CAUDILLOS, GAMONALES Y GUERRILLEROS EN LA MEMORIA VENEZOLANA...(XXXIII) Roberto Lovera De Sola.
CAPITULO OCTAVO:LOS HIJOS DE LOS GUERRILLEROS ESCRIBEN
Y como otro hecho hay que decir, siguiendo este examen, que los hijos de los guerrilleros han comenzado a decir sus propias palabras: tal Ricardo Azuaje(1959) en Juana la roja y Octavio el sabrio, el cual rechazado por la editorial del estado se editó en Fundarte bajo nuestro cuidado, el texto de su contratapa es redacción nuestra. O en largos pasajes de Azul petróleo de Boris Izaguirre(1965): es la experiencia de los hijos e hijas que los padres abandonaron para irse tras su quimera, la guerrilla. Jóvenes de los dos sexos que crecieron solos, mientras los padres, hombres y mujeres, fracasaban.
1991: JUANA LA ROJA
En Juana la roja y Octavio el sabrio(1991)[1], de Ricardo Azuaje nos entrega uno de los relatos mas intensos de nuestra narrativa en los años noventa. En esta nouvelle su autor nos presenta la historia de las relaciones imposibles entre una madre, Juana, y su hijo, Octavio. El es un ser escindido entre dos mundos: el suyo conservador y el de la insurgencia guerrillera, el ámbito en donde se mueve su mamá. El es un estudiante de derecho de los años ochenta
[1] Ricardo Azuaje: Juana la roja y Octavio el sabrio. Caracas: Fundarte, 1991. 75 p., inserto también en Tres novelas cortas. Cumaná: Universidad de Oriente,2007,p.17-93; Ricardo Azuaje: Viste de verde nuestra sombra. Caracas: Fundarte,1993.45 p., inserto también en sus Tres novelas cortas,p.95-140; Ricardo Azuaje: A imagen y semejanza. Caracas: Monte Avila Editores, 1986. 57 p.; Viste de verde nuestra sombra, inserto en sus Tres novelas cortas,p.95-140, antes citado. y ella una insurgente quien abandonó la casa del marido e hijo, en los años sesenta, para ir a realizar sus ideales en la guerrilla. Dentro de estas contradicciones se hizo hombre Octavio. Siempre estuvo lejos de Juana. Tan distante que los mundos de ambos no pueden ser más disímiles. Mientras ella soñó con un triunfo socialista que nunca llegó, actuando para destruir la sociedad democrática, Octavio vivió en un ámbito convencional, es un joven moderado, mezcla de sabio y sobrio, como lo sugiere el título. Así como lo vemos, Juana y Octavio no pueden entenderse. De allí ese cierto tono doloroso, infeliz, que percibimos cuando seguimos los pasos del muchacho en las páginas de este hermoso texto. Tal el drama que hallamos en este tenso y denso relato, el cual es una de las obras mas significativas producidas como consecuencia de las vivencias del llamado período de la violencia política(1961-1968) en Venezuela.
1993: VISTE DE VERDE NUESTRA SOMBRA
Si en Juana la roja y Octavio el sabrio de alguna manera vinieron a dar, como en un río, sus relatos “De un porroncito de begonia” y “El paso de las montañas” ambos de su libro de cuentos a Imagen y semenjanza, todo esto logró un desarrollo mas largo, mas intenso, en Viste de verde nuestra sombra(1993). En esta fábula aparece otra vez, mas hondamente observada, la ciudad caotizada de aquella narración, suerte de carta de presentación de este escritor, modo de ingreso en el paisaje que le es propio. Por ello aquí en Viste de verde nuestra sombra la urbe es un “laberinto trastornado”(p.38), la historia de un hombre bueno a quien la ciudad enferma; es esta la “mala ciudad”(p.17) que dice el narrador. Un engendro en la cual confluyen violencia, contaminación, ruido, todos ellos a la vez reales y psicológicos. Y así buena parte de Viste de verde nuestra sombra sucede una noche en Parque Central, núcleo del fabular urbano de Azuaje. En “ese mostruo de concreto…verdadera jungla de pasillos”(p.29), “el nivel del caos”(p.36) vemos pasar como fantasmas a tres amigos: uno de ellos ha enloquecido, como el protagonista de Taxi driver(1976), de Martín Scorsese(1942), como consecuencia del vivir en medio de aquella anarquía la cual ha roto su sensible mundo interior. Los otros dos lo buscan, tratan de encontrar la manera de salvarlo, lograr que vuelva a pertenecer a la ciudad, que deje de estar en el aire(p.22), que permita otra vez que la verde sombra(p.42) que nos cobija, el Avila, lo proteja.
AZUL PETROLEO
Es inevitable comenzar esta lectura de la novela de Boris Izaguirre(1965) Azul petróleo(1998)[1] señalando tres cosas: es evidente el progreso literario y estilístico logrado por este joven narrador, de apenas treinta y cuatro años, entre su primera y segunda ficción. Tampoco podemos negar que estamos ante un libro difícil ya que no ha sido muy general en nuestra novela tocar el tema de la homosexualidad de la forma como está abordada aquí. Muy pocos homoeróticosaparecen en nuestra novela, a veces casi de paso como sucede en La casa de los Abila(1946), de José Rafael Pocaterra(1889-1955) o en Borburata(1960), de Ramón Díaz Sanchez(1903-1968). Y novelas gay sólo tenemos una Pájaro de mar por tierra(1972) de Isaac Chocrón(1930-2011). Y hay también breves incursiones en el lesbianismo, sobre todo en algunos relatos de Dina Piera Di Donato(1957) de su Noche con nieve y amantes(1991)[2]. Y trabajando sobre
[1] Boris Izaguirre: Azul petróleo. Madrid: Espasa Calpe, 1998. 326 p. [2] José Rafael Pocaterra: La casa de los Abila. Caracas: Editorial Elite, 1946, 246 p., novela escrita en 1921; Ramón Díaz Sánchez: Borburata. Buenos Aires: Editorial Nova, 1960.274 p.; Isaac Chocrón: Pájaro de mar por tierra.Caracas: Tiempo Nuevo, 1972. 185 p.; Dina Piera Di Donato: Noche con nieve y amantes. Caracas: Fundarte,1991. Gisela Kozak primero por su cuento “La pasión”(p.89-93), en su libro En rojo, narración coral. Caracas: Alfa,2011. 174 p.. También publicó la misma autora nuestra primera novela lésbica: Todas las lunas. Contratapa: Ana Teresa Torres. Caracas: Equioccio,2011.320 p. Debe leerse también su ensayo, sobre el mismo asunto, en Varios Autores: Sabanagay. Disidencia y diversidad sexual en la ciudad. Edición: Carlos Colina. Caracas: Alfa,2009.255 p. Ver Gisela Kozak:”Literatura venezolana y representación de la mujer lesbiana”(p.113-134).
este libro han aparecido dos importantes contribuciones al desarrollo de la literatura lésbica entre nosotros, obras de Gisela Kozak, primero en su cuento “La pasión”(p.89-93), en su libro En rojo(2011) a este lo consideramos el mejor cuento lésbico de nuestra literatura. Debemos recalcar que En rojo es singular conjunto de cuentos sobre la ciudad maltrada que es la Caracas del chavismo. Este libro es en este período uno de los majores libros de cuentos impresos. También publicó la Kozak nuestra primera novela lésbica: Todas las lunas(2011), obra para nosotros memorable por muchas razones, pensamos al leerla que en adelante toda la obra de su autora iba a depender este singular libro, en el cual está viva su identidad sexual.
Volviendo a Boris Izaguirre debemos subrayar que este vuelve a abrir un espacio apenas tocado. Como tercera cosa quisiéramos subrayar como en la escritura de este libro su autor ha logrado traer a sus líneas lo mejor del estilo de las crónicas, que siendo apenas un muchacho escribía con gran belleza y lujo de estilo para El Nacional. En su primera novela este no aparecía con la singularidad con que lo hallamos ahora en Azul petróleo.
Al leer Azul petróleo estamos ante una novela que no podemos considerar sino como dramática porque su protagonista nunca llega ser feliz, de allí el sentido desgarrador y desolado de esta criatura desarraigada, una “sombra errante”(p.19), para quien recordar es un acto tan doloroso(p.312) como las flechas que martirizan a San Sebastian, santo icono de los gays(p.314), que en Caracas pintó, para la Santa Capilla, con grande escándalo, el pintor Pedro Centeno Vallenilla(1899-1988), hopmosexual él, quien es, como Vogás, uno de los personajes principales de Azul petróleo.
Pero Azul petróleo aunque sucede en dos urbes es una novela escrita por un profundo caraqueño quien quiere su ciudad y ama su montaña tutelar, quien goza con el espectáculo de su luz, de su color, de su olor. Este es su único lugar posible.
Para entrar en la entraña de lo que Izaguirre nos propone debemos auscultar a su protagonista, saber cómo es, quién es, como se siente. Esta criatura es un ser infeliz, a quien adopta un guerrillero fracasado de los años sesenta quien por ello sólo recibió “el triste legado de tristes vidas”(p.29), por ello se siente siempre un huérfano, un recogido, quien sólo vive para observar, como un voyeur, todo lo que sucede a su alrededor(p.62); ser solitario, hondamente fascinado por lo femenino, modo tan desarrollado en el mundo de los “diversos” quienes a pesar de tener una “mirada femenina”(p.48) para verlo todo, no entienden lo que es una mujer ni que es la feminidad. Nuestro personaje es un frívolo, encantado por la gente rica y por el lujo, pero quien siempre se siente un “paria” dentro de la sociedad (p.247,265). Y no logra sentir nunca el pasmo, el “susto del amor”, que dijo García Marquez[1], pierde “el aliento inconfundible del amor”(p.17) huye de él, destruye a los que ama, desea un erotismo “inmediato, cruel, intenso”(p.43), asesina a sus parejas, por ello se considera el “espíritu de la violencia”(p.183).
Y este sentido del amor es una de las entrañas de Azul petróleo. Para él, el amor sólo existe su atmósfera(p.117), es una trampa(p.155) a la cual hay que temer, es un hecho devastador(p.226) pero al cual nada sustituye(p.269). Por ello todo el libro es una “historia de amor imposible”(p.241). Estos son pensamientos que vienen una y otra vez a la mente del personaje de esta novela.
El otro núcleo de Azul petróleo es la belleza, en especial la del cuerpo masculino(p.132,310), por ello el poder de la belleza se le revela(p.99), ella es la única persona que “me ha acompañado siempre”(p.40), “Cuando alguien se desnuda, dejas de oír y empiezas a ver. Como si el ojo se alimentara del brillo de la piel. Entonces todo resalta. Este es el auténtico encanto de la belleza. Cuando la descubres
[1] Gabriel García Marquez: “Palabras para un nuevo milenio”, en Yo no vengo a decir un discurso,p.35-42. La cita procede de p.39.
plenamente, solo puedes aceptar la belleza total. La absoluta”(p.41), por ello es también que sólo la belleza lo puede salvar, la lindura encarnada en Amanda Bustamante, el principal personaje femenino de Azul petróleo.
Hay también a lo largo del libro muchas reflexiones sobre un país como el nuestro cuyo “clima es siempre de incertidumbre”(p.95), es tierra de “mentiras y violencias”(p.135), “vive de tres cosas: el petróleo, las lagrimas que provocan los culebrones y la belleza absurda, ficticia del Miss Venezuela”(p.187); nación cuya tragedia es “que sólo sabemos ser frívolos”(p.189) por ello lo considera un “disparate de país”(p.211) y es quizá por ello que su memoria tiene dos colores mezclados: el negro del “estiercol del diablo”, del mene, y el azul del Avila cinético, según la hora en que se le mire.
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