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La oración, experiencia de vida salvadora, que nos impide hundirnos en las sombras y saltar hacia el

MONJES BENEDICTINOS DE LA ABADIA DE SAN JOSÉ

Música gregoriana religiosa católica medieval mística en latín mix

En la Abadía de "San José " hubo un grupo de damas que bajo la dirección del Abad III Otto Lohner (Alemania 30 de marzo 1937- Guigue 2007) entonaban cantos gregorianos, entre ellas estaban: Cristina Araujo, Luisa Herminia Celis y las contínuas visitas de los grupos dirigidos por la señora Maria Guinand (3 de junio de 1953) educadora, promotora cultural, directora coral y de orquesta venezolana. Completó sus estudios musicales en la Universidad de Brístol (Inglaterra), obteniendo la licenciatura en 1976 y la maestría en 1982. Guinand también obtuvo el diploma de director coral en el Conservatorio de la Orquesta Nacional Juvenil en 1980 bajo la tutela de Alberto Grau.Guinand ha sido directora titular de las siguientes agrupaciones corales: Coral Colegio San José de Tarbes, La Florida (Directora-Fundadora, 1972-1973), Coral Banco Latino (Directora-Fundadora, 1976-1977), Cantoría Alberto Grau (Directora-Fundadora, 1976-2011), Schola Cantorum de Caracas (hoy, Schola Cantorum de Venezuela) (Sub-directora, 1976-1992 y Directora 1993-Actual), Cantoría Universitaria Simón Bolívar (Directora-Fundadora, 1976-1986), Orfeón Universitario Simón Bolívar(Directora-Fundadora, 1982-2008) y la Coral de la Fundación Empresas Polar (Directora-Fundadora, 1992-Actual). Fueron años maravillosos en la Abadia y no puedo desmerecer la maravillosa oportunida que tuve de acceder a conocimientos que hoy salen de mi corazón.

Se lo profundo del mandato cristiano que “es el amar, el servir, y el extender el toque sanador de Cristo a nuestro prójimo sin mirar quiénes son. De hecho, estamos llamados a honrar a nuestros enemigos, apoyándolos y anticipando sus necesidades con amor”. (Sister Mary Margaret Funk, OSB “Tools Matter") Comparto lo que esta escritora estadounidense y defensora del diálogo interreligioso nos dice en sus trabajos publicados, que incluyen una trilogía de libros sobre "La práctica de la vida espiritual".Como lo he dicho tantas veces antes, aprendí a valorar la formación benedictina durante los 7 años (1992-1999) de trabajo en la Abadía “San José” de Guigue (Edo, Carabobo) que hoy me exige dar testimonio de ese camino de oración y conversión contínua, tan propicio y efectivo para estos momentos de furia y maldad, unido a lo aprendido también junto a Fantina Iribarren, mi maestra de Cosmobiología durante 3 años, que en su maravilloso y extenso proyecto didáctico, nos llevó a conocer al Venerable Lama Khenpo Karthar Rinpoché, y oir de su boca las enseñanzas que impartió en 1982, en el Centro Budista Tibetano de la Orden Kargyupa, Karma Thegsum Choling,de Caracas, que integran una forma de ver la vida, que me llevará a abordar de forma distinta, a lo mejor, de quienes comparten el mundo de la red, sobre el tema cosmobiológico y astrológico que oferto, pues no puedo evadir todo lo vivido que me permitió acceder a la parte contemplativa de la Iglesia Católica común a los sufies y budistas, y a todas las propuestas de búsqueda espiritual milenaria, que no sólo me fascina y ha sido el objetivo de mi búsqueda espiritual por años, sino que considero importante transmitir, no sólo para honrar a mis maestros sino ser sincera conmigo misma, y presentar según mi óptica lo que es DESCONOCIDO EN VENEZUELA pues no vinieron monjes a la conquista y colonización de estas tierras, contrario a Colombia y Argentina donde si fueron, y los monjes llegaron en 1923 porque a Juan Vicente Gómez, tan germanófilo, le pareció excelente la idea del P. Santiago Florencio de Machado, popularmente llamado "el Padre Machado" de traer monjes alemanes para la educación y no para el ejercer el monacato, como lo hizo Fidel Castro en la década de los 90, cuando abrió las puertas a los mismos benedictinos de Santa Otilia, para que instalaran un monasterio en Cuba, "porque los monjes saben hacer pan"y allá están instalada una comunidad interracial, con monjes de Togo y Alemania.

Biografías: La vida del Padre Machado cuyo trabajo sacerdotal fue tan sui generis, como el de muchos sacerdotes en los primeros años del S.XX, a los que pertenece mi tio materno Pbro y luego Monseñor Rafael Angel Eugenio Fuentes (Rubio. Edo Tachira 2 de diciembre 1906- Libertad, Capacho Viejo, 2 de setiembre 1974) cuya vida pueden conocer en el libro "Una pequeña Historia", publicado en la "Biblioteca de autores y temas tachirenses" N° 62, bajo los auspicios del Presidente Carlos Andrés Pérez y la Asamblea Legislativa del Edo. Táchira, OCI, Imprenta Nacional, 1975. 79 p. El carisma de estos hombres fue muy particular, pues se entregaron de lleno a educar y sacar de verdad, sin tantas retóricas ideológicas, sino a pulso de trabajo en los campos y en la educación, a lo largo de Venezuela,hombro con hombro y en agotadoras jornadas, con los campesinos y pobres, hombres y mujeres cuyo destino era la violencia para ellos, o la prostitución o servir de vientres desde niñas, a los Guardias nacionales de Colombia o Venezuela, o a guerrileros y mesnadas violentas de la frontra, ofreciéndoles conocimientos profesionales académicos y artes y oficios que les permitieran trabajar y salir de sus poblezas y limitaciones, accediendo a calidad de vida verdadera, sin regalarles nada sino transformándolos en hombres y mujeres productivos. Creo que la Iglesia Católica debe reconocer a estos personajes de su grey, no de forma aislada, sino como una verdad en los tiempos del S.XX, que muchos no conocen, sino de forma aislada, y que llamó tanto la atención a sacerdotes y monjes, como el P. Beda Hornung, osb. que estaba realizando un estudio sobre la Iglesia en Venezuela, para comprender en qué contexto habían sido invitados los monjes benedictinos a venir a este país. Infomar sobre ésto le daría a los católicos, una dimensión de su religión muy especial en Venezuela. Un ora et labora venezolano y secular.

Fuente: GV 05-11-2017 12:53PM

De esa forma llegaron los monjes benedictinos de la Abadía alemana de Santa Otilia a San José del Avila en Caracas y a Maracay para la educación de los jóvenes, carisma tan silenciado en aras de la “Iglesia militante”, que nos lanzó en las décadas de los 60/70/80 a trabajar en los barrios, con los pobres y por los pobres, sin el apoyo de la oración y el compromiso profundo, producto de una sólida formación con bases en el espíritu verdadero de las enseñanzas de Jesús de Nazareth y la tradición cristiana milenaria, no inquisitorial ni batalladora muy jesuita, sino amorosa y silente, que sostuviera ese trabajo tan fuerte, y el schok que genera conocer a fondo el mundo idealizado de los pobres, expresión de la condición humana con sus luces y sombras, con las conocidas consecuencias, ya que muchas veces no son representación fiel de los pobres de que habla Jesús en su Sermón de las Bienaventuranzas, que son del espíritu, todo lo contrario como lo estamos constatando en Venezuela, desde que arribara Hugo Chávez al poder. Gracias a esos conocimientos tuve acceso al activo mundo de las mujeres vinculadas al monacato de Occidente, su relación real con el Oriente, pues la contemplación existe con unas líneas espirituales comunes a todas las grandes enseñanzas que promueven a profundidad el autoconocimiento y retorno integrativo con lo Divino, a través de un camino y disciplinas realmente profundas,y sostenidas, por lo que no me vi en la necesidad de ir desechando mi formación católica, todo lo contrario, complementarla con la pieza que faltaba del puzzle, ni me formé en esoterismo y disciplinas alternativas, como observo que accedieron mis amigas en esa década, que hasta fueron a sembrar cristales en la Abadía, al lado de maestras excelentes y comunes a todas ellas. Por las comunicaciones de los benedictinos, al lado de un monje tan activo como el P. Beda Hornung. osb, hoy en Alemania, y las visitas que hice a su lado para compartir conocimientos y experiencias de vidas tan nuevas para mi, como la de la Hermana Beatriz, (+)carmelita descalza de Los Chorros, Caracas, y su comunidad de mujeres tan cultas, la Abadesa fundadora del Monasterio Trapense en Humocaro Alto,(Edo. Lara) quien escribió libros muy didácticos sobre el monacato femenino,y junto al P. José Maria Martínez, osb. II Abad de la Abadía de Guigue, mi Director Espiritual, asistió a Congresos intermonásticos latinoamericanos y visitaba con frecuencia la Abadia me enteré de mujeres monjas y seglares que tenían actividades que no imaginaba, como ésta de la hermana Funk, quien en 1993, habló en el descubierto también Parlamento de las Religiones del Mundo. De 1994 a 2004 fue Directora Ejecutiva de la Junta de Diálogo Interreligioso Monástico, que coordina la organización que tiene como objetivo fomentar el diálogo interreligioso e intermonástico. En esta capacidad coordinó una serie de eventos, especialmente los Encuentros de Gethsemani y la Conferencia de Dharma de Benedicto. En 1995 viajó a la India y al Tíbet en el Sexto Programa de Intercambio Espiritual. Esa tradición monástica occidental es la que permitió la existencia de abadesas y mujeres consagradas de alta calidad intelectual en el S.XII, lo que se ha llamado movimiento místico y monástico femenino de los siglos XII y XIII que tantas interrogantes responde, a la marcada tendencia actual de buscar la tradición de aquellos siglos medievales, hasta llegar al S.XVI incluido, que ha hecho que la saga “Juego de Tronos” y la cantidad de películas de fantasía y ciencia ficción, basados en esas épocas y en las tradiciones clásicas, rompan los éxitos de taquilla y a uno le pregunten información de esos años tan importantes, y la imagen del monje y la capucha sea universal hasta para promocionar el whisky “Los Monjes” que garantiza su calidad nacida de los bodegas del Monasterio. Confieso que voy a seguir en lo posible esos lineamientos, en los textos que comparta, pues impulsó el conocimiento y estudios de la mujer, tan rica como la chamánica y del femenino en culturas indígenas, pues promovía el conocimiento y reconocimiento de los dones del eterno femenino y tras años de oscurantismo y desvío de la verdad, la mujer eccedió a otra opción distinta a la matrimonial al estilo del gineceo griego, donde callada permanecía obligada como la obediente y sumisa esposa y madre de hijos, y la mujer podía “culturizarse” y exponer sus saberes sin verse señalada por dedos censores, recuerden la historia de Sor Juan Inés de La Cruz en México y el reconocimiento a un movimiento tan importante hecho por la directora nada suavecita Margarethe von Trotta (Berlín, 21 de febrero de 1942) actriz y guionista de cine y miembro del movimiento de Nuevo cine alemán llegando a colaborar en películas de corte vanguardista con el controvertido Herbert Achternbusch, el conocido Rainer Werner Fassbinder, Schlöndorff (su pareja), Werner Herzog y Wim Wenders. Desde un principio von Trotta ha sido fiel a un interés primordial que le ha permitido mostrar un cine consistente que posee una visión particular y crítica de la mujer alemana y de su compleja inserción en la historia del siglo XX, por eso no es raro que realizara el rodaje de su película sobre la vida de la mística alemana Hildegard von Bingen(Bermersheim vor der Höhe, distrito de Alzey-Worms, Rheinhessen, Renania-Palatinado, Alemania, 16 de septiembre de 1098-Monasterio de Rupertsberg, Bingen, Rheinhessen, Renania-Palatinado, Alemania, 17 de septiembre de 1179)

Hildegarda de Bingen, Vision En Español

La película sobre la conocida como como la sibila del Rin y como la profetisa teutónica, quien de acuerdo a lo que canalizaba en sus visiones, escribió sobre teología, sobre la curación a través de la oración, las piedras, las plantas medicinales y la música.Santa Hildegarda de Bingen O.S.B.,

La abadesa benedictina realizó también diversos viajes de asistencia espiritual donde alternó, regaño y discutió con abades, el papa Eugenio III y el famoso monje cisterciense Bernardo, Abad de Claraval. Von Trotta se ha interesado también en Hannah Arendt (2012) y Rosa Luxemburgo (1986) lo cual indica que no está parcializada por religiones sino por tratar el tema de la mujer., por esa razón inició a finales de noviembre del 2008 en el Monasterio de Eberbach, en la localidad alemana de Eltville (Hesse), el rodaje de la película sobre la mística alemana: "Vamos a rodar acá hasta el fin de la semana", dijo la directora, quien también escribió el guión de la película que decidió llamar "Visión - de la vida de Hildegard von Bingen". Hildegard vivió en el siglo XII en el convento de Rupersberg, próximo a Bingen se la considera la primera representante, si bien para nada típica, de la mística alemana del Medioevo. Además de su extensa obra sobre temas religiosos, medicina, música, ética y cosmología; se conserva además un nutrido intercambio epistolar con personalidades de su época e informes sobre sus viajes de asistencia espiritual. La famosa religiosa medieval es interpretada por Barbara Sukowa, mientras que el papel de su confidente, el monje Volmar, está a cargo de Heino Ferch. También integran el elenco Alexander Held y Hannah Herzsprung. La película se estrenó en 2009. Además de Eltville, están entre las locaciones Colonia, Múnich y el monasterio Maulbronn en Baden-Württenberg.”

El 7 de octubre de 2012 el papa Benedicto XVI le otorgó el título de doctora de la Iglesia junto a san Juan de Ávila durante la misa de apertura de la XIII Asamblea general ordinaria del sínodo de los obispos. Considerada por los especialistas actuales como una de las personalidades más fascinantes y polifacéticas del Occidente europeo, se la definió entre las mujeres más influyentes de la Baja Edad Media, entre las figuras más ilustres del monacato femenino y quizá la que mejor ejemplificó el ideal benedictino,​ dotada de una cultura fuera de lo común, comprometida también en la reforma de la Iglesia,​ y una de las escritoras de mayor producción de su tiempo. En expresión de Victoria Cirlot:

«[...] atravesando el muro de los tiempos han quedado sus palabras, incluso su sonido, y las imágenes de sus visiones»

Sus obras han sido publicadas en diversos idiomas, y vale la pena conocer ese movimiento tan importante para tener una visión completa en tiempos del despertar del femenino, que se ve orientando sólo en América cuando es y ha sido universal.

Por su parte la hermana Funk, para quien le interese, es una ex Priora y todavía miembro actual del Monasterio de Nuestra Señora de la Gracia en Beech Grove, Indiana , en el que ingresó en 1961, Funk dirige la Escuela de Lectio Divina en el adyacente Benedict Inn.

Mi experiencia como producto de ese camino, inicia desde 1992 cuando aprendi a practicar la Lectio Divina diariamente, que como meditación creía que era budista y la Liturgia de las Horas, que mi tio rezaba cuando iba de vacaciones a Caracas, y me daba mucha paz y seguridad desde niña, pero no me fue enseñada ni en el colegio ni en la UCAB.Por eso,hoy hago acopio de esa enseñanza para asimilar lo que recibí con mucho dolor, al atender la llamada de un gran amigo que se encuentra en la bellísima campiña toscana italiana, donde me comentaba el fervor de los europeos por los comunistas, su adoración a Fidel Castro, al “Che” Guevara, hasta un vasco muy etarra él, según vi via Skype, tiene un altar a estas deidades caribeñas, y a todo lo que huela o sepa a Cuba, isla a la que van en cantidades como turistas en paquetes a módicos precios, y me imagino que con el servicio de las putas más ilustradas del mundo, las famosas “jineteras” de Fidel, incluido. ¡Dios mío hasta cuándo Europa va a creer esta vaina!!!. Vienen a Venezuela y no pueden meterse en el genocidio más horrible del mundo, viendo más allá de sus narices, porque pueden acceder al Hotel Marriot de Maiquetía, y comer cosas y tener carro a la disposición que en sus países de origen no pueden, AMIGOS aqui hay hambre y no tenemos dinero, la gente se muere de mengua, sin servicio básicos de salud y medicinas,aunque me respondió un vasco que diéramos gracias a no tener efectivo porque como los suecos y noruegos socialistas, nos defendíamos con una tarjeta plástica, lo máximo del desarrollo y confort, amigos europeos bien chévere es pontificar desde la vida democrática de allá, tan libre pensadora, que les permite ser comunistas como nos nos permiten se de oposición aquí, tanto que el canal alemán transmite la opiniones de los suecos y daneses que defienden el uso de la burka y el shador musulmán, contra la ley que lo excluye de las costumbres de esos países, a ver si son capaces de hacerse musulmanes y adoptar las rígidas costumbres del Islam, o obligar a éstos que asuman las tradiciones occidentales cuando se niegan a hacerlo, actitud intransigente que un occidental si llega a adoptar en los paises islámicos algo igual, es criticado y hasta violada si es mujer, y sale sola en manga corta a la calle sin hombre al lado, los invito a venir al paraíso que es Venezuela para uds. con sueldo mínimo, sin efectivo a experimentar este horror diario, de hiperinflación y carencias, que vivimos los venezolanos de a pie, ¿es la realización de la utopía este caos, es Nicolás Maduro un estadista y Diosdado Cabello un dulce dirigente del comunismo nacional? . CARAJO, es demasiado, y es hora que los venezolanos en el exterior también escriban la verdad de esta matanza planificada y brutal, como lo han hecho los escritores de los textos que a continuación publico, hasta el Papa Francisco y nuestro Papa Negro Arturo Sosa es hora que vean más allá de las teorías jesuitas tan izquierdosas ellas, y se apoyen en la oración de los benedictinos, que siempre consideraron una “pérdida de tiempo” para comprender y declarar que esta dictadura es MALIGNA, producto de un Plan Macabro que San Benito resiste con su comprensión del Mal y cómo combatirl la sombra con oración, pues la "Revolución Bonita" dista mucho de ser una “opción para los pobres y de los pobres” y que no es que con el joven diputado Juan Requesens al que se le violó la inmunidad parlamentaria, anulando sus derechos sin réplica, se ha producido un hecho aislado que hace renacer la tortura, NOOO, la tortura impera en el régimen castro/comunista/chavista/madurista según guión ruso y del G2 cubano desde hace 20 años, más brutal que la de “la Cuarta República”, pues anula la mente y libertad de expresión, instala el miedo y se extiende hasta los controles más íntimos de la población, y no está monitoreada por la izquierda mundial como fue aquella, todo lo contrario, los medios controlados por la izquierda están atentos 24/24 horas para salir en su defensa,.Es una guerra sin tregua alienante Confieso que nunca imaginé que fuera asi, pues el asunto dell resquebrajamiento de la sociedad venezolana es muy profundo y abarca muchos aspectos, por eso comienzo con un texto que denuncia algo que parece nimio, pero denuncia una distorsión en la comunicación y envileciiento de las tradiciones y las formas del buen hablar

12 de agosto de 2018, 10:03

Rodolfo Izaguirre dice verdades en El Nacional de hoy

No sabemos hablar

Rodolfo Izaguirre Tosta (Caracas, 9 de enero de 1931) es un ensayista y crítico cinematográfico venezolano Quien fue durante más de 20 años director de la Cinemateca Nacional de Venezuela y no quiere dejar por eso su país, donde vive solo en su casa de Caracas desde que enviudó hace dos años de Belén Lobo

Desde Varsovia, Alberto Valero me escribe indignado sobre una nota de prensa que refiere que un tío mató al sobrino en un sector de El Paraíso, por recortes de charcutería. “Se dijo que el hombre está en situación de calle”. Es aquí donde estalla Valero: ¿Por qué no decir, claro y raspao, que se trata de un indigente, de un vagabundo, de un miserable, de un tipo que está pelando bolas? ¿Qué vaina es esa de que la dictadura está soltando a ‘privados de libertad’? ¿No son o están presos, en realidad, como han estado siempre, desde que el mundo es mundo, los privados de libertad en cualquier dictadura? Creo, amigos, que tenemos una grave responsabilidad, de dejarnos de tonterías y escribir bien, sin eufemismos”.

Alberto Valero es el director de la División BQ Educación de la empresa BQ. Ingeniero Industrial, doctor en Ingeniería Informática y con formación en Filosofía, este profesional ha dedicado buena parte de su carrera a la divulgación tecnológica y la docencia porque considera que el mayor recurso de una sociedad es la formación. En esta entrevista nos habla sobre las últimas tendencias en educación y por qué conceptos como STEAM son tan importantes para el desarrollo de los adultos del futuro.

Todo eufemismo es, de suyo, un eufemismo porque de acuerdo con el diccionario es la manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante. Es eufemismo afirmar que el sátrapa nunca fue chofer sino “conductor de la unidad”. Eufemismo es convertir al ladrón en “amigo de lo ajeno”.

La tendencia humana, al parecer, tiende a escamotear la verdad, a empanizarla con miel o azúcar. De una mujer fea se dice que tiene físico ingrato. Para no evidenciar que aquel que va allá es negro se hace ver que no sube a Sabas Nieves por Altamira sino que lo hace por El Marqués o peor; se rascan ligeramente el dorso de la mano con el índice mientras susurran: “... tú sabes... él ...!”. Pero esto no es eufemismo, es racismo y necedad.

Eufemismo es el amigo que, dando traspiés, no se ha caído a palos ni está borracho, sino embriagado. Si es rico y vive en una urbanización elegante no se dirá que está embriagado sino alegre. El que lleva anteojos negros y un bastón blanco con el que tantea el aire a su paso no está ciego: es invidente. Se habla de aguas mayores y aguas menores aunque es más decente decir “dar del cuerpo”. ¡Es una nueva retórica! ¡Es creer que se habla bonito! Ya lo advirtió Juan Ramón Jiménez: “Si en la conversación puedes decir pájaro, no digas ave”. Lo insólito no es que hayan desaparecido los médicos en las telenovelas y en su lugar aparezcan "galenos". Lo grave es que seamos pocos los que sabemos leer, los que sabemos que existe una sintaxis y nos servimos de los signos de puntuación: las comas, los puntos y seguido, los dos puntos, el punto y aparte. Que en lugar de decir “tatoldíadeayápacá” nos tomamos el tiempo para articular y decir “está todo el día de allá para acá”. O como ejemplifica un conocido lexicógrafo español: “napatitopamí”, es decir: “nada para ti, todo, para mí”. Esto, sin mencionar los desórdenes ortográficos. No olvidemos que en un mensaje de felicitación al diario Últimas Noticias Ángel Biagini, candidato a la Presidencia de la República en tiempos de Isaías Medina, escribió la palabra “entusiasmo” con “c” y fue tan grande el desprestigio que perdió la ocasión de ser presidente. Remedando al locutor de radio que ponderaba el abc de un calmante llamado Cafenol y decía: “A) abaja la fiebre; B) bence el dolor; C) ce puede encontrar en cualquier establecimiento”, en Caracas se decía: “A. por Ángel, B. por Biagini y C. por entuciasmo”.

En los barrios marginales el lenguaje es escatológico y la vulgaridad abyecta. No quiero ser pesimista pero tardará un siglo para que el barrio y muchos residentes de las urbanizaciones descubran que existe una sintaxis, que hay exclamaciones, interjecciones, pausas... ¡Una dimensión no soez del lenguaje!

“¡Secretario, sírvase dar lectura al acta!” y el secretario dispara una maraña de sonidos con asombrosa velocidad y nadie en el hemiciclo entiende lo que dice. El conferencista clava su mirada en las cuartillas y discurre monocorde con resonancias de moscardón levantando la mirada, de tanto en tanto, solo para constatar que el público aún se encuentra allí.

¿Han escuchado en televisión al jefe de los bomberos dando explicaciones del siniestro? ¿A los ministros? ¿¡Al jefe de la policía?¿A los deportistas, boxeadores, bailarines? ¡No saben hablar! Ignoran que los signos de puntuación sirven para organizar el discurso. Los adolescentes no leen libros; aprenden viendo en el celular, pero carecen de lenguaje para expresarse; les cuesta entender Cien años de soledad y los que se atreven temerosos de abrir sus páginas terminan conformándose con el miserable resumen que hace Google (conocido en los medios estudiantiles como “El rincón del vago”), evadiendo uno de los libros más fascinantes de nuestra lengua. Una experiencia con docentes determinó, hace años, que algunos egresados del Pedagógico no eran capaces de analizar o interpretar un “Pizarrón” de Uslar Pietri. Desconocer, no manejar ideas propias; maltratar el idioma significa quedar inermes, desprotegidos, fáciles presas del más desventurado de los infortunios.

Lo escandaloso es que nuestros mandatarios del siglo XXI tampoco brillan con luz propia. El socialismo bolivariano es una lastimosa pobreza de ideas renovadoras y de lenguaje y da la impresión de que en el PSUV las lecturas no van más allá de dos o tres libros básicos y en los grupos violentos alimentados por el régimen, de seguro no hay ninguno. No se leen novelas en los cuarteles, mucho menos las de aventuras. Las armas fusilan la imaginación y el eufemismo se ha convertido en la manera que ha encontrado el despotismo para comunicarse con el mundo disfrazando o suavizando exclusivamente, en el idioma, la innoble crueldad de la tiranía.

Rodolfo Izaguirre, escritor, poeta, columnista y crítico cinematográfico venezolano, presentará este sábado en Miami su libro En el tiempo de mi propia vida, donde asegura que no se va del país porque quiere "ver el final de la película".

"Es una tragedia griega, bochornosa y tenebrosa, con genocidio y diáspora", subraya Rodolfo Izaguirre.

Diario Las Américas 6 de abril de 2018 04:43 PM | Actualizado el 06 de abril de 2018 16:44 PM

El libro En el tiempo de mi propia vida reúne una selección de crónicas de Izaguirre sobre el país publicadas en el diario El Nacional desde hace unos cuatro años.La selección es de su hija Valentina y el dibujo de la portada, que muestra la mano de Izaguirre con una rosa teñida por una mancha azul que no es otra cosa que el mapa de Venezuela, es de Juan Delcan, el esposo de ella.A sus 87 años se le pasó la edad de tener miedo, dice Izaguirre, cuando se le pregunta si no teme represalias por sus duras palabras acerca de la gestión del Gobierno de Nicolás Maduro. Este régimen es una "pandilla delictiva" ligada al narcotráfico, subraya.

Al principio, en esas crónicas recogía ideas, reflexiones, fragmentos de recuerdos, pero a medida que la crisis del país se hacía más honda, las reflexiones cobraron más profundidad de la que se pretendía inicialmente, explicó Izaguirre.

Aunque "todavía" no se vislumbra solución a la crisis, él no pierde la esperanza de que en algún momento aparezca y no quiere dejar por eso su país.

“La oposición no logra encontrar la manera de afrontar la crisis y el régimen, aunque es incapaz de ofrecer una solución, es más hábil y más perverso que los opositores”, señaló.

Izaguirre ha publicado en Venezuela Obligaciones de la Memoria, que reúne otras crónicas y tiene como objetivo hacer que los venezolanos "no olviden lo que está ocurriendo".

"La memoria del país es frágil y corta", subrayó.

Izaguirre no sabe cómo va a acabar este periodo, pero está seguro de que el país que surja será diferente al que "hemos tenido siempre", con nuevas ideas, visiones, cultura y los aportes de los que se fueron.

Ana Teresa Torres: La protagonista descarriada por el deseo

Milagros Socorro

Verbigracia, El Universal, noviembre de 2001

Como Directora en ejercicio en el Centro de Documentación del Circuito de Museos del Estado Carabobo con sede en el Museo de la Ciudad de Valencia ubicado en el Palacio de los Iturriza, (1999-2007) creado por Frida Añez como Vicepresidenta de FUNDAPATRIA, del que creo que nadie se acuerda y por eso lo publico, conservo entre la hemerografía que registré una entrevista que Milagros Socorro Morales (Maracaibo, estado Zulia, Venezuela, 19 de marzo de 1960) le hizo a Ana Teresa Torres con motivo de haber ganado el premio que la Fundación Anna Seghers (en la vida civil Netty Radványi, nacida Reiling, Maguncia, 19 de noviembre de 1900 - Berlín, 1 de junio de 1983), creada con los derechos de autor legados por esa escritora alemana, fallecida en 1983, que entrega anualmente un premio a jóvenes autores alemanes y a escritores latinoamericanos de larga trayectoria. (El Premio Anna Seghers es un premio literario que otorga en Alemania de acuerdo con el testamento de esta escritora, que estipuló que el dinero obtenido por sus obras debía utilizarse para incentivar a autores jóvenes. Se da anualmente a un escritor alemán y a uno latinoamericano. Desde 1986 a 1994 lo entregaba la Academia de las Artes de Berlín y después ha estado a cargo de la Fundación Anna Seghers).

De la cual comparto u nos fragmentos:

“Entre estos últimos, se cuentan la mexicana Carmen Boullosa (Ciudad de México, 4 de septiembre de 1954 y forma parte de la generación sin nombre que se agrupó alrededor del Taller Martín Pescador, a la que pertenecieron Roberto Bolaño, Verónica Volkow y otros.​) , la nicaragüense Gioconda Belli (Managua, 9 de diciembre de 1948 quien en 1972, con su primer libro Sobre la grama, abordó sin tapujos el cuerpo y la sexualidad femenina​.) y, claro, Ana Teresa Torres, que quedó perpleja al ser notificada de su recepción –que le supone una recompensa en metálico de veinticinco mil marcos- puesto que no se trata de un concurso al que los aspirantes se postulen espontáneamente o a través de una institución, sino que son designados por un jurado alemán, que en este caso falló por unanimidad a su favor.

La ceremonia de entrega del premio será este 17 de noviembre, pero antes de viajar a Berlín, donde Ana Teresa Torres recibirá la distinción de manos de los hijos de Anna Seghers, se habrá presentado en Caracas su más reciente libro: La favorita del Señor, una novela erótica que llevaba varios años engavetada después de haber quedado finalista en el Premio La Sonrisa Vertical y haber recibido una promesa de publicación que no se llevó a efecto por parte de la Editorial Tusquets, promotora de ese certamen especializad en narrativa erótica.

¿Tendrá un gran impacto el Premio Anna Seghers para la proyección de su obra?

-No lo creo. En este sentido guardo un silencio discreto porque es muy difícil para los escritores venezolanos ser reconocidos fuera. No es fácil que un autor desconocido, de un país cuya literatura es desconocida, pueda tener una aceptación del mercado. Por lo pronto, lo veo en términos de reconocimiento desde el punto de vista literario, que es lo que este premio concede.

-¿Por qué es tan difícil para los autores venezolanos lograr una proyección fuera del país?

-En este momento no hay ningún escritor venezolano contemporáneo que esté publicado en una editorial internacional. Tampoco hay un conocimiento de nuestra literatura a través de traducciones, ni su estudio sistemático por la crítica académica internacional. La venezolana es, probablemente, la literatura más desconocida del continente, siendo paradójicamente una literatura importante, muy diversificada, con muchas generaciones escribiendo simultáneamente, muy rica para el estudio académico. Pero no hemos sabido proyectar la literatura venezolana ni fuera ni dentro del país.

-¿A qué se debe ese aislamiento?

-Primero, no hay industria editorial en Venezuela, no hay editoriales privadas que se propongan abrirle un mercado a nuestros libros. El Estado, hay que reconocerlo, ha hecho mucho por la literatura venezolana. Yo tengo, en ese sentido, una opinión distinta a la imperante: yo creo que le debemos mucho al Estado. Es más, creo que sin el Estado, la literatura venezolana no existiría. Todos nosotros tenemos muchos libros publicados en editoriales estatales. Sin embargo, no sé si los mecanismos de proyección han sido eficientes. Yo diría que no. Aunque ha habido una inversión considerable, no ha habido una política orientada a crear las estrategias para difundir la literatura venezolana.

-¿Y en cuanto a los contenidos?

-Hay de todo. Evidentemente, la literatura cada vez tiende a ser más minoritaria en todo el mundo, esto no es un fenómeno venezolano. Son muy pocos los autores en el mundo que venden libros masivamente. Entre nosotros hay alguna literatura difícil de llegar a un lector no educado, pero no es siempre así. Nosotros tenemos muchas obras capaces de llegar a un foro de lectores importante. Se me ocurre, entre lo más reciente, Las criaturas de la noche, de Israel Centeno; ése es un libro que un lector medio podría disfrutar enormemente, y no ha tenido esa proyección. Así podríamos hablar de otras novelas, de otros textos. Lo que ocurre es que no somos buenos representantes de nuestro propio trabajo.

-¿Usted orienta su carrera con vistas a una proyección al exterior?

-Lo he intentado. Que no lo haya logrado es otra cosa, pero es muy difícil superar las barreras internacionales cuando uno no representa nada, ni nadie lo representa. Tendría que ser un genio de la literatura para superar ese obstáculo; y no es el caso. Cuando un escritor tiene una tradición literaria virtualmente desconocida para el mundo, como es nuestro caso, se convierte en una inversión muy riesgosa.

-En su libro A beneficio de inventario, usted habla de canibalismo tribal, ¿a qué se refiere?

-A una actitud, muy nuestra, de erosionar lo que hacemos, con esa suerte de identidad derogativa muy aguda que tenemos los venezolanos, según la cual lo nuestro no es lo bueno, lo nuestro no sirve, siempre hay algo mejor pero está afuera. Julio Ortega te habla del discurso de la carencia como un discurso propiamente latinoamericano, pero creo que en nuestro caso tocamos niveles extremos en cuanto a la derogación de todo lo que hacemos, a la imposibilidad de valorarlo, a la tendencia a pensar que esto es cuestionable, es dudoso, porque es nuestro.

Una aproximación personal a los 20 años que Venezuela ha vivido bajo la revolución bolivariana

"Diario en ruinas" de Ana Teresa Torres registra el memorial de agravios que sufre el país

Ana Teresa Torres (Caracas, 6 de julio de 1945) es una escritora venezolana.

Novelista, cronista, articulista, ensayista e investigadora, desde 1990 su narrativa resuena en el ámbito nacional y mundial. Graduada en Psicología (UCAB), con postgrado en Psicología Clínica; Psicoanalista acreditada por la Asociación Venezolana de Psicoanálisis; fundadora de la Sociedad Psicoanalítica de Caracas, y miembro de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Fue profesora de la Escuela de Psicología de la Universidad Central de Venezuela. Ha sido residente del Bellagio Study & Conference Center de la Fundación Rockefeller (1998).A partir de 1999, y sobre todo hasta 2004, alterna la actividad literaria con la escritura de prensa y otras acciones de resistencia de la sociedad civil (particularmente en la asociación Gente de la cultura y Pen Venezuela, fue presidenta de esta última) frente al régimen instaurado en Venezuela en 1998.

Es Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua, donde ocupa el Sillón Letra “F”, a la que se incorpora el 16 de enero de 2006, con el discurso “Consideraciones acerca de la conciencia intelectual”.

CONTRAPUNTO

Sábado, 11 de Agosto de 2018 a las 12:38 a.m.

“Un diario de una absoluta franqueza y una gran sobriedad que le permite a Ana Teresa entrar de una forma profunda en el drama que estamos viviendo", señaló Victoria de Stefano

Este jueves 9 de agosto, la escritora venezolana Ana Teresa Torres presentó su más reciente título, Diario en ruinas (1998-2017), una aproximación personal a los 20 años que Venezuela ha vivido bajo la revolución bolivariana, publicado por la editorial Alfa.

La librería El Buscón, en el Trasnocho Cultural, albergó al concurrido evento que contó con palabras de los narradores Victoria de Stefano y Héctor Torres.

Aunque se extiende de 1998 a 2017, Diario en ruinas tiene una coletilla que se centra en lo que está sucediendo en 2018. Como peculiaridad, este libro no se trata de un registro propiamente diarístico, ya que Torres empieza a escribirlo en 2014 como un ejercicio minucioso de la memoria.

Memorial de agravios

"¿Por qué alguien se pone a escribir un diario?", se preguntó Victoria de Stefano al principio del evento. “Porque los momentos que está viviendo son difíciles, porque se necesita tratar de entender lo que está sucediendo o por lo menos hacer un seguimiento”.

Opinión que Ana Teresa Torres parece compartir. En la introducción de su diario escribe: “Si la memoria no es un museo que guarda incólume nuestro pasado, habría que entenderla como la recuperación fragmentaria de acontecimientos, situaciones, circunstancias, personas, espacios, experiencias, en los que nos detenemos porque algo nuestro se detuvo allí”.

Los lectores sabrán reconocer en esta recurrencia a la memoria una de las destrezas más destacadas de esta narradora a lo largo de 30 años. “Un diario de una absoluta franqueza y una gran sobriedad que le permite a Ana Teresa entrar de una forma profunda en el drama que estamos viviendo. Este diario ayuda a hacer cuenta del memorial de agravios que sufrimos”, expresó De Stefano.

Le mención a esta antigua forma jurídica le dio pie a la autora para reflexionar sobre la composición de este libro: “En mi segunda novela Doña Inés contra el olvido, trabajé con un memorial de agravios, y este libro también tiene mucho de ello. Es un diario personal que va más allá del género, porque tiene mucha crónica, tiene mucha memoria, información de prensa. No es un diario íntimo, en el que yo hable de mí. Cuando hablo de mi vida personal, lo hago porque sentía que lo que me ocurría se podía conectar con una vivencia colectiva”.

¿Un diario político?

Por lo tanto, este es un diario pensado para la propia elucidación de esas difíciles circunstancias políticas y sociales que después de tanto tiempo cuesta mucho precisar. También puede verse como un diario personal de una gran integridad con respecto a la situación crítica del país, en el cual el lector puede encontrar detalles y circunstancias que en el remolino de acontecimientos de los últimos 20 años pudo haber olvidado.

Así le sucedió a Héctor Torres: “Me sorprendí de que había cosas que yo había olvidado sobre estos 20 años”. Y agrega que este diario “es la mirada de Ana Teresa sobre el tiempo que le tocó vivir. ¿No sé si se podría llamar un diario político? No hace concesiones, no trata de ser simpático. Es un diario que empezó a escribir en retrospectiva. Es un gran testimonio, acompañado de un collage de artículos de prensa”.

Diario en ruinas registra una experiencia activa en movimientos culturales con contenido muy político que caracterizaron la primera década de este siglo. En esos años Torres ofreció charlas, conferencias, participó en encuentros y foros sobre la situación social, además de escribir frecuentemente para la prensa sobre lo que sucedía en la política.

Con esta urgencia, la escritora se abocó a leer y documentarse sobre los fenómenos totalitarios. Estas lecturas y análisis culminarían particularmente en la escritura de dos libros: una novela y un ensayo cultural. Nocturama, de 2006, “un libro sombrío”, según De Stefano, y una especie de fábula sobre un país sumido en el caos, premonitorio de la crisis social y económica de los años más recientes. La herencia de la tribu, un texto en el cual Torres busca dar con la causa del nacimiento del llamado mito bolivariano y el surgimiento de la revolución bolivariana conducida por Hugo Chávez.

Una crónica de estos tiempos

Por su parte, Héctor Torres llamó la atención sobre cómo Diario en ruinas registra un momento en que Ana Teresa Torres va sintiendo que el ejercicio de la escritura es desplazado por la urgencia de lo político. “En un momento asistimos en que ella siente que está dejando de escribir en medio de una coyuntura muy violenta y empieza a sentir la inutilidad de la escritura. ¿Para qué escribir en este momento?, se pregunta. E inmediatamente siente que hace falta una gran crónica de estos tiempos”.

Para concluir, Ana Teresa reflexionó sobre el papel y la voz de los intelectuales que estuvieron en contra del actual gobierno y del proyecto revolucionario: “A mí a cada rato me preguntan por qué los intelectuales no han dicho nada. Y yo digo: Pero Dios santos. ¿Cómo es posible que digan eso? Que usted no oyó es otra cosa. Claro, la voz del intelectual en Venezuela es una voz marginal, apagadita. Por eso yo registro los nombres y las actividades de diversos intelectuales que dedicamos mucho esfuerzo, que estábamos activamente en la calle. Por eso cuando me preguntan por los intelectuales me produce una indignación, por no decir otra palabra”.

Desde una óptica ciudadana y personal la escritora buscó darle un orden a nuestra memoria reciente

Ana Teresa Torres: Me propuse mostrar la destrucción republicana y humana de Venezuela

Escribe en primera persona un relato, construido desde su mirada, el cual comparte con otros para que lo completen con las suyas - Fotos: Jonathan Lanza - Contrapunto

JOSÉ GABRIEL DÍAZ

Jueves, 09 de Agosto de 2018 a las 12:04 a.m.

Este jueves 9 de agosto lanzará su más reciente libro "Diario en ruinas", obra que se estructura en distintos géneros: diario, memoria, crónica, testimonios, para armar un relato de lo que han sido los últimos 20 años en la Venezuela de la Revolución

Ana Teresa Torres cierra una etapa en su vida de escritora con la publicación de un nuevo libro, el número 24. Esta vez la destacada escritora, intelectual, psicóloga y psicoanalista aborda la realidad de Venezuela, como tantas veces lo ha hecho, solo que a modo de "ropavejera", esto es: recolectando piezas que, unidas, dan sentido a un rompecabezas con el que espera descubrir, o más bien recordar, las cicatrices de un país que se desmorona a pedazos.

Siguiendo un orden cronológico, a partir de una línea de tiempo, Torres apila alrededor de 20 años en un relato que exhibe aspectos de la historia del país, todos ellos con la particularidad de haberla tocado profundamente.

Un viaje que parece turbulento, a juzgar por sus reacciones, con el que espera sacudir el recuerdo de quienes han perdido la memoria. Contrapunto ha querido remover también esa memoria y reflexión de la escritora con una entrevista en ocasión de la presentación de este nuevo aporte escritural de Torres.

—Este jueves 9 de agosto lanzará su más reciente libro Diario en ruinas. ¿Qué me puede contar de este aporte?

—Diario en ruinas viene siendo el titulo número 24 de mi producción entre obras de ficción y no ficción. En este caso la escritura se estructura en distintos géneros: diario, memoria, crónica, testimonios, para armar un relato de lo que han sido estos años.

—Tengo entendido que la publicación nace producto de una investigación realizada entre 1998 y 2017. ¿Cómo fue y cuánto tiempo le llevó esa búsqueda? ¿Qué metodología empleó para desarrollar su análisis?

—Más que una investigación es un registro de lo sucedido en este tiempo, o por lo menos de lo que más me impactó personalmente. Los métodos para armar ese registro fueron varios. Utilicé mi archivo personal, notas de prensa, documentos, búsqueda por internet de los acontecimientos, lecturas. Para desarrollarlo seguí un hilo estrictamente cronológico, agrupando los textos por años, meses y a veces días, de manera de construir una secuencia ordenada que permita situarse en los distintos momentos y comprender la secuencia de los hechos y las consecuencias de los mismos. Han ocurrido tantas cosas en estos 20 años que a veces nos sentimos perdidos en medio de esa información. Lo que pretendía era precisamente contribuir a darle un orden a nuestra memoria reciente. Por cierto, no está escrito en tiempo real sino reconstruido. En resumen, comencé en 2014 y finalicé a principios de 2018.

—¿Que tipo de información y tono comparte con el lector esta vez? ¿Cuál es la idea central de la obra?

—El tono es variable, a veces muy personal, íntimo, otras informativo, o ensayístico, pero siempre busca hablarle muy cerca al lector porque escribo en primera persona y la idea central es precisamente esa, entregar un relato construido desde mi mirada, que puedo compartir con otros para que lo completen con la suya.

—¿Qué aspectos políticos y sociales se reflejan en ella? ¿Al final ofrece alguna predicción de lo que vendrá o por el contrario deja abierta una interrogante?

—No ofrezco predicciones, no las tengo. Por fortuna la historia da muchas vueltas y el destino puede cambiar. En cuanto a los temas políticos y sociales son esenciales en el libro. Me propuse precisamente mostrar desde una óptica personal y ciudadana la destrucción republicana y humana de Venezuela, enfocándome en las coyunturas más significativas, pero por supuesto no es posible tomarlas todas. Es muy importante el registro que se viene haciendo desde distintas perspectivas (jurídica, histórica, económica, social, legislativa, de derechos humanos, de violencia) que al final darán una idea cabal de la destrucción del país en estos años y quizás las claves para su recomposición.

—¿Después de esta obra ya viene trabajando en otra? ¿Qué puede adelantarme?

—Tengo algunos apuntes para una novela de ficción distópica que sigue la línea de Nocturama, pero por el momento Diario en ruinas consumió la mayor parte de la escritura de estos últimos años.

El intelecto: un bien menospreciado que construye país

—¿Un intelectual hace catarsis llevando a su terreno (poética, narrativa, dramaturgia, cuentística) lo que ocurre en la calle o por el contrario prefiere refugiarse en una producción más ficcional para no perder la cabeza y sucumbir ante el estrés?

—En realidad pueden ocurrir las dos cosas. La necesidad de dar cuenta de lo que se está viviendo y la necesidad de evadirse. Yo estoy más bien en la primera situación, y me evado de vez en cuando a través de libros de otros, de filmes, series de televisión.

—Hoy ¿cuál considera es la voz de los intelectuales y cuáles son sus alcances? ¿Existe un discurso común? ¿Les ha tocado mutar para sobrevivir?

—La voz de los intelectuales ha estado siempre presente en lo que acontece en el país. Creo que esto se podrá ver muy claramente en este libro en el que destaco todas las acciones y manifestaciones que pude recordar, y se incluyen algunos documentos de la época. Sin embargo, la voz de los intelectuales es siempre de alcance limitado, no tiene el poder de difusión y penetración de otros mensajes. En términos generales se pueden distinguir dos discursos claramente diferenciados, el de quienes hemos sostenido una posición de defensa de la democracia liberal (que no quiere decir de “derecha”, sino de respeto por las leyes republicanas) y el de quienes han sostenido el discurso de la revolución bolivariana. En cuanto a la mutación, evidentemente se han producido cambios en la vida de los intelectuales, lo más notorio es la diáspora de escritores y artistas por razones económicas.

—¿Considera que ha mermado la publicación de obras en tiempos de crisis? ¿Qué tipo de temáticas suelen ser las más populares entre los escritores?

—Las publicaciones han disminuido, sin duda. Las causas son estrictamente económicas, no por falta de recursos creativos ni de escritores con material publicable, tanto veteranos como nuevos talentos, pero el costo de producción y por lo tanto de venta de los libros es la mayor parte de las veces un obstáculo infranqueable. Hemos perdido editoriales y librerías, y en cierta forma lectores, no porque no existan sino porque no pueden adquirir los libros. En cuanto a las temáticas, me parece que en este momento predomina el gusto por la crónica, que es un modo de registrar la vida cotidiana dentro de las circunstancias del país.

—¿Hasta qué punto siente que existe la censura? o ¿Es más bien una autocensura la que limita participación del gremio?

—En mi criterio no existe ni censura ni autocensura en los libros de los escritores. Otra cosa son los medios de comunicación, que por razones obvias son vigilados y con frecuencia perseguidos.

—Los intelectuales son personas con una sensibilidad especial en percepción, discurso y herramientas para entender la vida e incluso proyectar y predecir lo que vendrá. En este sentido ¿qué pasará en el plano intelectual venezolano, digamos en los próximos cinco años?

—Muy difícil la respuesta porque no puedo saber lo que ocurrirá en Venezuela en los próximos años. En el plano intelectual pudiera suponerse una fractura de la producción venezolana, es decir, entre la que elaboren los que están adentro y los que están afuera. Para los que están adentro sin duda el panorama es de disminución, ya lo estamos viviendo con el éxodo de profesores y alumnos universitarios, la precariedad de la publicación académica, la desconexión con la información científica y humanística que se produce en otros países.

—Mi padre es profesor universitario jubilado, pese a ello continúa dando clases. Su vida es leer, estudiar y hacer cursos online en diversas áreas de la salud, para estar al día. Pero con todo y eso pareciera que es una constante desestimar los aportes académicos en la construcción del futuro. ¿No debería ser el conocimiento impartido el bien mejor pagado y apreciado?

—Sin ninguna duda. Y lo que tenemos es el éxodo de maestros y de niños de las aulas porque ni los primeros pueden sustentarse con sus sueldos, ni los segundos tienen recursos familiares para que los envíen a la escuela. En los países de democracias avanzadas los maestros y profesores constituyen una profesión respetada y bien pagada, y los logros educativos se consideran la mayor riqueza de la sociedad.

De cara a un futuro incierto, crisis social y colapso

—¿Y en el social, en la salud o en la nutrición? ¿Cómo serán las generaciones por venir? Hace poco más de un año aseguró que Venezuela vivía un apocalipsis, pero no es acaso una condición reiterativa por aquello de que la pobreza siempre ha estado allí como una sombra entre nosotros, incluso amarrada a la idiosincracia del rebusque, donde hasta los más ricos la aplican para tener más ¿no? ¿Al final no terminamos siendo todos pobres?

—La destrucción social que está ocurriendo en Venezuela no es necesario predecirla ni suponerla, de una vez podemos localizarla. No soy experta en estas materias pero pueden consultarse las diferentes encuestas sobre el particular, especialmente las encuestas Encovi, para saber los niveles de pobreza en que está sumida una gran mayoría de los venezolanos. Tampoco soy experta en materia de salud y nutrición pero allí están las cifras de organizaciones como Cáritas, para comprender lo que ocurre.

La desnutrición afecta a toda la población pero en la infancia sus efectos son letales. Dependiendo del grado y de la edad, los deterioros cognitivos, lingüísticos y motores pueden ser irreversibles, parcialmente reversibles o reversibles. Tenemos al menos dos generaciones dañadas en su base física y esto supone futuros adultos, en el caso de que sobrevivan, con discapacidades intelectuales y físicas. Tampoco hay que ser un experto para saber el estado de las clínicas y hospitales y la falta de insumos médicos y medicinas. Es incalculable el número de fallecimientos prematuros o prevenibles. Luego está la situación de las madres y los recién nacidos, el alto grado de mortalidad que se produce en los partos; la aparición de enfermedades erradicadas. En fin, no hay que esperar el futuro para saber la destrucción humana que enfrentamos.

Y podríamos añadir, la ausencia de transporte público que condena a muchos a trasladarse en las llamadas “perreras”, que ya han dejado un buen número de víctimas; los niños y ancianos abandonados; las familias desarticuladas por el éxodo; la violencia que se expresa en crímenes brutales; la situación del ciudadano expuesto a sus propios medios sin la protección de la ley. Si esto no es el apocalipsis, se le parece.

Tengo edad para haber visto varias Venezuelas, y sin duda la pobreza ha estado presente en todas ellas, pero el grado de miseria, descomposición social y deshumanidad que se vive hoy no es un fenómeno común ligado a nuestra idiosincrasia, sino el resultado de una política sin compasión que solo persigue la permanencia en el poder a costa de lo que sea.

—¿Qué valores se fomentan hoy?¿Qué nos espera? ¿Cómo será el país en el futuro?

—Para que una sociedad progrese es necesario asentar valores ligados al esfuerzo, a la educación, a la verdad, al respeto a la ley. No veo que sean esos los valores que se están fomentando, sino más bien un discurso que exalta el odio, la venganza, que achaca los males propios a instancias externas, y que castiga el progreso de los individuos y de las familias bajo la idea de que mejorar las condiciones de vida y enriquecerse es negativo, mientras que educa a la gente en la cultura del “bono”.

—¿La crisis nos ha vuelto personas más creativas o es una norma de la supervivencia?

—La crisis puede haber empujado a algunas personas a crear nuevas oportunidades, pero son una minoría. La mayoría queda en la inercia de la supervivencia, por las buenas o por las malas.

—Usted que se quedó en Venezuela, seguramente, ha visto en estos años surgir nuevos talentos en medio de la diáspora. ¿Qué ocurre con esos venezolanos que se quedaron y que siguen luchando desde sus trincheras?¿Son acaso menos importantes que los que se fueron? Por aquello de que siempre se habla de fuga de talentos pero no del nacimiento de nuevos venezolanos capaces.

—He visto a través de las redes sociales que hay una cierta confrontación por los valores de los que se van y los que se quedan. Me parece absurda. Se ha ido gente valiosa y se ha quedado gente valiosa. Cada quien sigue su lucha desde donde decide o puede hacerlo, en Venezuela o en cualquier otro lugar del mundo. No nos hace mejores o peores venezolanos nuestro lugar de residencia, capaces o incapaces quedamos en las dos orillas.

Una aproximación personal a los 20 años que Venezuela ha vivido bajo la revolución bolivariana

"Diario en ruinas" de Ana Teresa Torres registra el memorial de agravios que sufre el país

Ana Teresa Torres señala sobre su nuevo libro: "Es un diario personal que va más allá del género, porque tiene mucha crónica, tiene mucha memoria, información de prensa. No es un diario íntimo, en el que yo hable de mí. Cuando hablo de mi vida personal, lo hago porque sentía que lo que me ocurría se podía conectar con una vivencia colectiva” -

CONTRAPUNTO

Sábado, 11 de Agosto de 2018 a las 12:38 a.m.

“Un diario de una absoluta franqueza y una gran sobriedad que le permite a Ana Teresa entrar de una forma profunda en el drama que estamos viviendo", señaló Victoria de Stefano

Este jueves 9 de agosto, la escritora venezolana Ana Teresa Torres presentó su más reciente título, Diario en ruinas (1998-2017), una aproximación personal a los 20 años que Venezuela ha vivido bajo la revolución bolivariana, publicado por la editorial Alfa.

La librería El Buscón, en el Trasnocho Cultural, albergó al concurrido evento que contó con palabras de los narradores Victoria de Stefano y Héctor Torres.

Aunque se extiende de 1998 a 2017, Diario en ruinas tiene una coletilla que se centra en lo que está sucediendo en 2018. Como peculiaridad, este libro no se trata de un registro propiamente diarístico, ya que Torres empieza a escribirlo en 2014 como un ejercicio minucioso de la memoria.

Memorial de agravios

"¿Por qué alguien se pone a escribir un diario?", se preguntó Victoria de Stefano al principio del evento. “Porque los momentos que está viviendo son difíciles, porque se necesita tratar de entender lo que está sucediendo o por lo menos hacer un seguimiento”.

Opinión que Ana Teresa Torres parece compartir. En la introducción de su diario escribe: “Si la memoria no es un museo que guarda incólume nuestro pasado, habría que entenderla como la recuperación fragmentaria de acontecimientos, situaciones, circunstancias, personas, espacios, experiencias, en los que nos detenemos porque algo nuestro se detuvo allí”.

Los lectores sabrán reconocer en esta recurrencia a la memoria una de las destrezas más destacadas de esta narradora a lo largo de 30 años. “Un diario de una absoluta franqueza y una gran sobriedad que le permite a Ana Teresa entrar de una forma profunda en el drama que estamos viviendo. Este diario ayuda a hacer cuenta del memorial de agravios que sufrimos”, expresó De Stefano.

Le mención a esta antigua forma jurídica le dio pie a la autora para reflexionar sobre la composición de este libro: “En mi segunda novela Doña Inés contra el olvido, trabajé con un memorial de agravios, y este libro también tiene mucho de ello. Es un diario personal que va más allá del género, porque tiene mucha crónica, tiene mucha memoria, información de prensa. No es un diario íntimo, en el que yo hable de mí. Cuando hablo de mi vida personal, lo hago porque sentía que lo que me ocurría se podía conectar con una vivencia colectiva”.

¿Un diario político?

Por lo tanto, este es un diario pensado para la propia elucidación de esas difíciles circunstancias políticas y sociales que después de tanto tiempo cuesta mucho precisar. También puede verse como un diario personal de una gran integridad con respecto a la situación crítica del país, en el cual el lector puede encontrar detalles y circunstancias que en el remolino de acontecimientos de los últimos 20 años pudo haber olvidado.

Así le sucedió a Héctor Torres: “Me sorprendí de que había cosas que yo había olvidado sobre estos 20 años”. Y agrega que este diario “es la mirada de Ana Teresa sobre el tiempo que le tocó vivir. ¿No sé si se podría llamar un diario político? No hace concesiones, no trata de ser simpático. Es un diario que empezó a escribir en retrospectiva. Es un gran testimonio, acompañado de un collage de artículos de prensa”.

Diario en ruinas registra una experiencia activa en movimientos culturales con contenido muy político que caracterizaron la primera década de este siglo. En esos años Torres ofreció charlas, conferencias, participó en encuentros y foros sobre la situación social, además de escribir frecuentemente para la prensa sobre lo que sucedía en la política.

Con esta urgencia, la escritora se abocó a leer y documentarse sobre los fenómenos totalitarios. Estas lecturas y análisis culminarían particularmente en la escritura de dos libros: una novela y un ensayo cultural.

Nocturama, de 2006, “un libro sombrío”, según De Stefano, y una especie de fábula sobre un país sumido en el caos, premonitorio de la crisis social y económica de los años más recientes. La herencia de la tribu, un texto en el cual Torres busca dar con la causa del nacimiento del llamado mito bolivariano y el surgimiento de la revolución bolivariana conducida por Hugo Chávez.

Una crónica de estos tiempos

Por su parte, Héctor Torres llamó la atención sobre cómo Diario en ruinas registra un momento en que Ana Teresa Torres va sintiendo que el ejercicio de la escritura es desplazado por la urgencia de lo político. “En un momento asistimos en que ella siente que está dejando de escribir en medio de una coyuntura muy violenta y empieza a sentir la inutilidad de la escritura. ¿Para qué escribir en este momento?, se pregunta. E inmediatamente siente que hace falta una gran crónica de estos tiempos”.

Para concluir, Ana Teresa reflexionó sobre el papel y la voz de los intelectuales que estuvieron en contra del actual gobierno y del proyecto revolucionario: “A mí a cada rato me preguntan por qué los intelectuales no han dicho nada. Y yo digo: Pero Dios santos. ¿Cómo es posible que digan eso? Que usted no oyó es otra cosa. Claro, la voz del intelectual en Venezuela es una voz marginal, apagadita. Por eso yo registro los nombres y las actividades de diversos intelectuales que dedicamos mucho esfuerzo, que estábamos activamente en la calle. Por eso cuando me preguntan por los intelectuales me produce una indignación, por no decir otra palabra”.

Op Ed: La Comunidad Internacional necesita complementar la presión sobre Venezuela con compromiso

David Smilde. Profesor de Sociología y Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans, e investigador de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), David Smilde es especialista en Venezuela. David Smilde es asesor principal de WOLA con especialización en Venezuela. Es el Charles A. y Leo M. Favrot Profesor de Relaciones Humanas de la Universidad de Tulane (EE.UU), y es moderador del blog Políticas Venezolanas y Derechos Humanos. Su investigación se centra en movimientos sociales, derechos humanos y cultura en Venezuela. Actualmente, está trabajando en un libro que se llama Venezuela’s Transition to Socialism: Politics and Human Rights under Chávez, 2008-2012. El Profesor Smilde ha investigado Venezuela por veinte años. Ha enseñado en la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Católica Andrés Bello. Entre los años 2010 y 2012, fue director de la Sección de Estudios Venezolanos de la Asociación de Estudios Latinoamericanos.

El tomo editado por el Profesor Smilde (con Daniel Hellinger) Venezuela’s Bolivarian Democracy: Participation, Politics and Culture under Chávez (Duke 2011) explora la participación ciudadana en la Venezuela de hoy. Su libro (escrito con Margarita López Maya y Keta Stephany) Protesta y Cultura en Venezuela: Los Marcos de Acción Colectiva en 1999 (FACES-UCV 2002) explora protestas callejeras en el primer año de la administración chavista.

12 de agosto de 2018

El sábado, el New York Times publicó mi artículo de opinión inspirado en el ataque con drones contra Nicolás Maduro. Aquí está el punto principal:

"Nadie sabe si el régimen de Maduro durará décadas o días. Pero este ataque con drones debería ser una advertencia para las partes interesadas internacionales. Para lograr una solución ordenada, democrática y no violenta a la crisis venezolana, la presión internacional debe ser complementada por un compromiso constructivo tanto del gobierno como de la oposición ".

A pesar de todo el trabajo de imagen que el gobierno de Maduro hace para parecer fuerte, cualquier mirada objetiva a la crisis de gobernabilidad que están presidiendo, así como la superficialidad de su apoyo, sugeriría lo contrario.

Las partes interesadas hemisféricas deben complementar su presión con el compromiso de Venezuela. Sin compromiso, cualquier transición que ocurra será probablemente menos democrática. Con esto, no hay garantías, pero hay una mayor probabilidad de un restablecimiento real de la democracia.

Por supuesto, una de las razones por las que un gobierno débil puede continuar es el respiro que le ha otorgado una oposición disfuncional. Aquí también, la comunidad internacional puede contribuir a la situación dando prioridad a los políticos que todavía están en Venezuela en lugar de a los líderes políticos en el exilio. A estos últimos les interesa que no haya un acuerdo político del que se los excluya; y, de manera segura en el exterior, no sufrirían las consecuencias de las medidas extremas que defienden, como las sanciones económicas generales o la intervención militar extranjera.

La historia sugiere que el camino menos desfavorable para un retorno a la democracia en Venezuela sería un pacto político que conduzca a elecciones. Para conocer más sobre algunos ejemplos históricos, desde Chile hasta Polonia y Sudáfrica, sugiero las Transiciones democráticas de Sergio Bitar y Abraham Lowenthal : Conversaciones con líderes mundiales

El libro Autoestima del Venezolano, de Manuel Barroso,Caracas: Editorial Galac, 1995 . 261 p fue un best seller a principio de los 90. Aquí lo recordamos.

En el año 1991, el doctor en psicología, Manuel Barroso, escribió el libro “La autoestima del venezolano: democracia o marginalidad”,. motivado en gran parte por lo que venía consiguiendo de manera reiterada durante 20 años en su consultorio. Pero también hubo un evento histórico que lo impulsó a hacer esta, su reflexión: el Caracazo del 27 de febrero de 1989.

“En febrero del 89 el país ardió y yo consideré que había llegado el momento de salir del consultorio. Era una blasfemia quedarse allí mientras el país ardía. Pensé que todavía no teníamos un país y que había que hacer algo para tenerlo. Escribí entonces un libro donde reflexionaba acerca de la autoestima del venezolano y los numerosos factores que la golpean diariamente y después de eso tomé la decisión de dedicarme a trabajar con el capital humano”, explica Barroso en su texto.

En su libro, el especialista explica diversas aristas que influyen sobre la desgastada autoestima del venezolano que, aunque fue escrito ya hace más de 20 años, mantiene algunos visos de vigencia sobre la situación que vivimos actualmente. Afirma, como primer elemento de aproximación, que el venezolano es una persona muy noble “como recurso humano”, pero que ha sido muy maltratado por el liderazgo del país: “la manera de ser, de pensar, de relacionarse, está muy contaminada por la cultura del abandono, la cultura del maltrato y la cultura de la ignorancia”.

Luego establece una relación entre ese estado de abandono que vive el venezolano, con los índices de marginalidad y con el origen histórico de nuestra sociedad actual. Desde “la historia de Venezuela en su primera etapa, fue toda negociación del otro como persona: el indio, el esclavo, el pobre. Sólo el mantuano era importante, el español, el extraño” hasta llegar a “80% de la población venezolana viene del abandono. Los niños de la calle, que no tienen ni madre, ni padre, ni perro que les ladre, son el extremo de esa situación. Y el Estado no sustituye la institución familiar (…)”.

Y aunque el Estado no sustituya esta institución, quizás en el 99 se empezaron a debilitar esos esquemas y a plantearse políticas que buscaban revertir el abandono, si decidiéramos tomarle el argumento a Barroso. Chávez no solo visibilizó la pobreza y a los pobres en el país, sino que rescató su identidad y su papel en la historia, y sus derechos. Desde las luchas independentistas hasta el presente, en el que debían organizarse y estar unidos para poder ser partícipes y protagonistas de esta nueva democracia. Los (nos) convenció pues, de que el poder podía y debía residir en el pueblo y ello repercutió en su autoestima.

Ciertamente, el libro fue editado antes del proceso revolucionario. Sin embargo, es rescatable la idea de que “la autoestima consiste en un diálogo que comienza dentro de cada persona, cuando toma conciencia de su origen y su destino”. Ahí es donde radica el mayor reto para nuestro pueblo: conectarse conscientemente con nuestro origen, con nuestra historia por encima de marcas y eslogans impuestos. ¿Podrá superarse este escollo o estamos, tal vez, cayendo en ese abandono de nuevo?

Por Simón Herrera/ Supuesto Negado

Manuel Barroso: El psicólogo que convirtió el país en su paciente

Estudioso de las fluctuaciones en la autoestima del venezolano, este ex jesuita ha concluido que el drama venezolano tiene su origen en el descalabro de la familia y en la antigua tradición de maltrato que caracteriza la historia de este país.

Milagros Socorro

“En febrero de 1989 yo tenía casi veinte años metido en un consultorio atendiendo pacientes. Me había graduado de psicólogo en 1970 y desde entonces estaba dedicado a la clínica. Pero en febrero del 89 el país ardió y yo consideré que había llegado el momento de salir del consultorio. Era una blasfemia quedarse allí mientras el país ardía. Pensé que todavía no teníamos un país y que había que hacer algo para tenerlo. Escribí entonces un libro donde reflexionaba acerca de la autoestima del venezolano y los numerosos factores que la golpean diariamente y después de eso tomé la decisión de dedicarme a trabajar con el capital humano, sobre todo en las comunidades.

En esos veinte años encontré grandes rasgos comunes entre los pacientes. El venezolano como recurso humano es muy hermoso, las personas son muy bellas, pero la manera de ser, de pensar, de relacionarse, está muy contaminada por la cultura del abandono, la cultura del maltrato y la cultura de la ignorancia. Este ha sido un pueblo muy maltratado por un liderazgo muy mediocre, siempre.

En Venezuela, el otro nunca ha sido tomado en cuenta. Democracia significa yo y el otro, el diálogo que se establece entre yo y el otro; y en Venezuela sólo cuenta el yo. Todo el mundo considera que tiene la razón, que es importante, que lo que vale es lo que cada uno piensa pero al otro no se le toma en cuenta. El otro, el diferente, el pobre, el negro, el abandonado, el indio, el homosexual, no tiene muchas posibilidades de crecimiento en Venezuela. Todo eso explica este alboroto que tenemos actualmente, porque por primera vez el otro quiere ser tomado en cuenta y lo logra a medias (porque nosotros tenemos una democracia muy sui géneris, tenemos una democracia de cogollos, de grupos, de gente importante de la que siempre queda excluida la gran masa, el pueblo).

Lo que establece la actual Constitución sobre el otro es muy hermoso pero no se verifica en la práctica, ya que todo lo que tiene ver con servicio, con atención al niño, al anciano, al enfermo… en fin, a la gente… es pésimo. Y esto ocurre porque esas mayorías no han comprendido que la democracia, que tanto se les ha prometido, es un sistema que tiene que ver con el desarrollo de cada uno; y que cada uno será tomado en cuenta cuando así lo decida y así se lo proponga. Yo seré tomado en cuando lo exija, no cuando alguien, algún predestinado, venga al rescate, me proteja y me apoye como un Dios todopoderoso porque si esperara eso seguiría siempre en las mismas, sería siempre dependiente de otro. Y eso no es democracia. La democracia es un dialogo con derechos y oportunidades para todo el mundo, el gobierno no es quien me da el derecho de ser persona, yo tengo ese derecho sólo por haber nacido, de manera que no necesito ningún salvador ni figura mágica, ni ese líder carismático que me venga a rescatar. En la base de la marginalidad está esa noción de esperar alguien que me salve, que me dé una casa para vivir y un trabajo para sobrevivir, que me solucione el problema. Eso es lo que tenemos que corregir, esa situación de beneficencia permanente donde el ‘beneficiado’ siempre queda amarrado al que la da dádiva. Eso no es democracia.

Eso explica lo que está ocurriendo en la actualidad, mucha gente apoya al Gobierno porque recibe unos beneficios ‘que le resuelven el problema’ no por razones ideológicas ni mucho menos por convicciones. Eso ha sido así en toda la historia de Venezuela. Las deformaciones persisten y la gente está más resentida, más frustrada, y la frustración es un mal compañero en el camino porque siempre conduce a la rabia, a la violencia, a la depresión, a la auto marginación.

Los pacientes vienen al consultorio del psicólogo porque sienten que no han logrado en su vida lo que querían. Vienen porque están frustrados, porque no consiguen sus objetivos. Para hacer mi libro sobre la autoestima del venezolano escuché a más de cien mil venezolanos, en la consulta, en los talleres que dicto, en las universidades, en las comunidades. Una de las cosas que pude comprobar en esos años es que en Venezuela existe una familia virtual, una familia es teórica porque lo más común es que falte el padre y el vacío dejado por éste lo llena la calle, la policía, la delincuencia, la droga. La carencia de padre significa que hay una ecología rota, que la persona trata de remendar con otros parientes, como la abuelo, algún tío, pero hay muchos que no tienen ni siquiera esas figuras para reparar esa ecología fracturada.

Cuando analizamos la población carcelaria nos damos cuenta de que la inmensa mayoría de los presos no ha tenido una familia estructurada. Generalmente hay una madre con hijos de diferentes maridos y el padre siempre está ausente. De hecho, el 80 % de la población venezolana viene del abandono. Los niños de la calle, que no tienen ni madre, ni padre, ni perro que les ladre, son el extremo de esa situación. Y el Estado no sustituye la institución familiar porque ése no es su misión ni tiene con qué hacerlo. Ese un problema de la comunidad, que es la que se tendría que preocupar de esos problemas.

El único punto de partida posible para comenzar a introducir cambios en los mapas mentales de los venezolanos es la educación, que hasta el presente se ha limitado a la asignatura. El muchacho es inteligente y aprende que dos más dos son cuatro pero no sabe qué significa ubicarse en el tiempo y en el espacio, qué significa identificarse, vincularse a los demás, desempeñarse con excelencia, tener valores éticos y cómo desempeñarse en una vida social compleja donde tiene que respetarse a sí mismo y a los demás. Ese aprendizaje es muy elemental, por no decir nulo. Nuestra tragedia es que el capital humano no es lo suficientemente importante como para invertir en él, aquí todo lo que es trabajo con personal es tenido como un costo, no se considera una inversión. Para cambiar a la gente se debe empezar por la familia y continuar por el kinder… pero resulta que los maestros también vienen del abandono, del maltrato, ahí están sus salarios para expresar hasta qué punto son maltratados y subestimados los maestros en Venezuela.

Si yo fuera presidente de Venezuela haría que cada venezolano tuviese una vivienda, donde pueda crear su experiencia de pareja, de familia, su experiencia humana. Teniendo tantos miles de kilómetros en el territorio nacional, uno se pregunta: ¿cuántas habitaciones tenemos para los venezolanos? Muy pocas. Porque ha faltado conciencia en los que gobiernan. Y lo mismo pasa con las escuelas. En Guayana Andrés Velásquez puso en práctica un proyecto educativo muy hermoso que, como todo en Venezuela, no tuvo continuidad.

Pese a todo, soy optimista. Veo que está emergiendo una clase nueva, una población joven de todas las clases sociales que tiene más compromiso con sus hijos, un venezolano que ama más a su país y que está más en contacto con lo nuestro. Hay gente que se esta yendo del país, es cierto, pero ya no escucho esas frases descalificadoras acerca de Venezuela. La gente ha visto lo que duele ser venezolano y de ahí está naciendo una conciencia nueva. Ahora todo el mundo está soñando y luchando para que esos sueños no se frustren, como ha ocurrido tantas veces. El factor crítico en este momento sigue siendo el liderazgo: los líderes no saben asumir su rol. Habría que formarlos, habría que empezar a educar a los líderes para que den la talla.

Esa pinta de cura

Manuel Barroso nació en Caracas el 1 de enero de 1930 en la esquina de Quinta Crespo, en la parroquia Santa Teresa. Sus padres eran descendientes de isleños, ambas familias de Tenerife, y su padre nació en el barco que los traía a su nuevo país.

Al terminar la primaria ingresó al seminario de Santa Rosa y luego se unió a los jesuitas, congregación que lo envía a San Sebastián, España, donde estuvo ocho años. Posteriormente se fue a Lyon, Francia, regresó por un tiempo a Venezuela y, ya en tiempos de Pérez Jiménez, marcha a la Universidad Loyola de Chicago, Estados Unidos, donde se doctora en Psicología. En el camino se separó de los jesuitas, no porque hubiera tenido una crisis de fe “sino porque quería explorar otros horizontes”.

En la actualidad es un conocido consultor organizacional, presidente de su propia firma, Manuel Barroso y Asociados, y conferencista muy apreciado en diversos foros. Es autor de ocho libros: Autoestima: Ecología y Catástrofe (1987), Autoestima del venezolano: democracia o marginalidad (1997), La experiencia de la familia (1999), Autoestima y Ecología para niños (2001), Crisis: La Cultura del subdesarrollo (1997), Meditaciones gerenciales (1999), Democracia en el tercer milenio (2003) y Cultura Organizacional: el alma de las organizaciones (en proceso).

“En la base de la marginalidad está esa noción de esperar alguien que me salve, que me dé una casa para vivir y un trabajo para sobrevivir, que me solucione el problema. Eso es lo que tenemos que corregir, esa situación de beneficencia permanente donde el ‘beneficiado’ siempre queda amarrado al que la da dádiva. Eso no es democracia.

“Si yo fuera presidente de Venezuela haría que cada venezolano tuviese una vivienda, donde pueda crear su experiencia de pareja, de familia, su experiencia humana. Teniendo tantos miles de kilómetros en el territorio nacional, uno se pregunta: ¿cuántas habitaciones tenemos para los venezolanos? Muy pocas. Porque ha faltado conciencia en los que gobiernan.

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