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Los guerrilleros en el poder o la terrible mentira que elaboro Fidel Castro para hacerse con el pode


David Nieves: "Jorge Rodríguez (padre) no tenía ni la menor idea de donde estaba Niehous"

Por: La Iguana | Lunes, 25/07/2016

25-07-16.-En entrevista exclusiva con La Iguana.TV, uno los dirigentes de la Organización de Revolucionarios, ala clandestina de la Liga Socialista, rememoró el asesinato de Jorge Rodríguez, del que hoy se cumplen 40 años. “Fue algo bestial, que rayó en el sadismo”, dijo.

Nieves (Caracas, 1940) admitió que durante mucho tiempo perdió la esperanza de avanzar hacia la Revolución, sin embargo, hoy, cuatro décadas después de los sucesos de 1976 y del intenso proceso bolivariano, es un hombre optimista, convencido de que el pueblo vencerá en la guerra no convencional desplegada por las fuerzas nacionales y globales de la derecha. A continuación, el diálogo completo con el periodista Clodovaldo Hernández: -Pongamos en contexto esa época: ¿quién era David Nieves, cómo se incorporó a la Liga Socialista y quién era Jorge Rodríguez? -En las luchas revolucionarias uno establece un saldo de cada acción política. Si desarrollas una táctica, eso debe culminar en un resultado en el campo de la organización, en algo que quede. Fue así como surgió la Liga Socialista. Ese partido fue el saldo de una táctica que pusimos en marcha los que veníamos de la lucha armada del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), la táctica del voto nulo. Nosotros nos dimos cuenta de que era un error llamar al pueblo a que se abstuviera, a que no votara, en un momento en el cual todo el mundo votaba. No tenía sentido, era una torpeza. Concluimos en que debíamos llamar al pueblo a tomar, el día de las votaciones, una acción distinta a la abstención y por eso lo convocamos a votar nulo. Eso tuvo mucha pegada en el seno del pueblo, incluso hasta el maestro Billo lanzó una canción sobre la tecla nula. Logramos organizar muchos comités de promoción del voto nulo en toda Venezuela. -¿Eso fue para las elecciones de 1973? -Sí, exactamente. Pero después de las elecciones ya no tenía sentido hablar de voto nulo, había que dar otro paso para los cinco años sin elecciones. Lo que hicimos fue convertir esos votos nulos en un partido que se llamó la Liga Socialista. Al mismo tiempo, muchos de los que estábamos en ese proyecto seguíamos nadando en el mundo de la subversión, no habíamos asimilado del todo la derrota que nos había dado la derecha. Creíamos que había que tener dos modelos de organización: una clandestina, que se llamó la Organización de Revolucionarios, OR, y un movimiento legal que era la Liga Socialista. Yo tenía mis vínculos con la OR, y Jorge Rodríguez era el secretario general de la Liga Socialista. Ya nosotros nos habíamos conocido, en los tiempos del MIR y en la Universidad Central, aunque yo no era universitario. Jorge era el delegado estudiantil ante el Consejo Universitario y un dirigente político muy querido. En tiempos de la OR y la Liga fraguó nuestra relación, establecimos una amistad muy bonita. -¿Cómo surge en ese contexto la idea de acciones como la que se ejecutaron con el estadounidense William Niehous?

Jorge Antonio Rodríguez (Carora, Lara, 16 de febrero de 1942 - Caracas, 25 de julio de 1976) fue un político y líder estudiantil venezolano, dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y posteriormente fundador de la Liga Socialista.

-Esa es la pregunta de las 64 mil lochas…. Esa vaina no se la dije yo a (Henry) López Sisco, ni que me matara a coñazos, y por lo tanto no te lo voy a decir a ti, con un grabadorcito y tomando café (risas). Yo no tuve nada que ver con la captura del señor Niehous, pero el tiempo en la prisión y cosas que luego han sido incluso escritas por alguna gente, me permiten tener alguna información. Primero que nada, puedo decir que la Owens-Illinois es una transnacional del vidrio que operaba en Venezuela, con una instalación importante en Trujillo, cerca de unas minas de sílice muy grandes, y una planta en Carabobo. Personas que trabajaban en esa empresa señalaban los vínculos que tenían los directivos de esa empresa con la Agencia Central de Inteligencia. Fue así como se montó la operación de la captura de Niehous. En principio, la única condición para ponerlo en libertad era la publicación de varios remitidos en grandes medios extranjeros como Corriere della Sera, New York Times, un diario de Inglaterra. Esa condición se planteó y se cumplió. Para quienes ejecutaron esa acción nunca estuvo planteado cobrar rescate económico por ese señor. Era un secuestro con objetivos políticos que debía llevar a la denuncia internacional de la corrupción del sistema político venezolano y también de los vínculos entre esos altos directivos de empresas norteamericanas y los aparatos de inteligencia de Estados Unidos. -¿Aparte de Niehous, había otros ejecutivos que tuvieran nexos con la CIA? -Sí, varios más, entre ellos uno llamado Terence Canavan, quien era el más activo policialmente, por sus ademanes, su manera de ser. No ocultaba su condición de policía. -Si ya habían logrado los objetivos de difusión internacional y no se pretendía cobrar rescate, ¿por qué Niehous no fue puesto en libertad? -Porque ocurrió el asesinato de Jorge Rodríguez, lo que trajo como consecuencia que los guerrilleros que lo tenían cautivo, en represalia, decidieron mantenerlo así todo el tiempo que fuera posible. Nunca se planteó la posibilidad de ejecutarlo, pues ellos decían que no eran asesinos, que los criminales estaban del otro lado, de la parte el gobierno, los que habían asesinado a Jorge. Los secuestradores no eran de la misma calaña que los criminales del gobierno y, en consecuencia, se mantuvo con vida al señor Niehous.

William Niehous, el exempresario de Ohio quien fue secuestrado en 1976 y rescatado tres años después en la selva de Venezuela falleció a los 82 años en el año 2013.Guerrilleros venezolanos mantuvieron cautivo a Niehous durante más de tres años en la selva mientras exigían dinero y la difusión de un manifiesto. La policía lo rescató en 1979 cuando buscaba a ladrones de ganado.

-Cuando el gobierno mata a Jorge Rodríguez, ¿fue un exceso que cometieron algunos funcionarios o una decisión clara, destinada a imponer un escarmiento? ¿Qué cree usted, cuarenta años después? -No creo que haya sido que “se les fue la mano” porque Jorge Rodríguez era para todos nosotros y para mucha gente en el país, un cuadro que despuntaba, que se iba perdiendo de vista y lo demostraba cada vez que hablaba en público. El imperio, y particularmente la CIA, son muy acuciosos para detectar cuando un dirigente político muestra garra y posibilidades de llegar lejos. A Jorge era muy difícil hacerlo preso porque era miembro del Consejo Universitario, y por el prestigio que tenía en la universidad. Tenían que aprovechar esta oportunidad para sacarlo del paso. Es así como a Jorge lo detienen saliendo de la casa de la Liga Socialista en el barrio El Caribe, de Catia. Y desde el mismo momento que a Jorge lo agarraron, comenzaron a torturarlo. A nadie en un cuerpo policial lo torturan sin una orden de un jefe. Un policía cualquiera, un agente, no puede accionar a motu proprio sobre un detenido, tienen que haberlo mandado a que lo haga. Además, los torturadores saben muy bien qué tipo de torturas van a hacer. Por ejemplo, darle golpes al detenido con periódicos mojados, pues eso no deja hematoma; antes de torturar a alguien con electricidad, le ponen al torturado un papel, un trapo, cosas que evitan que se le vea una quemadura. O, simplemente, te ponen una bolsa en la cabeza, te la aprietan con una liguita en el cuello y te dicen: “Cuando quieras hablar, le das una pataditas a esta pared que yo estoy del lado de allá”, y, claro, eso te sofoca, te desespera, y el que no está dispuesto a jugársela, habla… Es decir, que las torturas tienen cierto grado de sofisticación, en cambio estos señores que mataron a Jorge Rodríguez no tuvieron el menor cuidado en no dejar huella. A Jorge, simplemente, se lo llevaron a las afueras de la ciudad, unos dicen que a El Junquito, otros que a la Panamericana, otros que a La Mariposa, y le dieron patadas, golpes, batazos, lo maltrataron de tal manera que era inocultable. Incluso, hay un hecho que no se ha comentado nunca: Agustín Calzadilla, quien fue uno de los primeros en ver el cadáver, se quedó asombrado al saber que cerca de la entrada de la uretra y en el recto encontraron electrodos. Lo de Jorge Rodríguez fue algo bestial. Las torturas que le aplicaron rayaron más en el sadismo que en la intención de obtener una información. -¿Entonces sí hubo la intención de dejar claro hasta dónde estaban dispuestos a llegar? -Sí, y de sacar a Jorge del camino. Cuando al ministro de Relaciones Interiores, Octavio Lepage, quien, por cierto, aún vive, lo entrevistan y le preguntan por Jorge Rodríguez, él dice que había muerto “de muerte natural”. Cuando los fiscales del Ministerio Público examinan el cuerpo y ven que el hígado, los riñones, el páncreas, los pulmones… todo estaba destrozado a punta de golpes, todo el cuerpo estaba morado, fue un acto completamente sádico. No pueden decir López Sisco ni (Arístides) Lander Flores, que se les pasó la mano con Jorge Rodríguez. Eso sería creíble si lo hubiesen estado interrogando y a Jorge le hubiese dado un infarto, pero lo que le hicieron a él fue para matarlo, no hay duda, fue para matarlo. -Esa acción policial contra Jorge Rodríguez, cuando se deciden ir a buscarlo, ¿en qué se basa, qué argumenta la Disip para detenerlo? -Eso es importante, aunque dudo que lo vayan a publicar. Eso nace porque dentro de la OR participaba un personaje llamado Iván Nolasco Padilla Bravo, quien recientemente ocupó un alto cargo en el Ministerio de la Cultura y ocupa cargos de cierta responsabilidad en medios pertenecientes al Estado. A él lo hicieron preso junto conmigo en La Campiña, y no en San Bernardino, tratando de cobrar el rescate, como dijo la Disip. En la narración que hice ante los tribunales en mi defensa, yo señalé que a Iván Nolasco Padilla Bravo lo habían torturado mucho, que lo habían maltratado bastante, pero la historia me demostró después que lo que hicieron fue ponerle un cable de electricidad en cada dedo y con eso cantó la Traviata, Yo soy mexicano, O sole mío y el Alma llanera, todas al mismo tiempo. La prueba es que él venía de hacer un trabajo legal en Mariche y también involucró a los dirigentes de esa zona. Cuando a mí me meten en los calabozos de la Disip, luego de cinco días incomunicado en un rancho por Arrecife, esos calabozos estaban oscuros, como si el Guri se hubiera secado… Y era que habían delatado a todos los negritos de Barlovento que estaban haciendo ese trabajo en Mariche. Había personas humildes, ancianos, mujeres… Otra prueba de que él fue el autor de las delaciones fue la detención de Francisco Cedeño, quien tenía una manera de contactarse con Iván Padilla, muy usual en esa época: uno pintaba una raya en un poste y el otro veía la raya y se dirigía a un sitio que había sido convenido por esas dos personas, y por nadie más. En ese lugar había una nota con la información que se quería transmitir. Bueno, cuando Francisco Cedeño fue a buscar su señal, lo encañonó la policía y se lo llevó preso. La otra cosa me la confesó a mí el mismo Padilla. Él me dijo que no había aguantado la tortura y que había delatado a Jorge Rodríguez porque había pensado que como era un hombre del aparato legal, el gobierno no se iba a atrever a meterse con él… Pero resulta que con Jorge Rodríguez sí se metieron, a Jorge Rodríguez lo mataron. Ese es uno de los elementos más graves que hay en la delación, porque algunas veces al delatado se lo llevaron preso, lo sueltan y por allí anda. Pero eso no ocurrió con Jorge Rodríguez, pues lo único que se puede hacer con él es llevarle flores a su tumba, mientras Iván Padilla anda por ahí, entregado al alcohol, echándose palos por varios sitios de Caracas. Para mí hay acciones en el ser humano que no admiten autocrítica. Uno, como revolucionario y ser humano, puede cometer un error, siempre y cuando uno hagan una autocrítica, asimile ese error y prometa no cometerlo más. Pero la única autocrítica que yo le acepto a Iván Padilla es que se vaya a las torres del Centro Simón Bolívar y se zumbe de allá arriba. Pese a estas cosas, que las sabe todo el mundo, ese señor ha ocupado cargos en el gobierno. Yo no niego que Iván Padilla sea un hombre inteligente y tenga un nivel de capacidad, pero creo que con él ha funcionado la actitud permisiva de algunas personas, como Farruco Sesto, que es su amigo personal y lo metió a trabajar en el área de la cultura. Otra razón por la cual eso se ha permitido es una especie de concepción cuasi-religiosa del perdón a los enemigos. Esa idea se expresa en el poema de Tomás Borges, cuando se encuentra con su torturador, quien había descuartizado a su pareja, le dice: “mi venganza es el perdón”… Así se ha actuado con esta persona, pero yo no soy cura, ni católico, ni permisivo, he sido toda la vida un revolucionario y para Iván Padilla, repito, sólo aceptaría como autocrítica que se zumbe de un edificio. Eso lo digo responsablemente. -Entonces, ¿Jorge Rodríguez no estaba participando en el secuestro?

-No, Jorge Rodríguez no sabía dónde estaba Niehous, no tenía ni la menor idea. Pero al margen de eso, como era un hombre de una gran entereza revolucionaria, entendía que un colectivo le había conferido una responsabilidad y supo hacer gala de eso. -Pasaron muchos años para que las ideas revolucionarias llegaran a ser opción real de gobierno. En esos años de tránsito por el desierto, ¿usted tenía esperanzas de que llegara un momento de resurgimiento? -No, no tenía. Es más, desde el momento en que caí preso, me gané para la idea de pasar muchos años en prisión, sólo que la política es muy sabia y los compañeros de la Liga Socialista fueron más sabios todavía cuando me postularon como candidato a diputado. Al salir electo, comencé a gozar de inmunidad parlamentaria. Aunque debo aclarar que eso no ocurrió en forma automática. Hubo un debate muy intenso entre el Consejo Supremo Electoral y el Consejo de Guerra Permanente (que llevaba el juicio). Recuerdo que el Consejo Electoral, la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia decían que yo comenzaba a gozar de inmunidad, pero el Consejo de Guerra decía que no. Entonces, eso terminó decidiéndolo la Corte Marcial, que nos dio la razón. Fue así como un día que estaba jugando una partida de futbolito en el Cuartel San Carlos, me dijo el jefe de Seguridad, un tipo de apellido Montilla: “¡David, estás en libertad!”, y yo no le creí, le dije: “Déjate de tonterías, que estoy perdiendo 2 a 1”. Tuvieron que venir los compañeros que habían visto la información por televisión a decirme que sí, que estaba libre. -El caso suyo ha sido utilizado como argumento por la gente que está clamando actualmente por los derechos de los llamados “presos políticos”. ¿Qué diferencia hay? -Una diferencia abismal, del cielo a la tierra. Yo fui un preso político, estos señores son políticos presos. Yo jamás en mi vida he matado ni una mosca, porque en mi casa no me lo permiten, pues se ensucia la mesa. No he cometido ningún delito, salvo que se pueda llamar así a las travesuras de la muchachada, cosas como robarle el pan al portugués o un litro de leche que estaba en una puerta en la madrugada, durante una misa de aguinaldo. Salvo eso, yo no he cometido ningún delito. Hablando de diferencias, un detalle revelador es que me juzgaba un tribunal militar y cuando tenía que declarar no me llevaban a la sede, sino que el tribunal se instalaba al lado de mi celda. Es algo violatorio del derecho y de todas las normas jurídicas. Al señor Leopoldo López, en cambio, le hicieron un juicio demasiado benévolo, pues no lo acusaron de homicidio, a pesar de que es corresponsable de 43 muertos que hubo en Venezuela. Ese movimiento que se produjo como consecuencia del discurso que dio en la plaza Carabobo fue lo que trajo todos los desmanes que causaron tantos fallecidos de lado y lado, más del nuestro que del lado de ellos. Lamentablemente, la jueza no se paseó por ahí y terminó sentenciando a este señor a trece años sin acusarlo de algún asesinato. Por eso vamos a solicitar que se le abra un nuevo juicio para que se le juzgue por esas muertes. Hay otros casos de personas que están presas por corrupción y otros delitos penales. No hay ni uno solo que esté preso sin juicio. No están presos por lo que tengan en la cabeza sino por delitos cometidos. -A cuarenta años del asesinato de Jorge Rodríguez, y en el actual contexto de la Revolución venezolana y latinoamericana, ¿es optimista o pesimista? -Primero, es de todos conocido que estamos en plena guerra económica, un nuevo invento del imperio para derrocar gobiernos. Ya se ha practicado en Afganistán, Irak, Líbano, Libia, Siria, Honduras, Paraguay y Brasil. Los golpes de Estado que hoy en día da el imperio no son asaltos cuartelarios a las alturas del poder, sino procesos sofisticados, mediante golpes parlamentarios (que es lo que intenta hoy hacer el señor Henry Ramos) o mediante el desgaste económico y las campañas mediáticas. En Venezuela hoy estamos caminando con una media rota, como decíamos cuando yo era chamo. Cuando a uno se le sale un dedo por un huequito, es incómodo caminar. Quienes fuimos pobres, lo sabemos. Venezuela recibió una serie de bendiciones de la naturaleza o por la providencia divina, como diría el padre (Numa) Molina, su ubicación geográfica, sus reservas petroleras y de otros minerales. Tenemos el macizo guayanés, las tierras más antiguas del mundo; el salto Ángel, la caída de agua más alta del mundo; el teleférico más alto del mundo… Somos privilegiados y por eso estamos siempre en la mira del imperio. Sin embargo, el imperio sabe con quién puede meterse y cómo hacerlo. ¿Por qué a Corea del Norte no la acusan de tener armas de destrucción masiva para iniciar una guerra contra ese país? Porque saben que el gobierno de Corea del Norte va en serio. El gobernante de allá no es un Saddam Hussein. Y con nosotros, con Venezuela, la cosa también va en serio. Por eso es que han desarrollado una guerra criminal no convencional contra el pueblo venezolano y especialmente contra la gente pobre y contra las mujeres. Tenemos la escasez, la inflación inducida y la especulación y todo eso influye en el contexto político. A la oposición se le han subido los humos a la cabeza con su victoria del 6 de diciembre. No quieren entender que no ganaron unas elecciones, sino que nosotros las perdimos, que el pueblo votó para castigar al chavismo porque nosotros, los chavistas, sabíamos que esa guerra económica venía desarrollándose, pero todos subestimamos esa acción del imperio. En esto tenemos la culpa todos, incluso mi comandante querido Hugo Chávez y mi comandante querido Nicolás Maduro. Luego del 6 de diciembre, el presidente ha asumido los correctivos, en particular con una política muy importante que es la toma de las calles. Si vemos con agudeza, Nicolás no ha soltado la calle desde el 6 de diciembre. Todos los días hay una manifestación, una movilización de masas revolucionarias, desde los trabajadores petroleros hasta las señoritas pobres pero honradas, todos los grupos han salido a manifestar su respaldo a Nicolás. Podemos permitir que pasen muchas cosas, pero no que la oposición tome las calles. En esa guerra estamos. -¿Optimista, entonces? -Sí, en particular por los 16 motores y específicamente con la última gran misión, encabezada por el presidente y por el general (Vladímir) Padrino López, que intenta tocar en el punto preciso, que es la vigilancia de que las divisas se usen para lo que fueron solicitadas y que las materias primas lleguen a los centros de producción. Yo soy muy optimista en ese aspecto. Siempre tuve mis reservas en cuanto a la Guardia Nacional y a los militares en general, pero hubo un señor que me enseñó a querer a la Fuerza Armada: Hugo Rafael Chávez Frías. Yo me alegré mucho cuando vi a la guardia cayéndole a mandarriazos al hotel Stanford, cerca Capitolio y sacando aquellos cargamentos de comida. Yo me acordé de aquella época en la que tenías que correr delante de la Guardia porque lo que venían era a darte planazos… Me alegra que esa fuerza se esté utilizando ahora a favor del pueblo.

Réplica de Iván Padilla Bravo (y del redactor de la entrevista) He hecho muchas entrevistas periodísticas. Cada una tiene su toque peculiar. La que sostuve con el camarada David Nieves, -de la que fue testigo (además del grabadorcito) su esposa, Sara Godoy-, tuvo un detalle muy particular: ante una pregunta mía, David dijo las frases más duras que yo hubiera podido imaginar acerca de uno de mis más entrañables amigos, Iván Padilla Bravo. Mi respeto por el entrevistado y por la profesión periodística, y el culto que le rindo al género de la entrevista me impiden quitar una sola de sus palabras. Regresando a mi casa, luego de la conversación, pensé que ni siquiera los viles asesinos materiales de Jorge Rodríguez o el cínico ministro Lepage merecieron de Nieves unas expresiones tan lacerantes, lo cual nos conduce a la vieja reflexión acerca de lo tremendos que son los malos sentimientos surgidos entre compañeros, los “odios mellizales”, como los llamó alguien con cierto aire poético. Es particularmente doloroso ver este lado de la naturaleza humana aflorar entre esos seres humanos avanzados que son, más allá de las consignas, los revolucionarios de verdad. En fin, por mi amistad con Iván, lo contacté para solicitarle una réplica. Él iba en camino a la Feria del Libro, a participar en una actividad del Foro Permanente para el Estudio Crítico de los Medios. Me dijo que los comentarios de Nieves son, tal vez, uno de los elementos que la vida le ha impuesto para limpiar sus karmas. “Seguramente es la misma grabación que repite hace 40 años. Mi mejor réplica es seguir haciendo lo que he hecho toda mi vida de revolucionario, con la frente en alto”, señaló Padilla, y agregó que todos esos deseos de castigarlo pudo haberlos concretado Nieves durante el largo tiempo que pasaron en la misma cárcel. “Conversábamos mucho, trotábamos juntos… Pudo haberme enfrentado entonces, pero no tuvo bolas. Ahora no hace más que hablar tonterías. Si yo no existiera, su vida carecería de sentido. Es un miserable apegado a un aparato de dominación política. Muchos camaradas me han propuesto antes que le responda. Siempre lo he rechazado. Considero que es darle demasiada cancha a un nulo”. Bueno, luego de mucho cavilar, decidí poner acá esta nota con las palabras de Iván y con un alegato muy mío: Yo era un adolescente para ese tiempo, así que sólo tengo un conocimiento referencial de los hechos. Sin embargo, para mí lo único cierto es que a Jorge Rodríguez lo mataron los esbirros de la derecha, bajo órdenes de un gobierno supuestamente democrático que practicaba la tortura y toda clase de violaciones a los derechos humanos. Fueron esos los culpables. Buscar responsables entre los revolucionarios es prolongar indefinidamente la sucia victoria que tuvo la derecha con ese ruin crimen.

TALLER CRITICO

EN VENEZUELA: ¿LOS GUERRILLEROS EN EL PODER?

NOTA SOBRE UN ANACRONISMO HISTÓRICO.

POR: ROBERTO LOVERA DE-SOLA.

Roberto Jose Lovera De sola (Caracas 1946) y Antonio Garcia Ponce

Al ofrecer esta nueva lectura de El round del olvido(2ª.ed.Caracas: Alfaguara,2009. 581 p.)

de Eduardo Liendo(1941) se impone una nueva reflexión. Esa meditación es la siguiente: esta novela apareció catorce años después de la caída del Muro de Berlín(noviembre 10,1989), fue concebida como una elegía al fin de una época, la del deceso del socialismo autoritario y, desde luego, la del nacimiento de un nuevo tiempo: el de la libertad recuperada en las sociedades que lo padecieron, la de la plena democracia universal. Recuérdese que toda elegía es una evocación de un fallecido, es un lamento. En este caso de un tiempo ya ido.

Pero hay más: esa es la época que vivimos, somos los hijos de la caída del muro berlinés. Los sucesos vividos hace poco en los países del norte de África y el Medio Oriente, proceso aun inconcluso, e incluso la insurgencia de “Los indignados” siguen siendo otros coletazos de tan decisivo hecho(ver Stephane Hessel: ¡Indignados!. Barcelona: Destino,2011. 60 p.).

En Venezuela en los últimos catorce años han sucedido tales acontecimientos que hay quien ha llegado a pensar que los guerrilleros olvidados de Liendo han resucitado. Disentimos: estos desaparecieron. Y ello pese a comprender el por qué de su observación. Y ello porque en la historia no hay retorno. Pese a lo que hayamos visto entre nosotros, lo que los que están el poder hoy quieren hacernos ver alterando el suceder de la historia.

Y esto que decimos, y lo comprendemos con este libro en las manos, es que no podemos imaginarnos que aquel responso a los últimos comunistas, cantado por Liendo, que aquel tiempo ya fenecido, iba a resurgir entre nosotros en manos de aquel que ejerce el poder actualmente, ahora, al parecer, desde su cama de enfermo terminal. No podíamos saber que seríamos testigos que en manos de este neo-caudillo, llegaríamos a la regresión política, al anacronismo histórico; que los guerrilleros, fracasados en su acción, sin ideales ya, llegarían al poder para restaurar lo imposible: el pasado, como lo dice con suma de agudas observaciones Gisela Kozak(1963), en uno de los libros más agudos dedicados al asunto(Venezuela, el país que siempre nace. Caracas: Alfa,2008. 108 p.), no pudimos vaticinar que otra vez, veríamos viva la contra-historia; que se llegó a creer por quienes están en el poder que se podría revivir lo muerto, lo inerte, que se popularizaría la errónea idea de que los guerrilleros habían llegado al poder, como se leyó en el título de un publicitado libro del polaco K.S.Karol(1972), creencia con la que murió otro dinosaurio de aquellos años, Nestor Kirchner(1950-2010). Estos supuestos izquierdistas, que no lo son, de la misma forma que su llamada revolución venezolana no es tal, mucho menos bolivariana como ellos dicen. El período de las revoluciones feneció en el mundo, las revoluciones izquierdistas, ya derrotadas, lo único que trajeron fue “la revuelta entusiasta, aunque en gran medida vana” que dijo Jon Lee Anderson, al escribir la biografía del llamado Guerrillero Heroico(El Che Guevara. Caracas: Alfa,2007,p.11). Pero esa supuesta izquierda llegada al poder estaba además incapacitada para gobernar, lo ha probado aquí con creces. Gobernar es distinto a mandar. Gobernar es preveer para proveer. Estos han dejado claro la incapacidad que poseían de regir al país, todos ellos eran, incluso su neo-caudillo Presidente, uno de los últimos, gente sin ideales, sin preparación y sin amor al país. Y no podían mandar porque todos estaban muertos, aquellos que evoca Liendo eran los últimos espectadores, como muy bien dijo Ana Teresa Torres en su celebrada novela Los últimos espectadores del Acorazado de Potemkim(Caracas: Monte Ávila Editores,1999. 309 p.). Lo único que hemos observado ha sido la presencia del anacrónico “idiota latinoamericano” en Miraflores, el nuevo “regreso del idiota”, la presencia de un gobierno que siempre ha estado rodeado de los dinosaurios de la izquierda latinoamericana, actuando en contra del sendero que marcan los tiempos actuales. Y lo que es peor: ya no son marxistas sino simplemente fascistas, en el sentido que explicitó Umberto Eco en su célebre artículo en donde todos los rasgos del fascismo que él explicó, estos no solo pueden ser aplicados a la llamada Revolución Bolivariana y a su líder, de hecho definen y explican a quienes llegaron a la Casona de Misia Jacinta en 1999. Solo con leer las características del “fascismo eterno” que dijo Eco(Cinco escritos morales. Barcelona: Debolsillo,2004,p.31-58) pareciera que estamos leyendo un libro sobre el gobierno actual, incluso en el sentido sexual. Vean sus notas, según Eco, “1)culto de la tradición; 2)rechazo a todo lo moderno; 3)culto de la acción por la acción; 4)el desacuerdo es traición;5) miedo a la diferencia; 6)llamamiento a las clases medias frustradas; 7)obsesión por el complot; 8)los enemigos son simultáneamente demasiado fuertes y demasiado débiles;9) la vida es una guerra permanente;10) desprecio por los débiles;11) cada uno está educado para convertirse en un héroe;12) confiere su voluntad de poder a las cuestiones sexuales, origen del machismo, que implica desdén hacia las mujeres e irrespeto a las minorías sexuales;13) como los seres humanos no pueden poseer una voluntad común el líder debe ser su interprete, así los ciudadanos no actúan;14) uso de una neo-lengua”(p.47-55).

Y precisamente lo que mejor explica su condición fascista es el manejo que han hecho de la historia venezolana, de donde han surgido las que nosotros hemos denominado las “falacias históricas del chavismo”. La obsesión por la historia que les observamos coincide plenamente con los regimenes de Benito Mussolini(1883-1945), Adolfo Hitler(1889-1945), José Stalin(1879-1953) y Fidel Castro(1926), tal que el Presidente se considere sucesor de Bolívar, pero ello es igual al Duce que se decía sucesor de los Cesares romanos, el cabo austríaco que creía descender los dioses germanos, Stalin quien hizo borrar de la historia soviética los nombres de sus adversarios; los hermanos Castro en su falaz interpretación de José Marti(1853-1895) o el régimen venezolano actual en su interpretación, errada, de Bolívar. El chavismo, como lo vio primero el ojo avizor de Ana Teresa Torres en Los últimos espectadores del acorazado de Potemkin, antes que este llegara al poder el chavismo y más tarde Eduardo Liendo en El round del olvido, es un régimen que apesta al pasado, vive tan hondamente tal pesadilla que es incapaz de estudiar el presente y de de mirar hacia adelante, por ello es un cadáver. Con ellos mandando en el palacio de la avenida Urdaneta lo que hemos visto no son los guerrilleros en el poder, quienes no podían estarlo porque solo eran un montón de huesos inertes. Pero lo que hemos observado es mucho peor: los guerrilleros, si es que pueden llamarse así, se han convertido en un pelotón que obedece, un pelotón es lo único que sabe mandar el Comandante, es decir un grupo inútil de gente que no piensa, solo recibe órdenes. Pero a quien hemos visto mandar es a un neo-caudillo, otro esqueleto sin piel, sepultados como lo fueron los caudillos en las aguas del Orinoco en 1903. Es este neo-caudillo el que ha llevado a la nación al extravío, somos con él dominados por un solo hombre que como los caudillos del siglo XIX, igual ha manejado todos los poderes a su antojo, en sus manos aquella nación unida se ha convertido en un país dividido y polarizado, perdidos los valores de la democracia en la añoranza del neo-caudillo por el pasado, días ya perdidos e irrecuperables, vemos hondas señales autocracia, sin tolerancia ni respeto al adversario, con una Constitución hecha ad hoc pero luego irrespetada cada día, como las de aquellos que las montoneras llevaron al poder. Tal el anacronismo, que no podemos dejar de señalar al leer este libro de Eduardo Liendo cuyas derivaciones llegan hasta esto, en días en que los vencidos se han convertido en una suerte de paridores de que aquella “sangre, locura y fantasía”(Antonio García Ponce) que consideramos finalizada un día de 1965, cuando terminaron las guerrillas, o de 1967 cuando la izquierda estableció la “paz democrática”, o en 1969 cuando se inició la política de pacificación. Lo que hemos vivido con el neo-caudillo, tan inculto como los gamonales del siglo XIX, es un hecho gravísimo: el devenir de las sociedades es hacia adelante y no hacia atrás, que es de lo que hemos sido testigos. Es imposible ser dirigidos por los muertos. Claro que son ellos, los ya sepultados, porque el devenir, lo sucedido en Europa en 1989 es el presente. Desde las elecciones de aquel año en Polonia, ganadas por Lech Walesa(1943), la apertura de las fronteras de Hungría(septiembre 11,1989), lo que precipitó la caída del Muro de Berlín, la reunificación de Alemania(octubre 3,1990), el fin de la URSS(diciembre 31,1991), ninguno de estos sucesos pueden ser soslayados. Un gobierno que solo espera que rectifique lo sucedido en el Cheeckpoint Charlie de la capital alemana, el lugar donde el Muro de Berlín se abrió a la libertad, quien hace eso está gobernando contra la historia. Y ello es imposible.

Eduardo Liendo en su novela nos pone ante la historia de los últimos, seres anacrónicos, inexistentes, pese a que tengan todo el poder del dinero del petróleo en sus manos. La historia no puede ser alterada. Por ello para una honda compresión de este suceder hay que releer El round del olvido, que es una en la que más filosamente, como con un bisturí entre los dedos, ha penetrado el gran drama que se sucede cuando los que llegan al poder no comprenden el tiempo en que están viviendo. Y no amar la época en que vivimos, solo añorar el pasado, ya ido, imposible de asir, es el peor pecado que puede cometer un ser humano. Ya lo cometió, en los días de la emancipación, José Domingo Díaz(1772-c1834), caraqueño realista, enemigo de la República, llegó a estar tan arrepentido en los años finales de su vida, como lo estarán los chavistas un día, que incluso dedicó un artículo necrológico, en una gaceta del país vasco(abril 8,1831), a su peor enemigo: el Libertador, allí pedía a Dios que a Bolívar lo recibiera en su misericordia, la cual, al decir de Enrique Bernardo Nuñez(1895-1964), quien pudo leer aquel texto(Figuras y estampas de la antigua Caracas. Caracas: Monte Ávila Editores, 1991,p.104-106), también implicaba que el doctor Díaz pedía la misma gracia para si mismo, derrotado como estaba. Tal lo que es ser una personalidad anacrónica, y un régimen tal, que ha dado la espalda a lo que somos en esencia los venezolanos, para en vez de ver la realidad soñar con el pasado. Por ello a estos de ahora solo podemos consideralos fantasmas. Por ello, desde el escribir de Liendo, que tantas consecuencias tiene, hemos partido aquí en nuestra meditación sabiendo que en su libro encontraremos aquello que pasó, aquello por lo cual solo se puede rezar un responso, haciéndonos ver otra vez que no podemos jurungar a los muertos, que debemos dejarlos descansar en paz, distinto a como lo hemos visto en estos trágicos años, lo que debe hacer es asumir sus culpas, y junto a los demás ciudadanos volver a parir la sociedad de la democracia, del bienestar, del saber. En El round del olvido está el comienzo de esa meditación. Aquellos guerrilleros no existen, dejaron de vivir. El mundo es hoy otra cosa, pese a todo el mal que el neo-caudillo ha provocado entre nosotros y en nuestro continente.

Y HOY

Presentarlo así es lo que nos proponemos hacer en estas páginas.

Y, además, los chavistas en el poder no pueden continuar acusando a nuestros gobiernos democráticos, en especial a AD y Copei, en el gobierno en le período de la lucha guerrillera, de los posibles errores cometidos al reprimir la insurección armada del PCV y el MIR. Hubo excesos, desde luego, aquello fue una guerra. No podemos olvidar lo que sentimos, éramos estudiante de bachillerato, cuando tuvimos la noticia de los asesinatos del Tren de El Encanto(sepetiembre 29,1963), ordenados por Guillermo Garcia Ponce(1922-2010). O, en los años siguientes, aquellos tiempos en que la guerrilla asesinaba cada día un policía, hombres hijos del pueblo, a los que ellos supuestamente pensaban redimir. Era entonces Gobernador de Caracas(1960-1964) Alejadro Oropeza Castillo(1910-1964), Isa Dobles, su hija, conserva la lista de aquellos muchachos.

Además el gobierno de Betancourt, producto del Pacto de Punto Fijo(1958), estaba obligado a enfrentar a los violentos y perservar la democracia elegida por la mayoría con sus votos. La izquiera no puede acusar a los partidos democráticos en el poder entonces, como hemos visto lo ha hecho la diputada Blanca Eekhout Gómez por Venezolana de Televisión(marzo 3,2013), pues aquella fue una insurección armada, financiada desde Cuba y fracasó porque los que les dieron vida ni siquiera hicieron un análisis previo de la realidad en la que iban actuar, lo que es, ellos no lo sabían ni lo comprenden aun hoy, un principio de Carlos Marx(1818-1883). Fue la carencia de ese análisis lo que los llevó al fracaso. El país salía de una dictadura y solo deseaba una democracia y con sus votos la había construido. Y la carencia del análisis al cual nos hemos referido fue lo que les llevó a establecer las guerrillas en las zonas rurales en un país que se estaba urbanizando plenamente, era en las ciudades donde todo sucedía desde muy atrás. Basta pensar lo rápido que fue ese proceso que a los diez y nueve años de la muerte del general Juan Vicente Gómez(1857-1935) Caracas pasó de los 203.342 que y tenía en 1936 al primer millón de habitantes(octubre 1,1955). Y fueron los electores urbanos los que derrotaron la guerrilla, cuando esta ya lo estaba militarmente, en las elecciones de 1963 cuando la geurrilla llamó a la abstención y la gente votó por elegir a Raúl Leoni(1905-1972). Aquel 1 de diciembre de 1963 la guerrilla realmente quedó derrotada. La violencia lo había sido también sesenta años antes, en la batalla de Ciudad Bolívar(julio 21,1903). Ese día comenzó el siglo de paz que aun vivimos pese a los breves brotes insurgentes, siempre derrotados, incluso, el más grave de todos, la guerrilla de los años sesenta. No deja de ser insólito, y una especial suerte para Venezuela que en el siglo XX y lo que va del XXI nosotros gocemos de amplia paz, la que pocos países del mundo han tenido en la centuria que se inició el 1 de enero de 1901, día inicial del siglo XX.

Sin embargo, y hay que subrayarlo, tanto el siglo XIX como el siglo XX terminaron en Venezuela con las fuerzas politicas enfrentadas, como alguna vez nos hizo ver el historiador Ramón J.Velásquez en uno de nuestros habituales paliques, que su saber siempre los hizo estimulantes.

Y ahora bien, los chavistas en vez de acusar al régimen democrático deben comenzar primero pidiendo perdón ellos, sobre todo por aquellos que los precedieron. Fueron sus líderes los que lanzaron a las montañas a una generación de jóvenes idealistas, a los que terminaron engañandolos. Con su acción se privó al país de una generación de relevo, la que hacia los años setenta debía tomar las riendas del país, no, desde luego imponiendo un régimen marxista como el cubano, a lo cual siempre se han opuesto los venezolanos, lo que explica el perenne fracaso de la izquierda marxista entre nosotros, lo que llevó al historiador Manuel Caballero(1931-2010) a denominarla “la imposible izquierda”. A ello añadió, en la misma página, “con la izquierda la realidad impone proceder de manera inversa: su historia, en el siglo XX venezolano, tiene su ámbito en la historia de las ideas, pues nunca llegó a constituir un opción real de poder”(Historia de los venezolanos en el siglo XX. Caracas: Alfa,2010,p.161-162). Aunque el número de vidas juveniles perdidas en las guerrillas no han podido ser exactamente precisadas por los estudiosos, ni siquiera por los mejores analistas de estos hechos, ni por Luigi Valsalice en Guerrila y politica, curso de su acción en Venezuela,1962-1969(Buenos Aires: Pleamar, 1975. XVI,213 p.), también impreso como La guerrilla castrista en Venezuela(Caracas: Ediciones Centauro,1979), este última edición hecha por el interés del expresidente Rómulo Betancourt(1908-1981), lo cual nos indica que siendo él el protagonista de la anti-guerrilla consideró veraz del libro del diplomático italiano, ni por Antonio García Ponce en Sangre, locura y fantasía, la guerrilla de los 60(Caracas: Editorial Libros Marcados, 2010.286 p.). De todas maneras el número de fallecidos parece ser, según Germán Carrera Damas(1930), quien también lo ha estudiado, de “cerca de 6000 jóvenes”(El asedio inutil. Conversaciones con Ramón Hernández. Caracas: Libros Marcados, 2009,p.33. Ver también las p.98 y 182). Obra también fundamental, para conocer las razones de los propios guerrilleros, en sus propios papeles, es el tomo recopilado por el funcionario Luis Vera Gómez: La subversión armada 1964-1967 en sus documentos(Prólogo: Simón Alberto Consalvi. Caracas: Fundación Rómulo Betancourt,2005. 703 p.) en donde se han recopilado los papeles incautados por los órganos de inteligencia a los propios guerrilleros. Es obra de difícil y fatigante lectura, pero clave para entender los qué de aquel horror. Horror que sigue siendo imperdonable por el número de vidas sacrificadas. Aquella izquierda, e inlcuso el fascismo venezolano actual, se olvida que si por un logro social o político se sacrifica una sola vida este pierde todo su sentido porque la vida humana es superior a toda consigna. No se nos olvida aquí el gran alegato a favor de la vida que se lee, para condenar la guerrilla, en la novela de Antonieta Madrid(1939): No es tiempo para rosas rojas(Caracas: Monte Ávila Editores,1975. 184 p.) título en que se condenan las rosas rojas socialistas como aquellas que se ponen al pie de las tumbas de los fallecidos, porque siempre la vida es lo más alto. Y esto, además, porque matar, como lo hizo la izquierda venezolana, empujada desde La Habana, es siempre imperdonable.

Y otra observación más: entre los chavistas se dice que las obras de Victor Hugo(1802-1885), de León Tolstoi(1828-1910), de Ernest Hemingway(1898-1961) son las propias de escritores revolucionarios. Esto es toda una falacia: nunca fueron revolucionarios ninguno de los tres. Lo que hicieron fue describir correctamente la realidad de su tiempo en las grandes obras que nos legaron.

Y por su parte tampoco se puede considerar como revolucionario a otro dinosaurio de la izquierda latinoamericana: el uruguayo Eduardo Galeano(1940), su obra Las venas abiertas de América Latina(1971. 11.ed. México: Siglo XXI Editores, 1975. VII,426 p.) es libro lleno de numerosos errores históricos, sobre los cuales no se puede construir nada útil. La mayor de sus alteraciones es aquella consideración suya según la cual América Latina no se ha desarrollado porque lo han hecho, en nuestro continente, los Estados Unidos y Canadá. Eso es lo que Carlos Rangel(1929-1988) denominó el “tercermundismo”, en su libro así titulado(El tercermundismo. Caracas: Monte Ávila Editores, 1982.286 p.), libro profético este como lo fueron siempre los suyos, siete años antes de la Caída del Muro de Berlín lo avizoró. Igual fueron los vaticinios que se leen en Del buen salvaje al buen revolucionario(1975.12.ed.Caracas: Criteria,2005. 316 p.). No se dio cuenta el equivocado Rama que quienes tenemos la culpa de que aquello no se haya logrado no son los norteamericanos, trabajadores de sol a sol, sino nosotros, los propios latinoamericanos, que no hemos encontrado hasta ahora, con la excepción del Chile actual, de darnos gobiernos que nos lleven al desarrollo pleno que, desde luego, perserve la libertad. Es por esta razón que el libro de Galeano se ha considerado la obra de cabecera del “idiota latinoamericano”, por los autores del Manual del perfecto idiota latinoamericano(Barcelona: Plaza y Janés,1996.318 p.). Corolario de esta sugerente obra de demolición de mitos es El regreso del idiota(Bogotá: Debate,2007. 344p.), ambas obras del trío formado por el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza(1932), el cubano Carlos Alberto Montaner(1943) y el peruano Alvaro Vargas Llosa(1966).

La izquierda venezolana debe confesar públicamente de sus pecados, pedir perdón, rendir culto a los inocentes sacrificados de ambos lados. No seguir diciendo “hasta cuando nos va a pasar facturas”. No la seguirán recibiendo cuando logren hacer sobrevivir a todos los inocentes muchachos y muchachas, que ellos llevaron a la muerte. ¿Acaso, es un ejemplo, han pedido perdon por los fusilamientos de Falcón?, bien examinados por Valsalice, Clara Posani(Los farsantes. Caracas: Fuentes,1976. 262 p.) y García Ponce. Página inicua para la izquierda fue aquella, para nada la analizada como se debían. Al igual que el martirio, así la llama García Ponce(Sangre, locura y fantasía,p.214) de Nicolás Beltrán, suerte de Roque Daltón(1935-1975) venezolano, ya que fue asesinado por la misma guerrilla a la que pertenecía, de la misma forma que lo hizo con el destacado escritor salvadoreño la misma guerrilla a la que pertenecía en su país, también financiada por Cuba. Es decir, revolucionarios matando revolucionarios.

La guerrilla debe ser estudiada buscando la verdad y señalándola y no escamoteandola y trergiversandola, para adular el César imperante, como lo hemos visto aquí desde 1999, aunque precisamente ese año fue impresa la gran novela de Ana Teresa Torres sobre los últimos comunistas, Los últimos espectadores del acorazado de Potenkim.

Marzo 4,2013.

CON LA OEA O SIN LA OEA

Antonio Sánchez García | abril 30, 2017 |

La situación roza el absurdo. Al extremo que la burlesca afirmación de los cubanos que aseguraban en los sesenta que “con la OEA o sin la OEA ganaremos la pelea” puede ser aplicada hoy en día por esa inmensa mayoría democrática que insurge para derribar a Maduro, el sátrapa de los Castro, y desalojar el régimen madurochavista: “Con la OEA o sin la OEA, ganaremos la pelea”.

Antonio Sánchez García @sangarccs

Fue Carlos Marx quien actualizara la famosa frase de Hegel según el cual la historia se escenificaba como una tragedia. El sarcástico redactor de El Manifiesto Comunista, tan trascendente para la historia de la humanidad como los diálogos platónicos, la traducción al alemán de la Biblia por Lutero y la invención de la imprenta por Gutemberg, se vio obligado a parafrasearlo agregándole su peculiar aporte: algunos de sus capítulos se escriben ciertamente como una tragedia, pero suelen repetirse como una comedia.

Poco importa que esa farsa sea tanto o más cruenta que la tragedia que parodia. Incluso un vil y patético apéndice sangriento al servicio de aquella. También Castro se retiró de la OEA, antes de que Rómulo Betancourt lo sacara con absoluta propiedad y de manera ominosa. Fue en 1962, en Punta del Este, bajo la icónica presencia del argentino Ernesto Guevara. La historia de esa expulsión se reproduce de manera casi que mecánicamente en las actuales circunstancias. Muy seguramente a instancias de la tiranía cubana, que es la que realmente gobierna, manda y ordena en Venezuela. Pero vale hacer notar algunas importantes diferencias.

Cuba se había declarado marxista leninista, con lo cual rompía explícitamente con los principios del organismo multilateral, fuertemente influenciado por la llamada Alianza para el Progreso propiciada por John F. Kennedy. En esos momentos cruciales la representaba uno de los iconos emblemáticos de la revolución mundial, el Che. Por entonces el ejército revolucionario cubano estaba poseído por la disciplina, el espíritu de sacrificio y la ética revolucionaria: ni era terrorista ni practicaba el narcotráfico y el negociado de alimentos en gran escala, como sucede en Venezuela. Ciertamente, obligado por una represión jamás vista en la isla, la inmensa mayoría de su población respaldaba a Fidel Castro y el mundo no disimulaba su admiración por la heroica decisión de Fidel Castro de enfrentarse a los Estados Unidos. Una recapitulación del bíblico enfrentamiento entre David y Goliat de la modernidad, adecuado a la épica contestataria del Siglo XX debidamente propagandeada por el carisma y el inmenso talento mediático de su comandante en jefe. Si bien este David no tenía una honda para enfrentarse a Goliat, el fariseo, sino las ojivas nucleares de los rusos, se aferrada a los pantalones de la nomenklatura soviética con sus ejércitos, sus tanques, sus misiles y sus cañoneras. Y estaba poseído de tal locura, que se declaró dispuesto a presionar el botón rojo que desataría el holocausto nuclear y haría desaparecer un pedazo de los Estados Unidos con la consiguiente desaparición de su isla de la faz de la tierra. Resonaba en sus oídos la amenaza de Hitler: “si los alemanes no están dispuestos a dar sus vidas en defensa del nazismo, no derramaré una lágrima al verlos desaparecer del globo terráqueo”.

La situación derivó en la famosa crisis de los misiles, que puso al mundo al borde de una conflagración nuclear. Y la ONU se convirtió en el escenario planetario de la confrontación entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.

Tan patética, tan lamentable y tan zarrapastrosa es la imagen que el mundo posee del sátrapa Nicolás Maduro, su obscena obsecuencia para con Raúl Castro y Ramiro Valdés, tan encarnizada la represión de los esbirros de Vladimir Padrino contra el inerme y heroico estudiantado venezolano, que para respaldar la decisión asumida por Nicolás Maduro de retirarse de la OEA hay que pertenecer a esa canalla sentimental en que, según el gran novelista chileno Roberto Bolaño, degenerara la izquierda hace ya más de sesenta años.

La situación roza el absurdo. Al extremo que la burlesca afirmación de los cubanos que aseguraban que “con la OEA o sin la OEA ganaremos la pelea” puede ser aplicada hoy en día por esa inmensa mayoría democrática que pugna por derribar a Maduro, el sátrapa de los Castro, y desalojar el régimen madurochavista: “Con la OEA o sin la OEA, ganaremos la pelea”.

Que nos dice uno de los que han estudiado el proceso del chavismo desde su nacimiento, el profesor Agustin Blanco historiador de Venezuela. Es profesor titular de la Universidad Central de Venezuela, doctor en Ciencias Sociales, Docente e Investigador del IIES y del doctorado de FACES-UCV. Es director de la revista Intento, coordinador del Centro de Estudios de Historia Actual, y Secretario Ejecutivo Nacional de la Cátedra Pío Tamayo.

Es coordinador del proyecto de investigación Revolución, democracia y socialismo en la Venezuela actual: 1958-2008, y autor de obras de historia actual, entre las que están 17 volúmenes de los Testimonios Violentos y 10 volúmenes de La violencia en la Venezuela reciente: 1958-1980

¿AQUÍ TODO ES MUERTE?

Agustín Blanco Muñoz | abril 30, 2017 | Web del Frente Patriotico

Ratificamos: esto es una guerra diseñada por fuerzas interesadas y luego expuesta por Hugo Chávez (ABM, Habla el Ctte, Css, 1998, p.461): aquí la guerra y la paz son una falsa dicotomía. “Todo es una gran guerra”. Violencia.

Por ello esta “revolución es pacífica pero armada”. Todo el que asuma el ‘proceso revolucionario’ tendrá paz. Quien no, pasa a la esfera de la oposición que es violenta y debe ser tratada de la misma forma. Por esto el discurso pacifista es un engaño. Lo que prevalece es una violencia abierta y encubierta.

¿Cómo enfrentar entonces una maquinaria violenta de tarifados sometidos a la compra-venta de conciencias, un Estado forajido-delincuencial militarizado y represivo, un proyecto neosocialista que cuenta con apoyo internacional encabezado por China y Rusia?

Y si aquí todo es una guerra, ¿cómo es que las oposiciones oficiales obvian la violencia programada y activa para presionar por el logro de unas elecciones generales que las llevarían al poder?

¿Están interesadas en una política para enfrentar la violencia o simplemente la legitiman para jugar a la negociación?

Y así visto, el impulso de la protesta de calle no se puede entender como un desafío a las fuerzas violentas del Estado sino como una manera de aumentar la presión nacional e internacional que obligue a aceptar las transacciones que darán grandes beneficios, a los dueños del poder.

En la práctica, ese monstruo de la violencia estatal, fuerte y poderoso, lleva al débil opositor, arrastrado, manipulado e infiltrado a las negociaciones de la compra-venta de parcelas de poder para mantener la paz y la convivencia. ¿Y dónde quedan los muertos?

Este capítulo se inicia con el clima de protesta que se crea con las sentencias 155-56 del TSJ del 28-29Mar-17 que formalizan lo ya establecido en la práctica: el desconocimiento de la AN. El 31Mar-17 la Fiscal dice que esas sentencias rompen el orden constitucional y crece el descontento.

En la marcha del 04A-17, con el asesinato de Jairo Ortiz se inicia un nuevo ciclo de muerte. Para el 19A se convoca la “madre de todas las marchas” y de nuevo la ilusión de mucha gente en un Plan B de las oposiciones. El 20-A en El Valle hay protestas, saqueo, masacre y se hace inevitable el recuerdo del 27F-89.

Para el 24A-se convoca El Plantón o resistencia sin retorno. De no dar resultado vendría El Trancazo Nacional, la paralización de todo el país. Pero este paso no se dio. En su lugar se convoca otra marcha para el 26A hacia la Defensoría del Pueblo. La represión repitió su esquema y cae el estudiante Juan Pablo Pernalete. Oficialmente el muerto N° 28 en lo que va de mes. Otros registros hablan de por lo menos 30 asesinados.

El 06-A muere Jairo Ortiz (19) Miranda, El 10 Daniel Queliz (20) Carabobo. El 11 Miguel Ángel Colmenares (36) y Bryan Principal (14) Lara. El 12 Jay Ammaro (28) Lara. El 13 Cruceine Canelón (32) Lara. El 19 Carlos Moreno (17) Css y Paola Ramírez (23) Táchira. El 20 Melvin Gaitán (Miranda). El 21: William Marrero (33), Robert Centeno (29), Jonatan Meneses (27), Yoirgerber Barrera (25), Elio Pacheco (20), Estiverson Zamora (29), Kevin León (30), Francisco González (34), Ramón Martínez (29), Adolescente(17) Cs. El 23: Almelina Carrillo Css. El 24: Jesús Sulbarán y Renzo Rodríguez (Barinas), 25: Efraín Sierra (34) Táchira. El 26: Eyker Daniel Rojas (20) Lara: Orlando Medina (23) El Tocuyo-Lara. El 28: Juan Pablo Pernalete (20). No está claramente establecido el número de muertos en El Valle el 20/21.

Y a estas alturas ¿cuál es el sentido de seguir convocando marchas sin atender a la decisión masacradora estatal? ¿Hay una simple improvisación política o se entiende que sólo un clima de violencia puede llevar a posiciones convenidas a los acuerdos que apunten hacia un nuevo reparto de poder?

Pero en el camino pueden surgir obstáculos para estas transacciones: ¿Cómo ignorar que cada vez aumenta la legión de quienes se apartan de oficialismo y oposición oficial, los dos monstruos de las minorías, para asomar como futura fuerza capaz de convocar las luchas, ya no para tratos monstruosos, sino por un cambio histórico verdadero?

A esto le temen las minorías. Saben que en el corto y mediano plazo controlarán el proyecto que nos mantiene inmersos en la guerra social del desgaste y la destrucción. Pero saben también que no podrán mantener indefinidamente este dominio.

Cada día menos venezolanos creen en ellos porque ya están convencidos que esos políticos existen para mantener esta rentable situación. El objetivo de ellos no consiste en superarla sino en mantenerla, aunque con cambios de forma, porque son parte de los mismos males que les dan beneficios y espacios de poder.

El cuadro está en vías de clarificación. Y crece la convicción sobre la necesidad de que se estructure la fuerza social en forma organizada, consciente, operativa y alejada del héroe-caudillo-salvador liberal-positivista y pasar a la acción horizontal donde todos participen en el hacer de una historia que se aparte de la muerte y abra cauces a la vida y el porvenir.

Sancho, sin una fuerza social organizada en Movimiento de Movimientos (MdM) seguirá ganando aquí el guerrero de la muerte!

@ablancomunoz

abm333@gmail.com

Últimas Noticias ampliado

29 abril 2017

¿QUÉ PASARÍA EN CUBA SI CAE NICOLÁS MADURO?

DIARIO DE CUBA/ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES | abril 30, 2017 |

Probablemente muchos cubanos no están del todo conscientes del tsunami económico y social que puede significar para Cuba la caída del régimen militar de Venezuela. No pueden estarlo. Leyendo Granma, Juventud Rebelde, Trabajadores, viendo los noticieros de la TV y oyendo Radio Rebelde, Radio Reloj y el resto de las radioemisoras del país, no es posible.

Claro, gracias a las nuevas tecnologías “contrarrevolucionarias” y a los periodistas independientes, hay cubanos que están mejor informados y ya vislumbran en el horizonte un nuevo “Período Especial”, explica Diario de Cuba.

Los medios estatales afirman que Nicolás Maduro es acosado por terroristas y fascistas organizados por “la derecha”, como parte de un complot de Washington para acabar con la “revolución bolivariana”. Quienes son anestesiados con esa propaganda serán los más sorprendidos con un eventual colapso del chavismo.

Ya no es factible sacrificar a Maduro y poner en su lugar a Tareck el Aissami, Diosdado Cabello, Jorge Rodríguez o cualquier otro jerarca chavista. El tiempo para hacerlo se venció cuando comenzaron a masacrar manifestantes en las calles. Ya son casi 70 los asesinatos del Gobierno en plena vía pública desde 2014. Son crímenes por los cuales sus autores deberán ser juzgados. No prescriben.

Después de Maduro, en Miraflores no podrá haber otro chavista, por “moderado” y “pragmático” que lo quisiesen presentar. Habrá un gobierno, provisional o definitivo, democrático, y sin ataduras coloniales con Cuba, legítimamente venezolano.

Más “cash” que en 206 años

El chavismo tuvo la oportunidad de diversificar la economía y desarrollar el país. Entre 1999 y 2015 recibió 960.589 millones de dólares por sus exportaciones de petróleo, para un promedio de 56.500 millones anuales, según la consultora Ecoanalítica. Esa cantidad es muy superior a todo el dinero obtenido antes por Venezuela en sus 206 años de historia, desde la declaración de independencia de España.

Además, Chávez para tener aún más y seguir dilapidándolo a manos llenas, ordenó emitir 54.327 millones de dólares en bonos de la República y de PDVSA, la entidad estatal petrolera. Y ahora, ya en ruinas, el país tiene que pagar a esos tenedores de bonos venezolanos (acreedores) 110.000 millones hasta el año 2027, por concepto de intereses y capital. Aparte, le debe a Rusia y China. La deuda con Pekín llegó a 60.000 millones de dólares. El país está quebrado.

Durante el chavismo el total de empleados públicos pasó de 900.000 a 2,4 millones. Y los trabajadores de PDVSA aumentaron de 40.000 a más de 145.000 en la actualidad. Chávez utilizó su abultada chequera para comprar lealtades políticas en Latinoamérica y votos en la OEA y la ONU, financiar campañas electorales de izquierda y consolidar el socialismo continental. También para mantener la improductiva economía cubana, y lanzar programas sociales sin invertir nada en el desarrollo socioeconómico del país

Lo peor es que parte de esa fortuna fue robada y depositada en bancos extranjeros por los integrantes de la cúpula chavista. Mientras tanto, los venezolanos sufren la peor crisis existencial de su historia, acogotados por un gobierno de “malandros”, como llaman allí a los delincuentes, narcotraficantes, ladrones y asesinos.

Muchos de ellos van a terminar en la cárcel (incluso en EEUU). Ellos lo saben y se aferran al poder. Jamás lo entregarán en un proceso electoral que ellos puedan manejar. En las elecciones de 2013 el ganador fue Henrique Capriles y es Maduro quien gobierna, gracias a un fraude cocinado en La Habana. El resultado oficial de las elecciones fue de 50,66% para Maduro y 49,07% para Capriles. Pero todos en Venezuela saben que Henrique obtuvo más votos que Nicolás.

Nuevos comicios en Venezuela tendrían sentido si se permite que la Asamblea Nacional cumpla sus funciones, si se destituyen los miembros del Consejo Nacional Electoral y del Tribunal Supremo de Justicia y se nombran personas respetuosas de la Constitución. Si se liberan todos los presos políticos, y si se acepta una adecuada supervisión internacional, incluyendo la OEA y la UE.

Eso es lo que exige el pueblo venezolano. Sabe que solo la presión de la calle es lo que puede cambiar las cosas. Por eso está hoy en las calles. Sabe que solo la presión callejera puede causar una ruptura en la cúpula chavista que lleve a elecciones verdaderas, o que se produzca una intervención de fuerzas militares no vinculadas al narcotráfico y la malversación de fondos públicos.

Consecuencias para Cuba

Para el castrismo la caída de Maduro significaría el fin del “Socialismo del Siglo XXI” e incluso del Foro de Sao Paulo, la internacional comunista-castrista creada en 1990 por Fidel Castro y Lula da Silva con la meta de socializar a toda Latinoamérica. Una debacle chavista dejaría desamparada política e ideológicamente a la dictadura cubana. Quedaría más sola que nunca, pues el “campo socialista” ya no existe.

En cuanto a la economía, según cálculos del profesor Carmelo Mesa-Lago la dependencia cubana de Venezuela equivale a un 21% del Producto Interno Bruto (PIB) de la Isla. Ello incluye casi la mitad del déficit en la balanza comercial y un 42% del comercio exterior total cubano.

Los subsidios de Caracas a La Habana eran hasta hace poco de unos 10.000 millones de dólares anuales. Fueron reducidos a unos 7.000 millones, según fuentes diversas. Ese torrente de divisas, aunque disminuido, constituye uno de los dos grandes soportes de la economía cubana.

El otro pilar es el dinero recibido desde el “imperio” vía remesas, paquetes y viajes, y que en 2016 ascendió a unos 7.000 millones de dólares. La economía cubana depende del extranjero porque el aparato productivo estatal genera muy poco y solo exporta cuatro productos (azúcar, tabaco, níquel y productos farmacéuticos), por menos de 4.000 millones de dólares. El turismo en términos netos aporta menos de 1.000 millones.

El desplome del chavismo suprimiría una de esas dos columnas que sustentan la economía castrista. Hasta hace poco Cuba recibía de Venezuela 36 millones de barriles anuales de petróleo, un 61% del consumo nacional (59 millones de barriles). Ahora recibe 19,3 millones de barriles (32,7%). También la Isla reexportaba gasolina enviada desde Venezuela o refinada en Cienfuegos, por más de 720 millones de dólares anuales.

En resumen, con 7.000 millones dólares menos en cash, y sin recibir el 61% del petróleo que consume el país, cabe preguntarle a Raúl Castro de qué lámpara maravillosa va a sacar los 3.700 millones que necesitaría solo para comprar el petróleo no enviado por Venezuela, e importar alimentos.

Las divisas procedentes de EEUU no serían suficientes para mantener siquiera el precario nivel de vida actual de los cubanos, cuyo salario de 24 dólares no llega a la mitad del de Haití (59 dólares). Ante los argumentos tranquilizadores de economistas oficialistas de la Isla de que se podría enfrentar sin traumas una suspensión de los vínculos con Venezuela, se me ocurren tres preguntas: ¿Cómo? ¿Piensan en subsidios de China, Rusia, Irán o Argelia? ¿Regalan dinero la Unión Europea, Japón, Canadá, Singapur o Australia?

Esas interrogantes conducen a otra: ¿Qué puede hacer el régimen para enfrentar semejante tsunami socioeconómico? Los cubanos de a pie tienen la respuesta: el general Castro y su Junta Militar deben dejar de pisotear los derechos económicos plasmados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como el de la propiedad privada y tener un negocio propio que crezca sin trabas estatales, exportar e importar, invertir capital en su propio país, facilitar la inversión extranjera, entregar la tierra en propiedad a los campesinos y que vendan sus cosechas libremente.

O sea, el régimen debe liberar las fuerzas productivas y fomentar un pujante sector privado. De no hacerlo habría otro “Periodo Especial”, y Cuba podría parecerse demasiado a China durante el “Gran Salto Adelante” de Mao Tse Tung, que casi acabó con el país.

FUENTE: DIARIO DE CUBA/ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES

Hay que destacar que de todo este drama, lleno de historias de venganzas y odios, resentimientos y falsedades, una camarilla de supuestos "agredidos por la democracia de la Cuarta Republica" nos ha llevado a repetir la historia en su version burlesca. Aqui la hija del difunto Jorge Rodriguez manifiesta su fanatismo y desprecio por las leyes, justificado por la venganza que ella y su hermano Jorge, estan haciendo de la muerte atroz de su padre en 1976.

¿Qué ha quedado de todo ese largo proceso en Venezuela?

LAS BANDAS CRIMINALES DE MADURO

PATRICIA TORRES y NICHOLAS CASEY | abril 28, 2017 |

Los motociclistas llegaron con un estruendo; eran una falange de chaquetas rojas con ropa oscura. Algunos llevaban los rostros cubiertos mientras aceleraban los motores ante los manifestantes. Arrojaron bombas de gases lacrimógenos para dispersar a la multitud y, según los testigos, luego sacaron las pistolas y dispararon, publica The New York Times.

Carlos Moreno, de 17 años, cayó al suelo y un charco de sangre se formó alrededor de su cabeza. “Se le estaba saliendo la materia cerebral”, recordó Carlos Julio Rojas, un líder comunitario que presenció el tiroteo sucedido en Caracas el miércoles pasado.

Quienes estaban en la protesta dicen que los hombres uniformados que dispararon contra Moreno no pertenecían a las fuerzas de seguridad del gobierno. Eran miembros de bandas armadas que se han convertido en agentes clave para el presidente Nicolás Maduro, quien intenta sofocar las crecientes protestas contra su gobierno.

Esos grupos, que reciben el nombre de colectivos, forman parte del escenario político venezolano desde hace mucho tiempo, pues fueron fundados como organizaciones comunitarias a favor del gobierno. Según los expertos que estudian su conformación, se trata de civiles con entrenamiento policial que han sido armados por las autoridades.

Los colectivos controlan un vasto territorio del país y en algunos casos se financian por medio de actos delictivos como la extorsión, el contrabando en el mercado negro de alimentos regulados y el narcotráfico. El gobierno tolera sus actividades a cambio de lealtad.

Actualmente parece que desempeñan un papel importante en la represión de la disidencia.

Cientos de miles de manifestantes han tomado las calles de Caracas y otras ciudades exigiendo que se celebren elecciones. Las protestas se han intensificado debido a la crisis económica que ha generado una gran escasez de productos básicos como alimentos y medicinas —así como una reciente resolución del Tribunal Supremo de Justicia con la cual intentó asumir las funciones de la Asamblea Nacional— lo que ha contribuido a la desestabilización del país y se han convertido en la amenaza más grande para el gobierno actual desde el golpe de Estado que en 2002 destituyó, por unas pocas horas, a Hugo Chávez.

Maduro ha respondido desplegando efectivos de la guardia nacional armados con cañones de agua, balas de goma y perdigones para dispersar a las multitudes. Pero diversos expertos y testigos aseguran que, junto a las fuerzas de seguridad, también actúan los colectivos que se dedican a una intimidación más brutal y, en muchos casos, mortal.

“Esos son los verdaderos grupos paramilitares de Venezuela”, dijo Roberto Briceño-León, director del Observatorio Venezolano de Violencia, un grupo académico que monitorea los actos delictivos en el país.

Los colectivos se han convertido en agentes represores a medida que han disminuido los ingresos del gobierno venezolano a causa de la creciente deuda externa y la caída de los precios del petróleo. Según muchos venezolanos, los colectivos aparecen en casi cualquier protesta en la que el gobierno perciba que los ciudadanos se pasan de la línea, desde los rutinarios conflictos laborales con sindicatos hasta las manifestaciones estudiantiles. Eladio Mata, un dirigente sindical del sector salud, dice que el año pasado los miembros de un colectivo le dispararon cuando se estancaron las negociaciones en el Hospital Universitario de Caracas.

Mata cuenta que cuando llegó a la puerta principal del hospital se encontró con varios hombres que le impidieron salir. Él cree que fueron llamados por la directiva del hospital. Los miembros del personal intentaron ayudarlo a salir, pero un miembro del colectivo le disparó en la espalda. Luego tuvo que ser arrastrado a una sala de operaciones para una cirugía de emergencia.

“En este país está prohibido disentir”, dijo Mata.

Oscar Noya, un investigador de enfermedades infecciosas tropicales, dijo que su laboratorio ha sido objeto de actos vandálicos en unas 30 ocasiones, perpetrados por miembros de los colectivos que destruyen sus equipos y se llevan los cables eléctricos.

Noya cree que ordenaron vandalizar su sitio de trabajo porque suele publicar información sobre epidemias de enfermedades infecciosas que el gobierno no informa, particularmente la propagación de la malaria.

También comentó que las autoridades han guardado silencio ante sus repetidas denuncias, por lo que cree que los colectivos han “alcanzado un nivel de impunidad total”.

Los expertos dicen que los colectivos se originaron en los primeros días del gobierno de Chávez, quien originalmente los concibió como organizaciones sociales que le ayudaran a instaurar su visión de una revolución socialista que transformara los barrios pobres de Venezuela. Muchos tenían sus propios nombres, banderas y uniformes. Finalmente, el gobierno les impartió entrenamiento de armas y seguridad, para desplegarlos como un grupo de milicias.

A medida que los grupos se hicieron más poderosos, ejercieron su propia influencia, sobre todo respecto al control de actividades del crimen organizado como el tráfico de drogas en los barrios de Caracas.

Su poder llegó a ser tal que, en 2014, algunos tuvieron violentos enfrentamientos con la policía como parte de un esfuerzo por expulsar a un ministro del Interior y Justicia que trató de frenarlos. Más recientemente, otros miembros de colectivos han librado mortales reyertas con soldados durante el despliegue de operaciones militares que buscan contener el crimen organizado.

Según Fermín Mármol, un criminólogo de la caraqueña Universidad Santa María, esos grupos controlan el 10 por ciento de los pueblos y ciudades de Venezuela. Mármol explicó que la profunda inclinación ideológica de los colectivos significa que defenderán a Maduro a toda costa.

“Si la revolución pierde la presidencia mañana, los colectivos inmediatamente se convertirán en una guerrilla urbana”, dijo el experto.

Las bandas de colectivos han sido acusadas de ataques contra periodistas que cubren sus actividades en las calles. Sin embargo, en algunas entrevistas, sus líderes han negado cualquier vinculación con actividades criminales y dijeron que se dedicaban a defender la revolución.

A pesar de sus ataques contra los disidentes, para algunos venezolanos de los sectores más pobres los colectivos se han convertido en una fuente de orden aceptada por la gente.

Haide Lira, de 58 años, es una asistente administrativa que vive cerca del barrio de clase trabajadora La Vega y dijo que los enfrentamientos entre manifestantes y los colectivos han sorprendido a los vecinos. Ella simpatiza cada vez menos con quienes protestan. “Así no se presiona a un gobierno”, opinó.

Sobre los colectivos, comentó: “Ellos ponen orden donde hay desorden. Es cierto, son civiles armados, pero ¿qué se puedes hacer en este mundo que está al revés?”.

Pero los ataques contra los manifestantes han traumatizado a muchos, como es el caso de Rojas, el líder comunitario que fue testigo de la muerte de Carlos Moreno. Cuenta que los manifestantes intentaron salvar a Carlos; subieron su cuerpo a una motocicleta para que llegara rápido a un hospital, donde fue declarado muerto.

Algunos trataron de perseguir a los agresores, pero fueron refrenados por otros que les dijeron que sería inútil. Rojas trabaja con políticos de la oposición y explicó que se había acostumbrado a los ataques, que durante mucho tiempo han formado parte de su trabajo como activista.

“Atacan a sus vecinos cuando están en las filas para alimentos y son identificados como miembros de la oposición, atacan a los dueños de tiendas cobrándole extorsiones y atacan a los panaderos quitándole parte de su producción para venderla en el mercado negro”, contó. “No son verdaderos colectivos, o actores políticos. Son criminales”. Patricia Torres informó desde Caracas y Nicolas Casey desde Bogotá. Ana Vanessa Herrero colaboró con este reportaje desde Caracas.

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