HISTORIA DE LA PRESENCIA OCULTA Y FELIZ DE LAS MUJERES EN VENEZUELA"(XI). Roberto Lovera De Sola
TERCERA PARTE:EL SIGLO XX
1901: DESDE EL INICIO DEL SIGLO LA MUJER ACTUÓ Y SE EXPRESÓ
Sin embargo, con los antecedentes que antes hemos señalado, a poco de comenzar el siglo XX la mujer tomó su palabra y se expresó. Y lo hizo con la fuerza que encontramos en su escribir y más tarde en sus acciones. Primero a través de Virginia Gil de Hermoso(1857-1913) como, especialmente, desde que Teresa de la Parra(1889-1936) cuando escribió las suyas; momento en el cual ya estaban activas en el campo de la poesía tanto Enriqueta Arvelo Larriva(1886-1962) como Luisa del Valle Silva(1896-1962). A ellas las seguirán nuestras grandes poetas como Luz Machado(1916-1999), Ana Enriqueta Terán(1918-2017), Ida Gramcko(1924-1994) o Miyó Vestrini(1938-1991), Elena Vera(1939-1997), Hanni Ossott(1946-2002), Cecilia Ortiz(1951), Yolanda Pantín(1954), María Auxiliadora Alvarez(1956) o Alicia Torres(1960).
Al unísono vendrán las creadoras en la novela y en el cuento del espacio social dentro de nuestra narrativa. Figuras como Lucila Palacios(1902-1994), Antonia Palacios(1904-2001) o Gloria Stolk(1912-1979) no pueden ser soslayadas.
Ensayistas como Elisa Lerner(1932) o Carmen Mannarino(1936-2015). O dramaturgas como Mariela Romero(1951) o la ya citada Elisa Lerner. O nuestra pléyade de mujeres críticos como María Josefina Tejera(1930), María Fernanda Palacios(1945), Beatriz González Stephan, Susana Rotker(1954-2000), Verónica Jaffé o Luz Marina Rivas(1958). Todas ellas cultivando el género que mejor calza con su temperamento, nos muestran con sus obras lo fecundo del pensamiento y la imaginación femenina en nuestra literatura actual.
1907: VIRGINIA PEREIRA ALVAREZ INGRESA EN LA UNIVERSIDAD
La figura de Virginia Pereira Alvárez, nacida Ciudad Bolívar, en el actual Estado Bolívar, en 1888, es un nombre del cual no podemos dejar de lado. Fue hija del general Ismael Pereira Alvarez y de doña Hercilia de Pereira Alvarez. Ildefonao Leal(1932-2014), el profesor Augusto Germán Orihuela(1920-2001) y la investigadora Mirla Alcibiades(1953) han sido los pocos que la han estudiado[1]. Dice el maestro Leal: “Esta dama guayanesa fue la primera mujer que se graduó de profesora normalista en Venezuela y la primera también que se matriculó en la Facultad de Medicina de la UCV, donde aprobó los dos primeros años de carrera. Probablemente interrumpió sus estudios en Caracas por el cierre de la Universidad en 1912[por el presidente Gómez] y los contiuó en NuevA York hasta recibir la borla doctoral”. Fue según ello la primera mujer doctora uiversitaria. Y, desde luego, la primera guayanesa en obtener ese título.
De Concepción Acevedo de Tailhardt(1855-1953) y de Virginia Pereira Alvárez, anota Mirla Alcibíades que fueron “pioneras en la iniciativa de asumir el reto vocacional de ddicarse a cultivar profesiones que normalmente, habían sido reservadas para los hombres,,,Concepción Acevedo, logra consolidar una imagen reconocida[en el periodismo y] en la vida literaria venezolana del último tercio del siglo XIX; la otra Virginia Pereira Alvárez al convertirse en la primera mujer que ingresó como estudiante(1907) a la vida
[1] Ildefonso Leal: “La educación de la mujer en la época colonial venezolana”, en Ana Lucinda García Maldonado: La mujer en la historia de Venezuela. Caracas: Banco Central de Venezuela, 1995,p.179.220.. La cita procede de la p.210; Augusto Germán Orihuela: artículo en el diario El Nacional, Caracas; Mirla Alcibiades: Periodismo y literatura en Concepción Avavedo de Tailhardt,p.12-13.
universitaria, se imscribe en la lista de abanderadas en el area de la educación profesional”(p.12-13).
1908: VIRGINIA GIL DE HERMOSO
Entre el grupo de las mujeres escritoras de Coro estaba Virginia Gil de Hermoso(1857-1913), nuestra primera novelista, como ya lo hemos señalado, en obtener largo eco con sus novelas sentimentales, Sacrificios e Incurables, esta tuvo seis ediciones, con cuya lectura lloraron nuestras mujeres. Un ejemplar de Incurables lo encontramos en el escaparate de nuestra abuela paterna. Pero Virginia Gil de Hermoso también escribió El recluta, que quedó inédita al producirse su muerte, no llegó a ser publicada sino sesenta y tres años después de su deceso[1], de ella contamos hoy también con una cuidadosa edición preparada por Velia Bosch(1935-2016). De haberse impreso en sus días hubiera sido la primera novela social escrita por una mujer en el siglo XX. Trataba de un gran mal: la recluta durante las guerras civiles, que tanto daño hicieron al país. Al no imprirse El Recluta a poco de ser escrita fue que la visión de la pobreza y de sus aconteceres apareció por vez primera en 1924, en Ifigenia de Teresa de la Parra, en aquellos pasajes en que María Eugenia Alonso, su protagonista, le pide al inefable tío Pancho la llevé a conocer los sitios más pobres de aquella Caracas del gomecismo en que transcurre su celebrada novela.
1916: MERCEDES DE PEREZ FREITES
A comienzos del siglo pasado estuvo activa Mercedes Guevara Rojas de Pérez Freites(1885-1921), quien ya
[1] Viriginia Gil de Hermoso: Sacrificos. Barcelona: Toribio Tabermer,1908. X,313 p.; Incurables. Barcelona: La Vida Literaria,1915. 242 p.; El recluta. Caracas: Biblioteca de Autores y Temas falconisnos,1980. 191 p.; 2ª.ed. Estudio Preliminar: Velia Bosch. Caracas: Publicaciones Seleven,1981. 250 p.
publicada en el siglo XIX, como nos lo hizo ver María Eugenia Díaz, ella es la Mercedes Guevara Rojas que aparece en su libro[1]. Ella firmó sus libros con su apellido de casada, tal sus Versos[2], fue ella la madre de nuestra novelista y dirigente mujeril Ada Pérez Guevara(1905-1999), a quien nos referiremos más adelante.
A Mercedes Guevara de Pérez Freites le siguieron Clara Vivas Briceño(1898-1977), Enriqueta Arvelo Larriva(1901-1963), Luisa del Valle Silva(1896-1962), Ana Mercedes Pérez(1910-1994), Ada Pérez Guevara(1905-1996) y Pálmenes Yarza(1916-2007). En una antología, en este caso en la compilada por Otto De Sola(1908-1975)[3], podemos hacer un balance crítico certero ya que la obra ofrece varios poemas de cada una de ellas, quienes para aquel momento, habían publicado varios de sus libros. Y, claro está, después del grupo de poetas que aparecen en el Primer libro venezolano de literatura, ciencias y bellas artes(1895) a las cuales antes nos hemos referido, fueron las segundas mujeres cuyos textos fueron recogidos en una antología. La primera mujer, en ser antalogada en un centón, fue sor María de Los Angeles(1765-c1818), en el Parnaso venezolano(1892) de don Julio Calcaño.
Tampoco ninguna mujer aparece entre los miembros de una generación literaria, después del grupo de Coro(1890), hasta 1942. Sin embargo, ya para ese momento, transcurridos cuatro décadas del siglo XX, encontraremos un conjunto de poetas de honda significación para nuestro hacer literario, las cuales se habían expresado ya, al menos desde los años veinte, con largo aliento. Mencionamos aquí las más significativas: Enriqueta Arvelo Larriva, Luisa del Valle Silva, María Calcaño(1906-1956), Luz Machado(1916-1999), Pálmenes Yarza(1916-2007), Ana Enriqueta Terán(1918-2017), Ida Gramcko(1924-1994), Lucila Velásquez(1928-2009) y Miyó Vestrini(1938-1991).
[1] Maria Eugenia Díaz: Escritoras venezolanas del siglo XIX,p.587. [2] Mercedes de Pérez Freites: Versos. Caracas: Tip. Gutterberg, 1916. 133 p. [3] Otto De Sola: Antología de la moderna poesía venezolana. Caracas: Ministerio de Educación, 1940. 2 vols.; 2ª.ed. Caracas: Monte Ávila Editores,1984. 2 vols.
1918: FIN DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, APARECE EL GRAN CAMBIO MUJERIL EN EL MUNDO
Para entender los grandes procesos sociales de nuestro país es imposible desligarlos de su desarrollo internacional. Es el caso del sufragismo femenino, una de las consecuencias del proceso del feminismo, que, ya hemos señalado, aparecido en Inglaterra en 1792. A través de diversos avatares cobró impulso. Una de sus consecuencias fue la petición del voto para las mujeres. Ello tuvo su origen en la conferencia celebrada en Seneca Falls, estado de Nueva York, en los Estados Unidos, sesiones inauguradas el 19 de julio de 1848, año de gran conmoción política en Europa, desde la explosión de esos en los meses de enero y febrero, de ese año de un gran movimiento obrero, hubo protestas en Italia, Francia, Alemania, Austria y muy especialmente en los sucesos de París(junio 24-26,1848). Solo en tres países no hubo eco de aquella cosmosión: Inglaterra, España y Rusia. Fue también el momento en que Carlos Marx(1818-1883) y Federico Engels(1820-1895) lanzaron, en el mes de enero, el Manifiesto comunista, haciendo suyo el lema de Flora Tristan(1803-1844), la avanzada socialista utópica, “Proletarios del mundo uníos”[1]. Aquel suceder fue tan intenso, se hizo presente el socialismo en aquellas naciones, que en Caracas apraeció a poco una traducción castellana del libro de Alfphonse Lamartine(1790-1869) sobre aquel suceder[2]. Desde ese momento la frase inicial
[1] El eslogan, que muchos creen de Marx, se leía, en 1979, al pie de la estatua de Marx en Moscú, cuando la vimos. Hoy se lee, “Proletarios del mundo perdonadme por lo que os hice”, tal como nos relató el historiador Germán Carrera Damas después de un viaje a la Rusia de la perestroika. [2] Alphonse Lamartine: Historia de la Revolución de 1848. Traducida por un venezolano. Caracas: Imp. de Domingo Salazar,1853. 2 vols.
del Manifiesto comunista se hizo verdad: “Un fantasma recorre a Europa”[1].
Allá en Séneca Falls, bajo la convocatoria y liderazgo de Lucretia Mott y Elizabeth Cady Staton, se aprobaron una serie de decisiones contra la discriminación femenina, derecho a la propiedad por parte de ellas, modificación de las leyes del divorcio, libre elección de la profesión, libre acceso a todos los nivelas de educación por parte de las féminas. Decisión central de aquella reunión fue la petición del voto para las mujeres, con lo cual podemos indicar el movimiento sufragista se inició en Estados Unidos y más tarde se desarrolló en Europa.
De alli en adelante veremos como el vasto movimiento de las mujeres obtiene el voto. Así en Finlandia(1907) y Noruega(1913) por vez primera. Pero será un hecho decisivo tras el final de la Primera Guerra Mundial(1914-1918) cuando lo obtuvieron Hungría(1918) e Inglaterra(1918), país donde las sufragistas habían actuando constantemente desde hacía décadas, Luxenburgo (1919), Holanda(1919), España(1931), Francia (1944), Italia(1946), India(1947), Japón(1947), Israel(1948). En América Latina el primer país en obtenerlo fue el más avanzado: Uruguay(1927). Le siguieron Panamá(1941), Jamaica(1944), Venezuela (1946), consagrado, junto a los derechos politicos de la mujer, por la Constitución del año siguiente(1947), Argentina(1946), Chile(1949).
El hecho que la obtención del derecho al voto se haya presentado claramente terminada la Gran Guerra, explica
[1] Carlos Marx: Prefacio a la contruibución de la economía politica/Manifiesto del Partido Comunista. Caracas: Editorial Ateneo de Caracas,1980. 102 p. La cita procede de la p.41. Esta edición incluye el luminoso ensayo de Carlos Rangel: “Marx y los socialismos reales”(p.83-102), que junto con los estudios de Juan David García Bacca y su discípulo Ludovico Silva, es una de las mayores contribuciones a la comprensión del marxismo. Y demuestra que entre nosotros los mejores conocedores del marxismo no eran los militantes de PCV sino los estudiosos nos marxistas de aquel ideario.
el nuevo tiempo que comenzó a vivir la humanidad. Tal los cambios feministas que Winston Chuchill(1874-1965), el primer politico del siglo XX, escribió a su esposa:
“Creo que encontrarás muchas oportunidades en este nuevo mundo que se os abre a las mujeres y que encontrarás intereses que enriqueceran tu vida”[1].
Fue también, en 1919, en aquel momento, tras los acuerdos de París, que se inició uno de los períodos más intensos de la historia del siglo XX: fue la creadora primera postguerra(1918-1939) que solo cerró el inicio de la Segunda Guerra Mundial (septiembre 1,1939).
Ese proceso se había iniciado, dos años antes, con la Revolución Rusa, cuando los bolcheviques tomaron el poder en San Peterburgo, guiados por la estrategia de León Trostki(1879-1940). Ello sucedió el 25 de octubre de 1917, según el calenario ruso, que aun era el juliano. Ese día era 7 de noviembre en occidente, que se rige por el calendario gregoriano.
La guerra terminó con el Tratado de Versalles(junio 28,1919), momento en que ya el presidente norteamericano Woodrow Wilson(1856-1924), quien era politólogo, había divulgado sus ideas sobre el futuro del mundo en la exposición de sus 14 Puntos(enero 8,1918), una de cuyas consecuencias fue la creación de la la Sociedad de las Naciones(abril 18,1919), estos eran:
“1) la publicación de todos los tratados de paz; 2) libre navegación de las aguas internacionales; 3) libertad de comercio entre todas las naciones; 4) limitación garantizada de los armamentos; 5) regulación imparcial de todas las pretensiones comerciales; 6) evacuación de todo el territorio ruso y regulación de sus problemas internos; 7) evacuación y restablecimiento de la soberanía de Bélgica; 8) liberación de Francia y devolución de Alsacia-Lorena; 9)rectificación de las fronteras italianas; 10) independencia de los pueblos del imperio austro-húngaro; 11) evacuación de Rumania, Serbia y Montenegro, y libre aceso de Serbia al mar; 12) limitación del imperio otomano a Turquía; 13)creación de un estado polaco libre; 14) Fundación de la Sociedad de las Naciones”.
Fue entonces cuando apareció la jornada de trabajo de 8 horas; en 1921 fueron los primeros Juegos Olimpicos femeninos; en 1925, en España, la jurista Victoria Kent(1898-1987) fue la primera mujer en ser abogado defensora de un presidiario. Ella sería, seis años más tarde, una de las dos primeras diputadas que tuvo ese país, junto a Clara Campoamor(1888-1972). Fue esta última la que logró el establecimiento del voto femenino en España(1931) y al poco tiempo tuvo influencia en la legalización del divorcio(1932). La primera pareja en separarse lo hizo el mismo año, en las islas Canarias(septiembre 6,1932).
Fue aquel un tiempo cultural intenso y decisivo, en la novela aparecieron Franz Kafka(1883-1924) con razón considerado el mayor escritor del siglo XX; Marcel Proust(1871-1922) con quien culminó la novela del siglo XIX, abriendo su nuevo espacio; James Joyce(1882-1941); Tomas Mann(1875-1955); el norteamericano William Faulkner(1897-1962); el movimiento surealista con Andre Breton(1896-1966) a la cabeza; artistas como Max Ernest(1891-1976), músicos como Arnold Schonberg(1874-1951), creador de la música dodecafómica, Alan Berg(1885-1935); la escuela germana de la Baunhaus o mujeres destacadas como la bailarina Isadrora Duncan(1877-1927) o las actrices Sarah Bernard(1844-1923) o Elenora Duse(1858-1924). En el séptimo arte fue el tiempo de cine mudo, la hora estellar de Charles Chaplin(1899-1977), quien estrenó La Quimera de Oro en 1925.
En la vida politica si bien se hizo presente la figura de Gandhi(1869-1948) en la India, uno de los grandes benefactores de la humanidad.Se sembraron entonces
[1]La cita es de una carta(Paris: septiembre 12,1918) de Winston Churcill a su esposa Clementine Ogilvy Hozier, que él llamaba Clemie, que hemos hecho antes procede Geoffrey Best: Churchill. Barcelona: Ediciones B,2006. 486 p. La cita procede de la p.129.
las grandes semillas de la discordia entre las naciones al tomar el poder en Italia el Fascismo(1922) y en Alemania, el Nazismo(1933). Ya la dictadura soviética se había formado e incrementado, bajo el liderazgo de Stalin(1879-1953) en la URSS, sobre todo después de la muerte de Lenin(1871-1924).
Fue ese período, en el la mujer salió plenamente a trabajar, tuvo derechos en muchas legislaciones, cambió la moda, las faldas se acortaron, no es casual que en aquellos días haya aparecido Coco Chanel(1883-1971), la gran innovadora del traje femenino en el siglo XX.
Ya para esos años Venezuela estaba retrasada con relación con lo que sucedía en Europa y los Estados Unidos, país que tras su participación en la guerra había terminado siendo ya una potencia internacional.
En cambio en Venezuela, como la describe, el historiador Tomás Polanco Alcántara(1927-2002), se encontraba de espaldas al mundo de su tiempo, los pujantes años viente y treinta, en la mitad de los cuales fallecería el presidente Gómez. En aquel momento:
“algunos venezolanos si sabían lo que estaba pasando afuera, pero de haberse referido a esos temas quizá el intento no hubiera pasado de ser un monólogo, desde luego carente de interlocutor…Es razonable afirmar que en ese contraste, entre la agitación intelectual, política y social del mundo y la vida apacible de Gómez en Maracay, estaba el fondo de la tragedia venezolana. De haber vibrado Gómez, que era imposible, al ritmo del nuevo mundo, el destino del país hubiera sido bien distinto…Pero más grave fue que esa falta de sintonía personal de Gómez respecto al mundo, se hizo característica del grupo conductor del país”[1].
[1] Tomás Polanco Alcántara: Juan Vicente Gómez, aproximación a una biografía. Caracas: Academia Nacional de la Historia/Grijalbo, 1990.540 p. La cita procede de las p.294-295. Esta es uno de los cinco grandes libros consagados a este personaje, esencial para la comprensión de la Venezuela contemporánea. Los otros son los de Domingo Alberto Rangel:Gómez, el amo del poder(1975): Ramón J,Velásquez: Confidencias imaginarias de Juan Vicente Gómez(1979); el de Polanco: Juan Vicente Gómez: aproximación a una biografia(1990); el de Manuel Caballero, Gómez, el tirano liberal(2002) y el de Jorge Olavaria: Gómez, un enigma histórico(2007). las grandes semillas de la discordia entre las naciones al tomar el poder en Italia el Fascismo(1922) y en Alemania, el Nazismo(1933). Ya la dictadura soviética se había formado e incrementado, bajo el liderazgo de Stalin(1879-1953) en la URSS, sobre todo después de la muerte de Lenin(1871-1924).
Fue ese período, en el la mujer salió plenamente a trabajar, tuvo derechos en muchas legislaciones, cambió la moda, las faldas se acortaron, no es casual que en aquellos días haya aparecido Coco Chanel(1883-1971), la gran innovadora del traje femenino en el siglo XX.
Ya para esos años Venezuela estaba retrasada con relación con lo que sucedía en Europa y los Estados Unidos, país que tras su participación en la guerra había terminado siendo ya una potencia internacional.
En cambio en Venezuela, como la describe, el historiador Tomás Polanco Alcántara(1927-2002), se encontraba de espaldas al mundo de su tiempo, los pujantes años viente y treinta, en la mitad de los cuales fallecería el presidente Gómez. En aquel momento:
“algunos venezolanos si sabían lo que estaba pasando afuera, pero de haberse referido a esos temas quizá el intento no hubiera pasado de ser un monólogo, desde luego carente de interlocutor…Es razonable afirmar que en ese contraste, entre la agitación intelectual, política y social del mundo y la vida apacible de Gómez en Maracay, estaba el fondo de la tragedia venezolana. De haber vibrado Gómez, que era imposible, al ritmo del nuevo mundo, el destino del país hubiera sido bien distinto…Pero más grave fue que esa falta de sintonía personal de Gómez respecto al mundo, se hizo característica del grupo conductor del país”[1].
[1] Tomás Polanco Alcántara: Juan Vicente Gómez, aproximación a una biografía. Caracas: Academia Nacional de la Historia/Grijalbo, 1990.540 p. La cita procede de las p.294-295. Esta es uno de los cinco grandes libros consagados a este personaje, esencial para la comprensión de la Venezuela contemporánea. Los otros son los de Domingo Alberto Rangel:Gómez, el amo del poder(1975): Ramón J,Velásquez: Confidencias imaginarias de Juan Vicente Gómez(1979); el de Polanco: Juan Vicente Gómez: aproximación a una biografia(1990); el de Manuel Caballero, Gómez, el tirano liberal(2002) y el de Jorge Olavaria: Gómez, un enigma histórico(2007).
Todas las informaciones que hemos dado nos explican que ya en aquellos años, pese a vivir Venezuela bajo la férula de Gómez, las mujeres comenzaran a prepararse para hacerse presentes en la vida de la nación. Ello explica, como ahora lo veremos, que la primera vez que se usó aquí la palabra “feminista” fue en 1920, a meses de la firma del Tratado de Versalles, el cual abrió, un nuevo período en la historia universal.
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