EL SANTO GRIAL (PARTE III) La manipulación interesada del enigma
LOS ORÍGENES DEL SANTO GRIAL han sido muy estudiados y debatidos en este último siglo y medio. Aunque las primeras fuentes de época datan de finales del siglo XII, en la época de apogeo de poetas, juglares, trovadores, del código caballeresco y amor cortesano, algunos eruditos han hablado de sus orígenes y raíces celtas, otros de los bizantinos o judíos, o quienes hablan incluso de los egipcios.
Qué decir también de las manos intencionadas que han intentado
beneficiarse de este misterio. Varios han sido los sucesos y acontecimientos históricos que han servido para confundir, enturbiar y enmarañar la historia y la leyenda del Santo Grial.
La Santa Sede, la abadía de Glastonbury, los monjes cistercienses, escritores como Thomas Malory, o historiadores más actuales como Arthur J. Zuckerman y Andrew Sinclair, han conseguido enredar la historia del Grial hasta límites insospechados. Porque lo que importa no es descubrir su verdadero significado, sino intentar beneficiarse del misterio. Para la iglesia católica oficial, el único Santo Grial verdadero fue el cáliz del que bebieron Jesús y sus discípulos en la Última Cena. Según la leyenda de tradición
inglesa, también sería la copa en la que José de Arimatea recogió
algunas gotas de sangre de Jesucristo. Para muchos eruditos, el
enigma no escondería más que el secreto de un linaje descendiente de Jesucristo. Para aquellos a los que no convence, entre los que me incluyo, ninguna de estas corrientes, sería una búsqueda hacia la perfección interior: la búsqueda del Grial. Algunos investigadores han intentado buscar sus orígenes
en la mismísima ciudad de Troya. Otros han cometido errores muy
graves que han contribuido a enredar más, si cabe, el enigma. Todas las teorías tienen su fundamento, aunque algunos problemas en la investigación han favorecido que existan errores muy comunes y se haya mezclado todo entre sí. Amén de las teorías de algunos autores «alegres», que presentan como verdades históricas cosas que carecen de toda verosimilitud y razonamiento.
Objeto sagrado, símbolo de sabiduría, abundancia, garantía de salud y vida eterna. Un linaje sagrado descendiente directo de Jesucristo. Un verdadero enigma con muchas mentiras.
Surgen a su vera muchas obras literarias, y aqui empalmo con la tradiciòn de mi padre alemàn y mis memorias akashicas: el escritor WOLFRAM VON ESCHENBACH y el heroe Percival
SIN DUDA, NOS ENFRENTAMOS al autor más enigmático de la época medieval. Originario de Eschenbach, pequeño
pueblo cercano a la localidad de Ansbach, en la histórica región alemana de Baviera, realmente se conoce muy poco sobre él.
LAS FECHAS DE SU NACIMIENTO Y MUERTE son inciertas. La historia y la literatura comparada nos dicen que debió de vivir entre los años 170 y 1220, aunque los años de vida no pueden ser determinados con certeza absoluta a través de la cronología de sus obras. En todo caso debió morir después del fallecimiento de su mecenas Hermann de Thuringia (1217), ya que en su obra Willehalm alude al fatídico acontecimiento.
Los datos conocidos sobre su vida son, principalmente, los que él mismo nos ofrece a través de sus obras. Según se describe a sí mismo, se cree que era un caballero perteneciente a una familia bávara de la baja nobleza: «Propio de mi ser es el oficio de las armas…Si aspiro al amor de una noble dama, que mida su favor por el modo en que consigo el premio con el escudo y la lanza». Lo poco que se sabe con seguridad de él es que poseyó unos pequeños dominios en
Wildenberg, actual Wehlenberg, cerca de Ansbach. A partir del año 1200 estuvo varias veces en la corte de su mecenas, el landgrave Hermann de Thuringia.
Se cree que compuso su Parzival en el castillo de Wartburg, cuna de poetas y trovadores de la Alemania medieval. Sobre su muerte nada es seguro. Al parecer fue enterrado en la iglesia de Nuestra Señora de Eschenbach, donde su tumba podía ser vista hasta el siglo XVII, si bien esto nunca se pudo demostrar.
De todos los autores medievales, Wolfram von Eschenbach es, sin
duda, uno de los más importantes. Es conocido universalmente por
su narrativa en verso, de donde destacan principalmente la historia
del Grial Parzival y otros dos relatos inacabados titulados Willehalm y Titurel, composiciones todas muy alabadas en la época. Sin embargo, actualmente la fama de este escritor descansa sobre su célebre Parzival, la mayor historia griálica compuesta en territorio germano.
“Donde quiera que luchó, no lo dejó abandonado su corazón. Era como forjado de acero y consiguio en victoriosos combates muchos títulos de gloria. Saludo al héroe, a quien miraban dulces los ojos de las mujeres, cuyos corazones llenaba de añoranza, y quien cuidadosamente huía de toda mala acción.”
Parzival
La obra está considerada como una de las grandes obras de la literatura medieval y una de las historias originales del Santo Grial más oscura y misteriosa. Por su composición, estructura y originalidad, también está catalogada como una pieza única. Su estilo literario es rico y variado, tiene muchos toques de humor y algunas descripciones brillantes. El lenguaje utilizado algunas veces es claro y preciso en lo que quiere decir y describir, en cambio en otras es muy oscuro y misterioso, lo que también llega a desconcertar al lector. Sin duda, Wolfram von Eschenbach fue el escritor más original de su época.
Perceval, también conocido como Parzival o Parsifal es uno de los legendarios Caballeros de la Mesa Redonda del rey Arturo. En la literatura galesa su nombre es Peredur. Es famoso principalmente por su participación en la búsqueda del Santo Grial.
Hay muchas versiones del nacimiento de Perceval. En la mayoría de las fuentes es de cuna noble, siendo su padre bien el rey Pellinore, bien otro caballero respetable. Su madre no suele ser nombrada pero a veces desempeña un papel importante en las historias. Su hermana es la portadora del Santo Grial, y a veces se la llama Dindrane. En las historias en las que es hijo de Pellinore sus hermanos son Sir Tor, Sir Aglovale, Sir Lamorak y Sir Dornar.
Tras la muerte de su padre, la madre de Perceval le lleva a los bosques de Gales donde le cría a espaldas de las tareas propias de los hombres hasta los 15 años. Sin embargo, finalmente un grupo de caballeros atraviesa el bosque y Perceval queda impactado por su heroica apariencia. Queriendo convertirse en caballero, el muchacho viaja hasta la corte del rey Arturo, donde tras probar su valía como guerrero es investido caballero e invitado a unirse a los Caballeros de la Mesa Redonda.
Incluso en las historias más antiguas Perceval está relacionado con la búsqueda del Santo Grial. En Perceval, el Cuento del Grial de Chrétien de Troyes, se encuentra con el lisiado Rey Pescador y ve el Santo Grial, pero no logra hacer la pregunta que habría curado al herido monarca. Tras aprender de sus errores hace voto de volver a encontrar el castillo del Grial y completar la búsqueda.
En relatos posteriores, el auténtico héroe del Grial es Galahad, el hijo de Lanzarote. Pero aunque su papel en los romances parecía haber disminuido, Perceval siguió siendo un personaje importante y fue uno de los dos únicos caballeros (siendo el otro Bors) que acompañaban a Galahad al castillo del Grial y lograban completar la búsqueda.
Sir Galahad (a veces como Galaz; en galés: Gwalchavad) es un personaje ficticio, caballero de la Mesa Redonda del rey Arturo y uno de los tres que alcanzaron el Grial en las leyendas artúricas. Es el hijo bastardo de Sir Lanzarote y Elaine de Corbenic, y es reconocido por su gallardía y pureza. Él es quizás la encarnación caballeresca de Jesús en las leyendas artúricas. Su primera aparición es el ciclo Lanzarote-Grial, y su historia se toma en trabajos posteriores tales como el ciclo post-Vulgata y La muerte de Arturo de sir Thomas Malory.
La concepción de Galahad viene de cuando Elaine de Corbenic, hija del Rey del Grial Pelles, usa magia para engañar a Lanzarote para hacerle pensar que es Ginebra. Duermen juntos, pero al descubrir el engaño, Lanzarote la abandona y vuelve a la corte de Arturo. Galahad está al cuidado de su tía abuela, la abadesa de un convento de monjas, donde es criado. "Galahad" era el nombre original de Lanzarote, pero se lo habían cambiado cuando era todavía un niño. Merlín profetiza que Galahad sobrepasaría a su padre en valor y lograría alcanzar el santo Grial.
Al alcanzar la edad adulta, Galahad se reunió con su padre, quien lo convirtió en caballero. Es llevado a la corte de rey Arturo en Camelot durante Pentecostés. Sin darse cuenta del peligro en el que se ponía, sir Galahad caminó alrededor de la mesa redonda en medio de las festividades y tomó el Asiento peligroso. Este lugar había sido mantenido vacante sólo para la persona que lograra alcanzar el santo Grial; para cualquier otra persona que se sentara allí se mostraría inmediatamente fatal. Sir Galahad sobrevive al acontecimiento, atestiguado por el rey Arturo y sus caballeros. El rey entonces pide que el joven caballero realice una prueba que implica desempuñar una espada de una piedra. Este lo logra con facilidad, y el rey Arturo rápidamente proclama a sir Galahad como el caballero más grande del mundo. Es invitado prontamente a que se una a la Orden de la Mesa Redonda, y luego de una etérea visión del Grial, se fija la búsqueda para encontrarlo.
En La muerte de Arturo de Malory, el increíble valor y fortuna de Galahad en la búsqueda del santo Grial se remontan de su piedad. Según la leyenda, solamente los caballeros puros pueden llegar a alcanzar el Grial. Mientras que en un sentido general, esta "pureza" se refiere a la castidad, parece que Galahad había vivido una vida sin pecados, y como resultado, vive y piensa en un nivel enteramente diferentes que los otros caballeros de la leyenda.
A pesar de esto, y quizás debido a su naturaleza pura y libre de pecados, Galahad como personaje parece ser inhumano. Derrota a caballeros rivales aparentemente sin esfuerzo, habla poco con sus pares, y conduce a sus compañeros al Grial con una implacable determinación. De los tres que emprenden la búsqueda del Grial (Bors, Perceval, y Galahad), este último es quien termina alcanzándolo. Cuando lo hace, lo elevan al cielo como al patriarca bíblico Henoc o al profeta Elías, dejando a sus compañeros detrás.
En las versiones antiguas la amada de Perceval era Blancaflor y se convertía en rey de Carbonek tras curar al Rey Pescador, pero en versiones posteriores era un caballero célibe que moría antes de alcanzar el Grial. En la versión de Wolfram, el hijo de Perceval era Lohengrin, el caballero del cisne.
En la época moderna su historia ha sido usada en cierta variedad de reelaboraciones como el poema modernista de T. S. Eliot La tierra baldía, la ópera de Richard Wagner Parsifal, la película de John Boorman Excalibur y la novela y película The Natural.
Chrétien de Troyes escribió la primera historia de Perceval: Perceval, el Cuento del Grial. Otros famosos relatos de sus aventuras son Parzival de Wolfram von Eschenbach, La muerte de Arturo de Thomas Malory y el teórico Perceval de Robert de Boron.
AL LECTOR PROFANO EN LA HISTORIA DEL SANTO GRIAL quizá el nombre de Parzival no le resulte muy conocido. Sin embargo, si le hablamos de la ópera del famoso compositor Richard Wagner titulada Parsifal es muy posible que sí le suene algo. Wagner se inspiró en el Parzival para componer su célebre ópera. Según explicaba en una carta, había titulado así su obra pensando que el nombre de Parzival en realidad procedía del árabe.
El relato de Eschenbach narraba la historia de un joven de noble cuna que abandona a su madre para buscar el título de caballero.
Después de varias aventuras llega un castillo, en donde conoce al misterioso rey del Grial, también llamado rey Pescador, y tiene su primer contacto con el Grial. La misión de Parzival era curar al monarca de su enfermedad. El misterioso rey había recibido en un combate una lanzada en sus partes, y desde entonces se había convertido en un hombre tullido sin cura. Esta enfermedad era el origen de todos sus males.
Aunque el mismo escritor germano aseguraba en su historia:
«(…)quien desee que continúe, no tenga esta narración por un libro culto, pues no conozco las letras». Es una afirmación que no debe ser tomada en cuenta. Con su inconfundible lenguaje irónico, posiblemente era una jactancia más con la que sólo quería burlarse de otros autores contemporáneos. La realidad demuestra que su conocimiento era realmente extenso y variado. Conoce las obras de Hartmann von Aue, Gottfried von Strassburg, Heinrich von
Veldeke, Chrétien de Troyes, el Nibelungenlied, el Roman de Brut y debía tener unos mínimos conocimientos de astrología, medicina y literatura clásica. Los errores que aparecen en su obra eran muy comunes en la época, y también pueden atribuirse a la traducción del francés medieval. La ausencia de diccionarios ocasionaba irremediablemente la presencia de gran cantidad de faltas de ortografía a la hora de redactar cualquier tipo de manuscrito. Algunos eruditos han querido ver en esto el deseo de marcar rasgos estilísticos y producir efectos sonoros a la hora de recitar la historia en verso. Sin embargo, es difícil llegar a esta conjetura: de los cientos y cientos de manuscritos de la época medieval que he tenido la oportunidad de conocer, no hay uno solo de ellos que carezca de faltas: anales y crónicas de época, historias en prosa y verso, poemas, documentos sobre actos de juramento de fidelidad, donación o testamento. El escritor bávaro escribe de varias formas distintas muchas palabras y nombres propios: Anjou, Titurel, Gahmuret, Herzeloyde, Gawän o el castillo de Munsalwäesche. Es posible que él mismo no supiera si estaba escribiendo los nombres correctamente.
La traducción de las palabras del francés medieval, sin duda, pudo aumentar la dificultad: «Todo lo que él contó en francés, lo narraré yo en alemán, si no me abandona mi inteligencia».
Comments