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Notas al margen del libro sobre el Cinturòn de Asteroides o Cinturòn de Hipòlita (Parte II)


Continuo citando a escritores famosos y a Orfeo Matthew Angelucci ( Orville Angelucci ) (25 de junio de 1912 - 24 de julio de 1993) uno de los llamados " contactados " más inusuales de mediados de la década de 1950

Si brindamos cierta licencia a las teofanías de Orfeo Angelucci, tal vez logremos reconocer una razón adicional para este -en palabras de Doris Lessing, de soltera Doris May Tayler (Kermanshah; 22 de octubre de 1919-Londres; 17 de noviembre de 2013),​ que publicó también bajo el pseudónimo de Jane Somers, fue una escritora británica, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2007. una de mis escritoras preferidas,- descenso a los infiernos: en su prolongada ausencia de la vida humana, habiendo experimentado un OBE durante 7 días seguidos, Angelucci recuerda comulgar con entidades de consciencia superior de orientación positiva, con descripciones coincidentes a la de los Elfos del profesor Tolkien, en una realidad muy semejante a la atmósfera feérica de Lothlorien; (1) para enfatizar la realidad física de la cuarta densidad se le informa a Angelucci:

"Es todo una cuestión de la escala de vibración en la que se esté funcionando", explicó. "La tasa vibratoria de la materia densa que constituye el sustrato del planeta Tierra es extremadamente baja, por lo tanto, los cuerpos terrenales son lentos, densos y pesados. El índice vibratorio aquí es bastante más alto y la materia tan tenue que parece desde un medio físico denso como el vuestro, inexistente; pero como ahora te encuentras en un cuerpo con una tasa vibratoria en correspondencia, los fenómenos de este mundo te son tan reales como tu mundo de la Tierra."

Durante su etérica estadía en lo que se entiende como el planetoide Ceres en las fronteras del Cinturón de Asteroides entre Júpiter y Marte, Angelucci es informado que el planeta Tierra es actualmente una triste prisión de reos cósmicos, reencarnaciones de aquellas almas de orientación de servicio egótico que con su furia destruyeron su propio planeta y del que sólo quedan los restos en órbita; curiosamente, esta explicación coincide en las Transcripciones Cassiopaea cuando se comenta sobre Lucifer y la Llegada de los Caídos a la Tierra (2) desde el quinto planeta:

P: (Laura) Dijeron la otra noche que había un planeta entre Marte y Júpiter que fue destruido y se convirtió en el Cinturón de Asteroides. ¿Fue este planeta alguna vez habitado por seres conscientes? R: Sí. P: ¿Qué hizo que este planeta sea destruido? R: Energía psíquica. [...] P: ¿Cuál es el origen de la raza aria? R: El quinto planeta que ahora se conoce como el Cinturón de Asteroides. P: ¿Cuándo llegaron a la Tierra? R: ¿Hace 80.000 años? Difícil para nosotros de usar su sistema de medición. [...] P: El planeta que fue destruido entre Júpiter y Marte, que ahora conocemos como el Cinturón de Asteroides, dijeron que fue destruido por la energía psíquica. ¿Podrían aclarar esto? R: Los ocupantes de ese planeta, muchos de los cuales son sus antepasados del ​​alma, simplemente decidieron desarrollar un ambiente tan enfocado en el servicio a sí mismo que su realidad quedó tan super cargada negativamente que causó que su planeta fuese destruido dado los niveles de energía tan intensa, que colapsaron la estructura atómica del planeta, causando su explosión física. P: ¿Se hizo esto tecnológicamente o fue estrictamente hecho por el poder de la mente? R: Son una y la misma. P: ¿Hicieron algo así como arrojar bombas? R: No, no. Esto fue hecho a través de energía psíquica. Fue previsto de forma transitoria el peligro de que suceda lo mismo en su planeta. Aunque estamos bastante seguros de que no ocurrirá dado que vemos toda la realidad, pasado, presente y futuro [las divinidades plerómicas o de sexta densidad son omniscientes de los futuros posibles]. Pero, hay que entender también que incluso desde nuestra perspectiva particular, toda realidad es, no obstante, fluida. Todavía hay muchas opciones de las realidades y los posibles futuros y posibles pasados ​​y presentes posibles. Pero nos sentimos bastante seguros de que ese destino en particular no caerá sobre su planeta, aunque sí el entonces conocido como Kantek.

J. R. R. Tolkien en los años 1940

En otro exótico sincronismo literario con esta visión, el profesor John Ronald Reuel Tolkien, CBE (Bloemfontein, hoy Sudáfrica; 3 de enero de 1892-Bournemouth, Dorset; 2 de septiembre de 1973), a menudo citado como J. R. R. Tolkien o JRRT, escritor, poeta, filólogo, lingüista y profesor universitario británico nacido en el desaparecido Orange al sur de África, conocido principalmente por ser el autor de las novelas clásicas de fantasía heroica El hobbit, El Silmarillion y El Señor de los Anillos.De 1925 a 1945, Tolkien ocupó la cátedra Rawlinson y Bosworth en la Universidad de Oxford, enseñando anglosajón y, de 1945 a 1959, fue profesor de Lengua y Literatura inglesa en Merton. Era amigo cercano del también escritor C. S. Lewis y ambos eran miembros de un informal grupo de debate literario conocido como los Inklings. Tolkien fue nombrado Comendador de la Orden del Imperio Británico por la reina Isabel II el 28 de marzo de 1972.1​Después de su muerte, el tercer hijo de Tolkien, Christopher, publicó una serie de obras basadas en las amplias notas y manuscritos inéditos de su padre, entre ellas El Silmarillion y Los hijos de Húrin. Estos libros, junto con El hobbit y El Señor de los Anillos, forman un cuerpo conectado de cuentos, poemas, historias de ficción, idiomas inventados y ensayos literarios sobre un mundo imaginado llamado Arda, y más extensamente sobre uno de sus continentes, conocido como la Tierra Media. Entre 1951 y 1955, Tolkien aplicó la palabra legendarium a la mayor parte de estos escritos.2​3​4​5​Si bien escritores como William Morris, Robert E. Howard y E. R. Eddison precedieron a

Tolkien en el género literario de fantasía con obras tan famosas e influyentes como las de Conan el Bárbaro,​ el gran éxito de El hobbit y El Señor de los Anillos cuando se publicaron en Estados Unidos condujo directamente al resurgimiento popular del género.​ Esto ha causado que Tolkien sea identificado popularmente como «el padre» de la literatura moderna de fantasía,​ o más concretamente, de la alta fantasía. Los trabajos de Tolkien han inspirado muchas otras obras de fantasía y han tenido un efecto duradero en la cultura popular. En 2008, el periódico The Times le clasificó sexto en una lista de «Los 50 escritores británicos más grandes desde 1945», pues bien Tolkien hilvanó varias leyendas nórdicas en su relato sobre El Akallabeth (o «La Sepultada»), más tarde conocido como La Caída de Númenor, un cuento de la Segunda Edad donde los Altos Hombres de Númenor esclavizan a los hombres menores de la Tierra Media e intentan desafiar a las Potestades Creadoras de Valinor, y son entonces reprimidos, logrando huir algunos para crear los Reinos de Anor y Gondor pero viendo su anterior mundo destruido y desapareciendo los senderos hacia las Tierras Imperecederas.(3) En este sentido, se le informa a Angelucci: (4)

"El tiempo es una dimensión, como sus científicos ahora conjeturan correctamente. Pero es sólo una dimensión cuando se aplica a las distintas densidades de la materia. En los estados absolutos, o no materiales de la conciencia, el tiempo es inexistente. Así que digamos que en uno de los marcos dimensionales del tiempo, hubo una vez un planeta en el sistema solar, llamado Lucifer; era de la densidad menos material que cualquiera de los planetas. Su órbita se extendía entre Marte y Júpiter. Entre los seres etéreos, o huestes celestiales, se lo llamaba la Estrella de la Mañana. Y entre todos los planetas era el más radiante: el nombre del príncipe de este planeta que brillaba también era Lucifer, un hijo amado de Dios."

Orion hizo una pausa y la tristeza más profunda se reflejó en sus ojos, y luego continuó: "Las leyendas de la Tierra sobre Lucifer y sus huestes son verdaderas; el orgullo y la arrogancia crecieron en los corazones de muchos Luciferinos. Descubrieron los secretos de la materia y también el gran Secreto de la Palabra Creadora. Finalmente buscaron convertir esta fuerza omnipotente en contra de sus hermanos que eran menos egoístas, y también contra los seres etéreos y contra el mismo Cosmos, tal fue su deseo el gobernar el Universo. Ya conoce el resto de la leyenda: cómo Lucifer y su seguidores fueron arrojados de su alto estado. En palabras más simples, los Luciferinos fueron entonces arrojados hacia la encarnación material: "cayeron" en las formas más densas de evolución material, lo que es la evolución animal de la Tierra."

El punto que pretendemos rescatar es que el Secreto de la Palabra Creadora bien puede tratarse de la resonancia vibracional, y que su descubrimiento y aplicación carente de higiene mental o impecabilidad puede llevar a una situación semejante; como se le explica a Angelucci el amor es más fuerte que la vida y más profundo que las insondables profundidades del tiempo y el espacio, y tal vez sea la razón por la cual tantos peregrinos hayan decidido embarrarse en los lodos de la tercera densidad para oportunamente hacer esta advertencia, previo al cambio de densidad. Y en este sentido, el cambio de densidad de consciencia quizá no se trate de un evento exógeno sino de un proceso de emergencia y de escisión de realidades; el investigador y escritor Daniel Ruzo lo expresó así en El Testamento de Nostradamus: (5)

Para los astros de nuestro sistema planetario, se produce cada 25.824 años solares. Para nosotros, es la repetición del lapso de “nuestra única vida,” la que vivimos y podemos recorrer millones de veces, para aprovechar todas sus posibilidades. Esto es posible porque con relación a los astros es otro nuestro “tiempo,” como es otro también el de los átomos que constituyen nuestro cuerpo físico. Los que “recordamos” formamos una gran familia. Los que no “recuerdan” quedan encerrados en los límites del tiempo de los relojes, que no puede explicar la profecía; en los limites del espacio de la geometría euclideana, que no puede explicar las geometrías no-euclideanas; y en límites de la férrea repetición de la causalidad, que no explica la “casualidad” ni el “accidente.”

Esta posibilidad humana de diferentes conciencias no es una ilusión ni una elaboración mental. Hemos experimentado algunas veces un cambio de consciencia en nosotros mismos; desgraciadamente ha durado pocas horas. Quien lo experimenta puede estar seguro de que se trata de verdadera conciencia, superior a la que llamamos normal, 1° por la felicidad especial que nos embarga; 2° porque creemos imposible perder ese estado y volver a la conciencia diaria; 3° por la seguridad que nos da de que ésa es la verdadera conciencia humana; 4° porque nos aparta de todas nuestras preocupaciones del mundo físico. Este proceso se encuentra explicado en el libro más difundido en todos los idiomas de la Tierra. Es San Pablo el que divide a los hombres en tres niveles de conciencia según su “sabiduría:” el de los “príncipes de este mundo,” que están dormidos, los “perfectos” que hablan sabiduría y que ya no duermen, y los “verdaderos adoradores,” que sin vanas palabras dan testimonio de la virtud y del poder de Dios porque han sido transformados.

Esta idea de que cierta familia de humanos poseen la certidumbre interna de que un gran acontecimiento está próximo a suceder coincide con diferentes enfoques sobre eventos apocalípticos o de alcance planetario, en relación a la polarización de la humanidad: empatía vs. psicopatía, y evidentemente, no sólo es un fenómeno recurrente en nuestro planeta (e.g. los mitos sobre la Caída de la Atlántida, el Diluvio Universal, la Epopeya de Gilgamesh o el Arca de Noé que quizá todas provengan de un mismo acontencimiento), (6) sino como se le enseña a Angelucci, ocurrió previamente a la destrucción del planeta Kantek/Lucifer:

"Estuvimos entre los que no se unieron a los Luciferinos en su revuelta contra los ejércitos etéreos," explicó gentilmente. "Así que, aunque los Luciferinos hicieron pedazos nuestro planeta radiante en el holocausto de la guerra, nosotros entramos en el plano etéreo, en las octavas superiores no materiales como hijos liberados del Creador, mientras que los ejércitos de Lucifer cayeron en el sueño de la mente aprisionada en la materia en el planeta oscuro de los dolores."

Cuando Angelucci recuerda aspectos de la realidad de aquel mundo (tal vez de otra encarnación), se le responde con conceptos que coinciden graciosamente con las visiones de Robert Monroe, cuando comenta sobre los seres etéreos que habitan la Tierra en el supuesto año 3000 y que recurren a "contenedores" o cuerpos físicos, reservados para ocasiones en que requieran individualizarse en la superficie planetaria:

"Esta es una pequeña parte de lo que queda de ese mundo. Mencionas no estar familiarizado con muchas cosas, como los truenos y relámpagos y la cercanía del horizonte. Estas condiciones son nuevas para ti. Porque nosotros nos encontramos en uno de los más grandes planetoides del destrozado Lucifer. Es de tan sólo unos pocos cientos de kilómetros de diámetro, y por ello, la cercanía del horizonte, los truenos y relámpagos y el juego constante de los fenómenos de color en la atmósfera, siendo el resultado de las perturbaciones magnéticas, debido a la proximidad de otros asteroides; las nubes que ves arriba no son las nubes como las conoces en la Tierra, sino que sirven para ocultar los restos de nuestro planeta destrozado. Sólo pocas veces dejamos nuestro estado etérico del ser y entramos en nuestro antiguo marco de tiempo en manifestaciones individualizadas como nos ves a nosotros ahora."

El concepto de senderos escondidos a través de los que es posible ingresar en el plano etéreo también fue comentado en los escritos del profesor Tolkien, y que hemos hablado oportunamente como la Apertura del Cielo; Charles Upton profundizó al respecto en su tratado ufológico de Cracks in the Great Wall (Grietas en la Gran Muralla, en alusión al debilitamiento del velo entre el plano físico y el etéreo) basado en las enseñanzas del libro El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos de Réne Guénon.

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(1) Parece que Angelucci no tuvo contacto con la literatura tolkiniana, dado que su teofanía ocurre a comienzos del año 1953 y el libro fue publicado en los Estados Unidos durante 1955, mismo año que se edita el primer tomo de El Señor de los Anillos en el Reino Unido. (2) Esta idea se refuerza también en la Sesión del 23/10/1994:

P: (Laura) ¿De dónde salieron las almas que ingresaron en los cuerpos en el planeta Tierra? ¿Estaban en encarnados en otros planetas antes de que vinieran aquí? R: No en este grupo. P: ¿Estaban simplemente "flotando" en algún lugar del universo? R: En unión con el Uno. ¿Has oído de la antigua leyenda de Lucifer, el Ángel Caído? P: ¿Quién es Lucifer? R: Ustedes. La raza humana. P: ¿Son las almas de los seres humanos individuales las partes de una mayor alma? R: Así es. El Único. Todos los que han caído deben aprender "por la manera difícil." P: ¿Están diciendo que el acto de querer experimentar la realidad física es el acto de caer? R: Son miembros de una unidad de alma fragmentada. P: ¿El hecho de querer experimentar la realidad física es una "caída"? R: Placer para sí mismo. [...] P: ¿Acaso, en algún momento, la raza humana vivió durante un tiempo en un estado edénico, donde fueron capaces de utilizar cuerpos y todavía poseían una conexión espiritual? R: Sí. Pero no por mucho. Cualquier adicción no demora mucho en cerrar el círculo. P: Entonces, la humanidad era adicta al placer a uno mismo? R: Se convirtió rápidamente. P: ¿Cuánto tiempo desde el momento de la migración de las almas en cuerpos, la "caída edénica" demoró en ocurrir? R: No se puede medir. Recuerde Laura, no hay tiempo en que se produjo este evento. El ilusorio devenir del Tiempo no existía en ese momento, así como muchas otras falsedades. P: Así que usted está diciendo que la caída del Edén fue también el principio de los tiempos? R: Sí.

(3) En su libro póstumo El Silmarillion, Tolkien llama Camino Recto al sendero que las naves élficas seguían al dirigirse a las Tierras Imperecederas. Se supone que navegaban a través del aire, mientras el mundo se curvaba bajo ellos; esto tuvo que ser así luego del cambio del mundo, tras la anegación de Númenor, cuando las Tierras Imperecederas fueron retiradas de los círculos del mundo. Solamente a los Elfos (salvo escasas excepciones) se les concedió la gracia de poder llegar a las Costas de Eldamar; todo otro barco sólo terminaba trazando círculos alrededor del mundo. ¿Quizá el Camino Recto sea una analogía de la Impecabilidad o la Orientación al Balance (SAD/STO)? (4) En las sesiones de canalización de Cosmic Awareness de Febrero de 1991, encontramos otra sana coincidencia:

[...] esto en lo que respecta a los 6 Profanos; que la explosión de la estación espacial es una desviación de la destrucción de Tyrantor, el planeta que fue la base de operaciones para los esclavizadores de Orion que trataron de conquistar otros planetas en la zona, referido como la "Estrella de la Muerte."

(5) Haciendo énfasis en la consciencia limitada del animal humano vs. conciencia superior, Daniel Ruzo comenta:

Vivimos en un solo “mundo” limitados por nuestra concepción primaria, casi animal, del espacio, del tiempo y de la casualidad. El tiempo humano, pasado, presente y porvenir, es para nosotros una muralla infranqueable. Alcanza la liberación de esta servidumbre quien puede concentrar su consciencia fuera del mundo físico. Esto constituye un proceso de difícil aceptación para nuestro “débil entendimiento.” El totalmente liberado no puede “pertenecer” a nuestro mundo, pero tiene la posibilidad de que dos o tres “mundos” vivan y se expresen en él en su consciencia y en su “unión.” Los profetas son una realidad humana. Nada vale negar o discutir un millón de profecías. Si una ha sido posible quiere decir que existe un grado superior de consciencia en el que se puede contemplar “unidas,” dentro de otra dimensión, las tres etapas de nuestro tiempo. La “ciencia” acepta ya que, en ciertas condiciones, el hombre y los animales conocen o presienten hechos que no se han realizado todavía. Hay leyes que no conocemos; la profecía jamás ayuda a cambiar el rumbo de los acontecimientos y solamente puede comprenderse plenamente después de realizada. Pero da al hombre una prueba de la miseria de sus medios de comprensión, del valor relativo de su vida en este planeta, de que su existencia y su “mundo” son reflejos imperfectos de algo real, y por tanto, de la necesidad imperiosa de renacer a esa realidad superior. Ciertamente muchos hombres vivimos “empujados” por un recuerdo. “Sabemos” que hemos venido de otra conciencia y que en ella existía una “memoria” de lo que vamos a vivir. Conocemos personas, lugares o acontecimientos antes de que lleguen a nuestras vidas, como si alguna vez los hubiéramos dejado atrás, como si viéramos por enésima vez una película que ya “es” y no podemos variar, pero nuestra relación con nuestro más íntimo “yo” ha cambiado y cambia a cada momento. La vida humana es nuestro“eterno retorno.”

¿Esta muralla infranqueable de la que habla Ruzo será la misma de la que habla Charles Upton (y René Guénon)?

Orfeo Matthew Angelucci (Orville Angelucci) (Trenton, New Jersey June 25, 1912 – California July 24, 1993)

(6) En Lemuria y Atlántida: legado para la humanidad de Shirley Andrews, en el capítulo V, leemos:

Durante la mayor parte de su larga existencia, la mayoría de los habitantes de la Atlántida fueron espirituales y se respetaron y amaron mutuamente. Con el transcurso del tiempo, los líderes se dividieron en dos grupos, los Hijos de la Ley y los Hijos de Belial. Los primeros también conocidos como los "Hijos de la Luz," y los Hijos de Belial son llamados "Hijos de la Oscuridad." Términos similares se encuentran en los Rollos del Mar Muerto. Los Hijos de Belial eran personas egoístas orientadas a lo material, que se enfocaban en el placer de satisfacer sus propios deseos, sin respetar a los demás. Cuando sus vidas se llenaron de pensamientos orientados a objetos materiales, llegaron a creer, como muchas personas actualmente, que la adquisición de más bienes les traería la felicidad. Cuando el desastre amenazó a Atlántida, estaban tan inmersos en el mundo material, que ignoraron el consejo de los más sabios que animaron a todos a marcharse si querían sobrevivir en este planeta.

Nótese sin embargo, que en el libro La Historia Secreta del Mundo de la historiadora Laura Knight-Jadczyk, esta clasificación se tergiversa, siendo los Hijos de la Ley del Uno aquellos orientados en el servicio a sí mismo, y los Hijos de Belial los orientados al balance. La clasificación inicial sobre las filosofías atlantes fueron canalizadas por Edgar Cayce, pero en la sesión del 31/05/1997 de la Transcripciones Cassiopaea se le informa a Laura que los Hijos de Belial eran Kantekianos (es decir, individuos almados provinientes del planeta Kantek/Lucifer, también identificados como Druidas o Rosteem, conocidos más tarde como Rosacruces); la división fue inicialmente racial, luego filosófica y finalmente religiosa. Entonces, los Hijos de la Ley del Uno serían aquellos que se identificaban con el paradigma del monoteísmo, es decir, pensamiento colectivo, abolición de la individualidad y pluralidad.

Si desea profundizar en estos temas, le recomendamos la lectura del excelente estudio de Charles Upton en Cracks in the Great Wall junto al libro de Réne Guénon sobre el cual está basado: El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos

“A pesar de su aparente belleza, la Tierra es un mundo purgante entre los planetas que evolucionan la vida inteligente. El odio, el egoísmo y la crueldad surgen de muchas partes como una niebla oscura”.(Orfeo Angelucci, The Secret of the Saucers, p.24).

“Puedo decirles que para las entidades de ciertos otros mundos, la Tierra es considerada como ‘el planeta maldito’, el ‘hogar de los reprobados, los caídos’.

Otros llaman a la Tierra el ‘hogar de los dolores’. Porque la evolución de la Tierra es evolución a través del dolor, las penas, el sufrimiento y la ilusión de la muerte física. Créame, todas las evoluciones no son similares a las de la Tierra, a pesar de las creencias actuales de sus científicos”.(Orfeo Angelucci, The Secret of the Saucers, p.43)“… hace siglos, en una reunión entre los maestros de la sabiduría en muchos planetas, se decidió enviar a esos egoístas a nuevos planetas capaces de mantener la vida humana …

La Tierra en nuestro sistema fue elegida para el nuevo hogar de estos rebeldes de muchos planetas dentro y fuera de nuestro sistema. Estos exiliados fueron lo que ustedes en la Tierra llaman alborotadores”.(George Adamski, Inside the Space Ships, p. 180).“Ellos (los arrogantes y rebeldes-HB) fueron exiliados a esta Tierra, así como a otros mundos apartados para este propósito … Estos guardianes del espacio, nuestros Hermanos, están haciendo todo lo que pueden de muchas maneras para beneficiar a la humanidad, aunque podrían hacer mucho más si este no fuera un mundo en cuarentena”.(Kelvin Rowe, A Call at Dawn, págs. 38, 60).

En la Tradición Esotérica, este tema a menudo se menciona y los lectores interesados pueden encontrar cientos de citas que se refieren a la idea de Alcatraz expresada en varios contextos:

El tibetano, escribiendo con la ayuda de su amanuense Alice Bailey, a menudo se refiere en sus libros a “… el pequeño planeta infeliz del sufrimiento que llamamos la Tierra” (Discipleship in the New Age, p. 649) o “…Este planeta de sufrimiento, pena, dolor y lucha” (ibid. p. 385) y que esto es parte de un gran experimento. También se nos dice que “las condiciones de agonía y angustia que se encuentran en nuestro planeta no se encuentran en tal grado en ningún otro esquema”. (A Treatise on Cosmic Fire, p. 416).

El esoterista sueco Henry T. Laurency es muy explícito cuando escribe sobre la condición humana en este planeta:

“Nuestro planeta (Terra) es el único planeta del sistema solar donde la vida orgánica es posible. En otros planetas, la envoltura más baja del hombre (49: 5-7) es una envoltura agregada y no orgánica. Como regla, solo hay uno de esos planetas en cada sistema solar. De hecho, a ese planeta se le asigna una tarea especial. La vida orgánica es la vida más inadecuada para el desarrollo de la conciencia. El organismo es una envoltura de sufrimiento con sus potenciales de enfermedad, discapacidad e impotencia general. Es a tales planetas que las mónadas se transfieren de otros planetas, mónadas que tienen una tendencia básica repulsiva y, por lo tanto, odio instintivo, lo que hace que la evolución sea muy difícil”.(Henry T. Laurency, Knowledge of Life Two, Conscious Development, 7.2.9).

Nuestro planeta ocupa una posición especial, no solo en nuestro sistema solar, sino también en el mundo que comprende siete sistemas solares. En ninguna parte se ha reunido una masa de mónadas de tendencia básica repulsiva, en ninguna parte la tendencia al carácter individual egoísta ha sido tan intensa. En ninguna parte la humanidad ha tenido una cosecha tan mala por la mala siembra.

Nuestro planeta es la estrella del dolor en nuestro globo cósmico.(Henry T. Laurency, Knowledge of Life Two, Conscious Development, 7.17.6).

La idea de la Tierra como un planeta muy especial en nuestra parte del universo se puede encontrar en escritos de autores que tal vez no se espera que alberguen puntos de vista tan “irracionales” y herejes.

Debo citar a Doris Lessing, a quien mencionè como una de mis escritoras preferidas pues ella despuès de militar años en el Comunismo y ser feminista radical,la revelación de los crímenes del estalinismo en el vigésimo Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética le hizo perder definitivamente todas sus ilusiones ideológicas y abandonó el partido en 1954; es más, al ver a los tanques soviéticos sofocar la Revolución húngara de 1956 en Budapest expuso su desencanto político en su libro Retreat to innocence (1956). En 1956, conocidas sus críticas constantes e implacables, se le prohibió la estancia en toda África del Sur y especialmente en Rodesia. Tras su gran éxito, la novela feminista El cuaderno dorado, de 1962, cuya estructura se presenta también como innovadora, siguió escribiendo narrativa y llenó el vacío que en su existencia había dejado el materialismo histórico con un gran interés por el sufismo, al cual conoció a través de su maestro y amigo Idries Shah, quien además de resultar una decisiva influencia en su literatura a partir de los años 70, le ofreció prologar su libro Aprender a aprender. El libro de George Gurdjieff, Del todo y todas las cosas también resultó una influencia particularmente en su obra de ciencia ficción Canopus en Argos. inspirada en el sufismo, lo que le valió la incomprensión de la crítica academicista, aunque también la simpatía de los escritores dedicados al género.Su salud se deterioró tras sufrir varios derrames cerebrales, de forma que no pudo ya viajar, y falleció en Londres el 17 de noviembre de 2013 a los 94 años en su casa en Londres. Fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 2007 por su «capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina y narrar la división de la civilización con escepticismo, pasión y fuerza visionaria»

Doris Lessing.de soltera Doris May Tayler (Kermanshah; 22 de octubre de 1919-Londres; 17 de noviembre de 2013),​

Una vez que se le preguntó qué consideraba sus obras más destacadas, respondió que se trataba de las cinco novelas conocidas colectivamente como Canopus in Argus: Archives, escritas entre 1979-1983. Esta fue una respuesta sorprendente para todos los que no estaban conscientes del profundo interés de Doris Lessing en el misticismo y las tradiciones esotéricas, especialmente el sufismo. Que la tradición sufí era una filosofía importante y la base ideológica de muchas de sus novelas posteriores se perdió por completo en los obituarios y artículos de la prensa sueca.

Las novelas de Canopus in Argus es la historia de la intervención interestelar con el objetivo de acelerar la evolución biológica y cultural de la Tierra (Shikasta). Temprano en la historia de la Tierra, extraterrestres de Canopus visitaron nuestro planeta e intentaron civilizar a los habitantes primitivos con ingeniería genética e influencia cultural. Después de una catástrofe cósmica, el contacto se rompe parcialmente y llega otro grupo con malas intenciones, propagando violencia, odio y destrucción. Ambos grupos se infiltran en sus agentes en Shikasta y la historia se presenta a través de los ojos de George Sherban, un agente de Canopus.

Después de Shikasta hubo cuatro volúmenes más en la serie. Cualquiera que conozca la tradición esotérica reconocerá de inmediato las ideas y los temas de la Sabiduría Antigua. El volumen tres, The Sirian Experients, es especialmente interesante debido al prefacio de Doris Lessing: “Creo que es probable que nuestra visión de nosotros mismos como especie en este planeta ahora sea inexacta, y golpeará a los que nos persiguen por inadecuados”. La visión del mundo de, digamos, los habitantes de Nueva Guinea nos parece que nuestra visión actual de nosotros mismos como especie es incorrecta. Que sabemos muy poco sobre lo que está sucediendo. Que gran parte de lo que está sucediendo no se les dice a los ciudadanos comunes, pero sigue siendo propiedad de las castas y juntas pequeñas”.

En otro comentario, el interés de Doris Lessing en los ovnis y la tradición esotérica se vuelve aún más explícito: “No me sorprendería en absoluto descubrir que esta tierra había sido utilizada con el propósito de experimentar por criaturas más avanzadas … y que podría haber habido una ciencia en el pasado que hemos olvidado … que podemos ser esclavizados de maneras en las que no sabemos nada, hacernos amigos de maneras en las que no sabemos nada … En cuanto a los ovnis, es probable que no creamos en lo que está tan ampliamente respaldado por tantas personas sensatas, responsables, sensibles, científicas y seculares”.

La idea de Alcatraz es fascinante pero no muy reconfortante. En la Tradición Esotérica se nos dice que la evolución en este planeta es especialmente dura pero nos hace especialistas en el manejo del mal excesivo y organizado. Si hacemos lo correcto, podemos convertirnos en una especie de Navy Seals interplanetarios o en fuerzas operativas especiales. La Tierra es una escuela difícil y no es el lugar más divertido para quedarse varado. John Keel lo expresó de una manera muy especial: “La tierra no está habitada. Está infestada”.

Doris Lessing: adaptaciones cinematográficas y televisivas

GRASET SJUNGER (1981) de Michael Raeburn.Karen Black, John Thaw y John Kani protagonizan esta adaptación de “Canta La Hierba”, película que sigue las vivencias de un matrimonio de granjeros en África.

MEMOIRS OF A SURVIVOR (1981) de David Gladwell.Versión de “Memorias De Una Superviviente”, ciencia-ficción con Julie Christie como protagonista.Es una distopía con un mundo post-nuclear en el cual grupos de jóvenes causan violencia en las calles.

RUE DU RETRAIT (2001) de René Féret.Película francesa con Dominique Marcas y Marion Held que adapta el libro “Diario De Una Buena Vecina” sobre la relación entre dos vecinas que tienen poco o nada en común.DOS MADRES PERFECTAS (2013) de Anne Fontaine.Naomi Watts y Robin Wright protagonizaron este film basado en un relato titulado “Las Abuelas” con dos amigas de la infancia. Cada una de ellas se enamora del hijo de la otra.

Doris Lessing, la escritora combativa

Recuperamos una entrevista a Doris Lessing que realizó Rosa Montero en 1997, antes de que obtuviera el premio Nobel. Entonces tenía 78 años. "Sigue siendo combativa e indómita", escribía Montero. En aquellos días se acaba de publicar la primera parte de su autobiografía

Rosa Montero

18 NOV 2013 - 1

Mientras bajamos del taxi la vemos asomada a la ventana de su casita de ladrillos típicamente inglesa, con su moño blanco y su chaleco azul, una anciana tan guapa y tan pulcra como el hada madrina de un cuento para niños. Hay que subir por las escaleras, llenas de cajas de libros, hasta el primer piso, que es donde la escritora tiene el cuarto de estar y nos espera. Aunque en realidad ella sólo esperaba a una persona:

—No sabía que iba a venir un fotógrafo... —refunfuña.

Porque el hada madrina Doris Lessing tiene un genio de mil demonios, un carácter fortísimo que le ha hecho ser quien es y sobrevivir a través de penosas circunstancias. De esas circunstancias habla extensamente Lessing en su fascinante autobiografía, cuyo primer volumen, Dentro de mí, será publicado en España en estos días por la editorial Destino. Para apoyar el libro, precisamente, ha consentido que la entrevistaran, cosa que odia; de manera que ahora está aquí, enfrente de mí, para nada antipática, porque es primorosamente cortés y sonríe mucho; pero sí muy tensa, sin duda muy incómoda, deseosa de acabar con este trance. Cuando el fotógrafo la retrate después durante media hora, ella, la coquetísima Lessing (“si me quito el chaleco pareceré dos veces más gorda”), aguantará la sesión con mucha más calma y más paciencia; pero la palabra, que es su territorio, la pone nerviosa. Tal vez tema no explicarse bien, o, para ser exactos, tal vez tema la incomprensión del mundo, personificada en mí en estos momentos: durante la entrevista se muestra a la defensiva varias veces. Sea como fuere, la nuestra es una conversación difícil, tartamuda, a ratos íntima, a ratos remota; llena de evidentes y mutuos deseos de entendernos, pero lastrada por no sé qué distancia insalvable, por ese pequeño abismo transparente que a veces aísla de modo irresoluble a las personas.

—En España es usted conocida sobre todo como la autora de El cuaderno dorado, que fue un hito para muchas personas de mi generación. Es su novela más famosa en todo el mundo, pero me pregunto si no estará usted un poco harta de que todos le hablen de ese libro, que fue publicado en 1962, y de ser conocida sobre todo como autora realista, cuando ha hecho usted muchas otras cosas, como, por ejemplo, una estupenda serie de ciencia-ficción compuesta por cinco novelas...

—Bueno, ya sabe usted lo que son los tópicos, la gente necesita poner etiquetas en las cosas. Por eso es por lo que siempre hablan de El cuaderno dorado, porque es más fácil decir: Doris Lessing es la autora de El cuaderno dorado, y ya está. Pero eso le sucede a todo el mundo.

—¿Y no le desespera?

—Me irrita un poco... Pero ahora que me estoy haciendo vieja soy más tolerante.

—¿Fue por eso, para escapar de esos estereotipos, por lo que publicó aquellos dos libros con el nombre de Jane Sommers? [En 1984, Lessing escribió dos novelas con seudónimo; sus editores habituales se las rechazaron, y cuando consiguió publicarlas las críticas fueron regulares y vendió muy poco].

—No, lo hice porque me pareció un experimento interesante. Además luego he descubierto que eso lo han hecho otros autores, sólo que no se ha hecho público. Simplemente pensé: voy a ver qué pasa. Los críticos dijeron que El diario de una buena vecina era una primera novela prometedora... Lo cual resulta curioso. Y también recibí cartas interesantísimas, como una que venía de una escritora de libros románticos muy, muy conocida, que me dijo que llevaba publicados, no sé, pongamos que 73 libros, y siempre era maravillosa y fantástica y fenomenal para todo el mundo, y vendía millones de ejemplares de cada uno; y entonces escribió una novela más, pongamos que la número 74, y puso un seudónimo y la mandó a sus mismos editores, y se la devolvieron diciendo que no se podía publicar, que no les gustaba mucho, y que le sugerían que estudiara las obras de Fulana, o sea, de ella misma. Y entonces ella volvió a enviar el manuscrito a sus editores, esta vez con su propio nombre, y le dijeron: oh, maravilloso, estupendo, querida, cómo lo consigues, siempre escribes tan bien...

—Como usted misma dijo cuando el experimento Sommers, nada tiene tanto éxito como el éxito...

—En efecto, es absolutamente así.

—Usted parece tomárselo muy filosóficamente, pero a mí me resulta terrible. Se diría que es imposible lograr una apreciación mínimamente objetiva de las obras...

—Bueno, esa apreciación lleva cierto tiempo. Cada libro tiene su propia vida. Por lo general, todos los libros tienen que luchar al principio contra la negatividad y la indiferencia. La mayoría de mis libros han tenido violentas reacciones negativas en contra, especialmente los de ciencia-ficción, pero los demás también.

Ahora estoy escribiendo una novela de aventuras, es la primera vez en mi vida que hago algo semejante, y estoy disfrutando muchísimo. Bueno, pues tengo interés en ver qué ocurre 1 cuando salga este libro, porque es un campo completamente nuevo en mi literatura. Y seguro que los críticos volverán a decir lo mismo: pero por qué está haciendo esto, Doris, por qué está perdiendo el tiempo... Es una actitud totalmente predecible.

—Me admira esa seguridad en sí misma que muestra: por ejemplo, a pesar del varapalo de los críticos a sus obras de cienciaficción, usted siguió escribiendo novela tras novela hasta terminar la pentalogía...

—Porque me divertía haciéndolas. También me está divirtiendo mucho este libro de aventuras que ahora escribo, y si después a la gente no le gusta me dará igual, porque de todas formas habré disfrutado haciéndolo.

—¿Nunca se quedó bloqueada, nunca pasó por una época de sequía creativa?

—No, no. A veces he querido escribir un libro concreto y no he sabido cómo hacerlo, cómo resolverlo, y me he pasado 10 años hasta encontrar el modo. Pero mientras tanto hacía otros libros. Bueno, he estado algunas épocas sin escribir, pero por decisión propia. Una vez me pasé un año entero sin escribir, a propósito, para ver qué sucedía. Tuve muchos problemas. Creo que no i me sienta bien no escribir: me pongo de muy mal humor. La escritura te da una especie de equilibrio.

Es orgullosa como el héroe de las viejas películas del Oeste, ella sola y siempre rebelde contra el mundo, contra los críticos j adocenados, contra las injusticias, contra la estupidez, contra los abusos. Al envejecer todos nos vamos solidificando en nuestra especificidad y nuestras rarezas, y esta digna anciana de pequeños e intensos ojos verdes parece hoy más indómita que nunca. Nació j en Persia en 1919, pero a partir de los cinco años vivió en la antigua colonia británica de Rodesia, hoy Zimbabue, en una modesta granja en mitad de los montes, en donde creció obstinada y algo salvaje. A los 14 años se marchó de casa, a los 18 se casó; luego se divorció, abandonando a sus dos primeros hijos; se enfrentó al régimen racista de la colonia y se hizo del partido comunista, pero años después dejó la militancia y denunció lúcida y tempranamente el comunismo, lo cual le acarreó bastantes críticas.

Llenó su vida, en fin, de actos inconvenientes, y ni siquiera el hecho de llevar 20 años siendo nominada para el Nobel ha hecho de Doris Lessing una mujer convencional. La sala de su casa apenas si tiene muebles: hay unas cuantas alfombras persas muy raídas y varios cojines viejos por los suelos, como en el piso de un hippy o de un okupa. En una esquina, una gran mesa de madera está cubierta por entero de libros y papeles (un ejemplar en inglés de Fortunata y Jacinta, un diccionario de ruso abierto por la mitad, un álbum de pinturas); como no hay sillas a la vista, es de suponer que Doris lee de pie. El sofá en el que nos encontramos tiene las patas serradas, de manera que queda exageradamente bajo. No resulta el asiento más apropiado para una mujer que está cumpliendo ahora 78 años, pero a la luchadora Lessing parecen indignarle las trabas físicas de la edad, e insiste en sentarse en los suelos como si semejante gimnasia no le costara nada. Pero sí que le cuesta, por supuesto, aunque aún esté bastante ágil. Se apoya en la rodilla y gruñe: “Esto es la vejez, ¿se da cuenta? La vejez es esta dificultad para levantarse”.

Toda mi generación tiene madres frustradas y amargadas. Y todas estuvimos intentando escaparnos de lo que ellas eran ”

—Tengo entendido que ha escogido usted a Michael Holroyd para que sea su biógrafo oficial...

—Leí la biografía que le hizo a Bernard Shaw, y era tan buena, tan llena de sensibilidad y entendimiento de la penosa infancia de Shaw, que pensé que, si me tenían que hacer alguna biografía, prefería que fuera él quien la hiciese.

—¿Le preocupa la posteridad?

—No. Pero es que han empezado a hacerse biografías sobre mí por ahí. En un momento determinado de mi vida yo puse en mi testamento que no quería que me hicieran biografías, pero luego me di cuenta de que eso no servía para nada, porque otros escritores también lo pusieron en sus testamentos y nadie ha respetados sus deseos. Y la cosa es que, si van a hacer libros sobre mí de todos modos, preferiría que al menos uno fuera de Holroyd.

—Habla usted de la penosa infancia de Shaw... Usted dijo en una entrevista: “He sido una niña terriblemente dañada, terriblemente neurótica, con una sensibilidad y una capacidad de sufrimiento exageradas”. Y en el primer volumen de sus memorias escribe: “Estaba luchando por mi vida contra mi madre”. Desde luego no parece una niñez muy agradable.

—Fue una infancia muy tensa, y creo que la mayoría de los escritores han tenido una infancia así, aunque esto no quiere decir necesariamente que tenga que ser muy desgraciada, sino que me refiero a ese tipo de niñez que te hace ser muy consciente, desde muy temprano, de lo que estás viviendo, que es lo que me sucedió a mí.

—Su autobiografía está llena de mujeres frustradas, y la primera de ellas es su madre. Era un ambiente muy opresivo del que usted necesitaba huir.

—Sí, mi primera sensación era: tengo que escapar de aquí. Ahora bien, cuanto más mayor me hago más entiendo a mi madre, no la condeno en absoluto. Ahora entiendo exactamente cómo era y por qué hacía las cosas que hacía. Entiendo su drama, y también entiendo que para ella fue una tragedia tener una hija como yo. Si hubiera tenido una hija distinta las cosas le hubieran ido mucho mejor.

—¿Cuándo murió su madre?

—Uhhh... A principios de los sesenta.

—¿Y consiguió usted decirle que la entendía?

—No. Desearía haber estado más cerca de ella. Y eso es una cosa terrible. Éramos personas tan diferentes, temperamentalmente hablando. Y eso fue una tragedia. Simplemente no podíamos comunicarnos la una con la otra. Y eso no fue culpa de nadie. Yo he tenido tres hijos, sabe, y sé que los hijos son una lotería.

—En su autobiografía, de todas formas, su madre es un personaje maravilloso. Frustrada, autoritaria y depresiva en ocasiones, pero al mismo tiempo tan fuerte, tan valiente, matando serpientes a escopetazos y llevando adelante una existencia de lo más difícil.

—Sí, era un personaje extremadamente fuerte y muy capaz. Odiaba su vida, y sin embargo se enfrentó a ella y la manejó muy bien y con gran valor.

—Usted se recuerda, de niña, diciéndose mentalmente una y otra vez: “No seré como ella, no seré como ella”. Y sin embargo me parece que de algún modo es usted muy parecida a ella.

—Sí, seguro que sí. Hay en mí una dureza y un rigor que seguro que vienen de mi madre. Y me alegro, porque ciertamente era una mujer muy resistente.

—Y usted también lo es.

—He tenido que serlo.

—Ya sé que nunca llora.

—Eso no es cierto.

—En sus memorias, usted misma dice que por desgracia llora muy raramente.

—Bueno, desearía llorar más. Sí, es una pena que no llore más. De hecho creo que eso es lo que subyace tras este tremendo fenómeno que se ha suscitado con la muerte de Diana. Leí en un periódico que el mundo entero estaba necesitado de una buena llantina, y que la gente aprovechó la excusa de la muerte de Diana para darse una panzada a llorar. Y sí, creo que eso es la verdad más absoluta, porque de otro modo ese lío absurdo que se montó no tendría ningún sentido.

—Oscar Wilde dijo que la desgracia de los hombres era que nunca se parecían a sus padres, mientras que la desgracia de las mujeres era que siempre se parecían a sus madres...

—Wilde dijo muchas cosas agudas, pero no necesariamente verdaderas. Otra es: todo hombre mata aquello que ama, y tú te dices: oh, sí, qué brillante. Pero luego te pones a pensarlo y te dices: pero si no es verdad.

—Tiene usted razón, pero esa frase de Wilde sobre los padres me parece acertada. Claro que él se está refiriendo a aquellas madres tradicionales que no podían desarrollar una vida independiente. Ahora las cosas han cambiado, pero ha habido unas cuantas generaciones de mujeres que crecieron intentando huir, a menudo sin éxito, del destino de sus amargadas madres.

—Sí. Yo siempre sentí pena por mi madre. Incluso desde que yo era muy pequeña pude percibir muy claramente lo desgraciada que era. La combinación de encontrarla intolerable, y sentir al mismo tiempo una desesperada compasión por ella, era lo que hacía la situación difícil de soportar. Ahora, en efecto, las cosas han mejorado muchísimo, porque ahora las mujeres trabajan, y el principal problema de muchas de aquellas mujeres era que hubieran querido trabajar y no podían. En realidad ya no veo mujeres como mi madre alrededor. Era terrible lo que pasaba antes. Toda mi generación tiene madres frustradas y amargadas. Y todas estuvimos intentando escaparnos de lo que ellas eran.

—Sus memorias dejan la clara impresión de que usted se sentía muy distinta a todos cuando era pequeña, y esa diferencia, llevada hasta su extremo, es la locura. ¿Ha tenido usted alguna vez miedo a volverse loca?

—Mire, esto es muy interesante. No creo haber temido la locura, porque, primero, eché mis miedos fuera a través de la literatura, es decir, escribí mi miedo a la locura. Y, en segundo lugar, creo que tengo muchos puntos de contacto con aquellas personas que están locas, pero creo que yo puedo... Es algo en sí mismo interesante, creo que puedo... no me gusta la palabra sublimar, pero, en fin, creo que puedo simplemente pasar mi locura a... tal vez a otra gente. Puedo rebotarla fuera de mí.

Una vez me pasé un año entero sin escribir, a propósito, para ver qué sucedía. No me sienta bien, me puse de muy mal humor”

—En un momento del libro cuenta usted que durante muchos años lloró con tan lacerante desconsuelo la muerte de los gatos que por fuerza tenía que pensar que estaba algo demente.

—Es que hay algo loco en una persona que llora con absoluta y total desesperación durante 10 días por la muerte de un gato, cuando no se ha comportado así en la muerte de su propia madre. Es algo demencial, irracional. Es un desplazamiento del dolor.

Siempre buena anfitriona, Lessing nos pregunta media docena de veces si queremos tomar algo. No, no queremos nada, muchas gracias. Al final de la entrevista, entre el alivio de haber acabado y la inquietud de no haber sido lo suficientemente afectuosa, Lessing me regala dos de sus libros, e insiste en que tomemos un pedacito de dulce de jengibre. Salimos al jardín a hacer las fotos: el piso bajo y la cocina están atestados de libros y de trastos. Al parecer siempre fue bastante desordenada, y vivir solo suele multiplicar nuestra tendencia al caos. Hasta hace muy poco, Lessing vivió con Peter, su tercer hijo, que debe de andar por los 50: “Pero ahora él se ha cogido un apartamento por su cuenta”.

De modo que Doris se ha quedado en la casita de ladrillo acompañada por El Magnífico, un gato guapo y grande pero viejísimo, un animal de 17 años al que acaban de amputarle una pata porque tenía cáncer en el hombro. “Pobre”, suspira Doris: “El pobre está muy anciano y con sólo tres patas. Pero qué se le va a hacer, así es la vida”. La vida para Doris, me parece, es una negrura contra la que hay que luchar enarbolando palabras luminosas. O es como su jardín, tan crecido como una selva: “En primavera estuvo hermoso, pero ahora, ya lo ve”. Ahora está devorado por la maleza. Es la vida como un asedio, en fin, y afuera se agolpan la edad, la muerte, la decadencia y la melancolía. Pero ella resiste los ataques y sigue defendiendo la plaza día a día, valerosa Lessing, luchadora, tan bella con su moño bien atusado y sus ropas coquetas, tan poderosa aún con su lucidez y su prosa perfecta.

—En sus memorias se refiere de pasada a una época en la que sufrió muchísimo...

—Ah, sí, habla usted de la época de depresión... Fue un dolor tan enorme, tan poderoso... Creo que entiendo lo que es el dolor, ¿sabe? Suprimimos cosas de nuestra conciencia, reprimimos sentimientos y los llevamos enterrados en el fondo del corazón. Y de repente sucede algo como... No sé, como el asunto de Diana, por ejemplo, y la gente encuentra una razón para llorar. Porque en realidad están llorando por sí mismos.

—¿Y qué le sucedió en aquella ocasión, para sufrir así?

—No importa lo que sucedió, seguro que fueron razones de lo más irrelevantes. Lo importante es saber que sucede así, que un día de repente, inesperadamente, cae sobre ti toda esa pena y te inunda, y entonces te tienes que preguntar sobre qué habrás estado sentándote, qué te habrás estado silenciando a ti misma durante todos los años anteriores.

—Si le pregunto sobre la razón de aquella caída, no es por mera curiosidad. Usted es una persona que vive, reflexiona sobre lo que vive, y escribe después sobre todo ello, y para mí, y para muchos otros de sus lectores, es una especie de exploradora de la existencia, una pionera que camina delante...

—Esa es una imagen bonita.

—Es el adelantado que nos va explicando a los demás lo que nos espera en la vida.

—Me gusta mucho esa idea.

—Y me gustaría saber qué es lo que hay ahí delante que puede resultar tan doloroso.

—Tendría que pensar sobre ello. He conocido a personas que están deprimidas clínicamente hablando, y cuando yo experimenté aquellos momentos de intensa pena me pareció que sólo había un escalón de bajada entre mi pena y la depresión clínica, que era muy fácil bajar de la una a la otra. Y entonces tienes que preguntarte de dónde viene todo ese dolor. No sé, creo que la gente bloquea a menudo el recuerdo de sus infancias porque les resulta un recuerdo intolerable. Simplemente no quieren pensar en ello. Y a menudo está muy bien que no nos acordemos, porque de otro modo seríamos incapaces de vivir. De manera que paso mucho tiempo de mi vida mirando a los bebés y a los niños pequeños y pensando: qué estará sucediendo realmente por ahí abajo.

—Por cierto que usted, al separarse de su primer marido, tuvo que abandonar a sus dos niños. Debió de ser algo muy doloroso.

—Fue una cosa terrible, pero tuve que hacerlo. No puedo decir que fuera una buena decisión, pero pudo haber salido mucho peor en todos los sentidos. Mis hijos fueron siempre extremadamente generosos, ni mi hijo ni mi hija me condenaron jamás y siempre me apoyaron. Mi hijo John murió, no sé si lo sabe. Murió hace algunos años de un ataque al corazón.

—No lo sabía. Debía de ser muy joven.

—Mucho. Cincuenta y pocos años. Bebía mucho, comía mucho, era una de esas personas que tenían que vivir al límite... Pero, en fin, el caso es que tuve que dejar a mis hijos, tuve que hacerlo, era cuestión de vida o muerte para mí. No hubiera podido seguir soportando aquella vida de blancos en Suráfrica. En fin, qué más da. Todo esto ya es agua pasada hace mucho, mucho tiempo...

—Usted siempre ha hecho y dicho cosas poco convencionales. Es la antítesis de lo políticamente correcto. Y esto le ha granjeado muchas críticas: los de derechas la odian, la izquierda ortodoxa considera que es una traidora...

—Así es.

—Ese lugar suyo del rigor y la lucidez, ¿no es muy solitario?

—Bueno, alguien dijo que uno de los grandes problemas de ser viejo era que no puedes decir en voz alta casi ninguna de las cosas que realmente piensas, porque siempre resultas ridículo o chocante o molesto.

—Suena bastante triste.

—Siempre puedes hablar con los contemporáneos.

—¿Y cómo vive usted todo esto, cómo vive sus 78 años?

—Lo que está usted preguntando es cómo llevo ser vieja, ¿no? Pues bien, ¿qué le vas a hacer? No hay más remedio que vivir la vejez. No puedes hacer nada contra ella.

—Ya le he dicho antes que para mí usted es una especie de exploradora. Por favor, dígame que también a esa edad hay momentos en los que la vida resulta hermosa.

—Yo nunca pensé que la vida fuera hermosa.

—Pues entonces dígame por lo menos que todavía se conserva la curiosidad, y la excitación de conocer cosas nuevas, y el placer de escribir...

—Sí, eso sí. Todo eso se mantiene aún intacto.

La información Casiopea además corrobora la existencia de bases subterráneas regentadas por alienígenas de la facción SAS en Nuevo Méjico, Colorado, los alrededores de la costa de la Florida, los Apalaches y California. Indica que los estruendos subacuáticos que se han escuchado en épocas recientes cerca de la costa californiana son ruidos provenientes de una base sumergida en proceso de ampliación mediante el uso de técnicas de explosión sónica y desintegración de materia.Los Casipeos se autodefinen como seres de luz de la 6ta. densidad que existen en un estado que puede ser descrito como de Omnipresencia que les otorga la capacidad de trascender todas las densidades.La expresión "Pasajeros Transitorios" es también utilizada por ellos para describir su particular posición dentro de la llamada "Onda Interdimensional": dicen hablar desde la Cresta de la Onda y conformar, en conjunto, "la línea de avanzada del sistema natural de balance del Universo". Definen La Onda como un fenómeno omni-abarcador que propicia el cambio de realidades; una frontera Inter-Dimensional; una energía masiva que precipita la colisión entre densidades y que se mueve en dirección a la Tierra. Como resultado de esto el planeta entero y sus habitantes experimentarán una modificación en la frecuencia vibratoria de la materia que facilitará lo que se ha llamado el "Ascenso a la 4ta. densidad". En cuanto a su relación con los seres humanos, han dicho: "Cuando lleguemos a la proximidad del planeta nos refundiremos con ustedes. Somos 'ustedes mismos' en el futuro". Esta afirmación se explica en virtud de su explicación sobre la naturaleza real del tiempo: solamente en la ilusión de la 3ra. densidad es el Tiempo lineal e irremontable; en todas las densidades superiores el Tiempo se manifiesta en su verdadera naturaleza como una condición "variable" y "selectiva".Indican los Casiopeos que son muchos los que viajan sobre la Onda; este es un vehículo de uso masivo. Hay muchos seres que se encuentran en tránsito perpetuo. La experiencia existencial, según se deriva de sus intimaciones, no necesariamente implica una vivencia estacionaria; esta es solo nuestra particular percepción de las cosas surgida de la familiaridad que tenemos con nuestra propia experiencia presente. Un planeta es un vehículo también. Muchos de los "Viajeros de la Onda" son aspectos y esencias de nuestros propios seres superiores en camino hacia la refundición con nosotros. Algunos son seres de insondable "oscuridad" que vienen para ser iluminados. Algunos vienen a avasallar. En cualquier caso, la integración es el pre-requisito para que todos aquellos individuos de la 3ra. densidad que son candidatos a convertirse en Seres de Servicio al Otro (SAO) puedan efectuar la transición hacia la 4ta. densidad. La Rueda Evolutiva. Los Casiopeos explican que el universo es fundamentalmente una "escuela infinita" e insisten en que el ser humano debe siempre tener presente que todo lo que existe es lecciones. No hay otra razón para la existencia de todas las cosas. Inclusive la materia inanimada llega eventualmente al entendimiento de que todo es una "ilusión". Cada individuo posee la llave que da acceso a la totalidad de la creación dentro de su propia mente. Indican que ellos como nosotros, al igual que el resto de los seres de la creación, nos encontramos interconectados en virtud de nuestra mutua posesión del conocimiento de todo lo que existe. Reiteradamente han dicho que los seres humanos tienen la capacidad de crear universos alternos y morar dentro de ellos cuando así lo desean, puesto que la mente humana representa todo lo que existe; Agregan que el ser humano es un duplicado del universo dentro del cual mora. Cuando se ha llegado a la comprensión y asimilación profunda de este hecho, se descubre el significado del juego de la vida y finalmente se ve la "diversión" que entraña el proceso de adquirir cada vez un mayor nivel de conocimiento, para remontarse, paso a paso, en sucesión de etapas de aprendizaje, hasta la reunión con el Creador Primigenio en la 7ma. densidad. Todo esto es un reto existencial cuya comprensión, indican los Casiopeos, resulta en un cambio fundamental en nuestra actitud hacia la existencia, para percibir el carácter de "diversión" de que está imbuido todo el proceso. En cuanto a la transición a la 4ta. densidad, que los Casiopeos explican como parte de un ciclo evolutivo que se ha repetido en incontables ocasiones, eelos indican que será una experiencia extática. El concepto clave que se deberá comprender es el de la "Variabilidad de la Naturaleza Corpórea". El ser humano tendrá la habilidad de modificar su estado físico de acuerdo a sus diferentes necesidades. Aquellos que puedan elevar su frecuencia de vibraciones a un nivel de resonancia con la energía de la Onda efectuarán la transición de manera exitosa y experimentarán un proceso de rejuvenecimiento y remoldeo corporal. El promedio de vida bajo las nuevas condiciones se incrementará aproximadamente por un factor de 6, y aquellos que dejen sus cuerpos lo harán de manera voluntaria y con un espíritu de alegría inefable. Para el resto, se prolongará la experiencia en la 3ra. densidad en condiciones sobre las que los Casiopeos se han mostrado en cierta medida renuentes a revelar, indicando que deben dejar que cada uno descubra a su debido tiempo.

Un último concepto entre los expuestos por los Casiopeos: los Agujeros Negros son la manifestación última de la modalidad vibratoria de Servicio a Sí Mismo, es decir, la última secuela de total aniquilación. No obstante, el Servicio a los Otros crea una vasta red dentro de la cual el ser es Impelido hacia el crecimiento por interacción de los otros, y viceversa. En esta red prevalecen las manifestaciones de crecimiento, aprendizaje y sinergia. El Servicio a los Otros es servicio a sí mismo a través del otro. Copyright © 1997-2000 Cassiopaea.org Traducción del Inglés original por Roderiko Mendieta (grimday99@hotmail.com)

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