"La trama secreta còsmica de una crónica extraña y silenciada..."
El llamado Cinturòn de asteroides o Cinturòn de Hipòlita està ubicado entre las òrbitas de Marte y de Jùpiter, e Hipòlita, dueña de dicho cinturòn, es la reina de las famosas Amazonas, una forma distinta de presentar el principio femenino por los griegos, ni mujer sumisa en el gineceo, ni prostituta o hetaira, ni sacerdotisa sagrada, todo lo contrario, mujeres sin hombres, libres y guerreras, es hija para unos de Marte, para otros de Zeus, siempre adoradoras de Marte, lo cual significa una instancia necesaria evolutiva, femenina, entre el ego y sexo primario de Marte y el nivel superior de Jùpiter/Zeus, integraciòn de principios, no entendido por Hercules que debio hacer una acciòn extra para corregir su error, y parece que ni por la misma Hipòlita, al entregar el cinturòn sin amor, solo por reflejo, como explique en entrada anterior...manifestando la incapacidad de amar màs allà de la razòn, versiòn muy griega de lo espiritual y amoroso. Para nuestra propuesta de vincular los asteroides Ceres, Pallas Atenea, Hera y Hestia con los arquetipos femeninos universales, màs allà del mundo griego clàsico, vàlidos para todos, presentes en la carta natal y darle connotaciones oraculares, al reflejar aspectos ocultos de nuestra psiquis a los que podemos acceder y transmutar conocièndolos, segun lo expresaba el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, y yo creo, debemos remontarnos al sentido oracular que tienen las crencias de este pueblo y todos los humanos que buscamos guia, luz, en nuestro camino terrenal para conocernos...y asi lograr un retorno al Origen y una vida menos angustiosa y anhelante
¿Qué es el oráculo?
Si buscamos su definición en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española encontramos distintas acepciones.
La primera de ellas viene especialmente referida a la Antigüedad grecorromana, en la que el oráculo era una respuesta que una deidad daba a una consulta, a través de un intermediario y en un lugar sagrado.
También se refiere a oráculo como un lugar sagrado en el que se consultaba la opinión de una deidad sobre un determinado tema.En la Grecia antigua la adivinación se concebía como un puente entre el mundo real y el mundo divino. Se distinguían dos modalidades: la inspirada (Casandra) y la interpretativa (Delos y Delfos). La primera, de mayor prestigio, se basaba en la posesión divina del intermediario; la segunda, consistía en escrutar las señales observadas en diferentes soportes. De este modo, el oráculo es visto como el mensaje de dios, al que se otorga más fiabilidad que al simple presagio. Como centros de reunión de gentes de procedencias diversas, los santuarios oraculares eran un punto de contacto comercial de primer orden, un núcleo de actividad que se iniciaba en los propios albergues de peregrinos y acababa con el trasiego de comerciantes que ofrecían sus productos a todos los visitantes, por no entrar en la riqueza de las ofrendas que allí se albergaban.
Aunque todo lo relacionado con el oráculo es una mezcla de mito y leyenda, los historiadores parecen coincidir en que existía una figura de mujer llamada Pitia.La Pitia era una sacerdotisa por cuya boca hablaban los dioses y que era ella misma la encargada de recibir a los consultantes y darles la respuesta que venían buscando.La pitia o pitonisa era escogida entre un grupo de mujeres caracterizadas por su buen hacer y sabiduría. Debía su vida al oráculo, donde debía vivir hasta el momento de su muerte.A partir de ahí se abren infinidad de versiones disponibles. Algunos historiadores indican que era la propia Pitia quien escogía una u otra respuesta, otros que ella entraba en trance y que de su boca salían las palabras del Dios.Demasiadas informaciones contrapuestas que sólo dejan la certeza de que, lo ocurría dentro del oráculo y la manera de hacer de la sacerdotisa, es un misterio.
El conocimiento ancestral y formal del tema nos da muchas pistas sobre lo qué es el oráculo, su origen y por què pese a los siglos seguimos inclinados a consultar nuestro destino.
Si hacemos un viaje por la historia encontramos restos arquitectónicos de lugares sagrados donde numerosas personas se acercaban para obtener respuestas por parte de deidades sobre cuestiones básicas de su existencia.
A pesar de que los más conocidos son los griegos, encontramos distintos lugares sagrados con la misma función en otras cultura. Algunos ejemplos de estos oráculos son:
Oráculo de Delfos. En el monte Parnaso, un centro importante de culto que también servía
como santuario del Dios Apolo, contrariamente a lo que se cree, este oraculo dedicado a Apolo, dios solar, cuyo lema y mensaje es importantisimo cada vez màs, cuando nos adentramos en la Era de Acuario: "Conòcete a ti mismo" es posterior al Oráculo de Dódona. Mencionado en la Odisea de Homero con la siguiente cita: “Odiseo se hallaba en Dodona para saber por la alta encina (roble) la voluntad de Zeus sobre si convendría que volviese manifiesta o encubiertamente al rico país de Ítaca, del cual se había ausentado hacía mucho tiempo”.
Este oràculo es el más antiguo de Grecia(según la arqueología moderna, sus orígenes se remontan al año 1000 a.C.).Los yacimientos de Dódona se encuentran al pie del Monte Tomaros, y son el orgullo de la región de Épiro. Sus construcciones se ubican 22 kilómetros al sur de Ioannina, y fueron el hogar del Oráculo de Dódona...y a Zeus como dios oracular antes que Apolo. Cuenta la leyenda que una paloma llegó desde Tebas, Egipto, y se posó sobre un roble en Dódona, en una clara señal –al menos para los griegos– de que allí debía erigirse un santuario consagrado a Zeus. Dicho y hecho, uno de los templos más antiguos dedicados a este dios se encuentra aquí, y el lugar se convirtió pronto en un centro de culto principal.
El roble sagrado pasó a ser el mediador entre Zeus y las sacerdotisas que se instalaron en el santuario, y a través de él ellas podían comunicarse con el dios de dioses.En este sitio fue encontrada una gran cantidad de láminas de plomo grabadas que contienen las preguntas que se realizaban a Zeus, y algunas con las respuestas recibidas. Desde los lugares más remotos de Grecia peregrinaban los fieles para consultar el oráculo.
Este pilar esencial de la cultura griega devela algunos misterios acerca de la relación de los hombres con sus dioses, y de la profunda fe que los trasladaba kilómetros para consultar acerca de los temas más íntimos y trascendentes de sus vidas. Matrimonio, salud, familia, decisiones de gran importancia: todo era puesto en manos de Zeus.Si leemos a Heródoto, el primer escritor en prosa y fundador de la historia como género literario, nos damos cuenta que es un buen representante de lo mejor de la ilustración del siglo V a.C. El historiador destaca que habían sido las sacerdotisas de Dodona quienes le habían facilitado el siguiente testimonio: “dos palomas negras, que emprendieron el vuelo en Tebas de Egipto, llegaron la una a Libia y la otra a su propio territorio.
Esta última se posó sobre una encina y, con voz humana, señaló que en aquel lugar tenía que haber un oráculo de Zeus; los de Dodona, entonces, comprendieron que la orden que se les daba tenía un carácter divino y obraron en consecuencia (…) La paloma que fue a Libia ordenó a los libios que fundaran un oráculo de Amón, oráculo que también pertenece a Zeus”. (Historia I 344-345)
En la Odisea (XIV 327-328)en el oráculo de Dodona la voz de Zeus se dejaba oír con el ruido que hacía el follaje de una encina agitada por el viento. De acuerdo con el murmullo de las hojas se pronunciaban los oráculos a los fieles, aunque no era el único procedimiento adivinatorio que allí se empleaba. Por ejemplo, también se basaba en la interpretación del gorjeo de las palomas que se posaban en la encina sagrada (Sófocles Traquinias 171-172), de ahí que las profetisas del dios fueran llamadas palomas.Por otro lado, las fuentes arqueológicas sugieren que Dodona, situada entre las montañas del suroeste de Ionnina, estuvo poblada ya en los comienzos de la Edad del Bronce y, en Homero, el oráculo de Dodona era el santuario oracular por excelencia ( Ilíada XVI 233; Odisea XIV 327 y XIX 296). Las fuentes clásicas son unánimes en afirmar la antigüedad del oráculo (Esquilo, Suplicantes 249); Platón (Fedro 275 b; Aristóteles (Meteorología I 14, 352 a).
Al parecer en el oráculo de Dodona, Zeus parece haber heredado un santuario previamente consagrado a Gea, la diosa de la Madre Tierra donde eran adorados al aire libre en torno a la encina sagrada. Los restos de un altar de piedra y bronce y los trípodes de hierro dan mucho testimonio sobre la tradición de los sacerdotes de Zeus, los Selli. El santuario de Zeus se convirtió en un monumento de piedra. Un pequeño templo fue construido al lado del árbol de encina y un muro rodeaba el complejo, atravesado por una pasarela ornamental.
Este capìtulo pretende presentar una verdad, es Zeus y no Apolo el verdadero origen oracular griego junto a la Diosa Madre, venerada bajo el nombre de Dione, y fue el más frecuentado desde tiempos muy antiguos.El oráculo de Dodona aparece citado por Homero en la Ilíada XVI, 233-35. El poeta lo relaciona con el mundo de los pelasgos, aquel pueblo primitivo considerado como el primero que ocupó Grecia y que habitó en la ciudad de Dodona entre otras. Ζεῦ ἄνα Δωδωναῖε Πελασγικὲ τηλόθι ναίων / Δωδώνης μεδέων δυσχειμέρου, ἀμφὶ δὲ Σελλοὶ / σοὶ ναίουσ’ ὑποφῆται ἀνιπτόποδες χαμαιεῦναι ¡Zeus omnipotente, dodoneo, dios lejano, pelásgico, / que reinas sobre Dodona, en ese rudo país de los selos, tus intérpretes, / que no se lavan los pies y duermen en el suelo! Homero, Ilíada XVI,231-235 Otro pasaje de la Ilíada donde se menciona Dodona está dentro del Catálogo de las naves (II, 749-750): το δ’ Ἐνιῆνες ἕποντο μενεπτόλεμοί τε Περαιβοὶ'/ οἳ περὶ Δωδώνην δυσχείμερον οἰκί’ ἔθεντο le acompañaban los enianes, los valientes perebos, / que se establecieron en el áspero país de Dodona Sin embargo, según Estrabón, en estos versos Homero se refiere a otro lugar llamado Dodona situado en Tesalia.
En la Odisea, XIV 327-330 también habla del lugar sagrado y de la importancia que tenía el árbol, el roble de Zeus. Al llegar el héroe Odiseo a Dodona, pidió un consejo al follaje divino del dios del oráculo (Zeus), para poder regresar a su tierra de Ítaca.
τὸν δ’ ἐς Δωδώνην φάτο βήμεναι, ὄφρα θεοῖο' / ἐκ δρυὸς ὑψικόμοιο Διὸς βουλὴν ἐπακούσαι / ὅππως νοστήσει’ Ἰθάκης ἐς πίονα δῆμον dijo que [Odiseo] fue a Dodona / para aprender del gran roble la voluntad de Zeus / y para saber cómo entraría en la tierra de Ítaca Homero, Odisea XIV,327, XIX,296-298
Por su parte Heródoto habla también del pueblo pelasgo y asegura que el oráculo de Dodona era el más antiguo que hubiera tenido nunca Grecia, y en su época era además el único. Heródoto cuenta que el oráculo de Dodona estaba relacionado con el de Tebas de Egipto y ofrece dos versiones:
En Tebas fueron raptadas por los fenicios dos sacerdotisas. A una de ellas la mandaron a Libia donde fue vendida y a la otra a Dodona. Se supone que estas dos sacerdotisas fueron las primeras que instituyeron oráculos en estos dos lugares: el oráculo de Amón en Egipto y el oráculo de Zeus en Dodona. Sobre la ciudad de Tebas volaron dos palomas. Una se dirigió a Libia y otra a Dodona. La paloma de Dodona se posó sobre un roble y desde allí expresó con voz humana que era necesario fundar en ese mismo lugar un oráculo al dios Zeus. El relato mitológico sirve, sobre todo, por el lazo que crea entre los dos grandes oráculos de Zeus, el de Amón en el oasis de Siwa en Libia, y el de Dodona. Su situación era privilegiada, cerca del río Aqueloo, el más caudaloso de Grecia, navegable durante algunos km. Se sabe que el lugar tenía ya una gran actividad en los tiempos de la Edad del Bronce. O sea la naturaleza y los padres Zeus y Diosa Madre y no el Sol. es el más antiguo de los oráculos griegos; posiblemente se remonta al segundo milenio a. C., y es uno de los más célebres junto a los de Delfos y Amón. Los sacerdotes y las sacerdotisas del bosque sagrado interpretaban la caída de las hojas del roble en el viento. Tras la aparición en la Antigua Grecia de las polis, padeció el auge del oráculo de Delfos en la época clásica, pero continuó activo hasta la época romana.
Comparto esta hermosa leyenda con contenido simbòlico, por supuesto: Cansados de ser derribados por los hombres, los robles se quejaron con Zeus, diciendo:
Vemos la luz del sol, pero en vano, ya que estamos expuestos, más que los demás arboles a los golpes brutales del hacha que usan los hombres para derribarnos.
A lo que Zeus respondió a los robles diciendo: ustedes mismos son los responsables de su propia desgracia, ya que si no brindaran madera para que los hombres fabriquen los mangos, las vigas y los arados, el hacha los respetaría.
Ciertos hombres, autores de sus propios males, echan la culpa neciamente a los dioses.
Hay una creencia entre los eruditos de que la primera religión griega provino de, o estuvo muy influenciada por el chamanismo de las estepas de Asia Central hasta la colonia griega de Olbia (en Escitia), en la orilla norte del Mar Negro, y de allí a Grecia
La sociedad griega antigua era muy distinta de la actual. La palabra «religión» no existía en griego antiguo. Los conceptos que sirven para describir los fenómenos religiosos contemporáneos no están adaptados para el análisis de lo que era para los griegos lo divino.2
En la religión de Grecia antigua, lo esencial de las creencias y de los ritos se estructuró en el momento en el cual nació, en la Época Arcaica (siglos VIII- VI a. C.), una forma de organización política particular: la polis, que tuvo por consecuencia el redescubrimiento y la difusión de la escritura (h. 800-700 a. C.).2
A partir de la Época Arcaica, aparecieron los caracteres dominantes de la religión griega: un politeísmo de nuevas divinidades, de dioses antropomórficos provistos de atributos (rayo, tridente, arco y flechas, égidas, etc.), gozando de poderes pletóricos, teniendo sectores de intervención, modos de acciones propias, y dotadas de mitos. Pero cada una de estas divinidades no existe más que por los lazos que las unen con el sistema divino global.2
Los griegos eran politeístas: rendían culto a varias divinidades, en especial a los doce dioses olímpicos, llamados theoi y a los héroes. Cada uno de ellos podía ser invocado bajo diversos aspectos en función del lugar, del culto y de la función que cumplía. Estos dioses dotados de poderes sobrenaturales, bajo el mismo nombre, podían presentar una multiplicidad de aspectos. Los epítetos cultuales (las epíclesis), señalaban su naturaleza y su ámbito de intervención. Existía, por ejemplo, Zeus Kéraunos (tonante), Polieo (guardián del orden político, de la polis), Horkios (garante de los juramentos y de los pactos), Ktésios (protector de la propiedad), Herkeios (guardián del cercado, del redil), Xenios (protector de los huéspedes y de los extranjeros). Las otras figuras del panteón griego seguían también este esquema.
Creación del universo, la Tierra y los dioses.
Genealogía de los dioses griegos, desde el Caos hasta la era humana.
Para los antiguos griegos, los primeros dioses estaban en el exterior del mundo, y los dioses del panteón estaban en el planeta. Se tenía la concepción de un inicio del universo, y por genealogía se fueron creando a sí mismos, y en el último eslabón, los hombres. Los dioses eran inmortales (nacimiento sin muerte), que se traducía en un estilo de vida particular. Se alimentaban con ambrosía (sustancia deliciosa, nueve veces más dulce que la miel, se decía), de néctar y del humo de los sacrificios. En sus venas no corría la sangre, sino otro líquido: el icor. Estaban sometidos al destino e intervenían constantemente en los asuntos humanos. Nacidos unos de los otros y muy numerosos, los dioses formaban una familia, una sociedad, fuertemente jerarquizada.
El nombre de la mayoría de las divinidades aparece en las tablillas de la civilización micénica, después en los textos de Homero y de Hesíodo. Su sitio y su función estaban ya en parte establecidos. Parece que el panteón griego estaba ya constituido en el siglo VIII a. C. A finales de este siglo, Hesíodo, un poeta beocio, en su Teogonía, presenta una ordenación de los ritos y de los mitos relativos al nacimiento del mundo divino. Redacta una historia de la sucesión de las generaciones divinas que al término de los múltiples conflictos por la soberanía desemboca en la colocación de los dioses del Olimpo alrededor de la figura de Zeus.
Se trataba, en primer lugar, de hacer nacer el mundo (kosmos) a partir de tres poderes: Caos ("el vacío que ocupa un hueco"), Gea (la Tierra) y Eros ("la renovación"), quienes dieron, cada uno, nacimiento a otros poderes de manera independiente. De la unión de Gea y de Urano nacieron los Titanes (el más joven de los cuales era Crono), los tres Cíclopes y los tres Hecatónquiros (los de cien manos). De los hijos de Gea y de Urano que engendraron poderes divinos, Crono castró a su padre, luego reinó con Rea sobre los otros dioses. Para que ninguno de sus hijos fuera rey, tras nacer se los tragó.
Nacido de él, Zeus escapó a sus intenciones. Una vez que creció, obligó a Crono a vomitar a sus hijos, lo destronó y lo incitó, con la generación de sus hermanos, los Olímpicos, a un combate contra los Titanes. En adelante, los dioses se organizaron esencialmente en torno a Zeus, soberano del Olimpo (del cielo, de la región etérea donde viven los dioses), quien repartió el mundo con sus hermanos: a Hades, el inframundo y a Poseidón, el mar. Repartió entre los Olímpicos todos los honores (timai) e inauguró un reinado de paz y de justicia.
Los relatos míticos, como los de Hesíodo, explican las prácticas cultuales (sacrificios, fiestas y competiciones) y los ritos que acompañaban la vida social y política. Justifican las reglas fundamentales que rigen la colectividad, las vuelven inteligibles a los hombres y aseguran su perennidad.
La piedad griega: una religión sin dogmas y sin instituciones
En la sociedad griega, la religión estaba completamente imbricada en todos los dominios de la vida familiar, pública, artística y social. La oposición entre lo "profano" y lo "sagrado", los límites entre lo "laico" y lo "religioso" son inciertos, incluso no pertinentes. Los gestos, los comportamientos, las ceremonias de la vida familiar, social y política componían casi siempre un aspecto religioso.
La religión griega no se apoya en ninguna revelación. La ciudad griega no conocía ni instituciones que dirigieran la religión, ni dogma. Las conductas religiosas, piedad (eusébeia: respeto de las obligaciones hacia los dioses), e impiedad (asébeia: ausencia de respeto a las creencias y a los rituales comunes de los habitantes de una ciudad), no tenían un carácter definido y rígido. La piedad parece haber sido el sentimiento que tenía el grupo o el individuo, de ciertas obligaciones.
Las obligaciones de la comunidad concernían, en primer lugar, al respeto a la tradición ancestral. Las del individuo eran multiformes. La participación en los cultos de la ciudad, la abundancia de las ofrendas en los santuarios, la devoción hacia la muerte de los parientes y las divinidades protectoras de la familia, la generosidad para permitir que los rituales se desarrollaran en las mejores condiciones, son ejemplos de manifestación de la piedad.2
En cambio, era considerado, generalmente, como impío todo lo que iba en contra de la tradición, en materia de religión, toda innovación: la introducción en la ciudad de dioses que no eran oficialmente aceptados, las concepciones que ponían en entredicho las creencias tradicionales, la modificación de ritos ancestrales. Incluso, cualquier atentado contra la integridad del patrimonio divino (el robo en detrimento de un templo, la mutilación o el cultivo de árboles sagrados), toda profanación, imitación o falsificación de una ceremonia religiosa, las violencias cometidas contra los sacerdotes de un culto eran actos impíos.
La piedad no era la expresión de un sentimiento de relación íntima con una divinidad; no era tampoco sólo la observación escrupulosa y estricta de los ritos prescritos. Ser piadoso era creer en la eficacia del sistema de representaciones establecidas por la ciudad para organizar las relaciones entre los hombres y los dioses, y también participar en ellas activamente.
A diferencia de las religiones abrahámicas como el cristianismo, la religión en la Antigua Grecia –así como también en la Antigua Roma– no era doctrinal y no se ocupaba de los comportamientos de las personas con sus semejantes, algo que era más bien materia de la filosofía (en concreto de la ética).
En el año 218 a.C., cuando se desarrollaba la guerra contra los etolios, el santuario fue destruido. Recientes investigaciones indican que posteriormente fue restaurado. Varias de las ruinas fueron reedificadas en el siglo XX.Otro edificio fundamental de los yacimientos es el teatro. Fue construido por Pirro de Epiro que gobernó desde 318 hasta 272 a.C., tras la muerte de Alejandro Magno. Fue una construcción monumental, con capacidad para 17 mil espectadores. Se trata de uno de los más antiguos que se conocen
En el momento de ser erigido, el oráculo se centraba en un roble sagrado, circundado de trípodes con calderos de bronce que estaban adheridos los unos a los otros. Las profecías se llevaban a cabo a partir del sonido de éstos. Los participantes en los ritos adivinatorios plasmaban sus peticiones a los dioses en tablillas de plomo que eran entregadas a la sacerdotisa, algunas de las cuales pueden admirarse en el Museo Arqueológico de Ioannina.
Sin embargo, lo cierto es que el principal aliciente de Dodóni en la actualidad es su teatro. Su considerable aforo, con capacidad para unos 17.000 espectadores, lo convierte en uno de los más grandes de Grecia. Aunque hasta la llegada de los romanos se destinó a acoger representaciones dramáticas, a partir de ese momento pasó a albergar espectáculos con fieras.
A ambos lados del escenario, y en el interior de unos corrales de planta triangular, se guardaban los toros y los felinos que participarían en estos espectáculos. Restaurado en la década de los setenta del siglo pasado, da cabida en la actualidad a diversas actividades culturales durante el verano. Sus muros, sujetos por sólidas torres en la que anidan diversas aves, alcanzan una altura de 21 m
Para conocer la religión de los griegos en la Antigüedad es necesario apoyarse en un conjunto importante de fuentes, que son principalmente de orden literario, epigráfico y arqueológico. Por muy ricas e interesantes que sean, todas esas fuentes no son realmente pertinentes más que consideradas juntas.
Distinta de la mitología, la religión se apoya en una piedad marcada por respeto a los ritos y un gran apego a la pureza natural.
Otros ejempolos: Oráculo de Delos.
Oráculo egipcio. Los más conocidos fueron los de Heliópolis y Abidos. Las consultas se hacían mediante una persona que escribía las preguntas y las dejaba en el santuario. Pasado un tiempo se devolvían las respuestas de la misma forma.
Lo importante del Oráculo de Dodona, es que nos remiten a Zeus y el roble sagrado, antes que los surgidos en la Grecia clasica, y todo lo simbòlicamente asociado con la naturaleza, los àrboles, como vinculo divino, presente en las culturas aria, celta y maya, surgidas tambièn en el planeta Maldeck destruido convertido en el Cinturòn de asteroides que estudio.
El oràculo de Zeus, padre de los dioses y hombres, gobernaba en el Monte Olimpo. Era el dios del trueno y del cielo, sus atributos son el toro, águila, roble y rayo. Hijo de Crono y Rea, era el más joven de sus descendientes. Fue el primer dios oracular griego y su roble o encina según Heródoto fue creado por las Peleiades (sacerdotisas africanas) en Grecia.en el cual se practicaba la dendromancia, una técnica de adivinación muy utilizada en la Europa antigua que consistía en la premonición a través de la cremación y del sonido del viento y de las aves en las hojas de los árboles, especialmente de robles sagrados.
Podían así, interpretar el futuro de acuerdo al sonido que las hojas y ramas emitían al momento de ser quemadas o con el movimiento del viento o de las aves.
El roble es un árbol divino y sagrado, es símbolo de fuerza y de sabiduría, fue plantado en el centro del mundo, que unía el Cielo y la Tierra.Los griegos nombraron al roble, árbol tutelar de Zeus...Así que el primer templo dedicado al dios griego de los dioses del Olimpo no fue sino un bosque de robles, situado en Dodona, una ciudad de Epiro (una región geográfico-histórica de los Balcanes habitada en la antigüedad por diversas tribus griegas y hoy compartida por Grecia y Albania), en el país de los molosos, donde la gente iba a consultar el oráculo de Zeus, así como el de Afrodita.
En aquel entonces, era la voz del mismo Zeus la que respondía mediante el rumor de las hojas de los robles sagrados, agitadas por el viento.
Los celtas, lo adoraban...Sus sacerdotes, llamados los hombres del roble (el nombre de roble en celta era druivids, que significaba ”muy sabio”), recogían la flor del roble, en Año Nuevo.El roble simbolizaba una nueva vida, una regeneración y la inmortalidad del alma. Sin embargo, tengo que señalar que la flor del roble es muy excepcional. Encontrarla en un bosque de robles era, pues, casi un milagro.
El druida partía en busca del muérdago el sexto día de la Luna nueva y si volvía con las manos vacías, era un mal presagio para aquel pueblo celta o galo.Su fruto, la bellota, casi siempre fue considerado símbolo de fecundidad y de prosperidad; puesto que nuestros antepasados sabían que a partir de la semilla contenida en este pequeño fruto nacería un nuevo roble que se haría centenario.
En los rituales de protección se empleaba una rama de roble para hacer un círculo alrededor de la persona que se quería proteger. Y si un rayo hería a un roble, sus hojas secas se usaban como talismán para proteger a los soldados.
Robles con buena o mala sombra
En la tierra celta cuentan que el roble puede tener mala, o buena sombra dependiendo de si sus ramas están entretejidas de manera apretada y tupida. Si al proyectarse la sombra del árbol, ésta no tiene ninguna entrada de luz, es “buena sombra”. Pero si las ramas dejan huecos y la sombra esta rota o quebrada esa es “mala sombra”.
En Francia, la convención revolucionaria de 1794 impone al roble como "Árbol de la Libertad" por la dureza de su madera y su longevidad. En el Reino Unido, el roble es el símbolo de la Monarquía. El 29 de mayo es el Oak day (Día del Roble). En EE.UU. el roble fue nombrado el árbol nacional y muchos apellidos derivan de la palabra roble. En las bodas romanas se acostumbraba arrojar bellotas a los novios y no arroz, como en muchas partes, porque éstas eran símbolo de fertilidad. En la edad media se hacían reuniones bajo su sombra por parte de los Generales de Biscaia. Los pueblos de Grecia y Roma compartieron una vez aquel culto al roble y aún se pueden encontrar restos del mismo. Zeus fue, en su momento, venerado en el roble oracular de Dodona y en el festival de Platea. Júpiter, el equivalente romano de Zeus, fue venerado en el Capitolio, donde había un roble sagrado. El acto originario de dedicación a Júpiter fue cuando Rómulo ganó a Acrom, rey de los caeninenses, los spolia opima (despojos del honor), y los colgó en el roble sagrado del Capitolio en honor de Júpiter. El templo de Vesta, en el Foro, tenía unos fuegos que debían ser alimentados con roble y con ninguna otra madera. Pero este culto desembocó en ideas teológicas más complejas. Así ocurrió también en el culto celta. Según evolucionó el sistema social celta a través de muchos siglos, los hombres y mujeres de cultura de las tribus mantuvieron, sencillamente, el título de aquellos que poseían el “conocimiento del roble”.
Existen muchos mitos acerca de este árbol. Los antiguos celtas lo tenían en un lugar de honor, lo denominaban Duir o en su lengua gaélica druid, término del cual se dice procede la palabra druida. algunos la asociacn con druveid que significa “el que ve a través del roble” o “el que conoce el roble” y en el que se basaba toda su religión. Hay muchas versiones sobre el origen de la palabra Druida pero en la que más coinciden los investigadores es: “los druidas son los muy videntes o los muy sabios.” Eran la fuente de inspiración de los hombres y mujeres sagrados y en muchas ocasiones las reuniones mágicas se celebraban alrededor de un roble. Forma parte de la tríada de árboles consagrada a las hadas: "Roble, Fresno y Espino". Se dice que donde se puedan ver estos tres árboles juntos, con un poco de suerte, se pueden ver hadas.
Por fuentes irlandesas se supone que todas las tribus celtas tenían su propio árbol sagrado, el crann bethadh (o “árbol de la vida” para ellos), que se alzaba como su tótem o talismán en el centro de su territorio. En la Irlanda antigua, un ataque tribal contra un clan rival, podía suceder sólo con el propósito de destruir el árbol y desmoralizar al enemigo. El concepto de Árbol de la vida como árbol de muchas ramas que ilustra la idea de la vida en la tierra, se ha utilizado en la ciencia, la religión, la filosofía, la mitología, y en otras áreas. Se encuentran árboles de la vida en el folclore, la cultura y la ficción, a menudo relacionados con la inmortalidad o la fertilidad. Sir James George Frazer, antropólogo (Escocia 1854-1941) dijo que “el culto al roble, o al dios roble, parece haber sido compartido por todas las ramas del tronco ario en Europa”, esto es, por pueblos que descendían de los indoeuropeos. Su obra, muy diversa, abarca los mitos y dioses agrícolas y los mitos de la vegetación. El roble simboliza frecuentemente al “padre de los dioses” en varias sociedades, quizás a causa de su apariencia majestuosa, así como de los antiguos lituanos asociaban al dios del trueno, Perkunas, con un roble, y creían que, cuando morían, sus almas habitarían en aquellos árboles. Para obtener buenas cosechas, incluso en el siglo sexto, “sacrificaban” un roble mediante fuegos rituales. Los estonios embadurnaban los robles con sangre de animales, ofreciéndosela al dios Taara, para asegurarse la lluvia y una buena cosecha. Dentro de las naciones eslavas también se ha documentado el simbolismo del roble. Entre los eslavos el roble era el árbol sagrado de Perun, el dios del trueno. Su imagen fue encontrada en una talla de Novgorod, donde se informa que se debía mantener un fuego eterno en su honor. Los “robles sagrados” proliferaron en la Baja Sajonia, Westfalia y otras áreas de Alemania, de acuerdo con Jacob Grimm (1785-1863). Ciertamente, en tiempos antiguos, los pueblos germánicos también adoraban al roble como representación de Thunor o Thor, el dios del trueno. En Inglaterra el roble era adorado por los anglosajones como parte de su propia religión.
Un curioso episodio tiene como protagonista al Árbol. Cuando las tropas franquistas tomaron Guernica en 1937, en el marco de la guerra civil española, se corrió el rumor de que varios falangistas se disponían a cortar el Árbol con hachas, por considerarlo un símbolo nacionalista. El entonces capitán del Tercio de Begoña, Jaime del Burgo Torres, mandó formar un escuadrón de requetés armados, con el que rodeó el Árbol e impidió que fuera dañado.
"El árbol de Guernica" es también el título de una canción (en forma de zortziko*) escrita en Madrid por el bardo vasco José María Iparraguirre, música de Juan María Blas de Antuna y Mascarua, concertista de órgano y primer organista de la basílica de Lequitio, en homenaje al árbol y los fueros vascos. La canción es un himno no oficial para los vascos. *zortziko es un ritmo típico de baile popular tradicional vasco-navarro. Sirvio de inspiraciòn al famoso cuadro de Pablo Picasso...Guernica...¡Roble de Guernica! Árbol de poder aun más sagradoque el profético roble que conservó en Dodona,una voz divina, que partía de lo profundode su aérea enramada, según una fe asaz crédula.¿Cómo pudiste florecer en esta hora de destrucción?¿Qué gozo y qué esperanza pueden traer a tí, ya la luz solarya las suaves brisas del atlántico mar?¿O las tiernas lluvias de Abril, y los matutinos rocíos?Si dentro de tu círculo sombrío, nunca ya se juntaranaldeanos y señores en sus asientos señalados,esos legisladores de mente elevada,guardianes de la antigua libertad de Vizcaya,sería misericordioso y bienvenido el golpeque extendiera tus ramas por la tierra.
Arbol de Guernica Canción (fragmento)
El árbol de Guernica es símbolo bendito que ama todo vasco con entrañable amor. Árbol santo: propaga tu fruto por el mundo mientras te tributamos ferviente admiración. La tradición nos dice que el árbol de Guernica hace más de mil años por Dios plantado fue. Árbol santo: no caigas, que sin tu dulce sombra, completa, irremisible, nuestra perdición es. No caerás, ¡oh roble!, si cumple sus deberes Vizcaya. Un noble abrazo sus hijos se han de dar. Y así las cuatro hermanas te prestarán su apoyo para que el vasco viva libre y en paz. Para que nunca muera el símbolo sagrado doblemos la rodilla e invoquemos a Dios. Y el árbol sacrosanto vivirá eternamente siendo el himno de gloria de nuestra redención. En tiempos ya lejanos, ¡oh patria siempre amada!, de tu suelo quisieron el árbol arrancar. Unámonos, hermanos, y luchemos sin tregua por defender el trono de nuestra libertad. Roble antiguo y sin mancha: consérvate lozano, con primavera eterna, con eterno verdor. Ten piedad de nosotros y préstanos tu sombra, pues te adoramos todos con santa devoción. El árbol nos responde: "Vivid apercibidos y que yo nunca muera debéis siempre pedir". No deseamos guerra, que en paz con nuestras leyes sabias, libres y amadas, deseamos vivir. Queremos, ante todo, que con la paz fecunde la tierra que sustenta el árbol secular. Su sombra bienhechora derrame generoso sobre el pueblo del euskera libre, noble y audaz Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81rbol_de_Guernica
Esta es una tradiciòn que incluso he vivido en Venezuela con el muèrdago, que al pasar bajo sus ramas obliga besar al amigo de la casa, y se remonta a los Druidas recogiendo muérdago. Según el historiador romano Plinio, el muérdago era recogido por un druida con una hoz de oro, en el sexto día de la Luna. El muérdago es una planta parasitaria que crece en diferentes tipos de árbol. Ellos lo recogían de robles, pues el muérdago, al alimentarse de su sabia, conservaba las propiedades mágicas que se atribuían a este árbol, juntamente con propiedades medicinales propias. Es más que probable que el muérdago fuera considerado sagrado porque en invierno sigue estando verde mientras el árbol ya ha perdido todas sus hojas. Además, está en una posición intermedia entre el cielo y la tierra, sin pertenecer a ninguno de los dos.
El Roble y la Literatura
Les recomiendo leer el escrito completo: "El Prisionero No. 4935", en el siguiente enlace, el cual habla del sentimiento y la fortaleza de aquellos que tuvieron que enfrentarse a un campo de concentración, al tiempo que nos da la oportunidad de visualizar al Roble desde diferentes puntos de vista. http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1025 "Buchenwald no siempre fue un campo de concentración, su nombre en alemán remite a su pasado silvestre. En medio de ese paisaje, un árbol es testigo de las historias paralelas de la cultura y la barbarie humanas." El árbol de Goethe Prisionero No. 4935 (fragmento) La autoría de este texto encierra en su anonimato, más que la voz de un hombre, el testimonio de una generación. Además de Ernst Wiechert en su texto autobiográfico "El bosque de los muertos", y de Joseph Roth en su último artículo “El roble de Goethe en Buchenwald”, el famoso roble también inspiró a los prisioneros 44904 y 4935 del campo de concentración. El primero, Jorge Semprún, habla del roble en sus novelas "Aquel domingo" y "Viviré con su nombre, morirá con el mío". El segundo, que no ha sido identificado con certeza, es el autor de este escrito. "Ocho kilómetros al sur de Weimar hay una montaña llamada Ettersberg. Antiguamente había en ella un bosque de hayas no muy espeso, e igual que hoy en las colinas vecinas los árboles eran robustos y habían crecido altos y rectos. Del extenso pedestal de sus raíces se desprendían los troncos que, lisos como columnas góticas, se elevaban a gran altura. En lo alto, las copas entretejidas semejaban una bóveda. Como los matorrales del bosque no eran frondosos, nada estorbaba la mirada y se tenía la impresión de encontrarse en una inmensa catedral gótica, como sucede todavía hoy en las colinas que lo rodean. En medio del bosque, casi en la cima de la montaña, se erguía desde hacía siglos un imponente roble, un gigante magnífico. Frente a él, fascinado por la belleza de sus proporciones y el ritmo solemne de su larga vida, podía uno comprender por qué alguna vez se adoró a estos árboles como a dioses. Si bien el roble no se remontaba hasta los tiempos paganos, sí tenía su propia historia." Fuente: http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1025
La tejedora: Es un ser esencial que habita en las entrañas del roble, que lo cuida y entreteje sus ramas, para que el roble tenga buena sombra, la tejedora debe hacerlo en los primeros días de otoño, mientras las ramas están menos cargadas para que cuando en la primavera las hojas se renueven, ese tejido no deje pasar la luz.
Guernica es un famoso cuadro de Pablo Picasso, pintado entre los meses de mayo y junio de 1937, cuyo título alude al bombardeo de Guernica, ocurrido el 26 de abril de dicho año (1937), durante la guerra civil española. Fue realizado por encargo del director general de Bellas Artes, Josep Renau, a petición del Gobierno de la Segunda República Española para ser expuesto en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París, con el fin de atraer la atención del público hacia la causa republicana en plena guerra civil española.
En la década de 1940, puesto que en España se había instaurado la dictadura militar del general Franco, Picasso optó por dejar que el cuadro fuese custodiado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, aunque expresó su voluntad de que fuera devuelto a España cuando volviese al país la democracia. En 1981 la obra llegó finalmente a España. Se expuso al público primero en el Casón del Buen Retiro, y luego, desde 1992, en el Museo Reina Sofía de Madrid, donde se encuentra en exhibición permanente.
Su interpretación en profundidad es objeto de controversia, ya que varias figuras son simbólicas y suscitan opiniones dispares; pero su valor artístico está fuera de discusión. No solo es considerado una de las obras más importantes del arte del siglo XX, sino que se ha convertido en un auténtico «icono del siglo XX», símbolo de los terribles sufrimientos que la guerra inflige a los seres humanos.
"No, la pintura no está hecha para decorar las habitaciones. Es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo contra el enemigo. (Pablo Picasso)
El Nido
Juana de Ibarborou "Juana de América"
Mi cama fue un roble y en sus ramas cantaban los pájaros. Mi cama fue un roble y mordió la tormenta sus gajos. Deslizo mis manos por sus claros maderos pulidos, y pienso que acaso toco el mismo tronco donde estuvo aferrado algún nido. Mi cama fue un roble. Yo duermo en un árbol. En un árbol amigo del agua, del sol y la brisa, del cielo y el musgo, de lagartos de ojuelos dorados y de orugas de un verde esmeralda. Yo duermo en un árbol. ¡Oh amada!, en un árbol dormimos. Acaso por eso me parece el lecho esta noche, blando y hondo cual nido. Y en ti me acurruco como una avecilla que busca el reparo de su compañera. ¡Que rezongue el viento, que gruña la lluvia! Contigo en el nido, no sé lo que es miedo. Uruguay 1895 - 1979 Fuente: http://www.poemasromancesyamor.com/poetas/Ibarbourou.html
El Roble ha inspirado también a muchos otros autores, tales como: Gertrudis Gómez de Avellaneda (Cuba 1814-1873) El Árbol de Guernica http://www.abelardocano.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2014&Itemid=171 Miguel Huezo Mixto El Roble http://www.poemasde.net/el-roble-miguel-huezo-mixco/ Miguel Barrera Durán El Viejo Roble http://www.youtube.com/watch?v=F_h7Pwsz0u4
La fina poetisa nacida y fallecida en la ciudad de Valencia (Edo. Carabobo) publicò un estupendo libro en la decada de los 50, ilustrado por Braulio Salazar titulado "Arbol tu..." donde expresa el simbolo en clave amorosa, maravilloso.
El dramaturgo Tirso de Molina le dedicó unos versos en su obra “La Prudencia de la Mujer”: El Árbol de Guernica ha conservado la antigüedad que ilustra a sus señores, sin que tiranos le hayan deshojado, ni haga sombra a confesos ni a traidores http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81rbol_de_Guernica Wangari Muta Maathai (Kenia, 1940. Premio Nobel de la Paz 2004. El 4 de septiembre de 2006, en visita a la Casa de Juntas de Vizcaya, en Gernika-Lumo, dijo: "Me alegra saber que aquí, como ocurre en muchos lugares de mi África natal, cuando tenéis problemas y necesidad de dialogar lo hacéis debajo de la sagrada sombra de un árbol." "Me siento muy contenta de que sientan devoción por él. Mi espíritu, la esencia de mi trabajo, está también contenida en el símbolo de un árbol. Creo que la naturaleza une a las culturas del mundo." Dijo además en el discurso en los premios Goldman, San Francisco (24 de abril 2006): "Hasta que caves un agujero, plantes un árbol, lo riegues y lo hagas sobrevivir, no has hecho nada. Sólo estás hablando". http://es.wikiquote.org/wiki/Wangari_Maathai
Lo que quiero destacar es la unidad de las culturas antiguas en torno a la naturaleza, como lo sentimos hoy nuevamente cuando volvemos a ebchufar con lo trascendente que nos fue cortado, desviado, pues desde la más remota antigüedad, las culturas paganas de Asia, Europa y la América prehispánica, han considerado al Árbol como un símbolo de la Vida y de sus ciclos. También, por su condición vertical, ha sido considerado un canal de unión de los tres planos o dimensiones: el Inframundo (Niflheim / Alsó világ), la Tierra (Midgard / Középső világ) y el Cielo (Asgard / Felső világ), es decir, un símbolo visible del eje cósmico y polar, esto es, el eje inmutable o Axis Mundi.
Izquierda: El Irminsul (Yggdrassil), árbol sagrado de los germanos. Derecha: El Yggdrassil en el tapiz vikingo Överhogdal. Sobre el árbol, el gallo Gullinkambi, anunciador del fatídico Ragnarök, el “Destino Final de los Dioses”.
Las runas Man, Yr, Wend-horn y Hagal.
Sus ramas y raíces, proyectadas en direcciones contrarias, que alcanzan el plano superior e inferior, respectivamente, han sido representadas por medio de las runas Man e Yr. La runa Man (“Vida”) invertida, es la runa Yr (“Muerte”), ideografías opuestas y complementarias, que cuando unidas, conforman la runa Hagal, Hag•Al, del “todo”, que supera la dualidad (la vida y la muerte). De allí el concepto de Árbol de la Vida y Árbol de la Muerte, del cual se obtiene el “Licor de la Vida”, el Hidromiel, el Soma y el “agua de la vida eterna” que mana del árbol sicomoro de la diosa Nut, madre de Isis y Osiris.
Es el “Árbol del Espanto” del cual pendió por nueve noches Odín-Wotan, para obtener el conocimiento de las runas.
Un símbolo similar al de la runa Hagal (Man-Yr-Wend-horn) es el Gromoviti znaci de la deidad balto-eslava Perun (Pervo Rune / Perkūnas), otorgador de las runas (El símbolo ha dado origen, asimismo, a herramientas mágicas como el Tridente de Poseidón y el Vajra doble).
La runa germana Hagal y su equivalente balto-eslavo, Gromoviti znaci.
Sobre la proyección doble del árbol como símbolo y figura, René Guénon, ha señalado: De los dos términos sánscritos que sirven principalmente para designar el “Árbol del Mundo”, uno, Nyagrodha, da lugar a una observación interesante a ese mismo respecto, pues significa literalmente “que crece hacia abajo”, no solo porque tal crecimiento está representado de hecho por el de las raíces aéreas en la especie de árbol que lleva ese nombre, sino también porque cuando se trata del árbol simbólico, éste mismo se considera como invertido. A esta posición del árbol se refiere, pues, propiamente el nombre Nyagrodha, mientras que la otra designación, Açvattha, se concibe como la “estación del caballo” (Açva-stha), donde éste, que es aquí el símbolo de Agni o del Sol, o de ambos a la vez, debe considerarse como llegado al término de su curso y detenido una vez alcanzado el “Eje del Mundo”. Recordaremos, a este respecto, que en diversas tradiciones la imagen del Sol se encuentra asociada también a la del árbol de otra manera, pues se lo representa como el fruto del “Árbol del Mundo”; al comienzo de un ciclo abandona su árbol y viene a posarse nuevamente en él al final del mismo, de modo que, también en este caso, el árbol es efectivamente la “estación del Sol”.
El Árbol Sagrado de los mayas, ilustrado en el Códice Borgia. Sus ramas superiores presentan flores, emblemas o símbolos del Sol y del Cielo, mientras que sus raíces son representadas por una especie de dragón o lagarto, ser primordial que habita el Inframundo. Derecha: El símbolo báltico de Laima (Laima slotina), la diosa del nacimiento y del destino (Trīs Laimes).
Diversos signos rúnicos asociados al Árbol Sagrado, símbolo de la Vida y la Luz.
De este modo, el árbol ha constituido un símbolo fundamental en las antiguas cosmogonías y religiones, siendo por ello el “Árbol del Mundo”, el “Árbol de la Vida” y el “Árbol del Conocimiento” (Kundalini), asociado a Brahmã, Agni, Odín, Perun y Quetzalcoatl-Kukulkán, entre otros dioses solares de la antigüedad pagana, el cual derivó posteriormente en el Lichterbaum o “Árbol de Luz”, es decir, el “Árbol de Navidad” que ilumina el solsticio de invierno del hemisferio norte.
Izquierda: Arte rupestre escandinavo. Tres figuras antropomorfas (¿Odín, Thor y Freya? ¿Las Nornas?) portan báculos o cetros, símbolos del “Árbol de la Vida”. Derecha: La barca mágica de Odín, que le permitía viajar sobre mar y tierra. Aquí, junto al “Árbol del Mundo”.
Izquierda: Aríbalo inca, con el símbolo del árbol-runa Man. Derecha: Detalle de un tapiz escandinavo del siglo XII, donde figura Odín, Thor y Freya. Junto a Odín, el árbol-runa.
La runa Man, de la Vida, del Futhark germánico, el “Árbol de la Vida” y el signo maya del “Árbol de la Vida”.
El “Árbol de la Vida” de Anáhuac, es el Irminsul (Yggdrasil) de los germanos, el Árbol-Runa Man; el Bodhi de Siddhartha Gautama y del Bö; el Saosis de Isis y Osiris; la palma de Apolo, el Világfa y Életfa de los iniciados táltos de Hungría; es el roble de Perun; el Haorma avéstico; concepción que tiene sus equivalentes en el canelo-rehue de los antiguos araucanos, el wuanámei andino, el genipa de los shipibo-conibo, el lupuna de los yagua y los ticuna, el Yax Imix Che (la Gran Madre Ceiba) de los mayas y el ahuehuete de Tule, en México.
En numerosos petroglifos, motivos de alfarería, armas, monumentos funerarios y en los antiguos templos de las divinidades solares, se encuentra estampado este trascendental símbolo, ideografía del Árbol del Mundo y emblema de la Divinidad, del Dios Increado (Dyeva, Theos, Pradjapati, Œseus, Kneph, Tzakol) y de la Vida (Eterna).
En la actualidad el simbolo sigue como vimos en el roble, regalo de Francia, que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, plantaron en el jardín sur de la Casa Blanca que se dice ha desaparecido, según muestran fotografías tomadas estos últimos días y reproducidas este 29 de abril del 2018 por medios locales. El misterio, sobre el que la Casa Blanca no se ha pronunciado, gira alrededor de unas fotografías tomadas este fin de semana y en las que se muestra un trozo de césped amarillento en el mismo lugar donde esta semana Trump y Macron protagonizaron uno de los momentos más simpáticos de su encuentro. El árbol fue plantado en el jardín de la Casa Blanca el lunes en el primer día de la visita de Macron, y su esposa, Brigitte. El roble, un pequeño esqueje, simboliza la longeva alianza entre Estados Unidos y Francia, puesto que procede del bosque francés de Belleau, lugar de la batalla homónima del verano de 1918 durante la I Guerra Mundial, en la que murieron casi 2 000 soldados estadounidenses. La imagen de Trump y Macron, vestidos de traje y cavando un hoyo para plantar el árbol, mientras Brigitte y Melania les miran desde atrás, se ha vuelto muy popular en las redes sociales, donde los usuarios la han comparado con las psicodélicas portadas de la banda británica Pink Floyd. La desaparición del árbol ha provocado todo tipo de especulaciones en Estados Unidos y Francia, donde la emisora francesa Franceinfo cita al portal especializado en jardinería Gerbaud.com y explica que el momento idóneo para plantar el roble es otoño, por lo que quizás el árbol vuelva entonces a la Casa Blanca. El viaje del matrimonio Macron, que dejó Washington el miércoles, supuso la primera visita de Estado de la Presidencia Trump, al año y tres meses de su llegada al poder.
En Venezuela existe la Ceiba de San Francisco, el más popular de los árboles caraqueños, llama la atención, además de su antigüedad, la capacidad que posee para resistir las inclemencias del verano. Nada más grato para un caraqueño de aquellos tiempos que cobijarse en los días calurosos bajo la frondosidad de la Ceiba que extendía su sombra varios y largos metros alrededor de su tronco.A una cuadra, en la esquina de La Bolsa, hay otra Ceiba, pero la que goza de la imponencia vegetal y de la rica tradición es la que está en San Francisco, hoy por cierto con sus brazos tristes. Ha
sido podada, me dicen los que conocen de esas cosas, para que sus ramas crezcan de nuevo; pero no puedo sacarme de la cabeza ese aspecto de árbol mútilo, crucificado, cruzado de inolvidable recuerdos. A escasos metros de la Ceiba está el hermoso edificio de la vieja Universidad Central, el cual fue antes la sede de un convento, hoy convertido en el Palacio de las Academias, lleno de silencio y paz y la icònica iglesia de San Francisco.
La misma simbologia del àrbol se utiliza en la cábala (en hebreo: קַבָּלָה [Qabbaláh], ‘"tradición, recepción, "correspondencia’) es una disciplina y escuela de pensamiento esotérico, relacionada con los esenios y el judaísmo jasídico. Un cabalista tradicional en el judaísmo rabínico es denominado Mequbbāl (מְקוּבָּל). Utiliza varios métodos para analizar sentidos recónditos de la Torá (texto sagrado de los judíos, al que los cristianos denominan Pentateuco, y que representa los primeros cinco libros de la Biblia).
La definición de Cábala varía de acuerdo a la tradición y los objetivos de aquellos que la siguen y así, su definición difiere desde sus orígenes religiosos como parte integral del Judaísmo o las versiones expuestas por las más recientes adaptaciones esotéricas que indican que forma parte del Cristianismo o la Nueva era o el ocultismo y esoterismo Occidental.
La Cábala se refiere a una serie de enseñanzas esotéricas que intentan explicar la relación entre Dios, Ein Sof (אֵין סוֹף, "El infinito") un ser infinito, que es inmutable, eterno y misterioso , y el Universo perecedero y finito (creado por Dios)..
La Cábala no podría considerarse como una denominación religiosa, si bien es la base de interpretaciones religiosas de carácter místico en el judaísmo.. La Cábala busca definir la naturaleza del Universo y del hombre, la base y propósitos de su existencia y otras cuestiones relacionadas con la ontología. También presenta métodos para ayudar a entender estos conceptos y, por tanto, lograr un crecimiento espiritual.
En este caso, las 10 Sefirot del Árbol de la Vida son las partes esenciales de Adam Kadmón o las emanaciones del Dios anterior a la creación del Universo, llamado Ain Sof:
Una de las ideas más antiguas de la Cabalá es una correspondencia entre las Sefirot del Árbol de la Vida y el cuerpo humano. Las Sefirot representan la potencia activa y creativa de los nombres divinos, y su relación con el cuerpo hace hincapié en que debemos ver las Sefirot como componentes de un solo organismo. La forma humana es la “forma” de esta dinámica, y es el prototipo, la forma o imagen a la mayor escala (macrocosmos), y en la escala humana (microcosmos).
En la antigua literatura hebrea, la cábala era el cuerpo total de la doctrina recibida y las 22 letras del alfabeto hebreo estaban relacionadas con las cartas del Tarot[cita requerida]. La literatura rabínica incluye a los Profetas, a la Hagiografía, y a la Tradición oral del pueblo judío, incorporada posteriormente en el texto de la Mishná.
La cultura hebrea da mucha importancia a los àrboles de ahi el encinar de Mamre. En Génesis 18:1 encontramos que Jehová se le apareció a Abraham en el encinar de Mamre, en Hebrón, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. El Encinar de Mamre para Abraham representa el lugar de las promesas, allí Jehová le promete una gran descendencia y un extenso territorio
Durante los primeros diez años de sus peregrinaciones en Canaán, Abram plantó sus tiendas en Siquem, donde Dios le prometió aquella tierra para su descendencia. Allí edificó un altar a Jehová. Pasó después a Bet-el, donde erigió otro altar, invocando el nombre de Jehová (Gn. 12:6-8). Se desató un hambre, y Abraham descendió a Egipto, donde, temiendo por su vida, y faltándole la fe entonces, dijo que Sarai era su hermana; por su belleza, fue llevada a la casa del Faraón, pero Dios la protegió, y Abraham y Sarai fueron expulsados de Egipto después de una reprensión (Gn. 12:10-20). Volvió a Canaán, y plantó de nuevo sus tiendas en Bet-el, ante el altar que había erigido antes (Gn. 13:3). Visto el gran incremento de sus riquezas en ganado, surgieron riñas entre sus pastores y los de Lot, por lo que decidieron separarse. Abraham cedió a Lot el derecho de elegir a dónde dirigirse (Gn. 13:9), y éste eligió el valle del Jordán (Gn. 13:11).
Abraham mora en el Encinar de Mamre
Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová (Gn. 13 :18), declarando Jehová que le daría toda la tierra que podía ver, a él y a su innumerable descendencia (Gn. 13:14-17). Abram moró en Mamre al menos 15 años, quizá 23 o 24. Había entrado en alianza con unos príncipes amorreos (Gn. 14:13). Junto con ellos, Abram emprendió una expedición guerrera contra Quedorlaomer y otros reyes coligados con él; éstos habían invadido Sodoma y Gomorra, y las habían saqueado, y se habían llevado cautivos a sus habitantes, incluyendo a Lot. Después de su victoria sobre estos reyes y la liberación de Lot y de todos los demás, Abram rehusó tomar ni un hilo del despojo que le ofrecía el rey de Sodoma; no quería enriquecerse de tal procedencia (Gn. 14:23); pero recibió la bendición de Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió con pan y vino a recibirle: a él le dio Abram diezmos de todo. Dios se le reveló ahora como su escudo y gran galardón.
Mapa con la ubicacion geografica del encinar de Mamre en Hebron
MAMRE, Ciudad de Hebrón
(a) La ciudad, o más probablemente el distrito de Hebrón (Gn. 23:19; 35:27) al oeste de Macpela (Gn. 23:17). Abraham moró mucho tiempo en el encinar de Mamre cercano a Hebrón (Gn. 13:18; 14:13; 18:1, etc.). En la época de Josefo había un terebinto que era designado como árbol de Abraham, a unos seis estadios (más de 1 Km.) de Hebrón (Guerras 4:9, 7); en el siglo IV se mostraba uno en Ramet el-Khalil, a dos millas romanas al norte de Hebrón. Constantino lo dejó dentro de los muros de una basílica. Los vestigios de este edificio llevan el nombre de «casa de Abraham».
El árbol, que en la actualidad es llamado «encina de Abraham», tenía ya este nombre en el siglo XVI. Se trata de una encina, el «Quercus pseudococcifera». La circunferencia del tronco, en la base, llega a casi 8 m.; el diámetro de la capa sobrepasa los 28 m. (Thompson). Esta encina se levanta a unos 2,5 Km. al oeste-noroeste del moderno Hebrón. (b) Jefe amorreo que vivía en Mamre; con Escol y Aner, sus hermanos, ayudó a Abraham a rescatar a los cautivos y el botín arrebatados por Quedorlaomer (Gn. 14:13, 24). Es posible que se le diera el nombre del distrito sobre el que ejercía autoridad.
HEBRÓN Ciudad del país montañoso de Judá (Jos. 15:48, 54), llamada originalmente Quiriat-arba (ciudad cuádruple, o Tetrápolis; Gn. 23:2; Jos. 20:7). Fue edificada siete años antes que Zoan-Tanis, ciudad de Egipto (Nm. 13:22); existía, pues, antes que Abraham, quien residió un tiempo en las proximidades de Hebrón, en el encinar de Mamre (Gn. 13:18; 35:27). Allí murió Sara; Abraham compró la cueva de Macpela a los heteos que había entonces en Hebrón para sepulcro (Gn. 23:2-20). La actual mezquita de Hebrón está construida sobre dicha cueva, que con toda verosimilitud contiene todavía los restos de varios patriarcas. Isaac y Jacob moraron cierto tiempo por Hebrón (Gn. 35:27; 37:14).
AXIS MUNDI
Si hoy observamos el territorio palestino, podemos ver un paisaje árido y desértico, donde parecería que la presencia vegetal no habría sido nunca numerosa. Pero estaríamos sumamente equivocados. En tiempos pasados, según relatan diversas crónicas, el territorio conocido como Canaán o Palestina disponía de una masa forestal y vegetal muy rica y abundante. De hecho, el mismo libro bíblico del Éxodo nos explica que Yahvéh había prometido al pueblo hebreo vivir en un país de una enorme riqueza agraria, “donde rezuma leche y miel”, es decir, una especie de Edén o Paraíso terrenal.
Último ejemplar del Encinar de Mamré
El perpetuo estado de guerra que ha vivido la región del Próximo Oriente, la sobreexplotación humana y diversas catástrofes naturales han configurado finalmente el actual paisaje. Pero la convivencia durante siglos del pueblo hebreo al país cuando aún poseía mucha riqueza forestal impregnó también algunos detalles de sus creencias, ni que fuese metafóricamente.
Es importante señalar que cuando los hebreos llegaron a la “Tierra Prometida” alrededor del siglo XIII aC (según nos explica la misma Biblia) ya existían diversos pueblos que habitaban el territorio, llamados genéricamente los “cananeos”, y que poseían una serie de creencias religiosas basadas en las fuerzas de la naturaleza y también en los árboles.
Estos cultos naturalistas fueron detestados por los israelitas, y este rechazo hacia los “bosques sagrados” fue transmitido posteriormente a la religión cristiana, aunque no pudieron evitar que algunos árboles adquiriesen una importancia primordial en algunos pasajes de la historia hebrea, remarcados con una intencionalidad religiosa evidente, salvadora, justiciera o moralizadora.
Según nos explica el libro primero de la Biblia, el Génesis, la conocida Arca de Noé, con que este patriarca y su familia se salvaron del Diluvio Universal, estaba construida con madera de árbol de gófer, por sus características de una alta concentración de resina, y que los estudiosos han querido identificar con los cipreses, muy abundantes en aquella zona del Próximo Oriente y muy bien valorados en la construcción de embarcaciones por su resistencia al agua. En este caso, el gófer era una herramienta de salvación de la humanidad respecte del cataclismo provocado por Yahvéh por sus pecados.
Bajo las Encinas de Mambré, según nos explica tambièn el libro bíblico del Génesis, Abraham recibió la visita de tres extraños viajeros que recibieron hospitalidad del mismo Abraham (según alguna tradición uno de ellos era el mismo Yahvéh) y le anunciaron el futuro embarazo de su mujer Sara, a pesar de que tenía casi cien años.
Igualmente, bajo las mismas encinas, el patriarca Abraham pidió a Yahvéh que salvase a los justos que pudiesen residir en las pecadoras ciudades de Sodoma y Gomorra, entre ellos su propio sobrino Lot, de la ira divina que quería destruir ambas ciudades por los grandes pecados que habían cometido. La encina se convirtió en un punto de contacto y de comunicación con la divinidad.
Durante el periplo del éxodo descrito en la Biblia en el libro del mismo nombre, el pueblo hebreo constituyó los dogmas y los rituales de su fe, y según las mismas órdenes divinas, fabricaron una serie de objetos rituales sagrados. La misma Arca de la Alianza, quizás el objeto más importante, estaba fabricada con madera de acacia, y las varas que servían para transportarla (debido a que ningún hombre podía tocarla) también eran de la misma madera.
Pero no fue el único elemento religioso hebreo que utilizó las maderas de acacia, sino que siguiendo las directrices mandadas por Yahvéh también fueron usadas para las mesas, las columnas y los capiteles del Tabernáculo (una especie de santuario móvil utilizado durante la travesía por el desierto), el Altar del Incienso, la Mesa de los Panes de la Proposición y el Altar del Holocausto.
Todas las maderas estaban recubiertas de oro, plata o bronce, exceptuando la madera usada en las sesenta columnas del atrio del Tabernáculo. Se supone que la elección de la madera de acacia como elemento básico, debía estar relacionada con algún tipo de valoración positiva divina hacia este árbol, que otras especies no tenían para la consciencia del pueblo hebreo.
La Menorah (el candelabro de siete brazos) que simbolizaba el Espíritu divino, sólo se podía mantener encendido con aceite de oliva, en un estado de pureza total. Los olivos están muy presentes en todo el territorio del Próximo Oriente y su producción muy bien valorada tradicionalmente, tanto para el consumo humano como por la relación con los cultos y los rituales.
Más adelante, el libro de los Jueces nos explica como la profetisa Débora realizaba sus adivinaciones, amparada por el don que Yahvéh le había otorgado de la profecía, bajo una palmera al territorio de Efraím (una de les tribus de Israel).
En el Segundo Libro de Samuel, Absalom, hijo del rey David, se sublevó contra su padre y en el fragor de una batalla, al ser derrotado, durante la huida, sus cabellos quedaron enganchados en las ramas de una encina, y quedó prisionero hasta que fue rematado por unos soldados enemigos. En este caso, la encina interviene como un elemento que pretende ayudar a Yahvéh a impartir justicia contra el hijo rebelde, enemigo de su propio padre
Encina de Mamré en la actualidad
En el Primer Libro de los Reyes, se nos describe la construcción del Templo de Jerusalén por parte del rey Salomón, alrededor del año 1000 aC, donde también fueron utilizados determinados árboles, según les directrices divinas. La madera del ciprés fue usada para el suelo, la de olivo para las puertas y la de cedro para las paredes. Actualmente no conocemos el significado de la elección de estas maderas en especial, pero nadie puede dudar que dicha elección debía obedecer a alguna mena de significación religiosa.
Dentro del Nuevo Testamento, Jesús el Nazareno utilizó en múltiples ocasiones ejemplos relacionados con el mundo vegetal y la agricultura, en las conocidas parábolas, síntoma de la gran conexión que había en el pueblo hebreo hacia la naturaleza y todos sus elementos (incluidos los árboles). Pensemos en la parábola de las espigas del trigo y la cizaña, o la maldición que Jesús lanzó contra la higuera estéril porque no daba frutos (como aquellos que no tienen fe).
De hecho, su misma muerte colgado y clavado en un madero vertical (quizás la simbología de un árbol, donde el “estipe”, la parte vertical de la cruz asemejaría con el tronco de un árbol y el “patibulum”, la parte horizontal las ramas del mismo), con una resurrección por la Pascua (primavera) cuando toda la vida vegetal vuelve a renacer.
Una cultura que rechazaba el culto a les fuerzas de la naturaleza y a los árboles, pero que tampoco no podía prescindir. Y que había otorgado a determinados árboles un significado místico y casi divino.
En fin, para recuperar el sentido de lo femenino en nosotros debemos recuperar nuestro sentido divino vinculado a la naturaleza, es la raiz de todas las culturas antiguas, raiz del mundo tratada de reducir a meros referentes frios y racionales. Como vimos el àrbol ha estado presente a lo largo de los siglos, y en Venezuela existe el Arbol de la Vida, el cerro Autana que tratare detenidamente màs adelante,
Venezuela, la Nueva Jerusalèn, es el corazòn del principio femenino del mundo, existente en el continente americano, para complementarse con el masculino que viene del Tibet, para integrar al hombre nuevo de la nueva tierra,despertar de la Era de Acuario que ya comenzò y a cuyo servicio coloco este libro.
AQUI ESTAN LAS CLAVES...