HISTORIA DE LA PRESENCIA OCULTA Y FELIZ DE LAS MUJERES EN VENEZUELA...
LAS GRANDES PREGUNTAS SOBRE EL SER FEMENINO
Creemos que debemos comenzar esta exposición no entrando primero en la historia de las mujeres, que es nuestro tema principal, sino preguntándonos cual se podría considerar la esencia del ser femenino y tratándonos de explicar el por qué de la gran misoginia, del pensamiento contra la mujer, que es lo que hallamos a través de los siglos al menos hasta el siglo XVII cuando, hacia los años finales de esa centuria, una escritora inglesa, Mary Astell (1668-1671) hizo conocer dos escritos: Una seria proposición a las Damas (1697) y Algunas reflexiones en torno al matrimonio(1700).
Su pensamiento era sencillo, lógico, “Si todos los hombres nacen libres, ¿por qué todas las mujeres nacen esclavas?” 5
CUAL ES LA ESENCIA
De allí que para comenzar debamos citar a Jack Holland(1947- 2004), quien para poder trazar la historia de la misoginia debió dibujar primero la historia de la mujer en el mundo. De allí que indique: ”la historia convencional de las mujeres…consiste en lo fundamental en la historia de su relación con los hombres. De hecho hasta hace muy poco tiempo las mujeres han sido vistas en relación con muy pocas otras cosas”(p.20). Y a la vez indica: “en lo más hondo de la psique masculina están los manantiales de temor y fascinación que provoca la contemplación de la mujer”(p.193) 6 .
Este punto se debe tener en cuenta el denso libro de la psicoanalista y novelista venezolana Ana Teresa Torres: Historias del continente oscuro. Es este libro único en la bibliografía psicológica venezolana. Para nosotros los pasajes que lo explican están en las p.14,49, 87 y 274. Debemos decir que este libro es una muy densa exploración sobre la mujer vista a través del psicoanálisis, un análisis que debemos denominar “neo freudiano”.
Oscuro consideró Sigmund Freud(1856-1939) el análisis de la mujer. Pero además lo opaco es lo predominantemente femenino, su esencia, porque ella es umbrosa, nocturna, como lo es la vagina.
En estos sólidos y tupidos estudios, siempre fascinantes aunque no fáciles de entender para el no iniciado porque tienen momentos impenetrables, ella examina toda la concepción de la mujer que nos legó Freud. Pero, y esto es importante, examina a Freud como una de las grandes figuras del pensamiento occidental, como cualquiera lo haría con Aristóteles, Platón, Hegel, Marx o Nietzche. Así aquí brilla la capacidad de entender a ser humano y la esencia de la sexualidad tal como nos la mostró el sabio de Viena. La autora nos pone ante el estado actual de la investigación freudiana sobre la mujer, esa que como bien dice Helene Cixous, no es ni nebulosa ni inexplorable. Partiendo de esa idea vuelve nuestra admirada Torres sobre cada una de la historias clínicas del gran maestro dedicadas a sus pacientes femeninas. Y ello, tiene razón, a partir del lugar y el tiempo en que Freud las hizo y desde la ubicación patriarcal que fue la suya. Esto es decisivo. Ellas le permiten trazar el gran itinerario y ver mucho de lo que no ha sido percibido. Nos parece que aquí es espléndida especialmente en sus análisis de la histeria femenina.
Mira lo apenas percibido de las ideas de Freud sobre estos tópicos desde hoy, “Naturalmente hay interrogantes que podemos hacer desde nuestra perspectiva contemporánea”(p.87). Por ello insiste:
“Pero no es el éxito o fracaso terapéutico, siempre azaroso, el interés de esta relectura, sino la visión de la condición femenina que se sugiere”(p.177), este su punto de mira y no hay perderlo de vista.
Sugestivos son siempre todo lo que dice sobre la mujer en el orden sexual de nuestra sociedad; cómo podemos ver a la mujer dentro del psicoanálisis o la pregunta “¿qué quieren los hombres?”. Y no se puede cerrar el libro sin asomarse a la terapia que le hace a Emma Bovary, protagonista de la gran novela de Gustavo Flaubert(1821-1880), Madame Bovary(1857) y el escrutinio de Manuelita Saenz(1797-1856), completísimo, logrando exprimir la documentación existente para comprender a esta mujer de excepción. Y ante las mil preguntas que se pueden hacer ahora alrededor de la condición femenina y su presencia tan singular en el mundo de hoy, al menos en el occidental, acogiendo la pregunta de lo que se debe insinuar a la mujer de hoy, encuentra que sus respuesta es esta: ”Esperar que ella diga cómo es ser mujer, como ha llegado a serlo, qué tropiezos y ventajas ha encontrado, que sufrimientos y que alegrías le ha proporcionado su condición, ése es el único camino que se me ocurre”(p.274).
Eugea, la prostituta a la que los hombres se entregaban sin importar que murieran como decia la maldiciòn que la acompañaba. Las leyendas decían que Eugea era descendiente de la misma diosa del amor Afrodita, quien le había dado la capacidad amatoria a su hija para llevar al límite físico a todos y todas sus amantes. El templo en el cual la deseada Eugea vivía y recibía a sus amantes estaba dedicado por completo a esa misma diosa. En su interior se respiraban deliciosas fragancias que embriagaban a sus visitantes y los preparaban para el que sería casi con toda seguridad el último y más glorioso de sus encuentros sexuales.No había hombres que al ver a Eugea esperando por ellos en sus aposentos, envuelta en sedas preciosas y lista para ofrecer los más deliciosas favores sexuales, no perdiera la cabeza y entregara verdaderas fortunas en joyas, monedas y brillantes al templo con tal de fundirse en un solo cuerpo con la más sagrada de las prostitutas. De esa manera el templo y sus representantes obtenían recursos con los que se enriquecían y también Eugea, quien llevaba una vida de auténticos lujos.Lo que Eugea hacía era en realidad un sacrificio para su diosa Afrodita quien recibía a los muertos en el Olimpo. Incluso sabiendo que ese momento podría ser el último para ellos era tanta la desesperación de grandes hombres por probar el cuerpo de la mujer que se entregaban a una dulce muerte sin pensar en nada más, pese a las advertencias de sus allegados o de los relatos en torno a la sierva de Afrodita.
LA GRAN PREGUNTA
De allí que la gran pregunta sobre el ser femenino fue la hecha por Sigmund Freud(1856-1939), uno de los padres del siglo XX, uno de los que hizo posible que esa centuria fuera llamada el siglo del sexo. La pregunta del psiquiatra vienés fue “¿Qué quieren las mujeres?”, él dijo no haber encontrado la respuesta. Pero, digámoslo, esta existe. Y su esencia está en el hecho de que para comprender a la mujer hay que saber escucharla, sino es imposible entenderla.
Tanto que desde muy atrás, desde la Edad Media, la interrogante fue contestada en “El cuento de la comadre de Bath”, uno de los Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer(c1340-1400):
“Una mujer quiere idéntica soberanía sobre su marido que sobre su amante, y dominarlo; él no debe estar por encima de ella”.
Así la historia de la mujer “es una declaración de guerra al cuerpo humano. Y cuando un hombre se declara en guerra a sí mismo, la primera baja es la mujer. Esta es una guerra que no cesa”(p.78).
¿POR QUÉ LA DEMONIZACION DE LA MUJER?
Escribió Holland: “Los aproximadamente mil años que separan el fin del mundo clásico y el surgimiento del moderno presenciaron el desarrollo de dos procesos en apariencia contradictorios: la beatificación de la mujer y su demonización”(p.91).
LA MISOGINIA
Sobre el por qué de la misoginia, sobre el por qué de su extensión, hay que decir que los más destacados autores misóginos no fueron heterosexuales como el caso de Platón(428-348 aC) y Aristóteles(384-322 aC) sino bisexuales; misóginos como San Pablo (10-67 dC), o San Agustín (354-350), este antes había tenido una vida plena de aventuras sexuales con mujeres pero que terminó viendo en la mujer la siempre posibilidad de cometer pecados sexuales.
Fue ”la teoría de las formas de Platón la que volvió filosóficamente respetable la misoginia, su discípulo Aristóteles la hizo científicamente respetable”(p.41). Y de allí en adelante, días del mundo antiguo(s.VII aC-1000 dC), el poder, y la complejidad de la visión misógina…se deriva esencialmente de tres fuentes: intervención divina, misoginia y ascenso del cristianismo(p.69). Y en el Nuevo Testamento pese a que Jesús siempre iba acompañado por mujeres, sus propios discípulos “se sorprendían de que hablara con una mujer” (Juan IV,27).
Tal algunos de los orígenes de la misoginia, esta “procura deshumanizar a las mujeres por medio de definiciones restrictivas de cuál se supone es su verdadero papel”(p.195). Lo que todos estos pensadores, los nombrados y otros, “Lo que todos ellos tienen en común es su creencia, arraigada en la misoginia, de que el derecho de la mujer a elegir, aspecto fundamental de su autonomía, debe ser aplastado”(p.199).
La resistencia de la misoginia a través de los siglos “puede explicarse, en parte, por el hecho de que los misóginos siempre han proclamado dos cosas distintas…los misóginos han condenado a las mujeres por ser insaciables sexualmente o negado que tuviesen deseo sexual alguno”(p.135). Tal el poema del gran poeta inglés Alexander Pope(1688-1744):
“Algunos hombres se inclinan por los negocios, otros por obtener placer, pero todas las mujeres son, en el fondo, disolutas”(p.45).
Por ello no deja de llamar la atención como para trazar la historia de la mujer haya que comenzar con su antítesis: la misoginia, el odio hacia la mujer.
La misoginia surgió en el Mediterráneo oriental, hace tres milenios.
Y es difícil llegar a su meollo, dice Holland, porque es siempre ”complicado rastrear la historia de cualquier odio”(p.21), por mucho tiempo el carácter de los hechos tendrá una “delimitación que vincula la virtud femenina con la falta de sexo”(p.25) lo cual siempre sirvió para deshumanizar a las mujeres. Y ello ha llegado hasta el punto que hasta ahora no se ha logrado explicar plenamente hasta ahora el por qué del miedo a la sexualidad, que está en la base de la misoginia, tanto que el ”hechizo del lecho se transfiguró en una pesadilla de autoaborrecimiento a medida que las tendencias misóginas se intensificaban hasta alcanzar niveles psicópatas”(p.83). Fue por ese camino que la sexualidad solo llegó a ser considerada únicamente para procrear no para la Recreación (p.71), alejando de la cama el placer del sexo, dejando de lado el hecho de que el principio del placer es tan fundamental como el principio de conservación de la vida.
Fue por misoginia que el adulterio se castigaba severamente: ambos, hombre y mujer, morían lapidados como indica la Biblia (Deuteronomio: XX,20-21). Y toda otra practica sexual que no llevara a la procreación estaba prohibida: desde luego, la homosexualidad, masculina y femenina (Génesis XIX,5; Jueces XIX,22; Levítico XVIII,22,XX,13); el verter la simiente del hombre fuera de la vagina de la mujer, lo que es el onanismo, que no es masturbación. El onanismo es lo que hoy llamamos “coitus interrumtus”, que es además una forma de control de la natalidad, un método anticonceptivo natural. En aquella época estaba prohibida la masturbación, que es el acto sexual más íntimo que toda persona humana puede tener 7 ; proscrito el sexo oral; mal vista la mujer en los días de la mestruación (Mateo IX,20-22), la única excepción fue el canto amoroso y erótico del Cantar de los Cantares, uno de los libros del Antiguo Testamento, la Biblia Hebrea, que es el mayor poema amoroso y erótico de la humanidad.
Asi transcurrirán los siglos, solo será a partir del siglo XVIII cuando la situación cambiará, consecuencia del surgimiento de la democracia liberal, en la era posterior a la Ilustración, pero como consecuencia de ella, “eventualmente la igualdad entre los sexos logrará desterrar la misoginia y ponerle fin al prejuicio más antiguo del mundo”(p.26).
BREVÍSIMA ACOTACION SOBRE LA MASTURBACIÓN
Concluimos con unas observaciones sobre la masturbación. Hay que advertir que la palabra masturbación no aparece en la Biblia. El origen del vocablo masturbación es bastante incierto. La primera referencia conocida viene de Marco Valerio Marcial (40-120dC), un poeta satírico hispanorromano del siglo I de la era cristiana. La voz podría derivar de una palabra compuesta por raíces latinas: “manus”, "mano" y “turba”, "alteración", "perturbación", "excitación".
Con lo que masturbación significaría excitar el pene del hombre, o la vagina de la mujer. Sinónimos de masturbación son autoerotismo e ipsación. Ya hemos indicado que onanismo no es sinónimo de masturbación, se trata de dos actividades sexuales distintas.
Explica Thomas Laqueur(1945), la mayor autoridad hoy en el tema del sexo solitario, que la expresión aparece realmente en siglo XVIII, posiblemente en 1712, año del nacimiento de Juan Jacobo Rousseau (1712-1778), quien más adelante la elogió. Desde entonces fue “una parte de la vida sexual humana en la que el placer potencial ilimitado encuentra su censura social donde el hábito y la promesa de una ‘última vez’ luchan contra los dictados de la conciencia y la sensatez; donde la fantasía silencia, aunque sea por un momento, el principio de realidad y donde el yo autónomo escapa del páramo erótico del aquí y ahora y ahora hacia un mundo lujurioso que el mismo ha creado, y queda suspendido entre la abyección y la satisfacción”(p.15). Ello se inició con el primer tratado sobre la masturbación, llamado equivocadamente Onanismo, impreso entre 1708 y 1716, condendo la práctica, como lo será durante varios siglos, hasta la aparición de la sexología de el siglo XX, cuando se llegó a pensar por Havelock Ellis “que el autoerotismo representa a la civilización en sus formas más elevadas, el fundamento de las artes y la creatividad”(p.422).
HOY
Para entrar en lo que deseamos exponer situémonos en nuestro tiempo y recordemos las luchas que han dado las propias mujeres para lograr tener el lugar que tienen hoy, cuyo resultado es que las mujeres tengan hoy libertad, personalidad jurídica, puedan votar, puedan escribir y firmar sus obras, puedan estudiar en la universidad, puedan participar en la política, puedan sostenerse a sí mismas sin necesitar del hombre, incluso, puedan embarazarse sin la participación del hombre, tal la inseminación artificial. Del hombre la mujer de hoy sólo necesita su amor. Más nada. Porque todo lo demás lo puede lograr ella por sí misma.
Tal los logros de las luchas de las mujeres y del feminismo. Gracias a él, y las luchas de muchas féminas, estas pueden vivir con libertad. No serían lo que son sin las feministas. Y sin las ideas mujeriles de algunos hombres sensibles, como llamaba Anais Nin(1903-1977), en Ser mujer 8 , a los hombres que entienden y se relacionan bien con las mujeres.
La fundadora del feminismo fue la inglesa Mary Wollstonecrat (1759- 1797), madre de la autora de la novela Frankestein, quien a través su Vindicación de los derechos de la mujer(1792) 9 sentó las bases del feminismo hasta el punto que debe ser considerada su fundadora.
Tanto nuestro Francisco de Miranda(1750-1816) en el siglo XVIII, aunque no lo crean 10 , como John Stuart Mill(1806-1873) en Ensayos sobre la igualdad sexual 11 escrito junto con su esposa, Harriet Taylor Mill(1807-1858), en pleno siglo XIX, expuso ideas tan novedosas para su tiempo como sus disquisiciones sobre matrimonio y divorcio, la emancipación de la mujer y la sujeción de la mujer.
Las “sufragistas” completaron el cuadro. El derecho al voto fue un hecho, este significó la amplia presencia de la mujer en la sociedad.
En 1949 Simone de Beauvoir(1908-1986) publicó El segundo sexo 12 , el primer gran tratado sobre la mujer. El feminismo del siglo XX se desarrolló luego con dos libros, de dos norteamericanas:
Betty Friedan(1921-2006) en La mística de la feminidad 13 y el Kate Millet (1934-2017) con su Política Sexual 14 . A estas añadiríamos dos más Contra nuestra voluntad 15 de Susan Brownmiller (1935) sobre la violación y el colectivo La primera vez, sobre la pérdida de la virginidad 16 . Incluso, dos de la gran española Monserrat Roig (1946-1991): ¿Tiempo de mujer? y Mujeres en busca de un nuevo humanismo 17 .
En literatura las mujeres pasaron de no poder firmar sus obras, de sólo poder colocar “by a lady”, al vasto movimiento de las mujeres que expresan su identidad escribiendo, proceso que tiene sus grandes hitos en obras como la de Las Tres Marías: Nuevas Cartas Portuguesas (1972) 18 , quienes parten de las Cartas de amor de Mariana Alcoforado (1640-1723), una monja enamorada de un hombre en el siglo XVII en Portugal.
Vivimos ahora el “post feminismo”. Betty Frieddan vuelve a aparecer con La segunda fase 19 y Susan Faludi con La guerra contra las mujeres 20 .
Se fijan por qué las mujeres hoy en día no pueden dejar de llamarse feministas. Los hombres sensibles las acompañan. Los machistas, el otro lado del hembrismo, se han quedado solos, llorando en las barras de los bares lo que suponen les hacen las mujeres, insultándolas a veces, para que sus amigos los crean muy machos, como en el ejemplar cuento “Sábado por la noche” de Salvador Garmendia(1928-2001) 21 . Tal algunas reflexiones que hay que atrapar para comenzar 22 .
DESDE LA ANTIGÚEDAD
Comencemos por el pasado lejano. La historia de las mujeres debe comenzar por señalar que lo más antiguo en este suceder es la misoginia 23 . Quien reveló con toda precisión y todos sus detalles el vivir femenino fue Simone de Beauvoir, en 1949, en una obra que se convirtió en la biblia del feminismo y popularizó el término, El segundo sexo.
Pese a lo observado por Jack Holland, a quien volveremos. La historia comienza con un hecho femenino: cuando Helena, esposa de Menelao, huye desde Esparta a Troya, raptada por París, este hecho dio lugar a la guerra de Troya, la que relata Homero en la Iliada. En ese suceso su belleza sin par jugó un gran papel. Así sexo y poder se hicieron presentes por vez primera en la historia. Eso fue en el siglo VIII aC.
Pese a lo observado por Jack Holland, a quien volveremos. La historia comienza con un hecho femenino: cuando Helena, esposa de Menelao, huye desde Esparta a Troya, raptada por París, este hecho dio lugar a la guerra de Troya, la que relata Homero en la Iliada. En ese suceso su belleza sin par jugó un gran papel. Así sexo y poder se hicieron presentes por vez primera en la historia. Eso fue en el siglo VIII aC.
También en el siglo VIII aC fue redactada la Biblia Hebrea, la que los católicos denominan el Antiguo Testamento, es ella, junto con la Iliada y la Odisea, en el cual domina Penélope la historia, ambas de Homero y Los trabajos y los días de Hesíodo, los cuatro libros fundamentales de la antigüedad 24 .
LAS MUJERES DESTACADAS
En el mundo antiguo las mujeres destacadas fueron: Helena, Penélope, Safo, Aspasia, Lisistrata, Cornelia, Lesbia, Cleopatra, Agripina la menor, Julia Donna, Teodora, Hipatia de Alejandría, filósofa, María, madre de Jesús, declarada Madre de Dios en el 431 dC. En los siglos V a X: solo hubo una autora dramática, una religiosa alemana: Hroswitha de Gandershem, se conocen una docena de sus piezas.
CITAS BIBLIOGRAFICAS.
4. Valentina Saa Carbonell: En el umbral del amanecer y otros relatos. Caracas: Comala.com, 2001.175 p. La cita procede de la p.89.
5. A todo lo largo de las citas que haremos a lo largo de esta indagación solo daremos la ficha completa de cada libro utilizado la primera vez que lo citemos. La siguientes, o siguientes veces, solo daremos el nombre del autor, el título de la obra, el tomo de donde tomamos la cita, si lo hay, y la página de donde proviene la referencia que hagamos. Asi en este caso las referencia procede de .Jack Holland en Una breve historia de la misoginia. México: Oceáno,2010. 263 p. La cita proviene de la p.120. Las citas que se encontrarn en adelante, entre paréntesis, proceden de este volumen. Nos ha ha sido muy útil la obra de Cristina Segura Graiño: Diccionario de mujeres célebres. Madrid: Espasa Calpe, 1998. XI,747 p., que nuestra inolvidable amiga Cate Capriles nos trajo desde Mallorca.
6. Este punto se debe tener en cuenta el denso libro de la psicoanalista y novelista venezolana Ana Teresa Torres: Historias del continente oscuro. Ensayos sobre la condición femenina. Caracas: Alfa,2007. 348 p. 3 Geoffrey Chaucer: Cuentos de Canterbury.10.ed. Madrid: Cátedra,2009.647 p. Ver “El cuento de la comadre de Bath”(p.221-230). La cita procede de la p.225.
7. Ver el notable libro de Thomas Laqueur: Sexo solitario. Una historia cultural de la masturbación. México: Fondo de Cultura Económica, 2007. 503 p. Es bueno retener siempre la opinión que sobre la masturbación consignó el novelista venezolano Salvador Garmendia(1928-2001) al escribir: “Ese dulce ejercicio de la imaginación, el más recatado e inofensivo de todos los juegos amorosos”, lo que leemos en sus Crónicas sádicas. Caracas: Pomaire,1990. 161 p. La cita procede de la p.21. Para evitar malas interpretaciones señalamos que el título de esta obra se refiere a que sus textos fueron impresos en la revista caraqueña El sádico ilustrado, dirigida por nuestro gran Pedro Leòn Zapata(1929-2015).
8. Anais Nin: Ser mujer. 2ª.ed.Madrid: Debate,1979. Ver especialmente el ensayo inserto en este libro: “En busca del hombre sensible”.
9. Mary Wollstonecraft: A vindication of the rights of women. London: 1792. Tuvo una segunda edición el mismo año de su primera edición y otra cuatro año más tarde,1796.
10. Francisco de Miranda: Colombeia. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República,1979-2006. 20 vols. Su opinión sobre los derechos de la mujer está expuesta en su carta a Jerome Petión (octubre 16,1792) la cual puede leerse en t.X,p.272-276. El punto lo trata en las p.275-276. Volveremos sobre ello más adelante.
11. John Stuart Mill/Harriet Taylor Mill: Ensayos sobre la igualdad sexual. Barcelona: Península,1973.288 p.
12. Simon de Beauvoir: El sexo sexo. Buenos Aires: Siglo XX,1965. 2 vols.
13. Betty Friedan: La mística de la feminidad. Madrid: Jucar,1974.519 p.
14. Kate Milett: Politica sexual. Mexico: Aguilar,1975.518 p.
15. Susan Braenmiller: Contra nuestra voluntad. Hombres, mujeres y violación. Bareclona: Planeta,1981. 436 p.
16. Varios Autores: La primera vez. O la novela de la virginidad perdida a través de los siglos y los continentes. Barcelona: Planeta,1984. 301 p.
17. Montserrat Roig: ¿Tiempo de mujer?. 3ra.ed.Barcelona: Plaza y Janés,1981. 300 p.; Mujeres en busca de un nuevo humanismo. Barcelona: Salvat,1981.64 p.
18. Las tres Marías: Nuevas Cartas Portruguesas. Barcelona: Grijalbo, 1976.377 p.
19. Betty Friedan: La segunda fase. Barcelona: Plaza y Janés, 1983. 307 p.
20. Susan Faludi: Las guerra contra las mujeres. Buenos Aires: Planeta, 1992. 446 p.
21. El cuento está en Salvador Garmendia: Difuntos, extraños y volátiles. Caracas: Editorial Tiempo Nuevo,1970.148 p. Ver: “Sábado por la noche”(p.93-106).
22. Ver nuestro “Mujeres antimujeristas”, El Mundo, Caracas: mayo 10,2005. Este artículo fue redactado para responder a las insólitas opiniones de una joven mujer sobre lo femenino que leímos en una de las hojas de www.elgusanodeluz.com(2005). En ella una mujer estampó dos ideas que se prestan a grande discusión. En las primeras líneas dijo que como mujer no era feminista y afirmó que para ella era lo mismo feminismo que hembrismo(como en la película Acoso Sexual donde Demi Moore quiere poseer a Michael Douglas a cómo de lugar). Ello nos llevó tocar tan dudosas ideas. La respuesta es lo que hemos desarrollado en los párrafos anteriores.
23. El estudio que presentamos se sustenta, además de la historias universal y la historia literaria del mundo en las siguientes obras: Andree Michel: El feminismo.México: Fondo de Cultura Económica,1983. 154 p. en este caso el título de la obra es excesivo, no se puede hablar de feminismo sino a partir de 1792; Jack Holland: Una breve historia de la misoginia, ya citado, quien para poder trazar su tema debió a la vez examinar la historia de las mujeres en el mundo. Otras obras a tener en cuenta son Jesús de la Villa y otros: Mujeres de la antigüedad. Madrid: Alianza Editorial,2004.314 p.; Georges Duby: Damas del siglo XII. Madrid: Alianza Editorialm1995. 144
24. George Steiner: Un prefacio a la Biblia Hebrea. Madrid: Siruela,1996.126 p.