Y ahora...¿Quièn podrà defendernos?...¿Quiènes son los superhèroes venezolanos?
Superman, Batman, Capitán América, Wonder Woman, Spider-Man y más son la base del superhéroismo moderno. Desde su creación, estos iconos de toda América han soportado durante décadas guerras, triunfos y escándalos, evolucionando constantemente para reflejar los valores cambiantes del país en un mundo turbulento. De la Segunda Guerra Mundial y Vietnam, a Watergate y la tragedia del 9-11, estos héroes míticos encarnan los temores más profundos y las mayores aspiraciones de América.
Anoche vi a las 9 pm. en el Canal Historia 2 el documental Superhéroes, el primer programa de la serie en la que Marvel y DC Comics unen sus fuerzas para contar cómo personajes marginados y extraordinarios escalaron a lo más alto de la cultura popular, dominando la taquilla de los cines y convirtiéndose en referentes de una época. Contado desde la perspectiva de los creadores, los principales actores y directores y los mayores expertos en cultura popular, esta miniserie de cuatro horas de duración muestra el ascenso del superhéroe de Marvel y DC a través de obras originales, material inédito e imágenes tomadas entre bastidores. La serie muestra cómo Superman, Batman, Capitán América, Wonder Woman o Spider-Man se han transformado a lo largo de los años hasta convertirse en iconos de la cultura estadounidense que han sobrevivido a décadas de guerras, triunfos y escándalos y se han convertido en un fiel reflejo de los valores de una sociedad en constante cambio.
Los venezolanos en estos años hemos volteado los ojos a muchas cosas que nos permitan seguir adelante en este mundo de tantas paradojas...
Superhéroes incide en la otra cara menos amable del superhéroe, en la que personajes como Hulk, Pantera Negra, Iron Man, Luke Cage, o los X-Men han desafiado a la autoridad, luchado por los que son diferentes y librado batallas que reflejan las divisiones y conflictos del mundo real, redefiniendo el concepto de heroísmo desde sus orígenes controvertidos hasta su resurgimiento actual. Todo empezó en 1938. National Allied Publications -empresa que en un futuro se convertiría en la que hoy se conoce como DC Comics- publicaba el cómic Action Comics nº1, con Superman como primer superhéroe por antonomasia. Desde entonces, y tras la creación de la compañía rival Marvel Comics un año después, una legión de superhéroes fue acaparando millones de viñetas en ambas editoriales, dando lugar a una auténtica batalla entre las dos por ver quién publicaba las mejores historias y creaba los mejores personajes.
Ante el avance de la oscuridad en nuestras tierras, en la cotidianidad, todos hemos sentido que las bases sobre las que nuestra secuencia genética se edificó están en peligro en este arranque disruptivo del siglo XXI. habia que buscar asideros que dieran una idea o certeza de seguridad, pues en lo que a mi respecta oigo acercarse entre la maleza del bosque tambores inquietantes a los que no les gustan ni las preguntas sobre la autoridad que me despierta Antonio Josè de Sucre, ni la libertad total que grita Gego, ni el activismo artístico que me hizo crecer con ciertos elementos culturales...que me quiren tergiversar o borrar del todo.Para contestar a la pregunta de ¿para qué la cultura? es imprescindible ponerle algún apellido a la palabra cultura, porque, de no hacerlo, podemos quedar encallados en un bancal de arena poco profundo. Nuestro barco podría llegar allí donde ya está… y eso sí que no. Cultura para saber que nuestros pies pisan escalones que otros construyeron antes. No caminamos en el desierto. El arte, la música, la literatura, el cine, la fotografía forman una selva tupida y fértil que nos conecta con lo que otros crearon ayer. La historia es un invento, un relato. La cultura es el vínculo con los que nos precedieron, una máquina del tiempo que sube y baja por la columna de la condición humana. Es una foto de grupo tomada desde arriba, hacia lo profundo, ese lugar donde los que ya no están siguen estando, esa torre humana que se desmorona cada vez que alguien borra su propio pasado.Cultura para poder distinguir lo bello de lo feo. O para poder proyectar lo feo contra lo bello. O para tener un alfabeto con el que armar frases. ¿Queremos construir? ¡Que nos traigan ladrillos!… no aire. El canon de la belleza, el ritmo narrativo de una novela, el momento en que cortar un plano general para ir a corto, el momento en que el pintor firma su obra. Si fuéramos esporas habría otras reglas del juego, pero somos humanos y nuestra condición nos hace transitar por caminos, no por el flujo de savia de una planta. La cultura es la línea de cal espolvoreada sobre la hierba que sólo podemos superar reconociendo su existencia.Cultura para que las ideas encuentren una línea de metro certera hasta la gente. Cultura como vector del pensamiento… Y puestos a elegir, cultura para que el marco de libertades en el que hemos crecido siga haciéndonos crecer. Cultura para empatizar con ese autor que escribe en un alfabeto distinto. Cultura para salir de la sala mirando al suelo, taciturno, molesto por no encontrar encaje moral en la duda que un personaje ha sembrado en nuestro invernadero de seguridades. Cultura para reírnos de nosotros mismos, de nuestros defectos y sobre todo de nuestras virtudes, para bajarlas del pedestal, para devolverlas a la taberna, somos parte de un alfabeto de minúsculas, las mayúsculas son pura impostura. Cultura para hacerle vudú al conflicto, para tener pesadillas devorando a nuestros propios hijos, para horrorizarnos ante nuestra capacidad de destrucción evitando así la destrucción misma.Cultura para reírnos de nosotros mismos, de nuestros defectos y sobre todo de nuestras virtudes, para bajarlas del pedestal, para devolverlas a la taberna Para eso quiero yo la cultura y la quiero en mis “cobardes, viejas tan salvajes” televisiòn, salas de cine y librerias,porque, si enterramos la cultura fuera de la gente, el hueco vendrá a ocupar el hueco que nosotros hemos dejado libre.
Y para màs detalle en el 2018 vivimos la experiencia que se acerca el fin de los Avengers.
Los hermanos Joe y Anthony Russo impulsaron el cierre de la saga actual de los Vengadores con dos películas, empezando con “Infinity War”, y Marvel estuvo de acuerdo. ¿Cómo fue el proceso? Vimos en la pantalla en la pelìcula "Avengers: Infinity War" una batalla inmensa en la que todos los campeones del universo cinematográfico de Marvel defendieron al mundo de un titán genocida llamado Thanos.
Las dieciocho películas previas a Infinity War representan un logro porque forman una narrativa de varias horas en las que cada parte da paso a la siguiente —a veces con elegancia; en otras ocasiones de manera algo torpe— con muchas consecuencias heredadas de los episodios previos. Ahora Marvel intenta lograr algo sin precedentes, pero potencialmente más riesgoso. Con Infinity War y otra película de los Vengadores que se estrenará en mayo de 2019, los Russo deberán reunir a decenas de personajes principales y darle un final satisfactorio a una de las franquicias más lucrativas en la historia hollywoodense. “No hemos andado con rodeos respecto al hecho de que estamos en el cierre de los primeros diez años”, dijo Joe Russo esa noche en marzo. “Es lo que nosotros impulsamos”.
No es el resultado que la industria del entretenimiento preveía cuando el estudio de Marvel inició su campaña en 2008 con la primera película sobre Iron Man, considerado un personaje terciario en ese momento, aunque era uno de los pocos con derechos de adaptación por parte del estudio. Una década después, el éxito rotundo de esa película se volvió la base de todo un panteón fílmico, con las sagas del Capitán América, Thor o los Guardianes de la Galaxia. Son filmes que también revivieron las carreras de algunos actores, como Robert Downey Jr. (quien hace del multimillonario Tony Stark, o Iron Man), y apuntalaron los perfiles de otros no tan conocidos, como Chris Evans (el intérprete del supersoldado Steve Rogers, o Capitán América). El estudio también revitalizó sus cómics antiguos y ha creado una gran base de fanáticos hambrientos de ver todas las adaptaciones fílmicas de nuevos personajes. Marvel dice que ahora quiere recoger las piezas dispuestas a lo largo de diez años para allanar el terreno de algo nuevo. “Para contar una gran historia debes tener un gran final”, dijo Kevin Feige, presidente de los estudios Marvel. “Cuando te dedicas a eso, cambia la manera en la que piensas”. Y ademàs se muriò Stanley Martin Lieber (Manhattan, Nueva York; 28 de diciembre de 1922-Los Ángeles, California; 12 de noviembre de 2018) más conocido como Stan Lee,
El público verá cómo se desenvuelve ese final cuando se trata de una máquina de hacer películas taquilleras: ¿realmente será una conclusión? ¿Morirán algunos personajes? ¿Qué actores ya no serán parte de la saga?
Los hermanos —Anthony, de 48, es el de lentes que postula muchas ideas, y Joe, de 46, es el que busca la manera de ponerlas en práctica— tienen energías que contrastan, aunque también son complementarias. Downey Jr. describió a Anthony como “alguien de más reflexión, el yin”, y a Joe como el yang intenso.
Cuando están juntos, añadió Downey, “es como si fueran una tercera cosa que es mejor que lo que puede ser una sola persona”.
Los Russo crecieron en Cleveland y en los setenta y ochenta se metieron de lleno a las películas. Dedicaron tres años y gastaron 30.000 dólares en escribir y dirigir una película independiente, Pieces, sobre tres hermanos —también llamados los Russo— que se dedican al crimen. Pese a las reseñas (Variety la describió como un “clarísimo proyecto de vanidad”), la película atrajo la atención de Steven Soderbergh durante el festival de cine de Slamdance de 1997.
En esa época, el estudio empezaba a tener éxitos con sus primeras adaptaciones, de Iron Man y el Capitán América, y buscaba expandir su portafolio con más directores. También quería darle un nuevo giro a la saga del Capitán América a partir de la segunda película, El soldado de invierno, de 2014.
“La primera fue una película bastante patriota y de ‘hurras’ de la Segunda Guerra Mundial”, dijo Christopher Markus, el guionista de las películas de Capitán América junto con Stephen McFeely. “No puedes hacer más de una de esas antes de que te den algo de náuseas”.
La meta de Soldado de invierno, dijo Markus, era mostrar al Capitán América “perdiendo la fe en las instituciones que lo volvieron quien es, para mostrarlo como alguien relevante en la era moderna”.
Los directores pensaron en esa película como una actualización de los grandes thrillers de espionaje, como Tres días en el Cóndor, y al estudio le gustó la idea. Cuando el filme recaudó 714 millones de dólares en taquilla global, Feige dijo que los Russo “redefinieron la franquicia, no solo la del ‘Cap’, sino la de todas las películas Marvel de ahí en adelante”.
“Encontraron cómo mantener el asombro, el espectáculo, pero aterrizado en cierto realismo”, dijo Feige. “Y esa no es una palabra que uso con descuido si se trata de nuestras películas”.
Los hermanos también tuvieron éxito con Capitán América: Guerra civil, la secuela de 2016 que introdujo a la Pantera Negra (Chadwick Boseman) y una nueva versión del Hombre Araña (Tom Holland) y en la que los aventureros tomaron bandos en un conflicto sobre su futuro, encabezados por el Capitán América e Iron Man.
Incluso antes de que Guerra civil se volviera un éxito mundial de 1150 millones de dólares en taquilla, Marvel ya había empezado a poner las fichas para lo que Feige define como “el gran final de la trama inicial que estábamos desarrollando”.
Era un plan ambicioso. Markus y McFeely escribirían dos películas de los Vengadores a partir de un manifiesto de sesenta páginas que redactaron en 2015. Todos los héroes tenían que aparecer y se debían presentar más personajes. “No puedes tener a veinticinco personas en cada escena”, dijo McFeely. “Tienes que hacer equipos pequeños de calentamiento antes de armar el torneo”.
Ya con los guiones en mano, los Russo grabaron las películas de manera consecutiva. Para Feige, casi no existen directores que puedan hacerlo así, en “tres años seguidos de rodaje”.
“Ellos son dos, lo que ayuda”, dijo Feige. “Pero no hay comparación con su rendimiento individual”.
En el filme también aparecen el Hombre Araña (Tom Holland), Iron Man (Robert Downey Jr.), Drax (Dave Bautista), Star-Lord (Chris Pratt) y Mantis (Pom Klementieff). Marvel/Disney
Rodaje extenuante y colaborativo
Los Russo se mudaron por dos años a Georgia, donde Infinity War y la secuela fueron grabadas en los estudios Pinewood Atlanta (aseguran que se tomaron unas tres semanas de descanso entre las dos películas).
Ambos describen la producción de los filmes como un reto al que no pudieron resistirse, una prueba que pocos directores han intentado, como Lana y Lilly Wachowski, de Matrix, y Peter Jackson, con las trilogías de El señor de los anillos y El hobbit.
Sobre el proceso, Anthony Russo dijo: “Eres un buen maratonista y ya sabes cómo entrenar. Y, de repente, te toca correr un doble maratón. No puedes entenderlo sino hasta que lo haces”.
Los hermanos admiten que parte de la razón para rodar así las dos películas fue económica: es más barato para Marvel contratar a los actores —decenas de ellos, algunos de los cuales cobran mucho— durante algunos meses en vez de conseguir contratos individuales para cada película.
Aunque tienen que rendirle cuentas a muchos líderes corporativos de Disney y Marvel, y se rumora que Feige mantiene un gran control sobre las películas del estudio, los Russo afirman que tuvieron margen para hacer las películas que ellos querían.
“No es distinto a hacer cualquier historia en cualquier medio donde rige el capitalismo”, dijo Joe Russo. “Debes tener una resiliencia casi zen sobre lo que quieres hacer y luego hacerlo muy bien. Y así los demás no se entrometen”.
Downey Jr., quien trabajó por primera vez con los Russo en Guerra civil, dijo que la experiencia de los hermanos en la televisión les sirvió mucho, pues aprendieron a ser colaborativos y trabajar con rapidez.
En cualquier momento de la grabación, dijo Downey Jr., “hay unas ochenta cosas que están por estallar o colisionar; todos estos puntos de una trama que suceden a la vez”. Cuenta que, cuando a uno de los Russo se le ocurría algo nuevo, se le acercaban para planteárselo: “A ver qué te parece”.
“Nadie se lo toma personal y surge la idea”, dijo Downy Jr. “Al final tienes un amalgama de todo lo que no fue rechazado por los demás”.
Hacia un final
Los Russo no quieren decir mucho sobre cómo sus películas de los Vengadores concluirán esta fase de la saga fílmica de Marvel. Ni siquiera quieren divulgar el título de la película a estrenarse en mayo de 2019 porque incluso esa información, dijeron, revela demasiado.
“Lo que se va a ver al final de las películas es cuál es el costo de ser un héroe en un mundo en el que ninguna respuesta es sencilla”, dijo Joe. “Creo que así es el mundo en el que vivimos”.
La muerte es clave en los cómics. Personajes muy queridos mueren todo el tiempo y a veces son remplazados por sucesores que retoman las identidades: Bucky Barnes pasa a ser Capitán América; Jane Foster ahora es Thor. No hay razón para pensar que las versiones fílmicas no son igual de mortales e intercambiables.
Evans no ha escondido su deseo de dejar atrás al capitán. En la entrevista telefónica, Downey Jr. se presentó como “Robert Downey Jr., actor de cine jubilado”.
Al referirse a su tiempo con Marvel, habló siempre de manera retrospectiva e hizo referencia a un encuentro con Keanu Reeves cuando este acaba de terminar el rodaje de la trilogía de Matrix.
“Yo estaba como: ‘Hey, ¿cómo vas?’”, dijo Downey Jr. “Y él nada más estaba como ‘he estado en otro planeta’”. Luego añadió: “Alejarme de esto me ha dado mucha calidez, afecto y objetividad sobre la década pasada”.
Claro que la maquinaria de Marvel va a seguir girando. “Habrá más películas con algunos de estos personajes”, dijo Feige, “y con muchos otros personajes nuevos”.
La reciente adquisición de 21st Century Fox por parte de Disney también traerá aún más héroes al acervo que Marvel tiene disponible para adaptaciones, como los Hombres-X y los Cuatro Fantásticos. Aunque Feige dijo que “es demasiado pronto” para hacer planes al respecto.
“Nos encanta volver a tener esos personajes”, dijo Feige. “Es un sueño. Pero ya estamos ocupados con las próximas cinco películas”.
Los Russo también se están preparando para sus vidas después de los Vengadores. Crearon su propia productora, Agbo Films, que cuenta entre su directiva a Markus y a McFeely, y que tiene financiamiento chino.
La verdad es que los Russo aún no terminan con los Vengadores, porque aun cuando se estrene Infinity War todavía tienen que terminar de hacer una última película a partir de metraje sin editar, algo que creen que les tomará buena parte de este año.
“Todavía quedan meses de trabajo”, dijo Anthony. “Y tendremos una gran catarsis cuando terminemos. Será hasta entonces que podremos abrir nuestros cerebros para pensar en qué sigue”.
En todos estos años, y viendo lo maravilloso que es para el ser humano el ejercicio de la creatividad que promueve el cine de ficciòn y el seguimiento de sus tramas, en pleno auge de nuestra realidad venezolana, me detuve a analizar y profundizar en dos sagas que han sido muy importantes en mi vida...y encontrar su vinculaciòn con mis temas màs preciados profesionalmente hablando.
Recordè el trabajo de muchos creativos en Venezuela, como el comercial del Banco Provincial con el Buque Escuela BE-11 "Simón Bolivar" de la Marina Venezolana. Locución: Harry Froget, Año 1994, Caracas - Venezuela
La primera saga es la de Star Wars (conocida también en países hispanohablantes como La guerra de las galaxias) serie de películas pertenecientes al género de la space opera épica, originalmente concebidas por el cineasta estadounidense George Lucas, y posteriormente, producidas y distribuidas por The Walt Disney Company a partir de 2012.
La primera película de la serie, Star Wars: Episode IV - A New Hope (1977), contó con los actores Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher, Alec Guinness, Anthony Daniels, Kenny Baker, Peter Mayhew, Peter Cushing y David Prowse. Aunque tuvo numerosas dificultades durante la producción, 20th Century Fox se encargó de su distribución y su estreno tuvo lugar el 25 de mayo de 1977. Años después, se convirtió en un fenómeno de la cultura popular a nivel mundial y su influencia ha sido reconocida por numerosos cineastas. El éxito de la película hizo que Lucas se involucrara en la financiación de las dos secuelas que completaron la llamada «trilogía original», Star Wars: Episode V - The Empire Strikes Back(1980) y Star Wars: Episode VI - Return of the Jedi (1983), a las que se incorporaron nuevos actores como Billy Dee Williams, Frank Oz e Ian McDiarmid, y que fueron estrenadas en intervalos de tres años.2Dieciséis años después de la última película llegó a los cines Star Wars: Episode I - The Phantom Menace (1999), la primera cinta de una nueva trilogía centrada en los años previos a la anterior, una precuela de la saga. Liam Neeson, Ewan McGregor, Natalie Portman, Jake Lloyd y Samuel L. Jackson fueron algunos de los principales miembros del reparto, que también contó con la presencia de algunos actores de la trilogía original. Star Wars: Episode II - Attack of the Clones (2002) y Star Wars: Episode III - Revenge of the Sith (2005), estrenadas nuevamente en intervalos de tres años, completaron una saga de producciones que recaudó aproximadamente 5510 millones de dólares estadounidenses entre las seis películas, convirtiéndola en una de las más exitosas de todos los tiempos. En octubre de 2012 Disney adquirió Lucasfilm, responsable de la producción de las seis películas anteriores,8 y anunció la realización de una nueva trilogía cinematográfica integrada por Star Wars: Episode VII - The Force Awakens (2015), Star Wars: Episodio VIII - Los últimos Jedi (2017) y Star Wars: Episodio IX (2019). También se anunciaron otras películas derivadas del universo de Star Wars; la primera de ellas lleva por título Rogue One: una historia de Star Wars (2016), la segunda Han Solo: una historia de Star Wars (2018), la tercera sobre Obi—Wan Kennobi (2020) y la cuarta sobre el amado cazarrecompensas Boba Fett (2022). Así como una nueva trilogía dirigida por Rian Johnson, director y guionista del episodio XIII — The Last Jedi, al margen de la familia Skywalker y otra saga de películas dirigidas por los ex—directores de Juego de Tronos.La saga cinematográfica ha derivado en otros medios de expresión tales como novelas, series de televisión, videojuegos, historietas, juegos de rol, de guerra o de miniaturas, etc. Los nuevos aportes de todos esos medios han conformado el denominado «universo expandido», a partir del cual se ha desarrollado de forma significativa el material de la saga. Además, este conjunto de medios ha profundizado en cuestiones apenas incorporadas en las películas originales, extendiendo por otra parte las tramas presentadas en cada trilogía.
Star Wars desde la filosofía. Autor: WILLIAM IRWIN. Editorial: ROCA EDITORIAL DE LIBROS
Publicado en 2016, Nº de páginas: 384 págs.
Star Wars y la filosofía da cuenta de un completo análisis ético, filosófico y lingüístico, de aquella galaxia muy lejana que fue testigo de una aventura épica.
“Debes desaprender aquello que has aprendido” dice el libro que aplica el pensamientos de reconocidos filósofos como Platón, Sócrates y Nietzsche, entre otros. Escrito por varios autores, en su mayoría profesores de filosofía o literatura, Star Wars y la filosofía es un compilado de análisis del tipo ensayísticos en los cuales abordan la doctrina Jedi, el pensamiento Sith, la ética de la permanente lucha entre el lado oscuro versus el lado luminoso de la fuerza, el lenguaje utilizado en la saga y la devoción de los fanáticos por la saga.
Terrance MacMullan, profesor asociado de filosofía y honores en la Universidad de Washington del este, es el autor de “La paradoja platónica de Darth Plagueis:¿Cómo es posible que un señor de los Sith sea sabio?”, texto que da comienzo al libro de William Irwin, Jason T. Ebere y Kevin S. Decker.
Los Jedi versus los Sith: las posturas opuestas de Platón y Nietzsche
Los Jedi llaman a mantener la templanza, usar la razón antes que el arrebato de los sentimientos. “El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento”, le dijo Yoda a Anakin en La Amenaza Fantasma, un consejo que fue dado en vano.
Los Sith por su parte, incentivan el desatar las pasiones, promueven usar la intensidad de la ira y el odio, para alcanzar el poder, el control de la galaxia y derrotar a los Jedi, una orden que ven como egoísta al negarse a compartir todo el potencial de la fuerza, limitando a sus discípulos a seguir normas retrógradas.
“Los Jedi usan su poder para el bien”, dijo Anakin a Palpatine, a lo que responde: “El bien es un punto de vista. Los Sith y los Jedi son similares en casi todo sentido, incluyendo su búsqueda por el poder”.
MacMullan plantea que el razonamiento Jedi se basa en Platón (429-347 a.c), quien postuló que la sabiduría se encuentra en el alma de las personas que han aprendido a someter su carácter y sus apetitos gracias al ejercicio de la razón. Esto claramente se contrapone a los Sith, quienes consideran que el ideal de Platón es demasiado limitado.
Friedrich Niezsche, por otro lado, planteó ideas que se asemejan a lo que postulan los defensores del lado oscuro de la fuerza. “Uno de los aspectos más afines entre Nietzsche y los Sith es que ambos desafían esa filosofía benevolente que ha conseguido hacer creer a todo el mundo que su noción de lo valioso es la única noción de los valioso”, dice MacMullan.
El profesor de filosofía, explica que la creencia de Nietzsche es que los pensamientos de hombres como Sócrates, Platón y Jesús, habían debilitado a la civilización y la habían convertido en algo decadente.
Los ruidos de Chewbacca ¿Funcionan como idioma?
Solo en el planeta tierra existen entre 3.000 y 5.000 lenguas diferentes. Si ampliamos el espectro a toda la galaxia, la cantidad aumentaría a millones. En el universo de George Lucas, esto se cumple en cada uno de sus filmes, el inglés es el común, pero cada especie tiene su propia forma de comunicarse.
Chewbacca, especie wookie compañero de Han Solo, habla shyriiwook. Este lenguaje consiste en gruñidos y sonidos guturales que solo son entendidos por Solo -y sus compañeros de especie, claro-. Para Leia solo es una alfombra andante y para Luke, un peligro que no quería arriesgarse a provocar.
“¿Puede hablar Chewie? Wittgenstein y la filosofía del lenguaje” es el nombre que recibe el análisis de Rhiannon Grant y Myfanwy Reynolds, expertas en lenguaje religioso y literatura inglesa, respectivamente.
Las versadas en el tema analizan, el lenguaje de la saga y lo comparan con los postulados del lingüista Noam Chomsky: “Un acto de habla debe tener una sintaxis (o estructura) determinada por una gramática (o conjunto de reglas) para que forme parte de un verdadero idioma”.
De acuerdo a esto, Chewie no estaría realmente ‘hablando’, ya que repite el mismo sonido cada vez que intenta comunicarse. “No parece que los actos de habla de Chewie tengan una estructura suficiente para considerarlos parte de un lenguaje natural”, dicen Grant y Reynolds.
Por otro lado, según Wittgenstein: “no es posible tener palabras con significado si no tenemos otros interlocutores”, es decir, que el lenguaje para un solo hablante es imposible. Según esto, lo que habla Chewbacca sí es un lenguaje, ya que Han Solo lo comprende, pero en caso que su interlocutor sea Luke u otra persona/especie, esto se reduciría a simples gruñidos.
Estos son solo algunos de los 26 temas abordados en Star Wars y la filosofía. De la mano de distintos autores doctos en literatura, filosofía, lingüística, ética y religión, entre otros, este libro está divido en siete episodios que sumergen al lector en un completo análisis de la galaxia muy muy lejana, que fue testigo de una aventura inolvidable.
Star Wars y la filosofía presenta una recopilación de originales artículos firmados por las mentes más brillantes de la galaxia, explorando el lado más oscuro y profundo de Star Wars y de todos sus universos expandidos, ofreciendo nuevas aproximaciones a temas tan familiares como el origen de la Fuerza, el papel de la mujer en la serie y un largo etcétera.
El libro examina a nivel filosófico el impacto de Star Wars en el mundo real y la importancia de la serie como artefacto de la cultura popular, el legado de Joseph Campbell en la mítica fundación de la serie, creando una armazón para comprender qué hay de «canónico» en Star Wars, y dando a los fans una serie de razones que ayudan a comprender de una vez por todas que Han disparó primero.
Tambièn debemos reconocer el origen mitológico de Star Wars, la historia creada por George Lucas no es fruto del azar. La mitología tiene un rol relevante...Debes desaprender aquello que has aprendido. Que la sabiduría te acompañe.
La otra fue la saga "Juego de Tronos".(Game of Thrones en inglés) serie de televisión estadounidense de fantasía medieval, drama y aventuras creada por David Benioff y D. B. Weiss para la cadena HBO. Está basada en la serie de novelas Canción de hielo y fuego, del escritor estadounidense George R. R. Martin, cuyo primer libro se titula Juego de tronos.La serie está ambientada en los continentes ficticios de Poniente y Essos, y recorre distintos arcos narrativos en los cuales participan un gran número de personajes. Su primer arco narrativo se centra en las violentas luchas dinásticas entre varias familias nobles por el control del Trono de Hierro del continente de Poniente y sus Siete Reinos; el segundo abarca los intentos de recuperar el mismo Trono por parte de los herederos de la antigua dinastía gobernante, la casa Targaryen, quienes fueron exiliados a Essos; la tercera crónica es la creciente amenaza del invierno, las criaturas legendarias y pueblos feroces que habitan más allá del Muro que separa a los Siete Reinos de Poniente de las gélidas tierras del Norte, donde no se había establecido ningún tipo de gobierno. Está filmada en los estudios Titanic Studios en Belfast (Irlanda del Norte), Estados Unidos, Croacia, Islandia, Malta, Marruecos, Escocia y España; lugares que recrean los paisajes de la trama.La serie ha tenido, a lo largo de sus siete temporadas, una excelente acogida por parte de la crítica profesional, siendo considerada como una de las mejores series televisivas de todos los tiempos.456 Ha llegado a un público muy amplio y sus fans fueron nombrados los más devotos por la revista Vulture en 2012.
El pensamiento de “Juego de tronos”
Diferentes libros han analizado la filosofía que hay detrás de la saga Canción de Hielo y fuego (Juego de tronos es, en realidad, el primer libro). Unos han optado por comparar la aplicación en su historia de los grandes pensadores; otros se han centrado en analizar la trama
La obra de George R. R. Martin ha logrado un enorme éxito gracias a la adaptación de HBO para televisión.Los cuatro primeros títulos de la saga "Canción de hielo y fuego", publicados por la editorial Gigamesh
.Juego de tronos y la filosofía...JUEGO DE TRONOS Y LA FILOSOFÍA (EN PAPEL) WILLIAM IRWIN , 2018¿Son el honor y la verdad necesarios para conseguir la felicidad, o bien nos impiden llegar a ella?
¿Pueden los huargos y otras criaturas fantásticas revelarnos las verdades sobre nuestra conciencia y nuestra realidad?
¿La profecía nos demuestra que somos meros peones del destino o bien que somos libres de vivir una vida auténtica?
Si las series de televisión son ideales para el análisis filosófico, Juego de tronos lo es por partida doble. En Westeros y más allá del Mar Angosto, el mundo de George R.R. Martin está repleto de docenas de personajes complejos en conflicto con ellos mismos y en lucha con otros, dudando de sí mismos, abocados al riesgo moral, al engaño, a la incertidumbre, a la arrogancia y a la agitación social y política.
Mientras los Siete Reinos están en guerra, más allá del Muro, los horrores del invierno se acercan. Muy lejos, una joven reina lucha con su destino mientras viaja para recuperar su hogar. Todo esto es sabido, pero esta guía perspicaz se basa en las obras de Maquiavelo, Hobbes, Descartes, San Agustín, Platón, Aristóteles y muchos otros grandes filósofos para analizar los personajes y argumentos clave, mientras explora temas como la guerra, el honor, el conocimiento, la moral, la teoría de género y mucho más de una manera tan amena como sorprendente.
La crítica ha dicho...
«Aplica las teorías de filósofos como Platón, Aristóteles, Kant o Hume para intentar dar explicación a las motivaciones y los conflictos de los personajes de “Juego de tronos”. Y que permite a su vez que los lectores se acerquen de una forma curiosa y divertida a esa área del conocimiento humano que es la filosofía.» Fantasymundo
«Puede ser la luz que necesitamos para ver y comprender mejor la historia.» The Perks of Being More than a Reader
«Sumamente disfrutable.» El Economista
La octava temporada de Game of Thrones llegará a la televisión hasta el 2019, pero para que no la extrañemos, en las librerías podemos encontrar reediciones en español de George R.R. Martin; no sólo de Game of Thrones, también de viejos trabajos del escritor como las antologías de cuentos Reyes de la arena. Cuentos de terror y Viajeros de la noche. Ciencia Ficción II.
Dentro de estos relanzamientos resultará de especial interés para fans de la serie de TV, Game of Thrones, el libro Juego de tronos y la filosofía (Rocaeditorial, 2018), una compilación de ensayos de William Irwin y Henry Jacoby, quienes han hecho Los Simpson y la filosofía, Star Wars y la filosofía y South Park y la filosofía, entre otros.
Si hay algo más nerd que ser fan de hueso colorado de Game of Thrones es introducir el elemento filosófico y disertar sobre diversos elementos de la serie, de la mano de Descartes, Hobbes, Platón y Maquiavelo, entre otros.
Al final, la historia de las batallas por ocupar el trono de los Siete Reinos es sólo un pretexto para hablar sobre dichos filósofos y entender sus postulados, algo doblemente nerd, pues es una buena forma de explicar filosofía a nuevos públicos interesados en el tema.
El libro está dividido en cinco partes. En la primera, “Ganar o morir”, se establecen las reglas del juego, es decir, se trazan diversos contextos teóricos sobre la situación de Westeros: su calidad de monarquía, las ideas maquiavélicas de sucesión al trono, las posturas de los aspirantes y algunas consideraciones con respecto al tema de la guerra y la paz social.
En la segunda parte, “Qué cosas hago por amor”, se hace referencia a los ideales que mueven a algunos personajes de la historia y que son temas recurrentes en la misma, ideales que chocan con la practicidad de personajes que no tendrán miramientos para pisotear a quien se deje.
“Se acerca el invierno” es el nombre de la tercera parte, en ella se tratan temas metafísicos relacionados con la magia y la concepción espiritual, religiosa y científica de Westeros, en relación con la forma de concebir el mundo por parte de sus habitantes.
La cuarta parte lleva por título “El hombre que dicta la sentencia debe blandir la espada”. En este apartado se tratan los temas de la justicia y la moral de los personajes, elementos que están en juego todo el tiempo y que parecen transgredirse a placer tanto por nobles como por plebeyos, y sin embargo, son de suma importancia para mantener la cohesión social. Resulta interesante el apartado en donde se discierne sobre la injusticia de la caballerosidad y su papel en la inequidad de género.
Y por último, la quinta parte, “Clávala por el lado con punta”, en donde se ensayan temas relacionados con la libertad, el destino y el libre albedrío, aunque se las ingenian para hablar sobre la teoría del juego e introducir una discusión entre la razón vs la locura, en la figura del rey Aerys Targaryen.
El libro es sumamente disfrutable, pero hay que aclarar que depende mucho de qué tan cercano sea uno a la disciplina filosófica. No hay que conocer a fondo la obra de los filósofos que ahí se mencionan pero sin duda ayuda que uno sepa a grandes rasgos de las referencias que ahí se presentan.
Si uno no está abierto y nunca ha estado abierto a las pláticas filosóficas, pues el libro puede resultar un verdadero bodrio, pero si es al contrario, el libro resulta hasta iluminador en varios aspectos de nuestra cultura, y es que finalmente, el universo de Game of Thrones es sólo un pretexto para hablar sobre nuestra realidad.
Juego de tronos es un fenómeno mundial como hacía tiempo que no veíamos. La ficción de George R. R. Martin ha atrapado a millones de personas en todo el planeta, batiendo todo tipo de récords. ¿Qué filosofía hay tras esta saga de libros y serie de aventuras, batallas, conquistas, ambición, muertes, etc.? ¿Por qué ha triunfado en el mundo entero?
Uno de los aspectos determinantes de este éxito son sus personajes, perfectamente caracterizados. Conocemos cómo son, cómo piensan y qué filosofía es la que rige sus acciones. Y es ahí donde entramos en la zona de influencia de la ética que, en este mundo en que se narran las aventuras y desventuras de los ciudadanos de Poniente (el continente ficticio donde se desarrolla buena parte de la trama), es bastante frágil, cuando no peligrosa.
¿El triunfo de la maldad?
Tal como explicaba en uno de los capítulos de la primera temporada Petyr Belish (el actor Aidan Gillen, en la serie), “desconfiar de mí es lo más inteligente que habéis hecho desde que os bajasteis del caballo”. Es este un mundo realmente peligroso y despiadado, en el que los sutiles y traidores suelen tener bastante más éxito que los sinceros y frontales. Y esto, en una narración que está llena, plagada, de conflictos, guerras y sangre, la verdad es que da mucho juego. El espectador sufre al ver cómo el héroe, que se encuentra atado de pies y manos por su código de conducta, se las ve y se las desea para salir a flote, máxime cuando observa cómo la maldad es infinitamente más recompensada en la mayoría de las ocasiones. ¿Es el triunfo de la maldad? Lo cierto es que la ética sí existe en el universo creado en la ficción por George R. R. Martin. El gran problema está en que no todos sus habitantes la interpretan de la misma manera o tienen la misma visión de qué es bueno o qué es malo.
El espectador sufre al ver cómo el héroe, atado de pies y manos por su código de conducta, se las ve y se las desea para salir a flote
Ética deontológica o los deberes morales indestructibles
Por un lado, podemos encontrar personajes como Brienne de Tarth, Sir Barristan Selmy o buena parte de la familia Stark, todos ellos personajes leales, incorruptibles, fieles a sus palabras y sus promesas, consecuentes con unos valores que establecen la integridad como la piedra de toque de su conducta. Huelga decir que en no pocas ocasiones son ellos los personajes más tristes y frustrados de toda la ficción, sabedores de que la rigidez de sus normas choca a menudo con lo que sus intereses y la prudencia más básica recomendarían. Son personajes que sostienen un código deontológico que, a la manera de una lista de mandamientos, ciñen su comportamiento a una norma, justificando la realidad y sus acciones en torno a ella. Una suerte de imperativo categórico que entiende la moral como un conjunto de dogmas universales y cuyo respeto es, en gran medida, lo que determina el grado de honorabilidad del ser humano. Sus valores y su propia capacidad para vivir acorde a los mismos. En este sentido, la serie muestra exponentes de todos los extremos, como el hermético Stannis Baratheon, para quien no hay más Dios que la ley y el deber.
El problema con este tipo de códigos es que, pese a facilitarnos una regla clara y visible que determine nuestros actos, difícilmente pueden adaptarse a todas las situaciones que se nos plantean. No son precisamente flexibles. ¿Servir a un rey psicópata que desea masacrar a miles de inocentes por cumplir un juramento de obediencia? Puede ser una buena excusa…, pero difícilmente podremos determinarlo como una actuación moral.
El fin justifica los medios
Por otro lado, encontramos otros personajes en los libros y la serie que no tienen tantos problemas. Son aquellos que callan cuando les conviene, que traicionan si es necesario y que, principalmente, miran su propio ombligo sin preocuparse de qué efecto tendrán sus acciones en quienes los rodean (“El oro puede guardar un secreto por un tiempo, pero una flecha lo guarda para siempre”). Son -y cualquier seguidor de la serie estará de acuerdo- los que la mayoría odia, pero que al mismo tiempo no podemos dejar de admirar por el realismo de que hacen gala y su fría inteligencia. Y sí, a ellos les suele ir mejor que a los primeros. Juego de tronos es como la vida real: la virtud suele tener más castigo que el vicio.
Meñique, La araña, Cersey… Son todos ellos personajes que parecen preocuparse muy poco por la maldad o bondad de sus actos, sino que se fijan en otro parámetro: si sus objetivos son convenientes. Es lo que se conoce como Teleología, la doctrina filosófica que investiga las causas finales; en este caso, en la bondad o maldad de los resultados de las acciones. Si el fin que logramos con dicha acción es bueno (o lo consideramos como tal), esta está más que justificada. Matar por la espalda, asesinar a inocentes o engañar son actos necesarios, siempre y cuando alcancemos con ellos un bien mayor.
Hay personajes a los que la mayoría odia, pero que al mismo tiempo no podemos dejar de admirar por su realismo y su fría inteligencia
El fallo en este caso está en que prácticamente todo puede ser justificado si apelamos a los fines. Las mayores atrocidades en la historia se han perpetrado para lograr objetivos loables. Y si bien, en la práctica, guiarnos por este tipo de código puede beneficiarnos, es probable que tengamos problemas a la hora de definirnos como personas “morales”.
La filosofía a la hora de construir personalidades
En base a estas dos visiones del mundo es en la que se estructuran casi todas las personalidades de la saga, y es que dota a su universo del encanto que posee: entendemos perfectamente a los personajes. Están bien trabajados, son sólidos y acordes con la realidad. Encontramos en ellos desde el ideal que ansiaríamos ser o conocer hasta la maldad pura y dura tal y como la concebimos. Son, en definitiva, filosóficamente estables y eso dota a su historia de una fuerza tremenda. Y es que, para que una historia sea buena, debe conseguir, indefectiblemente, que comprendamos cómo piensan y por qué actúan sus protagonistas.
Cuál de los personajes de Juego de Tronos se parece más a Donald Trump?
27 Oct 2018 - 12:25 PM
Cultura Ocio - Europa Press
A lo largo de las diferentes novelas de Juego de Tronos, y temporadas de la serie televisiva, muchos fans han encontrado similitudes entre los personajes de la ficción y la realidad.
Y como no podía ser de otra manera, R.R. Martin, creado de la saga literaria, ha dado su opinión respecto al parecido más razonable de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, con uno de los personajes más odiados de Poniente.
lEl escritor estadounidense expresó, durante una entrevista con The New York Times, que Joffrey es quien más se parece a Trump. "Durante la campaña presidencial dije que Trump me recordaba a Joffrey. Ambos tienen el mismo nivel de madurez emocional, y capacidad emocional. Joffrey vive empapado de esa autoría de rey déspota, es su mundo. Le otorga el poder de hacer lo que quiera. No somos una monarquía absoluta como en Poniente, el universo de mis libros. Somos una república constitucional.
"No estamos en una monarquía absoluta, como sucede en Poniente. Y sin embargo, Trump parece saber lo que eso significa. Piensa que la presidencia le da el poder de hacer cualquier cosa. Y de esta manera, sí, Joffrey es Trump", continuó.
Bajo la misma línea política, Martin explicó que, aunque cuando empezó a escribir las novelas en 1991 no lo tuvo en cuenta, la historia de Juego de Tronos guarda cierta relación con el cambio climático, ya que, al igual que en la sociedad actual, "la gente de Poniente está librando sus batallas por el poder y eso les distraen tanto que ignoran la amenaza de que 'se acerca el invierno'".Pero les pregunto a mis lectores, sòlo Donald Trumpo se ve reflejado en el personaje de Joffrey Baratheon Rey de los Siete Reinos desde 298 AC hasta su muerte en 300 AC. Fue, oficialmente, el hijo primogénito del rey Robert Baratheon y la reina Cersei Lannister; sin embargo, su padre biológico es Jaime Lannister, el hermano de la reina,
descrito como un muchacho testarudo, con un temperamento incontrolable y una marcada veta sádica. Parece tener poco sentido de lo que es correcto o incorrecto, culpando a otros de sus errores. Es considerado un niño desobediente, imprudente, cruel y bastante infantil. Totalmente ignorante de las sutilezas y matices de la política, podía ser educado y correcto cuando le convenía, pero por lo general solo para engañar a los demás.
Asimismo aprovechó el encuentro para recalcar que los líderes políticos actuales tienen muchas cosas que aprender de los de Juego de Tronos. La principal es la de "servir a la gente y dejar el país mejor cuando abandona el cargo que cuando lo asumió". Por último añadió que, al contrario de lo que ocurre en sus novelas, los políticos están ahí "para servir a la gente, no para servirse a sí mismos".
El título de la precuela provisional no es otro que el de La Larga Noche (The Long Night), creada por Jane Goldman. Aunque lo primero es lo primero. El final de Juego de Tronos el próximo año.
Hice un estudio de cada personaje de estas sagas y los lìderes de la polìtica venezolana, algunos ya fueronb publicados otros no...Ya lo haremos en su momento oportuno. Muchos no estàn ya en la palestra y esperamos que surjan nuevos, entre ellos el Jon Snow que tanto necesitamos