“Esto solo sucede en Venezuela”, se jactó Nicolás Maduro cuando la comisión electoral declaró los re
THE ECONOMIST: VENEZUELA TIENE OTRA ELECCIÓN DEFECTUOSA
The Economist | 24/10/2017 | Web del Frente Patriotico
“Esto solo sucede en Venezuela”, se jactó Nicolás Maduro cuando la comisión electoral declaró los resultados de unas elecciones regionales largamente postergadas este 15 de octubre. Por alguna vez, el presidente del país puede haber tenido razón. En medio de una calamidad económica en gran parte de su propia creación, con encuestas de opinión que muestran apoyo entre los venezolanos para su gobierno en menos del 30%, su Partido Socialista Unido (PSUV) ganó 18 de las 23 gobernaciones y más de la mitad del voto nacional.
Publicado como “Divide and rule” en The Economist | Traducción libre del inglés por lapatilla.com
Ni los venezolanos ni el mundo se tragarán esta ficción”, declaró Gerardo Blyde, director de campaña de la coalición opositora Unidad Democrática (MUD). El consejo electoral, que toma sus órdenes del régimen de Maduro, había realizado otra ficción antes, en julio, cuando afirmó que más de 8 millones de personas votaron para seleccionar a los miembros de una “asamblea constituyente”, un parlamento simulado diseñado para eludir a la Asamblea nacional controlada por la oposición. El consejo electoral exageró la participación en al menos 1 millón de personas.
La MUD, una coalición de partidos formada en 2008 para oponerse al chavismo, el movimiento fundado por el difunto predecesor de Maduro, Hugo Chávez, boicoteó esa elección. El ejercicio fraudulento provocó una condena internacional generalizada y la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos a Maduro y a otros funcionarios.
Pocas personas fuera del régimen piensan que el voto de gobernador de este mes fue justo. La organización deshonesta de la elección puede haber contribuido al resultado inesperado, pero no está claro cuánto de eso hubo. Otros factores también jugaron un papel. Incluyen divisiones dentro de la MUD y el agotamiento entre la gente común después de meses de protestas este año en las que murieron al menos 125 personas. El gobierno también capitalizó su organización superior para mover sus votantes. El resultado ha puesto una primavera en el paso de Maduro y deja a la oposición sin rumbo y desmoralizada.
La MUD no sabía si participar en las elecciones, que deberían haberse celebrado el año pasado. Las partes más pequeñas se opusieron, diciendo que el voto legitimaría el gobierno dictatorial de Maduro. Fueron rechazados por la mayoría, que calculó que ganarían muchas gobernaciones o que tendrían motivos adicionales para atacar al régimen como antidemocrático.
Pero la oposición no obtuvo ni una victoria real ni una moral clara. Le costó mucho reunir a sus seguidores. “Hubo un bajo entusiasmo dentro de las bases de la oposición para estas elecciones”, dice Félix Seijas, estadístico de la Universidad Central de Venezuela. Deprimidos después de cuatro meses de protestas infructuosas, “nunca vieron el vínculo entre las elecciones regionales y el juego más grande”.
El régimen hizo todo lo posible para mantenerlos en casa. Cambió la ubicación de los colegios electorales en bastiones antigubernamentales horas antes de las elecciones. Sembró confusión al dejar en las boletas los nombres de algunos candidatos de la oposición que habían perdido en los concursos primarios. Al mismo tiempo, el gobierno intimidó a la gente para que respaldara al PSUV. Envió mensajes de texto a los trabajadores estatales diciéndoles dónde votar y para quién. En al menos un estado, Vargas, paquetes de alimentos subsidiados se colocaron fuera de un colegio electoral el día de las elecciones. En un momento de escasez de alimentos e inflación de más de 700%, estos habrían sido difíciles de resistir, especialmente para los votantes más pobres, que tienen más probabilidades de apoyar al gobierno.
La participación fue un poco más del 61% según las cifras oficiales del CNE y los candidatos del PSUV obtuvieron el 54% de los votos. Para lograr ese resultado sin alterar las papeletas, casi todos los partidarios del gobierno tendrían que haber votado, dice el Sr. Seijas. Y eso, piensa, es “improbable”.
La MUD está sacudida. Mientras que Maduro celebró la democracia “récord” de Venezuela, reinaba la confusión en la sede de la oposición en Caracas. Los líderes al principio respondieron a los resultados con un sorprendente silencio por más de una hora. Salieron a decir que el MUD no reconocería los resultados; pero no hicieron acusaciones específicas de fraude. Su temblorosa reacción es “desconcertante”, dice David Smilde de la Oficina de Washington para América Latina, una ONG. “¿Cómo es posible que no hayan considerado varios escenarios y no tuvieran un plan?”
Las divisiones dentro de la MUD se han ampliado. Los candidatos exitosos, incluidos los gobernadores electos de Táchira y del Zulia, en la frontera con Colombia, reconocieron sus propios resultados, aunque se negaron a prestar juramento ante la asamblea constituyente. Lo mismo hizo Henri Falcón, el gobernador de Lara, quien perdió su asiento. “Perdimos y tenemos que aceptarlo”, dijo.
Animado por el voto regional, Maduro puede seguir adelante con una elección presidencial, que se realizaría a fines de 2018. Algunos analistas creen que los chavistas encontrarán un candidato más popular para reemplazarlo, disminuyendo la necesidad de robo electoral. Héctor Rodríguez, un joven confidente del presidente que ganó la gobernación del estado Miranda, es una posibilidad.
Quienquiera que sea, el candidato chavista pudiera correr sin oposición. La MUD ha sugerido que no participará en otras elecciones a menos que la comisión electoral se haga independiente. Tendría problemas para elegir un abanderado. El líder de la oposición más popular, Leopoldo López, se encuentra bajo arresto domiciliario después de pasar más de tres años en prisión. Henrique Capriles, el ex gobernador de Miranda, quien casi derrotó a Maduro en las elecciones presidenciales de 2013, ha sido acusado de delitos menores relacionados con el presupuesto y ha sido excluido de optar a cargos de elección durante 15 años.
Muchos venezolanos están hartos de la política. La emigración de la clase media se ha disparado. Colombia dice que la migración neta mensual de Venezuela se duplicó con creces a 56,000 de junio a agosto. Sabine Rodríguez, estudiante de medicina, hizo cola durante horas para votar en las elecciones, pero con poco entusiasmo de que tenía sentido. “Creo que este país está perdido”, dijo.
ENTRE TRAIDORES, ABSTENCIONISTAS Y MEDIOCRES
Thays Peñalver | 24/10/2017 | Web del Frente Patriotico
Hay que tener cuidado con la imagen que estamos proyectando al mundo con la teoría de que el chavismo ganó por la “abstención” y del “hay que reconocer que el madurismo es una fuerza”. Porque el mundo de inmediato piensa que la mayoría de habitantes creen que Maduro es mejor líder que la oposición y que su modelo de gobierno, para los votantes, es mejor al que ellos proponen. En fin que prefieren a Maduro, con su dictadura, con la corrupción desbordada y comer de la basura, a votar por la oposición y que para ganarle a los que apoyan ese modelo, tienen que votar hasta las mascotas de la oposición. En fin que de acuerdo a la teoría de la “abstención” nada deteriora al madurismo que crece y crece en cada votación, porque la abstención, sólo afecta a uno de los bandos.
Que un político no quiera admitir que fue un error no está bien. Que admita tamaña mediocridad es mucho peor, que sostenga que Maduro tiene la fuerza de Chávez, es que está con el chavismo y punto.
Lo que tienen que reconocer algunos opositores con Síndrome de Estocolmo es que nosotros somos la única y gran fuerza. Leopoldo está inhabilitado y no puede ni hablar, suéltenlo y hablemos de reconocer fuerzas, que suelten a Ledezma a recorrer las calles, vamos a ver si María Corina no les arrastra gobernaciones, pero no podemos escogerla, Henrique está Inhabilitado ¿quién hubiera ganado Miranda?, Richard Mardo ¿quién hubiera ganado Aragua?, Liborio Guarulla ¿quién hubiera ganado Amazonas?, Enzo Escarano habría arrasado en Carabobo, que suelten a Daniel Ceballos a ver si hay cupo para otro candidato. Pero mientras a parte de la oposición le convenga que el chavismo siga acabando con los verdaderos líderes para tener chance de postularse algún cargo, no hay tutía, la culpa la tendrá el elector que será un traidor por no ir a votar por los candidatos que el gobierno quiere tener de contendores.
Que vergüenza de postura. Desde que muchos permitieron y no pocos aplaudieron por conveniencia que se arrasara con el liderazgo de Zulia, Carabobo o Monagas mucho antes. ¿Qué Maduro es una fuerza hoy? no por votos, amigos, el es el que finalmente está designando a casi todos los candidatos. Es el que convirtió las elecciones únicamente de gobernadores -cuando le dio la gana de hacerlas- en un despropósito entre la revolución y muchos candidatos de la cuarta república o sin liderazgo alguno. Es el chavismo el que podando el árbol, por default, escoge al candidato con menos chance y sobre todo con mayor rechazo, para montar un espectáculo electoral que lo legitime mundialmente.
No. A mi no me vengan con cuentos. La fuerza gigantesca es la oposición. Suéltenla, que regresen, que puedan hablar e inscribirse. Pero mientras eso convenga, no hay tutía. Nos ganaron por culpa de los idiotas que no fueron a votar. Así que hablemos de abstención. Porque esta, no es una causa, es una consecuencia.
Estas elecciones fueron organizadas previamente y cuando ocurrieron fue un atraco a mano armada. Lo de Miranda, Bolívar y Carabobo amigos, no tiene otro nombre: fue un simple atraco a mano armada.
En Amazonas traicionamos, repito traicionamos a los electores de ese Estado cuyo liderazgo había ganado desde 2001 y el gobierno por default nos impuso un candidato inviable y nos pasaron la factura. Pero antes de hablar de traidores y traicionados es necesario establecer algunas precisiones, porque la gente es muy simplista en sus análisis, partiendo de un mundo completa y totalmente irreal: Twitlandia. Ese universo de clase media que tiene dos posturas: “aquí hay que votar hasta por el caballo del César, porque el enemigo es la dictadura” combatiendo a las huestes del “dictadura no sale con elecciones” y sus millones de variantes. Que sólo confluyen con ese: “y bueno que propones tu”. Ambos bandos son una exigua minoría. El mundo de los twiteros no es un universo, es un pueblito minúsculo y como todo pueblo pequeño, el infierno es grande. Basar los análisis en ese mundo es el peor error que podemos cometer. Veamos.
¿Es cierto que casi el 60% de la clase media se abstuvo?, ¿la clase “twitera” se quedó en sus casas?. ¿ Pudo haber ganado Ocariz con los 84 mil habitantes de Chacao, Baruta, el Hatillo y Leoncio Martínez?. Con esas cifras en la mano todo pareciera claro, pero esas cifras no son reales. La realidad es que desde el 2008 la clase media se ha venido marchado del país, en esos lugares específicamente ocurre un verdadero drama silencioso, en cada edificio cada vez hay menos luces encendidas en las noches, los apartamentos se han vaciado y dentro de los que todavía hay luz, habitan los mayores, los que no se han podido marchar. Tras cada despedida en el aeropuerto, no solo se desgarran los amores, sino los votos de la clase media. Por eso acudir a un centro electoral opositor en esas zonas, es como acudir a un ancianato un domingo. No son solo los hijos y los nietos, millones de votantes se han marchado.
Piénselo. Ese es el verdadero universo. ¿Cuantos de sus amigos, familiares, primos y tíos, conocidos ya no están cerca de usted?, De su promoción y de cada promoción de estudiantes universitarios que se gradúan, ¿cuántos se marcharon y cuántos están por marcharse?. Haga ese cálculo con sus contactos o su gente en Facebook ¿cuántos le quedan, quizás el 40%? Allí se dará cuenta que eran abrumadoramente votantes opositores y que la abstención de las clases medias, es una consecuencia y no una causa. Una consecuencia que lamentablemente se cuenta por millones de votos que ya no están, ni estarán para la próxima votación.
Por eso más allá de una minoría exaltada en twitter, lo que queda de la clase media en Miranda, la clase twitera en política, votó en estas elecciones, pero con ellos no ganamos, ni perdimos. La realidad está en la abstención de otros 200 mil votantes menos privilegiados y el verdadero problema amigos, es la gente que no está en twiter, ni lee la prensa en los portales, ni sigue influencers, ni mucho menos cree en los políticos de la oposición, ni tiene tiempo para escuchar radio porque está sobreviviendo. Esa gente que hoy, no cree en nadie porque su vida se hizo añicos, su bolsillo está tan vacío como su estómago, allí donde la abstención y el hartazgo con los políticos también es una consecuencia. Con ellos no caben razonamientos elaborados en un think tank de la intelligentsia opositora, allí es donde el Caballo del César, no cuenta.
El resto es ego desbordado. Al ganar la Asamblea no se dieron cuenta que dos millones de almas estaban votando en represalia por su situación. No era que el poco liderazgo que no está preso, encantó. Ni siquiera conocían por quienes estaban votando. Era un voto castigo y había que aprovecharlo, porque de no hacerlo, el castigo se devolvería.
Así que el problema no es con la minoría que se sintió traicionada por el fin de la presión de calle y no salió a votar. La diferencia entre Chacao o el Hatillo entre la Asamblea y las regionales es del 28%, pero el problema es con la mayoría que no cree en nadie. Me refiero a la verdadera abstención, pues el 50% de los votantes que apoyaron a la oposición para la Asamblea en las barriadas más pobres de la Dolorita, Caucagüita y la Bombilla de Petare se quedaron en sus casas. Lo mismo ocurrió en las barriadas más hambrientas de Carabobo y de infinidad de lugares pobres, donde esta el setenta por ciento de los 2.095.149 electores que votaron para la Asamblea, pero que decidieron no participar en las regionales. Sin ellos, no había manera de ganar, ni habrá manera de ganar las municipales, ni mucho menos las presidenciales. Sin ellos, que no siguen ni a María Corina, ni a Leopoldo, ni a Falcón, ni a Ramos Allup, ni a uno o mil twitteros, no hay manera de ganar. Y son ellos, ese millón setecientos mil electores de las barriadas populares, los que no votaron.
Así que el problema señores del estamento político, de ser cierta la mediocridad confesada. No es la abstención de los twitteros de clase media. El problema del domingo habría sido que la causa, no la consecuencia, con aquellos que depositaron su voto para la Asamblea para que ocurriera un cambio, los más necesitados no fueron convencidos de votar. La causa y no la consecuencia es que no vieron en ustedes una solución para sus problemas. Porque a ellos, a esa vasta mayoría le interesa un comino la dictadura, la consulta, la Constituyente etc. lo único que importa es sencillamente como resolver el hambre diaria de los suyos y si ustedes, frente al mayor drama de la historia, confiesan abiertamente que no son la solución, todos sabemos a dónde dirigirán su mirada.
Así que siguiendo la misma lógica del “no hubo fraude y todo es culpa de los twitteros” quien sí lo habría logrado es el régimen que obró un milagro y subió setecientos mil votos desde las elecciones de la Asamblea. El domingo mágicamente, los barrios más empobrecidos aumentaron hasta un 20% su caudal de votos a favor del gobierno, contrariamente a todos los sondeos, incluidos los del mismo gobierno. ¿Fue un milagro?, en lo absoluto. Smarmatic nos dejó claro quién pone los números finales y mi querido amigo Andrés Velásquez nos lo probó, una cosa dicen las actas y los testigos y otra muy distinta la plataforma del CNE.
Porque la abstención es una consecuencia. Pero siempre inexorablemente se lleva a los dos bandos porque el desestimulo es siempre igual para todos, la basura sabe igual en un bando o en el otro. Pero cuando uno de los bandos sube de popularidad de pronto y sin sentido, allí no opera otra cosa que no sea un fraude. Un fraude que nuevamente es imposible de descifrar porque faltan 30% de las actas y al parecer miles de testigos.
No amigos políticos. Hablar de abstención “únicamente” opositora, es confesar su mediocridad como políticos. No hablemos ni de traidores, ni de traicionados porque aquí el asunto es otro. La gente de la Dolorita, Caucagüita o la Bombilla de Petare, no salió a votar masivamente como si Chávez estuviera vivo. Esa gente está mucho mas desanimada que los twitteros más radicales. Como bien lo alertó el dueño de Smarmatic, a esos votos les pasó lo mismo que a las actas de Andrés Velázquez.
LOS VAGABUNDOS
Antonio Sánchez García | 24/10/2017 | Web del Frente Patriótico
No es el título de una novela de Charles Dickens, Víctor Hugo o Fiódor Dostoievski, que bien podrían habernos dado otros títulos perfectamente aplicables al caso: Grandes Esperanzas, Los Miserables, Crimen y Castigo. Que lo que le sucede a Venezuela es digno del regreso al futuro del Siglo XIX, que diera vida a esos grandes novelistas. Y a nuestros dictadores, déspotas y tiranos. Rescatados por Joseph Conrad en la figura de Guzmán Bento, el tirano de Costaguana en Nostromo*. Hoy reciclados y tan de moda en la región. Pero es que no recuerdo otro caso de vagabundería – término propio del argot, la moral y la picaresca política venezolanas – más flagrante y folclórico, de consecuencias más trágicas y vergonzosas como la que nos ha traído al peor descalabro de la historia de la sedicente Costaguana venezolana. Una vagabundería nada espontánea, insólita o inesperada: fue planeada y ejecutada con frialdad criminal y a perfecta conciencia de los objetivos planteados por la tartufesca complicidad de unos y otros: permitir la sobrevivencia de la dictadura y su parapeto electorero, garantizándole su eventual transición hacia la tiranía totalitaria. Con o sin un posible interludio de Sexta República o una trémula democracia de los tartufos. Un contubernio MUD-PSUV. ¿Juego de arcanos, complicidad de estafadores o argucias de la historia?
El término “vagabundería” no figura en el DRAE, pero sí en su Diccionario de Americanismos como de uso corriente en Venezuela y Panamá: “corrupción o tráfico de influencias”. En República Dominicana, como “desvergüenza, insolencia”. La ofensa al buen tino, a la integridad, a la decencia y la carencia de respeto de las autoridades de todos los bandos escenificado en Venezuela este pasado 15 de octubre no puede encontrar otra categoría explicativa que el de “vagabundería”, pues en dicho evento actúan de consuno la corrupción, el tráfico de influencias, la desvergüenza y la insolencia. Sólo falta la clave que lo hizo posible: la complicidad de los actores con un proyecto estratégico que lleva dieciocho años de desarrollo, hasta lograr las condiciones ideales para un salto cualitativo, estratégico, en 180 grados, hegeliano, desde la República democrática de Punto Fijo a la Tiranía totalitaria; del liberalismo en crisis al castro comunismo crítico. Una faena de tal magnitud y alcance continentales y hemisféricos que sólo podría ser lograda de otro modo que mediante le epifanía electoral por una guerra devastadora con la aniquilación de uno de los bandos – lo que no ha sido el caso – o con su alcahuetería, complicidad y colaboración. Lo que, en efecto y por doloroso que resulte reconocerlo, sí parece haber sido el caso. El muerto del 15 de octubre era demasiado pesado – 30 millones de almas – como para que pudieran cargar su urna solamente los asaltantes: fueron necesario los hombros de algunos de sus cómplices: los vagabundos. Fue un acto fúnebre de vagabundería.
Los hechos son tan evidentes y notorios, que asombra la liviandad y presteza con que de uno y otro lado corren a certificar su impecabilidad mientras las viudas de siempre se rasgan las vestiduras y protesten airadamente por el intrusivo atrevimiento del Secretario General de la OEA al llamar “instrumentos del fraude e incapaces de defender el voto” a sus oscuros e impotentes instrumentos.
Ante el escándalo, los hechos: el 15 de julio aproximadamente siete millones setecientos mil ciudadanos aprobaron por unanimidad un mandato popular con tres puntos perfectamente claros y discernibles, del que posiblemente el de mayor impacto y pertinencia era el de desconocer cualquier Asamblea Nacional Constituyente que la dictadura se sacara inconstitucionalmente de la manga. Los otros dos: salir de Maduro y liberar a los presos políticos. Quince días después y ante la brutal evidencia del rechazo mayoritario a la dictadura, a la que todas las encuestas serias, objetivas y responsables no le otorgaban más de un 15% de respaldo popular, lo que traducido en votos no superaba los dos millones y medios de electores, parió entre las 5 y las 8 pm nada más y nada menos que ¡ocho millones de electores! Tan burdo y manifiesto fue el desafuero electoral, que la propia empresa Smartmatic, hasta ese día responsable de proveer a la dictadura de la parafernalia electoral automatizada, empacó toda su documentación probatoria y huyó del país, estableciéndose en Londres, desde donde declaró la naturaleza comprobadamente fraudulenta del plebiscito constituyente en cuestión. Liberándose de toda responsabilidad en el asalto a mano armada.
Coincidieron con Smartmatic viejas figuras del establecimiento como la ex fiscal general de la república Luisa Ortega Díaz y el ideólogo originario del chavismo Hans Dieterich. Tan colosal y burdo fue el parapeto del fraude, que en rigor nadie se lo tomó en serio. Lo que no le estremeció el cabello a su principal gestor y beneficiario, Nicolás Maduro. Quien, perfectamente consciente del terreno que pisaba, las alianzas secretas, públicas o semipúblicas hilvanadas con sectores claves de la oposición partidista residentes en el destartalado edificio de la MUD, avanzó un paso más y fijó las fechas para las elecciones a gobernadores, hasta entonces encaletadas en las gavetas de su despacho a la espera de la circunstancia oportuna. Terminó de hilvanar su urdimbre sacando a empujones de la prisión de Ramo Verde al líder opositor Leopoldo López, lo mandó a su casa, volvió a devolverlo a Ramo Verde para cantarle las verdades del arreglo ya cocinado – callarse la boca y asentir a lo que acordara con el correveidile del régimen, José Luis Rodríguez Zapatero, – y lo devolvió ya definitivamente a su domicilio, su boca y sus ímpetus insurreccionales sellados para siempre. Era el momento del guamazo: dictó elecciones para el 15 de octubre y obtuvo lo que quería de una dirigencia opositora perfectamente amaestrada: olvidando el brutal fraude del 30 de julio, aceptando los dictados del CNE ya a la orden de la ANC – que nadie, en el mundo democrático ni al interior de los propios partidos de la oposición reconociera – y sabiendo que pasarían por las horcas caudinas de las matronas del engendro electoral como leones desdentados tras sus terrones de azúcar, le dieron la aprobación, el vamos, la luz verde.
Aquí, mágica proeza de la prestidigitación totalitaria, no había pasado nada.
(Cabe aquí, que poco hay que agregar que no sean los hechos, un breve aparte: 18 gobernaciones para el 15% oficialista, y cinco para el 85% opositor, de los cuales 4 para el partido puente, AD. Valga, pues, una coda interrogativa a modo de sorprendente final: ¿los partidos de la MUD –PJ, AD, VP, UNT, AP, la Causa R – fueron al cadalso con o sin acuerdos previos? ¿Creyeron en los pajaritos preñados de Tibisay Lucena? ¿Sobredimensionaron la potencia arrolladora de sus propias fuerzas partidistas? ¿Pensaron que con ese 15% del lado del régimen y ese 85% del lado opositor el fraude no tendría tutía? ¿Hubo acuerdos transversales de unos con otros y otros con unos? ¿Supo AD que sería el único beneficiado, así fuera en pequeña escala, lo que le permitiría terminar de ponerle el pie encima de una vez y para siempre a su enemigo de siempre, Henrique Capriles, y enterrar en sus tumbas a sus únicos y verdaderos contrincantes: Antonio Ledezma y Leopoldo López? ¿Supo el líder de Voluntad Popular que daba un salto al vacío arriesgando perder su inmenso capital político y su drástica desaparición del escenario, rodeado del descrédito? ¿Imaginó Julio Borges que se jugaba a Rosalinda su obra de años y saldría trasquilado como un monje trapense?
“The answer, my Friend, is blowing in the wind…The answer ist blowing in the wind…”
*Nostromo es una novela política del escritor polaco-británico Joseph Conrad, publicada en 1904, que trata los asuntos de una república ficticia de Suramérica, denominada "Costaguana". Fue originalmente publicada en dos volúmenes en T.P.'s Weekly. En 1875 o 1876 -cuando viejo y famoso nunca fue muy preciso sobre la fecha visitaba la costa atlántica colombiana un joven marinero polaco, grumete del velero francés Saint Antoine, barco pequeño que hacía un lento viaje de cabotaje, y talvez de tráfico de armas, por islas del Caribe, y las costas de Venezuela y Colombia. Costas bien dreary (tristonas), recordaba después, y una que otra "baja costa pestilencial de manglares". Puso pie en tierra en Santa Marta. En las afueras del puerto, le tocó huir de un "hombre casi fiera", que lo amenazó cuando intentó comprar una limonada. El joven marinero, de unos dieciocho años entonces, era Joseph Teodor Konrad Nadecz Korzeniowski, mejor conocido por la versión inglesa de su apellido: Conrad. Su viaje, aun con el riesgo de haber sido atracado por querer calmar la sed, no fue en sí memorable.
Un cuarto de siglo después, cuando hacía el esfuerzo de transformar las pequeñas irritaciones de su memoria en una visión de "toda una época en la América del Sur", el novelista Conrad se quejaba de lo poco que recordaba: "Mis contactos con la tierra fueron breves e interrumpidos [...] si mencioné doce horas, eso se relacionaba con Puerto Cabello [...] Eso hace ya tanto tiempo [...] Unicamente una pequeña mirada, hace veinticinco años".
Sin embargo, esa "pequeña mirada" tuvo un resultado literario monumental: su novela Nostromo, de 1904. Nostromo es, sin duda alguna, la mejor novela en la lengua inglesa con tema y escenario de América Latina, y una de las pocas novelas en cualquier lengua que maneja con éxito grandes temas políticos: orden y anarquía, revolución e imperialismo, capital, libertad, democracia, demagogia...
El inglés fue la tercera lengua, o incluso la cuarta, de su autor, después de su polonés materno, algo de ruso y francés. Pero su nacimiento polonés y católico le ayudaba. No compartía la arrogancia anglosajona del siglo pasado frente a las destartaladas repúblicas del trópico, ni el rechazo protestante de las sociedades católicas, especialmente de las sociedades católicas latinas.
Por lo menos sus escasas memorias de juventud guardaban cierta nostálgica intensidad: "Todo era fresco, tan sorprendente, tan venturoso, tan interesante; pedacitos de costa extraña bajo las estrellas, las sombras de las montañas, pasión humana al atardecer; chismes medio olvidados, caras ya casi ensombrecidas por el olvido..." Sirvieron mucho en su evocación de la geografía y del ambiente físico de su imaginaria república de Costaguana, y de su provincia progresista y separatista de Sulaco, puerto sobre el golfo Plácido, al pie de la montaña de Higuerota, cuyas nieves perpetuas, vistas desde mar adentro, flotan como nubes inmóviles en el azul cielo tropical...
Costaguana es sin duda una república heredera de la Gran Colombia. Jorge Luis Borges confirma este hecho en su cuento Guayaquil, en el que hace figurar a Costaguana, el mismo país imaginario del ilustre novelista polaco-inglés, y hace este sutil homenaje a otro gran maestro del lenguaje: "Acaso no se pueda hablar de aquella república del Caribe sin reflejar, siquiera de lejos, el estilo monumental de su historiador más famoso, el capitán Joseph Korseniowski". Borges reconoce la esencial naturaleza caribeña de Tierra Firme, del país imaginado, y no se deja engañar por otros elementos más accidentales de la novela. Para reforzar sus recuerdos, Conrad se puso a leer libros de viajeros -confesaba que sufría bastante con esta lectura- e inyectaba en su propio libro detalles folclóricos, apellidos, episodios de otras partes: del Río de la Plata, del Paraguay... Disfrazaba deliberadamente sus recuerdos reales de 1875 o 1876.
Tal vez sea por eso que la novela no haya tenido más lectores en Colombia, aunque existen buenas traducciones al castellano, y a pesar de que el libro está ligado a la historia del país con nexos más intelectuales que el tedioso viaje de su autor, entonces joven e inconsciente, o que su poca satisfactoria visita a Santa Marta.
La novela se desarrolla en el puerto imaginario Sulaco cuya economía depende de la minería de plata. Dibuja las características de la política interna e internacional en los países latinoamericanos de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX y la intervención de Estados Unidos para asegurar sus intereses económicos. Las guerras civiles de las élites criollas, las intrigas y el supuestamente "incorruptible" líder popular, determinan finalmente la secesión de Sulaco que se declara independiente de Costaguana, en aras de asegurar la mina de plata de San Tomé a los estadounidenses y a sus asociados en la élite local. Conrad se inspiró en los sucesos reales de Colombia y la separación de Panamá apoyada por Estados Unidos en aras de asegurar el control del canal interoceánico, suceso ocurrido en 1903, un año antes de la publicación de la novela.
Sulaco, con el apoyo de los recursos y conexiones internacionales de una gran mina de plata, la mina de San Tomé, se separa de Costaguana, y muy pronto logra la protección y el reconocimiento de la gran república del norte. Conrad escribió Nostromo mientras Panamá se separaba de Colombia. En su correspondencia con Cunninghame-Graham consta su reacción: "¿Qué piensa Ud. de los Conquistadores Yanquis en Panamá? ¿Bonito, no?"
Nostromo cuenta cómo en aras del progreso material Sulaco se separa de Costaguana, su convulsionada república madre. Cualquier lector colombiano notará los paralelos, y el historiador observará también otras referencias a la historia colombiana -una batalla que suena a la de Garrapata, un periódico que se llama El Porvenir-, a la historia de repúblicas vecinas (el nombre del dictador Guzmán Bento) o lejanas: el mismo dictador Guzmán Bento se parece mucho más a Francisco Solano López del Paraguay, que a Guzmán Blanco de Venezuela.
No todos los críticos, sin embargo, han reconocido la rotunda sutileza de la obra. Hecha raíces en una era de "caudillos bárbaros", y termina, incluso en una fecha tan temprana como 1904, con los agitadores marxistas. Confronta el imperialismo, la fuerza impersonal y transnacional de los intereses materiales, y lo condena como inadecuado. No obstante, su condena no es simple: a la pequeña república de Sulaco, medio bien y medio mal nacida, le falta un proyecto moral. Pero la vieja Costaguana está todavía más lejos de ser un paraíso, a no ser un "paraíso para culebras".
"Insuficientes -pensaba Conrad de sus lejanas memorias de marinero principiante- como para servir de base a toda una novela". Pero con algunos libros de viajes, con unos cuantos encuentros con Santiago Pérez Triana, y con su imaginación genial, bastaba. Imposible en tan corto espacio intentar resumir un libro como Nostromo. Legítimo señalar su actualidad frente a la nueva era nacional del petróleo y de la gran minería.
¿Y el "hombre casi fiera"? Conrad no desperdiciaba nada. Aparece casi veinte años después de la publicación de Nostromo en el escenario lejano-oriental de la novela Victory, como Juan Pedro: "Es un cazador de caimanes -dice su amo-¿Fue una adquisición mía en Colombia, sabes? ¿Conoces a Colombia?" "No", dijo Schonberg muy sorprendido. "¿Un cazador de caimanes? ¡Qué oficio tan curioso! viene de Colombia, entonces?" "Si, pero he estado viniendo hace mucho tiempo".
Aunque Conrad preparó la novela leyendo relatos de viajeros a América latina, como Seven Eventful Years in Paraguay (Londres, 1869) de George F. Masterman, Edward B. Eastwick y Venezuela or Sketches in the life of a South American Republic, with the History of the Loan of 1864, (Londres, 1868); su fuente principal parece haber sido el colombiano Santiago Pérez Triana, quien vivía en Londres, era hijo del ex presidente de su país Santiago Pérez Manosalva y había escrito el libro Cincuenta años de desgobierno. Según el propio Conrad, con el personaje de José Avellanos, evoco a Pérez
La larga noche de nuestra barbarie.
Antonio Sánchez García
Noticiero Digital 24 agosto, 2014
No es el caso yucateca, en cuyas selvas lacandonas y gracias a observaciones satelitales se descubren ciudades enterradas bajo siglos de salvaje y selvática naturaleza invasora. Comienzan los arqueólogos a descubrir ciudades que florecieron hace mil cuatrocientos años, construidas con arte y maestría deslumbrantes, dejando testimonios de insólita belleza y un gran desarrollo cultural. La civilización que nosotros, caribes, para nuestra infinita desgracia, jamás tuvimos.
Es el caso de una sociedad, la nuestra, que floreció con sus mejores frutos hace tan solo veinte, treinta o cuarenta años sacudiéndose dos siglos de salvajismo y barbarie, que reflejó esperanzas civilizatorias y que, como producto de una explosión volcánica desperezara una vez más su costra de barbarie y salvajismo para dejar ver la vigencia de lo más oscuro de este corazón venezolano, jamás liberado de sus tinieblas.
No uso sustantivos y adjetivos por azar. El corazón de las tinieblas – The Heart of Darkness *– es una extraordinaria novela del polaco británico Joseph Conrad, profunda, directa y breve, que retrata la asincronía de desarrollos entre la profunda barbarie del corazón del Congo y el brutal colonialismo expoliador belga, imperial y genocida, mediatizados por el comercio del marfil y un país convertido en empresa privada del emperador Leopoldo I. La propia dialéctica de la Ilustración. Mientras más progresas, más rápido y profundo el retorno a la barbarie.
Para quienes no conocen la novela, sirvió de tema al guión que usara Francis Ford Coppola para filmar Apocalypse Now, aunque ambientada en los escenarios de la guerra de Vietnam. A fines del siglo XIX, un enviado de la compañía comerciante en marfil propietaria de esos vastos e inexplorados horizontes se adentra en el corazón del Congo para hacerse de uno de sus agentes, el más provechoso y útil, que enloquecido y arrastrado por la dialéctica colonial ha decidido independizarse y convertirse en el caudillo omnipotente y todopoderoso, el más cruento y más salvaje a la cabeza de una tribu de salvajes, montando un reino del horror y de la muerte. Nunca agente alguno había recolectado tanto marfil: la perfecta expresión del horror del colonialismo expoliador.
Alejo Carpentier retomaría el motivo en Los pasos perdidos, aunque llevado por otros intereses, de naturaleza más antropológica y cultural. Que Joseph Conrad actuaba profundamente impactado por los desastres políticos causados por el colonialismo lo demuestra su obra entera, desde Lord Jim hasta Nostromo, esa novela que bien pudo haber estado influenciada por la realidad sociopolítica de la Venezuela del último cuarto de siglo 19. Como que sucede en un pueblo imaginario de las costas colombovenezolanas y el tirano recibe el nombre de Guzmán Bento.
Leí El corazón de la tinieblas mucho antes del asalto al poder por la barbarie chavista. Pero nada más verlo en acción debí rendirme a la evidencia de que constituía el revival del horrendo tema de Conrad: en lo más profundo, salvaje e intrincado de la sociedad venezolana se había hecho fuerte un ambicioso de gloria y majestad que, cual Kurz, el personaje que en la película es interpretado por Marlos Brando, luego de apropiarse de las armas y las instituciones de la República de Costaguana desataría los demonios que subyacen en el estrato más bajo y oculto de la conciencia tribal venezolana.
Kurz, el emperador de la barbarie, muere con un sola palabra en sus labios: “¡horror! ¡horror!”. Poco importa la que tuvo en los labios aquel cuyo despojo encerado es venerado en la cumbre de un rancherío caraqueño, en donde pulula la barbarie. No tan lejos de allí, cerca del túnel de los Ocumitos, una familia formada por gente adulta acaba de protagonizar una escena digna de El corazón de las tinieblas: convencidos de que una de las hermanas de esta numerosa familia había sido poseída por un espíritu maligno, el menor de ellos, de 22 de años, decidió curarla protagonizando un extraño rito de exorcismo. Sentados en círculo en torno suyo, pidió cerraran los ojos durante un minuto, durante los cuales introdujo su mano hasta la garganta de la exorcizada y otra de sus hermanas, ahorcándolas en el acto. No sucedió lejos ni en el tiempo ni en el espacio: sucedió en Caracas hace algunas horas. (http://m.tmi.me/1eGBfS).
¿No pareciera una reproducción metafórica del exorcismo con el que un teniente coronel pretendió sanar a una sociedad entera, ahorcándola en el intento? No duró un minuto. Lleva 14 años de exorcismo. Y una genética representante de la estirpe llevará su palabra a la ONU. Es la larga, la incombustible noche de nuestra barbarie.
@sangarccs
*El corazón de las tinieblas (Heart of darkness) es el título de un cuento extenso o novela corta de Joseph Conradpublicada en 1899, y en forma de libro en 1902. Ambientado en África, El corazón de las tinieblas está hasta cierto punto inspirada en los seis meses que Joseph Conrad pasó en el Congo colonizado y devastado por el rey Leopoldo IIde Bélgica. Hoy es probablemente la obra más conocida de Conrad. Fue incluido en la serie Great Books of the 20th Century ("Grandes libros del siglo XX"), publicada por Penguin Books.
T. S. Eliot incluyó una cita de El corazón de las tinieblas al comienzo de su obra The hollow men
El corazón de las tinieblas fue publicado en tres entregas periódicas en la revista inglesa Blackwood's Magazine entre febrero y abril de 1899. En 1902, se publicó el libro Youth, compuesto por los cuentos: «A Narrative», «Heart of Darkness» y «The End of the Tether».
Nueve años antes, un joven marinero inglés de origen polaco emprendió un viaje que marcaría su vida. En 1890 Joseph Conrad fue contratado por la compañía belga SGB cómo capitán del barco de vapor Roi des Belges por el río Congo. Una estancia de seis meses fue más que suficiente para el joven Conrad quedará horrorizado por la brutalidad con la que los europeos actuaban en África, además de contraer varias enfermedades. Tras años de pensar sobre aquel viaje escribió una novela que, según sus propias palabras, relataba «una experiencia llevada un poco (y sólo un poco) más allá de los hechos reales».2 Sin embargo, la palabra «Congo» no aparece ni una sola vez en la novela, ya que Conrad no quería ser demasiado explícito en su relato. La traducción del título a la mayoría de las lenguas optó por la palabra «tinieblas» en vez del de oscuridad, darkness, su traducción literal.
La novela se centra en un marinero llamado Charlie Marlow, el cual narra una travesía que realizó años atrás por un río tropical, en busca de un tal Kurtz, el jefe de una explotación de marfil, y que a lo largo de la novela adquiere un carácter simbólico y ambiguo.
Los dos primeros tercios de la novela narran el viaje de Marlow de Londres a África, y remontando el río, hasta alcanzar la base de recolección de marfil en la que se encuentra un empleado de la compañía belga que le ha contratado. Ese empleado, llamado Kurtz, ha tenido un enorme éxito en el tráfico de marfil, pero eso le ha granjeado la envidia de otros colegas. Marlow intuye que Kurtz ha roto con todos los límites de la vida social tal y como se conoce en Europa, lo que le repele y atrae al mismo tiempo.
En el camino, Marlow será testigo de la situación extrema en que viven los colonos europeos, su brutalidad hacia los nativos africanos, y deberá superar todo tipo de obstáculos —retrasos, enfermedades o ataques de indígenas— hasta alcanzar su destino. Cuando finalmente se encuentra con Kurtz, cuya imagen ha ido agrandándose y mitificándose durante el proceso, descubre que se trata de un personaje misterioso, al que los nativos idolatran como si fuera un dios, pero que parece haber caído en una locura bestial. Como legado deja un panfleto en el que detalla cómo civilizar a los nativos y que incluye una anotación brutal: «¡Exterminad a todas esas bestias!». Marlow y sus compañeros de viaje logran llevar a Kurtz, ya gravemente enfermo, al pequeño barco de vapor que debe sacarlo de la selva, pero éste muere en el trayecto, pronunciando ante Marlow sus últimas y enigmáticas palabras: «¡El horror! ¡El horror!». El viaje de Marlow al corazón del continente africano se transforma así en un descenso a los infiernos, pero también en una crítica al imperialismo occidental y una investigación acerca de la locura.
El corazón de las tinieblas constituye una novela en clave sobre la colonización europea de África. Conrad recreó su peripecia por el río Congo cambiando nombres y detalles geográficos, pero sin ocultar su repulsa hacia ciertas actividades del Estado Libre del Congo. El autor adjudicó a varios personajes una nacionalidad distinta, responsabilizando a toda Europa de lo ocurrido en África. Así, cada personaje esconde cierto significado en forma de alegoría.
· Charles Marlow: A menudo se ha relacionado al narrador de la historia como el alter ego de Joseph Conrad. Aunque esta no era la intención del autor, los paralelismos son evidentes en el relato. Su máxima aspiración es llegar a conocerse a sí mismo y detesta la mentira por encima de todo. Es un personaje ciertamente ambiguo, puesto que nunca tiene una posición clara respecto a temas como la colonización, simplemente pone el foco en lo que ve pero evita juzgarlo. El autor le compara con la estampa de un Buda, poseedor de un conocimiento superior.
. El Director: Representa el vacío del alma. No tiene ninguna cualidad destacada, es un tipo mediocre con ojos vacíos y sonrisa mezquina. Su único mérito es que jamás se pone enfermo (porque carece de entrañas) y parece conspirar contra Kurtz.
· La jungla: La selva y el río se convierten en un personaje subyugante e imprescindible en el relato. Representa las misteriosas e invasoras fuerzas de la naturaleza a las que se ven arrastrados los personajes a medida que se adentran río arriba. Cuanto más se adentra el protagonista en la selva, alejándose de la civilización, empieza también a alejarse de la forma de pensar y percibir racional, regresando a una etapa más instintiva del comportamiento humano.
· El arlequín: Representa a la comunidad internacional que se admira por los logros de la colonización y permanece pasiva ante la barbarie en África. Esta alegoría se establece a partir de la vestimenta del individuo, compuesta por varios colores que representan las banderas de los países europeos, así como por la nacionalidad rusa del arlequín, nación que no tenía posesiones en África.
· Señor Kurtz: Representa la ambición de la empresa colonizadora disfrazada bajo la aureola de la civilización. Es admirado por todos por su enorme capacidad y elocuencia. Sin embargo, en el corazón de la jungla se ha dejado llevar por el salvajismo. El ansia de marfil y el contacto con un mundo desconocido le transforma en un ser brutal. Parece haber enloquecido por el horror y se deja idolatrar por los nativos como si fuera una divinidad. Varias personas inspiraron a Conrad para elaborar el personaje de Kurtz. Son abundantes las referencias al explorador británico Morton Stanley. La escena de las cabezas empaladas recuerda tal como Conrad pudo verlas en la empalizada de la casa del capitán belga León Rom.3 La muerte de Kurtz es una clara referencia a la que padeció George Antoine Klein, agente de marfil francés que murió en el vapor que capitaneó Conrad (de hecho Klein en alemán significa pequeño, mientras que Kurtz significa corto).
· La prometida de Kurtz: Representa la inocencia de la sociedad victoriana, que ignora las atrocidades cometidas en el continente africano, creyendo en la bondad de la misión civilizadora. Tiene una imagen idealizada de Kurtz y desconoce el horror ante el cual ha sucumbido su prometido
CNE, SMARTMATIC Y CRIMEN ORGANIZADO
RUBÉN BUSTILLOS RÁVAGO | 24/10/2017 | Web del Frente Patriotico
Gracias a la participación de Smartmatic en los diversos actos electorales, es que fraudulentamente los miembros del “Crimen Organizado se atornillaron” en el gobierno venezolano.
Por: Rubén Dario Bustillos Rávago
En el fragor de los resultados electorales de gobernadores del pasado 15O, kilómetros delíneas escritas han llenados las páginas de noticias nacionales e internacionales en donde solo coincidimos en una cosa: el “Crimen Organizado” en el poder, fue beneficiario de un gigantesco fraude electoral, cometido por los funcionarios del CNE utilizando el sistema automatizado implementado por la empresa SMARTMATIC en 2004.
En efecto, con la complicidad del entonces rector del CNE, Jorge Rodríguez,quien es introducidoen el negocio de las máquinas electorales por Antonio Anzola,supuestamente amante de su hermana Delcy,es que la empresa Smartmatic, propiedad deAntonio Mugica, Alberto Anzola y Roger Piñateda sus primeros pasos.
La primera prueba se efectuóel 15 de agosto del 2004 con el referendo revocatorio para decidir la permanencia de Chávez en la Presidencia. Cuando el CNE dio a conocer los resultados dándole el triunfo a Chávez por amplio margen,SMARTMATIC pasaba a ser un instrumento con tales beneficios que alcanzaban para ser repartidos entre Cuba, Chávez y Jorge Rodríguez.
Es a partir de ese evento que, SMARTMATICempieza a recibir, sin licitación alguna, nuevos contratos para su sistema electoral y los captahuellas para el sistema SAI, que presentó conjuntamente con los cubanos. Un simple y barato sistema de juego con computadoras se había convertido en la trampa caza bobos de los venezolanos.
A mediados de abril del 2008. Anzola se enteró que los comisionistas del gobierno exigían un aumento de las “coimas” por los captahuellas de casi el doble de lo estipulado inicialmente. Ante este hecho amenazó con publicar documentos inconvenientes si no se cumplían el trato inicial.Con esaacción firmo su sentencia de muerte. Al día siguiente, en extrañas circunstancias, el avión privado en que viajaba Anzola, se estrelló contra una casa en Maiquetía donde perecieron todos sus ocupantes.
Sin embargo, Smartmatic continuó, con Antonio Mugica a la cabeza, conduciendo elecciones en Venezuela y sus propietarios y cómplices del régimen, haciéndose cada día más ricos con dineros de los venezolanos, mientras las cuatro rectoras del CNE, exportaban a Nicaragua, Bolivia, Perú y Ecuador, el supuesto “sistema electoral más seguro del mundo”, para ganar elecciones en la región.
Al terminar las inconstitucionales elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente, ANC, los representantes de Smartmatic cantaron fraude debido a que el CNE había mentido al manifestar que más de Ocho millones de ciudadanos habían participado en dicho evento. “Haymás de UN MILLON DE VOTOS ilegalmente introducidos en el sistema computarizado, propiedad de Smartmatic” -aseveró Antonio Mugica- desde su cuartel general ubicado en la ciudad de Londres, aparentemente enojado con el régimen, quien se había apropiado de sus máquinas de votación, del software y de todo el sistema y se negaba a seguir pagando por sus servicios. Pero las elecciones de Diputados del 5D del 2015, sin los técnicos de Smartmatic, fueron una dura prueba para las rectoras, quienes no pudieron cambiar los resultados. Eso las obligó a volver a negociar con Smartmatic quien aceptó continuar su participación delincuencial bajo otro nombre. De allí los resultados del pasado 15O.
Gracias a la participación de Smartmatic en los diversos actos electorales,es que fraudulentamentelos miembros del “Crimen Organizadose atornillaron” en el gobierno venezolano.
Agotados todas las acciones de la sociedad civil, conducida y empeñada en una lucha desigual, en donde el régimen conduce operaciones armadas para reprimirle y con los rectores del CNE utilizando el sistema Smartmatic para trampear elecciones apoyados por la FAN, jamás recuperaremos la democracia en Venezuela.
Queremos reiterar que, si la Comunidad Internacional no interviene a tiempo para detener al Crimen Organizado operando desde el gobierno, la crisis humanitaria venezolana seguirá profundizándose con visos de convertirse en un holocausto.rdbustillos@gmail.com. @rdbustillos.
“Los sistemas computarizados pueden ser utilizados con seguridad en todo los aspectos que rigen el destino de la humanidad, menos en los sistemas electorales… “ Bill Gates