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¿Por qué los hermanos Lannister/Jorge y Delcy Rodríguez Gómez tienen tanto poder en nuestro Juego de


LA CARTILLA DE LA VERGÜENZA

Ernesto García Mac Gregor | 05/10/2017 | Web del Frente Patriótico

Es increíble el cinismo y el desparpajo de los desvergonzados voceros de la dictadura cuando asisten a un programa de TV. Cual focas amaestradas vomitan al caletre la misma cartilla de mentiras que se les ordena recitar. La semana pasada Mario Isea, embajador de Venezuela en España, fue enfrentado por un grupo de venezolanos durante una conferencia en Madrid cuando explicaba que la Venezuela de hoy “es un paraíso”.

Sorprendentemente utilizó la misma cartilla de la vergüenza, enumerando los supuestos logros de la tiranía en los renglones pobreza, salud, educación, alimentación, etc., que según él “pueden ser consultados en los indicadores de la nación”.

Para comenzar, alguien que tilde la Venezuela actual de “Paraíso” en un tremendo mentiroso. ¿Y a cuáles indicadores se refiere, si hace años que ni siquiera las obligatorias estadísticas en salud o del Banco Central se publican? Lo cierto es que debido a la inflación galopante, al desempleo, al corralito bancario y a la falta de circulante, el 80% de la población se encuentra en estado de pobreza y estamos catalogados dentro de los países más miserables del mundo

En salud, es evidente que el sistema hospitalario colapsó totalmente.

Su punta de lanza Barrio Adentro, bajó su rendimiento en 30% y Maduro anunció por enésima vez su relanzamiento. Para 2016 se había invertido 76 millardos de dólares en dicha misión. Por su parte, el desabastecimiento de medicinas, el rechazo de la ayuda humanitaria, la vuelta de enfermedades ya desaparecidas y la falta de vacunas lo sufrimos todos en carne propia.

En educación, la deserción es alarmante así como la reducción del pensum y el estado físico de los locales. El 30% de los profesores universitarios y sus alumnos han emigrado. Acabaron con la producción de alimentos que ahora se importan, los Clap resultaron un fiasco y por primera vez la gente come basura. Los servicios públicos entre apagones y racionamiento, las industrias básica destruidas, el Internet tortuga, sin puntos de venta, sin gasolina, aceite y repuestos, la vialidad devastada, la corrupción y la criminalidad son la característica del nuevo hombre socialista.

Y para colmo, todo hecho adrede. Hay que acabar con esa cartilla y la dictadura.

Que oiga quien tiene oídos…

FASCISMO COMO PSICOSIS

Luis Marín | 05/10/2017/ Web del Frente Patriótico

“A la derecha le gusta decir que esto es comunismo o socialismo, para que cuando la tragedia concluya comunismos y socialismos queden desacreditados. Este cronista lo definió como fascismo, porque lo fue en su fase inicial, cuando Chávez y sus militares contaban para algo”, escribe Rafael Poleo en un artículo reciente.

RP se autodefine como izquierdista por lo que le es lícito imputarle a los demás lo que ellos hacen que, como el antifascismo, es un sello distintivo de la izquierda. En efecto, esta es la imagen perfecta del mundo al revés, pues lo que pretenden es que “cuando la tragedia concluya comunismos y socialismos (no) queden desacreditados”.

Un inconveniente para RP y quienes lo siguen con tanto entusiasmo es que el Partido Socialista Unido de Venezuela fue fundado por Hugo Chávez, siguiendo el modelo del Partido Socialista Unificado de Alemania (PSUA) como más adecuado a una situación de ocupación militar soviética, incluyendo partidos de oposición funcionales.

Su núcleo germinal fue la Liga Socialista de Jorge Rodríguez padre, otro adeco tardíamente devenido en izquierdista con fe de converso que, como ocurre en estos casos, suelen ser más fanáticos que los creyentes originarios.

La presidente de la llamada Asamblea Constituyente Comunal es su hija Delcy que junto al hermano homónimo ejercen una vocería estelar en el diálogo y cuanto evento público haga el buró militar en la sombra que tiene el timón de esta nave, bajo firme tutela del gran hermano orweliano Raúl Castro, de quien no puede decirse que sea “fascista” sin forzar irracionalmente los hechos, aunque no falte quien lo haya hecho.

Un ejemplo es Alan Gross, trabajador social judío americano quien pasó cinco años como rehén hasta ser utilizado en la simulación de un canje, durante el proceso de normalización de Obama, para liberar a tres verdaderos espías condenados en EEUU, define al régimen diciendo: “Es un sistema fascista, corrupto… ni siquiera se trata de un sistema”. De no hacerlo así quizás hubiera perdido la simpatía de la comunidad judía que paradójicamente apoyaba la candidatura de Hilary Clinton.

El profesor Francisco González Cruz, rector de una universidad del Estado Trujillo, ex candidato de la MUD, denuncia la fraudulenta convocatoria a “una Asamblea Constituyente claramente fascista”, lo que ya es significativo aún sin que lo citara Allan Brewer Carías. Aunque nadie pueda atribuirle a Mussolini Asamblea semejante o ignorar que “comuna”, usada en Venezuela como eufemismo, es la raíz etimológica de “comunismo”.

Sus colegas profesores de Derecho Constitucional de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela suscribieron un comunicado en que se lee: “3. La consulta propuesta en el Decreto es fraude constitucional. Su pretensión es imponer unas bases de convocatoria propias de Regímenes Totalitarios de tipo fascista”.

A la Universidad Simón Bolívar el CNU le impone como Vicerrector Académico un oficial sedicente doctor en Ciencias y Artes Militares egresado de la Universidad Militar Bolivariana especialista en Defensa Integral en el área de Seguridad de Nación y algunos miembros de la comunidad denuncian esta “agresión fascista” contra su Institución.

El laureado poeta Rafael Cadenas predica en el exterior que “el régimen de Nicolás Maduro sí se parece a un régimen fascista (…) más que a Marx, sigue a Maquiavelo”. Las acciones de las FFAA, policías y colectivos son “violencia fascista” y así ad nauseam; lo que obliga a una reflexión que trate de comprender cómo es esto posible en personas supuestamente ubicadas en la oposición a la que el régimen no se cansa de calificar a su vez de “fascistas”.

“Todas las cosas han sido ya dichas; pero como nadie escucha, es preciso comenzar de nuevo” dice el epígrafe de RP, citando a André Guide; lo que autoriza a repetir, sin pecar, lo dicho ya tantas veces.

La oposición es tan izquierdista como el gobierno, son parte del régimen, comparten los mismos clichés, lenguaje y enemigos imaginarios: la derecha, el capitalismo, el liberalismo; dicen defender lo mismo: al pueblo, los más vulnerables, excluidos, en lugar de los obreros y campesinos de antaño.

En este contexto cultural el anticomunismo es completamente inaceptable, equivalente a pasarse al enemigo utilizando el lenguaje de la odiada “derecha” o cuando menos causa una insoportable incomodidad, sobre todo entre los comunistas genéticos.

Por ejemplo, el jefe de fracción parlamentaria de la MUD, Stalin González, su secretario general Chúo Torrealba, el tan mediático Miguel Pizarro, de quien se dice que sus padres serían comunistas chilenos no en las noticias parlamentarias sino por Al Jazeera, en un ambiente así no es posible ser anticomunista.

En cambio, los comunistas del gobierno acusan a los de la oposición de fascista y éstos les retrucan con lo mismo, creando un ambiente alucinatorio, propio de ciertas psicopatías que alteran el juicio crítico y la relación con la realidad, produciendo ideas y construcciones delirantes.

Ahora bien, ¿por qué esto es importante? Decía el profesor Manuel Rodríguez Mena que el problema de la oposición es que se la pasa “toreando el toro que no es”. ¿Realmente hay que identificar al enemigo para poder derrotarlo? Lo cierto es que la confusión no ayuda y el diversionismo ideológico es una táctica con que los comunistas han tomado el poder en occidente, encubriendo siempre que lo son hasta que ya no hay remedio, como en Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Colombia e intentan hacerlo en España.

En el mundo real, la creación de frentes antifascistas fue la política con que Stalin sustituyó al Komintern, la Tercera Internacional Comunista, cuando decidió eliminarla en función de la defensa de Rusia, la Gran Patria Socialista, difiriendo la revolución proletaria en los países capitalistas, entonces aliados contra el EJE.

El EJE fue derrotado; pero los frentes antifascistas han experimentado una rara mutación que los hace sobrevivir a las razones por las que fueron creados.

Ahora son el brand name de la izquierda global, cuando no su delirio.

NOTAS:

1.¿Qué significa ser de derecha o de izquierda?

Ian Buruma

Profesor de Democracia, Derechos Humanos y Periodismo en el Bard College (Nueva York)

Después de la Revolución Francesa de 1789, en la Asamblea Nacional los diputados que defendían las conquistas revolucionarias se sentaban a la izquierda, mientras que los que se oponían a ellas lo hacían a la derecha. De allí surgieron los términos políticos izquierda y derecha.

¿Queda, pues, algún significado en las palabras derecha e izquierda?

Que algo cambió en las últimas décadas del siglo XX es indudable. Los partidos de izquierda comenzaron a perder su base en la clase trabajadora industrial. La redistribución de la riqueza se fue volviendo menos importante que la emancipación social de minorías étnicas y sexuales. Los partidos de de­recha defendían de palabra el conserva­durismo social de los votantes menos privilegiados de las áreas rurales y provincianas, pero una vez en el poder hacían lo que fuera mejor para las grandes empresas. Pero como que ello no siempre iba en contra de los intereses de la izquierda, los social­demócratas europeos a menudo formaron gobiernos de coalición con conservadores pro mercado moderados o democristianos. En este aspecto, la distinción entre izquierda y derecha colapsó. La vieja idea de una izquierda representante del proletariado oprimido contra los intereses de las grandes empresas y la burguesía es cosa del pasado.

Pero la distinción tradicional entre izquierda y derecha no es sólo económica. La Asamblea Nacional francesa fue escenario de una división más profunda, por ejemplo entre los dreyfusards y los antidreyfusards en la década de 1890, o entre el Frente Popular de Léon Blum y Action Française en la década de 1930.

Los defensores de la República Francesa, que se tomaban en serio aquello de “libertad, igualdad y fraternidad”, pensaban la ciudadanía como un concepto legal, no algo basado en la sangre y la tierra. Preferían las insti­tuciones a las tradiciones consagradas y el internacionalismo al chauvinismo. El capitán Alfred Dreyfus, el oficial judío falsamente acusado de traición en 1894, fue una figura tan polarizadora en Francia porque sus oponentes lo veían como un símbolo de la de­cadencia de una nación cuya sagrada iden­tidad estaba siendo diluida por la sangre ­extranjera.

Los antisemitas, y otros grupos que piensan la sociedad en términos de tierra y sangre, ven invariablemente a los “banqueros sin corazón” (como calificó Le Pen a su adversario en el debate presidencial), como enemigos del “pueblo real (…), el pueblo ordinario y decente” (palabras de Nigel Farage en un acto de campaña en favor de Trump en Misisipi). En este sentido, Macron (que trabajó en un banco para Rothschild y que cree en la apertura de fronteras y las instituciones internacionales) es un hombre de la izquierda. Y Le Pen, adalid de la France profonde, la “Francia real” de blancos furiosos y cristianos residentes de áreas rurales, para los que “francés y musulmán” es un oxímoron, es una auténtica descendiente de los antidreyfusards y de Action Française.

Pero la izquierda socialdemócrata sigue en crisis. El Partido Laborista del Reino Unido está moribundo. A los socialdemócratas holandeses los barrieron en las urnas. Y Trump, un narcisista ignorante sin experiencia política, consiguió convertirse en presidente de Estados Unidos atizando el resentimiento popular contra las élites educadas, los banqueros, los extranjeros, los inmigrantes y las instituciones internacionales.

El problema para los socialdemócratas de la actualidad es cómo sobrevivir si los desfavorecidos se vuelcan en masa a la derecha en vez de a la izquierda. ¿Es posible forjar una nueva alianza? ¿Puede la brecha creciente entre ricos y pobres recuperar al menos una parte de la clase obrera blanca para el campo de los inmigrantes y otras minorías? ¿Es factible otro new deal?

Pero la crisis de la derecha no es menos seria. Puede que Trump (a pesar de proclamarse defensor de los intereses del pueblo ordinario) se haya rodeado de ex empleados de Goldman Sachs y titanes corporativos. Y muchos republicanos todavía se aferran a él con la esperanza de alcanzar sus metas políticas. Pero en la práctica Trump secuestró el viejo partido conservador proempresarial e internacionalista. ¿Podrá su variante de populismo nativista y chauvinista coexistir con el tipo de capitalismo cuya prosperidad depende de las migraciones continuas, la libertad de movimiento y las instituciones globales?

Esta vez Francia eludió el embate xenófobo, pero la última palabra aún no se ha dicho. Aunque la izquierda y la derecha estén en un estado de transformación y confusión, las viejas divisiones que surgieron después de 1789 siguen allí, tal vez más vivas que nunca. Macron tiene buenas intenciones, pero si su política fracasa, los antidreyfusards modernos volverán con nuevos bríos.

Profesor de Democracia, Derechos Humanos y Periodismo en el Bard College (Nueva York)

1.2.Jacobinos y girondinos

16 de septiembre de 2006 Publicado por Hilda

En la Asamblea Nacional existían dos sectores, ambos pertenecientes a la burguesía y coincidentes en la lucha contra el rey, la nobleza e imponer los principios liberales, pero distanciados con respecto a sus intereses y los medios para lograr sus objetivos.

Los empresarios y grandes comerciantes que integraban la gran burguesía, llamados girondinos, por provenir de una zona situada al sur de Francia, denominada Gironda, eran moderados, contaban con el apoyo de las provincias y consideraban prudente hallar un acuerdo con la monarquía y la nobleza, limitando el poder real, pero sin permitir el derecho a voto a las clases pobres, que no pagaban impuestos. La razón era el temor de este sector burgués, que había alcanzado gran prestigio, de perder sus privilegios por obra de los movimientos populares.

El otro sector, era el de los jacobinos, nombre proveniente de sus reuniones en el convento de la orden de los jacobinos, extremistas, duros y muy bien organizados, respaldados por el Consejo y el pueblo de París. Estaba principalmente integrado por profesionales y modestos propietarios que querían abolir definitivamente la monarquía y proclamar una República democrática, con derecho a voto para todas las clases sociales.

El primer sector se colocaba para deliberar, a la derecha en la Asamblea, el segundo, a la izquierda, y de allí proviene la posterior división entre partidos de derecha y de izquierda, según sean conservadores en su accionar político o propongan medidas tendientes a cambios profundos y violentos.

Los girondinos se consagraron triunfantes en octubre de 1791, cuando la Asamblea, por poseer mayoría entre sus miembros, sancionó la primera constitución, que imponía una monarquía parlamentaria, donde los miembros del Parlamento serían elegidos por las clases adineradas. El Rey continuaba en el poder con límites en sus atribuciones.

Sin embargo, esta situación varió sustancialmente entre 1792 y 1794, cuando los jacobinos, con ayuda de los Sans Culottes, trabajadores urbanos, tomaron el poder e impusieron el terror.

Liderados por Maximilien Robespierre y Danton, crearon tribunales populares que juzgaban y condenaban a muerte a todos los opositores de la revolución: el Rey, María Antonieta, sacerdotes y miembros de la nobleza fueron guillotinados, aunque luego, los propios líderes revolucionarios corrieron la misma suerte al ser acusados y condenados por aspirar a una dictadura personal.

2. FASCISMO

El fascismo es un movimiento político y social que nació en Italia de la mano de Benito Mussolini tras la finalización de la Primera Guerra Mundial. Se trata de un movimiento totalitario y nacionalista, cuya doctrina (y las similares que se desarrollaron en otros países) recibe el nombre de fascista.El fascismo se propuso como una tercera vía ante las democracias liberales (como la estadounidense) y el socialismo (la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Además del régimen de Mussolini en Italia, se califica como fascistas a la Alemania de Adolf Hitler y la España de Francisco Franco.

El fascismo se basa en un Estado todopoderoso que dice encarnar el espíritu del pueblo. La población no debe, por lo tanto, buscar nada fuera del Estado, que está en manos de un partido único. El Estado fascista ejerce su autoridad a través de la violencia, la represión y la propaganda (incluyendo la manipulación del sistema educativo).

El líder fascista es un caudillo que aparece por encima de los hombres comunes. Mussolini se autodenominaba como Il Duce, que deriva del latín Dux (“General”). Se trata de liderazgos mesiánicos y autoritarios, con un poder que se ejerce de manera unilateral y sin ningún tipo de consulta. La concepción fascista del estado es totalmente incluyente; fuera del mismo no puede existir ningún valor humano o espiritual, mucho menos tener valor. Comprendido esto, el fascismo es totalitario, y el estado fascista - síntesis y unidad que incluye todos los valores - interpreta, desarrolla y potencia toda la vida de un pueblo

El fascismo es una concepción religiosa en la que un hombre es visto bajo la perspectiva de su relación inmanente con una ley superior y con una Voluntad objetiva que trasciende al individuo particular y le eleva a la pertenencia consciente a una sociedad espiritual. Cualquiera que no haya visto en las políticas religiosas del régimen fascista nada más que mero oportunismo, no ha entendido que el fascismo, aparte de ser un sistema de gobierno, es también, y sobre todo, un sistema de pensamiento

El revolucionario, político, militar y teórico soviético León Trotsky definió al fascismo de la siguiente manera (carta a un camarada británico, luego publicada en The Militant el 16 de enero de 1932):

¿Qué es el fascismo? El término se originó en Italia. ¿Fueron fascistas todas las formas de dictadura contra­rrevolucionaria (es decir, antes del advenimiento del fascismo en Italia)? La Comintern llama dictadura fascista a la ex dicta­dura de Primo de Rivera en España. ¿Es correcto? Creemos que no.

El movimiento fascista italiano fue un movimiento espontáneo de grandes masas, con nuevos dirigentes surgidos de la base. Es de origen plebeyo y está dirigi­do y financiado por las grandes potencias capitalistas. Se formó en la pequeña burguesía, en el lumpenproletariado y hasta cierto punto también en las masas proletarias; Mussolini, un ex-socialista, es un self-made man producto de este movimiento.

Primo de Rivera era un aristócrata. Ocupaba un alto cargo militar y burocrático y fue gobernador en jefe de Cataluña. Llevó a cabo el golpe con la colaboración de fuerzas estatales y militares. Las dictaduras de Es­paña e Italia son dos formas totalmente distintas de dictadura. Hay que diferenciarlas bien. Mussolini tuvo dificultades para reconciliar a muchas viejas instituciones militares con las milicias fascistas. Este problema no existió para Primo de Rivera.

El movimiento alemán se parece fundamentalmente al italiano. Es un movimiento de masas, cuyos dirigen­tes emplean una buena cantidad de demagogia socia­lista, la cual es necesaria para la formación de un movimiento de masas.

La base genuina es la pequeña burguesía. En Italia cuenta en gran medida con esa base: la pequeña burguesía de la ciudad y el campo y el cam­pesinado. También en Alemania existe una buena base para el fascismo[...]6​

En Alemania, el fascismo está asociado al nazismo. Este movimiento tuvo un fuerte componente racial, que promulgaba la superioridad de la raza aria y buscaba el exterminio de otras colectividades, como los judíos, los gitanos y los negros.

El término fascismo se basa en la palabra latina "fasces". Conocemos el paquete como un símbolo, desde tiempos de los romanos hace 2000 años. Y si nos vamos más atrás, lo encontraremos también. Los fasces (masculino plural según enmienda de la vigésima tercera edición de la Real Academia Española, palabra plurale tantumproveniente del latín fascis, «haz», «manojo») o haz de lictores, eran la unión de 30 varas (generalmente de abedul u olmo, una por cada curia de la Antigua Roma), atadas de manera ritual con una cinta de cuero rojo formando un cilindro que sujeta un hacha común o un labrys. Originalmente era el emblema de poder militar de los reyes etruscos, adoptado igualmente por los monarcas romanos, que pervivió durante la república y parte del imperio. Tradicionalmente, significa poder, por el haz de varas, «la unión hace la fuerza», puesto que es más fácil quebrar una vara sola que quebrar un haz y por el hacha, la justicia implacable sobre la vida y la muerte.

Desde los comienzos de la República romana, los fasces eran transportados al hombro por un número variable de lictores, fasces lictoriae, que acompañaban a los magistrados curules como símbolo de la autoridad de su imperium y su capacidad para ejercer la justicia, como poder de coerción y castigo (el haz de varas para la flagelación y el hacha para la pena de muerte). Sin embargo, después de las leyes de las Doce Tablas, ningún magistrado romano podía ejecutar sumariamente a un ciudadano romano.

Dentro del pomerium, el límite sagrado de Roma, los fasces no podían llevar el hacha, indicando que dentro de la ciudad los magistrados curules tenían derecho de castigar, pero no de ejecutar. Tan sólo al dictador le estaba permitida la inserción del hacha.

El rey de la Antigua Roma llevaba fasces. El cargo de rey no era hereditario, aunque sí vitalicio. El rey llevaba un manto púrpura, cetro de marfil y corona de oro y era precedido en las calles por doce auxiliares o lictores que llevaban los fasces o varas entrelazadas de las que salía una hoja de hacha, como símbolo de su autoridad.

El Imperio romano fue muy rico en símbolos, algunos de los cuales, como voluntad de identificarse con su poder, justicia y gloria, han llegado hasta nuestros días, por ejemplo en:

  • En los iconos fascistas italianos adoptados por el gobierno de Benito Mussolini.

  • En el escudo de Francia desde que ha adoptado la forma de Estado republicano.

  • En la policía de Noruega y Suecia.

  • Forma parte del emblema de la Guardia Civil española, indicando su capacidad de vigilancia y de salvaguardia, muy similar al de los lictores romanos.

  • Aparece en el Congreso de los Estados Unidos, flanqueando la tribuna del orador y a los lados de la frase In God We Trust ("Confiamos en Dios"), así como en los pilares del trono de la escultura de Abraham Lincoln (de Adam Chester French), en Washington DC.

  • Figura en los laterales de la efigie de Abraham Lincoln en el Lincoln Memorial de Washington.

  • Fue usado como símbolo de las revoluciones de Latinoamérica

  • Es usada como Insignia Distintiva del Servicio de "Justicia Militar", perteneciente al Ejército Mexicano.

  • Se utiliza en el escudo del departamento colombiano de Norte de Santander.

  • Fue adoptado por el Congreso de Cúcuta para el escudo de la Gran Colombia.

  • Figura en el escudo de Ecuador desde 1830.

  • Se encuentra en la fachada del Palacio de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina.

  • Se encuentra en la fachada del Palacio de los Tribunales de Justicia de Valparaíso, en Chile.

  • Aparece en el escudo de la Policía Metropolitana en Montevideo, capital de Uruguay.

  • Figura en el escudo del Partido Nacional, partido político uruguayo.

  • Este símbolo forma parte del escudo del Cuerpo Jurídico Militar de las Fuerzas Armadas Españolas, rodeado por una corona de hojas de roble.

  • Se puede ver en el escudo del Estado de Colorado, sobre el que se puede leer "Unión y Constitución".

  • Se aprecia también en el monumento a Francisco de Miranda del Panteón Nacional de Venezuela

  • Están esculpidas por pares, en las cuatro caras de la base de la columna del Monumento a la Independencia de México.

  • Es parte del "Monumento a la Independencia" que se encuentra en la llamada "Plaza Grande", en el Centro Histórico de Quito, Ecuador. Fue inaugurado un 10 de agosto de 1906, recordando la gesta revolucionaria del 10 de agosto de 1809, y la masacre de los patriotas el 2 de agosto de 1810. Estas fasces, están sostenidas con la mano izquierda de la "dama de la libertad" y apoyadas sobre un orbe.

  • Aparece en el «Monumento a los Próceres» en la Plaza Libertad de San Salvador, El Salvador. Puede verse sostenido en la mano izquierda de una mujer, quien es una alegoría de la República.

El símbolo nos muestra dos funciones. La primera, una formando un grupo de personas para "empaquetar". Y la otra función que vemos cuando giramos el haz e insertamos un palo de madera. Entonces tenemos una escoba. Una escoba de ramas. Se utiliza para la limpieza. Vemos, pues, la función del fascismo: "Agrupar" y "Excluír". Todos aquellos que quieran pertenecer a ella, ya sea voluntariamente o comprado, están incluidos en el paquete. Todos los otros son marginados, devaluados, destruidos u otros similares. La teoría del fascismo se centra en la cuestión de por qué las personas pueden ser agrupados en hordas. Sin duda, las preguntas de la constitución psicológica se plantean también. Se puede ver en los escritos de Wilhelm Reich. Pero la verdadera cuestión es otra. Qué conceptos básicos de la vida hace que los líderes se unan a grandes rasgos?. Como para disolverse. Y podemos encontrar esas respuestas en los textos de Wilhelm Reich también. Es notable, que lo que llamamos el fascismo de hoy, viene de las regiones cristianas. Especialmente de las católicas. Y si seguimos esta observación, nos encontramos con la Inquisición cristiana. Incluso en la antigüedad romana con la iglesia del estado cristiano. Así, vemos inmediatamente cómo el fascismo profundo y ancho como una estructura organizativa se remonta en el tiempo. Y su pensamiento típico en conjunto con las estructuras del Estado. Característico al fascismo es, además de la exclusión negativa de las personas con diferentes ideas sobre la vida, la relación positiva con el Estado. El Estado como instrumento para legitimar y mantener la propiedad privada de los recursos comunes está siempre en el centro del fascismo. Y también podemos argumentar a la inversión: Todos los esfuerzos por el control estatal resultan en algún momento en el fascismo. En la teoría del fascismo, este mecanismo se mantiene siempre en relación con las crisis económicas. Pero esto es un error. Encontramos las formas germinales del fascismo, en principio, en todos los estados. Es parte de su ser y su misión. No es importante si llamarlo capitalista o socialista o bolivariano. La característica es siempre la protección de los ladrones, los ricos, el robo de la Comunidad. En este sentido, el fascismo abierto es sólo la forma abierta de las estructuras sociales de la élite y depredadoras. Y en todas las constituciones de los Estados de todo el mundo, vemos esto como el centro. La protección de la propiedad privada de los recursos de la comunidad. La mayoría de los jóvenes en Venezuela y en Ucrania sin la pequeña parte de las personas que fueron compradas, incitados o apenas están infiltrados siguen un principio básico: "Destruye lo que te destruye". Lo sabemos por la Europa de los años 60 del siglo pasado. Incluso entonces, las élites han creado sus grupos fascistas del gobierno. Y las iglesias cristianas fueron siempre parte de esto. Los jóvenes están buscando una manera de liberarse, del paternalismo estatal, desde el robo burocrático legitimado a la exclusión. Para una forma libre de la auto-formación, para dar forma a su vida a su manera. Pero eso entra en conflicto con el aparato burocrático del Estado. Se utiliza para poner fin a estos intentos de liberación. La polarización deliberada se utiliza para ocultar los verdaderos conflictos. Todos los venezolanos lo saben. La propaganda estatal quiere hacer de este conflicto básico desaparecer por la polarización externa. Para el señor Hugo Chávez, había un principio esencial: unidad en la diversidad. La unidad se refiere a la producción de nuestros recursos materiales básicos. La diversidad se refiere a nuestros diversos planes de vida, visiones, sueños. De esta diversidad surge el desarrollo. Estructuras Monótonas impiden el desarrollo. Son estructuras de muerte. Yo sé que el señor Hugo Chávez junto a sus fantásticas iniciativas para la generalidad de la gente de Venezuela y América Latina cometió un gran error. Se inclinó sobre el estado y el aparato. Con eso se destruyó a sí mismo en sus grandes visiones. Sabemos que su experiencia en el servicio militar no le había hecho ningún bien. No podía librarse de ella. Vemos algo similar en el conflicto entre Mikhail Bakunin y Karl Marx. Y así entre Rosa Luxemburgo y Vladimir Lenin. Todo el movimiento obrero europeo estaba infestado de la razón de Estado. José Carlos Mariátegui de Perú describió esto muy bien. Él vivió en los años 20 del siglo pasado en Europa. Él ha visto que los grupos fascistas vinieron sobre todo de fuera de la media izquierdo. Dentro del NSDAP (National Sozialistische Deutsche Arbeiter Partei) ellos mismos se llamaban marxistas en los años 20. Roland Denis de Venezuela describió esto también. Él ve la relación entre el movimiento obrero organizado y el fascismo en su forma más radical. Pero él no ve la diversidad de pensamiento fascista en la realidad cotidiana. En los partidos políticos, los sindicatos, las iglesias y el Estado. Si se formula de una manera extrema, hay dos grandes organizaciones en Venezuela que están cerca de robo y el fascismo. La Policía y la GNB (Guardia Nacional Bolivariana). Son los grupos organizados contra el Poder Popular. Contra la auto-organización y la auto-determinación local de la gente local. Las personas se conducen en la polarización con el fin de hacerlas útiles. Pero ninguno de los grupos de élite en Venezuela quieren permitir la auto-organización. Como entonces, no importaría de qué color o gorra o bandera llevan. Dado que todos los bandidos y ladrones están entonces unidos. Las estructuras y asociaciones fascistas abiertas se crean cuando la gente quiere seguir su propio camino. Debido a que esto disuelve la base material de las elites. La propiedad privada de los recursos de la comunidad desaparece junto con el sistema monetario depredador. A continuación, la esclavitud directa o indirecta termina.

La historia como testigo: el fascismo

Surgen regímenes tiránicos y caudillos cuyas nefastas experiencias tienden a repetirse

Se afirma que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces como la misma piedra. La historia ha sido testigo del surgimiento de regímenes tiránicos y caudillos mesiánicos, cuyas nefastas experiencias en ocasiones tienden a repetirse, por lo que se requiere de genuinos liderazgos y movimientos democráticos para impedir la repetición de esos males que mucho daño le han hecho a los pueblos que los han sufrido. En esta primera entrega, nos vamos a referir al fascismo como autoritarismo derechista cuyas secuelas dejaron profunda huella en la Italia de la posguerra y, en el 16/05/2016, en este mismo espacio, comentaremos el caso de Velasco Alvarado, el caudillo militarista que lideró otro movimiento autoritario en el Perú, con rasgos similares al fascismo pero con una acentuada ideología marxista.

El fascismo surgió en Italia como consecuencia de la crisis económica y política que se generó en ese país, luego de la Primera Guerra Mundial y frente a la creciente amenaza comunista, aunque sus métodos de acción política y su carácter estatista, militarista y totalitario guardaron una estrecha similitud con los regímenes marxistas de entonces.

Pero hablar del fascismo, es hablar de Benito Mussolini -Il Duce-, caudillo de este movimiento, desde sus orígenes, para quien la doctrina fascista tenía como fin impulsar la grandeza moral y material del pueblo italiano mediante la reorganización nacional y política de una nación en profunda crisis. Mussolini promueve en Milán, en 1919 los Fasci Italiani di Combatimento, agrupaciones armadas que fueron el germen de Partido Nacional Fascista en 1920. Electo diputado en 1921 con el apoyo de esa organización, impulso la llamada “Marcha sobre Roma” el 28 de octubre de 1922, lo que forzó al Rey Víctor Manuel a formar un nuevo gobierno encabezado por Mussolini como Primer Ministro. Luego en 1926, fue autorizado a gobernar por decreto y mediante la llamada “La Ley Rocco”, en ese mismo año suprimió los partidos y organizaciones sindicales, dejando solo los de carácter fascista. Prohibió el derecho a huelga; estableció el salario mínimo y congeló alquileres. Estableció el asociacionismo como instrumento de control social. Creó grupos paramilitares para afiliar y adoctrinar a jóvenes y niños. Estableció el control del estado sobre la educación, incluyendo sobre los docentes con la obligación de promover los principios fascistas, al servicio de los cuales fueron sometidos todos los medios de comunicación y el sistema cultural italiano.

“Si estás conmigo eres un patriota, sino, eres un traidor y vende patria”. Con esta consigna Il Duce pretendió forzar la absoluta lealtad de todos los italianos. Pero igualmente en su régimen autoritario propició el ultranacionalismo y la supremacía castrense, insuflándole a lo militar la connotación épica y dándoles a los militares injerencia determinante en la gestión pública y como sostén del Estado, por encima de los ciudadanos. Por ello, en ese régimen -absolutamente militarista- los militares fueron beneficiados con montos desproporcionados de recursos y exagerados privilegios, fomentando en estos cuerpos castrenses la permisividad y discrecionalidad en su administración, que los llevó a tener un poder desproporcionado en el Estado Italiano, ya que Mussolini los utilizó, comprando su lealtad, como el arma más eficiente de su régimen para asegurar el control social. El régimen promovió el amiguismo y el compadrazgo para ganar lealtad incondicional en la función de gobierno, lo que generó una gestión pública con grandes escándalos de corrupción. Mussolini concebía a la sociedad italiana como una organización militar en la que no habría posibilidades de discrepancias ni disidencias, por lo que imponía la disciplina mediante la violencia y la fuerza, por medio de los grupos paramilitares de choque, los tristemente célebres “Camisas negras”, encargados de anular los movimientos y personas hostiles al régimen, incluyendo a socialistas, comunistas, anarquistas y demócratas.

En lo económico, Mussolini impulsó un Estado corporativo disolviendo las organizaciones empresariales y los sindicatos obreros, bajo la premisa de luchar contra el libre mercado y contra el colectivismo soviético. Se impulsó un fuerte control del Estado sobre el sector empresarial y una marcada intervención estatal en empresas públicas, dando prioridad a las grandes corporaciones y a la industria pesada. Se impulsaron campañas mediáticas para promover programas económicos y sociales, con connotaciones bélicas, tales como “la batalla del trigo” para impulsar ese cultivo; “la batalla de los nacimientos” para el crecimiento poblacional y “la batalla de la Lira” en defensa del valor de la moneda nacional.

El Estado fascista que se inició formalmente en 1922, se extinguió dos décadas más tarde, con la derrota de Italia al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el último refugio de la República Socialista de Italia -un mini estado títere de la Alemania Nazi- fue tomada por los aliados y Il Duce capturado y fusilado con su esposa por grupos de partisanos comunistas, en Villa Belmonte el 28 de abril de 1945. Sus cuerpos brutalmente maltratados, fueron colgados boca abajo al día siguiente, frente a una gasolinera en la plaza di Loreto en Milán. A siete décadas del ajusticiamiento de Mussolini y del colapso del fascismo y de la crisis social y política provocada por ese régimen, es prudente recordar que Italia pudo iniciar un exitoso proceso de reconstrucción nacional y de implantación democrática, con el apoyo de las fuerzas aliadas y la firme conducción del líder democratacristiano Alcides De Gasperi.

José Ignacio Moreno

jmoreno@unimet.edu.ve

Director general del Celaup

Universidad Metropolitana

http://www.unimet.edu.ve/celaup

Twitter: @caratula2000

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Leer más en: http://www.elmundo.com.ve/Firmas/Jose-I--Moreno-Leon/La-historia-como-testigo--el-fascismo---I.aspx#ixzz4ujNIiMkb

3. Concepto de Socialismo

El socialismo es definido como un sistema de organización económico y social, cuya base es que los medios de producción sean parte del patrimonio colectivo y sea el mismo pueblo quien los administre.

El orden socialista se plantea como objetivos principales la justa repartición de los bienes y una organización racional de la economía. Para ello plantea la eliminación de la propiedad privada y la extinción de las clases sociales.

El socialismo es un término que se ha utilizado mucho a lo largo del siglo XX e incluso en la actualidad. Sin embargo es un término que ya había sido utilizado por el mismo Platón y fue retomado a mediados del siglo XIX, nuevamente. En este caso la palabra socialismo era utilizada para contrarrestar el término individualismo. Sin embargo su definición ha mutado enormemente con el paso del tiempo. A partir de la revolución industrial este concepto tomó una gran importancia gracias a pensadores de la época como Marx y Engels. Según la teoría de Karl Marx el comunismo resulta una etapa superadora del régimen capitalista. Marx a través del estudio de la historia afirma que las sociedades se encuentran en constante lucha entre clases, donde siempre se alcanza una etapa nueva, por ejemplo de un régimen feudal se alcanza uno capitalista y luego se debería alcanzar un orden socialista. Como método de estudio para alcanzar dicho resultado utiliza la dialéctica, es decir que propone una tesis, una antítesis y una resolución en un tercer plano llamada síntesis.

Marx define al capitalismo como un régimen donde el hombre es explotado por el hombre. Determina que en el mismo hay dos clases antagónicas, la burguesía y el proletariado, es decir aquellos que poseen los medios de producción y los trabajadores respectivamente. Además afirma que existen contradicciones mismas dentro del capitalismo que llevarán a su auto destrucción del sistema.

Por otro lado Marx afirma que el estado es una herramienta que utiliza la clase burguesa para poder dominar al proletariado. Por ello la clase oprimida debe tomar el control del estado, etapa a la cual Karl llama “la dictadura del proletariado”, y hacer uso del mismo para eliminar las clases sociales. De este modo el ente estatal perdería su finalidad, dominar a una clase, extinguiéndose de manera prácticamente natural. Una vez extinguido el estado, según la teoría, debe implantarse una organización planificado en los planos económicos, sociales y políticos, con el fin de obtener el bien común.

Algunos de los países que han inspirado sus políticas en la teoría marxista, son Cuba, con Fidel Castro y Ernesto “el che” Guevara, la Unión Soviética de Lenin Stalin y Trotsky, la República Popular de China con Mao Tse-Tung, entre muchos otros ejemplos que podrían ser mencionados.

Existen a su vez dos grandes corrientes que encuentran su origen en la misma teoría, por un lado:

  • La corriente socialdemócrata, también conocidos como reformistas, que pretenden acceder al orden socialista mediante elecciones democráticas y cambios progresivos en el sistema, no a partir de una revolución, como sería el caso de Allende en Chile.

  • En las antípodas es posible mencionar al anarquismo, definido como el movimiento social que pretende eliminar no solo al estado, si no a cualquier forma de poder, autoridad o control de la sociedad. A lo largo de la historia reciente existe un gran número de movimientos y agrupaciones que han adherido a dicha doctrina.

Orígenes del socialismo

Podemos rastrear sus orígenes muy atrás en el tiempo. Los primeros socialistas eran los socialistas denominados utópicos, ya que se basaban en la obra de Tomás Moro, Utopía, en la cual se veía en la propiedad privada y en la acumulación de riqueza por parte de individuos particulares uno de los grandes males de la sociedad. Dentro de los socialistas utópicos podemos encontrar a Sant Simon y Robert Owen. Es importante aclarar que debido a su contexto (Revolución Francesa, caída del viejo orden) estos intelectuales añoraban la estabilidad propia de la Edad Media.

Por otra parte, el socialismo más importante e interesante fue desarrollado por Karl Marx y Engels. Su contexto era completamente diferente, ya que ellos estaban presenciando el pleno desarrollo del capitalismo en su modo más salvaje y las contradicciones propias del sistema (una pequeña parte de la población muy rica y una gran masa asalariada muy pobre).

La abolición de la propiedad privada, el control del Estado por parte de la clase obrera, y un futuro sin clases sociales eran las banderas del comunismo/socialismo de Marx. Sin embargo, el régimen estalinista durante la Segunda Gran Guerra usó esta teoría para ejercer el terror y las persecuciones. Con la derrota y caída de la URSS las ideas socialistas entraron en declive y eran asociadas a la falta de libertad de expresión y a regímenes dictatoriales.

Aunque este es un tema de intenso debate entre intelectuales, todos concuerdan en el rol por parte del Estado y la participación activa y directa de la clase obrera, en contraposición al régimen capitalista, al cual consideran la fuente de los grandes problemas actuales.

Fuente: http://concepto.de/socialismo/#ixzz4ujTleaW

4.- Concepto de Comunismo

El comunismo es una ideología política así como también un sistema de organización social que implica la desaparición de las clases sociales, la planificación económica y comunitaria, la abolición de la propiedad privada sobre los llamados medios de producción y también sobre el trabajo mismo

El comunismo propone la colectivización de los medios de producción y la repartición equitativa del trabajo y bienes. Las bases del comunismo fueron fundadas por Engels y Marx como una nueva forma de interpretar la historia.

El gobierno comunista ideal presupone la ausencia de un gobierno coercitivo que debería luchar contra la propiedad privada y la acumulación del capital a través de la revolución. Algunos expertos rastrean el origen de algunas bases del comunismo en las primeras comunidades cristianas, incluso en la República de Platón.

Según Marx, experimentamos la opresión en las relaciones de producción dentro del sistema capitalista. Estas relaciones y la lucha de clases generarían las condiciones de consciencia social que permitirían la revolución. Para la revolución sería necesaria la creación del partido que daría unidad y cohesión a la sociedad en el preciso momento en el que el sistema capitalista sufriera una crisis interna que lo pusiera en peligro. Doctrina comunista

Las obras de Marx y Engels habían sido tomadas tanto como doctrina como programa revolucionario y político. Luego de la toma del poder por Lenin en 1917, el comunismo manifestó su liderazgo político con la Internacional Comunista. Hasta ese entonces las bases marxistas estaban intactas, luego de las aportaciones de Lenin, se crea un apartado de la doctrina llamado “leninismo”. Estas aportaciones incluían la del imperialismo como una fase superior al capitalismo y la necesidad de un partido de vanguardia que funcionara como herramienta para liderar la revolución.

Durante su gobierno, Stalin utilizaría el nombre marxismo-leninismo para denominar la doctrina. Esto no significa una unión entre las formulaciones, sino que es un término específico para describir la línea de pensamiento utilizada para el partido y los estados bajo el control de la URSS. Tras el deceso de Stalin, el partido Comunista Ruso relegó la versión stalinista del marxismo-leninismo porque la consideraba un culto a la persona del líder.

Al no quedar en Rusia ningún líder ideológico, el foco comunista se pasa a China con Mao Tse Tung. Este hecho se considera como una ruptura entre los partidos comunistas manifestados a favor de la Unión Soviética y los demás.

Organización política y socioeconómica del comunismo

El marxismo ha sido utilizado como herramienta para ver la historia en términos socioeconómicos relacionados con los modos y relaciones de producción.

De esta manera dividimos la historia en estos períodos: el comunismo primitivo, el esclavismo, el feudalismo, el mercantilismo, el capitalismo y el comunismo nuevamente.

El cambio de el capitalismo al socialismo sería brusco, pero Lenin habló de un “período de transición” en el que se reemplazaría el modo de producción y mediante la expropiación de los medios de producción, terminaría por eliminar la burguesía. Por otro lado, este tipo de periodización nos muestra la idea de una organización socioeconómica que no puede utilizarse en todo el mundo. En algunos puntos geográficos como China debía utilizarse otra denominación de los períodos.

Basados en el criterio leninista, era muy común ver la creación alrededor del mundo de instituciones y partidos comunistas que deberían tomar el lugar de la vanguardia del proletariado para representar sus intereses de clase. En las repúblicas populares no existe más que un partido y en él se defienden los intereses del proletariado y el campesinado por igual. La conducción ideológica sería únicamente comunista y los asuntos económicos estarían muy bien planificados.

En este sistema se utiliza el aparato estatal para promover en la población transformaciones culturales. En las dictaduras del proletariado el rol estatal es muy importante.

Historia del comunismo

Primera Internacional

No podemos hablar de la historia del comunismo sin mencionar primero la Primera Internacional. Esta organización se fundó en la ciudad inglesa de Londres, en Saint Martin’s Hall, luego de una reunión entre trabajadores. Su primera reunión oficial tuvo lugar en la ciudad de Ginebra en 1886. Luego, en 1872, su sede es trasladada a Nueva York. Los miembros en todo el mundo sumaban la asombrosa cifra de 1.200.000. En la AIT se podían ver con facilidad los diferentes conflictos de tinte ideológico entre el anarquismo y el marxismo.

Segunda Internacional

En cuanto al origen de la Segunda Internacional en 1889, se sabe que su surgimiento fue consecuencia de varios intentos fallidos de volver a fundar la Primera. Esta organización agrupó a miembros de partidos laboristas y comunistas por igual. La Segunda Internacional encontró su fin con el comienzo de la Primera Guerra Mundial en el 1916. Es correcto decir que en esta organización se pueden encontrar las bases para lo que sería la socialdemocracia.

Tercera Internacional

Una vez que la Segunda Internacional se desarma, los grupos socialistas que se habían manifestado en contra de la guerra convocaron dos conferencias: la de Zimmerwald en 1915 y la de Kienthal en 1916. Estas conferencias son consideradas como raíces directas de la Tercera Internacional, que fue fundada en 1919 en la ciudad de Petrogrado. Esta fuerte iniciativa se debe al Partido Comunista de la Unión Soviética. Esta fase de la organización ve en su interior los conflictos entre trotskistas y estalinistas. Finalmente, los trotskistas se separan de la Tercera Internacional luego de la llegada de Hitler al poder en Alemania. Más adelante en el año 1943 se disuelve la Internacional Comunista.

Fuente: http://concepto.de/comunismo/#ixzz4ujdxMd2K

5.-Concepto de Capitalismo

El capitalismo es un sistema económico, donde el capital prevalece sobre el trabajo y es la base de la riqueza. Dentro de este régimen la propiedad privada y el libre comercio son dos bases elementales. La palabra “kapitalism”, comenzó a ser utilizado en el siglo XIX por Marx.

El capitalismo es un orden o sistema social que surge con el usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción. El capitalismo también es una estructura productiva de la cual deriva todo un orden social, relaciones interpersonales, ideología, toma de decisiones, modos de actuar y pensamiento subjetivo. El sociólogo Manuel Castells define al capitalismo no como solo un modo productivo sino también como un modo de acción e interpretación de la vida.

Los tres actores del capitalismo

Dentro de este sistema, aquellos que participan en el mercado son movidos por intereses propios. Pueden distinguirse tres actores dentro del mercado.

  1. Capitalistas: Por un lado los capitalistas, es decir aquellos que poseen los medios de producción, que buscan maximizar sus ganancias a partir del aumento de la producción.

  2. Trabajadores: Por otro lado se encuentran el proletariado, es decir los trabajadores, que son aquellos que trabajan los medios de producción y reciben un salario a cambio, es decir que venden su fuerza de trabajo.

  3. Consumidores: El tercer actor que puede ser mencionado es el consumidor, quien adquiere los bienes y servicios, basándose en la relación coste/beneficio, buscando también minimizar sus gastos y obtener mayores beneficios.

Luego de la caída del sistema económico feudal en Europa surge el sistema capitalista. Deben ser destacados dos hitos históricos que ayudaron a la consolidación del sistema como tal, por un lado desde el punto de vista ideológico la Revolución Francesa, y desde el punto de vista económico la Revolución Industrial.

Capitalismo según Marx

Karl Marx es considerado el pensador que mejor explicó al capitalismo. Marx define como la base del capitalismo la llamada acumulación originaria. Para ello había sido necesaria la expropiación a los trabajadores de la tierra y a los artesanos y a su vez la explotación de las colonias.

Además, Marx define tres etapas propias del régimen capitalista:

(1) A la primera la llama “Cooperación”. Dentro de esta etapa el trabajo se denomina “social”, donde los obreros realizan la misma actividad en el proceso de producción de las mercancías. La cantidad de obreros que trabaje dentro de este proceso dependerá del capital que disponga el capitalista.

(2) A la segunda etapa la denomina “Manufactura”. Este periodo comienza a mediados del siglo XVI, hasta fines del siglo XVIII. Se considera que esta etapa tiene como base la cooperación pero a partir de la división del trabajo. Durante este proceso productivo los obreros trabajan dentro de un mismo taller pero en diversas actividades. Se denomina etapa manufacturera por que las herramientas aún no son movidas por las grandes maquinas, sino que por el hombre, más precisamente por el obrero. Es en este momento cuando la mercancía comienza a ser considerada como un “producto social”, esto quiere decir que ningún trabajador realiza totalmente las mercancías, solo conocen algunas partes del proceso productivo.

(3) El tercer período que define Marx es la “Gran Industria”. Este proceso comienza a fines del siglo XVIII. Es en este momento cuando las herramientas dejan de ser movidas manualmente por el hombre para dar lugar a las grandes maquinarias. Los obreros comienzan a especializarse cada vez más y su trabajo consiste en controlar al instrumento de trabajo, es decir las maquinarias.

El capitalismo es un sistema que ha sido muy criticado, siendo uno de los grandes opositores el mismo Karl Marx, denunciando la explotación del hombre por el hombre, como si el mismo fuera una simple mercancía. Incluso encontró ciertas contradicciones dentro del sistema, y es por ello que profesa la extinción del régimen capitalista para alcanzar lo que él denomina el sistema socialista o comunista.

Fuente: http://concepto.de/capitalismo/#ixzz4ujeXvdQu

6.-Qué es Burguesía:

La burguesía (del francés bourgeoisie) es una clase social del régimen capitalista, según Karl Marx, en la que sus miembros son responsables de la producción, son dueños de su propio negocio, y son el opuesto de la clase obrera.

La burguesía son las personas que no hacen ningún tipo de trabajo manual, y son relativamente ricos. Es un término que designa a la clase media acomodada. La burguesía se divide en tres categorías: la alta burguesía, que es responsable de los medios de producción; la burguesía media, que son las personas que ejercen una profesión liberal; y la baja burguesía, que son las personas de la industria y del comercio.

La burguesía surgió en la Edad Media, específicamente en Europa, y eran, en general, los comerciantes de ropa, joyas y especias. No eran ni señores feudales ni siervos, y no pertenecían ni a los estamentos privilegiados (nobleza y clero) ni al campesinado.

La burguesía recibió ese nombre porque vivían en los burgos, que eran ciudades alejadas y protegidas por un muro. La burguesía creció a lo largo de los siglos y en el siglo XVIII expresaron ideológicamente sus valores e intereses, como el individuo, el trabajo, la innovación, el progreso, la felicidad, la libertad, la igualdad de condiciones (resumidos en el lema revolucionario francés: Liberté, égalité, fraternité), participaron activamente en la Revolución Francesa e Industrial, y fueron despreciados por la nobleza.

El nacimiento de la burguesía crea a través de la Revolución Francesa el bipartidismo en el sistema político que consiste en la composición de dos partidos mayoritarios, en este caso: el del burgués por un lado y el de la aristocracia por el otro. (Izquierda y derecha

En el concepto actual, la burguesía son los que pertenecen a la clase media, que tienen su propio negocio. Pero también hay un término despectivo, son gente común y vulgar, son las personas que no tienen muy buen gusto.

Cómo citar: "Burguesía". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/burguesia/ Consultado: 6 de octubre de 2017, 09:15 am.

8.- Democracia

“La democracia construida sobre el principio de la mayoría es considerada por los marxistas como una democracia formal o burguesa, en oposición a la democracia social o proletaria, nombre bajo el cual se distingue un orden social que garantiza a los ciudadanos no solo una participación igual en la formación de la voluntad colectiva, sino también, en cierto sentido, una igualdad económica. Esta antítesis debe ser radicalmente rechazada, puesto que es el valor de la libertad y no el valor de la igualdad el que define en primer lugar la idea de democracia. Indudablemente, también desempeña un papel en la ideología democrática el pensamiento de la igualdad, pero, como hemos visto, solamente en un sentido negativo, formal y secundario, al intentar atribuir a todos la mayor libertad posible y, por lo tanto, una libertad igual, consistente en una participación alícuota en la formación de la voluntad estatal.

Históricamente la lucha por la democracia es una lucha por la libertad política, esto es, por la participación del pueblo en las funciones legislativas y ejecutivas. La absoluta independencia de la idea de igualdad –fuera de su concepto de igualdad para el uso de la libertad– respecto a la idea de democracia, se manifiesta en el hecho de que la igualdad, no en su acepción política y formal, sino en cuanto a equiparación material, esto es, económica, podría ser realizada de una forma que no fuera democrática, o sea en la autocracia dictatorial (…) Prescindiendo que al hablar de igualdad económica ofrecida a los ciudadanos por una democracia social no solo se piensa en una igualdad, sino en una abundancia para todos, el concepto de la igualdad puede adoptar significados tan diferentes que resulta imposible considerarlo esencial para el concepto de democracia.

Con el nombre de ‘igualdad’ se quiere dar a entender ‘justicia’, y ésta admite tantas interpretaciones como aquélla. La teoría marxista, o, al menos, una tendencia moderna de ella, especialmente la doctrina bolchevique, aspira a emplazar bajo el nombre de ‘democracia’, no la ideología de la libertad, sino la ideología de la justicia. Pero es una manifiesta corrupción de la terminología aplicar el vocablo 'democracia', que tanto ideológica como prácticamente significa un determinado método para la creación de un orden social, al contenido de este mismo orden, que es cosa completamente independiente. Este desplazamiento ideológico, si no en sus propósitos, por lo menos en sus consecuencias, tiene por resultado que se utilice a favor de un sistema expresamente dictatorial la gran autoridad y crédito de que el lema de la democracia goza precisamente gracias a su ideología de la libertad. Así, sin vacilaciones, se llega a negar –siguiendo el camino de este concepto de la democracia social, contrapuesto al de la política– que exista diferencia entre la democracia y la dictadura, declarando a ésta, cuando se inspira en la justicia social, como ‘verdadera’ democracia. Ello tiene por consecuencia que se deprima de manera injusta la democracia actual, y con ella los méritos de quienes la han realizado, a costa muchas veces de su interés material.”

Hans Kelsen, Esencia y valor de la Democracia, Gua​darrama, 1977, pp.126-128

9.-Qué es Modernidad:

La modernidad es un periodo histórico caracterizado por un conjunto de ideas y cambios profundos en la sociedad occidental, que se manifestó en los ámbitos de la filosofía, la ciencia, la política y el arte y en los modos de vida en general.

La modernidad comprende uno de los tres grandes periodos en que se divide la historia de la humanidad: Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna, además de la Edad Contemporánea, presente.

Tradicionalmente se asocia la modernidad con la idea de la ruptura, pues esta representó con el Renacimiento una ruptura con los paradigmas dominantes en la Edad Media en términos de pensamientos filosófico, político, artístico, etc.

Vea también Renacimiento.

La modernidad inicia en el siglo XV, marcada por un conjunto de eventos de gran significación: como la llegada de los españoles a América, la invención de la impresa, la reforma protestante de Lutero o la revolución científica.

En la modernidad se producen cambios importantes en relación con la concepción del mundo para el ser humano: la razón se impone por sobre la religión (Ilustración, racionalismo), el mito deja de ser la explicación del universo y se empieza a buscar las causas de todo fenómeno a través de la ciencia, el ser humano pasa a ocupar el centro del pensamiento (antropocentrismo, humanismo) que antes pertenecía a Dios (teocentrismo)

En la modernidad, las naciones ven transformada su organización: el Estado, antes en manos de la monarquía y la Iglesia, se seculariza, permitiendo la aparición del poder republicano, guiado por la racionalidad y la justicia.

Vea también República.

En este periodo, también se establecen constituciones, donde son recogidas las leyes que regulan a la sociedad. Es creado un conjunto de instituciones para garantizar la protección de las libertades y los derechos de los ciudadanos, para lo cual el poder público es dividido en tres diferentes instancias: el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial, para controlarse mutuamente.

Durante la modernidad también tiene lugar la revolución industrial y el posterior proceso de industrialización, con todos los adelantos tecnológicos que trajo consigo, que tendría lugar en buena parte del mundo. Esto modifica profundamente en el seno de las sociedades las relaciones económicas y productivas entre los individuos, dando paso a la emergencia de una sociedad industrial y urbana, que rompe con la antigua sociedad preindustrial, rural y tradicional.

La revolución industrial traerá consigo el triunfo del modelo del capitalista, que se reflejará en la vida social y en las nuevas dinámicas a que dará lugar; en este contexto surgirá dos nuevas clases, la burguesía, dueña de los medios de producción, y el proletariado, clase explotada que aporta la fuerza de trabajo, dejando atrás las viejas estructuras de la sociedad feudal.

De estas dinámicas también surgirá una respuesta ideológica con planteamientos doctrinarios en lo político y lo económico que derivará en el socialismo y el comunismo, basadas en el marxismo, sistema de pensamiento opuesto al capitalismo que proponía la lucha de clases para el acceso al poder por parte del proletariado.

Existen diversas posturas en torno al final de la modernidad como periodo histórico-filosófico. Algunos consideran que termina con el final de la primera guerra mundial, momento a partir del cual surgiría una nueva sociedad postindustrial y un periodo conocido como la postmodernidad.

Otros consideran que la modernidad continúa vigente en nuestros tiempos, que aún no la hemos superado, pues un conjunto importante de sus características continúan vigentes hasta el día de hoy.

Cómo citar: "Modernidad". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/modernidad/ Consultado: 6 de octubre de 2017, 09:18 am.

¡ATRAPADOS SIN SALIDA!

Marco Tulio Cicerón | 06/10/2017 | Web del Frente Patriotico

Vivir sin leer es peligroso, te obliga a creer en lo que te digan

Mafalda

Este día 5 de octubre del año 2017 del señor, el dólar “today” amaneció en Bs. 29.387,67, mientras tanto, el dólar DITCOM otro privilegio para ciertos favoritos ha alcanzado Bs.11.311,oo. Paralelamente, el dólar implícito que constituye el dividir la Oferta Monetaria (M2) entre las reservas internacionales se encuentra en Bs. 3.575,oo. De modo pues que si el dólar “today” constituye una muestra de la confianza o desconfianza más bien hacia nuestra moneda ha alcanzado alturas insospechadas, el dólar implícito muestra el hecho indiscutible de que se si eliminara el control de cambios no saltaría a la estratósfera el dólar libre bajo la oferta y la demanda.

La devaluación es la terrible y desgraciada consecuencia natural y lógica de conducir mal la economía. Aparentemente, la economía no se maneja como un autobús del Metrobus, que dicho sea de paso funcionaban bien en los años previos a 1999. En este contexto, ya se ha explicado suficientemente el fuerte impacto que tiene sobre la moneda la emisión de dinero sin respaldo, la pérdida de reservas internacionales, además de los desequilibrios provocados por el descenso de la oferta interna de divisas, supeditada a la reducción del precio del petróleo y la producción de PDVSA. Así mismo, se generan las manipulaciones de los operadores cambiarios ilegales (debido a la evidente carencia de transparencia que genera el control). Como si todo esto fuera poco, ahora se agrega el natural impacto de las sanciones financieras internacionales, que aminoran la generación de ingresos de la nación, gestando mayores descalces entre oferta y demanda de dólares.

Podríamos afirmar que todo esto se traduciría a una sola variable básica: confianza. Esto es, el camino al infierno de la hiperinflación está abonado. La oferta monetaria crece y crece más todos los días, impulsando el crecimiento desorbitado de los precios – y la culpa por supuesto es de Estados Unidos y de las últimas sanciones del Departamento de Estado y del Tesoro de la poderosa nación del norte.

En el plano político, el gobierno demuestra que tiene recursos infinitos para permanecer por muchos años en el poder. Para muestra basta un botón. La prensa electrónica, reseña el anuncio del Senado uruguayo, el cual aprueba de forma unánime una moción de censura contra el embajador de Venezuela en aquella república del sur, debido a que promueve un programa de radio emitido a través de internet titulado “ En clave de revolución”. Dicho programa retransmitido por otra emisora de aquel país viola las normas de la Convención de Viena sobre relaciones consulares. Únicamente con el permiso del Estado receptor puede una embajada extranjera emitir un programa radial o televisivo. Adicionalmente, a esta muestra de soberbia internacional, en el plano local, Delcy Rodríguez presenta la trampa Ley de Amnistía por la Asamblea Constituyente Nacional, arrebatándole una bandera a la oposición y más que una bandera, anulando aún más las funciones de la Asamblea Nacional electa en el año 2015, y ¡ aún nos piden ir a votar ! Por si fuera poco, todo este chantaje político, el CNE lanzó otro de sus trucos, inscribió como candidatos a los candidatos de la oposición a los candidatos perdedores en las primarias de la MUD para confundir todavía más al electorado no gubernamental. ¡ Ya acuden los políticos “opositores” a flagelarse y rogarle al CNE que sea imparcial!

Terminamos este trabajo haciendo nuestras las palabras de Víctor Maldonado en un buen trabajo publicado en La Patilla:

¿Qué es lo que vivimos? Sufrimos los efectos de una mala política, que necesariamente se decanta en una mala economía. Eso es lo primero que tenemos que aprender y asumir. Que política y economía vienen apareadas y que, por lo tanto, no podemos deslindar el discurso populista, irresponsable y taimado, de las secuelas que deja en la prosperidad de la gente. La gente es infeliz en regímenes populistas. Vive de decepción en frustración, con efímeros momentos de falsos entusiasmos. Los populistas obligan al saqueo del futuro, en eso consiste precisamente la depredación irresponsable de los recursos del país a través del estado patrimonialista. Pero hay que señalar que el populismo tiene su propia institucionalidad en los gobiernos extensos y en los partidos clientelares. Venezuela es un doloroso ejemplo. Millones de empleados públicos que presionan a la indisciplina fiscal, causante de la inflación, y partidos que, aunque se presentan como alternativa, no son otra cosa que la convalidación de lo mismo, una oferta demagógica, incumplible, pero sobre todas las cosas, ruinosa. El populismo tiene también su cultura y sus valores, por ejemplo, el rentismo petrolero, la necedad de mantener el criterio de empresas y sectores estratégicos y su concomitante capitalismo de estado, la alusión a la pobreza para justificar que ellos sigan a cargo, la perniciosa imaginación de que las cosas se resuelven por decreto, una especie de legalismo mágico, la anti instrumentalidad implícita que se nota en la incapacidad de resolver cualquier problema, y lo peor, el creer que de una situación así se sale, por las buenas, y gracias a que en cualquier momento ocurre el milagrito. El desafío para nosotros, los radicales, es seguir insistiendo en romper este círculo perverso de complicidades y complementariedades del que vivimos el fatal momento culminante. Los venezolanos se están muriendo de hambre, no tienen como resolver una enfermedad, y muchos han partido en desbandada, apostándolo todo a la fortuna que a veces no les es propicia. La única salida fructuosa es la ruptura ideológica, ética, institucional y programática. Necesitamos apostar por la libertad, la libre empresa, el estado limitado, la soberanía del consumidor, la transparencia y rendición de cuentas de los que son encomendados para que gobiernen por nuestra cuenta. Que eso sea posible dependerá de una sublevación ciudadana que exija más, no siga jugando a la ingenuidad supuesta, asuma su responsabilidad con sus propios proyectos de vida, sea más realista, y se conforme menos.

En la actualidad topamos ante la enorme insensatez de la oposición de creer que las dictaduras acceden a salir del poder por el voto, y algunos de sus intelectuales llamados muy bien, por Antonio García Sánchez, “Los intelectuales inútiles”, sacan a colación el ejemplo de cómo Jaruzelski salió del poder, cuando precisamente fue el último dictador polaco después de finalizar la segunda guerra mundial. Falso de toda falsedad. El propio Pinochet, -muy odiado por sectores de la izquierda y la centro-derecha- porque evitó la dictadura marxista de Salvador Allende, aceptó el referendum presionado por el Comandante en jefe de la Aviación, y así demostró lo alejado que estaba de ser un dictador tipo Francisco Franco ante quien solo rendía cuentas al Dios todopoderoso.

Por lo tanto, estamos atrapados sin salida. Los políticos de la MUD se van a tomar veinte años más para salir –si acaso pueden- de la dictadura marxista-madurista, mientras el ex coordinador de la MUD elegante amanuense de Luis Herrera Campíns, disfruta de una canonjía en un instituto que depende de la inútil Asamblea Nacional electa en el año 2015. Es un juego en el cual los “revolucionarios”, los adulantes eternos de los que gobiernan, los militares corruptos y principales beneficiarios del poder siempre ganan, mientras pierde el pueblo que tiene hambre, que no consigue medicamentos, y que muere todos los días por un hampa inclemente. En el transcurrir de los años, la pobreza ha aumentado del 48% en 2014 al 82% en 2016, según una investigación llevada a cabo por las tres universidades venezolanas de mayor prestigio. En este mismo investigación se descubrió que el 74% de los venezolanos había disminuido en promedio 8,6 kilos de peso de manera involuntaria. El Observatorio Venezolano de la Salud además notifica que en el año 2016 la mortalidad de los pacientes internados se multiplicó por diez, y que la muerte de recién nacidos en hospitales se multiplicó por cien. Sin embargo, el gobierno de Nicolás Maduro repetidamente ha rechazado ofertas de asistencia humanitaria, para seguir ganando el juego que mejor sabe jugar, la creación de miseria.

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