La lección principal del momento actual es la diferencia entre el verdadero y el falso poder.
El año del Gallo comenzó el 28 de enero, reemplazando el año del Mono. Este cambio de Mono a Gallo es un llamado para que observemos todo desde una perspectiva más alta. Aquellos años Mono son famosos por rasgar el tejido social y liberar energías salvajes e incontrolables, mientras que los años Gallo tienen que ver mucho más con el hecho de darle sentido a los ultrajes y exposiciones anteriores, al eliminar los trucos y engaños que se nos han presentado, subiendo tu punto de observación a un plano más elevado.
En este traspaso invernal de Mono a Gallo las tensiones se incrementan, las presiones bajan – y hay disponible una perspectiva más alta. Sin embargo, con las fuerzas culturas desmoronándose al punto de la incredulidad, es posible que dudes de la veracidad de aquella aseveración.
Pregúntate a ti mismo: ¿Si en realidad hay fuerzas espirituales benevolentes presidiendo sobre el desarrollo de la especie humana, cual podría ser la razón superior para la cual nos pongan a este nivel de locura generalizada y extendida a todas las naciones del mundo?
Mientras que es fácil ver el horror de nuestro momento actual colectivo, requiere mucha concentración y edificación de nuestras facultades perceptivas el ver cualquier posible beneficio a este mismo momento.
Aquí, en el comienzo del reinado del Gallo, un gran llamado a despertar esta resonando de nación a nación, y hay una ironía central involucrada: Hasta que las cosas se convirtieron melodramáticamente obscuras y peligrosas frente a nosotros, la campana de la alarma no podía sonar y resonar a través del Trance de la Normalidad que apareció cuando los ardientes años 60 le dieron paso a los obnubilados años 70. Hasta que las ilusiones superficiales de poder llevar una vida normal fueron despellejadas por nuestras locuras presidenciales, el llamado a despertar no pudo ser escuchado a través del clamor de las mentiras en las que el Imperio Malvado del Gran Fracking, la Gran Medicina y la Gran Mierda, nos tenían sumergidos gracias a los Medios Masivos.
Mientras que el llamado a despertar suena, muchas ideas previamente aceptadas van a acabar panza arriba en la playa de la negación y las esquirlas, así que es bueno catalogar un inventario de las cosas con las que podemos reemplazarlas:
Llamado a despertar 1: No puedes confiar más en los lideres y representantes electos supuestamente para representarte. Con muy contadas excepciones, las mentiras de la Izquierda y las mentiras de la Derecha se han vuelto intercambiables, y los políticos han mutado regresiva y asquerosamente…. Pasando de ser los Buenos, a los Malos… y de los Malos, a los Muy Malos.
Llamado a despertar 2: Ya no puedes darte el lujo de rellenar tu verdad con cosas rutinarias. Cuando el NYTimes, Washington Post, CNN, y NPR (Radio Nacional Petróleo) se convierten en órganos de la Elite Dominante, tienes que escarbar más allá de sus supuestos hechos para dar luz a verdades nuevas que puedan sostener el futuro.
Llamado a despertar 3: No estás sol@ en esta búsqueda para observar desde más alto la absurdez masiva. Almas similares a la tuya en todo el mundo están enfermando después de que han sido alimentadas con mentiras tras mentiras. Mientras despiertas del Trance de la Normalidad que surgió cuando los años 60 terminaron y aquella antigua Revolución de la Conciencia dio paso a la violenta reacción en la que hemos estado atascados desde entonces, tienes la oportunidad de reconsiderar ideas “raras” en las que creíamos en esos tiempos, como el Amor, la Paz, y el Entendimiento.
Llamado a despertar 4: Cuando los políticos se inclinan ante las mentiras de las Multi-Corporaciones, los artistas deben brincarle a la refriega. En la música, literatura, canción y baile de los años 60, se diseminaron mensajes de conciencia revolucionarios a todos los corazones y mentes del mundo. Ahora que los salones de la política, los medios masivos y la justicia se han corrompido mucho más que en aquellos años, es aún más crucial que tu creatividad florezca – cuando tu lado lógico se encuentre atascado por el estado imposible del mundo, deja que el artista dentro de ti te guie.
La lección principal del momento actual es la diferencia entre el verdadero y el falso poder. En todo el mundo, el Gallo está cantando un llamado a despertar para la raza humana y así sobrepasar finalmente aquellos vestigios de las eras obscuras y clamar verdades poderosas que Hillel, Jesus, Buddha, Gandhi, Martin Luther King, Madre Teresa y otros visionarios del mundo intentaron mostrarnos una y otra vez. Pero no podemos despertar como especie hasta que no veamos completa la locura de nuestra propia intolerancia, codicia y miedo, todo esto dramatizado en el escenario del mundo frente a nuestros ojos, tal y como sucede en este momento. De esa forma, la estupidez conjura sabiduría, y la obscuridad cataliza a la luz.
(1979) - "OTRO LADRILLO EN LA PARED" es una canción de Pink Floyd del álbum The Wall, lanzado el 30 de noviembre de 1979, este sencillo llegó al puesto 1 del Billboard Hot 100 (EE. UU.) y también puesto 1 del Reino Unido. Está dividida en tres partes, Part. I, Part. II y Part. III respectivamente y escritas por el bajista y principal compositor de la banda, Roger Waters. Es una de las más conocidas canciones del grupo y también es su mayor éxito, llegando al #1 en las listas de Estados Unidos y Reino Unido. El videoclip que muestros corresponde a la parte 2. Part II Composición: En la versión del álbumThe Wall, "Another Brick in the Wall, Part II" inicia con un grito que Roger Waters hace al final de su antecesora "The Happiest Days of Our Lives". Las dos canciones a veces una después de otra en la radio, particularmente en las estaciones de rock, debida a la forma en la que estan fusionadas, y porque la versión que lanzada como single (dificil de encontrar en CD) tiene un intro de guitarra que no fue usada en el álbum. Cuenta con una fuerte batería y distintivas guitarras en el fondo con un discreto, pero duro solo de guitarra. La canción también tiene a un coro como voz principal en en algunas secciones y como voz de fondo en otras. Conforme la canción va terminando, se escucha el sonido de un patio de escuela, junto con un maestro que los domina al gritar cosas como "Wrong! Do it again!"(Está mal!, házlo de nuevo!) y "If you don't eat your meat, you can't have any pudding! How can you have any pudding if you don't eat your meat?!" (Que sería una traducción de: Si no terminas tu comida no comerás pudín!, cómo puedes tener pudín si no terminas tu comida?!) todo esto disolviéndose en el tono de un teléfono sonando, y acabando con un suspiro. Argumento: Después de ser insultado por un profesor, Pink sueña que los chicos de su escuela hacen un protesta contra sus abusivos maestros. Esto causa que Pink se aisle más de la sociedad. Versión fílmica/video musical: Terminando "The Happiest Days of Our Lives", Pink comienza a soñar durante su clase. Él imagina a varios estudiantes marchando al unisono al ritmo de la canción, dirigiéndose a una máquina de la cual emergen como clones vacios con cara de arcilla sin ninguna distinción unos de los otros. Estos niños caen en una moledora de carne, quedan pulverizados y picados, y salen como gusanos. Comenzando con un solo de Gilmour, los niños destruyen la escuela creando una hoguera, arrastrando a sus maestros afuera de la escuela entre golpes y gritos. La canción finaliza con Pink sobando su mano, después de que el profesor lo golpeó con una regla en la canción previa. Antes de la realización de la película, en el primer video del track, dirigido por Gerald Scarfe, se ven estudiantes corriendo en un parque infantil y la marioneta del maestro usada en los conciertos de The Wall. El video también fue mezclado en algunas escenas animadas para después ser usadas en "The Trial" y "Waiting for the Worms". De acuerdo con el sitio web de la BBC los niños que cantaron en Another Brick in the Wall (Pt 2) no pudieron aparecer en el video porque no contaban con la Equity Cards.
17 años, por Laureano Márquez
Quien tiene 17 años no ha conocido otra Venezuela, creció en este despropósito y sin embargo, su alma ansía lo diferente, barrunta la democracia que no ha vivido porque fue amamantado por un corazón que conoció la libertad.
Diecisiete una edad límite: ya no eres un niño, pero tampoco eres mayor de edad. Es como la edad de la espera, la antesala de los anhelados 18 que parecen abrir todas las puertas de la libertad. Un ciclo de tu existencia termina, otro comienza, el de la dirección definitiva de la vida: te estás graduando de bachiller, de modo que profesión, ciudadanía, autodeterminación, están en tus expectativas de futuro. Eres un proyecto en el que tus padres depositaron todos sus ahorros de amor, entrega y esperanza, que ahora, justo ahora, comienza a producir dividendos extraordinarios. Diecisiete años pueden ser muchos, si se tienen, o muy pocos cuando se ven desde la madurez. Los que alcanzan la ancianidad los ven solo como un vago y lejano recuerdo de remota ternura. Pero cuando se tienen 17 años y el alma en plena efervescencia, con todo tu ser expresándose, con la conciencia limpia de la juventud atesorando sueños, uno puede creerse señor del mundo, incluso puede pensar que ha vivido bastante. Cuando se tienen 17 todo importa, la vida se toma con una gravedad que nos asusta a veces a los que dejamos hace tiempo esa edad. Nuestros hijos son mucho más serios que nosotros, mucho más sabios de lo que fuimos a su edad y hasta más bellos, como si la belleza también avanzara como la tecnología. Eso nos hace sentir orgullosos: los admiramos. Como todo se está estrenando, la conciencia, la propia responsabilidad, la coherencia entre el pensar y el ser, la sexualidad; todo tiene en esa edad la importancia justa que merece. Un rompimiento afectivo puede arruinar la vida de un joven, si no llega a entender que no es el fin del mundo, que seguramente vendrán otros, que el alma se va fortaleciendo con los dolores y el tránsito hacia la vejez no es otra cosa que acostumbrarse a sobrellevar las durezas de la vida con dignidad, aprendiendo de cada enseñanza para ser mejor.
Cuando se tienen 17 y la conciencia manda a comprometer la vida en defensa del otro, es una decisión que no encuentra límites, que se vuelve temeraria, que supedita todo al cumplimiento del mandato ético que no admite cortapisas. Quien tiene 17, como diría Andrés Eloy Blanco, tiene todavía el sabor de la leche de su madre en los labios, es un niño grande al que uno cargaría si pudiera y sentaría aun en las rodillas a jugar al caballito, si se dejara, pero no se deja porque se sienten gigantes y se sienten porque verdaderamente lo son de cuerpo y de alma.
Un niño no debe morir, porque cuando un niño muere, una parte de la eternidad se desvanece irremediablemente sin que siquiera se nos sea permitido vislumbrarla. Cuando un niño grande de 17 es asesinado, nuestra confianza en el destino humano se ve defraudada y todos los siglos de conquistas civilizatorias parecen estériles e ilusorios.
Algo en la conciencia nacional debería detener el asesinato de nuestra juventud. Una recóndita expresión de amor debería quedar en quienes nos conducen al matadero y seguramente alguna vez soñaron el bien para sus compatriotas. Quien tiene 17 años no ha conocido otra Venezuela, creció en este despropósito y sin embargo, su alma ansía lo diferente, barrunta la democracia que no ha vivido porque fue amamantado por un corazón que conoció la libertad.
En nombre de las cosas buenas que podemos evocar unos y otros, de las luchas históricas de tantas generaciones, en nombre de los sueños de felicidad del Libertador para su pueblo y del valor supremo de la vida, debemos exigir con contundencia que se detenga el vil asesinato del divino tesoro que representa nuestra juventud.
No podemos degradarnos tanto. Ya basta.
Fuente: Tal Cual digital