Y llego el cambio de la forma como no lo esperaba...
Los que han estado siguiendo mis opiniones en este blog saben que este es un tiempo largamente predicho de grandes cambios, agitación y polarización dentro de los pueblos del mundo. El statu quo es desestabilizante y el mundo entero está en movimiento. Todas las organizaciones y estructuras estarán sometidas a un estrés extremo y aquellas que no estén equilibradas o no funcionen con integridad se desplomarán y se desmoronarán. El mundo se está moviendo rápidamente desde la perspectiva de un alma joven o de niño
Comparto con muchos estudiosos las señales mas evidentes del cambio: La primera es que estamos viviendo un importante cambio histórico, en presuroso camino hacia el decisivo fin del sistema internacional creado a partir de la Segunda Guerra Mundial. El signo fundamental de ese cambio es la redefinición de la competencia geopolítica por parte de los principales actores mundiales, con base al interés nacional interpretado de modo más estrecho, focalizado y limitado. Pero ese cambio histórico todavía está borroso para nuestras conciencias contemporáneas.
La segunda es que, como con frecuencia ocurre durante estos intensos procesos de cambio, existe una tendencia a confundir causas con efectos, orígenes con síntomas, raíces con manifestaciones. En tal sentido un ejemplo que esta a la vista de todos fue la elección del 45 Presidente de los Estados Unidos. Donald Trump es un efecto, no una causa, un síntoma del cambio y no su origen, aunque es también un factor de aceleración de los cambios. Muchos se rascan las cabezas y dicen, bueno, si esto es cierto ¿por qué lo que parece ser el viejo orden acaba de tomar el control de todo y aquellos que parecían representar una perspectiva más colectiva pierden horriblemente?
Bien, naturalmente mucha resistencia de la vieja orden acompaña este cambio radical, una filosofía y un patrón de funcionamiento que ha estado vigente durante miles de años. Este patrón más antiguo no desaparecerá pasivamente sino que luchará con uñas y dientes para mantener los viejos juegos enfocados en el ganancia material, el poder sobre los demás y el control. Esta lucha polarizará a la gente del mundo en todas partes dependiendo de cuáles sean sus valores fundamentales: beneficios a toda costa o igualdad de oportunidades para todos.
Así como el sistema construido sobre los pilares de las derrotas del Eje que combatio en la Segunda Guerra Mundial: Alemania, Italia y Japón en 1945 fue obra primordial de la creatividad de las élites políticas y económicas occidentales, en particular estadounidenses, recuérdese que Estados Unidos entro a combatir después del ataque a Pearl habor, para el mayor descanso de Winston Churchill, de igual manera la agonía del sistema es producto de los múltiples desatinos de dichas élites dirigentes estas pasadas dos décadas. Los estudiosos señalan tres aspectos: 1) Mareadas y despistadas por un rumbo de globalización tan rápido como impactante y perturbador, las élites occidentales, incluidas por supuesto las europeas, empezaron a perder de vista una realidad clave: perdieron de vista a sus electorados democráticos. Las colisiones generadas por la globalización han tenido y tienen consecuencias demoledoras sobre sociedades enteras, entre ellas vastas porciones de los Estados Unidos, pero los políticos occidentales, enceguecidos por el brillo de la utopía cosmopolita y multicultural dejaron olvidadas a millones de personas, quienes sin embargo preservaron un arma para contra-atacar: el voto. 2) La inmigración masiva en Europa y Estados Unidos generó una honda sacudida en sociedades que no son suficientemente permeables a ello, ni capaces de asimilar tales fenómenos con la velocidad que las élites, ubicadas en sus confortables torres de marfil, permitieron con enorme miopía. 3) La denominada “corrección política”, ideología del denominado progresismo en Occidente, acabó por desbordar la paciencia de millones. Tal ideología, mezcla de sentimentalismo, ingenuidad, e ignorancia de la historia, ha tenido numerosas expresiones a lo largo de estos años.
El curso de la evolución es en una dirección. La causa de las ganancias a toda costa está disminuyendo mientras que la causa de la igualdad de oportunidades para todos está creciendo sin importar las apariencias locales. ¿Por qué? Porque una es insostenible y la otra es sustentable. Cuando ocurre tal cambio de valores básicos, los cambios pueden ocurrir rápidamente, en el transcurso de cincuenta o sesenta años, un parpadeo en la evolución. En una época en la que la gente está acostumbrada al acceso instantáneo a la información a través de sus teléfonos inteligentes y dispositivos, sesenta años pueden parecer una eternidad, por lo que la paciencia es una cosa difícil de sostener.
El curso del cambio predicho por los antiguos místicos mayas es el siguiente: 1. El proceso comienza con extrema polarización y lucha, quizás represión e intentos de mantener el viejo orden en su lugar. El orden antiguo muestra las tensiones y tiranteces y comienza a fallar. Hay mucha confusión y caos. Hay mucha protesta y muchas mini-revueltas. 2. Luego una revuelta final por las masas: ya sea ideológica o física, ya sea no-violenta o violenta. El viejo orden se viene abajo 3. Entonces el renacimiento, la renovación, la transformación, la frescura y la libertad toman su lugar. Estamos en la fase de polarización iniciada en serio en 2012. Eso continuará durante veinte años más o menos. Mejor ser paciente y acostumbrarse a la lucha de avance y retroceso. Aquellos que están celebrando lo que piensan que es ahora el renacimiento, es muy demasiado pronto. Está camino por delante tiene unos treinta y seis años a partir de ahora. Un episodio lleno de simbolismo sobre este tema, es decir, sobre la voluntad política de identificar las amenazas con la verdad, y de esa forma cumplir uno de los deberes centrales de un líder que intente actuar con franqueza ante sus ciudadanos, fue la
referencia al radicalismo islámico en el discurso pronunciado por Trump el pasado día 20 de enero. Tal episodio marca una línea divisoria inequívoca entre dos momentos de la historia en nuestros días, entre Barack Obama y Donald Trump, entre un pasado agonizante y un porvenir incierto.
Las alarmas de que el paciente se encontraba en estado terminal se dispararon con el Brexit, y desde luego el panorama empezó a ser mejor descifrado con la victoria de Trump. Pero los fundamentos del llamado “sistema internacional liberal” ya estaban severamente resquebrajados antes del tumultuoso 2016. En este orden de ideas, Trump ha venido actuando como el niño del famoso relato de Andersen, en el que se narra la historia de un vanidoso Rey cuyos sastres, acosados por las exigencias del Monarca, decidieron engañarle, hasta que creyó estar vestido con las más finas y delicadas telas cuando en realidad andaba desnudo ante sus súbditos. Sin embargo llegó el momento en que un niño, provisto de la inocencia propia de su edad, en plena calle y contemplando al Rey que se paseaba, exclamó a toda voz: “¡Pero es que el Rey está desnudo!”
Partiendo de lo que vivimos en Venezuela y ahora en los Estados Unidos con el triunfo de Donald Trump podemos observar que el curso del cambio predicho por los antiguos místicos mayas se esta cumpliendo y es el siguiente: 1. El proceso comienza con extrema polarización y lucha, quizás represión e intentos de mantener el viejo orden en su lugar. El orden antiguo muestra las tensiones y tiranteces y comienza a fallar. Hay mucha confusión y caos. Hay mucha protesta y muchas mini-revueltas. 2. Luego una revuelta final por las masas: ya sea ideológica o física, ya sea no-violenta o violenta. El viejo orden se viene abajo 3. Entonces el renacimiento, la renovación, la transformación, la frescura y la libertad toman su lugar. Estamos en la fase de polarización iniciada en serio en 2012. Eso continuará durante veinte años más o menos. Mejor ser paciente y acostumbrarse a la lucha de avance y retroceso. Está camino por delante tiene unos treinta y seis años a partir de ahora.
El cambio del punto de encaje
El Punto de Encaje
El acto más significativo del chamanismo es "ver" la esencia del Universo. Los chamanes de la antigüedad, los primeros en "verla", la describieron de la mejor manera posible. Dijeron que se asemeja a hilos incandescentes que se extienden en el infinito, en todas las direcciones concebibles; filamentos luminosos que están conscientes de sí mismos, en formas imposibles de comprender.
De "ver" la esencia del universo, los chamanes de la antigüedad pasaron a "ver" la esencia de los seres humanos y la describieron como una configuración blanquecina y brillante, parecida a un huevo gigantesco. Y por eso llamaron a esa configuración el huevo luminoso. Cuando los chamanes "ven" seres humanos, ellos "ven" una gigantesca forma luminosa que flota, y que al moverse va haciendo un profundo surco en la energía de la Tierra; como si tuvieran una profunda raíz que van arrastrándola. Nuestra forma energética va cambiando a medida que pasa el tiempo. En la antigüedad los chamanes "veían" a los seres humanos como bolas e incluso como lápidas sepulcrales, pero en la actualidad, debido a razones desconocidas, los chamanes "ven" a los seres humanos como huevos luminosos. El hallazgo fundamental de los chamanes antiguos fue el descubrimiento de una característica crucial de los seres humanos como huevos luminosos: un punto redondo de intensa luminosidad, del tamaño de una pelota de tenis, alojado permanentemente dentro del huevo luminoso, al ras de su superficie, aproximadamente sesenta centímetros detrás de la cresta del omóplato derecho.
La bola luminosa es mucho más grande que el cuerpo humano y el punto de intensa brillantez es parte de ésta bola de energía; y está colocado en un lugar a la altura del omóplato derecho, a un brazo de distancia de la espalda de la persona. Después de "ver" lo que este punto hace, los chamanes antiguos lo llamaron el punto de encaje. Cada criatura, ya sea vegetal, animal o humano, tiene un punto de encaje situado en algún lugar de su campo energético. Este punto de encaje podría ser descrito como una especie de chip de computadora o código de barras que contiene información altamente condensada sobre la identidad del producto en el paquete, su fecha y paradero de fabricación, su historial de envío, su precio, etc. En el caso de un ser humano esta es una especie de identificación que indica dónde ha estado esta alma, lo que han aprendido hasta ahora, lo que saben y de qué son conscientes, hacia dónde se dirigen, quiénes piensan ahora que son en el contexto de un género, de una cultura, de una raza, de una profesión, cuáles son sus rasgos de personalidad actuales, su karma, sus acuerdos, qué hay en su guión para esta vida, cuáles son sus intenciones y cuáles son sus elecciones actuales. Tengan en cuenta que buena parte de esta información está sujeta a cambios basados en las elecciones hechas.
Este punto de encaje normalmente ocupa un sitio fijo, a menudo detrás de la espalda entre los omóplatos. Un golpe, un trauma, un accidente, una enfermedad grave, una droga o alucinógeno, una crisis de vida o un cambio severo, y una noticia grandiosa que cambia la vida o una devastadora pueden cambiar el punto de encaje permanentemente o temporalmente. Cuando esto sucede, una persona puede sufrir una grave crisis de identidad, un despertar, un colapso de la personalidad, una psicosis o lograr una gran dicha y libertad. A veces esto sucede de forma independiente a una persona, y a veces puede ocurrir en masa debido a un terremoto, tsunami, guerra, o algo que impacta fuertemente a todos en un área geográfica o país. Cuando esto sucede podrías decir que esa cultura ha tenido un cambio de punto de encaje. Este es ciertamente el caso con Siria y su guerra civil y algo menos en el caso de Inglaterra a través de su elección de salir de la Unión Europea. Para la mayoría los cambios de punto de encaje son profundamente incómodos y sacuden el sentido de seguridad de la persona. Por lo tanto, muchas personas tratan de evitarlos a toda costa. En una escala masiva no son buenos para el mercado de valores y otras instituciones que dependen de la estabilidad
El punto de encaje nos hace percibir. Los chamanes de la antigüedad "vieron" que en los seres humanos ése es el punto donde la percepción tiene lugar. "Viendo" que todos los seres vivientes tienen tal punto de brillantez, los chamanes de la antigüedad llegaron a la conclusión de que la percepción tiene lugar en ese punto. Para llegar a esa conclusión, los chamanes antiguos, "vieron" que de los millones de filamentos de energía del Universo que pasan a través de la bola luminosa, sólo un pequeño número de éstos pasa directamente por el punto de encaje, como es de esperarse, ya que es pequeño en comparación con la totalidad de la bola. Después "vieron" que un resplandor esférico, ligeramente más grande que el punto de encaje, siempre lo rodea, y éste resplandor intensifica enormemente la luminosidad de los filamentos que pasan directamente a través del punto de encaje. Finalmente, "vieron" dos cosas; la primera, que el punto de encaje de los seres humanos se puede desalojar del lugar donde usualmente se localiza. Y la segunda, que cuando el punto de encaje está en su posición habitual, a juzgar por el normal comportamiento de los sujetos observados, la percepción y la conciencia de ser son usuales. Pero cuando el punto de encaje y la esfera de resplandor que lo rodea están en una posición diferente de la habitual, el insólito comportamiento de los sujetos observados es prueba de que su conciencia de ser es diferente y de que están percibiendo de una manera que no les es familiar.
La conclusión que los chamanes de la antigüedad sacaron de todo esto fue que cuanto mayor es el desplazamiento del punto de encaje, más insólito es el consecuente comportamiento, y la consiguiente percepción del mundo y de la conciencia de ser. Acostumbrarse a uno de estos cambios importantes puede tomar meses, si no algunos años para integrarse. Durante ese tiempo puede haber mucho material interno para procesar, mucho que burbujea hasta la superficie, y esto proporciona una oportunidad para hacer cambios personales muy necesarios.
Crei por muchos años que en los años 80/90 habiamos llegado a la gran toma de consciencia individual y colectiva y eso no sucedió asi, a pesar de la cantidad de caminos y propuestas espirituales que segui. Ahora sabemos que este universo se basa en una simple actividad, la observación. La física ha descubierto el efecto observador, el hecho de que no se puede observar un experimento sin afectar el resultado. Esto tiene implicaciones de largo alcance en el cómo vivimos nuestras vidas. Nuestra observación de algo ayuda a ponerlo en existencia, en otras palabras, ayuda a manifestarlo o a crearlo. Sin embargo, no es sólo la observación neutral pura lo que hace la diferencia. La verdad es que es nuestra observación más nuestra actitud, expectativa e intención lo que tiene el mayor impacto. Así que, si los científicos tienen ciertas expectativas o deseos acerca del resultado de un experimento, tenderán a desviar el resultado en esa dirección. Si un grupo de científicos quiere un resultado, tenderán a ir en esa dirección y si otro grupo de científicos quiere un resultado diferente, sorprendentemente el experimento irá de en esa dirección. Esta es la razón por la que los experimentos de doble ciego fueron traídos a la existencia, para eliminar el problema de influir en los resultados. Traducido a nuestra vida cotidiana, lo que todo esto significa es que vamos a experimentar aquello que tendemos a creer que va a suceder. Si pensamos que alguien es un verdadero imbécil, tendemos a experimentarlos cada vez más como un imbécil, porque estamos activamente promoviendo eso a través de nuestras expectativas y nuestra reactividad emocional. Así que de una manera curiosa somos responsables de cómo experimentamos a las personas y de los resultados que experimenta
Cada individuo es personalmente responsable de la forma en que se comporta y de la forma en que es. Somos mutuamente responsables también de lo que reforzamos, así que cuando nos amontonamos sobre alguien y esperamos que se comporte peor, empieza a inclinarse en esa dirección y luego nos sentimos bien y revindicados. Así que la parte difícil es que, si no queremos que las cosas empeoren, tenemos que ver nuestra ira, nuestros prejuicios, nuestro deseo de juzgar y de quejarnos y nuestra tendencia a atacar. Tengan en cuenta aquí que juzgar y discernir son dos cosas diferentes. Juzgar usualmente es condenar y discernir es ser discriminante en nuestros juicios
Para entender esto es una buena idea mirar el comportamiento de alguien que está espiritualmente avanzado, como por ejemplo el Dalai Lama. Si alguna vez hubo alguien que estuviera justificado en odiar a los chinos por lo que le hicieron a él y a su pueblo sería el Dalai Lama. Sin embargo, como alguien que es un alma vieja y espiritualmente avanzado, sabe que atacar a los chinos y criticarlos fuertemente no va a ayudar en absoluto. Debido al efecto del observador esto sólo reforzaría su mal comportamiento con respecto al Tíbet. Así que pueden notar que el Dalai Lama es muy diplomático al hablar de los chinos. No los nombra ni los ataca, pero sí deja claro que el Tíbet necesita ser libre y que su pueblo necesita ser tratado con justicia.
La gente se asombra de su bondad y compasión, pero si supieran lo que él sabe, estarían inclinados a tomar este camino por sí mismos, dándose cuenta de que sólo están alimentando el sufrimiento mediante la resistencia y la queja.
En otras palabras, necesitamos abrir nuestros ojos y entender qué y con quién estamos tratando y deshacernos de nuestras expectativas poco realistas. El sistema que hoy expira, un punto que por cierto olvidamos a veces, se levantó sobre los pilares de la Guerra Fría. El mismo encarnaba un principio de orden sustentado en la confrontación de dos grandes potencias, portadoras a la vez de ideologías seculares frontalmente enfrentadas, así como en la disuasión nuclear y en una concepción suma-cero de los choques geopolíticos. El fin de la URSS y de la Guerra Fría modificaron estos esquemas, los de un juego estratégico que ya venía abriéndose con el acercamiento de Nixon y Kissinger a China. Más tarde se sumaron los ataques del 11-S contra Estados Unidos, el desafortunado fracaso del intento de democratizar las sociedades islámicas del Medio Oriente y sus secuelas, el avance económico y militar chino, la paulatina recuperación geoestratégica de Rusia, así como la crisis financiera de 2008 y su impacto social y político.
Necesitamos no resistir al hombre, como un maestro de artes marciales nunca está ahí para recibir el golpe de su atacante. Permitimos que esa persona aprenda de sus propios errores y las consecuencias de su propio comportamiento. Todos hemos aprendido de la manera difícil que ciertas maneras de ser no producen felicidad ni un sentimiento de seguridad. Lo que es interesante desde mi punto de vista es que una órbita completa de Plutón alrededor del sol tarda 248 años y los astrólogos han podido seguir esta órbita en las naciones que colapsaron dentro de los 250 años de su nacimiento. Sólo un par ha logrado completar dos órbitas de Plutón, una de ellas fue el Imperio Romano que duró cerca de 500 años, varias de las dinastías chinas y las dinastías egipcias. Han pasado 240 años desde que nacieron los
Estados Unidos en 1776, y la Capitania General de Venezuela en 1777, así que estamos apenas por debajo de los 248 años de la órbita de Plutón. En este momento, Venezuela y Estados Unidos, por citar los ejemplos que me ocupan, están seriamente polarizados y se compone de poblaciones de personas e ideologias que tienen conjuntos de valores totalmente diferentes y que desean estructuras sociales completamente diferentes. ¿Hay alguna manera de cerrar esta brecha y encontrar un terreno común? Es difícil de imaginar. Por otro lado, si el país se desintegrara en un número de países más pequeños, seguiríamos viviendo justo al lado de los vecinos que probablemente odiarían nuestros valores. Esa es la situación en Europa y no parece ser más fácil que ser una gran nación.
Simplemente no hay una solución fácil. Tenemos que estar preparados para el cambio, algo que es inevitable. Los cambios que vienen pueden sernos impuestos por personas que no comparten nuestros valores o pueden ser influenciados por nuestros propios deseos y anhelos más profundos. Eso sería mejor, pero no necesariamente fácil. Puedes pensar que no tienes voz en el asunto, pero eso no sería cierto. La paradoja es que cada persona es una pequeña gota en el balde de nuestra nación, pero cada persona tiene una enorme influencia y poder para guiar a la nación hacia una variedad de escenarios futuros. Incluso si te sientas y piensas que no estás haciendo nada en absoluto, sigues emitiendo tu voto de una manera u otra. Cuanto más compartimos una visión, más poder tiene esa visión de ocurrir.
¿Qué puedes hacer? En primer lugar, ¿qué puedes hacer con los que te molestan? Bueno, hay varias cosas. En lugar de odiarlos, sería mejor bendecirlos, algo que no significa que estés de acuerdo con ellos o que apoyes su agenda de ninguna manera. Sólo puede ayudar. Bendícelos a todos. La alternativa, odiar y atacar, no es bueno para ellos ni para ti. Esto es lo que Jesús quiso significar diciendo "Ama a tus enemigos" y lo que el Dalai Lama quiere significar cuando dice que su religión es "Benevolencia Amorosa". Ambos han aprendido por duras experiencias durante muchas vidas cuáles son las consecuencias de atacar y criticar. Estas respuestas sólo producen más y peor de lo que no quieres. Esa es la forma en que todos aprenden, de la manera más difícil. Finalmente, se les revela a las personas que después de siglos de empeorar las cosas, pueden tener un enfoque diferente y las cosas empiezan a mejorar. Cada uno de nosotros que está aprendiendo esta lección también lo aprende notando lo que sucede cuando otras personas son amables con nosotros y nos perdonan el haber sido a veces unos completos idiotas. Comenzamos a notar cómo nosotros mismos respondemos frente a nuestra propia respuesta al odio y a la venganza. La diferencia está en no contestar.
Entonces, ¿cuál es el lugar de la ira en este escenario? ¿Es la ira un no absoluto? Esto depende de cómo la uses. La ira puede ser un buen motivador. Puede hacerte enojar al ver a un adulto abusar o golpear a un niño pequeño o incluso a un animal. Puede motivarte para intervenir o tomar medidas para que esto no vuelva a suceder. Puede motivarte para ayudar a crear programas educativos o de concientización pública para lidiar con la fuente del problema. La ira es un motivador y ha ayudado a menudo a las personas a actuar constructivamente. Sin embargo, si la ira alimenta la venganza o el atacar a aquellos con los que estás enojado, entonces no es nada útil.
En otras palabras, la ira dirigida hacia la resolución de problemas puede ser buena; la ira dirigida hacia una persona no suele serlo. Dicho esto, a menudo me encuentro exasperado con las almas más jóvenes, sus valores y sus actitudes. Sin embargo, he aprendido a reconocer inmediatamente que se comportan de la misma manera que me comporté cuando era un alma más joven.
Todo lo que tengo que hacer es mirarme a mí mismo y reflexionar como alguna vez fui y, en lugar de reaccionar impulsivamente, me parece más interesante y desafiante elegir la compasión mientras miro mi reflejo en el gran espejo que es la vida. Esto no es para nada fácil. Es una disciplina y una práctica que trae muchas recompensas duramente ganadas. Sin embargo, no soy una santa en este momento, sólo alguien aprendiendo una manera mejor gracias al asesoramiento de mis ayudantes del Espíritu, después de haberse llevado grandes desilusiones y perdidas de expectativas.
Tal vez también estás en este camino y a menudo necesitas aliento y recordatorios. Yo sé que los necesito. Al final, lo mejor es respetar y honrar a nuestros enemigos, aunque tengamos que luchar contra ellos, y luchar contra ellos si intentan quitarnos nuestras libertades o intentan destruir este planeta. Hay un “anillo de no pasar”* en algún punto.
El 2017, como un oponente digno, proporcionará amplias oportunidades para estas lecciones. No hay un proceso más rápido de crecimiento espiritual que el de la adversidad y los desafíos.
