CAUDILLOS, GAMONALES Y GUERRILLEROS EN LA MEMORIA VENEZOLANA...(II) Roberto Lovera De Sola.
PORTON
“frente al hecho americano ha habido dos posiciones preponderantes. La de los que creen que no hay que luchar contra las realidades sino aceptarlas, utilizarlas y vivir con ellas. De esta clase fueron los caudillos, los gamonales y los secretarios de los espadones. Y los que han pretendido ignorar o flanquear la realidad social y económica en nombre de doctrinas o de proyectos intelectuales”.
Arturo Uslar Pietri: La otra América. Madrid: Alianza Editorial,1974,p.155.
Este que presentamos ahora es un análisis que nos ha asediado desde décadas atrás. Tanto tiempo como lo es la huella de la violencia en la historia venezolana, presente en el país desde nuestros orígenes, desde el descubrimiento, desde el momento en que España, la verdadera inventora de Venezuela[1], puso las bases para establecer la sociedad venezolana. Desde allí la violencia se hizo presente en el país. Basta ser buen lector de historia venezolana para encontrársela a cada paso, tanto en los libros sobre el pasado como recreada en nuestra literatura. De allí surgió este libro que bien se centra, en su mayor parte, en el proceso histórico de las guerrillas de los años sesenta del siglo XX y en las obras literarias surgidas como consecuencia de esa insurreción, no detenemos también en la violencia de los días coloniales, la Independencia y el siglo XIX, llegando a los años sesenta del siglo XX y cerrando con el examen de la inmensa violencia que hallamos, para nuestra desgracia, desde el inicio del régimen chavista(febrero 2,1999), cuando sus protagonistas se hicieron conocer a través de un golpe de Estado fallido(febrero 4,1992). Luego desde la llegada del golpista a Miraflores, Hugo Chávez(1954-2012), como nuevo presidente de la República(febrero 2,1999-diciembre 8,2012), la violencia proliferó con tal intensidad que ha merecido un detallado análisis por parte de un serio académico, el profesor Leonardo Carvajal, quien en su obra nos ha ofrecido la terrible memoria de la violencia en este triste suceder, mas de 300.000 asesinatos, a los cuales hay que sumar las muertes de los presos fallecidos como consecuencia de la violencia carcelaria. Esta obra nos indica, otra vez, la permanencia de la violencia en tierra venezolana[2].
Ahora bien, el por qué iniciar esta exploración mencionado al régimen chavista se basa en un hecho: esta administración se presentó desde su aparición en nuestra vida pública como un régimen de izquierda, e inmediatamente se dedicó a enaltecer como héroes a los guerrilleros derrotados en las guerrillas de los años sesenta. Esta es la razón por la cual nos referimos al gobierno de Hugo Chávez y algunas publicaciones hechas sobre las figuras de los guerrilleros, tanto los muertos como los vivos. Sin duda, esto reactualizó la exploración del tema.
Desde luego, no deja de llamar la atención que se haya alterado la verdad al homenajear a los guerrilleros: estos fueron derrotados, tanto política como militarmente. Pese a ello se les elogió de la misma forma como el golpe del 2 de febrero de 1992, frustrado por las Fuerzas Armadas, fieles al sistema democrático. Creemos que es la primera vez en la historia, y no solo en la venezolana, que una derrota es celebrada como una victoria.
Este estudio si bien es producto de largos años de lecturas, investigaciones y conversaciones con muchos de sus protagonistas, se espiga desde nuestra lectutra del libro de la escritora venezolana Gisela Kozak Rovero(1963) Venezuela, el país que siempre nace[3]. De hecho fue preparado originalmente como una extensa reseña de esta importante obra, como tal fue el material de apoyo, previamente distribuido a los participantes del Círculo de Lectura, que dirigimos en la Fundación Francisco Herrera Luque, en cuya sesión de la tarde del martes 2 de septiembre de 2008, fue discutido el libro, en sabrosa sesión de tertulieros teniendo como base una versión breve de este estudio. Este mismo trabajo se imprimió, gracias a la escritora Josefina Weidner(1952), en su página www. elmundotalamenta.com. Es desde esa primera lectura que ha nacido el libro que ofrecemos a nuestros lectores. En él tratamos un tema: la violencia en nuestra historia, en el devenir del país y en nuestra literatura de ficción, por lo tanto aquí se entrelazan las letras y la historia del país, los cuales han sido los dos pivotes de nuestro trabajo intelectual.
Nos detenemos, repetimos, en las obras históricas que tocan el tema y en las letras venezolanas, especialmente en la novela, el cuento y en algunas obras teatrales.
Este ha sido, repetimos, asunto que nos ha asediado desde tiempo atrás, desde fines de los años sesenta, cuando conocimos en la Universidad Central de Venezuela a varios de los jóvenes exguerrilleros de aquel tiempo, quienes habían participado en la insurgencia armada de aquellos años, intento que resultó fallido y que dejó en ellos, y en la sociedad venezolana, la marca de una experiencia dolorosa. Este es el asunto y motivo que tratamos aquí, siempre a partir del insinuante volumen de Gisela Kozak Rovero, yendo desde él hacia otros ámbitos, volviendo cada vez que nos ha sido necesario, retornando finalmente tras nuestra larga exposición.
Venezuela, el país que siempre nace también forma parte de aquel grupo destacado de obras, lejanas al elogio y a la diatriba, con las cuales se puede componer la comprensión de un proceso histórico-literario, con ellas hacemos luz en nuestro confuso presente, y ratos alucinado, porque son seres delirantes los que nos gobiernan, delirio que los ha llevado a elogiar a los derrotados. Y ello, claro está, por nuestra propia culpa, de hecho fueron muchos los venezolanos que lo eligieron, y ello ha pesado incluso, como un pecado colectivo, en la experiencia de quienes no votamos por su elección el 6 de diciembre de 1998. Es por ello que uno de los libros densos que el trágico proceso, iniciado el 4 de febrero de 1992, ha traído al país, es precisamente el análisis crítico de Gisela Kozak Rovero, hecho en defensa de la democracia. Y no lo lo olvidemos: la rebeldía es siempre creadora. Y, como confió al maestro Arturo Uslar Pietri(1906-2001) a Rafael Arraíz Lucca(1959), “El progreso del mundo se le debe a los disidentes”[4]. Así hoy esos contestatarios son los que tumban muros, lo que reaccionan contra todas las formas de autoritarismo, o aquellos que a través del estudio de la experiencia histórica de los pueblos programan los días por venir. A esos hombres y mujeres pertenece Gisela Kozak Rovero. Y la suya es una de las obras a tener en cuenta, no son muchos, serán hasta ahora unos veinte volúmenes, que nos permiten comprender este doloroso proceso en el cual, mal guiado, por falsos dirigentes, el país perdió su ruta y ha perdido el proceso democrático. Señal de la reacción del país democrático es esta obra, uno de los volúmenes que podría ser utilizado en el proceso de redescubrimiento de lo nacional venezolano que se ha venido haciendo, propio del suceder introspectivo que se ha venido practicando para a través de la historia, de la literatura y de las grandes obras del pensamiento nacional, saber quiénes somos, hacia donde vamos, ya que salir de este entuerto, de este hiato, no será posible sino sabemos quienes somos, si no partimos de nosotros mismos.
Un alto representante del gobierno chavista ha denominado “disociados” a los intelectuales nuestros que meditan sobre estos tópicos, quienes buscan, desde nosotros, desde nuestra entraña, una salida, la única posible. No pueden ser seres disociados los que han bajado al laberinto del ser venezolano para comprenderlo y comprenderse. Tal su erróneo planteamiento:
“Pobres gentes de la rancia derecha. Colmados de resentimiento. Sin imaginación. Sin sensibilidad. Sin libertad”[5].
El funcionario, bien pagado, para que adule al César imperante, no se dio ni siquiera cuenta que los términos izquierda y derecha ya no existen en el mundo, menos el concepto de revolución, la época de la revoluciones concluyó con la Caída del Muro de Berlín(noviembre 10,1989).
EL SENTIDO DE LA FICCION
Ha escrito Mario Vargas Llosa(1936), Premio Nóbel de Literatura(2010):
“Esos refugios privados, las verdades subjetivas de la literatura, confieren a la verdad histórica que es su complemento una existencia posible y una función propia: rescatar una parte importante, pero solo una parte, de nuestra memoria: aquellas grandezas y miserias que compartimos con los demás en nuestra condición de entes gregarios. Esa verdad histórica es indispensable e insustituible para saber lo que fuimos y acaso lo que seremos como colectividades humanas. Pero lo que somos como individuos y lo que quisimos ser y no pudimos serlo en verdad y debimos por lo tanto serlo fantaseando e inventando, nuestra historia secreta, solo la literatura lo sabe contar. Por eso escribió [Honorato de]Balzac(1799-1850) que la ficción era la ‘historia privada de las naciones’”[8].
CITAS BIBLIOGRAFICAS: 3.- Manuel Caballero: Polémicas y otras formas de escritura. Caracas: Alfa,2008.191 p. Ver: “La única invención: excepto las demás”(p.132-135). 4.- Leonardo Carvajal: ¿Guerra civil en Venezuela? Epílogo: Francisco José Virtuoso SJ. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, 2012.430 p. 5.- Gisela Kozak: Venezuela, el país que siempre nace. Caracas: Alfa, 2008. 109 p. Ver nuestro “Venezuela, el país que siempre nace”, en www.elmurotelamenta.com, Valencia: agosto 25,2008. 6.- Rafael Arraiz Lucca: Grabados. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1989.205 p. La cita procede de la p.34. Está esta entrevista está también en el libro de mismo Arraiz Lucca: Uslarianas. Caracas: Uniiversidad Metropolitana, 2007.140 p. Ver: “El progreso del mundo se debe a los disidentes”(p.69-75). La cita procede de la p. 75. 7.- Ver www.eluniversal.com: Caracas: marzo 16,2010. Es lastimoso que este personaje no haya comprendido nada de aquellos pensamientos que nutrieron a su padre, el doctor José Sesto, los cuales estimularon a los jóvenes que cada día conversábamos con él en el taller de restauración de libros de la Biblioteca Nacional dirigido por el doctor Sesto. Este siempre pensó, además de sus ideales políticos, tan nutridos en la justicia, que toda persona debía tener una profesión y un oficio, por ello en las mañanas ejercía su profesión de abogado, buscando siempre la justicia, y en las tardes restauraba libros. Fue a él a quien confió el Concejo Municipal de Caracas la restauración del Acta de la Independencia(abril 19,1810). Al restaurar el Acta descubrió el doctor Sesto como los nombres de algunos de los firmantes había sido tachados por ellos mismos para pasarse a los realistas. Loor siempre al nombre inolvidable del doctor Sesto.
8.- Mario Vargas Llosa: La verdad de las mentiras.2ª.ed.aum. Madrid: Alfaguara,2002. 413 p.La cita procede de las p.29-30.
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