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CAUDILLOS, GAMONALES Y GUERRILLEROS EN LA MEMORIA VENEZOLANA...(XIX) Roberto Lovera De Sola.


CAPITULO SEXTO: LA VIOLENCIA EN EL SIGLO XX


El siglo XX tiene una especial característica en el tratamiento de aquello que tratamos: el 22 de julio de 1903, con el triunfo de las tropas del gobierno la batalla de Ciudad Bolívar, terminó la última guerra caudillista, la llamada Revolución Libertadora (diciembre 19,1901-julio 22, 1903) y se extinguieron aquellos que la hicieron posible y los venezolanos se bajaron entonces del caballo(p.13). A la cabeza de ejército estuvo en aquella hora el general Juan Vicente Gómez. Comenzó entonces el siglo de la paz, que hoy, escribimos en el 2014 esta parte, pasados ciento once años, esa paz sigue. Y prosigue la segunda condición del siglo XX la libertad. Ha habido paz, es decir, no ha habido enfrentamientos bélicos, con la excepciónde una única batalla, la de La Alcantarilla, durante El Porteñazo(1962), ganada por las fuerzas del gobierno, bajo la conducción del coronel Alfredo Monch Seigert(1913-2009) y mas tarde en el proceso de las guerrilas de los años sesenta(1962-1965). Aunque es paz de la que hablamos debe ser matizado porque violencia sigue habiendo, el historiador Manuel Caballero(1931-2010) quien ha sido quien mejor ha estudiado este proceso señala, sobre aquello que deseamos precisar, que lo que ha habido, y no parece cerrarse, es lo que él denomina “las violencias de la paz”(p.12). Desde luego, el tiempo iniciado en 1903, a poco se topó con la forma de construir la libertad a través del ejercicio de la democracia, esto fue lo que hecho por la generación de 1928, quieneshicieron la “invención de la politica”(p.13), la política hecha por civiles y no militares, cuya mayor concresión fue el artículo 132 de la Constitución de 1961[1], política hecha por civiles desarmados, quien construyeron el país contemporáneo a través de los partidos políticos. Esta fue la gran contribución de los hombres de 1928 y de 1936, los fundadores de los partidos modernos y líderes de la democracia y del respeto de los derechos humanos, ello se hizo bien visible desde el 18 de octubre de 1945, cuando el primer líder de la democracia, Rómulo Betancourt(1908-1981), llegó al poder, al que se unió, por invitación suya, el primer líder socialcristiano, Rafael Caldera(1916-2009), conociendo su alta preparación jurídica, fue inmediatamente nombrado Procurador General de la Nación. Pero ellos no lo hicieron solos, escribe Caballero:”La democracia se hace presente desde el momento en que las masas, a veces de súbito, toman conciencia de su propia fuerza, de su número y de sus potencialidades capaces de imponer el cambio de rumbo a un gobierno, a un país. Conciencia expresada en las más diversas formas, desde un desfile callejero hasta un boletín de voto…Sucedió por primera vez en Venezuela el 14 de febrero de 1936, fecha auroral de la democracia venezolana”(p.13).

Como lo hemos señalado al principio aquí seguimos en muchos momentos, que indicaremos, el análisis de Gisela Kozak Rovero, situado a caballo entre la crítica literaria y la reflexión ensayística, en su Venezuela, el país quesiempre nace. Es breve pero denso, de apenas 109 páginas. Y su lectura obligatoria para la comprensión del tema. Son de distinta índole, varios, los comentarios que se pueden tejer a partir de él, tal la riqueza de lo que nos ofrece.


[1] Allan Brewer Carías: Las Constituciones de Venezuela. 3ra.ed.aum. Caracas: Acadsmia de Ciencias Politicas y Sociales, 2008. 2 vols. En el artículo 132 de la Constitución de 1961, se lee: “Las Fuerzas Armadas Nacionales forman una institución apolítica, obediente y no deliberante, oprganizada por el Estado para asegurar la defensa , la estabilidad de las instituciones democráticas y el respeto a la Constitución y a las leyes, cuyo acatamiento estará siempre por encima de cualquier otra obligación. Las Fuerzas Armadas Nacionales estarán al servicio de la República, y en ningún caso al de una persona o parcialidad politica”(t.II,p.1396).

[1] Allan Brewer Carías: Las Constituciones de Venezuela. 3ra.ed.aum. Caracas: Acadsmia de Ciencias Politicas y Sociales, 2008. 2 vols. En el artículo 132 de la Constitución de 1961, se lee: “Las Fuerzas Armadas Nacionales forman una institución apolítica, obediente y no deliberante, oprganizada por el Estado para asegurar la defensa , la estabilidad de las instituciones democráticas y el respeto a la Constitución y a las leyes, cuyo acatamiento estará siempre por encima de cualquier otra obligación. Las Fuerzas Armadas Nacionales estarán al servicio de la República, y en ningún caso al de una persona o parcialidad politica”(t.II,p.1396).


Todo el grueso del examen que ella realiza en su obra está hecho a partir de la lectura certera de las novelas Los últimos espectadores del acorazado Potemkin(1999), de Ana Teresa Torres(1945), El round del olvido(2003), de Eduardo Liendo(1941), La flor escrita(2003), de Carlos Noguera(1943-2015) y El diario íntimo de Francisca Malabar(2002), de Milagros Mata Gil(1951)[1].

La violencia permanente en nuestra historia, el caudillismo su expresión, cosa que estudia la autora desde atrás pero en sus testimonios escritos. Dijo el crítico Julio Miranda(1945-1996)[2], que su recreación primera se encuentran en dos célebres libros de nuestro siglo XIX, concebidos por Eduardo Blanco(1838-1912): Venezuela heroica(1881) en el cual vemos todo el desatarse de la violencia durante la guerra emancipadora, tanta que llevó el historiador británico John Lynch(1927-2018) a caracterizar la guerra de independencia en Venezuela como las más violenta de América Latina[3]. Y también aludió nuestro inolvidable Julio Miranda en el segundo caso a la novela Zárate(1882), también de don Eduardo, en la cual ya es evidente no sólo la violencia que domina los valles de Aragua y Carabobo en los años veinte del siglo XIX, ya con Páez en el poder, sino la presencia del caudillismo.

El caudillismo es, lo dijo al maestro Arturo Uslar Pietri(1906-2001),”hasta ahora la más original y acaso única creación política del mundo hispanoamericano ha

[1] Ana Teresa Torres: Los últimos espectdores del acorazado de Potemkin. Caracas: Monte Avila Editores,1999. 309 p.; Eduardo Liendo: El round del olvido. Caracas: Monte Avila Editores,2002. 506 p.; Carlos Noguera: La flor escrita. Caracas: Monte Avila Editores,2003. 503 p.; Milagros Mata Gil: El diario íntimo de Francisca Malabar. Caracas: Monte Avila Editores, 2002. 219 p. [2] Julio Miranda: El gesto de mostrar, p.40. Mencioado por Gisela Kozak Rovero: Venezuela el país que siempre nace, p.77. [3] John Lynch: Las revoluciones hispanoamericanas,p.213.


sido ciertamente el caudillo”[1]. Esta meditación era antigua en él, la encontramos muy atrás en uno de los ensayos de su libro Apuntes para retratos, en su examen del Mío Cid. Esto lo prosiguió en un pasaje muy significativo de su ensayo “Una legión de malditos” en donde recuerda el encuentro del caudillo argentino Juan Manuel de Rosas(1793-1877) con el sabio europeo Charles Darwin(1809-1182), un encuentro desventurado, un momento de desentendimiento. Don Arturo también trazó la silueta del último de nuestros caudillos en su novela Oficio de difuntos(1976). Allí está el retrato psicológico de Juan Vicente Gómez(1857-1935). Otro tanto hizo Francisco Herrera Luque(1927-1991) en En la casa del pez que escupe el agua(1975), ambas son las más destacadas contribuciones a la novela de la dictadura y del dictador entre nosotros. Desde luego, hay otras pero estas son las paradigmáticas.

Al parecer que la creación política latinoamericana del siglo XX es el populismo, según advirtió el analista político Alvaro Vargas Llosa al periodista venezolano Rafael Osío Cabrices(1973)[2].


IR Y VENIR


Nuestro comentario a Venezuela, el país que siemprenaceserá extenso, a ello nos ha empujado su lectura y sobre todo a aquello que nos va planteando a medida que vamos

[1] Citaremos a Arturo Uslar Pietri:”El regreso al caudillo”, en Viva voz,p´.170-171. La cita procede de la p.171; Arturo Uslar Pietri: Apuntes para retratos. Caracas: Asociación de Escritores Venezolanos,1952. 107 p. Ver: “El Cid y los caudillos”(p.45-48), texto que se puede leer también en sus Obras selectas. Caracas: Edime,1956,p.1009-1011; “La legión de malditos”, en sus Godos, insurgentes y visionarios,p.85-95.. El pasaje al que nos refeerimos está en la p.85; Oficio de difuntos. Barcelona: Seix Barral,1976. 351 p. La novela de Herrera Luque es En la casa del pez que escupe el agua, ya citada. [2] Rafael Osío Cabrices: El horizonte encendido. Viaje por la crisis de la democracia latinoamericana. Caracas: Mondadori, 2006. 603 p. La cita procede de la p.353.


recorriendo sus páginas y meditando en sus contenidos. Por ello nos detendremos en diversos tópicos y muchas veces aparentemente nos alejaremos de lo escrito por ella, quizá parezca al lector que nos distanciamos pero siempre terminaremos volviendo a ella y sus lúcidos planteamientos, hechos en tan estimulante obra.


¿QUÉ SE PROPUSO?


Venezuela, el país que siempre nace es un libro producto de lecturas, hijo de una Venezuela leída, sentida, sufrida, seguramente con aquella “vivencia, conjuro y añoranza” que nos pidió hacerlo Mariano Picón Salas(1901-1965)[1]. De allí la entrañable observación de su autora sobre el ejercicio de la lectura. Esta es para ella, cosa que compartimos, “Nada más distinto a la lectura de un libro, de una novela o un poema, operación intelectual de máxima complejidad que requiere de un entrenamiento largo...la lectura... requiere de un tiempo, una atención, una intimidad”(p.17-18).

No hay que olvidar que este libro se inicia, en su primera línea con estas observaciones:


”El pensamiento, la literatura y el arte en Venezuela forman parte de una irrenunciable herencia pero, para nuestro infortunio, se han prestado en demasiadas ocasiones para justificar la rebelión, el espíritu contrario a la institucionalidad, la violencia, el caudillismo o el rigor dictatorial como destino inevitable”(p.9).


Por ello indica


“la crisis demoledora por la que pasa nuestro país, escritores, investigadores, docentes, críticos estamos planteando en forma no concertada una revalorización del pasado y presentes literarios locales…¿cuáles son las razones históricas, culturales, sociológicas, educativas a consecuencia de las cuales los venezolanos tendemos a negar nuestras realizaciones en el tiempo?¿Por qué la insatisfacción lógica respecto a las carencias

[1] Mariano Picón Salas: Suma de Venezuela.Caracas: Editorial Doña Bárbara,1966. 204 p. La cita procede de la p.9.


lleva a negar los logros, a ocultarlos, a olvidarlos, en un acto de ceguera que sólo prolonga el escepticismo y el desconocimiento en las nuevas generaciones, formadas por nosotros, escépticos de oficio?”(p.15).


Y sobre los ensayos que forman su libro acota:


“El hilo conductor que los reúne consiste en el extraordinario peso que la política, la historia y el Estado han tenido en la vida intelectual y literaria venezolana y cómo ésta prefiguraba el advenimiento de un movimiento caudillesco y populista, la revolución bolivariana, convertidas ahora en el socialismo del siglo XXI”(p.11).


Indica:


“Creo que esta guerra contra la institucionalidad y el ejercicio ponderado de la política de la intelectualidad, y, hay que decirlo, de la sociedad venezolana, nos ha hecho perder o ignorar los instrumentos ganados a través de tantos años de historia: partidos políticos, tradición literaria y cultural, instituciones educativas, logros legales y constituciones…Por estas razones estudiar la literatura y la cultura venezolana se ha convertido en un imperativo político, ético, estético y vital…He dedicado los últimos años a trabajar la literatura venezolana vista como uno de los logros culturales de nuestra sociedad, más allá de las valoraciones diversas y divergentes que convoca el tema, en especial hablamos de la novelística”(p.10).


E indica: “La literatura era la vía regia para pensarse a sí mismos(as) y relacionarse con el mundo, el camino providencial en la indagación de la identidad nacional y la construcción de un mundo distinto”(p.46), “Pero así como cada individuo requiere de una historia que lo sitúe en el mundo y necesita sus ficciones consoladoras, las naciones tienen sus propios héroes, sus propios relatos fundadores, sus mitos indispensables usados con fines políticos. En el caso venezolano el paradigma sería el culto a Simón Bolívar(1783-1830), de tan larga y desafortunada vida en el imaginario venezolano. No obstante, hay otros mitos más recientes, que, por cierto, coinciden con los deseos heroicos inconfesados del protagonista: los mitos revolucionarios de los sesenta”(p.70), se refiere ella aquí al protagonista de la novela Los últimos espectadores del acorazado de Potemkin, de Ana Teresa Torres cuyo análisis es central dentro de las observaciones que hace la autora en su libro. Y porque esta ficción es obra mayor dentro de la ficción venezolana.


LA EPOCA


Uno de los hechos más fascinantes en Venezuela, elpaís que siempre nace es la comprensión que ella hace de la época que vivimos. Y ello tanto a nivel internacional como nacional, sobre todo en la incidencia sobre nuestro devenir de los sucesos de los años sesenta. Fue esta la década de la Revolución Cubana(enero 1,1959), del feminismo contemporáneo, que si bien había sido fundado en el siglo XVIII, en 1792, por Mary Wolltonecraft(1759-1797), desarrollado luego por las sufragistas y dotado de sus elementos teóricos y prácticos, en 1949, por Simone de Beauvoir(1908-1986) en El segundo sexo(1949) logró su plenitud universal gracias al feminismo norteamericano, especialmente gracias a obras como La mística de la feminidad(1962) de Betty Friedan(1921-2006) o a Política sexual(1969) de Kate Millett(1934-2017). A estos tomos centrales, añadiríamos hoy Contra nuestravoluntad(1975) de Susan Brownmiller(1936), sobre la dolorosa experiencia de la violación; por varias autoras La primeravez(1981) sobre la iniciación sexual de la mujer. O ya dentro del llamado “postfeminismo” precisamente el libro de la ya citada Betty Friedan: La segundafase(1981) e incluso La guerra contra lasmujeres(1992) de Susan Faludi(1959)[1]. Esto dicho así no hay que olvidar que el

[1] Las ediciones que hemos usado son: Simone de Beauvoir: El segundo sexo. Buenos Aires: Siglo XX, 1965. 2 vols.;Betty Fridman: La mistica de la feminidad. Barcelona: Jucar,1974.519 p.; Kate Millet: Politica sexual. México: Aguilar,1975. 518 p.; Susan Brownmiller: Contra nuestra voluntad. Hombres, mujeres y violación. Barcelona: Planeta,1981. 435 p.; Varios Autores: La primera vez. O la novela de la virginidad perdida a través de los siglos y los continentes. Barcelona: Planeta,1984. 301 p.; Betty Friedan: La segunda fase. Barcelona: Plaza y Janés, 1983.307 p.; Susan Faludi: La guerra contra las mujeres. Buenos Aitres: Planeta,1992.446 p. Un análsis muy hondo de todo este proceso es el que hace la española Montserrat Roig en sus Mujeres en busca de un nuevo humanísmo. Barcelona: Salvat, 1981.64 p.


feminismo venía de muy atrás, había nacido en el siglo XVIII, en los días de la Revolución Francesa(julio 14,1789), a través del libro de la británica Mary Wolltonecraft Vindicación de los derechos de la mujer(1792). Fue un contemporáneo masculino de esta singular mujer, el primer hombre latinoamericano en hablar de la concesión de los derechos políticos y de la libertad para divorciarse a las mujeres: Francisco de Miranda(1750-1816), su opinión(octubre 26,1792) está entre los papeles de su archivo[1] . Por cierto que la Woltonecraft fue la madre de Mary Shelly(1897-1851) la autora de Frankestein o el moderno Prometeo(1817), hija de su segundo matrimonio, con el notable editor y publicista William Godwin(1756-1836), el editor de sus libros.

Fue la década del sesenta del siglo XX la del Concilio Ecuménico Vaticano II(1962-1965) que impulsado por el papa Juan XXIII, Giovanni Roncalli(1881-1963), y realizado por su sucesor, Paulo VI, Juan Bautista Montini(1897-1978), puso en practica el necesario “aggiornamiento”, la puesta al día, de la Iglesia. Eso permitió que en América Latina fuera creada y desarrollada la Teología de la Liberación desde los escritos del jesuita peruano Gustavo Gutiérrez(1928), su creador.

Vino luego el singularísimo año 1968: Revolución de Mayo en París, el movimiento de la Primavera de Praga, por la democratización del socialismo en Chacoeslovaquia y su represión: la invasión de la URSS(agosto 20) a esa nación para impedir los cambios democráticos y poner fin a aquel experimento liberador. La experiencia checoeslovaca había sido marcada por Milán Kundera(1929) en su primera novela La broma(1967). Y el movimiento libertario dentro del comunismo tuvo tanto eco, en todas partes, que tres intelectuales venezolanos le dedicaron sus libros de

[1] Francisco de Miranda: Colombeia.t.X,p.275-276. Ver nuestro “Miranda y los derechos de la mujer, El Diario de Caracas: marzo 14,1994.


aquellos días, obras de honda trascendencia hoy: Teodoro Petkoff(1932-2017) a través de Checoeslovaquia: el socialismo como problema(1969); Manuel Caballero(1931-2010) con El desarrollo desigual del socialismo y otros ensayos polémicos(1970) y Ludovico Silva(1937-1988) en Sobre el socialismo y los intelectuales(1970)[1]. Las tres obras además de iniciar el debate sobre el socialismo autoritario constituyeron el eslabón para la división del Partido Comunista Venezolana. El PCV era en aquel momento uno de los responsables de la lucha armada, terminada en derrota. Consecuencia de su escisión fue la fundación del MAS, el partido que encarnó entre nosotros lo que sería muy poco después el Eurocomunismo, formado en 1977 y que existió hasta la caída del socialismo(1989) y que tuvo que ver con el pensamiento de Majail Gorbachov(1931), como él mismo lo reconoció en sus memorias. Que aquello comenzara entre nosotros, y desde el MAS, debemos anotarlo. No escribimos aquí como militante politico, además no lo fuimos de la izquierda sino del socialcristianismo, lo hacemos sino como estudioso de la historia y analista de los sucesos y como crítico literario en los pasajes de este libro que así lo requieren.

En América Latina como anota Gisela Kozak “Al igual que en otras regiones del continente, el feminismo, la cultura de masas representada en el heroísmo deportivo y la esperanza de la revolución modificaron la vida intelectual, las relaciones de poder, las aspiraciones de ascenso social y las relaciones personales”(p.39).

[1] Teodoro Petkoff: Chacolslovaquia: el socialismo como problema, Caracas: Editorial Fuentes,1969; Manuel Caballero: El desarrollo desigual del socialismo y otros ensayos polémicos. Caracas: Editorial Fuentes,1970. 235 p.; Ludovico Silva: Sobre el socialismo y los intelectuales. Caracas: Ediciones Bárbara,1970. 85 p.




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