¿QUE LLAMANOS INFIERNO ASTRAL? LOS CICLOS DE 52 DÍAS EN ASTROLOGÍA.
INFIERNO ASTRAL, DESCUBRE TU MES DEL INFIERNO PERSONAL
El período comprendido por los 53 días previos a tu fecha de cumpleaños, es conocido como
Infierno Astral o mes del Infierno Personal, un momento astrológico con el que debes tener
cuidado. De acuerdo a la Astrología, el Infierno Astral se produce cuando tu Sol se encuentra
visitando la Casa XII de tu Carta Natal, la cual representa el inconsciente, el Karma, la pérdida del
yo, y los enemigos ocultos. ES EL CICLO DE SATURNO o Damodar
El período de Infierno Astral culmina, cuando tu Sol vuelve a la posición exacta que tenía al
momento de tu nacimiento, el cual es establecido por la hora y fecha del natalicio. Ese instante,
cuando el Sol tiene la misma posición del nacimiento, conlleva un renacer energético para el
individuo, que es utilizado para el estudio astrológico, conocido como Revolución Solar, una
progresión actualizada anual.
Si consideras esta información, entenderás por que el Infierno Astral es una etapa de cuidado,
porque previo al renacimiento de tu Sol, tus energías se encuentran en sus niveles más bajos.
Algunos astrólogos incluso extienden el Infierno Astral por un período de 30 días antes del
cumpleaños, y una semana o 30 días después, a fin de que las energías del consultante puedan
equilibrarse correctamente.
¿QUÉ HACER DURANTE EL INFIERNO ASTRAL?
Durante el Infierno Astral, eres más receptivo, emocional y sensible a la interacción externa e
interna, por lo que es un buen momento para la introspección, la meditación, purificación,
reflexión, replantear objetivos de vida y trazar nuevas metas. También es aconsejable salir con
amigos, realizar baños rituales o tratamientos holísticos que promuevan el equilibrio energético, y
participar en actividades que generen un estado de ánimo alegre.
Algunas personas afirman que en esta época del año sienten que todo se encuentra al revés, nada
les resulta satisfactorio y son propensos a accidentes o enfermedades, por lo que es
recomendable no tomar decisiones importantes o trascendentales. Por ejemplo no se recomienda
contraer matrimonio, mudarse, realizar contratos, cambiar de empleo, comprar bienes inmuebles,
o descuidar la salud, ya que incluso el sistema inmune puede estar debilitado.
A pesar de esto, es importante que no asumas la llegada de tu Infierno Astral como un momento
de negatividad o como si la mala suerte cayera sobre ti, más allá de las restricciones y los eventos
adversos, son buenos tiempos para el autoanálisis y prepararte para los retos de tu nuevo ciclo.
Aprovecha el tiempo para limpiar tus espacios, deshacerte de lo que ya no usas, y observar lo que
te perturba con objetividad. El Infierno Astral abre las puertas de lo espiritual y las oportunidades,
y te prepara para recibir la potente energía de tu Sol ¿Vas a desaprovecharlo?
¿A QUE OBEDECE ESE ASIGNACION?
LOS CICLOS DE 52 DÍAS EN ASTROLOGÍA
Existe un sinfín de teorías de ciclos, o modos de llevar o nombrarlos pero según mi maestra de astrología Fantina Iribarren y yo como observadora práctica he visto que los ciclos siguientes son los más correctos. Todos coinciden en que un ciclo consta de 52 días, divides 365/7= 52.
Ahora cada ciclo tiene un regente y un período, y es aquí que el ORDEN de los periodos no concuerdan con otros, tomando como inicio el día de tu cumpleaños. Aquí te dejo como sacar tu periodo personal y comenzaremos por tomar un calendario del año y dividir 52 días desde tu cumpleaños y marcarlo como a continuación se indican por periodos, es decir existen 7 ciclos y cada uno tiene sus características.
PERIODO DE SOL O SURYA
El primer período de 52 días desde el día de tu cumpleaños, está bajo la influencia solar. Es la principal etapa, rige la voluntad que con inteligencia y fuerza vital permite una acción organizada y responsable. Ciclo en el que se cimentan las bases para el resto del año, ideal para poner en marcha los proyectos pendientes, abrir negocios, etc. Este es el mejor de los ciclos, ya que aumenta tu vitalidad, las actividades se estabilizan, los tratos con superiores aumentan: hombres, dirigentes, jefes, papá, personas emprendedoras etc. Por lo tanto el ciclo es bueno para los comienzos, iniciar un empleo, una relación. Todo lo que se haga en estas 7 semanas, tiene grandes probabilidades de éxito. Particularmente es el tiempo ideal para tomar riesgos. Las relaciones sentimentales que empiezan durante este ciclo, son duraderas y armoniosas. Es un periodo favorable para buscar favores, ayuda o reconocimiento de parte de personas que tienen poder o una alta posición. Utilizar todo el poder y habilidades para hacer progresar tus intereses entre personas que tienen la posibilidad de conceder o dar beneficios. Establecer tu personalidad entre los que te rodean, consolidar tu imagen o prestigio, obtener aprobaciones, es bueno para ACTUAR, la planificación debió de haberse concluido en el periodo anterior a tu cumpleaños. Todos los inicios son prósperos, solo cuidar el orgullo.
PERIODO 2, DE LUNA (chanda) O BALADEV
Desde el día 53 a tú fecha de cumpleaños hasta el 103. Gobernado por la luna, signo emocional y sensible. Esta vibración lunar rige la vida anímica, la imaginación y los estados inconscientes. Periodo de asimilación en todos los campos de tus actividades, los asuntos importantes dependerán de cómo utilices la intuición, tu intuición se vuelve fructífera, se fortalece tu memoria. Es un período para cambiarse de casa, cambiar de empleo u ocupación, cambios rápidos y de corta duración, obtener popularidad, ideal para concretar planes que se puedan iniciar y concluir dentro del ciclo. Es conveniente evitar tomar decisiones en forma impulsiva, analizar bien las situaciones antes de firmar obligaciones que comprometan el patrimonio personal. En la esfera de los sentimientos, si apareciera inestabilidad habrá que tomarse tiempo para entrar en silencio, canalizando las energías en contacto con la naturaleza. Es importante aprovechar este ciclo, ya que la imaginación será muy fluida, para escribir, dar lugar a todo lo creativo.
Este es el ciclo de las parejas, ideal para ambos, si estás considerando una boda o vivir juntos. Bueno para sociedades comerciales, firmar papeles con otras personas en asuntos de negocios. Si dos personas se encuentran en este ciclo e inician algo en conjunto está destinado a ser altamente exitoso. Lo que debe evitarse es unir este ciclo con el ciclo siete puesto que en el último ciclo las cosas terminan y aunque esto no significa que vayan a surgir divorcios o separaciones inevitables, si puede indicar más complicaciones y problemas que cuando ambos ciclos son compatibles. Cambiar de hábitos, aprobar planes de corta duración, realizar trabajos con imaginación. NO debes de esperar ninguna permanencia prolongada de lo que inicie en esta época es decir si comienzas un trabajo con esta lo más seguro es que sea dentro del freelance como proyectos cortos, por ejemplo una producción en televisión, situaciones de publicidad, tomar en cuenta las corazonadas o el sexto sentido, buen momento para dar a conocer tu negocio es decir popularizarse.
PERIODO 3 DE MERCURIO
Desde el día 104 posterior a tu fecha de cumpleaños hasta el 155. Tiene la influencia de Mercurio, es decir comunicación, verbal o escrita, creatividad mental, actualización de informaciones y difusión en todas sus manifestaciones. Por lo tanto todas las actividades donde intervenga la inteligencia, habilidad y destreza tendrán gran desarrollo; relacionarse con personas de gran capacidad científica, literaria, investigación y artística. En la actitud mental se manifiesta una poderosa claridad, aceptando cambios imprevistos de conceptos mentales, y permite la adaptación a los mismos con capacidad y lucidez mental. Este es un periodo de intercambio, el éxito en tus actividades dependerá principalmente de cómo te expreses, ya sea de manera escrita o hablada. Notaras actividad física, y tu mente se llena de nuevas ideas, pensarás rápido; bueno para planear conferencias o que te inviten a hablar en público. Se fortalecen tu mente y nervios, dedícate a tareas que requieran paciencia mental y autocontrol emocional, facilidad para la adquisición de autos o cualquier otro medio de transporte. Las cosas fluyen bien, los papeles se resuelven y se logran resultados en el turismo. Periodo para planificar de manera lógica y detallada, asimilar conocimientos técnicos o especializados, corregir o revisar detalles. No es muy bueno firmar convenios a largo plazo.
PERIODO 4 DE VENUS O Krishna
Desde el día 156 posterior a tu fecha de cumpleaños hasta el 207. Regido por Venus, será un período de armonía, belleza, distracción, excelente para comprar ropa, embellecerse ya que se es más vanidosa en este período, ir al spa, ir al teatro, salir más de los usual, lo social cobra vida en este etapa de 52 días, podrás divertirte, dar fiestas, reuniones, las actividades parecen aligerarse, los asuntos que estabas pendientes terminan por arreglarse. Favorable para tratar con personas o negocios relacionados con arte y belleza, joyería, perfumes, inciensos, flores, maquillaje, etc. Si estas harta de que tu vida social es nula, este es ideal para socializar y comenzar amistades nuevas, conocer gente dentro de grupos o clases. Hacer las paces con personas con quienes se haya tenido conflictos. La indecisión te llevará a resultados DESFAVORABLES en tus proyectos. Aquí puedes comprar o adoptar una mascota.
PERIODO 5 DE MARTE o kalki
Desde el día 208 posterior a tu fecha de cumpleaños hasta el 259. Regido por Marte, este es un período de energía y acción. Tu mente está clara y receptiva, así mismo la voluntad se fortalece y los planes de salud que se hagan durante estas semanas tienden a dar excelentes resultados. Es muy auspicioso para los deportistas, los que participan en concursos o actividades competitivas, los estudiantes y conferencistas, ejecutivos y personas que tienen que tomar decisiones inteligentes que envuelven a muchas personas. Los asuntos que estabas pendientes toman forma, lo inútil termina por eliminarse, esto es para que se dé una expansión en el próximo ciclo, sino eliminas lo inútil y no recortas el sobrante de tu vida, es más difícil que pueda manifestarse esta expansión y progreso en tus actividades. Este ciclo se debe aprovechar para aprender una lengua extranjera, profundizar en un conocimiento nuevo y aplicarse en algo que sea novedoso ya que el entusiasmo imperante es muy alto. Realizar grandes esfuerzos físicos y mentales, enfrentar cualquier tipo de obstáculo por más difícil que parezca. Ciclo no muy bueno para establecer convenios, discutir por asuntos que no valen la pena o que no conducirán a nada de provecho. Existe mucha energía por lo tanto si no se canaliza con algún deporte será muy frustrante. Aquí lo ideal es cortar todo lo que se viene cargando desde hace mucho para darle espacio a lo que viene en el próximo ciclo.
PERIODO 6 DE JUPITER O Vishnú
Desde el día 260 posterior a tu fecha de cumpleaños hasta el 311. Regido por Júpiter, será un período de expansión y depende también de cómo utilizas el pensamiento positivo. El Ciclo Seis expandirá tus actividades y progresarán, los asuntos que ya estén definidos podrán crecer sin problemas. Ideal para tener hijos, rehacer la vida sentimental, casarse, establecer un compromiso formal, arreglar problemas que hayan surgido entre parientes, hacer testamentos, ceder propiedades, organizar la vida en común. Es muy importante aprovechar bien este ciclo ya que en el siguiente se recogerá lo que se haya sembrado durante estas semanas y se terminará aquello que no tiene bases sólidas. Si vas a iniciar una relación y tu pareja está en este mismo período, o también en los ciclos Uno o Dos estarán muy bien auspiciados, no así si la otra persona es del ciclo Siete. Ideal para revisar tu conducta moral y espiritual, procurar las distracciones o recreaciones en tu vida. Evitar las asociaciones con personas que no necesitas, solicitar créditos, resolver tus asuntos legales pendientes, iniciar estudios de educación superior así como universidad o maestrías. Lo que suceda en esta época dependerá de cómo hayas utilizado o llevado a cabo tus actividades en el período anterior. Evita los préstamos innecesarios, procura no expresar tus planes a cualquier persona que sabes no te ayudará. Este ciclo es de expansión, buena suerte, los viajes largos o al extranjero se verán auspiciados.
PERIODO 7 CICLO DE SATURNO o Damodar
Desde el día 312 de tu fecha de cumpleaños hasta un día antes de tu cumpleaños. Se le llama 52 críticos, este es el ciclo más delicado de todos, donde se concretizan proyectos, situaciones, todo depende de cómo utilices tu tiempo y tus recursos y sólo concluye lo que ya habías iniciado con anterioridad a este período, o sea si estas por dar un seminario o concretar un simposio será bueno ya que lo habrás comenzados seguramente desde tiempo atrás para su planeación y será de buen gusto, sobrio. Tus actividades parecerán retrasarse o retroceder en lugar de progresar. Cualquier asunto que parece vacilante o relaciones muy deterioradas terminarán por disolverse, Esto es para que puedas iniciar en el próximo ciclo con más energía. Este ciclo de DAMODAR en el que se elimina lo negativo, es como la “preparación” para tu cumpleaños. No se recomienda empezar nada. En el ciclo siete es donde ocurren la mayoría de los accidentes, los trastornos de salud menores, los problemas crónicos, los malentendidos con amigos o parejas, el agotamiento físico o mental, los cambios fuertes. Sin embargo, indica el fin de lo que no nos conviene, es como una gran “limpieza” interna que hacemos. Quienes han sabido aprovechar el año y los seis ciclos anteriores verán resultados y terminarán lo que se habían propuesto realizar, sacando también de su vida lo que no funciona y no sirve, un poco parecido al ciclo de marte en cuanto a la eliminación de lo ya caduco. Y como mencione está regido por SATURNO, que tiene que ver con la reflexión. Esta energía cósmica, habilita para el pensamiento profundo y reflexivo sobre lo actuado en los seis ciclos anteriores. Es un periodo propicio para la comprensión de lo actuado, de comprender los hechos, relacionando vivencias, ideas y analizando circunstancias, desprovisto de todo sentimentalismo. ¡NO COMPRES MASCOTAS, ni te hagas de nada que requiera un nuevo compromiso!
Este ciclo, es para la introversión, para proyectar, para ver qué planes no se cumplieron y porqué; las ideas son lentas pero concretas y profundas. Es aconsejable no poner en práctica ningún plan, no comenzar ningún tratamiento, no tomar decisiones apresuradas, si hubiera que tomarlas se hará después de analizar muy detenidamente antes de decidir. En el caso de intervenciones quirúrgicas la recuperación puede ser lenta y dificultosa lo mejor es evitarlas al máximo hasta el próximo ciclo o hacerla antes del ciclo de Saturno. Aquí lo mejor es la cosecha de lo que se inició desde el periodo del sol.
Así como la naturaleza tiene sus ciclos somos parte de ella, la mejor vida es cuando seguimos sus sabios ritmos, ella nos muestra y nosotros decidimos…
Ilustración de Natalia Filippini
Otra divisiòn nos indica qué energía estás transitando según tu edad
Cada siete años, nuestro ciclo astrológico se renueva. Conocé qué energía estás transitando y cómo impacta en tu vida.
Seguramente ya te detuviste alguna vez a observarlo: son siete los colores del arco iris, las notas musicales, los días de la semana y los días que forman una fase lunar. Además del cristianismo y la Biblia, donde sabemos que abundan las referencias a este número – los días que Dios tardó en crear el mundo, los pecados capitales, los sacramentos, entre otros–, para la corriente esotérica de la teosofía, los ciclos del universo están gobernados por siete rayos, y ya en la Antigua Grecia Pitágoras creía que el 7 era el número perfecto que representaba la unión de la triada humana con la divina. Pero lo que tal vez no sabías es que el poder casi mágico y el valor sagrado que muchos le atribuyen a este número hace referencia al septenario, el modelo celeste de las siete esferas que desde la antigüedad los hombres podían ver en el cielo, integrado por el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. La astrología se dedica desde hace milenios a estudiar el orden que expresan y las proporciones que relacionan a los planetas, y el número 7 tiene también un significado clave que se manifiesta en los ciclos de vida. La filosofía que rige estas escuelas es la antroposofía, ciencia espiritual y senda de autoconocimiento creada por el filósofo austríaco Rudolf Steiner a principios del siglo XX. Por sus raíces ligadas a la teosofía, la antroposofía también les adjudica a los septenios un papel preponderante en el desarrollo de la biografía humana, y son el pilar de su sistema educativo. Consideran que cada siete años se produce la transformación de cada uno de los cuerpos que componen al hombre: el físico, el etérico, el astral y la individualidad. Por eso, dividen los septenios en tres etapas: del nacimiento a los 21 años, como un tiempo para encarnar y desarrollar nuestra corporalidad; de los 21 a los 42, como un tiempo para aceptar nuestra individualidad y dar al mundo lo que vinimos a entregar; y de los 42 a los 63 años, como un tiempo para expresar nuestro espíritu en el mundo. Según la antroposofía, la primera dentición –cerca de los 6 años– marca el inicio del segundo septenio, y muestra que el sistema nervioso está preparado para arrancar la vida escolar. Las fuerzas formadoras del cuerpo vital ya no están ocupadas en formar órganos y sistemas, y se transforman en fuerzas de pensamiento. Se manifiestan también en esta época los "temperamentos": melancólico, flemático, sanguíneo, colérico, con sus correspondientes características, que la persona deberá trabajar a lo largo de toda su vida.
¿QUÉ SON?
Los septenios son períodos de tiempo que organizan y definen las distintas etapas de la vida humana. A pesar de que en tu carta natal ocupan un lugar específico al momento de tu nacimiento, los planetas no son estáticos, sino que se van moviendo y a lo largo de los años van recorriendo todo el mandala de la carta, hasta volver a la posición en que estaban cuando naciste. En ese momento es que completan su ciclo y dan inicio a uno nuevo. Y aunque no a todos los planetas les toma el mismo tiempo hacer el recorrido, toda la gente, a determinada edad, tiene la misma composición planetaria: se repiten las mismas fases y relaciones entre planetas. El número siete es el promedio que tienen en común estos ciclos y relaciones: por ejemplo, Urano tarda 84 años (es decir, 12 fases de 7 años) en recorrer por completo una carta natal, o el ciclo de Saturno, que dura 28 años (4 fases de 7 años), o el de Neptuno, que se divide en fases de 14 años. El número 7 aparece como denominador común en esta danza planetaria, y por eso las edades que son múltiplo de 7 son especialmente importantes para los humanos, porque suelen estar acompañadas de giros energéticos. ¿En qué septenio estás vos?
¿POR QUÉ ESTÁ BUENO CONOCERLOS?
- Te traen al "aquí y ahora": si sabes de qué se trata cada etapa, y te proponés vivirla a full, podés disfrutar más plenamente del presente sin tanta añoranza de lo que pudo haber sido ni tanta ansiedad por lo que vendrá.
- Activan el GPS de tu conciencia: ojo, no funcionan como una fórmula mágica que te dice cómo hay que "armonizarse" en cada momento; son más bien una hoja de ruta que te puede servir para reubicarte en el camino si venís muy "desfasada", o para confirmar que vas por la senda esperable según tu edad.
- Te ayudan a ahorrar energía: conocerlos permite que no inviertas fuerzas de más –o de menos– en las distintas etapas de la vida. A la luz de los ciclos, la famosa frase de nuestras abuelas que nos invitaba a no "saltear etapas" adquiere un sentido muy sabio.
- Te conectan con un pulso ancestral: los septenios te ponen en sintonía con los ritmos orgánicos de la materia y de la naturaleza, esos que la sabiduría de nuestros antepasados remotos veneraban y que hoy nuestra cultura suele desechar.
- Te tranquilizan: saber que lo que te pasa a una cierta edad no te pasa solo a vos sino que los seres que te rodean tienen vivencias similares te unifica biológicamente, y sentirte parte de algo mayor muchas veces ayuda a aplacar ansiedades o miedos.
A medida que el bebé se despierta y que el niño crece, su psiquismo se reestructura en función de las diferentes fases planetarias. La articulación de los ciclos planetarios confiere a la curva de maduración psíquica y nerviosa una forma espiral que es también la expresión del crecimiento de lo vivo en general. El cuadro de las edades según los ciclos planetarios resume las diversas fases de la maduración nerviosa, puntuada por una cincuentena de intervalos de duraciones desiguales, pero "iguales" y equivalentes para la conciencia. El tiempo de la existencia humana es a escala logarítmica. Una duración de algunos meses durante la primera infancia será llamada equivalente a una duración de varios años más tarde. El tiempo psíquico no depende de una medida abstracta y exterior, al ritmo único y regular, sino de transformaciones interiores, al unísono de ritmos plurales, entrecruzados.
Siguen a continuación algunos ejemplos de la concordancia de las primeras edades planetarias con los estadios observados por los especialistas de la psicología infantil.
La edad lunar (aproximadamente el primer mes) corresponde al primer estadio sensomotor de Piaget, el de las "conductas y ejercicios reflejos", y al primer estadio de Gesell: existencia esencialmente vegetativa y digestiva (sueño, mamar, gritos), actividad inmediata, visceral, automática, desordenada, dependencia total, del recién nacido acerca de su entorno y de su madre (contacto, calor, nutrición), indiferenciación entre su cuerpo y la realidad exterior (existencia en simbiosis, abandono en el medio ambiente).
La edad mercuriana (el segundo y tercer mes) corresponde al estadio sensomotor de Piaget, el de las "primeras costumbres", y al segundo estadio de Gesell, el de "el niño de 4 semanas": estallido de la homogeneidad cerrada del estadio precedente, apertura al medio exterior (curiosidad, atención, despertar), primeras respuestas a las solicitudes del medio (manifestaciones lúdicas, juegos corporales, movimientos dirigidos, vocalizaciones, sonrisas, marcas de sociabilidad). El niño llega a fijar los objetos y los rostros que entran en su campo de acción, comienza a seguirlos con los ojos, reacciona a los ruidos del entorno, es fuertemente atraído por la luz...
La edad venusina (hasta más o menos el 7o mes y medio) corresponde al tercer estadio sesomotor de Piaget, al tercer estadio de Gesell (el de "el niño de 16 semanas"), al estadio "emocional y afectivo" de Wallon (y al estadio del "espejo" de Lacan): reacciones de placer y de rechazo, descubrimiento del miedo (gritos estridentes al despertar, sobresaltos ante el ruido), coordinación entre la aprehensión y la visión (el niño toca, agarra, palpa, después manipula los objetos, se chupa el pulgar), constitución de un espacio de proximidad (reconocimiento de las personas próximas y auto reconocimiento ante un espejo), primeras verdaderas relaciones con su entorno. Movimientos corporales, vocalizaciones, sonrisas y risas que se multiplican y se diferencian, ya que están destinadas a "alguien".
La duración de una edad planetaria comienza en el cuarto de su ciclo sideral o en general en la primera cuadratura (ciclos heliocéntricos, excepto la Luna, y para el Sol reemplazado por la Tierra), y se termina en la fase de su ciclo: de 22 a 88 días para Mercurio, de 21 a 84 años para Urano... Así, alrededor de 200 días, la edad es a la vez venusina, solar y marciana; a los 15 años es saturnina. Entre alrededor de los 2 y 3 años, el niño atraviesa la "crisis" del tercer años: esta edad está m arcada por los asteroides, globalmente tenidos en cuenta en este esquema, y de los cuales la mayor parte tienen su órbita situada entre Marte y Júpiter. Y a los 2 años y 111 días, Ceres y Palas afectan precisamente a la mitad de su ciclo.
A las fases de los monociclos planetarios he adjuntado, a partir de los 15 años, las fases más significativas de los ciclos relacionales, en los que los períodos son aproximadamente de 19 años y 314 días (Júpiter-Saturno), 33 años 158 días (Saturno-Plutón), 35 años 318 días (Satunro-Neptuno), 45 años 131 días (Satunro-Urano), 127 años 55 días (Urano-Plutón) y 171 años 162 días (Urano-Neptuno). Estos ciclos, y sobre todo el último, tienen una importancia considerable en "astrología mundial" (con el ciclo transpersonal Neptuno-Plutón de 492 años), es decir, para definir las fases de las transformaciones colectivas (metamorfosis de las mentalidades y revoluciones culturales).
La distribución clásica de las cuatro edades (infancia, juventud, madurez, vejez), asociada a las cuatro estaciones, o incluso a los cuatro cuartos de la esfera celeste como en Manilius, se encuentra remodelada: hay 6 estadios para toda la primera infancia (el recién nacido), 6 estadios para la infancia, 2 estadios para la juventud, 2 estadios para la madurez, y 2 estadios para la vejez. Este tiempo logarítmico supone que la madurez psíquica no se acaba a los 12 años, ni a los 20, ni incluso a los 30, sino que se prolonga hasta la más extrema vejez. La adultez no es nunca definitivamente adquirida, y la mujer y el hombre, no más que el Wilheilm Meister de Goethe, no alcanzan nunca el término último de su "aprendizaje" psíquico y espiritual. El ciclo plutoniano sólo es totalmente por los dioses y los héroes míticos.
Si la noción de "generación" (en el sentido de un conjunto de individuos que comparten más o menos las mismas aspiraciones) tiene algún significado, es por la consideración de las diversas fases que delimitan las edades planetarias. Tras la pubertad (hacia los 12 años), estas fases se tornan relativamente raras, a pesar de la diferencia introducida por las fases de los ciclos relacionales.
Hacia los 15 años: oposición Saturno (y primer trígono del ciclo saturno-uraniano de los 45 años, segunda cuadratura del ciclo júpitero-saturniano de los 20 años)
El adolescente toma conciencia de que "el mundo" no es límpido, que la realidad no es lo que le han enseñado, que todo puede transformarse, comenzando por él mismo. Es invadido por una intransigencia hacia todas las manifestaciones de la realidad, bien sean "naturales" o socioculturales, y que desea que sean despojadas de sus contingencias concretas así como de sus imperativos prácticos.
Hacia los 21 años: primera cuadratura de Urano, fin de la adolescencia.
La cuadratura de Urano que se vive en una edad aún saturnina deja de manifiesto la distorsión entre el mundo tal y como puede ser imaginado, idealizado, y el mundo tal cual es en su pesada necesidad. Las exigencias del estadio precedente se atemperan con un "sentido de las realidades", con una voluntad de dar forma a sus aspiraciones, de realizar lo que sólo estaba en el estado de aspiraciones formales.
21 a 28 años
Al comienzo de esta etapa estás recién encontrando tu lugar en el mundo. Legalmente, ya sos mayor de edad y la sociedad empieza a presionar y a esperar más cosas de vos: que tengas un trabajo estable, que encares una carrera universitaria o que tengas relaciones afectivas más duraderas. Esto hace que a veces las elecciones estén más guiadas por lo que pide el afuera y no tanto por lo que piden tu verdadera vocación y tu individualidad.
Urano está en cuadratura consigo mismo; esto quiere decir que recién ahora vas a poder salir al mundo con una primera forma de tu singularidad. Saturno también está en cuadratura, y muy cerca de completar su primer ciclo. La primera estructura –todavía ligada a tus padres y tu familia– se acerca a su plenitud. Por eso es muy común la polarización en esta etapa: o te inclinás por cumplir con los logros que la sociedad exige o tomás una postura más rebelde, en contra de los mandatos sociales. Pero Urano todavía no está lo suficientemente maduro como para que tomes decisiones personales o vocacionales definitivas.
28 a 35 años...Hacia los 28-30 años: conjunción de Saturno, primer trígono de Urano.
Hacia los 28 años se da el famoso retorno de Saturno, también conocido como "saturnazo" o segundo nacimiento, cuando este planeta de la estructuración y maduración cumple su primer ciclo. Energéticamente, comienza una fase más racional, en la que buscás volver a tu centro y, al mismo tiempo –aunque suene paradójico–, arrancar un nuevo ciclo, pero ya con cierta experiencia. Hay un anhelo fuerte de ser vos misma y llegás a un primer momento de auténtica madurez, que suele venir acompañado de cambios importantes o una crisis vital que te marca y te conecta con tu ser más profundo. Esta transformación se da lentamente y suele durar un par de años, de los que emergés renovada. La vida te pone a prueba, para que te conectes con tu verdadero deseo. Por ejemplo, es probable que durante este septenio te cases (¡o te separes!), tengas hijos, quieras cambiar de carrera o te vayas a vivir con tu pareja, todas situaciones para desligarte de los mandatos externos y encontrar tu propia ley. Urano está en trígono consigo mismo, y eso implica que por primera vez vas a expresar lo más auténtico de vos misma.
35 a 42 años
Entrás en lo que los esotéricos llaman "el tirón del alma": algo empieza a tironear hacia la fase que vendrá después, de una repolarización profunda. Es una convocatoria a tu sabiduría interna. Más allá de lo que estés haciendo en el mundo hacia afuera, algo muy subjetivo, el "uno mismo" está empezando a emerger, y aunque todavía no sabés qué es, se empieza a activar una gran transformación interna.
Es un período de mayor estabilidad en lo familiar, profesional y social. Pero a Urano esto no le alcanza y te presiona para que no seas solo "una más del montón", sino que exprimas tu singularidad. Además, Neptuno te lleva a querer probarte otros "trajes" para ver quién sos realmente. También es una etapa de angustia existencial, en la que es común que se den crisis vocacionales, cuestionamientos a tus elecciones de vida que te llevan a profundos replanteos y a encarar búsquedas espirituales. Aunque no puedas verlo, pareciera como si te estuvieran cambiando tu "microchip interno". Por eso, es un buen momento para que escuches este llamado y te animes a darles lugar a esas aperturas que te van a llevar mucho más allá de vos misma.
42 a 49 años, oposición de Urano, primera cuadratura neptuniana.
"Renuncia a los frutos de tus acciones, pero no te dejes llevar en la inacción". (Bhagavad-Gîtâ, II 47.2)
Llegaste al punto medio del gran ciclo de Urano de los 84 años, y a la etapa también conocida como "crisis de la mitad de la vida". Con Urano, Saturno, la Luna y Júpiter en oposición, se te hace presente lo que estaba sombrío de vos misma; este es un momento para ver, sin engañarte. La pareja suele ser el lugar adonde proyectamos esa sombra, por eso las crisis de pareja están a la orden del día en esta etapa; te podés separar o iniciar un nuevo vínculo, o incluso apostar por renovar tu pareja actual. Irrumpe con fuerza el "cuarentazo": la imagen, el cuerpo y la aceptación del paso del tiempo son los temas del momento, y para las que no lo aceptan, tratamientos extremos o parejas de menor edad para permanecer siempre jóvenes pueden llegar a ser la vía de escape.
Urano te pide manifestar lo más auténtico de uno mismo, eso que no hiciste hasta ahora, como concretar viejos sueños o planear nuevos proyectos. Saturno te pone la autoridad enfrente, o sea, alguien te muestra tus propios límites y te permite ver cuál es el grado de estructura que tenés, y si es todo lo sólida y flexible que necesitás para sostener tu propia individualidad y singularidad.
Hacia los 55-56 años: primer trígono de Neptuno, segunda cuadratura de Urano.
Este estadio es la octava del anterior, pero sobre el modo de un relativo descanso. Se entrevé la posibilidad de realizar proyectos atrasados más o menos inaccesibles, de expandirse, de realizarse en un nivel de integración más vasto.
Hacia los 62-63 años: primera cuadratura de Plutón, segundo trígono de Urano, comienzo de la "vejez".
Esta edad es la ocasión de una nueva tensión, esta vez plutoniana, tras la calma del estadio precedente. El individuo se abre a lo desconocido y busca una autenticidad verdadera, acusando al mismo tiempo una bajada de la actividad social en el mantenimiento de su capacidad de actuar. Se desprende de aquello que no tiene valor para él.
Hacia los 82-84 años: conjunción de Urano, oposición de Neptuno, primer trígono de Plutón. Esta edad está marcada por el abandono total de las ambiciones sociales, de los diseños personales y del deseo de realización. La conciencia se abre a fenómenos insólitos, a realidades supra-naturales. El individuo se familiariza con la idea de la muerte y rumia sus incertidumbres y sus esperanzas con respecto al más allá.
Estas fases son vividas de forma diferente según los contextos socioculturales y según las idiosincrasias. Un cuarto de los individuos no tiene planetas lentos (de Saturno a Plutón) fuertes en su tema natal. Éstos, muy marcados por las fases de la infancia, serán relativamente insensibles, pasada la edad de los 12 años, a las fases siguientes. Un saturnino permanecerá idealista; ciertos neptunianos y plutonianos esperarán, algunos a los 41 años, otros a los 62, para comenzar a apreciar la existencia como George Sand (Plutón en el Ascendente) que anotaba en su diario, a los 64 años cumplidos: "Nos equivocamos al creer que la vejez es una pendiente decreciente es al contrario: se sube y a zancadas sorprendentes."
Cada edad planetaria es portadora de estructuras psíquicas particulares, de valores propios; cada una encarna "un mundo" y ordena los momentos de actualización de tendencias específicas. En general, el adolescente no abraza las concepciones del hombre adulto quien, él mismo, permanece insensible a las preocupaciones del anciano.
La degeneración progresiva de la vejez, es el resultado fabricado de una cultura que se impone a todos, desde el niño al anciano, las normas e imperativos de la "adultez", es decir: la actividad atolondrada, sería de tipo intelectual, la producción sin finalidad, la búsqueda exclusiva de la eficacia, el egocentrismo y el egoísmo, la ideología del "cada uno para sí mismo", y el "en cuanto a mí se refiere", el desvío pragmatista de toda verdad y de todo valor, hasta en las relaciones inter-individuales. Estas tendencias no son en sí mismas de carácter uraniano, sino que son la deformación en el seno de una sociedad corroída por el materialismo, el cual es equivalente al nihilismo como lo demostró Nietzsche.
¡Es a los 84 años cuando se deberían abrir verdaderas perspectivas espirituales! El viejo hombre no "recae" en la infancia, según dice el cliché común: accede a otras verdades, según las condiciones que el medio le permite. No pierde sus referencias y su capacidad de adaptación, sino que aspira a una desadaptación vivificante, - ya que la comedia social está a punto de acabarse -, a un desentendimiento de los innombrables pequeños impedimentos y disgustos que lo debilitan, a un equilibrio más armonioso con los seres y con realidades más sutiles.
La especifidad del envejecimiento no ha encontrado ninguna explicación biológica concluyente, y la senilidad humana precoz podría encontrar una respuesta en la ruptura de su equilibrio con su entorno natural más amplio. Podría ser también que deba "pagar" (Anaximandro), antes de hora, es decir, antes del final del ciclo plutoniano, su emancipación individual y su pérdida de contacto con lo incognoscible.
Pero, qué distancia hay entre la salud de un hombre viejo en las ciudades de Asia o de África, o en las sociedades primordiales aún no diezmadas por la culturización, si quedan, y la decrepitud del "viejo" de Occidente, mantenido en una dependencia humillante, y sobreviviendo a la sombra de la asistencia social, en la penumbra de los geriátricos, y ¡en el deslumbramiento de su aparato de televisión!
La senilidad precipitada de la vejez va pareja, en las sociedades tecnológicas modernas, con la precocidad ilusoria del niño y del adolescente. Rousseau, atento a los fenómenos de desposesión de uno mismo, a la pérdida de la autenticidad, a la "alienación", es decir, al hecho de convertirse en extraño de uno mismo, subraya la necesidad de salvaguardar la especifidad de la infancia, su "inocencia natural", por medio de una educación de la sensibilidad dirigida hacia la "naturaleza", y no mediatizada por el martilleo de los códigos sociales y por la agitación ruidosa de la modernidad. El desarrollo armonioso del niño prima, o debería hacerlo, sobre la "formación" del futuro ciudadano, útil y utilizable. El niño tiene sus necesidades propias, sus sueños y sus juegos: no es un "adulto en miniatura".
La maduración precoz y la intelectualización fanática perjudican el equilibrio del niño, incluso si éste, a menudo, se juega cuanto más sufra los problemas educativos. En las escuelas modernas, se enseña primero a descodificar los formularios del esclavizamiento administrativo, antes incluso de brindar la posibilidad de pensar por sí mismo: la escuela no es un medio de aprendizaje del niño, sino un instrumento de identificación social y de la fabricación de futuros ciudadanos amputados y dóciles. No son tanto los diseños los que están en juego, ya que los diseños únicamente son el resultado de los métodos empleados: la vieja escuela de Ferry, Jules, a pesar de su instrucción cívica (y religiosa), sus lecciones de patriotismo, sus certificados de moral y de buena conducta - ¡alucinante para el investigador que hojea los manuales escolares de hace un siglo! -, sin embargo no había abandonado lo que constituye el esencial de la formación: saber leer, escribir, contar y pensar por sí mismo. La enseñanza pasó de la formación a la in-formación (en el sentido negativo, y no locativo, del prefijo), a la a-formación.
El adolescente no admite la red de intermediarios, de simulacros, de convenciones y de conductas diferidas por cálculo o por cobardía, con los que está tejida una sociedad que ha abandonado todo vínculo con lo esencial. Prendado de pureza y de "justicia formal", su revolución no apunta tanto al orden establecido como a su desorden, y la ausencia de incoherencia y de jerarquía auténtica. Su inquietud reprueba que nadie esté en su sitio en una cultura que pervierte el orden natural de las cosas permitiendo la existencia de manipulaciones guiadas por el interés y el cinismo. Finalmente él sufre con la desaparición de modelos que le pueden gustar o admirar. Los artefactos pedagógicos de la cultura de masas no reemplazan a la Ilíada, al Mahâbhârata o las Vidas de Plutarco. La sociedad aparece ante él como una vasta trampa en la que cada uno está acorralado y esclavizado a ocupaciones limitadas a través de las reglas de una competición trucada, como un siniestro mercado en el que la justicia y el mérito están truncados.
Cada edad planetaria reestructura la percepción de la realidad y genera un nuevo estado de disponibilidad del organismo. Los estados psíquicos-astrales se suceden y de interpenetran. Los comportamientos ligados a cada edad son las marcas externas de situaciones psico-mentales específicas e irreductibles las unas a las otras. Cada edad es la ocasión de una reorganización psico-mental, de la que no se conocen más que los indicios visibles. Difícilmente se puede evaluar lo que es interiormente vivido por el niño a una edad dada. Los análisis de los psicólogos infantiles son observaciones e interpretaciones, hechos por el adulto, de lo que se supone que está siendo vivido por el niño. Por otro lado, no conviene hablar de la infancia en general o de la mentalidad infantil. Existen tantas "infancias" como edades planetarias: una docena, en la que cada una tiene su especificidad y se distingue de las otras, como la edad madura se distingue de la adolescencia.
A cada septenio, un planeta
Por Beatriz Leveratto*.
Más allá de las posiciones de los planetas en cada septenio, podemos pensar cada etapa como los capítulos de una novela por entregas, en los que un planeta cobra protagonismo e imprime la etapa con su temática personal. ¿Qué planeta rige cada septenio?
LUNA (desde el nacimiento hasta los 7 años). La Luna implica familia y cuidado; sus funciones serán otorgarnos sustancia, protección, brindarnos afecto, cuidado, nutrición y contención.
MERCURIO (de los 7 a los 14 años). Ligado al aprendizaje y al juego. Es tiempo de comunicar, pensar, reflexionar, analizar, discriminar con la razón, relacionarnos de un modo fraternal, intercambiar y diversificar.
VENUS (de los 14 a los 21 años). Época en que despertamos a la individualidad y al amor. Sus funciones están asociadas a gozar, amar, valorar, seducir, complementar, contemplar, embellecer, componer, armonizar, equilibrar, atender y abrir.
SOL (de los 21 a los 28 años). Es una fase en la que definimos nuestra posición en el mundo; sus funciones están asociadas con el brillo, el hecho de ser una misma, tener un centro individual para expresar, irradiar, exponer, exhibir, crear, estimular y ponerles pasión a las cosas.
MARTE (de los 28 a los 35 años). Es el tiempo en el que nos lanzamos a la conquista del propio deseo. Sus funciones están asociadas a impulsar, desear, conquistar, arriesgar, ejecutar, fundar, arder, erotizar, proyectarse, ser autónoma y emprender.
JÚPITER (de los 35 a los 42 años). Es momento para dar sentido a lo que sos. La función jupiteriana habla de sintetizar, dar dirección, comprender, confiar, expandir, dar sentido trascendente, orientar, fluir, guiar y entusiasmarnos en nuestras actividades.
SATURNO (de los 42 a los 49 años). En plena crisis de la madurez, este planeta nos habla de estructurar, realizar, afirmar, consolidar, construir, culminar, concretar, tomar responsabilidad, ganar autoridad y asumir el sentido de la realidad.
* Astróloga y autora de Cada siete años (Ed. Aguilar).
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