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Si acepto seguir la propuesta de "Juego de Tronos"...


Tormund pregunta a Brienne por las razones de que ella no sea caballero debido a las costumbres y Jaime Lannister decide nombrarla caballero.

Temporada 8 Capitulo 2

"En nombre del guerrero os encomiendo ser valiente

En nombre del padre os encomiendo ser justa

En nombre de la madre os encomiendo defender al ¡nocente"

Juramernto que utiliza Jaime Lanisyer para convertir en caballero a Biene de Tarth.

Cuando se juega al juego de tronos, sólo se puede ganar o morir. No hay puntos intermedios.

Realmente estoy fascinada con la saga “Game of Thrones” por la fantasia medieval que la soporta. La imaginación de R.R.Martin y los guionistas es asombrosa, y sobre todo porque se trata de una època que me gusta mucho y escucho que a personas que ni imagno, le remueve memorias ancestrales que nunca había imaginado, cuando esos temas solo se estudiaban en Historia Universal y Literatura Medieval…

Muchos aspectos de esa época se tocan, y hay un contenido feminista que no dejo de entrever, por la dimensión y calidad de los personajes femeninos màs resaltantes. Pero el de màs contenido emotivo fue para mi, el nombramiento que hizo Jaime Lannister de Caballero de los Siete Reinos a Brienne de Tarth. Ella lo merecía, y Jaime no tiene reparo en nombrarla a pesar de ser mujer. Una muy simbólica aciòn en el contexto de “Game of Thrones”.

La cara de alegría de la mujer era un poema pues tenía acceso, y ahí veo el feminismo de la serie, a la caballería medieval una institución militar, política, económica y social de gran importancia.

El arma de caballería se dio en todas las civilizaciones desde la Edad Antigua, en la Antigua Roma existía la clase social de los équites ("caballeros"), y entre los pueblos germánicos se daban denominaciones genéricas equivalentes a las de armar caballero y velar armas para referirse a la ceremonia de investir de armas a los jóvenes guerreros. Y hasta tiempos más recientes, se conservaría en las islas japonesas entre los caballeros nobles bajo el código Samurai de Honor guerrero. Pero, al contrario que esos precedentes, el concepto medieval de caballero es de creación eclesiástica, tiene como función ideológica elevar a la nobleza a la altura del ideal cristiano (miles Christi o "caballero cristiano"), y no aparece hasta el siglo XI.

El caballero (designado en la época con la palabra francesa chevalier o la latina milites) era un guerrero a caballo de la cristiandad latina (la Europa occidental medieval, que se había definido en torno al Imperio carolingio) que servía al rey o a otro señor feudal como contrapartida por la tenencia de un dominio territorial o por dinero (como tropa mercenaria, lo que en las ciudades italianas denominaban condottiero). La participación de los caballeros en las Cruzadas originó la creación, en Tierra Santa, de las denominadas órdenes militares; y posteriormente, en Europa, de las denominadas órdenes de caballería.

La trayectoria vital de un caballero era, por lo general, la de un hombre de noble cuna que, habiendo servido en su primera juventud como paje y escudero, era luego ceremonialmente ascendido por sus superiores al rango de caballero. Durante la ceremonia el aspirante solía prestar juramento de ser valiente, leal y cortés, así como proteger a los indefensos; lo que se denominaba el código de caballería. Convertido en ideal caballeresco (el del "caballero andante"), fue un importante componente de la ideología justificativa de la función de la nobleza en la sociedad estamental, y se expresó en la denominada literatura caballeresca (cantares de gesta, poesía trovadoresca, romancero, materia de Francia, materia de Bretaña, materia de Roma, libros de caballerías, novela caballeresca) y en todo tipo de obras de arte.

“Al principio, no había hombre por nacimiento mejor que los demás, pues todos descendían de un mismo padre y madre. Pero cuando la envidia y la codicia se apoderaron del mundo y el poder se impuso sobre el derecho, ciertos hombres fueron señalados como garantizadores y defensores de los pobres y los humildes”.

Lanzarote del Lago, libro del ciclo de la Vulgata.

Se ha identificado la evolución de la caballería en distintas épocas: el esplendor de la "caballería heroica" (en la plena Edad Media, la de los cruzados y los reyes santos -San Luis, San Fernando, San Ladislao, San Esteban), el ocaso de la "caballería galante" (en el "otoño de la Edad Media", más preocupada del amor cortés y los torneos y menos austera) (cuando, perdida la función militar en favor del ejército moderno de la monarquía autoritaria, la figura del caballero pasó a ser incluso ridiculizada -como en Don Quijote-). Las reconstrucciones historicistas en la Edad Contemporánea asociaron el comportamiento caballeresco al ideal romántico (Ivanhoe, de Walter Scott); mientras que se revitalizó alguno de los aspectos más truculentos asociados al "honor" (el duelo), o se aplicó a los nuevos deportes alguno de los más aspectos de su moralidad (el fair play). Se llegaron a redactar incluso códigos caballerescos, como el que se expresaba en "los diez mandamientos de la caballería"

Los caballeros eran guerreros a caballo de la Europa medieval que servían al rey o a otro señor feudal como retribución habitual por la tenencia de una parcela de tierra, aunque también por dinero, como tropa mercenaria. El caballero era por lo general un hombre de noble cuna que, habiendo servido como paje y escudero, era luego ceremonialmente ascendido por sus superiores al rango de caballero. Durante la ceremonia, el aspirante solía prestar juramento de ser valiente, leal y cortés, así como de proteger a los indefensos.

La institución de la caballería medieval está ligada a la historia de los guerreros a caballo en el reino de Francia que surge de la descomposición del Imperio carolingio (Francia occidentalis). A finales del siglo X los caballeros se habían convertido en el cuerpo militar más importante, frente a la infantería común, acumulando un creciente poder político. El ejercicio del poder por los caballeros fue posible porque solamente ellos poseían el necesario entrenamiento militar y la suficiente riqueza para mantener las armas y los caballos necesarios para poder desarrollar su forma típica de combate. La diferenciación social basada inicialmente en la habilidad y destreza de los propios caballeros

desembocó en un sentido de clase caballeresca, orgullosa de su conducta y valores marciales y desdeñosa hacia otros segmentos no armados de la sociedad: los clérigos y los campesinos.

Los caballeros nacieron de la necesidad de defender los dominios feudales (nobiliarios o eclesiásticos, ambos vinculados en las mismas familias) contra toda clase de enemigos, incluyendo los pillajes y rapiñas y los salteadores de caminos. De esta forma, la caballería fue un ejército coercitivo. Los caballeros defendían los intereses de aquellos de quienes dependían, es decir, de los señores que les mantenían; lo que entre otras cosas suponía garantizar el cobro de las cargas impuestas a los campesinos.

Así como en los origen de los caballeros predominaba el espíritu guerrero, en los primeros relatos artúricos se daba mayor énfasis al valor militar, a los hechos de guerra y a las descripciones de las batallas. La iglesia procuró moderar los excesos bélicos con instituciones como la tregua de Dios y encauzó el apetito de combate de los milites hacia objetivos más acordes con el espíritu cristiano: la lucha contra las injusticias y la lucha contra los infieles. La incorporación de las tradiciones violentas de la caballería en el seno de la propia iglesia permitió que clérigos fueran célebres narradores artúricos, como es el caso de Robert de Boron, a finales del siglo XII.

Dentro de esta estructura feudal, los caballeros mantenían un feudo que un señor les había concedido, a cambio de rendirle homenaje y prestarle servicio con las armas. A su vez este señor podía ser vasallo de otro señor más poderoso, o el caballero ser servido por otros caballeros de inferior rango. Con el paso del tiempo eran muchos los milites, a veces de baja extracción social, que querían convertirse en caballeros, por lo que se impuso una prueba selectiva, que acabó por tomar la forma de un rito de iniciación, bendecido por la Iglesia, llamado espaldarazo o palmada. Como su nombre indica, el rito consistía en el golpe solemne dado al principiante por su padrino o caballero que le había instruido y le introducía en la Caballería. El prestigio que adquirió la citada ceremonia y el carácter sagrado que le confirió la Iglesia, provocó que muchos nobles de nacimiento se hicieran armar caballeros. Con el tiempo, hacia el siglo XIII, nobleza y caballería acabaron confundiéndose, aunque en general los nobles eran los responsables de mantener la paz debido a su asunción de autoridad real, y a veces a un especial carisma basado en su descendencia de héroes o santos, mientras que los caballeros eran sus auxiliares, sin un linaje distinguido y con poca o ninguna tierra. No obstante, se debe resaltar que el título de caballero no es parte del escalafón feudal en sí, sino que puede atribuirse a señores de muy distinto rango. Ejemplos de ello son Ricardo III de Inglaterra, que antes de ser rey fue duque de Gloucester y fue armado caballero, o Eduardo el príncipe Negro, que era príncipe de Gales y duque y fue armado caballero tras la batalla de Creçy.

Auge

El auge de la caballería tuvo lugar en Francia hacia los siglos XII o XIII, en la misma época que los relatos artúricos, pero se desarrolló y tomó forma en un contexto europeo. En los primeros relatos (Cantar de Roldán) la caballería o caballerosidad se identifica con la acción valerosa en el campo de batalla. Sin embargo, a partir del siglo XII esta se entiende como un código social, moral y religioso de conducta caballeresca, haciendo hincapié en las virtudes de coraje, honor y servicio.

Ideales caballerescos

Valor

Los caballeros deben soportar sacrificios personales para servir los ideales y a las personas necesitadas. Esto implica el elegir mantener verdad a toda costa. El valor no significa arrogancia, sino tener voluntad de hacer lo correcto. Estos personajes tenían un gran valor, capaces de pelear con gran coraje contra seres superiores que mantenían a las personas de los pueblos aterrorizados. Los caballeros eran capaces de enfrentarse a personas con mayor habilidad para luchar, sin medir consecuencias. Por ejemplo: En la toma de Valencia Pedro Bermúdez, Álvarez Fañez y Muñoz Guztos luchan heroicamente contra un ejército mucho mayor que ellos.

Defensa

Los caballeros juraban cuando eran ascendidos, defender a sus señores y señoras, a sus familias, a su nación, a las viudas , a los huérfanos, y a la Iglesia.

Fe

Los caballeros que tenían una fuerte fe en Dios les permitía llevar a cabo toda una vida de sacrificios y sin caer en tentaciones, dándoles raíces y esperanza fuertes contra los malvados del mundo. Por ejemplo: El Cid siempre antes de una batalla, la encomendaba a Dios y sabía que de Él dependía la suerte del éxito.

Humildad

Los caballeros humildes eran los primeros en decir a las otras personas cuando llevaban a cabo hechos de gran heroicidad, dándoles el honor que merecen de sus buenos hechos. Y dejando a otros que los feliciten por sus propios hechos y estos los ofrece a Dios. Esta es una de las características más sobresalientes de un caballero.Por ejemplo:El Cid siempre atribuía el éxito de las batallas al coraje de sus soldados y repartía proporcionalmente las riquezas ganadas. JusticiaPara los caballeros era muy importante buscar la verdad sobre todo, los caballeros no buscaban su beneficio personal. La justicia sin templar por misericordia puede traer pena, sin embargo. La justicia buscada por los caballeros sin la flexión a la tentación era la utilizada por ellos. Por ejemplo: El Cid bien pudo haber matado a los infantes de Carrión pero prefirió que se hiciera un juicio y castigarles justamente. GenerosidadLa generosidad era una característica de un caballero. Para contradecir la debilidad de la avaricia, los caballeros eran tan abundantes como sus recursos permitirían. Un caballero generoso puede recorrer mejor la línea entre la misericordia y la justicia fría.Por ejemplo: El Cid repartía los bienes de las batallas ganadas y además era generoso con los enemigos derrotados como el conde Berenguer.

Templanza: El caballero debía estar acostumbrado a comer y beber con moderación. Además el caballero debe ser moderado con sus riquezas, esto no significaba abstenerse de ellas sino, no utilizarlas vanamente. Sin templanza no se podía mantener el honor de la caballería. El caballero debía contenerse de sus apetitos sexuales. LealtadLos buenos caballeros juraban defender fervientemente sus ideales, a la Iglesia y a sus señores, ellos darían su vida por defenderlos. Por ejemplo: El Cid bien pudo haber luchado contra el rey Alfonso y derrotarlo, pero él le era fiel y cumplió sus órdenes de destierro.

Nobleza: La nobleza es el principio de la cortesía. Y los caballeros debían así ser corteses, honrados, estimables, generosos e ilustres equitativos a todos mientras que desarrollaron y mantuvieran un carácter noble con los ideales de la caballería. Un caballero es por siempre un ejemplo a seguir. Armas de los caballeros Las armas de los caballeros medievales respondían a la caballería pesada propia de una época anterior a las armas de fuego. El equipo de protección, que inicialmente se limitaba a un casco o yelmo, un escudo, y en su caso una cota de malla (el uso de las grebas para las piernas, propio de la época grecorromana, decayó), fue complicándose con el tiempo, añadiendo una coraza a la que se articulaban piezas cada vez más numerosas, hasta componer armaduras que podían fácilmente pesar más de 25 kg, lo que exigía una particular resistencia tanto a los caballeros como a sus caballos (que también podían acorazarse). Su solidez hacía muy difícil herirlos mientras estaban montados, siendo la táctica habitual proceder primero al derribo para atacar algún punto débil cuando estaban en el suelo.El juramento era como el tomar los votos para un caballero era un compromiso personal de que ideales defendería, y a partir de ahí sería, su rutina en la vida, en el pasado existíeron varias ordenes,(de las cuales hablaremos mas adelante) como la Orden de San Jorge, los Templarios, o tan antiguas como los Benjaminitas, y los Macabeos, en todos estos casos el caballero surgia por la necesidad de DEFENDER, nunca de atacar, era un guerrero que tenia que EVITAR que el indefenso sufriera a manos del opresor, con el tiempo este noble origen se persio por varios motivos, ya sea porque las mismas "Ordenes" debido al poder que adquirian se corrompian al mezclar intereses materiales, o porque los individuos caian ante la tentacion del poder, y se convertian el el mal contra el que ellos luchaban (que irónico ¿no?)por eso el juramento del caballero, era escencial, a continuación le citaremos un juramento "universal" extraido de la pélicula: "Corazón de Dragón" donde presisamente el personaje principal, esta en una lucha por recuperar su fe en los antiguos ideales, (se supone que el juramento se repetia por el novicio, despues de que un odenado lo decia en voz alta) el juramento es este:

Un caballero Jura valor.Su corazon solo conoce la virtud.Su espada defiende a los indefensos.Su fuerza sostiene a los afijidos.Su palabra solo habla verdad.Su ira deshace la maldad.

La espada era el arma personal y "de mano" más común para el combate singular, en que un caballero se enfrentaba a otro. Bendecida por un sacerdote, la espada era generalmente el arma preferida de un caballero, que procuraba personalizarla (algunas incluso recibían nombres), y era considerada tanto arma como símbolo (la hoja y la empuñadura tienen forma de cruz). La espada más común era la denominada espada bastarda o "de mano y media", de hoja templada de acero de doble filo, recta y larga (entre 100 y 120 cm), pero que solamente pesaba de 3 a 4 libras (entre 1200 y 2000 gramos), lo que permitía un manejo ágil en el campo de batalla. Espadas más grandes eran las denominadas espada larga (longsword), montante, mandoble o espadón, que podían llegar a medir dos metros o más y pesar hasta cuatro kilos; diseñadas para ser utilizadas con las dos manos, la contundencia de sus golpes provocaba terribles daños, aunque volvía más dificultoso su uso y transporte. La sofisticación y agilidad de otras modalidades de armas blancas no fue propia de los combates y torneos de la caballería medieval, sino de la esgrima de la Edad Moderna (florete, sable); pero sí se usaban todo tipo de armas cortas (cuchillos, puñales, dagas), solas o en combinación con las espadas.

La maza y el hacha completaban el equipo de armas personales "de mano", útiles para atacar las armaduras. La maza era una bola pesada claveteada asociada directamente a una manija, contaba con dos versiones: la del lacayo (de largo mango) y la del jinete (de mango corto y dirigido).

La lanza era la segunda arma preferida de un caballero. La rectitud de su asta simbolizaba la verdad, y su cabeza de hierro, la fuerza. Se utilizaba generalmente para empujar al enemigo hasta tirarlo de su caballo. Tenían hasta 3 m de longitud y se remataban con una punta de lanza de forma triangular.

El conjunto de armas y armadura se denominó, a partir del Renacimiento, con el término clásico de panoplia.

Armas contra los caballeros

El concepto de la lucha a distancia era particularmente contrario a los valores caballerescos. La sangrienta derrota de la nobleza francesa a caballo asaeteada por los arqueros ingleses plebeyos en la batalla de Agincourt (1415) simbolizó el fin a la época dorada de la caballería.

El arco común tenía limitaciones de alcance y precisión, y su uso por los caballeros era más frecuente para la caza que para la guerra. El arco largo inglés, de hasta dos metros de tamaño, era difícil de dominar, pero tenía un alcance efectivo de más de cien metros.

La ballesta era un dispositivo mecánico corto, cuyo arco de acero lanzaba flechas pequeñas (hasta docenas) con gran potencia. Cargarla tomaba un tiempo que limitaba su eficacia. Prohibida por la iglesia, la mayoría de los caballeros la consideraban una arma que deshonraba, pero algunos la utilizaron de todos modos.

La pica era un arma de origen suizo que servía para oponerse a las cargas de caballería, clavándola en el suelo o sujetando un extremo con el pie, y oponiendo su extremo armado a los caballos, que se herían con él. Eran mucho más largas que las lanzas: hasta 5 metros de largo, y su uso era especialmente eficaz cuando equipaba a compactas unidades de infantería (piqueros, lansquenetes).

Acto de nombramiento

El aspirante, en primer lugar, debía pasar el día anterior en vigilia, además de estar vestido con las piezas de la armadura puestas, para lo cual era ayudado. Además tenía que tener una limpieza tanto física (paños y cuerpo), como espiritual (ser puro de corazón). En ese estado de recogimiento que debía ser el de la vigilia, se le informaba de todo los trabajos y sufrimientos que habría de pasar al tomar la caballería. Acto seguido se ponía a orar de rodillas, pidiendo el perdón de sus pecados y la asistencia divina en la tarea que se le iba a presentar.

Así se suponía que también pasaba la noche. En la mañana de la investidura se volvía a arreglar y descansaba brevemente en una cama. Acto seguido pasaba a oír misa.

Una vez concluída la misma se presentaba ante él, el que le había de armarle caballero y le interrogaba de su disposición a la investidura. Ante la respuesta afirmativa le ayudaba a calzarse las espuelas, y le ceñía la espada.

Una vez concluidos todos los preparativos previos, y con la espada desenvainada se trasladaba, si haceía falta, al lugar de la ceremonia donde se procedía a realizar un juramento triple: no dudar en morir por su ley (fe cristiana), por su señor natural, y por su tierra.

Una vez pronunciado el juramento se le daba la pescozada, para que no olvidara lo que había jurado. Al tiempo, los oficiantes y el postulante pedían a Dios que no les permitiera olvidarlo.

El siguiente rito era el de ceñir la espada. Recordemos que la espada había quedado desenvainada. Ahora, el padrino de armas, era el que le ceñía de nuevo la espada al caballero novel. Este padrino podía ser su señor natural, un caballero honrado o un caballero bueno de armas. Por último ya sólo quedaba festejarlo con un gran banquete e incluso con algún torneo (aunque lo prohibiese la iglesia), coincidiendo con fechas señaladas en el calendario. Y el resto es historia..

EL RITO DE ARMAR CABALLEROS EN LA EDAD MEDIA

Una tradición variable para el ingreso en el ordo caballeresco. José Manuel Rodríguez García

Aparecido en el nº de Mayo de 2006 de la revista Historia de Iberia Vieja

Las virtudes arman al caballero cristiano. En el apéndice catequético del Concordantiae Caritatis, de Ulrich of Lilienfeld. Budapest, Kegyesrendi Központi Könyvtár MS CX 2, fol 253r.

El Orden de la caballería, que constituye un grupo nobiliar, fue primordialmente, y sobre todo en origen, el grupo militar de los protectores de la sociedad y la fe cristiana. Como decía Alfonso X en su segunda partida, el miles (que él traduce por caballero aunque en su sentido etimológico podría ser cualquier soldado), es un hombre especial, que al igual que Dios eligió entre los más duros para acaudillar militarmente a su pueblo contra Gedeón, es seleccionado por los monarcas y dirigentes, uno en mil, entre los más preparados física y moralmente, para soportar los peligros y esfuerzos que acarrea defender el código de la caballería, y convertirse en defensores de la ley (fe), la tierra y el rey (y por extensión del pueblo).

El ingreso en el ordo o clase de la caballería, aunque atestiguado al menos desde el s. XI, como un ritual, no tiene sus primeras plasmaciones doctrinales hasta finales del s. XII y, sobre todo, en el s. XIII. Ciertamente, y remitiéndonos a las fuentes documentales, debió de existir una evolución en la elaboración de este rito; en origen la imposición del cíngulo militar, a lo que habría que añadir diferencias locales, según se constata en diversas obras europeas.

En el siglo XI, el acto debió circunscribirse al aspecto más puramente militar, al acto de armarse con todas las armas, sobre todo la espada. A partir de la segunda mitad del s. XII se atestigua otro gesto fundamental en este rito, la "pescozada".

La "pescozada", o espaldarazo, era algo relativamente reciente para 1170, como lo refleja Lamberto de Ardres. Incluso el autor tiene que dejar claro que, por ejemplo, cuando el hijo de Balduino de Flandes, Arnulfo, con motivo de recibir la espada de caballero, en 1187, recibe la "pescozada" de su padre, el hijo no tenía que devolvérsela (la pescozada). Para España la primera referencia a la pescozada, aparece en el fuero de Cuenca, de principios del s. XIII. Sin embargo las fuentes no dejan claro en qué consistía esta pescozada, aunque lo más probable es que se tratase de una bofetada en la cara. De ahí se pasaría al espaldarazo o golpe en la espalda y finalmente al golpe de la espada en la cabeza del investido (ya en el s. XV)

Si bien el código caballeresco es bastante uniforme, al menos desde el s. XIII (en parte gracias a la homogeneidad de un grupo social con funciones bien definidas hasta entonces, el papel homogeneizador de las cruzadas y los libros de caballería -como el ciclo artúrico-), el rito no lo será tanto.

La segunda partida de Alfonso X (ca. 1280) junto con el Libro de la caballería de Ramón Llull son las obras de referencia que intentan fijar un ritual que se podría tomar como modelo.

Para el rey castellanoleonés los caballeros han de ser nobles de linaje (algo que luego variará con el tiempo). Los pasos a seguir serían los siguientes:

El aspirante, en primer lugar, debe pasar el día anterior en vigilia. Además debe estar vestido lo mejor posible, para lo cual será ayudado. Esa limpieza debe ser tanto física (paños y cuerpo), como espiritual. En curiosos hacer notar que Alfonso se toma la molestia en puntualizar que el ir limpio, y tomar los dos baños, (al principio de la vigilia y luego, antes de la propia ceremonia de la investidura) no implica un menoscabo de lascualidades varoniles del candidato, ni de su fortaleza, ni de su crueldad necesaria. En ese estado de recogimiento que debe ser el de la vigilia, se le informará de todo los trabajos y sufrimientos que ha de pasar al tomar la caballería. Acto seguido se pondrá a orar de rodillas, todo lo que pueda, pidiendo el perdón de sus pecados y la asistencia divina en la tarea que se le presenta. En cuanto a la vestimenta Alfonso X deja claro que antiguamente se hacía con toda las piezas armadas puestas (aunque no está claro si eso se mantiene en su ceremonial). Eso vendría a explicar la anotación de que posará de hinojos todo lo que sufra, ya que no era nada cómodo arrodillarse y mantenerse en esa postura completamente armado. Así se supone que también pasaría la noche. En la mañana de la investidura se volvería a arreglar y descansaría brevemente en una cama. Acto seguido pasaría a oír misa. Una vez concluida se presentará el que le ha de armarle caballero y le interrogará si está dispuesto a la investidura. Ante la respuesta afirmativa le ayudará a calzarse las espuelas, y le ceñirá la espada. Una vez concluido todos los preparativos previos, y con la espada desenvainada se trasladará, si hace falta, al lugar de la ceremonia donde procederá a realizar un juramento triple: no dudar en morir por su ley (fe cristiana), por su señor natural, y por su tierra. Juramento que a veces so obviará más tarde. Una vez pronunciado el juramento se le da la pescozada, para que no olvide lo que ha jurado. Al tiempo, los oficiantes y el postulante pedirán Dios no se lo permita olvidarlo. EL penúltimo acto es el beso (en el siglo XII se especifica que es en la boca) que se dan el nuevo caballero y quien le ha dado la pescozada, como símbolo de fe y de paz. Lo mismo hacen todos los caballeros presentes en señal de hermandad. EL siguiente rito es el de ceñir la espada. Recordemos que la espada había quedado desenvainada. Ahora, el que se llamará padrino, será el que le ciña de nuevo la espada al caballero novel. Este padrino puede ser su señor natural, un caballero honrado o un caballero bueno de armas. Por último ya sólo quedará festejarlo con un gran banquete e incluso con algún torneo (aunque lo prohibiese la iglesia), coincidiendo con fechas señaladas en el calendario. Conforme pase el tiempo ese ritual se va a simplificar en gran medida. EN parte por lo costoso de todo el ceremonial, en parte por el ingreso de pecheros (que además de estar imbuidos de ciertos ideales noble-caballerescos, buscan la confirmación de la exención del pago de impuestos al entrar en este orden nobiliar), y en parte porque cada vez se atestiguan menos ceremonias urbanas. EL ceremonial para fines del s. XIV y el s. XV se ha reducido a ciertos puntos básicos. La limpieza y riqueza en la vestimenta del postulante y oficiantes. La vigilia de armas durante la noche (si es posible en una iglesia y si no, no importa) y, por último, el espaldarazo con la espada, que se ciñe el nuevo caballero. Las armas, y la espada, no sólo se supone que son las herramientas básicas del nuevo caballero, sino que tienen una profunda simbología, que todos los manuales, incluido los de ingreso a las ordenes militares, se encargan de reseñar. Incluso físicamente, por dónde se colgaba la espada, se debería poder distinguir a un caballero de otro que no lo fuera, o un escudero. Así, el caballero la llevaría ceñida a la cintura, mientras que los escuderos la llevarían al cuello (al menos hasta principios del s. XIV). Otro rasgo distintivo sería el de las espuelas, siendo las de los caballeros de oro, y de plata las de los escuderos. Desde fines del mismo s. XIII, el número de investiduras cae considerablemente. La explicación suele ser económica. El armarse caballero era un negocio extremadamente caro, sobre todo para el caballero novel, pero también para el oficiante. La máxima decía: "no todos los nobles son caballeros, pero todos los caballeros deben ser nobles". Ahora bien, desde fines del s. XIV se atestigua la incorporación de pecheros (burgueses, comerciantes, sin nobleza de linaje), en el ordo ecuestre. El acto les confiere el título de hidalguía, pasan a formar parte de la nobleza. Pero la nobleza tradicional, y más aquellos que siguen creyendo en los valores tradiciones del orden de la caballería, se mostrarían profundamente contrariados. Así, Pero Niño, el famoso protagonista de la crónica del Victorial, y otros nobles afines se ocuparán de recalcar, no sin cierta amargura: "no todos los que ciñen espada son caballeros". Con ello se refería al cada vez más reducido grupo, que dentro de los "caballeros", seguían creyendo y obrando según el antiguo ideal, el de una caballería cuya máximo valor era la fidelidad y el sacrificio militar. El reino de los cielos. Una de cal y otra de arena.

En Infinity War: Iron Man nombra a Spider-Man miembro de los Vengadores

Y tras su espléndido debut en Capitán América: Civil War, el nuevo Spider-Man encarnado por Tom Holland formará ya parte de los Vengadores en Infinity War, el filme en el que los héroes de Marvel se enfrentarán al todopoderoso Thanos. En Infinity War Iron Man nombra a Spider-Man miembro de los Vengadores, la película muestra el momento en el que Peter Parter se convierte 'oficialmente' en un miembro de los Vengadores. Y no podía ser otro que Tony Stark, su mentor y actual líder de los Vengadores -al menos de los oficiales, otro equipo dirigido por Steve Rogers opera en la sombra desde Civil War- quien le nombrara miembro en una brevísima ceremonia de investidura sin mucha pompa.. que la batalla contra Thanos no puede esperar. "Muy bien chico, eres un Vengador", dice Stark mientras recrea con su brazo una versión fugaz del 'espaldarazo', el gesto simbólico a través del que se investía a los caballeros en la Edad Media.

En la última película de Ridley Scot aparecen dos actos de amar caballeros, es la pelìcula Kingdom of Heaven (El reino de los cielos en España y Cruzada en Hispanoamérica) épica escrita por William Monahan y dirigida por Ridley Scott. Fue estrenada el 6 de mayo de 2005, sobre las Cruzadas en el siglo XII, específicamente en el llamado Sitio de Jerusalén de 1187 donde Balian de Ibelin es armado caballero por su propia padre a punto de fallecer. El otro, colectivo, en vísperas de la gran batalla por la defensa de Jerusalén. El acto individual está más o menos bien representado. De hecho, la bofetada que se le propina al postulante como rito de iniciación está bien atestiguada en fuentes contemporáneas (s. XII). Es una de las variantes del espaldarazo o pescozada. El nombramiento de caballeros en un acto colectivo no era infrecuente en vísperas de una gran batalla (o después de ella). En la película se usa el episodio documentado del nombramiento de caballeros de los defensores de la ciudad santa, pero lo que en la película se muestra como un acto "democrático", se arma caballero a cualquier persona incluso siendo siervo del obispo para acentuar la crítica eclesiástica, en las fuentes contemporáneas (s.XII) se deja claro que Balian sólo armó caballeros, con carácter de urgencia, a los hijos jóvenes de nobles y algunos burgueses destacados de la ciudad, nada de acto democrático con respecto a los villanos.

Caballeros y escuderos... Cómo se hace un caballero

Nadie nacía caballero. Había que investirse, lo que suponía un necesario entrenamiento durante la niñez y la juventud. La preparación era principalmente física: pesas, manejo de armas, equitación; sin olvidar otros valores como la devoción, la disciplina, los buenos modales y otras materias cortesanas. Lo habitual en el ámbito europeo es que se enviasen a los hijos (sobre los once años) a casa de un pariente o un señor con relación natural, o a una corte extranjera, para que realizara su aprendizaje como escudero, algo que solía llevar varios años. Por cierto, no parece que hubiera una edad mínima para ser caballero. Se estipulaba claramente que quien invistiera tenía que tener como mínimo catorce años, pero no se comenta nada del investido. Lo normal sería contar con esa misma edad pero no es raro encontrar investiduras de personajes más jóvenes, sobre todo a partir de los 12 años, edad que en Castilla se consideraba la mínima para ir a la guerra (según las fuentes, realmente, entre los 12 y los 17 años era la edad mínima). Límite de edad que parece ser más precoz que el que aparece en fuentes extrapeninsuales, ya que en Francia se tomaba como mínimo los 19 años.

El escuderaje podía ser bien como escudero, paje, entendiéndolo como un joven noble aún no caballero, o un peón de armas (casi siempre de origen inferior), al servicio de un caballero en las campañas de guerra o en el castillo. Esta etapa, además de entrenamiento personal, servía para forjar amistades que le pudieran ser útiles al futuro caballero, así como a reafirmar vínculos entre varias casas.

Pero ya desde la niñez el entrenamiento era necesario (sobre todo a partir de los 7 años). Este entrenamiento se realizaba de forma consciente, como algunas habilidades intelectuales (los "studia literarum", normalmente sobre escritos religiosos), y cortesanas; como inconsciente, lectura de hazañas caballerescas, juegos. algo que, por otra parte, continuaría durante toda su vida adulta, de una forma u otra. En la última etapa de la formación del joven se harían especial referencia a su formación militar y ecuestre, ayudado por largas jornadas de caza.

Para saber más:

J. Fleckenstein, La caballería y el mundo caballeresco. Madrid, 2006.

M. Keen. La caballería, Madrid, 1986.

J. Flori. Caballeros y caballería. Madrid, 2001.

J.D. Rodríguez Velasco, El debate spbre la cabllería en el siglo XV. Valladolid, 1996

N. R. Porro Girardi. La investidura de armas en Castilla. Valladolid, 1998.

M.C. Quintanilla Raso, Nobleza y caballería en la edad media, Madrid, 1996.

J. Boulton. The knights of the Crown, Brewer, 1986

M. Barber. The Knight and Chivalry (1970). Nueva edición corregida Woodbridge, 2000.

En Games of Thrones son caballeros:

Ser Davos Seaworth. Ser Davos es uno de los personajes más coherentes y sólidos de 'Juego de Tronos'. Un héroe en su primera aparición y un héroe al filo de la última temporada. Es espíritu de caballero noble y clásico contrasta con los tipos oscuros y grises de la serie. Por eso es uno de nuestros preferidos.

Jon Nieve. Es uno de los protagonistas de la ficción, pero también uno de sus personajes más aburridos. Al igual que ser Davos, Jon Nieve tiene apuntes de héroe clásico, pero le falta la fuerza empática que sí tienen muchos otros. ¿Se sentará en el Trono de Hierro, como apunta la profecía, o el honor será para Daenerys?

Jaime Lannister. La de Jaime Lannister es la rehabilitación más espectacular de un personaje que hemos visto en televisión, y todo es gracias a la labor de los guionistas. Por eso se merece este puesto. Ha pasado de ser un tipo despreciable a un hombre arrepentido y posible candidato para ayudar a Jon, Daenerys y los suyos a ganar batallas alo largo de los últimos capitulos.

Arya Stark. Pero si tenemos que elegir a una Stark, nuestro corazón es para Arya, uno de los personajes más carismáticos, valientes y noble de 'Juego de Tronos'. Por fin guerrera experta, matò al Rey de la Noche y por ende a sus Caballeros Blancos.

Tyrion Lannister. No es un caballero pero es nuestro personaje favorito de 'Juego de Tronos' es Tyrion Lannister, uno de los personajes más ponderados, sólidos y enigmáticos, centro de intrigas e importantes tramas. Hombre desarraigado pero inteligente estratega, damos casi por seguro que sobrevivirá al final de la serie y tendrá un papel clave en el futuro de los Siete Reinos.

Todo sucedió en el segundo episodio de la octava serie de “Juego de Tronos”. Lo que está haciendo la serie de Juego de Tronos es impresionante. Además de ser la "joya de la corona" de HBO y que, sin duda, ha marcado un antes y un después en la historia de la televisión, el primer capítulo de la octava temporada ha roto récords de audiencia, ha sido pirateado millones de veces y se ha vuelto el ojo de la atención de su enorme público.

Lo mejor del caso es que la serie ha correspondido a sus seguidores y en esta temporada final ha entregado dos capítulos interesantes, robustos, llenos de momentos memorables. En "La reina legítima" el epicentro es nada menos que Invernalia, recordemos que al final del episodio anterior vimos como Jamie llegaba a este lugar y se encontraba con Bran. Así pues, en audiencia con Dany, Sansa y Jon, él explica que Cersei no tiene intención de enviar a nadie a luchar contra el Rey de la Noche, pero que él está dispuesto a hacerlo. Claro que él no es bienvenido e incluso Dany le explica como ella y su hermano "planeaban vengarse del hombre que traicionó a su padre".

Sabemos bien que la historia de Jamie siempre ha sido bastante controvertida, sin embargo, si lo pensamos bien, nadie en esa habitación estaría con vida si Jaime no hubiera "traicionado" al Rey loco, pero nadie —o casi nadie si contamos a Brienne y Tyrion— lo ha entendido; en cambio él ha llevado el apodo de "Matareyes" a costa de escarnio y descalificaciones. Claro que Jaime, y muchos de los personajes de Juego de Tronos, no es blanco y negro, tiene sus momentos reprobables, como ese que cambiaría la vida de Bran para siempre y probablemente el futuro de los Siete Reinos y las tierras conocidas.

En todo caso es la entrañable Brienne quien aboga por Jaime y por lo tanto a ojos de Sansa. Finalmente Jon accede a que este se una a la batalla a la que están próximos a enfrentarse. Eso sí, vimos como Sansa deja en claro su lugar como Lady de Invernalia y su desavenencia con Dany. También como Jon evita todo contacto con La madre de dragones, después de todo no será fácil procesar —y no lo fue— la historia de su verdadera identidad, es decir, que es heredero del Trono de Hierro.

Si soy mujer y acepto ser nombrada "caballero" què es ser Brienne de Tarth para mi en pleno

S.XXI de "liberaciòn femenina " y despertar de nuestro principio ying, el eterno femenino.

Brienne de Tarth, el verdadero caballero

Publicado por Lorena Vicente Díaz el 08/11/2012 en Mujeres de Poniente, Reflexiones

Siempre que se hablade Brienne de Tarth me emociono mucho, es mi personaje preferido de la saga conjuntamente con Tyron, y ahora Arya. Brienne me parece una mujer con una fuerza de espíritu y un valor que pocos igualan, y que además no se deja manipular por nadie. Tiene fe en lo que cree y va a por ello hasta el final, sin que la opinión de los demás le perjudique. Y haber encontrado a Jaime ha sido como un rayo de luz, tanto para él como para ella. Ambos han encontrado en la otra persona aquello en lo que siempre han creído, una vez que se han dado cuenta de que los prejuicios sólo son eso, prejuicios. Creo que la combinación de Briene y Jaime es atractiva, aunque se ve que Brienne le gusta a Duncan el Alto !!!

Son dos personas que siempre han sido criticadas por sus acciones y que no han podido evitar contagiarse por esa forma de ver a la gente… Hasta que se han conocido, y han visto que las cosas no son siempre (o casi nunca) lo que uno ve a primera vista. Me parece que se complementan a la perfección. Diferentes historias, pero prácticamente la misma persona.

He leído que se hace una breve mención a Juana de Arco, cuando se habla de ella, y la verdad que tienen mucha razón, se parece mucho a ella. Y quería añadir que poca gente lo sabe pero que Juana de Arco también era “doncella”, y de hecho así la llamaban “la doncella de Orleans”. Una similitud más entre ambas…

La verdad es que Brienne es la definición andante de la figura del Caballero, pues es un personaje valeroso, honorable, compasivo, inocente, en fin… realmente bueno. Sus valores, actitudes y habilidades la hacen ser mucho mejor que hombres con la misma posición. También tengo que decir, que en un principio ella entiende “ser caballero” como Sansa entiende ser dama. Parten de la inocencia, la cual va evolucionando (en este caso Brienne) a medida que va haciendo camino con Jaime. Dentro del mundo del amor trovadoresco de la época de los caballeros creo que Brienne y Jaime están enamorados el uno del otro. Quizá no un amor evidente ni “tradicional”, pero sí que cada uno embaucó al otro en sus encantos. El Matarreyes está prendado por la belleza y oscuridad de su hermana (y obsesionado con ella) pero al estar con Brienne abre un poco los ojos respecto a Cersei, eso ya demuestra un cambio de perspectiva y, está claro, que a Jaime le gusta eso de que Brienne sea capaz de hacerle frente con la espada. Opino que los sentimientos que tienen ambos son muy complicados y necesitan pensar en ello y sincerarse con lo que sienten. Todavía hay una barrera que no les deja aceptar la realidad. Creo que entre ellos hay el típico respeto que surge de personas distintas que pasan por situaciones complicadas, y el amor trovadresco.

No es mala ni astuta como Cersei, pero hay muchas maneras de ser inteligente y Brienne demuestra que lo es, por ejemplo, a la hora de hacer estrategias de batalla. De todas formas, algo que juega muy en contra suya es su ingenuidad. Está claro que inteligencia social posee poca y su repertorio de habilidades sociales es bastante escaso. Mucha gente la juzga en base a eso. Basta ver que, si preguntas a los lectores, el libro menos valorado es Festín de Cuervos debido, sobretodo, a su protagonismo. Debo ser un bicho raro, porque a mí me encantó. La parte que menos me gustó de Festín de Cuervos fue la de Los Hijos del Hierro. Mi opinión es que Brienne es tan fantástica no por las muchas humillaciones que ha sufrido, sino por el apoyo y amor que siempre le demostró su padre. Por eso Brienne no odia a los hombres ni a las mujeres tampoco, a pesar de que también han sido crueles con ella. No ha conocido madre, la única figura materna que conocerá será Catelyn Stark, y lo triste es que Cat nunca llega a entenderla.

Cuando se es huérfana de madre y se vive una vida trágica los valores “espirituales” como el ser “caballero en la Edad Media, se aferra a su ética, único don que siente como expresión de si misma desde niña, y por eso tiene unos ideales magníficos. Se gana nuestra simpatía por su fidelidad, cosa que compensa todos los desplantes y solwedades vividos, por eso Brienne, se sumerge en un mundo de “hombres” es “uno màs de ellos” y enseña a los hombres, que el filo de una espada es siempre cortante, la empuñe quien la empuñe, como lo comprobaron los banderizos Stark ( por cierto, en teoría magnificamente entrenados por Ned, no lo olvidéis ) por no hablar de que venció a Loras y Jamie.Este artículo vuelve a ser un homenaje al papel de la mujer que lucha contra un mundo que le es hostil. Hoy se lo dedicaremos a la persona que, con permiso de Ned Stark, representa mejor los valores del honor, la honradez y la justicia. El mejor caballero de Poniente actualmente no es un hombre, señoras y señores; siento decirles que es una mujer y su nombre es Brienne de Tarth. Brienne es alta, fuerte, inteligente, educada, diestra en el combate, fiel en sus promesas, servicial con sus superiores… Vamos, ¡hasta yo le pediría que me regalase una rosa y me montase en su caballo para perdernos! Cumple el código del honor de los caballeros de manera impecable, pero, desgraciadamente, carga consigo el peor handicap de todos: ser mujer en una profesión de hombres. Nuestra Doncella de Tarth tiene pinceladas de La Doncella de Orleans, Juana de Arco, y de Don Quijote. Brienne nunca llega a estar nunca al mando de un ejercito, sus aventuras son más entrañables y sus ideales están sumamente idealizados; pero, aún así, tiene unos pilares de fe tan rígidos y venerados como la patrona y heroína francesa. Lord Selwyn Tarth de Castillo del Atardecer vio como tres de sus cuatro hijos fueron muriendo uno tras otro sin llegar a pasar la niñez, quedándole únicamente una hija viva: Brienne. La niña creció con el peso de ser la única heredera de su padre, una responsabilidad que siempre le vino grande. Se dice de ella que siempre fue poco agraciada y desgarbada pero, a pesar de ello, por el interés de poseer las tierras de su padre, tuvo numerosos pretendientes los cuales fueron todos rechazados. Brienne nunca quiso para sí un hombre que no fuese, como mínimo, tan fuerte como ella y que, ni mucho menos, sólo la quisiera por conveniencia. Se hizo a la idea de que no encontraría a nadie que la quisiera de verdad y empezó a desarrollar un problema de relaciones interpersonales con el sexo opuesto. Al no tener una figura materna a la que seguir como ideal de mujer, adoptó ideales masculinos y su interés por la caballería y el manejo de la espada le vino desde una temprana edad. Su padre le concedió el deseo de entrenar y le proporcionó todo lo necesario para cumplir su sueño, sin embargo no quería que su única heredera acabara soltera y siguió concertándole citas. La insistencia de su padre terminó el día que Brienne le dijo a su último pretendiente que se casaría con él si le ganaba en un combate. El pobre hombre acabó con tres costillas rotas y

Lord Selwyn dio por perdida toda esperanza de casar a su testaruda hija. Sus dificultades a la hora de relacionarse con hombres se hicieron aún más acentuadas cuando, en uno de los torneos que participó, la empezaron a cortejar tres apuestos caballeros. La trataron como a una auténtica dama y le ofrecían regalos y buena compañía. A pesar de que Brienne está ejerciendo una profesión de hombres e intenta ocultarse tras una coraza y parecerse a ellos, nunca dejará de lado su aspecto femenino y en eso entra incluso el romanticismo. La Doncella de Tarth llegó a pensar que quizá, por una vez, la estaban valorando como persona; pero, para su desgracia, todo se trataba de una apuesta. Poco después se enteró, por uno hombre ajeno a la patraña, que estaban compitiendo para ver quién era el primero en llevársela a la cama. Después de tal humillación y de ser objeto de burlas por su condición, su actitud hacia los hombres fue todavía más tímida y reservada. Pero esto no evitó que se enamorara perdidamente de Renly Baratheon en una de sus visitas a Tarth y consiguiera la capa azul de su Guardia Arcoiris después de derrotar al mismísimo Caballero de las Flores. Al estar Renly comprometido y ser totalmente imposible que se fijase en alguien como ella, la mejor manera que tenía de estar cerca suya y protegerle era esa. La situación que vive Brienne es realmente dura y, a pesar de los palos de la vida, en su interior todavía hay inocencia de sobra. Y es que la Doncella de Tarth carece totalmente de maldad y una de las mayores dificultades que tiene en su rol de caballero es el hecho de matar. Este aspecto no es llevado correctamente en la serie; se nos muestra una Brienne más osada y fiera que no tiene escrúpulos a la hora de asestar golpes mortales. Para los lectores, Brienne es un corderillo asustado cuando tiene que afrontar la muerte de su rival. Su primera víctima no llega hasta Festín de Cuervos y es llevada como un verdadero proceso de maduración del personaje. El aspecto más interesante de Brienne, en cuanto a la historia se refiere y a mi parecer, es su especial relación con Jaime Lannister. Tras la muerte de Renly en extrañas circunstancias, Brienne decide servir a Catelyn Stark tras los consejos que recibe de ella y considerarla una persona justa y honrada. De ella tiene la orden de custodiar a Jaime Lannister de vuelta a Desembarco del Rey a cambio de que las pequeñas Starks volvieran a casa. La verdadera historia de este personaje empieza justo en este punto. La relación que mantienen los dos caballeros, al inicio del viaje, está llena de prejuicios. Jaime se burla de ella al igual que todos los hombres que hasta ahora había conocido y Brienne lo juzga por su pasado de Matarreyes. A medida que evolucionan tanto los personajes como la relación, ambos empiezan a ver la esencia de cada uno y la cosa cambia totalmente. Se van dando cuenta de que no son tan diferentes el uno del otro, poco a poco van estrechando sus lazos en la relación e, incluso, ven cosas en el otro que admiran. Pero de eso ya hablaremos en otra ocasión 😉 —Llevaréis las cadenas, Matarreyes.

—¿Creéis que vais a poder remar todo el trayecto hasta Desembarco del Rey, moza?

—Me llamaréis Brienne. No moza.

—Y yo me llamo Ser Jaime. No Matarreyes.

Pero lo que ahora en el segundo capìtulo de la octava serie concluye, lo entendemos después que que en el capítulo 3×07 no vimos la razón que nos dieron en los libros de porqué Jaime decide darse la vuelta y volver a Harrenhal para salvar a Brienne, pero pudimos ver una escena con un simbolismo exquisito de la que carecen los libros y que representa a la perfección ese motivo. Estoy hablando del famoso sueño de Jaime Lannister. Un inciso: existe un segundo sueño muy importante para el personaje, pero este es muy importante para lo de Brienne.

Pongámonos en situación. Jaime es custodiado de vuelta a Desembarco del Rey por órdenes de Roose Bolton después de sus aventuras y desventuras con Brienne de Tarth. Tras unos días tan intensos con la Doncella, el Matarreyes se ve obligado a partir de Harrenhal y dejarla a su suerte (algo que prevé que no será muy bonito para ella). Pero los remordimientos le pueden y a mitad de camino consigue convencer a sus acompañantes para dar la vuelta; algo que culmina en la famosa escena del foso del oso y un acto de heroísmo por parte de Jaime como colofón de su transformación en una nueva y mejor persona gracias a la influencia del mejor caballero que existe actualmente en Poniente, Brienne de Tarth.

Se estrenó el segundo capítulo de la octava temporada de Juegos de Tronos y tuvo por nombre "A Knight of the Seven Kingdoms". En este episodio se logra ver cómo es que todos los aliados se preparan para la llega del “Rey de la Noche” y enfrentar la batalla más difícil de sus vidas.

Pero antes de la hora cero, los viejos amigos se reúnen en uno de los salones de Winterfell para tomar vino y recordar todas las guerras en las que han estado presente. En este ínterin, Jaime Lannister decide cumplir el más grande sueño que siempre ha tenido Brienne de Thart.

Tyrion y Jaime Lannister se encuentran sentados tomando vino, recordando la primera vez que llegaron a Winterfell, luego se les suma Brienne de Tharth y Podrick. Inmediatamente llega Ser Davos y finalmente se junta Tormund. El diablillo comenta que en algún momento de sus vidas han peleado en contra de los Stark y que ahora están reunidos para defender Winterfell. Tharth comenta que al menos morirán con honor a lo que Tyrion responde: creo que sobreviviremos.

Asimismo, hablan sobre las batallas en las que han estado presentes y en ese momento la mano derecha de Daenarys le dice: Sir Brienne de Tharth, usted derrotó al Perro en … y luego se corrige y la llama Lady Brienne y Tormund pregunta ¿Por qué no eres un Sir? A lo que la mujer responde: sería una traición y asegura que “No quiere ser un caballero”. Acto seguido Jaime Lannister comenta que no se necesita un rey para nombrar a un caballero.

¿Cómo Jaime Lannister convierte a Brienne de Tarth en caballero?

En medio de la conversación, Jaime Lannister dice que no se necesita un rey para nombrar a un sir, ya que cualquier caballero puede nombrar a otro caballero, así que inmediatamente saca su espada y le pide a Lady Brienne que se arrodille ante él.

La mujer duda al principio, pero luego se levanta y se pone en frente del “Matarreyes” y se arrodilla, así que Jaime coloca su espada sobre su hombre derecho y le dice: “en nombre del guerrero, te ordeno ser valiente, en nombre del padre, te ordeno se justa, en el nombre de la madre, te ordeno defender al inocente”, expresó Lannister.

“De pie, Sir Brienne de Tarth, caballero de los Siete Reinos”, termina su expresión. Todos los hombres presentes en la sala se levantan y comienzan a aplaudir por el acto que han presenciado y al borde de las lágrimas Sir Brienne de Tarth suelta una amplia sonrisa, demostrando así que ha cumplido su mayor sueño.

Tyrion Lannister se levanta y exclama: “¡Sir Brienne de Tharth! ¡Caballero de los Siete Reinos!”

Pero despuès en el siguiente capìtulo Jaime Lannister se acuesta con ella, y ella le entrega su bien guardada virginidad, pero èl la deja y ella le grita llorando ¡NO ME DEJES!!!

¿Què somos en verdad las mujeres ante el amor y la dependencia del hombre? Estoy hablando de la Edad Media, personajes leidos en clave postmoderna, y en pleno S.XXI de la tecnologìa la fìsica cuàntica?

¿Què ha cambiado?

Jaime Lannister abandona a Brienne de Tarth por ir tras su sombra: la pasiòn por su hermama Cersei ("Juego de Tronos", capitulo IV/8)

¿Que logra la mujer venezolana, tan autosuficiente y excluyente del hombre, para criar sus hijos sola y sin marido, ya que siendo fuerte, arrecha y 4x4 no lo necesita. Que significa en nuestra sociedad desde hace siglos un padre excluido: los costos para el sistema familiar.?

La historia es así:

Una mujer se casa. Ella y su esposo conciben a una niña. Antes de que la hija cumpla el año de edad, la pareja se separa. Una orden judicial solicitada por la mujer, le impide al padre ver, estar o compartir con la pequeña. En el presente, la niña tiene 4 años de edad. Su padre reclama no tener contacto con ella. La madre, ignora al padre.Para esta mujer no existe la figura de su ex esposo. La madre dice que la figura del padre de la niña es el abuelo materno (el padre de la mujer en cuestión). Indica que la niña le dice “papá” al abuelo. El padre de la niña se encuentra completamente excluido del mapa familiar, al menos desde la mirada de la madre. Más allá de las razones lógicas o técnicas que pueda tener esta madre para evitar el contacto entre su hija y el padre (su ex esposo), al ver un caso de este tipo, lo suelo conectar con lo sistémico y el orden familiar, posibles hipótesis y consecuencias. A continuación, algunas ideas sobre el tema, desde la mirada de Constelaciones Familiares: 50 y 50 Un hijo está conformado por el 50% que aporta la madre y el 50% que pone el padre. Cada uno colocó una parte para que este nuevo ser pudiera tener la vida. En lo que una madre excluye al padre, es como si le dijera al hijo “Solo el 50% que yo te di, sirve. El otro 50% no es tan bueno”. Con esta idea, el hijo puede crecer creyendo que hay una mitad de sí mismo que no es tan buena, aunque no sea del todo consciente de ello. Exclusión y balance En el sistema de la niña hay un excluido obvio: el padre. Y como el sistema no acepta espacios vacíos, la gran pregunta es: “¿De qué manera este sistema encontrará balance?”, es decir, ¿Cómo se completa este espacio? La teoría sobre Constelaciones Familiares indica que la compensación puede darse a través de la repetición, es decir, que la hija repita el esquema que vive y excluya a algún hombre en su vida futura. Y el balance también puede darse por oposición, por ejemplo, que ella sea la excluida como mujer, bien sea en una pareja o como madre para un futuro hijo. -Es importante aclarar que lo anterior son solo hipótesis del caso y no necesariamente un indicativo de que lo descrito vaya a suceder al pie de la letra-. ¿Quién falta? Por otra parte, esta exclusión del padre de la niña también puede responder a un evento ocurrido en el pasado en el sistema de la madre. Por lo que se indica, la niña llama “papá” a su abuelo materno y si bien es criada por la madre biológica, su figura paterna la conforma su abuelo. En este caso, cabe la pregunta: ¿Quién falta en ese sistema? ¿Quién no estuvo o se fue? Cabe la hipótesis de un vástago (hija o hijo de este abuelo y hermana o hermano de esta mujer) que murió o que no nació, por ejemplo. Y que esta madre y su hija, de manera amorosa aunque con un costo algo para la pequeña, estarían completando la figura que da balance a la familia. Esta hipótesis también respondería a la ley sistémica que indica que el sistema no acepta espacios vacíos.

El sistema del padre ¿Y el sistema del padre de la niña? También está involucrado. Al no ser reconocido por la ex esposa y como figura paterna para su hija, puede estar siendo leal a algún miembro de su familia que también haya sido excluido, bien sea una figura paterna, materna o incluso, un hijo o hija que no llegó o que tuvo que partir temprano. La solución o la resolución. Cuando se trata de una Constelación Familiar, lo más importante es quién es el cliente. Para quién estamos trabajando. Porque en este caso, sería diferente tratar a la madre que excluye que al padre que es excluido. Si la madre es la paciente, se buscaría que ella pueda reconocer y darle un lugar a su ex esposo como padre de su hija. Que ella pueda abandonar el sistema de origen con tranquilidad, para poder formar su propio sistema. Y si faltara alguien en su sistema de origen, poder honrar ese destino y darle un lugar, de tal manera que la niña no tenga que ocupar ese espacio. Darle el lugar indicado a su padre, así como al padre de su hija. Si el padre es el cliente, se buscaría ver en su sistema de origen a quién se conecta él como excluido, para darle un lugar y que él pueda estar un poco más libre para estar con su hija (aunque sea desde el plano emocional) y deje ese lugar de “estar fuera”. Un hijo es 50% de la madre y 50% del padre. Toma de ambos sistemas y eso lo completa. Si falta alguno de los dos, la sensación del hijo es que le falta la mitad de sí mismo. El costo emocional para una hija con esta historia es alto. Y, sin embargo, a veces los seres humanos somos capaces de hacer lo impensable por nuestro clan familiar. Todo en nombre del amor y de pertenecer.

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