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“Tiempos difíciles, tiempos trágicos para un pueblo que necesita y merece compasión. No parece recib


03.05.17, 9:14 am / Noticia al dial

Cardenal Baltazar Porras

A menos de 24 horas de que el Presidente Nicolás Maduro, anunciara la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente “originaria” para cambiar la Constitución en Venezuela, el cardenal Baltazar Porras se pronunciaba en Madrid sobre la propuesta del Gobierno de una constituyente comunal.

“Esta convocatoria a una Constituyente y las condiciones en las que se ha hecho no es sino sencillamente querer borrar de un plumazo lo que ha sido la decisión de buena parte de la población, es negar el pluralismo y la democracia, la convivencia y el respeto a los otros”, señaló Porras en entrevista exclusiva antes de oficiar la misa del 2 de mayo convocada por la diáspora venezolana en la iglesia de San Antonio de Padua, en la que también participaron otros sacerdotes venezolanos.

El arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, aseguró que “el Gobierno quiere desconocer lo que buena parte de la población exige, lo que los venezolanos decidieron”.

Baltazar Porras explicó que ha estado en contacto con los obispos en Venezuela “para aclarar el malentendido de ciertas informaciones a medias que se están recibiendo”. Citó las palabras del Papa Francisco y fue enfático en su afirmación: “Hay que buscar cómo tender puentes en circunstancias tan adversas como las que vivimos”.

Diálogo

“El diálogo siempre es viable, lo que pasa es que el diálogo tal y como se generó e inició en Venezuela está sepultado, no tiene ningún sentido”, afirma el cardenal a la periodista venezolana Helena-Szymczuk.

Dialogar no es aparecer delante de una cámara con otros y darse la mano, sino tener la voluntad de escuchar y aceptar aquello con lo que a veces no se está de acuerdo, explicó Porras.

Preocupación del Papa Francisco

El papa Francisco, a su regreso de Egipto, ofreció declaraciones sobre Venezuela que levantaron revuelo en algunos sectores.

Baltazar Porras ha señalado que “en este momento el Papa Francisco siente una enorme preocupación sobre la situación en Venezuela”. Y asegura que la gravedad de la situación venezolana llama no sólo al Vaticano sino a la comunidad internacional a que no decaiga en exigir “simplemente el respeto a la Constitución”.

En este momento en el que algunos sectores cuestionan la tibia posición de la iglesia católica, Porras recuerda que la institución “siempre ha estado dispuesta a entablar conversaciones, no tanto para ser mediadora sino facilitadora, para que las partes se entiendan, porque el único interés que la mueve es el de la inmensa mayoría de la población, de los más débiles, del conjunto de venezolanos, de los niños desnutridos, de los ancianos que no tienen cuidados, la falta de medicamentos para poder tener una salud estable, eso tiene que ser lo que nos preocupe”.

Antes de iniciar la misa, el cardenal aseguró que “la iglesia en Venezuela siempre velará por el respeto y la búsqueda de los valores de unión y fraternidad”.

El Carabobeño

Venezuela: llamada del Papa Francisco a negociar una solución

Y a poner fin a la violencia

30 ABRIL 2017ANITA BOURDIN

(ZENIT- Ciudad del Vaticano). – Al término de una audiencia con unos 70.000 miembros de la Acción Católica italiana que festejan sus 150 años al lado de él, en la plaza de San Pedro, este domingo 30 de abril de 2017, el Papa Francisco ha dirigido diferentes mensajes, antes de la oración mariana y pascual del Regina Caeli.

Su primer mensaje ha sido para el Venezuela : “No cesan de llegar nuevas noticias dramáticas en relación a la situación del Venezuela y de los grandes enfrentamientos, con un gran número de muertos, heridos y de prisioneros”: “Me uno al dolor de las familias de las víctimas, por las cuales aseguro mi oración, dirijo una sincera llamada al Gobierno y a toda la sociedad venezolana, para que se evite toda clase de violencia, que los derechos humanos sean respetados, y que se busquen soluciones negociadas a la grave crisis humanitaria, social, política y económica que está agotando al pueblo.”

El Papa ha invitado a los católicos a orar por esta intención, añadiendo también un pensamiento por la situación en la República de Macedonia: “Confiamos a la Santa Virgen María la intención de la paz, de la reconciliación y de la democracia en este querido país. Y oremos por todos los países que atraviesan grandes dificultades, pienso en particular estos días en la República de Macedonia.”

El papa Francisco ya había evocado la situación en Venezuela en la conferencia de prensa en el avión que le había llevado, el sábado 29 de abril de El Cairo a Roma.

Taducción de Raquel Anillo

Papa Francisco: “Todo lo que se pueda hacer por Venezuela hay que hacerlo, pero con las garantías necesarias”

Por

AFP

30 de Abril de 2017

El papa Francisco aseguró que la Santa Sede está dispuesta a intervenir frente a la grave crisis de Venezuela, pero con condiciones claras, en declaraciones este sábado a bordo del avión papal que lo condujo a Roma desde Egipto.

“Tiene que ser con condiciones, condiciones muy claras”, advirtió el papa, interrogado sobre cómo podría ayudar la Santa Sede y él personalmente para frenar la ola de violencia en Venezuela, que ha dejado hasta ahora una treintena de muertos.

“Hubo intervención de la Santa Sede bajo pedido fuerte de cuatro presidentes que trabajaban como facilitadores. Y la cosa no resultó. Quedó ahí. No resultó porque las propuestas no eran aceptadas o se diluían. Eran un sí sí, pero no no”, afirmó el papa.

El pontífice se refería a las gestiones de la Santa Sede a pedido de los exmandatarios José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana), Martín Torrijos (Panamá) y Ernesto Samper (Colombia) que no dieron resultado en diciembre pasado para poner al gobierno de Nicolás Maduro y la oposición a dialogar.

“Todos sabemos acerca de la difícil situación de Venezuela, un país que quiero mucho”, reconoció el pontífice.

“Sé que ahora están insistiendo, no sé bien de dónde, creo que por parte de los cuatro presidentes para relanzar esa facilitación y están buscando lugar. Yo creo que tiene que ser con condiciones, condiciones muy claras”, afirmó.

La diplomacia del Vaticano no ha reconocido una mediación en el conflicto entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, sino que se considera como un “facilitador” del diálogo, según explicaron fuentes vaticanas.

– Las condiciones – El año pasado, el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, número dos del Vaticano, quien fue nuncio apostólico en Venezuela, fijó una serie de condiciones tras consultar las partes para poder mediar en el conflicto.

Entre las condiciones figuran que se fije un calendario electoral, la liberación de los opositores presos, la autorización de asistencia sanitaria internacional y la restitución de las prerrogativas del Parlamento.

Durante la charla con los más de 70 periodistas que lo acompañaban en el avión, el pontífice argentino admitió que uno de los problemas para su acción pacificadora son las divisiones dentro de oposición venezolana.

“Parte de la oposición no quiere esto”, dijo.

“Es curioso, la oposición está dividida y los conflictos se agudizan cada vez más”, recalcó.

“Pero hay algo en movimiento. Muy en el aire todavía”, adelantó.

El papa argentino reiteró que todo lo que se pueda hacer por Venezuela, hay que hacerlo, pero con las garantías necesarias, si no jugamos al pim pim pirulero”, resumió con su tradicional lenguaje familiar.

El papa Francisco ha manifestado públicamente en varias ocasiones su preocupación por la crisis en Venezuela.

El presidente Maduro enfrenta desde hace un mes una ola de protestas que exigen elecciones generales y que han derivado en choques entre fuerzas de seguridad y manifestantes, disturbios y saqueos, que dejan ya 28 muertos y cientos de heridos y detenidos.

La oposición anunció que mantendrá su protesta en las calles y considera que la salida del poder de Maduro es la única solución a la profunda crisis.

Más de un 70% de venezolanos, según encuestas privadas, rechaza la gestión del mandatario, cansados de la escasez de alimentos y medicinas y de una inflación que según el FMI llegará al 720,5% este año, la más alta del mundo.

EL PAPA Y VENEZUELA

| mayo 1, 2017 / Web del Frente Patriotico

“Tiempos difíciles, tiempos trágicos para un pueblo que necesita y merece compasión. No parece recibirla del Vaticano.”

ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA @sangarccs

Suelto de cuerpo, sin la parafernalia multitudinaria de la Plaza San Pedro, en la intimidad de un vuelo privado y un cortejo de periodistas invitados, Jorge Alejandro Bergoglio se dignó otorgarle algunos minutos a Venezuela. Sus declaraciones son, por decir lo menos, de una impiedad indignas de su cargo y más propias de un político argentino claramente sesgado a favor de la dictadura y sus fuerzas de choque. Dos consideraciones le parecieron destacables, a juzgar por la información de las agencias de noticias internacionales que lo reportan: que de haber un diálogo, las condiciones debían ser claras. Cabe preguntarle, ¿no lo fueron cuando se prestó a ellos? ¿No lo supuso, en conocimiento de los reiterados engaños sufridos por la oposición que se prestara a ellos antes de recurrir, en un último esfuerzo, a una mediación seria, piadosa y justa, y frente a cuyo fracaso hoy se lava las manos, dejando colar sibilinamente la segunda consideranción que podría concurrir a explicar desde su muy peculiar perspectiva la tragedia que sufrimos los venezolanos, a saber que la oposición está desunida? ¿Quiénes son los culpables de que esos diálogos no hayan sido “claros”? ¿El régimen dictatorial o la oposición dividida?

El tenor de sus breves declaraciones contrasta brutalmente con la altura, con la dignidad y la grandeza de las autoridades eclesiásticas venezolanas, atacadas con vileza por el régimen a través del hamponato de los llamados colectivos al servicio y por orden de la dictadura. El atentado que sufriera el cardenal Urosa en plena misa de Viernes Santo en Caracas y el que sufriera el cardenal Baltasar Porras en Mérida, no le merecieron el menor comentario. Los veintiséis jóvenes cristianos asesinados por orden de Nicolás Maduro en estos días de inmensas, pacíficas aunque aguerridas movilizaciones, tampoco. Los miles de heridos y encarcelados en el curso de un mes ininterrumpido de millonarias manifestaciones convocadas por la Mesa de Unidad Democrática, que han conmovido a la opinión pública ocupando las portadas de todos los periódicos impresos, radiales y televisivos del mundo, muchísimo menos.

Nada de eso. Al padre de la cristiandad, como si no fuera más que un politiquero de una barriada bonaerense afecto solapada y cínicamente a la dictadura venezolana, le parece infinitamente más importante destacar la supuesta desunión de la dirigencia opositora, capaz, sin embargo, de movilizar la mayor fuerza activa de la historia en América Latina. Y motivar a su grey hasta el martirologio. ¿Desunión? ¿Qué otra cosa esperar de una oposición estrictamente civil y democrática que diversidad de opiniones? ¿Qué esperar de una tiranía sino la absoluta unanimidad del terror de Estado?

Los asesinatos a mansalva de decenas de jóvenes con tiros de gracia a la cabeza o bombazos de lacrimógenas disparadas a bocajarro o lanzadas desde un helicóptero por los efectivos blindados de la Guardia Nacional, repito, de muchachos incluso adolescentes, cristianos e idealistas, que continúan dando sus vidas reclamando por Libertad y Justicia para su pueblo, dos valores irrenunciables de nuestra tradición cristiano occidental: esta trágica, dolorosa y espantosa situación que ha puesto a nuestro país en el primer plano de la atención y preocupación mundiales, parecen resbalarle por su papal conciencia.

A Jorge Alejandro Bergoglio, el jesuita bonaerense que ocupa el solio de San Pedro, no parece conmoverlo el sufrimiento de la cristiana feligresía venezolana. Su miseria inducida por un régimen ateo e inhumano, que considera que el cristianismo que él representa en la tierra como el máximo y directo vicario de Jesucristo, el Nazareno que fuera cubierto con excrementos por fuerzas de choque por órdenes del gobierno de Nicolás Maduro, durante el referido asalto en la basílica de Santa Teresa en Caracas el último Viernes Santo, es el opio del pueblo. Y merece ser extirpada del alma venezolana a sangre y fuego. Como en Cuba o en Corea del Norte. ¿No lo sabe?

Y cuya insólita justificación al ominoso fracaso de su mediación en los tibios y cobardes intentos de diálogo – como si no supiera por la cruenta y terrible historia del totalitarismo soviético del siglo XX que con los comunistas que han asaltado el Poder y se han entronizado con pretensiones de eternidad todo diálogo es tiempo perdido – suelta esta perla de su inteligencia política: la oposición está dividida. Punto.

No es ni será este papa llamado Francisco un aliado de nuestra ultrajada, humillada y ofendida cristiandad en su lucha por hacer florecer en Venezuela la palabra de Dios. Para nuestro inmenso infortunio, el dolor de nuestro pueblo no es su dolor. Tampoco el que sufre nuestra Iglesia. Dios sepa cual es el suyo. Que no quisiera suponer por no ofender minorías marginadas. Que para eso pareciera haber sido electo.

Tiempos difíciles, tiempos trágicos para un pueblo que necesita y merece compasión. No parece recibirla del Vaticano.

Robert Gilles Redondo: Otra vez el diálogo, extremo salvavidas pontificio

May 1, 2017 La Patilla

La justicia es el objeto y, por tanto, también la medida intrínseca de toda política. La política es más que una simple técnica para determinar los ordenamientos públicos: su origen y su meta están precisamente en la justicia, y ésta es de naturaleza ética. Benedicto XVI, Encíclica Deus caritas est, nº 28.

El Papa Francisco una vez más ha vuelto a hablar del diálogo. Una vez más lanzando el salvavidas a la narcodictadura chavista de Nicolás Maduro y lo hace justo en el momento en que, nacional e internacionalmente, el régimen se ha puesto al margen de la historia, ejerciendo la más brutal represión contra la población civil venezolana, que se halla en estado absoluto de indefensión, sometida al imperio de un Estado fallido y totalitario de amplia tendencia fascista.

La misión diálogo del Papa viene acompañada por la nefasta intervención de los expresidentes Fernández, Torrijos, Zapatero y el indeseable Samper, además de la inexcusable disposición de Primero Justicia (Julio Borges y Henrique Capriles) y de Un Nuevo Tiempo (Manuel Rosales y Timoteo Zambrano). La propuesta sobre la cual versa el nuevo proceso de diálogo incluye la realización de las elecciones regionales en 2017, las presidenciales en 2018 y casa por cárcel a los presos políticos. De esta forma se intenta detener el proceso de rebelión iniciado en estas últimas semanas en las que el pueblo venezolano, “fiel a su tradición” ha decidido alzar la cerviz y plantarle cara al desafío histórico ineludible de desalojar al régimen chavista.

Este histórico proceso ya fue manchado de sangre. Al inicio de las protestas opositoras que exigen elecciones generales, liberación incondicional de todos los presos políticos y restitución inmediata de todas las facultades constitucionales de la Asamblea Nacional, el régimen chavista desplegó sus fuerzas paramilitares, llamadas “colectivos”, y a todos los organismos de seguridad para que, sin mediar el respeto a los derechos humanos, se dispersen todas las multitudinarias concentraciones ejerciendo la fuerza bruta y asesinando, cuando les es posible, a los manifestantes. Ya suman más de treinta opositores muertos en manos de los colectivos del terror. Víctimas directas de la barbarie chavista han sido el Cardenal Jorge Urosa Savino, el pasado miércoles santo en la Basílica de Santa Teresa cuando un grupo de paramilitares chavistas ingreso al recinto sagrado e intentó agredir al purpurado. También, no de ahora sino de siempre, el Cardenal Baltazar Porras, objeto de todos los odios chavistas por su incondicional condena a la sinrazón que les motiva. Sumado a estos ataques sistemáticos contra todo el Episcopado venezolano que, con una respectiva excepción muy conocida, ha condenado al régimen chavista y su discurso de odio contra la población, están los ataques contra los centros educativos católicos y diversas instituciones de atención social, como Cáritas a quien se le ha impedido ingresar medicamentos al país.

Sin embargo, pese a todo ello, y a la indescriptible tragedia humanitaria que padece Venezuela, signada por la altísima escasez de alimentos y medicamentos, la inflación y la inseguridad más alta del mundo, el desmantelamiento total del Estado de Derecho y Justicia Social preconizado en la Constitución Nacional, el Papa piensa que una vez más el diálogo es posible. El mismo proceso en el que Él fue burlado frontalmente en el 2016 y que ha tenido como mediador, entre otros, al Nuncio Apostólico, público simpatizante del chavismo, mismo personaje que en enero de este año aseguró ante la Plenaria de los Obispos que el diálogo era inviable en esta crisis.

Con una pistola en la mano es fácil que nos sienten a dialogar mientras llevamos en nuestros brazos todas las tristezas y toda la sangre de esta hora desesperada de la que queremos salir para ser libres. Pero en la realidad práctica los venezolanos estamos convencidos, como Amartya Sen, que la libertad es el único camino para la libertad. Por eso estamos en la calle, porque sólo la rebelión nos hará libres.

Cuando el Papa piense en diálogo, debe informarse que nuestros presos políticos, presos de conciencia, no tienen que ser negociados como una estrategia para sostener el establishment izquierdista del cual el mismo Pontífice es abiertamente fanático. Que el problema de fondo y de forma no es elegir los gobernadores de unos estados ni la restitución de unos poderes ilegítimamente secuestrados al único Poder con legitimidad de origen como lo es la Asamblea Nacional. Que el problema de fondo no es seguir cohabitando como si los delincuentes chavistas fuesen los elegidos divinos para dirigir perpetuamente los destinos de Venezuela. Que no es exigir democracia porque no la hay sino hacerla a partir del desalojo del régimen y la constitución de un nuevo Gobierno. Que el tema no es dialogar para cohabitar más tiempo sino para LIBERARNOS de la opresión y la miseria.

El Papa pretende sustituir la ética cristiana con su propia ideología manipulando una vez con la misión diálogo para darle tiempo extra a la catástrofe que vive Venezuela y que con tanta valentía nuestros Obispos han denunciado. Esto hace inaceptable que él asuma un rol intervencionista tan parecido y complaciente a los intereses de esos pocos parásitos que siguen viendo en la región latinoamericana a Venezuela como su caja chica. Ignorar la grave crisis que tenemos hasta el atrevimiento de insistir en el diálogo una vez más después de haber sido burlado no es digno de un Papa. Al fin y al cabo ya no se acepta aquella deslumbrante fórmula de Weftalia del “cuius regio, eius religió”.

LAS ARMAS DE CORONEL

domingo, 30 de abril de 2017

Sr. Papa: por favor, no siga ayudando así a Venezuela

El santo padre acaba de hablar sobre Venezuela. Dice:

“Hubo una intervención de la Santa Sede bajo pedido fuerte de los cuatro Presidentes que estaban trabajando como facilitadores. Y la cosa no resultó. Y quedó ahí. -No resultó porque las propuestas no eran aceptadas, o se diluían, era un sí-sí, pero no-no. Todos conocemos la difícil situación de Venezuela, que es un país al que yo quiero mucho. -Y sé que ahora están insistiendo, no sé bien de dónde, creo que de los cuatro presidentes, para relanzar esta facilitación y están buscando el lugar. Yo creo que tiene que ser con condiciones ya, condiciones muy claras. -Parte de la oposición no quiere esto. Es curioso, la misma oposición está dividida, y por otro lado parece que lo conflictos se agudizan cada vez más. -Pero hay algo en movimiento. Estuve informado de eso, pero está muy en el aire todavía. Pero, todo lo que se puede hacer por Venezuela hay que hacerlo, con las garantías necesarias, si no jugamos al “tin tin pirulero”, y no va la cosa”.

Es esto todo lo que tiene que decir sobre Venezuela un hombre de su estatura moral, cabeza de la iglesia católica, quien debe estar bien enterado de lo que sucede y ha sucedido en Venezuela durante todos estos años, que debe saber qué hace un mes el país está de pie en contra de una narco-dictadura cruel y abominable, que debe conocer de la muerte de más de 30 venezolanos, a manos de la represión militar y criminal?

Sus declaraciones sobre Venezuela hablan de la posibilidad de reiniciar un diálogo. Aunque advierte que este diálogo, de re-iniciarse, debe tener “condiciones claras”, no hay dudas de que está reabriendo la posibilidad. Y la está reabriendo hablando de los mismos cuatro “facilitadores” ampliamente desacreditados ante el pueblo venezolano, mercenarios del narco-régimen.

Peor aún, Francisco se permite definir como cosa rara que haya gente de la oposición que ‘no desea el diálogo”. Después de un mes de crisis abierta en Venezuela el Papa dice que “parece que los conflictos se agudizan”. Dice que “algo se está moviendo, los facilitadores buscan un sitio de reunión”. En estas declaraciones el Papa aparece promoviendo otro intento de diálogo.

Estas tristes y frívolas declaraciones del Papa Francisco obligarán a nuestra admirada Iglesia católica venezolana a tratar de interpretar positivamente sus palabras. Pero es que una y otra vez el Papa parece abrir la boca para desanimar a los venezolanos, para desmontar las protestas de los venezolanos, para insistir en una negociación inmoral que él - como jefe de la Iglesia – debería ser el primero en rechazar. Su comportamiento en Cuba y, ahora, en Venezuela, nos alejan de él.

Papa Francisco, no defienda así a Venezuela. Su silencio sería preferible. Debe usted respetar la decisión de los venezolanos dignos de rebelarse contra una narco-dictadura, con la cual no puede haber negociación posible. Debería ser usted el primero en comprenderlo así.

La verdad sea dicha, el mejor adjetivo que se le ha ocurrido a muchos para calificar las declaraciones sobre Venezuela de Francisco en un avión durante su retorno de Egipto es la de ligeras y vacías. Primero el estilo papulista (ingeniosidad que viene de populista) que le hace llenar con imágenes familiares y supuestamente divertidas los vacíos de información y criterios en la respuesta a la pregunta de algún periodista sobre este desdichado país.

El diálogo fracasó porque las proposiciones a concertar daban lugar un “sí, sí…no, no”, y si no se trabaja en el futuro con condiciones claras se terminará jugando al pi pi pirulero (infantilismo, poco claro urbi et orbe). Como se sabe, es tema vasto, el Papa parece pecar de una desenfadada y premeditada mundanidad que muchos ven como contraria a la supuesta trascendencia de sus funciones de embajador del reino de los cielos en la tierra. En todo caso le quita seriedad, para los creyentes solemnidad sacra, a sus delicadas terrenales funciones políticas, tan abundosamente practicadas por él.

El Papa, que mucho debe saber sobre lo que se digna a hablar, tiene noticias de que se está tratando de promover algún remake del primer capítulo fallido del diálogo nacional y “cree” que son los expresidentes intermediarios los que andan en ese trajín. Sería mejor que supiese con quien se las está viendo en tema tan delicado, al menos para los nativos de esta tierra agraciada, que confiesa amar mucho; confesión, de paso, que hace suponer que habrá algunas que ama menos lo cual no cumple con el debido ecumenismo de sus funciones, amar a (todos) los prójimos como a sí mismo.

Por lo demás, el diálogo fallido no lo fue por la ambigüedad, sí y no, con que se tomaban las propuestas sino por el desconocimiento del gobierno de lo acordado, al menos eso lo dice el cardenalísimo Parolín, secretario de Estado del Vaticano, en una ya famosa carta. Que la oposición venezolana está dividida, se infiere que sobre el diálogo, cosa que le parece curiosa, es afirmación temeraria porque sé que es tema poco debatido a fondo en la MUD pero donde sólo parece haber más que división divergencias naturales y ajustables.

Por último, concluir que la cosa está difícil y en un estadio muy aéreo pero algo parece moverse no es mucho decir, sí sí y no no, para tan esperada e influyente palabra. Solo queda rescatar de la muy improvisada respuesta que la Iglesia sigue dispuesta, si la cosa se enseria, a participar en la muy crítica situación venezolana.

Henrique Capriles es hombre religioso, ha dado muchas enfáticas demostraciones. Y con respecto a la posibilidad de intentar un nuevo diálogo ha cuestionado a los intermediarios, en especial a Zapatero, pero ha mantenido su aceptación de la participación vaticana y hasta le ha pedido recientemente al Sumo Pontífice un “poquito” más de atención al asunto venezolano, que es grave. Pero acaba de ser categórico diciendo que no es verdad la división de la oposición (¡es mentira!), todos quieren dialogar pero no al estilo Zapatero. Y de paso le informa que ha habido un reciente golpe de Estado institucional y unas decenas de muertos por combatirlos. Se diría que es buena respuesta.

En cuanto a Zapatero y su combo, donde hasta se ha coleado Samper que ahora se pretende intermediario, cuando su participación en el triste intento fue, ya no es, el de Presidente de Unasur, promotor de la conversa, en cuanto a los mediadores digo, han adquirido plenamente un status de fantasmas que nadie sabe dónde están, qué hacen, es más, si tienen alguna tarea que ejercer y a cuenta de qué. Si es condición indispensable que las dos partes los acepten y a decir de Capriles, y Freddy Guevara por ejemplo, no los quieren ver ni en pintura. Pero insisten, aunque no se asoman, en vacuas declaraciones y gestiones en la oscuridad.

En cuanto a Francisco digamos que fue un round infeliz, con jet lag. Y que puede haber mejores, al fin y al cabo ahí siguen los requerimientos de Parolín por no hablar de la aguerrida e inédita capacidad de lucha mostrada por nuestros sacerdotes, tanta que una inmensa marcha de ciudadanos fue a saludarlos la semana pasada en su sede de Montalbán. Con razón.

En conclusion antes de catalogar al Papa Francisco de defensor de Nicolas Maduro y su desgobierno, debemos conocer quien es el Papa Francisco, ES UN SACERDOTE JESUITA, y ser jesuita marca un estilo de ver la DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA CATOLICA, que desde siempre muchos han calificado de tendencia izquierdista, como ha sucedido con la Teologia de la Liberacion, que es otra de las corrientes que se tildan de pro-comunistas.

El Papa Francisco, esta en verdad preocupado por Venezuela y Corea del Norte

“¡Llamo a la negociación porque es el futuro de la humanidad!”

El Papa Francisco mostró su preocupación porque la situación se está “calentando demasiado” en Corea del Norte, y porque en Venezuela la negociación no pudo llegar a resultados positivos, con lo que el conflicto “se agudiza cada día”, durante la rueda de prensa celebrada a bordo del avión que le traía de vuelta desde El Cairo.

Hablando concretamente de Venezuela, país que el Papa afirmó “amar mucho”, admitió el fracaso de la mediación vaticana: “no tuvo éxito porque las propuestas no fueron aceptadas o eran diluidas”, aunque la negociación por parte de los cuatro presidentes prosigue.

“Hay ya oposiciones claras, la misma oposición está dividida y el conflicto se agudiza cada vez más. Estamos en movimiento. Todo lo que se pueda hacer, hay que hacerlo, con las garantías necesarias”.

Respecto a Corea del Norte y el lanzamiento de misiles como amenaza al resto del mundo, el Papa afirmó que parece que la situación “se está calentando demasiado”, y defendió la negociación diplomática como la única vía posible.

“Llamo a la negociación porque es el futuro de la humanidad: hoy una guerra alargada destruiría buena parte de la humanidad, ¡y es terrible! Miremos a esos países que están sufriendo una guerra interna, en Oriente Medio Oriente, en Yemen, en África. Detengámonos, busquemos soluciones diplomáticas”, añadió, apelando a que la ONU “recupere su liderazgo, porque se ha diluido un poco”.

“Dije campos de concentración, no fue un lapsus”

Papa Francisco respondió también a la pregunta de un periodista sobre su comparación entre la situación de los refugiados en Europa y los campos de concentración, un término que sentó muy mal especialmente a las autoridades alemanas.

El Papa se reafirmó en sus palabras, asegurando que no fue un “lapsus” por su parte. “Hay campos de refugiados que son auténticos campos de concentración”, respondió, recordando sin embargo que no fueron esas sus únicas palabras: “Hablé de los países más generosos de Europa, citando a Italia y a Grecia. Sobre Alemania, siempre he admirado su capacidad de integración”. Pero “estar encerrados es un campo de concentración”, aseveró.

Preguntado por el reciente fenómeno de los populismos, admitió que Europa “corre el riesgo de disolverse, esto es verdad. Tenemos que meditar. Hay un problema que asusta y que quizás alimenta estos fenómenos, y es el problema de la inmigración. Pero no olvidemos que Europa ha sido hecha por los migrantes, por siglos y siglos de migrantes”.

El de la inmigración, añadió, “es un problema que se debe estudiar bien, respetando las opiniones, una discusión política con la letra mayúscula, la gran política”, añadió, evitando opinar directamente sobre Marine Le Pen y las próximas elecciones francesas.

Sobre Trump, el Papa dijo que él recibía “a todos los jefes de Estado que lo solicitaban”, pero que la Secretaría de Estado vaticana no le había informado de una petición por parte de la nueva administración americana.

“En Egipto yo he hablado de valores”

¿Las palabras del Papa Francisco hacia Al Sisi pueden entenderse como un apoyo a este gobierno concreto? “He hecho hasta ahora dieciocho viajes, y siempre escucho decir: el Papa apoya a este u otro Gobierno”, respondió. “Yo no me inmiscuyo, hablo de valores, que cada uno vea y juzgue si un gobierno o un Estado apoya estos valores”.

“Yo he hablado de los valores en sí mismos, de defender la paz, la armonía de los pueblos, la igualdad de los ciudadanos, sea cual sea la religión que profesan. Son valores y yo he hablado de valores. Si un gobernante defiende uno u otro de estos valores, es otro problema”.

Basado en la versión original francesa de Aymeric Pourbaix, I.MEDIA, periodista presente en el vuelo papal

¿El Papa Francisco es comunista? Él mismo responde

ROMA, 30 Jun. 14 / 09:15 am (ACI).- En la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, celebrada ayer 29 de junio, el diario italiano Il Messagero publicó una entrevista que le hizo al Papa Francisco en la que le dijeron al Santo Padre que él “pasa por ser un Papa comunista”. En esta nota lea la respuesta del Pontífice.

En la entrevista, el periodista le dice a Francisco que “Usted pasa por ser un Papa comunista, populista. The Economist que le dedicó una portada afirma que habla como Lenin. ¿Se identifica con esto?”. A la pregunta el Santo Padre contesta que “yo digo solo que los comunistas nos han robado la bandera. La bandera de los pobres es cristiana. La pobreza está en el centro del Evangelio. Los pobres están en el centro del Evangelio”.

El Papa recuerda luego un pasaje del Evangelio que cita con frecuencia y que propuso a los jóvenes argentinos en su encuentro con ellos en julio del año pasado en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, el de las obras de misericordia: “Si miramos Mateo 25, el protocolo sobre el cual seremos juzgados: tuve hambre, tuve sed, estuve en la cárcel, estuve enfermo, desnudo. O miremos las Bienaventuranzas, otra bandera. Los comunistas dicen que todo esto es comunista. Sí, como no, veinte siglos después. Entonces cuando hablamos, podríamos decirles: pero ustedes son cristianos (risas)”.

El Santo Padre explica también en la entrevista que “la pobreza está en el centro del Evangelio. No se puede entender el Evangelio sin entender la pobreza real, teniendo en cuenta que existe también una pobreza bellísima del espíritu: ser pobre ante Dios porque Dios te llena”.

“El Evangelio –precisó el Papa– se dirige indistintamente a los pobres y a los ricos. Y habla tanto de pobreza como de riqueza. No condena para nada a los ricos, pero sí las riquezas cuando se hacen objetos de idolatría. El dios dinero, el becerro de oro”.

Al ser preguntado sobre la pobreza material y la espiritual, el Pontífice dijo que “a mí me asustan las dos. Un hambriento, por ejemplo, puedo ayudarlo para que no tenga más hambre, pero si ha perdido el trabajo y no encuentra otra ocupación, tiene que ver con otra pobreza. Ya no tiene dignidad. Quizá pueda ir a Cáritas y llevarse a casa un poco de víveres, pero experimenta una pobreza gravísima que le arruina el corazón”.

“Un Obispo auxiliar de Roma me contó que muchas personas van a comedores en secreto, llenos de vergüenza, y se llevan a casa la comida. Su dignidad se ha empobrecido y viven en un estado de postración”.

¿Existe una jerarquía de valores que respetar en la gestión de los asuntos públicos?

Por supuesto. Tutelar siempre el bien común. La vocación para cualquier político es esta. Un concepto amplio que incluye, por ejemplo, la custodia de la vida humana, de su dignidad. Pablo VI solía decir que la misión de la política permanece como una de las más altas de la caridad. Hoy el problema de la política –no hablo solo de Italia, sino de todos los países, el problema es mundial-, es que se ha desarrollado, arruinado por la corrupción, por el fenómeno de los sobornos.

Me acuerdo de un documento que publicaron los obispos franceses hace 15 años. Era una carta pastoral titulada: Rehabilitar la política. Afrontaba precisamente este argumento. Si no hay un servicio de base, no se puede si quiera entender la identidad de la política.

Usted ha dicho que la corrupción huele a putrefacción. Dijo también que la corrupción social es el fruto del corazón enfermo y no solo de condiciones externas. No habría corrupción sin corazones corruptos. El corrupto no tiene amigos, sino idiotas útiles. ¿Nos lo podría explicar mejor?

Hablé durante dos días seguidos sobre este tema porque comentaba la lectura de la Viña de Nabot. A mí me gusta hablar sobre las lecturas del día. El primer día afronté la fenomenología de la corrupción, el segundo día de cómo acaban los corruptos. El corrupto, por tanto, no tiene amigos, solo tiene cómplices.

¿Usted cree que se habla tanto de corrupción porque los medios de comunicación insisten en este tema o porque efectivamente se trata de un mal endémico y grave?

No, por desgracia el fenómeno es mundial. Hay jefes de estado en la cárcel precisamente por esto. Me he preguntado mucho sobre esto, y he llegado a la conclusión que muchos males crecen sobre todo durante los cambios de época. Estamos viviendo más que una época de cambios, un cambio de época. Y por tanto, se trata de un cambio de cultura, precisamente de esta fase emergen cosas así. El cambio de época alimenta la decadencia moral, no solo en política, sino también en la vida financiera o social.

También los cristianos parecer no brillar por su testimonio…

El ambiente es lo que facilita la corrupción. No digo que todos sean corruptos, sino que creo que es difícil permanecer honestos en esta política. Hablo de todo el mundo, no solo de Italia. Pienso también en otros casos. A veces hay personas que querían hacer las cosas más claras, pero después se encuentran con dificultades, y es como si fueran fagocitados por un fenómeno endémico, a altos niveles, transversales. No porque sea esta la naturaleza de la política, sino porque en un cambio de época, las tensiones hacia una cierta deriva moral se hacen fuertes.

¿A usted le asusta más la pobreza moral o material de una ciudad?

A mí me asustan las dos. Un hambriento, por ejemplo, puedo ayudarlo para que no tenga más hambre, pero si ha perdido el trabajo y no encuentra otra ocupación, tiene que ver con otra pobreza. Ya no tiene dignidad. Quizá pueda ir a Cáritas y llevarse a casa un poco de víveres, pero experimenta una pobreza gravísima que le arruina el corazón. Un Obispo auxiliar de Roma me contó que muchas personas van a comedores en secreto, llenos de vergüenza, y se llevan a casa la comida. Su dignidad se ha empobrecido y viven en un estado de postración.

Por las grandes calles de Roma se ven mujeres de apenas 14 años, a menudo obligadas a prostituirse en medio del descuido general, mientras que en el metro se aprecia la mendicidad de los niños. ¿La Iglesia es todavía levadura? ¿Se siente impotente como Obispo ante esta degradación cultural?

Siento dolor. Siento un enorme dolor. La explotación de los niños me hace sufrir. También en Argentina ocurre lo mismo. Para algunos trabajos manuales se usan a los niños porque tienen las manos más pequeñas. Pero los niños también son explotados sexualmente en hoteles. Una vez me advirtieron sobre una calle de Buenos Aires en donde había muchachitas prostitutas de 12 años. Me informé y efectivamente era sí. Me hirió. Pero todavía más ver que se paraban autos de gran cilindrada conducidos por ancianos. Podían ser sus abuelos. Hacían subir a la niña y le pagaban 15 pesos que después les servían para comprar drogas, la dosis. Para mí las personas que hacen esto a las niñas son pedófilos. Sucede también en Roma. La ciudad eterna que debería ser un faro en el mundo es un espejo de la degradación moral de la sociedad. Pienso que son problemas que se resuelven con una buena política social.

¿Qué puede hacer la política?

Responder limpiamente. Por ejemplo con los servicios sociales que permiten a las familias entender, acompañándoles a salir de situaciones difíciles. El fenómeno indica una deficiencia del servicio social en la sociedad.

La Iglesia está trabajando muchísimo…

Y tiene que continuar haciéndolo. Hace falta ayudar a las familias en dificultad, una tarea ardua que requiere esfuerzo común.

En Roma cada vez más jóvenes no van a la iglesia, no bautizan a sus hijos, no saben ni siquiera hacerse la señal de la cruz. ¿Qué estrategia serviría para cambiar esta tendencia?

La Iglesia debe salir a las calles, buscar a la gente, ir a las casas, visitar a las familias, ir a las periferias. No ser una Iglesia que solo recibe, sino que ofrece.

Y los párrocos no tienen que ponerle los rulos a las ovejas…

(Risas) Obviamenteo. Estamos en una época de misión desde hace diez años. Debemos insistir.

¿El Evangelio habla de los más pobres y a los más ricos para convertirlos?

La pobreza está en el centro del Evangelio. No se puede entender el Evangelio sin entender la pobreza real, teniendo en cuenta que existe también una pobreza bellísima del espíritu: ser pobre ante Dios porque Dios te llena. El Evangelio se dirige indistintamente a los pobres y a los ricos. Y habla tanto de pobreza como de riqueza. No condena para nada a los ricos, pero sí las riquezas cuando se hacen objetos de idolatría. El dios dinero, el becerro de oro.

Usted pasa por ser un Papa comunista, populista. The Economist que le dedicó una portada afirma que habla como Lenin. ¿Se identifica con esto?

Yo digo solo que los comunistas nos han robado la bandera. La bandera de los pobres es cristiana. La pobreza está en el centro del Evangelio. Los pobres están en el centro del Evangelio. Si miramos Mateo 25, el protocolo sobre el cual seremos juzgados: tuve hambre, tuve sed, estuve en la cárcel, estuve enfermo, desnudo. O miremos las Bienaventuranzas, otra bandera. Los comunistas dicen que todo esto es comunista. Sí, como no, veinte siglos después. Entonces cuando hablamos, podríamos decirles: pero ustedes son cristianos (risas)

Si me permite una crítica…

Claro.

Usted quizá habla poco de las mujeres y cuando habla afronta el argumento solo desde el punto de vista maternal, la mujer esposa, la mujer madre, etcétera. Y las mujeres ya dirigen estados, multinacionales, ejércitos. En la Iglesia, según usted, ¿qué lugar ocupan las mujeres?

Las mujeres son lo más hermoso que Dios ha creado. La Iglesia es mujer. Iglesia es una palabra femenina. No se puede hacer teología sin esta femineidad. De esto usted tiene razón, no se habla lo suficiente. Estoy de acuerdo que se debe trabajar más sobre la teología de la mujer. Lo dije y se está trabajando en este sentido.

¿No entrevé una cierta misoginia de fondo?

El hecho es que la mujer fue tomada de una costilla… (risas). Bromeo, estaba bromeando. Estoy de acuerdo en que es necesario profundizar más en la cuestión femenina, de lo contrario no se puede entender la Iglesia en sí misma.

Podemos esperar de usted decisiones históricas, tipo una mujer jefe de dicasterio, no hablo del clero…

(Risas). Bueno, muchas veces los sacerdotes acaban bajo la autoridad de las perpetuas…

En agosto usted irá a Corea. ¿Es la puerta para China? ¿Está apuntando a Asia?

Iré a Asia dos veces en seis meses. A Corea en agosto para encontrar a los jóvenes asiáticos. En enero a Sri Lanka y Filipinas. La Iglesia en Asia es una promesa. Corea representa mucho, tiene a sus espaldas una historia hermosísima, durante dos siglos no ha tenido sacerdotes y el catolicismo ha avanzado gracias a los laicos. Hubo también mártires. En cuanto a China, se trata de un desafío cultural grande. Grandísimo. Y después está el ejemplo de Matteo Ricci, que ha hecho mucho bien…

¿Hacia dónde está yendo la Iglesia de Bergoglio?

Gracias a Dios no tengo ninguna Iglesia, sigo a Cristo. No he fundado nada. Desde el punto de vista del estilo no he cambiado comparado a como era en Buenos Aires. Sí, quizá alguna cosa pequeña, porque se debe, pero cambiar a mi edad habría sido ridículo. En mi programa, en cambio, sigo lo que los cardenales pidieron durante las congregaciones generales antes del Cónclave. Voy en esa dirección. El Consejo de los ocho cardenales, un organismo externo, nace de ahí. Había sido pedido para ayudar a reformar la Curia. Algo por otro lado nada fácil, porque se da un paso, pero luego ocurre que hace falta esto o lo otro, y si primero era un dicasterio después se convierten en cuatro. Mis decisiones son el fruto de las reuniones pre Cónclave. No he hecho nada yo solo.

Una aproximación democrática…

Fueron las elecciones de los cardenales. No sé si una aproximación democrática, diría más sinodal, también si la palabra para los cardenales no es la apropiada.

¿Qué desea a los romanos por la fiesta de los patronos San Pedro y Pablo?

Que continúen siendo buenos. Son muy simpáticos. Lo veo en las audiencias y cuando voy a las parroquias. Espero de ellos que no pierdan la alegría, la esperanza, la fe no obstante las dificultades. También el ‘romanaccio’ –dialecto romano-, es bonito.

Wojtyla había aprendido a decir en dialecto romano. ‘Amémonos los unos a los otros, ofrezcámonos a los demás’. ¿Usted aprendió alguna frase en romano?

Para leer la entrevista completa, ingrese a: http://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-francisco-concede-nueva-entrevista-esta-vez-al-diario-italiano-il-messagero-99036/#.U7FgxZR5P2Y

Para leer el original en italiano ingrese a: http://www.ilmessaggero.it/PRIMOPIANO/VATICANO/papa_francesco_serve_argine_deriva_morale/notizie/770510.shtml#fg-slider22

El Vaticano apoya la llamada de la Iglesia a rebelarse en Venezuela

La Santa Sede impulsa la lucha «pacífica y democrática» contra el Gobierno de Nicolás Maduro

LUDMILA VINOGRADOFF - ludmilavino Corresponsal En Caracas02/01/2017 22:21h - Actualizado: 03/01/2017 22:50h.Guardado en: Internacional

El Vaticano ha impulsado el movimiento de la Iglesia católica venezolana para pedir a sus feligreses que se rebelen de forma «pacífica y democrática» contra la «dictadura» chavista de Nicolás Maduro, según una información a la que ha tenido acceso ABC. El arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa Savino, instó a los sacerdotes a leer en todas las misas del pasado domingo una homilía en la que animaba a los venezolanos a «no dejarse intimidar» y a «erradicar la dictadura» por la vía «pacífica y democrática».

Los sacerdotes han sido instruidos para que en las misas desmientan la propaganda chavista que achaca a una supuesta «guerra económica» la penuria y la escasez de los productos básicos que sufre Venezuela. La homilía del cardenal Urosa se refiere a una «situación real de dictadura», cuando en las legislativas del 6 de diciembre de 2015 los venezolanos votaron «no estar de acuerdo con el actual Gobierno». Por este motivo, el arzobispo de Caracas les insta a «no dejarse intimidar» y a «poner todo su empeño y acción en frenar la marcha de la dictadura y erradicarla por la vía democrática, en sana paz, por la vía pacífica».

Los sacerdotes también resaltaron en sus homilías el «sufrimiento de millones de venezolanos» que reclaman al Gobierno de Maduro «la necesidad de resolver la gravísima crisis alimentaria y de medicamentos». La causa, según el texto del cardenal Urosa leído en las iglesias, se encuentra en la «aplicación de un sistema económico errado, el totalitarismo socialista que adscribe al Estado el control total de la economía».

Remover en las basuras

La Iglesia católica, respaldada por el Vaticano, asevera que «¡nunca antes tantos venezolanos han tenido que buscar comida en la basura!». También se ha referido al «seriamente cuestionado» diálogo entre el Gobierno y la oposición, «que fue motivo de esperanza para amplios sectores del país». «Independientemente del futuro de ese diálogo, que debía haber aportado soluciones a la severa crisis actual, debemos tener presente que el pueblo exige la paz, seguridad personal y convivencia social, y condiciones que permitan trabajar y vivir en tranquilidad», agrega la homilía, que reclama para ello «el concurso de todos».

La jerarquía de la Iglesia católica venezolana también recordó el mensaje del Papa Francisco de procurar la «convivencia pacífica y no violenta en la familia y en las comunidades». Y pide que «se castigue la delincuencia que causa tanto dolor, pero evitando y sancionando los inaceptables abusos cometidos por funcionarios de cuerpos de seguridad del Estado en las así llamadas “Operaciones de Liberación del Pueblo”, como las masacres ocurridas en Cariaco y Barlovento recientemente (oriente de Venezuela)».

En Venezuela todavía quedan 126 presos políticos, entre ellos Leopoldo López y Antonio Ledezma

Los representantes del Vaticano y del Pontífice, monseñor Claudio María Celli, y el nuncio apostólico en Caracas, Aldo Giordani, participaron como «facilitadores» en el diálogo entre el Gobierno de Maduro y la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática, (MUD). Entre los exiguos resultados de este diálogo figura la liberación de siete presos políticos el pasado 31 de diciembre, entre ellos el excandidato presidencial Manuel Rosales y el editor del grupo editorial Sexto Poder, Leocenis García.

Pero en Venezuela todavía quedan 126 presos políticos, entre ellos Leopoldo López, fundador de Voluntad Popular, y el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, fundador del partido Alianza Bravo Pueblo. El director de la ONG Foro Penal Venezolano, Alfredo Romero, denuncia que el régimen de Maduro encarceló a 56 manifestantes y liberó solo a 40 en 2016.

El Vaticano y el arzobispo de Caracas han reclamado en reiteradas ocasiones la liberación de los «presos por hechos conexos con actividades políticas». Consideran que el Gobierno y el Poder Judicial «tienen instrumentos legales y constitucionales para poner en libertad inmediata a la mayoría de esos ciudadanos, más de un centenar, que sufren una prisión injusta».

El cardenal Jorge Urosa, durante una entrevista en su residencia de Caracas- EFE

Crítico moderado del chavismo

El cardenal Jorge Urosa, arzobispo de Caracas, es un crítico moderado del régimen venezolano, que se ha ganado el respeto de los chavistas a pesar de la «guerra» abierta en Venezuela del oficialismo ateo contra los sacerdotes.

Jorge Urosa Savino nació en Caracas en 1942 y fue ordenado sacerdote en 1967. Estudió Filosofía en el Seminario de Caracas y Teología en el Seminario de San Agustín, de Toronto. Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Caracas en 1982 y Benedicto XVI lo designó arzobispo de Caracas en 2005. En el consistorio del 24 de marzo de 2006 fue creado cardenal también por Benedicto XVI.

El arzobispo de Caracas ha sido profesor de Antropología Filosófica y de Teología Dogmática.

Conozca quién es Francisco I: jesuita dialogante y moderado, amante del tango y del fútbol

Ciudad del Vaticano, EFE. El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, se convirtió en el pontífice número 266 de la Iglesia Católica, en sustitución del ya papa emérito Benedicto XVI, quien hizo efectiva su renuncia el pasado 28 de febrero.

Bergoglio, el Papa Francisco I, es un jesuita con una sólida formación académica, considerado un hombre dialogante y moderado, amante del tango e hincha del equipo de fútbol San Lorenzo.

Quien hasta ahora era la máxima autoridad de la Iglesia argentina está considerado como un hombre prudente, lo cual no ha impedido que mantuviera fricciones con el actual gobierno del país, en temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en la capital argentina, en el seno de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio, un empleado ferroviario, y Regina.

Creció en la capital argentina y fue ahí donde comenzó a estudiar y se diplomó como técnico químico, pero poco después eligió el sacerdocio, decisión que le hizo acceder al seminario del barrio bonaerense Villa Devoto.

En 1958 comenzó el noviciado en la Compañía de Jesús, por lo que se trasladó a Santiago de Chile, donde llevó a cabo estudios humanísticos, y en 1964 regresó a Buenos Aires para dedicarse a la docencia de Literatura y Psicología en el colegio de El Salvador.

Cursó estudios de Teología entre 1967 y 1970 en la Facultad de Teología del colegio de San José, en San Miguel de Tucumán (norte de Argentina).

El nuevo Papa es un amante de los autores clásicos, disfruta del tango y no oculta su pasión por el fútbol, en especial por el San Lorenzo de Almagro, hasta el punto de que tiene una camiseta firmada por los jugadores.

Su sacerdocio comenzó el 13 de diciembre de 1969, año en el que se desplazó a España para cumplir su tercer "probandato" (periodo que sirve para preparar intelectualmente a los jóvenes sacerdotes) en la Universidad Alcalá de Henares de Madrid.

La docencia desempeñó un papel muy importante en la biografía del cardenal Bergoglio, ya que impartió lecciones en multitud de colegios, seminarios y facultades.

En 1972 regresó a Argentina, después de su época en España, para comenzar como maestro de novicios en Villa Barilari, en la localidad de San Miguel, al norte del país.

Además, entre 1980 y 1986, fue profesor en la Facultad de Teología de San Miguel y rector del colegio máximo de la Facultad de Filosofía y Teología, cargos que compartió con el de párroco de la iglesia Patriarca San José, también en la localidad de San Miguel.

En 1986 regresó a Europa, concretamente a Alemania para ultimar su tesis doctoral, pero fue trasladado a la ciudad de Córdoba para ejercer como director espiritual y confesor de la Compañía de Jesús.

Su nombramiento como obispo llegó el 20 de mayo de 1992, cuando el papa Juan Pablo II le designó obispo de la Diócesis de Auca y obispo auxiliar de la diócesis de Buenos Aires.

Cinco años más tarde, en 1997, fue nombrado arzobispo coauditor de Buenos Aires y en 1998, tras la muerte del arzobispo y cardenal Quarracino, se convirtió en el arzobispo de Buenos Aires.

Bergoglio ha tenido una gran presencia en la Conferencia Episcopal Argentina, institución que ha presidido durante seis años, de 2005 a 2011, y entre sus publicaciones más conocidas se encuentran "Meditaciones para religiosos" (1982), "Reflexiones sobre la vida apostólica" (1986) y "Reflexiones de esperanza" (1992).

El cardenal argentino, quien recibió la púrpura de manos de Juan Pablo II el 21 de febrero de 2001, es miembro de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, del Consejo Pontificio por la Familia y de la Comisión Pontificia por América Latina.

Jesuitas marcan formación de papa Francisco

ACTUALIZADO EL 14 DE MARZO DE 2013

Redacción. San Ignacio de Loyola es el fundador de la Compañía de Jesús, en 1540, a la cual pertenece el papa Francisco.

A sus miembros se les llama jesuitas y son sacerdotes que se han destacado por su exhaustiva formación intelectual en prácticamente todas las áreas del saber humano.

Muchos han saltado a las páginas de la historia por sus aportes al conocimiento: san Francisco Javier y san Francisco de Borja. También hay pintores como Andrea del Pozzo; arquitectos como Francisco Bautista; músicos como Domenico Zipoli y Marko Ivan Rupnik, famoso por sus mosaicos.

A los jesuitas se les atribuye la creación del Observatorio Astronómico Vaticano y el inicio del estudio de la astronomía.

El número de sus integrantes en la historia rebasa los 168.000, según informa la página de la orden en España.

La Compañía de Jesús desarrolla diferentes apostolados en todo el mundo. Uno de los principales es el apostolado social, a través de centros de estudio, atención en campos de refugiados, servicios de voluntariado y cuidado a los niños de la calle.

Muy ligadas a lo anterior están las misiones: hay 1.073 jesuitas en África, 1.816 en Sudamérica, 1.758 en América Latina septentrional, 1.857 en Asia Oriental y 3.315 en la India, según informan en la página web de los jesuitas en España.

En la actualidad, esta orden está en 127 países en los que hay unos 18.000 jesuitas activos.

La formación del Papa Francisco

Como jesuita, el Papa Francisco profesó votos perpetuos de pobreza, castidad y obediencia.

Esta es la formación de Jorge Mario Bergoglio, quien ha demostrado una aguda sensibilidad política, dice su biógrafo, Sergio Rubín. El arzobispo de Buenos Aires probablemente alentará a los 400.000 sacerdotes del mundo a ir a las calles a conquistar más almas, dijo Rubín, lo cual estaría en consonancia con la filosofía jesuita.

La formación que reciben todos los jesuitas en el mundo se extiende entre 13 y 14 años. Inicia con dos años de noviciado, que Jorge Mario Bergoglio (1936), ahora Papa Francisco, realizó en el Noviciado de la Compañía de Jesús en el barrio Villa Devoto, en Buenos Aires, de 1958 a 1959. Al entrar a la Orden tenía 21 años y en 1957 se acababa de diplomar como técnico químico en la E.N.E.T Nº 27 (ahora E.T.Nº 27) Hipólito Yrigoyen.

El Noviciado está dedicado a la vida espiritual, a la oración, a conocer a la Compañía de Jesús, la vida del fundador y de sus santos más importantes, las Constituciones de la Orden y a realizar trabajo apostólico. En esa etapa, los novicios, guiados por el padre maestro, hacen ejercicios de mes, en silencio, con el método creado por San Ignacio de Loyola, el fundador de los jesuitas. Esto, al terminar el Noviciado, profesan votos perpetuos de pobreza, castidad y obediencia.

Después vienen dos años dedicados al estudio de las humanidades que el jesuita Bergoglio realizó en Santiago de Chile de 1959 a 1960. Luego siguen tres años de estudios de filosofía, que el ahora Papa, de regreso a Argentina en 1960, realizó en el Colegio Máximo de San Miguel, donde se graduó como Licenciado en Filosofía en 1964. Terminada esa etapa sigue la del magisterio que son dos años dedicados a trabajar en una obra de la Compañía, comúnmente un colegio. De 1964 a 1965, el “maestrillo” Bergoglio, así se les dice a los estudiantes jesuitas en esta etapa de la formación, enseñó Literatura y Psicología en el colegio de la Inmaculada de Santa Fe y durante 1966 en el Colegio El Salvador, de Buenos Aires.

Luego viene la etapa de la teología que dura cuatro años. Es común que los jesuitas se ordenen al tercero y ya como sacerdotes sigan estudiando el cuarto año. El ahora Papa hizo teología, de 1967 a 1970, en la Facultad de Teología del colegio de San José, en San Miguel de Tucumán, al norte de Argentina donde se recibió como licenciado. Se ordenó como sacerdote en diciembre de 1969.

De 1970 a 1971, en Alcalá de Henares, España, Bergoglio realizó la “tercera probación”, año que los jesuitas dedican, ya como sacerdotes, para reflexionar, hacer otra vez ejercicios de mes y algún trabajo pastoral. Esta etapa cierra el período de formación por el que pasan todos los jesuitas y es independiente de los estudios de especialización que estos puedan hacer. El jesuita, ahora Papa, para ese entonces había realizado 13 años de estudio y tenía 34 años.

Francisco I, el primer Papa de América, también tiene un fuerte vínculo con Chile. De acuerdo a su biografía oficial, tras estudiar química e ingresar al sacerdocio bajo la doctrina de la Compañía de Jesús, fue a completar su formación en Chile. Así, a partir de 1958, ingresó al seminario de los jesuitas chilenos que está en la actual Casa de Retiro del Padre Hurtado, de la misma comuna. Benito Baranda, director de América Solidaria y ligado desde su juventud a los jesuitas, explicó a Emol que esta casa de retiro antiguamente era el lugar donde llegaban aspirantes al sacerdocio de toda Latinoamérica. De esta forma, el argentino Jorge Mario Bergoglio, entre otras materias, hasta 1960, cursó en Chile Ciencias Clásicas, instruyéndose en historia, literatura, latín y griego. Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/internacional/2013/03/13/588320/el-papa-francisco-i-estudio-ciencias-clasicas-en-chile.html

El trabajo en la Compañía

De 1972 a 1973, al término de sus estudios se desempeña como Maestro de Novicios en el noviciado ubicado en Villa Barilari, en San Miguel, al norte del país. En abril de 1973 hace su profesión perpetua o últimos votos. Los jesuitas en esta ocasión a los votos de pobreza, castidad y obediencia, hechos al terminar el noviciado, añaden un cuarto voto, el de obediencia al Papa.

En julio de 1973 fue elegido Provincial de Argentina cargo en el que se desempeñó hasta 1979. Es el tiempo de la dictadura militar. Entre 1980 y 1986 es nombrado profesor en la Facultad de Teología y luego rector del Colegio Máximo de San Miguel, cargo que compaginó con el de párroco de la iglesia de San José, en esa misma localidad. En 1986 va a Alemania para ver temas relacionados con su tesis doctoral. Al volver se le destina al Colegio del Salvador y luego lo trasladan a la iglesia de la Compañía en Córdoba para ejercer como director espiritual y confesor. En esa responsabilidad permanece hasta mayo de 1992 cuando es nombrado obispo. A partir de ese momento, como lo establecen las reglas, ya no debe obediencia a los superiores de la Orden, pero sigue siendo jesuita. Tenía entonces 56 años de los cuáles 35 los había vivido en la Compañía de Jesús.

El obispo y cardenal Bergoglio

En marzo de 2013, a la muerte de Juan Pablo II, el cardenal Bergoglio es parte de los 117 cardenales electores en el cónclave donde sale elegido el Papa Benedicto XVI. Ahora se sabe que en esa ocasión él obtuvo 44 votos y el cardenal Ratzinger 77, que sumaban las dos terceras partes de los sufragios requeridos para ser electo Papa.

El jesuita Jorge Mario Bergoglio (1936), a los 56 años y después de permanecer en la Compañía de Jesús por 35 años, es nombrado por Juan Pablo II como uno de los cuatro obispos auxiliares de la diócesis de Buenos Aires, el 20 de mayo de 1992. De acuerdo a las reglas establecidas por la iglesia, sigue siendo jesuita, pero ya no vive en casas de la Orden y tampoco debe obediencia a sus superiores. Inicia, entonces, su exitosa carrera dentro de la estructura jerárquica de la Iglesia.

En junio de 1997, habían pasado cinco años, enferma el arzobispo y cardenal Antonio Quarracino y es entonces designado arzobispo coadjutor y el 28 de febrero de 1998, a la muerte de éste, se le nombra arzobispo titular de la arquidiócesis de Buenos Aires. De 2005 a 2011, por dos períodos consecutivos, preside la Conferencia Episcopal Argentina.

El Papa Juan Pablo II, en el consistorio del 21 de febrero de 2001, lo hace cardenal. A partir de ese momento participa como miembro de una serie de consejos de la Santa Sede: la Comisión para América Latina; la Congregación para el Clero; el Pontificio Consejo para la Familia; la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos; la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

En abril de 2005, a la muerte de Juan Pablo II, el cardenal Bergoglio es parte de los 117 cardenales electores en el cónclave donde sale elegido el Papa Benedicto XVI. Ahora se sabe que en esa ocasión él obtuvo 44 votos y el cardenal Ratzinger 77, que sumaban las dos terceras partes de los sufragios requeridos para ser electo Papa. A la dimisión de Benedicto XVI se cita a cónclave y los 115 cardenales electores, a la quinta votación, el 13 de marzo de 2013, lo eligen Papa y toma el nombre de Francisco, en honor de San Francisco de Asís.

El ahora Papa Francisco tiene publicados once libros que dan ideas de sus preocupaciones e intereses y también expresan su pensamiento y manera de entender la fe, el mundo y su ministerio: Meditaciones para religiosos (1982); Reflexiones sobre la vida apostólica (1986); Reflexiones de esperanza (1992); Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro (1998); Educar: exigencia y pasión (2003); Ponerse la patria al hombro (2004); La nación por construir (2005); Corrupción y pecado (2006); Sobre la acusación de sí mismo (2006); El verdadero poder es el servicio(2007); Mente abierta, corazón creyente (2012)

La actuación del Papa Francisco como sucesor de San Pedro en el obispado de Roma, rompe con los cánones impuestos por los últimos Papas. En estos primeros días de su pontificado ha optado por la sencillez, la austeridad y por dejar atrás ciertas formas del protocolo anquilosado y frío del Vaticano. Su forma de actuar y sus intervenciones a favor del trabajo con los más pobres y la protección del medio ambiente han despertado simpatías y esperanzas entre los creyentes. Ya estamos viendo su actuación a favor de los pobres y el ejercicio de la Doctrina Social de la Iglesia en su forma mas radical, que muchos confunden con un pensamiento de la llamada doctrina de la izquierda, del marxismo leninismo y no es asi.

Francisco, sinónimo de pobreza

ACTUALIZADO EL 19 DE MARZO DE 2013 A LAS 12:00 AM

POR JUAN RAMÓN MURILLO

La escogencia del cardenal Bergoglio como nuevo papa de la Iglesia católica vislumbra la verificación de ciertos ‘cambios’ en esa institución. Quiso llamarse Francisco, un nombre que es sinónimo de pobreza y humildad. San Francisco de Asís, en efecto, pregonó el retorno a una iglesia pobre y esencial, y procuró imitar a Cristo, y tanto fue así que durante uno de sus retiros espirituales y en estado de éxtasis sufrió en su propio cuerpo, como regalo divino, los estigmas.

Por otro lado, el nuevo papa es de extracción jesuita, el primero de esa orden en alcanzar la silla de san Pedro. Sin duda alguna lo inspira también san Francisco Javier, jesuita y misionero en lejanos países asiáticos. Durante el pontificado de Juan Pablo II se pretendió minimizar el papel de los jesuitas en el seno de la Iglesia católica, presuntamente ligados con la teología de la liberación, un movimiento que proyectaba ir más allá de lo que en el aspecto doctrinario admitía el Vaticano. A estos rebeldes se les acusaba de mantener vínculo con la ideología marxista. Recordemos solo a dos exponentes de ese pensamiento: monseñor Helder Cámara en Brasil, y el sacerdote colombiano Camilo Torres, que, empujado por su frustración, terminó siendo guerrillero en lo profundo de la selva.

En pontificados pasados se quiso, en cierto sentido, mermar el poder y el prestigio del superior de la orden jesuita, quien llegó a ser llamado, en los círculos religiosos, como el papa negro por el color de sus vestiduras. Los jesuitas están comprometidos, desde la creación de la Compañía de Jesús por Ignacio de Loyola en 1540, con los procesos evangelizadores alrededor del mundo. Se considera a la Compañía de Jesús como uno de los bastiones de la Contrarreforma, movimiento de la Iglesia católica de trasformación interna, pero también, y aunque no fue creada ex profeso, una reacción enérgica contra la Reforma protestante de principios del siglo XVI.

El tercer hecho circunstancial está directamente relacionado con la universalidad de la Iglesia: el papa Francisco procede de Latinoamérica, y con ello se rompe la hegemonía secular de Europa en este aspecto. Asimismo, es el primer papa originario del Nuevo Mundo, y el primero, desde Alejandro VI a finales del siglo XV, cuya lengua materna es el español, hecho muy significativo para nosotros los hispanohablantes.

Al papa Francisco le quedan por delante varios retos internos: las cuentas poco claras del Banco Ambrosiano, la influencia conservadora del Opus Dei, Prelatura Papal desde el Papa Juan Pablo II a la que pertenece en Venezuela Roy Chaderton Matos, la reforma de la curia vaticana con el fin de aggiornarla (actualizarla). Y en estas líneas, muy a propósito, soslayo los conflictos externos de la Iglesia, que abundan, tema escabroso y delicado, y que, desde luego, esperan soluciones del papa Francisco y, en conjunto, de la Iglesia. En un sermón, reunido con los cardenales, el papa Francisco dijo, sin eufemismos y de frente, como es su carácter, que la mayoría de los miembros del Sacro Colegio Cardenalicio eran ancianos... como él mismo, y, luego, agregó: La vecchiaia è la sede della saggezza della vita, lo que en buen romance es: “La vejez es la sede de la sabiduría de la vida”. Bellas palabras.

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