CAUDILLOS, GAMONALES Y GUERRILLEROS EN LA MEMORIA VENEZOLANA...(XXXV) Roberto Lovera De Sola.
CAPITULO DÉCIMO: LA GUERRILLA EN EL ESCENARIO
1979: EL DIA QUE ME QUIERAS
Por el tema que tratamos se nos hace imposible no iniciar esta parte sino refiriéndonos a la pieza de José Ignacio Cabrujas(1937-1995) El día que me quieras(1979).
Y aunque no tenga que ver con el proceso de los años que tratamos, de hecho sucede en 1935 durante la visita de Carlos Gardel(1890-1935) a Caracas, es imposible no observar aquí que en El día que me quieras, la celebérrima pieza de Cabrujas, se nos muestra la forma como siempre los comunistas venezolanos estuvieron alejados de nuestra realidad, como sólo soñaban en los países socialistas y no en el hoy y ahora nuestro. Tanto que el líder de ellos, Gustavo Machado(1898-1983), uno de los primeros comunistas venezolanos, confesó a Cabrujas, tras ver la representación, que su pieza era certera porque “así éramos nosotros”. En cambio Miguel Otero Silva(1908-1985) se molestó profundamente con lo que vio en El día que me quieras y dijo a Cabrujas que aquello era una diatriba contra el PCV. Y dentro de El día que me quieras, Pío Miranda, su protagonista, cuyo nombre es la mezcla del nombre y del apellido de dos de nuestros grandes utopistas: Pío Tamayo(1898-1935) y Francisco de Miranda(1750-1816). José Pío Tamayo, su verdadero nombre, fue sin duda el introductor en Venezuela de las ideas marxistas en el siglo XX. Fue sacrificado en las cárceles del gomecismo de las cuales sólo pudo salir, ya muy enfermo, extinguiéndose, para ir a morir a su casa tocuyana. Antes de volver a su tierra en los años veinte Pío Tamayo había sido uno de los líderes de una huelga muy famosa en Panamá, movimiento que dejó consignado en su novela La galera deTiberio(1938) nuestro Enrique Bernardo Núñez (1895-1964) quien fue testigo de la misma por ser entonces diplomático venezolano en aquel país. También en La galera de Tiberio hay reminiscencias a la gran matanza en la zona bananera colombiana que es episodio fundamental de Cien años de soledad(1967) de García Márquez. De ser posible recomendamos siempre leer La galera de Tiberio, una de las grandes novelas de nuestra literatura, a través de la edición de 1938, de esta, aunque fueron destruidos casi todos sus ejemplares por su autor, a poco de ser impresa, porque el sentido autocrítico de sun autor, como en el todo verdadero creador, era muy intenso y quería mejorar su escritura. Guardó,sin embargo, algunos ejemplares para seguir trabajando sobre ella. Tenemos ahora su edición del texto de 1938, impreso en un volumen publicado en 1978[1], por lo cual no sólo podemos conocerla en su primera, prístina y mejor versión, sino compararla, a través de una cuidadosa relectura, con la impresa en Caracas en 1967, tras la muerte su autor, siguiendo las correcciones que hizo Núñez en su ejemplar de la primera edición. La versión original, de 1938, es mejor que la publicada en Caracas, en 1967, hecha con toda devoción, por varios amigos suyos, el paleógrafo Guillermo Arguello, el poeta Carlos Augusto León(1914-1997) y el crítico Augusto Germán Orihuela(1920-2001), quien además la prologó en bella página.
Al estudiar el complejo proceso literario de la insurgencia de la izquierda contra la democracia hay que registrar aquellas obras que nos permiten mirar lo que comprendimos por el propio testimonio de muchos de ellos, cosa que repetimos dada su importancia: la elite política que empujó a los jóvenes a unirse a la guerrilla y nunca los respaldaron con el testimonio de su propia acción, los dejaron solos primero, los abandonaron después. Y la triste historia de los fusilamientos en Falcón dentro de la propia guerrilla fue recordada en casi todos sus puntos por Luigi Vasalice en su Guerrilla y política, por Clarita Posani(1933-2017) en Los farsantes, por Antonio García Ponce(1929) en Sangre, locura y fantasía.Esas muertes sin sentido de los propios guerrilleros por manos de sus propios compañeros dio una carnadura notable a la
[1] Enrique Bernardo Nuñez: Cubagua/La Galera de Tiberio. Prólogo: Domingo Miliani. La Habana: Casa de las Américas, 1978. XLV, 239 p. La edición preparada por los amigos de Nuñez es La galera de Tiberio. Prólogo: Augusto Germán Orihuela. Caracas: Universidad Central de Venezuela,1967.205 p. Una lectura comparativa de ambas ediciones, cosa que hemos hecho nosotros, nos hace comprender como su versión original, la de 1938, es superior a la segunda, de 1967. El profesor Alejandro Bruzual preparaóm en el 2019, una nueva edición de La galera de Tiberio teniendo en cuenta ambas ediciones y los mauscritos que se hayan en el archivo del escritor en la Biblioetca Nacional. Suya es también la memorable edición crítica de la novela de mismo autor: Cubagua, Sinfonía del equinoccio. Caracas: Celarg,2014. XXXVIII,211 p.
defensa de la vida que está en No es tiempo para rosas rojas, de Antonieta Madrid, una de las grandes novelas venezolanas sobre ese turbulento proceso, también libro impar de nuestra ficción.
LA PIEZA
El día que me quieras fue estrenada en Caracas el 26 de enero de 1979, en el teatro Alberto de Paz y Mateos, de El Nuevo Grupo bajo la dirección del propio Cabrujas, quien además encarnó también al personaje principal, Pío Miranda[1].
Toda la acción de El día que me quieras debió sucederen Caracas el 25 de abril de 1935, día del la llegada de Carlos Gardel. Sin embargo, en el texto se señala que aquello ocurrió el 11 de julio de ese mismo año(p.52). Esta fecha constituye un anacronismo, válido siempre en la escritura literaria, el cual tiene una explicación autobiográfica para su autor, como él mismo nos lo confesó cuando redactabamos estas páginas: la razón de que haya utilizado aquella fecha, 11 de julio, se debe a que Cabrujas debió nacer en esa fecha, dos años más tarde, en un parto que debió ser provocado. Ello no acaeció ese día sino seis días más tarde. Sin embargo, esa fecha se acogió a un lugar dentro de la memoria familiar. Esto nos lo explicó el propio Cabrujas en una conversación telefónica sostenida
[1] Todas las citas que hacemos proceden de José Ignacio Cabrujas: El día que me quieras. Caracas: Findarte,1979.76 p. Otras ediciones de la misma obra son: El día que me quieras. Madrid: Editorial Vox, 1979; El día que me quieras. Prólogo: Isaac Chocrón. Caracas: Monte Ávila Editores, 1986.79 p.; El día que me quieras/Acto cultural. Prólogos Ibsen Martínez e Isaac Chocrón..Caracas: Monte Ávila Editores,1990.176 p.; El teatro de Cabrujas. Caracas: Pomaire,1991.211 p. Ver:”El día queme quieras”(p.67-109); inserta en Ortlando Rodríguez: Teatro venezolano contemporáneo. Antología. Madrid: Fondo de Cultura Económica/Ministerio de Cultura//Quinto Cemtenario, 1991.1181 p.Ver:”El día que me dieras. Presentación:: Roberto Lovera Der-Sola”(p.403-471) y en José Iganacio Cabrujas: Obra dramática. Caracas: Equinoccio, 2010-2011. 3 vols. Ver:”El día que me quieras”(t.II,p.187-258).
para aclarar el punto, mientras escribíamos esta parte de nuestro estudio, la noche del 2 de enero de 1991.
En verdad el suceso histórico a partir del cual se espiga la pieza acaeció durante la primera fecha que hemos señalado. Ese día llegó Gardel a Caracas. Mucha gente fue a La Guaira, puerto al cual llegó el artista ese mismo día, o la Estación de Caño Amarillo para verlo de cerca, y si fuera posible dar la mano, al gran ídolo popular. Aquel día se reunió en la estación de los trenes la que para el historiador Ramón J.Velásquez(1916-2014)[1] fue la más grande multitud que se hubiera reiunido hasta el momento en la ciudad. Aquel 25 de abril las masas, que siete meses más tarde, el 19 de diciembre, irrumpieron en nuestra escena política, tras la muerte del general Juan Vicente Gómez(1857-1935), hicieron un ensayo de presencia masiva. El grande artista del tango, quien bajó del vagón aquel día en nuestra capital, estaba en el apogeo de su carrera. Por ello todos los caraqueños querían conocerlo. Y para ello fueron a Caño Amarillo. Gardel venía acompañado por el compositor Alfredo Le Pera(1904-1935), el autor y arreglista de la mayor parte de las composiciones que lo hicieron célebre, su secretario José María Aguilar, Domingo Riverol y Guillermo Barbieri. Gardel actuó en Caracas, en Maracay, ante el general Gómez, quien lo invitó para escucharlo, en La Guaira, en Maracaibo y en Cabimas. El 18 de mayo Gardel se despidió de los caraqueños. Trienta y siete días más tarde falleció en un accidente, posiblemente una balacera discutiendo por una mujer, dentro del avión en que viajaba, antes de tomar vuelo este, al corretear la nave por el
[1] Refiriéndose a su generación el Dr. Ramón J.Velásquez recordó que antes de la muerte de Gómez: “La única gran manifestación popular que presenciaron los caraqueños fue la formada para recibir a Carlos Gardel en abril de 1935” eso se lee en la entrevista que le hizo Arístides Bastidas(1924-1992): “El periodismo ha sido fundamental y decisivo en nuestro progreso democrático”, El Nacional, Caracas: agosto 3,1968, Cuerpo C,p.1. Velásquez, quien vivía en Caracas, quien teia 18 años, fue testigo de lo que narra.
aeropuerto de la ciudad colombiana de Medellín. Al despedirse de Gómez en Maracay, el cantante le prometió volver al año siguiente. A ello contestó el anciano dictador “quién sabe donde estaremos el año que viene”. Un año más tarde de aquel palique, en el Hotel Jardín, los dos interlocutores habían tomado el camino del infinito. El primero el 24 de junio, el segundo el 17 de diciembre de ese mismo año[1].
A partir de este hecho histórico, la visita de Gardel a Caracas, Cabrujas creó su obra. Y lo hizo a través de una tragicomedia, por largos ratos hilarante, dentro de la cual, al igual que en Profundo(1972), en Acto cultural(1974) o en El Americano ilustrado(1988), sus obras mayores, aparecen seres patéticos, como es el caso del Pío Miranda esta pieza.
El día que me quieras, fue la canción de amor por antonomasia de Gardel. A partir de ella, desde ella, Cabrujas espiga su invención. En su pieza aparecen dos tipos de seres: la mayoría, representados aquí por la inefable Elvira Ancízar (Amalia Pérez Díaz), quienes se hacen presentes en aquello que sucede en la realidad. Aquello que como ella no desean que no les ocurra otra vez, aquello que ella señala al decir “Uno quiere ver la historia y termina por oírla" (p.25).
[1] Ver Varios Autores: El 23 de Enero. Caracas: Fundarte/Alcaldía del Municipio Libertador, 1990. 86 p.,Ver nuestro: “El 23 de enero: alguos sitios,varias casas, ciertas personas:”(p.20-28). La referencia procede de la. p.28. Esta carta a Rollain, la cual constituye uno de los pilares de El día que me quieras, en verdad existió. La escribió Josefina Juliac. Ver sobre esto Manuel Caballero: “La carta de Romain Rolland pudo haber llegado”, en Ve y toma el libro que está en la mano del ángel,p.133.136. La cita de Elisa Lerner procede de “El día que me quieras”, en su Yo amo a Columbo.p.157-160.. La cita procede de la p.160. Veáse el ensayo de Carlos Rangel(1929-1988) sobre este asunto en su Marx y los socialismos reales y otros ensayos. Caracas: Monte Ávila Editores,1988.217 p. Ver: “Arenas, testigo del futuro”(p.41-43). A diferencia de Elvira, el personaje central de El día que me quieras Pío Miranda(Fausto Verdial), ve todo desde un ángulo. Es un soñador. Un ser que piensa de tal manera en la quimera que pierde de vista aquello que sucede a su alrededor, cerquita de él. Pío es un personaje patético, vive interrogándose en torno al por qué del suicidio de su madre, soñando en el amanecer socialista del país. Pío no vive para el presente, ni para asirlo, ni para comprenderlo. Le molesta tanto lo que le rodea, Venezuela, que no se ha planteado vivir para ella. Un comunista como él, que añora el futuro, no puede pensar sino que su país es un error, “esta equivocación de la historia”(p.21) lo llama; “este basurero del imperialismo”(p.27), lo apostrofa. Por ello piensa irse con su novia María Luisa Ancízar(Manuelita Selwer), hermana de Elvira, a Rusia. Para poderlo hacer ha escrito una carta a Romain Rolland(1886-1944) rogándole trasmita sus deseos a José Stalin(1879-1953). Mientras Pío espera, sueña, está hundido en sus fantasías. “El camarada Stalin tiene una visión total del planeta”(p.21) dice; “el dinero no es fundamental en la URSS”(p.23), expresa en otro momento. Está tan imbuido en sus deseos que cuando hablan del legado familiar de su novia recuerda “en modo alguno pienso tocar rublo de su herencia” (p.27). Por ello afirma: Gardel “no me divide la historia”(p.36). No logra percibir el hoy y el ahora, aquello que mueve el reloj de todos aquel día en Caracas. Para él lo esencial es irse a Ucrania a trabajar la tierra. Está tan en las nubes que ni siquiera las realidades sensoriales de todos los días le inquietan. Por ello, como apuntó Elisa Lerner(1932), el suyo es un “comunismo que lo hace suspirar por la vida, pero no alimentarse de la vida”(p.160). Por ello la sexualidad para Pío, un hecho que siempre Cabrujas convoca a sus piezas, colocándolo en su lugar, no es una vivencia decisiva, por ello su novia de tantos años sigue siendo virgen. Pío todo lo apuesta al futuro. Solamente vive de ilusiones. Está tan equivocado que no se da cuenta qué sucede en ese instante a su lado. El solo piensa en el día por venir. Y vivir de las quimeras, o solamente para ellas, no es vivir. Y eso es Pío. A él nadie logra sacarlo de sus ensoñaciones. El no se hace preguntas como la lucida Elvira o el divertido Plácido Ancízar(Freddy Galavís). Mientras Elvira se enfrenta a su jefe Bertorelli, Plácido se pregunta “¡Aquí estamos equivocados!. Aquí se ha cometido un disparate en alguna parte! Aquí hubo un loco que nos extravió a todos” (p.35).
Lo real aquel día, cosa que Pío no percibió, fue la visita de Gardel al patio de los Ancizar. La verdad era que el país vivía, desde hacía décadas, en plena tiranía, que no había libertades públicas, ni respeto para quienes pensaran distinto a los Gómez. Por ello la presencia de Gardel les permitió a todos estar presentes, participar en lo que acontecía, quizás por vez primera a través de toda nuestra accidentada historia. Pío se oponía a comprenderlo. El aspiraba el futuro. Militantes de aquellos días como Pío, los primeros miembros del PCV, establecido entre nosotros apenas cuatro años antes(mayo 1,1931), no veian la realidad sino a través de la escasa literatura leninista que había logrado traspasar nuestras fronteras[1]; por ello Pío repite, como un catecismo, las 25 lecciones para obreros, las cuales pusieron a andar los primeros dirigentes de esa tendencia para el adoctrinamiento de sus militantes. Pero como nos hace ver Cabrujas, con honda agudeza, con profunda visión de la realidad, en la cual el amor no está ausente, todos ellos, los muchos Pío Miranda, fracasaron en sus empresas de interpretar nuestra realidad, y de servirla políticamente, pues el pensamiento que les informaba poco tenía que ver con nuestra realidad. Fue una evasión. Por ello fracasaron. Por
[1] El documento fundacional de esta tendencia en nuestro país puede leerse en Varios Autores: Documentos que hicieron historia. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República, 1962. 2 vols. Está en el t.II,p.166-175. Ver también Manuel Caballero: El discurso del desorden. Caracas: Alfadil, 1987 189 p. Ver: “Las primeras lecturas de los comunistas latioamericaos”(p.31-45); Manuel Caballero: Entre Gómez y Stalin. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1989. 286 p.La referencia procede de la p.76. ello el poder fue a dar a las manos de aquellos que no soñaban. Mientras Pío esperaba la respuesta de Rolland, mientras los demás acudían al Teatro Principal a escuchar a Gardel cantar, los anti-Pío, los anti-PíoTamayo, los anti-Miranda trabajaban calladamente.
Francisco de Miranda(1750-1816), el precursor de la Independencia latinoamericana, quien exhaló el último aliento en una cárcel española tratando de evadirse para reincorporarse a la lucha por nuestra libertad; Pío Tamayo(1898-1935), el introductor de las ideas maexistas en Venezuela, fallecido como consencuencia de una enfermedad contraída en una cárcel gomecista(1928-1934) a la cual fue a parar por su oposición al régimen y por haber sido el iniciador entre la juventud, sobre todo la que estaba presa de otra visión de la realidad y de la politica. Con el nombre propio de Tamayo y el apellido del Precursor conformó Cabrujas el nombre del protagonista de El día que me quieras, hecho de los dos granes soñadores de utopía de nuestra realidad. Mientras Pío Miranda vagaba en lo que haría en la URSS, los anti Pío, repetimos, se dedicaban a llegar al poder. Y muchos de los seguidores de los primeros líderes en vez de servir al país se dedicaron a beneficiarse de él. Fueron estos segundos los que terminaron quebrando la economía nacional el “viernes negro”(febrero 18,1983), quienes crearon tales disparidades sociales que provocaron el estallido de febrero, el Caracazo(febrero 27-marzo 1,1989).
Pero también perdieron lo que solo apostaron al futuro. Cuando el ensayista venezolano quien más lúcidamente lo vio, con bastante anticipación, Carlos Rangel(1929-1988), criticaba el sueño del mundo del futuro, de entre las manos de los dirigentes del llamado mundo socialista, que nunca lo fue como nos lo hizo ver, también con anticipación, Ludovico Silva(1937-1988), el único pensador de la izquierda venezolana, quien por ser un hondo conocedor del marxismo también se dio cuenta de ello con especial antelación. La coincidencia entre Rangel y Silva no fue casual, aunque la lucidez esvirtud de pocos. Esas naciones solamente fueron expresiones de un socialismo autoritario que dijo Octavio Paz(1914-1998)[1]. Pero poco a poco se fueron destruyendo aquellos gobiernos. Cuando el 10 de noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín, parte de las ilusiones de Pío Miranda también desaparecieron. Es por ello que cuando asistimos al reposición de El día que me quieras, en 1990, muchos de lo que estábamos en el reestreno de la hermosa pieza de Cabrujas nos preguntamos que si tras la “peretroika” y la vuelta a la democracia a los países, falsamente llamados por los comunistas naciones del este, cuando varias como Polonia, Checoeslovaquia y Hungría estaban en el centro de Europa, nos interrogamos, repetimos, si El día que me quieras había perdido vigencia. Ello no es así. Y no lo es porque la utopía, que soñó Pío Miranda, está viva. Hoy más que nunca, el sueño de un mundo de equilibrio social, de fraternidad, en el cual los hombres y las mujeres puedan realizarse con dignidad está vivo. Aunque ese mundo ya no será socialista ni marxista sino democrático, tolerante, de respeto de los derechos humanos.Pervive aquello por lo cual Pío nos está urgiendo. Cosa que hay que hacer fundiendo sus quimeras con el sentido de la realidad de Matilde (Tania Sarabia). “Nadie nos vaa quitar esto, ¿verdad?...Pienso que menos que nunca se podrá vender esta casa…Como se va a vender después de esta noche?”(p.75). Tal vez las hondas lecciones que
[1] Carlos Rangel: Marx y los socialismos reales. Y otros ensayos,p.41; Ludovico Silva: Teoría del socialismo. Prólogo: Teodoro Petkoff. Caracas:Editorial Ateneo de Caracas, 1980. 81 p., también está en su Humanismo clásico y humanismo marxista. Caracas: Monte Ávila Editores,1982. 366 p. Ver; “Teoría del socialismo humanista”(p.183-231); Octavio Paz: “Poesía, mito y revolución”, en La otra voz,p.66-68; Manuel Lenguineche: La primavera del este, antes citada. encontramos cada vez que asistimos a una nueva reposición de El día que me quieras o releemos la pieza.
1981: PRUEBA DE FUEGO
En el teatro venezolano es insoslayable la pieza Prueba de fuego(1981), de Ugo Ulive(1933). Cuando se escenificaba vimos la tarde de un domingo, en la sala Juana Sujo de El Nuevo Grupo, donde se puso esta obra(actuada por José Ignacio Cabrujas y Omar Gonzalo), al jefe guerrillero Douglas Bravo haciendo la cola para entrar al teatro.
Lo que se nos mostró en Prueba de fuego fue el adiós, gracias a mirada incisiva de Ulive, a la guerrilla ya ida. Y ya imposible de revivir[1].
El sábado 22 de junio de 2013, se repuso, en la sede de la Biblioteca Herrera Luque, Prueba de fuego. Pudimos ser espectadores de la nueva puesta en escena de la pieza de este maestro del teatro venezolano, al hacerlo en el año en que Ulive llegó a los 80 años sirvió también de cálido homenaje a su figura y a todo lo que ha dado al teatro venezolano. Esto gracias a la dirección de Federico Pacanins, con las magníficas actuaciones, conmovedoras, de Daniel Jiménez(César) y Gustavo Adolfo Ruiz(Mariñito), con la asistencia en la dirección de Nena Agudelo y Beatriz Rojas, alumnas de la Cátedra de Teatro que dicta Pacannins en la Universidad Monte Ávila. Prueba de fuego constituye la más destacada obra sobre la violencia venezolana de los años sesenta y la pieza mayor de su autor.
[1] La pieza está inserta en Ugo Ulive: “Prueba de fuego”, en Teatro,p.5-37. Está también en Orlando Rodríguez: Teatro venezolano. Antología,p.926-962 y “Prueba de fuego” en Leoardo Azparren Giménez: Clásicos del teatro venezolano, t.III,p.2163-2188.
Tras años de intensa actividad como director teatral Ugo Ulive ha estrenado su primera pieza. Se trata de Prueba de fuego, montada por El Nuevo Grupo, en la sala Juana Sujo, bajo la dirección de su propio autor.
La obra ha suscitado, como era lógico, interés e intensa polémica. Y esto porque en ella Ulive recrea una situación clave de la vida venezolana reciente: el fracaso de la insurgencia armada en los años sesenta. Prueba de fuego ha sido examinada desde diversas perspectivas: desde el ángulo exclusivamente teatral; viendo sólo sus incidentes temáticos: todos con connotaciones políticas precisas; Alicia Freilich(1939) ha sugerido que la pieza de Ulive ratifica el "auge de una dramaturgia excelente, en calidad literaria y escénica”[1]. Un examen de Prueba de fuego obliga a que nos refiramos también a la literatura de la violencia. Para explorar el texto de Ulive deben tenerse en cuenta los siguientes puntos:
1) No queda duda que Ulive ha sabido iluminar con Prueba de fuego una circunstancia grave de la vida venezolana. Ha sabido observar el proceso de la guerrilla en uno de sus momentos críticos, graves. Ulive sólo analiza un hecho: la derrota de la insurrección. Con agudeza, con ojo zahorí, con la precisión, si es que cabe el vocablo, con que difícilmente pueden examinarlo sus protagonistas, el dramaturgo penetra en el corazón de aquel conflicto. Y como se trata de una encrucijada llena de tensiones el planteamiento está hecho de forma corta, breve, tensa, intensa.
2) Es obvio que un tema como el tratado en esta pieza ha suscitado la reacción de los implicados, tal las de Teodoro Petkof(1932-2018) y Douglas Bravo(1935) recogidas por Miriam Freilich[2] como consecuencia de esto la puesta en escena ha sido examinada nada más desde el punto de vista de su asunto, dentro de sus connotaciones políticas
[1] Alicia Freilich: “Acto de provocación”, El Nacional, Caracas: julio 14,1981.
[2] Miriam Freilich: “Prueba de fuego: una lectura política”, en El Diario de Caracas: julio 12, 1981.
más que desde el ángulo literario. Los activistas no gustaron de Prueba de fuego, ya que se vieron desnudados, explorados por el cortante bisturí del autor, ya que tanto César(José Ignacio Cabrujas), el ex militante urbano que se acoge a la pacificación, quien ya no tiene ideales, quien sólo desea vivir; como Mariñito(Omar Gonzalo), un hombre del campo, guerrillero de extracción popular, en el fondo no saben qué hacer, hacia dónde ir. No hay camino ni esperanza. Por ello Mariñito quizá no logra terminar el letrero que escribe, en la escena final, en la pared. Ninguno tampoco sabe qué hacer con el tercer personaje, quien sólo aparece en los diálogos, aquel que yace muerto, desde hace horas, pared por medio del lugar en el cual Mariñito y César discuten.
3) Alicia Freilich, en su artículo citado, anota lo siguiente: "Con Prueba de fuego, se ratifica un hecho hasta el momento inadmitido por los cronistas de la literatura. Y es que el declive de la actual narrativa venezolana se corresponde con el auge de una dramaturgia excelente, en calidad literaria y escénica”[1]. Es posible que una lectura de Prueba de fuego lleve a esta conclusión. Y esto sin negar la penetración de nuestros escritores de teatro al ingresar en ciertos ámbitos y sin pasar por alto que el teatro es un género literario. Pero es necesario advertir que teatro y narrativa son dos géneros diferentes, ambos utilizan distintos senderos para asumir un hecho determinado: el dramaturgo debe buscar una situación dramática, estructurar su tema dentro de un lenguaje determinado, poner frente al espectador una situación que implique lo que Leonardo Azparren Giménez(1941) denomina “una verdad teatral”[2], debe “hablar picado, dividido en fragmentos”, dentro de un tiempo determinado, con
[1] Nos hemos detenido en este punto en nuestro “¿Crisis de fabuladores o de lectores?”, en El Nacional, Caracas: mayo 17,1982, que mas adelante podrá leerse aquí.. [2] Leonardo Azparren Giménez: El teatro venezolano y otros teatros. Caracas: Monte Ávila Editores, 1979. 247 p. Ver: “Elisa Lerner: la nostalgia como patrimonio personal”(p.99-106). La observación se lee en la p. 100.
más que desde el ángulo literario. Los activistas no gustaron de Prueba de fuego, ya que se vieron desnudados, explorados por el cortante bisturí del autor, ya que tanto César(José Ignacio Cabrujas), el ex militante urbano que se acoge a la pacificación, quien ya no tiene ideales, quien sólo desea vivir; como Mariñito(Omar Gonzalo), un hombre del campo, guerrillero de extracción popular, en el fondo no saben qué hacer, hacia dónde ir. No hay camino ni esperanza. Por ello Mariñito quizá no logra terminar el letrero que escribe, en la escena final, en la pared. Ninguno tampoco sabe qué hacer con el tercer personaje, quien sólo aparece en los diálogos, aquel que yace muerto, desde hace horas, pared por medio del lugar en el cual Mariñito y César discuten.
3) Alicia Freilich, en su artículo citado, anota lo siguiente: "Con Prueba de fuego, se ratifica un hecho hasta el momento inadmitido por los cronistas de la literatura. Y es que el declive de la actual narrativa venezolana se corresponde con el auge de una dramaturgia excelente, en calidad literaria y escénica”[1]. Es posible que una lectura de Prueba de fuego lleve a esta conclusión. Y esto sin negar la penetración de nuestros escritores de teatro al ingresar en ciertos ámbitos y sin pasar por alto que el teatro es un género literario. Pero es necesario advertir que teatro y narrativa son dos géneros diferentes, ambos utilizan distintos senderos para asumir un hecho determinado: el dramaturgo debe buscar una situación dramática, estructurar su tema dentro de un lenguaje determinado, poner frente al espectador una situación que implique lo que Leonardo Azparren Giménez(1941) denomina “una verdad teatral”[2], debe “hablar picado, dividido en fragmentos”, dentro de un tiempo determinado, con
[1] Nos hemos detenido en este punto en nuestro “¿Crisis de fabuladores o de lectores?”, en El Nacional, Caracas: mayo 17,1982, que mas adelante podrá leerse aquí.. [2] Leonardo Azparren Giménez: El teatro venezolano y otros teatros. Caracas: Monte Ávila Editores, 1979. 247 p. Ver: “Elisa Lerner: la nostalgia como patrimonio personal”(p.99-106). La observación se lee en la p. 100. normas escénicas”, como dice Cabrujas[1]. De tal manera que no es lo mismo plantear una situación determinada en el escenario que la vía que toma el novelista o el cuentista para crear el universo autónomo de su ficción.
4) Prueba de fuego se inscribe dentro de la literatura de la violencia. En este contexto es obra central por el hecho de que si es cierto que es mucho lo que se ha escrito sobre el tema, apenas sobresalen algunas obras[2]. Con muy pocas excepciones sus autores fueron los mismos protagonistas del proceso y, ellos apenas nos ofrecen en sus libros lo que un personaje de una ficción de José Donoso(1924-1996), quien escribe una narración sobre un proceso político en el cual participó, denomina “un manoseo de Ias heridas propias. Este volver a rumiar otra vez la tragedia”, "las llagas de una prolongada enfermedad”[3] . Y es evidente que un tipo de obra así no es literatura. Y no lo es porque es sólo confesión autobiográfica, testimonio directo de hechos vividos y no recreación, que es lo que es la iteratura. No hay en esas obras lenguaje porque no hay conciencia del oficio de escribir. En cambio, Prueba de fuego si es literatura, es un acto de invención, de recreación de un hecho, elaborado, trabajado, para presentar con fuerza dramática un asunto determinado.
SEGUNDA PARTE: ¿CRISIS DE FABULADORES
O DE LECTORES?
[1] Miyó Vestrini: Isaac Chocrón frente al espejo. Caracas: Editorial Ateneo de Caracas, 1980. 224 p..La cita procede de la p. 208. [2] Recuérdese que esta parte fue publicada como comentario y análsis crítico hecho en nuestra columna “La pieza de Ugo Ulive” de El Nacional, de Caracas: agosto 3,1981, Cuerpo C,p.20, como reseña de su puesta en escena, en 1981. Desde ese año la literatura sobre las guerrillas siguió creciendo hasta darnos sus tres obras mayores Los últimos espectadores del acorazado de Potemkin, de Ana Teresa Torres; El round del olvido, de Eduardo Liendo y el Diario íntimo de Francisca Malabar, de Milagros Mata Gil, los cuales hemos explorado en estas págimas. [3] José Donoso: El Jardin de al lado. Barcelona: Seix Barral, 1981. 264 p. Las citas proceden de las p.173 y 211.
En nuestra mesa de trabajo se han reunido dos recortes?[1]. En el primero de ellos Alicia Freilich anota que “el declive de la actual narrativa venezolana se corresponde con el auge de una dramaturgia excelente, en calidad literaria y escénica”[2]. En el segundo Francisco Salazar Martínez(1925-2015) contesta a la pregunta de José Pulido(1945) en torno a la escasez de novelistas en Venezuela acotando que carecemos de ellos: “Por flojera, porque la novela requiere dedicación y trabajo y éste es un país de cómodos. Va a ser difícil volver a encontrarnos con la capacidad de trabajo de Gallegos…Uslar Pietri…Meneses, Otero Silva… Garmendia”[3]. Las dos opiniones nos dan pie para las digresiones que siguen. No pretendemos controvertir las ideas que hemos citado. Sólo queremos poner junto a ellas otras nuestras.
De vez en cuando se suscita el interrogante en torno al estado de nuestra literatura. Es una hábil reflexión. Nos permite repasar aquello que se está haciendo. El interés sobre lo que está aconteciendo en nuestras letras se plantea casi siempre señalando que la literatura del pasado fue mejor, que la actual es de baja calidad, o que está en crisis. Otros diagnostican el asunto señalando cuál es el género que está en crisis y cuál es el que domina la escena literaria.
Ambas posiciones son siempre equívocas. Es válido plantear estas cuestiones. Pero el tono apocalíptico, que casi siempre se asume, impide a quien las formule mirar con detenimiento a su alrededor. Negar el presente nos impide poderlo comprender. Es más fácil señalar las obras representativas del pasado, Ifigenia, Cubagua, Doña Bárbara, Las lanzas coloradas, El falso cuaderno de
[1] Ver nuestro: “¿Crisis de fabuladorers o de lectores?”, publicado en El Nacional, Caracas: mayo 17, 1982. [2] Alicia Freilich: Acto de provocación, El Nacional, Caracas: julio 14,1981. [3] José Pulido: “Por flojera y desidia no hay mas novelistas en Venenzuela”. Entrevista a Francisco Salazar Martínez. En El Nacional, Caracas: mayo 13,1982.
Narciso Espejo, Casas muertas, Los pies de barro, que intentar apreciar aquello que se está haciendo junto a nosotros. Estudiar el trabajo de aquellos escritores que están tan cerca de nosotros, tanto cuando los leemos sentimos que los estamos escuchando hablar, por ello hacerlo es mucho más espinoso. De allí el riesgo de la actividad crítica, de allí lo compleja que es la tarea de examen de la palabra escrita. Esa es la aventura del rondador del texto escrito. De allí lo escurridizo de su labor.
Es verdad, como lo dice Salazar Martínez, que escribir una novela es compleja tarea, que es género que mucho exige, que su preparación pide la serena tranquilidad que no siempre ha poseído el venezolano. De allí que quien examine este asunto no pueda soslayar la circunstancia socio-histórica dentro de la cual trabaja el hombre de letras en nuestro país. “Tierra donde la atormentada vida deja poca tregua para una carrera literaria” como señaló Uslar Pietri[1] muchos hombres y mujeres nos han dejado en páginas breves, cortas, escritas al vuelo de la pluma, de la máquina o del procesador, agudas versiones de nuestra realidad. Es por ello que no es fortuito el hecho de que Venezuela posea mejores cuentistas que novelistas.
Pero la afirmación anterior no es excusa del análisis de nuestra novela. Los agoreros siempre la encuentran en difícil situación y les sucede lo que al profesor polaco Wladimir Weidle(1895-1979) quien en su Ensayo sobre el destino actual de las letras ylas artes[2], dictaminó su fin en la misma época en que Joyce, Kafka, Proust, Mann, Virginia Woolf, Faulkner escribían las narraciones que revolucionaron el género. El libro de Weidle causó gran interés en toda América Latina, de hecho su edición castellana la prologó Eduardo Mallea(1903-1982); entre nosotros lo citó Andrés Mariño Palacio(1927-1965) en uno
[1] Arturo Uslar Pietri: Letras y hombres de Venezuela,p.282. [2] Wladimir Weidle: Ensayo sobre el destino actual de las letras y las artes. Buenos Aires: Emecé,1943. 225 p. La primera edición de este libro apareció en 1936.
de sus esquemas críticos[1]. Lo que sucedió a Weidle fue lo mismo que sucedió al profesar cubano Manuel Pedro González(1893-1974) quien hizo parecida afirmación en uno de sus libros[2] cuando Juan Rulfo(1918-1986), Carlos Fuentes(1928-2012), Gabriel García Márquez(1927-2014), Julio Cortazar(1914-1984), José Donoso(1924-1996) escribian los libros que mutarían el arte novelístico hispanoamericano. En Venezuela por confundir períodos de elaboración con épocas de trance se dijo que Gallegos era nuestro único novelista en la misma época en que estaban por aparecer La mala vida, País portátil, Alacranes. La hora más oscura, Piedra de mar, El osario de Dios. Ahora se repite el entuerto. Y allí están para rebatirlo los universos narrativos de José Balza, Eduardo Casanova, Luis Britto García, Laura Antillano, Ramón Bravo, Franciso Herrera Luque y esto para sólo nombrar autores de más de una novela, fabuladores quienes son los autores de una sostenida actividad escritural en la cual siguen recreando nuestra realidad y continúan las líneas, a veces sin que ellos mismos tengan conciencia de ello, trazadas por los maestros. Sólo las técnicas, los puntos de vista, las visiones, la distancia que puede haber del clásico al barroco parecen diferenciarlos de quienes les precedieron.
Creemos que es difícil hablar en el presente, como dice la Freilch, del “declive” de nuestra narrativa porque ello implicaría desconocer nuestro trabajo cuentístico y soslayar a muy jóvenes invencioneros, cuya obra merece atención. Y aunque nuestro teatro posee piezas que asumen asuntos apenas rozados por la narrativa, la verdad es que no puede analizarse un género por comparación. Los parámetros del teatro son distintos a los de la novela. No se expresa, no se recrea, la realidad igual en una
[1] Andrés Mariño Palacio: Ensayos. Caracas: Inciba,1967. 338 p. Ver:”Tiempo de los Sonambulos”(p.243-254). La referencia está en las, p.246-247. [2] Manuel Pedro González: Ensayos críticos.Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1963. 178 p. Ver: “Crisis de la novela en America”(p.93-108).
narración que un cuerpo escénico. El teatro es un género, una ficción, que se estructura con elementos distintos a los de la novela. Una novela puede aceptar ser morosa, como La Regenta (1884) de Clarín(1852-1901), intrincada como Paradiso(1966) de José Lezama Lima(1910-1976), con largas digresiones híbridas, como las que encontramos en La decisión de Sofía(1979) de William Styron(1925-2006), hecho que ya hallamos, hace mucho tiempo, en 1851, en Moby Dick de Hermann Melville(1819-1881) sin que deje de ser un universo ficticio autosuficiente. En cambio el teatro es acción. La pieza se escribe para ser representada en un espacio determinado y dentro de un tiempo específico. Y los elementos para juzgar cada una de estas creaciones son distintos.
1987: CONCIERTO EN RE MAYOR PARA DOS PANAS BURDAS
Creemos que no podemos dejar de referirnos a la bien lograda pieza de Héctor Castro: Concierto en re mayor para dos panas burdas(1987), que toca el aspecto de como los guerrileros fueron exterminándose entre ellos, unos a otros. Y los que nada hicieron, como sucede en los parlamentos finales de esta obra, fueron devorados por las enfermedades mentales, por la depresión producida por el fracaso, que fue tan demoledor para esa generación[1].
De allí que en este Concierto en re mayor para dos panas burdas veamos cómo despiadadamente observamos uno de los momentos mas dolorosos del final de la guerrilla, después que aquella fue despedazada primero por su incongruente acción, por su incapacidad, en algunos de sus miembros, para comprender los por qués del fracaso, lo que llevó a la división de los partidos que la sostuvieron. Vemos, en este diálogo, entre dos exguerrileros. Uno de ellos, Stalin, debió ser hijo de algún comunista, razón por
[1] Héctor Castro: Concierto en re mayor para dos panas burdas. Prólogo: Rodolfo Santana. Maracay: Casa de la Cultura,1987.59 p.
la cual le puso ese nombre, Felipe, es la clarividencia para ver el futuro, que no tuvieron los que hicieron posible la existencia de las guerrillas. Por ello, en la pieza la vemos despedazada, con divergencias con la politica de Pacificación, el único camino final que les ofreció la sociedad democrática contra la que se habían insurreccionado. Y llegamos a observar, en el diálogo que sostiene la obra, lo que fue la postguerrilla, ya sus acciones fueron robos, asaltos, secuestros. A lo largo de este sobrecogedor diálogo, que termina cuando Stalin asesina a Felipe, quien tiene la cordura que no tiene Stalin. De allí que le diga que vive en el “Paroxismo incontrolado… enfermedad del izquierdismo”(p.19), ya que Stalin no ve aquello y solo concibe aquel fracaso por haberse presentado una serie de errores tácticos. Stalin no ve que la izquierda solo se escuchaba así misma, llamaba traidores a los que concluida la lucha tomaron otro sendero. Es por una supuesta delación, no comprobada, que Stalin le quita la vida a Felipe. Pero también aquel asesinato es prueba fechaciente de su incapacidad para entender y entenderse.
La esencia de este Concierto en re mayor para dos panas burdas, estriba, para nosotros, es el resultado de nuestra lectura, en los diálogos que siguen. Veámoslos: ”Stalin: Quizás nos incluirás en alguna ópera tuya, en donde seguramente seremos la tragedia y tú la comedia”(p.37); tal su insistencia en que “La Revolución exige un mínimo de sacrifico”(p.38), en que a Felipe “Solo te preocupaba una sola cosa: tu porvenir. Pero no te preocupó que esa tarde cayera presa, ella y todos nosotros” (p.40).Felipe responde, sus recuerdos son otros: “Por favor, Stalin, no hay ningún traidor”(p.40).E insiste: “Porque yo también fui un derrotado. Pero convencido del por qué de mi derrota”(p.43), lo cual era el único camino posible.
El fin no es el desacuerdo sino la incapacidad de Stalin por entender lo sucedido. Prefiere acusar a Felipe en vez de ver en su propio interior, el único lugar en donde puede encontrar la verdad. Tuvo razón Rodolfo Santana(1944-2012) al escribir estas palabras en el prólogo:
“El encuentro estremecedor entre Felipe y Stalin…es la desgarradura violenta de un país donde ya no existen covicciones ni recuerdos, donde la historia se repite y repite con total omisión de la memoria. Afortunamente llegó Héctor Castro…para indicarnos sin sobrasaltos, que él no ha olvidado y otros muchos tampoco…ya que en la aparente victoria de Stalin nuestra ira se eleva a la búsqueda de una proporción histórica y humana distinta, tal como la merecemos”(p.7-8).
EPILOGO:
¿EN VENEZUELA: LOS GUERRILLEROS EN EL PODER? OBSERVACIONES SOBRE UN ANACRONISMO HISTÓRICO.
No se ha pensado, para así entender lo que vamos a plantear, que hubo una conexión entre el golpe de 1992 y las fracasadas guerrillas de los años sesenta. Fue por ello que se predicó que los antiguos guerrileros eran héroes, la mayor parte de ellos habían desaparecido, algunos por haber muerto, otros por su alejamiento de la acción politica. Aquellos no podían ser considerados héroes, por heroísmo, como escribió el hungaro Sandor Marai(1900-1989), ya que este “significa defender algo de una forma desinterasada: un país, un estilo de vida o un recuerdo y un culto”. Pero en lo que había caído el país, de fines de los noventa, era en una forma de demencia social, “La demencia carece de propósitos. Un demente hace cosas sin objetivo ni razón, simplemente por hacerlo…[posee] el placer y la ebriedad de la maldad”. Nada fue mas parecido al comandante Chávez que el protagonista, Lajos, de La herencia de Eszther(1939), ser que todo lo que toca lo destruye, ”Sabía que todo lo que Lajos tocaba perdía su consistencia original, que se descomponía y que cambiaba, como los metales nobles en el crisol de los magos de antaño. Sabía que Lajos era capaz de volver falsas incluso a las personas…Todo lo que toca, se vuelve falso. Su aliento es como la peste…Todo se volvía falso, todo lo que él había tocado”,palabras tambien del genial Marai, que por haber sufrido el comunismo y haber tenido que huir de su tierra natal, a la cual no volvió, sabía la veracidad de lo que escribió[1]. Todo esto que anotamos debe tenerse en cuenta para comprender lo que vamos a señalar, es producto de una larga meditación, iniciada el día que comprendimos el engaño con que no iba a gobernar este hombre. Su primera mentira fue para nosotros la noche de las elecciones de 1998 cuando apareció ante las cámaras de la televisión con un rosario en las manos, él que no creía en ninguna religión, ni en niguna doctrina politica, solo creía en si mismo, y lo demostró. Fue agarrando lo que hubiera que comenzó su prédica del heroísmo de los guerrilleros, que no lo habían sido. Si llegamos a creer, como lo ha señalado algunos intelectuales que merecen todo nuestro aprecio, que los guerrilleros llegaron con él al poder, en verdad aquellos era los que formaban la postguerrilla, aquellos, como bien lo hizo ver Carlos Noguera(1943-2015) tras ser vencidos en la guerrilla se dedicaron a la delicuencia. A esos son los que hemos visto actuar. Téngase en cuenta estas meditaciones, son esenciales para entender este tramo de la historia de Venezuela, que llevó a despedazar al país.
Al asomarnos otra vez a la literatura de la violencia de los años sesenta, al ofrecer una nueva lectura de Prueba de fuego,de Ugo Ulive(1933), de El round del olvido, de Eduardo Liendo(1941), de Los últimos espectadores del acorado de Potemkin, de Ana Teresa Torres(1945) y del El diario íntimo de Francisca Malabar, de Milagos Mata Gil(1951)se impone una nueva reflexión. Esa meditación es la siguiente: las novelas citadas aparecieron catorce años, diez años y trece años despuésde la caída del Muro de Berlín(noviembre 10,1989) y del fin del socialismo autoritario. La de Liendo fue concebida como una elegía al
[1] Las citas proceden de las novelas de Sandor Marai: La gaviota. Barcelona: Salamandra,2011.187 p. La primera cita procede de la p.127-128; la segunda es de Liberación. Barcelona: Salamadra,2012.158 p. Está en la p.80 y la tercera de La herencia de Eszter. Barcelona: Salamandra, 2000. 166 p. Las citas proceden de las p.27-28..
fin de una época, la del deceso del socialismo marxista y, desde luego, la del nacimiento de un nuevo tiempo: el de la libertad recuperada en las sociedades que lo padecieron, la de la plena democracia universal. Recuérdese que toda elegía es una evocación de un fallecido, es un lamento sobre una persona o un tiempo ya ido.
Pero hay más: esa es la época que vivimos, somos los hijos de la caída del muro berlinés. Los sucesos vividos hace poco en los países del norte de África y el Medio Oriente, proceso aun inconcluso, e incluso la insurgencia de “Los indignados” siguen siendo otros coletazos de aquel decisivo hecho[1].
En Venezuela en los últimos catorce años han sucedido tales acontecimientos que hay quien ha llegado a pensar que los guerrilleros olvidados de Liendo, igual que los últimos comunistas de Ana Teresa Torres, han resucitado. Disentimos: estos desaparecieron. Y ello pese a comprender el por qué de las observaciones de ambos. Y ello porque en la historia no hay retorno. Pese a lo que hayamos visto entre nosotros, los que hoy están el poder lo que están haciendo es que quieren alterar el suceder de la historia, cosa imposible.
Y esto que decimos, y lo comprendemos con estos libros entre las manos, es que no podemos imaginarnos que aquel responso a los últimos comunistas, cantado por Liendo y Torres, que aquel tiempo ya fenecido, iba a resurgir entre nosotros en manos de aquel que ejerció elpoder hasta su deceso(diciembre 30,2012), aunque desde el 8 de diciembre de 2012 esperó la llegada de la parca en su cama de enfermo de un hospital de La Habana. Ahora bien, no podíamos saber, desde 1999, que seríamos testigos que en manos del neo-caudillo ido, llegaríamos a la regresión política, al anacronismo histórico; que los guerrilleros, fracasados en su acción, sin ideales ya, llegarían al poder para restaurar lo imposible: el pasado, como lo dice con suma de agudas observaciones Gisela
[1] Stephane Hessel: ¡Indignados!. Barcelona: Destino,2011. 60 p.
Kozak, en uno de los libros más agudos dedicados al asunto[1], no pudimos vaticinar que otra vez, veríamos viva la contra-historia; que se llegó a creer por quienes están en el poder que se podría revivir lo muerto, lo inerte, que se popularizaría la errónea idea de que los guerrilleros habían llegado al poder, como se leyó en el título de un publicitado libro(1972) del polaco K.S.Karol, creencia con la que murió otro dinosaurio de aquellos años, Nestor Kirchner(1950-2010). Estos supuestos izquierdistas, que no lo son, de la misma forma que su llamada revolución venezolana no es tal, mucho menos bolivariana como ellos dicen. El período de las revoluciones feneció(1989) en el mundo en Berlín, las revoluciones izquierdistas, ya derrotadas, lo único que trajeron fue “la revuelta entusiasta, aunque en gran medida vana” que dijo Jon Lee Anderson(1957), al escribir la biografía del llamado Guerrillero Heroico[2]. Pero esa supuesta izquierda llegada al poder estaba además incapacitada para gobernar, lo ha probado con creces en estos diez y siete años. Gobernar es distinto a mandar. Gobernar es preveer para proveer. Estos han dejado claro la incapacidad que poseían de regir al país, todos ellos eran, incluso su neo-caudillo presidente, uno de los últimos, gente sin ideales, sin preparación y sin amor por el país. Y no podían mandar porque todos estaban muertos, aquellos que evoca Liendo eran los últimos espectadores, como muy bien dijo Ana Teresa Torres en su celebrada novela. Lo único que hemos observado ha sido la presencia del anacrónico “idiota latinoamericano” en Miraflores, el nuevo “regreso del idiota”, la presencia de un gobierno que siempre ha estado rodeado de los dinosaurios de la izquierda latinoamericana, actuando en contra del sendero que marcan los tiempos actuales. Y lo que es peor: ya no son marxistas sino simplemente fascistas, en el sentido que explicitó Umberto Eco(1932-2016) en su célebre artículo en donde todos los rasgos del fascismo, que él explicó,
[1] Gisela Kozak: Venezuela, el país que siempre nace,p.65,72,74,77,78. [2] Jon Lee Anderson: El Che Guevara, una vida revolucionaria,p.11.
pueden ser aplicados a la llamada Revolución Bolivariana y a su líder, de hecho definen y explican a quienes llegaron a la Casona de Misia Jacinta en 1999. Solo con leer las características del “fascismo eterno” que dijo Eco[1] pareciera que estamos leyendo un libro sobre el gobierno actual, incluso en su sentido sexual. Vean sus notas, según Eco:
“1)culto de la tradición; 2)rechazo a todo lo moderno; 3)culto de la acción por la acción; 4)el desacuerdo es traición;5) miedo a la diferencia; 6)llamamiento a las clases medias frustradas; 7)obsesión por el complot; 8)los enemigos son simultáneamente demasiado fuertes y demasiado débiles;9) la vida es una guerra permanente;10) desprecio por los débiles;11) cada uno está educado para convertirse en un héroe;12) confiere su voluntad de poder a las cuestiones sexuales, origen del machismo, que implica desdén hacia las mujeres e irrespeto a las minorías sexuales;13) como los seres humanos no pueden poseer una voluntad común el líder debe ser su interprete, así los ciudadanos no actúan;14) uso de una neo-lengua”(p.47-55).
Y precisamente lo que mejor explica su condición fascista es el manejo que han hecho de la historia venezolana, de donde han surgido las que nosotros hemos denominado las “falacias históricas del chavismo”[2]. La obsesión por la historia que les observamos coincide plenamente con los regimenes de Benito Mussolini(1883-1945), Adolfo Hitler(1889-1945), José Stalin(1879-1953) y Fidel Castro(1926-2016), tal que el presidente muerto se haya considerado sucesor de Bolívar, lo que es igual al Duce que se decía sucesor de los Cesares romanos, el cabo austríaco que creía descender los dioses germanos, Stalin quien hizo borrar de la historia soviética los nombres de sus adversarios; los hermanos Castro en su falaz interpretación de José Marti(1853-1895) o el régimen
[1] Umberto Eco: “El fascismo eterno” en sus Cinco escritos morales,p.31-58.La síntesis es nuestra. [2] Diez y seis las referimos en nuestro La pregunta por la cultura. Caracas: RJLDS Editor,2012.295 p. Ver:”Las falacias históricas del chavismo”(p.63-286). Tenemos recopiladas otras 16 más con las cuales sumamos 32 falacias.
venezolano actual en su interpretación, errada, del Libertador. El chavismo, como lo vio primero el ojo avizor de Ana Teresa Torres en Los últimos espectadores del acorazado de Potemkin, el mismo año que este llegó al poder, fecha de su primera edición, y más tarde Eduardo Liendo tanto en El round del olvido como en El último fantasma, es un régimen que apesta al pasado, vive tan hondamente tal pesadilla que es incapaz de estudiar el presente y de mirar hacia adelante. Por ello es un cadáver. Con ellos mandando en el palacio de la avenida Urdaneta lo que hemos visto no son los guerrilleros en el poder, quienes no podían estarlo porque aquellos, en 1999, solo eran un montón de huesos inertes. Pero lo que hemos observado es mucho peor: los guerrilleros, si es que pueden llamarse así, se han convertido en un pelotón que obedece, un pelotón es lo único que supo mandar el Comandante, es decir un grupo inútil de gente que no piensa, solo recibe órdenes. Pero a quien hemos visto mandar es a un neo-caudillo, otro esqueleto sin piel, sepultados como lo fueron los caudillos en las aguas del Orinoco el 22 de julio de 1903. Es este neo-caudillo el que ha llevado a la nación al extravío, somos con él dominados por un solo hombre que como los caudillos del siglo XIX, igual ha manejado todos los poderes a su antojo, en sus manos aquella nación unida se ha convertido en un país dividido y polarizado, perdidos los valores de la democracia en la añoranza del neo-caudillo por el pasado, días ya perdidos e irrecuperables, vemos hondas señales autocracia, sin tolerancia ni respeto al adversario, con una Constitución hecha ad hoc, como las de los caudillos del siglo XIX, pero luego irrespetada cada día, como las de aquellos que las montoneras llevaron al poder. Tal el anacronismo, que no podemos dejar de señalar al leer El round del olvido, de Eduardo Liendo cuyas derivaciones llegan hasta esto, en días en que los vencidos se han convertido en una suerte de paridores de que aquella “sangre, locura y fantasía”(Antonio García Ponce) que consideramos finalizada un día de 1965, cuando terminaron las guerrillas, o de 1967 cuando la izquierda estableció la “paz democrática”, o en 1969 cuando se inició la política de pacificación del presidente Caldera. Lo que hemos vivido con el neo-caudillo, tan inculto como los gamonales del siglo XIX, es un hecho gravísimo: el devenir de las sociedades es hacia adelante y no hacia atrás, que es de lo que hemos sido testigos. Es imposible ser dirigidos por los muertos. Claro que son ellos, los ya sepultados, porque el devenir, lo sucedido en Europa desde 1989 es el presente. Desde las elecciones de aquel año en Polonia, ganadas por Lech Walesa(1943), la apertura de las fronteras de Hungría(septiembre 11,1989) lo que precipitó la caída del Muro de Berlín, la reunificación de Alemania(octubre 3,1990), el fin de la URSS(diciembre 31,1991), ninguno de estos sucesos pueden ser soslayados. Un gobierno que solo espera que rectifique lo sucedido en el Cheeckpoint Charlie de la capital alemana, el lugar donde el Muro de Berlín se abrió a la libertad, quien se opone a ello está gobernando contra la historia. Y ello es imposible.
Y un hecho más: algo que no se han señalado como se debiera, ahora evidente en los análisis del fin de la URSS de David Remnick(1958): que todas las acciones puestas en marchas por el chavismo proceden del stalinismo, bebido en el castrismo[1].
Tanto Ana Teresa Torres como Eduardo Liendo en su novela nos pone ante la historia de los últimos, seres anacrónicos, inexistentes ya, pese a que tengan todo el poder del dinero del petróleo en sus manos. La historia no puede ser alterada. Por ello, para una honda compresión de este suceder hay que releer El round del olvido, que es una en laque más filosamente, como con un escalpelo entre los dedos, ha penetrado en el gran drama que se sucede cuando los que llegan al poder no comprenden el tiempo en que están viviendo. Y no amar la época en que vivimos, solo añorar el pasado, ya ido, imposible de asir, es el peor pecado que puede cometer un ser humano. Ya lo cometió, en los días de la emancipación, José Domingo
[1] David Remnick: La tumba de Lenín, antes citado.
Díaz(1772-d1842), caraqueño realista, médico doctorado en la universidad, enemigo de la República, llegó a estar tan arrepentido por lo que había hecho, que en los años finales de su vida, como lo estarán los chavistas un día.Tan arrepentido estaba el doctor Díaz que incluso dedicó un artículo necrológico, en una gaceta del país vasco(abril 8,1831), a su peor enemigo: el Libertador, allí pedía a Dios que a Bolívar lo recibiera en su misericordia, aquel texto, al decir de Enrique Bernardo Nuñez(1895-1964), quien pudo leer aquel texto[1], también implicaba que el doctor Díaz pedía la misma gracia para si mismo, derrotado como estaba. Tal lo que es ser una personalidad anacrónica, y un régimen tal, que ha dado la espalda a lo que somos en esencia los venezolanos, para en vez de ver la realidad soñar con el pasado. Por ello a estos de ahora solo podemos consideralos fantasmas. Por ello, desde el escribir de Liendo, de Ana Teresa Torres y de las rememoraciones de Milagros Mata Gil, que tantas consecuencias tiene, hemos partido aquíen nuestra meditación sabiendo que en sus libros encontraremos aquello que pasó, aquello por lo cual solo se puede rezar un responso, haciéndonos ver otra vezque no podemos jurungar a los muertos, que debemos dejarlos descansar en paz, distinto a como lo hemos visto en estos trágicos años, lo que deben hacer es asumir sus culpas, y junto a los demás ciudadanos volver a parir la sociedad de la democracia, del bienestar, del saber. En Los últimos espectadores del acorazado de Potemkin, en El round del olvido, en el Diario íntimo de Francisca Malabar, está el
[1] Enrique Bernardo Nuñez: Figuras y estampas de la antigua Caracas. Caracas: Monte Ávila Editores, 1991. 143 p. Ver:“Plaza del Olense: José Domigo Díaz”(p.104-106).La referenica de lo que decimos se lee en la 106. La única copia del artículo de Díaz llegado a Venezuela está pegado en el ejemplar de su libro Recuerdos sobre la rebelión de Caracas, perteneciente a la biblioteca de la Academia Nacional de la Historia en donde, gracias a una copia de este hecha por el doctor Joaquín Gabaldón Márquez(1906-1984) lo pudo leer Nuñez. Ello demuestra otra vez el dicho del maestro Santiago Key Ayala(1874-1959) de que los libros van a parar a las manos de los que los aman es cierta.comienzo de esa meditación. Aquellos guerrilleros no existen, dejaron de vivir. El mundo es hoy otra cosa, pese a todo el mal que el neo-caudillo ha provocado entre nosotros y en nuestro continente.
¿CÓMO SE ESCRIBE LA HISTORIA?
La historia de la guerrilla es su suceso histórico del devenir venezolano del siglo XX. Por lo tanto, debe examinarse como se redacta la historia, lejos de todo elogio y de toda diatriba. Este periplo debe ser explorado como se examinan los sucesos de la historia: mirando sus dos caras, teniendo en cuenta a los hombres y mujeres, que de cada lado lo protagonizaron. Los guerrilleros por un lado, los democratas por el otro, los oficiales del ejército que lograron derrotar aquella insurgencia también. En esta parte es esencial también explorar a la anti-guerrilla y leer las obras que escribieron los oficiales de nuestras Fuerzas Armadas presentes en esos combates. Si solo se interroga a un lado de ellos se incurre en grave error: la historia solo puede ser trazada escuchando los alegatos de los dos bandos. Si le lo hace con los ubicados de un solo lado, como lo hacen hoy los chavistas, es imposible llegar a un certero juicio de tan doloroso proceso.
Y HOY
Vayamos ahora a nuestro punto: los chavistas en el poder no pueden continuar acusando a nuestros gobiernos democráticos, en especial a AD y Copei, en el gobierno en le período de la lucha guerrillera, de los errores cometidos al reprimir la insurección armada del PCV y el MIR. Hubo excesos, desde luego, aquello fue una guerra. No podemos olvidar lo que sentimos, éramos estudiante de bachillerato, cuando tuvimos la noticia de los asesinatos del Tren de El Encanto(septiembre 29,1963), ordenados por Guillermo Garcia Ponce(1922-2010) y ejecutados bajo la dirección de Luis Correa(1937-2010). O, en los años siguientes, aquellos tiempos en que la guerrilla asesinaba cada día un policía, hombres hijos del pueblo, a los que ellos supuestamente pensaban redimir. Era entonces gobernador de Caracas(1960-1964) Alejadro Oropeza Castillo (1910-1964), Isa Dobles(1931-2014), su hija, conserva aun la lista de aquellos muchachos muertos por los gierrilleros.
Además el gobierno de Betancourt, producto del Pacto de Puntofijo(1958), estaba obligado a enfrentar a los violentos y perservar la democracia elegida por la mayoría con sus votos. La izquierda no puede acusar a los partidos democráticos en el poder entonces, como hemos visto lo ha hecho la diputada Blanca Eekhout Gómez(1968) por Venezolana de Televisión(marzo 3,2013), pues aquella fue una insurección armada, financiada desde Cuba y fracasó porque los que les dieron vida ni siquiera hicieron un análisis previo de la realidad del país en la que iban actuar, lo que es, ellos no lo sabían, ni lo comprenden aun hoy, un principio de Carlos Marx(1818-1883). Fue la carencia de ese análisis lo que los llevó al fracaso. El país salía de una dictadura y solo deseaba una democracia y con sus votos la habían parido. Y la carencia del análisis, al cual nos hemos referido, fue lo que les llevó a establecer las guerrillas en las zonas rurales en un país que se estaba urbanizando, era en las ciudades donde todo sucedía desde muy atrás. Basta pensar lo rápido que fue ese proceso que a los diez y nueve años de la muerte del general Juan Vicente Gómez(1857-1935) Caracas pasó de los 203.342 habitantes que tenía en 1936 al primer millón de habitantes(octubre 1,1955) en solo diez y nueve años. Y fueron los electores urbanos los que derrotaron la guerrilla, cuando esta ya estaba militarmente vencida. Ello sucedió en las elecciones del 1 de diciembre de 1963 cuando la guerrilla llamó a la abstención y la gente votó por elegir a Raúl Leoni(1905-1972), aquel día la guerrilla realmente quedó descalabrada por la decisión de la mayoría de nuestros ciudadanos. El caudillismo y las guerras civiles habían sido exterminadas sesenta años antes, en la batalla de Ciudad Bolívar(julio 21-22,1903). Ese día comenzó el siglo de paz que aun vivimos pese a los breves brotes insurgentes, siempre derrotados, como los alzamientos de Carúpano y Puerto Cabello, en 1962, incluso, el más grave de todos: la guerrilla de los años sesenta. No deja de ser insólito, y una especial suerte para Venezuela que en el siglo XX y lo que va del XXI nosotros gocemos de amplia paz, la que pocos países del mundo han tenido en la centuria que se inició el 1 de enero de 1901, día inicial del siglo XX. En ese período ha habido dos terribles guerras mundiales y después las llamadas “guerras de la postguerra” que aun no concluyen.
La violencia de la delicuencia urbana, es violencia, pero de otro signo, grave asunto, pero distinto.
Sin embargo, y hay que subrayarlo, tanto el siglo XIX como el siglo XX terminaron en Venezuela con las fuerzas politicas enfrentadas, como alguna vez nos lo hizo ver el historiador Ramón J.Velásquez(1916-2014) en uno de nuestros habituales paliques semanales, que su saber siempre hizo estimulantes.
Y ahora bien, los chavistas en vez de acusar al régimen democrático deben comenzar primero pidiendo perdón ellos, sobre todo por aquellos que los precedieron. Fueron sus líderes los que lanzaron a las montañas a una generación de jóvenes idealistas, a los que terminaron usando, engañando y no respaldando. Con su acción se privó al país de una generación de relevo, la que hacia los años setenta debía tomar las riendas del país, no, desde luego, imponiendo un régimen marxista como el cubano, a lo cual siempre se han opuesto los venezolanos, lo que explica el perenne fracaso de la izquierda marxista entre nosotros, lo que llevó al historiador Manuel Caballero(1931-2010) a denominarla “la imposible izquierda”. A ello añadió, en la misma página, “con la izquierda la realidad impone proceder de manera inversa: su historia, en el siglo XX venezolano, tiene su ámbito en la historia de las ideas, pues nunca llegó a constituir un opción real de poder”[1].
[1] Manuel Caballero: Historia de los venezolanos en el siglo XX,p.161-162.
A su vez, el historiador Elías Pino Iturrieta(1944), añadió una reflexión que complementa lo anterior, procede de una entrevista que le hizo Michelle Roche Rodríguez(1979), relativa a la izquierda venezolana, la de los sesenta, había reaccionado contra la mentalidad positivista, tan decisiva en nuestro vivir desde el siglo XIX. La respuesta de Pino está relacionada con ello, pero especialmente con el momento que examinamos, los días de la guerrillas de los sesenta. Expresó Pino:
“No creo que esa izquierda pueda tener influencia en el tema de nuestra identidad, porque estaba desconectada de la sociedad venezolana. Y no reacciona al positivismo, sino contra AD y COPEI. Le falta la adhesión del pueblo al que intenta redimir. El liderazgo brillante y estelar de aquella izquierda, que intelectualmente estuvo muy bien dotada, no tuvo conexión sentimental con el pueblo venezolano”[1].
Aunque el número de vidas juveniles perdidas en las guerrillas no han podido ser exactamente precisadas por los estudiosos, ni siquiera por los mejores analistas de estos hechos, ni por Luigi Valsalice[2], la edición venezolana de su libro fue hecha por el interés del expresidente don Rómulo Betancourt (1908-1981) quien consideró veraz del libro del diplomático italiano, lo cual nos indica que siendo él el protagonista de la anti-guerrilla, y el hombre, que junto a su Ministro de la Defensa, el general Briceño Linares, venció a la insurgencia. Tampoco lo logró precisar Antonio García Ponce(1929). De todas maneras el número de fallecidos parece ser, según el profesor Germán Carrera Damas(1930), quien también lo ha estudiado, de “cerca de 6000 jóvenes”. Obra también fundamental, para conocer las razones de los propios guerrilleros, en sus propios papeles, es el tomo recopilado
[1] Michel Roche Rodríguez: Álbum de famlia. Conversaciones sobre nuestra identidad cultural. Caracas: Alfa, 2013. 247 p. La cita procede de su entrevista con Elías Pino Iturrieta,p.28. [2] Luigi Valsalice: Guerrilla y politica, curso de su acción en Venezuela,1962-1969, antes citada. Obra también impresa como La guerrilla castrista en Venezuela, antes citada.
por el funcionario Luis Vera Gómez(1918-2008)[1] en donde se han recopilado los papeles incautados por los órganos de inteligencia a los propios guerrilleros. Es obra de difícil y fatigante lectura, pero clave para entender los qué de aquel horror, el cual sigue siendo imperdonable por el número de vidas sacrificadas. Aquella izquierda, e incluso el fascismo venezolano actual, se olvida que si para un logro social o político se sacrifica una sola vida este pierde todo su sentido porque la vida humana es superior a toda consigna. No se nos olvida aquí el gran alegato a favor de la vida que se lee, para condenar la guerrilla, en la novela de Antonieta Madrid(1939): No es tiempo para rosas rojas[2] título en que se condesan las rosas rojas socialistas como aquellas que se ponen al pie de las tumbas de los fallecidos, porque siempre la vida es lo más alto. Y esto, además, porque matar, como lo hizo la izquierda venezolana, empujada desde La Habana, es siempre imperdonable.
Y otra observación más: entre los chavistas se dice que las obras de Victor Hugo(1802-1885), de León Tolstoi(1828-1910), de Ernest Hemingway(1898-1961) son las propias de escritores revolucionarios. Esto es toda una falacia: nunca fueron revolucionarios ninguno de los tres aunque si soberbios escritores. Lo que hicieron fue describir correctamente la realidad de su tiempo en las grandes obras que nos legaron, lo cual no es poco.
Y por su parte tampoco se puede considerar como revolucionario a otro dinosaurio de la izquierda latinoamericana: el uruguayo Eduardo Galeano(1940-2015). Su obra Las venas abiertas de América
[1] Las obras a las que nos hemos referido antes son: Antonio García Ponce: Sangre, locura y fantasía, antes citada, esta constituye el único estudio hecho con ojos y la documentación propia de un historiador; Germán Carrera Damas: El asedio inutil.,p.33. Ver también las p. 98 y 182; Luis Vera Gómez: La subversión armada 1964-1967 en sus documentos, también citada antes. [2] Antonieta Madrid: No es tiempo para rosas rojas, ya citada.
Latina(1971)[1], es libro lleno de numerosos errores históricos, sobre los cuales no se puede construir nada útil. La mayor de sus alteraciones es aquella consideración suya según la cual América Latina no se ha desarrollado porque lo hicieron, en nuestro continente, los Estados Unidos y Canadá. Eso es lo que Carlos Rangel(1929-1988) denominó el “tercermundismo”, en su libro así titulado[2], libro profético este como lo fueron siempre los suyos, siete años antes de la Caída del Muro de Berlín lo avizoró Rangel. Igual fueron los vaticinios que se leen en Del buen salvaje al buen revolucionario[3]. No se dio cuenta el equivocado Galeano que quienes tenemos la culpa de que aquello no se haya logrado no son los norteamericanos, ni los canadienses, trabajadores de sol a sol, sino nosotros, los propios latinoamericanos, que no hemos encontrado hasta ahora, con la excepción del Chile actual, la manera de darnos gobiernos que nos lleven al desarrollo pleno que, desde luego, perserve la libertad. Es por esta razón que el libro de Galeano se ha considerado la obra de cabecera del “idiota latinoamericano”, por los autores del Manual del perfecto idiota latinoamericano(1996)[4]. Corolario de esta sugerente obra de demolición de mitos es El regreso del idiota[5], ambas obras del trío formado por el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza(1932), el cubano Carlos Alberto Montaner(1943) y el peruano Alvaro Vargas Llosa(1966).
[1] Eduardo Galeano: Las venas abiertas de América Latina. 11.ed. México: Siglo XXI Editores, 1975. VII,426 p. La primera edición apareció en 1971. [2] Carlos Rangel: El tercermundismo. Caracas: Monte Ávila Editores, 1982.286 p. [3] Carlos Rangel: Del buen salvaje al buen revolucionario, ya citado. La primera edición de este libro apareció en 1975, simultáneamente en frances y castellano, idioma el primero en que fue redactado por su magnífico autor, en ediciones en Paris y Caracas. [4] Plinio Apuleyo Mendoza/Carlos Alberto Montaner/Alvaro Vargas Llosa: Manual del perfecto idiota latinoamericano.Barcelona: Plaza y Janés,1996.318 p. [5] Plinio Apuleyo Mendoza/Carlos Alberto Montaner/Alvaro Vargas Llosa: El regreso del idiota. Bogotá: Debate,2007. 344 p.
La izquierda venezolana debe confesar públicamente sus pecados, pedir perdón, rendir culto a los inocentes sacrificados de ambos lados. No seguir diciendo “hasta cuando nos van a pasar factura”. No las seguirán recibiendo cuando logren hacer sobrevivir a todos los inocentes muchachos y muchachas, que ellos llevaron a la muerte. Acaso, es un ejemplo, ¿han pedido perdón por los fusilamientos de Falcón?, por ejemplo, bien examinados por Valsalice, Clarita Posani[1] y Antonio García Ponce. Página inicua para la izquierda fue aquella, para nada analizada como se debía. Al igual que el martirio, así lo llama García Ponce[2], de Nicolás Beltrán, suerte de Roque Daltón(1935-1975) venezolano, ya que fue fusilado por la misma guerrilla a la que pertenecía, de la misma forma que lo hizo con el destacado escritor salvadorteño la misma guerrilla a la que pertenecía en su país, también financiada por Cuba. Es decir, revolucionarios matando a revolucionarios.
La guerrilla debe ser estudiada buscando la verdad y señalándola y no escamoteandola y tergiversándola, para adular el César imperante, hace poco fallecido (diciembre 30,2012), como lo hemos visto aquí desde 1999, aunque precisamente ese año fue impresa la gran novela de Ana Teresa Torres sobre los últimos comunistas.
PARA CERRAR: SIEMPRE HABRÁ VENEZUELA
Nada más significativo que el título que Gisela Kozak puso al libro suyo que hemos seguido en estas páginas, paso a paso, somos, según ella, “el país que siempre nace”, el cual vuelve renacer, a vivir, después de sus más graves experiencias políticas, empinándose ante el “azaroso vivir al día de la historia política venezolana”, según escribió
[1] Clara Posani: Los farsantes, ya citado. [2] Antonio Garcia Ponce: Sangre, locura y fantasía,p.214.
Picón Salas[1]. Y ello es así. Y nuestra historia lo certifica. Hubo momentos en los cuales el país pareció desaparecer, sin embargo, se enrumbó de nuevo y siguió viviendo. Escribió Guillermo Morón(1926):
”El Estado venezolano, la nación venezolana, la república y el pueblo venezolano histórico actual, ya debidamente configurado, se conforma en ese período(1830-1935) que tendría que haber sido el de la historia moderna. Pero en la práctica en esos ciento cinco años, desde la toma del poder(1830) de José Antonio Páez hasta la muerte(1935) de Juan Vicente Gómez, no hay modernidad. Sólo una vasta y áspera lucha por sobrevivir como Estado y como pueblo. En un momento dado, tal vez en dos, casi desaparece el país. En el punto más agudo de la autodestrucción, con la Guerra Federal(1859-1863) las fuerzas físicas y las fuerzas culturales(la identidad) se adelgazaron tanto, que por poco se llega al límite, al caos total. Igual ocurre en las vísperas de la dictadura gomecista, en el epígono del poder guzmancista, entre 1890 y 1910, cuando la miseria de toda naturaleza enseñorea al país. Por qué sale a luz en 1936, como para empatar, anudar la historia a la parte positiva de la Independencia, resulta una apasionante interrogación histórica. Tal vez porque las profundas raíces de la unidad de la cultura popular, la igualación social del viejo mestizaje y los nexos del idioma español, fueron suficientemente sólidos; tal vez también por el culto a la heroicidad, la sombra de Bolívar, el recuerdo de los héroes epónimos, un patriotismo a la antigua, convocó en las plazas públicas, en las pocas escuelas, en la voz de algunos hombres ejemplares y en la tradición popular, las escasas fuerzas de la soberanía histórica”[2].
Y eso está plenamente vivo en el país que vive la grave crisis que estamos padeciendo. Y sólo los grandes hombres y sus lecciones nos consuelan y nos da vida para seguir. Sí, padecemos en nuestra alma, sí sufrimos, los venezolanos de hoy. Y sólo tenemos a nuestras grandes figuras para aligerar nuestros sentimientos pesimistas, agoreros. Está vivo el hecho, al cual se refiere Gisela Kozak con toda razón,
[1] Mariano Picón Salas: “Proceso del pensamiento venezolano”, en su Suma de Venezuela,p.93-104. La cita procede de la p.93. [2] Guillermo Morón: Breve historia de Venezuela, Madrid: Espasa Calpe,1979. 291 p.La cita procede de la p.181-182. El subrayado es nuestro.
“así como cada individuo requiere de una historia que lo sitúe en el mundo y necesita sus ficciones consoladoras, las naciones tienen sus propios héroes, sus propios relatos fundadores, sus mitos indispensables...en el caso venezolano el paradigma sería el culto a Simón Bolívar”(p.70. El subrayado es nuestro).
De allí que sigan tan vivas aquellas palabras que el académico doctor Joaquín Gabaldón Márquez(1906-1984) estampó sobre el original inédito de El culto a Bolívar(1969) de Germán Carrera Damas(1930), quien fue mucho lo que criticó aspectos viscerales e intuitivos de tal devoción entre los venezolanos. Para lograr comprender el hecho, al cual vamos a referirnos, en profundidad, había que echar manos de conocimientos psicológicos muy profundos e incluso de las enseñanzas de la psiquiatría. Y esta no es otra cosa que la forma como para muchos venezolanos la vida y acción de Bolívar los había alentado en medio de los desordenes de nuestra vida pública, de nuestro desordenado vivir político, que dijo, reiteramos, Picón Salas[1]. Carrera Damas tituló el capítulo IV de su tesis doctoral “El extremo de una aflicción, el comienzo de una esperanza”. Y el maestro Gabaldón Márquez le acotó con unas palabras certeras, y en plena vigencia hoy:
”Observación: la ‘aflicción’ no suele ser sólo una verdad psicológica real, sincera en muchos casos, menos, o nada sincera en otros; sino también un recurso literario legítimo, a menos que se negara todo valor a la literatura, a la poesía, a la elocuencia. Pero ¿es que esas formas de expresión, como fenómenos humanos que son, no tienen función alguna legítima, según ocasiones, público, etc? ¿Es que sólo existe, con legitimidad, el ‘discurso histórico” científico, analítico, sin emoción, sin pathos? Yo creo que ambas formas de expresión humana conviven legítimamente. En efecto, aquí se peca a menudo tomando todo por ‘historiografía’ cuando hay otros géneros, también válidos”[2].
[1] Mariano Picón Salas: “Proceso del pensamiento venezolano”, en Suma de Venezuela,p.93. [2] Germán Carrerra Damas: El culto a Bolívar,p.7.. Subrayado de Gabaldón Márquez.
Esto que decimos se nos hizo evidente al leer, y al repasar, porque hemos leído El culto a Bolívar(1969) varias veces, al menos tres, al pasar de los años porque este es libro angular. Pero hay una realidad emocional que nunca se puede olvidar ni soslayar, todo no puede ser ciencia, porque a veces tocamos lo humano y debemos sentirlo, existe una “historia de la sensibilidad” como nos lo ha mostrado hace poco el también maestro Pedro Cunill Grau(1935), cultor de la geografia humanista, con una suma inmensa de datos y de pruebas y es con ellas que se debe explorar el delicado sentido psicológico que tiene la vivencia del Libertador para los venezolanos[1]. Y a Bolívar no se puede analizar sin que la intuición, sin el sentimiento e incluso sin el afecto del que estudia a Bolívar, de quien lee sus papeles, y se conmueve. Y sin que se desee que se vuelvan a repetir los logros del primer caraqueño, lo que está vivo hoy. Y como segunda cosa, hay que repetir, la fuerza, única creemos en estos días, sobre todo dentro de la oposición al chavismo, que los venezolanos estamos encontrado en las grandes lecciones de nuestra historia y en las vidas de nuestros grandes hombres y mujeres para resistir la inundación social y política de los más sentido por todos, la existencia de la democracia, del libre debate, de la tolerancia entre unos y otros, que han querido abolir Chávez y su gente. Pero la sociedad democrática venezolana es muy fuerte y es constante y arraigada en nuestro vivir.
Pero esto que anotamos tiene también otra cara, y hay que mirarla también. Así haríamos verdad aquel planteamiento de Herrera Luque según el cual a Venezuela le es necesario, apremiante, “no silenciar los sucesos del pasado sean dignos de elogio o de reprobación”[2]. Por
[1] Pedro Cunill Grau: Geohistoria de la sensibilidad en Venezuela. Prólogo: José Balza. Caracas: Fundación Polar, 2007.2 vols. [2] Frase repetida una y otra vez en nuestros habituales paliques con él, a lo largo de los años que fueron de 1972 hasta 1991, el del deceso del grande maestro. El último, días antes de su deceso, estuvo presente en este nuestra querida amiga la músico, cantante de ópera y maestra de voz para actores Julia Carolina Ojeda.eso el asunto que tratamos tiene otra cara, mirar, claro está, lo hondo y hermoso de este legado pero enjuiciar también lo negro y lo oscuro. A ello se refirió también otro analista de nuestra memoria colectiva, José Rafael Lovera(1939), discípulo de Carrera Damas, en donde apunta:
”Angustiados por una sensación de hundimiento que parece no tener fin, los venezolanos llevamos varias décadas buscando asideros que nos salven del vértigo...Tiempo lacerante para un compatriota reflexivo...En el desesperado esfuerzo por reconocernos....Imprevisión, desobediencia civil y militar, corrupción y vulgaridad, presentes en todas sus gamas, son algunas de las lacras que vivencialmente percibimos como síntomas persistentes de una enfermedad social que pareciera incurable...Estamos cansados de tanto discurso y ayunos de buenos ejemplos...Pienso que los historiadores tenemos una apremiante responsabilidad: mostrar esos héroes anónimos, insistir en sus vidas, reproducir de manera atrayente el significado que tuvo la existencia de esos hombres; y a la vez ser duros, implacables, en develar los defectos y los errores de muchos grandes personajes velados al malentendido patriotismo...Sólo la pluma, que convertida en bisturí descarne de sus apariencias engañosas esa historia acomodada, ficticia, podrá redescubrir las bases firmes que nos permitan dibujarnos con crudeza, pero a la vez, sentar los puntos reconfortantes de un camino por el que podamos seguir, para mejorar, para dar nuevos briosa nuestra decaída voluntad de pueblo”(p.275-277).
Y esto dicho por estar convencido, y coincidimos con él,
“Dondequiera que volvemos la mirada en nuestra breve historia, al hurgar un poco en ella, nos ofende el hedor nauseabundo de la corrupción”(p.276) [1].
En momentos de disolución, como durante la Guerra Federal(1859-1863), a nuestro país lo salvaron el culto a los héroes, sus maestros hablando desde sus escuelas, las cuales tenían nombre pacíficos en medio de aquellas
[1] José Rafael Lovera: Estudios de varia historia. Caracas: Academia Nacional de la Historia,2002. 296 p. Ver: “Reflexión sobre la historia y la conciencia nacional”(p.275-277).
guerras desvastadoras. Fue constante el recuerdo a la figura de Simón Bolívar, es por ello que no saben cuan equivocados están aquellos que critican su culto,razonable crítica cuando se trata del culto del Estado, distinto al verdadero: el culto de pueblo. Por ello la devoción por su persona y aventura humana que siempre ha sido salvadora para los aquí nacidos y la presencia en aquellos años de las guerras civiles de varios destacados maestros que desde sus aulas educaban a la juventud dentro de los más caros ideales que siempre han sido nuestros, aquellos que empujaron a la “Generación de la Independencia” y a las promociones de hombres y mujeres que les han seguido en el devenir del tiempo. Esos ductores fueron los que en momentos de grandes contiendas armadas siguieron estudiando nuestros libros y nuestra tradición, aquellos que fundaron colegios con nombres que invocaban la tranquilidad, el sosiego, la paz, que es la que permite el vivir y el construir de las naciones, aquellos que fundaron, en medio de los combates, aquellas aulas llamadas con nombres pacíficos: “Colegio La Paz”(José Ignacio Paz Castillo) en Caracas, “Colegio “La Concordia”(Egidio Montesinos) en El Tocuyo o “Colegio La Esperanza”(Ramón Pompilio Oropeza) en Carora. A las que hay que unir siempre la del colegio de monseñor Jesús Manuel Jáuregui(1848-1905) en La Grita, Colegio del Sagrado Corazón de Jesús de La Grita(1884). Estando en su aula y pasando la llamda revolución andina de Cipriano Castro(1858-1924) por La Grita, el padre Jáuregui salió a encontrarse con el Cabito y le pidió no llevarse a sus jóvenes alumnos en aquella revolución violenta. Ello, llegado al poder, hizo que Castro expulsara al mas grande educador del occidente del país de su tierra, por pedir paz, razón por la cual aquella gran figura de Venezuela falleció en el exilio, en Roma(mayo 6,1905)[1].
[1] Consultar cardenal José Humberto Quintero:Discursos. Obras publicadas, 1924.1972. Caracas: Editorial Arte,1972.XV,1573 p. Ver:”Monseñor Jauregui”(p.571-596). Gran discurso de quien fue el primer orador de Venezuela desde la muerte del padre Carlos Borges(1867-1932). A Quintero lo sucedió como nuestro mayor orador después de 1984, momento del deceso de nuestro primer cardenal, Manuel Alfredo Rodríguez(1929-2002). Fue Quintero gran bolivaraino, desde luego no por chavista, por lo tanto no fue verdad que haya regalado al Comandante un rosario, a quieb él no conoció por morir antes de esa avalancha en la vida venezolana, sino por ser el destacado estudioso del Libertador que fue. Tanto que cuando conversersaba con sus amigos y discípúlos sobre el Caraqueño impar, lo citada de memoria y luego se volteaba hacia su biblioteca, tomaba las Obras completas de aquel y ratificaba así la verdad de lo dicho de memoria. Tuvo gran memoria monseñor Quintero, de tal manera que escribía sus discursos en su bella letra, se los aprendía y los pronunciaba siempre de memoria, ellos hasta que la vejez le impidió hacerlo. Aunque hasta el final estuvo escribiendo sus famosos discursos y varios libros como Para la historia(1974) y El arzobispo Felipe Rincón Ginzalez(1988), joya de la historiografía venezolana por la forma como lo compuso. Igual diríamos de El obspo Angulo(1971), su estudio de incorporación a la Academia Nacional de la Historia, que tanto luz nos dio sobre el gran obispo del siglo XVII protector de los marginados de su tiempo. Por ello a sus cercanos amigos nos dolió tanto el mal uso de sus grandes páginas bolivarianas por algún historiador descreído, tal su gran interpretación:”Bolívar, el hombre de un destino providencial”(diciembre 17,1980) cuyas conclusiones son verdaderas, especialmente aquella de que Venezuela en 1830 cometió, a través del congreso de Valencia, un parricidio al expulsar del país de su nacimiento a Simón Bolivar que lo había creado. ¡Loor a su nombre preclaro!. La cita que hemos hecho antes de Andrés Eloy Blanco “Canto a los hijos”, está tomada de sus Obras completas,t.I,p.659, Se cumplió entonces otra vez el verso de Andrés Eloy Blanco(1896-1955) que a nosotros “el hijo vil se le eterniza adentro y el hijo grande se le muere afuera”. Tal el destino del padre Jáuregui.
Y fue ello lo que hemos señalado lo que permitió al país seguir andando.
Sobre lo que hemos denominado presencia salvadora de Bolívar en la sensibilidad de los venezolanos, en sus vivencias, deseamos reiterar que no estamos enjuiciando a aquellos, que como Carrera Damas, han criticado el culto del Estado por Simón Bolívar, sino a la vivencia que está en el alma de los venezolanos, tan hondamente colocada que a veces es imposible utilizar argumentos científicos para acercarnos a ella porque está implantada en la conciencia, en la psiquis, de los venezolanos. Claro que con esta observación para nada deseamos enjuiciar y soslayar los certeros estudios hechos contra el culto palabrero con el que justifican sus atrocidades, errores y horrores, los gobiernos venezolanos apelando al Libertador. Aquí estamos de acuerdo con lo sostenido en los densos libros de Luis Castro Leiva(De la patria boba a la teología bolivariana,1991), Elías Pino Iturrieta(El divino Bolívar,2003), Germán Carrera Damas en su segundo libro sobre estos tópicos(El bolivarianismo-militarismo: una ideología de reemplazo,2005) o Manuel Caballero(Por qué no soy bolivariano,2006). A lo que queremos apelar aquí es a la lo que está más allá del uso de Bolívar por la política y los políticos, siempre criticable. Queremos recurrir aaquello que está en el hondón del espíritu venezolano, que es lo que explica, por ejemplo, las frases de la conferencia del cardenal José Humberto Quintero(1902-1984) citadas por Pino Iturrieta en su obra, palabras que en la mayor parte de la extensa cita no son más que comentarios basados en exposiciones hechas por el propio Libertador en sus papeles. Incluso las críticas a Páez que están en la intervención del purpurado venezolano, cuando las pronunció, en Merida, el 18 de diciembre 1930, era apenas un sencillo sacerdote, fueron corroboradas más tarde por el historiador Caracciolo Parra Pérez(1888-1984) quien denominó a la Convención de Valencia del año treinta, el congreso paecista, asamblea de iracundos[1]. Hacemos referencia a Parra Pérez por ser este historiador a quien ha seguido con exactitud Pino Iturrieta en su libro Nada sino un hombre[2] por considerarlo sin duda acertado, y lo es, en sus exámenes de ese período de nuestra historia. Tampoco hemos creído que De la patria boba a la teología
[1] Elías Pino Iturrieta: El divino Bolívar,p.156-160. Se basa Pino Iturrrieta en cardenal José Humberto Quintero: “El trágico viaje a San Pedro Alejandrino”, en sus Discursos,p.177-207.;Caracciolo Parra Pérez: Mariño y la independencia deVenezuela. Madrid: Ediciones Cultura Hispánica,, 1954-1957. 5 vols. La referencia procede del t.V,p.184-187. [2] Elías Pino Iturrieta: Nada sino un hombre. Caracas: Alfa,2007. 350 p.
bolivariana, de Luis Castro Leiva(1943-1999) sea un libro anti-bolivariano como se ha dicho sin razón y sin análisis: es la exploración más densa sobre las raíces de su ideario y pensamientos que se ha hecho, obra de nada fácil lectura no sólo por lo denso de sus observaciones, por el precioso conocimiento de las fuentes en las que abrevó el Libertador para formular sus ideas, sino por aquella manera un tanto críptica en la cual Castro Leiva se expresada, de esto es un buen ejemplo su ensayo “Para pensar a Bolívar”[1]. Tan difícil es comprender con facilidad Castro Leiva que varios de sus más queridos amigos, como el filósofo Rafael Tomás Caldera Pietri(1945) o el historiador Manuel Caballero(1931-2010), leyeron sus originales tratando de aclarar lo más posible su lectura, para hacer su comprensión posible a diversas gentes. Era tan oscura la forma de expresión, aunque fundamental para la comprensión del Libertador, que siempre hemos pensado que a Castro Leiva siempre le hizo falta, antes de entregar sus escritos a las editoriales, un buen corrector de estilo que trabajara al unísono con él para así hacer la lectura más leve al no iniciado. Claridad inmensa que sí tenía, y en grado sumo, Castro Leiva cuando exponía verbalmente y de memoria, desde la cátedra, la conferencia, la charla televisiva, o el discurso, sus opiniones para lo cual tenía sobresalientes dotes.
Hay además que agregar algo más que con relación al estudio de Simón Bolívar está sucediendo en estos días, dada la arremetida, generalmente desconocedora e, incluso, inculta del chavismo, de todo lo relacionado con el Libertador cuyo estudio tiene que ser muy amplio para dominarlo, este debe hacerse con la lectura y examen de al menos doscientas obras básicas(entre documentación e interpretaciones), incluyendo sus 10.000 cartas, en donde está la entraña de sus ideas que nos descubren sus ideales. Si desde el gobierno, incluso el propio
[1] Luis Castro Leiva: Obras. Compilación: Carole Leal Curriel. Caracas: Fundación Polar,2005- 2009. 2 vols. Ver:”Para pensar a Bolívar”(t.I,p.35-45).
Comandante, tergiversan a cada rato las palabras de Bolívar, o sucesos de su biografía, y los historiadores ecuánimes, incluso los miembros de la oposición, lo refutan también, se está corriendo un gran riesgo y también se malinterpreta a Bolívar porque se hace por razones políticas y no se hace dentro del discurso histórico que es donde se debe analizar al Libertador porque este es hoy solamente un personaje de la historia, no del presente. Nada más ni nada menos. Pero hay que tener cuidado, hay que oponer a lo dicho por Chávez una refutación pero que sea histórica, sino no tiene sentido y también se omite el verdadero sentido al interpretar al Caraqueño impar. Y grave es también, otro error, mirar a Chávez a través del tamiz de Bolívar porque ello también es una equivocación. A Bolívar hay que verlo en su lugar y en su tiempo, en el que fue su hodie et nunc, su aquí y ahora, en su tiempo, su circunstancia, que fue en la única en la cual él estuvo, vivió y actuó.
Y esos momentos que parecían de decadencia, según el término que usó José Rafael Pocaterra(1889-1955) para definir una dictadura y una época; el “finis patriae” de Díaz Rodríguez en la línea final de Idolos rotos(1901), del fin de Venezuela, fueron estos los días de la llamada “Guerra Larga” durante la cual los ejércitos federales entraban en las ciudades, esto sucedió especialmente en los pueblos del llano, y lo primero que hacían era quemar las bibliotecas y los papeles de los archivos públicos dejando constancia que lo hacían porque con ellos comenzaba la historia. ¡Con aquellas montoneras bárbaras e incultas ello era imposible, con ellos no podía comenzar nada¡.¡Y no comenzó nada!.Pero ello no fue así. El país se alzó emocional y espiritualmente para rehacer el itinerario de cada pueblo. Y los papeles de Barinas, por ejemplo, fueron sacados por la cordillera, atravesaron el páramo y fueron a dar a Mérida donde don Tulio Febres Cordero(1860-1938) los custodió. Aun hoy para redactar la historia de Barinas hay que ir a Mérida a estudiar esos infolios sobre la historia barinesa en la biblioteca de don Tulio que está ahora en el parque “La Isla”.
Pero hubo al menos otros dos momentos de disolución. El primero, a nuestro entender, fue ese período terrible, sucedido en los siete años que fueron del fin de la Guerra Federal, en 1863, hasta que en 1870 el general Antonio Guzmán Blanco(1829-1899) tomó Caracas “a sangre y fuego” e impuso a rajatabla la paz guzmancista. Allí volvió a reintegrarse el país. Y ello hasta 1892, cuando las apetencias de un pequeño personaje, el presidente Raimundo Andueza Palacio(1846-1900), por tratar de permanecer en el poder rompió la paz y se prendió la guerra. Y volvió la disolución al menos hasta 1903, cuando el mayor de nuestros caudillos le cortó la cabeza a los guerreristas en la batalla de Ciudad Bolívar, acabaron allí las guerras civiles, “la guerra de los cien años” que dice Manuel Caballero[1]. Desde entonces ha habido paz en Venezuela.¡Hay de aquel que ose romperla¡. Para nuestra desgracia existe, todos sabemos como se llama y las palabras que propala cada domingo.
Pero en ningún momento desapareció Venezuela ni va a desaparecer como lo pronosticó equivocadamente Fausto Masó(1938) hace algún tiempo, de allí nuestra respuesta a su planteamiento[2]. Sin embargo, ahora ha vuelto a insistir en ello:”Venezuela es un país sin tradiciones...Lo que existe hoy, desaparece mañana”[3]. Pero, pese a esta prédica deprimida, “Siempre habrá Venezuela”, este país siempre renacerá, incluso de las más difíciles situaciones, como es la que vivimos desde 1992, pero especialmente desde 1999. Incluso desde 1983 cuando se inició la conspiración de los altos oficiales, cuando surgieron “Los notables militares” cuando se engendró la doble conspiración que se hizo presente desde el atardecer del 3 de febrero de 1992 y en la madrugada siguiente: la doble insurrección de los generales y de los tenientes coroneles que fue la que a la larga, si bien fue vencida por las tropas
[1] Manuel Caballero: Ni Dios, Ni Federación,p.93. [2] Ver nuestro: “El final del país”, El Mundo, Caracas: enero 4,2005. [3] Susana Soto: Cuba y Venezuela: 20 testimonios, Caracas: Fundación para la Cultura Urbana,2007.XIV,316 p. La cita procede de la p.47.
fieles al sistema democrático, con el vicealmirante Iván Carratud Molina a la cabeza, pero llegó al poder en las elecciones de 1998 con su gran conspirador al frente. Todo eso ahora lo sabemos y está bien documentado.
Pero si se dejara de tener esperanza debemos volver a los antídotos que tenemos: a las lecciones afirmativas de nuestra historia, a las vidas de los grandes venezolanos y venezolanas que cada día nos ofrecen nuevas esperanzas y razones para resistir, a la memoria de lo que nos dice el testamento ético del Libertador, a escuchar a los verdaderos maestros que nos hablan de nuestro devenir. Y por último, y es decisivo, siempre volver a las páginas de nuestra literatura en donde estamos siempre vivos los venezolanos, allí está la gran lección de lo que hemos sido, de lo que debemos corregir, de lo que seremos en el futuro. Para revivir nos bastará, según la feliz expresión de Manuel Alfredo Rodríguez(1929-2002), en su evocación de Lazo Martí y su Silva Criolla(1901) en plena llanura, leer nuestros libros y oler sus páginas para que el sentimiento de lo venezolano nos salve. Y la literatura es siempre salvadora. Y todo, como dijo el argentino Jorge Luis Borges(1899-1986), es literatura, el resto es silencio. Peroró aquella mañana Manuel Alfredo Rodríguez estas palabras cenitales en su vivir y en su escribir:
”Si alguna vez este país no existiera; si algún cataclismo se abatiera sobre él; si potencias extranjeras se confabularan contra nuestra independencia y nuestra soberanía y arrasaran con Venezuela, bastaría con agarrar la Silva criolla, colocársela junto al pecho, y su calor y su pasión harían que la patria volviera a nacer de nuevo”[1].
Por ello, ruega Gisela Kozak, “Esperemos que el republicanismo y la democracia nos acompañen” (p.91). Que así sea.
UNA OBSERVACIÓN FINAL
[1] Manuel Alfredo Rodríguez: Discurso en el Concejo Municipal de Calabozo. Calabozo: La Municipalidad, 1971. La cita procede de la ,p.15.
Gran tragedia venezolana y latinoamericana fueron las guerrillas, sobre su origen y explicación el único que dado en el centro de su trágica verdad ha sido Mario Vargas Llosa, nuestro flamante Premio Nobel(2010), al escribir en su novela Tiempos recios(2019), situando su por qué en la invasión norteamericana, en 1954, a Guatemala para destruir la democracia e imponer una dictadura. Allí encuentra el origen. Tal lo que escribió para cerrar su gran novela:
“fue una gran torpeza de los Estados Unidos preparar ese golpe militar contra [Jacobo] Arbenz(1913-1971) poniendo de testaferro al coronel [Carlos]Castillo Armas(1914-1957) a la cabeza de la conspiración. El triunfo que obtuvieron fue pasajero, inútil y contraproducente. Hizo recrudecer el antinorteamericanismo en toda América Latina y fortaleció a los partidos marxistas, trotskistas y fidelistas. Y sirvió para radicalizar y empujar hacia el comunismo al Movimiento 26 de julio de Fidel Castro. Este sacó las conclusiones mas obvias de lo ocurrido en Guatemala. No hay que olvidar que el segundo hombre de la Revolución cubana, el Che Guevara(1928-1967), estaba en Guatemala durante la invasión, vendiendo enciclopedias de casa en casa para mantenerse. Allí conoció a la peruana Hilda Gadea, su primera mujer, y, cuando la invasión de Castillo Armas trató de enrolarse en las milicias populares que Arbenz nunca llegó a formar. Y tuvo que asilarse en la embajada argentina para no caer en las redadas que desató la histeria anticomunista reinante en el país en aquellos días. Pero de allí extrajo probablemente unas conclusiones que resultaron trágicas para Cuba: una revolución de verdad tenía que liquidar al ejército para consolidarse, lo que explica sin duda esos fusilamientos masivos de militares en la Fortaleza de La Cabaña que el propio Ernesto Guevara dirigió. Y de allí saldría también la idea de que era indispensable para la Cuba revoluconaria aliarse con la Unión Soviética y asumir el comunismo, si la isla quería blindarse contra las presiones, boicots y posibles agresiones de los Estados Unidos. Otra hubiera podido ser la historia de Cuba si Estados Unidos aceptaba la modernización y democratización de Guatemala que intetaron [Juan José]Arévalo 1904-1990 y Arbenz. Esa democratización y modernización era lo que que decía querer Fidel Castro para la sociedad cubana cuando el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 en Santiago de Cuba. Estaba lejos entonces de los extremos colectivistas y dictatoriales que petrificaron a Cuba hasta ahora en una dictadura anacrónica y soldada contra todo asomo de libertad. Testimonio de ello es su discurso La historia me absolverá, leído ante el tribunal que lo juzgó por aquella intentona. Pero no menos graves fueron los efectos de la victoria de Castillo Armas para el resto de América Latina, y sobre toda Guatemala, donde, por varias décadas, proliferon las guerrillas y el terrorismo y los gobiernos dictatoriales de militares que asesinaban, torturaban y saqueaban sus países. Haciendo retroceder la opción democrática por medio siglo mas. Hechas las sumas y las restas, la intervención norteamericana en Guatemala retrasó decenas de años y costó millares de muertos, pues contribuyó a popularizar el mito de la revolución armada y el socialismo en toda América Latina. Jóvenes de por lo menos tres generaciones mataron y se hicieron matar por otro sueño imposible, mas radical y trágico todavía que el de Jacobo Arbenz”[1].
EL SECUESTRO DE NIEHOUS, EL ULTIMO HECHO DE LA GUERRILLA DE LOS SESENTA.
Para llegar a este tema, el suceso que consideramos fue el último de las guerrillas de los sesenta, de hecho ha sido llamado el “ocaso de los ultras”[2], debemos señalar que siempre que termina un movimiento insurreccional hay entre sus participantes quienes aceptan la derrota, toman conciencia de ese hecho y se encaminan a llevar a cabo nuevas vidas, casos de muchos de aquellos guerrilleros, unos continuaron en la acción política legal y se distinguieron en nuestra vida pública. Otros no aceptaron el fracaso, no bajaron la cabeza ante la derrota del
[1] Mario Vargas Llosa:Tiempos recios,p.350-351. [2] Nos basamos en Guillermo Pantín: Niehous, negocio político. Caracas: Editorial Abrir,1979.282 p. Las citas entre paréntesis, indicando el número de la página, que se hallaran en el texto proceden de esta obra. De hecho este libro constituye una de las grandes investigaciones periodísticas realizadas por un periodista investigador en Venezuela. En el correr de los años el siguiente fue la cuidadosa obra de Ibeyise Pacheco: Sangre en el diván. El extraordinario caso del Dr.Chirinos. Caracas: Grijalbo,2010.253 p. obras que deben ser examinadas por los estudiantes y profesionales de la comunicación social. movimiento y se orientaron a seguir en su acción insurgente, sin resultado alguno como nos lo muestra todo ejercicio de análisis político. Con ellos se inicia la postguerra, entre ellos están los que aceptaron la política de pacificación (1969) del presidente Rafael Caldera(1916-2009). Pero en esa postguerra también están los que han perdido todo deseo de paz, la rebelión los ha hecho perder el sentido de la realidad, no saben vivir bajo la paz, y prosiguen en el camino del levantamiento, a estos aquello no los llevó a nada[1]. Entre nosotros, la postguerrilla, la ultra-izquierda, los ultrosos, al hacerlo se encaminaron a la delicuencia, asunto que ya hemos tratado y a las acciones terroristas y llegaron a nueva derrota y sólo lograron levantar la cara cuando el presidente Chávez, años mas tarde, los protegió y los consideró héroes, lo que no eran, no fueron, ni antes ni después, el heroísmo significa otra actitud. En fin el heroísmo “significa defender algo de una forma desinteresada un país, un estilo de vida o un recuerdo o y un culto”, como lo expresó el húngaro Sandor Marai(1900-1989)[2]. Para comprender esto hay que
[1] El estado psicológico en que hemos encontrado a varios de los que hemos podido tratar no podía ser peor, necesitaban de urgencia en psiquiatra, tal un exguerrillero, que sabiendo que lo relativo a las guerrillas de los sesenta era un hecho que nos interesaba, había leído nuestra columna de El Nacional en las que nos referíamos a esos hechos. Este solía ir a nuestra oficina en Fundarte a conversar con nosotros: su depresión era evidente, el no saber qué camino tomar se le notaba, a veces nos quedabamos sin palabras para responder a sus interrogantes, era una persona buena, de ideales, pero errados, pero estaba fuera de todo camino, y hacían mas de dos décadas que las guerrillas habían culminado y él seguía como si estuviera en ellas. Otro se acercó a nosotros en la UCV, a donde habíamos ido a participar en un foro(mayo 21,1992) sobre lo sucedido el 4 de feberero de 1992., el asunto nos pareció tan serio que llevamos nuestra intervención escrita y la leímos, Se publicó en una revista de la UCV y la recogimos en un libro que escribimos sobre esos sucesos:”Darle la palabra la gente”, en El oficio de ser venezolano,p.83-90. Este último exguerrilero se acercó a nosotros y nos dijo eufórico: “!Amigo, ha regresado la guerra de nuevo!”.No le respondimos. No deseamos que ello fuera posible aunque mucha gente de izquierda lo deseaba. [2] Sandor Marai: La gaviota. Barcelona: Salamandra,2011.187 p. La cita procede de las p.127-128.
entender lo que es el proceso de toda postguerra. Es un proceso bien historiado en Venezuela porque nuestro país fue conquistado por hombres de la postguerra, por aquellos que venían de la guerra por generaciones, de la vasta insurrección de800 años de los hispanos contra los árabes, finalmente vencidos en 1492. Fue por ese camino que penetró también en nuestro país la psicopatologia de de lo conquistadores y se hizo presente la sobrecarga mental y psicología en la vida nacional, que es la que ha convertido nuestro devenir en una “historia detenida”. Este singular hecho ha sido sagazmente examinado por Francisco Herrera Luque(1927-1991) en las páginas memorables de Los viajeros de Indias(1961)[1]. Ahora vemos aquello en la postguerra de las guerrillas centro-americanas, especialmente en la de El Salvador. Y es ese fenómeno del cual hemos sido testigos en la post-guerrilla venezolana con los guerrilleros que no aceptaron la pacificación. Esto fue así hasta que el presidente Herrera Campins otorgó el sobreseimiento al guerrillero Douglas Bravo(1935)[2]. Pero otros sucesos se sucedieron, entre ellos el secuestro del industrial norteamericano William Franz Niehous, gerente de la compañía Owens Illinois, en Caracas(febrero 27,1976-junio 29,1979), el secuestrador fue Carlos Lanz Rodríguez, como lo aseveró la esposa del secuestrado presente en el suceso(p.183)[3], en el cual de nuevo, la ultra-guerrilla resultó vencida. Hubo al menos dos hechos mas pero sin la relevancia del secuestro del
[1] Francisco Herrera Luque: Los viajeros de Indias,p.129-133. La sobrecarga psicopática del venezolano la estudia en las p.77-92; a la “historia detenida” se refiere en la p.312, nota número 12. [2] Fue Douglas Bravo uno de esos insurgentes quien nunca se detuvo en sus acciones, ni tras el sobreseimiento recibido, aun sigue conspirando pese a tener, cuando escribimos estas páginas, ochenta y cinco años. Otro constante insurgente es el oficial Juan de Dios Moncada Vidal, siempre vigilado hasta 1999 por Inteligencia Militar, desde entonces el presidente Chávez consideró héroes a todos los que había insurgido contra la democracia. [3] Los nombres de las personas que participaron en el secuestro los ofrece Guillermo Pantín: Niehous, negocio politico,p.190-191, fueron nueve personas.
norteamericano: una década después en Yumare(mayo 8,1986) por el grupo terrorista Punto Cero y dos años después en El Amparo, estado Apure, en donde por equivocación fueron asesinado un grupo de pescadores por el ejército. Pero como siempre sucede quedó uno vivo que fue el dio cuenta de lo sucedido, aunque los oficiales y soldados confundieron a los pescados, a quienes masacraron, con miembros de una guerrila a la cual perseguían, de aquella guerrilla no eran miembros los pescadores. Igual pasó con el suceso de Yumare.
Pero, en el caso de Mr.Niehous, sus secuestradores por seguir creyendo que con esa acción herirían los intereses de la nación del norte, cayeron en la trampa que les impusieron intereses nacionales malsanos, de la derecha venezolana, estos utilizaron a los ex guerrilleros y los engañaron infiltrándolos con otros confidentes, o de guerrilleros que se habían separado de las agrupaciones en las que antes militaban. Eso para lograr hacerse suyos los intereses de varios grupos empresariales en todo lo relacionado con la industria del vidrio. Los insurgentes llegaron así a creer que estaban orquestando una acción anti norteamericana y terminaron sirviendo oscuros intereses nacionales, de antagponistas de la izquierda, quienes no deseaban que el contrato para la extracción del vidrio fueran puestos en manos de la Owens Illinois, cuyo genrente era mister Niehous. Desde luego, lo que señalamos no ha sido visto así sino a través de la investigación realizada por el periodista Guillermo Pantín, de El Nacional, quien fue el único de los cronistas de hecho en permitirnos penetrar en su verdad. Desde luego se publicaron otros libros y análisis, pero el único que logró penetrar en la esencia de su verdad fue el certero Pantín.
Ya hemos señalado que poderosos intereses se asociaron, fueron ellos los que empujaron a los insurgentes en su acción, lo hicieron con tal cuidado que aquellos creyeron siempre que estaban realizando una acción anti-imperialista. Esas empresas fueron Maviplanca, Favianca, Guardian Templex, empresa también norteamericana, todas interesadas en la industria del vidrio. En ese momento el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez(1922-2010) se sentía inclinado por el proyecto que le presentó las Owens Illinois.
A su vez los grupos de la ultraizquierda, muchos de cuyos dirigentes estaban presos, trataron de unificarse: Bandera Roja, Liga Socialista, Voz Socialista. Causa R, Qué hacer y La Quincena, estos pertenecían a la izquierda no legalizada. Ellos fueron los que encabezaron la acción. Las discrepancias entre la mayoría de estos grupos entre sí fueron el producto de la derrota guerrillera que la izquierda radical no llegó a comprender. En aquello salió también injustamente implicado el diputado Salom Meza Espinoza(1919-1991), cuyo fuero parlamentario fue allanado, él detenido condenado a larga prisión, sin tener culpa alguna, sino por ser dueño de una mina de vidrio. Después de aquel difícil momento de su vida Meza Espinoza confesó a un amigo: “Tu no sabes lo terrible que es estar preso sin haber cometido delito alguno”. Uno de sus defensores que el también parlamentario Luis Beltrán Prieto Figueroa(1902-1993)[1].
La Disip comenzó a perseguir a los autores del secuestro de Niehous, en esa acción también Jorge Rodríguez padre, participante en el secuestro, como consecuencia de la persecución policial, perdió la vida(julio 22,1976) mientras era torturado por la Disip(p.147). Pero dentro de la Disip los autores de la tortura y del asesinato de aquel fueron detenidos inmediatamente, en la misma sede de la Disip, entregados a los tribunales, juzgados y condenados a larga prisión. Mostró así el estado democrático como practicaba las leyes, como hacía justicia.
Así, tras el secuestro de Nieheus algunos grupos insurgentes continuaron en acción. No lograron nada en particular, fueron vencidos, por ello aquel proceso guerrillero se cerró en 1979 con el rescate del señor Niehous ese año. Recordamos muy vivamente que día de
[1] Se pueden leer, para que se conozca la personalidad de Salom Meza Espinoza sus memorias: Por un caballo y una mujer.3ra.ed. Prólogo: Luis Beltrán Prieto Figueroa. Valencia: Vadell,1978.361 p.
su rescate(junio 29,1979) era viernes, vivíamos nosotros en Chicago, trabajando para la biblioteca de una universidad norteamericana, escribíamos aquella mañana, escuchábamos una emisora de música clásica cuando la programación fue interrumpida para anunciar que en la “selva” de Venezuela, “jungle venezuelan” dijo el locutor, había aparecido Niehous. Lo de selva era un error, en verdad había sido hallado cerca de Ciudad Bolívar, en las orillas del río Orinoco, algo lejos de la selva, que, desde luego, estaba en esa región, pero allí no se halla lo que los venezolanos llamamos selva.
PRESIDENTE ENCARGADO
Que el ingeniero Juan Guaidó, diputado y presidente, por elección popular, de nuestra Asamblea Nacional, quien se llama así mismo Presidente Encargado dela República, lo que es sólo un supuesto. Guaidó no puede llamarse presidente encargado, ni nombrar unos supuestos diplomáticos como lo ha hecho, ni tomar la dirección de empresas venezolanas en el exterior. El no puede ser Presidente Encargado, cargo que no puede ejercer como tal porque para hacerlo debe ser nombrado por el presidente en ejercicio. Y eso no hace el presidente con un diputado sino con uno de sus ministros, sobre todos en casos de viaje durante su ejercicio, no hay otra experiencia en nuestra vida politica, por lo menos el momento en un presidente viaja al exterior. El primero en hacerlo lo fue el general Isaías Medina Angarita(1897-1953), presidente entre 1941-1945, durante los viajes que realizó siendo presidente, fue él nuestro primer jefe de Estado en viajar al exterior en ejercicio de su magistratura, el encargado de la presidencia durante esos viajes fue el entonces canciller doctor Caraciolo Parra Pérez(1888-1964)[1]. Y para ser
[1] Simón Alberto Consalvi: El perfil y la sombra. Ensayos. Caracas: Tierra de Gracia Editores,1997. 236 p. Ver:”Caracciolo Parra Pérez, Venezuela y la fundación de la ONU”(p.39-60). Consultar especialmente la p.49..
presidente de la República el presidente de la Asamblea Nacional, el presidente de la República en ejercicio o debe renunciar, o debe fallecer o debe ser destituido por sentencia del Tribunal Supremo, aprobada por la Asamblea Nacional, es así como lo manda la Constitución vigente, la de 1999(Artículo 233). En ese momento el legítimo sucesor, legalmente, es el presidente de la Asamblea Nacional, pero para hacerlo debe previamente juramentarse ante los diputados, no en la calle frente a una multitud delirante. De otra forma no la puede ejercer. En la Constitución de 1961, que fue la de mas larga vigencia en nuestra historia, treinta y ocho años, en este caso, se indicaba que en el caso de la ausencia del presidente, la presidencia la ejercía el presidente de la Cámara del Senado, cámara eliminada, sin sentido alguno, por la Constitución de 1999 siguiendo lo existente un Cuba donde sólo hay una cámara. También se cambió entonces el nombre del país, sin razón alguna porque Venezuela fue siempre una república bolivariana y no es necesario mencionar de forma explicita lo que está implícito. El primero en nombrarnos como República de Venezuela fue el Libertador, en su decreto Declración de la República de Venezuela(Correo del Orinoco, Angostura: noviembre 20,1818). Antes fue el país, desde la aprobación de nuestra primera Constitución(diciembre 21,1811) la Confederación de Venezuela, por ser el nuestro un país federal[1].
LA OPERACIÓN GEDEON:UNA SUPUESTA ACCION MILITAR CONTRA LA NACIÓN
[1] La Declración de la República venezolana se puede leer en Simón Bolívar: Decretos del Libertador.2ª.ed.Los Teques: Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos,1983. 3 vols. Verla en el t.I,p.135-139.
La violencia considerada vencida entre nosotros, creyendo los venezolanos que la violencia había concluido con reescate de aquel gringo secuestrado volvió a tomar vida en el 2019 en la llamada Operación Gedeón, organizada por el politico Juan GuaIdó.
Ahora bien, que Guaidó haya organizado y fracasado en el intento de poner a andar una operación armada contra Venezuela, que esta haya sido detectada a tiempo por los organismos de inteligencia del Estado, que pese a que a última hora Guaidó no se atrevió a proseguir en el intento y no firmó el documento que le dio vida, lo que no lo esculpa del proyecto planeado, olvidando que “el sueño de la impaciencia produce disparates” como se lee en una novela del colombiano William Ospina(1954); o lo que dijo nuestro Antonio Paredes(1869-1907): “En Venezuela la ignorancia nos hace audaces”[1], ideas que hay que tener en cuenta cuando se trata de planificar el futuro de nuestro país, improvisando no se llega a nada como se ha visto clramente en los últimos años en los cuales el fracaso de la oposición no puede ser mas claro[2].
Auqella idea de cambiar el gobierno a través de la violencia armada significó, al menos hasta 1962, el intento de organizar un movimiento armado contra la nación, revivir lo muerto completamente el 22 de julio de 1903, batalla de Ciudad Bolívar, que en 1976, en una de las operaciones de ultraizquierda que antes hemos comentado haya de nuevo frcasado.
[1] William Ospina: Ursúa. Bogotá: Alfaguara,2005.478 p. La cita procede de la p.112. La segunda referewncia procede de Ramón J.Velasquez: La caída del liberalismo amarillo. Tiempo y drama de Antonio Paredes. Caracas: Norma, 2005. 512 p..La cita procede de la p.46. [2] Recuérdese la idea de Ernesto Guevara de La Serna(1928-1967), según la cual la “Revolución cubana era producto de la improvisación”, razón que nos explica todo lo mal hecho por el régimen cubano en aquella nación, al lugar a donde ha conducido a aquel país y a su gente. Sin un proyecto-país no se puede gobernar con sentido. Ya lo había dicho don Simón Rodríguez, en 1828, en sus Sociedades Americanas, su obra mayor: “donde no hay proyecto no hay mérito”, la cita procede de sus Obras completas,t.II,p.302.
Y lo que es mas grave, Guaidó, de quien hasta ese momento habíamos recibido elogios de sus maestros jesuitas de la UCAB, confesó públicamente su gran ignorancia de la historia de Venezuela, país en el cual tras la gran rebelión de la emancipación(1810-1823) y de los setenta y tres años de las Guerras Civiles(1830-1903), cerradas en la batalla de Ciudad de Bolívar, en donde concluyó el caudillismo y las guerras civiles, país que durante mas de un siglo, ha tenido una paz apenas turbada por algunos movimientos, especialmente los de 1929, que el general Gómez venció. Nación que desde entonces siempre tuvo paz, a todo lo largo del siglo XX, con la excepción de las insurrecciones de la derecha y de la izquierda contra la democracia de 1958, la República Civil, en los años sesenta. Y en ese largo de una centuria sólo ha habido una sola batalla, la de La Alcantarilla(junio 6), que hubo en medio de las calles de Puerto Cabello durante el Porteñazo(junio 2.6,1962), en la que apareció en medio de la balacera, con riesgo de su vida, la inmensa generosidad y caridad cristiana del padre Luis Maria Padilla(1901-1985), con su sotana puesta, tratando de salvar a un soldado herido, el que faleció entre sus brazos, la foto de su acción dio la vuelta al mundo. Esa batalla la ganaron las Fuerzas Armadas, comandadas por el coronel Alfredo Monch Seigart(1913-2009). Luego esas mismas tropas, encabezadas por el presidente Betancourt y su ministro de la Defensa, Antonio Briceño Linares(1913), vencieron la insurgencia guerrillera marxista contra la democracia. Y desde entonces, desde 1965, pero especialmente desde 1969, también con las excepciones de los dos golpes de Chávez y el del tristemente célebre doctor Carmona Estanca(1942), han sido vencidos y se ha preservado la paz de la nación, impuesta a rajatabla desde la primera década del siglo XX por el entonces vicepresidente Gómez al derrotar la Revolución Libertadora(1901-1903) en la batalla de Ciudad Bolívar. Esta es la razón que tras el movimiento militar que derrocó la dictadura de Pérez Jiménez los golpes intentados fracasaron todos. Y la paz de la nación se preservó. Por ello, el ingeniero Guaidó y los desesperados que lo siguen no tienen perdón en su intentó del Movimiento Gedeón, usaron el nombre del personaje bíblico, Juez de Israel, quien venció a la tribu palestina de los Madinistas. Pero Gedeón actuó en defensa de su patria, por eso la historia lo recuerda. En cambio Guaidó quiso entregar a su propio país a un ejército invasor extranjero. Mal usado fue el nombre de Gedeón, pues aquella era una forma de restaurar la violencia, de volver a darle vida a la guerra y todas sus terribles secuelas en Venezuela, vasta leer cualquier historia universal del siglo XX y de los siglos anteriores, desde la antiguedad, para comprobar la gravedad del intento. Mucho mas grave porque se trataba de formar una tropa de mercenarios para entrar en acción en un país que ciertamente vive una aguda crisis política, realmente demasiado larga, pero cuya solución sólo puede provenir sino de los venezolanos. Sólo de nostros. Y esta debe ser: pacífica, constitucional, electoral y negociada.
Y para calibrar el sentido del valor que tiene que en Venezuela tengamos mas de una centuria de paz bastaría que quien quiera comprender la gravedad del intento, se asome, a los libros sobre esos hechos que son numerosísimos, y se de cuenta cuál ha sido el panorama del siglo XX y la paz para comprender la importancia de lo logrado por Venezuela. Durante el siglo XX, mientras Venezuela estaba en paz durante la mayor parte de sus días, el mundo vivió dos grandes guerras mundiales(1914-1918,1939-1945) y tras la segunda, y después del lanzamiento de las dos bombas atómicas el mismo año 1945, se inicio la invasión por la URSS de los países del centro de Europa y a poco se inicio de la guerra de Corea(1950-1953) y los diversos movimientos llamados por los especialistas “las guerras de la postguerra”, que en diversos lugares aun no cesan. Mientras ello sucedía en Venezuela ha habido paz y es gracias a ella que hemos podido los venezolanos construir la nación que hoy somos. Sólo con paz. Y nada mas que con paz. Como en su momento lo comprendieron los grandes presidentes Antonio Guzmán Blanco(1829-1899) y Juan Vicente Gómez(1857-1935), pues sabían que sin ella no podía haber progreso. Y esto fue lo que el joven Guaidó quiso romper con su movimiento Gedeón, que aunque se haya retirado de él antes de producirse, es responsable de su organización, ya que se la financió con dinero venezolano, usado sin autorización alguna, porque no tiene poder para disponer de él, porque él es solo un diputado electo, quien solo debe recibir por su trabajp su dieta parlamentaria. Del uso de estos fondos deberá un día dar cuenta.
Desde luego, dicho lo que hemos advertido, la crisis política sigue en el país. El gobierno actual no ha logrado vertebrar un equipo económico que permita una buena administración de nuestros recursos, lo que nos ha llevado a quiebra económica del país. Además la extracción y la administración petrolera, la salud pública y la educación están en el suelo. Mientras desde hace varios años no hay comida suficiente y a precio normal para las gentes, de allí que haya quien piense que la carencia de alimentos ha sido una política preparada por el gobierno para zaherir a los opositores quienes piden cambio y buen gobierno. Por ello, “todo el mundo estaba deprimido”[1].
Y si las multitudes opositoras quieren un cambio este debe llegar pacíficamente, por vía electoral, esa es la única manera para un cambio de gobierno, que debe terminarse cuando el actual gobierno no sea reelegidos y sustituido por un candidato opositor trinfante. Y para ello el diputado Guaidó y los que lo siguen debe detenerse en su petición
[1] Frase que se lee en la magnífica novela de Alberto Barrera Tyszka: Mujeres que matan. Caracas: Ediciones Curiara, 2019. 207 p. La cita procede de la p.19. La persona que lea las primeras cinco páginas de este libro impecable no podrá cerrarlo, se quedara pegado a su lectura hasta llegar a la última línea. Si bien Barrera se refiere a la grave situación que vive el país, sin dejar de hacer literatura, también antes lo ha hecho en su novela Patria o muerte. Barcelona: Tusquets.2015. 245 p. En ella se lee:”Esto no es una revolución. Esto es un simulacro”(p.245) por que la destrucción, la política del chavismo, “también es una disciplina. Tiene un orden, un plan”(p.213). También su libro de cuentos Crímenes. Barcelona: Anagrama,2009.161 p. toca aspectos de lo que viven los venezolanos desde 199.
de que las gentes no voten, ya que este es a la vez un derecho y un deber de cada persona, hombre o mujer, como lo es el sistema electoral desde 1946. Llamar de nuevo a no hacerlo, como se hizo en el 2018, es un error porque es con el voto que los ciudadanos participan en la vida politica. Las elecciones son el aeropago de la democracia. Si hubieran llamado a todos los opositores, incluso a los chavistas disidentes, a votar en 2018 hubieran podido suceder dos cosas: una, la mas difícil, que la oposición ganara, como en 2015; segundo que la votación opositora fuera tan alta que hubiera obligado al gobierno a convocar la erección de un gobierno de coalición, lo que hubiera sido un gran logro. Pero llamando a no votar lo que logró la oposición fue elegir de nuevo a Maduro para un nuevo período, de hecho con los votos que sacó no pudiera haber sido electo, ya que además eran altas las cifras electorales en la encuestas de los dos candidatos opositores, los cuales se presentaron separados, lamentablemente, al no poder organizar una coalición entre ambos, por lo cual se pugnó.
LA VIOLENCIA QUE NO CESA
Nada mas estimulante para la imaginación y la emoción de todo venezolano auténtico que la relectura actual de Pobre negro(1937), del maestro Gallegos, sus lecciones son numerosas, máxime cuando está viviendo el país días trágicos por la presencia del gobierno autoritario que nos ha regido en las dos últimas décadas[1], asediado por una
[1] Sobre ello se debe leer el libro de Nelson Rivera: El cíclope totalitario. Caracas: Debate,2009. 417 p. que es la mayor suma de lecturas sobre el asunto que ha destrozado a la democracia venezolana. De debe leer también Humberto García Larralde: El fascismo del siglo XXI. La amenaza totalitaria del proyecto político de Hugo Chávez Frías. Caracas: Debate, 2008.607 p. que es lo mas completo sobre la doctrina política seguida por el gobierno de Chávez y su sucesor: no socialista, menos Socialismo del siglo XXI, lo que no existe en la teoría política, sino en su verdad verdadera: el fascismo, lo que le llegó a Chávez por la vía Mussolini-Hitler-Stalin-Fidel Castro. Es ese lo que nos permite observar que el régimen chavista es un gobierno fascista.
violencia muy viva, tanto que vivimos la “destrucción de Venezuela” que ha advertido la líder política opositora María Corina Machado(1967), destrucción del país, de su infraestructura, de sus recursos, de sus personas, donde la vida ha perdido todo valor y las personas mueren sin dignidad, siendo los asesinados nuestros “desaparecidos”. La ONU ha registrado más de 30.000 asesinatos sólo en el año 2019. Estos pasan así de 300.000 en todo el período[1], mas que los muertos en la Guerra Federal(1859-1863). Es esa misma violencia la que el maestro Gallegos logró atrapar en su novela Pobre negro, y lo logró expresar, en la honda figuración de esta ficción, aunque las diversas formas de la violencia aparecen a cada paso en sus obras de ficción, cuentos y novelas. Gallegos narra esa violencia, en Pobre negro, en el período anterior a la Guerra Larga a través de una historia familiar.
Aunque deseamos vivir en un país donde la violencia haya cesado, en verdad vivimos en una nación donde la vida ha perdido todo valor y las personas mueren sin dignidad, siendo los asesinados nuestros “desaparecidos”, según nos lo ratificó el criminólogo Elio Gómez Grillo(1922-2014) a una pregunta nuestra. La ONU ha registrado más de 30.000 asesinatos en Venezuela sólo en el año 2019. Estos pasan así de 300.000 en todo el período[2], mas que los muertos en la Guerra Federal.
[1] Esas muertes han sido cuidadosamente examinadas por el organismo de la ONU de los Derechos humanos en Ginebra, Suiza, que hoy preside la expresidenta chilena Michellet Bachellet, ella misma victima, como su familia, de la persecución política de la dictadura del general Pinochet. En ella su padre, un oficial de las Fuerzas Armadas de aquel país, fue asesinado. [2] Esas muertes han sido cuidadosamente examinadas por el organismo de la ONU de los Derechos humanos en Ginebra, Suiza, que hoy preside la ex presidenta chilena Michellet Bachellet, ella misma victima, como su familia, de la persecución política de la dictadura del general Pinochet. En ella su padre, un oficial de las Fuerzas Armadas de aquel país, fue asesinado.
NO HUBO GOLPES
Esta es la razón que tras el movimiento militar que derrocó la dictadura de Pérez Jiménez, en la cual los civiles tuvieron especial participación, a través de la Junta Patriótica, todos los golpes intentados han fracasado uno tras otro. Y la paz de la nación se ha preservado.
Pero no sólo eso: en 1979 los golpes de Estado desaparecieron en América Latina, cada uno de sus países, a través de elecciones, eligieron los nuevos gobiernos de sus naciones y la democracia comenzó a imperar en América Latina desde entonces. Ese importante proceso tuvo esta data histórica: en Ecuador en 1979; en 1980 en Perú; en 1981 en Honduras; en 1982 en Bolivia; en 1983 en Argentina; en 1984 en El Salvador y Uruguay; en 1985 en Brasil y Guatemala; en 1989 en Chile y Paraguay; en 1990 en Haití, Nicaragua y Panamá. Esto es lo que explica también el fracaso, entre nosotros, los dos golpes intentados por Hugo Chavez(1992) y el del doctor Pedro Carmona Estanca(2002). Podría añadirse a este el golpe(abril 3o,2018) de Leopoldo López y Juan Guaidó que duró unas horas y fue derrotado fácilmente por el gobierno, entre otras cosas por lo mal organizado que estuvo.
OPERACIÓN LIBERTAD:
La noche del 29 de abril de 2019 seis comandantes de la Guardia Nacional hicieron un juramento o compromiso de libertar a Venezuela. Y basados en una sentencia de Maikel Moreno desconociendo a la Asamblea Constituyente y reconociendo a la Asamblea Nacional. Empujados por una política de terror en Venezuela que la mantiene en zozobra y en sosiego a los militares, El 30 de abril de 2019 estalló la Opderación Libertad en la madrugada. A las 3:00 a.m. el general Manuel Ricardo Cristopher Figuera, se presentó en la madrugada del 30 de abril a la casa de Leopoldo López para retirarle el arresto domiciliario. Teniendo presente más de 600 comandos se inició la acción. Poco después de las 5:00 a.m. grandes vehículos acompañados por miembros de las Fuerzas Armadas de Venezuela bloquearon partes de la autopista Francisco Fajardo. Aproximadamente a las 5:50 am., el presidente interino Juan Guaidó transmitió en vivo un vídeo junto a Leopoldo López, resguardados por militares en el Distribuidor Altamira, cerca de la Base de la Fuerza Aérea La Carlota en Caracas. Guaidó tituló la iniciativa como Operación Libertad, y declaró: “Pueblo de Venezuela, es necesario que salgamos juntos a la calle, para apoyar a las fuerzas democráticas y recuperar nuestra libertad. Organizados y juntos, movilizar a las principales unidades militares. Pueblo de Caracas, todos a La Carlota. Inmediatamente. A las 6.30 am se presentaron protestas civiles en favor del levantamiento contra el gobierno de Nicolás Maduro. A las 6:30 am, el ministro de Información Jorge Rodríguez Gómez, emitió una declaración de que el gobierno de Nicolás Maduro estaba “desactivando el golpe de Estado”. Al mismo tiempo, el acceso al Palacio de Miraflores fue bloqueado y las fuerzas gubernamentales tomaron posiciones en los alrededores. Las fuerzas militares leales a Juan Guaidó vistieron sus uniformes con un paño azul. El gas lacrimógeno, disparado por tropas leales a Maduro dentro de la Base de la Fuerza Aérea La Carlota, dispersó algunas fuerzas opositoras cerca de la instalación. El vicepresidente del Partido Socialista Unido, Diosdado Cabello, llamó a los colectivos a reunirse en el palacio presidencial para defender a Maduro. Cerca de las 8:00 am, Guaidó abandonó el área cerca de La Carlota y se dirigió junto a una marcha hacia el oeste de Caracas. Valentín Santana, líder del colectivo La Piedrita, declaró a las 8:30 a.m. que “era hora de defender la revolución bolivariana con armas”, pidiendo el apoyo de Nicolás Maduro. A las 8,44 a.m., se produjeron fuertes disparos y enfrentamientos cerca de La Carlota. Los vídeos también mostraron vehículos blindados que dividen a multitudes de manifestantes. A las 11 am. el fiscal general Tarek William Saab habló en la televisión estatal diciendo que Guaidó y sus partidarios enfrentarían “consecuencias”. Vladimir Padrino, ministro de Defensa del gobierno de Maduro, declaró que el gobierno estaba preparado para usar armas si fuera necesario. Protestas a favor del levantamiento fueron expresadas de nuevo el 1 de mayo. El 16 de mayo 2019 fue liberado por el movimiento opositor el comisario Ivan Simonovis[1].
UNA OBSERVACIPN SOBRE EL 4 DE FEBRERO
También mal organizado estuvo el del 4 de febrero de 1992 en el cual ni siquiera todas las entradas a Miraflores estuvieron custodiadas por los insurgentes, lo que facilitó al almirante Ivan Carratud Molina, Jefe de la Casa Militar, poder sacar al presidente Pérez de su sede por la puerta de atrás, la que da a la calle donde está el Liceo Fermín Toro y de allí llevarlo hasta Venevisión, planta desde la cual habló al país. Si aquel golpe hubiera ewstado muy organizado esa entrada a Miraflores hubiera estado cuidada por otro tanque, distinto al que entró en el Palacio Blanco esa mism madrugada.
En el intento de la invasión a Venezuela, organizado por el ingeniero Guaidó y los desesperados que lo siguen, no tiene perdón, en su intentó del Movimiento Gedeón, usaron el nombre del personaje bíblico, Juez de Israel, quien venció a la tribu palestina de los Madinistas. Mal usado fue el nombre de Gedeón porque él actuó en defensa de su patria. Y Guaidó y sus conmilitones quisieron poner para resolver nuestros problemas a milicianos extranjeros, grave situación, que no desconocemos, es la que vivimos los venezolanos, desde las elecciones de 1998, pero que los únicos llamados a resolverlos somos los propios venezolanos. Sólo nosotros.
Pero aquella de Guaidó era una forma de restaurar la violencia, de volver a darle vida a la guerra y a todas sus terribles secuelas. Basta leer cualquier historia universal del siglo XX y de los siglos pasados, para comprobar la
[1] Los datos que en nos basamos proceden de wikipedia.org. Leido el 27 de octubre de 2020.
gravedad del intento, el mal que hibiera hecho. Mucho más grave porque se trataba de formar una tropa de mercenarios para entrar en acción en un país que ciertamente vive una aguda crisis política, realmente demasiado larga, pero cuya solución no puede provenir sino de los venezolanos. Sólo de nosotros. Y esta debe ser solucionada de forma: pacífica, constitucional, electoral y negociada, tal es la consigna que tenemos años proponiendo.
MAS DE UN SIGLO DE PAZ EN VENEZUELA
Y para calibrar el sentido del valor que tiene que en Venezuela tener mas de una centuria de paz, bastaría que quien quiera comprender la gravedad del intento, se asome a la historia, los libros sobre esos hechos son numerosísimos, y se de cuenta cuál ha sido el panorama del siglo XX y la paz para comprender la importancia de lo logrado por Venezuela, lo que debemos al general Gómez, sinedo la paz uno de los pivotes de su dictadura. Durante el siglo XX, mientras Venezuela estaba en paz durante la mayor parte de sus días, el mundo vivió dos grandes guerras mundiales(1914-1918,1939-1945) y tras la segunda, y después del lanzamiento de las dos bombas atómicas, en 1945, se inició la invasión por la URSS de los países del centro de Europa, la creación del Telón de Acero, de alli el célebre discurso de Winston Churchill(1874-1965), el mayor politico del siglo XX, en Fulton, Misuri, Estados Unidos, dicho en el Westminster College(marzo 5,1946) en donde expresó:
“”Desde Stettin en el Báltico hasta Trieste en el Adriático, un Telón de Acero ha descendido a través del continente. Tras esa línea se encuentran todas las capitales de los antiguos paises de Europa del Este y Central. Varsovia, Berlín, Praga, Viena, Budapest, Belgrado, Bucarest y Sofía, todas estas ciudades famosas y las poblaciones que las rodean se hallan en lo que debo llamar la esfera soviética, y todas son objeto, de una forma u otra, no sólo de la influencia soviética sino, en buena medida y en muchos casos, del control creciente desde Moscú.”[1]
Y a poco comenzó la guerra de Corea(1950-1953) y los diversos movimientos llamados por los especialistas “las guerras de la postguerra”, que en diversos lugares de la tierra aun no cesan. Mientras ello sucedía en Venezuela ha habido paz y es gracias a ella que hemos podido los venezolanos construir la nación que hoy somos. Sólo con paz. Y nada más que con paz. Como en su momento lo comprendieron nuestros dos grandes dictadores: Antonio Guzmán Blanco(1829-1899) en el siglo XIX y Juan Vicente Gómez(1857-1935) en el XX, quienes hallaron el país enguerrillado y lo condujeron a la paz. Y lo hicieron porque sabían que sin ella no podía haber progreso. Y esto fue lo que el joven Guaidó, con su desesperación habitual, quiso romper con su movimiento Gedeón, que aunque él se haya retirado en el momento de dar la orden de acción, es responsable de su organización, ya que fue con dinero venezolano, usado sin autorización alguna, porque no tiene poder para autorizar su uso, porque él es solo un diputado electo, quien solo debe recibir su dieta parlamentaria. Del uso de esos fondos deberá un día dar cuenta, incluso del oro venezolano guardado en Londres.
LA CRISIS TRAÍDA POR EL CHAVISMO SIGUE
Desde luego, dicho lo que hemos advertido, la crisis política sigue en el país. El gobierno actual no ha logrado vertebrar un equipo económico que permita una buena administración de nuestros recursos, lo que nos ha llevado a quiebra económica del país, esta parecía impensable en 1999, aunque algunos lucidos vaticinaron que el gobierno chavista no terminaría hasta que lograra destruir al país. Además la administración petrolera, la salud pública,la educación están en el suelo, Pedevesa y las empresas de
[1] Geoffrey Best: Churchill.2ª.ed.Barcelona: Ediciones B,2007. 486 p. La cita procede de la p.369.
Guayana quebradas. Mientras, desde hace varios años no hay comida suficiente y a precio normal para las gentes, de allí que haya quien piense que la carencia de alimentos ha sido una política preparada por el gobierno para zaherir a los opositores quienes piden cambio y mejor gobierno. Por ello, “todo el mundo estaba deprimido” dice un personaje de Alberto Barrera Tyszka(1960)[1].
Y si las multitudes opositoras y muchos partidarios del gobierno que han comprendido a donde nos han llevado el gobierno, quieren también un cambio, este debe llegar pacíficamente, por vía electoral, practicando las leyes, esa es la única manera para un cambio de gobierno, que debe terminarse cuando el actual gobierno no sea vuelto a elegir, haya perdido las elecciones y sea sustituido por un candidato opositor triunfante. Y para ello el diputado Guaidó y los que lo siguen debe detenerse en su petición de que las gentes no voten, ya que este es a la vez un derecho y un deber de cada persona, hombre o mujer. Llamar de nuevo a ello, como hizo la oposición en el 2018, es un error porque es con el voto que los ciudadanos participan en la vida política. La votación es el areópago de la democracia.
LO QUE PUDO SUCEDER EN EL 2018
[1] Frase que se lee en la magnífica novela de Alberto Barrera Tyszka: Mujeres que matan. Caracas: Ediciones Curiara, 2019. 207 p. La cita procede de la p.19. La persona que lea las primeras cinco páginas de este libro excepcional no podrá cerrarlo, se quedara pegado a su lectura hasta llegar a la última línea. Sin bien Barrera se refiere a la grave situación que vive el país, sin dejar de hacer literatura, también antes lo ha hecho en su novela Patria o muerte. Barcelona: Tusquets.2015. 245 p. En ella se lee:”Esto no es una revolución. Esto es un simulacro”(p.245) por que la destrucción, su política, “también es una disciplina. Tiene un orden, un plan”(p.213). También su libro de cuentos Crímenes. Barcelona: Anagrama,2009.161 p. toca aspectos de lo que vivimos los venezolanos desde el 2 de febrero de 1999.
Si la oposición hubiera llamado a todos los opositores, incluso a los chavistas disidentes, a votar en el 2018, hubieran podido suceder dos cosas. Primero: una, la más difícil, que la oposición ganara, como en el 2015. Segundo: que la votación opositora fuera tan alta que hubiera obligado al gobierno a convocar la erección de un gobierno de coalición gobierno-oposición, lo que hubiera sido un gran logro. Pero llamando a no votar lo que logró la oposición fue ella elegir a Nicolás Maduro para un nuevo período, de hecho con los votos que sacó no pudiera haber sido electo, ya que además eran alta las cifras electorales en la encuestas de los dos candidatos opositores, los cuales se presentaron solos al no poder organizar una unidad opositora entre ambos.
San Bernardino:
Octubre 28,2020.
Día de San Simón,
onomástioco
del Padre Libertador.
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