El SANTO GRIAL (PARTE II) DINASTIA DE TOLOUSE.
ENTRE LOS SIGLOS X Y XIII, en el sur de Francia y noreste de España existieron unas ricas regiones en las que la
mentalidad político-religiosa estaba abierta a influencias múltiples, y el espíritu de tolerancia permitía que todo
tipo de ideas intelectuales y artísticas florecieran…Que fue arrasado por la Revoluciòn Francesa y el poder masonico, que ocultò tras lo religioso de una Iglesia a su servicio, y sus propias redes que llegaron a Amèrica, lo esencial femenino de la historia pues desvirtuò la verdad a lo largo de los siglos con total persistencia.
UNA DE LAS REGIONES QUE FOMENTARON ESTAS LIBERTADES fue el poderoso condado de Toulouse, lo que actualmente es la región francesa de Midi. Las libertades políticas y religiosas que consintieron los grandes barones feudales permitirían que todas las regiones de Occitania, esto es, Toulouse, Languedoc, Provenza y el norte del reino de Aragón fueran, con diferencia, las regiones más desarrolladas de toda la Europa medieval.
La dinastía de Toulouse fue una de las dinastías que hizo posible
estos importantes avances sociales. La ciudad de Toulouse de los
tiempos de Raimundo V y VI (1148–1207) era, según escritos de la
época, la ciudad más prestigiosa de Occidente después de Venecia y Roma. Sus escuelas eran comparadas con las de Narbonne, Montpellier y la de Toledo, en tiempos de Alfonso X el Sabio.
Después de que Carlos el Calvo anulara los privilegios y beneficios feudales sobre este poderoso condado a la dinastía Guilhemide, con los condes Fredelon y Raimundo de Rouergue comienza la dinastía hereditaria de los condes de Toulouse. Sus sucesores harían de este condado un reino en realidad independiente. Tuvieron entre sus vasallos a los poderosos condes y vizcondes de Lautrec, Albi, Béziers, Carcassonne, Nîmes, Rouergue y Montpellier. Al condado de Toulouse y sus dominios originales en Rouergue, unirían paulatinamente inmensas posesiones obtenidas por guerras y alianzas matrimoniales en la región del Languedoc, y el marquesado de Provenza, que entraría en el patrimonio de la casa tolosana por el matrimonio de Guillermo Taillefer y Emma, única heredera del conde de Provenza. En estas regiones serían frecuentes las disputas con sus vasallos naturales en el Languedoc, los Bernardo-Atón y la dinastía Trencavel; y en Provenza, donde sus aspiraciones expansionistas chocarían frontalmente con los intereses de los reyes de Aragón y sus vasallos, los condes de Barcelona.
De todos los condes tolosanos, Raimundo IV de Saint Gilles es, muy posiblemente, el personaje histórico más famoso. Fue uno de los héroes de la Primera Cruzada. Antes de abandonarlo todo para
embarcarse en la aventura de recuperar Tierra Santa para el cristia-
nismo, el conde Raimundo había diseñado un ambicioso proyecto de expansión mediterránea por toda la región de Occitania. Este proyecto de expansión territorial sería continuado por sus sucesores, hasta que las ambiciones de los tolosanos se vieron truncadas por uno de esos sucesos que ha quedado escrito en la historia para vergüenza de todos: la cruzada albigense.
Durante el gobierno de Raimundo V y VI, las regiones Toulouse,
Provenza y Languedoc se encontraban en su máximo esplendor.
Raimundo V de Toulouse era el soberano más poderoso de Occitania y uno de los hombres más influyentes de todos los reinos cristianos.
La Toulouse del conde Raimundo «el buen conde Raimundo», era
la metrópoli por excelencia de la cultura occitana. A la libertad política, social y religiosa en sus dominios se unía un gran florecimiento cultural. Era la época de apogeo de poetas, juglares, trovadores, del espíritu caballeresco y el amor cortesano.
La cruzada religiosa
A LA TOLERANCIA RELIGIOSA QUE EXISTÍA en las regiones de Toulouse, Provenza y Languedoc entre cristianos y judíos, se unirían los movimientos religiosos cátaro (s. XI) (los gnosticos de hoy) y valdense (s. XII). Sin embargo, esa tolerancia religiosa no era bien vista desde el estamento más poderoso de la época. Un estamento político capaz de movilizar a masas, poner y quitar reyes o provocar guerras atendiendo a sus intereses personales. Sí, hablamos de la iglesia católica.
Con este escudo también se identificaría a los adeptos del
movimiento religioso cátaro.
“La manipulacion interesada jamás permitirá descubrir el
verdadero significado de uno de los grandes misterios de la historia”
El Santo Grial
EL ENIGMA DEL SANTO GRIAL es uno de los grandes misterios del cristianismo, y el secreto que esconde ejerce una fuerte atracción sobre los amantes de la historia oculta. Mientras otros enigmas y misterios caían en el olvido, el Santo Grial ha pasado a ser mito y leyenda de la cultura occidental, ocupando un lugar privilegiado en la historia.
Ninguno conocido es comparable.
El Santo Grial es generalmente identificado como el cáliz que utilizó Jesucristo en la Última Cena, una copa en la que José de
Arimatea recogió unas gotas de su sangre, una búsqueda hacia la perfección personal o una corriente mucho más polémica en la que se escondería el secreto de Jesucristo y de un posible linaje mesiánico.
Sin embargo en el último siglo y medio también ha sido identificado con un sinfín de objetos y formas: la Lanza de Longinos, la Corona de Espinas, el Santo Prepucio de Jesucristo, los clavos de la Crucifixión, los trozos de la Vera Cruz, de los que si se reunieran los existentes se podría reconstruir la Armada Invencible, la Sábana Santa, el Arca de la Alianza, la Mesa de Salomón, o un libro sagrado que contendría las enseñanzas secretas de Jesucristo. Miles de griales se reparten por todo el orbe cristiano. También infinidad de cuencos, platos, bandejas y piedras, han sido identificados como griales célticos, bizantinos, britanos, francos, germanos o visigodos. Hay quien ha llegado a afirmar que cualquier copa, cuenco o relicario con un propósito sagrado es un Santo Grial. Pero la única realidad es que después de siglos y cientos de investigaciones históricas, nadie puede
asegurar qué es el Santo Grial y cuál es el secreto que guarda. Su verdadero significado permanece oculto, y las distintas identificaciones posteriores sólo han servido para aumentar la confusión. Tampoco existe una imagen concreta y definida, aunque todas las fuentes de época tratan el secreto como algo profundo y misterioso. Su verdadero significado es el secreto mejor guardado.
La posición de la iglesia católica
DESDE SU APARICIÓN, LAS PRIMERAS HISTORIAS escritas del Santo Grial han sido muy molestas para la iglesia católica por sus raíces heréticas.
Y aunque ya desde la época medieval nuestra iglesia oficial, hizo verdaderos esfuerzos por asociar el símbolo al cáliz de la Última Cena, el único Grial santo aceptado por Roma, la copa de José de Arimatea, la búsqueda del Grial y la Sangre Real de una posible descendencia mesiánica, fueron las versiones originales que identificaban el misterio con algo concreto. Y también las que en la actualidad gozan de más adeptos.
Este ha sido un auténtico triunfo de la historia medieval, si tenemos
en cuenta que la iglesia católica fue durante siglos el mayor poder político y mediático, y podía permitirse adoptar, transformar
o eliminar en su propio beneficio cualquier corriente o pensamiento que contradijera su doctrina religiosa.
La Divina Comedia de Dante Alighieri en París (1318), o las Elegías de Ovidio en Roma (1497) fueron algunas de las obras declaradas lecturas herejes y quemadas por la Inquisición. El sistema que los inquisidores dominicos utilizaban en caso de duda era infalible: la obra era arrojada a la hoguera. Si era consumida por el fuego, se confirmaba que se trataba de una lectura que contradecía los principios religiosos.
Si en cambio no se quemaba, podria tratarse incluso de una lectura sagrada.
El daño que han producido en la historia y literatura medieval es
irreparable, cientos de obras han desaparecido, las fuentes eran evangelios apócrifos, no canónicos, y en algunos relatos se abogaba por una relación directa de los hombres con Dios sin mediación de la iglesia, lo que bajo ningún concepto podía ser
aceptado por la Santa Sede infiltrada por masones y poder oscuro.
Sin embargo, aunque la iglesia católica oficial intentó por todos los
medios convertir al Santo Grial en el cáliz de la Última Cena,
resulta evidente que cuando aparecieron los primeros relatos no
era identificado con ese objeto sagrado. Nada más alejado de la
realidad. Su explicación sobre este enigma es, cuando menos,
interesante. Aunque lo que no deja de ser sorprendente de la versión religiosa es la ausencia de alusiones en la historia sobre algo llamado Santo Grial. La iglesia católica oficial jamás hizo alguna referencia de un supuesto objeto tan importante y venerado, ni para confirmar, ni para negar su existencia, hasta la aparición de las primeras historias. Ni una sola referencia. Realmente resulta insólito que desde la muerte de Jesucristo hasta la aparición de los primeros relatos «sólo» transcurrieran doce siglos, en los cuales no existe ningún dato histórico o referencia de la iglesia cristiana, fuente, documento de época, o alguna mínima alusión, que hable de un objeto tan sumamente importante para todo el cristianismo. A no ser, claro, que cuando aparecieron las primeras historias en Roma no tuvieran la más remota idea de lo que era y significaba.
La Santa Sede las ignoró por completo hasta que fueron muy
conocidas en todos los reinos cristianos. Tan pronto como se
popularizó la leyenda, y en Roma se dieron cuenta de lo perjudicial
que podía ser para sus propios intereses, comenzaría a divulgarse
por todo el orbe cristiano la versión del cáliz de la Última Cena. En poco tiempo la versión oficial adoptada por la iglesia
católica oficial se haría la más difundida, y sin conocer realmente su verdadero significado, comenzarían a aparecer multitud de cálices
que pretendían ser el único y verdadero. Desde ese momento, y
hasta finales del siglo XVIII, la historia y la evolución del enigma
ha intentado ser controlada y administrada según las doctrinas
religiosas.
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