OBSERVACIONES A LA SERIE “BOLIVAR”, DE NETFLIX. II PARTE,1822-1824.. ROBERTO LOVERA DE-SOLA
Al abrir se hace necesario pedir a los autores de series históricas
respetar la historia y enseñarla a través de las imágenes del cine y de
la televisión con certeza, mostrando realmente lo que sucedió.
Debemos comenzar por reiterar los graves errores históricos que
aparecen en la serie Bolívar, de la productora Netflix, tantos que la
serie pierde su sentido histórico y además adolece del sentido
educativo que debe tener todo programa de televisión, máxime en este
caso en que se pretende mostrar la historia de la independencia de
Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y la fundación de Bolivia. Parte
muy especial en los graves dislates que se ven en la serie son
responsabilidad de Juana Uribe, su principal guionista y a sus co-
redactores, todos los cuales por no conocer la historia de Bolívar con
la precisión que aquello requiere, es por lo que cometen, paso a paso,
los diversos errores que vemos en a serie. Los guionistas no se dan
cuenta en muchos momentos lo que es una serie histórica y como
debe desarrollarse, respetando los fueros de la historia. Hay pasajes
que la serie se transforma en una telenovela, dado que los guionistas
lo que hacen es usar la imaginación a la hora de escribirla y así
observan el suceder del pasado tal como ellos se lo imaginan. Este el
origen de todo lo malo que se ve en ella, se basa en que quienes la
escribieron no estudiaron la amplia documentación sobre Bolívar que
existe, las muchas magníficas interpretaciones sobre él y su tiempo
que existen, más de 300 obras, de conjunto o monográficas de ciertos
puntos de su vida y acción. Y de la presencia de aquellos que
participaron junto a él en su acción, especialmente desde el año 1813,
año en que se inició su carrera pública hasta su deceso en San Pedro
Alejandrino, lugar cercano a Santa Marta, Colombia, lugar que visitarlo
sobrecoge el ánimo de sus visitantes, mas si nacieron en los países
por él emancipados, suceder que casi todos conocen desde los
bancos de la escuela primaria, cosa que para nada conocen los que la
escribieron.
Aquí tratamos aquí el año 1824, decisivo en la acción de Bolívar,
decisivo en su acción, desde su paso por Pativilca hasta en los días,
del mismo año, que sucedieron a la victoria del general Antonio José
de Sucre(1795-1830) en Ayacucho(diciembre 9).
Siguen los numerosos errores históricos de este decisivo año que se
nos han presentado al seguir la serie, esta para quienes amamos la
historia se nos presenta casi siempre como un martirio, no como un
placer al verla.
BOGOTA
Se hace necesario examinar correctamente la personalidad y acción
del general Francisco de Paula Santander(1792-1840), como lo
sugerimos en la primera parte de este trabajo. Al igual con los sucesos
llevados a cabo en Bogotá. Santander, pese a todo lo que se ve en la
serie, que veces parece una diatriba contra él, fue el creador
administrativo de la Gran Colombia y la persona a quien se debió, por
su apoyo a la lucha, la libertad de Venezuela, la Nueva Granada,
Ecuador y Perú. Pese a su particular personalidad no fue una persona
tan mala como se la presenta para el proceso de la libertad
latinoamericana. Pero mas tarde perdió el norte, pesaron en él los
demasiado años en el poder, se enfrentó al Libertador y llegó estar
presente en el tejido de la conspiración para asesinarlo. Por ello fue
detenido, juzgado y condenado a muerte, de la pena capital lo salvó la
magnanimidad del Libertador quien lo expulsó de la Gran Colombia,
razón por la cual el día del fallecimiento de Bolívar se encontraba en
Italia, en Florencia para ser precisos. Se cumplió en él lo dicho por el
Libertador en su oración de Angostura(febrero 15,1819):
”La continuidad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los
gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones sin esenciales en los sistemas
populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en
un ciudadano el poder: el pueblo se acostumbra a obedecerlo, y el se acostumbra
a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la
garantía de la libertad republicana y nuestros ciudadanos deben tener con sobrada
justicia que el mismo magistrado que los ha mandado mucho tiempo, los mande
perpetuamente” (Escritos,t.XV,p.7) 1
Y por ello también Santander contribuyó a la consolidación del
caudillismo, al igual que Páez en Venezuela y Juan José Flores(1800-
1864), también venezolano, en el Ecuador.
Con el permiso dado por el congreso bogotano(agosto 2,1823) para
dirigir la guerra fuera de las fronteras del país, que se cerraba en la
frontera sur del Ecuador, hay una confusión en la serie. El primer
permiso le fue otorgado por el Congreso de Cúcuta(octubre 9,1821).
Este le fue retirado, en acto inicuo, el 8 de julio de 1824, la decisión
fue recibida por Bolívar varios meses después(octubre 24,1824), este
la acató, como siempre lo hizo con las leyes y decisiones del gobierno
central de la Gran Colombia. Faltaban apenas algunas semanas para
la batalla de Ayacucho(diciembre 9,1824). Bolívar puso
inmediatamente el ejército en las manos de Sucre y se retiró a Lima.
Sin embargo, el propio ejército protestó de aquella medida sin sentido,
impulsada por el general Santander y los logros militares hasta ese
momento no se podían perder, pese a la falta de atención que desde
Bogotá había tenido Santander para con las tropas que mandaba
Bolivar.
Toda aquella grave y mal intencionada decisión, contra la cual el
propio ejército protestó, requiere algunas observaciones.
El alejamiento primero y la ruptura después de las relaciones entre
Bolívar y Santander fueron consecuencia de la decisión de privar a
Bolívar del mando de las tropas fuera del territorio de la nación, las
que tenía desde 1821. Las relaciones entre ambos se venían agriando
desde muy atrás, incluso podemos señalar que esto ya estaba
sucediendo en 1824, antes de las batallas de Junin(agosto 6) y
Ayacucho (diciembre 9) y que es evidente en la correspondencia del
Libertador. A ello contribuyó, a nuestro personal entender, también la
decisión del congreso bogotano de prohibir al Libertador mandar el
ejército fuera de las fronteras(julio 28,1824) de la Gran Colombia,
decisión que Bolívar recibió meses más tarde(octubre 24),
exactamente cuarenta y cinco días antes de la batalla de Ayacucho. El
Libertador la acató en el acto porque siempre fue respetuoso de las leyes,
por ello si bien ya había puesto el ejército en manos del general
Antonio José de Sucre(1795-1830) para irse él a liberar a
Lima(octubre 6) le entregó plenamente el mando aquel mismo 24 de
octubre, por ello fue que Sucre dirigió las tropas patriotas en la pampa
de Quinua, donde se llevó a cabo, victoriosamente, el combate de
Ayacucho. Aquel día al recibir las espadas de los jefes españoles
vencidos pronunció Sucre sus palabras “Gloria al vencedor, honor al
vencido”, que es la síntesis de lo que pensaba de la justicia.
Pero el Libertador debió comprender, aunque no lo haya dicho, ni
siquiera al propio Santander, que la mano del vicepresidente estaba
metida en la decisión parlamentaria que le impidió culminar, con su
propia espada en la mano, la independencia completa de
Hispanoamérica. De meses antes se puede datar sus desavenencias
con Santander. Todavía el 10 de febrero de 1824 lo llama
“amigo”(Escritos,t.XXVII,p.435) y así sigue, pero desde el 9 de abril le
deja de escribir hasta el 10 de noviembre, en ese momento ya ha
recibido la decisión del congreso bogotano, y la misiva de ese día, a la
cual nos referimos, tomándolas de las sus Cartas. En esa epístola dice
a Santander, a quien llama “mi querido general”:
”He vuelto de mi campaña con demasiada fortuna; pero sin un suceso decisivo por
falta de un número suficiente de tropas. Por no repetir a Ud. esto, que tantas
veces he dicho, que tanto ha molestado a Ud., es que no he escrito en muchos
meses; pues yo sabía que no adelantaba nada y ambos nos molestábamos
inútilmente”(Cartas,t.IV,p.195-196).
Las palabras subrayadas lo fueron por el propio Libertador. Pero subraya otra vez
casi al final:
”Concluiré mi carta…diciendo a Ud. que ya no tengo de Colombia más que la
escarapela y el corazón; que terminada la guerra del Perú, me voy de América;
que no pienso volver más a Colombia y que Ud. inste al senado para que nombre
un nuevo presidente; para que el pueblo no piense en mí en las próximas
elecciones. Así la elección del pueblo será más acertada, y ella deberá recaer en
uno de aquellos jefes que mejor haya servido a la república y más consagración
hayan mostrado a la leyes 2 . Por mi parte, confieso muy sinceramente que,
acostumbrado a mandar como militar, nunca podré acertar una carrera civil. Por
supuesto, que terminada la guerra no hay poder bastante en la tierra para
hacerme mandar a nadie; este sentimiento es en mi muy antiguo, y cada día se
renueva…Adiós mi querido general, reciba Ud. el corazón de su amigo.
Bolívar”(Cartas,t.IV,p.199).
Bolívar en aquel momento, pese a sus expresiones de amistad, había
sentido plenamente el puñal que le había clavado el congreso de
Bogotá, sabía que impulsado por Santander.
Estaba en aquel momento terminando el año 1824, faltaba apenas un
mes para la victoria patriota en Ayacucho. La correspondencia con
Santander siguió ampliamente en los tres años siguientes más en un
momento dado ya Bolívar dejó de tratarlo como su confidente y sólo le
rendía informes de lo sucedido cumpliendo así con su oficio de
presidente. Así pasó todo 1825 y el 14 de noviembre de 1826 pudo
experimentar Bolívar el frío recibimiento, más protocolar que otra cosa,
que Santander le dio al llegar a las puertas de Bogotá en aquel año
tan grave: Venezuela toda estaba en pie en contra del poder central,
La Cosiata(abril 17-diciembre 31,1826) se desarrollaba. Fue por ello
que el 16 de marzo de 1827, desde Caracas, le pidió a Santander que
no volviera a escribirle(Cartas,t.V,p.414).Las relaciones estaban rotas,
eran sólo escombros. Y para siempre.
Es por ello que si bien Manuelita, como escribe Karl Krispín 3 , fue
imprudente no fue ella la culpable del alejamiento de Bolívar de
Santander. Este fue complejo proceso, lejano varios años al día de
aquella fiesta desgraciada, del acto sin sentido, seguramente en algún
día de julio de 1828, por el cual el general José María Córdova(1799-
1829) protestó ante el propio Libertador. Fue en su respuesta días
después a aquel alto oficial que Bolívar llamó a Manuelita “Amable
loca”(Cartas, t.VI, p.396).
Lo hecho en la fiesta fue una imprudencia política de Manuelita sólo
explicable por la idolatría que ella sentía hacia el Libertador. Un
fanatismo que no volvió a aparecer en la historia latinoamericana
hasta que se hizo presente Evita Perón(1919-1952) en la escena
Argentina, así la denomina el historiador platense Félix Luna(1925-
2009) 4 . Evita también amó así a su general Juan Domingo
Perón(1895-1974).
Lo único que disculpa a Manuelita, ella había llegado a Bogotá tras el
Libertador en el año nuevo de 1827 o en los primeros días de 1828,
ella era además de amante, compañera y pareja de Bolívar desde
1822, y siempre mujer política, era el hecho de que ella siempre
estaba enterada de lo que se hablaba y se preparaba contra el
Libertador: le había advertido que su vida corría peligro. El Caraqueño
no le hizo caso. Y ella hizo otras escenas parecidas, sobre todo en
otra fiesta en donde se pensaba asesinar a Bolívar y este se presentó
y ella dio otro espectáculo que tanto molestó al Libertador que se retiró
del festejo. Esto era lo que Manuelita deseaba para poder protegerlo.
Y las preocupaciones y angustias de Manuelita, quien siempre estuvo
en conocimiento de lo que tramaba, se hicieron verdad la noche del 25
de septiembre de 1828. Y fue ella quien salvó al Libertador al
convencerlo primero que no se enfrentará a aquellos, que aunque eran
oficiales y varios civiles, eran unos delincuentes, capitaneados por el
delirante coronel Pedro Carujo(1800-1836). Y ayudó a Bolívar a huir
por una ventana del palacio y se enfrentó valientemente con los
conspiradores, incluso a riesgo de su vida, con lo cual no sólo salvó a
Bolívar sino que salvó a Venezuela de que uno de sus ciudadanos, así
fuera un psicópata como Carujo 5 , nacido en Barcelona, hubiera dado
muerte al creador de la nación y a quien esta debía su independencia
y libertad. O como bien señaló el doctor Vicente Lecuna(1870-
1954):”Su serenidad y valor ahorraron a nuestra patria la vergüenza
del asesinato del héroe” 6 .
Otro hecho relacionado con Santander fue su polemica con el
precursor de la emancipación de su país don Antonio Nariño(1765-
1823), una persona de la primera promoción de los padres
libertadores, contemporáneo con don Francisco de Miranda, sobre
quien todo lo que se dice de él no tiene sentido. Nariño fue muy
apreciado por el Libertador.
LA DICTADURA EN PERU
La confusa discusión del Congreso de Bogotá, no se distingue en la
serie si la sesión fue en la cámara del senado o en la de diputados,
sobre la dictadura otorgada por el Perú al Libertador para que lograra
la independencia(febrero 10,1824), requiere algunas observaciones,
esta posición de Bolivar para nada alteraba el hecho de ser
presidente de la Gran Colombia. Esto nos lleva a responder a la
pregunta sobre las dictaduras de Bolívar. Respondemos que ese
asunto tiene varios matices que no hay que olvidar.
LA PRIMERA: 1813
Fue en 1813, cuando se inició plenamente la carrera pública de
Bolívar, tras la Campaña Admirable, él era el jefe supremo de las
tropas patriotas del centro y occidente de Venezuela. De las orientales
lo era el general Santiago Mariño(1788-1854). En 1814, en La Victoria,
fue el primer encuentro entre ambos. Un muy joven Antonio José de
Sucre(1795-1830), tenía 19 años, estuvo presente. Ahora bien,
cuando Bolívar(no sería el Libertador hasta el 14 de octubre de ese
año) entró en Caracas el 6 de agosto de 1813 era el Jefe Supremo.
Era desde luego un dictador, pero sui géneris porque teniendo todo el
poder que la daban las armas. sin embargo, inmediatamente convocó,
cosa no propiamente exacta en un dictador, a todos los hombres mejor
capacitados para que le asesoran sobre el tipo de régimen que
convendría establecer en aquellas horas de plena guerra, eran las
horas de la Guerra a Muerte. Altísimas figuras contestaron, él dio
orden de publicar en la Gaceta de Caracas, el único periódico que
había, cada una de estas opiniones, algunas, como la de Francisco
Javier Ustariz(1772-1814) y Miguel José Sanz(1756-1814), fueron
publicadas en folletos. También el prócer Fernando Peñalver(1765-
1837) opinó verbalmente. La República se deshizo a los pocos meses.
Tras la Expedición de Los Cayos, en Margarita, en 1816, fue otra vez
nombrado Bolíavr Jefe Supremo. Cargo que ostentó hasta la
inauguración, tres años más tarde, del Congreso de Angostura(febrero
15,1819). No fue un dictador en esos años, fue aquello más bien,
como dice Augusto Mijares(1807-1979), el régimen de los caudillos.
Aunque Bolívar siempre fue el anti-caudillo y quien vaticinó la
aparición del caudillismo, en carta a don Pedro Gual(Guanare:mayo
24,1821). Ante el Congreso de Angostura entregó el mando. Fue, al
día siguiente, nombrado Presidente, por elección de los diputados. Y
ratificado presidente, ahora de la Gran Colomboa, por el Congreso
Cúcuta. El fue, desde luego, el centro del poder, pero siempre un
gobernante que escuchaba, como lo prueban multitud de sus
documentos, más de 12.000 hasta finales de 1825.
LA SEGUNDA DICTADURA: 1824.1825
Dictador si fue en dos oportunidades mas. La primera en 1824-1825
en Perú, nombrado por el congreso de ese país para lograr la
independencia, logrado aquello retornó inmediatamente el mando a la
representación nacional. Fue presidente de este país hasta cuando en
1826 volvió a Bogotá.
LA TERCERA DICTADURA
Volvió ser dictador, otra vez como dictador de un gobierno de
emergencia, como lo había sido en Perú, dictadura en el sentido
romano del término, entre 1828-1830. Lo hizo para salvar la
Independencia, tras el fracaso de la Convención de Ocaña(abril 9-junio
18,1828). Esa última dictadura fue muy distinta a las tradicionales
latinoamericanas, cuya fecha final nunca se conoce. En cambio en la
dictadura de Bolívar de 1828-1830, se conoció, desde el primer
momento, cuando terminaría: al instalarse el Congreso Admirable de
1830. Y Bolívar cumplió su palabra al abrir el Congreso Admirable, con
un fundamental mensaje. Y ante este Congreso, días mas tarde,
renunció a la presidencia de la Gran Colombia y se retiró.
Esta es, en apretada síntesis, la historia de las dictaduras de Bolívar,
podría pensarse que la de 1813-1814 lo fue también sino se tuviera en
cuenta su discurso, en la Iglesia de San Francisco, la mañana del 2 de
enero de 1814 donde claramente expresó:
“No es el despotismo militar el que puede hacer la felicidad de un pueblo...Huid del
país donde uno solo ejerza todos los poderes: es un país de esclavos. Vosotros
me tituláis Libertador de la República, yo nunca seré un opresor"(Escritos,t.VI,p.8-
9).
Estos que hemos tratado aquí, refutando lo que se ve en la serie
cuando se habla de la dictadura que Perú concedió al Libertador, son
estos temas graves, aparece siempre la mala interpretación, sobre
todo cuando se ve la historia como si estuviera sucediendo hoy, ahora,
en este instante. Se ha hecho muy popular hablar en la Venezuela
chavista y escuálida, ¡también existe el bolivarianismo escuálido!, tan
nefasto como el otro, se habla así de la historia sino conocerla,
creyendo que por haberla estudiado en bachillerato se la conoce,
cuando ella es toda una especialización intelectual.
MANUELITA
En el período que tocamos, siguiendo la serie, la mayor parte de las
acciones que se refieren a Manuelita en Quito, entre 1822-1823, quizá
también a principios de 1824. La relación se inició el 16 de junio de
1822 y siguió, prácticamente en los años que sucedieron, hasta la
muerte del Libertador. Se debe tener en cuenta para examinar la
relación entre ambos, como fue la vida de Bolívar quien hasta 1824
estuvo siempre montado en el carro de la guerra, y después, desde
ese mismo año, en el ejercicio de la presidencia, tanto del Perú como
de la Gran Colombia. La del Perú dejó de ejercerla en 1826. Si no se
tiene esto en cuenta no se comprenderá la relación entre ambos y no
podrá explicarse por qué Manuelita fue la mujer más importante de
todo el proceso emancipador. Para la comprensión de la vida de
ambos son muy interesantes las pocas cartas de ambos que han
llegado hasta nosotros, pero ellas son clarificadoras de los sucesos de
la vida de ambos 7 .
Ahora bien, lo vivido por Simón y Manuela no sucedió como se relata
en la serie. Durante sus días en Quito su esposo seguía en Lima, lo
cual ratifica una carta suya a su esposa(Lima: diciembre 11,1822) 8
.También indica Rumazo: ”Manuela, en cuyas manos encuentra dos o
mas cartas del doctor Thorne…le exige un inmediato retorno a Lima.
Probablemente han llegado a sus oídos ya los chismes de Quito” 9 y
así ella pudo encontrarse con el Libertador libremente, el primer
encuentro fue el 16 de junio de 1822, día de la llegada del Héroe a
Quito, cuando ya Manuelita era amiga de Antonio José de Sucre(1795-
1830) y Daniel Florencio O’Leary(1801-1854), así, especialmente
cuando estaba en Quito pudo encontrarse con Bolívar, lo mismo que
una hacienda cercana. Ella no estuvo en Guayaquil. En aquellos días
fue que nació el romance platónico entre Bolívar y la guayaquileña
Joaquina Garaicoa, relación que ya hemos tocado en la primera parte
de este escrito.
Desde luego, alrededor de 1823, o en algún momento de 1824, si
seguimos a sus dos magníficos biógrafos, Alfonso Rumazo
Gonzalez(1903-2002) y Victor von Hagen(1908-1985), pasó Manuelita
a Lima, en donde se encontró con el esposo, pero siguió viendo a
Bolívar. Pero en la serie vemos sobre todo esto tales invenciones que
es imposible creer lo que vemos. Son casi risibles aquellas cenas
dadas por mister Thorne al Libertador, de quien sabía era el amante
de su esposa, las celebrada en Quito, que aparece la serie de
televisión, es algo simplemente imposible porque Thorne estaba en
Lima, de lo cual hay constancia documental.
Fue en los días de Lima que comenzó Manuelita a ser secretaria del
Libertador, dice Rumazo 10 . Si esto fue así, no lo creemos, sólo seria
una secretaria privada, porque la Secretaria del Libertador existía
desde 1813, cuando él la creó en Caracas, al igual que su archivo, y
esta era servida, desde entonces, por sus oficiales, todos varones.
Siempre estuvieron junto a ella sus dos negras servidoras, quienes
estaban junto a ella desde su niñez: Jonatás y Nathan, de las cuales,
pese a ser tan importantes en la vida de Manuelita, sólo aparece en la
serie Jonatás.
Fue a finales de 1823, o en los primeros días de 1824, cuando Bolívar
viajó a Pativilca, situada en la costa del Pacífico, a unos 175 km al
norte de Lima, en donde ya estaba el 1 de enero y estaba enfermo.
Sobre esa enfermedad, la primera y más grave sufrida por el
Libertador en su vida, se haya en la serie un gravísimo dislate, con el
llamado doctor Moore, quien en la serie atiende al Libertador en Lima,
lo que es falso porque allí no se sintió enfermo sino en Pativilca. En
eso hay dos errores: primero que ese Moore que se dice no estaba en
Perú sino que era el nombre del ministro de los Estados Unidos ante
la Gran Colombia en 1829(Ver sus Cartas,t.VII,272, 534,580-581).
Algunos autores califican a Moore entre los médicos de Bolívar, sin
mas precisiones 11 .
El otro, Charles Moore, que si era médico era otra persona: fue
llamado para atender al Libertador en Santa Marta pero llegó tarde.
Bolívar ya había fallecido.
Mas adelante, ya el Libertador, en Perú, los guionistas, quienes no
conocen la historia de Bolívar como la deberían conocer quienes
escriben una serie histórica, cometen otro dislate. En Perú confunden
una enfermedad, la primera que sufrió el Libertador en su vida, ya que
él siempre fue persona de muy buena salud: la colocan en Lima en
donde no sucedió, ya que la pasó en Pativilca durante la campaña, allí
no lo atendió el doctor Moore sino el prócer panameño José Domingo
Espinar(1791-1865) quien era su secretario allí y quien era también
médico e ingeniero 12 . Fue el propio Libertador quien dijo entonces en
una carta:”Yo estoy solo con Espinar atendiendo a Colombia y al Perú,
a la guerra y a la política, a la hacienda y al gobierno”, según la cita
que hace el maestro Salcedo Bastardo(p.100).
Entre las múltiples cartas dictadas por el Libertador en Pativilca resalta
una especialmente: la enviada(enero 19,1824) a don Simón
Rodríguez(1769-1854) al saber que su querido maestro había
regresado a la Nueva Granada, esta ha sido llamada por la posteridad
la Carta de Pativilca, es una de las antológicas de toda su
correspondencia(Escritos,t.II,Vol.i,p.290-292). Otro hecho singular fue
la noticia que recibió y comunicó a Sucre(febrero 16,1824) que la
guerra había concluido en Venezuela con la toma de Puerto
Cabello(noviembre 8,1823) por el general Páez
(Escritos,t,XXVII,p.524).
MANUELITA NO PARTICIPÓ EN LA CAMPAÑA DE 1824
Pese a que así se diga en la serie, y se pretenda que así fue, ello por
un sentido del feminismo que es propio de nuestro tiempo y no de
aquellos días, aunque el feminismo fue fundado en 1792 por una
autora inglesa, Mary Woltonecraft(1759-1797) a través de su
Vindicación de los derechos de la mujer(1792).
Por lo tanto, las veces que se ve a Manuelita en los sucesos de la
campaña no sucedió, ni ella peleó ni en Junín(agosto 6), ni en
Ayacucho(diciembre 9). Estamos obligados a aclarar esto, dentro del
tejido de la vida de la quiteña, porque lo que se presenta en la serie es
una falacia histórica.
Durante el tiempo de la campaña peruana Manuelita estuvo en varios
lugares, después de haber salido de Lima. Luego en algunos
momentos de la marcha de las tropas ella está, acompaña a Bolívar.
Pero al producirse la batalla de Junín(agosto 6), anota Rumazo, “No
hay ningún documento que pruebe que estuvo en el sitio mismo de la
batalla que va a desarrollarse” 13 . Y tan no estuvo presente, ni peleó
en ella, ello se comprueba a través de una carta que le remitió(agosto
30,1824) el coronel Juan Santana(1804-1882), amigo suyo y
secretario de Bolívar, y que ella respondió así: ”tengo que decirle del
recibo de su carta del 24, la del 28 del presente[agosto], en que
oportunamente me comenta de los grandes esfuerzos realizados por
los patriotas en la victoria de Junín”. A confesión de parte, relevo de
pruebas 14 .
Lo segundo es que no tuvo Manuelita en la batalla de Ayacucho, y que
la carta de Sucre sobre el combate que la menciona es apócrifa,
inventada por un autor ecuatoriano de documentos falsos, Carlos
Álvarez Saa, que la incluyó en una obra en la cual son numerosos los
papeles apócrifos sobre Manuleita que él inventó 15 , entre ellos aquella
misiva en la cual Sucre dice a Bolívar que en la batalla: ”Se ha
destacado particularmente doña Manuela Saenz”(p.85). En esa carta,
es otra falsedad, Sucre pide a Bolivar nombre coronel a Manuelita. La
verdadera carta de Sucre, en donde no cita a Manuelita, ni a ninguna
otra mujer, está en el Archivo de Sucre, lo que nos hace certificar que
la inventada por Alvarez Saa es falsa 16
De los alrededores del pueblo de Quinua, muy cerca de donde se llevó
a cabo la batalla de Ayacucho, partió Manuelita junto al capitán
Alarcón, quien llevaba para el Libertador los documentos que daban
cuenta de la batalla. Partieron hacia Lima, ya que poco después
encontramos en Lima a Manuelita, tanto su marido como el Libertador
la esperaban.
LAS DOLENCIAS DEL LIBERTADOR
Hemos hablado antes de las dolencias del Libertador en 1824 en
Pativilca. Todo esto, para comprenderlo, requiere un estudio previo de
los malestares de salud sufridos por el Libertador a lo largo de su vida.
En esto la obra fundamental es la del galeno e historiador venezolano
doctor Oscar Beaujon(1914-1990) El Libertador enfermo, con tres
ediciones(1963,1968, 1980), la última es la que hemos tenido a la
vista 17 .
Y habría que examinar también cual fue la actitud de Bolívar ante los
médicos y la medicina, que siempre rechazó, era algo que había
bebido en Juan Jacobo Rousseau(1712-1778) y en su maestro don
Simón Rodríguez(1769-1854), hecho este que se puede seguir
claramente en su correspondencia, por ejemplo, en la de 1830. El
único médico que no rechazó el Libertador fue el doctor Alejandro
Prospero Reverend(1796-1881), su último médico, pues era un galeno
humanista que supo llegar a su corazón, a su alma, tanto
fisiológicamente como psicológicamente. Una de las mejores síntesis
la tenemos de esa relación es este diálogo del Libertador con
Reverend en San Pedro Alejandrino:
“Una vez, que estábamos solos de repente me preguntó: ¿[Bolivar]:y Ud. que vino
a buscar en estas tierras?.[Reverend]: la libertad.[Bolivar]: “Y Ud.la encontró?:
[Reverend]: si, mi general;[Bolívar]: Usted es mas afortunado que yo, pues todavía
no la he encontrado” 18 .
Desde luego el no haber encontrado la libertad, para nosotros la explica, la grande depresión que vivía, causada por la enfermedad que padecía, la tuberculosis.
Reiteramos que el Libertador, como nos lo han enseñado los mejores estudios médicos, tuvo una magnifica salud, a veces se le presentaron breves dolencias, que Beaujon registra una tras otra, tomándolas de su epistolario. Su mas grave momento fue el sucedido en Pativilca(enero 1-marzo 2,1824). De allí en adelante casi siempre tuvo buena salud, ello hasta 1828 cuando se le presentó la gran crisis de salud de la cual falleció dos años mas tarde. En 1829 llegó a sentirse tan mal, durante su viaje a Ecuador, que él mismo vaticinó que moriría dentro de tres años: solo resistió uno más. En Ecuador volvió a aparecer José Domingo Espinar(1791-1865), el panameño era su secretario y se ocupó de su salud como médico hasta el regreso de Bolívar a Bogotá muy enfermo a comienzos de 1830.
La siguiente grave enfermedad se presentó en 1828, tuvo especial presencia durante su viaje a Ecuador, al que ya hemos mencionado. Cuando se analiza aquel viaje comprendemos es que este no debió hacerlo el Libertador dado su estado de salud, máxime que no lo hizo por mar, desde el puerto de San Buenaventura en la Nueva Granada hasta Guayaquil, sino que lo realizó por tierra en las habituales mulas, cuando llegó a Quito estaba muy golpeado y en crisis pasó los meses siguientes que estuvo en Guayaquil y sus cercanías. En adelante ya no se mejoró completamente hasta su deceso. producto de una fuerte gripe que le dio tras un desafío con su tenientes en aguas del Orinoco y por el vaticinio de lo que sería el futuro que esa noche planteó en estado febril; en Loja(1822) no tuvo un delirio sino que dictó su bello poema en prosa Mi delirio sobre el Chimborazo, que es fundamentalmente un texto político; el de Pativilca(1824), cerca de la costa, ante Joaquin Mosquera(1787-1878)
LOS DELIRIOS DE BOLÍVAR
¿Tuvo Bolívar delirios?. Vale esto preguntarse ante un diálogo que escuchamos en la serie. Los que se anotan en su historia no fueron psicológicos sino mas bien políticos: en Casacoima, en 1817, producto de una fuerte gripe que le dio tras un desafío con su tenientes en aguas del Orinoco y por el vaticinio de lo que sería el futuro que esa noche planteó en estado febril; en Loja(1822) no tuvo un delirio sino que dictó su bello poema en prosa Mi delirio sobre el Chimborazo, que es fundamentalmente un texto político; el de Pativilca(1824), cerca de la costa, ante Joaquin Mosquera(1787-1878), cuando le dijo que no esperaba hacer otra cosa que triunfar, lo que fue la confesión de su decisión cuando estaba por comenzar la victoriosa campaña del Perú, cuyos hitos, tras pasar la Cordillera Blanca, fueron las victorias de Junín y Ayacucho.Es posible que algunos consideren “delirio” su discurso(Proclamas,p.314) al subir al monte Potosí, en Bolivia(octubre 26,1825) que, en verdad, fue la confesión de haber cumplido el Juramento de Roma(agosto 15,1805). Y pocos son aquellos que juran y logran hacer verdad su juramento. Aquella mañana, en Potosí, a su lado estaba su querido maestro don Simón Rodríguez(1769-1854) quien lo había acompañado en Roma el día del juramento. Fernando Rodríguez del Toro(1772-1822), el tercero de los presentes, había fallecido como consecuencia de las heridas recibidas en el campo de batalla.
MUJERES EN EL EJÉRCITO
No habían en aquella época mujeres en el ejército, ni oficiales mujeres. Quienes han llamado, en nuestro tiempo, a Manuelita “la coronela” lo que decían era una fantasía de la imaginación, así se escucha en la película sobre Manuelita de Diego Rísquez, escrita por Leonardo Padrón, que es, salvo algunos breves momentos, fiel a la historia. Y desde luego no se conocieron mujeres que pelearon en las tropas patriotas. Las mujeres que seguían a las tropas eran las que cocinaban o eran las esposas de algunos soldados, ellas andaban tras ellos. No fue hasta el siglo XX cuando encontramos en la historia de Venezuela, por ejemplo, la primera coronela, Corina Cárdenas(1872-1951), ascenso que le fue otorgado por el presidente Joaquín Crespo(1841-1898) el 24 de marzo de 1893, ella también era enfermera, esta fue ascendiendo en los grados militares, por lo tanto fue una oficial de carrera.
EL MARISCAL SUCRE
Sucre es necesario verlo tal fue. No estuvo en Pativilca sino que el Libertador se comunicaba con él a través de constante correspondencia, casi siempre cartas, que conocemos. En 1823 había pasado al Perú y participó en la campaña libertadora de esa nación, que conducía el Libertador. Actuó en las batallas de Junín y Ayacucho, luego se dirigió al Alto Perú derrotando las tropas españolas. Luego impulsó a aquella región a declararse independiente y formar una nueva república a la que se puso por nombre el del Libertador. Sucre no regresó a la Gran Colombia sino después de su renuncia a la presidencia de Bolivia cuando se trasladó a Quito(1828). Le restaban dos años de vida antes de ser asesinado.
TRAS AYACUCHO
Lo que hemos visto en la serie sucedido en 1824 es incierto. Primero los guionistas perdieron la oportunidad de contar lo sucedido al Libertador cuando el 21 de diciembre de 1824 recibió la noticia de la victoria de Sucre en Ayacucho, traída hasta Lima por el capitán Alarcón, de lo sucedido en aquel momento tenemos el testimonio de uno de los presentes aquella tarde, lastimosamente no tenido en cuenta en la serie, que es la sigue:
“El dictador al leer la carta de Santa Cruz, se deshizo al punto de la casaca militar y del sable,y, al arrojarlos al suelo, dijo en alta voz que nunca más volveria a usarlos, Entonces tuvo lugar una escena de locura, pues, sin decir a nadie lo que ocurría, por no permitírselo la intensa emoción, apuñó la carta en sus manos y se dio a bailar solo por el salón dando gritos de ¡Victoria!...¡Victoria!”. Sus edecanes, sus amigos le rodearon; y al tratar de calmarle para volverle a la razón inquirieron de él la causa de tamaña cosa. Tembloroza la voz, les dijo que Sucre habia destruido al ejército del virrey y mandó a circular la noticia por todas partes, repitar las campanas de los templos, quemar fuegos de artificio, declarar la ciudad en fiesta triunfal, y servir vino de champaña, que se dice, corrió a mares por los salones de Palacio. Agréguese que él siempre sobrio, fue el primero en excederse en la libación del espumante vino”.
Leído esto, se comprende el gran momento perdido por los guionistas de la serie al narrar aquella grande hora. Desgraciadamente, como siempre lo hacen a lo largo de la serie, estos guionistas no conocen los pormenores de la historia de Bolívar, ni los papeles que dan cuenta de su periplo, y perdieron el gran momento de contar aquello tal cual sucedió. Lo que se ve es un parco relato, negándose la verdad de lo sucedido a los televidentes.
La forma como aquel importante documento llegó a manos del Libertador también lo conocemos, y de ello nada se dice en la serie. Fue así, según lo relata el historiador Carlos A.Villanueva:
”Ocurría efectivamente…que a las cinco de la tarde, de aquel 18[de diciembre, la batalla había sido el 9], llegaba[a Lima] el coronel Correa con la noticia de la victoria de Ayacucho, trasmitida por el general[Andrés de]Santa Cruz(1792-1865), quien la tenía del cura de Pancarbambo, comunicada por derrotados españoles llegados a este sitio. Sucre la había comunicado a Bolívar por medio de tres oficiales despachados al mismo tiempo por tres vías diferentes: dos cayeron en manos de guerrillas españolas y fueron fusilados; sólo el tercero, el capitán Alarcón, logró llegar a Lima el 21[de diciembre] con el parte oficial. Bolívar que no esperaba la batalla y venía siguiendo con ansiedad la famosa retirada de Sucre ante la ofensiva del virrey La Serna, perdió la cabeza al conocer la victoria de los estandartes de Colombia. No era para menos”.
JANNETTE HART
En el mismo magro relato, también de 1824, tras recibir la noticia del triunfo republicano en Ayacucho, aparece uno de los más crasos errores históricos de la serie. Es el relativo a Jannette Hart. Todo lo que vemos no sucedió ni el Libertador conoció a la gringa. Hoy sabemos que tal relación no existió nunca, que tal noviazgo no pasó de ser simple fantasía del biógrafo de la joven americana, pues la fecha en que él dice se conociera en Lima, el 4 de julio de 1824, momento en el cual, según el biógrafo de Jannette, se prendió la llama amorosa, nuestro Libertador estaba muy lejos de esa ciudad, por lo tanto nunca se conocieron. Bolívar aquel día se encontraba, como ha puntualizado Pérez Vila, en Cerro Pasco, a muchos kilómetros de la capital peruana, la cual permanecía en manos realistas en el momento en que la imaginación de algunos ha supuesto que Jannette y el Libertador se conocieron. Lima no fue liberada, por Bolívar, sino el 5 de diciembre de ese año. Por lo tanto, todo lo relativo al romance entre la norteamericana y Bolívar, y su enfrentamiento con Manuelita Sáenz, es pura invención, como lo ha señalado un estudioso de nuestros días, el profesor Manuel Pérez Vila(1922-1991). Y, además, la carta que se dice envió Bolívar a Jeannette, escrita desde Santiago de Chile, ciudad en la cual nunca estuvo, es también apócrifa.
Por lo tanto el baile que aparece en la serie, donde vemos a varias de las hermanas Hart, aunque en Lima solo estuvieron Jeannette y Ann, es completamente falso. Bolívar nunca conoció a Jannette y por lo tanto no pudo enamorarse de ella porque nunca se encontraron.
Diciembre 13,2020.
CITAS BIBLIOGRAFICAS:
1. Todas las citas de Simón Bolívar que hacemos proceden de Escritos del Libertador.
Caracas: Sociedad Bolivariana de Venezuela/Academia Nacional de la Historia,1964.2011.
33 vols; Cartas del Libertador.2ª.ed.aum. Caracas: Fundación Vicente Lecuna/Banco de
Venezuela,1964-1970. 8 vols; Proclamas y discursos del Libertador.2ª.ed. Compilación,
estudio y notas: Vicente Lecuna. Los Teques: Biblioteca de Autores y Temas
Mirandinos,1983. 455 p. Los cuales citamos usando la primera palabra de su título,
Escritos, Cartas, Proclamas, seguidos del tomo y de la página de donde procede la cita.
2. Desde luego aquí trazaba el retrato de Sucre como su sucesor a lo que aspiró siempre.
3. Fernando Bolivar Tinoco(1810-1898): Recuerdos y reminiscencias del primer tercio de la
vida de Rivolba.Edición y prólogo: Karl Krispin. Caracas: Fundación para la Cultura
Urbana, 2005. 46 p. La referencia a Krispín procede de su prólogo a este opúsculo del siglo
XIX, escrito por uno de los sobrinos del Libertador.
4. Félix Luna: Argentina: de Perón a Lanusse.5ª.ed. Buenos Aires: Planeta,1973. 227 p. La
cita procede de la p.54.
5. Ramón J. Velásquez: Los héroes y la historia. Caracas: Biblioteca de Autores y Temas
Tachurenses,1981.XVI,366 p. Ver: “Notas sobre el proceso histórico venezolano”(p.259-
316), Consultar especialmente la p.195 y muy especialmente la 280,nota 43, en donde nos
ofrece la interpretación psicológica sobre Carujo, necesaria para explicar la vida de aquel
psicópata, quien intentó asesinar al Libertador en 1828 y derrocar al presidente José María
Vargas(1786-1854) en 1835, esto último lo hizo embriagado y quien resultó el valiente
aquella madrugada no fue Carujo, como lo dijo:”el mundo es los valientes” sino Vargas,
magistrado impoluto quien defendió ante el insurgente los votos de las mayorías recibidos,
que fueron los que lo llevaron a la presidencia y no tuvo ni miedo a ser asesinado..
6. Vicente Lecuna: Breviario de ideas bolivarianas. Caracas: Cámara de Comercio, 1970.
XXIX,318 p. Ver:”Papeles de Manuela Saenz”(p.25-30). La cita procede de la p.25.
7. Para las cartas entre ambos consultar nuestro La pregunta por la cultura. Caracas: RJLDS
Editor,1982.295 p. Para las cartas de Bolivar a ella consultar las p.66-74. Las de Manuelita
a Bolívar están en las p.74-77. Allí examinamos especialmente las cartas apócrifas creadas
hace poco en Venezuela, México y Ecuador que han circulado. Señalamos cuales son las
falsas con pormenor, ello en el capítulo “Una mina de falsificaciones”(p.91-125).
8. Está en Manuela Saenz: Epistolario. Edición e introducción: Jorge Villalba SJ. Quito:
Banco Central del Ecuador, 1986. 232 p. Está en la p.186-188. Pertenece su original a la
Lilly Librarry, Universidad de Indiana, Bloomington, Estados Unidos.
9. Alfonso Rumazo González: Ocho grandes biografías. Caracas: Ediciones de la
Presidencia de la República,1933. 3 vols. Ver: “Manuela Saenz.15.ed.”(t.I,p.397-655). La
cita procede de la p.523.
10. Alfonso Rumazo González: “Manuela Saenz”, en sus Ocho grandes biografías,t.I,p.529.
11. Mario Briceño Perozo: El Bolívar que llevamos por dentro.2ª.ed. Caracas: Editora
Venegráfica,1968. X,439 p. Ver:”Sinopsis para un simposio de historia médica
bolivariana”(p.121-129). Menciona a Moore en la p.124. También lo menciona Alberto
Silba Alvarez: Situación médico sanitaria en Venezuela durante la época del Libertador.
Caracas: Academia Nacional de la Historia,1985.276 p. Dice:”Charles Moore(o Moor,
según el Diario de Bucaramanga y otras poublicaciones”(p.189), lo considera británico,
otros autores perteneciente a la Legión Británica,
12. José Luis Salcedo Bastardo: El hombre y los hombres. Caracas: Academia Nacional de
la Historia,1994.274 p. Esta aquí uno de los mejores estudios sobre Espinar. Consultar las
p.20, 22, 121. Y especialmente las p.99-100.
13. Alfonso Rumazo González; “Manuela Saenz”, en Ocho grandes biografías,t.I,p.546.
14. Ver nuestro La pregunta por la cultura,p.122.
15. Carlos Álvarez Saa: Manuela sus diarios perdidos y otros papeles. Quito:
Imp.Mariscal,sf,164 p. La falsa carta sobre la presencia de Manuelita en Ayacucho se lee en
la p.85.
16. La carta verdadera esta en Antonio José de Sucre: Archivo del General Sucre. Caracas:
Fundación Vicente Lecuna/Banco de Venezuela,1973-1980. 8 vols. La carta auténtica está
en el t.IV,p.479-480. También puede leerse en Antonio José de Sucre: De mi propia mano.
Selección y prólogo: José Luis Salcedo Bastardo. Caracas: Biblioteca Ayacucho,1981.
XXV,479 p. Puede leerse en la p.185-186.
17. Ildefonso Leal: Ha muerto el Libertador. Caracas: Universidad Central de
Venezuela,1980. 572 p.Ver: Oscar Beaujon: ”El Libertador enfermo”(p.409-488).
18. Prospero Reverend: La última enfermedad, los últimos momentos y los funerales de Simón Bolívar Libertador de Colombia y del Perú por su médico de cabecera. Caracas: Concejo Municipal,1983.88 p. La cita procede de la p.33.
19. El magnifico doctor Beaujon analiza la crisis de salud de Bolívar en Pativilca, en El Libertador enfermo, p.429 y siguientes. Bolívar permaneció allí desde el 1 de enero y el 28 de febrero de 1824,”Fue la primera y mas terrible enfermedad que tuvo que dominar en su vida”(p.429), anota Beaujon.
20. Oscar Beujon: El Libertador enfermo. p.434-459.
21. Anibal Laydera Villalobos; Los tres delirios del Libertador. Caracas: Publicaciones Monfort,2002.47 p. los examina con hondo fervor bolivariano. Sobre Corina Cárdenas ver el Diccionario de Historia de Venezuela.2ª.ed.aum. Caracas: Fundación Polar,1997. 4 vols. Ver Nikita Harwich Vallenilla:”Cárdenas, Corina”(t.I,p.686-687. Creemos que para estudiar a Sucre se debe tener a la vista una biografía del gran paladín, la mejor es la de Alfonso Rumazo González: “Sucre.8ª.ed.”, en sus Ocho grandes biografías,t.I,p.657-1057. Se debe seguir también Antonio José de Sucre: De mi propia mano, donde están sus 225 documentos esenciales. Las únicas dos repúblicas formadas como consecuencia de la guerra de independencia fueron Bolivia y Uruguay.
22. La referencia al dictador que leemos en el documento es correcta porque el Libertador lo era por nombramiento del congreso peruano(febrero 10,1824) con la misión de lograr la independencia de esa nación. Tras haber cumplido con aquella tarea renunció y puso el poder en manos del congreso de aquella nación(febrero 18,1825).
23. Citado por José Luis Busaniche: Bolivar visto por sus contemporáneos.2ª.ed. Prólogo: Mariano Picón Salas. México: Fondo de Cultura Económica,1981. 338 p. El texto aparece en las p.159-160, quien la contó fue el oficial Santa María, edecán del Libertador y testigo de la misma.
24. Citado por José Luis Busaniche: Bolívar visto por sus contemporáneos,p,159.
25. Ver el libro de Antonio Maya: Jeannette Hart, la novia norteamericana de Simón Bolívar. Caracas: Gráficas Bierzo, 1974. 584 p., o el artículo de Terry J. León: “El segundo matrimonio Bolívar" en: Rev. Bohemia, Caracas, n/1051(1983), pp. 58-60. La verdad sobre la relación entre ambos es el profesor Manuel Pérez Vila quien la aclara en su artículo: "La novia fantástica" en El Nacional, Caracas: marzo 6, 1984, Cuerpo A,p.6. Ver también Oscar Rojas Jiménez: "Jeannette Hart y Bolívar" en El Universal, Caracas: abril 16,1984. El recorte de ambos artículos se encuentran pegado al ejemplar del libro de Maya que conservamos en nuestras estanterías. La supuesta carta del Librtador a Jannette se puede ver
en Antonio Maya: Jeannette Hart, la novia norteamericana de Simón Bolívar, p. 396-397. Hemos tratado este asunto, junto con otros amores de Bolívar en nuestra La larga casa del afecto. Historia de las relaciones afectivas del Libertador.2ª.ed.aum. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República,2000.212 p. Consultar el capítulo IV,”Amores de Bolívar”, en su sección “Algunos rostros”(p.71-78). En este caso consultar la p.75.
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