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ROBERTO LOVERA DE-SOLA LA MASCARADA DEMOCRÁTICA DEL PRESIDENTE HUGO CHAVEZ (De cómo un barinés destr


¿LOS CHAVEZ: UNA DINASTIA?

Más delirante aun ha sido su idea de convertir la historia de una familia, la suya, la de los Chávez Frías, en la historia de Venezuela, otro contrasentido. Y esto lo hizo el Comandante por señalar que él desciende de Simón Bolívar(1783-1830), no biológicamente desde luego, líder de emancipación; por tener un abuelo que peleó en la Guerra Federal(1859-1863) bajo las órdenes de Ezequiel Zamora(1817-1860), este se llamó Pedro Pérez Pérez y por poseer otro miembro de su familia, no legítima desde luego, que luchó en las guerras civiles finales, Pedro Pérez Delgado, Maisanta. Con la ascendencia del Libertador y más tarde del bisnieto, el propio presidente Chávez, se tiene en una familia la historia toda de dos siglos de vida venezolana. Solo que le faltó indicar cuál Chávez actuó en los treinta años que separan la muerte de Maisanta de su nacimiento. Este asunto, de vital importancia, ha sido rastreado con precisión, no exenta de sardónica mirada, por el historiador Pino Iturrieta[1]. ¿Es ello posible?. ¿Una familia puede sintetizar la historia de un país democrático en donde siempre, pese a todo, ha habido alternabilidad?. La historia de Venezuela, un país republicano, es, desde luego, distinta a la historia de las familias reales europeas, de las dinastías, que llenan centurias: tal los Romavov en Rusia quienes gobernaron durante tres siglos, los Windsor en Inglaterra, o los Asturias o los Borbón en España, estos últimos, desde 1700, ocupan el trono hispano, el rey actual, don Juan Carlos(1938), es descendiete de aquellos monarcas.

HOMBRE DEL MUNDO RURAL QUIEN NUNCA FUE UN “URBANITA”

Pero en el caso de Zamora y Maisanta Chávez planteó de nuevo otro de sus anacronismos viscerales, basado siempre en que solo pensaba en el pasado y siempre apeló a él, muy poco al presente y nada al porvenir. Fue Chavez un hombre rural, como lo fueron Zamora y Maisanta, fue un hombre para el que la gran evolución de la sociedad venezolana hacia lo urbano, proceso natural en el mundo contemporáneo parece no existir, mucho menos el hecho de el 95% de la población venezolana vive hoy en las ciudades, urbes de las clase media, que es la fervorosa sostenedora de la democracia que de hecho salió de sus entrañas, nuestros grandes líderes democráticos vinieron de ella, ninguno de las altas clases.

Esa veneración la tomó un gamonal, como su bisabuelo, cuya filiación no han podido probar los genealogistas, no se refiere solo a alguien que vivió antes que él, se refiere al mundo rural del cual fueron expresión, correcta Zamora, pulpero de Villa de Cura, absurda Maisanta porque su incultura, seguramente no llegó a leer un solo libro de historia en su vida, le impidió darse cuenta del proceso que llevó la sociedad venezolana, primero a la derrota de las guerras civiles con los caudillos entre ellos, sino la aparición del petróleo y la nueva sociedad, buena o mala, pero real que el mineral gestó. En verdad, como escribió el experto petrolero Aníbal R.Martínez, el petróleo trajo a Venezuela “tanto don como daño”[2]. Pero fue un hecho, desisivo, la aparición del “rey petróleo”, que dijo Domingo Alberto Rangel(1923-2012)[3].

Pero Chávez nos no vio más allá de lo rural. Es una de las razones sobre las cuales descansa su anacronismo político, por ello aquellos anuncios, sobre todo en el discurso que pronunció a horas de conocerse su triunfo electoral desde el proscenio del teatro del Ateneo de Caracas(diciembre 6,1998). Allí fue la moderadora en aquella noche aciaga la periodista Sandra Mondolfi, esposa de uno de los seguidores de Chávez: Manuel Quijada, muerto en el 2013. Aquel discurso, que mucha gente obnubilada por él aquel día, consideró magnífico. No lo fue. Cuando anunció todo aquello del “eje Orinoco-Apure”, que nunca pudo realizar, nos llenó de estupor. ¿Cómo se podía pensar en detener el proceso urbano, no solo iniciado en Venezuela, sobre todo después de la muerte del general Gómez, pero anunciado ya con la caída de los precios del café en los años treinta. Cómo se podía pretender anunciar que iba a enviar a las gentes de la ciudad al campo cuando el proceso natural de las sociedades, desde el fin de la Edad Media, era al contrario: desde el campo a la ciudad. Y entre nosotros el crecimiento demográfico había sido tal, tan grande, tan violento, que cuando falleció Gómez, por ejemplo, Caracas, la ciudad más grande del país, eje de todas sus decisiones desde siglos antes, al menos desde 1576, no tenía sino 160.000 habitantes y dos décadas después, el 1 de octubre de 1955, llegó a su primer millón de habitantes, en solo viente años. ¿Se podía detener el proceso urbano?, ¿se podía pretender desarraigar a las gentes de la ciudades, cuando un altísimo número de los pobladores de nuestras grandes ciudades Caracas, Maracaibo, Barquisimeto, Valencia, Ciudad Guayana, solo tenían vivencias y experiencias urbanas?. No era aquella de Chávez una utopía, que es otra cosa, sino un contrasentido, la confesión de que no conocía la sociedad venezolana ni la había estudiado, aunque presumiera de haberlo hecho..

¿De dónde venía aquello nos preguntábamos mientras escuchabamos antónitos aquello? Todo ello le venía de su admiración por el gamonal Maisanta, era un hecho anacrónico, no había comprendido que la sociedad rural había fenecido, que en el campo solo vivían los que lo cultivaban, la Venezuela rural había fenecido. Aquel 6 de diciembre de 1998, la noche en la que habló, el país era completamente urbano y eso no podía ser ni cambiado ni alterado.

Igual que desconocía nuestro mundo real, desconocía el mundo internacional de sus días. Y por ello, pese a hacer entonces una década de la caída del Muro de Berlin(noviembre 10,1989), el mismo anacronismo le impidió comprender en donde estaba, cuál era la hora y fecha que le había sido marcada.

¿RESURRECCION DE GALLEGOS?

La pregunta, sugerida por Francisco Kiko Bautista, de que si el mundo rural de Gallegos está vivo en Chávez nos lleva otra vez a reflexionar sobre el anacronismo histórico que representó el Comandante. El mundo rural galleguiano era válido en su momento y en su lugar. Era rural la Venezuela del gran maestro. Las ciudades eran entonces apenas pueblos grandes: como la Caracas de las novelas Todo un pueblo(1899) de Miguel Eduardo Pardo(1868-1905), de El último Solar(1920) la primera novela del maestro Gallegos, de La casa de los Abila(1946) de José Rafael Pocaterra(1889-1955), redactada en 1921, de Ifigenia(1924) de Teresa de la Parra(1889-1936) o incluso la Caracas de El falso cuaderno de Narciso Espejo(1952) de Guillermo Meneses(1911-1978) que sucede en 1928. Pero el país cambió. Dejó de ser rural. Se trasformó en urbano. La mayor parte de la población de la nación vive en ciudades que ya no son pueblos grandes sino metrópolis como Caracas, Maracaibo, Valencia o Barquisimeto. Apelar a lo rural es un anacronismo, tratar de implantar lo rural en una sociedad urbana es otro anacronismo, soñar con un mundo campesino no es ni siquiera una utopía, es un ensueño; querer hacer que las gentes dejen las ciudades y vayan a vivir al campo es incurrir en otro anacronismo, es dar la espalda al sentido de la historia humana: el movimiento del campo a las ciudades se inició en la Edad Media, Londres fue la primera ciudad del mundo occidental que tuvo un millón de habitantes en el siglo XIX, llegó a ser la capital del mundo, lo que es hoy Nueva York, también fueron populosos en el mismo siglo Berlín, Viena y París. Pekin, la capital de China, había llegado al millón de habitates mucho antes, en el siglo XVIII(1750), pero aquello obedecía a otro patrón de vida.

DESEAMOS

Debemos tener esto en cuenta, para la necesaria comprensión de chavismo que debemos hacer, con ojos escrutadores, buscando la verdad, es el único camino que nos puede llevar a volver a estar “ebrios de libertad”(p.257) es el de la verdad, camino para vivir “En algun sitio en que las cosas sean ligeras como la brisa”(p.234); a estar “en la flor del coraje y el deseo”(p.258), porque las persecusiones que hemos vivido, si bien han destrozado nuestra lengua y nuestra memoria, también lo han hecho con las formas bellas del amor. No se olviden el mensaje diario que une amor con violencia, demostrado que la élite que nos manda, está formada por gentes que creen que el amor se hace con violencia.¡Pobrecitos!. En esto y en todo.

[1] Elias Pino Iturrieta: El divino Bolívar,p.205-212.

[2] Anibal R. Martínez: Cronología del petróleo venezolano.2ª.ed. Caracas: Foninves,1976. 349 p. La cita preocede de la p.11. Memorable expresión esta que hemos citado.

[3] Domingo Alberto Rangel: El rey petróleo. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1970.415 p., tomo segundo de su historia económica de Venezuela: Capital y Desarrollo, cuyo primer tomo fue La Venezuela agraria. Caracas: Universidad Central de Venezuela,1969.371 p.y el tercero La oligarquía del dinero. Caracas: Editorial Fuentes,1971.405 p.

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