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Rómulo Betancourt fue el único político venezolano, y muy posiblemente latinoamericano y mundial, qu


Entrevista a Antonio Sánchez García

Cortesía de LA RAZÓN, CARACAS, 27 DE AGOSTO DE 2017. LA GUERRA DE RÓMULO BETANCOURT CONTRA FIDEL CASTRO

Por Enrique Meléndez

¿Cómo ve usted las amenazas de Donald Trump?

Trump es un bravucón. De manera que tomo esas amenazas como lo que son. Amenazas mediáticas; trasmitidas por twitter. Así represente de hecho una voluntad de enfrentamiento con la dictadura de Nicolás Maduro. Lo que a mí sí me parece importante es que luego las haya manifestado contando con el respaldo de Rex Tillersson y del Pentágono.

-Es muy importante destacarlo porque aquí hubo quienes insistieron en ver una doble política del gobierno frente a Venezuela: por una parte, la de Trump que plantea un enfrentamiento frontal contra la dictadura; por otra parte, la del Departamento de Estado que sería más bien conciliadora. Pues se ve que esa declaración, dada en presencia de Tillersson, demuestra una unanimidad de propósitos. Los EEUU han reconocido en la dictadura, yo diría castro comunista venezolana, y más que una dictadura, una satrapía, una colonia de Cuba, el inmenso peligro que representa para la región. Puesto que se trata de un gobierno forajido y narcoterrorista.

-Es lo que destacan todos los analistas políticos norteamericanos: la presencia de Hezbollah, la presencia del ISIS y, al mismo tiempo, el poder de importantísimos grupos narcotraficantes en el seno del gobierno de Nicolás Maduro. De manera que se trata de una amenaza real para la región y para el hemisferio.

Ahora bien, me interese destacar más que la amenaza de Trump, la respuesta unánime de todos los gobiernos de América Latina que, en lugar de analizar la presencia concreta, real y no la amenaza sino la dominación de Venezuela por Cuba, desatienden, por decir lo menos, la presencia de miles de soldados y funcionarios cubanos en el control material político, ideológico del gobierno venezolano por la tiranía cubana.

¿Cómo explicar el hecho, incluso, de que muchos analistas venezolanos hablan del imperialismo norteamericano y, no obstante obvian la presencia cubana?

Porque están entrampados, como todos los latinoamericanos, en esa vieja consigna que proclamaba a los cuatro vientos “Cuba sí, Yankees no”; que visto desde esta perspectiva, tras sesenta años de haber sido formulada, significa que los cubanos sí pueden intervenir, directa o indirectamente, sobre todos los gobiernos de América Latina, como si fuera un feudo del castrismo, que interviene o intenta dominarlo a través del Foro de Sao Paulo, para decidir el futuro de la región e imponer un sistema castrocomunista en América Latina ante la pasividad y la anuencia incluso de los sectores de la derecha latinoamericana. Pero los estadounidenses no tienen derecho a poner un dedo sobre la región. El resultado es trágico: la espantosa devastación de Venezuela por parte de Cuba ante el silencio y la complicidad real del hemisferio; mientras los EEUU abren sus puertas a los venezolanos que se ven obligados a huir de esta pesadilla.

Revisando papeles del legado de Rómulo Betancourt, Alfredo Coronil Hartman, su hijo político, ha encontrado unas opiniones expresadas por Rómulo Betancourt en 1972, en las que el fallecido ex presidente señalaba el inmenso peligro que significa para el área del Caribe, en primer lugar, pero también para América Latina, el imperialismo cubano; el afán injerencista de los cubanos, señalando que era necesario organizar un ejército multinacional de países amenazados por Cuba, para hacerle la guerra a Castro sobre el terreno. Recordando que una cosa es atacar países inermes y otra cosa es pretender apoderarse de países armados. Escribió de su puño y letra: “Lo que sí quiero decir lo diré aún más claro. Si el régimen de Castro continúa en su política de agresión a Venezuela y otros países del Caribe, llegará el momento en que los gobiernos de esos países concierten una acción conjunta de sus fuerzas de aire, mar y tierra para hacerle la guerra a Fidel Castro, a sus 300 mil milicianos y a sus asesores militares soviéticos.”

Digamos que la propuesta de Trump de abrir la posibilidad de emplear la fuerza para derrotar a la dictadura castrocomunista cubana que oprime a Venezuela, de alguna u otra forma, retrotrae a una idea muy trascendente que tuvo Rómulo Betancourt hace 45 años: hacerle la guerra a Cuba, así como quisieron hacerlo Sucre y el propio Libertador cuando veían que esa isla, que no tuvo la más mínima participación en el proceso independentista, seguía siendo la plataforma privilegiada del imperialismo español. Ante lo cual dijo Sucre: si es necesario deberemos invadir Cuba, y quitársela a los españoles, para incorporarla a los países independizados, libres de la América Latina. Y si eso no fuera suficiente, debemos prepararnos para invadir España.

Esa es la profunda diferencia entre Bolívar y Sucre, que hubieran querido invadir, aplastar y liquidar la presencia española en Cuba, y este régimen, que se reclama de Simón Bolívar, pero se ha entregado de rodillas a una tiranía, como la cubana, permitiendo la devastación de nuestra patria.

Hasta ahora ha sido calificada de torpe la diplomacia estadounidense en la América Latina, ¿cómo enjuicia usted la gira que ha hecho Pence, vicepresidente de EEUU, por algunos de los países de la región?

-La gira de Pence demuestra el enorme interés que ha despertado para el gobierno actual de los EEUU la situación de América Latina. Algo que no mostraron ni Clinton ni muchísimo menos, Barak Obama. Se han interesado la Casa Blanca y el Departamento de Estado por consultar las opiniones de los distintos gobiernos de América Latina en función de conjugar una política común, colectiva de las democracias de la región que permita resolver esta crisis gravísima; que para el gobierno de EEUU de hoy es tan grave, como la del Medio Oriente.

De torpe no tiene nada más que los términos poco diplomáticos, que afectan y duelen a algunos opinadores, que al parecer, prefieren esa colonización salvaje y devastadora pero discreta, silenciosa, oculta, solapada de los cubanos. Y te quiero decir lo siguiente: los diplomáticos cubanos sostienen con todo descaro que no tienen nada que ver con lo que pasa en Venezuela. Se lo han dicho a amigos míos de los distintos partidos de la MUD, que se han entrevistado con ellos; quienes cuando escuchan el tema dicen: “pero, por qué nosotros, si no tenemos nada que ver con Venezuela”.

-Lo mismo le dijo el Papa a Parolín, su Secretario de Estado; quien tiene una posición mucho más frontal que Bergoglio, respecto del caso cubano y respecto del caso venezolano. Que no se metiera con Cuba, que los cubanos no tenían nada que ver con lo que pasa en Venezuela. Es decir, hay manifiestamente una situación esquizofrénica de los gobiernos de la región y del Vaticano, que se niegan a reconocer que Venezuela le regala 5 mil millones de dólares al año y 100 mil barriles de petróleo diario a los cubanos; que los cubanos controlan hasta la identidad y el derecho a tener una cédula de identidad y un pasaporte a los venezolanos; así como las notarías y todos los instrumentos del poder, en primer lugar el control de sus fuerzas armadas. Que manejan Pdvsa y todas las relaciones internacionales, y deciden lo que se hace o no se hace en Venezuela; como, por ejemplo, la convocatoria perversa y, completamente, anticonstitucional, a una Asamblea Constituyente y el fraude descomunal, único en la historia universal, que vivimos en 30 de julio. Son los ejes de la dictadura: las FANB y la Constituyente.

No obstante arman un tremendo escándalo cuando Trump dice que hay que considerar también la fórmula militar entre otras fórmulas de solución de esta crisis, que debe ser resuelta con urgencia. Me recuerdan la pusilanimidad de los apaciguadores frente al canibalismo hitleriano.

En consecuencia, ¿la historia le dio la razón a Rómulo Betancourt, a pesar de todos los calificativos denigrantes, que le endilgaron, precisamente, por sus posiciones antifidelistas?

Betancourt fue el único político venezolano, y muy posiblemente latinoamericano y mundial que comprendió desde el primer momento la inmensa gravedad que suponía para la estabilidad regional y hemisférica el poder de Cuba en manos de un chantajista violentista e inescrupuloso como Fidel Castro. Esa reunión que sostuvieron ambos en febrero de 1959 en Caracas, le aclaró a Betancourt la perspectiva para Venezuela y la región contando con ese gánster, con ese aventurero que acababa de hacerse del poder absoluto y total en una isla del Caribe, de inmensa importancia geoestratégica dada su proximidad con La Florida. Y su disposición, como quedó claro durante la crisis de los misiles en 1962, de lanzar incluso un ataque nuclear contra los Estados Unidos. Así el resultado fuera el hundimiento de la isla. Copiaba al dedillo la visión apocalíptica de Hitler, quien afirmara que preferiría la desaparición de Alemania si los alemanes no se mostraban a la altura de sus ambiciones.

Se negó a regalarle petróleo, porque ni era suyo ni tenía porqué hacerlo, y se negó de plano a entrar en una alianza antinorteamericana, que a Rómulo no le parecía en absoluto conveniente a los intereses de América Latina. Desde ese momento asumió una política de enfrentamiento con Castro derrotándolo en todos los frentes.

-En el frente político, en primer lugar, cuando enfrentándose al boicot propiciado por Castro, el Partido Comunista y el MIR en el año 1962 logró una participación electoral de más de 90% de los venezolanos. No hubo boicot ni hubo abstención. Hubo un respaldo masivo a las posiciones democráticas y republicanas de Rómulo Betancourt. En segundo lugar, diplomático, cuando en el encuentro de Punta del Este, terminó por marginar a Cuba de la comunidad de naciones latinoamericanas, estableciendo la doctrina que lleva su nombre y vetaba toda relación de las democracias latinoamericanas con cualquier régimen dictatorial, del partido y color que fuera; y, en tercer lugar, y lo que más le dolió a Fidel Castro, en el terreno militar cuando él y Raúl Leoni vencieran sobre los campos de la guerra de guerrillas en todos sus frentes a sus mejores generales. Como Arnaldo Ochoa Sánchez, Raúl Menéndez Tomassevich, Ulises Rosales del Toro y otros.

– Todo el mundo, por cierto, destaca y mistifica “la hazaña del Che Guevara” en Bolivia; cuando ese frente era una condena al fracaso. Fidel Castro puso toda la carne en el asador de Venezuela, porque sabía que con el petróleo venezolano conquistaba a América Latina, y conquistando a América Latina, podía vencer a los norteamericanos, su propósito vital. En Bolivia lo único que hizo fue liberarse del estorbo que le representaba el Che Guevara frente a la Unión Soviética dado su talante trotskista, incluso maoísta y antireformista. Sobre todo anti soviético del Che

Pero el verdadero interés de Fidel Castro estuvo siempre en Venezuela, donde fue derrotado por Rómulo y por quienes le siguieron, con todos los hierros. Al frente de unas fuerzas armadas que no estaban entregadas a tartufos, traidores, corruptos y narcotraficantes. Unas fuerzas armadas auténticamente patrióticas. Hoy desaparecidas del mapa venezolano, corrompidas hasta la médula de sus huesos bajo el maquiavélico influjo de Fidel Castro.

-De manera que más razón que la que ha tenido Betancourt imposible. Y más equivocación que la que hemos tenido quienes entonces odiábamos a Betancourt, también imposible. Y debo recordarte que lo ha dicho recientemente Mario Vargas Llosa, quien ha reconocido que Betancourt tenía una inmensa razón, y que ninguna teníamos quienes lo considerábamos un demonio.

-Rómulo Betancourt ha sido el político más brillante que ha tenido Venezuela en toda su historia, y se echa de menos hoy, cuando unos tartufos, prestos a traicionar a sus antecesores por ambicionar la presidencia, desconocen su verdadero legado. Y su amor patrio. El verdadero legado de Betancourt se condensó en tres elementos: primero, salir de Pérez Jiménez por las buenas o por las malas, como se lo escribió a Carlos Andrés Pérez y a Pérez Dupuy en mayo de 1957; segundo, implantar la democracia liberal en Venezuela: y tercero, que es la que te estoy revelando en exclusividad: la disposición consignada en sus escritos inéditos de 1972 a organizar un ejército multinacional para enfrentarse a la tiranía cubana armas en mano. La muerte dejó trunca esa disposición patriótica y nacionalista. Para desgracia de la región.

¿Qué le parece a usted la actitud opositora de la MUD?

-La MUD representa una unidad ficticia, carente de todo contenido doctrinal y de otros propósitos que no sean los de enfrentarse al régimen, si bien única y exclusivamente en el plano electoral. Pero, por sobre todo, carece de una visión estratégica. Los partidos que controlan la MUD, prácticamente sin exclusión, se han negado a reconocer el carácter dictatorial, proto totalitario del régimen dominante, e insisten en creer que el de Chávez antes y el de Maduro ahora no han sido más que malos gobiernos. Perfectamente derrotables electoralmente. Eso en primer lugar.

-En segundo lugar, su dirigencia carece de una concepción del Estado; carece de un conocimiento de la naturaleza, no sólo de todo Estado, sino en particular de este Estado dictatorial y por eso creen que el Estado y la nación como tal son la mera conjunción de trozos, de pedazos, una especie de puzle carente de cerebro y cohesión internal. Creen que el Estado es la sumatoria de pedazos, y que si uno tiene esos pedazos, y los conquista, tienes el Estado. No saben que el Estado es infinitamente más que la mecánica y aritmética sumatoria de sus partes.

-El Estado es, como diría Hegel, el espíritu de una nación. El Estado es la esencia de una República y, por lo tanto, lo que hoy está en crisis en Venezuela no son pedazos, es el corazón mismo de nuestra República. Conquistando el control formal de sus pedazos, tú no conquistas el corazón. Cuando tú le cortas una pierna a un cuerpo, no por eso tienes el cuerpo. La esencia de un cuerpo es el corazón y el cerebro, y el corazón y el cerebro de este estado forajido nunca han sido enfrentados por una clase política mendaz, incapaz e ignorante; pero, sobre todo, mediocre; como la que manda hoy a través de la MUD a votar con la esperanza de que conquistando esos pedazos que ellos llaman “espacios” tendrán el corazón de la República nuevamente en sus manos. No saben que así los conquistaran todos, tendrían cascarones vacíos. Un artilugio absolutamente inconstitucional como la ANC puede liquidarlos de un solo zarpazo. Apoyada en las armas. Pero los ejércitos no van a elecciones. Se los vence, se los conquista o se los quiebra. Y mientras este esperpento tiránico cuente con el respaldo irrestricto de las fuerzas armadas, ese esperpento dominará sobe la república que hace doscientos años fuera liberada por Bolívar. Todo lo demás es ignorancia, o cuento chino.

– Visto desde el punto de vista filosófico hay dos visiones enfrentadas de la crisis venezolana. La visión estructuralista, mecanicista, aritmética, de bolichero de la dirigencia de la MUD, y la visión dialéctica, hegeliana de la situación que posee el régimen dominante, seguramente, por la influencia a través de los Castro y la superestructura de la Revolución Cubana del pensamiento de Hegel y de Marx.

-La oposición cree que el Estado es la sumatoria de pedazos, y que conquistando esos pedazos, que la oposición llama “espacios” va copando la totalidad. En cambio, el régimen sabe perfectamente que para poseer un Estado, hay que poseer su esencia, su corazón, y esa esencia, ese espíritu se llama Poder. Ellos siempre han luchado por poseer el Poder, por mantenerlo y acrecentarlo. Nosotros siempre hemos luchado por los trozos de ese mecano. El Estado no es un Golem, un mecano. La República es un ente vivo, un ente con inteligencia, con cultura, con espíritu y tradición, y lo que hemos perdido en estos 18 años es, precisamente, eso: el espíritu de la República, fundada por quienes supieron que se luchaba por el poder y no por una alcaldía, por una gobernación. Es la esencia de nuestra tragedia.

IZQUIERDA MUNDIAL SALE EN DEFENSA DE RÉGIMEN VENEZOLANO

Elizabeth Burgos

Un coro de voces ha salido en Francia y Estados Unidos en defensa del régimen venezolano, víctima del “fascismo” y de la “derecha”. Sus argumentos y finalmente, los comentarios que merecieron hasta en medios otrora “chavistas”, desnudaron pecados viejos de décadas, que nunca fueron enmendados.

Venezuela se ha convertido en noticia diaria y de primera plana en los medios internacionales. Para los voceros de las corrientes afines al marxismo y a la izquierda radical, Venezuela los ha obligado a tomar posición y a responder a las fotografías que diariamente publican los periódicos y los reportajes de televisión que muestran la innegable violencia de las fuerzas represivas contra los manifestantes.

Tras la historia de masacres, campos de concentración, invasiones realizadas bajo el totalitarismo soviético, se hubiese esperado un cambio de discurso de parte de la izquierda marxista, que dice haberse enmendado y hoy comulga con la democracia. No ha habido tal enmienda.

El conflicto venezolano ha revelado la permanencia del núcleo totalitario. Lo demuestra el empleo del viejo discurso que los partidos comunistas empleaban cuando en Budapest en 1956, y en Praga en 1968, justificaban la invasión del ejército soviético para sofocar la insurrección de la población hastiada de la dictadura comunista. Según el discurso de los Partidos Comunistas, el ejército soviético intervino para salvar a Hungría y a Checoeslovaquia del “fascismo” y del “imperialismo”.

De igual manera justifican los asesinatos de la GNB en Venezuela, porque Maduro lucha “contra el fascismo”. De igual manera justificarán la invasión del ejército cubano a Venezuela, en caso de producirse la misma situación, lo que no está descartado, si nos atenemos a las recientes declaraciones del ministro cubano de relaciones exteriores.

Es como para no creerlo, que hoy pese a las posibilidades inmensas de información, las tendencias políticas afines al marxismo saquen del desván de los trastos viejos, los mismos argumentos del siglo pasado, lo cual demuestra que su caso es incurable.

Quizás se comprenda, y hasta se pueda admitir, que estos grupos, que manifiestamente han sido también favorecidos por la “generosidad” de la petropolítica chavista, compartan el elemento populista distributivo del chavismo y lo manifiesten con argumentos válidos.

Lo sorprendente, es el uso de los viejos argumentos. Con ello denotan la aceptación de totalitarismos si estos se dicen socialistas, además de que la idea del “buen salvaje” sigue vigente.

Según esa visión, los militares latinoamericanos son incapaces de perpetrar golpes de Estado, porque forzosamente, son manipulados por el “imperialismo” norteamericano. Y si gobiernos como el de Nicolás Maduro reprimen, no es porque sectores del país tengan aspiraciones democráticas, al igual que en cualquier otra parte del mundo, sino que el régimen les sale en contra, en defensa de los pobres. Y los sectores, que aun siendo mayoritarios manifiestan su repudio contra el régimen, según ellos “socialista” (la palabra “comunista” se evita), son fascistas de “la derecha”. Llegan al extremo, de otorgarle una connotación racista a las manifestaciones.

En Francia, un entrevistado en la radio de la Izquierda Insumisa, declaraba hace poco, que los manifestantes linchaban y quemaban vivos a individuos negros, por el hecho de ser negros.

Todos los instrumentos de propaganda y de versiones sesgadas han sido puestos en acción en la defensa del “camarada” Maduro y su régimen, víctimas de “la extrema derecha fascista y del imperialismo norteamericano y del gran capital”.

El Partido Comunista Francés publicó todo un reportaje destinado a mostrar las “hordas fascistas” que se han abatido sobre el “pueblo” venezolano y apoya sin condición la constituyente, que, según ese órgano, es el “único” medio para instaurar la paz. Poco le importa si ésta fue producto de un baño de sangre como lo apuntó el diario Le Figaro y si su “elección” ha sido absolutamente fraudulenta.

Pero no sólo son los comunistas, también miembros del Partido socialista ponen su granito de arena en apoyo al régimen, hablan de la “insurrección de la extrema derecha.” Otros, que se dicen “especialistas”, por lo que se supone deben aparentar cierta objetividad, equiparan “la violencia del gobierno, con la violencia de la oposición”. El nivel de deshonestidad intelectual no merece ser demostrado.

Jean Luc Melenchon, líder y diputado de ese grupo político, cuyo tema de campaña fue la denuncia de la falta de democracia en Francia (sic), por lo que aboga por una constituyente que modifique la Constitución e instaure una VI República, inspirándose de Hugo Chávez, como el mismo lo ha declarado al ser cuestionado en la Asamblea Nacional por su apoyo incondicional al régimen de Maduro al no denunciar los asesinatos de manifestantes y las violaciones flagrantes a los Derechos Humanos, sobre la cárcel de Leopoldo López, contestó sin sonrojarse, que el gobierno se había visto obligado a llevarlo de nuevo a la cárcel porque había acumulado armas y explosivos durante su arresto domiciliario. En cuanto a los muertos, se trataba de víctimas de la violencia fascista/capitalista, opuesta al bienestar de los pobres.

Melenchon nunca ha hecho alusión al avión de Air France procedente de Maiquetía que llegó a París llevando a bordo varias toneladas de droga. Tampoco, menciona la enorme corrupción del régimen.

La izquierda estadounidense no se queda atrás. Ya circulan manifiestos de solidaridad con el régimen venezolano que ostentan la firma de connotadas personalidades de izquierda de ese país, junto a latinoamericanas que practican la política del “corectness” según las rigurosas normas de las universidades del “imperio”, a las que a menudo son invitados para que cumplan con su papel de “buen salvaje” y así gozar de la condescendencia de los mandarines de esas academias.

La izquierda estadounidense calla la existencia de los narco sobrinos; sin embargo, presentes en su propio territorio. Calla la existencia de la fabulosa corrupción. Calla los asesinatos de jóvenes y estudiantes.

Pese al monopolio de opinión que ejercen esas corrientes para las que hay dictaduras y totalitarismos buenos, se han levantado algunos artículos de Nick Cohen publicados en el diario británico The Guardian, periódico que siempre ha publicado opiniones favorables al chavismo, fustiga el “turismo radical” que ha concurrido en los últimos años a Venezuela y que el autor no diferencia del “turismo sexual”.

Según Nick Cohen, en ambos casos, “los habitantes del mundo rico van hacia los pobres en búsqueda de excitación que ya no pueden encontrar en sus países”. En el plano sexual, no merece detenerse en lo obvio. Las chicas que se venden lo hacen para divertirse y pasar un buen momento, no como las europeas, para quienes se trata de un intercambio comercial y no les encuentran mucho sabor a los europeos. Además de sentirse humillados por el feminismo de las europeas. La docilidad de las asiáticas, les hace revivir el machismo frustrado.

En el plano político, según al autor, las fantasías radicales y las esperanzas de insurgencia del proletariado, al nunca ser realizadas, la Venezuela chavista les ha procurado el equivalente de Pattaya Beach, el mayor burdel del sureste asiático.

Estrellas de Hollywood, líderes del Labour Party, de los indignados españoles y cualquier intelectual de izquierda como Noam Chomsky, o John Pilger, todos han acudido a las delicias exóticas que les brinda ese país Caribe. Venezuela les ha excitado las zonas más erógenas de su sensibilidad: su antiimperialismo americano.

Para los turistas de la izquierda radical, los pobres de los países exóticos no quieren las garantías democráticas de las que los turistas gozan en sus países. Ante la pregunta de una periodista a un connotado dirigente del grupo “Attac” de extrema izquierda muy en boga en una época, acerca de si él deseaba para Francia un régimen que no respetara en su integridad las normas de la Democracia, como evidentemente lo hacía el régimen venezolano, el entrevistado respondió, que Francia no era comparable a un país tropical.

De la izquierda crítica, cabe resaltar un artículo publicado en el blog del analista francés, radicado en Ecuador, Saintupery en el portal Mediapart, identificado con el chavismo disidente, que no duda en tildar al régimen de Maduro de “Néodictadura”. Para este autor existe una izquierda venezolana opuesta “a la tendencia autoritaria mafiosa de Nicolás Maduro y del movimiento bolivariano, la farsa electoral de la asamblea constituyente, “marca un límite”. Se trata de “un reto político y moral mayor para el conjunto de la izquierda radical en Francia y en el mundo”.

El texto de Saintupery, es la toma de posición más radical proveniente de la izquierda por lo que merece citar un párrafo particularmente esclarecedor: “ (…) “la debacle venezolana (…) es la catástrofe ideológica las más terrible del comienzo del siglo XXI para la izquierda regional y mundial.

A cien años de octubre 1917, una banda de delincuentes sin fe ni ley pretendiéndose “socialistas”, teniendo como horizonte su sobrevivencia en el poder y de sus tráficos inmundos (cifrados en centenas de millardos de dólares “evaporados”) está instalando una dictadura del garrote y del hambre sobre un pueblo de 31,5 millones de habitantes, y una buena parte de la izquierda radical aplaude, tergiversa o calla. Eso no le será fácilmente perdonado”.

“No dudemos, lo peor está aún por venir. La hora ha llegado de la solidaridad sin reservas con la resistencia del pueblo venezolano frente a la “neodictadura del siglo XXI”.

El periodo histórico que surgió en Venezuela a partir de 1998, como todo hecho histórico, se proyecta más allá de sus fronteras, y así lo estamos viendo hoy. Venezuela es materia de debate a nivel mundial.

Tomado de Revista ZETA Agosto 25, 2017

Enrique Meléndez: La nueva oligarquía

En el fondo se ve como una comedia de payasos; como decir, una opereta esta constituyente cubana. Toda una fauna de tipos que la conforman; desde los cazadores de renta, como los llaman los economistas, hasta el jefe del consejo comunal del último confín de Venezuela; eso sí, encargado de la distribución de las bolsas CLAP en su localidad; es decir, allí está la representación de la nueva oligarquía venezolana.

No digo burguesía; porque la burguesía es industriosa. Esta gente no ha buscado, sino la manera acomodaticia de vivir de la renta del Estado; que en este caso es petrolera; puesto que el 97% de los ingresos, que tiene el país, proviene de la factura petrolera; habiendo esta gente destruido todo el aparato productivo del país.

Es decir, allí están los ricos de espíritu, como diría Jesús, la viveza criolla; puesta a la disposición de sus intereses; el partido de los inconformes, y que arrastran ese complejo de minoría de edad; de culpable incapacidad, como diría Kant, en el sentido de que se consideran ineptos, para desarrollar su espíritu industrioso, y lucrarse, gracias a su trabajo creativo y productivo; sólo que pretenden hacerse ricos por la vía del parasitismo: lo que se conoce como la riqueza fácil, y que es lo que precisamente ellos denuncian, que era la burguesía venezolana.

Porque ese fue el cliché que se sembró en la conciencia del criollo; a partir de lo que se conoció como el proteccionismo; que conllevó a un desarrollo industrial, de donde salía una manufactura de baja calidad, y de lo cual venía aquello de que cuando uno iba a comprar determinado producto, le preguntaban si lo quería nacional o importado; por supuesto, el importado era diez veces más caro que el nacional; precisamente, por los altos aranceles, que tenía que pagar, para entrar el producto al país, y junto a este proteccionismo, existía lo que se conocía como el estímulo a la producción, a través de programas de subsidios y de créditos a los sectores industriales y agrícolas; créditos que muchas veces no se cancelaban:

Famoso, en ese sentido, el Banco Industrial de Venezuela; que varias veces fue recapitalizado, a propósito de varias quiebras que presentó, y que sobrevivió, no obstante, hasta hace poco. El hecho es que esta burguesía, que se benefició de esta política; del compre venezolano, y que se auspició desde la propia dictadura de Marcos Pérez Jiménez, a propósito de esta situación, se ganó esta mala fama; aun cuando, en tiempos del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, se inició lo que se conoció como el proceso de reconversión industrial, y mediante el cual todos estos vicios de parasitismo; ligados a hechos de corrupción en dicho sector se buscaron superar; mediante lo que se conoció como la competencia empresarial; que implicaba una mejora en la calidad de la producción, y que se llevó a cabo a medias, a propósito del rechazo que tuvo esta política, precisamente, en aquellos sectores que se sentían afectados por la misma, y que fue lo que llevó al traste a ese gobierno de Pérez; más que “El Caracazo”, como dicen algunos, o los propios intentos de golpe militar que del año 1992.

De todas formas, hubo un desarrollo industrial, que se vio traducido en la instalación de unas doce mil industrias en plena operatividad; que existían para la llegada de Chávez al poder, y donde se daban sinergias, como la que si vio entre la Corporación Venezolana de Guayana y la industria manufacturera, sobre todo, de la zona norte del país; aquélla suministraba la materia prima, y la industria manufacturera la procesaba; lo que explica el hecho de que cualquiera podía equipar su casa con productos baratos; fabricados o ensamblados en Venezuela, y no como ahora; que cada uno de los enseres de cocina, por ejemplo, pasa del millón de bolívares; que es lo que mide el empobrecimiento del hogar venezolano. De esas doce mil industrias, apenas quedan operativas para el día de hoy unas cuatro mil, y las que no dejan de estar amenazadas por las políticas erráticas de este gobierno.

Incluso, en esa fauna, que yo digo que está presente en esta constituyente cubana, no deja de figurar el presidente de alguna de esas empresas, que Chávez expropió o nacionalizó; una empresa que está en la ruina, con una nómina de cinco trabajadores, a la que ha quedado reducida, y que depende ahora del Estado; como sucedía en aquella época de la llamada sustitución de importaciones; que, por supuesto, era la gran idea de Chávez en estas circunstancias; como no deja de estar allí el tipejo que participa de esas operaciones financieras fraudulentas, que lleva a cabo el gobierno con las firmas financieras internacionales, a espaldas del país, en su afán de buscardinero a toda costa, y que representan pérdidas patrimoniales; sólo que estamos ante una oligarquía que no le importa vender al país, si es posible, sólo para seguir llenándose los bolsillos.

Obsérvese que a nivel internacional se ha conformado otro eje, que apoya la política anticonstitucional de Nicolás Maduro, a partir de episodios fraudulentos, como esta constituyente; que tiene carácter de terror, sobre todo, a partir de las decisiones arbitrarias y apresuradas, que viene haciendo; frente al otro eje, que reclama el respeto al orden constitucional, y esto porque a partir de este proceso constituyente hay demasiados intereses foráneos también en juego, y los que no dejan de tampoco de figurar en la representación de esta fauna; una opereta, como decía al comienzo, donde lo que se oye es la resurrección de ese lenguaje desfasado de la izquierda de las décadas de los sesenta y de los setenta; a través de manejos de conceptos como el del imperialismo yankee; mientras el señor Donald Trump les hace el favor de ponerle leña a ese lenguaje; con amenazas militaristas, como el que acaba de manifestar, cuando ha dicho que no descarta la opción armada para Venezuela.

melendezo.enrique@yahoo.com

Hugo Carvajal: “ANC: más leña a la candela”

“Estamos en un conflicto demasiado peligroso”

por Mónica Duarte

“Inicialmente dijeron que ese iba a ser un espacio para el diálogo”, afirma el exdirector de inteligencia militar del gobierno de Chávez

Mónica Duarte

Hugo Carvajal, diputado y general retirado del Ejército, es una voz más dentro del chavismo que se suma al rechazo hacia la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). A pesar de que no desligarse de Nicolás Maduro, el mayor general retirado y actual diputado oficialista de la Asamblea Nacional es enfático al afirmar que esta instancia “no resolverá los problemas del país”.

“El Pollo” Carvajal, como también se le conoce, no fue a votar el domingo 30 de julio y tampoco cree que los números de los resultados electorales sean lo más importante. “Hay mucha gente que se ha manifestado al respecto, en el futuro se verá que pasa con eso. Por ahora, hay que seguir explorando mecanismos para solucionar el problema que tenemos”. Para Carvajal, ese problema va desde lo económico, con la falta de comida y medicinas, hasta el odio y rabia que se manifiestan en las calles.

Durante sus diez años (2004-2014) como jefe de inteligencia nacional dirigió diferentes organismos de investigación penal y contrainteligencia militar. De esos días no puede hablar mucho pero sí recuerda algunos episodios en los que investigó nexos de militares con el tráfico de drogas, aunque “ninguno grave”, asegura.

Su último cargo como miembro del Ejecutivo fue el de Cónsul de Venezuela en Aruba, funciones que nunca pudo ejercer porque fue detenido durante tres días por autoridades de la isla que cumplían con una solicitud de extradición de Estados Unidos. Carvajal forma parte de un primer grupo sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en 2008 por presuntas vinculaciones con narcotráfico y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).

“Estamos en un momento conflictivo, con posiciones encontradas, con una violencia muy marcada”

¿Cree que la Constituyente es una instancia para solucionar el conflicto político venezolano?

—Yo he venido a analizando todos los incidentes, si se les puede llamar así, de lo que ha pasado, y estoy seguro de que los problemas del país no se habrán resuelto con la Asamblea Constituyente. Estamos en un punto donde hay una cantidad considerable de muertos, de heridos, daños a propiedades, detenidos, heridas que son difíciles de curar, pero no imposibles, y vamos a tener que retomar lo que no se ha querido hacer: buscar la manera de que los dirigentes políticos, tanto del Gobierno como de la oposición, se sienten. Deben poner algo creíble sobre la mesa, porque ya eso parece palabra muerta, dicen “vamos a dialogar” y hasta ahí. Y por otro lado, yo le hago un llamado a la oposición a que se organicen, si no tienen la posibilidad de ir unidos como estaban para afrontar las elecciones pasadas, que se renueven y retomen el espacio que deben tener en la vida política del país, y eso va a ayudar en que va a haber una cara con quien hablar.

Usted ha mencionado que en un primer momento le gustó la idea de una Asamblea Constituyente como un espacio de encuentro…

—Inicialmente dijeron que ese iba a ser un espacio para el diálogo. A mí me llamó poderosamente la atención, por supuesto, y me gustó esa idea. Pero después que pasa el tiempo y veo que la oposición no estaba participando uno se pregunta ¿con quién vamos a dialogar? Creo que activar eso desde un solo sector de la población es echarle más leña a la candela.

¿Fue un error para la oposición no participar de la ANC?

—Si te pones a analizar, en las elecciones de 2012 la oposición sacó una cantidad de votos considerable, muy cerquita del presidente Chávez. En 2013 también tuvieron muchos votos y en 2015 todos sabemos lo que pasó. Entonces, eso es lo que yo llamo no querer hacer las cosas, porque teniendo esa ventaja pareciera que se conformaran con llevarle la contraria a todo. Y eso hablando de los dos lados, no solo de la oposición. Hubiese sido bueno una elección donde concursaran los dos grupos más importante del país.

Y como instancia para redactar una nueva Constitución, ¿cómo ve la ANC? ¿Considera que el país necesita una nueva Carta Magna?

—Yo creo que no hacía falta. Estamos en un momento conflictivo, teniendo posiciones encontradas, donde hay una violencia muy marcada de por medio. Mientras el país no esté tranquilo era inconveniente hacer cualquier tipo de actividad política de envergadura como es el caso de esa elección.

“Deben poner algo creíble sobre la mesa, porque ya el diálogo parece palabra muerta”

“SE PERDIÓ EL MIEDO”

¿Cómo evalúa las protestas opositoras? ¿Han cambiado algo en el país?

—Esa es la forma de protestar de la oposición. Desde hace más de cien días lo están haciendo por focos, y yo diría que es una especie de metodología, porque pasó en 2013, 2014 y 2015. Tú no ves grandes concentraciones de la oposición al hacer manifestaciones, ni siquiera en momentos de campaña, pero ahí están los votantes de ellos.

También dije hace poco, y me lo criticaron, que me llamaba poderosamente la atención el grado de rabia y odio que se ve en la gente que está protestando. Y otra cosa, más importante todavía y digno de analizar también, que es lo espontáneo de la gente que sale a protestar. Uno no ve a líderes haciendo llamados, ni a líderes en cada sector del país dando la cara con una agenda establecida, pero ahí está la gente protestando.

¿Y cómo ve la respuesta desde la represión y control del orden público?

—Efectivamente ha habido ciertos excesos en el manejo del control de los manifestantes. Se habla de violación de derechos humanos, y yo me deslindo y las condeno totalmente. Pero no hay que generalizarlo, pues son varios organismos que están actuando. Lo que sí estoy seguro es que eso alguien tiene que pagarlo, la justicia debe castigar a los responsables.

También ha dicho que estamos en puertas de una guerra civil. ¿Por qué menciona esto?

—Porque hemos visto, y lo sostengo, que estamos en un conflicto que ha venido escalando y estamos en un punto que es demasiado peligroso, que no se va a solucionar con la ANC. Hay muertos, heridos, muchas gente sentida de lado y lado a la que le han violado sus propiedades, sus derechos al libre tránsito, sus derechos a tantas cosas. Me preocupa esa espontaneidad de la gente para ir a las protestas, que se perdió el miedo a pesar de que hay muchos muertos. Eso es preocupante porque de allí a una guerra civil no hay nada. Un solo evento puede desencadenar eso.

¿Cuándo puede ser ese evento?

—Ese evento no tiene fecha, puede ser cualquier día. La gente va perdiendo las esperanzas y eso puede ser peligroso.

¿Qué escenario ve más posible? ¿Esa guerra civil o el diálogo?

—Yo abogo por el diálogo, pero el problema continúa y está presente en todos los venezolanos.

LA REVOLUCIÓN VA A SEGUIR EXISTIENDO

¿Cómo es su relación con los grupos de chavismo crítico y posiciones despolarizadas?

—A mí primero que nada me preocupa la situación del país. Es una situación bien difícil. La población está sufriendo indistintamente de si es opositora, si es pro gobierno o si está en el centro y no tiene tendencia política, que también hay una buena masa allí, y para todos ellos hay que buscar una solución. Las ideas que tengan, estén polarizadas o no polarizadas son bienvenidas y deberían ser tomadas en cuenta. De repente los no polarizados son más objetivos a la hora de aportar soluciones, porque no están marcados por una posición radical.

¿Cómo ve el futuro de la revolución bolivariana?

—El futuro es que va a seguir existiendo una oposición y va a seguir existiendo un bloque del otro lado. He ahí el llamado a una negociación, a un diálogo sincero, donde pongamos por delante al país y se tomen todas las acciones que haya que tomar para evaluar las peticiones de la oposición y que se puedan buscar las vías necesarias para solucionar el conflicto. Yo me pongo a la orden.

RODRÍGUEZ TORRES

Usted también ha defendido al general Rodríguez Torres con su reciente persecución y señalamiento de cooperación con la CIA. ¿Cómo fue su relación de trabajo con él? ¿Lo apoyaría en una posible candidatura política?

—Mi relación con el general Rodríguez fue netamente de trabajo, tenía mucho tiempo sin saber de él hasta que me mencionaron en un artículo donde me relacionaron con él. Y yo no defendí a Rodríguez Torres, simplemente que esa información que estaban manejando allí ya yo la conocía e hice la aclaratoria. Ese informe era algo muy viejo, falso y tendencioso, se analizó en su momento y se descartó por ser falso.

¿Por qué cree que salió de nuevo esa información?

—Parte de las intrigas del poder, me imagino.

¿Cómo siente que se manejan las diferencias dentro del Gobierno?

—Darle importancia a ese tema es caer en el juego de intrigas. Yo tengo mi posición y estoy trabajando en función del país.

“La población está sufriendo indistintamente de si es opositora o si es pro gobierno”

LIMITACIONES ECONÓMICAS

¿Cómo ha sido su trabajo como diputado después del retiro de la bancada oficialista del parlamento?

—Ha sido algo difícil por la misma dinámica que implica no estar allí, ocupando ese espacio, que fue para donde el pueblo lo envió a uno. Sin embargo, yo no dejo de trabajar ni de reunirme. Siempre estoy escuchando a la gente, a los compañeros diputados, planteamos ideas y analizamos la situación que está pasando.

¿Y desde la retirada ha recibido sueldo como diputados?

—Eso está cerrado por todos lados.

¿Qué va a pasar con la Asamblea Nacional y las labores de los diputados luego de instalada la ANC?

—Yo debo seguir cumpliendo un mandato que me dio un sector de la población de Monagas que fue el que me eligió como diputado y aspiro que eso se respete y que los poderes busquen las maneras de ponerse de acuerdo, establecer las cooperaciones necesarias y de convivir en tranquilidad.

¿Participó en la campaña de Diosdado Cabello como candidato constituyente, en Monagas?

—Yo fijé una posición y sería contraproducente que yo estuviese haciendo campaña cuando tengo una responsabilidad viva como diputado. Eso es uno de los motivos principales, y obedeciendo el mandato de un pueblo no puedo estar inmiscuyéndome en otra actividad diferente.

¿Cómo evalúa la gestión de su hermana, Vilma Carvajal, como alcaldesa del municipio Cedeño en Monagas?

—Dentro de las limitaciones de ella y del resto de los alcaldes, porque que los conozco a todos, están haciendo su trabajo y los afecta grandemente la situación del país, nadie escapa de eso. La situación de un municipio, un estado o el país es prácticamente lo misma y todas se ven perjudicadas por la situación económica que nos ha tocado vivir. Esas limitaciones económicas arrastran otras cosas después, la capacidad de atender a la gente, de dar una respuesta adecuada y eso va mellando en los liderazgos de nuestros dirigentes.

Democracia en peligro

En medio de este panorama de conflicto, cuando se convocó a la ANC empezaron a parecer nuevas disidencias, está el caso especial de la fiscal general de Luisa Ortega Díaz. ¿Qué opinión le merece el juicio que se ha llevado en su contra y los señalamientos en su contra, que inclusive abarcan la insania? —Me parece de muy mal gusto expresarse de una dama así. Eso es parte de lo que estamos viviendo. Tenemos que empezar por respetarnos, respetar las opiniones y la forma de ser de cada uno, porque es el pueblo de Venezuela que está ahí. Mientras más demore esa respuesta vamos a seguir con el problema. Tú me hablas de la fiscal general de la República pero vemos muchas opiniones con el tema de este conflicto que hay entre los poderes que tampoco se respetan unos con otros. La Asamblea Nacional desconoce al ejecutivo, al CNE y al TSJ, mientras este desconoce a la Asamblea. Y todo eso es peligroso para la democracia.

EL LIBRO DE CAMERO

En 2014, la ex directora de la ONA, Mildred Camero, reveló información importante en el libro “Chavismo, narcotráfico y militarismo”. ¿Leyó el libro? ¿Qué le pareció?

—No. Quiero recordar que yo nunca tuve competencias en materia de drogas mientras me desempeñé en los trabajos de inteligencia que tuve hasta 2014 con el Gobierno. No quise perder tiempo leyendo ese libro. Cuando salió, en el momento, me dije “esta señora sí es irresponsable”. Lejos de eso, de mí se han tejido demasiadas cosas malas, un monstruo y yo. Lo que puedo decir es que esas son falsas acusaciones y tendenciosas manipulaciones para señalarme. No sé cuál es el fin último, pero eso me ha hecho mucho daño. Me mantuve mucho tiempo callado por el mismo trabajo de inteligencia que estaba haciendo, mi cargo ameritaba tener un bajo perfil. Entonces, de lo único de lo que me siento responsable es de no haber hablado antes, pero igual no podía hablar y no puedo hablar muchas cosas todavía, cosas que manejé que incumben la seguridad del Estado y son reservadas.

También Rodríguez Torres ha dicho que tiene información de funcionarios del Gobierno relacionados con el narcotráfico. ¿Tiene conocimiento de esa lista y qué podría revelar?

—No, pídansela a él y que la saque.

¿Ya comenzó las conversaciones con el Gobierno de Estados Unidos y con la Fiscalía venezolana para aclarar las acusaciones que se hacen de usted?

—Con respecto a Estados Unidos, en tres oportunidades, en diferentes años, he solicitado que me den acceso a los señalamientos que me hacen y eso se me ha negado. Más recientemente, este mismo año, estuve en la Fiscalía General de la República y a través de ellos exhorté a que pidieran información sobre mi caso, que hicieran una rogatoria a los gobiernos que me citaron, a Colombia, a Estados Unidos y que ellos me hicieran una investigación. Yo no tengo nada que ocultar ni temer, estoy abierto a lo que sea.

“No quise perder tiempo leyendo ese libro”

¿Ya comenzaron esas investigaciones?

—Eso es lento, cuesta para que den respuesta, entiendo que hay casos más del día pero igual.

Nos puede recordar ese episodio que vivió en Aruba cuando se le detuvo temporalmente por esos señalamientos de narcotráfico…

—Estamos de aniversario, ya yo me había olvidado de esa cosa. Eso pasó hace tres años, fue a todas luces un abuso de poder de los Estados Unidos, primero, y que se valió de una mala situación que estaba pasando el Gobierno de Holanda. Aruba, en colaboración de Estados Unidos, tomó esa determinación de detenerme y el final del cuento es que nunca acercaron una prueba a la Fiscalía de Aruba, eso fue determinante para que desestimaran ese procedimiento que estaban haciendo.

¿Qué le parecen las acusaciones y las sanciones que ha hecho Estados Unidos a funcionarios del Gobierno venezolano?

—Ellos no avisan, inclusive escuché a un funcionario de los Estados Unidos hablar de eso, dio los nombres y dijo que iban a investigar si esas personas tenían bienes y propiedades en los Estados Unidos. Ponen tu nombre y después investigan. Imagínate la seriedad que puede tener eso. Yo sé que eso es meramente administrativo, no tiene otro tipo de implicaciones, pero sí es una forma de ellos presionar a los demás funcionarios y a los países.

MILITARES IMPLICADOS EN DROGA

“Había uno que otro caso en el que estuviese implicado en tema de drogas funcionarios militares”, asegura Carvajal. Foto: JALH

¿Mientras estuvo activo en labores de inteligencia cómo fue la relación los organismos de inteligencia extranjeros? ¿Tenía relación con al CIA, con el G2 cubano, con el Mosad de Israel?

—Era una relación muy normal, una relación que debe existir, que existió y seguirá existiendo entre los países. Ese colaborarse en materia de inteligencia necesariamente pasa porque tú tengas relación con otros organismos.

¿Y realizó investigaciones sobre casos de corrupción?

—Indudablemente esa sí era una de mis competencias, apoyar al sistema de justicia militar en los casos de investigación que salieran en corrupción, de eso no escapa la Fuerza Armada. Había uno que otro caso en el que estuviese implicado en tema de drogas funcionarios militares y yo tenía que conocerlo, pero eso no tiene que ver con narcotráfico. Por poner un ejemplo puntual, en un momento había cinco generales detenidos por casos de corrupción, eso no se dijo en ese momento: uno por tráfico de combustible, uno por malversación de fondos, otro por desfalco en justicia miliar y así. Más reciente, hubo un episodio de un avión de la Fuerza Aérea que iba a aterrizar en La Carlota, venía tarde y tuvo que aterrizar en Maiquetía, ese avión en la noche se lo robaron de Maiquetía y al día siguiente lo conseguimos en Apure, por supuesto. Hubo ocho o 10 detenidos por ese caso, están presos todavía porque en la investigación descubrimos que estaban relacionados con narcotraficantes colombianos para robarse ese avión y traficar.

¿De ese tipo de casos es de donde han surgido las historias de “El cartel de los soles”?

—Ese es un mito, es algo muy viejo, no hay elementos que puedan decir que eso existe, es una fábula inventada para mantener en zozobra a nuestros militares.

¿Y la figura de Diosdado Cabello como supuesto narcotraficante de dónde surge?

—La figura que más utilizan es la de Leamsy Salazar, que no lo conozco, pero hizo un libro y de ahí se agarran los organismos para hacer señalamientos irresponsables. Dice, en ese libro, que Diosdado y mi persona estábamos en una playa embarcando un poco de droga. Nosotros mismos delante de toda la gente viéndolo, una manera de traficar bien interesante. Son cosas que yo desestimo también, a pesar del daño que puedan hacer, son cosas que no aguantan un análisis de ningún tipo. Si eso hubiese pasado, por lo menos una foto hubiese salido. Como él dijo que había mucha gente viendo, ¿dónde están los testigos?

“El Cartel de los Soles es un mito, es una fábula inventada para mantener en zozobra a nuestros militares”

¿Ha hecho algún tipo de denuncia sobre toda esa información que ha salido en su contra?

—No. ¿A dónde se hace una denuncia así? El principal país es Estados Unidos y ahí no hay forma que prosperen las cosas. Si no le dan respuesta a uno que lo tienen señalado, imagínate que uno vaya a denunciar algo; es muy difícil.

¿Cómo funciona el tráfico de drogas en la frontera? ¿Las Farc utilizan espacio aéreo venezolano para movlizarse?

—Como dije anteriormente, yo nunca tuve esa facultad, entonces no iba a poner el esfuerzo de mi trabajo en eso, pero me llama la atención eso del trasporte aéreo. Nosotros tenemos una desventaja que son los dos mil kilómetros de frontera con Colombia, mientras eso exista y sea Colombia el principal productor de droga del mundo, van a utilizar todos los mecanismos que estén a su alcance para sacar la droga para el consumo en Europa y Estados Unidos. Seguro que intentan por Venezuela, por Ecuador, Perú y Panamá, por todos los vecinos. Pero allá adentro es donde radica el principal problema. En Venezuela, gracias a Dios, hace años no se cultiva la droga.

¿Hacen falta esfuerzos para frenar esa relación entre la frontera y la droga?

—Allá están hasta los Estados Unidos y no han podido con eso, o no han querido, no lo sé. Pero los consumidores existen, los cultivos existen todavía y el tráfico existe en Colombia. El núcleo del problema está es allá.

¿Y cómo es la actuación de grupos irregulares, como la Fuerza Bolivariana de Liberación, en poblados fronterizos de Apure y Barinas?

—Las fronteras tienen sus problemas, con trafico de combustible, de comida, de animales, de lo que menos te imaginas. Hay grupos que viven de eso, como los paramilitares que quedaron desempleados en Colombia. Son miles de hombres que están perturbando la frontera de Venezuela.

¿Eso se investiga desde Venezuela?

—Claro, todo eso se conoce.

La confianza de Chávez

¿Cómo era su relación con el presidente Hugo Chávez?

—Lo extraño. Otras cosas no estuviesen pasando seguramente. La relación era muy buena, de trabajo, de amistad, de confianza, sobre todo de él hacia a mí. Me tenía una confianza muy grande y me defendía; públicamente lo hizo varias veces, inclusive con esos cuentos feos. Siempre estuvo pendiente de defenderlo a uno. Sabiendo quién era Hugo Chávez, para que se atreviera a hacer eso es porque sabía. Si tuviese una duda ni se le ocurre abrir la boca para defenderte.

¿Cuándo fue la última vez que lo vio?

—Precisamente con el tema de la paz en Colombia. No voy a decir la fecha, pero me habló bastante de ese tema y fue por ese motivo que lo vi. Ya estaban adelantadas las conversaciones y me pidió que ayudara en ese tema.

¿Cómo compara la presidencia de Hugo Chávez con la de Nicolás Maduro?

—Al presidente Maduro le ha tocado difícil, en el ámbito de Venezuela y regional, con los problemas que hay en el mundo. Es un hombre trabajador a quien respeto y estimo, y le tocó a él. Él tiene su estilo y Chávez tenía el suyo, no se pueden comparar.

¿Cuál fue el legado político que le dejó Hugo Chávez?

—El principal legado que yo veo es esta Constitución que está en vigencia ahorita. A mí me dejó muchas enseñanzas. Yo no me visualizaba como político, pero sentí la necesidad de hacerlo para ayudar a la gente, por los problemas que estaba viendo.

Arturo Sosa huele a azufre

Federico Ruiz Tirado

OCTUBRE 16 DE 2016, 11:09 AM

"Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma"

Según recuerdo Arturo Sosa s.j. era un presidenciable en los años ochenta. Por aquel entonces la agenda social se ataviaba con hábitos oligarcas.

Sosa es hijo de la alcurnia más encumbrada de la Urbanización Los Chorros, de Caracas, era del agrado de ciertos sectores a los que les hacía asco la guanábana adeco-copeyana. Luego con el tiempo su figura fue ensombrecida por la megalomanía de Luis Ugalde s.j., quien terminó entregándose a las relaciones carnales con el Opus Dei, específicamente encunadas en las familias -también habitantes de la Urbanización Los Chorros- que giran en torno a las bóvedas del Banco Mercantil.

En ese mismo subidón de testosterona Luis Ugalde s.j. terminó levantándole la mano a los infames Ortega y Carmona, dúo dinámico del golpismo del Siglo XXI. Del golpismo de 2002 contra el pueblo, Chávez y la Constitución. Otro cura más que no fue a La Orchila a chantajear a Chávez con la firma de una carta tan suicida como la posibilidad de lanzarlo al mar a merced de los tiburones. Y no fue no porque no quiso, sino porque le interesaba más la Santísima Trinidad del momento: Carmona Estanga, Fedecámaras y la CTV y, no faltaba más, el espíritu Santo encarnado en Orlando Urdaneta, Globovisión, Guaicaipuro Lameda y su sueño con Pdvsa, Tom y Jerry y la Mamá de María Corina.

Pero lo que sí no sufrió ocultamientos fueron las redes y conexiones de Arturo Sosa s.j. con el mundo de las finanzas trasnacionales, y su ya encumbrada ascendencia dentro de la inteligencia de la oligarquía caraqueña. Sosa siguió estrechamente relacionado con grupos de ex ministros de Carlos Andrés Pérez, asesores del Banco Mundial y el FMI, y finalmente grupo de presión mundial: capaces sólo de financiar los alaridos de María Corina Machado, poner o quitar presidentes en los Estados Unidos, o incluso llevar de la mano la carrera de un jesuita caraqueño hasta la cima de la Compañía de Jesús.

Arturo Sosa s.j. es un hombre del Imperio. En ese sentido es nombrado como vocero del antichavismo ante Dios y el Mundo. Un gambito muy similar al nombramiento de Juan Pablo II -judío polaco anticomunista- para que desde el papado dinamitara el poder de la URSS. Ya desde 2015, donde dictó una serie de conferencias a la dirigencia opositora venezolana exiliada en Bogotá, Arturo Sosa s.j. tenía un plan contra el gobierno de Nicolás Maduro. Una estrategia con dos blancos muy específicos: la masa despolitizada de la juventud venezolana, y los hábitos de consumo y necesidades básicas de los habitantes del país. ¿No se les parece extrañamente a la guerra económica?

Leamos a Arturo Sosa s.j. y pensemos en la figura de Pacificador Imperial, ese que alaba el titular de El Nacional como mensajero de la paz y el diálogo con nuestro gobierno:

"Si yo lo dijera, lo diría al revés, diría que es un sistema militar-cívico. Porque el peso de lo militar es más importante; la influencia de lo militar en cuanto a la lógica de cómo funciona el régimen, obviamente en una alianza con lo civil, demuestra una profunda vinculación a lo que es lo militar y lo que ha sido el militarismo en América Latina".

"De ahí a la dictadura hay un paso, la tendencia es para allá, pero una monarquía no siempre es dictatorial, este camino lleva más bien hacia la dictadura. Pero a eso hay que añadirle otro elemento para poner la cosa más compleja".

¿Es que no les molesta la obviedad en el Vaticano?

"La juventud venezolana hoy está más despolitizada que antes, tiene no solamente poca tradición, poco conocimiento de la tradición sino poco interés en conocerlo. Por supuesto, sensible a los problemas que tienen y sensible a la alternativa del país que no ven. Se preguntan: cómo voy a tener yo casa, cómo voy a tener familia, cómo voy a poder ejercer mi profesión".

No es la primera vez que el Vaticano es brazo pacificador del Imperio. En 1546, en plena rebelión de los Pizarro, en el Perú, Carlos V nombró al sacerdote Pedro de la Gasca como Gobernador Interino del Virreinato del Perú. La Gasca era un hombre del Imperio. "Incapaz de visitar sus dominios, el emperador había enviado su sombra", dice William Ospina al describir el viaje del sacerdote a Las Indias.

Para restablecer la paz y el sometimiento a la Corona, La Gasca usó un inusual método: la elocuencia. Prometió diálogo para enfrentar a las partes, y forjar una nueva correlación política en el Perú. Tejiendo una fabulosa red de correspondencia entre capitanes generales, virreyes y encomenderos logró poner aliados unos contra otros, y sumar fuerzas para aplastar a Pizarro. Sin él empuñar una espada y ganándose para la crónica el pantanoso título de Pacificador.

El saldo de aquella pacificación fue el expolio de los recursos de Perú y Bolivia para engordar las arcas de Europa que pensaba en su revolución mercantilista y pre-industrial, a cambio de someter a la esclavitud y oscurantismo a un tercio del planeta Tierra.

Y en esa dirección, dos caminos se unen: el Imperio y la Compañía de Jesús, en Venezuela. En 1662 llega Antonio Monteverde, el primer jesuita, a Santo Tomé de Guayana, para fundar poco después la Misión del Alto Orinoco. Desde ese entonces el sur de Venezuela y sobre todo las extensiones del gran río serán territorio de despliegue de sus misiones hasta 1767, cuando Carlos III decide expulsarlos.

Prueba del desplazamiento jesuítico por la región no son sólo los notables estudios de Gumilla sobre el Orinoco sino incluso las inéditas exploraciones de Román por el Casiquiare. Hoy día los pocos paseantes de ese río profundo se encuentran en Caño Capibara con los restos de lo que fue la avanzada exploradora de estos sacerdotes, y con un poco de atención notarán la estratégica ubicación de la antigua misión.

Desde entonces el rol de los jesuitas fue el de la educación: para formar líderes. Y por más que lo intentaron por más de un siglo, nunca apareció el actor indicado para su destino manifiesto. Hasta que llegó Arturo Sosa s.j., de entre las filas del mismísimo Colegio San Ignacio de Loyola. Hijo de la oligarquía, amigo carnal del exilio financiero y neoliberal venezolano, y ahora ungido por la Compañía de Jesús como Pacificador.

¿Es que no les molesta la obviedad?

Esa sotana huele a azufre.

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