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CAUDILLOS, GAMONALES Y GUERRILLEROS EN LA MEMORIA VENEZOLANA...(IV) Roberto Lovera De Sola.


CAPÍTULO TRES: LA VIOLENCIA A TRAVES DE LOS SIGLOS POR

MEDIO DE OBRAS DE FICCIÓN.

LA CONQUISTA Y LA COLONIA

LOS HECHOS

LOPE DE AGUIRRE, ASESINO VESÁNICO, EL INSURGENTE

CONTRA EL REY

Antes de entrar al examen de lo hecho por el Tirano Aguirre, visto a

través de las grandes obras que se le ha dedicado, tracemos su perfil

humano.

Lope de Aguirre nació cerca de 1511 en Oñate, Guipúzcua, España 23 .

Este vasco desde joven “huye, según dice el mejor de sus biógrafos,

del hechizo de las aulas y los claustros a los cuales era empujado por

la influencia combativa de sus antepasados” (p.9). Para el momento

de su nacimiento ya mucha gente de España marchaba hacia

América. Para unos era la ilusión del oro, para otros el camino para

salvarse de la cárcel. De allí que Lope se trasladara a Sevilla, ciudad

en la cual funcionaba, desde 1503, la Casa de Contratación, para

buscar la forma de trasladarse a nuestro continente. No le fue fácil

lograrlo. De allí que se dedicara al pastoreo mientras tanto. Al fin, en

1534, logró pasar a América. Cuando llegó a Santo Domingo contaba

con 21 años. No retornará a España. Pero ni su juventud logra sacarlo

del “marasmo que le produce la Tierra Firme”(p.20).

Al integrarse a la expedición que organizó Pedro de Heredia hacia

Cartagena inició Lope su aventura suramericana. Serán viente y siete

años. Poco tiempo transcurrirá entre la salida de la expedición y el

momento en que el “maltrecho y calenturiento Lope haga presente su

rebeldía frente a la rapiña del jefe. En Urabá se rebela contra Heredia.

De allí en adelante vivirá, durante varios años, en Castilla de Oro,

Cartagena y Santa Marta. En 1538 seguirá al Perú. Con el cargo de

Regidor de Nueva Toledo llegará un día a Lima. De allí siguió a Cuzco

en búsqueda de [Diego de]Almagro(1475-1538). Era la época de las

guerras entre los conquistadores del Perú. Lope participó activamente

en ellas. Concluidas se quedó en el Cuzco. En 1539 lo encontramos

en la fundación de Chuquisaca. Dos años después, como

consecuencia del asesinato de Francisco Pizarro(c1475-1541), se

intensifica la guerra en el Perú. Después de la contienda Lope regresó

al Cuzco. Se había casado con una india quien le dio una hija mestiza:

Elvira, la cual nació en 1545. Ese mismo año tuvo lugar una

insurección contra el virrey. Lope estará al lado de este. El virrey

perdió la guerra y fue detenido. Lope se trasladó a Cajamarca, pasó

luego a Trujillo e intentó viajar a Panamá. En 1546 Gonzalo

Pizarro(1502-1548) se enfrentó, venció e hizo decapitar al virey.

Gonzalo Pizarro fue el primer caudillo que protestó contra la autoridad

del Rey de España en América. Logró así gobernar algún tiempo. En

1547 Pedro de la Gasca(1493-1565) inició la pacificación del Perú,

alterado por la rebelión de Gonzalo Piazarro. Lope salió del país. Se

trasladó a Cartagena, luego a Guatemala y de allí a Nicaragua.

Hombres como Gonzalo Pizarro eran llamados, en el lenguaje de la

época, “tiranos”. Era un sinónimo de traidores. Muchos de los

miembros de la “hueste” de Piazarro como Francisco Carvajal habían

luchado antes en las guerras de Flandes e Italia. Lope será el más

connotado discípulo de Carvajal. Aguirre era hombre de agudo

ingenio, elocuente, quien usaba el tono irónico y socarrón. Como los

tiranos de Perú, Lope en su momento, alzara la bandera de la libertad.

En 1550 encontramos otra vez a Lope en el Cuzco. Lo atrae la riqueza

del Potosí 24 . Se instaló en esa ciudad dedicándose a trabajar para

darle mejor vida a la esposa e hija. Al año siguiente Francisco Esquivel

pone preso a Lope por cargar indios a su servicio. Era una costumbre

de todos. Para ser justo Esquivel debió poner presos a todos. Sólo lo

hizo con Lope. Se se le enjuició. Fue condenado a recibir

públicamente doscientos azotes. Fue una atroz humillación. En

adelante Lope persiguió a Esquivel hasta asesinarlo con sus propias

manos, en la propia residencia de aquel en el Cuzco. Algunos amigos

lo sacaron escondido de la ciudad para que no cayera en manos de la

justicia. Como consecuencia del asesinato Lope fue condenado a

muerte. Logró huir. Después de la última revuelta militar del Perú, la

que capitaneó Francisco Hernández Girón, Lope se acogió a la

administía general, dada a todos aquellos quienes habían participado

en las revueltas anteriores. Así ingresó en las tropas del mariscal

Alvarado. Retornó al Cuzco.

En 1559 Pedro de Ursua(1526-1561) firmó una capitulación con el

virey Hurtado de Mendoza para ir a conquistar el reino de los

Omaguas. Recibió así Ursua el título de gobernador de Omagua y

Dorado. Aguirre se sumó a la expedición que salió en 1560, después

de una larga espera. La esposa de Lope había muerto, por eso viajó

en compañía de su hija Elvira(1545-1561).

Durante la expedición Lope asesinó a Ursua y declaró la guerra a la

corona española. Desde ese día(enero 1,1561) fue denominado tirano,

el Tirano Aguirre. Al firmar el acta de rebeldía contra el Rey escribió:

“Lope de Aguirre, traidor”. Díaz más tarde Lope asesinó a la amante

de Usua, Inés de Atienza.

Los por qué de la rebeldía de Lope contra Ursua eran varios.

Consideraba al conquistador resposable de muchos de los males de la

expedición, censuraba sus amores con la bella y turbadora doña Inés.

Pero también estaba convencido de que la búsqueda de el Dorado era

una quimera, una falsa ilusión. Estaba también consciente, y esta será

una de las razones que lo movieron a actuar, que España tenía

abandonadas sus colonias en América y que era mucho lo que habían

sacrificado los soldados de la hueste indiana sin recibir nada. Por el

alma atormentada de Lope pasaban muchos sentimientos

contradictorios.

Para sustituir a Ursua los expedicionarios nombraron a Fernando de

Guzmán como nuevo gobernador. A Lope lo hicieron Maese de

Campo. Díaz más tarde nombraron a Guzmán “Príncipe del Perú” con

la idea de coronarlo rey(marzo 23,1561). Para ese momento era un

hecho la rebelión. Lope quería crear, hacer del Perú, una nación

autónoma de la corona española. Por ello firmaron un acta que

contiene ciento ochenta y seis firmas. De allí que Casto Fulgencio

López escriba que “Aguirre había concebido la idea separatista”(p.174)

y estaba seguro de poder ponerla en práctica. Estaba dsipuesto a

hacerle la guerra al monarca. Así lo hizo. Antes hizo asesinar al

príncipe Guzmán, que él mismo había hecho nombrar.

Es lógico que ante esta serie de actos surja la pregunta en torno a las

condiciones mentales de Lope. ¿Era un psicópata? ¿Estaba loco?.

Casto Fulgencio López, su sesudo biografo, apunta al respecto: “Se

trata…simplemente de un psicópata, una personalidad anormal, que,

al rozarse con la realidad, al afrontar la vida, no es capaz de adaptarse

normalmente a ella y reacciona con actitudes que no pueden

considerarse normales, desde el punto de vista del equilibrio psíquico

y social”(p.198). Lope padecía de anomalías en su personalidad y esto

aunque le hacía ver qué era lo justo o lo injusto, no lo sentía con

caracteres predominantemente impulsivos, de instintos fuertes, pobres

de sentimientos o anafectivos, de una posición caracteriológica,

inconfundiblemente activa, autística. Según las citas que hace un

biógrafo de Aguirre estos tipos de seres humanos: “Son naturalezas

sin consideración que, si de ventaja propia se trata, marchan sobre

cadáveres; son personalidades tiránicas, inflexibles, que viven a

menudo en un círculo pequeño según sus propias leyes y dominan el

ambiente: más raramente son legítimos caracteres violentos de

caudillo(Cesar Borgia) sin freno de movimientos sentimentales de los

demás, pero persiguiendo objetivos que pueden ser importantes para

la comunidad. Se encuentran también entre tales personalidades,

ocasionalmente geniales, rasgos heterogéneos de temperamento,

especialmente sentimental, que les permiten la posibilidad de

comprender a los demás y, por eso, con una maravillosa destreza en

la apreciación psicológica y en el trato de hombres y las masas a los

cuales conducen. Pueden encontrarse rasgos de un humorismo

frío…en tales caudillos” 25 . Los psiquiatras peruanos Juan Lastres y

Alberto Seguín, si bien descartan el hecho de que Lope fue un

psicótico, si lo “hacen responsable, según el Derecho penal, de los

delitos comunes que cometió en su aventurada empresa. Estos

científicos reivindican “en cambio su memoria, en cuanto a la

conciencia lúcida con que acometió la tarea revolucionaria anti

imperialista”(p.184).

Después de estas necesarias digresiones sigamos la ruta de Lope. Lo

hemos dejado en pleno río Amazonas al mando de la expedición. Con

sus hombres llegará al fin al mar(julio 4,1561). Habían tardado nueve

meses ya que habían ingresado en su cauce el año

anterior(septiembre 28,1560).

Del oceáno Atlántico, ya en Brasil, siguieron a la isla de Margarita. Al

bajar de su nave inició Lope su peripecia por tierras venezolanas. Es

esta la parte que más nos interesa aquí.

La primera escala venezolana fue la invasión de Lope en Margarita.

Aguirre tomó la insula, hizo preso al gobernador y lo condenó a

muerte, junto con cuantos había detenido.

El 1 de agosto fondeó en Punta de Piedras un barco que traía a fray

Francisco de Montesinos. Lope trabó relaciones con él. Le envió una

carta. En ella invitó al fraile a seguirle al Perú, a ser patriarca de la

nación que en breve, así lo pensaba, fundaría. La epístola es

reveladora del carácter e intenciones del etarra 26 . Es esta una de las

tres misivas conocidas de Aguirre(p.244). El padre Montesinos en su

respuesta conminó a Aguirre a volver al reducto del Rey.

También fue el fraile Montesinos quien hizo correr la alarma en Tierra

Firme sobre la presencia de Aguirre en Margarita. Así fue que llegó la

noticia a Maracapana, Borburata, Coro, La Vela. Más tarde la llevaría

el mismo religioso a Santo Domingo.

A la vez la situación en Margarita era difícil. Los vecinos de la ciudad

intentaron envenenar a Aguirre. Pero el complot fue denunciado. El

Tirano hizo enjuiciar a doña Ana de Rojas en cuya casa se reunían los

conjurados. El 31 de agosto Aguirre abandonó la isla y siguió a

Borburata. Encontró vacía la ciudad. La gente había huIdo. Pasó a

Valencia, estamos a fines de septiembre. Ya para ese momento el

gobernador de la provincia de Venezuela se disponía a perseguir al

rebelde. Pablo Collado salió con su tropa desde El Tocuyo.


LA CARTA DE LOPE AL REY

En esos días había comenzado Lope a escribir la carta que enviaría a

Felipe II(1527-1598). No se sabe donde la redactó hasta el punto que

el historiador Pérez Vila anota que “la escribió en algún lugar de

Venezuela hacia 1561” 27 . Esta misiva la remitirá Lope al Rey por

intermedio del padre Contreras a quien le entregó la carta en Valencia.

A este sacerdote lo había traído en calidad de rehén desde Margarita y

le prometió devolverlo a su grey si le juraba que haría llegar la epístola

a Felipe II. Contreras cumplió.

La carta de Lope de Aguirre a Felipe II es un documento de

importancia. Memorable la llama uno de los estudiosos de la vida del

hombre de Oñate. “Documento el más pintoresco, el mas atrevido, el

más inquietante y el más despectivo que hubiera recibido el amado

monarca en toda su carrera palaciega”(p.282-283). Aguirre firmó, con

su propia mano, la misiva. Se conserva una copia en el Museo

Británico de Londres 28 . Es un documento que debe ser examinado

pacientemente. En él se explican las razones de la rebelión de Lope y

su gente contra el rey. El Tirano se dirige al monarca directamente. Lo

tutea. Lope se llama a sí mismo “tu mínimo vasallo, cristiano viejo, de

medianos padres y en mi posperidad hijosdalgo”. Así le cuenta a

Felipe II, el hombre que mayor suma de poder ha tenido a lo largo de

la historia, su peripecia personal. Y al entrar en materia le recrimina

haber abandonado a la hueste indiana que pasó a América. De allí

que le diga:

“Creo bien, excelentísimo Rey y Señor, que para mí y mis compañeros no, haz

sido tal, sino cruel e ingrato, y también creo que te deben engañar los que te

escriben de esta tierra.” Lo acusa de ser responsable de enviar malos

administradores a sus dominios coloniales. Le pide que no los oiga ni les haga

caso sino que más bien los castigue “como malos, que cierto son”. A la vez le dice

que el título de Rey de las tierras americanas que posee es falso, ya que Felipe II

nada arriesgó. Para ser Rey de estos territorios tendría que recompensar primero

a “los que en ello han trabajado y sudado”. También se refiere a la corrupción de

los miembros de la Iglesia y su conducta y actitud ante los repartimientos

indígenas. Se fija luego en la conducta de Pedro de Ursua a quien califica como

“perverso y vicioso miserable”. Esa era la justificación de su rebelión. Estaba por

ello decidido a “seguir la guerra adelante y morir en ella por las muchas

crueldades que tus ministros usan con nosotros”. De tal manera que por ello le

hace la guerra a Felipe II, ya que desea alcanzar a través de la revuelta armada

“el precio que se nos debe,pues nos han negado lo que de derecho se nos debía”.

Y para terminar añade que será “rebelde hasta la muerte por tu ingratitud”. Y firma:

“Lope de Aguirre, el peregrino”.


EL RECORRIDO FINAL

De Valencia siguió Aguirre hacia Barquisimeto por la vía de las minas

de Buria. Desde el 7 de octubre las tropas del Rey estaban en

Barquisimeto. El gobernador Collado escribió una carta a Lope

conminándolo a rendirse. Este le contestó “aborrezco el perdón del

Rey” 29 . El 27 de octubre de 1561 Cristóbal Galinedo, uno de sus

hombres, mató al Tirano en Barquisimeto. Poco antes el propio Lope

había asesinado a su hija Elvira(1545-1561), quien sólo tenía veinte y

seis años.


EL LIBERTADOR FRENTE AL TIRANO

Doscientos sesenta años más tarde, mientras viajaba en una goleta

desde Maracaibo hasta San Carlos del Zulia, Simón Bolívar leyó la

carta de Lope a Felipe II, que insertó Oviedo y Baños en su Historia,

con cuya obra se entretenía el Libertador durante la travesía, incluso

leyéndola en voz alta para que sus oficiales y soldados la escucharan.

Sería el propio Bolívar quien denominaría al documento de Aguirre

“Acta primera de la Indepencia de América, el año 1560”. Dio órdenes

de publicarla en el Correo Nacional, periódico que se imprimía en la

ciudad lacustre para aquellos días. Su redeactor José Demetrio

Lossada no llegó a insertarla en el vocero. Quedó sólo el testimonio de

la idea de Bolívar 30 .


EL SIGLO XVI: LA CONQUISTA

EL CAMINO DE EL DORADO

Las dos grandes esclosiones de la violencia en Venezuela se dieron,

la primera en el siglo XVI, protagonizada por el vasco Lope de

Aguirre(c1511-1561), la segunda durante los días de la Guerra a

Muerte(1813-1814), encabezada por el caudillo hispano José Tomás

Boves(1782-1814). Por ello no nos debe llamar la atención las varias

obras literarias que han surgido para recrear aquella inmensa orgía de

sangre que ambos impusierron.

Sobre el Tirano Aguirre, como lo ha llamado la historia, se pueden

mencionar, fuera de los numerosos estudios históricos que se le han

consagrado las novelas El camino de El Dorado(1947), de Arturo Uslar

Pietri(1906-2001) y Lope de Aguirre, Príncipe de la libertad(1979), de

Miguel Otero Silva(1908-1985), el poema Tirano de Sombra y fuego,

de Vicente Gerbasi(1913-1992), El Tirano Aguirre, estampas para una

cantata, de Isaac Pardo(1905-2000), y, desde luego, su gran biografía,

que escribió Casto Fulgencio López(1893-1962).


BOLIVAR Y EL TIRANO AGUIRRE

Y hay, como siempre una mención de Simón Bolívar(1783-1830). Se

trata de lo que sigue: en 1821, mientras atravesada el lago, en una

goleta, desde Maracaibo, para dirigirse a San Carlos del Zulia, Simón

Bolívar leyó la carta del Tirano al el rey Felipe II(1527-1598), esta la

insertó don José de Oviedo y Baños(1671-1738), en 1723, en su

Historia, con cuya lectura, hecha en voz alta para los oficiales y

soldados lo escucharan, se distraía el Libertador durante la travesía.

Bolívar denominó al documento de Aguirre a su Majestad “Acta

primera de la Independencia de América, el año 1560”. Dio entonces

orden de publicarla en El Correo Nacional, periódico que se imprimía

en la ciudad lacustre para aquellos días. Su redactor era José

Demetrio Lossada, quien no llegó a insertarla en el vocero. Quedó solo

el testimonio de la idea de Bolívar 31 .

EL CAMINO DE EL DORADO

Entre las novelas dedicadas al Tirano nos queremos detener en esta

parte en la de Uslar Pietri: El Camino de El Dorado(1947).

La epopeya de Aguirre comenzó en el Perú y se desarrolló la mayor

de su tiempo en el viaje que hicieron los conquistadores, él entre ellos,

a través del río Amazonas, con la idea de ir al “país de los Omeguas y

El Dorado”(p.37). Fueron por el río hasta alcanzar el oceáno Atlántico,

de allí se dirigieron a Venezuela, estuvieron primero en Margarita. Y

de allí pasaron al puerto de Borburata, siguieron a Valencia y de allí a

Barquisimeto, en la cual el Tirano fue ajusticiado, no sin antes haber

cometido un acto inicuo: asesinó a su hija Elvira, para que no fuera

colchón de ningún hombre de aquel país de “comedores de arepas”,

como nos bautizó. Aquel homicidio fue para Herrera Luque: el gran

pecado nefando del Tirano: estar enamorado de su hija Elvira 32 . Fue

la de Aguirre la más alta presencia de la violencia contra los inocentes.

Tanto que se ha dicho que, desde entonces, Venezuela ha estado

signada por dos figuras: Aguirre, la máxima violencia; Martin Tinajero,

la presencia de la mas alta bondad. Es decír, un país que ha vivido

entre la crueldad y el amor. Terrible destino.

Y la observación sobre el contrapunteo de Venezuela entre la

tolerancia y la intolerancia, observación sagaz, fue dicha por el padre

y poeta Carlos Borges(1867-1932) en un discurso, por cierto célebre,

perorado en la inauguración de la Casa Natal del Libertador como

museo de devoción al Héroe(julio 5, 1921). Borges cuando acotó que

el vivir de Venezuela siempre había estado en contrapunto entre:

”dos seres antagónicos: Lope de Aguirre y Martín Tinajero, vale decir, el buitre, el

tigre y el cordero. Ambos soldados: vasco el uno, andaluz el otro: el primero un

demonio y el segundo un santo. Conocéis la historia de Aguirre, el Tirano de la

leyenda: es un río de sangre, una tromba de crímenes. Tinajero, al contrario, es el

soldado beato... Los primeros cronistas de Venezuela nos dicen el portento de su

vida y el milagro de su muerte. Supo ser bueno y santo en medio a la bárbara

turba de sus conmilitones, crueles y lujuriosos. Buscó El Dorado hacia dentro, en

su corazón...y puso más confianza en la cuenta de su rosario que en la bala de su

arcabuz. Muerto en olor a santidad, fue enterrado en la sierra de Coro, en un

rincón de la montaña. Y cuentan que muchos días después se halló su cuerpo

desenterrado por las aguas, destilando bálsamos y mieles, entre flores y

mariposas, y esparciendo suavísima fragancia... Pues bien...yo veo en esto un

misterioso símbolo del destino de Venezuela. España nos dio con su sangre

cuanto de malo y bueno había en su espíritu: la crueldad y el valor, la superstición

y la fe, el orgullo y la hidalguía, el odio y el amor. Aguirre y Tinajero son como dos

semillas, de maldición y bendición, arrojadas en nuestro suelo. Los huesos del

Tirano, polvo de Caín, la simiente maldita, después de una oscura germinación de

tres siglos y del riego de sangre de nuestra Independencia, nos dio raíz en

Carabobo, y nos estuvo dando hasta ayer no más, horrorosa cosecha de guerras

fratricidas. En cambio, las cenizas de Tinajero, la semilla del bien, más tardía pero

más fecunda, es ahora cuando empieza a dar frutos en abundancia. Y mientras se

aleja de nosotros hasta perderse entre las sombras del pasado, la rastrera llama

espantosa que con sus lívidos fulgores aterró tantas veces las vigilias de nuestra

infancia, surge del opuesto horizonte, como el alma del santo andaluz, el bendito

lucero de la paz, la estrella matutina de la futura Venezuela” 33 .

Lo dicho por el padre Borges aquella mañana tiene pleno sentido. No

hay que olvidar que el creador de aquella paz nacional, que no se ha

roto desde entonces, el general Juan Vicente Gómez(1857-1939)

estaba presente, y escuchó aquel día a quien era en esa época el

primer orador del país, perorar su bello palabreo.

Pero lo que nos interesa es meditar, a partir de estas rectas

observaciones, como el hombre de presa, de la rebelión, de la

violencia, de la matanza de los inocentes, Aguirre. Y, Martín Tinajero,

el santo laico de la colonia, nos muestran los dos polos atravesados

por Venezuela en su vivir, en su siempre intento de detener al caudillo

y poner a andar el diálogo democrático nacido en los cabildos de

nuestros días provinciales.

DENTRO

Ante El camino de El Dorado, debemos señalar que las novelas de

Uslar Pietri han sido novelas históricas, aunque él ha acotado: “En

general las novelas mías no son novelas. El realidad, son

reconstrucciones históricas, así es El Camino de El Dorado y Las

lanzas coloradas” 34 .

Ante El camino de El Dorado se puede preguntar sobre el origen y los

por qués de la violencia, la cual ha cruzado toda nuestra historia. En

los tiempos en que trascurre esta ficción, nuestro siglo XVI, aquello

podría estribar en el hecho, descrito por Francisco Herrera Luque(1927-1991),

que los conquistadores venían de una nación en

donde había habido guerra en los últimos 800 años anteriores al

descubrimiento, eran, por lo tanto, gente de la postguerra, pero seres

que no había abandonado sus hábitos agresivos, pasados de

generación en generación 35 . La pregunta del autor de nuestra historia

psiquiatrica no puede ser más honda:

“¿Qué está pasando en América?¿Es que el trópico enloquece a los hombres?¿O

es que la locura viaja a bordo de las carabelas”(p.256).


También advirtió:

“El peor daño que causan las guerras es revelarle al hombre su naturaleza

reprimida. Por esto, muchos combatientes no aceptan cabalmente el

armisticio”(p.130).


EN LA ENTRAÑA

Uslar Pietri revive en El camino de El Dorado, su segunda novela, la

expedición de Pedro Ursua(c1525-1561), en la cual participó Lope de

Aguirre(c1511-1561), periplo en el cual la fantasía que llegar a El

Dorado y al reino de los Omaguas, una quimera, fue esencial, por ello

leemos “Hemos de llegar a ver el Dorado”(p.43), “El Perú y la Nueva

España[Mexico], no son nada, comparados con este reino de los

Omaguas que vamos a conquistar”(p.45), de ello “Mucho habían oído

hablar de él, mucho lo habían soñado. Lo olian entre el vaho de la

selva como el amizcle de un animal salvaje”(p.46).

LA EXPEDICION

La expedición fue organizada, en el año 1559, por el virrey Marqués

de Cañete. Puso a Ursua a la cabeza, este llevó en ella a su amante,

la bellísima Inés de Atienza. Pero lo más grave fue el hecho de llevar

en aquella aventura a “algunos de los peores hombres del Perú”(p.58),

como se le dijo a Ursua. Uno de esos era Lope de Aguirre, quien por lo

menos había cometido entonces un primer asesinato.

La expedición fue a través del río Amazonas, descubierto, en 1542,

por Francisco de Orellana(1511-1546). La expedición de Ursua partió

al mediodía del 26 de septiembre de 1560.

Lo que encontraron los expedicionarios “Era el mundo infinito de

aquella agua viva que se multiplicaba en el cauce…Y era también el

mundo infinito de la selva espesa, impenetrable y desconocida llena

de una vida huraña, pululante y temible”(p.104-105), la marcha fue

“lenta y difícil”(p.128).

Mientras eso sucede el vivir de la expedición se convierte en pasado

suceso, son muchas las discusiones entre unos y otros. Y nada

aparece. En cierto momento, aparece el carácter, psicopático, de Lope

de Aguirre.

Es cuando se produce el brote de rebeldía, capitaneado por Aguirre. Y

se producen los asesinatos auspiciados por él: matan a Pedro Ursua,

un hombre que ya llevaba largos años siendo uno entre los

conquistadores, había vivido en Panamá, enfrentando allí al Rey

Bayamo(p.76), pasó luego en al Nuevo Reino de Granada, la actual

Colombia, y más tarde al Perú, de allí fue enviado a encabezar la

expedición, hasta que su vida fue terminada en pleno viaje(enero

1,1861). La consecuencia de aquello fue que los expedicionarios,

empujados por Aguirre, se habían alzado contra el rey Felipe II(1527-

1598).

A poco hizo, también Aguirre, eliminar a Inés de Atienza, cuya

encadilante belleza lo perturbaba, asunto que nos permite vislumbrar

otro rasgo de su patología. Ella, dice el novelista, era una ”viuda, del

pueblo de Trujillo, que tenía fama de ser una de las más bellas

mujeres que se habían visto en la Indias”(p.58), ”todos pudieron

contemplar la morena perfección de su rostro. Era realmente de una

increíble belleza. Era de la morenez iluminada de las andaluzas”(p.63),

”Ya tenemos la reina de El Dorado”(p.64), dijeron aquellos toscos

soldados.

El otro fue Fernando Guzmán, el segundo de Ursua, quien tras la

muerte de aquel, fue nombrado Rey, aunque muy rápidamente

comenzó a temer a Aguirre, este al eliminarlo quedó como Jefe

indiscutido de aquella hueste.

El periplo fue el sendero de una fantasía, el Dorado, ni por ellos, ni por

nadie, fue hallado, aunque estaba allí, ellos no lo habían detectado.


Estaba en la tierra. Y estaba también en el subsuelo, ya en Margarita,

en aquellos días se hablaba del “mene”. Lo llamaban el “estiercol del

diablo’, ¡grande y grave paralelismo!.

Ursua, Guzmán, Aguirre y su gente no habían encontrado nada,

comenzaron a pensar en ir a Margarita(p.148), y luego “adoptar el plan

de Aguirre de volverse por el mar a Panamá, y de allí al Perú para

conquistarlo”(p.159), “terminarían la jornada del río con la mayor

celeridad posible y saldrían al mar para tocar en la isla de Margarita,

por no más de tres o cuartro días, para reponer el agua y los alimentos

necesarios. Seguirían de inmediato a la costa de Varagua, para caer

por sorpresa sobre Nombre de Dios, y seguir a Panamá, antes de que

hubieran podido tener noticia, para asaltarlo y tomarlo, apresar los

navíos que se encontrara en el puerto, matar a los sospechosos y

juntar toda la gente que se les quisiera reunir allí, Nicaragua y otros

lugares y hasta los negros cimarrones, y preparando y artillando la

flota, salir a la conquista del Perú”(p.177-178).

Y como estaban en plena rebelión, eran unos regicidas, todos “se

empeñaron en que se hiciese un acta para justificar el hecho…Aguirre

estampó con su letra fina y adornada: Lope de Aguirre, traidor”(p.159),

así “la inquitante aureola en la figura de Aguirre seguía

creciendo”(p.160), escribe bellamente el maestro Uslar.

Lo hecho era requerido para actuar, “es necesario forzosamente, que

todos nos desnaturalicemos de los Reinos de España donde nacimos

y neguemos la obediencia al rey don Felipe”(p.173).

Nueve meses habían pasado atravesando el río, el mayor del mundo y

el de mayor longitud.

Diez y siete días después de salir al oceáno avistaron la isla de

Margarita. Alli se inició su periplo venezolano(julio 20,1561).

LOS CONQUISTADORES

Quienes enviaron la expedición no pensaron en que iba a ir entre ellos

un hombre que todo lo trastornaría. Ellos solo pensababan: “¿qué mal

pueden hacer cuatro mentecatos? Tampoco se va a la conquista de El

Dorado con serafines, sino con hombres curtidos en campañas”(p.59),

aunque en verdad, “Eran aventureros de la misma madera. Hombres

de pasiones, codicias y acciones sueltas e incontroladas”(p.67), a

quienes “El miraje del oro y de la fortuna que alucinaba a los

soldados”(p.71). Ese delirio no era otro que la Ciudad de Oro, “como

una chispa, se iluminaba en los ojos, el nombre de El Dorado…Toda la


ciudad es de oro. Las peredes, los techos, las calles…El Dorado, que

es el rey, anda cubierto de polvo de oro”(p.52).

DE MARGARITA A BARQUISIMETO

Lope de Aguirre y su gente, entre las cuales iba también su hija Elvira

y la Torralba, una mujer que cuidaba a la adolescente.

Es allí donde empieza el periplo venezolano del Tirano. En Venezuela,

en Margarita, Borburata, Valencia y Barquisimeto, estará, durante tres

meses, hasta su muerte(octubre 27,1561),

Aguirre trajo días de horror a Margarita con la serie de asesinatos que

comentió allá, entre otros al Teniente Gobernador, quien ejercía el

cargo en ausencia de la gobernadora, doña Aldonza de Villalobos

Manrique(c1520-1573), la primera mujer en ejercer poder político entre

nosotros. Y también le impuso la pena de muerte a los esposos Diego

Gómez de Agüero(c1545-1561) y a su esposa doña Ana de

Rojas(c1515-1561), del fecundo vientre de sus hijas Ana(c1535-1600)

y Beatriz(c1537-1622), casadas con dos conquistadores, nació el

mantuanaje caraqueño y valenciano, aun sus descendientes están

vivos, el mas destacado de todos fue Simón Bolívar(1783-1830).

En aquellas horas en Margarita “todo parecía revuelto y

enloquecido”(p.231). Porque además de las muertes también se

iniciaron las deserciones de varios de los Marañones, como se

llamaba a los que le seguían, entre ellos dos que serían los

memorialistas de aquella expedición, Francisco Vasquez, cuya

relación se considera la mejor, y Gonzalo de Zúñiga.

Se piensa que fue en Margarita en donde Aguirre redactó su célebre

carta al rey de España, don Felipe II(1527-1598), ya que allá se la

entregó al padre Contreras, quien estaba allí. Otros autores piensan

que aquello lo hizo en Valencia, camino de su andar hacia

Barquisimeto, en su hora final, como siempre sucede a delincuentes

como Aguirre, donde fue muerto por uno de los Marañones, quienes

ya habían desertado de entre quienes le acompañaban. Poco antes de

morir mató a su hija Elvira, para que fuera cama de ningún hombre de

este país de “comedores de arepas”, como lo guarda la tradición oral.

Este fue su fin. El mismo lo pensaba, “Decía que lo que empieza con

sangre termina con sangre”(p.55).

¿COMO ERA EL TIRANO?


Ahora bien para poder entender cómo este hombre desató ese

huracán de violencia debemos tratar de señalar, siguiendo a Uslar

Pietri, como fue aquel hombre demoníaco.

Desde muy atrás se sabía quién era. Decía Añasco, “A ese Aguirre lo

conozco menos. Sé que tiene fama de loco, pero anda con hija y

mujer, y me parece demasiado viejo, demasiado cojo y demasiado

hablador para que vaya a ponernos en jaque. No hay que ver las

cosas tan negras.Todo va a mejorar ahora”(p.59).

SU PERFIL

Su perfil es este: lo que se veían en él era un “fondo de aquellos ojos

duros”(p.46); cuando hablaba a los que le seguían: “Conocían al

hombre menudo, seco, de apariencia nerviosa, de ojos pequeños

sumidos y móviles, la barba canosa y descuidada, y muy inquietas las

manos…cojeando visiblemente”(p.68-69); tenía “un aspecto poco

desvencijado y enteco…aire de gavilán viejo”(p.77); a medida que

pasaba el tiempo de la expedición, “La acritud y violencia de Aguirre

se iban haciendo cada vez más potentes y altaneras”(p.181), “empezó

a hablar, con aquel tono indiferente y frío que usaba en sus momentos

más trágicos”(p.270), “Con una fijeza de loco”(p.314), que era lo que

desde antes se le atribuía, “se las daba de leguleyo y de

letrado”(p.79). Y al decir “En estas Indias no deben quedar más que

los soldados, porque ellos solos las ganaron y para ellos deben

ser”(p.248), estaba señalando aquello que se proponía hacer:

revelarse contra el Rey. Algunas líneas de lo antes citado nos pueden

llevar a pensar, por su idea de los

soldados, si aquí no estará también allí el origen de nuestro

militarismo.

Y ello porque siempre estuvo en contra de aquello que hacían los

funcionarios reales. Por ello siempre pensó en levantarse en armas,

por ello hablaba así: “A qué tanto clavar y atarerase,

Antoñico…Sobran aquí hombres probados para volver sobre el Perú y

arrebatarles a los Oidores y a toda esta caterva de follones que manda

el Rey”(p.85-86). Y eso quedó claro en su acción, propia de un ser de

destalada cabeza, lleno de rencor. Todo ello es evidente su famosa

carta al Rey, escrita en algún lugar de Venezuela durante el año 1561,

la que el Libertador llamó “Acta primera de la Independencia de

América, año 1560”, razón por la cual Miguel Otero Silva(1908-1985)

dijo que Aguirre había sido el “príncipe de la libertad”.


LOPE DE AGUIRRE, PRINCIPE DE LA LIBERTAD

Creemos que una lectura de la novela Lope de Aguirre, príncipe de la

libertad, de Miguel Otero Silva(1908-1985), debe iniciarse partiendo de

estas interrogantes: ¿es esta obra una reivindicación del Tirano

Aguirre? ¿O es más bien, a través del singular personaje, una

incursión en ciertas zonas oscuras y conflictivas del espíritu

hispanoamericano? Queda claro, para quien lea este libro sin

prejuicios, es decir, sin juicios previos, que el novelista plantea una

serie de hechos y busca un sendero que ilumine, a través de la

composición narrativa, asuntos graves, o centrales, de nuestro vivir

colectivo.

Esto que hemos afirmado no implica que neguemos que en esta

novela está trazada la peripecia humana del Cojo de Oñate, sino que

la lectura atenta del libro nos indica que el autor al trazar la silueta de

este conquistador del siglo XVI se ocupa también de situaciones que

marcaron la presencia del español en tierras latinoamericanas.

Penetra de lleno en la violencia de aquella centuria, examina, a través

de los personajes, los productos del contacto del hispano con la

población original de este continente, las injusticias cometidas por los

españoles durante la conquista, las confrontaciones entre los propios

descubridores, como fueron las guerras internas entre ellos en el Perú,

cuyas peripecias explica, en buena parte, las actividades rebeldes de

Lope de Aguirre(c1511-1561). En fin, esta novela ilustrará cómo y

dónde surgió el rencor de unos conquistadores contra otros y

especialmente el resentimiento de aquellos miembros de la “hueste

indiana” que mucho sacrificaron sin obtener nada. Este fue el caso de

Lope de Aguirre.

No queda duda de que acercarse a esa realidad a través de una

personalidad tan contradictoria, es decir rica psicológicamente,

hondamente perturbada, de un personaje tan difícil y resentido, como

lo fue Lope, es un hallazgo.

Otero Silva fue guiado al escribir este libro por un indudable afán de

justicia. Ideal que está en la vertiente de toda obra literaria veraz. El ha

querido aclarar todos los entuertos, preguntarse si es posible que una

personalidad que desata un proceso, como el propiciado por Lope, es

sencillamente “un gran traidor”(p.251, nota) o mas bien un hombre

cuya actuación es necesario examinar para comprender ciertos

procesos político-sociales.

Este obra ha sido libro de larga gestación. Y así tenía que ser. No sólo

por la larga investigación que implicó su preparación y por la precisa

documentación sobre la cual se sostiene, sino porque su autor debió

trabajar mucho, escribir y reescribir sus páginas varias veces, hasta

que logró encontrar el tono en el cual debía ser contada la historia que

nos cuenta. Y es la estructura que concedió a su libro, la parte técnica,

como el lenguaje, lo que le da al volumen su sólida unidad. No es libro

de mucha técnica y poco escritura sino una obra en la cual se

conjugan ambas, imbricándose.

La figura de Lope siempre ha estado rondando nuestra experiencia

como pueblo. Ha sido personaje negado pero hombre que dejó claro

los por qués de su acción. Fue persona muy golpeada desde el lar

nativo, hombre quien siempre responde con violencia ante las

injusticias que se cometieron en su contra. Pero quien resentido

también por el trato recibido reacciona con fuerza, especialmente

desde los latigazos de Potosí, que es, sin duda, el hecho que

desencadena las tendencias insanas de su yo íntimo 36 . Pero es

persona en quien está vivo el sentimiento de justicia y es ese

sentimiento el que le impulsa a la acción, a rebelarse contra el Rey, a

escribirle, en algún lugar de Venezuela, en el año de 1561, su carta a

Felipe II(1527-1598). Esta misiva contiene observaciones sagaces

sobre la forma como conducía la Corona sus dominios coloniales.

Pero esto surge dentro de Lope, y es algo que Otero Silva nos narra

minuciosamente, porque siempre existió en él “amor a la

libertad”(p.29). Pero hay también en la turbulenta aventura del etarra

algunas lecciones mas: a) la del valor del trabajo continuo. Por ello

dice un día “Habéis acometido esta empresa con el designio de

haceros ricos y poderosos de golpe y porrazo, sin labrar la tierra, sin

amasar el pan, sin forjar el hierro, sin leer los libros, con el oro y la

plata de los Omaguas que pedía Dios”(p.147); b) la lección en torno a

la necesidad de huir de la “ilusión del oro”(p. 147); c) Lope, dentro de

su alma atormentada, comprendía que no se podía ser vasallo de un

mal gobernante y que cuando éste no cumple el derecho a la

insurección es legítimo camino(p.173, 183, 203). Por ello en su ideario

está presente la lucha por “sacudir el vasallaje”(p.206) y luchar contra

todas las formas de opresión humana, “En los reinos del Perú que

nosotros gobernaremos, dijo Lope de Aguirre, esa porción desgraciada

de hombres que gimen en la esclavitud, será libre; la naturaleza y la

justicia nos ordena emanciparlos” (p.313).

Otero Silva ha construido su novela utilizando no una sola forma

narrativa sino varias. Aquellas que convenían a la historia que

deseaba contarnos. De allí que el lector encuentre a lo largo del libro

el relato en tercera persona pasando como la narración en primera

persona y el monólogo interior. En ciertos momentos, cruciales en la

vida de Lope, el escritor utiliza hábilmente la técnica teatral a través de

la cual le da mayor vida aquellos instantes climax de la vida de Lope,

cuando en España decide venir a América, en Potosí, frente a Pedro

de Ursua(c1525-1561), cuando mata a su hija Elvira, en el momento

en que es eliminado, pocos minutos después.

Una lectura de esta novela debe subrayar también como maneja los

personajes históricos Otero Silva. La peripecia de cada uno de ellos es

conocida ya que los historiadores han relatado la aventura de Lope.

Pero Otero Silva los sabe trabajar y recrear en su situación. Tal es el

caso de Inés de Atienza y de Elvira, la hija de Lope. El tratamiento

dado a Inés es uno de los hallazgos del libro que comentamos. Pero

ambas son dos personajes que equilibran el relato: tanto por lo que

representan como por los sentimientos que provocan. En un momento

de plena violencia la una, Inés, representa el amor y la otra, Elvira, la

viril ternura paternal.


LA LUNA DE FAUSTO

Que la meditación iniciada por Francisco Herrera Luque(1927-1991)

en su trilogía formada por Los amos del valle(1979), Boves, el

Urogallo(1972) y En la casa del pez que escupe el agua(1975), que

aquí citamos en el orden histórico de los tiempos que toca y no en el

de su publicación que fue distinto. Al cerrar Los amos del valle, la

última en imprimirse, no concluyó Herrera Luque su trabajo cuando

puso punto final a la que fue la última novela del ciclo concebida. Esto

nos lo indican sus novelas posteriores La luna de Fausto(1983),

Manuel Piar, caudillo de dos colores(1987), El vuelo del

alcatraz(2001), Los cuatro reyes de la baraja(1991), que toca el siglo

XIX y 1998(1992), un ejercicio de politica ficción, en el cual vaticinó la

presencia de un hombre que todo lo trastocaría, que en el año que se

nombra en el título se hizo presente en la vida venezolana ganando

las elecciones.


La lectura de La luna de Fausto 37 nos señala que su incursión en la

historia secreta de Venezuela necesitaba continuar. Y continuó.

La novela histórica, o aquel tipo de libro a través del cual se

reconstruye la peripecia de una persona o de una época, o de las dos

a la vez, cada día cobra más interés. Se trata de una línea creativa

que, como lo dijo Marguerita Yourcenar(1903-1987), es "próxima a la

novela en algunos aspectos y en otros a la poesía”. Por ello hemos

denominado híbridas a estas obras. Tales tomos forman una corriente

vigorosa de la literatura contemporánea. Libros como Yo, Claudio, de

Robert Graves(1895-1985) o Juliano, el apóstata, de Gore Vidal(1925-

2012) constituyen parte de un ciclo que apenas comienza a llegar a

manos de los lectores de nuestra lengua. Aunque recreaciones son

volúmenes que exigen precisa documentación. Por ello la Yourcenar

insiste que no es correcto pensar que ella se retrata en sus Memorias

de Adriano a través del emperador romano. Por esto mismo Graves, al

publicar Claudio, el dios y su esposa Mesalina dejó expresa

constancia de las fuentes en las cuales había abrevado.

Estas observaciones nos parecen necesarias a la hora de abordar La

luna de Fausto ya que ella está enclavada en el contexto descrito. Por

este sendero, interrogándose, intentado alumbrar la verdad, sus libros

de este tipo, en cuyo vientre fecundo caben muchas cosas, se

explican. En La Luna de Fausto reconstruye una serie de sucesos

reales los cuales en el fondo son tan novelescos que pueden servir

para un libro de ficción. Por ello, su autor ha escrito un cuerpo

imaginativo cuyos cimientos han sido sólidamente construidos.

Estamos ante un libro cuidadosamente armado, en cuya elaboración

todos los elementos han sido tenidos en cuenta. Aquí no sólo ha

puesto en práctica sus concepciones en torno al género sino su idea

según la cual la novela debe ser una trampa en la cual quien entre no

pueda salir hasta terminarla. Y refiriéndose a la forma como fue

concebida La Luna de Fausto no podemos dejar de subrayar la

manera como Herrera Luque describe aquí nuestra geografía,

mientras le sigue los pasos a Jorge Spira(c1500-1540) y a Felipe de

Hutten(1511-1546), o la forma como nos hace ver la realidad del

trópico.

La anécdota en la cual se basa La luna de Fausto es sencilla: en

Alemania el estrellero Juan Fausto(1480-1540), el mismo ser que con

el tiempo alimentó la fantasía de Johann Goethe(1749-1832) o

Thomas Mann(1875-1955), profetizó al joven Felipe de Hutten el cruel

destino que le esperaba. El mismo Felipe, en una carta escrita años

mas tarde, a su hermano, en Venezuela, desde Coro(enero 16, 1540)

ratificó la veracidad de cuanto le había dicho Fausto. Un lustro mas

tarde la profecía se cumpliría en toda su terrible atrocidad a ser

asesinado, al pie de la Sierra de Coro, con un machete mellado, en

una noche en que la luna estaba roja.

A partir de este hecho Herrera Luque ha escrito La luna de Fausto,

libro en el cual, si bien en largos pasajes recrea sucesos de nuestro

pasado, en otros la narración se torna mágica y luego espantable, al

cumplirse lo pronosticado por el hechicero.

La luna de Fausto sucede en nuestro país durante la época de los

Welser(1528-1557), uno de cuyos funcionarios fue Hutten. La

presencia de los Belzares en Venezuela, como fueron llamados aquí,

si bien duró jurídicamente hasta 1557 se cerró con el asesinato de

Hutten en 1546.

Herrera Luque ha fabulado para penetrar otra vez, es su tema

obsesivo: los orígenes de Venezuela. Pero lo ha hecho a través de un

libro inventado el cual ha sido construido a partir de sucesos que

pudieron acaecer o no. Para ello ha tenido más de una vez que

cambiar, o alterar, los sucesos para poder así ofrecernos la conseja

que ha creado. El se ha dado cuenta del rico filón que ofrece la

conquista al novelista. Por ello, pese a que se ha basado en

acontecimientos, ha escrito una novela. Esto es posible verificarlo en

varios pasajes, uno de los cuales puede ser la forma como ha utilizado

en La Luna de Fausto los contenidos de la Historia indiana(1557) 38 de

Nicolás Federman(c1505-1542), otro de los Belzares. Y al recrear

tales noticias el creador de La Luna de Fausto ha insistido en aquello

que ha expresado en sus libros ensayísticos, como Los viajeros de

Indias(1961) 39 sin con ello dañar la estructura del relato. Gracias a

esto logra incursionar por los senderos de lo legendario, por el

universo de los símbolos, la luna, Parsifal, el Dorado. Y lo hace a

través de un personaje atormentado como Hutten.

Angustiado es Hutten. Y esto es así pues, acongojado, afligido, lleno

de ansiedad, siempre en zozobra, sin consuelo, con tristeza, es como

el alemán se enfrentó a la vida. El mismo estaba consciente de ello.

En la carta a su hermano, que antes hemos citado, la cual es una de

las bases de La luna de Fausto, le dice, “toda mi vida, por diferentes

caminos he buscado la suerte sin embargo, no la he encontrado muy favorable

hasta el momento”.

Hutten es, por lo tanto, aquel que, si bien nació con todo para triunfar,

se equivoca, fracasa. Y comete sus desaciertos por estar

permanentemente huyendo del destino aciago, el cual, además,

conocía. Si seguimos La luna de Fausto nos daremos cuenta que el

protagonista se pasa la vida intentando una quimera. No percibe que

no debe seguir buscando el Dorado porque está ante él, pero en el

subsuelo(p.47,60-61). El no se da cuenta que el camino de la riqueza,

del triunfo, que es lo que parece moverlo, está cerca de sí. No

lejos(p.259). Por ello en La luna de Fausto Herrera Luque contrapone

los Belzares a los españoles. Mientras los primeros andan errantes en

busca de la Ciudad de Oro, los peninsulares se asientan sobre la

tierra. Esta es la más honda reflexión que este libro nos

propone(p.303-304). Es la otra cara de las míticas colinas de Manoa,

nunca encontradas. En esta concepción reside el carácter de lo que

aquí plantó el conquistador hispano. Y esto lo podemos observar a

través de las muchas contradicciones que aquejan el alma de

Hutten(p.167, 230, 258) a través de sus erráticas marchas, en su

manera de marginarse cuando se producen hechos importantes. Tal

cosa le sucedió en el denominado Valle de las Damas, situado cerca

de la actual Barquisimeto. Allí llega con su tropa después del 29 de

junio de 1535. Quienes le acompañan se dedican a una inmensa orgía

durante la cual ochenta españoles preñan a más de doscientas indias.

Y mientras el semen español alumbra un mundo mestizo(p.160-164),

Hutten permanece de lado, metido en su hamaca, acosado por sus

muchas cavilaciones.


LOS DIAS COLONIALES

Hay que comenzar señalando que con Los amos del valle(1979), de

Francisco Herrera Luque(1927-1991) se inicio la novelización de los

días coloniales, fíjese que no nos referimos a la conquista del país

sino al período que se comenzó con el asentamiento de la sociedad en

las ciudades, muchas de ellas fundadas durante la conquista, como

las principales de Venezuela: Coro, Maracaibo, El Tocuyo, Borburata,

Barquisimeto, Carora, Valencia, Caracas, Cumaná, Trujillo, Mérida,

San Cristóbal, todas vivas aun, cuatrocientos años después.

Un primer aspecto que debe resolver el lector de Los amos del valle 40

al definir este libro, es señalar qué es esta obra. Siempre hemos

pensado que las obras de esta trilogía son libros especiales. Híbridos

los llamamos una vez. Son estos tomos trabajos especiales. Situados

entre la novela y la historia. No son sólo ficciones históricas sino

trabajos en los cuales se utiliza la fantasía para ilustrar una situación.

Lubio Cardozo(1938) los definió al escribir que sus autores usan:

“la novela para descubrir y describir una parcela de la realidad histórica y plantear

un juicio ético transcendental, más que una moraleja una conclusión

paradigmática”,

El mismo crítico, y sensible poeta, añade que este método indagatorio:

“tiene carácter unívoco: se elimina el juego entre verdad e imaginación, la

imaginación se constriñe a los límites del tratamiento literario del lenguaje, no del

argumento porque éste debe estar clavado en el mero centro de la verdad

histórica”.

Como son obras que intentan explicar una determinada situación se

utiliza el cuerpo novelístico pero:

“La novela no elimina la historia, sino que la ilumina”,

como escribió Guillermo Morón(1926) 41 . Creemos que para

comprender toda la saga histórica publicada por Herrera Luque no hay

que olvidar estas observaciones.

De hecho sus novelas constituyen una historia fabulada de Venezuela,

en el sentido balzaciano del término, cosa que se puede entender si se

citan sus libros en el orden de nuestra historia, no en el orden de sus

ediciones que fue distinto: así la conquista aparece en La luna de

Fausto(1983); la colonia en Los amos del valle(1979); la emancipación

en Boves, el Urogallo(1972), Manuel Piar, caudillo de dos

colores(1987) y El vuelo del alcatraz(2001); el siglo XIX en buena

parte de En la casa del pez que escupe el agua(1975) y en Los cuatro

reyes de la baraja(1991); el siglo XX en En la casa del pez que escupe

el agua; la crisis de la República Civil en el epílogo de la misma

novela; los tiempos actuales en 1998(1992), esta última es una novela

de politica ficción no una narración histórica.

De hecho, su proyecto era más amplio: la vida no le dio tiempo para

culminar el proyecto más hondo del siglo XX, el postgomecismo y la

democracia, esta la había decidido narrar, y dejó el proyecto escrito,

era una novela a través de las figuras de Arturo Uslar Pietri(1906-

2001), Gonzalo Barrios(1902-1993) y Miguel Otero Silva(1908-1985).

Pensó también concebir un libro sobre Rómulo Betancourt(1908-

1981). Dejó un estudio histórico sobre el 18 de octubre de 1945,”el

pecado original de la democracia” según su pensamiento. Y, en el

tintero quedó, su proyecto, largamente acariciado, de una novela

sobre el Libertador, lo que iba a ser lo dejó esbozado en varios

escritos, especialmente a través de sus trece programas radiales de

“El Bolívar inédito” 42 .

Si no se tiene en cuenta lo que hemos indicado, no se entenderá a

fondo lo que este psiquiatra se propuso en estas obras en las cuales

nos presentó su hipótesis sobre el pueblo venezolano. Decir esto

constituye el corazón, la entraña de todos sus libros de ficción. Y no

sólo los de la trilogía formada por Los amos del valle, Boves,el

Urogallo y En la casa del pez que escupe el agua. El propio Herrera

Luque da fundamento a nuestra observación al escribir en Los amos

del valle que “La historia es para un pueblo lo que la memoria para el hombre:

fuente de experiencia, fundamento del legislar, comprensión del presente,

atalaya del futuro.

Por ello ha de ser veraz y valiente y justo quien la escriba”(t.I,p.425).

Esta es su gran definición de la historia. Y es que si alguna idea es la

viga de toda la construcción herreriana es que la historia debe decir la

verdad y como no lo ha hecho, casi siempre por razones políticas, él

ha querido contar todo lo que se ha callado, es decir, narrar la “historia

secreta”, afirmación repetida varias veces en el libro que comentamos

(t.I,p.350; t.II, p.120,134-135, 136, 205, 207,317).

El intento de comprensión de la historia de nuestro país intentado por

Herrera Luque transcurre casi siempre cerca de lo que “llaman la

“Casa del pez que escupe agua” por una fuente coronada por un pez

de piedra que entre chorros y silbatos agoreros, opina, protesta y

canta”(t.I,p.20).

Si en los volúmenes anteriores el autor narró la peripecia de la

independencia o el desarrollo del país entre el ascenso de Guzmán

Blanco al poder(1870) y la muerte de Gómez(1935), ahora se adelanta

en el lejano mundo de nuestra sociedad colonial y a través de un

relato largo, moroso, escrito en contrapunto, utilizando el “flash-back”,

nos va mostrando las características de aquella sociedad que surgió

de la algarabía de la conquista hasta el momento en que el padre Juan

Félix Jerez de Aristiguieta(1732-1785) bautizó a su primo el niño

Simón Bolívar(1783-1830). Después el presbítero le legó todos sus

bienes.

Ya hemos anotado que, tanto Los amos del valle como el resto de las

obras de este ciclo son libros mediante los cuales el autor quiere

mostrar por qué Venezuela ha sido un país en permanente crisis,

cómo sus hombres no han tenido paz, y no sólo política, sino

espiritual, y así llegar a los fundamentos de aquella inestabilidad para

poder así comprender ciertas características que han detenido nuestro

desarrollo. De hecho, no hay que soslayarlo, Los amos del valle

constituyen una versión, en clave de ficción, de Los viajeros de

Indias(1961), su obra fundamental.

De allí que las cuestiones básicas que Herrera Luque desarrolla, las

preguntas que le angustian sean, entre otras, las siguientes: ¿Qué es

Venezuela? ¿quiénes la formaron? ¿qué hábitos engendraron sus

fundadores? ¿cuáles actitudes de ellos han pervivido? ¿qué hicieron

para que el país se haya estancado, no haya progresado?. Le inquietó

a Herrera Luque también un hecho: ¿no está en la historia sexual del

venezolano una de las claves para la comprensión de cuanto nos ha

sucedido?. Otros interrogantes: ¿tuvimos una aristocracia? ¿somos

una sociedad enferma? (t.I,p.43); ¿hemos tenido una clase dirigente?”

(t.I,p.25,164), ¿ha creado la clase dirigente una idea nacional?.

Al tejer la historia que forman Los amos del valle su autor nos revela el

sentido de la historia que posee, del cual no está ausente la

comprensión de los hechos socio-económicos(t.I,p.161). Así va

narrando todos los factores que contribuyeron a la formación del país y

del alma venezolana a lo largo de esta extensa obra.

Creemos que hay tres asuntos que resultan fundamentales a la hora

de hacer el balance de Los amos del valle. El primero de ellos es el

relativo a la formación de la población venezolana. Nuestra gente se

formó como consecuencia de la desordenada actitud sexual de los

conquistadores del siglo XVI. Para Herrera Luque la explicación de

muchos de nuestros males está en este desenfreno. El asunto se

repite constantemente en la obra. Al examinar el tema se refiere el

autor al mal que significa para el desarrollo humano seres que

engendraron hijos por todas partes, pero quienes se mostraron

siempre tan “divorciados de su hembra”(t.I,p.44). O como dice un

personaje: “estáis distorsionando con vuestro ejemplo…el sentido de

la familia. No podemos tomar para goce de nuestros sentidos la

hembra que no puede elegir”(t.I, p.85). No sólo eso. Sino que, con los

derechos del conquistador, los de la guerra, tomaron a todas las

mujeres y luego no quisieron reconocer a los hijos(t.I,p.234). Y es la

comprensión de este hecho el que hace exclamar a otro personaje que

“la lujuria desbordada del Valle es la causante de muchos males

presentes y por venir”(t.II,p.20) y es por ello que “El mestizaje va

ligado necesariamente a las bastardía. Venezuela a causa del mal uso

que hicieron de la mujer, es un mundo a cuadros, impedido de la

coherencia”(t.II,p.343). Este es un primer tema. Escrito para pensar y

hacer pensar. No se trata de que el autor utilice lúdicamente el tema

sexual sino que lo utiliza para indagar y explicar los daños causados

por el abuso de la sexualidad.

Un segundo tema, el cual puede ser explorado a través de toda

nuestra peripecia histórica, es el de la violencia. Somos un país hijo de

ella(t.I,p.329).

El tercer tópico es el relativo a la clase dirigente, a sus actuaciones y

conducta. Es la historia de los Mantuanos, de aquellos que fueron “los

amos del valle” por encima de todo y todos(t.I,p.63; t.II, p.166). Se

trata de una clase que vivió para sí misma, que no se interesó en

mejorar al país sino en progresar ellos por encima de todo y a costa de

todos. Por ello adversaron a la Compañía Guipozcoana(t.I,p.141) que

tanto orden puso en nuestra economía. Clase social que por no tener

otros valores que su gusto por el enriquecimiento sin esfuerzo no pudo

encaminar al país por el sendero de la autonomía, que no pudo poner

a andar al país por la ruta del desarrollo capitalista y quien fue

culpable de la distorsión de los valores.

Visto así aquel tiempo durante el cual se formó el país, criticadas las

características de aquella aristocracia espúria, la cual obtuvo sus

títulos por obra del dinero, expone Herrera Luque su conclusión al

señalar: “El mejoramiento del ser, o sea eso que llamáis tirar hacia

arriba, debe ser la perfección del alma. No atesoramiento de obras

mundanas” (t.II,p.236). No se es porque se posean títulos o se venga

de aquí o de allá sino porque se poseen privilegios ganados con el

esfuerzo(t.II,p.343). Este fue el camino tomado por dos personajes

reales a los cuales se refiere el autor de este libro: Francisco de

Miranda(1750-1816), el hijo de un comerciante canario a quien los

Mantuanos odiaban y la historia del pardo Juan Germán Roscio(1713-

1821). Ambos se realizaron por sí mismos. Es esa la perfección del

alma de la cual nos habla Herrera Luque. Ese es el camino para ser

más en vez de tener más.


CITAS BIBLIOGRAFICAS:


23. Los datos biográficos que utilizamos los tomamos de Casto Fulgenio López: Lope de

Aguirre, el peregrino.2ª.ed. Caracas: Ediciones Nueva Cádiz,1953.350 p.


24. Ver Arturo Uslar Pietri: Del cerro de plata a los caminos extraviados. Bogotá: Editorial

Norma,1994. 167 p. Ver:”El cerro de Plata”(p.9-24).


25 Juan B.Lastres/C.Alberto Seguín: Lope de Aguirre el rebelde. Lima: Imprenta

Americana,1942, citado por Casto Fulgencio López: Lope de Aguirre, el peregrino,p.182-

184. Los subrayados son del humanista Casto Fuelgenio López.


26. La publica íntegra Casto Fuelgencio López: Lope de Aguirre, el peregrino,p.245-247.


27. Manuel Pérez Vila: Los libros en la colonia y en la Independencia. Prólogo: Pedro

Grases. Caracas: Oficina Central de Información, 1970. XII,236 p. Ver:”Bolívar, el Tirano

Aguirre y la propagada revgolucionaria”(p.107-109).. Nuestra cita está tomada de la p.108.


28. La transcribe Casto Fulgencio López: Lope de Aguirre, el peregrino,p.294, de donde

proceden nuestras citas.


29. La carta la cita íntegra Casto Fulgencio López: Lope de Aguirre, el peregrino,p.303-304.


30. Manuel Pérez Vila: “Bolívar, el Tirano Aguirre y la propaganda revolucionaria” en Los

libros en la colonia y en la Independencia,p.108.


31. Arturo Uslar Pietri: El camino de El Dorado. Caracas: Monte Ávila Editores, 1992. 402

p. que es la edición que utililizamos. Su primera edición fue impresa en 1947. La

bibliografía sobre el Tirano es muy amplia, aquí solo nos referimos a las obras venezolanas.

En la ficción Miguel Otero Silva: Lope de Aguirre, Príncipe de la libertad. Barcelona: Seix

Barral, 1979. 345 p.; en poesía:Vicente Gerbasi: Tirano de sombra y fuego. Caracas: Tip.

La Nación,1955.80 p.;en teatro: Adolfo Briceño Picón: El Tirano Aguirre, drama

nacional…Mérida: Imprenmta de Juan de Dios Picón Grillet,1873. 128 p. e Isaac Pardo: El

Tirano Aguirre, estampas para una cantata. Caracas: Ministerio de Educación,1957; en

historia José Oviedo y Baños: Historia de la conquista y población de la Provincia de

Venezuela. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1992. XLIX, 347 p.; Clodoveo Brindis Pérez:

Lope de Aguirre, precursor de los libertadores latino-americanos. Ciudad Bolívar: Tip. La

Empresa,1927. 99 p.; Casto Fulgenio López: Lope de Aguirre, el peregrino. Caracas: Tip.

Americana,1947. 334 p.; Francisco Herrera Luque: La historia fabulada. Barcelona:

Pomaite,1981-1983. 3 vols. Ver: “El verdadero crimen del Tirano Agurre”(t.III,p.85-90) y

Miguel Otero Silva: Tiempo de hablar. Caracas: Academia Nacional de la Historia,1983.

135 p.Ver: ¿Era loco Lope de Aguirre”(p.101-114). La opinión del Libertador está Manuel

Pérez Vila: “Bolivar, el Tirano Aguirre y la propaganda revolucionaria”, en Los libros en la

colonia y en la Independencia,p.107-109. La mejor crónica de uno de los protagonistas de

la expedición se considera la redactada por Francisco Vazquez: El Dorado, Crónica de la

expedición de Pedro de Ursua y Lope de Aguirre, Introducción y notas Javier Ortiz de la

Tabla. Madrid: Alianza Editorial,2007.173 p.


32. Francisco Herrera Luque: “El verdadero crimen del Tirano Aguirre”, en La Historia

fabulada,t.III,p.85-90. La referecia a aquel espantable crimen aparece en la p.89-90. Herrera

Luque, en sus largos estudios de psicopatía histórica solo encontró a dos padres autores de

semejante crimen: Alfonso IV el Terrible(1290-1356), de Portugal e Ivan, el

Terrible(1530-1584), en Rusia, que por haber matado a sus hijos fueron llamados con el

congomento de Terribles, “paradigmas de maldad y perversión demoníaca. Lope de

Aguirre completa con ellos la espatable trilogía. Su crimen desborda los límites de lo

insólito y la abyección”(p.90)


33. Carlos Borges: Vida y Obras completas. Compilación, ciudado de la edición y estudio

preliminar: Miguel Ángel Mosqueda Suarez. Caracas: Ediciones Patria, 1971.767 p.

Ver:”Discurso… en la iauguración de la Casa de Bolívar”(p.569-590). La cita procede de

las p.588-589. El subrayado es del propio padre Borges.


34. Rafael Arraiz Lucca: Arturo Uslar Pïetri. Ajuste de cuentas. Caracas: Los Libros de El

Nacional, 2001.99 p. La cita procede de la p.46.


35. Francisco Herrera Luque: Los viajeros de Indias. Caracas: Alfaguara, 2009. 660 p. Esta

es la edición que usamos del fundamental libro, su primera edición fue impresa en 1961.

Ver el capítulo “Psicología de la guerra y de las post-guerra”(p.129-133), memorable

interpretación.


36. Más adelante veremos como también fue el castigo físico impuesto por los Mantuanos a

José Tomás Boves fueron los que desataron su rabia y vesanía, todo su resetimiento

patológico. Y toda su violencia activa.


37. La obra narrativa de Francisco Herrera Luque la encontramos en sus libros: Boves, el

Urogallo. Caracas: Editorial Fuentes,1972. 330 p. Al imprimirse la doceava edición,

Herrera Luque revisó, pulió y dotó de notas históricas y psiquiatricas la nueva edición,

Boves, el Urogallo.12.ed. Barcelona: Pomaire, 1980.342 p., a esta edición Herrera Luque

la consideró definitiva. Es la versión que se ha editado, una y otra vez, en adelante. Todas

nuestras citas proceden de Boves, el Urogallo.24.ed.Caracas: Alfaguara, 2001.397 p. Le

siguen: En la casa del pez que escupe el agua. Caracas: Editorial Fuentes,1975.472 p., aquí

utilizamos En la casa del pez que escupe el agua. Caracas: Alfaguara,2009. 866 p,; Los

amos del valle. Barcelona: Pomaire,1979, 2 vols; La Luna de Fausto. Caracas:

Pomaire,1983.323 p.; Manuel Piar, caudillo de dos colores. Caracas: Pomaire,1987.268 p.;

Los cuatro reyes de la baraja. Prólogo: Maríana Herrera Terán, Caracas: Grijalbo, 1991.

261 p.; 1998.Prólogo: Alexis Márquez Rodríguez. Caracas: Grijalbo,1992.181 p.; Bolívar

en vivo. Prólogo: Luis Britto Garcia. Caracas: Grijalbo,1997. 163 p. y El vuelo del alcatraz.

Edición, prólogo y notas: Roberto Lovera De-Sola. Caracas: Alfaguara,2001. 180 p.,

nuestras citas proceden de El vuelo del alcatraz. 3ra.ed. Caracas: Alfaguara, 2010. 147 p.;

Rómulo Gallegos: Doña Bárbara. Barcelona: Araluce,1929. 345 p. La edición definitiva,

cuidadosamente revisada por el maestro es Doña Bárbara. Barcelona: Araluce,1930. 419 p.,

en esta añadió varios nuevos capítulos: en la primera parte: “La devoradora de hombres”;

en la segunda parte “Un acontecimiento insólito” y “Los rebulllones”; en la tercera parte:

“El espanto de la sabana” y “Entregando las obras”. El último capitulo dejó de llamarse

“epílogo” y paso a denominarse “Toda horizontes, toda caminos”. Solo volvió Gallegos a

revisar su libro para la edición de los veinte cinco años: Doña Bárbara. Mexico: Fondo de

Cultura Económica,1954.347 p. , que es la que se ha reeditado en adelante. Una muy buena

edición es Doña Bárbara. Prólogo: Juan Liscano. Edición al ciudado de Efraín Subero.

Caracas: Biblioteca Ayacucho,1979. XXX,380 p. Se debe recordar que la primera versión

de la novela, de la cual solo se imprimeron las primeras 64 páginas se tituló La Coronela.

Caracas: Editorial Elite, 1928.64 p. Una de sus raras copias, que pudimos leer y fotocopiar,

es la que pertenece a la biblioteca de la Suthern Illinois University, Carbondale, Illinois,

Estados Unidos. Esta originalmente perteneció a la biblioteca del doctor Victor Manuel

Ovalles, Caracas. Las siguientes citas proceden de Marguerite Yourcenar: Memorias de

Adriano. Barcelona: Edhasa, 1983. 273 p.La cita procede de la p.261. Las otras obras

citadas, como ejemplares ejemplos, son Robert Graves: Yo, Claudio.Madrid: Alianza

Editorial, 1979; Robert Graves: Claudio, el dios y su esposa mesalina. Madrid: Alianza

Editorial,1979 y Gore Vidal: Juliano, el apóstata. Barcelona: Edhasa,1983. 542 p. La

siguiente cita procede de Marguerite Yorcenar: Memorias de Adriano, p.255.


38. Nicolás Federmann: Narración del primer viaje de Federmann a Venezuela. Traducida y

anotada por Pedro Manuel Arcaya. Caracas: Lit.y Tip. del Comercio, 1926. 135 p.


39. La parte ensayística de la obra de Francisco Herrera Luque, que hay que tener en cuenta

siempre que se analiza su obra, comprende: Aspectos psiquiátricos y psicológicos de la

inmigración en Venezuela. Caracas: Gráficas Castellana,1957. 30 p.; Las neurosis en los

medios populares venezolanos. Caracas: Gráficas Castellana,1957. 19 p.; Los viajeros de

Indias. Caracas: Imp. Nacional,1961. 536 p., la edición de esta obra que consideró

definitiva fue Los viajeros de Indias.2ª.ed.aum. Prólogo: Juan Liscano. Caracas: Monte

Ávila Editores,1970. XVII,507 p. Aquí usamos Los viajeros de Indias.7ª.ed. Prólogo: Juan

Liscano. Caracas: Alfagura, 2009. 660 p. La edición de 1970 es la que se ha reeditado

siempre en adelante, con excepción de tres ediciones de 1977, editadas por Monte Ávila

Editores, que corresponden a las ediciones tercera, cuarta y quinta del libro, que sólo

recogían la parte central de la investigación sin los estudios complementarios. El prólogo

que escribió para esas tres ediciones, que no se ha vuelto a reeditar, es esencial para

conocer la génesis y desarrollo de esta obra singular de la bibliografía venezolana, de la

historia psiquiatrica del país, que fue Herrera Luque el primero en cultivar.

Ese prólogo es“Los viajeros de Indias: el libro que hizo y deshiszo a su autor”,

en Los viajeros de Indias.3ra..ed. Caracas: Monte Ávila Editores, 1977,p.9-33.;

La huella perenne. Las enfermedadesmentales en 1200 años de patografía y sucesión.

Caracas: Alfar, 1969. XVI,432 p.;

Las personalidades psiocpáticas. Prólogo: J.J.López Ibor. Barcelona: Editorial Científico

Médica,1969. XV,111 p., aquí utilizamos Las personalidades psicopáticas. 11.ed. Caracas:

Alfaguara,2007.221 p.; La historia fabulada. Barcelona: Pomaire, 1981-1983. 3 vols;

Bolívar en carne y hueso y otros ensayos. Caracas: Editorial Ateneo de Caracas, 1983. 141

p., estudios sobre Bolívar, Boves, Rómulo Betancourt, Juan Vicente González, Sigmund

Freud y la huella del Fausto en Venezuela. En las siguientes ediciónes, como puede ser el

caso de Bolívar de carne y hueso y otros ensayos. Caracas: Alfaguara, 2010.168 p., que es

la que nosotros usamos aquí, añadió sus perfiles de Juan Vicente Gómez y de Gustavo

Machado. En el tintero quedó la semblanza de Miguel Otero Silva que se proponía también

incluir, de esta solo quedó el resumen hecho por un reportero de El Nacional, el día que

Herrera Luque la esbozó, a viva voz, en un acto en homanaje a Otero Silva en la

Universidad Central de Venezuela, el alma mater de ambos.

El petróleo ya era conocido en Venezuela en el siglo XVI por los indios. Fue llamado

“mene” y también “estiercol del diablo”. No es ello noticia nueva pues se lee en el primer

cronista de Indias, Gonzalo Fernández de Oviedo(1478-1557) en su Historia natural y

general de las Indias(1535) y es dato conocido por los estudiosos de nuestra historia. Véase

Rafael Arraíz Lucca: El petróleo en Venezuela. Una historia global. Caracas:

Alfa,2016.394 p. La referencia aparece en las p.20-21. Lo que hemos afirmado que la

riqueza estaba en el subsuelo, el petroleo, los sostuvo originalmente el historiador Isaac

Pardo(1905-2000) en los años cincuenta, en su obra Esta tierra de gracia. Imagen de la

Venezuela en el siglo XVI. 5ª.ed. Caracas: Monte Ávila Editores,1986.281 p. Además, en

aquel siglo XVI, la riqueza no estaba en las minas sino en la tierra, en la agricultura y la

ganadería. Por ello Uslar Pietri popularizó la necesidad de “sembrar el petróleo” en uno de

sus editoriales del diario Ahora, Caracas(julio 14,1936). Idea surgida en sus converaciones

con Alberto Adriani(1898-1936). Ver Arturo Uslar Pietri: Petróleo de vida o muerte.

Caracas: Editorial Arte,1966, 164 p. Ver:”Sembrar el poetróleo: veinte y cinco años de su

consigna”(p.49-62). Ver:”Sembrar el petróleo: veinte y cinco años de su consigna”(p.49-

62).


40. Francisco Herrera Luque: Los amos del valle. Barcelona: Pomaire, 1979. 2 vols, esta es

la primera edición, de ella proceden nuestras citas.


41. La primera cita es de Lubio Cardozo:Philobiblion. Mérida: Universidad de Los Andes,

1976. 135 p.La cita procede de la p.19; la segunda de Guillermo Morón: Escritores

latinoamericanos contemporáneos. Caracas: Equinoccio, 1979. 387 p. p.La cita procede de

la p.330.


42. Francisco Herrera Luque: “El Bolívar inédito” en La historia fabulada, t.III,p.9-80.

Existe una versión teatral de la serie escrita por el dramaturgo Javier Vidal aun no pouesta

en escena.




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