“BOLÍVAR, EL GRAN SEÑOR DE LA PALABRA..." ENTREGA XVIII del libro de Roberto Lovera De Sola.
Juan José Flores y Aramburu (Puerto Cabello, 19 de julio de 1800-Isla Puná, 1 de octubre de 1864)
CARTA AL GENERAL JUAN JOSÉ FLORES(1830)
Antes de comentar tan decisiva y dolorosa misiva pasamos a copiarla. Esta carta la dictó el Libertador en Barranquilla, el 9 de noviembre de 1830, treinta y ocho días antes de fallecer, su dictado fue tomado seguramente por su sobrino Fernando Bolívar Tinoco(1810-1898) su secretario durante todo aquel viaje final. A su corresponsal el venezolano general Juan José Flores (1800-1864), dijo Bolívar:
“He recibido la apreciable carta de Ud. de Guayaquil, de 10 de septiembre que ha puesto” en mis manos el Comisionado de Ud., Urbino. No puede usted imaginarse la sorpresa que he tenido ver que Ud, se sirve diirigir su atención y destinar expresamente un oficial para venir a responderme y a darme noticia de lo que pasa en el Sur[Ecuador] y pasa con Ud. No esperé nunca que un simple fuese objeto de tanta solicitud y benevolencia. Ud. al dar este paso ha llenado la medida de su excesiva bondad hacia mí No puede Ud. hacer más, por lo que hace a la amistad. Con respecto a la patria Ud. se conduce como un hombre de estado; obrando conforme a las ideas y a los deseos del pueblo que le ha confiado su suerte, En esta parte cumple Ud. con los deberes de Magistrado y de ciudadano.
No contestaré la carta en cuestión, pues la gran carta la ha traído el señor Urbina: este método es diplomático, prudente y lleva consigo el carácter de la revolución, pues nunca sabemos en que tiempo vivimos ni con que gentes; y una voz es muy flexible y se presta a todas las modificaciones que se le quieren dar. Esto es politico. Urbina me asegura que el deseo del Sur, de acuerdo con la instrucción que ha traído, es terminante con respecto a la independencia de ese país. Hágase la voluntad del Sur; y llene Ud. sus votos. Ese pueblo está en posesión de la Soberanía y hará de ella un saco, o un sallo, si mejor le parece. En esto no hay nada determinado aún, porque los pueblos son como los niños que luego tiran aquello, por lo que han llorado. Ni Ud,. ni yo, ni nadie sabe la voluntad pública. Mañana se matan unos a otros, se dividen y se dejan caer en manos de los más fuerte y mas feroces. Esté Ud. cierto, mi querido general que Ud. y esos Jefes del Norte [Nueva Granada y Venezuela] van a ser echados de ese país, a menos que se vuelva Ud. un [Gaspar Rodríguez de]Francia (1766-1840) 258 , aunque esto no basta porque Ud. sabe que todos los revolucionarios de Francia murieron en medio de la matanza de sus enemigos y que muy pocos son los monstruos de esta especie que hayan escapado del puñal o del suplicio. Diré[a] Ud. de paso y a propósito. Me ha dicho este joven, porque se lo he preguntado, que los grandes destinos del sur están en manos de los Jefes del Norte. Esto era odioso aun antes de la revolución última, ¿con cuanta mas razón no llamarán tiránico?. Desde aquí estoy oyendo a esos Ciudadanos que todavía son colonos y pupilos de los forasteros: unos son venezolanos, otros granadinos, otros ingleses, otros peruanos y quien sabe de qué otras tierras los habrá también. Y después ¡qué hombres! Unos orgullosos, otros déspotas y no falta quien sea también ladrón; todos ignorantes, sin capacidad alguna para administrar. Sí, señor, se lo digo a Ud. porque lo amo y no quiero que sea Ud. víctima de esa parcialidad. Advertiré a Ud. que [Vicente]Rocafuerte (1783-1847) ha debido partir para ese país y que este hombre lleva las ideas màs siniestras contra Ud. y contra todos mis amigos. Es capaz de todo y tiene los medios para ello. Es tan ideático que habiendo sido el mejor amigo mío en nuestra tierna juventud y habiéndome admirado hasta que entré en Guayquil, se ha hecho furioso enemigo mío por los mismos delitos que Ud. ha cometido. Haberle hecho guerra a La Mar (1777-1839) y no ser de Guayaquil, con las demás añadiduras de opiniones y otras cosas. Es el federalista màs rabioso que se conoce en el mundo, antimilitar encarnizado y algo de malo. Si ese caballero pone los pies en Guayaquil tendrá Ud. mucho que sufrir y los demás, Dios lo sabe. Vendrá La Mar, [José Joaquín]Olmedo (1781-1847) lo idolatra y no ama más que a él; espere Ud. pues las consecuencias de estos antecedentes.Ud. Sabe que yo he mandado 20 años y de ellos no ha secado más que pocos resultados ciertos:
1) La América es ingobernable para nosotros;
2) El que sigue una revolución ara en el mar;
3) La única cosa que se puede hacer en América es emigrar;
4) Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi impercdeptibles, de todos colores y razas:
5) Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos;
6) Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo este sería el último período de América. La primera revolución francesa, hizo degollar las Antillas, y la segunda, causará el mismo efecto en este vasto continente. La súbita reacción de la ideología exagerada va a llenarnos de cuantos males nos faltaban, o más bien los van a completar. Ud. verá que todo el mundo va a entregarse al torrente de la demagogia y ¡desgraciados de los pueblos! Y ¡desgraciados de los gobiernos!
Mi consejo a Ud. como amigo, que es que en cuanto Ud. se vea próximo a declinar, se precipita Ud. mismo y deje el puesto con honor y espontáneamente. Nadie se muere de hambre en tierra.
Hablaré a Ud, de Colombia menos extensamente. Este país ha sufrido una Gran Revolución, y marcha sobre un terreno volcánico. Como la revolución trae mil y las primeras no se han apaciguado, la historia de la Ladera está produciendo todavía sus efectos; por supuesto el Sur del Cauca está en campaña con todas las furias infernales. Río Hacha se levantó, se tomó la ciudad por las tropas del Gobierno, pero los bandidos acuadillados por [Pedro] Carujo(1801-1836) están infestando el país y hacen daño 259 . El asesino de Carvajal, Moreno, no ha reconocido al Gobierno y distrae con esto a algunos destacamentos del Gobierno. En El Socorro hubo diferencias entre la ciudad de Velez y su capital, con este motivo se han roto allí las cabezas. Todo el pueblo, la iglesia y el ejército, son afectos al nuevo orden de cosas, no faltan sin embargo, asesinos, traidores, facciosos y descontentos; cuyo número puede subir a algunos centenares. Desgraciadamente, entre nosotros no pueden nada las masas, algunos ánimos fuertes lo hacen todo y la multitud sigue la audacia sin examinar la justicia o el crimen de los caudillos, màs los abandonan luego al punto que otros más leves los sorprenden. Esta es la opinión pública y la fuerza nacional de nuestra América.
La administración de Bogotá presidida por [Rafael] Urdaneta(1788-1845) se conduce con bastante energía y no poco actividad: hay quien quiera más de la primera, más ahí está la Constitución, responde Urdaneta. Sin embargo, no dejan de darle sus golpes a menudo, pero con modo, como decía Arismendi. El nuevo general Jiménez ha marchado ya para el sur con mil quinientos hombres a proteger el Cauca contra los asesinos de la más ilustre víctima: añadiré, como Catón, el anciano (234-149 aC), este es mi parecer y el de que se destruya Cartago. Entienda Ud. por Cartago la guarida de los monstruos del Cauca. Venguemos a [Antonio José de]Sucre(1795-1830) y vénguese Ud. de esos que lo han… 260 vénguese en fin a Colombia que poseía a Sucre, al mundo que lo admiraba, a la gloria del ejército y a la Santa humanidad impiamente ultrajada en el màs inocente de los hombres. Si Ud. es insensible a este clamor, de todo lo que es visible y de todo lo que no es, ha debido Ud. cambiar mucho de naturaleza.
Los más celebres liberales de Europa han publicado y escrito aquí, que la muerte de Sucre, es la mancha más negra y más indeleble de la historia del nuevo mundo y que es en el antiguo, no había sucedido una cosa semejante en muchos siglos atrás. Toca a Ud. pues lavar esta mancha execrable, porque en Pasto encontrará Ud. la absolución de Colombia y hasta allí no podrá penetrar Jiménez. Los amigos del Norte no exigen a los del Sur sino este sacrificio, o más bien los empeñan a que alcancen este timbre.
Hablaré a Ud. al fin de mí: he sido nombrado Presidente por toda Nueva Granada, mas no por la guarida de asesinos de Casanare y Popayán; y mientras tanto Urdaneta está desempeñando el Poder ejecutivo con los ministros de su elección. Yo no he aceptado este cargo revolucionario porque la elección no es legítima; luego me he enfermado por lo que no podido servir ni aun de súbito. En tanto que todo esto pasa así, las elecciones se están verificando conforme a la ley, aunque fuera de tiempo en algunas partes. Aseguran que tendré muchos votos y puede ser que sea el que saque más y entonces veremos el resultado. Ud. puede considerar si un hombre que ha sacado de la revolución las anteriores conclusiones por todo fruto, tendrá ganas de ahogarse nuevamente, después de haber salido del vientre de la ballena: esto es claro.
Mi carta ya es bastante larga en comparación de la de Ud., por consiguiente es tiempo de acabar y lo haré rogando a Ud. que rompa esta carta luego que la haya leído, pues sólo por la salud de Ud. la hubiera escrito temiendo siempre que pueda dar en manos de nuestros enemigos y la publiquen con horribles comentarios.
Acepte Ud. mientras tanto las seguridades de mi amistad y aun más de mi gratitud, por sus antiguas bondades y fidelidad hacia mí y reciba Ud. por último, mi corazón, Bolivar”.
Adición:
He sabido la locura que ha hecho []Espinar con la Yesmeña, yo ruego a Ud. que lleve esto con paciencia, porque el flamante dictador está mal aconsejado de su súbita elevación y soplado por el espíritu de Alzuru. Por último, no es cosa de pelear por bagatelas entre amigos que se vuelven locos. Repito que suplico a Ud. esta gracia, para que no se aumenten los Escándalos [Rúbrica de Bolivar](Cartas,t.VII,p.585-589.
Todos los subrayados son del Libertador).
No puede pedirse más lúcido análisis político como el que hace el Libertador en esta brillante carta. Pero no creemos que de saber Bolívar, en el momento en que dictó la misiva, que Flores estaba inmerso en la conspiración que llevó al asesinato de Sucre lo hubieran tratado de la forma que lo hizo. Que Flores participó en la trama de la muerte de Sucre está probado hoy en día con certeza 261 . Lo que pensaba el Libertador del asesinato de Sucre se lo había confiado a Flores días antes(julio 1,1830) en donde estaba claro lo que pensaba del alevoso crimen(Cartas,t.VII,p.492-494). La vida de Flores a partir de allí, y desde la muerte de Bolívar, ratifica lo que se puede pensar de él: fue uno más de los caudillos que tanto daño hicieron a la América Latina de sus días. Fue larga su dictadura en Ecuador.
CITAS BIBLIOGRAFICAS:
257. Antonio José de Sucre: De mi propia mano. Compilación, prólogo, notas y subtítulos: José Luis Salcedo Bastardo. Caracas: Biblioteca Ayacucho,1981. XXV,479 p. La cita en este caso procede de la p.401.
258. Dictador del Paraguay (1814-1840) con el título de El Supremo.
259. Estos hechos los trata cuidadosamente Asdrúbal González Serven en El antihéroe Pedro Carujo. Caracas: Planeta,1990.408 p. Consultar las p. 238-242. A ese movimiento es al que se refiere el Libertador en su carta a Flores.
260. En la trascripción del doctor Lecuna se lee, en nota a pie de página: “Una mancha de tinta hace ilegible una o dos palabras”(Cartas,t.VII,p.588, Nota).
261. Véase Alfonso Rumazo González: Ocho grandes biografías. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República,1993. 3 vols. Ver:”Antonio José de Sucre”(t.I,p. 657-1057). Se debe consultar aquí el capítulo sexto “El crimen”(p.997-1049) en donde se explica claramente la participación de Flores en el asesinato del Gran Mariscal, este sabía que de venir Sucre a vivir a Ecuador, donde residía su esposa e hija, y Sucre era el creador de esa nación, Flores no tendría ninguna posibilidad de seguir siendo presidente, lo sería el Mariscal. La situación era tal que la marquesa de Solanda, la esposa de Sucre, tuvo escondido el cadáver de su esposo durante largos años pues siempre pensó que podía ser profanado por sus enemigos.