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CAUDILLOS, GAMONALES Y GUERRILLEROS EN LA MEMORIA VENEZOLANA...(XXII) Roberto Lovera De Sola.


LA REBELDÍA DE LOS AÑOS SESENTA


Toda esta parte, sobre los años sesenta del siglo XX los dedicamos a la memoria de una de sus protagonistas y memorialistas:especialmente a Clarita Posani(1933-2017) quien nos dijo adiós mientras revisabamos esta parte.

“Es como la rebelión de los náufragos politicos de las últimas cinco décadas. Los rasgos de la subversión de los años sesenta. Con nuevos reclutas. Los derrotados en las intentonas subersivas del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992 se incorporan a la abigarrada legión de causahabientes. Todos los matices, todas las ambiciones y todas las frustraciones de repente”. Carlos Andrés Pérez: “Hubiera preferido otra muerte” en Agustín Blanco Muñoz: ¡Yo sigo acusando!. Habla CAP. Caracas: Universidad Central de Venezuela,2010,p.669.


Debemos advertir para entrar en el tema, que durante el siglo XX, desde la batalla de Ciudad Bolívar y algunos breves intentos frutrados, anteriores a 1935, año de la muerte de Gómez, no hubo rebeliones armadas hasta el inicio de las guerrillas. Hubo si golpes de Estado militares en 1945, este en verdad castrense-civil, en 1948 y en 1958, los dos últimos sin víctimas. En el mismo año hubo dos intentos: en julio y el 7 de septiembre. Ninguno otro hasta 1960, 1961, 1962 y el inicio de las guerrillas en 1961. Así, desde 1903, la paz estuvo viva en Venezuela a lo largo de cien años, logro también gomecista, pues fue el general de La Mulera que le puso fin a las guerras civiles y fundó la paz. A lo largo, entre 1903 y 2002, solo hubo una batalla, que pudiera llamarse así: la de La Alcatarilla(junio 3,1962), durante El Porteñazo. Y este es un hecho que singulariza a Venezuela ya que a lo largo del siglo XX hubo dos guerras mundiales y después las llamadas “guerras de la postguerra”. Y la paz generalizada no parece lograrse ya entrados al siglon XXI mientras en Venezuela la sigue habiendo. La única no-paz entre nosotros es la de la delicuencia, mientras numerosas guerras llenan al mundo. Singular virtud la de Venezuela de tener,por largo tiempo, siempre paz, ser un país pacífico.

Vayamos aquí al siglo XX, a los años 1961-1969, en la primera fecha comienzos de las guerrillas en Turimiquire, estado Sucre; en 1969 con el anucio de la politica de Pacificación, del presidente Rafael Caldera(1916-2009). La idea de Carlos Andrés Pérez(1922-2010) sobre “la rebelión de los naufragos”[1]: los guerrilleros vencidos de los sesenta, debe ser seriamente tomada en cuenta, él en ello fue ojo avisor cuando lo expresó, en grave hora de su vida politica, en el día anterior al final de su segunda presidencia(1993). Esta idea, a nuestro entender, a los que hemos examinado el asunto, debe encabezar toda historia sobre el movimiento guerrillero de los años sesenta.

Los sesenta son una época cenital en nuestra historia contemporánea porque al iniciarse apenas se había reiniciado también el régimen de la democracia representativa, sancionado no sólo por los votos de la mayoría de los venezolanos en las elecciones generales del mismo año(diciembre 7,1958) sino también, previamente, por un certero acuerdo de unidad política entre los partidos democráticos, el Pacto de Puntofijo(octubre 31,1958) el cual dio a Venezuela cuarenta años de estabilidad política y desarrollo económico y social. Acuerdo visto con buenos ojos incluso por el PCV que no fue invitado a firmarlo, por ser aquellos los años de la guerra fría cuyo estandarte era el anti-comunismo. Pero esto no lo comprendió la izquierda insurgente, infectados por el delirio causado en América Latina por la Revolución Cubana(enero 1,1959).

Esa década, dice Gisela Kozak, convirtió “a los años sesenta en un momento clave de nuestra modernidad urbana y en el recuerdo persistente transformado en literatura y hoy en impulso político: lanzarse a la lucha armada sin darle a la democracia venezolana la oportunidad de medirse a sí misma y dejándola en manos de sus factores probablemente más conservadores”(p.78).

“Cuando nos referimos a los años sesenta[en Venezuela] estamos hablando, además, de un momento estelar de la modernización urbana venezolana del siglo XX: crecimiento económico, oportunidades de ascenso y movilización social como en pocos de América Latina,

[1] Agustin Blanco Muñoz: ¡Yo sigo acusando¡. Habla CAP. Caracas: Universidad Central de Venezuela,2010.680 p. Ver: Carlos Andrés Pérez: “Hubiera deseado otra muerte”(p.667-674). La cita procede de la p.669.


entrada de oleadas de inmigrantes[1], masificación de la educación, comienzos de la era democrática en un país de tradición dictatorial, auge urbano”(p.78).

“Los cambios internacionales propios de esta época tienen indudable impacto en el país, desde la Revolución Cubana hasta el feminismo, los movimientos juveniles y la liberación sexual...no todo era color de rosa, pero tampoco color de hormiga”(p.78).

“La reacción de un sector muy importante de nuestros intelectuales ante la derrota militar, política e ideológica, a finales de los años sesenta, se tradujo en una duda radical del valor mismo de la actividad artística y literaria, duda potenciada por la definitiva consolidación del predominio de la esfera mediática en el país”(p.19).

Se necesita, como plantea la autora, a la vista de El round del olvido(2003) de Eduardo Liendo(1941), que los años sesenta sean vistos por sus protagonistas con una mirada “entre crítica, afectuosa y sin amarguras”(p.39), hay que “saber, iluminar, entender”(p.44) esa época como deduce de su lectura de la novela de Liendo; y entender bien lo que ella misma llama “las vueltas de la historia”(p.39) seriamente incomprendidas por la izquierda venezolana y por el chavismo.


HISTORIA DE LAS GUERRILLAS


Aquí queremos dedicar la parte que abrimos a los jóvenes, hombres y mujeres, caidos en esa lucha, todos por sus edades idealistas, pero engañados por los que los empujaron a la acción y luego los dejaron abandonados. Y los que salvaron sus vidas pero también quedaron heridos en sus espíritus, especialmente psicológicamente, y pocos lograron proseguir sus vidas curados de sus malestares. Fue conversando con ellos, desde 1968, y habiendo comprendido sus dolores que surgió en nosotros, como imperativo de la conciencia, la decisión de escribir estas páginas.

[1] En verdad, la gran inmigración venida a Venezuela se inició tras el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, y fue mucho mas grande en los años cincuenta, bajo la dictadura de Pérez Jiménez, con las llegada de masas de españoles, italianos y portugueses, especialmente. Sobre esto consultar José Luis Salcedo Bastardo: Historia fundamental de Veezuela, en el capítulo “Cambio demográfico”(p.543-544), allí están indicadas sus cifras..


El proceso de la violencia armada de los años sesenta, las guerrillas(1961-1965) fue sin duda un suceso grave, una experiencia dolorosa en la vida venezolana, una frustración, una derrota para la izquierda marxista, pero fue un suceso para los que vivieron aquellos días, un hecho generacional, así, como fue el caso de quien esto escribe que sin ser marxista ni persona de izquierda, sin participar en aquellos sucesos, por ser un joven de aquellos días, deseoso del triunfo de la justicia social, esos sucesos terminaron llegando hasta él, sobre todo cuando en las aulas universitarias conoció a los jóvenes guerrilleros de su edad, quienes vencidos habían bajado de la montaña y vuelto a la vida social, pronto acogidos muchos de ellos al proceso de pacificación propiciado por el presidente Rafael Caldera(1916-2009) en su primer gobierno(1969-1974), motorizado por su Ministro de Relaciones Interiores, Lorenzo Fernández(1918-1982). Todos aquellos jóvenes estaban lacerados por la experiencia de la cual algunos no lograron reponerse nunca. Y fue un suceso de nuestro tiempo para nosotros, ya joven escritor en 1968, humanista cristiano siempre, pues el ambiente político, en donde dominaba nuestro proceso democrático estaba también contaminado con todo lo que la Revolución Cubana y sus lideres había esparcido. La revuelta venezolana fue auspiciada y financiada por Fidel Castro(1926-2016), enemigo acérrimo siempre de las libertades públicas de las cuales gozaba Venezuela, y tuvo como cabeza, como ahora lo sabemos[1] a Ernesto Guevara de La Serna(1928-1967) a quien se veía con una figura de leyenda, hoy sabemos que fracasó en su vida, que no dejó

[1] Para todo lo relacionado por lo hecho desde Cuba contra Venezuela, hemos utilizado a Tad Szulc: Fidel, un retrato crítico, antes citado y Jon Lee Andersen: Che Guavara, una vida revolucionaria. Caracas: Anagrama/Alfa, 2006.753 p. Para lo que hemos señalado más arriba, Guevara jefe de la insurgencia contra los países latinoamericanos, ver la p.505 de esta última obra.


nada plantado y lo que ha pervivido de él es su declaración en Montevideo, ya en el poder los castristas, “hemos matado, estamos matando y seguiremos matando”: quien eso dijo no podía ser considerado un humanista, porque basta que se sacrifique una vida humana para que un proceso político deje de tener sentido. Es por ello que su gran biógrafo, el norteamericano Jon Lee Anderson(1957), inicia su libro remarcando sobre el llamado “guerrillero heroico” fue “ícono definitivo de su revuelta entusiasta, aunque en gran medida vana”[1].Eso fue. Pero la juventud nuestra estuvo muy contagiada de socialismo cubano que terminó siendo una cruel dictadura, la más larga tenida por un país latinoamericano, ya con cincuenta y cinco años, y nunca dio ni felicidad, ni desarrollo, ni libertad a la isla en donde se instaló, siempre apoyada por una potencia extracontinental, la URSS, al menos hasta el momento del anuncio de la Perestroika y la caída del socialismo en 1989. De aquello que parecía a los jóvenes de 1968 un camino liberador, lo cual no dejaba de ser una paradoja porque aquel año lo fue libertario por la revuelta parisina, “¡Prohibido, prohibir!”, y la de Praga, inicio de la caída del socialismo autoritario, que tuvo por Biblia la primera novela de Milán Kundera(1929), La broma(1967)[2]. Aunque debemos decir que el proceso del final del socialismo autoritario, se debe decir hoy, se inició con la insurrección húngara de 1956. Entre nosotros, para suerte, nuestra democracia terminó imponiéndose en las conciencias y triunfando sobre los que proclamaban la muerte, imitando a Millán Astray(1879-1954) en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, el 12 de Octubre de 1936, con su “abajo la inteligencia, viva la muerte” y, desde luego, con la respuesta que dio don Miguel de Unamuno(1864-1936) en aquel mismo sitio: “venceréis pero no convenceréis”, cosa que así fue. Tanto que hasta los grandes intelectuales de la izquierda, Héctor Mujica(1927-2002), Germán Carrera Damas(1930) o Manuel

[1] Jon Lee Anderson: El Che Guevara, una vida revolucionaria, p.11. [2] Milan Kundera: La broma(1967), antes citada.


Caballero(1931-2010) terminaron ofreciéndonos sus graves análisis de aquella experiencia de la misma forma que ellos, entre los más altos, terminaron comprendiéndo los rasgos de la democracia venezolana, ofreciendo los mejores análisis de aquel periplo luminoso de estabilidad política, desarrollo económico y social, libertad y respeto de los derechos humanos. Y a muchos muchachos de aquellos días, rebeldes y contestatarios todos, porque ese el aire en que respirábamos, y es el agua que nutre a todas las generaciones juveniles: la rebeldía. Lo que nos salvó a nosotros de aquel entuerto fue el estudio de la historia de Venezuela, la cual nos estaba diciendo cuán equivocados estaban los marxistas al instaurar el proceso guerrillero, suceso que no procedió de un estudio correcto y crítico de nuestra realidad, sino de la incomprensión de que Venezuela era un país democrático y deseaba democracia, y peor, instauraron unas guerrillas rurales en un país urbano, movimiento para el que sus miembros recibieron escasa o casi nula formación militar. De allí que no tuvieron eco los insurgentes, tanto que en verdad se puede decir que la guerrilla fue derrotada el 1 de diciembre de 1963, día en que Raúl Leoni(1905-1972) ganó las elecciones, momento en que la izquierda guerrillera predicó la abstención y la gente, todos los ciudadanos, votaron por elegir un presidente democrático, de la raigambre ética de aquel en quien confiaron en aquella hora.

Hay que insistir en una serie de elementos a tener en cuenta en el análisis de lo que se ha denominado el período de la lucha armada, y en especial para el estudio del fenómeno guerrillero, iniciado con acciones en 1961, ya vencido en 1965, cuando se declaró la tregua. Aquí hay que tener en cuenta los puntos de vista sostenidos por Ramón J. Velásquez(1916-2014) pues tienen paralelismos con lo expuesto por un autor italiano, Luigi Valsalice y por Antonio García Ponce(1929). Es la de García Ponce una exposición hecha congran precisión y mucha documentación de los actores de la contienda, la izquierda marxista y el la exposiciones hechas por el lado de nuestras Fuerzas Armadas quienes se enfrentaron en aquella guerra declarada al gobierno. Fuente castrense muy usada por García Ponce es el libro de coronel Arturo Castillo Máchez(1946-2010): Más allá del deber, este con veinte y un mil ejemplares impresos, cuyo autor todavía exhibe las heridas que le fueron hechas en combate contra las guerrillas cuando era subteniente, suceso en el que se detiene García Ponce[1].

La guerrilla izquierdista fue una gran tragedia en la vida venezolana, sobre todo para todos los jóvenes de ambos sexos, idealistas, como lo es siempre la juventud ventiañera, que fue empujada a la acción y utilizada como carne de cañón y luego abandonada, como más de uno de ellos nos lo relató. Nosotros, reiteramos, sin ser marxista, seguro siempre de las virtudes de la democracia venezolana, como humanista cristiano, tuvimos a varios de ellos, bajados ya de la montaña como compañeros de estudio y escuchamos sus dolorosos recuentos. Todos estaban enfermos, muchos de ellos psicológicamente, no tenían brújula, eran los vencidos de un combate sin sentido, pocos años más tarde los libros escritos por varios de ellos vinieron a confirmar lo que entonces comprendimos de al oír el recuento de aquel doloroso drama. Por cierto los más valiosos testimonios fueron escritos por dos mujeres: Ángela Zago(1942) en Aquí no ha pasado nada(1972) y Clarita Posani(1933-2017) en Los farsantes(1976), la escritura de este último la seguimos de cerca, casi día a día. Para su siguiente libro La casa está

[1] Ramón J.Velásquez: “Aspectos de la evolución política de Venezuela en el último medio siglo,1926-1976” en Varios Autores: Venezuela moderna,p.252-294; Luigi Valsalice: Guerrilla y politica: curso de su acción en Venezuela,1962/1965, antes citada. Tuvo este libro una edición venezolana en La guerrilla castrista en Venezuela, antes citada; Antonio García Ponce: Sangre, locura y fantasía. La guerrilla de los 60, ya citado; Arturo Castillo Machez: Más allá del deber, antes citada; Luis Vera Gómez: La subversión armada 1964-1967 en sus documentos.


llena de secretos(1980) escribimos el texto de su contratapa[1].

Ambas, Ángela Zago y Clarita Posani, no dejaron de reflexionar nunca sobre el gran error y sobre lo que significaba matar a otros para imponer un credo. De allí surgieron dos obras fundamentales de introspección personal, que ningún guerrillero hizo. Nos referimos a Existe la vida(1990), de la Zago y a La casa está llena de secretos(1980), de la Posani. Volveremos sobre estos hondos testimonios existenciales.

El origen de aquella insurgencia armada no pudo ser más erróneo: el contagio de la Revolución Cubana y el apoyo económico de Fidel Castro(1926-2016), siempre enemigo de la democracia venezolana en todo momento, desde que el presidente Rómulo Betancourt(1908-1981) se negó a apoyar económicamente a Cuba con dinero y petróleo venezolano, fue durante su visita a Caracas a poco de haber llegado al poder en La Habana(enero 23-26,1959). Se enfrentaron en aquel diálogo las dos concepciones de la política en América Latina: la democrática y la marxista, una trabajó para su pueblo y respetó el uso de sus recursos, venidos del petróleo, el otro solo trajo tiranía y muerte al continente, aliandose incluso con una potencia extracontinental: la URSS, acción contraria a todos los ideales de la emancipación hispanoamericana. Por cierto, que aquella entrevista con Betacourt se inició con un hecho: Castro llegó armado. Al verlo Betancourt le advirtió en clarísima voz: “Doctor Castro deje el arma afuera, a mi casa no entra gente armada”. Lo de doctor Castro tenía un sentido: Betancourt sabía que Castro no era un oficial profesional, nunca había estado en una Escuela Militar.

Además, lo que afirmamos en adelante es tan importante como lo señalado anteriormente, la guerrilla fue instaurada en un país que deseaba la democracia y la había

[1] Ángela Zago: Aquí no ha pasado nada. Caracas: Síntesis Dosmil, 1972. 205 p.; Clara Posani: Los farsantes. Caracas: Fuentes, 1976. 262 p.; Clara Posani: La casa está llena de secretos. Caracas: Publicaciones Seleven1980. 272 p.


reconquistado, después de una década de dictadura, tres años antes de las primeras acciones guerrilleras, no se basaban por ello aquellos actos programados por la izquierda, por el PCV y por el MIR, en el examen riguroso de la realidad venezolana, por cierto examinar la realidad era un principio inculcado por el viejo Carlos Marx(1818-1883) y tan no se analizó nuestra realidad que se crearon una serie de destacamentos guerrilleros en las zonas rurales y ello en un país que se había convertido en urbano. Por ello la guerrilla no tuvo eco alguno en las zonas rurales, ni entre los campesinos, seguidores en su mayoría de las consignas de AD, ni tampoco en la sociedad urbana. De hecho la insurgencia fue plenamente derrotada en las elecciones del 1 de diciembre de 1963 cuando la guerrilla llamó a la abstención y el país civil entero votó masivamente, eligió a Raúl Leoni, un gobernante democrático, de hecho la guerilla había sido derrotada por el gobierno de Betancourt, en el cual el jefe del ejército fue el general Antonio Briceño Linares, Ministro de la Defensa(1961-1964), el impulsor de su derrota militar, lo que bajo Leoni prosiguió, pese a haber tenido que enfrentar el desembarco cubano en Machurucuto(mayo 8,1967), organizado en la isla caribeña por el mayor enemigo, Fidel Castro(1926-2016), que siempre tuvo Venezuela. Por cierto, una serie de venezolanos, traidores a la patria, participaron en aquella incursión al país. Fue la única invasión al país de que se tenga noticia en nuestra historia desde la incursión de las potencias europeas al inicio del siglo XX, durante el gobierno de Cipriano Castro(diciembre 9,1902), invasión en la que no participó ningún venezolano, cosa que si sucedió en Machurucuto. y con la presencia de varios venezolanos. Recordemóslo otra vez: unirse a una potencia extranjera para invadir su propio pais, es un delito de Traición a la patria, tipificado en nuestro Código Penal. Nuestro ejército y su Comandante en Jefe, el presidente Leoni, vencieron y detuvieron a los invasores[1].

[1] Como obras que tocan el tema de forma general para el análisis que intentamos deben tenerse en cuenta: Hannah Arendt:Sobre la revolución. 3ra.ed. Madrid: Alianza Editorial,2009.399 p.; Hannah Arendt:Sobre la violencia.2ª.ed.Madrid: Alianza Editorial, 2008.144 p.; Victor Massuh:La libertad y la violencia.Buenos Aires: Sudamericana, 1968.347 p.; Robert Taber:La guerra de la pulga. Guerrilla y contraguerrilla.México: ERA, 1967.191 p. Los estudios de intelectuales venezolanos sobre esta problemática han sido, los citamos en orden cronologico, son: Arturo Uslar Pietri:La palabra compartida.(Discursos en el parlamento,1959-1963). Caracas: Pensamiento Vivo Editores, 1964.292 p.Sobre el período de la lucha armada de los años sesenta ver: “La guerra civil fría”(p.203-206); “La tarea de estabilizar la democracia”(p.117-121) ;“Garantías y violencia”(p.235-242); “El problema de la violencia”(p.245-249); Juan Liscano, que fue el escritor democrático quien con más constancia analizó estos hechos, ver sus Un intelectual venezolano frente a la violencia extremista. Caracas: spi, 1965. 41 p, folleto inserto en su Pensar a Vernezuela,p.175-225.;Panorama de la literatura venezolana actual, antes citado;Pensar a Venezuela.(Testimonios de cultura y política,1953 a 1995). Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1995. 278 p.Ver:”Violencia política de ayer y en los años 60”(p.161-173); “Frente a la lucha armada pro castrista”(p.173-225); Tiempo desandado.Prólogo: José Francisco Sucre. Caracas: Ministerio de Educación, 1964. VIII, 413 p. Ver: “Sobre maestros y demagogos”(p.305-309); “Rectificación y ratificación”(p.311-315); “Carta pública al semanario Combate”(p.317-327); La violencia en Venezuela.Caracas: Publicaciones del Círculo de Estudios Revolución Nacional, 1963. 99 p.; Carlos Rangel:Del buen salvaje al buen revolucionario.Mitos y realidades de América Latina.16.ed..Prólogos: Carlos Alberto Montaner y Jean Francois Revel.Caracas: Criteria,2005. 316 p.Ver los capítulos: “Fidel en la Sierra Maestra”(p.148-151), “El buen revolucionario”(p.151-154), “Revolución en la revolución”(p.154-156) y “Guerrilla rural y terrorismo urbano”(p.156-158);Manuel Caballero: La pasión de comprender. Segunda serie. Caracas: Alfadil, 2005. 243 p. Ver: “Las violencia en la historia de Venezuela” (p.52-66); Manuel Caballero: “La izquierda la cuadratura del círculo” en La pasión de comprender,p.135-154 ;Manuel Caballero:“La lucha armada en Latinoamérica: una falsa frontera entre la reforma y la revolución”, en Ni Dios ni Fderación. Caracas: Alfa,2007,p.258-274, este estudio solo aparece en la edición de esta obra que citamos aquí; Vanesa Peña Rojas:Manuel Caballero, militante de la disidencia.Caracas: Los Libros de El Nacional, 2007. 157 p. Contiene un interesante análisis(p.83-91), dentro de la biografía de Caballero, de los años de la lucha armada, el gran debate sobre el socialismo que se produjo en Venezuela, tras la invasión de la URSS a Checoeslovaquia(1968) una de cuyas consecuencias fue la división del PCV, producto de la derrota militar, política e ideológica que significó para la izquierda venezolana el fracaso del movimiento guerrillero y además la significación de la Renovación Universitaria(1969); Héctor Pérez Marcano:“La lucha armada en Venezuela en la década de los 60 del siglo XX: Asdrúbal Aguiar: De la Revolución Restauradora a la Revolución Bolivaraiana. Caracas: UCAB/El Universal, 2009. Ver_ Héctor Pérez Marcano:”La lucha armada en Venezuela en la década de los 60 del siglo XX”(p.419-438)., cuidadoso recuento de un testigo y protagonista; Michelle Roche Rodríguez:Album de familia.Conversaciones sobre nuestra identidad cultural. Caracas: Alfa, 2013. 247 p. Sobre la guerrilla ver las p.28,39,40,141,149,150, 209. Sobre la izquierda ver la p.28; Enrique Tejera París:Cuando Venezuela tenía razon.Memorias: Washington,1963-1969.Caracas: Editorial Libros Marcados, 2013.377 p.Ver: “Foquismo guerrillero y relaciones con la Unión Soviética. La lucha armada de los comunistas contra el socialismo democrático”(p.211-226); Ana Teresa Torres: Vagas desapariciones.2ª.ed. Caracas: Alfa,2011. 271 p. Sobre la guerrilla de los sesenta ver las p.153-165; para la eclosión de la violencia a partir de 1999 existe el estudio de Leonardo Carvajal: ¿Guerra civil en Venezuela? Epílogo: Francisco José Virtuoso SJ. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, 2012.430 p. LA MEJOR SINTESIS


La mejor síntesis de aquellos días trágicos de los sesenta, en donde perdieron tantas vidas, la hallamos en estas palabras del historiador y maestro Germán Carrera Damas(1930):


“En ese combate de los años sesenta perecieron o se dañaron ética y moralmente, de lado y lado, 6000 jóvenes…Los que no murieron en el combate quedaron malogrados por la prisión, por las torturas, por la violación de los derechos humanos de que fueron víctimas o que ellos cometieron por mil cosas. Esa sangría de aquel momento determinó que la sociedad quedara sin una generación de relevo…Cuando comenzó la lucha armada con toda su ferocidad yo me opuse. No públicamente, en el sentido de salir a combatirla, pero si negándome a participar, a auspiciar aquello. Traté de apelar al sentido crítico de los estudiantes, respetando su autonomía intelectual, pero señalándoles lo que veía que era la orientación de la historia de Venezuela, en el sentido de la República Liberal Democrática. Fue un crimen contra la sociedad venezolana, de lado y lado. Se produjo una fractura en la fuerza dinámica de la sociedad venezolana: la mayor parte de estos muchachos perecieron o quedaron incapacitados para incorporarse a una lucha política regular…Todo aquel período de enfrentamiento violento entre 1960 y 1963 significó una tremenda sangría de la potencialidad de la sociedad venezolana. Los numerosos jóvenes que murieron o quedaron maleados de una parte y otra, tanto los reprimidos como los que los reprimieron, tanto el guerrillero como el que lo combatió, retrocedieron a esquemas no democráticos, de barbarie, que significaron un grave daño estructural para la sociedad venezolana en su propósito de formar una generación de relevo. Difícilmente se puede justificar como lucha ideológica matar a un policía diariamente, como no se puede razonar como lucha ideológica el asesinato de Alberto Lovera(1923-1965). Ahí no hay lucha ideológica sino un combate planeado en términos de barbarie de parte y parte. El daño fue recíproco. Un buen número de los jóvenes que perecieron eran los más inquietos, los más creativos, los más capaces de comprometerse con una idea de sacrificio, de esfuerzo, no los achantados, los comodones y demás. Pagaron caro. Causó en el seno de la democracia la psicosis de la pérdida del poder. En quienes atendieron el problema en esos años el asunto se redujo a ‘hay que permanecer en el poder a cualquier precio’, que fue el abandono de la concepción pedagógica del poder y el comienzo de la degradación de los partidos, que van diluyendo”[1].


UNAS OBSERVACIONES SOBRE EL PCV


Y ya que hablamos del PCV, el partido que organizó las guerrillas, pero luego sucumbir, debemos también tener en cuenta estas observaciones del historiador Carrera Damas. El lo hizo relacionado con la militancia en cualquier partido comunista, aunque él se refiere al venezolano del que fue militante hasta 1958. Dice: “Las tres libertades que para mi constituían el hombre nuevo eran seriamente afectadas: la militancia, la profesión y lo espiritual”[2].

[1] Germán Carrera Damas: El asedio inútil,p.33,98,182. [2] Germán Carrera Damas: El asedio inutil, p.63. Tiene mucho que ver este pensamiento con lo expresado por el checo disidente Milán Kundera(1929) en La insoportable levedad del ser[1] sobre el comunismo. La magna novela de Kundera es el gran libro contra el autoritarismo stalinista, su paralelismo con la novela de George Orwell(1903-1950): 1984(1948) es claro y significativo. Pero no es solo una nueva explanación del asunto el de Kundera, aunque la tesis del británico está allí, pero Kundera a la vez, es una de las esencias de su obra, deambula también, de forma sentida por los predios de la sexualidad, el amor, el erotismo y las idas y vueltas de las parejas, sin lo cual es imposible describir a nuestro tiempo, después de la rebelión sexual de los sesenta, porque la sexualidad es el motor del vivir. Lo esencial de la obra de Kundera se sucede a través de estos polos, sobre todo en sus obras mayores: El libro de la risa y del olvido(1979), La vida está en otra parte(1973), La despedida(1973) y La ignorancia(2000). Ahora bien si es imposible militar en un partido comunista, como dice Carrera Damas, ya que ello comprometían: “Las tres libertades que para mi constituían el hombre nuevo eran seriamente afectadas: la militancia, la profesión y lo espiritual”[2], Esto ya se había visto en la insurgencia húrgara de 1956, sería más evidente en la Primavera de Praga en 1968 y se haría claramente presente al caer el Muro de Berlín, en 1989. Allí, aunque solo lo ven pocas personas todos los partidos comunistas desaparecieron al morir el autoritarismo[3]. Los partidos comunistas que existen hoy en día ya no tienen sentido, hay que ver para ello el triste papel público que cumple el venezolano.


[1] Milan Kundera: La insoportable levedad del ser. Barcelona: Tusquets,1993. 320 p.La cita procede de la p.130. Su primera traducción castellana, hecha por Fernando de Valenzuela, fue impresa en 1985 [2] Germán Carrera Damas: El asedio inutil, p.63. [3] German Carrera Damas:El asedio inútil,p.33.98,182 en donnde están sus fundamentales opiniones sobre la lucha armada. EL METODO


La estructura de Sangre, locura y fantasía, de Antonio García Ponce, es la propia de una obra de historia y está asentada sobre lo que es el discurso de todo historiador: a partir de la lectura y análisis crítico de los documentos.

Por ello indica García Ponce haber hecho “La consulta a muchas fuentes, la lectura atenta de muchos documentos y la conversación con muchos amigos…Es enorme la cantidad de libros, revistas y sitios en la Red…Es la primera vez que se hace de esta manera, al menos en la magnitud que está encerrada en estas páginas, sobre todo si se piensa en una investigación que toma en cuenta las versiones de aquí y de allá, en pro y en contra”(p.11).

Y subraya: “Hay algo más que indica ese pudor extraño ante algunas fuentes. En esta investigación nuestra…donde se han revisado miles y miles de páginas sobre el tema, no hay, por parte de ciertos autores o simples comentaristas, ninguna apelación a una fuente inestimable, la publicación titulada Confidencial que el Ministerio de Relaciones Interiores de entonces editó regularmente, a base, en exclusividad, de los materiales, algunos de ellos larguísimos, y hasta soporíferos, que capturaron los cuerpos de inteligencia a los militantes clandestinos en sus razzias habituales. Y eso, que hay allí una información valiosa, inestimable”(p.101). Se refiere al libro compilado por Luis Vera Gómez(1918-2008), que antes hemos mencionado, la que es una importante fuente documental.

Y vuelve a anotar: “en la documentación del bando antiguerrillero, por la circunstancia de estar abiertos al investigador sus archivos, que en la del bando guerrillero, con una salvedad obvia: de lado y lado debe haber mucho que no se sabe todavía”(p.121).

Sin embargo, ya que es una historia que se está escribiendo: “Todo lo anotado debe entenderse como provisional”(p.231). Así esta obra es también, como lo llaman los anglosajones, una suerte de work in progress.

SANGRE, LOCURA Y FANTASIA


Sangre, locura y fantasía, el libro que seguimos, constituye el recuento de una experiencia dolorosa, de una frustración, de una derrota, fueron estos “los años de la guerra de guerrillas de la izquierda radical venezolana”(p.207), “la etapa de la lucha armada, con sus años duros, difíciles, llenos de heroísmos individuales, de muchos sacrificios y traiciones y más de bajezas que de epopeyas”(p.227).


OTRO POR QUE


Y en por qué de escribir, de revivir aquellas experiencias, no deja el autor de confiar: “Es la sensación de un dolor íntimo de una tensión desagradable que incomoda al tener que recordar aquellos años”(p.10), porque los que “habían cometido la locura de matar…En el duermevela de la madrugada saltan los fantasmas de los años de odios, de persecuciones, de aventuras”(p.11) cuando aquello se memora. Por ello la escritura, hecha con certeza metodológica, duele al hacerla, y ello porque se trata de una experiencia dolorosa. De allí que García Ponce confiese: “No ha sido fácil escribir este libro. Es que participé de modo activo en la lucha armada, cuando mi cerebro estaba repleto de las ideas del marxismo-leninismo, de las que me he venido deslastrando paso a paso, hasta poder demostrar, en dos libros que he escrito, la caducidad del pensamiento de Marx. Uno, Adiós a las izquierdas, pone de manifiesto lo insostenible de la teoría marxista sobre el derrumbe del capitalismo y la transición históricamente inevitable hacia el socialismo, además de la refutación del carácter científico de muchos de sus postulados, es decir, los más importantes. La justeza de esa revisión está cimentada en el estudio de los progresos de las ciencias, en el desarrollo económico social de los 160 años transcurridos desde 1848, y en la observación empírica del colapso irreversible del modelo socialista en la URSS y demás países socialistas. En el otro libro, Conocer Venezuela colonial… pude demostrar, en el caso concreto de una sociedad, la colonial venezolana de 1498-1811, lo falaz de la interpretación materialista de la historia para comprender su curso a lo largo de tres siglos”(p.7). No hay que olvidar que la inviabilidad de las tesis de Marx en su interpretación de la sociedad ya habían sido demostradas al final de la Segunda Guerra Mundial(1939-1945), por el gran pensador austríaco Karl Popper(1902-1994) en libro fundamental, en el cual trabajó activamente durante todo el período de la esa contienda en Nueva Zelandia, donde debió vivir huyendo del nazismo. Es obra que hay que releer siempre, no lo hizo la izquierda marxista auspiciadora de la destrucción de lo que Popper denomina la sociedad abierta, pero ha sido hondamente comprendida en los países democráticos, y muy especialmente, tras el colapso del socialismo autoritario(1989) y el fin de la URSS(1991). De hecho ha salido aliento para el pensar de toda sociedad plural, aquí se puede sentir claramente en los escritos de Carlos Rangel(1929-1988), nada menos. Desde luego los que no comprendieron los planteamientos de Popper fueron lo que se quedaron sin palabras. La sociedad democrática plena es la que tomó impulso tras la caída del Muro de Berlin(noviembre 10,1989)[1].


BUSCAR LA ENTRAÑA DE LA VERDAD


[1] Antonio García Ponce: Adiós a las izquierdas. Caracas: Alfadil, 2003. 94 p.; Antonio García Ponce: Conocer Venezuela colonial. Caracas: UCAB, 2010. 441 p.; Karl Popper: La sociedad abierta y sus enemigos. Buenos Aires: Paidós, 1967. 2 vols. Para los detalles biográficos y génesis de esta obra clave consultar la autobiografía intelectual del profesor Popper: Búsqueda sin término. Madrid: Alianza Editorial, 2006.362 p. Consultar las p.173-193. Se debe leer el análisis que a su obra dedica Mario Vargas Llosa en La llamada de la tribu. Madrid: Alfaguara, 2018.313 p. Ver:”Sir Kart Popper”(p.141-203). A este completísimo análisis de la trayectoria del liberalismo a través de sus grandes autores sólo le falta un capítulo sobre el fundador de la corriente, el británico John Locke(1632-1794), el autor del Tratado del gobierno civil(1690), sus obras fueron lectura de cabecera de los padres de nuestra emancipación..


Pero es necesario investigar aquellos hechos que tanta desgracia trajeron a Venezuela y decir la verdad sobre lo sucedido. Por ello García Ponce anota: “advertí…que la derrota de la guerrilla de los años 60 en el terreno militar y en el político de una manera clara y concluyente, es a tal punto trascendente que ni la vía de las armas, ni la oposición en el terreno social y partidista a eso que podía resumirse en ‘el bloque clases dominantes-imperialismo-CIA-Wall Street’ a cargo de ese otro bloque ‘pobreza-comunismo’ podía constituirse en el proyecto histórico indispensable para construir una Venezuela moderna, culta y próxima al bienestar de todos”(p.11). De allí que pida: “¡Lector, lee estas páginas con atención, porque en la locura hay heroísmo; en la fantasía, brillantez; y en la sangre, sacrificio!”(p.11). Esta es su opinión, aunque al lector y analista de hoy lo que observa es la palabra fantasía porque no hubo ningún logro, lo que hallamos, además de las muertes imperdonables, fue la incapacidad de análisis para trazar una política: fue ello los que los condujo al fracaso.

De allí que apunte García Ponce: “Pero, son venezolanos contra venezolanos, humildes contra humildes, soldados de tierra contra infantes de mar. Es el fatídico espejismo de izquierda versus derecha. Tiene lugar la escena emblemática, como de un vía crucis, del soldado agonizante aferrado a la sotana del sacerdote bienhechor[Luis María Padilla]”(p.64).


EL PADRE PADILLA


Y volvemos a reiterar aquí lo ya expresado, por parecernos de una altura pocas veces escalada. Se refiere, García Ponce en el pasaje citado, a que en medio de la refriega de El Porteñazo, el padre Luis María Padilla(1901-1985), después de aquella acción evangélica, denigrado aquel religioso por los oficiales insurgentes de forma inicua, tal las palabras de Pedro Medina Silva(p.60) referentes a otros actos de la vida del padre Padilla. En verdad fuera lo que fuera en su vida personal ello no invalida su acción aquel día, de hecho, esto no lo sabe el descreído Medina Silva, los sacerdotes son también seres humanos, débiles como todos, de hecho por ello también se arrodillan ante el confesor a pedir perdón por sus pecados. Pero ello no le resta un ápice a lo hecho por el padre Padilla en El Portenazo, sirve de hecho como perdón a sus flaquezas. El día de la batalla de La Alcantarilla(junio 3,1962) la acción del padre Padilla lo elevó muy alto, su acto aquel domingo fue el de un verdadero sacerdote servidor de las gentes. Siendo el padre Padilla oficial asimilado, era subteniente aquel día, buscó su sotana, se la puso sobre el uniforme, como única forma de ser respetado por quienes disparaban y poder así auxiliar a los soldados heridos, como lo hizo con aquel soldado agonizante, no ha podido precisarse si se trataba del cabo Sequera o del subteniente Luis Antonio Rivera Sanoja(p.59), a quien quiso auxiliar y murió en sus brazos, cosa que se puede ver en la gráfica que inmediatamente dio vuelta al mundo porque era la encarnación del sentido más grande del amor al prójimo, de la caridad cristiana. La foto dio el premio Pulitzer al fotógrafo Héctor Rondón quien la tomó. Por cierto, años mas tarde, varios sacerdotes en los días del Caracazo(febrero 27-marzo 1,1989) como única forma de atender a los caídos debieron también ponerse la sotana para evitar las balas del ejército, tales los padres Matías Camuñas o Alejandro Moreno Olmedo(1934) en Petare, fue incluso la única forma que encontraron para darle la extremaunción a los agonizantes. Es increíble que aun se encuentren personas incapaces de conmoverse ante lo que hizo el padre Padilla aquel día sin pensar en el riesgo de su vida sino en la bondad suprema. De hecho ninguna persona de los dos bandos combatientes se atrevió a hacer lo que, a todo riesgo, hizo el padre Padilla. La foto de Héctor Rondón(1933-1984) quedó sin duda como la gran fotografía del trágico proceso de aquellos años. Por cierto, el padre Padilla, ya monseñor, revivió personalmente el suceso al protagonizar en una película de Román Chalbaud(1931), quien le pidió hiciera, aquella escena en que encarnó la caridad, el amor, hacia los demás, inculcada por Jesús en la Ultima Cena.


HACIA ADELANTE


Mirando el proceso, siguiéndolo a través de sus documentos, señala García Ponce: “Las expectativas generadas por el cambio de la estrategia de lalucha armada y por el examen autocrítico de la conducta partidaria, luego de la debacle de fines de 1963, resultaron pobres, en medio de una situación inestable, disminuida, anémica”(p.147). Pues en vez de darse cuenta del error, que fue Domingo Alberto Rangel(1923-2012) el primero en observar y llamar la atención, con su acostumbrada aguda comprensión de los hechos. Pero no: en vez de reflexionar pretendieron seguir en acción cuando ya estaban vencidos. Así al señalar en los guerrilleros la “deficiente formación ideológica, bajo nivel técnico, falta de instrucción, no discusión política, espíritu militarista, mandonismo, no autocrítica, realización de acciones de tipo terrorista, violación de normas de seguridad, poco espíritu de partido”(p.154), según un diagnóstico del propio PCV, persistieron en el error: “La presión por continuar la guerra, por concebirla como una lucha prolongada con asiento principal en las montañas(a ejemplo de las revoluciones cubana y china)…es decir, aplicar todo el decálogo contenido después en el opúsculo azaz tremendista de Regis Dabray(1940), ¿Revolución en la Revolución?” (p.155)[1]. Debray fue y es aun el típico intelectual europeo, francés en su caso, que para nada comprendía, más allá de algunos conocimientos librescos, la realidad latinoamericana. Se creyó guerrillero, pasó por Caracas, donde había nacido su esposa, la destacada intelectual Elizabeth Burgos(1941), y se fue a Bolivia en busca de Ernesto Guevara de La Serna(1928-1967), en sus correrías por aquellas selvas, que desconocía, para

[1] Regis Debray: ¿Revolución en la Revolución?. Paris: Maspero, 1967; 2ª.ed.La Habana: Casa de las Américas,1967.110 p.


nada preparado para ello, tanto que Guevara lo expulsó de su guerrilla, debió alertar al ejército boliviano que trataba de ubicar al guerrillero argentino que sabían andaba por allí. Aunque Debray fue detenido y juzgado en el Juicio de Camiri, a él hay que atribuir también muy buena parte de la responsabilidad de la detención de Guevara, ya que él fue, dice Jon Lee Anderson(1957), quien le dio la noticia de su presencia al ejército boliviano[1].

Volviendo a nuestro punto: “A pesar de una realidad que golpea a los ojos con inclemencia, se sigue insistiendo en el camino armado”(p.156) en aquel momento. “Y ahora a la distancia de tantos años, es fácil percibir la incongruencia entre ‘el filo táctico’ y la estrategia a fondo”(p.161) surgiendo entonces “tantos matices alimentados con ese fermento potentísimo de las derrotas”(p.156).

ANALISIS DE LA REALIDAD


Esencia del por qué de fracaso, que tantas vidas se llevó, fue la incapacidad del PCV en donde todo se engendró, de examinar la realidad del país. Será poco lo que se insista en el punto, sin ello la comprensión de la lucha armada no tiene sentido. Por ello escribe García Ponce: “Es que la dirección del movimiento guerrillero leía al revés lo que estaba sucediendo en el panorama político”(p.84), “La lectura de la dirigencia guerrillera estuvo marcada, por no decir distorsionada, por su enfoque esquemático de la estrategia general”(p.85). Todo esto también se puede atribuir al MIR, el otro partido creador de la insurgencia, aunque fue uno de sus dirigentes fundadores, Domingo Alberto Rangel (1923-2012), el primero en comprender el fracaso y expresarlo por escrito desde la prisión a la que había sido llevado. Rangel se separó del MIR, habiendo sido uno de sus fundadores, en 1964.


[1] Jon Lee Anderson: El Che Guevara, una vida revolucionaria,p.669.


MUERTOS


¿Cuántos murieron en las guerrillas venezolanos?. Muchos perdieron la vida, “Mueren allí, de modo heroico, pero inútil y desgraciado”(p.28) pues se trató siempre “de una acción desesperada” (p.129). La cifra de fallecidos, más cercana a la verdad, es la dada por Carrera Damas que antes hemos citado. García Ponce no logró llegar, pese a intentarlo, a ningún conclusión cierta.


SIN FORMACION MILITAR


Una de las cosas que más llama la atención cuando se analizan estos hechos es la escasa, o casi nula, formación militar de los guerrilleros. Tanto que un guerrillero llegó a decir: “Nosotros no teníamos casi armamentos, ningún entrenamiento, no conocíamos bien la zona”(p.43). Todo un contrasentido: ¿cómo instrumentar una acción militar, aunque sea desde todo punto de vista erróneo, sin formación militar, sin casi armamentos, sin entrenamiento ni conocimiento de las zonas en que iban a actuar?. Esto hay que advertirlo porque toda acción militar se basa en estrategia, táctica y logística como enseñan los clásicos de ese arte: “pero el problema es que no hay armas ni balas, ni botas y escasea la comida”(p.134), “errores, descuido fue lo principal”(p.138)


EL FINAL


“La guerrilla fue derrotada en el terreno militar”(p.239). Y no podía ser de otra forma porque tuvieron “un estado mayor con presencia virtual”(p.239), “no pudieron poner en jaque a las fuerzas regulares gubernamentales”(p.239). Sin embargo, “Sus mejores golpes fueron los propinados por los comandos urbanos agrupados en la UTC”(p.239). Pero “la ausencia de comandos directos de la lucha, es decir, en la montaña, de los principales dirigentes de los partidos que dirigían la guerra”(p.239). Esto es claro, dentro de la exploración que hace García Ponce, aunque indica que el MIR si mandó su mejor gente a la montaña(p.239): pero fue también el MIR quien propició la invasión de Machurucuto, en la que participaron venezolanos, gente incapaz de convivir con los demás ciudadanos del país, solo tenían la idea de obligar a un país que era democrático, psicológicamente pluralista y tolerante, a tener el gobierno que desde fuera planearon junto con Fidel Castro(1926-2016), el mismo que había dejado millones de muertos tanto en la URSS como en los llamados países satélites. Y no se podía invocar entre nosotros “el internacionalismo proletario” porque Venezuela nunca ha invadido país alguno, sólo los venezolanos atravesaron sus fronteras durante la emancipación, con el Libertador a la cabeza, para dar la independencia a otros países, nunca para otra cosa.


PRESENCIA DE ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA


Puede llamar la atención aquí la ausencia de Ernesto Guevara de La Serna(1928-1967), pero este en verdad había abandonó a Cuba definitivamente el 1 de abril de 1965. Nadie pudo detenerlo, ni siquiera su esposa, Aleida March, quien le pidió no irse, no abandonar a su familia, a sus cinco hijos, cuatro tenidos con ella, su segunda esposa, uno, un bebe aun. Hubo un sexto hijo, de una mujer con la que no se casó. Y pese también que en ese momento todas las guerrillas que él había organizado en Nicaragua, en Guatemala, Argentina, Perú, en la misma Venezuela, habían fracasado, lo que a él le sucedería pronto en África y más tarde en Bolivia, donde rindió la vida(octubre 9,1967).

Después de la 1,30pm aquel día había caído a quien su biografo considera un hombre que dio vida a aquello en lo creía, su única condición válida, ya que los porqués de que no haya logrado nada, que haya perdido su vida, pues nada dejó sembrado que no fuera horror. Ello, pese a su “pasión romántica y un pensamiento frió y analítico. En esta mezcla paradójica se encuentra problamente el origen de la estatura casi mítica que adquirió, pero también la fuente de sus debilidades intrínsecas…la soberbia y la ingenuidad…parecía indotado para advertir los pequeños detalles humanos que constituían el cuadro mayor…Pero errores aparte, lo que más se recuerda…es su ejemplo personal, encarnación de la fe, la fuerza de voluntad y el sacrificio”[1].

Pero ese Talón de Aquiles, indicado por Anderson, explica que no haya tenido logros, ya en Cuba, sin conocimientos en el ramo, terminó de destruyendo la economía cubana. Y en las guerrillas que planeó, y las que dedicó tanto tiempo, no pudo darse cuenta que las particularidades de la guerrilla cubana. Y creyó que eso se podía repetir, cosa imposible. Y nunca vio todas las resistencias que en América Latina crearon la Revolución Cubana y las iniciativas guerrilleras, ante ello no se dio cuenta que no podía sólo mirar hacia adelante, sino que tenía que tener los lados de aquello que creyó posible. Además, como indica Tad Szulc(1926-2001), el estar “mucho más a la izquierda de todos los partidos comunistas” (p.537), le impidió ver la realidad politica, no comprendió lo que el mismo analista señala: “en 1961 la Revolución[Cubana] había dejado de ser romántica, Castro había elegido públicamente una ideología dogmática”(p.644), desde luego al marxismo, no como lo había concebido Carlos Marx(1818-1883), esta ya estaba muy lejos, sino en la transformación hecha por Vladimir Illich Lenin(1870-1924), luego trastocada por Stalin(1879-1953), porque stalinista era Castro y lo fue, y es ahora el gobierno de su hermano Raúl Castro Rus(1932). Y, desde luego, Guevara era marxista desde muy atrás, al igual que Raúl, y sin duda Fidel lo era, pero se cuidó mucho de decirlo, hasta la

[1] Jon Lee Anderson: El Che Guevara, una vida revolucionaria,p.703. Sobre los por qués del daño que Guevara hizo a la economía cubana ver el testimonio de Enrique Tejera París en sus memorias. Gobierno en mano,p.188-190. Las citas de Tad Szulc que siguen, proceden de su Fidel: un retrato crítico,p.537 y 644. Esta obra es para nostros uno de los mejores libros publicados sobre aquel líder y su revolución. “Primera Declaración de La Habana”(septiembre 2,1960) lo hizo público. Fue Guevara, hoy lo sabemos claramente, quien acercó a la URSS a la Revolución Cubana, ya en 1955, desde los días del exilio en México, anterior a la invasión del Gramma(noviembre 15,1956). Y fue, aunque parezca paradójico, el primero en emitir sus opiniones críticas sobre el régimen soviético, en su célebre discurso en Argel(febrero 24,1965)[1], acusó entonces a la URSS en ser tan nociva como el imperialismo norteamericano, a quien los cubanos tanto habían zaherido. Por ello, fue que Guevara, volteó, sin dejar de ser el revolucionario que siempre fue, hacia China. Era aquel el momento en que más ardúo era el debate URSS-China. Con sus palabras de Argel, aunque públicamente no lo dijera, era imposible que Fidel Castro estuviera de acuerdo. Ello aceleró, sin que al parecer haya surgido una enemistad entre ambos, la salida de Guavara de Cuba, asunto sobre el cual los historiadores, quienes han estudiado el punto con agudeza, todavía les faltan elementos para comprender, como ellos lo reconocen. Por ello Tad Szulc anota: “En este punto, desde luego, la cuerda se había roto, y el Che no volvería a ser visto, excepto muerto, dos años más tarde, en Bolivia. Lo que ocurrió es un absoluto misterio, ya se tratara de una ruptura en la amistad entre Castro y Guevara… o bien de que el Che marchara verdaderamente por su propia voluntad” [2]. Dice Anderson, lo que hay que señalar, que sin embargo, poco antes de seguir a Bolivia, Guevara había estado brevemente en Cuba, el 21 de julio de 1966 estaba allí, en noviembre dejó la isla, muy pocas personas pudieron verlo durante esos cuatro meses, salvo su esposa Aleida, ya que

[1] Ernesto Guevara de La Serna: Obras. La Habana: Casa de las Américas, 1970.2 vols. Ver: “En Argel”(t.II,p.572-583). La esencia de su pensaminmeto la expresó en su ensayo(marzo 12,1965) “El socialismo y el hombre de Cuba”(t.II,p.367-384), que es, aunque se disienta de él, página fundamental de la historia de las ideas latinoamericanas. [2] Tad Szulc: Fideal, un retrato crítico,p.690-691.


ni sus hijos fueron informados. En noviembre partió a Bolivia y a la muerte[1].

Fue en este viaje hacia el sur cuando estuvo por segunda vez en Venezuela, aunque sus biógrafos parecen desconocer el hecho, de hecho estaba aun en Caracas cuando un compañero nos dio la noticia en la universidad. Viaje cladestino fue aquel:¿qué buscaba? Ya las guerrillas se había desmoronado.

Tampoco se ha señalado, ademas de su estancia en Caracas(julio 17-26,1952) bien el hecho de su paso como médico por el leprocomio de Cabo Blanco, en el litoral central, cerca de La Guaira. Alli conoció a Fernando Márquez Cairós(1905-1979), hombre de izquierda, enfermo del mal de Lázaro, quien estaba hospitalizado allí(1951-1957) donde fue atendido por Guevara con quien tuvo largos diálogos. Hicieron honda amistad ambos, así nos lo relató el propio Márquez Cairós[2].

Antes había pensado, estando en Argel, venir a incorporarse a las guerrillas venezolanas, pero el PCV se opuso a través de Eduardo Gallegos Mancera(1915-1989), uno de los pocos comunistas honestos, hombre de ideales, que hubo en Venezuela. El no fue él único, pero fue hombre relevante, como médico atendía gratis a los pobres, por lo cual fue comparado con José Gregorio Hernández(1864-1919). Al escuchar el deseo de Guevara, en 1964, Gallegos Mancera le replicó: “No, no creo que sería conveniente tu presencia allá, sería un pretexto para que los marines y yanquis invadieran el país y se quedaran luego en él alegando intervención cubana”[3]. Para el momento de esa conversación ya el proceso guerrillero

[1] Jon Lee Anderson: Che Guevara, una vuda revolucionaria,p. 638 y 651. [2] Este viaje está relatado por William Gálvez Rodríguez: Viajes y aventuras del jóven Ernesto. La Habana: Editorial Ciencias Sociales,1997. XII,442 p. Ver: “Venezuela” (p.205-219). Este autor no indica lo relativo al leprocomio que hemos señalado, en base a los recuerdos de Fernando Márquez Cairós(1905-1979), hospitalizado allí en aquellos días. [3] Testimonio citado por Antonio García Ponce: Sangre, locura y fantasía,p.107.


venezolano había comenzado a hacer crisis, como antes lo hemos señalado.

Quedó también el gran testimonio de su mayor amiga venezolana, la poeta Lucila Velásquez(1928-2009), en cuyo apartamento de México, que compartía con Hilda Gadea, se conocieron Guevara y Fidel Castro(1926-2016). A poco Hilda y Ernesto se casaron, ella murió en 2005, le dio su hija mayor Hilda Guevara Gadea. Lucila Velasquez, aunque socialdemocráta, siempre fue fiel y leal a aquel afecto. Cuando Guevara murió publicó a los pocos días, en El Nacional, de Caracas, un artículo, “Aquel amigo Ernesto Guevara” que aun sus amigos recordamos pues nos sacudió por aquella gran confesión de amistad. Este, sin embargo, mucho molestó a sus compañeros del partido AD. Pero ello no la amilanó pues había confesado el grado hondo de su amistad, pese a las discrepancias porque ella solo deseó para Venezuela la democracia y él imponer comunismo, quitandole la libertad a los pueblos. El espíritu de aquel artículo está hondamente expresado en sus memorias, en su parte más lograda, los episodios de su exilio en tierras aztecas[1]. Desde luego, el gran momento de su vida literaria, que trascendió internacionalmente, fue la creación de su poemario El árbol de Chernobyll(1989), el gran poema antinuclear de Lucila Velásquez, de una humanista, sobre la explosión de la planta atómica en tierra rusa, en momentos en que Lucila vivía muy cerca, era nuestra embajadora en Dinamarca.

Hemos tocado todos los hechos que acabamos de referir por estar ligados a Venezuela y al proceso trágico que tocan estas páginas.

Para cerrar, debemos otra vez señalar lo grave que es, en la vida de las naciones, intervenir contra su soberanía y en la politica interior de cada nación. Fue una mala lección que los marxistas aprendieron de Stalin(1879-1953), sobre todo cuando invadió los países bálticos. Estonia, Letonia y

[1] Lucila Velásquez: Memorias de mis días con Ruiz Pineda y Betancourt, el Che y Fidel. Prólogo: Juan Carlos Zapata. Caracas: Grijalbo, 2008.544 p. Ver las p.191-278.


Lituania(1940). Antes, desde los años veinte, había llenado de horror a Ucrania. Con el tiempo se impuso sobre las naciones del centro de Europa, tras la Segunda Guerra Mundial, fue aquello lo que Winston Churchill(1874-1965) llamó la “Cortina de Acero”, la misma que, desde 1961, tuvo la ignominia del Muro de Berlín(agosto 13,1961-noviembre 19,1989). Ahora bien, ante todo esto los latinoamericanos tenemos siempre que invocar el principio del mexicano Benito Juarez(1806-1872), cuando logró vencer la invasión francesa en tierras aztecas(1867), haceiendo fusilar al usurpador Maximiliano de Habsurgo(1832-1867). Fue entonces cuando expuso el gran principio de la poltica internacional latinoamericana, el cual debemos volver a invocar aquí: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Esto lo olvidaron los dirigentes de la Revolución Cubana, ya sabemos el mal que las guerrillas organizadas por ellos, en los años sesenta, trajeron a nuestro continente.[1]


FUSILAMIENTOS ENTRE GUERRILLEROS


Los fusilamientos de Falcón resultan para cualquier estudioso de los hechos de la guerrilla venezolana, estremecedores, sin explicación y sin perdón. Los aniquilados fueron guerrilleros ajusticiados por sus propios compañeros, tal Conchita Jiménez, mandada al pelotón por Félix Faría. Lo que produjo al casi inmediato suicidio de Trina Urbina[2].

[1] Germán Arciniegas: La América Mágica. Los hombres y los meses..2ª.ed. Buenos Aires: Sudamericana,1961. 317 p. Ver: “Benito Juarez”(p.72-101). [2] La guerrillera Trina Urbina había sido esposa, y madre de sus hijas, del dirigente sindical del PCV Hemmy Croes(1930-1985), querido amigo nuestro. La hijas del matrimoio Croes-Urbina, al quedar sin madre por haberse ido esta a la guerrilla, fueron enviadas a Cuba y crecieron en el hogar de la dirigente castrista Haydee Santamaría, quien se suicidó en medio de la gran crisis de comunismo cubano de los años setenta. Croes a la vez fue ultimado años mas tarde por el esposo de una mujer con la cual mantenía un intenso romance. Ver: “Asesiando anoche presidente de la CUTV”, El Nacional, Caracas: marzo 4,1985. A Croes, como lo escuchamos decir en su velorio, en la sede del PCV, edificio Cantaclaro, en la parroquia San Juan, de sus compañeros comunistas, no lo asesinó la CIA sino aquel hombre, quien inmediatamente después de ultimar al amante de su esposa, se entregó a la policía.. No se debe confudir a la primera Trina Urbina con su homónima la profesora Trina Urbina, segunda esposa del escritor Orlando Araujo(1927-2007), madre de sus hijos varones...


Otro caso, siempre imperdonable, entre los que se conocen, fue el de Nicolás Beltrán, que García Ponce califica como un “martirio”(p.214). Ese fusilamiento en la historia latinoamericana de aquellos años tiene su paralelismos con el fusilamiento de poeta Roque Daltón(1935-1975) por sus propios compañeros guerrilleros del Frente Farabundo Martí, en El Salvador, el cual causa la misma repulsa de la del joven universitario venezolano u otro guerrillero cuyo seudónimo era Arístides, también sacrificado en Falcón por sus propios compañeros, fusilamiento de que dio origen a la inmensa defensa de la vida que a propósito de esas muertes tejió Antonieta Madrid(1939) en una de las grandes narraciones que registran aquellos años, No es tiempo para rosas rojas(1975), que es a la vez una de las grandes novelas de la literatura venezolana. El pasaje está en las p. 119-120 de la primera edición, que es la citada por García Ponce(p.216-217). Esas hojas constituyen un inmenso himno en defensa de la vida.



FRACCIONALISMO


Y además, acota el autor de Sangre, locura y fantasía: “Ninguna de las agrupaciones que empuñaron las armas escapó del fraccionamiento de sus filas ante la derrota sufrida”(p.225). De allí el proceso que se vio venir: el fraccionalismo, encabezado principalmente, según los datos que nos ofrece García Ponce, por Douglas Bravo(1935), después vino todo el proceso de la ultra izquierda, los llamados “ultrosos” y los sucesos de los guerrilleros convertidos en delincuentes, esto último dio materia a Carlos Noguera(1943-2015) para su cuento “Altagracia y otras cosas”(El Nacional, Caracas: agosto 3, 1969) donde aquello se revela.

¿POR QUE FRACASARON?


“Los comandos políticos de la guerrilla erraron de todo yerro. Hablaron un lenguaje que la gente no pudo interpretar a cabalidad, emitieron discursos a favor de las reinvindicaciones populares y sujetaron su obtención a objetivos tan enredados que unas veces era un simple cambio de gobierno, otras era conseguirlas en un régimen llamado patriótico” (p.245-246). Tan no pensaron ni vieron correctamente lo que sucedía a su alrededor que “Los fracasos los rotularon como ‘transitorios’, las dificultades como anunciadoras de la luz al final del túnel”(p.246).

“Contentémonos…con admitir que todos anduvimos desorientados, provistos, en lugar de un buen catalejo, de unos anteojos de cuero de cochino…con los pelos para adentro, un refrán de los viejos caraqueños lanzando contra los cegatos, ilusos mirones de nada, o de espejismos y visiones” (p.246), según afirma García Ponce con certeza.

Por ello no se puede ocultar lo que en realidad sucedió: “una guerra entre venezolanos conducidas por dos bandos irreconciliables, uno orientado por un ejemplo desastroso y extraño, el cubano, y por una teoría desacertada, el marxismo; y el otro, en defensa de su poder conquistado en la lid democrática de unas elecciones sin subterfugios ni componendas; los dos, con muchos errores a cuestas, pero donde uno, el banco democrático, a diferencia del marxista, iba a favor de la corriente generada por el espíritu de la historia”(p.259-260).



PARA UNA CRONOLOGÍA


Podemos extraer una cronología de aquellos sucesos de la lectura cuidadosa de Sangre, locura y fantasía.

Todo debe iniciarse con la mención a un hecho cierto que trata con atención García Ponce: nunca apeló el PCV al expediente de la lucha armada durante la lucha contra la tiranía perezjimenista. En 1958 “Su ojeriza hacia una conducta golpista o insurreccional quedó demostrada en su reacción ante el caso de Hugo Trejo(1922-1998), ante la salida de Eugenio Mendoza(1909-1979) de la Junta de Gobierno y el intento de golpe de Estado de José Hely Mendoza Méndez y Juan de Dios Moncada Vidal…el 7 de septiembre de 1958…en la actitud del PCV ante la insurgencia de José María Castro León(1908-1965) en la Semana Santa de 1960, el atentado contra la vida del presidente Betancourt ese mismo año(junio 24,1960) y la firma de aprobación de la Constitución Nacional de 1961(enero 23) por parte de su fracción parlamentaria”(p.14-15).


EN EL PACTO DE PUNTOFIJO


Pese al malestar que pudieron tenerle PCV al haber sido excluido del Pacto de Puntofijo(octubre 31,1958), la que García Ponce califica de “discriminación”(p.14), un hecho ante el cual, para su examen certero, hay que comprender que el mundo vivía la Guerra Fría y el anticomunismo era la doctrina que normaba la vida política internacional de los países democráticos. De allí la temprana oposición de Venezuela al gobierno cubano por la ya visible intervención de la URSS allí, al menos eso fue un hecho desde la reunión de San José de Costa Rica(agosto 29,1960) y la declaración allí producida.


CASTRO EN CARACAS


Toda la distorsión producida por el fenómeno antillano comenzó con la llegada al poder(enero 1,1959) de Fidel Castro(1926-2016) y sobre todo como consecuencia de su visita a Caracas a poco y su conversación con Rómulo Betancourt(1908-1981), suceso al cual los historiadores no le dan la singularidad que tuvo por la oposición de Betancourt de darle ayuda económica a Cuba con petróleo venezolano. Aunque el doctor Castro, como lo llamó Betancourt ese día, pues sabía que no era un oficial profesional formado en una academia castrense, a este ya lo había visualizado Betancourt como marxista, en el tiempo en que residió en Cuba como exilado, durante el gobierno de Prío Socarrás, a pesar de que Castro aun no se había definido como tal, al menos públicamente. El marxista era Guevara. Aquello de Castro “De que con el petróleo venezolano y la audacia de los cubanos” se podía transformar a la América Latina no lo podía hacer Betancourt. Es por ello que, en la historia que se puede escribir hoy, ambos han quedado como figuras antípodas, el uno llevó la democracia al continente, el otro se la quitó a su pueblo, y junto con la libertad la posibilidad de todo desarrollo. Son los dos polos de la historia latinoamericana a partir de 1958 y 1959. Sólo que si bien la democracia venezolana se impuso e influyó en el continente, Castro, pese a apoyar todos los movimientos insurgentes, e incluso el gobierno de Salvador Allende(1908-1973), que si bien fue legítimo, él mismo contribuyó a desestabilizar con su largo viaje a tierras australes(noviembre 10-diciembre 5,1971) que tanto miedo causó a los chilenos. Pero Castro no ha logrado torcer nada, lo que ha logrado es perturbar: en Venezuela al apoyar las guerrillas, en Colombia por su apoyo a los movimientos insurgentes, en Centro América al gobierno de Nicaragua y en El Salvador a las guerrillas devastadoras, en México al llamado Subcomandante Marcos, pero siempre todo ha terminando dando vuelta: los Sandinistas fueron derrotados electoralmente; la democracia volvió a El Salvador; hubo un inmenso y grande proceso de paz, intuido con claridad por Octavio Paz(1914-1998), empujado por el presidente de Costa Rica, el gran humanista Oscar Arias(1940). Y también el grupo Contadora (enero 9,1983) formado por impulso colombiano en el cual Venezuela, la más antigua democracia latinoamericana entonces, más vieja que la otra, la de Costa Rica, impulsaron. Allí tuvo gran influencia el presidente venezolano Luis Herrera Campins(1925-2007).


ALGO INCREIBLE


Lo que el tenaz Betancourt no pudo pensar fue que llegaría un día al poder un hombre, de flaquísimo amor por su patria, que entregaría a Cuba todo lo que Castro pidió a Betancourt y terminaría financiando hasta el Presupuesto Nacional de aquel país y pretendiendo fundar un nuevo país VeneCuba o Cubazuela, lo que implicaría que ese presidente cometería un delito de traición a la patria, tipificado claramente en el Código Penal venezolano.

Y este mismo mandatario llegaría a crear, con dinero nuestro, el neo-imperialismo chavista financiando, sin autorización, los regímenes de Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Uruguay. Esto forma parte también de la historia reciente, pero no llegó al poder en Venezuela en 1999 la izquierda sino un régimen fascista pero apoyado por la izquierda, muchos de sus hombres han gobernado con él, demostrado plenamente un hecho fundamental: la incapacidad de la izquierda de gobernar. Y lo que es peor han respaldado un régimen históricamente anacrónico pues el mundo cambió rotundamente la madrugada del 10 de noviembre de 1989 con la caída del Muro de Berlín y con la disolución del socialismo autoritario. Y el gobierno venezolano sólo piensa en restaurar el pasado, el socialismo ya caído, están esperando algo que nunca sucederá: que se rectifique la noticia de la caída del Muro de Berlín. Mientras la sociedad democrática venezolana sigue pugnado y está presente.

Toda esta acotación aunque parezca que debe quedar fuera de nuestro análisis, que se podría pensar se cerró cuando los guerrileros del PCV y el MIR decretaron la tregua en 1965; o en 1969 con el anuncio de la Pacificación por parte del presidente Caldera, tiene que ver con todo lo que nos muestra García Ponce en su libro, es la consecuencia de un proceso que parece no haberse cerrado en las mentes de muchos exguerrilleros transformados ahora en los dinosaurios de la izquierda, que tampoco existe ya porque lo que se ha impuesto en el mundo, desde las huelgas en Polonia en 1980, el anuncio de la Perestroika en 1985 y los sucesos del año 1989, en Hungría, en la Alemania comunista, en Checoeslovaquia, en Bulgaria, en Yugoeslavia, con la reunificación germana incluida(octubre 3,1990) a menos de un año de la caída del Muro de Berlín, y el final de la URSS al año siguiente(diciembre 31,1991) es la sociedad democrática plena, un cambio tan grande que ahora hasta los partidos de la llamada derecha, que tampoco existe ya, están andando hacia el centro como lo estamos viendo tanto en Alemania como en Inglaterra.


PROPONIENDO LA GUERRILLA


En 1959 durante su visita a Caracas Castro, desde la plaza de El Silencio, discurso que recordamos haber escuchado por radio, aunque solo tuviéramos trece años, llamó a los venezolanos a “hacer de los Andes la Sierra Maestra del continente”, lo que cayó en el terreno fértil de la izquierda, como dice García Ponce(p.15). Solo que en aquella larga perorata no supo el líder habanero que instalar unas guerrillas en las montañas andinas era imposible: el clima lo impedía. Fue una demostración de su desconocimiento de la realidad geográfica del país.


1960


En 1960 se fundó el primer grupo guerrillero, el “Direve” en el estado Sucre, actuó en Turimiquire en octubre de 1961, lo cual indica que la fecha del inicio de todo ese dramático proceso fue el año 1961. Fue escaso el tiempo de su acción. Noticias de su actividad se hallan en el tercer tomo de las memorias de Enrique Tejera París(1919-2015), por entonces gobernador de aquel estado[1].


[1] Enrique Tejera París: Gobierno en mano,p. 133-134. Se deben tener las Memorias del doctor Tejera como un gran documento de la vida venezolana desde 1929. Están formadas por La formación de un caraqueño,1929-1951. Caracas: Planeta,1994.510 p.,2ª.ed.,1929-1945 Caracas:Editorial Libros Marcados,2020. 315 p., este volumen fue modificado al crecer la escritura de sus novelas, en esta segunda edición la cierra el año 1945 ya que el proceso se sigue desarrollando en el segundo tomo: Dos golpes y una transición,1945.1958. Caracas: Editorial Libros Marcados,2009.363 p.: Gobierno en mano,1958.1963. Caracas: Los Libros Marcados,2009.366 p.; Cuando Venezuela tenía razón,1963-1969. Caracas: Edsitorial Libros Marcados,2013.376 p. Trabajaba al fallecer, con 96 años, Tejera en su quinto volumen en donde relataría su acción en el movimiento del 11 de abril de 2002, para él cual preparó una transición democrática, rspetuosa de la constitucxión, Tejera era constitucionalista, que frustró la acción escondida del tristemente célebre doctor Pedro Carmona Estanca(1942) con las fuerzas armadas. Cramona que para encargrase de la presidencia sólo tenía cara de presidente. El pequeño, de tamaño, de cabeza y de formación politica, nos dijo, en su refutación a una interpretación nuestra sobre su gobioerno de dos días, que lo que se organizó para ser presidido por Tejera, junta, como la del 23 de enero, de la que sería Carmona uno de sus miembros, él lo desconocía. Sin embargo, aquello fue informado a las 8 de la noche del 11 de abril por Rafael Poleo a través del programa del Ciudadano a través de Globovisión. El daño que a la Venezuela democrática hizo Carmona es imperdonable, no creemos que puede hablarse del como del ex´residente, como lo llaman en Bogotá donde vive exilado. . Ver nuestros ensayos sobre las singulares memorias de Tejera en “La formación de un caraqueño”, en www.codigovenezuela.com, Caracas: noviembre 18,2013;www.arte en la red,Caracas: noviembre 22,2013; “Gobierno en mano”, leído en el Círculo de Lectura de la Asociación de Vecinos de La Lagunita, Caracas, en su sesión del 4 de noviembre de 2009; “Cuando Venezuela tenía razón”, trabajo leído en la tertulia “Al pie de la página”, celebrada en la sede de la Fundación Francisco Herrera Luque, la tarde del martes 8 de octubre de 2013. Intervino también el embajador Milos Alcalay. Fue publicado en www.arteenlared.com: Caracas: octubre 26,2013; www.codigovenezuela.com: Caracas: noviembre 1,2013; “Dos golpes y una trasición”, publicado en www.codigovenezuela.com: Caracas: noviembre 18,2013; www.arteenlared.com: Caracas: noviembre 22,2013.

CASTRO SE DECLARMA COMUNISTA


Solo que en aquel momento Fidel Castro(1926-2016) había declarado marxista a la Revolución Cubana en la llamada “Primera Declaración de La Habana”(septiembre 2,1960), lo que se ratificaría en la “Segunda declaración de La Habana”(febrero 4,1962). Diez y ocho días después de la Primera declaración de La Habana, el 20 se septiembre de 1960, Castro se encontró con Nikita Jruschov(1894-1971) en Nueva York; el 16 de abril de 1961 calificó por primera vez de socialista al proceso cubano, tanto que no entendemos por què estos hechos no se han tomado en cuenta, es grave estudiar nuestra historia aislándola de su contexto internacional como bien lo ejemplifica lo que hemos señalado.


1961


Entre el 10 y el 18 de marzo de 1961 todavía la idea de empujar trasformaciones “sin el menor derramamiento de sangre”(p.16) se mantenía en el PCV.

Y se pregunta con razón García Ponce: “Sólo queremos hacer incapié en algo que está a la vista de todos: ¿por qué el PCV, que antes del 1 de enero de 1959 había dado el calificativo de garibaldina a la invasión de Curazao en 1929 donde participó Gustavo Machado(1898-1983) como uno de sus jefes, que consideró infantil el llamado que hacía su primer manifiesto de 1931 a los soldados de cambiar de hombro su fusil; que señaló como erróneas sus incitaciones a la huelga general indefinida de 1936, que condenó los golpes de Estado de 1945, 1948 y 1952, ¿por qué ahora se lanzaba por el camino de la lucha armada?¿Por qué el MIR, a poco de nacer(julio 8-10,1960), lanzó, en octubre de 1960, un llamado a la insurrección? La respuesta es clara: porque la Revolución Cubana…ha abierto en América Latina, y en Venezuela en particular, la fase insureccional como tarea concreta, inmediata y posible”(p.17) y subraya: “Los otros factores semejan riachuelos que ensanchan apenas el torrente”(p.17), en este momento, según frases de Gustavo Machado, “todo el mundo quería ser jefe guerrillero”(p.17).

Fue así como aquel año 1961 se formaron las Unidades Tácticas de Combates(UTC) urbanas, con sede en las residencias estudiantiles de la Universidad Central de Venezuela(UCV), formadas por la Juventud Comunista, estas “bordearon peligrosamente el campo del terrorismo… Además, y esta fue una de sus facetas mas grises, las llamadas de ‘expropiación’, un eufemismo para referirse a los asaltos a los bancos, pusieron de manifiesto el modo en que tales acciones, durante una situación de pérdida de perspectivas por los golpes sufridos, llegan a confundirse con la delincuencia pura y simple”(p.22). Llegaron al extremo de unirse a grupos de la delincuencia común.

El 1 de noviembre fue la muerte de Livia Guoverneur(1941-1961), universitaria de veinte años, fallecida por la impericia en el manejo de las armas por su parte o de uno de sus compañeros, ella no llegó a actuar aquella noche. Ha sido elevada como una especie de heroína pero no lo fue porque murió incluso antes de lograr realizar la acción que pretendía. De igual forma murió Daniel Mellado(julio 4,1962). García Ponce hace un recuento de las actividades de laUTC hasta 1963, entre sus acciones además están los asesinatos de policías, todos hombres del pueblo a los que supuestamente desea emancipar la guerrilla, y la acción del Tren de El Encanto. Mezclados en la guerrilla se encuentran delincuentes con prontuario, tal el caso que aquí hallamos de Alejandro Gil Bustillos, “se le acusaba de haber dado muerte a su padrasto, de haber participado en el complot del asesinato del dictador[José Antonio] Remón(1908-1955), en Panamá(enero 2,1955), y de haber cometido varios atracos con saldo de muertos y heridos”(p.26): ¿cómo podía formar parte de la guerrilla un hombre como este?. De allí la observación que se lee en Sangre, locura y fantasía: gentes de las UTC llevaron a sus miembros “a negociar con la gente del hampa común y estafadora”(p.27).

En 1961 comenzaron también los Frentes Guerrilleros en El Charal y la Sierra de Coro, el grupo de Argimiro Gabaldón(1919-1964) en El Tocuyo y los Humocaros. Gabaldón también perdió la vida por un disparo que se le escapó a un compañero en El Tocuyo por la impericia en el manejo de su arma. Pudo ser salvado si lo hubieran atendido a tiempo. Pero los guerrilleros, pese a ser Gabaldón Márquez su jefe y reconocer su liderazgo, dejaron su cadáver agonizante en un hospital y huyeron incapaces de dar la cara para salvar a aquel herido.


1962


A fines de febrero se constituyó el Frente Guerrillero de La Azulita; el 15 de marzo: Frente Guerrillero José Leonardo Chirino, dirigido por Douglas Bravo(1935). A este frente llegó incluso un personaje hijo de la violencia: Domingo Urbina, uno de los asesinos del presidente Carlos Delgado Chalbaud(1909-1950), Se ha pensado que él fue quien ultimó al destacado personaje con un tiro de gracia[1].

[1] Lo relativo al “tiro de gracia” dado al Presidente de la Junta, ha sido muy recientemente que se ha divulado. Ello se lee en las Memorias de un cirujano del corazón, del doctor Rubén Jaen Centeno, cuyo capítulo respectivo reprodujo Oscar Yanes(1927-2013) en su obra La verdad sobre el asesinato de Delgado Chalbaud. Caracas: Planeta,2010. 330 p. Este volumen así titulado es la seguda edición de su obra Yo maté a Delgado Chalbaud. Caracas: Publicaciones Seleven,1980.547 p., ampliada en la segunda, que es la que usamos. El hecho del “tiro de gracia” se lee en las p.308-309. Lo del “tiro de gracia” nos indica que en contra de todo lo que se ha dicho, los malechores, todos borrachos habían estado bebeiendo toda la noche anterior, en la casa de Rafael Simón Urbina, el cabecilla de aquello, que sucuestraron y asesinaron al comandante Delgado si pensaban eliminarlo y no secuestrarlo y expulsarlo del país, como dijeron entoces. El testimonio del doctor Jaen es suficientemente esclarecedor al respecto de lo que decimos. Sobre todo el proceso del muerte violenta de este gran venezolano consultar la amplia obra de Mirela Quero de Trinca: El asesinato de Delgado Chalbaud, Presidente de la Junta Militar de Gobierno. Caracas: Asamblea Nacional, 2001. 3 vols.


Ese año se fundaron el Frente Guerrillero Manuel Ponte Rodriguez, en el Oriente, y el Frente Cerro Azul de Aroa.

En enero fue el llamado “Guairazo”: fue el comienzo de tratar de insurreccionar a las Fuerzas Armadas. Tanto este, como las insurrecciones de Carúpano(mayo 4-5,1962) y Puerto Cabello(junio 2-6,1962) fracasaron, en este suceso el jefe de las tropas del gobierno fue el coronel Alfredo Monch Seigert(1923-2009), entonces coronel. Con El Porteñazo “terminan las sublevaciones militares alentadas por los partidos de la izquierda insureccional”(p.68). Desde ese momento las Fuerzas Armadas apoyaron plenamente al régimen democrático, había ya miedo a que comunismo se instaurara en el país. Habrá paz militar durante los siguientes treinta años hasta el intento, frustrado, de Hugo Chavez(febrero 4,1992).


1963


Este año se inició con el asalto guerrillero al Museo de Bellas Artes de Caracas, el 16 de enero de 1963 a las 3,15 pm, en el cual un comando insurgente asaltó aquella institución, donde se celebraban la exposición “100 años de pintura francesa, desde 1850 a nuestros días” en la cual se mostraban singularísimas obras de la pintura de aquella nación. Los guerrilleros sustrajeron cinco de las grandes obras allí exhibidas, venidas todas desde París: Lirios en vasos de cobre, de Vicent van Gogh(1853-1890); Bañistas, de Paul Cezanne(1839-1906); Naturaleza muerta, de Paul Gauguin(1848-1903); Naturaleza muerta, de Pablo Picasso(1881-1973) y Naturaleza muerta de peras, de George Braque(1882-1963). Las tres primeras, las de von Gogh, Cezanne y Gaugin, pertenecían a la colección del Museo de Louvre, de París, uno de los cinco grandes museos del mundo. El 19 de enero, a las 6,00 pm, tres días después de haber sido robados por los insurgentes, estas cinco grandes obras artísticas fueron recuperadas por la PTJ, al lograr la captura de los guerrilleros, en cuyo poder estaban, en la Alta Florida, de Caracas(enero 19,1963) cuando estos pretedían llegar hasta la casa del escritor y entonces senador Arturo Uslar Pietri(1906-2001) a quien pretendían entregar los cuadros. Ellos, de haber llegado a su casa en la avenida Los Pinos, no hubiera sido posible porque el maestro Uslar se encontraba en aquel momento en su casa de las urbanización Tanaguarena, en el litoral central, en donde trabajaba en su novela Estación de máscaras(1964).Queda así demostrado la falsedad de la “leyenda urbana” que ha rodeado la entrega de los cuadros a Uslar Pietri: este no recibió a los guerrileros en ningún momento, ni ellos pudieron llegar a su casa. La verdad es que los cuadros fueron recuperados por la PTJ y pocos días después devueltos al Museo de Bellas Artes(enero 28), en donde el público pudo volver a verlos hasta el día de cierre de la exposición(febrero 7). Todo esto ha sido bien precisado en la cuidadosa investigación documental e interpretativa sobre el hecho realizada por la museógrafa Élida Salazar con sin par imparcialidad, viendo todo en sus dos caras, a través de lo dicho por los guerrileros y por el gobierno, que fue el triufador ante aquello. Ello le concede una gran virtud al estudio de Élida Salazar, máxime cuando se trata de una publicación oficial del gobierno chavista, el cual siempre ha exaltado las acciones de la guerrila, hecho falaz dado que se trató de un movimiento plenamente derrotado por los gobiernos democráticos, de Betacourt, Leoni y Caldera. En verdad que lo que lo que los guerrileros se propusieron hacer con aquel robo les salió mal, muy mal, la repercusión internacional que tuvo el hecho fue por el estupor causado, en Venezuela y en el exterior, no a favor de los insurgentes sino por el culturicidio que había significado el robo de aquellas obras maestras. Fue aquello una derrota más para los insurgentes, al comienzo de un año que, como veremos, se inició la decadencia de la guerrilla y sus finales actividades[1].

[1] Hemos seguido aquí, con pormenor la ivestigación de Élida Salazar: Asalto armado al Museo de Bellas Artes. Caracas: Ministerio para el Poder Popular de la Cultura,2013.206 p., indagación que tiene el valor de la imparcialidad, sabiendo mirar con acucia a los dos protagonistas del suceso, gobierno y guerrilla. Los autores del robo fueron, según esta indagación: José Hilario Monterrey, Alejandro Gil Bustillos, Luis Alberto Mosalve Vallés, Winston Bermudez Machado, José Montero, Aly Alberto Guédez López, Nelly Trujillo, José Rafal Silva Aponte, Gabriel Antonio Valbuena, Gladyz María Volcán Echeverria, la mujer que huyó de la deteción policial, lanzándose por un puerte, conocida entre sus compañeros como la “Volcacito”, Nadia Colmenares, María José Pérez, Juan Carlos González, Nelsón Acosta Arroyo, Welinton Hernández Puerta, Fernando Iturbe, Eduardo Ríos, Luis Fernando Vera Betancourt, Juan Carlos Guzmán, Eliobardo Navarra Lauría, Alejo Narvaez, Federico Debois Olivo y Gladys María Volcán.


El 18 de marzo de 1963 se crearon las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional(FALN). Fue un intento tardío porque ya para ese momento la insurección guerrillera había sido vencida por las tropas del gobierno. El análisis de su creación, según explica García Ponce, fue también falaz: “No son suficientes el repudio mayoritario del pueblo ni las manifestaciones democráticas y pacíficas. A un gobierno así solo se le puede derrocar con las armas en la mano”(p.72). La respuesta a estas falacias las darán los propios venezolanos, nueve meses más tarde, el mismo año 1963, al votar para elegir a Leoni. Casi dos millones de votos de adhesión al sistema democrático vigente fueron dados aquel día.

El 29 de septiembre fue el Asalto al tren de El Encanto. Aunque la acción fue ordenada por el PCV, por mandato del Secretario Militar de ese partido, Guillermo García Ponce(1926-2010), el jefe de la acción fue Luis Correa(1937-2010). El suceso causó hondo horror en la sociedad, el gobierno ordenó “la inmediata prisión(octubre 2) de los máximos dirigentes del PCV y MIR, sin que valiera el escudo protector de la inmunidad parlamentaria”(p.75), la que fue allanada en cada caso. Por cierto es falso, si seguimos la fechas que están en este libro, que Guillermo García Ponce estuviera preso el 29 de septiembre pues su inmunidad solo fue allanada el 2 de octubre(p.78).

El 2 de noviembre fue el “hallazgo de un poderoso alijo de armas en la península de Paraguaná”(p.75) proveniente de Cuba: tres toneladas, debían haber sido utilizadas en Plan Caracas preparado para desestabilizar las elecciones. Venezuela denunció internacionalmente el hecho, la nueva incursión fidelista en el país(p.82).

El 10 de noviembre las FALN exhortaron al pueblo a no concurrir a votar. El 1 de diciembre fueron las elecciones. Solo hubo un 7% de abstención y un total de 2.918.877 votos válidos. Y además, acota García Ponce, ”el régimen que ahora concluía…no solo estaba vivo sino la firme dirección de… Betancourt había derrotado…los levantamientos militares de Castro León…[el] Barcelonazo(junio 25,1961), Carupanazo(mayo 4,1962), Porteñazo (junio 2,1962)…sobrevivió al intento de magnicidio(junio 24,1960) de Chapita Trujillo(1891-1961), le estaba asestando golpes contundentes a los brotes guerrilleros de Caracas y otras poblaciones y en la montañas de Lara, Falcón, Miranda y Oriente. Y en el plano internacional, su apoyo al bloque occidental, opuesto en la Guerra Fría al campo socialista, tenía como añadido una actitud muy firme contra las dictaduras militares que infectaban el mapa latinoamericano. Dado este palmarés, sonaba ilusoria la tesis de derrocarlo por las armas”(p.85-86), en los “casos de las insurrecciones, la reacción de Betancourt fue siempre inmediata, firme, dura y dirigida sin esguinces a golpear en forma fundamental y sin confusión alguna, solo a sus enemigos armados hasta los dientes y con unas ganas inmensas de derrocarlo”(p.86). Es verdad, todo parece indicarlo, que pronunció la frase “disparen primero y averiguen después”(febrero 13,1962), luego se dio cuenta de su gravedad y la borró de la versión del discurso publicada. Tanto García Ponce(p.86), como Manuel Caballero[1], han estudiado la frase con atención y llegan a esa conclusión.

Tras examinar el pronunciamiento nacional a través del voto escribe García Ponce: “Las elecciones presidenciales de 1963 constituyeron el golpe final de la cadena de las más serias adversidades que confrontó el movimiento guerrillero venezolano. La contundencia del hecho podría

[1] Manuel Caballero: Historia de los venezolanos en el siglo XX,p.296.


medirse solo con estas cifras: la abstención en esas elecciones representó el 7,79 % del total, correspondientes a 262.441 electores inscritos contra un total de 2.918.441 votos válidos”(p.83). Así la guerrilla estaba en “Una situación inestable, disminuida, anémica”(p.147).


1964


Estudia García Ponce el apoyo extranjero a la guerrilla y a la contrainsurgencia(p.99). Hasta Ernesto Guevara de la Serna(1928-1967) pensó venirse(p.106). Ya había estado en Venezuela en los años cincuenta, ejerció como medico en el leprocomio de Cabo Blanco, como ya lo hemos indicado. Fue a Eduardo Gallegos Mancera(1915-1989), repetimos, dirigente del PCV, quien disuadió a Guevara de venir a Venezuela e incorporarse a las guerrillas(p.107). Guevara participaba, ya lo hemos dicho, en una reunión en Argel, meses después dejó Cuba, ni siquiera Fidel Castro(1926-2016) fue a despedirlo. El que Castro no estuviera a despedirlo, mandó a su hermano Raúl, se explica por el hecho de haberse entregado Castro totalmente a la URSS, la que financió su revolución, además en ese momento la URSS tampoco veía a Guevara con buenos ojos, le habían negado, a través de Cuba, de Fidel, todo apoyo a sus planes guerrilleros. Estaba solo. Lo estuvo hasta el momento en que fue ajusticiado, por el ejército boliviano, en La Higuera.

Pronto comenzaron dentro de los grupos insurgentes las críticas, de hecho, ya en 1964, estaba más que claro que habían sido derrotados tanto militar como políticamente. Dice García Ponce: ”Al parecer, fue Domingo Alberto Rangel(1923-2012), con su elocuencia característica, quien primero, desde la cárcel, llamó la atención sobre la profundidad del descalabro”(p.87-88). En ese momento sonó a herejía, pero era “la verdad, la dura verdad” que dijo Danton(1759-1794) en otras horas. Siempre hay que saber pronunciarla.

Fue también en ese momento que las Fuerzas Armadas crearon la anti-guerrilla(p.96), la mayor parte de sus acciones pueden ser seguidas en el libro del coronel Castillo Máchez, como de hecho lo hace García Ponce.

También aquel fue el año de la muerte de Argimiro Gabaldón, ultimado, sin querer, por uno de los guerrilleros de su Frente. Abundaremos en este hecho más adelante, al examinar Por aquí no ha pasado nada(1972), de Ángela Zago(1942).


1964-1967


Entre 1964-1967 describe García Ponce las principales acciones tanto de la UTC y las de aquellos que estaban en las zonas de las montañas como las acciones contra los insurgentes, la contraguerrilla, de estas quedó el libro del coronel Castillo Máchez, una de cuyas acciones consideró el magnífico oficial como una “de las más sangrientas conocidas en la historia militar de Venezuela”(p.133), con su alta formación histórica es imposible que no sea exacto lo descrito por Castillo Máchez. Fue la acción de pueblo del Villanueva, en enero de 1965. La del Cepo(marzo 13,1966) fue también feroz, donde el propio oficial-historiador salió herido, cojeó y escuchaba mal por un oído hasta el final de su vida, como consecuencia de aquellas heridas sufridas en combate. Fue Castillo Machez querido amigo nuestro, con él pudimos conversar, tras leer Más allá del honor, sobre estos años y estas acciones. Castiilo Machez, nos lo dijo, que no pudo entender nunca que el chavismo considerara héroes a los gierrilleros derrotados. “Y nosotros que lo dimos todo por qué nos olvidan” nos dijo un día, desayunando en el Fuerte Tiuna.


1965


1965 fue el año de la llamada paz democrática, “a partir de abril de 1965, fue incorporada a la línea política del PCV una variante táctica que conduciría, con el andar del tiempo, a una tregua, o repliegue, o alto al fuego…Es la famosa consigna de la paz democrática”(p.159), politica ya clara meses mas tarde(noviembre 9,1965). Era tan errónea la posición de la izquierda insurgente en aquel momento que pese a su fracaso pedían cosas que ya existían en el país(p.160). U ofrecían análisis que eran pura fantasía(p.162), para ambos casos son sumamente clarificadoras de lo que decimos los párrafos que inserta García Ponce relativos a lo que venimos indicando. Por ejemplo: lo que pedían en el programa que concibieron ya existía(p.160). La extensa cita que se lee dos páginas más adelante solo puede ser considerada como pura fantasía(p.162).

Es precisamente en ese momento, y en ese año de 1965, cuando apareció la disidencia: Douglas Bravo(1935) se separó del PCV, “trabajo fraccional” fue considerada su actitud(p.163). “¡Capitulación!, exclamó Douglas Bravo”(p.164), surgió el Partido de la Revolución Venezolana(PRV) bajo su liderazgo, a ningún lugar logró llegar, era imposible: la guerrilla no había logrado ningún eco en la sociedad venezolana.

La tregua siguió. Fue considerada una traición ya que nadie entre los insurgentes logró observar que era el único camino que quedaba, habían fracasado. Por cierto “putch contra Betancourt”, como llamó a ese movimiento ese gran marxista que fue el doctor Salvador de la Plaza(1896-1970), así nos lo confesó un día. Fue en ese momento en que Fidel Castro (1926-2016), desde las escalinatas de la Universidad de La Habana, apostrofó a los guerrilleros, sobre todo al PCV, a todos los que se adhirieron a la paz democrática: único camino que les quedaba.


1966


Pese a ello Castro siguió porfiando contra Venezuela: el 24 de julio de 1966 desembarcan en Tucacas quince expedicionarios cubanos, al mando de un venezolano(p.168), Luben Petkoff(1933-1999). Teodoro Petfkoff(1932), hermano de Luben, nunca perdonó a Fidel Castro(1926-2016) la mala atención médica recibida por su hermano cuando estuvo hospitalizado en Cuba.

En 1966 la guerrilla prosigue sus acciones, pero está muy debilitada, ya está vencida. Es el momento en que muchos guerrilleros se convierten en simples delincuentes, tal y como lo expuso Carlos Noguerra (1943-2015) en su cuento “Altagracia y otras cosas”[1]. Y ello tiene una honda explicación: la guerrilla formó a los hombres para la guerra y proclamada la paz muchos fueron incapaces de vivir en ella, debieron seguir actuando como lo habían aprendido, solo sabían realizar acciones violentas: no las abandonaron. Se dedicaron a diversas formas de la delincuencia urbana como el asalto de bancos. Se convirtieron en los hombres de la postguerra, que con tanta agudeza y saber psiquiátrico observó Herrera Luque en Los viajeros de Indias, en pasaje que antes hemos citado.


1967


El 10 de mayo de 1967 se llevó a cabo la invasión de Machurucuto, entre los oficiales cubanos que vinieron estaba el después famoso general Arnaldo Ochoa(1943-1989), años más tarde Fidel Castro, pese a ser considerado Ochoa un héroe de su nación por sus acciones en África, lo hizo fusilar, levantándole un expediente y para dar mayor miedo a la población de la isla Castro hizo televisar el ajusticiamiento, todo el país lo vio(p.109). La invasión de Machurucuto fue descubierta por el ejército venezolano, fueron detenidos muchos de sus participantes. Gobernaba Raúl Leoni(1905-1972) aquel día.

Se mismo año 1967, indica García Ponce, se empantana la guerra, “se fractura el campo revolucionario”(p.147).


1968


De este año considera García Ponce que fue el momento en que se llevaron a cabo los últimos combates de la

[1] Luego incorporado a su primera novela Historias de la Calle Lincoln. Caracas: Monte Ávila Editores,1971.257 p. Verlo en las p.11-21.


guerrilla(p.183). Lo cual podría remacharse con la observación de Moisés Moleiro(1937-2002), uno de los invasores de Machurucuto: “Me di cuenta que todo aquello era una verdadera locura. Es decir, que todo esto no tenía nada que ver con la guerra del pueblo”(p.191).



SINTESIS


Aquel movimiento que dejó una triste huella en el devenir venezolano solo duró siete años, y no completos pues ya el año 1965 había culminado, o lo más nueve años si aceptamos que sus acciones culminaron en 1968, como indica García Ponce(p.183), pero cuando apenas tenía cuatro años de haberse iniciado, en 1965, se hizo presente la tregua de los partidos insurgentes.


LAS PENAS DE MUERTE


Las hubo en aquel proceso. Su análisis es “asunto terriblemente espinoso”(p.211) dice García Ponce. No sólo murieron los que se enfrentaron en aquella guerra, los guerrilleros y los miembros de la Fuerzas Armadas. También dentro del movimiento guerrillero hubo penas de muerte impuestas a los propios compañeros, algo inicuo.

Grave asunto este, ¿cómo pudieron aplicar penas de muerte en un país en donde la pena de muerte había sido abolida legalmente por la constitución de 1864, en su artículo 14, numeral 1, antecedida aquella carta por el Decreto de Garantías del año anterior(agosto 18,1963), documento que constituye, aun hoy, para nosotros, la Carta Democrática de Venezuela, en él se había abolido también la pena capital.

Pero fusilaron también con esa pena a gentes de su propio bando, como ya hemos señalado. Tal la historia horrenda de los fusilamientos de Falcón donde fue eliminada Conchita Jiménez, cosa ordenada por Félix Faría por razones nada claras hasta ahora, al perecer sexuales. Estos inexplicables hechos de Falcón fueron documentados, en 1975, por Luigi Valsalice[1]. Otro es el caso del estudiante Nicolás Beltrán en las guerrillas del oriente(p.214). Este joven fue nuestro Roque Dalton(1935-1975). Anota García Ponce: “se repite…la escena odiosa, desconcertante y que provoca la misma turbación de ver lo inexplicable, que menudeó en los años del Gran Terror en la Unión Soviética y, en fecha reciente, en Cuba. Un joven apasionado por la revolución sube a la montaña a echarle tiros al enemigo, y termina su vida ante el paredón, quebrado y arrastrándose lleno de lágrimas ante sus propios compañeros decididos a matarlo”(p.215).

Otros hechos son las falacias inventadas sobre Livia Gouverneur(1941-1961), a quien se ha consagrado como una heroína cuando murió(noviembre 1,1961) antes de cometer su acción, por la impericia de un compañero, o de ella misma, al accionar un arma o un explosivo, sin el conocimiento de cómo hacerlo. Los mismos compañeros de Livia Gouverneur, cuesta escribirlo, dejaron su cadáver abandonado en la puerta de la casa de su familia, en San José del Ávila.

Tales historias tienen que ver con los bandos. Los insurgentes elevan a los suyos, tal Alberto Lovera(1923-1965) o Jorge Rodríguez padre(1942-1976), asesinado por las fuerzas represivas del gobierno, y el del doctor Julio Irribarren Borges, eliminado, en 1967, por la guerrilla. En ambos casos todos merecen la más grande repulsa.



CUÁNTOS MURIERON


Cifra difícil de establecer. Carrera Damas se refiere a 6000 jóvenes[2]. García Ponce indaga en los muertos de la insurgencia y del ejército, habría que registrar también a los inocentes muertos en las acciones, pero con las estadísticas que tuvo a mano no llegó el autor de Sangre, locura y fantasía a ninguna conclusión clara sobre el número de caídos.

[1] Luigi Valsalice: Guerrilla y política,p.168, nota 50. [2] German Carrera Damas: El asedio inútil,p.33.


¿VUELTA DEL CAUDILLISMO?


Pese a que se haya negado por diversos autores el movimiento guerrillero tuvo mucho que ver con la resurrección del viejo caudillismo del siglo XIX, que había sido derrotado plenamente, el 22 de julio de 1903, en la batalla de Ciudad Bolívar, que significó el final del caudillismo y de las guerras civiles.

Ese proceso muerto fue revivido por el movimiento guerrillero de los años sesenta. Pese a lo que se pueda decir en contra de nuestro aserto, es más lo que lo une a las guerrillas de los sesenta con las guerras civiles de los gamonales del siglo antepasado, y nada con las llamadas guerras de liberación del siglo XX, sobre todo de todas aquellas que aparecieron para darle la libertad política a los países de África y Asia, proceso que dio nacimiento al movimiento de los No Alineados, establecido en la conferencia de Bandung, Indonesia(abril 18-24,1955).

En verdad si se mencionan tales movimientos, se dará cuenta quien los analice, lo lejos que estuvo la guerrilla venezolana de esos movimientos, de hecho quien si fue en verdad un líder anti-colonialista, con figuración plena en lo que hoy se llama Tercer Mundo, fue precisamente el caraqueño Simón Bolívar(1783-1830). En cambio en las guerrillas latinoamericanas del siglo XX siempre es posible verlas como más cercanas a las luchas de los caudillos del siglo XIX. Significaron la presencia de nuevo del caudillismo: ¿qué diferencia puede haber entre aquellos personajes y un guerrillero como Douglas Bravo(1935), quien al traer en su frente guerrillero a un asesino como Domingo Urbina lo que hizo tender un puente con personajes surgidos del vientre de las guerras civiles, como lo fue también su primo Rafael Simón Urbina(1897-1950), quien planificó el asesinato del presidente Delgado Chalbaud, en el cual actuó también Domingo Urbina. Eran ambos Urbinas carentes de toda formación ideológica e incluso politica, hombres de la violencia. Y curiosamente, como el propio Douglas Bravo, hijos de la sierra coriana, tierra donde la violencia siempre campea en los ánimos.

Pese a se pueda creer que hay una diferencias con las guerras caudillistas no las encontramos. Si es verdad, como lo sostuvo Orlando Araujo(1927-1987) en su libro Venezuela violenta(1968), que había una diferencia entre ambos modos de llegar a poder, nosotros no lo vemos así, pese a lo que se pueda argumentar en contra[1].

Por su parte en Los últimos espectadores del Acorazado de Potemkin, de Ana Teresa Torres se examina, a su entender, “el hilo que une al caudillismo decimonónico y la guerrilla comunista de los años sesenta del siglo XX con la vituperada democracia venezolana”(p.51). Eso es lo que explica la presencia de Chávez y el intento anacrónico de revivir lo ya pasado sin escuchar las lecciones de la historia mundial reciente. Ese intento, erróneo, distorsionado, inexplicable, de volver a revivir el pasado, cosa imposible, nos ha resultado a nosotros, un humanista cristiano, y por lo tanto nunca ñángara, ni ateo, quien siempre siguió con pasión los avatares y los cambios del devenir de los años de su vivir, por un lado inexplicable y por otro un asunto de apasionante interés como tema de investigación, análisis y meditación. De allí la importancia que tiene esta anotación de Gisela Kozak a partir de su lectura de Los últimos espectadores del acorazado de Potemkim...,y en especial de uno de sus pasajes en donde encontramos la autobiografía de un revolucionario,”quien encarna el particular devenir de la historia venezolana enmarcada en la utopía revolucionaria izquierdista, el desencanto político posterior a la caída del socialismo europeo oriental y el escepticismo ante la democracia que marcó a Venezuela hasta los años noventa del siglo pasado”(p.58), allí está “la decepción, la ironía, el desencanto ante los proyectos socialistas del siglo XX”(p.65).

Si bien es verdad que el caudillismo, que fue consecuencia de la guerra de Independencia, siempre fue criticado por

[1] Orlando Araujo: Venezuela violenta. Caracas: Hesperides, 1968. 182 p.


los grandes pensadores nuestros, desde Cecilio Acosta(1818-1881) hasta Augusto Mijares(1897-1979), siempre la violencia fue usada por unos y por otros, y siempre fueron sacrificadas vidas de personas destacadas, como el general Rafael Urdaneta Vargas(1823-1862) llamado Urdaneta el joven para no confundirlo con su padre, su homónimo, el prócer, en los días de la Federación o Antonio Paredes(1869-1907), en los días del castrismo, por cierto nunca hubo en las guerrillas de los sesenta ninguna persona de la altura de aquellos dos singulares varones. Las “guerrillas del tipo diseñado por las actuales guerras de liberación”(p.158) que dijo Araujo, al menos en su desarrollo venezolano, para nada se distinguieron de aquellas, ni siquiera el Asalto a Curazao en 1929 puede ser considerado, por la presencia de algunos marxistas, como “el primer acto de guerra de liberación antiimperialista intentado en nuestra patria”(p.160), como el mismo lo indica, en verdad fue una acción garibaldina en la cual los dos marxistas, Gustavo Machado(1898-1983) y Miguel Otero Silva(1908-1985), se unieron a un gamonal de los del pasado, Rafael Simón Urbina(1897-1950), un hijo de la sierra falconiana, hijo de la violencia. De esas acciones, como muchas de las que examina García Ponce en su libro, no separa la guerrilla de los sesenta que fue un acto más de caudillismo, observaque esta dio otra vez vida a la violencia en el país, no dejaron que la nación se desarrollara pacíficamente, como la mayoría de los venezolanos lo desearon y sufragaron para hacer aquello verdad. Fíjese quien explore estos hechos que solo lograron llegar al poder y desarrollar políticas de sentido colectivo los líderes que tuvieron un proyecto de acción pacífica y por ello constructiva. Desde luego, entre estos debe considerarse al presidente Hugo Chávez(1954-2012), a quien no se le puede consisderar sino como un neo-caudillo.


LA POSTGUERRA

Señala García Ponce que el repliegue guerrillero se puede datar del año 1965. Aunque para nosotros se produjo dos años antes, en las elecciones nacionales de 1963, en las cuales los insurgentes llamaron a los electores a la abstención y estos votaron masivamente por una elección democrática. Fue la respuesta colectiva de la nación contra los que insurgieron contra la democracia que era el sistema que los venezolanos deseaban. Fue aquello un triunfo, como lo escribió entonces Mariano Picón Salas(1901-1965), “En los días en que Venezuela celebraba el reciente proceso electoral(1963) y la victoria contra los agentes del terrorismo y el comunismo anárquico que habían lanzado la consigna de “No votar” para entregarnos a los barbudos del caos”[1].

Así ese 1963 se inició el proceso de paz, tuvo sus diversos avatares hasta que se puso en pie con el proceso de la Pacificación puesto a andar por el presidente Rafael Caldera(1916-2009). Aquella decisión fue consecuencia del proceso electoral del 1 de diciembre de 1968. En estas elecciones por vez primera después de mucha tiempo el PCV, aun inhabilitado, participó a través de un pequeño partido “Unión para avanzar”(UPA) el cual obtuvo 2,81 % de los votos. De allí en adelante el PCV no logró volver a levantar vuelo: 1, 19 % de lo votos en 1973; 1,04 % en 1978; 1,75 % en 1983; 0,80 % de su candidato Edmundo Chirinos(1933-2013) en 1988[2]. Tal su presencia. Y a

[1] Rómulo Bertancourt: Hacia una América Latina democrática e integrada. 3ra.ed. Prólogo: Mariano Picón Salas. Madrid: Taurus,1967.265 p. La cita procede del prólogo de Picón Salas procede de la p.9. [2] Tal el tristemente célebre psiquiatra psicópata quien terminó asesinando a unas de sus pacientes, después de haberla violado reiteramente, la mató cuanto se dio cuenta que ella lo denunciaría a las autoridades. Sobre este gravísmo asunto, que tanto mal ha hecho a la profesión psiquiátrica en nuestro país, se debe leer el libro de Ibeyise Pacheco: Sangre en el diván. El extraordinario caso deñ Dr.Chirinos. Caracas: Grijalbo,2010.251 p. Allí podemos ver como logró engañar Chrinos a la instituciones del país durante medio siglo, haber logrado ser decano, rector y candidato presidencial, mientras cometía 300 violaciomes de mujeres en su propio consultorio previo a haberlas dopado, violado y fotografiado desnudas siendo sus pacientes. En Chirinos se cumpló la frase de Herrera Luque: “No hay nada peor que un psiquiatra corrompido”. Por razones éticas consignamos esta nota. Véase nuestro reseña de la obra que citamos “Sangre en el diván”, en www.arteenlared.com: Caracas: octubre 22,2011.


poco de su rehabilitación política el PCV se dividió y se fundó el Movimiento al Socialismo(MAS,1971), cuya historia es paradójica, como la de toda la izquierda venezolana, llena de facciones y fracciones desde el fin de las guerrillas hasta hoy. Del MAS poco se sabe en el presente, que tipo de partido es y cuantas personas lo forman.

En 1969 se produjo la Pacificación, que permitió la reincersión de los guerrilleros en la vida ciudadana. Le siguieron la legalización del PCV y del MIR. Y al año siguiente la división del PCV y el surgimiento del MAS y el comienzo del desarrollo de la llamada “ultraizquierda”.

Todo así se sucedió en la década siguiente. El 24 de noviembre de 1979 Douglas Bravo, Francisco Prada y otros “reciben del presidente Luis Herrera Campins(1925-2007)…el sobreseimiento de sus causas”(p.183-184).

Para cerrar copiamos un grave, gravísimo, pensamiento sobre las guerrillas latinoamericanas del maestro mexicano Octavio Paz(1914-1998) quien escribió: “Emplear métodos fascistas y aun de gangsters en nombre del socialismo es una perversión no menos grave que el autoritarismo y el burocratismo stalianianos, nuestra condenación de la violencia, claro está, no es absoluta. Condenamos la violencia ciega y que se vuelve como un bumerang no sólo contra los que la practican sino contra el pueblo entero, como acaba de suceder en el Uruguay(1974). Condenamos a los que desde la impunidad de la cátedra y el periódico, doctores vitriólicos con la boca babeante de ira, bendicen a los tupamaros de aquí y de allá con citas truncadas de las escrituras revolucionarias. Cierto, a veces la violencia es legítima. Otra, además, es eficaz. No ahora ni aquí. Además, no estamos muy seguros de que la violencia sea realmete ‘la partera de la historia’. Tal vez lo contrario: esteriliza a las sociedades y las hace oscilar entre los dos polos de la destrucción, la agresión y el suicidio. Fin, cualquiera que sea nuestra opinión sobre la violencia, es evidente que la que preconizaba Marx es muy distinta a la que predican y practican los extremistas en México y en America Latina”(p.158-159); [los guerrileros son]“gente que jura en nombre de Carlos Marx pero que obra como Al Capone”(p.161)[1].


[1] Octavio Paz: El ogro filántrópico. Barcelona: Seix Barral, 1979. 346 p. Ver: “Aterrados doctores terroristas”(p.153-167). La primera procede de las p.158-159. La segunda de la p.161. Sobre el proceso de las guerrillas deben leerse las novelas de Mario Vargas Llosa: Historia de Mayta, Caracas: Seix Barral, 1984.346 p. sus Travesuras de la niña mala. Bogotá: Alfaguara, 2006.375 p., las páginas finalers de sus Tiempos recios,p.350-351 y la singularmente e importante obra del argentino Manuel Puig: El beso de la mujer araña. Barcelona: Seix Barral,1976.287 p.



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