top of page

ROBERTO LOVERA DE-SOLA LA MASCARADA DEMOCRÁTICA DEL PRESIDENTE HUGO CHAVEZ (De cómo un barinés destr


ENTONCES: ¿QUIÉN FUE?

¿Quién es en “definitiva” Chávez?” se han preguntado dos de sus mejores auscultadotes, Alberto Barrera Tiszka(1960) y Cristina Marcano(1960). Responden: ”Lo que sí parece evidente es que hay algo común a todos(sus rostros). Un deseo. Un ansia que lo mueve, que no lo deja dormir. Es una obsesión que, como toda obsesión, se delata sola. No se puede esconder. Sea el Chávez que sea, obsesivamente, siempre está deseando poder. Más poder”[1].

Pese a que los autores dudan quien será Chávez para nosotros esto si está claro: el verdadero Chávez es un conspirador, lleno de odios y resentimientos, sin formación intelectual seria, sin conocimiento de los rasgos de la vida internacional actual, para quien el socialismo real no ha caído, ha mentido como pocos políticos lo han hecho en Venezuela, destructor más que constructor, cree que cambiándole el nombre a las instituciones, incluso al país, estas se mutan, ha derribado todo lo que costó décadas edificar, y no desde 1958 sino desde los años diez(1913) cuando surgió, bajo Gómez, el Estado Moderno y con énfasis a partir de 1935, sobre todo desde el anuncio del Programa de Febrero(febrero 21, 1936). Chávez creyó siempre que sobre los escombros de todo lo que encontró hecho en Venezuela él levantaría su revolución, cosa imposible porque incluso la palabra revolución ha desaparecido del vocabulario político desde el derrumbe, como un castillo de naipes, del socialismo autoritario, ya nadie piensa en ella, lo que se busca es desarrollar la democracia plena, que llena el mundo entero con excepción de Cuba, de Corea del Norte y del intento de Chávez entre nosotros, frustrado por la Venezuela democrática la que siempre ha estado en pie en su contra, oponiéndose. La mitad del país siempre lo ha adversado. A estos hombres y mujeres él nunca logró convenserlos de sus ideas.

Al asomarnos a Chávez tenemos la necesidad de ver siempre la luz y las sombras. El retrato en positivo, sin ser un elogio, ya nos lo han ofrecido Alberto Barrera Tiszka y Cristina Marcano. Tenemos que penetrar también en lo negativo. Sólo así se tendrán ambas caras, lo positivo y lo negativo. Eso que llamaríamos afirmativo nosotros, pese a nuestros estudios y análisis constantes, nunca lo hemos hallado porque la esencia de lo que es Chávez estriba en que es un conspirador, en que es un destructor y en que es un resentido social, tal y como lo ha descrito, con su habitual sagacidad y agudeza, Ruth Capriles Méndez[2].

Todos los hechos que deseamos presentar se espigan desde la aparición en los setenta, 1977 parece ser la fecha exacta, con gran énfasis desde 1983, desde el juramento en el Samán de Güere(diciembre 17,1983), de un nuevo actor, el oficial Hugo Rafael Chávez Frías, barinés, nacido en Sabaneta(julio 28,1954), bisnieto de un gamonal jefe de montoneras Pedro Pérez Delgado, Maisanta. La figuración de Chávez que se puede datar desde el día de su egreso de la Academia Militar con el grado de subteniente(1975). Pese a ser de un signo solar, Leo, es personaje negativo, lleno de oscuridad, quien encarna el desamor en su actos, desamor por las personas y por el país. Para él no hay leyes para respetar, ni siquiera las afectivas, ni siquiera pudo conservar su unión familiar con María Isabel Rodríguez(1964).

¿CUAL FUE SU ESENCIA?

¿Cuál es la esencia de Chávez y de su gobierno? Esa es la pregunta que hay que responder, la que se hace todo el mundo, todos los venezolanos que en su desconcierto por lo vivido no han tenido otro camino que apelar a su historia, interrogarla para responderse los mil interpelaciones que la presencia de Chávez en el poder les planteó, cuestiones angustiosas todas, las viejas “quisicosas” de las que se hablaba en Venezuela en los días de La Cosiata(abril 17-diciembre 31,1826).

En toda esta apreciación se debe partir, y no se crea que exageramos, de su condición personal y de su salud mental. Es lo primero que se presenta a nuestra consideración cuando lo observamos hablar, incluso desde el “por ahora”, cuando lo robó el liderazgo del golpe a sus otros tres compañeros. Ese día no debió decir “les habla el comandante Chávez” sino les hablo en nombre de los cuatro comandantes, mis compañeros.

Por ello su condición psíquica se impone en cualquier análisis. Y ello porque lo único que siempre hemos concluido al escucharlo hablar es pensar: “¡qué cabeza tan desordenada!”[3]. Esa es su esencia. En forma de delirio lo hemos escuchado hablar, en medio del frenesí, cercano al delirio, al desvarío. De allí hay que partir.

Vamos por partes: se ha dicho que su gobierno es el peor que ha tenido Venezuela es su historia: es así. Afirmarlo no es ninguna diatriba contra él sino el reconocimiento de una realidad. Incluso los gobiernos de los caudillos del siglo XIX, con los cuales tiene Chávez tantos parecidos, dejaron obra hecha, siempre en medio del desorden de las guerras civiles. No nos referimos aquí ni al general José Antonio Páez(1790-1873), cabeza de los primeros diez y siete años de la República, tras el fin de la Gran Colombia; ni al general Antonio Guzmán Blanco(1829-1899), quien sin dejar de ser caudillo, dejó “el andamiaje de modernidad que levantó su lucidez y tenacidad para que fuera construida una nueva Venezuela” que dice Germán Carrera Damas(1930)[4]. Incluso el general Joaquín Crespo(1841-1898), que es el caudillo, a nuestro entender, al cual más se parece Chávez, incultos ambos, dejó algunas obras hechas. Si Crespo gobernó Chávez nunca lo ha hecho, siempre está deambulando de un sitio a otro, en vacua acción, como un psicópata, como aquellos que describió Francisco Herrera Luque(1927-1991), perfil que parece haber sido escrito para Chávez,

“Hay hombres que son como equilibristas sobre la cuerda floja. Si no se mueven se desploman en el vacío. Su destino es marchar. No importa hacia dónde. Lo urgente es moverse. La quietud los aplasta y destruye. Por eso fijan metas inalcansables…Ni ellos mismos saben el verdadero sentido de esa ambición desbocada que no es más que el manto que cubre la oquedad de sus vidas. Es una defensa contra el hondo vacío que presienten de su existencia”[5].

Uno de esos es Chávez. Esta, desde otro ángulo, la misma pregunta que se ha hecho José Balza(1939), también psicólogo y escritor,

“¿Pudiera estar ocurriendo…lo del gobernador Ponte y Hoyo otra vez?¿Qué estemos gobernados por alguien que vive sin equilibrio lógico?¿Alguién que puede representar a lo más profundo del país, a nosotros, a su gente humilde, a sus carencias, pero solo para despertar la sordidez, lo primario, las incapacidades, la sospecha, lo tortuoso, lo instintivo, depredador y destructor?...pero parecen cruelmente inocuos ante lo que el petróleo concede a éste. Este cuyo lenguaje es apenas la señal coprofágica de una individualidad desquiciada, que está terminando de contagiar al país.¿Alguién que nos engaña porque nunca reconoce en si mismo esos escondrijos dse la podredumbre…¿Cómo responderle?...Empecemos por algo elemental: el mandatario miente”[6].

Podría pensarse, desde las interrogantes formuladas por estos escritores venezolanos, que con este mandatario al frente los venezolanos estamos otra vez ante lo que sucedió aquí a comienzos del siglo XVIII: ser gobernados por un mandatario mentalmente enfermo. Es razonable la pregunta que sobre el punto se ha hecho el narrador José Balza, cuyo pasaje hemos citado antes, al referirse al Capitán General de la Provincia de Caracas(1699-1705) Nicolás Eugenio Ponte y Hoyo(1667-1705), el “bello Eugenio” de la leyenda, quien mientras nos gobernaba perdió la razón en 1703[7].

Pero con Chávez fue más grave: un hombre sin equilibrio alguno, sin dominio de si mismo, un día entró por la puerta de atrás del país y pretendió gobernarnos desde su sentido mágico de ser.

SIN NINGUN PROYECTO

“Alborotar a un pueblo por sorpresa, o seducirlo con promesas, es fácil, construirlo, es muy difícil…donde no hay proyecto no hay mérito”.

Simón Rodríguez(1769-1854):

Obras completas.

Caracas: Universidad Simón Rodríguez,1975,t.II,p.302.

Y quizá esa distorsión en la personalidad, que quien haga la crónica e interpretación de sus días, no puede dejar de anotar, qué es lo que le hizo buscar el poder sin preparación y sin ningún plan. A menos que consideremos a su proyecto como el propio de quien vino a destruir el país, que es lo único que ha hecho. Porque política solo ha tenido una: mantener los precios del petróleo lo más altos posibles. Pero no para bien de Venezuela. Servir a su país no estuvo entre sus propósitos.

[1] Alberto Barrera Tiszka/Cristina Marcano: Chávez sin uniforme. Caracas: Mondadori, 2004. 413 p. La cita procede de la p.388-389.

[2] Ruth Capriles Méndez: El Libro rojo del resentimiento. Caracas: Mondadori,2008.120 p.

[3] Fue lo mismo que pensó el expresidente Pérez Jiménez tras recibirlo en su casa de La Moraleja, en Madrid, en 1998.

[4] Germán Carrera Damas: María Elena Gonzalez Delucca:Negocios y politica en tiempos de Guzmán Blanco, Caracas: Universidad Central de Venezuela, 2001. 344 p.. La cita procede de Germán Carrera Damas: “Prólogo a la segunda edición”,p.9.

[5] Francisco Herrera Luque: Los viajeros de Indias.4ª.ed. Caracas: Alfaguara,2009. 660 p. La cita procede de la p.204

[6] José Balza: Un hombre de aceite. Caracas: Bid & Co.Editor,2008. 125 p. La cita procede de la p.113.

[7] “Ponte y Hoyo, Nicolás Eugenio” en Varios Autores: Diccionario de Historia de Venezuela,t.III,p.714-715.

  • Black Facebook Icon
  • Black Twitter Icon
  • Black Pinterest Icon
  • Black Instagram Icon
FOLLOW ME
SEARCH BY TAGS
No hay etiquetas aún.
FEATURED POSTS
INSTAGRAM
ARCHIVE
bottom of page