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¿Que sucede fuera mientras se materializa un genocidio en Venezuela?


Las medidas de Donald Trump hacia Cuba y el final simbólico de una época

La reacción del gobierno cubano ha sido particularmente llamativa y pone de relieve que los tiempos ya no son los mismos

Miércoles, junio 21, 2017 | Miguel Saludes |

MIAMI, Estados Unidos.- El acto escenificado en Miami el viernes 16 de junio por el Presidente Donald Trump daba cumplimiento a una de las promesas hechas por el candidato republicano durante la campaña electoral. Buscando el apoyo del voto cubano, Trump prometió revertir los cambios hacia Cuba que emprendió su antecesor en la Casa Blanca. Señalado por su simbolismo por algunos medios, el anunciado giro se produjo en un enclave teatral miamense de La Pequeña Habana, sitio emblemático para el exilio cubano.

Arropado por centenares de invitados de origen cubano, un flamante Trump acompañó sus propuestas de “cambio” con un fuerte discurso anti castrista, como era de esperar. No tanto lo fueron las medidas enunciadas para dar cumplimiento a la nueva política de poner freno y endurecer unos nexos restablecidos por la administración Obama: un paso inédito e histórico del demócrata que puso fin a una larga y poco fructífera estrategia para aislar (y derrocar de ser posible) al régimen castrista. Casi seis décadas de enfrentamiento que arrojaron el resultado de una dictadura afincada en el poder y un pueblo que en definitiva fue el que recibió todo el peso y las consecuencias de ese castigo de doble imposición llamado embargo por unos y bloqueo por los otros.

En esta ocasión parecía que el señor Trump apostaba por restablecer el estado de cosas anterior a diciembre del 2015 y no pocos aplaudieron que así ocurriera. Para sorpresa de muchos y desencanto de no pocos de los que apuestan por aislamientos y rupturas, el endurecimiento quedó centrado en dos medidas con las que se busca evitar que los beneficios económicos de las actuales relaciones oxigenen la estructura militar que rige en la Isla. Básicamente las restricciones estarían dirigidas a reducir la posibilidad de viajes para los ciudadanos norteamericanos, que los que viajen no gasten el dinero en hoteles e instalaciones bajo administración militar y prohibir transacciones comerciales entre empresas estadounidenses con aquellas controladas por instituciones uniformadas de Cuba.

El gesto de buena voluntad expresado por Donald Trump de ayudar a una transición democrática y efectiva en Cuba, presenta incongruencias si se compara su actitud hacia situaciones similares, y hasta peores, que acontecen en otros países cuyos gobiernos tienen relaciones con Estados Unidos, son sus aliados o en los que el propio presidente tiene negocios. Turquía y China son dos ejemplos. En el primero el gobierno de Erdogan se ha convertido en uno de los mayores violadores de derechos humanos y libertades ciudadanas, ocupante del primer lugar en la lista negra emitida por Amnistía Internacional. Centenares de periodistas presos, medios cerrados, opositores perseguidos o profesionales expulsados de sus trabajos por el simple hecho de no ser afines a los designios del presidente turco. La imagen de la violenta acción represiva llevada a cabo por decenas de sicarios contra un grupo de manifestantes kurdos frente a la embajada de Turquía en Washington aún puede verse en las redes. En lo que supone una falta de respeto total al país anfitrión, sin tener en cuenta a los policías locales que montaban un cordón de seguridad los energúmenos salieron en pandilla para disolver a patadas y piñazos a los manifestantes pacíficos.

La otra cara de la moneda se muestra en la realidad china. Nada modélica en cuestiones de derechos y democracia, China concedió en días recientes el permiso de producción a nueve marcas registradas de Trump. Una de las empresas que producen artículos de la línea representada por su hija Ivanka en aquel país, fue denunciada por el trato que reciben los trabajadores. Los denunciantes han sido encarcelados y esperan juicio. ¿Acaso sería conveniente la misma aplicación de medidas restrictivas que limiten la entrada de dinero norteamericano en entidades de ambas naciones cuyos beneficiarios finalmente serían las castas gobernantes que tratan de imponer una dictadura democrática en Ankara y a los emporios militares que en China reprimen, explotan y de paso construyen submarinos y porta aviones en franca competencia con Norteamérica?

La reacción del gobierno cubano ante el anuncio hecho en Miami ha sido particularmente llamativa y pone de relieve que los tiempos ya no son los mismos. En una circunstancia semejante, bajo la égida del desaparecido Castro, en la hipotética posibilidad de que el Comandante hubiera facilitado el acercamiento con su enemigo entrañable, el acto de Trump tendría la respuesta de infinitas marchas, jornadas de reafirmación ideológica y discursos interminables cargados de mensajes anti imperialistas. Paralelo a ello las consecuentes medidas aplicadas como castigo en lo económico a emigrantes y en lo represivo contra activistas opositores. Nada que ver con la inédita transmisión en directo y sus correspondientes retransmisiones, del discurso de Trump en los medios oficiales cubanos. Una nota de prensa tomó de este hecho la parte humorística en el comentario de una mujer diciendo que mientras a Obama le costó casi ocho años salir en directo en la televisión de la isla, su sucesor lo había logrado en tan solo seis meses. Me pregunto si no sería una mejor táctica que Trump viajara a la cercana Isla y contactara en directo con una población que en el fondo no le rechaza. Tal vez su visión de la realidad cambiara al comprobar que en un país donde la gente no le tiene la desestima que se aprecia en la mayoría del planeta, la mejor opción tal vez sería acelerar las reformas con la impronta de la presencia y no con el alejamiento.

Hay otro detalle a destacar. Se trata de la amplia representación de disidentes que acudieron desde Cuba expresamente al evento en Miami. Alguno de ellos expresó sin ambages su apoyo a las medidas del mandatario norteamericano contra el gobierno de su país. Algo imposible de imaginar en anteriores escenarios del Castro más radical. Incluso en sus palabras el Canciller cubano fue mesurado al evaluar las disposiciones de Trump llegando a justificarle al decir que el presidente estaba mal asesorado en el tema cubano. Pero más allá de la denuncia por el supuesto endurecimiento del embargo, el jefe de la diplomacia cubana reiteró su voluntad de continuar el diálogo “respetuoso“ con Washington.

Fue mucho más contundente en su crítica el exmandatario mexicano Vicente Fox, a quien nadie puede acusar de pro castrista. Fox manifestó su desacuerdo con este cambio de rumbo al que atribuyó a “cubanos malagradecidos que no quieren que su país avance” y que aportaron dinero a la campaña del hoy presidente. Afirmó Fox que en su criterio “… esta marcha atrás que pretende Trump es desastrosa, parece el gringo feo, que conocimos en el pasado, imperialista, volviendo a imponer su voluntad sobre países independientes”.

Por otro lado cabe la duda de si las restricciones de visitantes turísticos norteamericanos en aumento evidente (285 mil en la mitad del año en curso) más bien ayudan a evitar una crisis de ofertas en un sistema que confronta serios problemas en el terreno turístico sin haber tenido el tiempo y los recursos adecuados para crear condiciones que satisfagan las expectativas de unos exigentes visitantes.

Hay efectivamente mucho de simbólico en el acto celebrado en el Manuel Artime de Miami. El propio nombre del teatro al que aludió Bruno Rodríguez señaló una parte de la historia que encierra ese nombre al recordar que el cubano exiliado. El Canciller remarcó el papel de liderazgo civil que Artime tuvo en la fallida invasión de Girón pero omitió el pasado revolucionario del guerrillero del Ejército Rebelde que combatió en Maffo, Guisa o Palma Soriano. Símbolo de un pasado que cierra sus cortinas, húmedas y polvorientas, al mismo estilo de las decoran el interior del Artime, en una pequeña Habana que cada vez pierde más su esencia cubana, en vías de extinción por una pugna constructiva criticada por la UNESCO y que amenaza con la ruina de los pocos negocios tradicionales que quedan en esta zona miamense, donde se quieren levantar modernas edificaciones y negocios millonarios. Una Pequeña Habana que cada vez tiene menos de Cuba y más de semblanza centroamericana de cara a un futuro diferente.

TRUMP, CUBA Y VENEZUELA

Antonio Sánchez García | junio 21, 2017 | Web del Frente Patriotico

La deuda histórico moral que carga la tiranía cubana no debe ser olvidada: sesenta años de sufrimientos sobre todo un pueblo, devastación y muerte de varias generaciones de latinoamericanos y la destrucción y barbarie de un pueblo bueno y generosos como el venezolano. La deuda no está saldada. Bastaría con saldarla para que el bufón se convirtiera en un héroe.

Antonio Sánchez García @sangarccs

Transcurriendo el año 2000 y en vísperas de la segunda asunción de mando de Hugo Chávez Frías bajé a La Guaira a recoger a mi amigo Marco Aurelio García, que venía en representación de Lula da Silva a participar de los eventos diplomáticos organizados a tal efecto por el gobierno bolivariano. Era la primera vez que nos veíamos desde que viniéramos desde Paris a Caracas a participar en un Congreso Latinoamericano de Filosofía. Habían transcurrido trece años, pero las certidumbres ya nos habían cambiado irremediablemente. Él seguía siendo el trotskista convencido que siempre fuera, ahora mano derecha del líder brasileño. Yo había aprendido a vivir a plenitud en una auténtica democracia, como la venezolana. Le expresé mi desacuerdo con Chávez, en quien no sólo advertía los rasgos del tirano, sino la voluntad de hacer añicos al país que me acogiera. Me miró asombrado, pretendiendo no entender lo que le estaba diciendo. Le expliqué mis razones. Luego de expresarme su profundo desacuerdo con la posición que acababa de aclararle, me preguntó sin ironía alguna si yo tenía algún problema estético con el teniente coronel.

Lo traigo a colación porque ahora sí veo que muchos de mis paisanos y compatriotas tienen “problemas estéticos” con Donald Trump. No me gusta Trump. Pero mucho menos me gustaba Obama. O la señora Clinton. Soy venezolano y mis gustos no me impiden discernir entre las acciones que favorecen o desfavorecen a mi país, Venezuela. Independientemente de la estética, de mis gustos o disgustos. Razón que me lleva a que tampoco me gustaran Jorge Alejandro Bergoglio, el cura Sosa o José Luis Rodríguez Zapatero. O la Internacional Socialista, a la que también pertenecen los cortesanos de Zapatero convertidos en mastines de Raúl Castro y Nicolás Maduro. Porque todos ellos desfavorecen o dificultan la recuperación del pleno disfrute de la Libertad y el restablecimiento del Estado de Derecho en Venezuela.

Pues puestos ante la grave circunstancia en que se encuentra la libertad de mi país, los gustos pasan a segundo término. Y el arcoíris se reduce a la simple confrontación del blanco y el negro. Y las simpatías al “ellos” o al “nosotros”. Duele las entrañas, pues normalmente un ser sensato, racional y pensante sabe que el mundo es multicolor y diferenciado y que poner las cosas bajo el reinado del maniqueísmo no puede sino terminar en catástrofe.

Pero ¿cómo habría de tener la menor simpatía por los radicales, los comunistas y los socialistas chilenos, que en el colmo del mal agradecimiento le pagan a la democracia venezolana que los rescatara de las garras de la dictadura, los liberara, los recibiera y les garantizara condiciones de vida más que satisfactorias, en tanto que hoy dudan en apoyarla, y cuando ella sufre bajo el yugo de la dictadura castro comunista, e niegan a condenar la dictadura de Nicolás Maduro y prefieren seguir atados a la tiranía cubana?

De allí que esperase con verdadera ansiedad el desenlace de este primer capítulo de la confrontación prometida por Donald Trump con la tiranía castro comunista cubana. Que sólo un ignorante o un necio puede restringir estrictamente al caso y al territorio cubano. Se extiende, como no podía ser menos, a todos los ámbitos de la política internacional. Y en los cuales los Estados Unidos y todos los valores que ellos representan se vieron gravemente afectados por la carencia de patriotismo y la blandenguería complaciente y concupiscente de Obama y la Sra. Clinton con sus peores enemigos. Llevándolos al colmo de sacrificar a uno de sus más leales aliados, como Venezuela, por favorecer a una tiranía que le ha declarado la guerra a muerte desde antes de su nacimiento.

¿Favorecer el deshielo sin que se hubiera verificado un solo cambio en la disposición de la tiranía castro comunista a avanzar hacia la democratización de la isla? ¿Sin siquiera pedírselo? ¿Perfectamente conscientes de que Cuba ha invadido a Venezuela y la ha convertido en su primera colonia en Tierra Firme? ¿Ponerle fin al deshielo sin exigir a cambio el retiro de sus tropas de ocupación de territorio venezolano? ¿O es que el Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA no sabían que Nicolás Maduro es un lacayo de Raúl Castro? ¿A qué comprobación esperaban? ¿Al acto de anexión territorial, institucional, estatal y constitucional que ahora pretenden imponerle a los venezolanos con la farsa constituyente?

Por supuesto que disiento de todos aquellos venezolanos demócrata liberales a la norteamericana o de aquellos socialdemócratas a la europea que se espantan por las extravagancias, desplantes y boutades twiteras de Donald Trump. Los acompañaría en sus sarcásticas manifestaciones contra quien consideran un bufón, si no hubiera enfrentado a Assad desatando su artillería frente a la costa siria ni hubiera decidido ponerle un fin sin compromisos al deshielo en las relaciones norteamericano cubanas, echando al tacho de la basura la indigencia política, intelectual y moral de la pareja Obama Clinton y dándole un parado innegociable a la tiranía castro comunista cubana. Así se nieguen a creerlo, tales demócrata liberales de todo pelaje y condición, alcahuetes con las dictaduras y pacifistas a ultranza se niegan a aprender de las extraordinarias lecciones que Winston Churchill les diera a los apaciguadores de Chamberlain. Y siguen convencidos de que con buenos modales y una política “correcta” se resuelven los problemas del mundo.

No me gusta Trump. Pero lo prefiero mil veces a un Obama que antes de tomarse en serio la tragedia venezolana y ponerle frente a la invasión cubana, prefirió tomarse una foto en La Habana estrechándole la mano ensangrentada a uno de los peores tiranos del Caribe. Y anular ese decreto infame todavía es poco. La deuda histórico moral que carga la tiranía cubana no debe ser olvidada: sesenta años de sufrimientos sobre todo un pueblo, devastación y muerte de varias generaciones de latinoamericanos y la destrucción y barbarie de un pueblo bueno y generosos como el venezolano. La deuda no está saldada. Bastaría con saldarla para que el bufón se convirtiera en un héroe

ASALTO POR ATAJO AL PODER CONSTITUYENTE ORIGINARIO

Abraham Gómez R. | junio 21, 2017 | Web del Frente Patriotico

A quién le cabe en este momento la duda que la intención marcada del actual régimen y sus acólitos sea la instauración de una abominable dictadura militarista.

Con La pretensión de instalar una Asamblea Nacional Constituyente, convocada de modo írrito y espurio, se intenta dar un revestimiento constitucional a lo que ellos ya saben de antemano: montar un régimen al estilo Corea del Norte o Cuba cuyas características más protuberantes son liquidar toda posibilidad de Derechos Humanos y aislarse de la Comunidad Internacional para que no les cuestionen sus atrocidades.

Si admitimos y conferimos legitimidad a la vigente Carta Magna aceptamos para cualquiera de nuestros actos que “la Constitución es la Norma Suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución”.

Nadie, nunca puede estar por encima de esta Ley Superior.

Es un fraude constitucional alguna modificación o alteración del contenido textual de Nuestra Constitución a través de mecanismos distintos a lo que la propia Constitución contempla.

El presidente de la República no tiene cualidad jurídica para convocar una Asamblea Nacional Constituyente. Si lo hace, como acaba de proceder mediante el Decreto 2830 del 01 de mayo de 2017, conforma un cuadro típicamente inconstitucional. Revocable por donde se le mire.

El artículo 348 de la C.N sólo lo faculta para iniciar, y en consecuencia el C.N.E debe, a partir de allí, proceder a consultar al pueblo (como cuerpo electoral), si está de acuerdo o no con una ANC, para “transformar el estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”; por lo que no dudamos en calificar esta detestable maniobra oficialista como un atajo (dado que no quieren someter a referendo la consulta popular) para liquidar los órganos del poder constituido ( asamblea Nacional, Fiscalía etc.) que les incomodan. Tal insistencia coloca a un lado, vergonzosamente: el principio de la progresividad, el principio de la legalidad administrativa, el principio de la soberanía constitucional.

Con esta añagaza el régimen manda bien largo al cipote: el derecho al sufragio libre, universal, directo y secreto; el derecho a la igualdad, el derecho de someter a consulta las materias de especial trascendencia, entre muchas otras irregularidades.

Sin la plena activación del Poder Constituyente Originario, conforme a los artículo 5 y 347 de la C.N estaríamos en presencia patética de un vulgarísimo asalto a la Norma de mayor Jerarquía que nos hemos dado democráticamente.

No hay disfraz legal que valga, ni caricatura ostentada en unas bases comiciales inopinadas. El pueblo no ejerce su soberanía en esa inefable figura socio-política que han señalado como Poder Popular.

No hay que llegar a confundirlos (como aspiran los oficialistas en esa lúdica retórica) para someter al Poder Constituyente Originario, denominándolo poder popular; integrado este último por consejos de todo tipo, como un órganos del Estado, es decir como un Poder Constituido, el cual ha venido siendo nutrido, subvencionado y controlado desde un Ministerio denominado de los Consejos, Misiones y demás. Una manera encriptada de atenazar y someter al Poder Constituyente Originario

TRUMP CONTRA GAESA Y CAMIMPEG

Antonio Maria Guevara Fernandez | junio 21, 2017 | Web del Frente Patriotico

“El concepto que está manejando la nueva administración norteamericana en su política de inmigración es facilitar las condiciones políticas, económicas y sociales en los países de origen del desplazamiento. Cuba ha sido una fuente importante de estos movimientos y si las condiciones empeoran en el corto plazo, Venezuela incrementará su tasa de desplazados hacia el norte.

El presidente norteamericano Donald Trump (un empresario avenido en político) revocó parcialmente el pasado viernes 16 de junio de 2017 el acuerdo “completamente desequilibrado” de USA- Cuba suscrito por su predecesor Barack Obama con Raúl Castro.

La ruptura no es total, pero si es un lanzazo para el consorcio militar empresarial con el que el grupo de los Castro y sus panas de la Sierra Maestra chupan todos los dólares que ingresan a la isla por concepto de hotelería y turismo, el petróleo cubano. Los viajes familiares y las remesas se mantienen, en una suerte de oxigeno financiero que si le llega al pueblo cubano.”

Los invito a leer el texto titulado “TRUMP CONTRA GAESA Y CAMIMPEG” el mismo esta ubicado en el enlace https://es.scribd.com/document/351712797/Trump-Contra-Gaesa-y-Camimpeg en www.scribd.com que comparto a continuacion

TRUMP CONTRA GAESA Y CAMIMPEG

Por: Antonio Guevara

El concepto que está manejando la nueva administración norteamericana en su política deinmigración es facilitar las condiciones políticas, económicas y sociales en los países de origen deldesplazamiento. Cuba ha sido una fuente importante de estos movimientos y si las condicionesempeoran en el corto plazo, Venezuela incrementará su tasa de desplazados hacia el norte.El presidente norteamericano

Donald Trump completamente desequilibrado

(un empresario avenido en político) revocóparcialmente el pasado viernes 16 de junio de 2017 el acuerdo de USA- Cuba suscrito por su predecesor Barack Obama con Raúl Castro.La ruptura no es total, pero si es un lanzazo para el consorcio militar empresarial con el que el grupode los Castro y sus panas de la Sierra Maestra chupan todos los dólares que ingresan a la isla porconcepto de hotelería y turismo, el petróleo cubano. Los viajes familiares y las remesas semantienen, en una suerte de oxigeno financiero que si le llega al pueblo cubano.

Las cuentas de Trump como empresario, no le cuadraron en ese acuerdo de la administraciónanterior con el régimen cubano. Hotelería, Turismo, viajes de los gringos y cruceros comerciales,internet, tecnología, telecomunicaciones y el intercambio de divisas, generaron un flujo importantede dólares hacia la isla que no permeaba hacía el cubano común y corriente. Iba directo y sinalcabalas para el monopolio de los barbudos revolucionarios y la familia de Fidel. Unos aventurerosdedicados durante 59 años a la política y desde la caída del muro de Berlín en 1989, hacendososempresarios en comercializar con todo lo que se les atraviese. Lean bien, todo. Para ello crearon unconglomerado de empresas militares que controla el gobierno castrista por medio del

Grupo deAdministración Empresarial, SA (GAESA), que también tiene una rama dedicada al turismo bajo laentidad empresarial conocida como Gaviota.

Donald, cuando afiló y enfiló el lápiz en sus cuentas hacia Venezuela, comparó también el hambrede los criollos con tanto petróleo en el subsuelo y el extraordinario potencial agrícola y pecuario desu inmensa geografía, con la pelazón que arrasa a los cubanos durante 59 años, y le fue inevitableasociarla a la mafia que asaltó el poder en Venezuela desde hace 18 años. Otro grupo de aventurerosconvenidos en políticos y mutados en empresarios, también hacendosos y diligentes encomercializar todo lo que se les atraviese. Léase bien, todo.Es así como en Venezuela, se creó en febrero de 2016 la

Compañía Anónima Militar de IndustriasPetroleras, Mineras y de Gas (CAMIMPEG) la equivalente venezolana del GAESA cubano. Pero,además, desde mucho antes, la crisis de abastecimiento la gerencian y manejan en Venezuela ungrupo de generales y almirantes por rubros. Para ello existen el general arroz, el almirante caraota,el del plátano, del azúcar, de las medicinas, etc. designados por resolución oficial y difundidos en lagaceta oficial. Allí, en uno de esos bolsillos camuflados, se quedan los dólares que ingresan de larenta petrolera que llega de USA y que se invierten en comida y medicinas. Cualquier parecido conCuba no es coincidencia ¿alguna sorpresa?Los barbudos cubanos explotan el lomito de la isla, el turismo y la hotelería, a costa de la pelazóncubana por intermedio del GAESA; en Venezuela, nuestros barbudos rojos rojitos locales explotanel petróleo y los alimentos a través de CAMIMPEG y la Gran Misión Abastecimientos Soberano y los Claps a costa del hambre venezolana. Y ya verán cuando empiece el carnaval dedólares del arco minero.

Hambreadores de allá y de acá, uniformados en las consignas y los lemas, y en la plenitud de losbolsillos full de dólares procedentes del turismo, la hotelería, el petróleo, la comida y las medicinasque llega del imperio. Mientras, los estómagos de ambos pueblos, Cuba y Venezuela, se mantienenvacíos. ¿siguen sorprendidos?Dos años y seis meses después que empezara el acercamiento entre USA-Cuba, el régimen castristase metió una bola de billetes verdes a través del GAESA y la apertura política, la libertad de los presospolíticos y la esperanza de unas elecciones universales y abiertas en Cuba, se diluyeron enesperanzas. Igual en Venezuela, se activó CAMIMPEG para sustituir paulatinamente PDVSA, la GranMisión Abastecimiento Soberano y los CLAPS se institucionalizaron en la corrupción militar,mientras tanto la apertura política, la libertad de nuestros presos políticos y los caminos electoralesse cerraron.

En ambos regímenes, lo común es que los dólares de los negocios con el imperio van a los bolsillosde una casta. Los militares. Por eso, la inmigración cubana desde hace 59 años y la venezolana desdehace 18 se incrementa.Allí está la razón del cambio en la política norteamericana en esta nueva administración encabezadapor un empresario. El concepto de ir a lo medular del desplazamiento de los inmigrantes, en lospaíses de origen pareciera sustentar esa decisión de suspender el acuerdo de Obama con Raúl.El imperio estaba financiando ambas revoluciones a costillas de ambos pueblos. Y lo de costillas esliteral.¿Alguna sorpresa?

Caracas, 19/07/2017@antonioguevara

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