"País mío quisiera llevarte una flor sorprendente..."Gracias Rafael Cadenas, excelso poeta
Los hados nos dieron
Una lengua noble,
Como un buen vino
De bodegas medievales.
Los poetas están entre los encargados
de custodiarla:
pero yo me afano lentamente
junto a los artesanos
por hacerme digno.
Con ellos se es menos exigente.
Sólo se les pide que no la deshonren.
Ya eso es bastante
para quien no nació rico
ni sabe asirse a las palabras.
Una labor sin pretensiones,
un trabajo
del taller que preserva
el bien recibido
y lo entrega a otras manos en el estrépito.
Algo humilde por necesario.
De "Gestiones" (1992)
Poeta, maestro ha cumplido...Acto de entrega XXVII Premio Reina Sofía de Poesía IberoamericanaActo de entrega XXVII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Rafael Cardenal se suma este año a la lista de poetas galardonados con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana desde su primera edición en 1992. En sus 26 ediciones previas, el premio ha recaído sobre los poetas Gonzalo Rojas (Chile), Claudio Rodríguez (España), Joâo Cabral de Melo Neto (Brasil), José Hierro (España), Ángel González (España), Álvaro Mutis (Colombia), José Ángel Valente (España), Mario Benedetti (Uruguay), Pere Gimferrer (España), Nicanor Parra (Chile), José Antonio Muñoz Rojas (España), Sophia de Mello Breyner (Portugal), José Manuel Caballero Bonald (España), Juan Gelman (Argentina), Antonio Gamoneda (España), Blanca Varela (Perú), Pablo García Baena (España), José Emilio Pacheco (México), Francisco Brines (España), Fina García Marruz (Cuba), Ernesto Cardenal (Nicaragua), Nuno Júdice (Portugal), María Victoria Atencia (España), Ida Vitale (Uruguay), Antonio Colinas (España) y Claribel Alegría (Nicaragua).
En 1980 entre los venezolanos habían surgido una voces poderosas que nos recordaban la necesidad de trabajar en nuestro interior el EGO, la NADA y EL SER. En la orgía de $$$ y petróleo , Miamo nuestro y birrita, nadie, muy pocos hicieron caso...Una de ellas fue otro hombre culto y formado en la izquierda y el ateísmo, como Rafael Cadenas, su amigo, el filósofo J. R. Guillent Pérez. Nadie lo escuchó...Siguió la oscuridad avanzando. Hasta instaurar fácilmente el programa maestro, 1998 marcó la consumación del plan macabro con base en Venezuela.La población 20 años después se despierta y busca referentes para recuperar su esencia. El dolor y las terribles condiciones que vivimos los venezolanos nos hacen "Volver los ojos a nuestra propia historia" para recuperar el hilo d Ariadna que nos permitirá en amor salir del Laberinto y burlar al Minotaruro, ese monstruo gordo y enorme, con cuerpo de hombre y cabeza de toro, y por eso binacional, nacido en unión clandestina y pasiona, entre el toro blanco y Parsifea, reina de Creta, el cual permanecía en el Laberinto, al que lo había condenado el rey Minos, aunque le habian aconsejado que lo matara, cosa que el cornuto rey no hizo, antes bien, lo alimentaba, enviándole como comida a siete jóvenes y siete doncellas atenienses para devorar cada nueve años. En la realidad venezolana ya se han cumplido esos 9 años...EL EGO, ya desnudado por la NADA debe dar paso AL SER...
Camino dejándome
POR Rafael Cadenas
PRODAVINCI 26/08/2018
Siete preguntas y sus respuestas de la entrevista que en 1966 le hiciera J. R. Guillent Pérez al maestro Rafael Cadenas.
El tópico que abordan es uno de los mejor atendidos en su obra: el ego, el Yo.
"El lector no dejará de notar que me refiero con frecuencia al ego o yo por considerarlo asunto central que sin embargo se tiende a eludir. Mi insistencia se debe a que siempre lo detecto tras las calamidades que los seres humanos se infligen. Ver el yo nos situaría ya en cierto modo fuera, como observadores de nosotros mismos, lo que está al alcance de cualquiera que desee ahondar en su psique. Este ver va acompañado, aunque parezca contradictorio, de una búsqueda y defensa de la individualidad que contribuiría a contrarrestar, cual antídoto, las fuerzas de lo colectivo, que hacen valer lo inconsciente, lo acrítico, lo inexaminado. La política por ejemplo, nos muestra en muchos de sus actores con su sed de poder, de protagonismo, de figuración, como en alto relieve, ese yo que padecemos.(…) El nacionalismo que siempre he rechazado por llevar en sí la guerra, es una especie de religión de todos los países, sin excluir el nuestro ¿y quién se esconde tras él sino el yo, que se identifica, para agrandarse, con la nación?(…) No pertenezco al linaje de aquellos cuyo pensamiento se mantiene casi invariable durante toda su vida. Camino dejándome.Fragmento del Prólogo del libro Entrevistas, Rafael Cadenas, Ediciones La Oruga luminosa, San Felipe, Venezuela, 2000¿Para qué le sirve la poesía?Posiblemente para justificarme, confesarme por penitencia, castigarme por mis transgresiones, liberar fuerzas contrarias, en tensión, atemperar la aversión y la estima que por mi siento, habérmelas con la culpa, sacar a flote cargas que se tornan venenosas con el andar de los días, poder caminar todavía con cierto decoro por una ciudad irremediable, conversar conmigo a solas, en la oscuridad, permitirme ser reverente e irreverente también pues poesía que teme cometer faltas de respeto es poesía mellada, demostrar a mi familia y a unos cuantos amigos que puedo “hacer” algo, dirigirme en clave a una persona para explicarle… nada, buscar entre todos los centros el mío, oír que me llamen poeta, palabra que entre nosotros no significa nada.(…) Seguir enumerando sus usos sería no terminar pues es tan vasta y tan inútil, tan sagradamente inútil.Escribo desde que estaba muchacho. Creo que me di cuenta a tiempo de que yo no servía para casi nada, excepto leer y no sé si escribir. Había fracasado en varios trabajos y empeños —aún sigo creyendo en mi inutilidad social— pero poco a poco llegué a pensar que probablemente la vida estaba más cerca de mí y de tantos como yo, que de las personas que habían alcanzado éxito, y esta convicción me ha dado fuerzas para seguir mi propio camino, que es el camino de quien quiere ser un hombre libre.¿Cree usted que la verdad y la belleza son lo mismo?Según Keats “Belleza es verdad, verdad es belleza”. Yo no he llegado todavía a la “conquista de la ilusión”: pensar que la verdad es siempre buena y la mentira totalmente mala. Pero no hay evolución espiritual que no desemboque en la idea expresada por Keats. La vivencia de la verdad como belleza es la culminación de toda búsqueda y quien llega a eso no necesita aprender más. Aceptarlo es aceptar todo lo real; lo benéfico y lo destructivo; pero el hombre defiende hasta sus últimos reductos la fortaleza del sueño. No quiere despertar y le cuesta desprenderse de lo que es mentira. Pelea hasta el fin por la ilusión. Sólo ama al dios bueno que le promete venturas y no quiere enfrentarse con el otro, que le susurra certezas dolorosas. Da todo por aferrarse a los cimientos sobre los que ha construido su vida porque nada le resulta más aterrador que la vida a la intemperie. De ahí los mil soportes deformantes sobre los que se apoya. Acoger la verdad es en cierto modo retirarse de los brazos acogedores de la madre que prolonga la infancia, de ese regazo donde se duerme el niño-hombre, admitir que se está condenado a la fugacidad.No sé qué es la verdad, pero tampoco creo que nuestra vida habite en ella. A donde miremos estará la mentira dictando sus órdenes. Por eso transcurrimos en medio de un asco, adentro, afuera. Cada quien, sin embargo, parece que gritara: “¡No me quiten mi mentira que me derrumbo!”. Esa mentira puede tener muchos trajes. Vestimenta social, vestimenta política o vestimenta literaria, la mentira está siempre ahí, acuñando sus soluciones. Construye sus palacios de vidrio sin las dificultades con que la verdad los derriba.¿En qué corriente ubica usted su poesía?Se mueve en el confuso caudal moderno, pero trato de que no se olvide de sí misma. La denominación es bastante vaga, pues la palabra moderno a lo sumo expresa un período indeterminado en el cual nos sentimos sumergidos. No sé en qué corriente específica poner lo que escribo; nunca me he planteado eso. Ni siquiera sé por qué escribo.Sin embargo tengo un respeto místico por la palabra. La palabra para mí es una religión, y cuando dudo de mí —son tantas veces que esto me ocurre— pienso que algo debe significar la reverencia con que siempre he mirado la literatura, la letra. Por eso no puedo ver con indiferencia el empobrecimiento cada día mayor de nuestro idioma en Venezuela. Me parece el índice más seguro de nuestra creciente miseria espiritual. ¡Hay que ver cómo hablamos y escribimos los herederos de los dos Luises, de Cervantes, Azorín, Ortega y Reyes! La lengua en nosotros está hecha una lástima; en cambio la mala lengua se enriquece constantemente.Lo importante no es saber dónde se está situado sino cómo se mira la literatura. Pienso que sólo merece el nombre de tal aquella que se trasciende a sí misma. Literatura que es sólo literatura traiciona a la literatura. Llega a ser grande cuando recoge lo que está más allá de sí y lo lanza más allá de sí. Si no es voz del espíritu no vale la pena.¿Es usted un poeta de la Cultura Occidental?¿Por qué esa división? Con el tiempo, de aquí a unos millares de años, si el planeta no es destruido por un suceso cósmico, o lo destruimos nosotros con nuestros odios, las diferencias de este tipo habrán sido eliminadas. De nuestro tiempo se hablará como de una edad bárbara en la que los hombres se mataban por simples vocablos que las más de las veces significaban lo mismo: este, oeste; materia, espíritu; humano, divino. Los griegos eran menos estúpidos, aunque tampoco sabios, pues peleaban por una mujer: la impasible Helena que tejía su tela de púrpura con los sufrimientos de aqueos y troyanos; pero era Helena. La pregunta me obliga a precisar. Pues bien, como todos los escritores venezolanos, pertenezco a la tradición de Occidente, la tierra donde el sol declina, y ya no hay remedio, He tratado de formarme dentro de esta herencia; pero hace algunos años comencé a corregirme. Estudié y estudio a Buda, Suzuki, Krishnamurti y otros, pero siguen siendo inaccesibles para mi experiencia. Ellos me lanzaron de nuevo hacia los místicos occidentales. Jung ha sido importante para mí, y alguien, no diré quién, me trajo a tierra, sin hacerme olvidar el espíritu.Los místicos resultan chocantes para la mayoría porque exigen el olvido de nuestro yo, y especialmente al hombre de este hemisferio se le puede pedir cualquier cosa, hasta la vida, pero no su yo. Él sacrificará todo, aun su alegría, menos eso que él cree que es todo. Ese punto donde se concentra, no el deseo de ser sino el deseo de ser más.Los “pantanos occidentales” de los cuales quería escapar Rimbaud eran los pantanos horrorosos del yo; pero según “El libro verdadero del país austral de las flores”, de Tchuang Tse, la perla mágica sólo la recupera un personaje que se llama “Olvido de sí mismo” y éste es un precio demasiado alto para nosotros, echados de la pureza, condenados al Primer círculo de El Purgatorio, seres que malviven con su llaga en el centro, pero que tampoco se la dejarían quitar. ¿Quién se atrevería a pedirle a uno de nuestros prohombres sociales, políticos, universitarios, artísticos o literarios, a uno de nuestros “honourable men”, que abandone su yo?(…) La soberbia intelectual es tan mala como cualquier otra. Si pudiésemos medir los estragos de la vanidad, recibiríamos una sorpresa. Es frecuente que un escritor produzca algo valioso, comience a recibir elogios y vaya envaneciéndose. Después el estado que dio lugar a su obra no vuelve a aparecer porque el alma ha sido ocupada por la vanidad y ya no hay cabida para otra cosa, para lo otro. Sólo vacío e inflación quedan allí donde se alojó el momento inspirado. Esto es aplicable al científico, al profesor de filosofía, al pintor, a cualquier trabajador del espíritu.Quien habla no está exento de pecado. Probablemente me tendría que inscribir en la escuela que propongo. ¡Cómo me deleitaría escuchando el sermón silencioso de la flor silvestre!Volvamos a las dos culturas. Quienes hacen la ruta de Oriente no están solos. En el barco que los lleva encontrarán huéspedes ilustres como Schopenhauer, Emerson, Hesse, Roland, Jung y muchos más, pero creo que con el tiempo, cuando los prejuicios amainen, surgirá una doctrina que recoja en una fusión el legado de Oriente y el de Occidente. Sólo así la cultura oriental, se hará asimilable.¿El medio venezolano es hostil a la poesía?Ojalá lo fuera. Es algo peor que eso: es indiferente. Más aún no sabe que la poesía existe. A un poeta le hace menos daño una declaración de guerra que una página en blanco, el ataque menos que la frialdad. Aquí la gente cree que poesía es lo que vomitan los recitadores de radio, y nadie les quita eso de la cabeza. En una sociedad que tuviese más respeto por la formación espiritual de sus integrantes, esos vociferadores que “amenizan” programas serían por lo menos multados, devueltos a la escuela primaria y colocados en manos de un curador, como castigo por su mal gusto. Estas cosas son tan irremediables como la policía, los discursos “patrióticos”, y los mensajes anuales; pero hay que decir “mira y pasa”.En Venezuela, el poeta es un mendigo. Cervantes decía que si un poeta afirmaba no haber almorzado habría que creerle sin juramento. No sólo el poeta es indigente en nuestro país; toda la cultura lo es.¿Puede la neurosis servir de alimento a la poesía?Puede servir, pero no es indispensable. El artista crea muchas veces bajo el estímulo y a pesar de la neurosis. Cuando es muy aguda no puede hacer nada; bien que sólo por excepción, los creadores son convencionalmente normales. Según el patrón psiquiátrico, hasta un dechado de equilibrio, madurez y olimpismo como Goethe vendría a ser un neurótico con dotes de genio, que conquista penosamente, en largo proceso lleno de crisis, una estabilidad bastante segura aunque no tanto como para estar libre de “recaídas”.(…) pero habría que distinguir entre tener un fondo neurótico que no impida cierta adaptación a la vida social y tener una neurosis paralizante, infértil y destructiva (…)Pero tampoco se puede hacer arte cuando el artista encaja demasiado normalmente en su medio. En este caso se podría más bien hablar de castración. No hay arte sin extrañeza, y mal puede hacerlo quien se adapta bien a una sociedad llena de horrores como la nuestra. Aquí el problema se plantea en términos de sensibilidad y anestesia. Precisamente el papel del arte es sacar al hombre de sus casillas ordinarias donde ha perdido su capacidad de asombro, éxtasis, vuelo, y aventarlo o conducirlo por las buenas, si no se quiere ser brusco, a donde el aire es más fino, a un mundo que no es el habitual, un mundo conmocionante, hiriente y seco, que funciona con la lógica de la tempestad y donde no existen asideros, pero acaso oculte al final la verdad. La gente sin embargo no quiere ser sacudida, dejada en el aire, puesta fuera de sus vías acogedoras, muelles, asegurantes, por la loca “centella del alma”, para decirlo robándole la expresión a Eckehart, y lanzada a otra zona donde nada valen las convicciones que nos sirven para la vida diaria; porque es preferible enfrentarse a problemas cotidianos propios del engranaje donde se está metido que mirarse, de noche, en la soledad y preguntarse qué significa el hecho y el milagro de ser.Presumo que la neurosis tiene mucho que ver con la “doble visión” de que habla Chestov. El Ángel de la Muerte toma de sus innumerables ojos un par y se lo deja a alguien que de ahí en adelante tendrá que vivir en la desesperación, con sus ojos nuevos que por pertenecer al sótano sólo pueden mirar aquello que no está dentro del orden corriente. Es un condenado a dos vidas, como si una no fuese ya bastante, y la otra, la que le es revelada por su nueva vista no se rige por la razón.En una carta que Hebbel le escribe a su mujer hay una frase que puede aclarar los dos aspectos del inconsciente y de la neurosis: “Lo que tu llamas mi enfermedad —dice— es a la vez, la fuente de mi vida más elevada…”.¿Es usted un poeta de temas?Lo importante no es el tema sino la visión, la manera de tratarlo: el espíritu con que se contemple. Cualquier tema vale por el desarrollo que se le dé. Hay un poema japonés muy famoso sobre una rana, Blake tiene otro sobre una rosa destruida por un gusano y Williams otro sobre una carretilla, todos mínimos y todos misteriosos.Sin embargo el tema único es la existencia, la interrogación en que se funda y los caminos hacia la trascendencia. Los demás temas giran en torno a este eje.Deseo terminar con una vieja idea que debe recordarse siempre. La poesía pertenece a lo más íntimo, lo más sagrado, lo más tembloroso del hombre; no es asunto de frases bonitas (algunas veces es todo lo contrario), pero eso han creído muchas personas, y entre ellas, muchos poetas venezolanos.***Fragmentos de la entrevista de J. R. Guillent Pérez a Rafael Cadenas / El Nacional, 24 de diciembre, 1966. Compilación: Josefina Núñez
PERO LA CLAVE DE RAFAEL CADENAS Y GUILLENT PEREZ FUE SU PROFUNDA APUESTA A LA TRASCENDENCIA HUMANA, NO EL CHATO ATEISMO DE MENTES VULGARES, COMO LAS QUE SE FUERON IMPONIENDO EN VENEZUELA, EN ESPECIAL AUMENTO EN LAS DECADAS DE LOS 90 EN ADELANTE; QUIENES COMO DECIA EL PREMIO NOBEL COLOMBIANO GABRIEL GARCIA MARQUEZ, CONFUNDEN "EL CULO CON LAS TEMPORAS".Y ESO LO DEMOSTRARONN AMBOS CON SU GRAN PASION POR San Juan de la Cruz, cuyo nombre secular era Juan de Yepes Álvarez y su primera identificación como fraile Juan de San Matías (Fontiveros, Ávila, España, 24 de junio de 1542 – Úbeda, Jaén, 14 de diciembre de 1591),Doctor de la Iglesia, religioso y poeta místico del renacimiento español. Fue reformador de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y cofundador de la Orden de los Carmelitas Descalzos con Santa Teresa de Jesús.Junto con santa Teresa de Jesús, se considera a san Juan de la Cruz la cumbre de la mística experimental cristiana. Y aqui mis amigos venezolanos se unen a escritores de mundial reconocimiento y calidad literaria, que parece que mis compatriotas venezolanos en su borrachera de negación de la espiritual, embrutecidos por el comunismo o una formación izquierdista balurda, han olvidado o han sido incapaces de acceder, inmersos unilateralmente en la magnitud de su ignorancia, egocentrismo, resentimiento y cerrazón de corazón. Poetas de extracción diversa como Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Paul Valéry y T. S. Eliot consideraron los poemas de Juan de la Cruz no solo como la cumbre de la mística española, sino de la poesía en esta lengua. Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española. La poesía de Juan de Yepes constituye el punto de encuentro de una larga tradición literaria. Su lírica integra tradiciones literarias de distinto origen que, aunadas por el escritor en sus textos, van adquiriendo significados y valores múltiples que sobrepasan aquellos que tenían en su origen.La crítica, desde Dámaso Alonso, ha puesto de relieve la confluencia de tres influjos: por un lado, el bíblico del Cantar de los Cantares, y, por otro, la tradición de la poesía culta italianizante y la tradición de la poesía popular y de cancioneros del Renacimiento español. El influjo de la Biblia es fundamental en su poesía, en tanto actúa como molde y catalizador del resto de lecturas que conforman el bagaje cultural de San Juan. Particularmente, resulta trascendental en el Cántico espiritual, cuyo simbolismo e imágenes tienen su origen en el Cantar de los cantares.
Ayer 23 de octubre 2018 fue un día terrible para mi. Descubrí como astróloga la farsa que se nos ha impuesto desde 1999. No daba crédito a lo que veían mis ojos, al acceder a la información que buscaba estudiando la Astrología Maya, que al fin pude hacer de la mano de una gran amiga y astróloga desde Barcelona (España) Ella al fin había hecho caso a mi clamor de estudiar las cartas de Venezuela, desde su refundación el 15 de diciembre de 1999, como República Bolivariana de Venezuela, carta natal que había levantado con mi amiga Arko Solar. Y los mayas nos abrieron una nueva y terrible realidad. El gran trígono en agua que habiamos tenido en el cosmos este mes, más la repetición de posiciones astrológicas iguales a las de 1999 unidas a la realidad similar al deslave de Vargas en 1999, fueron revelándose ante nuestros ojos, al unísono de los elementales del agua que desborda desde hace días el país, pero esta vez se inundaron las regiones que integran nuestro territorio, incluyendo Caracas. El Salto Angel y los ríos padres de la nación venezolana desbordaron sus cauces. La tierra tremó y el agua la inundó. Fuertes energías que se cortaban con un cuchillo por su densidad oscura nos recordaban que la maldad que nos corroe lleva casi 20 años imperando por designios oscuros. El venezolano está agotado. Pero el ciclo termina...Ya no somos la misma Venezuela de hace años. El país y las furias
Por Prodavinci | 3 de junio, 2009
Por Diego Arroyo Gil
País mío, quisiera llevarte una flor sorprendente.
Rafael Cadenas
Fuerzas ciegas dominan hoy la vida en Venezuela. Se han desatado las Furias. No sólo en el ámbito político -tan maltratado y donde siempre han anidado los peores gérmenes- sino en todas las demás áreas del vivir se ha suscitado un desorden que toca nuestro fondo para derrumbarlo.
Sería precoz afirmar ahora que tal fenómeno vaya a hacernos más fuertes, como a veces ocurre con las crisis. Al menos no parece haber sido planificado para ese fin. Es ya mucho decir que ha sido planificado. Nadie podía prever este daño, que es muy hondo, nos alcanza en nuestro reducto más íntimo, lo invade, encuentra alojo en nuestras casas sin que nos demos cuenta.
Cierto lenguaje preñado de veneno ha logrado corroer los quicios que servían de contención a esos poderes que pueden tenerse por elementales, de lo cual deriva su poderío y el peligro que ha significado ponerlos en libertad. Ahora podemos advertir la peor de las consecuencias: esas fuerzas, que siempre han estado allí dado que forman parte de la psique del hombre, al quedar libres causan mucho perjuicio. Si bien es ley que influyan en la vida, no lo es que la destrocen.
Para evitar eso la cultura impone límites, los que responden a palabras como vergüenza y sentido común. Pero el poder no conoce de mesuras e insiste en infundir desprecio por lo establecido. Su fin es arrasarlo todo con la promesa de construir un país nuevo, mas éste nunca vendrá, porque para que lo haga primero tendrá que ocurrir la recuperación de lo perdido, que es trabajo lento y doloroso.
La Revolución se ha lanzado a la conquista de la totalidad, es hija de lo desmedido, para decirlo con palabras de Camus, y en ese camino ha ido clausurando cabezas, las suyas propias y las de quienes no comulgan con su propuesta ni sienten fascinación por el que pretende imponerla.
Además, ha sabido introducir su ponzoña en el rincón más oscuro. Nos ha empozado el alma de recelo y sospecha, todo en venganza de una supuesta injusticia (la explotación de las clases desposeídas por las dominantes) que, si existía en efecto, pudo haberse reparado por una vía que no hiciera mella en las relaciones entre la gente.
Es casi obligado decir, sin embargo, que el resarcimiento de esta “injusticia” no es lo que mueve a que se lleven a cabo cambios tan violentos en los asuntos de la nación. Si no es sincera esta causa, ¿cuál es la verdadera? ¿Qué mueve al líder a convocar tanta destrucción? Ignoro la respuesta. Es más, no creo que haya sólo una. Me inclino por quienes intuyen que se trata de una psicopatía, de un hambre insaciable de poder, para que éste oculte un gran vacío, el de su propia vida.
“Sucedáneo mitológico racionalizado” llamó Jung a lo que se ofrece como trueque cuando se ha dejado de vivir honda, sincera e individualmente. Al susodicho el poder le sirve como parche para velar sus oquedades, que no obstante siguen allí y se lo comen por dentro, mientras él se come a quienes tiene a su alrededor. Se trata de una autofagia interior, sólo que él no está aislado, dirige la nación y toda ella se ve también devorada así no lo quiera. Es que la enfermedad se ha desbordado, ha logrado infestar la vida pública, y ese contagio ocurre a través del lenguaje, tan vejado. Hoy las palabras están torcidas y así se emplean, así las empleamos. Por eso es urgente detenerse en ellas, una a una. Hay que restituirles la gravedad que por tradición soportan. Es una tarea exigentísima, aunque no lo parezca. Las palabras están vivas. Ellas pueden contribuir a nuestra reconciliación con el país.
Volvamos a lo inicial. He empleado la imagen de las Furias como transfondo de esta debacle porque son ellas las que, según los griegos, aparecían cuando se hacía burla humillante de la familia, que puede extenderse a todo lo que es familiar para nosotros, es decir, las instituciones que nos sostienen y que permiten el movimiento de la vida regular. “Por eso castigarían al sol -escribe Doods-, según Heráclito, si el sol ‘traspasara sus medidas’, excediendo la misión que le ha sido asignada”.
Aquí hace tiempo se han traspasado esas medidas y cada día se quiere conquistar mayor terreno. Como en la guerra, hay sed de triunfo y uno no puede dejar de preguntarse: ¿triunfar sobre quiénes y a qué costo?, y la respuesta parece ser: sobre todo aquel que se nos oponga y al costo que sea necesario en beneficio de nuestros planes.
Lo más peligroso es que esa soberbia se va adueñando de todo y de todos, es una pandemia, y es preciso estar atentos. No es extraño descubrirla haciendo de las suyas en las aulas de clases, en las oficinas, en el mercado, en la calle; en fin, en el trato con los demás, nos sean o no desconocidos. Incluso en el contacto con la persona más cercana puede influir malamente. Quizás a ello se deba que haya como un agotamiento general y que se sienta que éste crece cada día.
El ultraje ha alcanzado lo más sagrado. Como en Macbeth, en Venezuela se han roto los tabúes esenciales y la sensación que nos embarga es de que “todo es contra natura”, como anuncia el viejo sabio del pueblo cuando se entera de que el rey ha sido asesinado, y a cuyo terrible señalamiento, Ross, otro personaje de la obra, agrega un testimonio espantoso: los caballos del soberano, “los favoritos de su raza, se volvieron salvajes, rompieron sus establos y emprendieron la huida, rebeldes a obediencia, como si declarasen la guerra al hombre”. El viejo añade: “Se dice que se devoraban entre sí”. Cumplidos los hechos, Macbeth, que cometió el crimen pero de quien nadie sospecha, es nombrado nuevo monarca.
El pasaje resume lo que trato de expresar. Al igual que en la tragedia de Shakespeare, en Venezuela nuestra principalidad quiere ser anulada para que se instale un poder ilegítimo. No me refiero a que quienes gobiernan no hayan adquirido su cargo de manera democrática. Lo que quiero decir es que han deformado el ejercicio de su autoridad y su ejemplo se ha multiplicado y está en todas partes. Ello ha ocasionado que el país se desquicie, como los caballos que “se devoraban entre sí”. La anarquía cunde por doquier y la depauperación, que podría ser sólo pública, como ocurre en los Estados sanos cuando entran en períodos de crisis, no lo es. Quiero subrayarlo: el ataque más fuerte se emprende contra nuestra intimidad, lo cual revela que, contrariamente a lo que se promete con tanta estridencia, cada vez somos más súbditos, por lo tanto menos libres. Esto es lo que se llama tiranía: el dictador toma la casa.
Quebrantada nuestra tierra, ¿qué nos queda? Lo que siempre hemos tenido: la estimación, el privilegio de que nos conduela el país, la realidad, la vida.
Diego Arroyo Gil
Mayo, 2009.
Y 9 años después de ese excelente artículo de Diego Arroyo Gil, cuando ya desfallecidos y en "punto muerto" los venezolanos leemos en las redes sociales, que no en la extensa red mediática oficial controlada que nada dijo, que desde el otro lado del Océano, en España, Rafael Cadenas, el poeta mayor vivo de la literatura venezolana, recibia un importantísimo Premio Internacional de Poesía. La misma energía de la confusión y la mentira se expresaba en su otra cara: el arte y la belleza, el inconsciente del hombre en su máxima creatividad: la poesía, de la mano de un hombre que nadie en el país pone en duda como comprometido con sus ideales y humilde. "NO ES APATRIDO Y PELUCÓN"...ES EL OLVIDADO SER VENEZOLANO APLASTADO POR EXTRANJEROS VILES QUE TOMA CUERPO. El 15 de diciembre de 1999 nos implantaron un proyecto de oscuridad, maldad y violencia en su primera fase...Cumplida ésta, en marzo del 2013, se completa el designio original en su versión primera, con la muerte del líder carismático, sin permitir la duda menos aún las respuestas...Todo es oscuro, todo es mentira, se burlan de los venezolanos y del mundo, se oficia un ritual diabólico que molesta a Cristina Kitchner, Presidenta de Argentina, que abandona el teatro, para colocar en el Trono al verdadero elegido por una isla gobernada por un terrible mago negro que se propuso utilizar a Venezuela, como base de su proyecto personal...Pero el mal debe ser alimentado y la división y fiereza avara y traicionera, sin espíritu ni alma, enfrenta a los actores primigenios con los recién asignados años después. El botín ya no llega a sus manos. Traidores ocupan altos cargos, pero sus sombras salen a reclamar sus premios, necesitan ser mantenidos en rios de mentiras y maldades. Son caricaturas de si mismos...Nunca Venezuela había vivido tanto dolor. Dominan la partes negras, resentidas, vengativas de su inconsciente colectivo. José Tomás Boves como en 1814 recorre con su "División Infernal" blandiendo la bandera negra con calavera y dos huesos unidas al machete, el territorio nacional
Emigración a Oriente 1814. Tito salas.
ahito de sangre de blancos y riquezas. Como en la Huida a Oriente encabezados por Simón Bolívar, los venezolanos se refugian en tierras vecinas o emigran, en una diáspora nunca vista. Pero ya la emigración se hace cotidianidad en países que no nos quieren. Se concretan penurias, xenofobia, y falta de permisos de trabajo. Ya cumplir fuertes trabajos para los que no estaban hechos nuestros jóvenes y ancianos que salieron se hace vida diaria, y sin esperanza de retorno.¿Qué hacer?
El Exodo bíblico se hace presente en "la Nueva Jerusalén" iniciando 40 años de vagancia en el desierto. Pero la maldad tiene sus puntos débiles. La misma energía que alimenta desde el
HADES la maldad y el dolor, negocia con el poder de la mente, la FE y la BELLEZA se colocan como antídoto al horror que vive Venezuela.¿Cuál venezolano asumirá el liderazgo de rescatar la esencia de Venezuela?
Un poeta que en vez de levantar la espada del héroe asume la Derrota...No se vislumbran líderes. Nadie ve en él la posibilidad de rescatar a Venezuela de la noche del miedo, el pánico y el terror... Un hombre puro surge de las propias filas del monstruo "come piedras", un hombre auténtico posedor del signo en medio de tantos estafadores del arte y mediocres escritores, que se vanaglorian entre ellos, formando cofradías de nulidades engreídas las reputaciones consagradas, como decía el escritor valenciano Manuel Vicente Romerogarcía en enero de 1896 en El Cojo Ilustrado de Caracas :
"Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es
una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo que creí
que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una
risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en
la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables que yo
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces
más burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que
yo
(«Ud. es muy quedado, avíspese, despierte»)
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada en cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas estas cosas y por
otras cuya enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día
sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido
encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horas haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he
logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido
derribarme, barrer todo y crear de mi indolencia, mi flotación, mi
extravío una frescura nueva, y obstinadamente me suicido al
alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros y de mí hasta el día del juicio final.
Ese poeta silencioso y humilde, a quien sin propaganda ni manipulaciones del poder, le fue asignado el Premio de Poesía "Reina Sofía" de la excelsa Universidad de Salamanca en su XVII Edición. Es el ermitaño que exigen los mayas en su mensaje a Venezuela, para salir de su crisis, pero ¿quién será el modelo del hombre silencioso, en un pueblo desmedido y a veces superficial y renuente a lo espiritual, conocedor del misterio y la sombra, a quienes ha vencido en su obra y a lo largo de su vida sin rituales diabólicos ni oscuras maquinaciones?
"El que he sido gesticula para que lo reciba en este instante.
Abandonado, casi irreconocible, cedido a una voracidad, lucha por
reconquistar el terreno perdido.
He decidido dejarlo fuera con una palabra tajante.
Me limito a esperar en silencio al que vendrá.
Al que he buscado con un hachón en la casa sin construir.
Al que apenas oí cuchichear una mañana en el dormitorio.
Al que más se alimenta con la sangre del momento.
Colmo oscuro, extremo de monólogo, mórbido visitante.
Mi perturbador puntual, siempre frente a mí con enjambre de
reticencias, huyéndome en susurros.
Mi magna pérdida.
De " Obra entera, poesía y prosa" (2000)
Rafael Cadenas, (Barquisimeto, Lara, 8 de abril de 1930)de Venezuela, el reconocimiento mundial materializó un hecho que en lo profundo marca el despertar de esta tierra, por un representante de su gente talentosa, de raíz maravillosa, crisol de razas e ideologías, pero civil y de dotes intelectuales y sensibilidad que sólo algunos pocos has hecho trascendente en Venezuela, y las palabras de reconocimiento hacia el gran poeta Cadenas, dichas por muchas autoridades españolas elaboran frase a frase, el Credo a la Venezuela a quien Cristóbal Colón el 2 de agosto de 1498 llamó "Tierra de Gracia"...Esa que en la magnitud de sus rios y bellezas naturales como el Salto Angel, venía exigiendo mesura y verdad, respeto a sus ancestrales dominios, por lo que se desborda sin importarle a quien se lleva en su defensa de la tierra sagrada.
En toda la semana no ha cesado de llover a lo largo y ancho del territorio de Venezuela.
Quien sepa la importancia de la Universidad de Salamanca, como recinto histórico español, donde se libró una lucha sin cuartel entre la civilización del intelectual civil contra la barbarie del fanático militar, dimensionará el acontecimiento vivido el 23 de octubre de 2018 en la gran significación que tiene. El discurso de Rafael Cadenas, sin el tono épico y desmedido del de Miguel de Unamuno en 1936, defiende los valores humanos de la libertad, justicia, y sobre todo el del saber y la cultura, como antídoto a la barbarie y la violencia Cadenas versó también su discurso en torno a la palabra y su relación con la libertad: “Hay palabras tan principales como la política. Por ejemplo, libertad, justicia, democracia, civismo, honestidad”, Cadenas se refirió también a la abominación de los nacionalismos, “que sólo traen odios, conflictos y guerras”, tal como lo hizo el gran intelectual vasco el 12 de octubre de 1936, 72 años antes al de Rafael Cadenas, en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, durante una ceremonia de la por entonces llamada Fiesta de la Raza, aniversario del descubrimiento de América: “Coincidiendo con la apertura del curso universitario, el 12 de octubre de 1936 se celebraba de modo solemne la festividad del Día de la Raza (lo que hoy es el Día de la Hispanidad, el aniversario del descubrimiento de América) en la Universidad de Salamanca con la celebración de un acto político-religioso en la catedral —al que Unamuno no acudió— y otro de carácter universitario —presidido por el escritor y filósofo en su carácter de Rector vitalicio— al que asistió la esposa de Franco, Carmen Polo de Franco, el general africanista Millán-Astray, el obispo de la diócesis Enrique Plá y Deniel, José María Pemán, el gobernador militar de la plaza y el resto de fuerzas vivas de la ciudad. El evento fue abierto por Unamuno, para posteriormente dar la palabra a los conferenciantes, sin que estuviese previsto que la máxima autoridad universitaria interviniera más tarde El acto se emitió por la radio local.Intervinieron en el acto, cuyo tema principal era «la exaltación nacional, el Imperio, la raza y la Cruzada [la guerra civil]», el catedrático de Historia Ramos Loscertales, el dominico Beltrán de Heredia, el catedrático de Literatura Maldonado de Guevara y, por último, Pemán. Los dos primeros hablaron sobre «el Imperio español y las esencias históricas de la raza». Maldonado, por su parte, cargó fuertemente contra Cataluña y el País Vasco. Pemán acabó su discurso intentando enardecer a sus oyentes: «Muchachos de España, hagamos cada uno en cada pecho un Alcázar de Toledo». Las críticas y amenazas proferidas a todos los que no compartían los ideales de la sublevación, condenados como la antiespaña, entre otros puntos, fueron las que suscitaron el rechazo de Miguel de Unamuno.
Miguel de Unamuno y Jugo (Bilbao, 29 de septiembre de 1864-Salamanca, 31 de diciembre de 1936) escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. En su obra cultivó gran variedad de géneros literarios como novela, ensayo, teatro y poesía. Fue, asimismo, diputado en Cortes de 1931 a 1933 por Salamanca. Fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca tres veces; la primera vez en 19002 y la última, de 1931 hasta su destitución, el 22 de octubre de 1936, por orden de Franco) sale de la Universidad de Salamanca después del enfrentamiento con José Millán-Astray y Terreros (La Coruña, 5 de julio de 1879-Madrid, 1 de enero de 1954) fue un militar español fundador de la Legión y de Radio Nacional de España. Fue procurador en las Cortes franquistas entre 1943 y 1954.Amigo personal de Franco, fue puesto al frente del Benemérito Cuerpo de Mutilados de Guerra por la Patria
Acto seguido, intervino el rector, cuyas frases difieren según los distintos testigos, cronistas e historiadores, ya que no se dispone de ningún registro grabado o escrito del mismo:"Ya sé que estáis esperando mis palabras, porque me conocéis bien y sabéis que no soy capaz de permanecer en silencio ante lo que se está diciendo. Callar, a veces, significa asentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Había dicho que no quería hablar, porque me conozco. Pero se me ha tirado de la lengua y debo hacerlo. Se ha hablado aquí de una guerra internacional en defensa de la civilización cristiana. Yo mismo lo he hecho otras veces. Pero ésta, la nuestra, es sólo una guerra incivil. Nací arrullado por una guerra civil y sé lo que digo. Vencer es convencer, y hay que convencer sobre todo. Pero no puede convencer el odio que no deja lugar a la compasión, ese odio a la inteligencia, que es crítica y diferenciadora, inquisitiva (mas no de inquisición). Se ha hablado de catalanes y vascos, llamándoles la antiespaña. Pues bien, por la misma razón ellos pueden decir otro tanto. Y aquí está el señor obispo [Plá y Deniel], catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer. Y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española que no sabéis. Ese sí es mi Imperio, el de la lengua española y no...Miguel de Unamuno (Núñez Florencio, 2014, p. 37). La algarabía cortó la alocución del orador. La mayor respuesta se atribuye al general Millán-Astray que, ubicado en un extremo de la presidencia, golpeó la mesa con su única mano y, levantándose, interrumpió al rector —«¿Puedo hablar?, ¿puedo hablar?»—. Su escolta presentó armas y alguien del público gritó: «¡Viva la muerte!». La historiografía no consigue determinar si entonces el militar intervino y si fue ese el momento en que pronunció sus gritos de:¡Mueran los intelectuales! ¡Viva la muerte!José Millán-Astray (Núñez Florencio, 2014, p. 37).
Millán-Astray continuó con los gritos con que habitualmente se excitaba al pueblo: «¡España!»; «¡una!», respondieron los asistentes. «¡España!», volvió a exclamar Millán-Astray; «¡grande!», replicó el auditorio. «¡España!», finalizó el general; «¡libre!», concluyeron los congregados. Después, un grupo de falangistas ataviados con la camisa azul de la Falange hizo el saludo fascista al retrato de Francisco Franco que colgaba en la pared. Tras las afirmaciones necrófilas del fundador de la Legión, Unamuno habría continuado con su discurso —tampoco hay unanimidad en las palabras pronunciadas—, esta vez cargando directamente contra la réplica de Millán-Astray:
Dijo Unamuno: "Acabo de oír el grito de ¡viva la muerte! Esto suena lo mismo que ¡muera la vida! Y yo, que me he pasado toda mi vida creando paradojas que enojaban a los que no las comprendían, he de deciros como autoridad en la materia que esa paradoja me parece ridícula y repelente. De forma excesiva y tortuosa ha sido proclamada en homenaje al último orador, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la muerte. El general Millán Astray es un inválido de guerra. No es preciso decirlo en un tono más bajo. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no se tocan ni nos sirven de norma. Por desgracia hoy tenemos demasiados inválidos en España y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología a las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes se sentirá aliviado al ver cómo aumentan los mutilados a su alrededor. El general Millán Astray no es un espíritu selecto: quiere crear una España nueva, a su propia imagen. Por ello lo que desea es ver una España mutilada, como ha dado a entender.
Este es el templo del intelecto y yo soy su supremo sacerdote. Vosotros estáis profanando su recinto sagrado. Diga lo que diga el proverbio, yo siempre he sido profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho. Me parece inútil pediros que penséis en España. Miguel de Unamuno (Núñez Florencio, 2014, p. 37, revisado).
Tras su discurso, varios oficiales echaron mano de sus pistolas,19 mientras Unamuno salió del paraninfo protegido por Carmen Polo de Franco, que le ofreció el brazo, y por otras personalidades, mientras era increpado con insultos y abucheos, para montarse en un automóvil que lo dejaría en su residencia de la calle de Bordadores salmantina.Los últimos meses de vidade Miguel de Unamuno, desde octubre hasta diciembre del 36, los pasó bajo arresto domiciliario en su casa, en un estado, en palabras de Fernando García de Cortázar, de resignada desolación, desesperación y soledad. El 22 de octubre, dos meses antes de la muerte de Miguel de Unamuno —la tarde del 31 de diciembre—, Franco firmó el decreto de destitución del rector.
72 años después del enfrentamiento de Miguel de Unamuno con la barbarie ,la Reina doña Sofía hizo entrega en la tarde del martes 23 de octubre 2018, en la Universidad de Salamanca del XXVII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana al escritor Rafael Cadenas, en un acto en el que estuvieron presentes el rector de la USAL, Ricardo Rivero; el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; la secretaria de Estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación; Ángeles Heras; y el presidente de Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán.
Durante la ceremonia, que tuvo lugar en el Estudio salmantino con motivo de la conmemoración del VIII Centenario de su fundación, el poeta venezolano realizó una encendida defensa de la libertad frente a la abominación de los nacionalismos, “que sólo traen odios, conflictos y guerras”.
En un comprometido discurso el autor de “Cuadernos del destierro” y “La isla” defendió la democracia como única forma de instaurar la normalidad en Venezuela. “Hay palabras tan principales como la política. Por ejemplo, libertad, justicia, democracia, civismo, honestidad, las cuales cuando se ausentan de un país toman muy difícil para sus ciudadanos el hecho de vivir realmente”, subrayó en su deseo de resaltar la importancia del lenguaje en el ejercicio de la política. El texto lo comparto:
Discurso del poeta venezolano Rafael Cadenas, XXVII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana
"Este es un inmenso honor. Debo decir una vez más: gracias. Esta palabra es muy importante. Se usa para agradecer, como en este momento, un bien recibido que además viene de la mano de la Reina de España. En otro ámbito, el de la política, permítaseme una referencia diferente al motivo que nos reúne. Hay palabras tan principales como aquella. Por ejemplo, libertad, justicia, democracia, civismo, honestidad, las cuales cuando se ausentan de un país tornan muy difícil para sus ciudadanos el hecho de vivir realmente. Esas palabras además deben corresponder a lo que designan, si no habría que recurrir a lo que Confucio llamaba «rectificación de los nombres», no sé si en China le hacen caso a su sabio en este punto, que se asemeja a nuestra «adaequatio», Es que en Venezuela nos urge instaurar la normalidad que solo puede ser democrática; pero no voy a adentrarme hoy en este punto porque tendría que ahondar mucho y no es la ocasión de hacerlo. Quisiera si señalar la importancia del lenguaje en el ejercicio de la política. Ahora voy a decirles mis vínculos con España. A ella me une profundamente la lengua. Sobre esta relación no es necesario insistir. Menos evidente es la que he tenido con su literatura. Comencé a leerla siendo muy joven, creo que a los catorce años y me cautivó. El desfile empezó con la generación del 27, Rafael Alberti, Federico García Lorca y Pedro Salinas fueron los primeros con quienes estuve. Debo mencionar también a Miguel Hernández, cuya poesía se adhiere tanto a la memoria y a León Felipe que peregrinó por Hispanoamérica diciendo sus poemas y quien, a mi ver, se adelantó en España, como Walt Whitman en Norteamérica, a la ampliación del poema, la cual lo hermana con la prosa. Recordemos que ya Lorca llamaba «prosías» a los poemas de Salinas; más tarde leí a Jorge Guillén y a Luis Cernuda. Luego pasé a los autores del 98, Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y Azorín, Como soy un gustador de la prosa ¿qué amante del idioma no lo es? Disfruté la de todos ellos. A mi regreso de Trinidad, a donde me exiló una de nuestras habituales dictaduras, que fue derrocada por un sector del pueblo y del ejército, la vida me llevó de la mano a estudiar en la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. Después di clases por más de treinta años, durante los cuales una de las principales materias a mi cargo fue la de poesía española. Continúo este recuento. Con mi esposa y gracias a ella; recorrimos mucha España, inicialmente por iniciativa propia, después por invitaciones de la Residencia de
Previamente, el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero destacó la coincidencia de que Cadenas, de 88 años, reciba este galardón en el 800 aniversario de la fundación de la Universidad de Salamanca y que lo haga “aún con alma y energía para tomar un avión desde Caracas y llegar aquí, vía Madrid, a Salamanca, donde sabe que tiene verdaderos amigos que le conocían y convocaban antes de este galardón”.
El rector invitó al galardonado a “evocar los ratos felices transcurridos en esta Universidad, alma materiberoamericana” y recordó cómo al “participar en una huelga estudiantil contra otro dictador le llevó al exilió hace 66 años”, un exilio que “explica la poesía primigenia” y su relación con “San Juan de la Cruz, el artista formado en las aulas de este viejo Estudio al que dedicó sus emocionantes Apuntes”.
Estudiantes, Casa de América o festivales como Poemad. A cada paso encontrábamos rasgos de nuestra filiación. Ahora me referiré a un hecho capital de nuestra historia que a menudo se olvida: la llegada a Venezuela de los exilados españoles durante o después de la Guerra Civil. Fueron miles y entre ellos vinieron profesores, científicos, escritores que contribuyeron decisivamente con nuestra cultura, como Juan David García Bacca, Pedro Grases, Manuel García Pelayo, Marco Aurelio Vila, Juan Nuño, Federico Riu, Manuel Granel, Mateo Alonso, Santiago Magariños y muchos otros. Todos dejaron su impronta perdurable en nosotros. Quisiera nombrar a otros, pero en razón de su cantidad, no puedo. En realidad vinieron españoles de todas las profesiones. Hace años se publicó en Caracas un libro de dos tomos con biografías breves de ellos aunque no de todos, y acaba de salir uno del escritor Tulio Hernández, hoy exilado de Venezuela, en el mismo sentido. Les daré una idea de lo dicho: yo hice el bachillerato en una ciudad del interior, Barquisimeto, que originariamente se llamó Nueva Segovia de Variquisimeto y recibí clases de tres profesores españoles. Es decir, no sólo trabajaron en las universidades sino también en el Pedagógico, en los liceos de Caracas y de otras ciudades. Antes de concluir, debo agradecerle a la profesora Carmen Ruiz Barrionuevo lo que a su vez ha hecho aquí por nosotros. Ella fundó hace años la catedra José Antonio Ramos Sucre a fin de dar a conocer la poesía venezolana. Merece un gran reconocimiento de parte nuestra. Termino con una observación intempestiva: creo que los nacionalismos son abominables; traen odios, conflictos, guerras; es preferible la amistad entre las naciones. Por eso he evocado la que existe entre Venezuela y España, no sin recordarles a los que atacan este país, que lo hacen en español
Las palabras del Rector Ricardo Rivero fueron ejemplares, hizo hincapié en la ejemplar posición cívica del poeta de Barquisimeto, pues es un escritor que “defiende al ser humano frente a los autoritarismos”.
“Si la poesía puede desarrollar una misión liberadora, de las almas y de los pueblos, pidamos aquí y hoy la recuperación de Venezuela, tierra llamada de gracias por Colón. Nuestra fraternidad con los venezolanos. Que arribe la Justicia a Venezuela, que regresen quienes han tenido que marchar, que salgan de las cárceles los retenidos, que los estudiantes se puedan expresar, que las gentes entiendan los puntos de vista de sus compatriotas, que la convivencia sea posible, que todos y todas pueden levantarse para seguir riéndose, criticando y/o protestando libremente sin el temor de ser condenado a ser ninguno”, apostilló.
Por su parte, el presidente de Patrimonio Nacional destacó cómo la presencia de la Reina en el Paraninfo del Estudio “prosigue la tradición de protección real a los estudios universitarios, iniciada por el monarca fundador, Alfonso XI de León”, y “responde también a la célebre leyenda que figura en el Medallón de los Reyes Católicos de la fachada de esta casa: ‘Los reyes para la Universidad, y ésta para los reyes’”.
Pérez de Armiñán subrayó la forma en que Rafael Cadenas “ha vivido, integrándolas en su obra, las esferas de lo personal, lo familiar, lo político y lo social” y recordó cuáles son las dos grandes pasiones del primer venezolano en recibir este premio: “la literatura y el compromiso con la justicia y los derechos humanos, desde la máxima libertad de conciencia y la irrenunciable dignidad de la persona”.
En su repaso por la trayectoria vital y poética de Cadenas, tanto el rector como el presidente de Patrimonio Nacional destacaron la labor académica y docente del poeta, reafirmando así el lazo estrecho que tiene con la universidad en donde “ha enseñado, ha mostrada su pasión por el lenguaje, ha sembrado el amor y el conocimiento -ambos van de la mano- por la literatura”, según palabras de Pérez de Armiñán.
Durante el acto, el Consort de violas da gamba de la Academia de Música Antigua de la Universidad de Salamanca interpretó la Fantazia a 4 (Z.736) de Henry Purcell, en un sentido homenaje a los poetas Nicanor Parra, Pablo García Baena y Claribel Alegría, ganadores del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana que fallecieron en el último año.
Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana
El Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, auspiciado por la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional, tiene por objeto premiar el conjunto de la obra poética de un autor vivo que, por su valor literario, constituya una aportación relevante al patrimonio cultural común a Iberoamérica y España.
Este galardón, que se concede todos los años sin posibilidad de quedar desierto, está dotado con 42.000 €, la celebración en la Universidad de Salamanca de una jornada de estudio dedicada a la obra del galardonado, con la asistencia del mismo, y la edición de un volumen con una recopilación antológica de poemas del autor premiado, publicado por Ediciones Universidad de Salamanca.
Rafael Cardenal se suma este año a la lista de poetas galardonados con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana desde su primera edición en 1992. En sus 26 ediciones previas, el premio ha recaído sobre los poetas Gonzalo Rojas (Chile), Claudio Rodríguez (España), Joâo Cabral de Melo Neto (Brasil), José Hierro (España), Ángel González (España), Álvaro Mutis (Colombia), José Ángel Valente (España), Mario Benedetti (Uruguay), Pere Gimferrer (España), Nicanor Parra (Chile), José Antonio Muñoz Rojas (España), Sophia de Mello Breyner (Portugal), José Manuel Caballero Bonald (España), Juan Gelman (Argentina), Antonio Gamoneda (España), Blanca Varela (Perú), Pablo García Baena (España), José Emilio Pacheco (México), Francisco Brines (España), Fina García Marruz (Cuba), Ernesto Cardenal (Nicaragua), Nuno Júdice (Portugal), María Victoria Atencia (España), Ida Vitale (Uruguay), Antonio Colinas (España) y Claribel Alegría (Nicaragua).
“Hay palabras tan principales… por ejemplo la libertad, justicia, democracia, civismo, honestidad, las cuales cuando se ausentan de un país tornan muy difícil para sus ciudadanos el hecho de vivir realmente. Esas palabras deben corresponder a lo que designan…. En Venezuela nos urge instaurar la normalidad que sólo puede ser democrática”, subrayó el poeta mayor de Venezuela en su deseo de resaltar la importancia del lenguaje en el ejercicio de la política"y advirtió del peligro de "adentrarse en la neolengua de todos los autoritarios", un riesgo en el que están los "seres humanos que se vuelven dependientes de los estados".De la misma manera que inició su discurso, Rafael Cadenas terminó con una "observación intempestiva" al afirmar que "los nacionalismos son abominables", ya que traen "odios, conflictos, guerras" y reclamó "la amistad entre las naciones" recordando a los que "atacan" España que "lo hacen en español"."Hace unos días dije en una entrevista que la palabra crisis aplicada a Venezuela es un eufemismo. Pues bien, nuestra situación va más allá. Es de una salida difícil", subrayó el poeta venezolano.A lo largo de su discurso también evocó su relación con España, sus vínculos, a la que le une no solo la lengua sino su literatura, de la que recordó sus lecturas de los autores de la Generación del 27 o del 98, y ensalzó a Miguel de Unamuno (1864-1936) al que definió como "despertador de las almas".De él también destacó su "liberalismo" y su "intrahistoria, que realza a la gente común, que no entra en la historia pero sostiene el fondo".También mencionó a Venezuela como el país que acogió "a miles de exiliados españoles durante y después de la Guerra Civil".Cadenas fue presentado por el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, definiéndolo como el "artesano del lenguaje y sus palabras", un "crítico de la barbarie civilizada y siempre defensor del ser humano, desde la reflexión tranquila, la llaneza y la mesura".Rivero aprovechó también su discurso para reclamar que "arribe la Justicia a Venezuela", que regresen quienes "han tenido que marchar, que salgan de las cárceles los retenidos, que los estudiantes se puedan expresar, que las gentes entiendan los puntos de vista de sus compatriotas, que la convivencia sea posible".
El rector de la Usal, Ricardo Rivero, destacó la coincidencia de que Cadenas, de 88 años, reciba este galardón en el 800º aniversario de la fundación de esa casa de estudios, y que lo haga “aún con alma y energía para tomar un avión desde Caracas y llegar aquí, vía Madrid, a Salamanca, donde sabe que tiene verdaderos amigos que le conocían y convocaban antes de este galardón”.
El rector invitó al galardonado a “evocar los ratos felices transcurridos en esta universidad, alma mater iberoamericana” y recordó cómo al “participar en una huelga estudiantil contra otro dictador le llevó al exilió hace 66 años”, un exilio que “explica la poesía primigenia” y su relación con “San Juan de la Cruz, el artista formado en las aulas de este viejo Estudio al que dedicó sus emocionantes Apuntes”.
Rivero hizo hincapié en la ejemplar posición cívica del poeta natural de la ciudad venezolana de Barquisimeto (Lara), pues es un escritor que “defiende al ser humano frente a los autoritarismos”.
“Si la poesía puede desarrollar una misión liberadora, de las almas y de los pueblos, pidamos aquí y hoy la recuperación de Venezuela, tierra llamada de gracia por Colón”, continuó Rivero. “Nuestra fraternidad con los venezolanos. Que arribe la justicia a Venezuela, que regresen quienes han tenido que marchar, que salgan de las cárceles los retenidos, que los estudiantes se puedan expresar, que las gentes entiendan los puntos de vista de sus compatriotas, que la convivencia sea posible, que todos y todas pueden levantarse para seguir riéndose, criticando y/o protestando libremente sin el temor de ser condenado a ser ninguno”
Tanto el rector como el presidente de Patrimonio Nacional destacaron la labor académica y docente del poeta.
Doña Sofía y el poeta Rafael Cadenas.
“Qué mejor marco que la universidad más antigua del mundo hispano para entregar este premio”, dijo por su parte el presidente de Patrimonio Nacional, quien destacó cómo la presencia de la Reina en el Paraninfo del Estudio “prosigue la tradición de protección real a los estudios universitarios, iniciada por el monarca fundador, Alfonso XI de León”, y “responde también a la célebre leyenda que figura en el Medallón de los Reyes Católicos de la fachada de esta casa: ‘Los reyes para la universidad, y ésta para los reyes’”.
Pérez de Armiñán subrayó la forma en que Rafael Cadenas “ha vivido, integrándolas en su obra, las esferas de lo personal, lo familiar, lo político y lo social”, y recordó cuáles son las dos grandes pasiones del primer venezolano en recibir este premio: “La literatura y el compromiso con la justicia y los derechos humanos, desde la máxima libertad de conciencia y la irrenunciable dignidad de la persona”.
En su repaso por la trayectoria vital y poética de Cadenas, tanto el rector como el presidente de Patrimonio Nacional destacaron la labor académica y docente del poeta, reafirmando así el lazo estrecho que tiene con la universidad en donde “ha enseñado, ha mostrado su pasión por el lenguaje, ha sembrado el amor y el conocimiento —ambos van de la mano— por la literatura”, según palabras de Pérez de Armiñán.
Durante el acto, el consort de violas da gamba de la Academia de Música Antigua de la Universidad de Salamanca interpretó la Fantazia a 4 (Z.736) de Henry Purcell, en un sentido homenaje a los poetas Nicanor Parra, Pablo García Baena y Claribel Alegría, ganadores del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana que fallecieron en el último año.
El Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, auspiciado por la Usal y Patrimonio Nacional, tiene por objeto premiar el conjunto de la obra poética de un autor vivo que, por su valor literario, constituya una aportación relevante al patrimonio cultural común a Iberoamérica y España. Su primer poemario en una imprenta local de Barquisimeto, con prólogo de Salvador Garmendia. Desde temprana edad combinó la pasión por la literatura con la militancia política en el Partido Comunista de Venezuela. Por esta razón sufrió cárcel y exilio durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Se refugió en la isla de Trinidad hasta 1957. En Caracas escribe y publica Una isla (1958) y Los cuadernos del destierro (1960). Durante esos años forma parte del grupo de debate político y literario «Tabla redonda», junto con Manuel Caballero, Jesús Sanoja Hernández, Jacobo Borges, entre otros. Contrajo matrimonio con Milena González Carvallo, de quien enviudó en 2017. Es profesor jubilado de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela.
Dotado de una refinada sensibilidad para la experiencia poética, este singular poeta venezolano se caracteriza por crear una obra densa y estrechamente vinculada al pensamiento filosófico. Siguiendo la tradición de Hölderlin, Rilke y José Gorostiza, su poesía parece fusionar los derroteros de la actitud reflexiva con la inspiración pura.
Su poema más famoso «Derrota» ha trascendido como la marca poética de la generación de los años sesenta. Su obra más celebrada es el poemario Amante, en el que expresa toda su fina sensibilidad. Publico su primer poema en su natal Barquisimeto, Cadenas reside actualmente en la ciudad de Caracas en Venezuela.
Premios y Condecoraciones.
1984 - Premio de Ensayo de CONAC, con Anotaciones
1985 - Premio Nacional de Literatura, Mención Poesía por su obra total.
1986 - Beca Guggenheim.
1986 - Premio Arturo de Asturias de las letras.
1992 - Premio San Juan de la Cruz.
1992 - Premio Internacional de Poesía «Juan Antonio Pérez Bonalde» con Gestiones.
2001 - Doctorado honoris causa de la Universidad de Los Andes ULA.
2005 - Doctorado «Honoris Causa» de la Universidad Central de Venezuela UCV.
2009 - Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances.
2012 - Doctorado «Honoris Causa» de la Universidad Centrocidental Lisandro Alvarado UCLA.
2012 - Orden «Juan Jacinto Lara» en su Primera Clase. Gobernación del Estado Lara.
2015 - Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca.
2015 - Premio Andrés Bello de la Academia Venezolana de la Lengua.
2017 - Premio de Literatura FILCAR 2017.
2018 - Premio Reina Sofia de Poesía Iberoamericana.
Rafael Cadenas se suma este año a la lista de poetas galardonados con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana desde su primera edición en 1992.
Este galardón, que se concede todos los años sin posibilidad de quedar desierto, está dotado con 42.000 euros, la celebración en la Usal de una jornada de estudio dedicada a la obra del galardonado, con la asistencia del mismo, y la edición de un volumen con una recopilación antológica de poemas del autor premiado, publicado por Ediciones Universidad de Salamanca.
Rafael Cadenas es el primer venezolano que se incorpora a la lista de poetas galardonados con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana desde su primera edición en 1992.
”Este es un inmenso honor, debo decir una vez más gracias, esta palabra es muy importante porque se usa para agradecer un bien recibido que viene de la mano de la Reina Sofía y de las autoridades de la más antigua universidad española”, dijo al comenzar su discurso.
Contó a los presentes que ”la vida me llevó a estudiar Letras en la Universidad Central de Venezuela, después di clases por más de 30 años y una de las principales materias a mi cargo fue el de la poesía española”.
Destacó que con España le une la lengua y su literatura la cual comenzó a conocer en la adolescencia. Resaltó la poesía de Miguel Hernández y a León Felipe ”que peregrinó por Hispanoamerica diciendo sus poemas”.
Cadenas rememoró la llegada a Venezuela de los exiliados españoles durante o después de la guerra civil, ”fueron miles, y entre ellos vinieron profesores, científicos, escritores que contribuyeron con nuestra cultura, todos dejaron su impronta perdurable en nosotros”.
Dejó una reflexión final: ”Creo que los nacionalismos son abominables, traen odio, conflicto, guerra, ojalá aprendamos y optemos por la amistad entre las naciones, por eso he evocado la que existe entre Venezuela y España, no sin recordarles a los que atacan este país que lo hacen en español”.
Obra
Poesía
Cantos iniciales (1946)
Una isla (1958)
Los cuadernos del destierro (1960, 2001)
«Derrota» (1963) [poema publicado el 31 de mayo en Clarín del viernes; compilado en 1970, junto con Los cuadernos del destierro y Falsas maniobras]
Falsas maniobras (1966)
Intemperie (1977)
Memorial (1977) Edición bilingüe (Español-Inglés), publicada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (2007)
Amante (1983)
Dichos (1992)
Gestiones (1992) [Premio Internacional Juan Antonio Pérez Bonalde]
Antología (1958-1993) (1996), (1999)
Amante (bid & co. editor, 2002) [livre d'artiste con 58 grabados de Norma Morales)
Poemas selectos (bid & co. editor, 2004, 2006, 2009)Amant (bid & co. editor, 2004) [traducción al francés de «Amante»)Lover (bid & co. editor, 2004, 2009) [edición bilingüe de «Amante»)
El taller de al lado (bid & co. editor, 2005) [conjunto de sus traducciones)
Sobre abierto. Editorial Pre-Textos. 2012. ISBN 978-84-15297-82-6.
Ensayo
Literatura y vida (1972)
Realidad y literatura (1979)
Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística (1977, 1995)
La barbarie civilizada (1981)
Anotaciones (1983)
Reflexiones sobre la ciudad moderna (1983)
En torno al lenguaje (1984)
Sobre la enseñanza de la literatura en la Educación Media (1998)
Obra Completa. Obra entera.
Poesía y prosa (Fondo de Cultura Económica, 2000)
Obra entera. Poesía y prosa (1958-1995).
Editorial Pre-Textos. 2007. ISBN 978-84-8191-823-6.
Referencias
Diccionario de autores venezolanos. CONAC 2004, (Caracas, Venezuela)
Ese fracaso que es la poesía
POR Rafael Cadenas
PRODAVINCI 23/10/2018
La poesía no tiene residencia fija. Suele invadir los demás géneros y casi no hay gran libro donde no esté presente. Hasta puede afirmarse que en última instancia no hay literatura, sino poesía. Su carácter envolvente, ubicuo, usurpador hace pensar que ella no es género sino más bien una presencia detrás de los géneros, una presencia tan insinuante que muchas veces prefiere vestidos que no son los suyos, una presencia que se sirve de todas las actividades creadoras del hombre; como un poder previo a cualquier clasificación. Posiblemente sea una manera que tiene lo esencial de manifestarse en él. En este sentido, durará lo que dure el hombre.
Como género, la situación es distinta. En todas partes sus lectores forman una minoría señaladamente excéntrica. Tienden a convertirse en una secta de tipo esotérico, no porque la poesía se haya llenado de secreto —quizá lo ha perdido un poco, más bien— sino por el enorme olvido de las cosas verdaderamente importantes que afecta al hombre actual. Los tres mil o más millones de habitantes* del planeta están dedicados a destruirse de manera eficiente en todas las formas imaginables, con suavidad o violencia, por ignorancia o por mucho saber, incesantemente. El mundo entero rinde tributo a la destrucción, bajo el pretexto de desarrollo, y no sólo la poesía sino también la música, la pintura, la filosofía están amenazadas. Toda la cultura y el hombre mismo pueden desaparecer si en su espíritu no ocurre un cambio de fondo.
Confieso que me preocupa más la poesía como dimensión que como forma específica y la mengua de ambas creo que va unida a la crisis del hombre y hasta puede ser una de sus medidas más seguras. Es evidente que el mundo se aleja cada vez más de la poesía y parece dirigirse a la creación de sociedades de seres desindividualizados, si bien prósperos, a quienes una máquina inmensa les decide lo que deben vestir, comer, leer. En la caída del hombre figura la poesía junto con otras pérdidas no menos importantes, pues la necesita para informar sobre su naufragio, o mejor aún, para apuntar a un rescate. Aunque a veces uno piensa en la inutilidad de la literatura, al ver como la palabra de los grandes creadores se pierden.
¿Qué han hecho los hombres, qué hemos hecho, con el legado de Whitman, Rilke, Lawrence y algunos otros? No son muchos, pero bastaban para producir una explosión en los espíritus y ¿fueron oídos en realidad? ¿Se les leyó verdaderamente? Están ahí como voces tremendamente solas y lo que dijeron fue tomado como literatura, convertido en objeto de estudio para lucimiento de intelectuales, desarmado por nuestra grave inmunidad. Pero de ellos lo realmente importante era, y es, el resplandor perdido en la literatura.
¡Cómo volvemos inane, domesticamos, alejamos todo lo que implique exigencia de nueva visión! Cuando no oímos directamente lo que una obra quiere decirnos establecemos una distancia entre ellas y nosotros. La colocamos allá y nosotros nos quedamos aquí, sin darnos por aludidos. La obra se dirige a nuestro ser, pero nosotros decidimos que sólo le habla a nuestro cerebro, y en el pozo de nuestras ideas, la ahogamos. Sin embargo, aquellos creadores escribieron para los hombres, para comunicarles lo que habían descubierto o se les había revelado, creyendo que serían oídos.
Me parece que los poetas pueden hacer algo por vincular al hombre con todo lo que su olvido ha relegado, por quitarlo de la distracción en que vive, por plantearle las preguntas decisivas, por darle seriedad a las palabras, por apuntar hacia un vivir auténtico. Se trata de una operación de rescate, mas para contribuir con ella los poetas tienen que haberle dado la espalda a la locura que envuelve al hombre, tienen que hablarle desde una ruptura, tienen que haberse liberado ellos mismos. Si no, serían parte de la enfermedad y lo que dijeran tendría un valor incompleto.
Tampoco la poesía será asimilada por las demás formas, pues vive en una zona del ser que necesita como su medio propio de expresión, una zona para la cual seguramente la prosa resulta inadecuada, no porque sea inferior —el problema es más de naturaleza que de calidad— sino por no prestarse bien para transmitir una energía muy elemental, muy pura, muy libre, que no puede adaptarse a nada y que al buscar voz produce ese fracaso que es la poesía. Pues ella es siempre una inscripción deficiente de algo que nunca llega a expresarse, una a veces espléndida derrota, que puede dejar palabras principales, pero nunca entregar en su estado puro aquello que estaba en su base.
Así como casi no se lee poesía, tampoco se vende. Su espacio en el hombre, aquel donde éste crece, ha sido tomado significativamente por poderes hostiles a la poesía. Dice mucho que las fuerzas de la destrucción del individuo sean siempre tan incurablemente antipoéticas. Exudan vulgaridad, cualquiera sea su máscara.
La narrativa, en cambio, tiene un éxito relativo (el boom es un estallido localizado) tal vez por reflejar más los problemas sociales que son muchos, graves e ineludibles, pero no esenciales. La misma gravitación que tienen los vuelve absolutos, trastocando así la perspectiva en el público y en el escritor: lo que es urgente se confunde con lo que es fundamental, y sobre una base real y falsa al mismo tiempo el espíritu fabrica su olvido. Nadie duda que deben ser encarados, pero su solución agrava, afortunadamente, el problema del individuo al descargarlo de un lastre circunstancial y situarlo frente a sí mismo, cerca de la poesía, en la zona de la realidad. Pues el problema del hombre es él mismo, a solas, en su más grande relación.
“Respuesta a la poesía: ¿para qué?” de Luis Alberto Crespo / Papel Literario. El Nacional, 20 de abril de 1969 / Texto curado por Rafael Cadenas y Josefina Nuñez
Este texto fue publicado originalmente en Prodavinci el 25 de agosto de 2015.
Sobre el hecho de vivir
POR Rafael Cadenas
PRODAVINCI 02/09/2018
Rafael Cadenas nació el 8 de abril de 1930 en Barquisimeto, estado Lara, Venezuela. Desde 1952 a 1956 fue desterrado de su país y vivió en Trinidad. A su regreso se residenció definitivamente en Caracas y publicó su primer libro de poemas: Los cuadernos del destierro. Formó parte del grupo fundador de la revista Tabla redonda. Publicó un segundo libro de poemas titulado Falsas maniobras, después de lo cual guarda un prolongado silencio pero sin haber dejado de escribir y meditar. Los poemas inéditos forman parte de un nuevo ciclo de escritura en el cual se evidencia un cambio radical en relación con sus libros anteriores. Actualmente cumple tareas docentes en la Escuela de Letras de la Universidad Central. Ha traducido, entre otros, poemas de Segalen, Graves y Cavafis.*
Al margen de grupos y disputas literarios, Cadenas lleva una vida retirada y solitaria dedicada a la creación poética, a lo que él mismo denomina “la investigación sobre el hecho de vivir”, y a su compañera Milena y sus hijos. Reacio por principio a todo cuanto pueda sonar a publicidad, sólo después de reiterados pedidos y explicaciones accedió a concedernos la presente entrevista. Sin embargo, superada esa primera dificultad, el poeta habla amistosamente, con una gran franqueza y sencillez. Su conversación es lenta y pausada, detenida por largos silencios en los que escucha con atención a su interlocutor, como buscando el peso y la densidad de las palabras. Hablando acerca del aparente desatino que representa la actividad poética en nuestras sociedades, surge la primera pregunta.
Se dice que la poesía es desatino, ¿por qué un hombre se dedica a ella?
Decir que la vocación lo lleva a ella es algo tal vez muy simple; pero pensemos en que la vocación tiene mucho de actitud amorosa. Entonces esa palabra toma otro sentido: quiere decir amor. Sin embargo, hay que tener cuidado al hablar de amor, pues uno ve que no abunda mucho entre los poetas. Lo que suele predominar es una actitud egocéntrica.
Un poeta ¿es poeta en todos los momentos de su día?
Ante todo quiero aclararle que yo nunca me he considerado poeta. Este es un rótulo, como cualquier otro. Uno es un ser humano. Además, a veces el arte sirve para encubrir lo que uno en realidad es. Pero admitiendo que alguien es poeta, ¿por qué establecer esta división entre momentos en que se es más poeta que en otros? Si consideramos a la poesía como vida, el poeta es siempre poeta como el ser humano es siempre ser humano. Cuando uno se enoja o se alegra o se entristece o pasea o come está viviendo y no creo que sea necesario introducir una jerarquía en nuestras actividades. Todas tienen su valor dentro de eso que se llama vida.
Pero, ¿no hay momentos en la vida de todo hombre que se jerarquizan por sí mismos, ciertas experiencias en el orden cotidiano que se diferencian por su intensidad, por el deslumbramiento o la opacidad con que son vividos?
Si los hay, pero ellos y los que se consideran inferiores entran todos en el torrente de la realidad y todos son válidos. Hay que vivirlos como hechos que pertenecen a ella. Un momento “inferior” vivido a fondo, ¿no cambia de cualidad?, ¿no se invierte?, ¿no se vuelve “superior”? Además, esos momentos especiales son como cucharaditas de agua para un sediento.
Exactamente. Cuando se vive, desaparecen las categorías. Ahora, ¿cuánto vive realmente el hombre de su vida?
Si, esto nos lleva además a darnos cuenta de un hecho tremendo: que no vivimos plenamente.
Entonces, ¿Qué relación habría entre el poema y esos momentos vividos?
Por una parte, el poema surge de toda la vida; por la otra, su fuerza viene de esos momentos.
Generalmente se acepta que el poema surge de la imaginación. ¿No habrá llegado el momento de resituar estos términos de “realidad” e “imaginación” y revalorizar sus significados?
Creo que la imaginación ha sido sobrevalorada, y esto ha traído una depreciación de la realidad. Es esta última la que deberíamos revalidar. Esto puede producir una aparente pobreza en la poesía, que se vería despojada de algo que ha sido su principal fuente hasta ahora; pero se trata más bien de una riqueza de un orden diferente que no ha sido descubierta todavía. La poesía se volvería sencilla, pero dentro de la profundidad insondable del más grande de los descubrimientos, el descubrimiento de la realidad. Eliot decía que la poesía debía ser complicada porque la vida moderna lo era; pero me parece que precisamente por esto, por ser el mundo actual tan complejo, la poesía puede hacer, entre otras cosas, algo muy importante por el hombre: reconducirlo a la sencillez.
Dejando de lado el rótulo de poeta y concediendo que todo ser humano es capaz de vivir momentos de su vida que, por el solo hecho de ser vividos le confieren una resonancia especial, ¿en qué difiere el hombre-poeta del hombre no poeta?
Contestarle implica que yo estoy seguro de lo que es ser poeta, y esta es una pretensión. Pero digamos que se diferencian en la relación que tienen con el mundo. Aunque, nuevamente, temo que estemos contribuyendo a crear y consagrar una imagen de lo que es el poeta. ¿Cuál será la nota común de estos? ¿Escribir poesía? ¿Será algo más profundo que no puede expresarse? Se ha dicho que hay poesía como realización artística y poesía como manera de ser. Poetas en este sentido, tal vez más importante que el otro, hay muchos. Son bastantes los seres-poetas, pueden hasta integrar una comunidad. Ahí entran, desde el hombre sencillo que trabaja con sus manos y tiene sensibilidad, hasta el científico con espíritu de artista. Este grupo podría hacer mucho bien en esta época que es como una noche para los hombres.
Los poetas que escriben, son dentro de esta congregación dispersa por el mundo, como especialistas que han establecido una relación muy singular con el lenguaje. Lo hacen trabajar de una manera determinada, que le da una fuerza también peculiar. No es la fuerza de una buena prosa razonada, sino una fuerza que actúa en otro nivel más profundo, más olvidado, más perdido. El peligro está precisamente en el comercio especial que tienen con el lenguaje, pues como les da cierto poder, surge para el yo la posibilidad generalmente no desaprovechada, de usufructuarlo, y la triste soberbia y el sentirse el poeta, el artista, un pequeño dios. Aparecen todas esas tonterías. También se cae en exagerar el valor del lenguaje, cosa que ocurre actualmente.
El hombre que se llama “poeta”, ¿no sería aquel que por razones oscuras o no fácilmente precisables, se ha hecho a sí mismo la firme proposición de custodiar esos momentos de vida y de revalorizar, a partir de ellos y constantemente, la realidad?
¿Cuáles momentos no son de vida? Además, si el poeta revaloriza todo partiendo de ellos, es porque los ha convertido en medida, y así no puede llegar a la realidad, pues en ella entra todo, y todo tiene validez, una validez propia. Los momentos de vida le servirán para no vivir más, pues estará siempre esperando a que vuelvan. Si le sirven de punto de referencia, quiere decir que compara y al comparar desvaloriza los momentos que de acuerdo con la medida sean insuficientes, pero éstos también son parte de la vida. No es conveniente separarlos y crear más división en nosotros. Custodiar es proteger, y cuando protegemos surge el miedo. Los momentos de que hablas pueden convertirse en fuente de sufrimiento.
¿Qué significa la poesía en la vida real de todos los días para ti?
Te voy a contestar al revés. Primero qué significa la vida y luego qué lugar ocupa en ella la poesía en su doble significado. Para mi la vida es el misterio del cual formamos parte y por eso somos también el misterio. Nuestra esencia es el hecho de que vivimos. Todo lo demás es secundario frente a este hecho máximo. Hasta la poesía como creación. La poesía en el otro sentido sería un estar a tono con la vida, abierto a ella, sensible a todo lo que va presentando. Un vivir poético sería un vivir moviéndose con lo que fluye. Yo no sé si esto debe llamarse así o si al hacerlo complicamos las cosas. Acompañar la vida. Ese es el asunto.
¿Qué te lleva a escribir poesía?
Antes, cuando escribía más, el sufrimiento que viene de vivirse como personaje era lo que me movía. Digo personaje porque estaba en plena representación. Como le daba beligerancia al yo, que es siempre un actor, me vivía como en escena, íntima, imaginaria, privada, y de ese “drama” surgieron textos que tienen la limitación de todo lo que se hace cuando el yo se toma en serio. En ese periodo le daba demasiado valor a las palabras, pero comprendí que muchas veces se usan para encubrir la verdad. Los seres humanos vivimos en un mundo de palabras, y más aún los intelectuales, y de ellas a veces nos servimos para no ver y sobre todo para no vernos tal cual somos. El que escribe un poema o un cuento o un artículo puede perfectamente estar en plena representación, actuando y olvidándose de lo que en realidad es él. Hay que estar muy atento.
Somos tan ilusos, creemos esto y aquello sobre nosotros, nos damos importancia. Primero se crea un altar –la cultura–, después nos asociamos a él y luego reclamamos derechos, porque somos seres especiales, artistas, poetas. Todo esto es un poco infantil. Los poetas y escritores se enojan si no los nombran, si los excluyen, si no les dan un premio. Es decir, que reaccionan como el resto de los mortales. ¿Cómo pretenden erigirse en guías, hablar desde una instancia especial, considerarse hijos del cielo? Pero volviendo a tu pregunta, cada vez me siento menos escritor, aunque yo nunca he sabido escribir mucho. Últimamente tiendo a la prosa, pues creo que es urgente decir ciertas cosas y decirlas de tal manera que no puedan ser tomadas como literatura, cosa que ocurre cuando se hace literatura. Es lo que le ha pasado a todos los poetas y escritores, aun a los más desgarrados, a los más extremos. Lo que dicen está dentro de un estilo y esto es mortal para lo que se dice. Yo ya no puedo soportar autores a quienes apreciaba mucho; me parece que la forma con que revistieron su expresión desvirtúa sus palabras. Este es un drama tremendo que no hemos resuelto. El escritor está condenado por la literatura a que sus palabras no pesen; entonces hay que salirse de ella, y escribir para decir lo que se tiene que decir, limitándose a emplear con respeto el lenguaje, sin pretender hacer obras de arte. Es decir, sólo la humildad puede salvar a la expresión del equívoco que acompaña desgraciadamente a la “pobre literatura”, el equívoco de ser seria y al mismo tiempo no serlo, porque algo inherente a ella la invalida. Yo no sé qué pasa, pero siento un profundo malestar con la literatura y la poesía. Hay que buscar una salida, aunque la solución arrase con ellas. Lo importante es la verdad.
¿Qué es el amor para R.C.?
Hemos vuelto al punto de donde partimos. Hablas otra vez de amor. ¿Es esta una realidad para nosotros? Los poetas, los religiosos, los jóvenes, hablan de amor, pero ¿es el amor algo efectivo? ¿existe verdaderamente en sus vidas? Lo que pasa es que es muy fácil hablar de estas cosas. Por eso se vive en la ilusión, tomamos por realidad lo que somos capaces de verbalizar. Así escribimos sobre el amor y creemos en lo que decimos y nos sentimos en su reino, y la verdad es otra, la verdad simple y llana es que vivimos encerrados en nuestro yo. No hay que darle muchas vueltas a este hecho que salta a los ojos. Es más puro, más honesto y más sano vivir con esa evidencia, tenerla frente a los ojos, que representar una comedia de seres hermosos, cosa que no somos. A partir de aquí puede surgir algo, pero del autoengaño no. Fíjate lo que pasa con los jóvenes. Cómo usan las palabras. Viven en la ilusión de las palabras, amor, paz, liberación. Pero no han penetrado en el sentido real de ellas, y siguen en el fondo expresando a la sociedad de la cual creen haberse diferenciado.
Para terminar, ¿cuál es la actividad que más te interesa?
La actividad que ocupa el primer lugar en mi vida es la investigación sobre el hecho de vivir. Esto ha desplazado todo otro interés, y en los últimos años he escrito poco. Vivir plenamente es algo más importante que todo lo que uno pueda escribir; y vivir, para mí, significa asentimiento profundo a la realidad, lo cual es fácil de decir. A esta armonía del asentir se opone el yo, que siempre le quiere dictar los términos –sus términos– a la vida, y esto no puede ser. El día que la realidad ocupe el puesto del yo, lo desaloje, entonces ¿para qué palabras? ¿para qué poemas si todo vibra y nosotros también vibramos? ¿para qué conversaciones como ésta, semi habladas y semi escritas? Así deberíamos vivir todos, sin que el puesto de preferencia esté reservado al yo.
Lo que está ocurriendo es algo espantoso. La humanidad puede aniquilarse. ¿Por qué no nos damos cuenta? Perdemos nuestro tiempo en niñerías, mientras nuestra morada se derrumba. Es necesario que todos los hombres de sensibilidad lancen un S.O.S. y que éste se propague. Salvemos la naturaleza, los niños, salvémoslos de nosotros, salvemos la vida, el lenguaje, el silencio. Salvemos todo lo salvable, tal vez todavía hay tiempo. Salvemos la tierra, los árboles, las nubes, los ríos, el aire. Para eso hay que acabar con la idea de hombre. Salirse del engranaje.
*Cadenas ya se jubiló de la Universidad Central y posteriormente a esta fecha ha traducido a numerosos poetas.
Conversación con Rafael Cadenas, Gabriel Rodríguez, Revista Extramuros, diciembre 1972. Curaduría: Josefina Núñez.
El fracaso de Rafael Cadenas, por Laureano Márquez
QUE BUENO, POETA CADENAS, ESTE FRACASO SUYO QUE LE LLEVA HOY A RECIBIR EL PRESTIGIOSO Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Que hermoso que este país nuestro, que se siente fracasado también y viviendo oscuros tiempos, reciba, por cuenta suya, un magnífico reconocimiento, justo en el arte que remite a la mayor luminosidad y elevación cultural de un pueblo: la belleza del sentimiento que expresa la ancestral humanidad de la palabra.
Hoy siente uno un relámpago de esperanza que nos anuncia que no hemos sido vencidos, que la nuestra sigue siendo una tierra de mentes lucidas, sensibles, virtuosas, que la inteligencia prevalecerá. Este acontecimiento, que desde la madre patria llena de alegría e ilusión a las almas sensibles de Venezuela y de Iberoamérica, tiene honda significación en nuestro destino. No será reseñado en nuestra prensa a cuatro columnas, porque ya no hay columnas en nuestros diarios, no recibirá usted ningún reconocimiento oficial ni condecoraciones (¡a Dios gracias!) y sin embargo, este galardón nos redime, nos hace grandes en lo que verdaderamente vale la pena, en el terreno de eso que llamaba Hegel el espíritu infinito. Su obra es esencia, frente a los accidentes de este duro y fugaz momento. La poderosa obra continúa y usted ya ha aportado su verso.
Este galardón, se lee en sus estatutos: “tiene como objeto premiar el conjunto de la obra poética de un autor vivo que, por su valor literario, constituya una aportación relevante al patrimonio cultural común a Iberoamérica y España”. ¡Naguará!, dirán sus paisanos, pero usted, Cadenas, no es un autor “vivo”, en el sentido tradicional que en Venezuela se le da a esa palabra, a usted el fracaso le salvó de la “viveza”, tan criolla y que a tantos ha confundido persiguiendo engañosos triunfos, tan deslumbrantes como inmundos y vacíos. Su palabra, vivirá más allá de usted y será parte de la hermosa visión de nosotros mismos que heredarán aquellos llamados a conocer un país mejor, distinto al que padecemos hoy, donde la inteligencia arrincone a la barbarie. Su palabra estará allí y algo de nuestros sueños en ella.
Que el premio que hoy recibimos -nos incluyo- no cause en su sosegada alma perturbación alguna. Usted es y seguirá siendo un fracasado en los cánones habituales de éxito de nuestra tierra. No se sienta agobiado por el protocolo de la Casa Real que chocará con la humilde “morada de barro” en que habitan sus metáforas. Será un rato, nada más, en la universidad más antigua de España, en su paraninfo, el mismo en el que el anciano rector, Unamuno, enfrentado a los fascistas (¡qué cosas no!), definió como “templo de la inteligencia”. En este templo de la inteligencia se consagra hoy la sencilla santidad de su poesía. Enhorabuena, me alegro mucho por usted, pero especialmente por nosotros que nos hinchamos de legítimo orgullo por alguien a quien el fracaso “privó de hinchazones”
Rafael Cadenas: «El régimen de Maduro me desborda»
Al poeta venezolano Rafael Cadenas (Barquisimeto, 1930) le tocó vivir las tres dictaduras de su país. La primera, en su niñez, fue «horrenda». La segunda, durísima, que le costó meses de cárcel y cuatro años de exilio y, ahora, la de Maduro, para la que este candidato al premio Cervantes se queda sin palabras.
El régimen actual me desborda. No puedo contestar con mi pobre español, idioma que no he podido aprender todavía», dice con sorna el poeta que salpica su discurso con amplios silencios que invierte en condensar sus pensamientos en frases sencillas y diáfanas. Es una muestra más de su gran respeto hacia la palabra. «El primer compromiso es con el lenguaje. Quizá en ese encuentro recite Derrota, su poema más famoso que se convirtió en los años 60 en un hito de la literatura latinoamericana. «Lo escribí cuando estaba bastante deprimido y eso se siente, pero es un poema que se debe leer en relación con la circunstancia en la que fue escrito», comenta Cadenas sobre este texto que le «persigue» porque «es el que ha entrado más». «A la gente le llama mucho la atención por su carácter confesional», comenta el autor, que asegura que, en general, «la gente no se confiesa, sobre todo, lo oculta todo».Sin embargo, con los años, no se reconoce del todo en ese texto. «Menciono la lucha armada, en cierto modo, de forma favorable y hoy creo que fue un grave error. Estoy en contra de todo tipo de guerrilla, contra todo belicismo. Me parece una vergüenza que las naciones se armen cada vez más y esa tendencia a la guerra revela que seguimos siendo muy destructivos, bárbaros»,comenta el escritor preocupado, como Karl Jaspers, por dos grandes peligros para la humanidad: la inteligencia al servicio de las armas y el totalitarismo. «Habría que añadir otros peligros, entre ellos, el terrorismo; que tiene azotado al mundo, y el equilibrio del terror, que provoca que cada vez más países quieran tener armas», comenta este escritor octogenario cuyo compromiso ético y creativo lo impulsa a seguir escribiendo.
Cada día aumenta la inflación. Es uno de los aspectos más graves de lo que está ocurriendo. Afecta a todo el mundo pero, sobre todo, a las personas con menos recursos. Hay mucha hambre en un país que en el pasado fue tan rico». En cuanto a la posición de los intelectuales venezolanos frente a Maduro, sostiene que «hay un grupo que apoya al régimen y otro a la oposición. No me explico cómo pueden apoyar ese régimen, pero no quiero emitir ningún juicio», abunda el poeta que recordó que el hijo de Thomas Mann cifró en 80 a los intelectuales que apoyaron a Hitler. Además, recordó a los 130 opositores que murieron por la brutal represión gubernamental en las protestas de los últimos meses.
Rasgos de una voz poética
El misterio. Aunque su poesía está ligada a la realidad, confiesa que su objetivo es acercarse al misterio; «lo desconocido», algo que se acerca a lo místico, «al sentimiento de lo infinito», apuntar a lo «ontológico».
Evolución. Con los años, su voz se ha depurado «hacia una poesía más cercana al habla, más breve y más filosófica», explica Rafael Cadenas acerca de su atracción por la poesía en prosa.Haikus. La filosofía oriental impregna su espíritu y su obra. Sus últimos libros están influidos por el poeta japonés Basho, como Contestaciones, donde responde a distintos autores con aforismos irónicos.
Obras. Cadenas ha publicado una decena de ensayos y unos 20 poemarios, entre ellos Amante (1983) o Intemperie (1977). Algunas de sus obras han sido traducidas al inglés, el italiano y el francés.Laureado. Cadenas ha recibido el Premio Internacional Federico García Lorca (2015), el Premio San Juan de la Cruz (1992) y el Premio FIL de Literatura (2009), antes Juan Rulfo, entre otros.
El ego. Cadenas cree que detrás de la capacidad destructiva del ser humano se oculta un yo desmedido. «El cristianismo descalifica al yo, pero nunca he oído a un cura referirse al tremendo problema del yo».
Concluyo mi publicación con un artículo de la hija de Rafael Cadenas quien lo acompañó en España a recibir el Premio Reina Sofía, tan cerca de él, que el poeta luego de saludar a cada una de las autoridades presentes, entre ellas el Presidente del Patrimonio Nacional y el rector de la institución, pidió a su hija Paula que sostuviera el premio, mientras él subía al podio. Sacó del bolsillo de su chaqueta sus lentes para leer y comenzó su discurso. Nada más hermoso que ver la huella que dejamos anuestros hijos...Paula cadenas ha tomado el testigo de manos de su padre: Profesora en la Universidad Paul Valéry de la ciudad de Montpellier, Cadenas cursa el doctorado en Estudios Hispanoamericanos. Vive en Francia desde 2009.
Salmos 127:3-5
3 Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa. 4 Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud. 5 Dichosos los que llenan su aljaba con esta clase de flechas.[a] No serán avergonzados por sus enemigos cuando litiguen con ellos en los tribunales.
Paula Cadenas por Roberto Mata.
Paula Cadenas: “Chávez vino a profundizar la división con el cincel y el martillo”
PRODAVINCI 29/04/2018
POR Hugo Prieto
Paula Cadenas, para mayores señas, hija del poeta Rafael Cadenas, vino a Venezuela a presentar el número monográfico de la más reciente edición de la revista Les Temps Modernes (jueves, 3 de mayo; 5:30 pm, librería El Buscón, CC Paseo Las Mercedes). Esta publicación ha sido, a lo largo del siglo XX, referencia obligada en la política francesa.
Son 304 páginas que compilan trabajos de diversos autores. Aquí, por razones de espacio, hacemos referencia a tres de ellos (Paula Cadenas, Ana Teresa Torres y Luis Gómez Calcaño). No podía faltar una breve (pero necesaria) mención al debate que el chavismo ha despertado, primero en altas y ahora en bajas, dentro de la izquierda gala y española, así como una breve referencia a una categoría en crisis que se resume en dos palabras: América Latina.
Profesora en la Universidad Paul Valéry de la ciudad de Montpellier, Cadenas cursa el doctorado en Estudios Hispanoamericanos. Vive en Francia desde 2009. Su testimonio es prueba fiel de que la distancia no es un obstáculo para pensar y actuar en función de los ideales más elevados del país. Pero es cierto, la realidad que estamos viviendo duele… y de qué manera.
¿Por qué hacer una tomografía, una autopsia del chavismo en este momento y, además, en Francia?
Esta publicación (Les Temps Modernes) no hubiese sido posible hace cinco años. Amigos de diversas procedencias, que viven en Francia, me preguntaban, a raíz de las protestas de 2014, ¿Qué es lo que pasa en Venezuela? Esas manifestaciones, que empezaban a abrirle espacio a la oposición, tienen una trascendencia. Cuando yo llegué a Francia, hace casi nueve años, era un territorio, si se quiere, comprado por el discurso oficial. El francés estaba convencido y si manifestabas dudas o críticas, te decían: Tú eres de derecha. Pero, precisamente, esas manifestaciones abren la interrogante. ¿Qué es lo que sucede?
Ubiquémonos en el polo opuesto: La derecha. ¿También, desde esa perspectiva, se hacía una caracterización positiva del chavismo?
No lo sé, mi ámbito es la academia que, por lo general, es un refugio de la izquierda. En lo personal, además, no me ubico en la dicotomía izquierda o derecha. Pero esa visión cartesiana, digamos, le sirve a los franceses para ver la realidad. Ciertamente, esta publicación es un bastión de la izquierda… de la izquierda fuerte. Varios de mis amigos que participaron en el Mayo Francés; otros que son autores, le sugirieron a la directora de la revista, que hacer una edición dedicada a Venezuela podría resultar interesante.
La izquierda francesa pensaba que aquí no había ningún problema, que esto era un paraíso socialista o en vías al socialismo y cuando vieron las manifestaciones de 2014, la represión a sangre y fuego de los militares, les cayó la locha y se hicieron esa pregunta… ¿Qué está pasando allá? ¿Eso es así?
Hasta 2014, no sólo la izquierda, sino un gentío simpatizaban con Chávez. Apenas te veían, sin importar tus preferencias políticas, te decían. ¡Ah, venezolana! ¡Chávez! (Paula Cadenas muestra el puño de su mano derecha con el pulgar en alto) y además compraban toda la idea del socialismo del siglo XXI y el giro a la izquierda que estaba dando gran parte de América Latina. Fue una bocanada de aire fresco para la izquierda francesa. Se escribieron libros, se publicaron artículos, había una audiencia que seguía ese discurso. La pregunta es saber si hubo una retroalimentación entre los dos continentes. Si hubo un ir y venir de ideas.
¿Algo parecido a lo que hubo en la época de los enciclopedistas? Yo creo que esas ideas tenían que ver con la noción de ciudadanía y del modelo republicano de gobierno. Yo no veo en el socialismo del siglo XXI nada que se le parezca a esas luces.
Yo creo que Chávez fue muy hábil en el manejo de su discurso. Si lo ves como una narrativa hay quizás un segundo capítulo, en la que él comienza a construirse de cara a Europa y lo hace, en buena medida, con el discurso de la izquierda francesa. Hay como un proceso narcisista, pero finalmente eso se monta como propaganda para vender el proyecto y eso tiene eco allá. Es decir, Chávez utiliza los términos que ellos quieren escuchar, la izquierda francesa, la izquierda española. Eso le va dando una esperanza a aquellos que no quieren aceptar el fracaso del comunismo. Dicen entonces… Ves, si funciona. Publicaciones como Le Monde Diplomatique, que es un bastión del chavismo, comienzan a tomar fuerza. Esa izquierda, que se sentía en la lona, empezó a levantarse y el laboratorio era Venezuela. Se compraban las estadísticas y ante cualquier crítica. ¡Ah, es que ustedes son los golpistas!
Venezuela (Jonathan Coles dixit), es “una sociedad adicta al petróleo”. Si los ingresos suben, el adicto consume a más no poder, pero si caen, le toca vivir el síndrome de la abstinencia. ¿Después de 100 años de explotación petrolera, la intelectualidad francesa no entiende la enfermedad de esta sociedad?
Los duros, la base del chavismo de la izquierda francesa, siguen comiéndose el discurso de que aquí lo que hay es una guerra económica, y que esta crisis coincide con la caída de los precios del petróleo. Pero cuando tú les dices que Chávez tuvo una oportunidad dorada (más de una década de ingresos al alza) y que Venezuela recibió ingresos que equivalen a cinco veces el Plan Marshall, su primera reacción es de desconfianza, luego arguyen que la oposición ha sido muy dura y, finalmente, mencionan el fantasma de Europa. Valga decir, el intervencionismo estadounidense. Nunca han dejado gobernar al chavismo. Esa idea, que anteriormente funcionó para Cuba, ha calado mucho. Es una idea que a ellos les interesa seguir defendiendo, funciona en la fantasmagoría europea.
En una ocasión leí que Charles de Gaulle, cada vez que quería incordiar al águila americana le arrancaba una pluma. Ciertamente, esa idea de que Estados Unidos es el culpable de casi todos los males, si no todos, de América Latina, está muy extendida en Francia, ¿no?
Sí, está muy extendida. Incluso, está en los libros de texto que utilizan los futuros profesores de Estudios Latinoamericanos. Se construye la historia del siglo XX de América Latina, casi desde la revolución mexicana, a partir del intervencionismo de Estados Unidos que, efectivamente, fue cierto. Eso va creando un relato del cual se ha servido enormemente la Cuba de Fidel Castro. Los errores de Estados Unidos, digamos, han servido para confirmar ese relato desde Europa. Se tiene que reconocer que ha habido intervencionismo, pero ellos no pueden concebir que en este momento la situación sea distinta Ellos se olvidan de que hay otros factores de peso y propios de la región: el caudillismo, la desigualdad, y las grandes brechas sociales producto de la corrupción y de una educación precaria. La izquierda francesa, por ejemplo, habla de Chávez como un líder carismático y populista. Y eso, les parece normal.
Sí, eso fue cierto, pero es cosa del siglo pasado. Creo que la tragedia venezolana habla por sí sola y todo revestimiento ideológico, no podría ocultar la realidad. Si se construye una verdad a medias o incluso una fantasía, es materia para quien se lo quiera creer.
Absolutamente. Pero ese expediente le sigue sirviendo a los rezagados nostálgicos del comunismo y de la izquierda. Es algo que pude comprobar al verlos mirar en sus televisores las imágenes de las protestas, tanto de 2014 como de 2017, aquellos combates, incluso muerte, pero no por eso cambiaron de opinión. Pero hay que decirlo y volverlo a decir porque no se ha dicho lo suficiente. Esas manifestaciones no fueron en vano. Hubo una transformación de la opinión pública de manera general, incluso en sectores de izquierda menos ideologizados o más críticos. Si hace cinco años te decían. Ah, Chávez. Ese si le canta las verdades a Estados Unidos y su intervención en la ONU (Aquí huele a azufre) se ganó el cielo de la izquierda europea, hoy te dicen algo muy distinto… Realmente, la cosa está muy mal allá.
América Latina es una etiqueta devaluada y en crisis. Pero aún visto como imperio, no le podemos hacer los mismos cargos a Estados Unidos. Hay realidades muy distintas. Cuba, por ejemplo, cuya guerra de independencia, además de tardía estaba estancada, le debe su independencia a Estados Unidos. Es algo que puede causar malestar. Pero no es el caso venezolano.
Quizás hay un posicionamiento de facilismo de lectura. Incluso es algo que se advierte en la representación que se hace de América Latina en la cartografía. Uno diría que es más pequeña que Francia o España. Hay ya un problema de escala. Entonces, visualmente, ellos la ven así. ¿Venezuela? ¿Eso está en el centro o en el sur? Es que verdaderamente es muy fácil leernos así. Además, son los paisitos que pasan de dictadores a líderes populistas. Algo que me pregunto en mi investigación es si hay una visión bidireccional, en la que nosotros terminamos respondiéndole al modelo colonial. Hay, digamos, un rezagado pensamiento colonialista. Nos ven, sí, como una amalgama, es más o menos lo mismo, donde se repiten los mismos errores.
Si hay algo que se ha ratificado a lo largo del siglo XX es el fracaso de la izquierda en el poder. Desde el Partido Bolchevique hasta el Partido Socialista Unido de Venezuela, pasando por el Partido Comunista de Cuba. Es la reproducción y las mil caras del totalitarismo. ¿Qué necesidad tiene la izquierda de revivir el fracaso?
No lo sé, pero la pregunta me permite volver a esta publicación (Les Temps Modernes), cuyos fundadores fueron Jean—Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Su directora adjunta, Juliette Simont, es una filósofa preocupada por estos temas. Este proyecto comenzó en 2016 y un año después, en medio de las manifestaciones, ella empezó a sentir la radicalización que se vive aquí, en Venezuela, y la fractura, que ya es un hecho en Francia. Ella no tenía plena consciencia de que se metía en un terreno minado. Creo que al ver el número ya hecho, ya construido, advirtió que el laboratorio venezolano, en el mejor sentido, podía aportar claves de lectura para esta izquierda europea que no logra superar los esquemas y por tanto es incapaz de mirar el fracaso. El debate está en los medios. ¿Qué pasa con la izquierda? ¿Cómo se va a levantar? ¿Qué está sucediendo? Es un giro inédito, que se inicia en 2014 y se profundiza en 2017. Paula Vásquez, socióloga, antropóloga, (coeditora de la publicación) ha soportado los embates del chavismo y ha construido una visión que va más allá del socialismo del siglo XXI.
Vamos a la revista. Comencemos por su propio texto. Habla de la división entre los venezolanos. No ya como una grieta, sino como un foso. ¿Usted cree que esa eclosión social es un concepto sobrevalorado? ¿Se instrumentalizó para obtener beneficios políticos?
Yo creo que Chávez llegó con cincel y martillo para perforar. El discurso racial, por ejemplo. Venezuela, históricamente, ha sido un país mestizo, pero claro que había brotes de racismo. Además, aquí hay muchos estereotipos: que este es un país chévere, un país feliz. Hubo un discurso superficial acentuado por la televisión. Ese recorrido por la Venezuela de turismo. El país de la gente bella. Todo eso, por supuesto, fue dejando una sombra de desigualdades, de pobreza. Chávez fue un intérprete de esa sombra y llegó a potenciar esa fisura, esa división. Y lo hizo, entre otras cosas, acentuando el odio, lo que es casi un crimen y más cuando se hace desde el poder.
Las dimensiones de esa división social no se pueden calificar sino de tragedia. A la que hay que agregar un componente más reciente: La diáspora. La sombra se va difuminando y en gran medida explica la oscuridad en la que vivimos hoy.
La pregunta en realidad es por qué cala ese discurso. Hay un sustrato y las pistas hay que buscarlas en la historia, en el historicismo reciente de autores como Elías Pino Iturrieta, Inés Quintero y Germán Carrera Damas, por ejemplo. Cuando miras al siglo XIX, adviertes que lo que nos pasa hoy, no es tan ajeno. Eso no lo sabíamos. Pero ahí están los libros de los autores que he mencionado. Ahí está el contrapeso del discurso que se hace desde el poder. Pareciera que entre la Independencia y Chávez, no hay nada. Los venezolanos estamos luchando contra unos “oligarcas” que no son diferentes a los que había en el siglo XVIII. ¿Por qué ese discurso encontró suelo fértil aquí? Eso es lo que tenemos que preguntarnos.
Ya que hace énfasis en la pregunta, ¿Por qué no aprovecha la ocasión y la responde?
La fractura no es creada, tiene antecedentes. Lo que se hizo fue darle con el cincel y el martillo para abrirla aún más.
Ana Teresa Torres nos complica la vida al enumerar los linchamientos simbólicos que se han registrado; linchamientos simbólicos que nos sacan del mundo occidental; que nos sacan de nuestra propia historia, que traen a nuevos personajes para esconder a otros. Que, finalmente, profundizan esa brecha.
Ese texto (Heridas simbólicas) a nosotros nos duele, a los franceses les parece interesante como objeto de estudio. Lo que más les preocupa es haber inoculado un resentimiento antisemita. Fomentar, de algún modo, un discurso antisemita. Les parece terrible. Pero que hayan destruido la estatua de Colón, lo ven como una manifestación anticolonial y lo aceptan.
Tal vez los incomoda esta frase: “Gallegos es para Venezuela lo que Balzac es para Francia”, que le sirve a la autora para contextualizar la profanación de la tumba del gran narrador venezolano. Un oscuro episodio ante el cual el chavismo ni siquiera se inmutó.
Ese texto les resulta muy duro. Al igual que el texto que relata la reconfiguración del rostro de Bolívar y la increible exhumación de sus restos. Sé de personas que se han visto consternadas. Hay una auténtica preocupación.
¿Por qué cree que el chavismo eligió humillar a un símbolo como Gallegos? ¿Era necesario? ¿O simplemente es una expresión más de la vulgaridad que se ha impuesto en Venezuela?
Lo que ha habido aquí es la continuidad en la pérdida de las formas. ¿Qué se respeta hoy en día? Desde los inicios se comenzó a irrespetar todo. Las agresiones, por ejemplo, a las puertas del Palacio Legislativo, eso corresponde a ese discurso y a esa estrategia de ahondar la fisura al máximo. Hay una sistematización del discurso —la reiteración de ciertas expresiones, de ciertas palabras— para que un colectivo reaccione contra ciertas formas y esas formas son los símbolos de los 40 años de democracia.
Luis Gómez Calcaño, profesor de la Universidad Central de Venezuela, da cuenta de la polaridad en la que se debate la oposición venezolana. Valga decir, la lucha electoral y “la calle”. El desenlace ha sido esta desesperanza, este inmovilismo que estamos viviendo. Es una sensación de fracaso. ¿Cuál es su impresión?
Allí hay un recuento valioso que traduce esos movimientos que a primera vista parecen espontáneos, pero que tiene como protagonista a la sociedad civil. Efectivamente, aparecen las fisuras de la coalición opositora, así como algo parecido a la idealización (contraproducente) de las manifestaciones de calle y una suerte de vínculo que llevaría a una salida mágica. Pero ese es un tema para los políticos. La sociedad civil se ha organizado en redes y eso es importante, pero también se mencionan los errores y la repetición de esos errores. Dice, además, que para que haya movimiento debe haber una resistencia y la organización de esa resistencia.
En la “carrera contra el tiempo” que escenifican tanto la coalición del gobierno como la coalición opositora, tal como lo señala Calcaño, ha sido el gobierno el que acumula más éxitos. Sin importar que lo ha conseguido violando la Constitución y los Derechos Humanos. ¿Resistir? ¿Después de 18 años? ¿En un país vaciado, incluso del tejido social?
Yo creo que estás confundiendo la palabra resignación con la palabra resistencia. Lo que dice Calcaño es que la resistencia necesita organización política. Me aventuro a decir, aunque no vivo acá, que pareciera que no hay voces que articularan a la sociedad civil. Quisiera creer que hay una inteligencia subterránea que está ayudando a organizar esa resistencia. Lo que es muy distinto a vivir en la resignación o en el sálvese quien pueda. Se acabó el cortoplacismo. Se acabó el sacrificio de nuestros jóvenes. Vamos a trabajar con una visión distinta, porque esto va a llevar tiempo. Vamos a reconstruir desde las bases y lo primero que tenemos que hacer es articularnos en redes para poder resistir.