ROBERTO LOVERA DE-SOLA LA MASCARADA DEMOCRÁTICA DEL PRESIDENTE HUGO CHAVEZ (De cómo un barinés destr
SIEMPRE PENSANDO EN EL PASADO
Pero además siempre estuvo pensando en el pasado, quizá pensaba que ningún pasado fue mejor, que también es una actitud falsa. Y mirar solo hacia lo pasado es una distorsión, por ello llevó a Venezuela a retroceder, a perder lo ganado en los últimos noventa años, a partir desde el momento en que el general Gómez creó el Estado Moderno en 1913, concomitante con la aparición del petróleo, ya evidente desde 1914, pero pleno desde la explosión del pozo Los Barrosos 2, en 1922.
Y estuvo tan situado en el pasado que es eso lo que explica su obsesión por la historia. Y ello es también una enfermedad porque la historia es memoria que nos ayuda a construir, a planear nuevos días, a no volver a cometer los mismos errores. Pero pensar siempre hacia atrás es patológico, detiene a las sociedades.
Pero la obsesión por la historia es lo que lo ha llevado a desfigurar la nuestra, a cambiar, a alterarla, a tratar de abolirla, a llenar su recuento de falacias. Con Chávez sólo vive la anti-historia, incluso la contra- historia. Y él no sabe que la historia tiene sus propios fueros, que no se le puede indicar nada, que ella es casta, señera y señora. Y que algunos personajes, esos como Chávez, que siempre pregonan que están haciendo historia con sus actos, lo único que les otorga la historia es una nota al pie de página. Nada más.
Hay dos hechos básicos ante este asunto: si es verdad que no se puede gobernar sin conocer la historia de un país, que es la que nos permite comprender su realidad en la cual vamos a actuar. Pero la historia no solo el recuento del pasado sino su proyección hacia el presente y el futuro. Hay casos dignos de ser analizados sobre esto, nos basta ahora con uno, si Winston Churchill(1874-1965), el mayor politico del siglo XX a nuestro entender, sino hubiera tenido el conocimiento de la historia que poseyó, de hecho fue un destacado historiador, no le hubiera sido posible encabezar, de la forma que lo hizo, la lucha que llevó para terminar con el nazismo, él fue el primero en observar su gravedad. Sin su gran saber histórico, sin su talento político y militar, era un oficial de carrera, no hubiera podido llevar adelante el gran proceso de esa lucha, en la cual la presencia del presidente norteamericano Fraklin Delano Roosevelt(1882-1944) fue esencial. Churchil demostró con la historia debe empapar la acción politica[1].
De la misma manera que lo hemos expuesto antes es imposible gobernar obsesionados por la historia como fue el caso de Chávez. Ello porque la historia es el relato del pasado, viéndo solo eso nos apartamos de la realidad, echamos hacia atrás como ha sucedido en Venezuela. La obsesión por la historia de Chávez es, además, de raigambre fascista, es anacrónica, impidió ver el presente y poder planear lo que se hará con sentido. De allí el jugoso libro del analista argentino, columnista de The Miami Herald, Andrés Oppenheimer(1951) sobre el punto, relativo a que la “obsesión latinoamericana” por el pasado nos impide planear el presente, nos enquista en el pasado. Pese a ello, si creemos que al autor de este estupendo libro se le escapa el hecho: la cultura latinoamericana es fundamentalmente humanística[2].
Pero además siempre, como ya lo hemos anotado, Chávez estuvo pensando en el pasado, quizá pensaba que ningún pasado fue mejor, que también es una actitud falsa y enferma. Y mirar solo hacia lo pasado es una distorsión, por ello ha llevado a Venezuela a retroceder, a perder lo ganado en los últimos noventa años, a partir desde el momento en que Gómez formuló el proyecto de su gobierno, primero haciendo u diágnóstico de nuestra realidad entonces, a través del Congreso de Municipalidades de Venezuela(abril 19-julio 1,1911) y luego, su consecuencia, creando el Estado Moderno dos años después(1913), verdadero comienzo del siglo XX entre nosotros, porque fue allí donde se inició, como lo hemos explicado antes. Gómez dejó montada a Venezuela en el siglo XX.
Y el presidente Chávez estuvo tan situado en el pasado que es eso lo que explica su obsesión por la historia, una manía, repetimos, de raigambre fascista. Y ello es también una enfermedad porque la historia es memoria que nos ayuda a construir, a planear nuevos días, a no volver a cometer los errores. Pero pensar siempre hacia atrás es una perturbación, detiene a las sociedades.
Pero la obsesión por la historia es lo que lo llevó a desfigurar la nuestra, a cambiarla, a alterarla, a tratar de abolirla, a llenar su recuento de falacias. Con Chávez sólo vivió la anti-historia, incluso la contra historia. Y él no supo que la historia tiene sus propios fueros, que no se le puede indicar nada, que ella es casta, señera y señora. Y de algunos personajes, de esos como Chávez que siempre pregonan que están haciendo historia con sus actos, lo único que les otorga la historia es una nota al pie de página. Nada más.
¿IZQUIERDISTA O FASCISTA?
Pero lo peor en Chávez fue, y eso permanece en el sistema que lo sigue, además de conspirar contra el sistema de vida de los venezolanos, que es la democracia, es que cada día se presentó como un revolucionario, como alguien que está haciendo una revolución, como alguien de izquierda. Marxista incluso, aunque él para nada ha estudiado a Marx, ni conoce al socialismo, pese a pregonarlo, pero a quien vimos a actuar fue uno de los hombres más conservadores que haya gobernado en Venezuela, país que nunca ha gustado de la palabra, en el cual nunca ha habido un partido conservador, el que fue llamado así, en el siglo XIX, lo fue como parte de la polémica política no porque lo fuera porque los llamados conservadores, incluso llamados oligarcas, se cuentan entre los hombres más progresistas que hemos tenido, tal el régimen(1830-1847) del general Paéz. Así Chávez fue un dinosaurio de la izquierda derrotada, pero lo que es peor, fue un fascista. Si se le aplican todas las características del fascismo a Chávez le calzan perfectamente. Hágase la comparación leyendo el estudio de Umberto Eco(1932-2016) sobre el punto y se verá ello con claridad.Y si se examinan los grandes estudios sobre esa tendencia, vencida por las armas en la Segunda Guerra Mundial(1939-1945) por el mundo democrático, ello se verá más claro, tal el libro de Ernst Nolte(1923-2016) o el más bien esquemático y divulgativo, pero clarificador, de Stanley G. Payne(1934), al releer estos libros sentimos como si estuvieramos leyendo una obra sobre Chávez[3]. Así es, Chávez un fascista de la línea Mussolini-Hitler-Stalin-Fidel Castro: una línea demoledora de la libertad, todos dieron nacimiento a terribles dictaduras maltratadoras de sus pueblos.
Y en síntesis, no hay tal revolución chavista en Venezuela. Lo que hay es una dictadura militar, que se ha escondido bajo el manto de una visión, también distorsionada, de las ideas de Bolívar. Es la de Chávez, como lo ha expresado, el profesor Germán Carrera Damas una ideología sustitutiva, de reemplazo: lo que la izquierda caída desde 1968, sucesos de Praga, y sobre todo en 1980, huelgas en Polonia, en 1985, anuncio de la perestroika y caída del Muro de Berlín, en la mediía noche del 10 de noviembre de 1989, ha encontrado como atajo: como no había ideologías con la cuales tapar lo sucedido, se han inventado estas especies de ideología de sustitución: el chavismo-militarismo es una.
CHAVEZ: ¿GOBERNÓ SEGUN EL PATRIARCA?
La especie circuló, se decía que Chávez gobernaba según las claúsulas del gobernar del anciano dictador de la novela de Gabriel García Márquez(1927-2014): El otoño del Patriarca(1975). Tuvimos dos interpretaciones: nos parecía que aquello que se decía no era posible ya que el Patriarca era un anciano, quien en los delirios de su vejez hacía memoria de su autocracia. Pero había un segundo hecho: de ser verdad, nosotros no lo creíamos posible, pues el mundo entraba en el siglo XXI, pero de ser así lo que se estaba haciendo era reforzando la vocación dictatorial de nuestro Presidente, esta ya había aparecido en la parte de su Constitución de 1999 relativa al Poder Ejecutivo(Artículos 236-237), artículos en los cuales la acumulación de poder era tan significativa, pocos los vieron así, que al menos estabamos en el umbral de una dictadura constitucional.
Sin cambiar las dos posibilidades, y dudando que el presidente Chávez haya leído El otoño del Patriarca, altísima obra literaria, de grande complejidad y densidad literaria, exponemos, gozosos, como siempre lo hacemos ante la escritura de García Márquez la visión del dictador rural que este nos presenta. Gobernante rural quiso ser Chávez, lo quiso ser por su desconocimiento de la evolución del siglo XX, por ello quiso fundar el “El eje Orinoco-Apure” desconociendo el proceso universal del mundo hacia las ciuidades, hacia la sociedad urbana.
Desde luego, debemos comenzar por señalar la inmensa soledad en que vivió el Patriarca: “como había dormido noche tras noche durante todas las noches de su larguísima vida de déspota solitario”(p.12). Solo y vetusto estaba, estuvo siempre. Y en la plena ancianidad, “pues entonces nadie sabía sino él que sólo le quedaban en las troneras de la memoria unas cuantas piltrafas sueltas de los vestigios del pasado, estaba solo en el mundo, sordo como un espejo, arrastrando sus densas patas decrépitas por oficinas sombrías”(p.141). Y, la hiperbole utilizada por el escritor es tal, “era una noche histórica, 12 de agosto, general, la fecha inmensa en que estábamos celebrando el primer centenario de su asceso al poder”(p.231).
Este hombre, de largo paso por el poder, lo pinta así el novelista: “los reconoció uno por uno con la memoria inapelable del rencor”(p.44), con “la impadivez monolitica del sátrapa indescifrable”(p.169), “de modo que el poder era aquella casa de naúfragos, aquel olor humano a caballo quemado, aquella aurora desolada de otro doce de agosto igual a todos era la fecha del poder”(p.272).
Sus modos de gobierno eran estos: “había inventado infundios telúricos y difundido pronósticos de apocalipsis de acuerdo con su criterio de que la gente tendrá más miedo cuanto menos entienda”(p.261), de allí las veces que hablaba, “usted carga con el peso de sus palabras”(p.156), le decía el secretario.
Solo deseaba ser obedecido, siempre sintió que no mandaba ante un país, sino a un pelotón de soldados quienes debían obadecerlo. De allí, la lealtad ciega que pedía, “lealtad de perro”(p.18). Por ello uno de los suyos, Saenz de la Barra: “le explicaba impasible que usted no es el gobierno, general, usted es el poder”(p.229). Y porque siempre no había hecho otra cosa que legalizar lo ilegal: “en los años sin cuento de su régimen…tuvimos que acudir a este recurso ilícito para preservar del naufragio a la nave del progreso”(p.251).
Pero, además de ser obedecido, debía ser adulado, “monseñor Demetrio Aldous había vislumbrado la perfidia dentro de la casa presidencial, había visto la codicia de la adulación y el servilismo matrero entre quienes medraban al amparo del poder”(p.170), pero no lo podía decir.
Su vastión de seguridad fue el ejército, bien manejado por uno de sus paniaguados: “Asi fue como Patricio Aragonés se convirtió en el hombre esencial del poder, el más amado y quizá también el mas temido, y él dispuso de más tiempo para ocuparse de las fuerzas armadas con tanta atención como al principío de su mandato”(p.21).
Y, desde luego, siempre se enfrentó a sus enemigos, tal como lo hizo con el representante de la Santa Sede: “y entonces dio la orden de que pusieran al Nuncio en una balsa de náufrago con provisiones para tres días y lo dejaran al garete en la ruta de los cruceros de europa para que todo el mundo sepa cómo terminan los forasteros que levantan la mano contra la majestad de la patria, y que hasta el papa aprenda desde ahora y para siempre que podrá ser muy papa en Roma con su anillo al dedo en su poltrona de oro, pero que aquí yo soy el que soy yo…Fue un recurso eficaz, pues antes del fin de aquel año se instauró el proceso de canonización de su madre Bendición Alvarado cuyo cuerpo incorupto fue expuesto a la veneración pública en la nave mayor de la basilica primada, cantaron gloria en los altares, se derogó el estado de guerra que él había proclamado contra la Santa Sede”(p.157).
Y, pese a ser dictador, creer que siempre tenía la razón, no tuvo logros en su larguísimo dictadura,“el régimen no estaba sostenido por la esperanza ni por el conformismo, ni siquiera por el terror, sino por la pura inercia de una desilución antigua e irreparable, salga a la calle y mírele la cara a la verdad, excelencia, estamos en la curva final, o vienen los infantes o nos llevamos el mar, no hay otra, excelencia, no había otra, madre, de modo que se llevaron el caribe en abril, se lo llevaron en piezas numeradas los ingenieros naúticos del embajador Ewing para sembrarlo lejos de los huracanes en las auroras de sangre de Arizona”(p.262-263).
Recuérdese que la idea de escribir esta novela le llegó a García Márquez un día en que como periodista, en el Palacio de Miraflores, vio salir reculando del despacho presidencial, al coronel Abel Romero Villate, quien acaba de ser destituido de la Junta de Militar de Gobierno, junto con el también coronel Roberto Casanova(1909-1984), ambos connotados oficiales del régimen caído esa madrugada. Fue una viva estampa del poder. Ya en el aeropuerto de La Carlota los esperaba un avión que los llevaría al exilio. Esto sucedió el 24 de enero de 1958.
UNA DICTADURA PECULIAR
“La Revolución fue la tragedia moderna”.
Susan Sontag: Al mismo tiempo.
Caracas: Mondadori,2007,p.79.
Creemos que después de glosados aspectos de El otoño del patriarca, novela sobre una dictadura y dictador, nos vienen como necesarias las reflexiones que siguen.
Creemos que para exponer la problemática a la que hoy se enfrenta Venezuela, debemos seguir lo que la diputada María Corina Machado ha llamado la “neo-dictadura”, se hacen necesarios una serie de puntos previos que consideramos básicos[4].
Para llegar a la presentación de la idea de una neo-dictadura, que encabezó en Venezuela, un neo caudillo, hay que partir de algunas precisiones básicas.
Debemos recurrir a definiciones básicas, irnos al pasado, al mundo antiguo, para llegar al actual y poder llegar a comprender lo que es una neo-dictadura como esta, surgida tras la caída del socialismo autoritario en 1989, suceso que cambió al mundo pero que los dinosaurios de la izquierda, sobre todo la latinoamericana, ni comprendieron ni aceptaron, colocándose así en una posición históricamente anacrónica, es decir, de espaldas al suceder real de estos tiempos: tiempo del imperio de la democracia plena.
Vayamos hacia atrás: dictadura, en la antigua Roma fue el sistema de designación de un hombre por el Senado para que ostentara el poder absoluto durante siete años en épocas de emergencia. Al final de su mandato tenía que retirarse, en cuyo momento se restablecían el gobierno constitucional y las formas republicanas convencionales. Según esto una dictadura tenía un día de inicio y un día de final. Este es el sentido clásico de la dictadura, gobierno de emergencia, que en nuestro continente, primero en Veezuela(1813-1814), más tarde e Perú(1824-1825) para lograr la independencia de aquel país y más tarde, el mismo Libertador, en la Gran Colombia(1819-1830), en su dictadura de 1828-1830, gobierno de emergencia, consecuencia del fracaso de la Convención de Ocaña(1828), establecido para salvar la emancipación, a la cual le marcó Bolívar un día de inicio(agosto 27,1828) y su día de final, el momento en que se instalara, en 1830, el llamado Congreso Admirable, celebrado en Bogotá(enero 20,1830). Así fue. Y el Libertador cumplió con la palabra empeñada. Hizo verdad la existencia de una dictadura en el sentido clásico de su término.
En America Latina se cumplió en el siglo XIX otro proceso: surgió el caudillismo tras la Independencia, Bolívar lo avizoró claramente, desde Guanare, el 24 de mayo 1821, a un mes exacto de la batalla de Carabobo, cuando expresó, en carta a don Pedro Gual(1783-1862) que primero los soldados “vendrían a cobrar el precio de sus lanzas” y que él, por eso, “temía más la paz que la guerra”(Escritos,t.XX,p.62). Así apareció el caudillismo, fue la única institución política creada en nuestro continente en el siglo XIX, este tuvo figuras muy claras, por ejemplo en Venezuela, en los regímenes de José Antonio Páez(1861-1863), Antonio Guzmán Blanco(1870-1886), Cipriano Castro(1899-1908) y Juan Vicente Gómez(1908-1935), fueron dictaduras caudillistas, con hondas marcas rurales, quizá con excepción del régimen de Guzmán Blanco, un universitario, quien hablaba varios idiomas, había vivido en los Estados Unidos y Europa, quien introdujo el primer modelo del Estado Moderno entre nosotros, pero que en esencia no dejó de ser un caudillo pero civilizado, el “autócrata civilizardor” fue llamado. En cambio Gómez, con todo lo positivo que tuvo su dictadura, como ahora se comprende, no dejó de ser un caudillo, él último de su estirpe. Pero con él, especialmente con su espada en la mano, actuando como vicepresidente de la República de Cipriano Castro, puso fin, en la batalla de Ciudad Bolívar(julio 21-22,1903) al caudillismo y a las guerras civiles, aunque gobernó como caudillo, fue el último, porque dejó las estructuras necesarias para que el país tomara otro sendero, Venezuela quedó, gracias a él, montada en el siglo XX.
En el siglo XIX, cerrado el proceso de la emacipación en 1826, si bien llegaron al poder gobiernos democráticos, hubo dictaduras, como, en Venezuela, la de los hermanos Monagas, la de Guzmán Blanco, la de Joaquín Crespo y la de Cipriano Castro, iniciada en 1899. En general las de Guzmán Blanco y Crespo fueron dictablandas.
En el siglo XX, el terminó significó el gobierno absoluto de una persona o un grupo que no tienen ninguna obligación de retirarse. No son responsables ante el pueblo, aunque puedan mantenerse hasta cierto punto algunas formas democráticas. A menudo, antes de una dictadura se produce la toma del poder por el ejército o por un partido, pero por lo general el gobierno está representado por un solo individuo, que ostenta el auténtico poder o que actúa como figura emblemática. Ejemplos claros de lo que decimos fueron los regímenes de Benito Mussolini(1883-1945), Adolfo Hitler(1889-1945), Valdimir Ilich Lenin(1870-1924), José Stalin(1879-1953), Mao Tse-Tung(1893-1976), Fidel Castro(1926-2016).
Debemos señalar que llamamos a Hugo Chávez “neo-caudillo” por las razones que exponemos: ser eso es un nuevo anacronismo suyo, de los muchos que aparecen en su actividad. Lo llamamos así porque cuando llegó al gobierno en 1999 hacía 64 años del fallecimiento de Gómez, y 96 años del fin del caudillismo. Ya no se podía gobernar como un caudillo, como él siempre lo pretendió, por ello lo denominamos neo-caudillo, aunque no hay nada novedoso en su condición de caudillo, él ha querido retornar a hacer lo que aquellos hicieron: el considerar el presupuesto nacional como su posesión, lo que es una característica típicamente caudillista. Igual que otro caudillo, iletrado, como lo llama el historiador Ramón J.Velásquez(1916-2014), Joaquín Crespo(1841-1898), este construyó el Palacio de Miraflores para hacerlo su hogar, pero con dinero del Estado, pues consideraba, como todo caudillo, que aquellos bienes eran su posesión. Igual al hecho nuestro actual caudillo con el presupuesto nacional y con todo lo que produce el petróleo. Venezuela había recibido del oro negro, para el 31 de diciembre de 2010, un billón de dólares, proveniente del petróleo, es decir, un millón de millones. ¿Dónde están?¿Qué se han hecho?¿Por qué no han beneficiado a la nación venezolana, su único dueño? No lo sabemos. Sólo sabemos que en la Venezuela del “neo-caudillo” no hay dinero, no hay trabajo, no hay salud, no hay vialidad, la educación está en su peor momento, y ello en el momento del mayor auge de nuestra economía, ¡a todo lo largo de nuestra historia¡, para nada los hombres y las mujeres de aquí se han beneficiado de ello. Todo lo contrario. La verdad solo la supo el “neo-caudillo” y se fue sin rendir cuentas de ello.
Hay que indicar también que siendo el caudillismo una estructura política importante, propia del siglo XIX. En el siglo XX, con la ascensión de Juan Domingo Perón(1895-1974) al poder(octubre 17,1945) surgió el populismo en nuestra vida politica, cuyo examen no debe dejarse de lado.
Volviendo a nuestro último caudillo: muerto Gómez y presidido el país por su sucesor, Eleazar López Contreras(1883-1973), un culto general, era un intelectual, y quien puso las bases del régimen democrático, aun con visos conservadores. Pero Venezuela anduvo. Se creó así un régimen democrático guardián del orden, que llegó hasta Isaías Medina Agarita(1897-1953) y resurgió con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez(1914-2001), un régimen que como el de López y Medina, no dejó de impulsar el desarrollo del país. Período de democracia plena, con participación del pueblo a través del voto, lo fue el llamado “trienio adeco”(1945-1948). Cuando Pérez Jiménez cayó, dando paso a la República Civil(1958-1998), se pensó que en Venezuela no tendríamos más dictaduras, sobre todo desde el momento en que el presidente Rómulo Betancourt(1908-1981), que en este período siempre formó dúo con Rafael Caldera(1916-2009), ya que el tercero, Jóvito Villalba(1908-1989) se separó muy rápido del Pacto de Puntofijo(octubre 31,1958) institución fundamental de la democracia venezolana, sus sustento, junto con la Constitución de 1961(enero 23). Betancourt como presidente fue quien puso fin a los alzamientos militares en 1962, creó un ejército democrático y logró vencer las guerrillas de inspiración marxista y apoyado en las Fuerzas Armadas, y otras instituciones nacionales, como la Iglesia católica, se desarrolló la democracia. Treinta años después(1992) fue el propio ejército el que venció la asonada: no hubo ya la posibilidad, vencida por las vivencias democráticas del país y su sistema electoral de otro camino. Los golpes habían quedado entre los baúles de la historia, habían termiado en 1979, fue el final de la dictaduras, los nuevos gobiernos latioamericanos, desde entonces, fueron escogidos por los pueblos a través del voto. Por ello fracasaron los veezolanos de 1992 y, una década después, el del tristemete célebre doctor Pedro Carmona Estanca(1941).
Pero, pese a ser vencido el golpe del 4 de febrero de 1992, y el que se intentó el 27 de noviembre de ese mismo año, también fallido, en ese momento surgió la forma de neo dictadura, encabezada por un neo-caudillo, que para llegar al poder debió ganar las elecciones como un demócrata para luego sacarse de la manga aquello que tenía escondido: establecer una neo dictadura marxista, a imagen de la cubana, ya en crisis para ese momento también. De hecho como lo han establecido los analistas, como entre nosotros Manuel Caballero(1931-2010), solo hubo Revolución en Cuba hasta 1968, hasta el momento en que aquel régimen apoyó y aprobó la invasión soviética a Checoeslovaquia para poner fin el intento renovador intentado allá aquella primavera(agosto 20,1968). Desde el momento de esa adhesión, tres días después de la invasión(agosto 23,1968), sólo hubo una revolución sino una dictadura en Cuba, sostenida económicamente por la URSS, convertido ya ese país en un Estado pordiosero: vive de lo que otras naciones le dan. Hasta la llegada de Mijail Gorvachov(1931) al poder Cuba vivió con los fondos de la URSS. Con dinero venezolano desde 1999. Cuba con esa adhesión vulneró lo que había sido, desde la emancipación, el sistema político creado por los próceres latinoamericanos, encabezados por Bolívar, generación que cerró el cubano José Martí(1853-1895), tan liberal democrático como el habanero.
¿Cómo nos llegó la neo-dictadura?. Ello fue posible por la crisis que el sistema institucional de partidos, establecido en 1958, vivía. Surgió así una neo-dictadura o dictadura post moderna, como también la ha denominado María Corina Machado. Un sistema anacrónico, pues no comprende los signos del suceder histórico del mundo desde 1968, días a la vez de una revolución libertaria en París(mayo 29) y de la búsqueda en Praga de encontrarle un rostro humano al socialismo autoritario(abril 15), lo que fue repelido por la invasión de los países del Pacto de Varsovia, encabezados por la URSS, la misma que en 1956, había obligado a los húngaros a bajar la cabeza invadiéndolos, aquel fue el primer movimiento de resistencia al comunismo de un país europeo(octubre 24,1956). Pero allí, en 1968, las bases de lo que sucedería estaba establecido: el socialismo estaba herido de muerte. Se desplomaría, como un castillo de naipes, en Berlín, la media oche del 10 de noviembre de 1989, ya para ese momento el intento de Mijail Gorvachov de renovar el sistema comunista por dentro había fracasado, era imposible que las bellas ideas de Gorbachov triunfaran con la estructura de la nomenklatura que seguía en el poder, así lo ha demostrado, con suma de datos y reflexiones, Henry Kissinger(1923).
Una nueva época para la humanidad se inicio al caer el Muro de Berlín, renació la democracia en los antiguos países comunistas y una nueva era se inicio para la humanidad. Se demostró la oposición de los pueblos al autoritarismo, quedó claro que los seres humanos no saben vivir sino en libertad. Vivimos ese nuevo tiempo. La rebelión en los países del norte de África y el Medio Oriente es una de sus consecuencias. E incluso, la rebelión de los “indignados”. Los pueblos solo quieren democracia y público debate de todos sus problemas.
Mientras esto sucedía, y este es el origen de la neo-dictadura, a la vez que hubo muchos que creyeron que se podrían oponer al nuevo tiempo, no se dieron cuenta que la marcha de las sociedades, de la historia, es hacia adelante y no hacia atrás. Ellos, los dinosaurios de la izquierda, con muchas seguidores en América Latina, creyeron encontrar un nueva manera de gobernar, las llamadas por el profesor Germán Carrera Damas(1930), las “ideologías de remplazo”, encarnadas en Venezuela, también según él, por el “bolivarianismo-militarismo”. Todos lo que apoyaron aquello, incluidos los gobiernos de Ecuador, Bolivia, Nicaragua especialmente, no se dieron cuenta que con las últimas piedras del muro de Berlín, había terminado una manera de gobernar, aquel modo había caído, era un cadáver ya enterrado. El socialismo autoritario había fenecido. Ideología de reemplazo fue el régimen surgido entre nosotros, el que llegó al poder en Venezuela el 6 de febrero de 1999, cuyo primer acto fue anticonstitucional: al denominar “moribunda” a la Constitución vigente entonces(1961) y convocar un referendo para sustituirla. Se presentó entonces un régimen anacrónico que no mira hacia adelante sino hacia atrás, que cree que se puede volver a establecer lo ya concluido, lo ya cerrado. Ya no se puede hablar del socialismo autoritario o marxista, que ya no existe, a menos que sea para ser estudiado como un hecho del pasado. Es un régimen irreal, como ha escrito entre nosotros Teodoro Petkoff(1932). Y además creen en una idea llamada el Socialismo del Siglo XXI que ni siquiera existe en la teoría política.
DICTADURA POST MODERNA
Estas neo-dictaduras, o dictaduras post-modernas, como la instalada en Venezuela, ofrecen una cara jurídica, tal la reforma de la Constitución, la aprobación, por medios discutibles, solo seis miembros de la oposición participaron en la discusión de la Constitución de 1999, que si bien es una carta democrática nunca ha sido cumplida por el actual gobierno. En verdad ha sido violada cada día. Y además, lo que es más grave: sustituyó a la Constitución de 1961, la de mas larga vigencia en nuestra historia, la que dio a Venezuela cuatro décadas de estabilidad política y desarrollo económico y social.
La Constitución de 1999, incumplida siempre, ha sido la base de acción del gobierno en el poder hasta este momento.
Pero la verdadera base de la acción del gobierno, que presidió Hugo Chávez, fue el irrespeto a esa Constitución y la creación de un sistema autoritario y antidemocrático sofisticado y perfeccionado para establecer una neo-dictadura.
Esta ha establecido un control total de todos los poderes públicos. Estos perdieron su autonomía y se han convertido en simples oficinas que obedecen al presidente, Jefe del Ejecutivo. Significa la perversión del sistema jurídico, parlamentario, electoral, incluido el Tribunal Supremo y la Defensoría del Pueblo. Dominio que padecen también la Fiscalía, la Contraloría y el Poder Judicial, de los 2000 jueces, casi todos de carrera, que habían en 1999 solo quedan 20 en la actualidad. Los que ejercen no hacen otra cosa que cumplir con las órdenes que reciben del Ejecutivo.
Es un sistema que utiliza la legitimidad que dan las elecciones para cambiar la base de la legalidad.
Se ha establecido como modo de gobernar la violencia. Se comenten 60 asesinatos por semana, 20.000 homicidios se cometieron en el 2011.
El sistema de violencia se sostiene desde el gobierno, es ejercido por bandas preparadas por el gobierno y que obedecen las órdenes que reciben. Son denominadas por la oposición los “paramalandros”, en la actualidad existen 12.000 bandas de estas bandas en todo el país.
Para gobernar se ha establecido un uso particular de los medios de comunicación: no cerrarlos, como hacían las dictaduras tradicionales, para que así el régimen internacionalmente parezca como el propio de un país con libertad y democracia. De allí ha surgido la gran autocensura que se suceden en los medios privados. En todo caso es una forma de terrorismo ideológico, que impide pensar a los periodistas con libertad.
La norma impuesta por el régimen es que aquellos que siguen al gobierno “manden obedeciendo”, nunca expresando su propio criterio.
La política clave con la que se gobierna hoy en día en Venezuela, la consigna del gobierno, es destruir todo lo que Venezuela creó en los últimos ochenta años, no desde 1958, como el presidente dice cuando habla de las cúpulas podridas, putrefactas, sino desde 1935, desde la muerte de Gómez. Y quizá antes, desde que en los años viente, el general Gómez creó el Estado Moderno, cuya plena acción continuó hasta la aprobación de la Constitución de 1999.
Y ya hemos visto lo que ha hecho, lo que ha establecido este gobierno: un régimen autoritario, en donde la practica legicida es la principal.
[1] Buen ejemplo de lo que decimos puede hallarse en cualquier buena biografía suya, muchas de las cuales hemos leído. En este caso hemos tenido a la vista la de Geoffrey Best: Churchill. Barcelona: Ediciones B,2007.486 p.
[2] Andrés Oppenheimer: “¡Basta de historias!. Caracas: Mondadori, 2010. 422 p.
[3] Umberto Eco: Cinco escritos morales. Barcelona: Debolsillo, 2004. 138 p.Ver: “El fascismo eterno”(p.30-58); Ermst Nolte: El Fascismo en su época. Madrid: Ediciones Península, 1967. 615 p.; Stanley G.Payne: El fascismo. Madrid: Alianza Editorial, 1982. 248 p.; Germán Carrera Damas: El bolivarianismo-militarista, una ideología de remplazo.2ª.ed. Caracas: Alfa, 2011.210 p. La primera edición de esta obra fue impresa en el 2005. Gabriel García Márquez: El otoño del patriarca. Bogotá: Norma,1996. 288 p. Su primera edición apareció en 1975. Hay que fijarse que García Márquez escribe casi siempre en minúsculas muchas palabras que deberían estar en mayúsculas, lo observamos para que se vea que no es error de transcripción nuestro. Las otras grandes novelas sobre el dictador latinoamericano son Miguel Ángel Asturias: El señor presidente. Madrid: Ediciones Cátedra,1999.428 p. ;Augusto Roa Bastos: Yo, el Supremo. Mexico: Siglo XXI, Editores, 1974. 467 p.; Alejo Carpentier: El recurso del método. México: Siglo XXI, Editores,1974.343 p. y Mario Vargas Llosa: La fiesta del chivo. Bogotá: Alfaguara,2000. 518 p. Y las consagradas aquí al último dictador rural por Francisco Herrera Luque: En la casa del pes que escupe el agua. Caracas: Editorial Fuentes,1975. 472 p. y Arturo Uslar Pietri: Oficio de difuntos. Barcelona: Seix Barral,1976. 351 p. Todas estas novelas, obras maestras del tema, superan la siempre citada novela Tirano Banderas. Madrid: El Mundo,1999.195 p. del gran escritor español don Ramón María del Valle Inclán(1866-1936), cuya primera edición fue impresa en 1926, esta fue producto de dos viajes a México, el primero durante la tiranía de Porfirio Díaz(1830-1915).
[4] Para escribir esta parte sobre el presente de América Latina, ya en el siglo XXI, sus antecedentes históricos y el suceder de Venezuela hemos consultado para esta parte: Jon Lee Anderson:Che Guevara, una vida revolucionaria.Caracas: Anagrama/Alfa, 2007.753 p.; Jon Lee Anderson:El dictador, los demonios y otras crónicas.Barcelona: Anagrama, 2009.390 p.; Rafael Arraíz Lucca:El trienio adeco(1945-1948) y las conquistas de la ciudadanía.Caracas: Alfa, 2011. 165 p.; Allan Brewer Carías: Historia constitucional de Venezuela. Prólogo: Rafael Arraiz Lucca. Caracas: Alfa, 2008. 2 vols.Manuel Caballero:Las crisis en la Venezuela contemporánea(1903-1992).Caracas: Monte Ávila Editores, 1998. X, 176 p.; Manuel Caballero: Historia de los venezolanos en el siglo XX.Caracas: Alfa,2010. 396 p.; Germán Carrera Damas: El bolivarismo-militarismo, una ideología de reemplazo, ya citado; Germán Carrera Damas:Colombia,1821-1827: aprender a edificar una república moderna.Caracas: Universidad Central de Venezuela, 2010. 686 p.; Chris Cook:Diccionario de términos históricos.Madrid: Alianza Editorial, 1993. 523 p.;K.S. Karol:Los guerrilleros en el poder.Itinerario político de la Revolución Cubana.Barcelona: Seix Barral, 1972. 658 p.;Henrry Kissinger:La diplomacia.México: Fondo de Cultura Económica, 2010. 919 p.;Enrique Krauze:Redentores.2ª.ed.Ideas y poder en América Latina.Bogotá: Debate/Mondadori, 2012.583 p.;Plinio Apuleyo Mendoza:Manual del perfecto idiota latinoamericano.Por Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa.Prólogo: Mario Vargas Llosa.Barcelona: Plaza y Janés, 1996. 318 p.;Plinio Apuleyo Mendoza;El regreso del idiota. Por Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa.Prólogo: Mario Vargas Llosa.Bogota: Mondadori, 2007. 344 p.;Fernando Mires: Al borde del abismo.El chavismo y la contrarrevolución antidemocrática de nuestro tiempo.Caracas: Mondadori/Debate,2007. 303 p.;Rafael Osío Cabrices:El horizonte encendido.Viaje por la crisis de la democracia latinoamericana.Caracas: Mondadori/Debate, 2006. 603 p.; Teodorpo Petkoff:El socialismo irreal. Checoeslovaquia, el socialismo como problema. Proceso a la izquierda.Caracas: Alfa, 2007. 317 p.;Michael Reid:El continente olvidado.La lucha por el alma de America Latina.Bogotá: Norma, 2009. 404 p.;José Luis Salcedo Bastardo:Bolívar: un continente y un destino.Caracas: Ediciones de la Presidencia, 1972. 438 p.; Tad Szuc:Fidel, un retrato crítico.Barcelona: Grijalbo, 1987. 789 p.;Ana Teresa Torres:La herencia de la tribu.Del mito de la Independencia a la Revolución Bolivariana.Caracas: Alfa, 2009. 287 p.; JorgeVolpi:El insomnio de Bolívar.Cuatro consideraciones intempestivas sobre América Latina en el siglo XXI. Bogotá: Mondadori, 2009. 259 p.