LA ESCALOFRIANTE DEVASTACIÓN DE VENEZUELA
“Son hechos, no palabras. Desgraciados aquellos que los sufren. Malhadados aquellos que se niegan a enfrentarlos con coraje y virilidad. Que la maldición caiga para siempre sobre los culpables.”
Antonio Sánchez García @sangarccs
A Luis Almagro, Secretario General de la OEA
Los datos hablan por si solos: Venezuela ha sido devastada y su destrucción, como Pueblo, como Sociedad, como Nación y como República, parece inexorable. Somos menos de lo que en momentos trágicos de nuestro pasado – la Guerra Federal o Guerra Larga (1859-1853) – llegáramos a ser: un campamento de refugiados asolados por la guerra, la peste, el hambre y la desolación. Con el enemigo durmiendo en casa. Ni siquiera nos pertenecemos: somos una colonia de la tiranía cubana.
En menos de cuatro años, la cifra de venezolanos que se encontraban en el exterior y pudieron ejercer su derecho al sufragio pasó de 62.311 electores, en 2013, a los 720.000 venezolanos que votaron el 16 de julio recién pasado. Es apenas una señal de los millones de venezolanos que han huido del país y cuya cifra real debe ser aún incalculable. Los países del vecindario se han visto obligados a cerrar sus fronteras, elevar las restricciones, mirarnos con temor y desprecio, como apestados y malolientes.
La echonería del tá barato deme dos parece una caricatura sangrienta. El sueño de una noche de verano. El salario mínimo del venezolano, que en mayo del 2012, hace tan solo cinco años, alcanzaba la cifra de $ 295, en mayo de este año 2017, medido en dólares a la tasa del mercado paralelo, sólo alcanza los $36 dólares mensuales. Un trabajador venezolano, en la tierra del oro y los diamantes, el uranio y el petróleo, gana en promedio un dólar diario. Una caída del 88%, única en el mundo. Los efectos nutricionales son pavorosos. Los efectos del descenso en calidad alimentaria de vida son dignos de las peores tragedias africanas. Así lo señala el economista venezolano y prestigioso profesor de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausman, de quien recojo estas espeluznantes cifras: “Medido en términos de la caloría más barata disponible, el sueldo mínimo cayó de 52.854 calorías diarias a solo 7.005 durante el mismo periodo, una disminución del 86,7% e insuficiente para alimentar a una familia de cinco personas, suponiendo que todo el ingreso se destine a comprar la caloría más barata. Con su sueldo mínimo, los venezolanos pueden adquirir menos de un quinto de los alimentos que los colombianos, tradicionalmente más pobres, pueden comprar con el suyo.”
En términos macroeconómicos, la guerra contra Venezuela librada por Hugo Chávez, su sucesor, Nicolás Maduro y su jefe de armas Vladimir Padrino, todos ellos al servicio de la tiranía cubana, son sencillamente espeluznantes: Venezuela es el país más endeudado del mundo y la contracción de su Producto Interno Bruto y de su Ingreso Per Capita sólo puede ser comparado con los de los países más pobres y subdesarrollados de la tierra, asolados por espantosos conflictos bélicos tribales o desastres naturales sin parangón. Es preciso escucharlo en la voz de uno de nuestros más brillantes economistas para mirar por sobre los cantos de sirena electorales y el patológico adormecimiento y catalepsia de las “élites” para ver la tragedia cara a cara y asombrarse de la irresponsable liviandad con la que el Secretario General de Acción Democrática habla de las elecciones presidenciales de un futuro eventual como si estuviéramos en Suiza, ante un clásico mal gobierno y no ante una tragedia colosal, posiblemente la peor que haya vivido un país en la historia de América Latina, y nos sobrara el tiempo para detener el desangramiento de la República:
“El indicador que más se usa para comparar recesiones es el PIB. De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, en 2017 el PIB de Venezuela se encuentra el 35% por debajo de los niveles de 2013, o en un 40% en términos per cápita. ESTA CONTRACCIÓN ES SIGNIFICATIVAMENTE MÁS AGUDA QUE LA DE LA GRAN DEPRESIÓN DE 1929-1933 EN ESTADOS UNIDOS, CUANDO SE CALCULA QUE SU PIB PER CÁPITA CAYÓ EL 28%. ES LEVEMENTE MÁS ALTA QUE EL DECLIVE DE RUSIA (1990-1994), CUBA (1989-1993) Y ALBANIA (1989-1993), PERO MENOR QUE LA SUFRIDA EN ESE MISMO PERÍODO EN OTROS ANTIGUOS ESTADOS SOVIÉTICOS, COMO GEORGIA, TAYIKISTÁN, AZERBAIYÁN, ARMENIA Y UCRANIA, O EN PAÍSES DEVASTADOS POR GUERRAS COMO LIBERIA (1993), LIBIA (2011), RUANDA (1994), IRÁN (1981) Y, MÁS RECIENTEMENTE, EL SUDÁN DEL SUR.
Dicho de otro modo, LA CATÁSTROFE ECONÓMICA DE VENEZUELA ECLIPSA CUALQUIER OTRA DE LA HISTORIA DE ESTADOS UNIDOS, EUROPA OCCIDENTAL, O EL RESTO DE AMÉRICA LATINA.”
Si todos estos datos sólo fueron datos científicos, técnicos o académicos, a lo sumo dignos de ocupar páginas y páginas de la prensa económica del mundo y sorprender a los especialistas en la materia, estaríamos en el abstracto ámbito de las ciencias sociales. El problema radica en que estos datos son la quintaesencia, viva y palpitante, de una realidad real y se expresan más temprano que tarde en las vidas concretas de quienes sirven de cobayas de experimentación a un proyecto de devastación masiva y aniquilación colectiva sólo comparable al que hambreara, gaseara, fusilara e hiciera desaparecer a millones de seres vivos –padres, madres, hijos, familias enteras – bajo las órdenes del comunismo estalinista soviético, el maoismo chino o en el de los Jemeres Rojos camboyanos y su líder Pol Pot, en el comunista de Fidel Castro, Raúl, su hermano y el argentino Ernesto Guevara, pronto a cumplir los cincuenta años de haber sido aprehendido y fusilado. En suma: en todos los experimentos por implantar el comunismo soviético en el mundo.
Hausman y su equipo de colaboradores sintetizan esta tragedia a nivel real, el de la vida y la muerte de millones y millones de venezolanos, excluidos los millones que han huido de Venezuela como de Sodoma y Gomorra y que en un solo día atravesaran la frontera con Colombia para escapar al genocidio en una cantidad inédita: 35 mil emigrantes vecinos, en los siguientes términos, que lo dicen todo:
“La pobreza aumentó del 48% en 2014 al 82% en 2016, según un estudio realizado por las tres universidades venezolanas de mayor prestigio. En este mismo estudio se descubrió que el 74% de los venezolanos había bajado un promedio de 8,6 kilos de peso de manera involuntaria. El Observatorio Venezolano de la Salud informa que en 2016 la mortalidad de los pacientes internados se multiplicó por diez, y que la muerte de recién nacidos en hospitales se multiplicó por cien. No obstante, el gobierno de Nicolás Maduro repetidamente ha rechazado ofertas de asistencia humanitaria.”
Son hechos, no palabras. Desgraciados aquellos que los sufren. Malditos aquellos que se niegan a enfrentarlos con coraje y virilidad. Que la maldición caiga para siempre sobre los culpables.
¿MILITARES O CIVILES?
PACIANO PADRÓN | 05/10/2017 | Web del Frente Patriótico
“La crisis la van a resolver los políticos, no los militares que no deben intervenir”, acaba de sentenciar el Ministro de la Defensa de Venezuela, como si la FAN no tuviera velas en este entierro. No conforme con hacerse el Pilatos, el Gral. Padrino López excluye a importantes sectores de la vida nacional, al espetar que: “No es la Conferencia Episcopal la que la va a resolver, ni los empresarios, no es por la vía militar, son los políticos”. Este padrino está pelao de punta a punta.
Esta crisis brutal que afecta a los venezolanos -que también amenaza crecientemente la estabilidad del hemisferio, y tal vez la de más allá- es de todos los afectados. En primer lugar, es nuestro problema. En consecuencia, ningún venezolano puede eximirse de cumplir el ciudadano deber de participar. Tal vez podríamos preguntarnos si los militares hoy son parte de la solución o parte del problema. Más aún, si son el problema en sí. Nuestra Fuerza Armada tiene un rol fundamental para salir de la crisis. Padrino López y los que como él constituyen el nefasto cogollo del régimen, son el problema, pero la gran mayoría, hasta ahora sometidos y silenciosos, pueden y deben levantar la voz.
Pero hay más, cuando Venezuela hoy está sometida y es víctima de las fuerzas internacionales del terrorismo y el narcotráfico, de la guerrilla colombiana y de la presencia real e insolente de Irak, Irán, China, Rusia y Cuba, no solo nos convertimos en una desgracia para nosotros mismos, sino en un verdadero peligro hemisférico, que pone en juego la paz en la región. Ante tal amenaza y peligro, el derecho a defenderse y actuar podría sobrepasar los linderos nacionales.
Escribí la semana pasada que el régimen imperante en Venezuela, califica de traidores a quienes hablan de solicitar ayuda internacional para nuestra libertad, siendo la verdad lo contrario: Nicolás Maduro y sus secuaces son traidores a la patria, por permitir la invasión de la tierra de Simón Bolívar. Miles de soldados cubanos y sus oficiales, leales a Castro, nos han invadido, están en nuestros cuarteles y mesas de mando; nos han invadido también terroristas internacionales, a quienes el régimen ha dado parte de nuestro territorio para su libre actuación, donde el Estado venezolano ha perdido soberanía, son terroristas que manipulan nuestras riquezas mineras para la extracción de componentes de armas estratégicas y nucleares. Lo mismo ha hecho con el narcotráfico internacional, al convertir a Venezuela en un narco-Estado.
Los militares venezolanos son los primeros en la obligación de defender la patria de la invasión extranjera. ¿Cómo bate la sangre y pulsa el corazón de un soldado cuando ve la bandera de Cuba en un cuartel, o cuando recibe órdenes de un oficial extranjero?, ¿cómo siente un soldado nuestro, en su ser venezolano, cuando le dicen que no puede entrar en tal o cual parte del territorio nacional, porque está reservada a este o aquel grupo del terrorismo internacional, del narcotráfico o de la guerrilla colombiana? Los soldados que tienen sangre en las venas deben reaccionar, tienen la obligación de actuar, es más, tienen el compromiso bajo juramento de defender la integridad de nuestro territorio y la soberanía nacional. Bien acomodaticia la frase de Padrino López, la cual desprecian los soldados venezolanos, al escucharle al general decir que la crisis no es su problema, que no corresponde a ellos resolver. Esos soldados, amantes de la libertad, al igual que los soldados en el Campo de Carabobo que selló la libertad de Venezuela, quieren la ayuda humanitaria extranjera, para vencer a los traidores de la patria que han permitido convertir el nuestro en territorio del crimen. Así como el soldado de Carabobo aplaudió la presencia de la Legión Inglesa y la Legión Irlandesa, hoy aplaudiría la ayuda humanitaria extranjera que nos permita sellar la libertad frente a los invasores traídos por los traidores a la patria.
Padrino López, usted es el problema, o parte de él. Militares como usted y los que integran los cogollos de mando o el Cártel de los Soles, han de ser puestos de lado, a ellos no incumbe la solución de la crisis. Son la crisis de la narco-dictadura militar y comunista.
El "Comandante Fausto" al frente del Ministerio de Minas e Hidrocarburos de Venezuela. La historia comienza.El "hombre de Fidel Castro" en el cargo oportuno..."donde si había lo que él quería" desde 1959 o antes.
LA PANDILLA QUE ASESINÓ A PDVSA
GUSTAVO CORONEL | 05/10/2017 | Web del Frente Patriótico
El asesinato de Petróleos de Venezuela comenzó el día que el fallecido sátrapa decidió colocar a Héctor Ciavaldini en la presidencia de la empresa. Desde ese momento, cinco fueron los jefes de la pandilla que liquidó a PDVSA: Héctor Ciavaldini, Gastón Parra, Ali Rodríguez, Rafael Ramírez y Eulogio del Pino. El actual encargado de la presidencia de la empresa, Nelson Martínez, será el encargado de enterrarla.
En 18 años PDVSA pasó de ser una empresa petrolera organizada a ser un centro de lavado de dinero, endeudada hasta la raíz, soporte de una narco-dictadura, pasto de corruptos e ineptos quienes la han saqueado de manera inmisericorde. El Cuadro 1 nos resume su historia en cuanto a cifras:
CUADRO 1
1998 2017
Producción, barriles diarios, 3 millones 1,9 millones
Refinación, % de capacidad, 85% 49%
Nómina de empleados, 40.000 150.000
Deuda, millardos de dólares 3 80+
% de petróleo pesado 35% 85%
Importación gasolina, b/d cero 80000
Sin embargo, estas cifras no cuentan toda la historia trágica de la empresa. No nos dan la medida de la perversión sufrida por su misión y por sus objetivos; de la corrupción de sus gerentes y contratistas; de sus actividades ilícitas de lavado de dinero y de utilización política de sus recursos; de la manera vil como ha entregado petróleo regalado o fuertemente subsidiado a países extranjeros; de la prostitución de sus cuadros gerenciales y laborales. Esta otra parte de la historia se ha venido documentando año tras año en innumerables artículos y reportajes que serán la base de la acusación que se hará a la pandilla asesina.
Comportamiento de los jefes de la pandilla
Héctor Ciavaldini.
Al nombrar a Roberto Mandini presidente de PDVSA, Hugo Chávez le colocó al lado un comisario político llamado Héctor Ciavaldini. A medida que Mandini se iba desencantando de la manera como Chávez deseaba manejar a PDVSA, la intervención de Ciavaldini se hacía cada vez más grosera. Cuando Mandini protestó, Chávez lo remplazó con…. Ciavaldini. Este personaje había sido un empleado menor de PDVSA y había sido despedido por su incompetencia, por lo cual decidió demandar a la empresa. Cuando fue nombrado presidente, se dio el absurdo de que el nuevo presidente de PDVSA la tenía demandada. La tarea de Ciavaldini fue la de purgar a la empresa de gerentes profesionales y comenzar a militarizarla. Sin embargo, su mediocridad e ineptitud obligaron a Chávez a destituirlo a los pocos meses. Se enfrentó con los sindicatos petroleros, quienes fueron a la huelga, la cual generó su salida de la empresa.
Gastón Parra
La gerencia petrolera se rebeló en contra de la decisión del difunto sátrapa de remplazar a Guaicaipuro Lameda en la presidencia de PDVSA con Gastón Parra, un profesor marxista de la Universidad del Zulia, quien repetidamente había manifestado su odio en contra de lo que él llamaba una gerencia “apátrida”. Parra era un economista teórico que jamás había gerenciado una empresa, mucho menos de la complejidad de PDVSA. Fue un peón de Chávez, quien lo puso allí precisamente para generar una reacción de los gerentes en su contra y lograr así una excusa para tomarla por asalto. Al rebelarse los gerentes, los despidió. Al hacerlo, condenó a la empresa al fracaso, pues ya nunca pudo recuperarse de haber perdido sus mejores empleados.
Ali Rodríguez Araque
Este personaje ha sido una especie de mono de la baraja del chavismo. Ha sido colocado en múltiples posiciones en el régimen y, en todas, ha contribuido al desastre. Su permanencia en PDVSA sirvió para poner a la disposición de Chávez todas las instalaciones, equipos y recursos financieros de PDVSA, a fin de que la autocracia se convirtiera progresivamente en una dictadura. Ali Rodríguez había sido un terrorista en los años 60, dinamitando instalaciones petroleras. En su nueva condición de presidente de PDVSA la dinamitó por dentro, con entera impunidad.
Rafael Ramírez
La entrega de PDVSA al sátrapa se intensificó durante el largo manoseo de PDVSA llevado a cabo por Rafael Ramírez. Durante esta etapa la empresa fue prostituida al convertirse en quincalla importadora de comida (frecuentemente podrida), constructora de viviendas de mala calidad, instrumento financiero de Chávez, vehículo para financiar campañas presidenciales foráneas y domésticas, para entregar petróleo a países “amigos” y para enriquecer contratistas afectos a la “revolución”. Su discurso en el cual entregó la empresa a su amo, Chávez, es un clásico de la corrupción. Durante su estadía en PDVSA llegaron a la faja del Orinoco una multitud de empresas sin tecnología, sin experiencia, sin capital suficiente, lo cual explica el estancamiento que ha sufrido esa región petrolera. El desarrollo petrolero del país se detuvo y fue remplazado por una incesante habladera y por anuncios falsos sobre grandes contratos y grandes inversiones, las cuales nunca se concretaron. Se llevaron a cabo contratos sin transparencia y nunca investigados, como los de Ruperti, los del Aban Pearl, los de Petrosaudí, los de Derwick Associates, además de docenas de otros contratos con familiares y amigos.
Eulogio del Pino
Durante la presidencia de Ramírez, del Pino ya estaba en una posición de co-responsable del desastre. Era Director de Exploración y Producción de la empresa y, por lo tanto, aprobaba todos los fraudes que se llevaron a cabo en este sector. Su entrega a la pandilla y al narco-régimen se acentuó durante su presidencia de PDVSA. Dejó de hablar el lenguaje gerencial que la antigua PDVSA le había enseñado, para comenzar a hablar de la “revolución”, del “gigante Chávez”, de la “gerencia obrera”, de “la planificación estratégica llevada a cabo por cien mil empleados y obreros de la empresa”, una sarta de indignas declaraciones que solo llevaban como propósito su afianzamiento en el poder. Mientras más se hundía PDVSA más hablaba del Pino. Durante su estadía al frente de la empresa remató la faena destructora que había llevado a cabo Ramírez y le entregó a Nelson Martínez una empresa desprestigiada, en quiebra financiera y moral, lo que la revista FORBES llamó “la peor empresa petrolera del mundo”.
Nelson Martínez
arrastrado….
Haber aceptado presidir esta empresa, así desprestigiada y quebrada, nos da la medida de Nelson Martínez. Como factor importante de un narco-régimen moribundo ya nos damos cuenta de lo que podemos esperar de él. Se habla de la “recuperación” de PDVSA y se comienzan a destapar hechos de corrupción que ya conocíamos bien. ¿Por qué? ¿Es que de repente existe un deseo de rectificación, aunque sea demasiado tarde? No. Lo que sucede es que se comienza a ver la clásica pelea entre pandilleros de antes y pandilleros de ahora, lo que llaman en el sector policial un ajuste de cuentas. Los bandidos de Maduro y los bandidos de Chávez están en plena pugna por el poder.
Esta pugna sacará a flote lo peor de las dos pandillas. Mientras tanto, es ya la hora de comenzar a pensar en el modelo petrolero que usara Venezuela para remplazar el desastre que ha sido la PDVSA chavista, empresa irrecuperable.