado... todo encuentra, si no totalmente sí en parte, su raíz en esa tarde. Por eso, para muchos mexicanos, una frase se repite año tras año: "Dos de octubre no se olvida".

Regina Teuscher, entre la mitificación y lo real

La figura de la joven activista ha dado pie a la creación de sectas e incluso musicales; los familiares dan su versión de la historia

Antonio Velasco Piña presentaba un libro más de la saga sobre Regina Teuscher, El retorno de lo sagrado , y había convocado a gran cantidad de seguidores, que llegaron al lugar en actitud y vestido definitivamente religiosos.

No esperaban que el rito consagratorio fuera doblemente agredido.

Primero, por la dura crítica de Elena Poniatowska, una de las presentadoras, que entre otras cosas no podía creer que el destino de Regina Teuscher fuera morir en la Plaza de las Tres Culturas porque esa idea le parecía demasiado cruel. "Un acto brutal como el de un asesinato no puede ser divinizado ni exigido por los dioses. [...] ¿O creerá Antonio Velasco Piña que continúa vivo el rito de ofrecer en sacrificio a las doncellas en lo más alto de las pirámides y en lo más profundo de los cenotes sagrados? [...] ¿Era necesaria también la muerte de esos que él llama los 400 mártires?"

Y "si Regina fue una víctima propiciatoria, Antonio Velasco Piña la entroniza, la beatifica, la santifica, la comercializa, la manda a la calle, la pone en circulación, y sin pedirle permiso la lanza a despertar conciencias y la vuelve una criatura de deleites mitológicos y mágicos.

¿Víctima o deidad?

Casi veinte años antes de la publicación de este libro, el 16 de octubre de 1968 para ser exactos, la Dirección Federal de Seguridad mexicana presentaba el reporte confidencial: Personas que resultaron muertas durante el problema estudiantil a partir del 26 de julio del año en curso, en el cual aparecía la siguiente descripción: “Ana María Regina Teuscher Kruger: 19 años, estudiante de 1er año de Medicina de la UNAM. Identificada por el Dr. Pablo Teuscher Cortes (su padre) y el Lic. Rubén Pérez Peña. Murió en los disturbios estudiantiles del 2 de octubre.” Esta descripción apareció de forma constante, ya que el nombre de esta joven se publicó en casi todos los diarios de mayor difusión los días consiguientes a la matanza.

Regina en la morgue

Ese mismo mes, en la revista Siempre!, aparecía la cruenta imagen de una joven asesinada en la Plaza de las Tres Culturas. Esa fotografía pronto despertó un fuerte debate en la opinión pública, sobre todo después de que periodistas comenzaran a indagar acerca de la vida de esta joven, quien no sería otra más que Ana María Regina Teuscher Kruger.

Días antes de su muerte, Regina había sido elegida edecán para las próximas olimpiadas que se celebrarían en México, hecho que generó mayor impacto e indignación pública en torno a su historia y a los acontecimientos de Tlatelolco; Ana María fue de las pocas víctimas que corrieron con la “suerte” de ser identificadas. El cuerpo fue entregado de inmediato a la familia Teuscher Kruger gracias al apoyo de Rubén

Luis Echeverría Álvarez (Ciudad de México, 17 de enero de 1922) es un político y abogado mexicano, miembro del Partido Revolucionario Institucional y Presidente de México de 1970 a 1976.Fue acusado por la FEMOSPP y por la fiscalía mexicana de fraguar junto a Gustavo Díaz Ordaz la matanza de octubre de 1968 y la desaparición forzada de personas y disidentes en el contexto de la Guerra sucia en México , por lo que se convirtió en el primer y único presidente mexicano en recibir dos órdenes de aprehensión por presunto genocidio, cumplir una prisión domiciliaria y finalmente ser absuelto de toda responsabilidad en 2009.

Pérez Peña, quien fuera secretario particular de Luis Echeverría en aquel entonces.

El LIBRO “REGINA” DE ANTONIO VELASCO PIÑA

Este libro habla sobre un hecho histórico muy importante en la vida de los mexicanos, los sucesos ocurridos el 2 de octubre de 1968.En el cual participaban un grupo de personas quienes contaban con un elevado grado de espiritualidad y querían hacer ver a las personas la realidad, todos ellos eran encabezados por una mujer llamada Regina. Esta historia comienza en Teotihuacan el día 21 de marzo de 1948, donde don Miguel y sus acompañantes al encontrarse el sol en lo más alto del cielo, comenzaron su ascenso hacia la milenaria pirámide.

Al encontrarse en la cumbre don Miguel junto con otras tres personas unieron sus brazos para realizar una cadena humana y recibir toda la energía del astro rey, entre ellos se encontraba otra persona, Uriel, que quería convertirse en un auténtico mexicano. En ese momento el ingeniero Richard Teacher y su esposa llegaban al majestuoso lugar después de un rato de contemplar el paisaje y buscar una dirección, la esposa de Richard entró en labor de parto que horas después dio a luz a una niña que puse de nombre Regina, que con su nacimiento cerraba la era de piscis y comenzaba la era de acuario.

Uriel desde muy pequeño había soñado con ser arquitecto, durante su educación fue un alumno prodigio, ya que en su graduación recibió mención honorífica por su destacado aprovechamiento. Al graduarse rechazó varias propuestas de trabajo por parte de importantes empresas para convertirse en alumno de Instituto de Antropología e Historia y así poder recorrer una y otra vez la milenaria ciudad. Durante 6 años Uriel fue discípulo del guardián de la cultura Olmeca “el cheneque”, que por su avanzada edad decidió transmitir todo su conocimiento al que sería el primer olmeca de una nueva era.

Después de dos años el matrimonio Teacher llevo a Regina al Tibet para que recibiera una plena educación espiritual. Cuando Regina tenía 11años tras un enfrentamiento con los chinos murieron sus padres y tuvo que huir con el Lama hacia una cueva donde vivieron durante 6 años preparándola espiritualmente. El Lama y Regina fueron traicionados por la persona que el Lama había negado preparar, al ser descubiertos trataron de huir pero lo hicieron sin éxito por el asesinato del Lama.

Regina fue a la cárcel de mujeres donde conoció a una persona que le enseñó a tocar los instrumentos musicales que el Dalai Lama había predicho, después de dos años Regina fue liberada y viajó a México en un barco donde ella misma elaboró su vestido. Al llegar a Veracruz comenzó una tarea muy importante, tratar de conocer la cultura mexicana de donde provenía así que comenzó a leer libros y descubrió que la zona arqueológica más importante de México se encontraba en Teotihuacan y decidió ir a ese lugar en busca de respuestas, al llegar ahí ascendió hacia la pirámide de la Luna donde ya se encontraban los cuatro guardianes esperándola.

Al llegar a la cima los guardianes se sorprendieron ya que ellos esperaban un emperador y se encontraron con una reina, ellos se acercaron a Regina e hicieron amistad, los guardianes se dirigieron a su casa para conocerse mejor, ahí, Regina les explico sobre la educación que recibió por parte del Lama y las habilidades que había recibido al hablar con los animales y manipular el tiempo, el hijo del señor que les rentaba la casa llamó la atención de Regina y predijo que él seria testigo de lo que sucedería.

Edecanaas de las Olimpiadas de Mexico 1970

Los siguientes días se realizaron las pruebas de la tierra, que la primera consistía en realizar el recorrido que realizó Tenoch y los sacerdotes con todo el pueblo azteca de Chapultepec al Zócalo, al segundo día un señor se acercó a Regina y le ofreció ser edecán del 68 a cambio de que le diera los derechos como el diseñador de la vestimenta por lo cual aceptó. Mientras esto sucedía se reunieron Gustavo Díaz Ordaz que recibió un comunicado de su embajador en Paris sobre la “revolución de mayo” causada por manifestaciones de universitarios. Díaz Ordaz y Echeverría estuvieron conversando y decidieron que si esto trataba de suceder en México lo evitarían a toda costa para que no se diera un problema a nivel nacional.

Raúl un joven universitario que salía de sus clases fue agredido por “porros”, al ver esto Ana María una amiga de él, trató de defenderlo pero fue agredida, al ver esto los universitarios se lanzaron a defender a Raúl, querían hacer justicia por los maltratos hacia los estudiantes. Al darse cuenta las autoridades decidieron mandar a los granaderos para calmar las cosas y tomar la escuela universitaria. Los universitarios se hicieron presentes y defendieron la universidad con piedras y todo lo que se encontraban a su paso, pero esos intentos fueron inútiles porque los granaderos hicieron uso de sus armas ocasionando la muerte de algunos estudiantes, al ver esto los demás estudiantes trataron de defenderse y la gran mayoría fueron arrestados.

Tras los arrestos ocurridos durante ese día los estudiantes elaboraron un documento donde pedían a las autoridades la libertad de los estudiantes aprendidos contando con el apoyo del rector de la UNAM. Regina organizó una marcha del silencio para que no quedaran olvidadas las muertes ocurridas, esto pretendía hacerse sin ruido alguno, pero entre los estudiantes se encontraban “porros” que trataban de que la marcha fuera un total fracaso. Regina preparó un sacrificio que se realizaría después del éxito de la marcha del silencio en la plaza de las 3 culturas.

Todo el trayecto del mitin fue vigilado por el batallón Olimpia, el de “los tenebrosos” desde puntos clave y estos eran reconocidos porque traían un guante blanco en la mano izquierda. Al tratar de realizar el sacrificio al final del mitin comenzaron los disparos por parte de los batallones no importándoles si eran hombres o mujeres, todo en ese lugar parecía un infierno y el joven que Regina había dicho que seria el testigo presenciando el acontecimiento logro salir del lugar.

Al día siguiente el testigo se encontraba en su auto y al mirar hacia su costado observó un carro con cinco jóvenes que parecían estudiantes y les llamó tocando el claxon haciendo la señal de la “V” victoria, y ellos respondieron haciendo señas para que tomara la lateral, el joven aceptó y bajando de su carro los jóvenes del automóvil le formularon preguntas que se le hicieron imposible responder por las imágenes que se formaban en su mente, y cambiando las preguntas uno de los jóvenes lo interrogó preguntándole que si él había estado en Tlatelolco, para lo que el joven respondió que si.

Con otra pregunta diciendo, ¿fue horrible verdad? Y el respondió que si, a estas respuestas otro de los jóvenes intervino diciendo que ellos se dirigían a hacer una pinta después de lo ocurrido en Tlatelolco y no sabían que lema poner y le pidieron que el que había estado en aquel lugar los ayudara. El testigo tomó el bote de pintura que era de color rojo y a su memoria acudió la imagen de la sangre que cubría el pecho de Regina. Empapó la brocha con la pintura y escribió en una barda: 2 de octubre no se olvida.

Este libro es muy interesante he impresionante ya que te relata como fue la matanza de Tlatelolco en una forma muy realista facilitándote la comprensión del tema de una manera mas sencilla. Te habla sobre lo que realmente querían defender los estudiantes y como el inhumanismo de Díaz Ordaz acabo con el sueño de cientos o tal vez miles de estudiantes que murieron ese día defendiendo el recuerdo de los demás estudiantes que habían muerto en la riña.

Esto repercutió de dos formas distintas, la primera generó la lucha por los ideales académicos en los cuales exigen sus derechos y mejoras de servicios de una manera pacifica y la segunda ocurre que hoy en día los estudiantes defienden sus ideales así sea en contra del gobierno, pero en últimas fechas ha dado un giro totalmente diferente con el pretexto de defender sus ideales, se vuelven delincuentes ya que esto se manifiesta ante una forma antidemocrática tomando instalaciones incendiándolas, secuestrando a maestros y personal académico, dañando a la sociedad con su vandalismo.

Las disculpas

En los recuentos de la literatura escrita a partir del movimiento estudiantil de 1968 y su desenlace trágico, la novela Regina: dos de octubre no se olvida (1987) suele ser colocada junto a dos libros de postura oficialista:Juegos de invierno (1970), de Rafael Solana, y La plaza (1972), de Luis Spota. En ambos se disculpa a Gustavo Díaz Ordaz y al gobierno de la matanza, y se acude a las explicaciones que dieron los funcionarios en turno: que todo fue un plan urdido por "manos extrañas" (FBI o KGB) para crear confusión en el país y desacreditar a un gobierno que iba a contracorriente de las grandes potencias. Velasco Piña da al asunto del 2 de octubre un sentido ritual y encuentra a Regina, edecán mártir del 68, como "el ser de elevada espiritualidad que logró dar al movimiento esa fuerza irresistible y avasalladora que alcanzó en determinados momentos y que resulta del todo incomprensible para quienes no aceptan la intervención de tan singular personaje". Intervención divina, cabría agregar.

Las críticas no han detenido las ventas de la novela (más de 320 mil ejemplares hasta 1998) ni han impedido que, en distintos momentos, se haya pensado llevarla a la pantalla (por Laura Esquivel y Alfonso Arau, proyecto que abortó) o convertirla, lo que sí se hizo, en turbia obra musical.

Diez años atrás María Luisa Teuscher mandaba a Velasco Piña los siguientes mensajes: Fue obsceno presentar la imagen de mi hermana muerta en la portada; fue morboso, oportunista, ¡fue un crimen! Que deje a mi hermana descansar en paz es importante, pero también lo es que se sepa la verdad.

La fantasía mística más rudimentaria lucha, así, por imponerse a la feroz realidad.

El artículo completo de Elena Poniatowska, titulado “REGINA“:

Regina en la playa escuchando a un caracol, Regina entre las flores, Regina en fotos de ovalito, el pelo ondulado y el uniforme del Colegio Alemán; Regina vestida de baile, juncal su cinturita; Regina muerta de risa, su rostro fresco unos meses antes de ser asesinada.

“Para nosotros no es Regina, siempre la llamamos Marietta. Mire, aquí está su acta de nacimiento”. Su madre murió cuando Ana María Regina tenía ocho años y María Luisa, diez. La mayor se casó muy joven y Marietta se refugió en la menor, María Teresa, quien fue por lo tanto la más dañada por su muerte. Las dos niñas se protegían ante el padre de hierro, Pablo Teuscher Cortés, médico de profesión y educador intransigente, como buen alemán.

El 2 de octubre de 1968, Regina de 19 añitos pidió permiso para ir con su amiga Guillermina al cine Metropolitan a ver Nacidos para perder, la película de moda. Se fue con su uniforme a rayas, los cinco círculos en el pecho. Hacía algunas semanas, Regina-Marietta había sido aceptada como edecán de los juegos Olímpicos, adscrita a la delegación suiza. Era también estudiante de la Facultad de Medicina de la UNAM y, como la inmensa mayoría de los jóvenes, se contagió con el ardor del Movimiento Estudiantil. Nada dijo en su casa, su padre la habría encerrado. “No, Marietta, no te inmiscuyas, no me hagas que vuelva a castigarte”. El 7 de agosto, durante la cena de cumpleaños de María Luisa, el doctor Teuscher había dicho: “A todos esos revoltosos los deberían encerrar”. La doctora Riverol, amiga de la familia, le advirtió: “Ay Pablo, ¿cómo puedes hablar así? Tú tienes hijos universitarios”. Él respondió: “Yo sé dónde andan mis hijos”.

Aquella tarde Regina no fue al cine sino a la Plaza de las Tres Culturas con Guillermina Kolkmeyer que fue quien, pasadas las 10 de la noche, avisó a la casa de Tacubaya: “Estoy en la Cruz Roja herida de una pierna. Perdí a Marietta. Búsquenla”. Eran amigas de infancia y compartían ideales y rebeldías, muy mal vistas por el doctor Pablo Teuscher Cortés. Decían que iban a ser investigadoras, meseras, monjas. Regina, en ese momento, tenía novio desde hace un año: Augusto Gargari, y como a ella le gustaban las magnolias, él se subía al árbol para bajárselas.

Toda la familia Teuscher salió, cada uno por su lado, en una infernal expedición por las Cruces, los hospitales, puestos de socorro, anfiteatros, hasta culminar en la Tercera Delegación, la de Rayón, donde Pablo Teuscher Kruger, participante también del movimiento, indentificó la frágil figura de su hermana entre centenares de cadáveres apilados. En su espalda, seis tiros de arma calibre 45. Regina debió echar a correr como lo hicieron todos, según mostró aquella noche el noticiario deExcélsior en el Canal 2 en una imagen fugaz que María Luisa y Elmar alcanzaron a ver sin imaginar jamás que entre esos miles de despavoridos se encontraba Marietta. Tampoco podían imaginar que 20 años después Ana María Regina Teuscher sería convertida en santa, en dakini, en un ser celestial, una iluminada, una elegida de acuerdo con las alucinaciones de un abogado empresarial metido a gurú: Antonio Velasco Piña.

María Luisa Teuscher quedó estupefacta cuando, a su llegada a la Casa de la Cultura Reyes Heroles, vio al público entrar en trance ante la sola mención del nombre de la hermana. Los brazos al cielo, los ojos en blanco, el nirvana en el círculo celeste más a la mano, los fieles de Regina la invocaban como a la Reina de México. Temblaban, sudaban, ella los creyó bajo el efecto de algún psicotrópico. Lejos de amedentrarse, el coraje de María Luisa creció y estalló. Yo, en cambio, me alegro de no haberlos visto porque carezco de ese valor y a lo mejor no me hubiera atrevido a decir lo que dije. Malú, como la llaman sus amigos, heredó el temeperamento de su padre. También lo heredó Marietta, que a veces lo desobedecía sin temor al castigo.

Existen complejos fenómenos psicológicos que llevan a una persona a creer sus propias fantasías. Por alguna razón desconocida, Velasco Piña se obsesionó con la figura de la bella edecán ensangrentada cuya foto apareció, desplegada a dos planas enteras, en la revista Siempre! . Averiguó, buscó su nombre y apellido que los periódicos citaron de forma incorrecta: Teucher. Quiso que aquella joven hubiera nacido con el inicio de la era de Acuario, el 21 de marzo de 1948, y que por tanto fuera depositaria de mágicos poderes. Le inventó un pasado en el Tíbet, un nacimiento similar al de Cristo pero en la confluencia del Popocatépetl y el Iztlacíhuatl y una condición mesiánica que la llevó a ofrendar su vida en la noche de Tlaltelolco.

Estamos a punto de que los mantra entren a la lista del Hit Parade, de que el incienso desplace a los aerosoles para perfumar el ambiente, de que los faquires den dietas por televisión. Para alquien que quiere vender, nada mejor que inventarse una figura sagrada: una pizca de hinduismo, otra de cultura nahuatl, y una más de astrología y el éxito está asegurado. Según los astrólogos, antes y después del 2 de febrero el inconsciente se volvería consciente dada la cuadratura entre Neptuno y Urano. Tal vez Velasco Piña no checó bien sus datos porque eligió mal día para presentar su Retorno de lo sagrado.

El Yoga es una práctica admirable que le ha hecho bien a un número infinito de personas. Indra Devi es todavía una fuerza lúcida y apapachadora que a todos abraza e infunde ánimo. Gurumayi tiene en México una gran cantidad de seguidores . Sai Baba también, y Gurugita. Personalmente siento respeto y admiración por José Gordon a quien observé meditar en un auténtico estado de abstracción y a cuyo centro acudí para arrodillarme ante un barbudito rodeado de flores blancas en medio del aroma embriagante. Tuve mucho afecto por el gran guía en México de la Gran Fraterndiad Universal, un anciano impoluto todo vestido de blanco, y por las hermanas Elsa y Alma Rosa Aguirre que hacen ejercicios de yoga mientras pasan la aspiradora. Como todos, creo en la suerte, en los amuletos, y jamás pasaría debajo de una escalera ni mataría una araña aunque en la casa tengo un gato negro. El peligro es clavarse. Se pueden llegar a extremos como el que vemos ahora: transformar a una niña como Regina Teuscher en algo que no fue y que su familia tampoco quiere que sea: “El 68 dejó en toda nuestra familia una herida, el tiempo la cerró pero ahora han vuelto a abrirla y está llena de pus”, dice María Luisa y agacha la mirada. Para el doctor Teuscher, Marietta es un tema tabú desde el 2 de octubre en que derramó todas sus lágrimas por ella y dijo: “No la supe cuidar”. Esta es la respuesta a la pregunta reiterada a María Luisa: “¿Porqué protestan hasta ahora?”. No han leído un solo libro sobre el 68; les resulta demasiado doloroso.

Muchos años después de aquella masacre, veo en el joven rostro de Luis Enrique (reportero) el horror ante lo que no le tocó vivir. Apunta tembloroso. Él, que de todo se ríe, muestra una expresión sombría. No prueba bocado mientras los Vomend Teuscher se afanan en torno nuestro. La hija Marion igual: a sus 21 años, lo sucedido le resulta incomprensible. Un cuarto de siglo no ha sido suficiente para lavar la sangre. Todo sigue vivo. Luis Enrique pregunta incrédulo y en sus ojos atisbo la gran interrogante sin respuesta: ¿Por qué?

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