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ENTREGA VIII del libro de Roberto Lovera De Sola: “BOLÍVAR, EL GRAN SEÑOR DE LA PALABRA Y DE LA EXPR


EL MANIFIESTO DE CARÚPANO(1814)

Bolívar fue hombre de grande formación intelectual, escribía muy bien, con gran belleza estilística insistimos. Tanto que Uslar Pietri acotó:

“Puede Bolívar tomarse como el primer prosista hispanoamericano de su hora”.

Antes, Rufino Blanco Fombona(1874-1944), había advertido:

“Con Bolívar se inicia un modo distinto de escribir en lengua castellana…Bolívar es la pluma representativa de esa renovación…Esa prosa… [es]muy personal e impaciente…Pero se presenta Bolívar y todo cambia. Su estilo está lleno, desde la aurora, de alas, de ojos y de fulguraciones; el idioma de Castilla, asumió en la pluma del Libertador, desde el principio, actitudes nuevas, obtuvo sonoridades inauditas. Su estilo se ha conservado tan fresco que parece de ayer…lenguaje fulgurante, lleno de cláusulas cortas, de ráfagas, aquellas palabras de pasión, aquellas voces de apremio, aquellos gritos de odio, aquellos alaridos de patriotismo…Lo primero que introduce Bolívar en literatura es el cambio del antiguo retoricismo, incompatible con la urgencia de su pasión…Las imágenes surgen a borbotones en su naturaleza de poeta…Con Bolívar se realiza la revolución de independencia en las letras castellanas, o para no salir de casa, en las letras americanas. Fue también en literatura el Libertador” 155 .

Y nunca dejó de escribir en los periódicos. Por ello no nos debe llamar la atención que el 7 de febrero de 1814 encontremos en la Gaceta de Caracas, el que a nuestro entender fue su primer artículo periodístico. Se refería a los sucesos de Europa, aquel año en que Fernando VII(1784-1833) había retornado a su trono en Madrid.

El 28 de abril publicó su artículo “Reflexiones sobre el estado actual de Europa y la América”.

En el trabajo intelectual de aquel año, en el cual nunca se detuvo el Libertador, hasta seis días antes de su deceso, hallamos el Manifiesto de Carúpano (septiembre 7), considerado, por Salcedo Bastardo, uno de sus siete documentos esenciales.

Al ser vencidos los patriotas en la segunda batalla de La Puerta (junio 15,1814), Caracas quedó abierta a Boves. Razón de la organización, encabezada por el Libertador, de la Emigración a Oriente (julio 7-agosto 2). A poco se llevó a cabo la terrible batalla de Aragua de Barcelona (agosto 17) en donde los patriotas fueron derrotados por no decir masacrados.

Bolívar no estuvo en ella, había partido hacia Cumaná, Margarita Y Carúpano, junto a Santiago Mariño(1778-1854), a tratar de recuperar, del pirata José Bianchi los tesoros de la iglesias de Caracas, tomados para venderlos y comprar armas. Lograron negociar con Bianchi: este les devolvió las dos terceras partes de aquellas joyas. No fue, como se ha dicho, que el Libertador robó las alhajas de las iglesias de Caracas sino que sólo tomó aquellas que habían sido obsequiadas por las familias Mantuanas. Al llegar a Pampatar no pudieron bajarse ya que en ese momento el general Manuel Carlos Piar (1774-1817) disparó sus cañones contra el barco en donde venían Bolívar y Mariño. Estos pasaron a Carúpano.

Al llegar a Carúpano(septiembre 3) encontraron a los oficiales, sobre todo Piar, ,José Francisco Bermúdez (1782-1831) y José Félix Ribas(1775-1815), en plena sedición. Tuvieron que tomar el camino del exilio, debieron salir pistola en mano para evitar ser asesinados. Previamente el Libertador dio a conocer su Manifiesto de Carúpano(septiembre 7).En él, pese a las graves horas en que lo escribió, peligrando su vida como consecuencia de la insurgencia de los otros oficiales patriotas, lo escribió con la belleza literaria que era habitual en él. En ese Manifiesto, que ahora sintetizamos, expresó, entre otras consideraciones, las que copiamos (Escritos,t.VI,p.390-395):

“es dichosísimo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias públicas preserva su honor intacto y se presenta inocente a exigir de sus propios compañeros de infortunio una recta decisión sobre su inculpabilidad…Yo he sido elegido por la suerte de las armas para quebrantar vuestras cadenas…Sí, yo os he traído la paz y la libertad, pero en pos de estos inestimables bienes han venido conmigo la guerra y la esclavitud…Vuestros hermanos y no los españoles han desgarrado vuestro seno…Que vuestros tormentos no os enajenen, ciudadanos, hasta el punto de considerar a vuestros protectores y amigos como cómplices de crímenes imaginarios, de intención, o de omisión. Los directores de vuestros destinos no menos que sus cooperadores, no han tenido otro designio que el de adquirir una perpetua felicidad para vosotros, que fuese para ellos una gloria inmortal…A la antorcha de la libertad, que nosotros hemos presentado a la América como la guía y el objeto de nuestros conatos, han opuesto nuestros enemigos el hacha incendiaria de la discordia, de la devastación y el grande estímulo de la usurupación,,,Y aun cuando graves errores o pasiones violentas en los jefes causen frecuentes prejuicioos deben, sin embargo apreciarse con equidad y buscar su orígen en las causas primitivas de todos los infortunios: la fragilidad de nuestra especie, y el imperio de la suerte en todos los acontecimientos…Yo, muy distante de tener la loca presunción de conceptuarme inculpable de la catástrofe de mi patria, sufro al contrario, el profundo pesar de creerme el instrumento infausto de sus espantosas miserias, pero soy inocente porque mi conciencia no ha participado nunca del error voluntario o de la malicia, aunque por otra parte haya obrado mal y sin acierto…Es justo y necesario que mi vida pública se examine con esmero, y se juzgue con imparcialidad…Yo os juro que Libertador o muerto, mereceré el honor que me habéis hecho, sin que haya potestad humana sobre la tierra que detenga el curso que me he propuesto seguir hasta volver segundamente a libertaros…Esperad, compatriotas, al noble, al virtuoso pueblo granadino que volará ansioso de recoger nuevos trofeos, a prestaros nuevos auxilios…Dios concede victoria a la constancia”.

Lo que había sucedido era que pese a todo la República había sido vencida y estos oficiales atribuían toda la culpa a Bolívar. En verdad, poco faltaba aquel 7 de septiembre para que las fuerzas insurgentes fueran completamente vencidas, en Urica y en Maturín, ello sucedió sesenta y cinco días después en la batalla de Urica (diciembre 5) en donde también murió Boves, al encabritársele el caballo, lo que permitió que el General Cordillera, Pedro Zaraza (1775-1825), se avalanzara sobre él y lo hiriera de muerte. Pero antes de la batalla, algo bellamente recreado por Herrera Luque, el Asturiano se había dado cuenta del número de sus soldados que se habían pasado a la República 156 . Fue así como su liderazgo libertario fue heredado por Páez.

EL SEGUNDO EXILIO

El 19 de septiembre Bolívar llegó a Cartagena, en compañía del general Mariño. Fue su segundo exilio. Al día siguiente se dirigió al Congreso de la Nueva Granada dando cuenta de los sucesos de Venezuela. Trató de acercarse a los soldados, oficiales y civiles exilados allí a través de dos proclamas (octure 27 y noviembre 12). El 22 de noviembre llegó a Tunja, cerca de Bogotá. Se presentó ante el Congreso. Después de escucharlo, don Camilo Torres(1766-1816), quien siempre tanto lo quiso, le respondió públicamente:

“Vuestra Patria no ha perecido mientras exista vuestra espada. Habéis sido un militar desgraciado, pero sois un gran hombre”(Escritos,t.I,p.463).

Fue inmediatamente ascendido a General de División. Se dirigió luego a Bogotá, la cual tomó (diciembre 12).

LA CARTA DE JAMAICA(1815)

No creemos que quede duda, como ahora lo veremos, que el fundador del ensayo en las letras venezolanas fue el Libertador.

Aquí debemos hacer el trazo del ensayo en nuestras letras. De hecho nuestro primer gran ensayo, en su esencia, lo es nuestra literatura la Carta de Jamaica(1815), texto iniciador del género entre nosotros 157 . El segundo es el de Fermín Toro(1806-1865), “Europa en América” 158 , que es también ensayo pleno, suscita grande interés, y a su belleza literaria por lo cual es texto precioso. .El tercero es el de Andrés Bello Discurso de instalación de la Univerdad de Chile (1843), que es un ensayo y es la página esencial de la obra de Bello 159 . Y el cuarto es Cosas sabidas y cosas por saberse (1856) de Cecilio Acosta(1818-1881). En cambio, tras Bolívar, tras Toro, tras Acosta, aparecen otros textos ensayísticos, antes del siglo del siglo XX, tal Humo de mi pipa de José Gil Fortoul(1861-1943) o Camino de perfección de Manuel Díaz Rodríiguez(1871-1927) o varios de Pedro Emilio Coll(1872-1947). Sin embargo, al analizar el gènero siempre hay que tener en cuenta que no todo escrito breve en el cual se exprese un tema es un ensayo. Aqui nos referimos a la Carta de Jamaica porque los demás trabajos que mencionamos los hemos examinados ya en los capítulos dedicados de nuestra La palabra escrita en Venezuela(1919), a cada uno de sus autores.

UNA NECESARIA DISQUISICIÓN SOBRE EL ENSAYO

Creemos que como nos vamos a detener en el género del ensayo, para así entrar en la Carta de Jamaica, debemos recordar que este género fue creado por Michel de Montaigne(1533-1592) en el siglo XVI, al publicar sus Ensayos(1580). Por ello se hacen necesarias una reflexiones previas sobre este género. Lo hacemos siguiendo las meditaciones que sobre este género hizo Manuel Caballero(1931-2010), destacado cultor contemporáneo del mismo.

Expresó este escritor nuestro que:

“En el ensayo…su real carácter está en el acto mismo de discutir, en la invitación al debate, no en la asertividad incuestionable” 160 .

Sus meditaciones las amplió en su libro El desorden de los refugiados, obra en la cual son amplias sus observaciones sobre el género ensayo, de hecho este libro, El desorden de los refugiados, es una obra sobre este modo de comprender la realidad y su título tiene que ver con el modo de mirar y ejecutar el ensayo que tiene su autor. Por ello nos dice que el más emblemático de los ensayistas “es Voltaire(1694-1778), que elevó el arte de Montaigne a alturas iguales a las suyas”(p.15) 161 . Y prosigue:

“La ambigüedad del ensayo es de forma porque es de fondo. En cuanto a lo primero, paga con la desconfianza que se le tiene el haber permanecido fiel a sus orígenes. Mientras la novela se aligeraba…el ensayo continuó siendo el mismo. O sea, un texto salido por la punta de la pluma, donde el autor dice lo que sabe, pero sobre todo lo que no sabe y quiere saber, y que al final cierra la interrogación con que abrió el primer párrafo”(p.15. Subrayado nuestro);

“en los momentos de guerra de religión, de guerra ideológica, de guerra fría o sacatripas, el ensayo se retira, se marchita, se esconde…cuando se derrumban las certidumbres, es la hora estelar del ensayo, pero no por mucho tiempo: ¿a qué ha de servir estar hablando de sus dudas cuando todo el mundo las tiene y sobre todo, las teme, y quiere cambiarlas pronto por nuevas certezas?”(p.16);

“Por eso el ensayo es, sobre todo, una creación individual, donde lo que uno hace es interrogarse”(p.17).

Pero el ensayo necesita de la imaginación “y la loca de la casa es indispensable no sólo al escritor sino también al lector”(p.18); el ensayo es el sino de un solitario “que, aparentando dar consejos, se interroga y se angustia”(p.19); “sino la actitud dubitativa, más de pregunta que de respuesta, que es la esencia misma del ensayo”(p.20). Pero insiste que al ensayo “se le ve como un cajón de sastre, como el refugio de los desordenados”(p.23), “contiene mucho de intimidad, de implicación personal en su escritura”(p.23); “a través del ensayo se reflexiona sobre el impacto de un día”(p.23), “el ensayista asume su expulsión del ordenado mundo de las certidumbres, donde se ha instalado su contrario, y en lugar de. buscar un nuevo orden permanente de aquel desorden extremo, y agregarle su propia perplejidad. En tales condiciones, el ensayo no es el refugio de los desordenados sino el desorden de los refugiados”(p.24).

Modelos de ensayo son para él El príncipe(1532), aunque fue escrito en 1513, de Maquiavelo (1469-1527) o la Carta de Jamaica del Libertador.

ESE GÉNERO EN NUESTRAS LETRAS

Aquí debemos hacer la trayectoria del ensayo en nuestras letras. De hecho nuestro primer gran ensayo, en su esencia, lo es nuestra literatura la Carta de Jamaica(1815), texto iniciador del género entre nosotros. El segundo es el de Fermín Toro(1806-1865), “Europa en América” 162 , que es también ensayo pleno, suscita grande interés, y por su belleza literaria por lo cual es texto precioso. El tercero es el de Andrés Bello Discurso de instalación de la Universidad de Chile(1843), que es un ensayo y es la página esencial de la obra de Bello 163 . Y el cuarto es Cosas sabidas y cosas por saberse(1856) de Cecilio Acosta(1818-1881). En cambio, tras Bolívar, tras Toro, tras Acosta, aparecen otros textos ensayísticos, antes del inicio del siglo XX, tal Humo de mi pipa de José Gil Fortoul(1861-1943) o Camino de perfección de Manuel Díaz Rodríiguez(1871-1927) o varios de Pedro Emilio Coll(1872-1947). Sin embargo, al analizar el género siempre hay que tener en cuenta que no todo escrito breve en el cual se exprese un tema es un ensayo. Aquí nos referimos a la Carta de Jamaica porque los demás trabajos que mencionamos los hemos examinado ya en los capítulos de nuestra La palabra escrita en Venezuela dedicados a cada uno de sus autores.

LECTURA DE LA CARTA DE JAMAICA

El 6 de septiembre de 1815, durante su exilio en esa isla, envió Simón Bolívar la Carta de Jamaica a Henry Cullen. El 20 de septiembre se tradujo al inglés, tarea que cumplió el general John Robertson(1767-1815) quien también estaba allí junto a Bolívar. Tres años mas tarde apareció la primera edición de la Carta de Jamaica impresa, en el The Jamaica Quarterley Journal, n/ 1, Julio 1818,p.162-174. Se imprimió en la versión hecha por Robertson, la cual fue muy corregida por el propio Libertador junto con Robertson. Robertson falleció en Jamaica veinte y cinco días mas tarde(octubre 15).

Misiva considerada profética por sus primeros lectores. Ello siguiendo una expresión del propio Libertador,

“Todavía es más difícil presentir la suerte futura del Nuevo Mundo, establecer principios sobre su política, y casi profetizar la naturaleza del gobierno que llegará a adoptar” (Escritos, t.VIII,p.231).

Y anota:

“No obstante que es una especie de adivinación indicar cual será el resultado de la línea de política que la América siga, me atrevo a aventurar algunas conjeturas que desde luego caracterizo de arbitrarias, dictadas por un deseo racional, y no por un raciocinio probable”(Escritos, t.VIII,p.232).

Lo profético de esta misiva debe ser interpretado como lo acotó, con su penetración de siempre, Luis Castro Leiva(1943-1999), al apuntar que tal sentido profético sólo se podía entender como

“Otro caso de las predicciones fundamentales en la acción y en la experiencia, pues ocurren en estado de vigilia y a través de la evaluación de la razón práctica” 164 .

Pero más que profética debemos decir hoy la Carta de Jamaica es un ejercicio de comprensión de la situación de Hispanoamérica hecha por un político, cuya cultura y preparación le permitió comprender el medio en el cual actuaba.

En ella escribe como maduro pensador latinoamericano, ”un país tan inmenso, variado y desconocido como el Nuevo Mundo” (Escritos, t.VIII, p.222), la independencia es ineludible, “El suceso coronará nuestros esfuerzos; porque el destino de la América se ha fijado irrevocablemente; el lazo que la unía a la España está cortado...más grande es el odio que nos ha inspirado la Península que el mar que nos separa de ella; menos difícil es unir los dos continentes, que reconciliar los espíritus de ambos países”(Escritos,t.VIII,p.223), “todo lo sufrimos de esa desnaturalizada madrasta. El velo se ha rasgado”(Escritos,t.VIII,p.224).

Pide el apoyo la Europa culta para nuestra causa, “La Europa haría un bien a la España en disuadirla de su obstinada temeridad”(Escritos,t.VIII,p.227). Tenían los hispanoamericanos esperanzas en Europa desde sus primeros hechos, por ello recalca “nosotros esperábamos con razón que todas las naciones cultas se apresurarían a auxiliarnos, para que adquiriésemos un bien cuyas ventajas son recíprocas a entre ambos hemisferios. Sin embargo ¡cuán frustradas esperanzas¡. No sólo los europeos, pero hasta nuestros hermanos del Norte, se han inmóviles espectadores de esta contienda, que por su esencia es la más justa, y por sus resultados la más bella e importantede cuantas se han suscitado en los siglos antiguos y modernos; por qué ¿hasta dónde se puede calcular la trascendencia de la libertad del hemisferio de Colón?”(Escritos,t.VIII,p.228).

Tenían razón los latinoamericanos en levantarse porque eran grandes los males que padecían. Bolívar los enumera en su escrito: “los tributos que pagan los indígenas; las penalidades de los esclavos; las primicias, diezmos y derechos que pesan sobre los labradores, y otros accidentes, alejan de sus hogares a los pobres americanos. Esto sin hacer mención de la guerras de exterminio que ya ha segado cerca de un octavo de la población”(Escritos,t.VIII,p.231).

¿Qué somos se pregunta?. Responde: “Nosotros somos un pequeño género humano; poseemos un mundo aparte cercado por dilatados mares; nuevos en casi todas las artes y ciencias, aunque en cierto modo viejo en los usos de la sociedad civil” (Escritos, t.VIII,p.232).

Fundamental es la observación sobre la sociedad civil que hace aquí el Libertador, cosa que remata al observar también “Si hubiésemos siquiera manejado nuestros asuntos domésticos en nuestra administración interior, conoceríamos el curso de los negocios públicos y su mecanismo” (Escritos, t.VIII, p.233), así “Los americanos han subido de repente y sin los conocimientos previos, y, lo que es más sensible, sin la práctica de los negocios públicos, a representar en la escena del mundo las eminentes dignidades de legisladores, magistrados, administradores del erario, diplomáticos, generales, y cuantas autoridades supremas y subalternas forman la jerarquía de un Estado organizado con regularidad” (Escritos,t.VIII,p.235).

Ofrece sus reflexiones sobre el sistema de gobierno por establecer,

“Los acontecimientos de la Tierra Firme nos han probado que las instituciones perfectamente representativas no son adecuadas a nuestra carácter, costumbres y luces actuales...Los Estados americanos han menester de los cuidados de gobiernos paternales que curen las llagas y las heridas del despotismo y la guerra”(Escritos,t.VIII,p.238); sabía que “Es más difícil...sacar un pueblo de la servidumbre, que subyugar uno libre”(Escritos,t.VIII,p.239), dice sin que se le escape su visión de España, potencia que, según él, sólo ha sobresalido “en fiereza, ambición, venganza y codicia” (Escritos,t.VIII,p.238).

Criticaba la posibilidad de un gobierno federal, “por ser demasiado perfecto y exigir virtudes y talentos políticos muy superiores a los nuestros”(Escritos,t.VIII,p.241).

Y también rehusaba “la monarquía mixta de aristocracia y democracia que tanta fortuna y esplendor ha procurado a la Inglaterra” (Escritos,t.VIII,p.241), busquemos, pedía, “un medio entre extremos opuestos”(Escritos,t.VIII,p.241).

Sin embargo, negaba la posibilidad de establecer una monarquía en América Latina por considerarla una institución imposible para un continente de pequeñas naciones, cuyo distintivo es la permanencia.

¿Qué somos?, “no somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país, y los usurpadores españoles; en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento, y nuestros derechos los de Europa, tenemos que disputar estos a los del país, y que mantenernos en él contra la invasión de los invasores; así nos hallamos en el caso más extraordinario y complicado” (Escritos, t.VIII,p.232).

SU PROPIO “YO”

La intensidad con la que escribe en aquellos meses le obligan a dejar retratos de sí mismo. Ello lo hizo en los cuatro artículos que envío a periódicos de la isla como en su misiva a Henrry Cullen, el destinatario de la Carta de Jamaica. En un pasaje de sus escritos de Jamaica señala:”estos transportes, que parecerán exageraciones de un delirante”(Escritos, t.VIII,p.12).

Y un día enumera las cualidades de todo militar: “valor, desprendimiento, patriotismo, actividad, celo y talento militar”(Escritos,t.VIII,p.278).

CITAS BIBLIOGRAFICAS.

154. José Luis Salcedo Bastardo: Visión y revisión de Bolívar,p.97.

155. Arturo Uslar Pietri: Letras y hombres de Venezuela,p.61; Rufino Blanco Fombona: “Bolivar, escritor y triubuno”, en El espíritu de Bolívar,p.185-208. La cita en este caso procede de las p.186-190. Entre las obras ha tenerse en cuenta para el examen del Bolívar escritor, desde luego escritor de temas políticos, deben consultarse los libros ya citados: Edoardo Crema: Lo poético en Bolívar; José Luis Salcedo Bastardo: Concordancias ideológicas y literarias en Bolívar; Efraín Subero: Bolívar escritor; Pedro Pablo Paredes: Bolívar escritor y Domingo Miliani: “Literatura y literariedad en la pepota emancipadora: Bolivar”, en su País de lotofagos,p.33-88.

156. Francisco Herrera Luque: Boves, el Urogallo.24.ed. Caracas: Alfaguara, 2001.399 p. La referencia está en la p.331-333.

157. Su primera edición fue impresa en ingles, en una revista de Jamaica, The Jamaica Quarterly. Journal and literary gazette, n/ 1, vol.3,1818,p.162-174, publicándose entonces la traducción inglesa realizada por el oficial canadiense John Robertson(1767-1815) que formaba parte del sequito de Bolívar, la versión fue realizada en compañía del Libertador. La primera versión castellana aparecio en 1826, en la obra de los próceres Cristobal Mendoza y Francisco Javier Yanes: Colección de documentos relativos a la vida publica del Libertador,t.XXII,p.207-229. La edición anotada fue la que prepararon los eruditos Pedro Grases y Manuel Pérez Vida que esta en

los Escritos del Libertador,t.VIII,p.222-248, de la cual proceden las citas que hacemos. El presidente Rafael Caldera(1916-2009) consideró tan importante esa edición anotada que ordenó una edición autónoma que es La Carta de Jamaica. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la Republica,1972.176 p. Esa edición es la que deben usar actualmente los estudiosos del importante documento bolivariano.

158. Fermin Toro: “Europa y América”, serie publicada en el Correo de Caracas, marzo 12 y 26; 2,23,30 abril; mayo 14 y 28; junio 18; julio 9 y 23,1839. Puede leerse completa La doctrina conservadora Fermin Toro,p.29-95.

159. Andrés Bello: Discurso pronunciado en la instalación de la Universidad de Chile, el día 17 de septiembre de 1843. Santiago: Imp.del Estado, 1843.18 p., inserto en sus Obras completas, t.XXI,p.3-28. Su edición facsimilar es el Discurso de instalación de la Universidad de Chile. Estudio preliminar: Rafael Fernandez Heres. Madrid: Oficina de Educación Interamericana,1981. 65,38 p. del estudio de Fernandez Heres surgió su libro El proyecto universitario de Andrés Bello, ya citado, este constituye el mejor análisis actual del texto de Bello.

160. Manuel Caballero: No más una cuartilla. Caracas: Alfa, 2009. 316 p. Ver:”¡Muerte a los feos”(p.37). La cita procede de la p.37.

161. Las citas que siguen proceden de Manuel Caballero: El desorden de los refugiados. Caracas: Alfadil,2004. 255 p. Ver: “El desorden de los refugiados”(p.11-24), brillantísimo ensayo sobre el ensayo. El otro es el de Atanasio Alegre(1930-2019): Los carnavales de la deconstrucción. Caracas: Alfa,2010. 190 p. Ver:”Dichos y desdichas en torno al ensayo”(p.13-17).

162. Fermin Toro: “Europa y America”, serie publicada en el Correo de Caracas, marzo 12 y 26; 2, abril 23 y 30; mayo 14 y 28; junio 18; julio 9 y 23,1839. Puede leerse completa La doctrina conservadora Fermin Toro. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República,1960. XVIII, 420 p. Ver “Europa y América”(p.29-95).

163. Andrés Bello: Discurso pronunciado en la instalación de la Universidad de Chile, el día 17 de septiembre de 1843. Santiago: Imp. del Estado, 1843. 18 p., inserto en sus Obras completas, t.XXI,p.3-28. Edición facsimilar es el Discurso de instalación de la Universidad de Chile. Estudio preliminar: Rafael Fernandez Heres. Madrid: Oficina de Educación Interamericana,1981. 65,38 p. del estudio de Fernandez Heres surgió su libro El proyecto universitario de Andrés Bello, ya citado, este constituye el mejor análisis actual del texto de Bello.

164. Luis Castro Leiva: La Gran Colombia, una ilusión ilustrada. Caracas: Monte Ávila Editores, 1985. 161 p. La cita procede de la p.34. El fascinante estudio tuvo una segunda edición en Luis Castro Leiva: Obras. Caracas: Fundación Polar,2005-2009. 2 vols. Esta en el t.I,p.46-172, edición preparada por su viuda Carole Leal Curiel, destacada historiadora. La cita en este caso está en la p.70.

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