“Es una de las más repudiables taras de la conciencia contemporánea: la inmoralidad de las izquierda
LOS TROVADORES: NARRATIVA Y MORAL DE LAS IZQUIERDAS
Antonio Sánchez García | julio 9, 2017 | Web del Frente Patriotico
“Es una de las más repudiables taras de la conciencia contemporánea: la inmoralidad de las izquierdas. Haberse habituado al crimen, al narcotráfico, al robo y al saqueo en nombre de la utopía. ¿Cuántos cientos de millones de cadáveres yacen en los campos del futuro feliz? Pregúnteselo a los bardos y trovadores de las izquierdas. Sólo requiere pagar la entrada.”
Antonio Sánchez García @sangarccs
Nadie lloró el brutal asesinato de los millones de rusos de todas las clases sociales, perseguidos, encarcelados y asesinados por la Cheka de Lenin y Stalin. Comenzando por la familia imperial, la aristocracia, la burguesía y las clases acomodadas, siguiendo por los kulaks, terminando por los campesinos pobres y los proletarios más desamparados. La primera matanza colectiva, el primer genocidio nacional del Siglo XX. La inmensa mayoría de las víctimas sin siquiera imaginar las causas de sus tragedias. Algunos de ellos tan abandonados a su suerte y confinados en sitios tan inhóspitos y aislados, que terminaron devorándose unos a otros, en el más salvaje y desesperado acto de canibalismo, por miles. Muy por el contrario: ¿cuántos poemas, cuántas canciones, cuántos ditirambos recibieron los asesinos? ¿Cuántas historias, cuántas novelas, cuántas obras de teatro se escribieron para ensalzar el brutal genocidio cometido? La apología del crimen político – si es de izquierdas – colma la literatura, la pintura, la música, el teatro y el cine de la primera mitad del siglo XX. Inolvidables las maravillosas obras de los grandes creadores al servicio de la apología del genocidio: Picasso, Malraux, Neruda, Bertolt Brecht, Sartre, entre los más grandes genios del siglo a la cabeza.
Fue el primero de una serie de horrendos genocidios que conmovieron al mundo, pero para su admiración y asombro. Y si Hitler se hubiera conformado con dominar Europa, del Atlántico a los Urales, y no hubiera caído en el delirio de enfrentarse a todos los poderes fácticos de la tierra, deteniéndose ante los portones de Auschwitz y observando desde Polonia las puertas de Moscú, hubiera muerto en su lecho, como Stalin, su contraparte. El perfecto reverso de la medalla. Si un accidente hubiera acabado con su vida en 1938, tal como lo planteara en su extraordinaria biografía el historiador alemán Joachim Fest, sería recordado por moros y cristianos como el más grande estadista alemán de todos los tiempos.
¿Quién lloró a los miles de asesinados por Fidel, Raúl y el Che Guevara? ¿Quién a las decenas de miles de cubanos devorados por los tiburones en las aguas del Caribe mientras intentaban escapar del infierno? ¿Quién a los millones de cubanos que debieron huir dejando abandonados sus bienes, productos de generaciones de esfuerzos? Nadie. Fidel Castro dictó la sentencia: los asesinados, encarcelados, devorados y desterrados ni siquiera eran cubanos: eran gusanos.
¿Cuánto duraron, en cambio el llanto, el lamento y las exequias del Che Guevara y Salvador Allende? ¿Cuántos los dedicados a Lenin y a Stalin? ¿Cuánto los declamados, cantados y publicados en honra a Mao, el Gran Timonel, a Ho Chi Min, a la Pasionaria?
La historia del Siglo XX es la historia de la homérica venganza de la barbarie represada contra la cultura y la civilización construida durante los diez mil años de historia precedente. Librada en nombre de la cima de su filosofía: Hegel. Y su más adelantado discípulo: Karl Marx. Desde la revolución francesa la humanidad decidió negarse a si misma, castigarse a si misma, mutilarse a si misma. Cumpliendo con pertinaz rigor la faena de Prometeo: devorarse las entrañas. Hispanoamérica puso su granito de arena bajo el fulgor asesino de las lanzas coloradas. La narrativa del mártir y el tirano, subyacente al Occidente cristiano desde la épica de la crucifixión, terminó transfigurada gracias a la obra de Hegel y Marx en la épica de la auto mutilación de la cultura. El discurso de la afirmación trascendental de lo que había sido y era fue transmutado en el discurso aniquilador de lo que era en función de lo que debía ser. El sentido de la utopía arrasó con el sentido de lo real: lo inmoral o amoral se convirtió en máxima moralia. Viva la devastación. Viva la muerte. La vida no es hoy, es mañana.
No son teorías. Es la trágica realidad del desprecio, el menosprecio y el abandono de nuestra civilización y nuestra cultura en el que se han empecinado los hombres desde que la revolución socialista les sirvió el pretexto perfecto: derribar lo construido para sobre sus ruinas levantar lo por construir. La moral del porvenir en oposición y contraste con la moral del presente. El ideal desconocido por sobre lo conocido que nos rodea y determina.
El respaldo consiguiente, enceguecido y turbio, al crimen cometido, siempre en la expectativa de los resultados que vendrán. Aplaudir las matanzas, porque de ellos, los asesinos, será el reino de los cielos. Cantarle al Che y a Fidel mientras asesinaban a todo aquel que se les opusiera, seguir cantándoles mientras consolidaban la opresión y convertían a Cuba en un campo de concentración y travestir el crimen de lisonjas, de días y flores. Porfiadamente. Así, tras sesenta años de tiranía, Cuba no esté un milímetro mejor de lo que estaba bajo el dictador en miniatura, Fulgencio Batista. Es más: estando mucho peor.
Pondré un ejemplo menudo y posiblemente insignificante, pero clarificador y a la altura de nuestras circunstancias. ¿Dónde están los cantos de los bardos de las izquierdas de España y las Américas que venían a llenar nuestros estadios y salas de espectáculos en tiempos de la democracia protestando indignados contra las dictaduras militares del Cono Sur mientras le cantaban loas a la tiranía del Caribe? ¿Dónde, criticando esta dictadura militar asesina y sanguinaria, que ha hundido en ruinas aquella próspera sociedad que se permitía financiar la protesta trovadora? ¿Dónde, ensalzando el coraje de quienes se oponen a la tiranía de Nicolás Maduro, a pecho descubierto y sin armas en la mano? ¿Dónde los lamentos de los trovadores en honor a los jóvenes caídos, reprimidos, gaseados, perseguidos, encarcelados y asesinados por la satrapía venezolana? ¿Volverán a pisar algún día las calles de lo que es nuestra ciudad ensangrentada?
Es el insólito maniqueísmo de las izquierdas. La abrumadora inmoralidad de las izquierdas. La amoralidad de las izquierdas. Una narrativa tan asentada en los entresijos de la hegemonía dominante, que resiste todas las pruebas de la veracidad, los brutales hecho cotidianos. Si se dice de izquierdas y obedece a los dictados del castrismo, del Foro de Sao Paulo, de los partidos socialistas, comunistas, ultra izquierdistas y compañeros de ruta no sólo tiene permiso para matar: tiene el derecho y la obligación de hacerlo.
Y lo hace abierta, desembozada, impunemente. Es una de las más repudiables taras de la conciencia contemporánea. Haberse habituado al crimen, al narcotráfico, al robo y al saqueo en nombre de la utopía. ¿Cuántos cientos de millones de cadáveres yacen en los campos del futuro feliz? ¿Cuántos esperan su turno? Pregúnteselo a los bardos y trovadores de las izquierdas. Sólo tiene que pagar la entrada.
LA CHUSMA, LA SOLDADESCA Y LA ÉLITE
Fernando Mires | julio 12, 2017 /Web del Frente Patriotico
No me he cansado de analizar los videos. Una vez soldados disparando a quemarropa sobre el pecho de un niño. Otra vez apiñados sobre el cuerpo de un estudiante al que patean hasta dejarlo casi muerto. Otra vez haciendo añicos el violín de un joven músico. Otra vez encerrando a un grupo de jóvenes en una cava para bombardearlos con “gas del bueno” (como decía el muerto Chávez) Otra vez, robando relojes y celulares a cualquiera persona. Y eso es solo lo que se ve. Nadie sabe lo que pasa en los recintos carcelarios de Nicolás Maduro. Se habla de maltratos, torturas, violaciones.
¿De cuál infierno salieron esos demonios? ¿De qué madera está hecha esa gente? ¿Quién les metió tanto odio en el cuerpo? ¿Dónde yacen los límites de la maldad? Maldad radical que no se esconde, maldad que no es banal como pensó una vez Hannah Arendt frente a la maldad de quienes reciben ordenes con los ojos cerrados.
Arendt no era socióloga y no trabajaba con tipologías. Sin embargo, hay en algunos de sus textos, particularmente en Orígenes del Totalitarismo, momentos en los cuales la filósofa no resistió la tentación de proponer tipos sociológicos a fin de lograr una mejor comprensión del totalitarismo antes de que los representantes del poder colonizaran los espacios íntimos del ser, tal como lo describiera Orwell en su siempre vigente 1984. La conclusión de Arendt fue que todo orden totalitario es precedido por una alianza entre elites y chusma (Mob)
LA CHUSMA
El concepto de elite no fue usado por Arendt en el sentido que generalmente conferimos al término, vale decir, a grupos selectos que aparecen en la política, la economía y la cultura. Para Arendt las elites son grupos de poder con acceso a las instituciones del Estado.
De la misma manera, el concepto de chusma no debe ser confundido con el de masa. Mientras este último hace referencia a multitudes que se articulan en torno a una ideología, institución o líder, bajo chusma debemos entender a grupos desarticulados, productos de la descomposición de un determinado orden social. En cierto modo la chusma limita con el concepto de Lumpenproletariat, o proletariado andrajoso, descrito por Karl Marx. Pero tampoco es lo mismo.
Mientras para Marx el lumpen se encuentra en los últimos escalones, la chusma atraviesa a todo el espectro social. No son los más pobres de los pobres. Alguien puede tener dinero y al mismo tiempo ser parte de la chusma (es el caso de algunos maleantes).
La chusma está formada por sectores ubicados fuera de las clases y de las estructuras. Se trata de seres desarraigados, sin leyes, sin conciencia grupal ni intereses definidos. Pueden llegar a ser miembros de bandas, traficantes de cualquier cosa y, en determinadas ocasiones, tropas de choque al servicio de un caudillo, de un partido, de una mafia y no por último, del propio Estado, ya sea bajo la forma de colectivos para-militares, asesinos a sueldo e incluso soldados.
LA SOLDADESCA
Las ideas de inspiración arendtiana ayudan a formular una tesis. Dice así: Cuando los soldados no cumplen una función establecida por la Constitución dejan de ser soldados y se transforman en soldadesca. Esa fracción de las tropas militares que aquí llamamos soldadesca, es la chusma militarmente organizada.
Decimos “esa fracción”. No todos los soldados son soldadesca. Hay los que solo cumplen órdenes pues así lo indica su profesión. Pero es imposible evitar, por otro lado, que entre los soldados de profesión aparezca la soldadesca, como ya ha ocurrido en el caso venezolano o como sucedió en las tenebrosas dictaduras del Cono Sur. Esa es la razón que explica la evidente sintonía establecida entre la soldadesca con la chusma civil de los colectivos armados, equivalentes maduristas de los camisas pardas hitlerianos.
En el asalto a la AN perpetrado por la chusma uniformada de rojo se vió una vez más como la soldadesca de la GNB hacía la vista gorda frente a las agresiones de sus colegas “civiles”. Uniformados de verde o de rojo suelen ser en Venezuela caimanes del mismo pozo. Entre el general Padrino y un delincuente como el Cabeza de Mango no existe, seguramente, ninguna amistad personal, pero el punto de conexión estratégica que los une es innegable.
La soldadesca no actúa de modo autónomo. Cuando comete delitos es porque así lo han determinado los altos mandos, o elites militares. No de manera explícita, pero sí tácita. Ningún general ha dicho a la soldadesca, disparen a mansalva, cometan atrocidades. Pero sí han dicho que los manifestantes son terroristas, enemigos de la patria y, por lo mismo, deben ser combatidos con todos los medios.
Tampoco los generales de Milosevic ordenaron a las tropas serbias violar a las mujeres del Kosovo. Pero sí les dijeron que ellos eran amos y dueños de los territorios que iban a “liberar”. Se configura así, en determinadas ocasiones, una relación de comunicación implícita entre las elites del ejército regular y la chusma convertida en soldadesca. Por esa misma razón no debe extrañar que la soldadesca de Maduro actúe en su propio país como si fuera un ejército de ocupación.
De hecho son extranjeros sociales. Sin uniforme podrían ser atracadores, asaltantes de camino, matones de prostibulos, en fin, chusma. Con uniforme, son soldadesca. Pueden cometer delitos, mas no serán castigados. Todo lo contrario. Serán elevados por el Dictador Supremo a la categoría de “defensores de la patria”. Más aún: recibirán condecoraciones y, por si fuera poco, armas de fuego. Licencia para matar. De pronto adquieren un poder nunca imaginado en sus perras vidas: decidir sobre la vida de otras personas. La soldadesca practica una suerte de cartesianismo pervertido. “Puedo matar, luego soy”.
El arma de fuego transforma la psiquis del soldado-chusma de la misma manera como el fusil –lo advirtió hace ya tiempo el psiquiatra Frantz Fanon- transforma la mente del oprimido (del colonizado). La diferencia es que el oprimido de Fanon descubría a través de un arma la posibilidad de matar al amo. La soldadesca, en cambio, es usada por el amo (el Dictador, el alto mando) no para matar al amo, sino a los oprimidos.
El arma de fuego libera a la soldadesca de modo negativo. La libera de la Constitución, de las leyes, de la moral, de su propia conciencia. La soldadesca puede dar rienda suelta a sus instintos de destrucción y muerte con impunidad. Pero sobre todo a sus odios. ¿Y hay algo que odie más la soldadesca que a los estudiantes?
Si entre soldados y estudiantes la animadversión es compartida, con mucha mayor razón cuando los soldados son transformados en soldadesca. Así nos explicamos por qué esa chusma uniformada experimenta un inusitado goce cuando dispara sobre esos jóvenes, propietarios, para ellos, de un saber extraño e inútil. Ellos son, como los llamaba Chávez -nunca pudo ocultar sus profundos resentimientos- “hijitos de su papá”. No hombres de verdad, como imaginan ser los miembros de la soldadesca.
LA ELITE
La alianza entre la soldadesca y los altos mandos es la expresión militar de la maligna alianza que se da entre la chusma y las elites. Esas elites, sin embargo, tampoco son autónomas. Han sido seleccionadas. Como miembros del poder forman parte activa del estamento político. Generales como Padrino López o Benavides Torres no son solo agentes armados de la dictadura. Junto a Maduro, Cabello y otros, son miembros de la clase dictatorial
La alianza entre las elites militares y la chusma militarmente organizada (o soldadesca) hace aparecer por momentos a la dictadura como un fortín inexpugnable. Efectivamente, desde el punto de vista militar lo es. No ocurre así desde el punto de vista político.
Por una parte, las elites militares conviven en el mundo social. Como tales son receptores del malestar que genera la dictadura. Con toda probabilidad hay entre ellos algunos que añoran los tiempos en los cuales podían ser dignos profesionales de las armas. Saben que tarde o temprano serán juzgados como crueles esbirros. No deja de ser sintomático el hecho de que, llamados a retiro se convierten en duros críticos de la dictadura. En Venezuela se dice que no hay nadie más demócrata que un general retirado. En suma, los miembros del alto mando viven con la conciencia dividida. Desean ser parte del poder político pero no quieren pasar a la historia como ejecutores de atrocidades innombrables.
Por otra parte, las elites militares no son homogéneas. No todos gozan de las dulces mieles del poder. Los mandos intermedios no quieren en muchos casos hipotecar su futuro profesional sirviendo a una dictadura en crisis, a una que tarde o temprano será derrotada. En breve, no son pocos los oficiales que acarician el legítimo deseo de asegurar la continuidad de su profesión en una era post-dictatorial. Esa es la razón por la cual los mandos intermedios constituyen el eslabón más débil de la cadena militar. Los dictadores lo saben. Y lo temen.
Nadie sabe con exactitud cual será el comportamiento de los militares en los decisivos días que se avecinan. Lo único que se sabe es que la alianza entre las elites y la soldadesca no será eterna. El fin de esa alianza está condicionado por el crecimiento del movimiento constitucional. Eso quiere decir, mientras más tiempo pueda mantenerse la movilización democrática y mientras más amplia sea su magnitud, mayores serán las expectativas para que el ejército en su conjunto termine reconociendo a la Constitución de 1999, la misma que sus elites traicionaron en nombre de una revolución que nunca existió.
Unidad, persistencia y amplitud. Esas son las tres palabras que llevarán al fin de la dictadura.
PS – EL 16J EL PUEBLO DEMOCRÁTICO DE VENEZUELA TENDRÁ UNA CITA CON LA HISTORIA !A VOTAR
OBAMA ORDENÓ DEJAR DE INVESTIGAR LA CONEXIÓN VENEZUELA-HEZBOLLÁH
Emili J. Blasco | julio 12, 2017 | Web del Frente Patriotico
La Administración Obama ordenó dejar de investigar los nexos entre Hezbolláh, Irán y Venezuela para no entorpecer el acuerdo que internacionalmente se negociaba con Teherán sobre la capacidad nuclear iraní, finalmente alcanzado en julio de 2015. Así lo asegura uno de los expertos que asesoró a los equipos que estaban llevando a cabo las investigaciones y cuyo «desmantelamiento sistemático» acaba de denunciar ante el Congreso estadounidense.
Se trata de David Asher, quien trabajó para el general John Allen, uno de los mandos militares promovidos por el presidente Barack Obama para diversas altas responsabilidades. En su intervención en el Capitolio, Asher hizo dos afirmaciones importantes:
—«La cúpula dirigente que presidía, dirigía y supervisaba varias secciones dentro de los departamentos de Justicia, de Interior y de Estado, así como porciones de la comunidad de inteligencia estadounidense, desmanteló sistemáticamente cualquier acción de los interesados que amenazara con hacer descarrilar la agenda política de la Administración focalizada en Irán».
—«Altos oficiales de seguridad que trabajaban casos vinculados con Hezbolláh , Irán y Venezuela fueron reasignados, dejando unidades de investigación claves y siendo cambiados a encargos periféricos. Diversos altos cargos policiales se jubilaron». «Francamente, fue una mezcla de tragedia y farsa» que llevó a «una seria denegación de justicia»
Movimientos financieros Muchos de esas investigaciones se habían centrado en los aspectos financieros, los cuales mostraban «una conexión entre el régimen de Hugo Chávez y el de los ayatolás, con el fin de ayudar a los iraníes a saltar el cerco de las sanciones internacionales impuestas a Teherán por estar desarrollando un programa nuclear con posible orientación armamentista», de acuerdo con una de las personas que aportó documentos clave y que se reunió varias veces con investigadores de diferentes departamentos de la Administración Obama. Presuntas conexiones de ese tipo ya fueron puestas de manifiesto por ABC, que también desveló las relaciones operativas consolidadas por Nicolás Maduro y Hezbolláh.
Otros documentos apuntaban a canales utilizados por ese grupo extremista chií, de origen libanés pero que actúa como brazo terrorista iraní, para lavar el dinero obtenido en la participación del narcotráfico auspiciado por el Gobierno chavista. «Todo esa investigación se paró luego», afirma esta persona, que prefiere guardar el anonimato, y que avala la declaración de Asher hecha en junio en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. «Obama no solo priorizó el acuerdo con Irán, sino que también quiso proteger su otro gran proyecto: la apertura con Cuba. Fue blando con Maduro para no molestar a los cubanos», afirma esta fuente. Con la llegada de la Administración Trump las investigaciones sobre las tramas financieras de altos dirigentes chavistas se reactivaron a comienzos de año. En febrero se anunciaron sanciones contra el vicepresidente venezolano, Tareck el Aissami, a quien Washington considera patrón de Hezbolláh en Venezuela.
Conexión con carteles En su testimonio, Asher mencionó algunas operaciones de la DEA, la agencia antinarcóticos estadounidense, dirigidas a investigar la relación de Hezbolláh con grupos de narcotráfico, como los carteles colombianos (Operación Titán) o el Cartel de los Soles venezolano (Operación Perseo).
En una comparecencia en mayo ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, otro experto, Emanuele Ottolenghi, aseveró que la implicación de Hezbolláh en el narcotráfico en Latinoamérica «es significativo y está en expansión». «Las pruebas muestran que Hezbolláh tiene conexiones a lo largo de toda la cadena de suministro de narcóticos», dijo. Ottolengui también se refirió a las acciones de lavado de dinero y de contrabando de algunos productos, como ocurre con el tabaco, que Hezbolláh protagoniza en otras partes de Latinoamérica, singularmente en la Triple Frontera (área fronteriza entre Argentina, Brasil y Paraguay)
EL TERROR ROJO
Luis Marín | julio 10, 2017 | Web del Frente Patriotico
Si Raúl Castro no hace concesiones en Cuba ¿por qué habría de hacerlas en Venezuela? Si el modelo que exporta es una dictadura militar comunista de partido único en que nadie más puede tener cabida, antiliberal, anticapitalista, antipluralista, en una palabra, totalitaria, cuyo valor supremo es la “intransigencia revolucionaria” y la firme creencia en las virtudes persuasivas de la intimidación.
Los comunistas siempre han considerado al terror como sello distintivo de toda verdadera revolución, una herramienta indispensable para aplastar la resistencia de sus enemigos, en fin, una expresión necesaria de la violencia como “partera de la historia” que alumbra una “nueva sociedad”.
De manera que para ellos no hay ningún problema, ni teórico ni práctico tanto menos de conciencia, en la organización y ejecución de matanzas en masa, porque se trata de exterminar no a individuos, por lo que hagan o dejen de hacer, sino a categorías sociales que llaman “enemigos de clase”; así que el único inconveniente consiste en cómo manejar el escándalo que acarrean estas acciones, que dan audiencia a sus adversarios y producen no pocas disensiones internas.
Ciertamente los crímenes que las fuerzas de ocupación del ejército y policía castristas están perpetrando en Venezuela serían completamente imposibles sin la coautoría y complicidad de una amplia y tupida red internacional de instituciones, organizaciones y personalidades, extendida por los cinco continentes.
Maduro sigue siendo Secretario General de la Organización de Países No Alineados, 120 países más 15 observadores; le sigue la Organización para la Cooperación Islámica, 57 países; la Liga Árabe, 22 países, entre los que Chávez obtuvo para Venezuela un incomprensible status de observador; su común denominador es el antiamericanismo y antisemitismo, por lo que no se pronuncian ni se pronunciarán contra el régimen, sino que lo apoyan, al punto de darle un puestopro tempore en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Estos organismos internacionales como la ONU, incluso su Consejo de Seguridad, la UE, la OEA, OUA, la CPI, son influenciados no sólo por estos países que son sus miembros sino por las organizaciones políticas que los gobiernan o presionan desde las oposiciones respectivas, lo que conduce a la inacción que los caracteriza, en lo que no puede ignorarse un burocratismo paralizante.
El nervio de todo esta red no es Cuba, Nicaragua, Bolivia, que son los países más pobres de América, sino los partidos comunistas de todos los demás países, por ejemplo Colombia, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, los partidos europeos actuales o ex comunistas y la joya de la corona que es el Partido Demócrata de los Estados Unidos.
Más allá del partido comunista de los EEUU (CPUSA), una entelequia centenaria pero con indiscutible valor simbólico y cultural, asentado en la 23rd Street de New York, que ha apoyado consistentemente a los candidatos demócratas y celebra como propia la elección del alcalde Warren Wilhelm, alias Bill De Blasio, militante sandinista, del grupo “Red”, el color de su campaña, autodenominada “progre”, símbolo decadentista, casado con una lesbiana de color, que paso su luna de miel en Cuba desafiando la prohibición legal de hacer turismo en la isla, con su hijo tocado con el look que popularizó Ángela Davis, la más famosa dirigente del Partido y los Panteras Negras, fue jefe de campaña de Hillary Clinton.
El Partido Demócrata es el protector de la tiranía de Castro en América.
TRUMPMANÍA
El ya célebre discurso del Presidente Trump en La Pequeña Habana el viernes 16 de junio tiene como mérito principal haber restablecido la conexión entre las palabras y los hechos que había roto por completo el parloteo ideologizante de Barack Hussein Obama II.
En particular, destaca la relación umbilical entre la tiranía castrista y la catástrofe que sufre Venezuela que la anterior administración se empeñaba en ocultar, diciendo que aquella “incentiva el caos en Venezuela”, y que “es mejor para los EEUU tener libertad en nuestro hemisferio, sea Cuba, sea Venezuela”.
“La política anterior no favoreció al pueblo cubano, sólo enriqueció al régimen”, lo que contrasta con la mentira flagrante de Obama al anunciar su nueva relación “con el pueblo cubano” cuando en verdad conspiraba con la mafia castrista contra los intereses no sólo del pueblo cubano sino del pueblo norteamericano que decía representar.
Atina al centro de la diana al señalar al complejo militar-mercantilista castrista representado por el holding GAESA/Gaviota “monopolio militar que explota y abusa de los ciudadanos cubanos”.
La agenda que Trump le propone al régimen de Castro se puede trasladar sin cambiar una coma a su filial en Venezuela: “Libertad para los presos políticos, libertad de expresión, de reunión,todos los partidos políticos deben ser legalizados, que haya elecciones libres e internacionalmente supervisadas, que fluyan inversiones a los ciudadanos para que puedan construir un futuro de gran potencial”.
Lo más importante es llamar las cosas por su nombre: “El comunismo ha destruido toda nación donde se ha impuesto (Obama eliminó la palabra “comunismo” del léxico de la Casa Blanca). El gobierno de los EEUU expondrá los crímenes del régimen de Castro (que la anterior administración se empeñó en ocultar) y apoyará al pueblo cubano en su lucha por la libertad” (que Obama abandonó por completo).
Da por terminado un mal negocio y propone otro equilibrado y justo: “Siéntense a la mesa para un nuevo acuerdo beneficioso para ambos pueblos (no unilateral, como el de Obama); pongan fin a los abusos contra los disidentes, liberen a los presos políticos, dejen de poner en prisión a personas inocentes, ábranse a la libertad política y económica, devuelvan a los fugitivos de la justicia estadounidense incluyendo a la asesina de policías Joanne Chesimard”.
Aquí hay una doble “incorrección política” porque osa llamarla por su nombre cristiano siendo que ella lo cambió por el musulmán Assata Shakur, al afiliarse a la República Nueva África y al Ejército Negro de Liberación, en el que militaba cuando ejecutó al policía de carretera Werner Foerster, en New Jersey, durante un sangriento tiroteo en 1973 en que resultó muerto uno de sus secuaces y ella gravemente herida.
Por este y otros delitos fue condenada a cadena perpetua, pero fue rescatada en 1979 por un comando fuertemente armado de la cárcel de máxima seguridad de Hunterdon County, para reaparecer sorpresivamente en La Habana, en 1984, protagonizando documentales y películas propagandísticas de la lucha armada en los EEUU.
Y no es la única. Su camarada Charles Hill, asesino del policía Robert Rosenbloom, en Nuevo México, 1971, que se fugó en forma no menos espectacular secuestrando un Boeing 737, rumbo a La Habana, donde se encuentra desde entonces. Irónicamente se queja de que si recibiera remesas en dólares como La Reina (Joanne) no tendría que vivir del rebusque.
Víctor Manuel Gerena, del grupo separatista puertorriqueño Macheteros, que en un asalto a un camión blindado de la Wells Fargo se robó 7 millones de dólares, el golpe más grande de la historia, en Connecticut, 1983, de quien para sorpresa de su organización el régimen castrista dice no saber nada (ni del dinero), aunque siguieron su rastro hasta México, donde abordó un vuelo de cubana de aviación.
Ronald Labeet, alias Ishmael Muslim Alí, el carnicero de Saint Croix, Fountain Valley, donde masacró ocho personas sin motivo aparente, salvo ser blancos y ricos; pero son demasiados, tantos como diez veces siete, hasta el insólito defraudador Robert Vesco.
De lupanar del Caribe, Cuba ascendió a ser La Meca del crimen organizado mundial.
EL ENEMIGO CONVENIENTE
Uno de los aspectos más desconcertantes del neocomunismo es la manera como construye adversarios imaginarios, atribuyéndoles ideas, propósitos y acciones que nunca han tenido ni cometido y que incluso son contrarios a sus principios básicos e intereses esenciales.
Entre nosotros ya es aborrecible refutar una y otra vez la cantilena del régimen de llamar “fascista” a todo el mundo cuando en Venezuela no existe ni nunca existió nada semejante; pero no deja de causar cierta extrañeza que en países que sí deberían conocer ese fenómeno, como España y Chile, aparezcan académicos y hordas de la juventud comunista llamando “fascistas” a quienes protestan contra los funcionarios de este régimen en el exterior. ¿Será ignorancia, error o crudo cinismo?
Como siempre le imputan a los demás lo que ellos hacen, acusan de traidores a la patria a personas honorabilísimas que no han traicionado nada sino al contrario, son leales a los principios que juraron defender; terroristas a quienes no han cometido ningún acto de terrorismo sino que son víctimas del terrorismo de Estado; falsos agentes de la CIA denunciados por verdaderos agentes del G2 y así por el estilo.
Se ha dicho mil veces que esta es una invitación a no pensar, porque basta con poner una etiqueta “de derecha”, “racista”, para librarse de toda carga de argumentación, lo cual es comprensible porque la izquierda se ha vuelto floja y mantenida, si no lo fue siempre.
Pero se plantea la cuestión de si puede funcionar una política basada en falsedades, si puede imponerse el principio socialista de que es posible inventar la realidad, no sólo hacia el futuro, que es lo que postula la “nueva sociedad” o “el hombre nuevo”, sino hacia el pasado, de manera de reconstruir la historia con base en falsificaciones respaldadas con propaganda y organización.
Visto del lado de la oposición oficial, desaparece todo rastro de verdaderos adversarios, que si bien siempre fueron “de izquierda”, socialistas y bolivarianos, ahora son desplazados por chavistas, revolucionarios y filocastristas.
Mediante un sorprendente viraje táctico, el chavismo puro y duro se posiciona como vocero de la oposición, como la ciudadana Fiscal General después de una década de procesar opositores y apuntalar al régimen, aun justificando su posición en la ortodoxia, de manera que sería Maduro quien se ha desviado de la ruta trazada por Chávez que ella representa.
Miguel Rodríguez Torres, ministro del interior, creador del SEBIN, mencionado en la presentación del Informe CASLA como torturador de Vasco Da Costa; Cliver Alcala Cordones, el bombardero de Globovisión cuando era Globovisión; Luis Felipe Acosta Carléz, ahora defensor de la empresa privada; Henry Falcón y sería extenuante la lista porque estos sí que son más de setenta veces siete.
Por un lado el régimen encumbra y felicita a los peores porque ¿qué persona decente y con sentido común aceptaría un papel en el elenco del TSJ o del CNE? La oposición segrega, aísla, silencia a los mejores “por irresponsables y violentos” y son secuestrados, torturados, inhabilitados y exiliados por el gobierno. Así se modelan mutua y convenientemente.
El altercado entre Julio Borges y el coronel Vladimir Lugo, visto simbólicamente, no se asemeja al de José María Vargas con Pedro Carujo o al célebre entre Miguel de Unamuno con el general José Millán-Astray; aquél incidente resulta patético y vergonzoso, nada ejemplar, como para sentir orgullo, mostrar al mundo y enseñar en las escuelas.
Julio Borges no es la antítesis de Vladimir Lugo sino su complemento; la conducta de éste no sería posible sin la de aquél. La oposición permitida, el sparring de la tiranía. No en balde la Castro News Network (CNN) lo promociona como líder de la oposición.
Conceda Dios que ninguno de los dos tenga un lugar en el mundo venidero.
ATENCIÓN CON EL NEOCHAVISMO
Pedro Corzo | julio 12, 2017 | Web del Frente Patriotico
Los reformistas de las dictaduras son un serio riesgo para las democracias y el neochavismo no es una excepción
El régimen autocrático de Nicolás Maduro ha sido tan desastroso que algunos nostálgicos de la jefatura de Hugo Chávez se esfuerzan por separar su conducción de lo que acontece en Venezuela, obviando que el desaparecido caudillo fue quien forjó e inspiró la fórmula populista del socialismo del siglo XXI en la que los derechos y la producción de bienes son sustituidos por la voluntad de un supuesto redentor.
La catástrofe del siglo XXI puede favorecer el surgimiento de nuevos intérpretes del chavismo o, lo que es lo mismo, la aparición de neochavistas que pretenderán reinventar el pensamiento y la ejecutoria del comandante golpista, corriente tras la que pueden marchar los melancólicos de la época dorada del populismo venezolano.
En las últimas semanas, ante la debacle que sufre Venezuela, se aprecia que hay quienes hacen referencia al “chavismo crítico”; en el pasado los marxistas eran más directos y calificaban a sus pares con los que no estaban de acuerdo como “revisionistas”, aunque, siendo fiel a la realidad en la tierra de Bolívar, lo que hay es mucha frustración entre quienes denostaron de la democracia y apoyaron a los golpistas del 92.
La incapacidad de generar riquezas, la inflación, el abuso de la autoridad, la corrupción, la delincuencia y otros muchos factores que caracterizan el desgobierno de Nicolás Maduro es la profundización de la crisis que Chávez generó. La socialización de la miseria, aunque sea con la anuencia de un amplio sector de la población, sólo es posible cuando hay bienes para repartir. En la actual pobreza, consecuencia de la ineptitud gubernamental y la caída de los precios del petróleo, no hay política clientelar, populista, que sobreviva porque no hay qué repartir.
Los pobres de Venezuela están hoy en la indigencia y muchos que no lo eran están conociendo la miseria. Sólo disfrutan de los bienes la bien llamada boliburguesía, funcionarios gubernamentales y empresarios privados, que han arrasado con el beneplácito del régimen la hacienda pública.
Chávez y sus aliados llegaron al poder con base en promesas de redención que no fueron cumplidas. Los sectores sociales más desposeídos les creyeron el cuento, y otros estratos, como consecuencia de frustraciones personales y partidarias, se alistaron devotamente y sirvieron de peldaño para que el golpista escalara hasta Miraflores. Evidentemente, la envidia, sin importar el motivo, es mala consejera, porque muchos de esos antiguos aliados fueron los primeros descalabrados por su gobierno, en fin, no hay quién aprenda por cabeza ajena.
La popularidad de Nicolás Maduro está en niveles desastrosos. El colosal naufragio de su gobierno ha curado en salud a los sectores más desfavorecidos en relación con su liderazgo pero incidirá esto en la propuesta política que simboliza, ¿será igual si surge un nuevo redentor y los precios del petróleo suben? Está el ciudadano medio listo para rechazar cantos de sirenas, no volver a caer en la tentación de un mago de las palabras.
En Venezuela se está combatiendo con firmeza y coraje a la cúpula que encabezan Maduro y Diosdado Cabello, pero es preciso desmontar el chavismo. Estar listo para evitar que chavistas reciclados protagonicen un golpe militar que pretenda colocar en el poder a individuos menos identificados con el régimen o que una vez más la mayoría traslade en elecciones sus poderes ciudadanos a una propuesta demagógica que sólo prescinda de los actuales líderes del régimen, sin afectar a fondo el gubernamental.
Los reformistas de las dictaduras son un serio riesgo para las democracias y el neochavismo no es una excepción. Hay mucha gente desencantada con el gobierno, pero no implica que crean firmemente en las propuestas de la oposición. Hay que estar consciente que una victoria del sector que no sea genuinamente democrático sería una victoria pírrica que daría paso a un nuevo desastre.
Demonizar a Nicolás Maduro es una excelente estrategia para los chavistas que, habiendo resentido o no su designación para heredar el poder, se quieren curar en salud y presentarse como un relevo que mantendrá el legado original, una propuesta que la oposición deberá rechazar en todas las instancias posibles. Lo cierto es que los demagogos tienes muchos disfraces y su preferido es del salvadores.