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CAUDILLOS, GAMONALES Y GUERRILLEROS EN LA MEMORIA VENEZOLANA...(XXVIII) Roberto Lovera De Sola.


1976: CLARA POSANI ESCRIBE SU TESTIMONIO SOBRE LA LUCHA ARMADA


ADIÓS A CLARITA POSANI


Era nuestra obligación, como el viejo amigo que soy de Clarita Posani, como siempre la llamamos, y con el permiso de sus hijos Miguel, Paola y Andrea Posani Urdaneta y de su ex marido, el arquitecto Juan Pedro Posani, decir a viva voz, y con honda emoción y cercano a las lágrimas, estas palabras ante su cuerpo yacente, muerta el pasado domingo(febrero 5,2017) no para llorar su muerte, hecho que nos comueve, sino para celebrar su vida y su obra literaria[1].

Mi amistad con ella, cálida, cotinúa y hondamente afectiva, se inició cuando ella publicó su libro Pito de Oro(1973) y nosostros, trabajador cultural y divulgador de los libros, fuimos a su casa a entrevistarla. Pito de oro, tenía un gran significado, ante la epidemia de consumo de drogas, especialmente entre gente joven, tanto que ella sintió que

[1] Palabras dichas en el Cemeterio del Este, Caracas, la tarde del lunes 6 de feberero de 2017. Publicado en www.facebook.com: Caracas: febrero 7,2017.


su obligación como intelectual era hacer público el diagnóstico de lo que sucedía a través de una serie de entrevistas con jovenes adictos y un traficante. Aquel libro, que tuvo varias ediciones, hechas por nuestro querido amigo Domingo Fuentes(1931-2010), en su imprenta y editorial de La Pastora, tuvo una significación e impulsó numerosos análisis que se publicaron en aquellos años sobre el grave asunto. Sin embargo, cuando Clarita publicó Pito de oro, ya había iniciado su trayectoria con su obra Apenas ayer(1972)[1].

Nuestra amistad comenzó con Pito de oro(1973), una tarde que, tras llamarla, fui a su casa a hacerle una entrevista, para la sección que rectabamos. Y ella, mujer fuerte, y debo decir sin que se crea que es una mala palabra, pero Clarita fue siempre una mujer “arrecha”, en el sentido hondo que tal vocablo tiene, es decir persona ardúa, intensa, vehemente y briosa, como lo dice el diccionario académico. Cuando llegamos a su apartamento, nos saludamos, sentamos a trabajar, cuando yo puse mi grabador sobre su escritorio ella sacó el suyo y lo prendió también. Hubo alguién que nos preguntó si aquello no nos había molestado. Dijimos que no a aquel interlocutor, que ella no me conocía y tenía mucha razón de hacerlo dado el grave tema que trataba en Pito de Oro. La entrevista la hicimos y publicamos en El Universal[2]. Y desde allí se espigó lo más grande que puede sucederle a un ser humano: surgió la amistad, el don mas alto de la especie humana, una forma de amor. Y esa amistad pervivió hasta el domingo pasado y nos permitió ser testigo previlegiado de la creación de su obra literaria. En ella se hizo presente aquel viejo decir caraqueño “Amor no quita conocimiento” porque el afecto no nos impidió nunca darle nuestra opinión sobre aquello que leíamos

[1] Clara Posani: Apenas ayer. Caracas: Fundación Neuman,1972. LII,86 p. .Existe un extenso análisis nuestro de su libro, que Clarita pensó colocar como prólogo a la segunda edición de aquella obra, como eso no se pudo hacer lo publicamos en México, como “Entre el testimoio y la revisión histórica. Notas para una rewvisión del gomecismo”, en Revista de Historia de América, México, n/ 81(1976),p.187-209, el cual circuló también en un folleto. Apenas ayer, rescató el nombre y 75 fotografías de Luis F.Toro Mujica(1881-1955), el cronista gráfico del gomecismo. Los otros libros de Clarita Posani fueron: Pito de oro. Caracas: Editorial Fuentes,1973.299 p.; Los farsantes. Caracas: Domingo Fuentes,1976.p. 262 p.,2ª.ed. Prólogo: Pedro Berroeta. Caracas: Publicaciones Seleven,1980.259 p.; La casa está llena de secretos. Contratapa: Roberto Lovera De-Sola. Caracas: Publicaciones Seleve,1980. 272 p.; Ulises. Caracas: Doming Fuentes y Asociados,1984.272 p. [2] Fue: “En Venezuela existe una cultura de la droga”. Entrevista con Clara Posani, en El Universal, Caracas: feberero 3,1974. La fotografía que la acompaña la sacó mi entonces esposa Morella Contramaestre.


en sus páginas, ya que ante ella, por su modo íntegro de ser, siempre pudimos desarrollar, ante sus escrituras nuestra vocación y oficio: la crítica literaria, lo que sigificaba leer, examinar y opinar libremente sobre lo que habíamos examinado. Encontrar una persona así no es fácil en nuestro medio donde todos los escritores sólo desean es ver elogiadas sus obras.

Cuando fui a entrevistarla aquella tarde ella estaba embarazada de Andrea, la que nació a las pocas semanas, así que también nosotros la conocimos bebé. Miguel y Paola eran ya dos adolescentes. Y cuando comencé a ir a darle vida a la sinhueso ella nos confesó que había tenido a Andrea porque había tenido tales vivencias humanas que necesitaba un nuevo hijo para comunicárselas. Ese es el legado que dejó a Andrea.

Lo más importante de nuestro gran afecto fue que nos permitió ser testigo de la creación de lo mas sustancial de su obra, sus tres libros sobre las guerrilas de los años sesenta y sus consecuencias. Esas obras fueron Los farsantes(1976), La casa está llena de secretos(1980) y Ulises(1984),

Para entenderlos hay que tener en cuenta que Clarita fue guerrillera y fue de las pocas personas que participaron en aquella insurgencia que tuvieron el coraje de arrepentirse de lo que habían hecho, de ver las vidas que se habían perdido y consigar su valiente testimonio sobre aquellos hechos que tanto mal hicieron y que llenaron de frustración tantas vidas jóvenes. Entre los muchos testimonios que escribieron los guerrilleros derrotados, con sus vidas deshechas, debemos decir, como crítico literario que los mejores libros fueron escritos por dos grandes y maravillosas mujeres, quienes no tuvieron miedo de consignar públicamente su arrepentimiento por lo hecho. Ellas fueron, Ángela Zago(1942) y Clarita. Ángela por Aquí no ha pasado nada(1972), Existe la vida(1989) y Sobreviví a mi madre(1997).

Por cierto, hubo en Clarita y en Ángela, dado la larga excursión en sus almas que hicieron, lamentando lo hecho, haber tomado las armas y haber matado en la guerrilla. Asi ambas hicieron un gran viaje interior, producto de aquel peregrinaje, estos fueron los libros La casa está llena de secretos, de Clarita y Existe la vida, de Ángela Zago. Cuando nos tocó comentar en El Nacional el de Ángela Existe la vida, nos fue imposible dejar de mencionar el gran alegato contra la izquierda latinoamericana, consignado por el gran escritor argentino Manuel Puig(1932-1990) un movimiento sin espíritu y sin alma, lo que expresó en su novela El beso de la mujer araña(1976) a través del diálogo entre el guerrillero y el homosexual que encontramos en sus paginas, por cierto la novela de Puig fue publicada el mismo año de Los farsantes de Clarita, porque a todos la guerrilla, multiplicada y frustrada en todo el continente, los había tocado en su experiencia humana, incluso a aquellos que no habían participado en ella, ya que aquello fue un hecho generacional ocurrido en una sociedad, la nuestra. Años después también Mario Vargas Llosa(1936), escribió sobre los mismos asuntos su deliciosa novela Travesuras de la niña mala(2006). Aunque nuestro flamante Premio Nobel(2010) se había adelantado a ello, varios años antes, con su Historia de Mayta(1984). Debemos decir todo esto porque en la dolorosa experiencia venezolana que creó la lucha armada, Clarita y Ángela se habían aticipado en su comprensión y análisis. Desde luego, aquí no podemos dejar de mencionar el mas importante libro sobre esos hechos, escrito después, también por otra mujer, Los últimos espectadores del acorazado de Potemkin(1999), de Ana Teresa Torres(1945), que es una de las grandes novelas de nuestra literatura.

Clarita con los libros suyos que hemos mencionado ante ustedes hijos, familiares y amigos de ella, esta tarde, parados y emocionados frente a la urna que recoge sus cenizas, como no pretendemos hacer un examen crítico me bastará con citar las palabras con las que Pedro Berroeta(1914-1997) comentó Los farsantes y que Clarita puso luego como prólogo de la segunda edición(1980), el escrito de don Pedro, como todos lo llamabamos, quien nos hizo darnos cuenta de la forma como había entendido lo que Clarita había querido decir, escribió:


“Respeto a todo hombre que muere por sus ideas. Me entristece que por esas ideas mate. Pero me duele sobremanera cuando ese morir y esa matar tienen como víctima a jóvenes venezolanos”.


En esta segunda edición, hecha por Publicaciones Seleven, una editorial de RCTV, que dirigía Oscar Yanes(1927-2013), este escribió en la solapa: “La verdadera historia de las guerrillas; los sacrificios de los buenos y los grandes negocios que hicieron los malos al margen del movimiento armado”.

Tuvimos la opotunidad como estudioso de nuestras letras y de nuestra historia, de seguir las escrituras de Clarita, razón por la cual en la dedicatoria de Ulises nos llamó “mi gran amigo”. Y en la de La casa está llena de secretos, para la cual escribimos un texto firmado que está en la contratapa, nos escribió estas palabras manuscritas: “Para mi gran amigo y hermano Roberto Lovera De Sola, esperando que siempre esté a mi lado, para leer y criticar mis libros. Con gran amor, Clarita”(noviembre 1980). ¿Puede pedir un crítico algo más?, más un crítico como nosotros que practicamos la erótica de la lectura: leer a los escritores con amor. Por ello, esta tarde, ante ustedes, celebro la vida y el hacer de Clarita.

Debemos confesar que seguramente a muchos de ustedes les llamará la atención, que un humanista cristiano como somos, un socialcristiano, haya sido quien haya pronunciado este oficio de difuntos, que sea quien desarrolló la comprensión de ese álgido asunto que fue la insurgencia de los sesenta. Comprederlo fue nuestra obligación desde muy atrás, había rozado aquello nuestra experiencia humana, y sobre todo habíamos visto las vidas destruídas por aquello en nuestros compañeros y compañeras universitarios. Aquello fue tan grave que nuestro querido maestro Germán Carrera Damas(1930) pudo decir:


“En ese combate de los años sesenta perecieron o se dañaron ética y moralmente, de lado y lado, cerca de 6000 jóvenes, que por ser los más ardorosos y los más entusiastas estaban llamados a ser dirigetes politicos, presidentes de banco, profesores, directores, alcaldes, gobernadores…Los que no murieron en el combate quedaron malogrados por la prisión, por las torturas, por la violación de los derechos humanos de que fueron víctimas o que ellos cometieron, por mil cosas. Esa sangría de aquel momento determinó que la sociedad quedara sin una generación de relevo: con los dinosuarios en el pico de la pirámide, y abajo, unos muchachitos que comenzaban el kidergaten…significó una tremenda sangría de la sociedad venezolana. Los numerosos jóvenes que murieron o quedaron maleados…tanto los reprimidos como los que reprimieron, tanto el guerrillero como el que lo combatió, retrocedieron a esquemas no democráticos, de barbarie, que significaron un grave daño estructural para la sociedad venezolana en su propósito de formar una geeración de relevo…l daño fue recíproco. Un buen número de los jóvenes que perecieron eran de los más inquietos, los más creativos, los mas capaces de comprometerse con una idea de sacrificio, de esfuerzo, no los achantados, los comodones y demás…En quienes atendieron el problema en esos años el asunto se redujo a ‘hay que permanecer en el poder a cualquier precio’ que fue el abandono de la concepción pedagíca del poder y el comienzo de la degradación de los partidos, que se van diluyendo”[1].

[1] Germán Carrera Damas: El asedio inútil,p.33 y 182. La guerrilla puede ser estudiada en dos obras: la del diplomático italiano Luigi Valsalice: Guerrilla y politica. Curso de su acción en Venezuela 1962/69 tan diestramente hecha que el propio expresidente Rómulo Betacourt(1908-1981) quien gobernaba en los años de aquella revuelta contra la democracia, pidió a su amigo el editor José Agustín Catalá(1915-2011) que hiciera una edición en su editorial: La guerrilla castrista en Venezuela y sus protagonistas(1979). La única historia escrita por un venezolano, con los ojos de un historiador, es la Antonio García Ponce: Samgre, locura y fantasia. En este libro la primera mujer mencionada es Clarita Posani(p.27). Se deben leer hoy los informes de los guerrilleros presos que reunió la policía politica, pasados desde las celdas o encottrados en los allaamietos a la guerrilla, en el libro de Luis Vera Gómez: La subversión armada 1964-1967 en sus documetos. Clarita, y concluimos, fue un gran ser humano, lleno de ternura con sus tres hijos y por sus amigos. Un ser que amó su tiempo y una mujer escritora destacada, entre las de ultimo medio siglo, en que la literatura escrita por mujeres tiene en gran lugar en las letras venezolanas y en las latinoamericanas, tanto que hoy en día el primer novelista venezolano es una mujer, Ana Teresa Torres. Un sitio, las letras mujeriles, donde no se puede dejar de mencionar a Clarita Posani. Amén. .

LECTURA DE SUS LIBROS


Los libros de Clarita Posani(1933-2017) son Apenas ayer(1972), Pito de oro(1972), Los farsantes(1976), La casa está llena de secretos(1980) y Ulises(1984).

Las obras de Clarita Posani se han escrito como consecuencia de intensas inquietudes personales o del medio que la rodea.¿Quién fue Juan Vicente Gómez? ¿Por qué su figura espectral persigue a los venezolanos desde hace décadas? Esta fue la inquietud que la llevó a examinar la figura del dictador en su libro Apenas ayer. Luego fue una problemática a todas luces crucial: el incremento del consumo de las drogas. De este hecho surgió su corroboración de tal realidad en Pito de oro, este se sale del toma que tocamos en estas páginas, aunque el narcotráfico es siempre un hecho violento.


LOS FARSANTES Con Los farsantes, su tercer libro, inició su trato de los temas relacionados con la guerrilla venezolana de los años sesenta.

En Los farsantes, en La casa está llena de secretos y Ulises ha consignado las vivencias de su generación, la que fue a la guerrilla en los años sesenta y fracasó en su intento. Cuenta en estos volúmenes las hondas inquietudes vivenciales que han despertado en ella tales experiencias que ella ha acompañado de un sólida respuesta emocional y espiritual.

Antes de comentar los libros de Clarita Posani necesario hacer unas observaciones en torno al contexto en el cual estos tres libros se inscriben.

Durante los años sesenta surgió una nueva forma para tratar ciertos temas. Se ha denominado a ello “género testimonial”. Los libros testimoniales más que un nuevo género nos ofrecen una forma distinta de acercarse, o de observar, ciertos hechos. Tienen estas obras ciertos paralelismos con los libros de memorias y con las autobiografías pero poseen también características específicas que obligan al lector a tratarlos aparte pues a veces sus autores desean contar algo que sucede a su alrededor y lo cual no ha sido siempre vivido por el autor del libro, o que a la vez, en algunos casos surge de experiencias personales. Esta es la tendencia que se comenzó a desarrollar en América Latina a partir de la publicación, a fines de los sesenta, de dos libros: Biografía de un cimarrón(1968), del cubano Miguel Barnet(1940) y La guerrilla Tupamara(1970) de la uruguaya María Esther Gilio(1928-2011). Desde luego su gran antecedente fueron las obras del sociólogo norteamericano Oscar Lewis(1914-1970), iniciada en 1959 con la historia de cinco familias mexicanas, en su Antropología de la pobreza, al que siguió, en 1964, su famoso libro Los hijos de Sánchez, en este y en los que le siguieron reveló lo que era la cultura de la pobreza en los barrios marginales de México[1].

[1] Oscar Lewis: Antropología de la pobreza. Cinco familias. 5ª.ed. México: Fondo de Cultura Económica, 1965.302 p.; Oscar Lewis: Los hijos de Sánchez. Autobiografía de una familia mexicana.7ª.ed. México: Joaquín Mortiz 1967.521 p.; Miguel Barnet: Biografía de un cimarrón. Barcelona: Ariel,1968. 200 p.; María Esther Gilio: La guerrilla tupamara. La Habana: Casa de las Américas, 1970. 247 p.. La cita de Clarita Posani que hemos hecho procede de su obra Los farsantes.2e.ed.,p.8. En Los farsantes ofrece un testimonio sobre la época de la insurgencia armada que vivió el país en los años sesenta. Pero no es este un libro más sobre aquellos convulsos años. Esta obra nos presenta una doble versión de un hecho socio-histórico confrontado con un proceso personal que condujo a su autora a tomar plena conciencia de lo que es el ser humano en medio de una determinada situación. Para llegar a ese nuevo estadio existencial tuvo la Posani que levantarle un sumario a un largo tiempo de su vida y darse cuenta que creyendo en unos ideales de justicia había estado al lado de un conjunto de farsantes, especie muy abundante en los anales políticos venezolanos, quienes no tenían otra idea que servirse de los demás para satisfacer sus apetitos de poder. Lo más grave es que en su acción cargaron con muchas vidas jóvenes y luego trataron de disculparse por el error. Pero la autora del libro sabe que no es posible pedir disculpas cuando muchos murieron por ideas que consideraron justas. Así al realizar el balance de aquellos años Clarita Posani llama la atención sobre las torpes acciones de aquellos farsantes quieres pretenden hacer el borrón y cuenta nueva con sus actos del pasado. “No es lo mismo morir por sus ideas que mandar a morir por ellas”, escribe Pedro Berroeta(1914-1997) en el prólogo de la segunda edición de la obra que comentamos.

¿Por qué afirmamos que en Los farsantes se nos presenta la peripecia íntima de una persona?. Lo apuntamos porque la autora nos va llevando a todo lo largo de sus ideas y acciones y con ella penetramos en sus decisiones más profundas. Ella explica como entró a militar en el PCV ya que le habían indicado que ese era el camino correcto para sus inquietudes. Pero añade “Se equivocaron”(p.9). Y así nos muestra como durante años dependió del dogmatismo de esa organización, que luchó al lado de personas que no tenían una comprensión exacta de la realidad del país. Por ello, como consecuencia de los fusilamientos en la guerrilla comunista de Falcón, en 1964, decidió marginarse del PCV. Los hechos que condujeron a aquellos tristes sucesos están hoy bien documentados en el libro de Luigi Valsalice y en el de Antonio Gracia Ponce[1]. Y así en su búsqueda por encauzar a través de otros caminos sus preocupaciones políticas, volver a la vida, por su temor por las pequeñeces del ser humano, se dio cuenta que era necesario escribir un libro pues no se puede jugar impunemente a la violencia(p.250) y porque hay que llamar la atención a mucha gente joven para que no vuelva a ser la “carne de cañón”(p.252) como fueron muchos militantes honestos que participaron en la insurgencia de los años sesenta. De allí que este libro nos presente una doble visión: la del militante en sí mismo quien analiza su pasado y la del ser político quien ensaya su respuesta a los por qués del fracaso.

Los farsantes están formados por tres conjuntos de textos. La parte central del libros es una larga conversación con Reinaldo[Alejandro Gil Bustillos]. Este fue un delincuente sin formación política quien entró en las filas del PCV creyendo que allí encontraría razones para sus inquietudes sociales. Pero Reinaldo fue sólo utilizado por los “farsantes” para realizar asaltos y así buscar los fondos que el PCV necesitaba para financiar la guerrilla[2].

[1] Luigi Valsalice: Guerrilla y politica,p.168, nota 50; Antonio García Ponce: Sangre, locura y fantasía,p.10-11. [2] Antonio García Ponce en su Sangre, locura y fantasía, nos da una información precisa de Gil Bustillos al anotar: “Alejandro Gil Bustillos tenía un prontuario muy cargado. Se le acusaba de haber dado muerte a su padrasto, de haber participado en el complot de asesinato del dictador [José Antonio] Remón(1908-1955), en Panamá y de haber cometido varios atracos con saldo de muertos y heridos. En la cárcel se dedicaba a copiar en tela y óleo varios cuadros famosos de Velazquez y Goya. Terminó su condena en la cárcel de Trujillo y, al poco tiempo murió de un infarto”(p.26). Delincunetes como este fueron reclutadas por el PCV. Con los años estando Gil Bustillos preso Clarita Posani intento hacer una labor de conversión de aquel de malandro a persona que podía hacer buenas acciones. Pero le fue imposible, dado el caracater violento de Gil Bustillos.


Una segunda parte de este libro está formado por un conjunto de textos intercalados, e impresos en tipos mas grandes, en donde varias personas que murieron en combate narran su muerte desde la muerte misma, son hermosos textos de ascendencia rulfiana. En los breves relatos podemos observar las condiciones literarias de la Posani y sus posibilidades narrativas. Pero quisiéramos señalar otro hecho: en estos cuentos, porque eso son, no se ocupa sólo de la muerte de guerrilleros sino que a la vez nos cuenta las historias de hombres de pueblo que fueron asesinados por quienes decían que los iban a liberar, los militantes de izquierda, e incluye uno en el cual un soldado se entristece por su condición de tal, pues se siente miembro de la multitud.

Ahora la parte central de Los farsantes es la presentación de estos seres que se sirvieron de los demás para lograr el poder y quienes no deseaban otros cambios que aquellos que los beneficiaron. En parte este libro recuerda a las acciones de Antonio Guzmán Blanco(1829-1899) cuando se metió en los campamentos federales, cuando se acercó a Zamora, no para poner en práctica los ideales liberales sino parar llegar al poder y satisfacer sus ambiciones. Como aquellos hechos tuvieron su cronista en Luis Level de Goda(1838-1899) estos han tenido en Clara Posani su crítico escrupuloso.

Clarita Posani escribió dos novelas La casa está llena de secretos y Ulises, de las que nos ocuparemos en el capítulo de la novela.


OTRA VEZ LA ZAGO Y LA POSANI: LAS SENSIBILIDADES DE DOS GUERRILLERAS


Y hay al menos todavía dos acotaciones finales: terminada la guerrilla, comprendida la gran tragedia que supuso esta experiencia, la cual miraron hondamente sólo espíritus finos, intuitivos algunos de ellos, mujeres en este caso, peregrinaron a su interior en busca de la respuesta porque comprendieron que una revolución no puede ser realizada sino parte de adentro de las personas, que esta debe ir no como se cree de afuera a adentro sino al revés. De allí la profunda peregrinación de estas dos mujeres hacia su interior. No en vano son ellas las autoras, junto con Antonieta Madrid, otra reflexiva mujer, de los mejores libros, a los que hay que añadir ahora los de Ana Teresa Torres y Milagros Mata Gil, que examina Gisela Kozak, escritos sobre aquellas vividuras. Constituyen estos que deseamos nombrar aquí una incursión dentro de sí mismas, un nuevo observar a todo aquello. Nos referimos a La casa está llena de secretos y Ulises de Clarita Posani, a estos los trataremos en el capítulo sobre las novelas, a Existe la vida(1989) de Angela Zago ya lo hemos explorado. Es por lo anotado que siempre subrayamos la importancia que tiene entre nosotros, sobre todo desde la década de los setenta, los libros publicados por nuestras mujeres escritoras.


PALABRA DE MUJER


Y esto es importante porque tras de ellas quedaba lo escrito por las mujeres desde Teresa de la Parra(1889-1936) formado por libros, muy buenos algunos, otros de grande hondura existencial, que marcaron el camino de las mujeres en la sociedad venezolana, pero obras aisladas, no formando parte de un movimiento. Siempre dentro de ese período que se inicia en 1937 hay que nombrar Tierra talada de Ada Pérez Guevara, Guataro(1938) de Trina Larralde, Tres palabras y una mujer(1944) de Lucila Palacios, Ana Isabel, una niña decente(1949) de Antonia Palacios, Anastasia(1955) de Lina Giménez y Gloria Stolk cuando logró superar el melodrama de Amargo el fondo(1957), a ella por cierto le gustó esta observación nuestra y la aprobó plenamente. Por ello en su etapa creadora final se dejó llevar de lo más hondo de si en la novela La casa del viento(1965) y en sus Cuentos de Caribe(1975), en ambos libros están sus pálpitos más lúcidos.

En cambio la madurez, la coherencia, la gran imaginación y la bella escritura no se hizo presente en nuestra narrativa mujeril en la década del sesenta en la cual no hay ningún libro de mujer de honda trascendencia fuera de Crónica de las horas(1964) de Antonia Palacios. Sin embargo, esos años nos dieron a nuestra primera ensayista mujer quien es a la vez notable dramaturga(Teatro,2004), y ahora narradora (Homenaje a la estrella,2002; De muerte lenta,2006; La señorita que amaba por teléfono, 2016), para quien el país y sus mil sortilegios y angustias siempre ha estado presente: Elisa Lerner(1932). En cambio la gran cosecha iniciada en la literatura escrita por mujeres desde los años setenta tiene una honda trascendencia que consideramos algún día remarcará, con coherencia, nuestra historia literaria.



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