Lo que sufre el pueblo de Venezuela en carne viva detrás de la pantalla de los gobiernos bajo la doc
¡URGENTE!
Dulce María Tosta | 01/11/2017 | Web del Frente Patriotico
En el libro de Dominique Lapierre y Larry Collins «O te vestiré de luto», que es una mirada a la España de post guerra civil a través de la figura mítica del gran torero Manuel Benítez «El Cordobés», se cuenta que una periodista, impresionada por la temeridad del matador, le preguntó: ¿Acaso no le duelen las cornadas de los toros?, a lo que respondió el entrevistado: «Duelen más las cornadas del hambre».
Pocas veces se han descrito tan acertadamente las urgencias que producen el hambre, la escasez generalizada y la incapacidad económica para obtener bienes de absoluta necesidad; quien fuera un golfillo mil veces apaleado por un cabo de la Guardia Civil, trastocado en próspero banquero a fuerza de regar con su sangre las plazas de toro de España, bien podría instruir a los políticos criollos que corren la arruga para proteger sus egoísmos, acerca de lo lejos que está «mañana» para el famélico, para el enfermo al que se le escapa la vida por la falta de medicamentos o para el niño que se adentra en el horror del cretinismo, al no recibir adecuada alimentación.
Para la gente de Venezuela, mañana puede ser demasiado tarde. El problema, de origen eminentemente político, es de tal magnitud que se ha convertido en una catástrofe humanitaria que requiere la inmediata intervención del mundo entero. La pregunta no es sobre del rumbo político del País y -mucho menos- acerca de candidatos y candidaturas; menester es indagar acerca de cuántos niños se acostarán esta noche sin haber probado alimentos durante todo el día, o cuántos accidentes cardiovasculares (ACV) acabarán la vida de los hipertensos que han tenido que sustituir sus inasibles medicamentos por cabezas de ajo, que muy pronto tampoco podrán comprar.
Hoy y aquí, millares de enfermos que podrían llevar una existencia normal con los debidos tratamientos médicos, sienten que el tiempo se les está acabando y en la tristeza de sus noches sin sueño, oyen cada vez más cercas las pisadas de la muerte y la sombra de su guadaña.
Desde hace tiempo el problema venezolano dejó de ser político, para ser humano. No son doctrinas ni teorías las que están en juego ni intereses internacionales los urgentemente comprometidos; son las vidas de decenas de millones de seres humanos las que peligran para el exclusivo beneficio de la tiranía cubana y de su sucursal criolla, el narco tráfico internacional y lejanos y absurdos intereses religiosos. Es gente de carne y hueso la que siente que la vida se le está poniendo estrecha, aplastada entre los muros de una oposición falsa y la perversión de un gobierno extranjero e invasor.
La historia indica que los pueblos crean sus problemas y paren sus soluciones, pero en estas horas venezolanas en que las máscaras se caen a montones y la verdad empieza a prevalecer sobre el engaño, la mentira y la traición, debemos reconocer la importancia de la ayuda internacional y reclamarla en nombre de la humanidad, pues nuestro problemas no es de origen doméstico, ya que fue modelado en tierras lejanas y ejecutado por apátridas que faltaron a la fe ofrecida en su juramento militar.
Estados Unidos de Norteamérica ha puesto sobre el tapete la posibilidad de una intervención militar para poner coto a este desastre, que a decir del presidente Trump y del vicepresidente Pence, involucra la seguridad de Estados Unidos. Evidentemente, una intervención militar extranjera no es buena y nos gustaría que no fuese necesaria, pero este criterio no debe ser ladinamente aplicado a una eventual acción de los marines estadounidenses, mientras se esquiva la realidad de las invasiones cubana, iraní, china, del narcotráfico internacional y de las FARC colombianas.
El asunto real consiste en que en Venezuela se desarrollan simultáneamente varias guerras de corte foráneo, que han convertido a las ciudades sobre un territorio de casi un millón de kilómetros cuadrados, en ghettos similares a los de Varsovia y –si seguimos por donde vamos– en campos de extermino como los de Auschwitz-Birkenau, Treblinka y Dachau.
Parece ser cierto que los Estados no tienen amigos, sino intereses. Pero la heroica lucha del venezolano contra la tiranía que lo oprime, ha incitado la admiración y la solidaridad del mundo y puesto a prueba la subordinación de los gobiernos a los pueblos que los eligieron.
La ayuda a los venezolanos en su duro camino hacia la libertad es una obligación ética y moral para todos los seres de este mundo que tengan a honra llamarse humanos. Es hora de que muestren su disposición de impedir –a cualquier precio– un nuevo y horrendo holocausto: el holocausto del siglo XXI.
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LAS HUELLAS DE LA TIRANÍA QUE DESTROZA A VENEZUELA
Mercedes Montero | 01/11/2017 Web del Frente Patriotico
Hoy en día Venezuela vive la mayor crisis humanitaria de su historia. Perdió su soberanía ya que un traidor a la patria llamado Hugo Chávez se la entregó a Cuba, perdió su industria petrolera que antes de su nefasta llegada al poder Petróleos de Venezuela (PDVSA) no solo era respetada sino también admirada y hasta envidiada mundialmente… Gracias a la infamia Castrocomunista en solo 17 años se pudo destruir a un país como Venezuela, arruinándolo en todos los sentidos y áreas y llevado a su pueblo a la más absoluta miseria.
Después de unos días de pesadumbre debido a la infamia a la que ha sido sometido mi pueblo hago un recorrido sobre los escombros a los que ha quedado reducida Venezuela en lo físico, social y moral, el país ha sufrido una invasión de toda suerte de malandros que hoy conforman una especie de sanguijuelas que destruyen su superficie y secan sus recursos naturales en forma similar al caballo de Atila, dejando huellas del dolor y muerte en el país.
Veo que Venezuela cada día se hunde más en el estiércol castrista, Todos los venezolanos queremos saber cómo vamos a salir de la fosa en la que nos quiere enterrar la tiranía representada por esa marioneta que es Nicolás Maduro, lamentablemente apoyada por una minoría de políticos que antepusieron sus intereses particulares sin importarles la crisis humanitaria que diezma al pueblo venezolano, la continua violación de la Constitución, la quiebra económica del país y ,; la permanente violación de los derechos humanos.
La crisis humanitaria hace que el país regrese a la época de la novela Casas muertas escrita por Miguel Otero Silva. A continuación copio textualmente un resumen de la novela (Editorial Losada S.A) Casas muertas, es la denuncia del mal morir de una ciudad aniquilada por el paludismo, el gamonalismo y las guerras civiles. Enfermedad, autoritarismo y violencia aparecen aquí como tres fantasmas que son uno solo, el que atestigua y propicia la lenta caída de Ortiz, el pueblo donde ha muerto Sebastián, el pueblo en el que Carmen Rosa tendrá que decidir si se queda o se va, ese pueblo donde como ningún sitio se vivió el pasado, pero donde ahora lo que priva es la urgencia, la inmediatez, la crudísima realidad del presente” [if !supportLineBreakNewLine] [endif]
La terrible situación en Ortiz es una descripción similar a lo que sucede en la Venezuela asaltada por el Castro comunismo. El protagonista ha muerto y la joven tiene que tomar una decisión igual a la que tienen que tomar los venezolanos hoy en día, se presenta la misma disyuntiva y la comparación entre el presente y lo que Ortiz fue en un pasado reciente. Veamos con estadísticas tomadas del afanoso trabajo realizado por profesionales venezolanos cada uno en su especialidad u oficio para que puedan los lectores entender lo que significa para todo ciudadano tomar una decisión que le permita luchar por la recuperación de Venezuela se encuentre en donde se encuentre, ya que el reencuentro con la libertad, democracia y prosperidad pasa por saber medir en términos reales la cuesta monumental que hay que subir, pero que también nos hará mejores venezolanos y ciudadanos del mundo… [if !supportLineBreakNewLine] [endif]
Aumenta a 19 el número de fallecidos por Paludismo en el estado Anzoátegui. El Ministerio de Salud no le entrega a las entidades estatales los fármacos necesarios para tratar la epidemia. En el Hospital Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera habían fallecido cinco pacientes con Difteria. Desde el 9/10/17 habían ingresado con Difteria 16 pacientes más en la sala de adultos En el Hospital Universitario Dr. Ángel Larralde habían 18 casos de la misma epidemia reportados en Pediatría. En el Hospital Central de Valencia Edo, Carabobo murieron dos personas y hay 12 casos sospechosos de la misma epidemia. En la Sabana de Caruao del estado Vargas se reportaron cuatro casos de pescadores sospechosos de estar padeciendo Malaria La disponibilidad de vacunas es insuficiente, llegan muy pocas dosis y no ha habido una campaña pública de información sobre su prevención. [if !supportLineBreakNewLine] [endif]
Otro caso espeluznante es la mortalidad por VIH, de 23 retrovirales que se necesitan para tratar a estos pacientes, solo se consiguen tres en Venezuela. Situación que los expone a la muerte prematura. Actualmente hay 27,000 personas registradas que necesitan estas medicinas, pero el 80% llevan hasta siete meses sin tomarlas. Las reuniones y diligencias llevadas a cabo para resolver la situación no han dado los resultados esperados, lo peor es que entre estos se encuentran casos de muchos niños. No hay reactivos para determinar si el paciente tiene o no tiene SIDA. No hay condones, No hay fórmulas para bebes hijos de madres que padecen la enfermedad. Y por lo tanto no pueden ni deben amamantar Han sido reportadas 2.399 muertes debidas al SIDA Solo el 7% de los 300.000 pacientes con VIH está controlado con fármacos
El sector farmacéutico no recibe divisas preferenciales desde 2016. ¿Cómo puede cumplir con los pacientes? Por esa razón se presentan casos como este: Pacientes oncológicos de Margarita piden misericordia ante la falta de medicamentos. Sin comida, ni medicinas un cuadripléjico venezolano pide la eutanasia.
De acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Sendas), el precio de la Canasta Básica Familiar (CBF) en septiembre de 2017 fue de Bs 3.901.076,04. Para cubrir el costo de la canasta básica para un grupo familiar de cinco personas se necesitan Bs 130.035,86 diarios, casi un salario mínimo vigente de Bs 136.544,18. Quienes pueden costear esa canasta cuando los sueldos son miserables, la inflación y el cierre de empresas es mayor cada día. Con términos más actualizados para describir la crisis humanitaria actual en la Venezuela de hoy se repite “Casas muertas”.
LESA HUMANIDAD EL CRIMEN COMO ESTRATEGIA POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA
Héctor E. Schamis | 01/11/2017 | Web del Frente Patriótico
Una dictadura militar gobernó Argentina entre 1976 y 1983. Según aquel régimen, el país estaba sufriendo la agresión de grupos armados, agentes del marxismo internacional. Buscaban la toma del poder a efectos de implantar un orden social y político contrario a la historia argentina y sus tradiciones. Así pregonaba la propaganda oficial del llamado Proceso de Reorganización Nacional.
Dio forma a una nueva concepción de la guerra dentro de la institución militar. El enemigo no era un país extranjero planeando una invasión. No portaba bandera ni vestía uniforme. Estaba en casa, con atuendo civil y confundido con el resto de la población. Por ello se trataba de un estado de guerra interna. Para vencer había que actuar clandestinamente, tal como lo hacía ese enemigo.
La represión fue ilegal e indiscriminada. Ocurría generalmente por las noches, atemorizando a la población. Estaba a cargo de personas sin uniforme, conduciendo vehículos sin identificación con los que secuestraban y llevaban a sus víctimas a centros de reclusión secretos. Allí eran torturadas y luego ejecutadas, desaparecían. No era una guerra convencional, repetían los jerarcas militares, sino una guerra “sucia”.
Tan sucia que el General Ibérico Saint Jean, prominente funcionario de aquel régimen, la describió en mayo de 1977 con una verdadera confesión de parte: “Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes y, finalmente, mataremos a los tímidos”.
Así operaba el terrorismo de Estado. El enemigo a eliminar era todo aquel que pensara de otro modo. O aún quien no quisiera involucrarse, los indiferentes y los tímidos
Nicolás Maduro y Ramiro Valdés
Junto a otros oficiales, Saint Jean fue procesado por 61 casos de privación ilegal de la libertad y tormentos, y 33 casos de homicidio, crímenes imprescriptibles y de jurisdicción universal. A la espera de la sentencia, falleció en octubre de 2012.
Crímenes como aquellos, en Argentina y en otras latitudes, motivaron la elaboración del Estatuto de Roma en 1998, tratado fundacional de la Corte Penal Internacional. Allí se definen y tipifican los crímenes de lesa humanidad: ataque sistemático contra una población civil que comprenda, entre otros, el asesinato, la deportación y desaparición forzada de personas, los actos de violencia sexual, y la encarcelación, tortura y persecución de un grupo basada en motivos políticos.
Inevitablemente, el ejemplo argentino viene a la memoria cuando se discute si los abusos del régimen de Maduro califican como crímenes de lesa humanidad. Ocurre que los testimonios de las víctimas, los documentos del régimen y las propias declaraciones de los altos funcionarios chavistas son un viaje a la Argentina de Videla, solo que en el espejo: lo que esta a la derecha se ve a la izquierda y viceversa.
En Venezuela también existe un estado de guerra interna contra la población civil. El llamado Plan Sucre, elaborado en secreto y filtrado en 2012, convierte a la institución militar en un ejército de milicianos, fijándose el objetivo de alistar dos millones de ellos hacia el año 2019. Divide al país en regiones militares, concibiéndolo como un teatro de guerra, “popular y prolongada” es el argot usado.
La influencia cubana es más que lenguaje. El soldado profesional y apolítico deja su lugar al combatiente. El enemigo está adentro, es el civil en posesión de “otra” ideología. Dichos cambios conceptuales reaparecen en el Plan Zamora de abril de 2017. Elaborado por Maduro para contener las protestas, sin embargo, a través de él se ejecutan los principios doctrinarios expuestos con anterioridad en el Plan Sucre.
Ramiro Valdés, carnicero de Artemisa con diagnóstico de psicópata
JUAN JUAN ALMEIDA Marti,noviembre 13, 2011
El Comandante Ramiro y el General Castro Ruz– diferente a lo que muchos creen – no son enemigos, son rivales que muestran sus filosos dientes para desgarrar y sonreír.
Mientras unos imitaban las hazañas de Errol Flynn; otros se sobresaltaban con la realidad de un hombre a quien enjaretan, aún hoy, más leyendas que nombres. Le llaman Gadafi antillano por su excéntrica arrogancia; Donatien, el Marqués de Sade, por sádico, perfeccionista y ateo radical; El Chivo, por su look de barba rala, El Amo de la Censura, El Príncipe del Terror, El Dzerzhinsky cubano…y en su barrio natal lo conocen como El Carnicero de Artemisa.
Cuba no deja de ser una realidad inventada donde se perdió lo bueno cuando buscaron lo mejor; demasiada razón destruyó el alma de muchos. Por ello, continuando con este desfile de cinismo y desvergüenza, hoy comento sobre Ramiro Valdés Menéndez, nacido el 28 de abril de 1932, con características muy peculiares. Combina la casi perfección, paciencia y persistencia, con una envidiable fuerza de voluntad. Rígido, obsesivo, hermético e inflexible, se muestra reacio a los cambios. Es terco rayano con la enajenación, de hablar bajito y pausado, donde todos tienen que callar; y los que no, son silenciados. La causa siempre sobrepasa hasta el valor de la vida humana.
Más que ilustre figura, parece un satánico y tenebroso personaje de thriller. Los culpables salen de prisión, las víctimas no escapan del cementerio. Quizás algunos desconozcan que después del ataque al Moncada, y durante el Presidio Modelo en Isla de Pinos, Ramiro fue diagnosticado como psicópata y confinado al pabellón de enfermos mentales. ¿Manipulación política? No tenemos la certeza. Existen fotografías que lo muestran en plena Sierra Maestra con grados de comandante y shapka de koljosiano.
Presidente Snow en "Juegos del hambre"
Cuestiona con candidez, respira fuego y no siente dolor ajeno; propaga el poder con la fuerza aterradora que algunos encuentran atractiva. Viaja en clase ejecutiva y adora el encanto del lujo; no es hombre que se deja arrastrar fácilmente por diversiones afiebradas o indiscreciones vistosas. Únicamente pregunta cuando sabe las respuestas. La fuerza no siempre es ventaja, por eso con frecuencia cae en el error de subestimar a las personas que no tienen qué perder.
Para Ramiro el poder es pasión, drama y diversión, es presagio de aventuras, templo único donde pocos merecen entrar. Por ello comparte el mismo código, arquetipo del crimen organizado “Adversario que no se rinde, debe ser exterminado”.
De cuerpo atlético, lo ejercita con disciplina prusiana pese a su avanzada edad. No se le conocen adicciones, no bebe más de dos copas de un vino tinto que no es caro ni exclusivo, sí famoso y francés. La lista de las personas en quien confía es exigua.
El Comandante Ramiro y el General Castro Ruz– diferente a lo que muchos creen – no son enemigos, son rivales que muestran sus filosos dientes para desgarrar y sonreír. Se dice que, como consanguinidad revolucionaria, ambos comparten la existencia del cromosoma 47 XYY, que según algunos estudios genéticos le atribuyen el origen de conductas criminales. Claro, cuando especímenes como estos andan sueltos, debemos preocuparnos.