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Me gusta mucho el cine...Un momento para honrar a quienes han permitido que conozcamos y disfrutemos

Cuando llegué a Valencia (Edo.Carabobo) me sentí desconcertada. Mi vida había transcurrido entre estudios y momentos muy gratos en las discotecas de moda que eran excelentes, las fiestas con la Billo´s Caracas Boys y "Los Melódicos,tantas cosas que había que hacer en aquella cosmopolita Caracas, siendo las más "mías" las marcados por el cine y la lectura. Me había casado con un ingeniero italiano Mario Fierro dejando atrás a la ciudad que amo: Caracas y a mis tías y amigas. Mi juvenil cotidianidad capitalina estaba marcada por mi trabajo en la Biblioteca Nacional ,UCAB, dominicales conciertos en el Teatro Municipal y seguidas visiitas a Museos,y galerías de arte, sobre todo el Museo de Bellas Artes porque desde ahi, se entraba en la Cinemateca Nacional para ver una película cada una mejor que la otra, también mis felices domingos significaban salidas con mi novio para en moto recorrer parajes muy bellos haciendo Moto Cross en su Yamaha 360 o experimentar velocidad en su Fiat 125 "envenenado" o en su Kawasaky 500, y en la tarde/noche, comer un "Guapo" en el novedoso Tropic Burguer, un sandwich en "El Tolón" excelente y gringoso Drive Inn o un helado en "Le Drugstore" del C.C. Chacaíto, compartido con Mario da Silva y Elsa Cardozo, grandes amigos de mi novio de juventud Mario Pérez Ponce, y luego ir a disfrutar una película en una las maravillosas salas de cine o de autocinemas que habían en Caracas en la década de los 70. Esa desolación inicial se vio asistida por la familia Blonval López, familares de mi adorada tía Olimpia "Pipa" López Baralt de Eugenio, sobre todo la formada por el Dr. Adolfo y su querida esposa Doña Olga Paolini de Blonval, a quien mis "mamás" me enseñaron a querer desde niña porque "es una "gran dama" y conoció a mi difunta madre en Maturín (Edo.Monagas), donde Adolfo era Secretario de Estado junto al Dr. Alirio Ugarte Pelayo su gran amigo, Gobernado de la entidad, con sus hijos Francia Margarita, Olguita, Adolfito y Raúl. Mi cuñado Nicolás Fierro fue otro soporte para mi en esos años iniciales, ya que el tren de vida que llevaba junto a su esposa Regina,era sorprendente para mi, no tan acostumbrada a vivir de lujos y ropa muy cara, cero blue jeans y siempre de compra en compra, de restaurant en restaurant (Valencia los tenía maravillosos) y reuniones.Gracias a mi trabajo en el área cultural, supe que en el Cine "El Viñedo" donde está una tintorería ahora, funcionaba una sala de cine donde proyectaban películas de calidad. Mario Fierro y yo nos fuimos felices a conocerla y asi gracias al Ing. Daniel Labarca, fuimos haciendo llevadera nuestra adaptación a esta ciudad particular, ya que Mario acababa de llegar de una de sus forzadas mudanzas desde Italia, y aunque graduado en el Colegio "Don Bosco" su traslado obligado a estudiar Ingeniería en Italia, lo tenía también turulato, porque a pesar de cumplir con el pedigree de colegios en Valencia, su ausencia entre 1960-1973 le había hecho perder la continuidad con las amistades de rancia "prosapia" valenciana, que había tenido en sus años infantiles. Por eso mi honra a quienes han significado algo muy importante en mi historia personal vinculada al amor por el cine, que de atrás para adelante se inicia con el ilustre Ing. Daniel Labarca, uno de los pocos hombres que he conocido de verdad humildesy manso dentro del concepto evangélico de esas virtudes, pero en su simpatía y nada estrambótica ni petulanre conducta, cuando por su curriculum vitae y sus conocimientso podría darse bomba porque de verdad es muy culto y sabio, y en medio de sus altisonanes compañeros de la cultura valenciana pedantes y muy ignorantes en su mayoría con dignas excepciones, justamente el Ing. Labarca se destaca pues "teniendo con qué alardear," es humilde y no no cumple lo de "mediocridades engreídas y nulidades consagradas" frasecita famosa, que fue publicada en enero de 1896 en El Cojo Ilustrado de Caracas. refiriéndose a Venezuela y muchos aseguran que a Valencia, el escritor Manuel Vicente Romerogarcía, ¡qué casualidad nacido en Valencia (Edo. Carabobo) o Camatagua (Edo. Aragua) y fallecido en Aracataca ((el Macondo de Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez)Magdalena, 22 de agosto de 1917!

Oigamos al Ing. Daniel Labarca compartir su propia historia.

Le sigue en mi mente Rodolfo Izaguirre Tosta (Caracas, 9 de enero de 1931) ensayista y crítico cinematográfico venezolano, padre del escritor y presentador de televisión Boris Izaguirre.

Jaime Bayly 04 05 18 entrevista a Rodolfo Izaguirre.

"Rodolfo Izaguirre torcido por el cine"

El último de los hijos de Pablo y Tula Tosta de Izaguirre no vaciló jamás al trocar la solemnidad de las leyes ni la pesadez de los códigos jurídicos por la liviandad de los sueños y las fantasías posibles que, desde hace más de una centuria, el cine deposita en una alba pantalla. Esa decisión existencial la sopesó y la asumió para siempre, hace ya más de medio siglo, después de convencer a su familia -para ese entonces vivía en una caraqueña casona de Pescador a Cochera- que su destino era estudiar derecho y nada mejor que hacerlo en París, porque el gobernante de turno, el fascista ordinario de Marcos Pérez Jiménez, había cerrado la Universidad Central de Venezuela. Ingresó a la Sorbona y al cabo de un año torció el camino que iba desde su cuarto de estudiante a las adustas aulas, porque se metió en una casa inmensa, al norte de la Ciudad Luz, donde estaba la Cinemateca Francesa. “Ingresé a una cinemateca y nunca más salí de ahí, eso cambió para siempre mi vida. Me convertí en crítico y ensayista sobre esa gran expresión estética que se derivó del experimento de los hermanos Lumière, en aquel París del 28 de diciembre de 1895”. La cara de Rodolfo Izaguirre se trasforma siempre al relatar, por enésima vez, cómo comenzó su carrera de ensayista y exegeta del cine y además novelista de su amada Venezuela, porque él, a sus 76 años no es sino eso: un intelectual con obra propia, además de ser el orgulloso progenitor, junto con la ex bailarina Belén Lobo, compañera de toda una vida, de Rázhil, Boris y Valentina. Después de participar activamente en la creación de agrupaciones literarias izquierdistas, como Sardio, se dedicó de lleno, entre 1968 y 1988, a la dirección de la Cinemateca Nacional, la cual, tras ser fundada por Margot Benecerraf en 1966, se transformó en el epicentro de un intenso y apasionante proceso de formación de futuros cineastas y de los indispensables espectadores. ”Ella, Margot, se retiró para dedicarse a materializar su sueño de hacer un largometraje sobre esa gran pieza literaria de Gabriel García Márquez que es La cándida Eréndira y su abuela desalmada, utopía que nunca alcanzó”. No podía ser Rodolfo un burócrata más y así se lo dijo a Simón Alberto Consalvi, presidente el Inciba, cuando le ofreció el cargo y lo puso ahí para que “la Cinemateca marchara bien, cosa que no era fácil ya que el cine nunca había estado en los planes de ningún gobierno, no era asunto de Estado, no figuraba en los planes culturales de ningún gobierno. Hasta ese entonces el cine no interesaba a los gobernantes decimonónicos, más preocupados por las tradicionales bellas artes”. Pero las pasiones por el cine en el ámbito gubernamental han cambiado y Rodolfo lo advierte con abierta alegría, porque el cine y el desarrollo de una cinematografía nacional sí hacen parte de los planes del Estado y del actual gobierno.

Está asombrado por lo que está haciendo la Villa del Cine, con Lorena Almarza a la cabeza, y espera ver cada uno de los 19 proyectos que ahí se gestan. “El primer cine cubano de la revolución es un buen modelo a seguir”. Recuerda que la primera frase que pronunció Lenín, cuando triunfa la revolución bolchevique: “De todas las artes, el cine es la más importante”. Y como consecuencia de ello es que Stalin ordena rodar películas donde él era un personaje principal, encarnado por diestros actores, mientras que el nefasto Hitler se interesaba más por los documentales. Le parece magnífico que se hagan muchas películas, porque así el actor se foguea y el cineasta aprenda. “Nadie se debe preocupar por la ideología, porque toda la cinematografía del mundo está ideologizada. Bienvenida sea la Villa del Cine”. Lamenta no tener estadísticas sobre todas las películas que ha visto, “si hubiese sido pelotero quizás tendría esos récords”, pero se ufana de lo que hizo a lo largo de dos décadas en la Cinemateca Nacional, ya que ha escuchado, a viva voz, como es que centenares de personas acudieron a ver tal o cual largometraje y salieron cambiadas para siempre. Muchos pichones de cineastas ahí tomaron sus decisiones y pudieron escoger que hacer de ahí en adelante. “Les pasó lo mismo que a mí, cuando me sumergí en aquella casona parisina y abandoné todo lo que hasta entonces había soñado con el derecho. Me torcí por el cine”. Tecnología

Rodolfo Izaguirre (Caracas, 9 de enero de 1931) tiene ensayos como Historia sentimental del cine americano, La belleza de lo imposible, Acechos de la imaginación, El cine venezolano y numerosos artículos publicados en varias enciclopedias nacionales e internacionales, además de la novela Alacranes, clave dentro del desarrollo de la ficción urbana. Posee además una obra inconmensurable, sus programas de difusión cinematográfica, durante largas tres décadas en la Radio Nacional de Venezuela: El cine mitología de lo cotidiano. Él, insiste, que el avance del cine no es tanto por el talento de los cineastas, sino una consecuencia del desarrollo de la ciencia cinematográfica. “La tecnología es lo que ha hecho que el cine evolucione. Y los cineastas venezolanos ya están en la capacidad de utilizar esa tecnología, como lo han demostrado y el público se los ha reconocido”. Advierte que la crítica cinematográfica sí ha ido desapareciendo de los periódicos venezolanos, auque él está todavía en El Mundo, pero el cyber espacio ya está habitado por jóvenes críticos, quienes además utilizan las técnicas que los impresos no les permiten usar

Publicadas por EL ESPECTADOR venezolano

Informaciones y críticas sobre artes escénicas y literatura

E.A. Moreno-Uribe

Rodolfo Izaguirre: “El buen cine en la nueva Venezuela es el independiente”

Residió en su infancia en Caracas (Esquinas de Pescador a Cochera), junto a sus padres Pablo y Tula Tosta.

Empezó a estudiar derecho en La Sorbona de París, al estar cerrada la Universidad Central de Venezuela por el presidente Marcos Pérez Jiménez.

Inició su carrera en el cine gracias a la proximidad de su residencia en París a la Cinemateca Francesa, lo que le llevó a abandonar la carrera de derecho.

Después de participar activamente en la creación de agrupaciones literarias de izquierda, como Sardio y El Techo de la Ballena (1961),​ entre 1968 y 1988 se centró en la dirección de la Cinemateca Nacional de Venezuela, fundada por Margot Benacerraf en 1966.

Gracias a su labor, convirtió a la institución en el epicentro de un proceso de formación de futuros cineastas y espectadores. Colaboró durante treinta años en la Radio Nacional de Venezuela con el microprograma de difusión cinematográfica El cine, mitología de lo cotidiano. Actualmente es columnista dominical del diario El Nacional.

  • El cine venezolano (1966)

  • Historia sentimental del cine americano (1968)

  • Acechos de la imaginación (1993)

  • El cine: La belleza de lo imposible (1995)

  • Alacranes (1966; obra clave dentro del desarrollo de la ficción urbana).

Margot Benacerraf (Caracas, 14 de agosto de 1926) es una directora, guionista y productora de cine venezolana de origen sefardí.

Fragmento de Araya, película ganadora del Premio Internacional de la Crítica en el Festival de Cannes. 1959 Dirección: Margot Benacerraf. Narración: José Ignacio Cabrujas.

Estudió en la Universidad Central de Venezuela (UCV) obteniendo su título en la primera promoción de Filosofía y Letras, en 1947.

Realizó sus estudios de cine en la ciudad de París, se graduó en el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos. Sus dos películas más conocidas son del género documental fueron Reverón, obra que ilustra la vida de Armando Reverón, y Araya, la cual retrata el trabajo que día a día realizaban los trabajadores de las salinas de Araya, al Oriente de Venezuela.

Es una figura destacada del cine venezolano, tanto por su obra cinematográfica como por su trabajo como gestora cultural para impulsar el séptimo arte. Fue fundadora de la Cinemateca Nacional de Venezuela en 1966, y su directora por tres años consecutivos. También formó parte de la Junta Directiva del Ateneo de Caracas, y en 1991, con el apoyo del escritor Gabriel García Márquez, creó Fundavisual Latina, fundación encargada de promover el arte audiovisual latinoamericano, a través proyectos de exhibición, investigación y formación sobre cine y televisión producidos en la región. Entre los más importantes proyectos realizados en la presidencia de Fundavisual Latina, destacan: la Base de Datos del Cortometraje Latinoamericano, el Festival de Cine Documental Latinoamericano y el Encuentro de la Telenovela.

Como directora de cine resaltan los premios y reconocimientos obtenidos por su película Araya galardonada con el Premio de la Crítica Internacional FIPRESCI en el XII Festival de Cannes de 1959 (compartido ex aequo con Hiroshima, mon amourde Alain Resnais).​ Además, ha recibido varias condecoraciones, entre ellas, el Premio Nacional de Cine (1995), la Orden Andrés Bello (en dos ocasiones), la Orden del Libertador y la Orden Bernardo O’Higgins del Gobierno de Chile.

En febrero de 1987, el Ateneo de Caracas, inauguró, en su sede de Los Caobos, una sala de cine de arte y ensayo con su nombre,​ que se convirtió en la década de los 90 en un espacio para la proyección de cine de autor, independiente y contemporáneo en la ciudad de Caracas. La misma formó parte de la distribuidora Circuito Gran Cine.

En 1990, la Retrospectiva Latin American Visions (A Half Century of Latinoamerican Cinema 1930-1988), del Neighbordhood Film/Video Project of Philadelphia escogió a Araya como una de las 5 mejores películas en la historia del cine latinoamericano.5​

EL 25 de octubre de 2012 La Universidad Central de Venezuela inaugura una videoteca con su nombre, como parte de una primera etapa del proyecto del Centro de Investigación del Cine y Televisión Margot Benacerraf, que formará parte del Centro de Arte Metropolitano de la Ciudad de las Artes en la Zona Rental Plaza Venezuela.6​

Tanto Reverón7​ como Araya figuran en la lista de los mejores documentales del mundo en el Pequeño Larouse, Diccionaire du Cinéma escrito por el eminente historiador de cine Jean Mitry.

Margot Benacerraf es además la única cineasta de Venezuela que figura en el famoso Dictionaire des Cineastes de Georges Sadoul. Y su Araya es el único largometraje venezolano en el Dictionaire des Films del mismo autor.

Reverón (1952)

Araya (1958)

Y lOriana la película venezolana de Josefina Torres Benedetti (Caracas, 9 de octubre de 1951)grabada en 1985. Escrita por Antoine Lacomblez y la misma Fina Torres, este drama narra la historia de María, una mujer que luego de regresar a la casa donde vivió un corto tiempo en su infancia descubre algunos secretos de su tía Oriana quien murió y le dejó a ella la propiedad. Esta película ganó el premio Caméra d'Or en el Festival de Cine de Cannes de 1985. Fue la primera película aclamada de Fina Torres y ganó varios premios en todo el mundo. Esa película y "El día que me quieras" ( pieza teatral vista durante uno de los 4 meses en que duró en cartelera del Ateneo de Caracas en su estreno en1979) de José Ignacio Cabrujas (1937-1995) significaron muchísimo para mi, ya que compartí con mis tías María y Bárbara del espectáculo, donde vi llorar a mi queridas "mamás" pues, severas mujeres soltetonas por imposición familiar y demás yerbas alienantes, comprendieron mejor que yo, lo que veían ante sus ojos. Hoy honrando estas obras de arte venezolanas las honro también a ellas, fieles exponentes de una mujer venezolana y un país, ese que tanto Fina Torres como el inefable Cabrujas quisieron transmitir, pues era una Venezuela que el chabacanismo, inmediatez ordinaria en su aparente prosperidad y mayamerismo del ta´barato dame dos de los 80 había perdido.

ORIANA (1985) Dirección Fina Torres Producción Fina Torres, Patrick Sandrin y Alfonso Henriquez Guion Fina Torres y Antoine Lacomblez basado en un cuento de Marvel Moreno Música Eduardo Marturet Sonido Jerome Levi Maquillaje Sambi Jelambi Fotografía Jean-Claude Larriey Montaje Christiane Lack Escenografía Asdrúbal Meléndez Vestuario Ubencio Lizardo Efectos especiales Leo Barbera Protagonistas Doris Wells, Daniela Silverio. Rafael Briceño, Mirtha Borges y Maya Oloe Philippe Rouleau, Claudia Venturini, Martha Canelon, Luis Armando Castillo, Asdrúbal Meléndez, Hanna Caminos y Alejandro Padrón.

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