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Cuarta entrega del libro de ROBERTO LOVERA DE-SOLA: "BOLÍVAR, EL GRAN SEÑOR DE LA PALABRA Y DE


LA FORMACION INTELECTUAL DEL LIBERTADOR

Una de las tendencias más interesantes de las investigaciones históricas qué se están realizando actualmente en Venezuela es el tratamiento del tema de la circulación de los libros. Se han ocupado nuestros estudiosos de averiguar en torno a, la existencia y difusión del libro en nuestro país, para luego indagar en torno a su influencia en sus lectores.

En nuestras colecciones documentales se hallan testimonios sobre los libros en las listas de envíos desde España a América. Este tipo de noticias son abundantes en la metódica investigación realizada por Enrique Marco Dorta. Las otras fuentes son los testamentos, el estudio de las bibliotecas existentes en esas épocas, las cuales los testamentos ayudan dado que en las testamentarías estaban consignados, título a título las obras que el testador poseía. Del acopio de materiales, del estudio de lo hallado y de su consideración crítica han brotado en los últos últimos meses trabajos de importancia escritos por Ildefonso Leal(1932-2014) y Manuel Pérez Vila(1922-1991), sin embargo ya historiadores como Caracciolo Parra León(1901-1938), Vicente de Amézaga(1901-1969), Blas Bruni Celli(1925-2013) y Joaquín Gabaldón Márquez(1906-1984), entre otros, se habían topado con este hecho en sus pesquisas.

Manuel Pérez Vila ha publicado recientemente el fruto de sus investigaciones en Los libros en la colonia y en la Independencia(1970) y en La formación intelectual del Libertador(1971).

El primero de los libros recoge dieciséis estudios monográficos referentes al tema. Constituyen verdaderas inquisiciones en torno al debatido tema de las bibliotecas coloniales, al detenido examen sobre las polémicas suscitadas por las representaciones teatrales durante la colonia, sobre todo en el siglo XVIII. Dedica una parte al tema “Bolívar y los libros” y concluye con una exploración del ideario de los hombres de la época de la Independencia.

En cambio La formación intelectual del Libertador, es precisamente una detenida relación sobre la influencia de los libros en su persona, en su pensamiento y en su acción. Este tipo de trabajo es la conclusión de la investigación anterior y se puede realizar una vez demostrada la existencia y circulación de los libros en la época estudiada.

Pérez Vila tiene en sus manos la posibilidad de realizar este tipo de trabajos porque es precisamente un historiador que fundamenta cada una de sus opiniones en determinada fuente documental. No es Pérez Vila un improvisado, sino, precisamente lo contrario, un historiador que no suple la falta de investigación con una buena prosa, sino que discute en sus trabajos una serie de cuestiones que emergen de la investigación detenida y perspicaz.

En La formación intelectual del Libertador, intenta su autor estudiar con toda la necesaria minuciosidad cuáles fueron las lecturas de Bolívar y cómo influyeron éstas en él.

Se interesa Pérez Vila por trazar en la introducción cómo Bolívar fue un político culto y cómo esta base cultural le ayudó a tener una certera visión, pues no fue un estadista de un determinado tiempo histórico que supo ver con objetividad la realidad e interpretarla.

Para su análisis ha dividido Pérez Vila la vida de Bolívar en dos partes: años de preparación y años de acción.

La seria base documental sobre la que se fundamenta este libro permite a su autor hacer una serie de rectificaciones históricas.

El método seguido por Pérez Vila le permite mostrarnos con verdadera claridad la evolución del ideario de Bolívar. Nunca se aparta el autor de este estudio de la biografía del Libertador, sino que parte de ella, y desde ella se realiza la interpretación.

Dos capítulos sustanciosos de este ensayo son los que consagra al examen de los libros sobre arte militar que leyó Bolívar y que luego influyeron en sus estrategias, y el que dedica a sus lecturas sobre historia y literatura.

Discrepamos de Pérez Vila en un punto y es precísamente en la sección de dónde considera a Bolívar como "crítico sagaz y penetrante"(p.18), incluso cuando se refiere a la “critica, inteligente a la par que comprensiva”, del Canto a Junín(p.152) del poeta ecutoriano José Joaquín Olmedo(1780-1847). Al respecto pensamos que hay dos cosas distintas, que en el caso de Bolívar se han confundido: una cuestión es la “actitud critica”, presente en Bolívar siempre, otra cosa es que haya sido un crítico literario, que es esta posición del espíritu hecha para comprender y juzgar la obra literaria, la cual debe ir unida a una capacitación y a un ejercicio profesional, es una acción muy distinta la de opinar una vez o dos en torno a un libro. No dudamos que Bolívar fuese un lector culto, que supiera apreciar la obra literaria, tampoco vacilamos en afirmar que estuviera al tanto de la vanguardia literaria de su tiempo, pero dé allí a ser crítico literario dista mucho. Que Bolívar fuese crítico esta desmentido por sí mismo. En la tantas veces citada carta a Olmedo le dice el Libertador: “No se queje pues de mis fallos pues como no conozco el oficio daré palos de ciego”(Escritos,t.III,Vol.II,p.35I). No sabemos por qué la crítica bolivariana olvida la propia confesión del Libertador de que él no era crítico literario.

El libro de Pérez Vila contiene dos apéndices que debemos nombrar: el primero lo constituyen las ocho listas de los libros que pertenecieron al Libertador, en ellas se enumeran 209 libros. El otro apéndice es la “Sucinta bibliografía bolivariana comentada”, contiene veinte y tres obras de obligatoria consulta para quien desee estudiar la obra del Libertador.

TESTIMONIO DE BOLIVAR SOBRE SU FORMACIÓN INTELECTUAL

Lo que el propio Bolívar dijo sobre su formación intelectual(Arequipa: mayo 20,1825) al general Francisco de Paula Santander Santander(1790-1840) no puede dejarse de tener en cuenta. Esto dijo al vicepresidente:

“Lo que dice de mi[Gaspar Teodoro Mollien,1796-1827] es vago, falso e injusto. Vago, porque no asigna mi capacidad; falso, porque me atribuye un desprendimiento que no tengo, e injusto, porque no es cierto que mi educación fue muy descuidada.puesto que mi madre y mis tutores hicieron cuanto era posible porque yo aprendiera, me buscaron maestros de primer orden en mí país. Robinson[Simón Rodríguez] a quien Ud. conoce, fue mi maestro de primeras letras y gramática, de bellas letras y geografía nuestro famoso Bello: se puso una academia de matemáticas sólo para mi por el padre Andujar, que estimó mucho el Barón de Humboldt. Después me mandaron a Europa de continuar mis matemáticas en la Academia de San Fernando[en Madrid], y aprendí los idiomas extranjeros con maestros selectos en Madrid, todo bajo la dirección del sabio marquéz de Ustariz en cuya casa vivía. Todavía muy niño, quizá sin poder aprender, se me dieron lecciones de esgrima, de baile y de quitación. Cioertamente que no aprendí ni la filosofía de Aristóteles, ni los códigos del crimen y del error; pero puede ser que Mr Mollien no haya estudiado tanto como yo a Lock,Condillac, Bufón, Dalabert, Helvetius, Montesquieu, Mably, Filanger, Lalandes, Rousseau, Voltaire, Rollin, Berthot y todos los clásicos de la antigüedad, así filósofos, historiadores, oradores y poetas; y todos los clásicos modernos de España, Francia,Italia y gran parte de los ingleses. Todo esto lo digo muy confidencialmente para que no crea que su pobre presidente, ha recibido tan mala educación como dice Mr.Mollien y aunque por otra parte yo no sé nada, no he dejado sin embargo, de ser educado como un niño de distinción puede ser en América bajo el poder español” (Escritos, t.XXXI,p.254).

RASGOS DEL ESTILO DE BOLIVAR

No son muchos los estudios especialmente dedicados al estudio de los rasgos literarios del estilo del Libertador. Algunos sin embargo son sugerentes, nos llevan de la mano a entender sus modos de expresión, la manera como un político utilizó el estilo para comunicarse con los demás. Esto, en una nueva faceta, llena de preciosos detalles, siempre sugestivos, es lo que nos ofrece José Luis Salcedo Bastardo(1926-2005) en sus Concordancias ideológicas y literarias en Bolívar(1981).

Es imposible examinar al Libertador como el escritor político que fue sin que las frases de Rufino Blanco Fombona(1874-1944) retumben en nuestros oídos. Tal ahora cuando nos detenemos ante este estudio de Salcedo. Escribió Blanco Fombona(1874-1944):

”Con Bolívar se inicia un modo distinto de escribir en lengua castellana...Su estilo está lleno, desde la aurora, de alas, de ojos y de fulguraciones; el idioma de Castilla, asumió en la pluma del Libertador, desde el principio, actitudes nuevas, obtuvo sonoridades inauditas. Su estilo se ha conservado tan fresco que parece de ayer. Aquel lenguaje fulgurante, lleno de cláusulas cortas, de ráfagas de fuego, aquellas palabras de pasión, aquellas voces de apremio, aquellos gritos de odio, aquellos alaridos del patriotismo revelan al hombre nuevo...Lo primero que introduce Bolívar en literatura es el cambio del antiguo retoricismo, incompatible con la urgencia de su pasión, a la cual se libra. Las imágenes surgen a borbotones en su naturaleza de poeta...Con Bolívar se realiza la revolución de independencia en las letras castellanas, o para no salir de casa, en las letras americanas. Fue también en literatura el Libertador...La mitad de su influencia política con los contemporáneos debióla a su palabra...las Cartas de Bolívar...esa correspondencia, preciosa por su valor literario e histórico, y mas preciosa todavía como revelación psicológica de aquella gran sombra continental...En literatura es romántico...Su prosa es siempre rotunda; las imágenes nuevas y osadas; el estilo fogoso, volador”,

Sobre el por qué de sus Concordancias... nos dice su autor: “La concordancia ideológica vive y se aprecia en este caso bajo las exterioridades literarias pertinentes, jamás equívocas no obstante admitir diferentes modos”(p.24).

Y mas adelante acota: “Otra faceta de las concordancias literarias e ideológicas de Bolívar es la del insistente uso de metáforas, preferentemente sobre un mismo objeto, así como de figuras tal como la repetición, la anáfora y la reduplicación, con ánimo de ser rotundo y enfático en la expresión como si buscara grabar en todos su pensar”(p.36).

Así para entender a un político, repetimos, que se expresaba con gran belleza literaria, hay que tener en cuenta lo que anota Salcedo “En su atinado uso del lenguaje, la literatura y sus medios y posibilidades de expresión, así como de todos los misterios de la palabra se transparenta una inteligencia excepcional, mágicamente edificada sobre sí misma, y proyectada en función del hombre y las edades. Fidedigna, coherente, orgánica, vasta y plena. Su estudio es una incitadora, fascinante e inagotable tarea”(p.45-46).

En su incursión a través de los rasgos literarios del estilo del Libertador parte Salcedo de tres puntos, expuestos por él a partir de 1943, a lo largo de mas de medio siglo de magisterio bolivariano. Ellos son: “la afirmación sobre la coherencia ideológica y doctrinaria de Simón Bolívar, la cual se patentiza en un líder de ideas claras y acciones consecuentes, en sintonía adecuada con su tiempo, y vigente mucho más allá de su estricta circunstancia...En segundo término, la percepción de la organicidad de su pensamiento variado y múltiple...Por último...resalta en Bolívar una proyección de positiva modernidad y de futuro, en claro alcance supranacional...libre, democrático, popular, igualitario, justiciero, integrador, siempre actual y hoy más urgente y vivo que nunca”(p.12).

Y sobre el uso que hacía de la palabra subraya que fue “ingrediente regio y recio...Herramienta prima para la edificación”(p.12). Y continúa “En su obra publicada hemos hallado la certidumbre de un mensaje homogéneo, fiel a sus ideas fundamentales, evidenciado en un tenaz ejercicio de armonías de esencia y estilo. En sus constantes de expresión, tanto la reiteración de frases, como en las metáforas y símbolos, se percibe con nitidez una personalidad conceptual erguida sobre una segura unidad ideológica”(p.14). Para Bolívar, dice Salcedo, había una relación entre alma y pensamiento(p.14).

El núcleo rector ideológico de cuanto propone es uno sólo: la patria. Que para él significaba, tal su carta al general Andrés Santa Cruz(1792-1865), el 26 de octubre 26,1826:

“Primero el suelo nativo que nada; él ha formado con sus elementos nuestro ser; nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro propio país; allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los que nos han dado el alma por la educación; los sepulcros de nuestros padres yacen allí y nos reclaman seguridad y reposo; todo nos recuerda un deber, todo nos excita sentimientos tiernos y memorias deliciosas; allí fue el teatro de nuestra inocencia, de nuestros primeros amores, de nuestras primeras sensaciones y de cuanto nos ha formado. ¿Qué títulos más sagrados al amor y a la consagración?”(p.16, Subrayados de Salcedo).

En esta carta están expuestas las bases de su concepción de la patria pero también los rasgos de los cuales hay que partir para definir nuestra identidad nacional.

Aglutinantes reveladores de la patria: fueron para el Libertador el suelo, sus elementos, la luz, sensaciones, experiencias, amores, historia, cultura(p.28). Pero patria, escribe Salcedo: “que, además, de una palpable realidad, es una vivencia inspiradora, se halla sustancialmente vinculada a dos valores: la libertad y la gloria”(p.18), pero para el Libertador, la “libertad y la gloria, atributos que perfeccionan la imagen actuante de la patria, reclaman como supuesto consustancial el fundamento de la unión”(p.24).

Concuerdan lo ideológico y lo literario a través de la metáforas, en donde las alusiones al mar son constantes, “en conexión con sus estados subjetivos de crisis, soledad y desaliento”(p.36). Otra fuente son los conceptos que provienen de la física: estabilidad, equilibrio, movimiento, quietud, fuerzas.

OTRA APROXIMACION AL ESTILO BOLIVARIANO

Además de lo que antes hemos expuesto deseamos examinar el análisis que sobre el estilo de Bolívar debemos al profesor, poeta y crítico Efraín Subero(1931-2007). Este en su nutrido libro Bolívar escritor caracteriza la prosa del Libertador, en la que siempre se destacó, en las diversas maneras que cultivó, señalando que las características de su escribir fueron, siguiendo a Blanco Fombona, la pasión en el cultivo de la palabra escrita; una “pluma relampageante” en las proclamas; “Verbo encendido” en sus discursos; “prosa confidencial y apasionada” en las cartas; “lenguaje nutrido, sobrio, austero, altísimo” en los Mensajes, “a menudo de una armonía admirable entre la sobriedad del estilo y la altitud mental”(p.41-42). Basándose en Blanco Bombona, refiere tambipen las opiniones sobre el estilo de Bolívar expresadas en sus obras por don Miguel de Unamuno(1864-1936), Julio Calcaño(1840-1918), Julio Planchart(1885-1948), Uslar Pietri, José Ramón Medina(1919-2010).

Prosigue Subero mostrando los caracteres de la elocuencia en el escribir de Bolívar, la cual aparece muy claramente tanto en sus vibrantes proclamas, casi siempre dirigidas a los soldados de su ejército, y en sus discursos, el mayor de todos es el Discurso de Angostura, su página mayor no sólo como prosista sino estilísticamente hablando.

LAS HIPÉRBOLES

Un aspecto importante de la prosa de Bolívar son el uso de las hipérboles, asunto especialmente examinado por Domingo Miliani(1934-2002).

Por hipérboles entendemos:”Exageración con fines distintos a la credibilidad. La hipérbole es figura retórica que consiste en exagerar la expresión.

Y Bolívar las usó con mano maestra en su escritura, Aunque deben tenerse en cuenta las dramáticas misivas, enviadas desde Caracas, que dirigió a Miranda como consecuencia de su derrota en Puerto Cabello en 1812. En ellas, indica Miliani, “La hipérbole asume un tono autodegradante tan intenso, que nunca mas volverá a mostrarse en Bolívar con semejante fuerza. Dijo aquel 12 de julio:

“mi espíritu se halla de tal modo abatido que no me siento con ánimo de mandar un solo soldado…Asi ruego a Ud. que me destine a obedecer al más ínfimo oficial, o bien que me dé algunos días ára tranquilizarme”(Escritos,t.IV,p.89).

La carta como se lee en sus Escritos que escrita en Caracas, como se lee en sus Escritos y no en Puerto Cabello como se observa en sus Obras completas,t.I,p.32-33). Por ello comenta Miliani:”La hipersensibilidad romántica está ahora desbordada sobre el pesimismo que le produjo el honor militar lastimado”(p.77).

Pero la crisis psicológica prosigue, nosotros la hemos examinado, utilizando los elementos de la psiquiatría, en nuestro estudio sobre la prisión de Miranda diez y nueve días mas tarde(julio 31,1812) en la que participó Bolívar.

Es por ello que Miliani cita una segunda epístola de Bolívar al Precursor, también de Caracas, de dos días mas tarde(julio 14,1812) en donde le dice a don Francisco

“Mi cabeza, mi corazón no están para nada. Asi suplico a Ud. me permita un intervalo de poquísimos días para ver si logro reponer mi espiritu en su temple ordinario…Después de haber perdido la última y mejor plaza del estado,¿cómo no he de estar alocado, mi general!¡De gracia no me obligue Ud. a verle la cara! Yo no soy culpable, pero soy desgraciado y basta”(Escritos,t.IV,p.103).

Insiste Miliani que cinco meses después dirige al pueblo neogranadino el llamado Manifiesto de Cartagena, “un documento público, el yo romántico se carga de nuevo con su emotividad para dar cuenta del desastre venezolano”(p.77). Dice en él:

“Yo soy, granadinos, un hijo de la infeliz Caracas, escapado prodigiosamente de en medio de sus ruinas físicas y políticas, que siempre fiel al sistema liberal y justo que proclamó mi patria, he venido a seguir aquí los estandartes de la Independencia, que tan gloriosamente tremolan en estos Estados”(Escritos, t.IV,p.117).

Y tratando de explicar al hombre a quien su estilo define observa Miliani:

”Con estas citas… se podría el perfil autobiográfico del hombre que relata desde su yo la peripecia de una guerra liberadora…El ensayo se matiza con la subjetividad del protagonista, cuya intención es ponernos de su parte…El conjunto de escritos asume la dimensión de un texto interconectado por hilos de subjetividad romántica explicita o subyacente, hasta constituir una verdadera Inter-textualidad”(p.79).

Y es por ello que pasa a insistir:”La hipérbole es la escritura de Bolívar no es fortuita”(p.79). El mismo estaba consciente de ellas, por ello dijo(noviembre 15,1824) al abate de Pradt:”Perdone vuestra señoría ilustrísima estas hipérboles que son en mi, para con V.S.I.,realidades”(Escritos,t.II,Vol.I,p.302.Subrayado de Milkiani). E insite Miliani:”Los recursos de la hipérbole y de las exclamaciones formaron parte destacada de la retórica del Romanticismo”(p.80).

Por ello, el mismo crítico insiste, “Tal vez no haya texto más característico en el epistolario de Bolívar, para ilustrar estos artificios, que la famosa carta a Simón Rodríguez(1769-1854) cuando el viejo maestro recién volvía de Europa a incorporarse en una Ampérica septentrional emancipada”(p.80). Nos estamos refiriendo a la llamada Carta de Pativilca(enero 19,1824), dirigida a su querido maestro cuanod supo que este había regresado del viejo mundo. Por ello, subraya Miliani, “Toda la carta queda invadida por la amplificación emocional. Las metáforas determinativas, que también abundan en la escritura del prócer, se patentizan”(p.80). Por ello, se equivoca en su interpretación Efraín Subero al criticar las hipérboles que se hayan en la Carta de Pativilca, como la ha llamado la posteridad.

Otra interesante hipérbole de Bolívar la hallamos cuando agradece la dedicatoria a la Historia de Colombia,de José Manuel Restrepo(1781-1863) le hizo(Escritos,t.II, Vol.I,p.298).

Otras hipérboles de Bolívar las haya Miliani en la cartas que el Libertador dirige al poeta Olmedo, donde Miliani llama a sus observaciones sobre aquel creador:”una critica literaria incidental”(p.81) lo que habría que tener en cuenta cuando se examina el escrito del bardo ecuatoriano. Y siguiendo al doctor Cristóbal L.Mendoza(1886-1978) copia su veraz opinión señalando que Bolivar:”No conoció sino el lenguaje de la hipérbole”(p.83, nota 58), en loque dice a su prima Gertrudis Toro cuando esta se hallaba, en 1815, en la Cartagena asediada por Morillo; las que se hayan en su correspondencia(p.85) con Manuelita Saenz(1797-1856) o en ciertos momentos políticos cuya gravedad lo obligan al uso de la hipérbole(p.84).

Por ello Miliani cierra su inmersión en el modo de escribir del Libertador anotando:

”Las resonancias que dejan los textos de Bolívar en un lector contemporáneo son…emocionales. Conmueven y contagian. Apresan al lector…en un juego de melancolía y amplificación del sentimiento, hasta el final doliente. Queda leerlo y sentirlo”(p.85).

ESCRITOR QUE CORREGÍA

Mas adelante explica que se puede tener perfectamente a Bolívar como un escritor, como un hombre de letras, por la conciencia del estilo que poseyó, lo cual puede verse en las versiones finales de sus textos, aquellos que después de haber sido dictados y corregidos fueron hechos públicos, un buen ejemplo debe ser el manuscrito original del Discurso de Angostura que hoy tenemos manuscrito en la caligrafía de su paciente secretario el coronel Jacinto Martel. Fue el que tuvo el Libertador en sus manos al leerlo aquel memorable día. Fue hallado en Inglaterra por el maestro Pedro Grases(1909-2004), lo conservaba el tataranieto de su traductor al inglés, James Hamilton(c1770-1840).

Un caso particular de la conciencia del estilo que poseía Bolívar fue el momento en que entregó al prócer Manuel Palacio Fajardo(1784-1819) el Discurso de Angostura para que lo corrigiera y recibidas sus observaciones, que fueron 45, en una carta del patricio(marzo 19,1819) estas fueron tenidas en cuenta en el momento de la preparación de la edición castellana del Discurso..impresa en Bogotá en 1820. Desde luego, como era lógico, el Libertador no tuvo en cuenta todas las observaciones, en cambio otras si las adoptó.

Otro hecho que mucho nos enseña del sentido autocrítico que tuvo Bolivar sobre sus escritos fue aquello que pensó sobre sus Cartas. Ello lo dijo al general Francisco de Paula Santander(1792-1840) en dos cartas que le envió. En la primera(octubre 21,1825) le manifestó: “No mande a publicar mis cartas ni vivo ni muerto porque ellas están escritas con mucha libertad y con mucho desorden”(Escritos, t.XXXIII,p.338). Y la postdata de una segunda misiva al mismo Santander(Ibarra, Ecuador: octubre 8,1826) le observó:”Nada me gusta que se dé al público mi correspondencia privada. Creo que es una violación de la fe de la amistad. En Europa esto sería un crimen”(Cartas,t.V,p.273). Y en su testamento(San Pedro Alejandrino: diciembre 10,1830), en la cláusula 9, dijo “Ordeno que los papeles que se hayan en poder del señor Pavageau, se quemen”(Escritos, t.III, Vol.II,p.289). Por suerte sus albaceas no le hicieron caso y se llevaron su archivo a Jamaica donde lo dividieron en varias partes, una se la llevó al general Pedro Briceño Méndez(c1790-1835) la otra el también general Daniel Florencio O´Leary(1801-1854), ambos usaron estos papeles para escribir las obras que concibieron sobre el proceso emancipador. De haber quemado los papeles del Libertador no tendríamos hoy la mejor memoria de aquellos hechos que constituyen sus papeles. Y no fue Bolívar el único autor en mandar a quemar sus escritos. En el siglo XX también lo hizo Franz Kafka(1883-1924) a quien también su mejor amigo, Max Brod, a quien confió aquellos papeles, no le hizo caso y los editó, sino no tendríamos la obra del mayor creador del siglo XX.

Indica Subero: “Toda la obra de Bolívar es funcional. Está en función de algo, excepción hecha...Pero en su obra ser observan dos niveles claramente diferenciados:1) Un asunto inmediato que es la respuesta que exige la circuntancia;2) un nivel teórico-conceptual de valor permanente y trascedente”(p.47). Pero también indica, en nota a pie de página, “Los dos niveles expresivos no siempre guardan este orden. Con igual frecuencia Bolívar ´planeta un tema general y después pasa a lo particuar, o viceversa, aun en un mismo documento”(p.163, Nota 161). Un buen ejemplo de ello es para Subero el Manifiesto de Cartagena…analiza las causas que perdieron la República, pero igualmente reflexiona: ‘El valor, la habilidad y la constancia corrigen la mala fortuna(Escritos,t.IV,p.119)…En el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza politica’(Escritos,t.IV,p.123).

Y prosigue:”Analizando la prosa bolivariana se advierte la enorme influencia que ejerció la naturaleza en su palabra”(p.53).

También explora, esto gracias a su inmensa cultura, la presencia en su escribir de los personajes históricos y mitológicos, sus referencias bíblicas, de las que nos ofrece un conjunto y los refranes, lugares comunes y frases hechas que aparecen en su prosa.

Hay que tener en cuenta que en el sentido funcional de su escribir participa también Mi delirio sobre el Chimborazo ya que este es un texto político en donde se hace verdad su idea “temo mas a la paz que a la guerra”(Escritos,t.XX,p.62). En ello discrepamos de Subero.

CITAS BIBLIOGRAFICAS.

72. Enrique Marco Dorta: Materiales para la historia, dé la cultura, en Venezuela. 1533-1828. Caracas: Fundación John Boulton, 1967.XVI,547 p.

73. Esta parte, que hemos revisado ahora, se publicó bajo el título de “La formación intelectual del Libertador”, en El Nacional, Caracas. julio 5,1971,Cuerpo A,p.4.

74. No se ha logrado probar que Bolívar en sus días en Madrid haya asistido a la Academia de San Fernando. De su paso por la Academia Militar de Sorez, Francia, hoy sabemos que no fue alumno de aquella sino que la visitó para inscribir en ella a sus sobrinos Clemente Bolívar, hijos de su hermana María Antonia. Consutar sobre ello: Varios Autores: Bolívar en Francia. Caracas: Comitpe Ejecutivo del Bicentenario de Simón Bolivar, 1984.297 p. Ver: Paul Verna(1927-1995): “Bolivar en Sorez y otros lugares de Francia”(p,199-293).

75. Efraín Subero: Bolivar escritor, nuestras citas proceden de esta obra. Es este el más completo y nutrido estudio que poseemos de este aspecto de la personalidad del Libertador. Véase nuestro análisis de este libro en “Las actividades intelectuales del Libertador”, publicado en Ultimas Noticias, Suplemento Cultural, Caracas: mayo 6,1984,p.10-12, reproducido por el Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Caracas, n/ 268(1984),p.827-834. Consultar también Efraín Subero: La vida perdurable. Caracas: Academia Nacional de la Historia,1989. 2 vols. Ver:”Bibliografía y crítica de los estudios bolivarianos”(t.I,p.197-210).

76. Rufino Blanco Fombona proviene de su “Bolívar, escritor y tribuno”, en El espíritu de Bolivar,p.185-208.

77. Domingo Miliani: “Literatura y literariedad en la época emancipadora: Bolivar”, en su País de lotofagos,p.53-88. Especialmente en las p.68-85. Todas las siguientes citas de este ejemplar trabajo las damos en el cuerpo del texto, sólo indicando el número de la página de donde las tomamos.

78. Joseph Shipley: Diccionario de la literatura mundial. Crítica, formas, técnica. Barcelona: Ediciones Destino,1962. 560 p. La cita procede de la p.314.

79. Ver nuestro “A doscientos años de un gran error: la prisión de Miranda en La Guaira”, en www.analitica.com: Caracas: julio 26,2012; www.codigovenezuela.com: Caracas: julio 26,2012;www.noticierodigital.com: Caracas:julio 26,2012. En verdad el título original del Manifiesto de Cartagena fue Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granda por un caraqueño. Cartagena: Imp. del C.Diego Espinosa,1813. Es el primer escrito impreso de Bolívar, opúsculo que abre la bibliografía bolivariana.

80. Efraín Subero en su Bolívar escritor, dice de la Carta de Pativilca: ”esa bella pieza está llena de hipérboles. Y es más una hermosa expresión de amistad…que un testimonio fehaciente de su influencia real que don Simón Rodríguez ejerciera en el Libertador”(p.15) de lo cual discrepamos. Más adelante la vuelve a examinar, con especial atención, pero cometiendo el mismo yerro en el capítulo “La famosa carta a don Simón Rodrpiguez”(p.87-88). Con ello no queremos decir que no comprenda con profundidad varios hechos decisivos de la interacción entre los dos Simones, pero las críticas que hace a las hipérboles de la misiva no son justas, menos al llamar a la epístola “ruidosa misiva”(p.87), cuando la emoción que Bolívar confiesa en ella era muy alta, estaba feliz con la noticia y así lo logró expresar con veracidad. Es interesante también en el análisis de Subero la división de la epístola en ocho partes que hace para examinarla, lo que se lee también en su libro,p.87-88.

81. Está inserta en Daniel Florencio O’Leary: Memorias del general O’Leary.2ª.ed.aum. Caracas: Ministerio de la Defensa, 1981. 34 vols. La cita procede del t.IX,p.401-403.

82. Consultar sobre esto Manuel Pérez Vila: Para acercarnos a Bolívar. Caracas: Equinoccio, 1980. 305 p. Ver:”Los borradores del Discurso de Angostura”(p.197-245). Ver especialmente la parte: “Las observaciones de Manuel Palacio Fajardo”(p.235-245). Las opiniones de Palacio Fajardo, conservadas en el Archivo del Libertador, en Caracas, pueden leerse en sus Escritos,t.XV,p.103-106.

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