Llegò Piscis “Abandono el hogar de mi padre y, retornando, salvo”, Febrero 2019
Este lunes 18 de febrero a las 7:05 de la noche, hora de Venezuela (23:05 hora universal), el Sol hace su ingreso a Piscis, el último signo de la rueda zodiacal, lo que implica en su sentido más profundo, el último eslabón de un ciclo evolutivo, por lo que la energía pisciana se asocia a vibraciones más elevadas y sutiles.En efecto, Piscis es un signo de mucha sensibilidad y perceptibilidad, con cualidades para captar aquello que está más allá del mundo físico, para conectarse con el infinito, con el ser superior. Es un signo de agua y se asocia a los mares profundos, al igual que el planeta que lo rige, Neptuno.
Con Piscis completamos nuestra breve andadura por cada uno de los doce signos, iniciada en el signo de Aries.
El signo ùltimo del zodiaco implica una relación con el mar, implica una personalidad profunda, misteriosa, una tendencia a no saber establecer límites, a vivir la vida desde una perspectiva universal, con una sensación de totalidad que no sabe de principios ni fines, y que por ende le cuesta comprender la división entre el bien y el mal.Por eso Piscis une estos dos conceptos (bien y mal) de una manera desconcertante para los demás: es un signo de mucha compasión, de mucha caridad y espíritu humanitario, pero a la vez es capaz de cometer sin desenfado hechos ilícitos en nombre de una causa noble.Las cualidades piscianas que inundarán el ambiente en este ciclo solar, que se extenderá este año hasta el 20 de marzo, guiarán el inconsciente colectivo de una forma sutil pero a la vez poderosa, porque este signo mueve energías sublimes por una parte, intangibles, en conexión con el Ser Superior, pero a la vez puede manifestar su lado violento, como la ola de un tsunami, o su lado evasivo y engañoso. La mejor manera de conectarse con la realidad en tiempos de Piscis es a través de la intuición, evitando fanatismos. Al momento de entrar el Sol al signo del pez, Mercurio, planeta de las comunicaciones, y Neptuno, gobernante de los mares y regente de Piscis, estarán en exacta conjunción, magnificando las energías piscianas, por lo que si nos concentramos debidamente, podremos afinar nuestra capacidad intuitiva y perceptiva.Estaremos sujetos a la marea emocional pisciana, sin embargo, tendremos un equilibrio favorable que nos conectará con el sentido práctico y la posibilidad de concretar los sueños piscianos: Venus, la fuerza de los sentimientos, y Saturno, la férrea disciplina, en conjunción sobre Capricornio, nos darán ese cable a tierra que permitirá dar estructura a esa ola emocional y canalizarla en realizaciones concretas.
El trabajo que hemos podido realizar mes a mes con la energía, basado en un tema de gran importancia para la humanidad. Es el tema del alma que reside dentro del hombre, del principio Crístico y de su gradual surgimiento y liberación a una plena expresión como influencia controladora en la vida cotidiana.
Para comprender esta posibilidad, es necesario entender la premisa oculta básica de que “incluso el mínimo átomo de sustancia contiene en sí aquello que puede responder a un estímulo espiritual”. Cuando a esta premisa le añadimos el hecho oculto, actualmente científicamente confirmado, de que todo es energía, entonces descubrimos que toda la vida humana en el plano físico consiste en una espiritualidad inherente y potencial, más ese factor “la energía” que puede estimular esa divinidad en nosotros de latencia a potencia. Las energías extra planetarias, de origen cósmico y de aplicación universal, proporcionan la estimulación energética que necesita el alma en su lucha por la liberación y por el control dentro de la personalidad humana.
Piscis ha desempeñado un gran papel en este proceso evolutivo en el curso de los últimos 2000 años, porque es el signo, y por tanto la influencia energética, que ha gobernado este período de la historia. El bien conocido símbolo de Piscis es el de los dos peces enlazados por un hilo conector. Esto significa la unión que existe entre el alma y la personalidad de un individuo. Durante largas eras el alma es la prisionera de la personalidad. Eventualmente, bajo el constante impacto de la energía espiritual y, como resultado de la experiencia en los valles del camino de vida centrado en la personalidad, se hace posible una inversión que, a medida que procede, permite al alma controlar la personalidad.
La orientación de la humanidad al mundo de los valores superiores ha sido el principal objetivo de la era de Piscis, que está finalizando ahora, y de la influencia del sexto rayo que está desapareciendo rápidamente. Aunque nunca ha habido un tiempo en el que ésta orientación no haya avanzado regularmente, conviene tener presente que durante los últimos dos mil años un proceso de orientación mucho más elevado, raro y más difícil se ha sostenido ante la humanidad y ello por la siguiente razón: el cuarto reino de la naturaleza ha sido definitivamente atraído en forma ascendente hacia el emergente quinto reino y esto ha hecho, también, necesario retirar la atención del esfuerzo humano de los tres mundos y la expresión en el mundo superior de la conciencia del alma. También ha requerido la reorientación de la atención instintiva y de la intelectual, que son los principales factores en el desarrollo de la percepción divina. Esta percepción puede ser instintiva, intelectual y, por lo tanto, humana y también espiritual. Pero las tres son igualmente divinas, lo cual es un punto que frecuentemente se olvida.
Sucede tambièn conjuntamente con lo sucedido còsmicamente el jueves 14 de febrero, a las 6:52 de la mañana, hora de Venezuela (10:52 hora universal), cuando Marte comenzò a transitar por Tauro, y estará en este signo hasta el 31 de marzo. Esta informaciòn la copio del blog "Termòmetro Zodiacal" de Pedro Gonzàlez Silva de los artìculos del SÁBADO, 9 DE FEBRERO DE 2019 y del SÁBADO, 16 DE FEBRERO DE 2019 titulados "Se activa la sutil y poderosa energía pisciana" y "Marte en Tauro activa la calle"… "Este astro tiene que ver con los mecanismos agresivos del ser humano y con su capacidad de acción, su valentía y coraje.Las reacciones agresivas o competitivas de Marte, según sea el caso, tienen que ver con las respuestas que el ser humano elabora con el fin de dominar el medio externo e imponerse a él, ya sea en una guerra, en una competencia deportiva, como en cualquier actividad que requiere de emprendimiento e iniciativa.Marte rige al tercer chakra, que se asocia al bazo, glándula que es nuestro almacén de energía. Este astro se asocia al hierro, y precisamente, la deficiencia en nuestro organismo de este metal, puede tener que ver con malas posiciones de este planeta, lo que puede provocar en esos casos, estados anémicos.El tercer chakra se conecta además con nuestras pasiones, con la energía sexual, con nuestros instintos. La energía marciana es instintiva, de supervivencia, de defensa y ataque.Marte abarca cualidades como impulsividad, fuerzas reactivas, tendencias impositivas, instintos destructivos, y acción física cotidiana.Marte avanzará por Tauro desde el 31 de marzo, y la presencia del planeta en esta franja del zodíaco, desajusta sus energías; su fuerza agresiva y de acción se frena, provocando acumulación de tensiones.Con Marte en Tauro podemos sentir un efecto igual a un carro al que se le mete el acelerador a fondo, y a la vez también se le pise el freno. Queremos hacer las cosas pero las vamos posponiendo, y por tanto, acumulando estrés, hasta que llega el punto en que la energía se libera y hacemos las cosas a toda velocidad, después de un período de parálisis.Marte en Tauro se puede asociar al comportamiento del toro, normalmente apacible, y que demuestra paciencia cuando se le molesta, lentitud en sus reacciones, pero de manera imperceptible va creciendo su rabia por dentro hasta que sorpresivamente estalla.Con Marte en Tauro la energía no es fluida, se manifiesta de manera epiléptica: en ocasiones con mucha calma, y en otras con exceso de nervios, y cuando llega la furia, es difícil de controlar.Marte en Tauro, en lo que respecta a su efecto en colectividades y países, se asocia a momentos de mayor turbulencia y confrontación, porque las energías agresivas del planeta se desajustan, especialmente si se vienen acumulando tensiones desde hace tiempo.Uno de los países donde más se ha sentido en forma turbulenta los efectos de Marte en Tauro es Venezuela, y la razón es porque en su carta astral, nuestro país tiene a Urano y Marte en Escorpio, por lo que, cuando desde el cielo Marte pasa por Tauro, se coloca en oposición, es decir, frente a frente y desde el signo opuesto, a Urano y Marte de Venezuela, moviendo desde su posición desajustada energéticamente, las cualidades abruptas, repentinas, rebeldes y guerreras de Urano y Marte en la carta de Venezuela.Y como esos dos astros en la carta del país se encuentran exaltados en Escorpio, sobredimensionados en su energía, al ser movidos por la oposición que desde el cielo provoca Marte desajustado en Tauro, ocasiona toda una mezcla de fuerzas que nos llevan a la agitación, sobre todo si estamos en un contexto donde hay descontento en el colectivo. También puede ocasionar actos violentos sorpresivos.Esto que decimos, lo respaldamos con hechos de agitación e impacto que hemos vivido en el país, y que han coincidido con el paso por Marte en Tauro. Veamos algunos ejemplos.El 24 de junio de 1960, el presidente de la República, Rómulo Betancourt, sufre un atentado que puso en riesgo su vida. El atentado fue programado por el dictador de República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo. En ese momento, Marte transitaba por Tauro.El 27 de febrero de 1989 estalla una revuelta conocida como el “sacudón” o el “Caracazo” como respuesta a la aplicación de medidas económicas impopulares, por parte del gobierno de Carlos Andrés Pérez, y que generó saqueos en Caracas y otras regiones del país. En ese momento, Marte transitaba por Tauro.El 11 de abril del 2002, una inmensa marcha opositora en Caracas, logró sacar del poder por unos días al entonces presidente Hugo Chávez, al que el alto mando militar le solicitó la renuncia. En ese momento, Marte transitaba por Tauro.En abril de 2017, una vez que el gobierno a través de sus tribunales, bloqueara la posibilidad de que en Venezuela se realizara un referéndum revocatorio presidencial, se desataron fuertes manifestaciones de protesta estudiantil en el país en plena semana santa, con graves consecuencias por la fuerte represión gubernamental. Al inicio de esta ola de protestas, Marte transitaba por Tauro.Esa fue la última vez que Marte pasó por Tauro hasta ahora, que en medio de un proceso de transición en nuestro país, y con la tensión sobre la manera como entrará la ayuda humanitaria que ha anunciado el presidente encargado Juan Guaidó, Marte estará transitando por Tauro entre el 14 de febrero hasta el 31 de marzo. Estaremos atentos a sus efectos".
La redención de la materia y la elevación y expansión de la conciencia es el propósito subjetivo de la encarnación. El proceso redentor libera la vida interna a un estado de conciencia superior. Esto constituye, y ha constituido, la tarea de todos los salvadores mundiales. De ahí la aparición del Cristo como salvador mundial en los inicios de la era de Piscis hace 2.000 años. El estableció los principios sobre los que podría basarse el crecimiento y desarrollo necesarios durante este período.
La humanidad necesitaba construir el principio egóico del amor, la facultad de la devoción y la capacidad de servicio y de autosacrificio. Estos eran aspectos destacados de las enseñanzas del Cristo y de su propia forma de vida. El ejemplificó lo que enseñaba, demostrando así la necesidad de que la teoría, o la teología, se convirtiese en una forma práctica de vida cotidiana.
La energía liberada a través de Piscis y a la que podemos acceder durante la meditación, estimula nuestra sensibilidad espiritual innata. En sus etapas iniciales, esta sensibilidad se encuentra con frecuencia polarizada psíquicamente, como una fuerza emocional intensamente egocéntrica. Esto produce cierta tendencia al fanatismo y a llevar los ideales o ideas necesarios a tales extremos que se transforman en una limitación y un obstáculo para el crecimiento, y a la liberación del alma. Hemos contemplado los efectos de esta tendencia en el fanatismo religioso, por ejemplo, que exalta al Instructor por encima de la enseñanza; o que aprueba el empleo de la fuerza militar y la tortura en nombre de la conversión religiosa.
En una vuelta más elevada de la espiral, la energía de Piscis genera la calidez del amor y de la compasión, necesarias para la salvación mundial y humana. Esta influencia transforma la vida en el reino humano. La tendencia al psiquismo se transforma en percepción e inspiración espiritual; la codicia en renuncia; el instinto de supervivencia en abnegado servicio mundial; la autocompasión en compasión, simpatía y comprensión divina; la devoción a las necesidades personales en una respuesta sensible a las necesidades de la humanidad; el apego al entorno y la situación personales en desapego de la forma y capacidad de identificarse con el alma.
Se trata de cualidades y valores que todavía tenemos que incorporar a nuestra forma de vida, a medida que dejamos atrás la era de Piscis y nos adentramos en Acuario, la era del servidor mundial y de la hermandad universal. Todo cuánto es mejor y más refinado, de cada era de la historia humana y de cada etapa a lo largo del camino evolutivo, se convierte en la base de un nuevo crecimiento. Nunca se pierde o se descarta algo de valor. El impacto regular de la fuerza de Piscis ha sido lo que por fin ha conducido a la humanidad, el Discípulo Mundial, a las puertas mismas de la iniciación. Durante más de 2.000 años la influencia de Piscis ha afectado a la humanidad; ha producido la demanda de un reajuste mundial; ha desarrollado el espíritu internacional y ha conducido a la formación de grupos en cada departamento de la vida humana, colocando así los cimientos para la futura síntesis en Acuario.
Piscis introduce dos tipos dominantes de energía, la energía del primer rayo de voluntad o poder y la energía del segundo rayo de amor y sabiduría. Así, el Propósito y el Plan se han entretejido en la conciencia de la raza humana para que ésta los interprete y revele a través del despertar de su propio corazón y mente. La fusión de corazón y mente crea un salvador mundial, o un servidor mundial. Y se dice que la fusión de corazón y mente, en un ser humano y en la vida planetaria, es esencial para el proceso evolutivo en este sistema solar.
La salvación de la humanidad, y el servicio al Plan, son los abnegados objetivos del discípulo influenciado por Piscis. Esta influencia ha construido su potencia sólidamente y bien en la conciencia humana durante los últimos 2.000 años. Así, el discípulo actual puede verdaderamente decir: “Abandono el hogar de mi padre y, retornando, salvo”. Esta es la nota clave del discípulo en Piscis que debería constituir el pensamiento simiente para la meditación en este signo del zodiaco, y en el cierre de un ciclo
Al completarse el circulo del zodíaco y el trabajo de los doce zodiacales, saludemos a la fuerza cósmica de toda vida y energía y afirmemos nuestra responsabilidad dentro de ella mediante una oraciòn que nos salga del corazòn.
EL G20 Y EL FORO DE RIO, EL EJE DE LA POLARIZACIÓN MUNDIAL.
Publicado por Tito Maciá el diciembre 2, 2018 a las 1:42pm
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El Foro de Rio y el G20 son dos organizaciones mundiales que aglutinan, por un lado a los neocomunistas y por otro lado a los neocapitalistas. En estos días finales de noviembre y principios de diciembre se están escenificando las dos posiciones políticas y sociales.
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En Argentina en la reunión celebrada en Buenos Aires del G20 se han aglutinado los presidentes de los países más ricos del mundo que siguen un modelo de desarrollo capitalista, en que se incluye a China, donde salvo el enquistamiento el poder propio de los comunistas, la mayor parte del país así como sus actividades industriales y comerciales son de corte absolutamente neocapitalista.
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El G20, como cualquier otro tipo de agrupación o colectivo humano del tipo que sea, necesita un reloj con el que sincronizar sus tiempos, y el G20 al igual que la nueva China está sincronizada al reloj del ciclo de Urano con Plutón y en la reunión de Buenos Aires de entre el grupo de países representados, el que mayor protagonismo tiene, no son los EEUU, sino la China donde el ciclo de Urano Plutón, calculando la carta del cielo de Pekín, la conjunción era angular en 1966, comenzando un ciclo que llegará hasta el año 2104.
En la reunión del G20, China es el país que siempre logar mejores negocios en los encuentros, en esta ocasión en Argentina los chinos han logrado un negocio extraordinario, mucho mejor que los Estado Unidos, aunque ambos van a hacer grades negocios en Argentina. Los chinos, que han superado largamente los 1.300 millones de habitantes, necesitan comer y eso hay que cubrirlo de modo que sea.
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Argentina tiene las tierras de cultivo más fértiles y amplias del mundo, después de EEUU. Lo que ocurre es que para transportar la enorme producción de cereales soja, girasol, trigo y todo lo demás, y llevarla hasta los puertos donde se pueden exportar, estaban en manos de miles de camioneros dirigidos por un sindicato completamente mafioso y fascista que apoya los gobiernos peronistas y no a los neoliberales.
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Macri, que es un hombre muy inteligente, lo ha sabido desde el principio, por ello ha invertido en nuevas líneas férreas y nuevos vagones para extraer las riquezas de interior y poderlas exportar sin la dificultad que ocasionan las mafias sindicales que dominan el corrupto mundo de los camioneros, los antiguos arrieros que fueron el alma de la Argentina y que ahora se han vuelto una pesada carga para el país.
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Los chinos, cómplices necesarios de los argentinos, ponen a disposición todos los vagones de tren y las máquinas que haga falta poner sin pagar ni un céntimo que ya se lo cobraran en especies. Negocio completo para los chinos.
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Trupm les pone a los argentinos un tubo bien largo para que lleven el gas que tienen a buen puerto, a cambio tienen que comprarle unas buenas y nuevas armas y unos cuantos aviones para la defensa. Nadie paga nada de momento, pero el negocio está hecho. En los próximo días nos iremos enterando de los negocios que se ha cerrado en esa reunión del G20, salvo los que haya hecho Pedro Sánchez que serán tan sutiles que nunca nos enteramos que hace ahí, si a él donde le hubiera gustado estar en México con los del Foro de Rio
En el Foro de Rio no se hacen negocios, lo que se busca es el modo de repartir los beneficios de los que producen y trabajan, entre los que tienen pocos recursos, apenas producen y no tienen trabajo. En principio el asunto es completamente justo, lo ideal es que la riqueza esté bien repartida, la dificultad estriba en el modo de lograr ese objetivo.
La filosofía del Foro de Río es del tipo Chávez, “¡exprópiese!” que el Estado se encarga de producir bienes de consumo sin necesidad de pasar por manos privadas con el fin de ahorrar costo y hacer más justa la vida de los ciudadanos. Lo malo es que ese modelo que se usó en la URSS y en otros países socialistas y la justicia del reparto equitativo se ha quedado en la miserables cajas del CLAP que solo sirven al gobierno para cautivar votos.
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En este tiempo en que está asumiendo el poder Andrés Manuel López Obrador, se está escenificando la reunión de los del Foro de Rio a la sombra de la toma de poder del nuevo presidente de México, cuya tendencia política lo asemeja.
El Foro de Río está sincronizado con el ciclo de Neptuno con Plutón, y el inicio del último ciclo, en México la conjunción era angular, igual que en la China la de Urano y Plutón.
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De tal manera que el Foro de Río y sus componentes son antagónicos con el G20. Unos van subidos en el autobús de los grandes negocios y los otros en el autobús de los grandes repartos, dos modos de entender la política irreconciliable, como el día y la noche, no pueden gobernar en el mismo tiempo, menos mal que la democracia vino para alternar la creación de riqueza con el reparto y la mejora social, si no hay riqueza que repartir, no hay reparto, véase Cuba o Venezuela.
Ciclo Saturno y Neptuno. El ciclo de 1952- 1989. El comunismo cubano. El ciclo de Saturno y Neptuno de 1989- 2026. Los Neocom. El proyecto comunista Foro de Sao Paulo.
El comunismo se alimenta de la excesiva desigualdad social mientras que el capitalismo se nutre del progreso económico, la producción y los avances tecnológicos.
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Ningún sistema sobrevive sin su alimento, ni el comunismo sin desigualad social. Ni el capitalismo sin progreso económico. Los dos sistemas tienen su fragilidad, nada es perfecto del todo.
La Luna Nueva de Acuario que ocurrirá este lunes 4 de febrero, cierra un gran ciclo energético que comenzó en una fecha similar, en el año 1992, cuando, al igual que ahora, los Nodos Lunares, que marcan el destino, estaban entre Cáncer y Capricornio.
En aquella ocasión, la Luna Nueva de Acuario derrumbó viejos sistemas políticos e institucionales, para dar paso a una ola renovadora; ahora, los cambios de aquel entonces, han entrado en la fase de agotamiento, de cierre de ciclo, por lo que esta Luna Nueva acuariana trae otro gran impulso renovador que se lleva por delante todo aquello que ya caducó.
Como en aquel entonces, el Nodo Sur en Capricornio, nos habla de estructuras que se vuelven un karma, que se deben derrumbar y reconstruir, y el Nodo Norte en Cáncer activa al pueblo, a las masas populares, como protagonistas de los cambios que han de producirse.
En una Luna Nueva acuariana, Urano, como planeta regente, cobre especial significación, y apenas a una semana de haber comenzado esta Luna Nueva, Marte, el astro de la acción, del emprendimiento y la iniciativa, se unirá a Urano para activarlo, y la Luna también se les agregará, marcando el momento más intenso de este ciclo lunar, el ciclo donde puede manifestarse en toda su magnitud esta nueva ola renovadora.
Coincide este cierre de ciclo con la entrada del nuevo año chino, en esta ocasión el Año del Cerdo, que “casualmente” marca el fin de una etapa en la rueda zodiacal china, y se asocia por tanto al relax, la alegría y el descanso, después de un tiempo de mucha tensión. Se asocia a la fuerza de voluntad, a la prosperidad y el fortalecimiento de las relaciones humanas.
Estamos viendo como todos los movimientos sociales, religiosos o políticos, se sincronizan con un reloj celeste, al igual que lo hacen todas las especies vivas, vegetales o animales, nada es caótico o casual todo tiene su orden, su calendario, su reloj, sus tiempos de crecimiento, madurez, mengua y renacimiento, así es el ritmo de la naturaleza.
Cada una de las agrupaciones políticas tiene su ciclo, su reloj, sus tiempos, y en el caso de los movimientos políticos de extrema derecha se sincronizan usando el ciclo que se forma entre el planeta Plutón, que por ser el planeta del extremo del sistema planetario, representa los “extremos”, los extremistas de todo tipo, mientras que el planeta Saturno sintoniza con el grupo de personas que sienten capacitadas para mandar sobre los demás, que generalmente son de tendencia conservadora, entendiendo por conservadora quienes tratan de controlar el poder, tanto desde posiciones liberales, como desde los partidos comunistas clásicos. “Saturna” se va a la extrema derecha cuando viaja con Plutón y se agarra a Neptuno cuando convive con el comunismo.
Plutón en todos los casos refleja aquello que está al final, el extremo de sistema, que en el caso que nos ocupa siempre se relaciona con los extremos políticos y al combinarse con Saturno se obtiene el calendario de la “extrema derecha” mundial.
En el tiempo en que se está escribiendo este pequeño trabajo, la extrema derecha europea está renaciendo con cierto vigor, se escucha el run, run, del movimiento ruidoso que provocan quienes se van adhiriendo a su movimiento.
Desde que entró el planeta Plutón en el signo Capricornio, una zona del cielo de la cuál es propietario el planeta Saturno, en enero del año 2008, los extremistas comenzaron a engrosar las filas de los partidos conservadores tradicionales. El pocos años, como si fueran hongos que nacen sobre las ramas secas de árboles caídos, han ido “renaciendo” partidos de corte extremista, lo que se conoce como el renacimiento de la extrema derecha, con tintes xenófobos bien marcados, como ocurre con los movimientos fascistas o nazis infiltrados en los nacionalismos europeos y en el nacionalismo soberanista catalán y en nacionalismo español encarnado en el partido VOX. Los politólogos y los comentaristas no acaban de aclarar los motivos de este auge de la extrema derecha en un tiempo en el que parecía que socialismo estaba renaciendo, desde que en el año 2012 el planeta Neptuno entrara en el signo de Piscis y que le ha dado un cierto auge a las izquierdas. Por su parte la influencia social y política del planeta Plutón se puede detectar a partir de la fecha de su descubrimiento ocurrida el 18 de febrero de 1930, por el ojo del joven astrónomo norteamericano del signo de Acuario, nacido el 4 de febrero, Clyde W. Tombauth que entonces tenía 26 años.
En el descubrimiento del planeta Plutón, por un ojo (Sol) de Acuario. el planeta Saturno se localizaba en el signo de Capricornio formando oposición con Plutón en Cáncer, a partir de los años 30 se produce el auge de los movimientos fascistas y nacional socialistas en Europa. En la actualidad y cara al nuevo ciclo que ocurrirá en el 2020, ambos planetas se encuentran en el signo de Capricornio y desde ese signo comenzará su nuevo ciclo con su influencia en lo político y social.
Después de un largo viaje al llegar el año 2020, llega el bus del ciclo de Saturno y Plutón que tiene parada y fonda en el signo de Capriconio, que es lo mismo que decir que lo que se desprenda de la influencia de este ciclo se ha de notar en el tipo de personas con las que se relaciona.
Antes de realizar pronósticos tengo por costumbre revisar el pasado, aunque tenga mucho trabajo y ocupe mucho tiempo que no nota el lector.
Me he introducido en la línea de tiempo hasta localizar otro momento semejante al actual en el que ocurrió una conjunción de Saturno y Plutón en el signo de Capricornio y después de viajar a cien años minuto, saltando de un ciclo a otro y he llegado al año 1284, que es la vez anterior que hubo “parada y fonda” de este ciclo bus en Capricornio.
Juan Guaidó y la emergencia de un relevo político para Venezuela
POR Margarita López Maya
PRODAVINCI 18/02/2019
El pasado 5 de enero, lo que solía ser un acto protocolar rutinario de cualquier democracia estable, se convirtió en un evento histórico para Venezuela. La juramentación de las nuevas autoridades de la Asamblea Nacional (AN) para el año en curso, hizo visible la llegada de una nueva generación política a la única institución democrática que le queda al país. El diputado Juan Guaidó, que presidirá el Parlamento, no sólo es joven, tiene apenas 35 años, sino que también es el primer militante del partido Voluntad Popular en ocupar tan alta responsabilidad. Su partido tiene apenas diez años de fundado. El segundo vicepresidente, juramentado para este período, Stalin González, del partido Un Nuevo Tiempo, también es un joven de 38 años. Ambos forman parte de un liderazgo que se ha forjado en las duras condiciones socioeconómicas y políticas de la era chavista.
Con la llegada de Guaidó y sus compañeros de generación comienza una era de dirigentes con novedosas formas de comprender la realidad, de expresarlas en el discurso político, de escoger estrategias y formas de lucha para alcanzar el cambio. Vienen provistos de sus particulares relaciones con la sociedad civil y la ciudadanía y, como todo relevo, traerán sorpresas, pero sobre todo portan una renovada energía política para continuar abriendo la ardua senda de la transición.
Orígenes políticos de Juan Guaidó y sus compañeros
Como suele ser tradición histórica en Venezuela frente al poder autoritario, particularmente en momentos de debilidad institucional, Juan Guaidó y sus compañeros comenzaron su carrera como dirigentes del movimiento estudiantil universitario. Fue en 2007, durante las protestas que se desarrollaron a partir del 27 de mayo motivadas por el cierre del canal Radio Caracas Televisión por parte del gobierno de Hugo Chávez, cuando despertó de nuevo el movimiento de los estudiantes. Durante la primera gestión de Hugo Chávez (1999-2007) ese movimiento fue poco visible.
La causa de tal inactividad parece explicarse en el proceso de ruptura populista ocurrida en las elecciones presidenciales de 1998 que trajo a Hugo Chávez Frías al poder y con él, a una nueva élite política, originada en los cuarteles, pero también en organizaciones sociales y políticas, la mayoría de ubicación ideológica izquierdista. El movimiento de Chávez, con la propuesta de una democracia participativa y protagónica, atrajo a muchos activistas que habían sido particularmente dinámicos en los años ochenta y noventa, cuando entró en crisis el modelo de desarrollo rentístico petrolero de Venezuela y la democracia de partidos. La transformación de estos activistas, incluidos los del movimiento estudiantil en funcionarios públicos de aquel régimen populista y progresista, debilitó a la sociedad civil, muy protagónica en las décadas previas. En los años anteriores a Chávez, movimientos sociales como el estudiantil, ambiental, indígena, feminista, vecinal, sindical y de derechos humanos, habían sido muy relevantes en medio de la crisis de representación que sufrió la sociedad. Al escindirse y polarizarse estos actores, como fruto de la política ejercida desde el poder, perdieron relevancia dentro del juego democrático.
Pero en 2007, inaugurándose un segundo período presidencial de Chávez, la situación habría de cambiar. Inesperadamente y con motivo del cese de transmisión del canal Radio Caracas Televisión, se activaron los universitarios. Bajo la nueva propuesta del socialismo del siglo XXI, el presidente ordenó no renovar la concesión que poseía ese medio privado para transmitir en señal abierta. Hasta entonces, este canal era el más antiguo y de mayor cobertura en la geografía del país. La personalísima decisión de Chávez, aunque sustentada luego en alegatos y procedimientos legales, puso de relieve la vocación autoritaria hacia la que tendía de manera creciente el líder carismático. Chávez estaba convencido que los dueños de esa emisora de televisión estuvieron comprometidos con el golpe de Estado fallido de abril de 2002, que lo sacó del poder por unas horas. Envalentonado ahora por la avalancha de votos que había recibido para su reelección decidió tomar medidas contra el canal. Para su sorpresa, al ejecutarse la decisión el 27 de mayo, se generalizó una protesta en importantes urbes del país y en las semanas siguientes se reactivó el movimiento estudiantil que, contrariando las posiciones de la izquierda de aquel entonces y, a diferencia de sus alineamientos ideológicos en el pasado, levantó la voz en contra de la violación del derecho a la libertad de expresión, cercenada por la decisión del Ejecutivo. El movimiento estaba polarizado entre grupos antichavistas y chavistas, como lo estaba toda la sociedad, pero en este caso fue claro que la mayoría estudiantil de las instituciones públicas y privadas estaban en contra de la medida de cierre. El gobierno se apresuró a estimular un movimiento estudiantil pro oficialista, pero éste fue débil, poco creativo y algo burocratizado.
Es el debut de jóvenes líderes de diversos partidos como Guaidó, que hoy comienzan a tomar posiciones de responsabilidad en la conducción de la lucha democrática del pueblo venezolano. Y acompañándolos vienen otros nuevos dirigentes fogueados en los ciclos de protesta recurrentes que ha tenido después la sociedad, particularmente los de 2014 y 2017. Este relevo sabe de política de calle y ha sufrido en carne propia la desproporcionada y violenta respuesta represiva del gobierno de Nicolás Maduro.
Cuando las protestas estudiantiles de 2007 tuvieron lugar, el presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela (FCU-UCV) era Stalin González, hoy segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional. También provienen de las protestas de ese año Freddy Guevara, hoy, como Guaidó, del partido Voluntad Popular y diputado de la AN, pero se encuentra desde hace más de un año asilado en la embajada de Chile en Caracas por la persecución de la que fue objeto. Otros que se bautizaron políticamente ese año fueron Gaby Arellano, Juan Requesens, Miguel Pizarro, Daniel Ceballos, Yon Goicochea, Nixon Moreno, José Manuel Olivares, políticos reconocidos en la actualidad. En 2008 muchos de ellos, ya en proceso de culminar estudios, comenzaron a incorporarse a partidos políticos que los postularon para distintos cargos públicos: concejales, alcaldes, gobernadores, diputados.
Pese a que se inscribieron en diversos partidos, los integrantes de la generación de 2007 han permanecido cercanos entre sí y, a diferencia de los dirigentes de más edad, muchas veces trabajan juntos y se llevan bien. Sus discursos son de tolerancia y muchas veces de conciliación y unión. Tras Guaidó se encuentra entonces toda una cohorte generacional de líderes que darán nuevos matices a la política nacional.
¿Quién es Juan Guaidó?
Un ciudadano venezolano nacido en la Parroquia Caraballeda del estado Vargas, en la costa caribeña central de Venezuela, un 28 de julio, como Chávez, pero de 1983. Ese es el año que muchos venezolanos ubican como el comienzo de la ya muy larga decadencia de la república, pues ocurrió el llamado viernes negro. Se trató de un día de febrero, cuando el gobierno de Luis Herrera Campins devaluó por primera vez en más de dos décadas la moneda venezolana, simbolizando el comienzo del fin de la prosperidad petrolera. Guaidó es más bien de extracción humilde, estudió su bachillerato en un liceo de La Guaira y vivía allí cuando ocurrió la tragedia de diciembre de 1999. Inesperadas, masivas y continuadas lluvias sobre el cerro del Ávila produjeron un deslave de piedras y aludes de tierra que arrasó con barrios, urbanizaciones y poblados al pie de la montaña y junto al mar. Esos días murió un número indeterminado de habitantes de la zona y la escuela de Guaidó quedó sepultada. El deslave cambió la vida de su familia que fue auxiliada por un hermano de la mamá y, desde entonces, se mudaron a Caracas. Guaidó es un político que crece en un contexto socioeconómico crítico, que tiene poco que ver con los años dorados de las décadas previas.
El ahora presidente encargado de Venezuela ha enfatizado mucho sus ancestros militares, sus dos abuelos, uno de la Marina y otro de la Guardia Nacional, gracias a los cuales sabe manejar un discurso de respeto y comprensión hacia un sector que hoy representa el principal obstáculo para alcanzar la transición democrática. Son los militares, ideológicamente adoctrinados en el socialismo cubano, con privilegios, prebendas, cuotas de poder, y gruesos expedientes por corrupción y violación de derechos humanos a la población, quienes aún mantienen en el Palacio de Miraflores a la cúpula cívico-militar que preside Maduro. Como presidente de la AN y encargado de la Presidencia, Guaidó viene dirigiendo mensajes a los militares invitándolos a retomar el hilo constitucional y expresándoles que de hacerlo serán bien recibidos y respetados. Un cambio, sin duda, con relación a los agresivos y descalificadores mensajes de otros dirigentes opositores en el pasado.
En Caracas prosiguió sus estudios en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), una universidad privada. Allí se graduó en 2007 de ingeniero industrial y fue donde inició su activismo estudiantil. Sus profesores lo recuerdan como un líder nato. Dice su reseña en la página web de Voluntad Popular que “participó activamente como miembro directivo del Centro de Estudiantes de Ingeniería y recibió el reconocimiento al Alumno Integral Ucabista por su destacada trayectoria en el área académica y extracurricular durante la carrera universitaria”. Al salir de esta casa de estudio se dedicó a continuar su formación y obtuvo dos títulos de posgrado, ambos en gerencia pública, uno por parte de la Universidad George Washington/UCAB y otro en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
Las nuevas caras y maneras de hacer política
Los estudiantes que salieron de las protestas por el derecho a la libertad de expresión en 2007 prosiguieron ese año su activismo político incorporándose a la campaña contra la reforma constitucional propuesta por el presidente Chávez para reconducir el proceso venezolano hacia un socialismo del siglo XXI. Ese proceso transcurrió entre agosto y diciembre de 2007, cuando la propuesta constitucional fue rechazada por el voto popular. La campaña electoral del NO, propiciada por partidos políticos opositores, contó con la vitalidad de los estudiantes que organizaron diversas actividades, entre ellas la marcha del cierre de campaña en la avenida Bolívar de Caracas el 2 de diciembre. La derrota política del referendo fue la única electoral y, por lo tanto, la más importante que tuvo Chávez durante su carrera. Este revés, lo compeliría, en su obstinación por imponer ese cambio de régimen político, hacia ya una franca senda autoritaria.
Es por estos años que comienzan también nuevas iniciativas que apuntan a reconstruir una oposición política al régimen. Para entonces, ésta había sido prácticamente arrasada luego de las fallidas estrategias del golpe de Estado de abril de 2002, el paro petrolero de fines de ese año, las guarimbas, el referendo revocatorio y las elecciones parlamentarias de 2005 donde los partidos opositores se retiraron en bloque, dejando al chavismo en control total del Parlamento. Uno de los dirigentes de esas luchas, Leopoldo López, hoy preso por estar acusado de incitar la violencia desatada en las protestas de 2014, al dejar su cargo de alcalde de Chacao en 2008, tomó la decisión de buscar alguna forma novedosa de constituir un movimiento político para continuar la lucha opositora al proyecto socialista chavista. Primero impulsa redes sociales en los barrios populares, capta líderes sociales para estas formas organizativas y después empuja el proyecto de un partido político de naturaleza movimiental: Voluntad Popular. Guaidó será uno de los miembros fundadores de ese partido en 2009, y allí desempeñó cargos como el de coordinador del estado Vargas y responsable nacional de organización.
Apoyado por su partido, Guaidó concurre a las elecciones parlamentarias de 2010 en las que fue electo diputado suplente de su estado Vargas. En 2012 el partido lo presentó como precandidato para gobernador de Vargas en unas primarias desarrolladas por la Mesa de Unidad Democrática (MUD); la plataforma de partidos políticos opositores, y perdió frente a Roberto Smith. Sin embargo, para 2015 la MUD lo postula como diputado principal del estado Vargas, ganándose su escaño. En este periodo legislativo (2016-2021) se ha venido desempeñado como vicepresidente de la Comisión de Política Interior, presidente de la Comisión de Contraloría, jefe de la fracción opositora y ahora presidente.
Para el venezolano común, sometido a la interminable y atroz crisis socioeconómica y humanitaria, además de un cerco mediático que le impide tener acceso a información sobre las actividades de los partidos opositores o de la AN, Guaidó fue, el 5 de enero cuando asumió la presidencia de la Asamblea, una cara poco conocida. Sin embargo, un vistazo a su itinerario político constata su perseverancia sin haberse detenido desde que se iniciara en la UCAB en la primera década del siglo XXI. Es un político con una historia relativamente amplia, siempre desde su partido Voluntad Popular.
Discurso y retos
El discurso del 5 de enero fue la campanada de un nuevo día para las fuerzas democráticas del país. Guaidó asumió las riendas del único poder público legítimo que queda de la democracia que alguna vez tuvo el país. Trae en su rostro, figura y talante, la savia de una nueva generación. Su discurso parece corroborar el arduo trabajo que en los meses y años anteriores han hecho dirigentes, partidos y sociedad civil para elaborar una hoja de ruta más sólida, compleja y viable. La apertura del nuevo año legislativo, la juramentación de su nueva directiva y el discurso de Guaidó, mágicamente abrieron de nuevo una ventana de oportunidades políticas para iniciar una vez más la lucha por alcanzar la transición democrática en Venezuela.
El discurso de Guaidó del 5 de enero fue inclusivo. Se dirigió al pueblo todo: al que vive en el territorio y el errante por el mundo, a militares, policías, funcionarios públicos aún aquellos que apoyan a Maduro, “el hombre en Miraflores”. El cúmulo de irregularidades con los cuales se llevaron adelante las elecciones presidenciales el 20 de mayo de 2018 hicieron que no fuesen reconocidas ni por la AN, ni por actores relevantes de la comunidad nacional e internacional. De manera que Guaidó le endilgó a Maduro el calificativo que de allí en adelante ha sido utilizado en el discurso político: “usurpador”.
En dicho discurso, Guaidó recordó su origen humilde y se identificó como un sobreviviente del deslave de 1999. Reconoció la justeza de las críticas que los venezolanos hemos hecho a las fuerzas políticas opositoras, sus fallas, errores. Sin embargo, constató como un gran triunfo político la sobrevivencia de la AN, gracias al esfuerzo de sus diputados, quienes han recibido toda suerte de ofensas y represiones. Pese a reiteradas amenazas de cerrar la Asamblea, de despojar a los diputados de sus posiciones e inmunidades y, a dos años de no recibir salarios, estos han resistido.
Durante su discurso aludió a la crisis humanitaria, al colapso económico, a la miseria que ha conllevado la puesta en marcha de un socialismo que nunca tuvo respaldo popular. Consideró que el chavismo traicionó sus propias banderas de “justicia social, inclusión, igualdad y lucha contra la corrupción, con las cuales llegaron al poder”.
Guaidó enfatizó además que la crisis tiene un origen político y, por tanto, la solución es política. Y presentó la nueva estrategia para recuperar la democracia y volver a integrar a Venezuela en la comunidad internacional. Es una estrategia con tres fases: a) cese de la usurpación; b) gobierno de transición; c) elecciones libres. Esta hoja de ruta se ha constituido como un mantra que se repite a diario en todos los espacios donde se discute la política del país.
Guaidó también hizo un explícito reconocimiento a la labor desarrollada recientemente, no sólo por actores políticos, sino por la sociedad civil para elaborar un Plan País; es decir, un plan mínimo de gobierno. Sostuvo que, en esta etapa, la AN y sus autoridades se constituyen en el espacio articulador del “encuentro y unificación de todas las fuerzas democráticas, dentro y fuera de Venezuela, para que juntos logremos lo anteriormente planteado. Y cuando digo unificación… no me refiero solamente a la Unidad de los partidos, si no a de la Unidad Superior contra la dictadura: liderazgos políticos y de la disidencia interna al régimen, de la sociedad civil, venezolanos en el exterior y de los venezolanos en uniforme que sirven en nuestra Fuerza Armada Nacional y demás instituciones del Estado”. El discurso terminó dirigiéndose directamente a la Fuerza Armada, a la cual conminó a sacudirse la tutela cubana e integrarse en el proceso de reconstrucción del país: “La cadena de mando está rota. Hoy siguen más vigentes que nunca las palabras de Rómulo Betancourt, el padre de la democracia: ‘Cuando Venezuela necesitó libertadores, no los importó, los parió’ ”.
Tras la juramentación de Maduro para un segundo período presidencial, considerado inconstitucional por la AN y la mayoría de las naciones democráticas del mundo, comenzaron a convocarse cabildos abiertos en localidades de todo el territorio venezolano para informar, organizar y movilizar a la población a pedido del Parlamento. Guaidó llamó a una demostración de músculo político en todas las ciudades venezolanas para el día 23 de enero, fecha icónica en Venezuela por conmemorarse la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958.
El 23 de enero la población venezolana salió masivamente a ocupar los espacios públicos de las urbes nacionales en sincero y sólido apoyo a Guaidó, la AN y el nuevo esfuerzo pro democrático. Se sobrepuso a los saldos de represión, prisión, exilio y muerte de los intentos anteriores y expresó con su presencia la voluntad colectiva de emprender este nuevo esfuerzo. Ese día en decenas de ciudades del mundo también ondeó la bandera venezolana, levantada por la diáspora. En medio de esta euforia y energía, Guaidó, quien había expresado en su discurso anterior del 5 de enero estar dispuesto a asumir la encargaduría de la Presidencia de la República cuando contara con el claro y sólido apoyo popular, se juramentó como presidente encargado de Venezuela. Una iniciativa audaz y temeraria. Sin embargo, galvanizó el momento y abrió con ello un nuevo juego político de consecuencias irreversibles.
Después del 23E
A los pocos minutos de la juramentación de Guaidó como presidente encargado, el gobierno de los EEUU lo reconoció como tal. En los días siguientes los países que conforman el Grupo de Lima, y gobiernos de la Unión Europea, entre ellos Portugal, también han venido dándole su respaldo. La rapidez de estos reconocimientos, sobre todo del gobierno de Donald Trump, deja ver cómo la estrategia de las tres fases, así como las tácticas diversas que desde entonces se han venido desarrollando, incluida la juramentación, fueron seguramente consultadas antes con partidos nacionales y actores internacionales. Siendo esto así, este nuevo esfuerzo es el más planificado, consultado y coordinado de los varios hechos por las fuerzas democráticas para conminar a Maduro a que permita la vuelta de la democracia en Venezuela.
Al cierre de este artículo, continúan día a día diversas iniciativas nacionales e internacionales acumulando presiones inauditas para que Maduro renuncie o negocie una salida que permita la conformación de un gobierno de transición y el llamado a elecciones libres. En las tres últimas semanas, EEUU ha impuesto sanciones muy severas y gobiernos latinoamericanos y europeos, incluidos repúblicas que estuvieron tras la cortina de hierro durante la Guerra Fría, han tomado diversas iniciativas, desde rechazar la legitimidad de Maduro, hasta suspender relaciones diplomáticas y/o relaciones económicas y comerciales. La situación para Maduro pareciera aproximarse a su desenlace.
Sin embargo, el futuro es difícil de pronosticar. Los altos mandos militares siguen cohesionados alrededor del usurpador, y poderosos intereses económicos y financieros se aferran a los privilegios de los que han disfrutado bajo un régimen devenido mafioso y un Estado crecientemente colapsado. Adicionalmente, al expandirse el conflicto a la esfera internacional, Maduro también ha incorporado a los regímenes autoritarios del siglo XXI: Rusia, China, Turquía, Irán y Corea del Norte como aliados, lo que introduce factores más complejos aún a considerar y hacen difícil saber cuándo se dará el punto de quiebre.
2019 ha traído la mayor oportunidad para que los venezolanos recuperemos una república y una democracia destruidas por el proceso sociopolítico chavista; un proceso que se inició con grandes expectativas y terminó en un fracaso estruendoso y una tragedia indescriptible. Pese a tantas dificultades, en enero asomó un renovado liderazgo político curtido en batallas civiles de calle e institucionales en los escasos espacios democráticos que aún quedan en Venezuela. La Asamblea Nacional ha surgido como la nave que emprendió esta nueva travesía, con sus renovadas autoridades y su líder Juan Guaidó, un personaje civil, que dice querer ser un servidor público, que trabaja con sus colegas, que tiene relaciones sólidas con la sociedad civil, y sobre todo, que ha advertido que nunca cejará en el esfuerzo de recomponer un futuro civilista y democrático para el país.
Miguel Pizarro: “Ni Maduro es Ho Chi Minh ni Venezuela un Viet Cong”
POR Oscar Marcano
PRODAVINCI 17/02/2019
En febrero de 2018, la oposición se levantó de la mesa de diálogo en República Dominicana, desconoció las elecciones presidenciales del 20 de mayo y logró que 46 países las considerasen espurias. El 5 de enero de este año, la Asamblea Nacional eligió al diputado Juan Guaidó, presidente de la misma. El 10 comenzaba, en teoría, un nuevo período presidencial, pero el 15 de enero la Asamblea declaró la usurpación del cargo por parte de Nicolás Maduro, y se produjo la juramentación de Guaidó como Presidente encargado, obteniendo el reconocimiento de 51 países. En paralelo, aprueba una ley de Amnistía para absolver a militares y civiles que, apegándose al artículo 333 de la constitución, colaboren en la restitución del orden constitucional. A partir de entonces, y luego de un balsámico periodo de catarsis guaidociana, la ayuda humanitaria se ha convertido en la piedra angular de la política. Lo que nos trae obligatoriamente a Miguel Pizarro, presidente de la Comisión Especial de Seguimiento a la Ayuda Humanitaria y responsable de la Estrategia Nacional de Atención a la Emergencia Humanitaria Compleja.
–¿Qué hizo que el foco de la estrategia de la oposición se desplazara a la empresa de la ayuda humanitaria como punta de lanza?
–En 2016, cuando esta nueva mayoría ganó la Asamblea Nacional, una de sus primeras acciones fue declarar la emergencia humanitaria compleja, acción que el régimen bloqueó usando su Tribunal Supremo de Justicia. Lo reintentamos en 2017 con una ley que trascendía la declaratoria y pasaba a su aplicación, pero de nuevo fue bloqueada por la misma vía. ¿Por qué pongo estos antecedentes en contexto? Porque el cuadro al que llegamos hoy, donde el 60% de nuestras medicinas no se consigue aunque se tenga el dinero, donde el 85% del equipamiento médico de nuestros hospitales no funciona, el 90% de las emergencias están fuera de servicio y el 90% no tiene agua ni luz regular ni rotación de insumos necesarios, se pudo haber evitado. El hecho de que 4 de cada 10 niños que van a escuelas públicas tengan problemas de talla y peso, es decir, no estén creciendo ni nutriéndose como deberían por carecer de la alimentación necesaria; el hecho de que Venezuela supere a todos los países de América Latina en desnutrición crónica con las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo, nos pone en un escenario donde no es que hubo un terremoto, no es que cayó un meteorito, es que el diseño político de quienes están en el poder nos condujo a una tragedia. Por eso es una emergencia humanitaria compleja, porque fue producida por la labor del hombre, por decisiones del hombre, por obra de los que están en el poder. Y estas cifras tienen nombre y apellido: es Susana, una mamá del J. M. de los Ríos, cuya hija falleció por falta de insumos; es Mauricio, quien en un derecho de palabra en la Comisión para hablar como paciente VIH positivo, de los cinco minutos que duró su intervención, cuatro minutos y medio los pasó diciendo nombre, apellido, cédula y edad de quienes habían muerto por falta de un tratamiento que en cualquier lugar del planeta es rutinario. Nosotros, desde la Asamblea, tomamos una decisión de fondo: estamos construyendo los embriones institucionales del futuro. Y ya no actuamos como una alternativa: actuamos como una fuerza que se prepara para ser gobierno. Sabemos que la iniciativa humanitaria no resuelve la crisis social, pero le pone un parado a ese destino seguro que es la muerte en las condiciones actuales. Y estos embriones institucionales del tema humanitario permitirán auxiliar a quienes hoy están en la espiral de la miseria, esos 300.000 venezolanos en condición de vida o muerte. Basta con escuchar a Francisco o a Jesús, dos pacientes de diálisis, cuando dicen que cada vez que les toca conectarse a la máquina sienten pavor por no saber si se van a levantar vivos de ella, porque se va el agua, porque no destila bien, porque no funciona como tiene que funcionar. Es lo que hoy nos mueve a que esto, que si bien es una realidad política, sea primero una realidad social. En la Asamblea tenemos un plan estratégico que divide en tres etapas la atención humanitaria. Tenemos una hoja de ruta que determina cuáles son las poblaciones vulnerables, un mecanismo de control y transparencia para establecer el acompañamiento de las organizaciones, pero además, tenemos una decisión política: lograr empoderar a quienes durante años han venido haciendo un trabajo casi clandestino para que la emergencia humanitaria tenga mecanismos que la mitiguen. Solo quien ignora el desastre o a quien no le importa, es capaz de juzgar la ayuda como limosna, como intervención militar solapada o como herramienta política de confrontación.
–¿Cómo terminó Miguel Pizarro al frente de la Comisión Especial para el Seguimiento de la Ayuda Humanitaria Compleja?
–Fue una decisión de la presidencia de la Asamblea Nacional. La tomó Juan Guaidó. Su idea era que quienes estábamos a la cabeza de las áreas programáticas pudiéramos asumir tareas estratégicas. Pero aparte de ese mandato político, tengo una razón muy mía, y es mi hermana. Mi hermana no está aquí por la misma emergencia. Tiene un tumor cerebral no operable por la zona donde está ubicado. Durante mucho tiempo tuvo su tratamiento –vivía en Maracay–, hasta que un santo día la corrupción se lo arrebató. Por un tiempo se intentó traer de fuera pero no se pudo. Al no recibirlo se empezaron a presentar episodios de parálisis; primero de la cara, luego de un brazo, después pasó a ser una parte del cuerpo. Mi hermana empeoraba y tuvo que migrar justo en la campaña electoral. En el momento en que salí electo diputado me tocó ir a Maiquetía a despedirla. Ya fuera, pudo retomar el tratamiento y superar la parálisis. Ahora puede trabajar, atender a su hija. Pero lo justo es que eso hubiese ocurrido aquí en su país, que se estuviese tratando acá, no en otro lado.
–De acuerdo con los estándares internacionales, ayuda humanitaria es la transferencia de recursos de un donante a un receptor para salvar vidas y aliviar el sufrimiento de una población aquejada por una crisis. Por otra parte, es a corto plazo, no puede sustituir al gobierno ni resolver los problemas estructurales del país afectado, además de no tener fines políticos, comerciales ni militares. Vayamos por parte: ¿quiénes son los donantes?
–Contamos con tres fuentes de apoyo. La primera son los gobiernos y los países. Entre estos tenemos a Estados Unidos, a Colombia, que ha ayudado mucho, sobre todo en el tema logístico, a Alemania, Canadá, Chile, Francia y Reino unido. Con algunos de estos países estamos en el tránsito entre la oferta y el papel técnico, que lo convierte en demanda, porque hay algo que queremos explicar: nosotros no administramos recursos. La Asamblea Nacional no administra dinero. Para cada oferta que hace un gobierno hay un documento técnico preparado por Julio Castro, Luis Pedro España, Omar Zambrano, muchas de las organizaciones no gubernamentales cuyas siglas nos reservamos para protegerlas, muchos expertos, algunos muy convencidos, otros no tan convencidos, pero aportando igual su conocimiento para que esto tenga sentido. La ayuda humanitaria comprende rubros muy específicos: auxilio alimenticio, suplementos nutricionales, equipamiento médico, insumos de las medicinas crónicas esenciales y recurrentes, y todo aquello que involucra tratamientos hospital-dependiente y de personas en riesgo de vida o muerte por su condición. Ese es el cuadro. Y en él tenemos una primera línea de donantes que son los países y los gobiernos. Luego están las agencias de cooperación, las cuales dependen en algunos casos del ejecutivo de sus países. En otros casos de privados que prestan su ayuda. Aquí contamos con agencias de cooperación norteamericanas y europeas. Y la ayuda no es solamente lo que envían. Comprende también capacitación de organizaciones no gubernamentales, ampliación de mecanismos de transparencia y seguimiento en la distribución, tecnología de acopio y distribución logística. Porque la ayuda humanitaria no es un inventario que está en un galpón en Cúcuta, cruza la frontera y entra a Venezuela. Eso es un primer paso. A partir de ahí hay que distribuir de acuerdo a prioridades, a unos espacios nodriza, unos tejidos capilares naturales para que la ayuda efectivamente llegue. El proceso requiere de una base de voluntarios que permite detectar, ayudar, acompañar. Exige respetar cuatro principios que para nosotros son sagrados: Uno, Humanidad. El sufrimiento debe ser atendido donde esté y la gente no puede ser utilizada para ningún fin distinto a ayudar. Dos, Transparencia. Que todo lo que llegue, efectivamente llegue, y pueda ser auditado. Tres, No politización. Que nadie sea pasado por un prisma político ni el proceso sea implementado por ningún partido, sino por el cuarto punto, que es Institucionalidad y coordinación, que es que nosotros, desde la institución, nos convirtamos en un ente que facilita procesos pero no los protagoniza. Y tenemos una tercera fuente de donantes que es la diáspora, nuestros hermanos venezolanos fuera. De esos 3 millones, hemos detectado que por lo menos el 10% está en disposición de montar mecanismos de ayuda verdadera, de acopio, de distribución, incluso de poder ayudar directamente a personas. Esa tercera vía para nosotros es muy importante, y queremos visibilizarla en desmedro de una narrativa obstruccionista que ha restado protagonismo a una ciudadanía que a lo largo de todos estos años se la ha jugado por el futuro aquí y fuera de Venezuela.
–¿Quiénes son los receptores?
–Los más vulnerables. En esta primera etapa, mientras luchamos contra la usurpación, sabemos que la expectativa debe ser manejada de manera correcta, porque una mala expectativa es tan dañina como una mentira vociferada. En esta primera fase perfilamos un primer sector de 300.000 venezolanos que están en rango de vida o muerte y requieren atención por riesgo nutricional o por acompañamiento médico. Han sido detectados por la vía de las redes de médicos, la Encuesta Nacional de Hospitales, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la Población Venezolana (ENCOVI), el Estudio Nacional de Pobreza, y la data de atención de las organizaciones de manera directa.
–Aunque se haya reiterado en múltiples declaraciones que la ayuda humanitaria no es un tema político, para mucha gente –y particularmente para el gobierno– lo es. Cosa que demuestra con su miedo. Claramente la preocupación oficial no es ni la soberanía ni la integridad territorial, porque ambas las entregó hace tiempo a distintos factores extranjeros que van desde Cuba y China hasta grupos de irregulares armados. Basta ver el desguace ambiental del mal llamado arco minero. El miedo del gobierno parece apuntar a que detrás de la ayuda humanitaria se produzca un proceso de desalojo forzado del poder. O lo que es lo mismo: que esta se convierta en una suerte de caballo de Troya.
–El miedo es natural en aquel que ha actuado infundiéndolo. Pero la ayuda humanitaria no es un caballo de Troya. ¿Cuál es nuestro ejército? Médicos, enfermeras, pacientes, familiares, víctimas. Nosotros queremos que la ayuda entre sin confrontación. Que no solamente entre una vez, sino que se establezca un corredor humanitario que haga recurrente el sistema de ayuda, mientras podamos construir los paliativos de esta crisis. Y querer eso implica que estamos dispuestos a hacer toda la presión diplomática y política para que ocurra. Desde lo que han venido haciendo instituciones como la Iglesia, hasta el llamado que ha hecho el grupo de contacto europeo, el cual ha dejado solo dos conclusiones como tarea de su misión: elecciones libres y que la ayuda humanitaria entre al país. En su discusión no está cómo preservar a Maduro en el poder ni cómo estabilizarle las condiciones políticas. Aquí hay una decisión del mundo entero para que se dé un proceso de cambio. Nosotros estamos dispuestos a ir a la frontera a conseguir que la ayuda entre. Estamos dispuestos a organizar a médicos, enfermeras, a sacerdotes, monjas, pacientes, familiares, y a reclamar nuestro derecho para que la ayuda arribe al país. Pero hay una cosa de fondo. Nosotros hemos planteado una ruta, que es el cese de la usurpación. Eso quiere decir que quienes hoy ilegítimamente están en el poder deben entender que la única forma de que no siga la presión, que no se siga estrangulando a los corruptos en términos financieros y manteniendo la presión diplomática, es haciendo que quien hoy encabeza ilegítimamente el poder ejecutivo, deje de estar ahí. Y este mensaje no es a Maduro. Es a todo su entorno, a los que saben que con cada día que pasa en la silla presidencial, tienen menos opciones, menos plata, menos espacio, menos destinos. Y que la preservación de ellos individualmente pasa por entender que el único estorbo para su absolución y las soluciones que el país requiere es Maduro.
–Pero eso no contesta la pregunta.
–Hacia allá voy. ¿Quiénes tienen hoy la pelota en su terreno? Quienes han cerrado las puertas a todas las opciones políticas. Y sobre el tema militar y humanitario, lo repetimos con responsabilidad: nosotros no queremos confrontación. Queremos que la ayuda entre en paz. Nos hemos estado organizando a través de la ciudadanía para que así sea. Y parte de que aquí no haya una amenaza soterrada, es que quienes hoy están en el poder y saben que la ayuda debe entrar, no crucen la delgada línea y por razones políticas e indolencia intenten generar una confrontación entre civiles desarmados, equipos logísticos que han apoyado para que esto funcione y los insumos que hacen falta, versus una fuerza armada que claramente no quiere tomar esta decisión.
El diputado Miguel Pizarro retratado por Roberto Mata | RMTF
–Algunos entes internacionales, expertos en crisis y ayuda humanitaria, así como diferentes ONG han manifestado su preocupación al ver lo humanitario trasegado por la agenda diplomática y política. Se muestran temerosos también de que la ayuda pueda entrar por la fuerza. El propio Francesco Rocca, presidente internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, ha reiterado la sensibilidad del tema.
–Comparto la preocupación de que el repertorio político hoy tenga el tema humanitario como centro. Pero ¿qué nos trajo hasta acá sino la negativa e indolencia de quienes durante años, pudiendo impedir esta tragedia no hicieron nada para evitarla? Reclamar un derecho no es politizar el derecho. Al final, nosotros no podemos quitarnos la gorra de parlamentarios y decir que somos otra cosa. Estaríamos convirtiéndonos en lo mismo que toda la vida hemos criticado. Por eso vuelvo donde empecé: el enrarecimiento de este clima político en el que estamos hoy es producto del merengue que hizo quien está en el poder. Nosotros lo intentamos con el Vaticano, lo intentamos en Dominicana, lo intentamos en la calle. ¿Cuáles eran nuestras cuatro exigencias? Uno, que se respetara la Asamblea Nacional y sus competencias; dos, que los venezolanos pudieran elegir libremente; tres, que se liberara a todos los presos políticos; cuatro, que se procediera a la ayuda humanitaria. Esas han sido nuestras reclamaciones desde hace años. Ahora, cuando por primera vez las cuatro exigencias tienen rostro, tienen presión, tienen resultados, es natural que muchos sientan que van a quedar en medio de dos fuerzas que se estrellan. Pero para quedar en medio de dos fuerzas que se estrellen hace falta que una de ellas esté decidida a llevarse a la otra por delante, y nosotros no somos esa fuerza. No queremos llevarnos a nadie por el medio, sino al contrario, incorporar. Sobre los organismos multilaterales y las agencias que han venido interviniendo, yo creo que más que una negativa, uno puede hacer una línea de tiempo en referencia a cómo ha ido migrando su opinión. Empezaron en la negativa absoluta. Luego dieron un paso al reconocimiento de la necesidad pero con la preocupación diplomática y política. Seguidamente dieron un paso más a la exigencia de que las autoridades militares y civiles que tienen la responsabilidad permitan que la ayuda entre sin confrontación. Y en el caso de la Cruz Roja dieron un paso más, y han dicho: yo no puedo meterme en la entrada, pero si la ayuda entra al país, estamos a la orden para el trabajo logístico, de distribución y acompañamiento. Entonces, tener esa línea de tiempo clara permite demostrar que nosotros estamos actuando institucionalmente y en el marco correcto para convencer a los actores internacionales de que el camino humanitario es la ruta apropiada para paliar la crisis.
–El gobierno la tiene difícil. Si obstaculiza la entrada pierde y si la permite también. Si la impide evidencia crueldad y desidia. Si la permite demuestra su fracaso y el reconocimiento implícito de su responsabilidad en la crisis humanitaria. ¿Qué pasa si para evitarse el trauma el gobierno permite el paso de la ayuda humanitaria? ¿Qué pasa si dice: “Es más, vamos a escoltarlos y a asegurarnos de que los cargamentos lleguen a las instancias que ustedes han designado?
–Esa actitud nos llevaría a la segunda etapa de este esfuerzo: la construcción de un canal humanitario recurrente que permita que la primera ayuda que llega a 300.000 ciudadanos, en el segundo envión llegue a 600.000. Además nos permitiría demostrar muy claramente el contraste entre el problema y la solución, la diferencia entre la corrupción y la improvisación versus la transparencia y la planificación. La sociedad entera, sobre todo los más necesitados, que han sido el corazón de su narrativa política durante años, tendrían la experiencia directa de que nosotros, que según ellos vamos a arrebatarles sus conquistas cuando estemos en el poder, seamos los que traigamos la redención y el progreso. Porque en esta fuerza que hoy se consteliza está la posibilidad de solución, pero no de la solución paliativa, no del trapito caliente, sino la implementación de un plan que empieza por lo humanitario, pasa por un programa de emergencia y nos lleva a un programa de estabilización.
–¿Qué pasa si se obstaculiza la entrada?
–Aquí no hay una sociedad dispuesta a inmolarse por el gobierno. Aquí no hay ejército que se quiera sacrificar por él. Veamos los ejercicios militares de Angostura. ¿Quiénes fueron los protagonistas de los ejercicios militares de Angostura? Fueron unos milicianos que estaban bailando ska. ¿Por qué en los ejercicios civiles de Angostura no hicieron el despliegue de infantería y de aviación que hacían antes? ¿Por qué no están utilizando a la Guardia Nacional y a los órganos naturales de la Fuerza Armada para la represión sino al Faes? ¿Por qué la persecución a los dirigentes políticos hoy no está recayendo en la contrainteligencia militar y el Sebin, como hacían antes, sino en los colectivos y la inteligencia social? Porque en el fondo hay también unos nodos del poder que tampoco están dispuestos a inmolarse por quién está ahí. Pero además, no hay un país que les acompañe. Yo he visto dos cosas de ellos que son profundamente preocupantes. Primero, cómo se refiere Maduro a Estados Unidos y a los norteamericanos cuando habla de Venezuela: “No queremos un nuevo Vietnam”, dice. ¡Pero es que aquí ni Maduro es Ho Chi Minh ni Venezuela un Viet Cong! Aquí no existe una sociedad que quiera tomar las armas en defensa de un proceso que siente como su redención. Tampoco va a haber un Gadafi o una Libia, porque la fuerza que reclama el derecho es una fuerza profundamente civil y pacífica. Aquí más bien hay que agradecer la madurez política de esta sociedad porque no hay nadie en armas: aquí no tenemos un poco de paracos, ni un poco de guerrilleros que hayan tomado un camino distinto para salir de esto y cambiar el poder.
–En otro orden de cosas, usted viene de tradición familiar de izquierda por los dos lados. ¿Cómo procesa usted la frivolidad de una parte de la opinión pública internacional de izquierda, ciertos intelectuales y periodistas que, incapaces de superar las viejas categorías de la guerra fría, voltean la vista ante el problema de los muertos por la represión o la misma crisis humanitaria venezolana? Es la misma añosa tradición de hacerse la vista gorda ante los 18 millones de almas que pasaron por los campos de concentración de Stalin, el millón de cuadros que en el propio Partido Comunista mandó a matar. Para ellos no hubo exterminio de polacos en el bosque de Katyn ni Holodomor ucraniano. A sus espíritus superiores no les importaron los 20 millones de víctimas de las hambrunas del camarada Mao. En su comodidad, Fidel sigue siendo Prometeo y la tragedia venezolana un chiste mayamero, al igual que las masacres de Ortega en Nicaragua. Son esos a los que el filósofo Mark Lilla denomina filotiranos. Para ellos hay crímenes buenos y crímenes malos. Los buenos, los que se atribuyen a la causa superior del socialismo, no cuentan.
–Yo empecé por la indignación, y eso me llevó a comprender que mi trabajo no es molestarme con ellos, sino demostrarles lo equivocado que están al predicar rebeldía, al predicar emancipación y no ser capaz de emanciparse de su propia ortodoxia. Mientras la RDA existía, nadie de izquierda fue capaz de hablar de la existencia del muro de Berlín. Pero una vez caído, una de las banderas más grandes de toda la izquierda fue que nunca más existiese un muro que divida. Si algo tienen en común todas las izquierdas es que, mientras Stalin vivía y la cortina de hierro funcionaba, los gulags nunca fueron tema. Pero una vez que todo eso se va por la borda, se convierte en bandera el que no existan campos de concentración. Lo que yo creo es que hoy en día, aunque nos indigne, no somos nosotros quienes tenemos que juzgar a esos intelectuales. Ellos están juzgándose a sí mismos aunque no lo digan. Saber que aquí se muere gente porque no hay comida y no hay medicinas pero no poder mover el bolígrafo para decir lo que tienes que decir, en el fondo solamente te hace víctima de ti mismo. En el fondo hace que cuando llega la noche y pones la cabeza sobre la almohada, tengas que volver a reflexionar sobre lo que estás defendiendo y sobre lo que estás callando. Yo he aprendido en este proceso la tranquilidad de actuar con plena conciencia y asumir las consecuencias de lo que hago, pero también de sentir lo que ocurre afuera como propio. Es lo que permite que uno duerma tranquilo. Al final, esa intelectualidad de izquierda se ha refugiado en un par de lugares comunes muy básicos. El primero es Estados Unidos. Se les olvida que hay casi 60 países que reconocen el interinato de Guaidó, y se quedan encerrados solo en uno para, desde ese uno, no tomar postura. Esto no es Estados Unidos. Esto es Luxemburgo, esto es Letonia, Rumania, Andorra, Alemania, Francia, Reino Unido, Brasil, Argentina, Chile, Perú y un largo etcétera. El mundo democrático entero decidió que no más, que no se calan más un sistema donde la gente muere por razones que fueron superadas incluso antes de que los salvadores llegaran a hundirnos en la miseria. El que hoy hace un artículo diciendo que en este país ha disminuido la derecha y la diferencia social y que aquí todo el problema es un embargo económico que está acabando con una revolución socialista que empodera a los más pobres, cuando llegue el momento donde los más pobres tengan voz y se expresen como sabemos que se van a expresar, y este país tenga un resultado electoral de 80-20, no por nuestras clases medias, no por nuestra diáspora, sino porque los pobres decidieron no ser más siervos de un Estado, ahí van a tener un hecho claro del cual no podrán escapar. Quienes siempre han dicho que esto es una revolución trascendental que ha cambiado la forma en la que se distribuye la riqueza, cuando en este país terminen de salir todos los papeles que existen y termine de demostrarse cómo fue la distribución de esa riqueza durante estos 20 años, no van a tener dónde meter esa media verdad que utilizaron de excusa. Y eso nos lleva a lo que creo es un tema de fondo: cuando las cosas son una excusa y no son una razón, tú no puedes discutirla como una razón para desmontar la excusa. Hay que entenderla como una excusa y a esa excusa solo se le puede responder con la fuerza de la realidad y de la verdad. Indignémonos, sí, pero nuestro rol no es acusarlos. Nuestro rol es demostrarles por la vía de los hechos una verdad que es mucho más grande que su temor. En el fondo, lo que ocultan esos intelectuales y esos periodistas es miedo. Miedo a decir me equivoqué. Miedo a decir que lo que yo teoricé no funcionó. Miedo a reconocer que el proceso que acompañé, al que doté de narrativa, al que le construí visión de trascendencia, se convirtió en lo mismo que siempre criticaron.